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Christian Peter Clausen hace parte del grupo de extranjeros que llegó a

Bucaramanga a finales del siglo XIX (1881); para ese entonces tenía 38
años de edad. Contrajo matrimonio con Carmelita Cornejo Rey de cuya
unión nacieron ocho hijos. Desde que llegó a la ciudad creó varias
empresas, siendo la de mayor renombre la Cervecería La Esperanza
(Floridablanca), la cual es considerada la primera empresa industrial en
Santander y la primera cervecería en Colombia. Hacia 1919
promocionaba cerveza y aguas gaseosas (Kola, Limonada, Cerveza
Pilsen y Cerveza Chivo). Tres años después, La Esperanza creó la hoy
recordada Soda Clausen y un año después la cerveza Munich. A la
fábrica de bebidas gaseosas la llamó Estrella Clausen. Dentro de sus
productos estaban la Kola Clausen, la Ceryola y la Spumola. También
fue cofundador del Banco de la Mutualidad (1919) y socio de la Empresa
de Transportes Terrestres. Ayudó a organizar la Compañía Anónima del
Teatro de Bucaramanga (1920), el Gimnasio Santander (1922) y la
Compañía Santandereana de Aviación, Cosada (1923). Christian Peter
Clausen falleció en 1928, pero sus descendientes continuaron con las
empresas que inició.

Carlos Ardila Lülle nació en Bucaramanga en 1931. Este ingeniero civil


de la Universidad Nacional de Medellín es el empresario e industrial
santandereano más sobresaliente. Incluso fue reconocido como “El
Empresario del Siglo XX” en Colombia por los principales decanos y
académicos del programa de Administración de Empresas del país. Inició
su carrera en la industria de las gaseosas, siendo gerente de planta de
Lux, empresa de su suegro (hoy de Postobón). Al frente del área de
Desarrollo y Promoción Comercial de nuevos sabores, en 1954 dirige y
acompaña el proceso de desarrollo de la Colombiana y la gaseosa con
sabor a manzana, una de las primeras en el mundo con ese sabor. Ante
su éxito comercial con gaseosas Lux, paulatinamente adquiere las
acciones de esa compañía, para luego comprar Postobón, su máximo
competidor, unificando ambas empresas. Fue nombrado presidente de
Postobón en 1968, desde donde inició su expansión en las últimas
décadas del siglo XX, al comprar compañías similares en varias regiones
del país. Este empresario e industrial también ha incursionado en
ingenios azucareros con Manuelita y Cauca; en el área de textiles con
Coltejer; y los medios de comunicación con RCN Radio, RCN Televisión y
NTN 24 en 2008. Su grupo empresarial, la Organización Ardilla Lülle, es
uno de los cuatro más importantes de Colombia. La revista Forbes lo
catalogó como uno de los hombres más ricos del mundo, teniendo en
cuenta que ha sido propietario o accionista de más de 80 compañías.

Mario Hernández nació en 1941 en Capitanejo, provincia de García


Rovira. Siendo muy niño, junto a su familia se traslada a Bogotá en
busca de mejorar su condición económica; queda huérfano de padre a
los 10 años. Desde niño compraba, fabricaba y vendía objetos. Luego de
años en oficios varios y negocios pequeños, en 1973 compra
Cuerolandia, una empresa de chaquetas de cuero que adquiere a un
comerciante quien le fía el negocio; a los dos años ya eran ocho las
tiendas de Cuerolandia. No conforme con esto, en 1982 compró el 40%
de Marroquinera; incluso, trajo al país la franquicia de calzado Bally, de
Suiza. Tras sugerencias de agencias de publicidad de cambiar el nombre
de la marca, en 1995 desaparece Marroquinera y Cuerolandia y surge
Mario Hernández, hoy una de las marcas nacionales más reconocidas en
el exterior, con unas 60 tiendas en Colombia, Venezuela, Costa Rica,
Panamá, Aruba y Moscú.

Hipólito Pinto Herrera inició su extensa y próspera actividad empresarial


en 1914 con una tostadora de café, que además tostaba chocolate y
maíz para consumir en casa. Posteriormente, creó Chocolate Pinto, con
cacao cultivado en Santander y el Valle. También incursionó en la
producción y distribución de café molido (corriente y suave) y luego
produjo harina de maíz. En 1917, en compañía de Silverio Pinto,
organizó una sociedad que importaba mercancías y compraba, vendía y
procesaba frutas. Esta experiencia, al parecer, le sirvió para incursionar
en el negocio de las aguas gaseosas. Cinco años más tarde, Hipólito
Pinto junto a Eleuterio González creó la sociedad Pinto & Cía. con un
capital de $4.000, cuyo objeto era la fabricación de cerveza. Tras la
muerte de su socio, la sociedad se disolvió y la fábrica de cervezas
quedó en manos de don Hipólito. La fábrica de aguas gaseosas catapultó
su nombre en la memoria de los santandereanos con la Kola y la Soda
Hipinto. Esta aún es producida por Postobón. La cerveza y algunas
bebidas elaboradas con malta pasaron a formar parte de la Cervecería El
Cóndor. Años después, la consolidación de estas fábricas hacia 1934 dio
origen a Empresas Unidas Hipinto.
Enrique Muñoz Guerrero inicia su carrera en el sector avicultor en 1974,
cuando se vincula como subgerente de incubación de Incubadora
Santander, de propiedad de su padre y donde trabajó junto a él hasta
1980, cuando asume la gerencia por más de 30 años. Fue pionero de la
avicultura santandereana, de la exportación de huevos a Venezuela, de
la expansión a otros departamentos y del compostaje. En 1991 ingresó
al mercado del huevo comercial. Su innovadora tecnología pasó del
huevo de piso con 10.000 animales a galpones de 150.000 gallinas en
jaulas de ocho pisos, y cuyo sistema permite llevar de un día para otro
los huevos recién puestos a los mayoristas. Es considerado el padre de
la avicultura moderna para la producción de huevo, siendo el primero en
Colombia en automatizar y traer tecnología de punta para este
subsector. Creyó en la diversificación al montar el Frigorífico Vijagual, el
más grande y tecnificado de Colombia. También fundó Agropecuaria
Latinoamericana, empresa líder en la producción de huevo en Cauca.
Durante años fue uno de los dirigentes gremiales más reconocidos en el
ámbito avícola, integró la junta directiva nacional de Fenavi y se destacó
como un dinámico miembro en la junta departamental.

Rafael Ardila Duarte es un economista de la Universidad Javeriana con


especialización en Alta Gerencia de Los Andes. Tras terminar su carrera,
Rafael Ardila regresa a Bucaramanga donde contrae matrimonio con
Nancy Arenas, de cuya unión nacieron cuatro hijos. Heredó de su madre
la vena de los negocios y la pasión empresarial, que han sido una
constante en su vida. Por eso, cuando su suegro Guillermo Arenas le
propuso que montaran un negocio en sociedad no dudó; su aporte fue
de 220.000 pesos. Y así inició Distribuidora Rayco, compañía de la que
hoy es presidente y que lo llevó a ser reconocido en el país como uno de
los principales importadores de electrodomésticos. Fue Gerente de las
Empresas Públicas de Bucaramanga, ISS, Vicerrector Administrativo de
la UNAB y docente. Como uno de los empresarios más influyentes de la
región ha pertenecido a las juntas directivas de la Cámara de Comercio
de Bucaramanga, Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB y
Promisión, entre otras.
Alfonso Silva Silva, reconocido empresario y comerciante sangileño, con
marcado interés económico en la industria y en el comercio, con clara
diversificación en sus inversiones. Sobresale porque en las décadas del
30, 40 y 50 del siglo pasado constituyó y consolidó diez empresas, la
mayoría con capitales considerables y varios socios. En la lista están:
Teatro Santander (1927), Automotriz Silva S.A. (1928) y Pardo & Cía
Ltda. (1943). También se destacan la confección y venta de vestidos
Tejar Moderno (1944), la fábrica de botones La Perla Ltda. (1944),
Confecciones El Roble (1948), Alfonso Silva Silva Ltda. (1948) con un
millón de pesos de capital, Fábrica de Maquinaria Agrícola e Industrial
Ltda. (1949), Curtiembres del Oriente Colombiano Ltda. (1949) y
Colombiana de Textiles Ltda., Coltextiles (1950). Por capital, El Roble,
Alfonso Silva Silva Ltda. y Curtiembres del Oriente Colombiano están
entre las 15 empresas más grandes en este período.

Pastor Julio Delgado nació en Girón en 1934. Hijo de María Hernández y


Julio Delgado, siendo el cuarto de 11 hermanos. Contrajo matrimonio en
Bucaramanga con Graciela de cuya unión nacieron cuatro hijos. Con su
disciplina y ganas de salir adelante, características del santandereano,
creó su empresa en 1973, una pequeña tienda ubicada en el barrio
Centro de Bucaramanga, que con gran sacrificio y dedicación convierte a
través del tiempo en una gran distribuidora. Su visión le permitió
inaugurar en 1994 las nuevas y modernas instalaciones de
Distribuciones Pastor Julio Delgado. Hombre sencillo, respetuoso,
dedicado, comprensivo, cuya moral y principios siempre claros le
permitieron una vida de mucho trabajo y reconocimientos, entre ellos el
premio Jones a “Todo una vida”, entregado por Familia Sancela. Su
empresa, dedicada al mercado de productos de consumo masivo,
después de 46 años es una de las más sólidas de Santander, con sedes
en Cúcuta, Duitama y Valledupar. Además genera 400 empleos directos
e impacta 251 poblaciones.
Adolfo Botero Machado es administrador Agropecuario de la Universidad
Jorge Tadeo Lozano, con experiencia en el área administrativa y
comercial durante 34 años. Adolfo Botero hace parte de la segunda
generación de empresarios textiles en Santander. Octavio Botero
Arango, su papá, fue el fundador de Comertex, empresa familiar
comercializadora de textiles que ha gerenciado y una de las compañías
más grandes de Santander. En su sector se destaca por tener uno de los
mejores sistemas de logística y distribución de mercancía en Colombia.
Este santandereano creó los Centros Empresariales de Confección, CEC,
donde prepara confeccionistas que desde su propia casa o taller puedan
hacer parte de la industria textil. Ha sido presidente de la junta directiva
nacional de Fenalco (2010); también ha tenido asiento en las juntas de
ANDI e Inexmoda. En las juntas directivas regionales ha participado en
la Cámara de Comercio de Bucaramanga, Aliar S.A., Promisión,
Agrotropical y la Zona Franca Santander.

Mariano y Eugenio Penagos entraron a Bucaramanga en 1892, luego de


convivir con sus padres y hermanos en Venezuela, son considerados
pioneros visionarios del desarrollo industrial, agrícola y social de
Santander. Los hermanos Penagos lograron que Santander y Colombia
entraran en el siglo XIX con la tecnología avanzada e imperante de
Europa y Estados Unidos un siglo atrás. El 15 de noviembre de 1905, se
constituyó la razón social Penagos Hermanos. Desde los inicios de esta
sociedad, los renglones eléctrico y mecánico fueron su fortaleza. En
1927, Penagos Hermanos y Luis F. Parra organizaron la Compañía
Eléctrica Penagos. Dos años más tarde, esta sociedad se integró con la
Compañía Eléctrica de Bucaramanga que manejó la producción, venta y
mantenimiento de luz eléctrica en la ciudad. A Eugenio y Mariano
Penagos se les reconoce como los impulsores desde Santander de todo
el proceso de modernización agraria. Tras la muerte de Eugenio Penagos
en 1940, asume como representante legal de la compañía Mariano
Penagos, quien falleció en 1962, lo cual dio paso al relevo generacional
en el manejo de las empresas. Actualmente, Penagos Hermanos es la
empresa privada más antigua de Santander, con 125 años de
existencia.
Jaime Liévano Camargo es un economista egresado de la Universidad de
los Andes. Ha estado vinculado al desarrollo de diversas empresas en
los sectores de alimentos, textiles, cuero, avícola, agrícola y porcina.
Transformó Avidesa S.A. en Mac Pollo, donde ocupó la gerencia durante
23 años. Fue gerente de la ANDI y de la Nacional de Conservas (La
Constancia), subgerente de Tintorex y por dos períodos consecutivos fue
presidente de Fenavi. Es uno de los gestores del Grupo Aliar, cuya
marca de carnes es La Fazenda, proyecto que impulsó con un grupo de
empresarios santandereanos y antioqueños que le apostaron a la
porcicultura a gran escala en Puerto López y Puerto Gaitán, en el norte
del Meta. Aliar revolucionó el sector alimentos.

Jacobo Alberto Álvarez Lastra es abogado de profesión. Maestro de artes


culinarias (Argentina) y MBA magíster en administración, entre otros
estudios. La principal mentora de don Jacobo, como se le conoce, fue su
mamá, que se desempeñó como docente de pastelería y cocina en
algunas cajas de compensación de Bucaramanga. Desde hace más de
30 años, siguiendo el gusto familiar por los ponqués, forjó su empresa
que inicialmente se conoció como Postres y Ponqués (1986), luego como
Postres y Ponqués Don Jacobo y hoy día como Don Jacobo. Es la cadena
de repostería más grande del país, que se destaca por su innovación de
productos con marca propia, como la genovesa. La visión empresarial de
Jacobo Álvarez la integran la constancia, la capacidad de arriesgarse, de
identificar necesidades y deseos del mercado, invertir, investigar, viajar
para conocer, recibir asesoría y formarse para ofrecer productos únicos
y de primera calidad. Don Jacobo cubre hoy el mercado nacional e
internacional con al menos 75 puntos de venta. Su crecimiento
comercial y reconocimiento además lo han hecho sobresalir fuera del
país como un destacado líder del sector pastelero.

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