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Nuestra idea o ideas de negocio, podrán ser las correctas, pero sin uno no maneja el buen
posicionamiento de la marca, producto o servicio, sino identifica al cliente meta, sino se detiene
un momento a visualizar las necesidades o expectativas del mercado, será muy difícil que nuestro
producto se posicione, se mantenga y se comercialicé. Por ejemplo, podríamos generar la mejor
app del mundo, que corra en todas las plataformas, en todos los equipos de manera óptima, pero
si está no responde a una necesidad del mercado, sí nadie la necesita o quiere, nuestra app será
olvidada y nuestro negocio con ella.
Con ello la idea del emprendedor toma mucha mayor fuerza, ya que el producto podrá ser
orientado y ser aceptado en el mercado, ya que se cuenta con la consideración de a que usuarios
va definido, se conocerá dónde compra, cómo compra, cuándo y a qué precio, lo que se traduce
en el comportamiento del consumidor. Esto permitirá conocer los mejores canales de logística y
de comunicación, con lo que el emprendimiento podrá ser más exitoso.
Muchas veces se puede tener un gran producto, pero llega a fracasar por diversos motivos,
desde una mala difusión, una presentación poco llamativa, un mal precio, e incluso un color que
no guste a los clientes. Todo ello pone en riesgo a nuestro producto, por ello no debemos olvidar
la importancia del marketing en nuestro plan de emprendimiento, ya que esté será un factor clave
para lograr los mejores resultados y que nuestro proyecto no naufrague.