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III.

Recambio de proteínas y reposición de la poza


intracelular de aminoácidos
El depósito de aminoácidos dentro de las células se genera
simultáneamente de aminoácidos de la dieta y de la degradación de las
proteínas existentes dentro de la célula. Todas las proteínas dentro de las
células tienen una vida media (t1/2), un tiempo en el que 50% de la
proteína que fue sintetizada en un momento en particular se habrá
degradado. Algunas proteínas tienen vidas inherentemente cortas, con
vidas medias de 5 a 20 minutos. Otras proteínas están presentes por
periodos extensos, con vidas medias de muchas horas o hasta días. Así,
las proteínas son continuamente sintetizadas y degradadas en el cuerpo,
usando para esto una variedad de sistemas enzimáticos (cuadro 35.2).
Ejemplos de proteínas que experimentan extensa síntesis y
degradaciones son la hemoglobina, proteínas musculares, enzimas
digestivas y las proteínas de las células que se desprenden del tracto
gastrointestinal. La hemoglobina se produce en los reticulocitos y se
convierte en aminoácidos por las células fagocíticas que eliminan
diariamente los eritrocitos maduros de la circulación. La proteína
muscular se degrada durante periodos de ayuno y los aminoácidos se
utilizan para la gluconeogénesis. Después de la ingestión de proteínas en
la dieta, la proteína muscular se resintetiza. Los adultos no pueden
aumentar la cantidad de músculo u otras proteínas corporales
consumiendo una cantidad en exceso de proteínas. Si la proteína de la
dieta se consume en exceso en relación con sus necesidades, esta se
convierte en glucógeno y triacilgliceroles, que a continuación se
almacenarán.
Una gran cantidad de proteínas se reciclan diariamente en forma de
enzimas digestivas, que se degradan a sí mismas por proteasas
digestivas. De manera adicional, un cuarto de las células que revisten las
paredes del tracto gastrointestinal se pierden cada día y se reemplazan
por células recién sintetizadas. A medida que las células abandonan la
pared gastrointestinal, sus proteínas y otros componentes son digeridos
por enzimas en el lumen del intestino y los productos absorbidos.
Además, los eritrocitos tienen una vida media de 120 días. Cada día, 3 ×
1011 eritrocitos mueren y son fagocitados. La hemoglobina en estas
células se degrada en aminoácidos por las proteasas lisosomales y sus
aminoácidos son reusados en la síntesis de nuevas proteínas. Cada día,
aproximadamente 6% (casi 10 g) de la proteína que entra en el tracto
digestivo (incluyendo proteínas de la dieta, enzimas digestivas y
proteínas de las células desprendidas) se excreta por medio de las heces.
El remanente se recicla.

Los pacientes con cistinuria y enfermedad de Hartnup tienen defectos en el transporte


de proteínas, tanto en el intestino como en los riñones. Estos pacientes no absorben los
aminoácidos afectados a una velocidad normal a partir de los productos de la digestión
en el lumen intestinal. Tampoco se reabsorben fácilmente estos aminoácidos del filtrado
glomerular a la sangre. De esta forma, no tienen hiperaminoacidemia (una alta concentración en
sangre). Normalmente, solo un pequeño porcentaje de los aminoácidos que entran en el filtrado
glomerular se excretan en la orina; la mayoría se reabsorben. En estas enfermedades, mayores
cantidades de los aminoácidos cuyo transporte está afectado se excretan en la orina, lo que da
por resultado hiperaminoaciduria.

Las proteínas también se reciclan dentro de las células. Las


diferencias en la composición de aminoácidos de las diversas proteínas
del cuerpo, el amplio intervalo en los tiempos de recambio (t1/2), y el
reciclaje de aminoácidos son factores importantes que ayudan a
determinar qué aminoácidos específicos se requieren y la proteína total
en la dieta. La síntesis de muchas enzimas se induce en respuesta a la
demanda fisiológica (como el ayuno o alimentación). Estas enzimas se
degradan continuamente. Las proteínas intracelulares también son
dañadas por oxidación y por otras modificaciones que limitan su
función. Los mecanismos para la degradación intracelular de proteínas
innecesarias o dañadas involucran lisosomas y el sistema
ubiquitina/proteasoma.

Cal Kulis y otros pacientes con cistinuria tienen un defecto genéticamente determinado
en el transporte de cistina y de los aminoácidos básicos (lisina, arginina y ornitina) a
través de las membranas con borde en cepillo de las células en el intestino delgado y en
los túbulos renales (sistema B0,+). Sin embargo, no aparentan tener síntomas por insuficiencia de
aminoácidos, en parte porque el aminoácido cisteína (que es oxidado en la sangre y orina para
formar el disulfuro cistina) y la arginina pueden sintetizarse en el cuerpo (es decir, son
aminoácidos “no esenciales”). La ornitina (un aminoácido que no está presente en las proteínas,
pero sirve como un intermediario en el ciclo de la urea) también puede sintetizarse. El problema
más serio de estos pacientes es la insolubilidad de la cistina, que puede formar piedras renales
que podrían alojarse en el uréter, causando hemorragia genitourinaria y dolor agudo intenso
conocido como cólico renal.

CUADRO 35.2 Proteasas involucradas en el recambio y


degradación de proteínas
Clasificación Mecanismo Función
Catepsinas Cisteína proteasas Enzimas lisosomales
Cisteína proteasas, que cortan Apoptosis, activada desde
Caspasas
después de aspartato procaspasas (cap. 18)
Modela los componentes de matriz
Metaloproteinasas de extracelular; regulados por
Requiere cinc para la catálisis
matriz TIMP (inhibidores tisulares de
metaloproteinasas de matriz)
Complejos grandes que degradan
Proteasoma Recambio de proteínas
proteínas ubiquitinadas
Sitio activo de serina en una triada Digestión y coagulación sanguínea;
Serina proteasas catalítica con histidina y ácido activada usualmente desde los
aspártico zimógenos (cap. 43)
Cisteína proteasas dependientes de
Calpaínas Múltiples funciones celulares
calcio

A. Recambio de proteína lisosomal


Los lisosomas participan en el proceso de autofagia, en el que los
componentes intracelulares son rodeados por membranas que se
fusionan con lisosomas y endocitosis (cap. 10). La autofagia es un
proceso complejo regulado en el cual el citoplasma es secuestrado en
vesículas y liberado a los lisosomas. En los lisosomas, la familia de
proteasas catepsinas, degradan las proteínas ingeridas en aminoácidos
individuales. Los aminoácidos reciclados pueden entonces abandonar el
lisosoma e incorporarse con los aminoácidos de la poza intracelular.
Aunque todavía no se han aclarado los detalles de cómo la autofagia es
inducida, la inanición de una célula es un disparador para inducir este
proceso. Esto permite que las proteínas viejas se reciclen y los nuevos
aminoácidos liberados se utilicen para la síntesis de nuevas proteínas, lo
que hace a la célula sobrevivir las condiciones de inanición. La cinasa
mTOR (cap. 34) tiene un papel clave en la regulación de la autofagia,
como se muestra en la figura 35.5.
FIGURA 35.6 El proteasoma y las proteínas reguladoras. Las partículas reguladoras (en esta
figura se muestran como el regulador 19S; otras son PA28αβ1, PA28γ y PA200) regulan la
actividad de este complejo proteolítico reclutando al complejo los sustratos de la proteólisis. El
requerimiento del ATP es para desplegar y desnaturalizar las proteínas marcadas para ser
destruidas. ADP, difosfato de adenosina.

B. Vía ubiquitina-proteasoma
La ubiquitina es una pequeña proteína (76 aminoácidos) altamente
conservada. Su secuencia de aminoácidos en la levadura y en los seres
humanos difiere solo por tres residuos. La ubiquitina tiene como blanco
a las proteínas intracelulares y para su degradación se une
covalentemente al grupo ε-amino de los residuos de lisina. Esto se logra
a través de un sistema de tres enzimas que une a la ubiquitina a las
proteínas diana o blanco para su degradación. Usualmente, la proteína
blanco es poliubiquitinilada, un proceso en el que moléculas adicionales
de ubiquitina se agregan a las moléculas anteriores de ubiquitina,
formando una larga cola de ubiquitina en la proteína diana. Luego de
que la poliubiquitinilación está completa, se libera la proteína blanco del
complejo de tres enzimas y es dirigida al proteasoma través de una
variedad de mecanismos.
Se conoce como proteasoma a un complejo con actividad de
proteasa que degrada la proteína blanco liberando ubiquitina intacta que
puede nuevamente marcar a otras proteínas para su degradación (fig.
35.6). El proteasoma básico es un complejo proteínico cilíndrico 20S
con múltiples sitios proteolíticos internos. La hidrólisis de trifosfato de
adenosina (ATP) se usa para desdoblar la proteína etiquetada y
empujarla hacia el núcleo del cilindro. El complejo es regulado por
cuatro diferentes tipos de partículas reguladoras (complejos capuchón),
que unen la proteína ubiquitinilada (un paso que requiere ATP) y las
entrega al complejo. Luego de que la proteína diana se degradada, la
ubiquitina se libera intacta y se recicla. Los aminoácidos resultantes se
unen a la poza intracelular de aminoácidos libres.
Muchas proteínas que contienen regiones ricas en el aminoácido
prolina (P), glutamato (E), serina (S) y treonina (T) tienen vidas medias
cortas. Estas regiones se conocen como secuencias PEST, basadas en
abreviaciones de una letra usadas para estos aminoácidos. La mayor
parte de las proteínas que contienen PEST son hidrolizadas por el
sistema ubiquitinaproteasoma.

C O M E N TA R I O S C L Í N I C O S

Susy Fibrosa. Las curvas de crecimiento y peso de Susy Fibrosa


fueron subnormales hasta que su pediatra agregó suplementos de
enzimas pancreáticas a su plan de tratamiento. Estos
suplementos digieren la proteína de la dieta, liberando aminoácidos
esenciales y otros aminoácidos de las proteínas de la dieta, que luego
son absorbidos por las células epiteliales del intestino delgado de Susy, a
través de las cuales son transportadas a la sangre. Se notó una mejoría
apreciable en las curvas de crecimiento y peso de Susy unos meses
después de que empezara su tratamiento.
Además de las proporciones de aminoácidos esenciales presentes en
varios alimentos, la calidad de la proteína de la dieta también se
determina por la tasa a la que es digerida, de forma más general, por su
capacidad para contribuir al crecimiento del infante. Respecto a esto, las
proteínas en los alimentos de origen animal son más digeribles que
aquellas derivadas de las plantas. Por ejemplo, la digestibilidad de la
proteína del huevo es aproximadamente 97%; la de las carnes, aves, y
pescado es de 85% a 100%; y la de trigo, soya y otras legumbres varían
de 75% a 90%.
como para no permitir una expresión fenotípica de la enfermedad de
Hartnup. Estos pacientes también pueden absorber algunos pequeños
péptidos que contienen aminoácidos neutros.
El único tratamiento racional para pacientes que presentan síntomas
como los de la pelagra es administrar niacina (ácido nicotínico) en dosis
orales de hasta 300 mg/día. Aunque la erupción, ataxia y
manifestaciones neuropsiquiátricas de la deficiencia de niacina puedan
desaparecer, la hiperaminoaciduria y el defecto de transporte intestinal
no responden a esta terapia. Adicionalmente a la niacina, una dieta rica
en proteínas puede beneficiar a algunos pacientes.

C O M E N TA R I O S B I O Q U Í M I C O S

El ciclo del γ-glutamilo. El ciclo del γ-glutamilo es necesario para la


síntesis de glutatión, un compuesto que protege las células del daño
oxidativo (cap. 25). Cuando fue descubierto, se pensaba que el ciclo
era importante en el transporte de aminoácidos, pero su participación en tal
transporte se considera actualmente que se limita al rescate de cisteína. Las
enzimas del ciclo están presentes en muchos tejidos, aunque algunos tejidos
carecen de una o más de las enzimas del ciclo.
FIGURA 35.7 El ciclo γ-glutamilo. En las células del intestino y riñones, los aminoácidos pueden
transportarse a través de la membrana celular reaccionando con el glutatión (γ-glutamil-cisteinil-
glicina) para formar un γ-glutamil aminoácido. El aminoácido se libera en la célula, y el glutatión se
resintetiza. Sin embargo, el papel más importante de este ciclo es la síntesis de glutatión porque muchos
tejidos no tienen las actividades de transpeptidasa y de 5-oxoprolinasa. ADP, difosfato de adenosina;
ATP, trifosfato de adenosina; Pi, fosfato inorgánico.

El ciclo completo se presenta en la fig. 35.7. En este caso, los


aminoácidos extracelulares reaccionan con el glutatión (γ-glutamil-cisteinil-
glicina) en una reacción catalizada por una transpeptidasa presente en la
membrana celular. Se forma un γ-glutamil aminoácido que viaja a través de
la membrana celular y libera el aminoácido en el interior de la célula. Los
otros productos de estas dos reacciones se convierten nuevamente en
glutatión.
Las reacciones que convierten el glutamato en glutatión en el ciclo del γ-
glutamilo son las mismas reacciones requeridas para la síntesis de glutatión.
Las enzimas para la síntesis de glutatión, pero no las transpeptidasas, se
encuentran en casi todos los tejidos. La oxoprolinasa tampoco está presente
en muchos tejidos, entonces el papel más importante de esta vía es el de la
síntesis de glutatión a partir de glutamato, cisteína y glicina. La
transpeptidasa es la única proteasa en la célula que puede romper la unión γ-
glutamilo en el glutatión. El glutatión también está involucrado en reducir
compuestos como el peróxido de hidrógeno (cap. 25). También protege a las
células, particularmente los eritrocitos, del daño oxidativo a través de la
formación de glutatión oxidado, dos residuos de glutatión conectados por una
unión disulfuro (cap. 25).

C O N C E P T O S C L AV E
Las proteasas (enzimas proteolíticas) rompen las proteínas de la dieta en
péptidos y luego en sus aminoácidos constituyentes, en el estómago e
intestino.
La pepsina inicia la ruptura de proteínas en el estómago.
Una vez dentro del intestino delgado, los zimógenos inactivos secretados
del páncreas se activan para continuar la digestión de proteínas.
Las enzimas producidas por las células del epitelio intestinal también se
requieren para degradar completamente las proteínas.
Los aminoácidos generados por la proteólisis en el lumen intestinal son
transportados hacia las células del epitelio intestinal, donde entran en la
circulación para ser usados por los tejidos.
Los sistemas de transporte de aminoácidos son similares a los sistemas de
transporte de los monosacáridos; para ambos existen sistemas de transporte
facilitado y de transporte activo.
Existen diversos sistemas de transporte superpuestos de aminoácidos en las
células.
La degradación de proteínas (recambio) sucede continuamente en todas las
células.
Las proteínas pueden degradarse por enzimas lisosomales (catepsinas).
También las proteínas son marcadas para ser destruidas, cuando se unen
covalentemente a la proteína pequeña ubiquitina.
Las proteínas enlazadas a la ubiquitina interactúan con el proteasoma, un
gran complejo que degrada las proteínas en pequeños péptidos, en un
proceso dependiente de ATP.
Los aminoácidos liberados de las proteínas durante el recambio pueden
usarse para la síntesis de nuevas proteínas, para generar energía, o para la
gluconeogénesis.
Las enfermedades revisadas en este capítulo se resumen en el cuadro 35.3.

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