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DEL DUERO
Autor:
Alberto José Gundín Lorenzo
Tutor:
Enrique Rabasa Díaz
Antonio Gaudí
Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
INDICE
I. Introducción
Tema y motivación
Objetivos
Estado de la cuestión
Metodología
Antecedentes y consecuentes
Cúpulas y tambores
Extradós. Escamas
Torrecillas
Pechinas
Huecos. Iluminación
IV. Conclusiones
V. Referencias
Anexo
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Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
I. Introducción
Dicho elemento es una elevación en la intersección entre dos naves con cu-
biertas a una misma altura, sobre-elevando el tramo común a ambas. Hoy en día,
no hay una división clara entre el concepto de cimborrio y cúpula; por ejemplo,
el Monasterio del Escorial, se ha denominado tradicionalmente, y aún hoy, cim-
borrio a la cúpula, cuando realmente no lo es.
TEMA Y MOTIVACIÓN
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OBJETIVOS
ESTADO DE LA CUESTIÓN
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Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
que su origen está en el Sur de Francia, región del antiguo Ducado de Aquitania.
No obstante, Vicente Lampérez y Romea o Manuel Gómez-Moreno, manifiestan
que la inspiración no se produce de origen francés, sino con un origen bizantino
(Torres Balbás 1922). Poco después, otras hipótesis menos apoyadas dicen que
su origen está en la influencia de la arquitectura musulmana (Carrero Santamaría
2015). Por último, la teoría más reciente, compatible a su vez con las citadas
anteriormente ya que el origen del cimborrio santiagués puede ser bizantino,
aquitano, etc. es la realizada por Miguel Sobrino González, indicando que los
cimborrios castellanos estarían intentando imitar el aspecto del primer cimborrio
de la catedral románica de Santiago de Compostela (Sobrino 2005).
A finales del siglo XIX, principios del XX, se muestra mucho interés por parte
de arquitectos e historiadores a los cimborrios del Duero, ya que en esa época
había una necesidad y una gran preocupación por certificar el origen netamente
español de muchos de los elementos que componían la arquitectura de la penín-
sula, pero a posteriori se va perdiendo esa motivación de búsqueda y solo hay
estudios puntuales, como el libro realizado por Javier Ibáñez y Begoña Alonso,
El cimborrio en la arquitectura hispánica medieval y moderna (2021), donde se
desarrolla un estudio histórico de los cimborrios en la península ibérica (Ibáñez,
Alonso 2021), o diversas actas recogidas en los Congresos Nacionales de Histo-
ria de la Construcción.
METODOLOGÍA
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Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
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Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
Son muchos los casos históricos en los que el tipo oscila entre la planta central
y la basilical o longitudinal. La relevancia del crucero supone un compromiso
entre ambas. A los aspectos simbólicos se han unido otras explicaciones. Como
suele suceder en la historia de la arquitectura y de la construcción, cuando se
perpetúa una forma es porque contiene diversas ventajas.
Fig. 1. Esquema de soluciones de cubierta con planta en cruz (Sobrino 2005, 1020)
Las limahoyas reúnen toda el agua de la unión de dos faldones, por lo tanto,
si hay alguna obstrucción en los canales de desagüe, el agua será trasladada a un
lugar poco deseado, por ejemplo, a una esquina, donde surgirán posteriormente
las humedades (fig. 2) (Sobrino 2005, 1019).
Según esto, el cimborrio surgiría como solución para evitar las limahoyas, y
conseguir así, que los encuentros entre los dos faldones fuesen resueltos por
limatesas, mucho más fáciles de llevar a cabo y de mantener.
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Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
Estos cuerpos permitían en su interior soluciones simples, pero una vez que
se incorporan las trompas angulares para el vuelo sobre los rincones interiores,
empiezan a adoptar formas mucho más complejas con una solución diferente en
el interior y en el exterior. Formadas por un cerramiento la mayoría de las veces
abovedado, desarrollado en el interior de un prisma exterior de planta cuadrada,
con naturaleza envolvente. Los grandes costes de la construcción, así como las
abundantes dificultades técnicas que se debían salvar para levantar este tipo de
estructuras, cuando no eran realmente necesarias en los templos, harán que se
terminen transformando en “estructuras de prestigio” (Ibáñez, Alonso 2021, 15-
17).
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Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
Fig. 3. Trompa angular (Viollet-Le-Duc Fig. 4. Arco toral (Viollet-Le- Duc 1879, Tomo 4, 35)
1879, Tomo 9, 312)
Como nos dice Ibáñez Fernández (2021) entre los diversos cimborrios con esta
composición, destaca el de la catedral de San Pedro de Jaca (Huesca), realizado
a finales del siglo XI (fig. 5). Se trata de una estructura de carácter básico, con
forma circular, donde sus nervios se apoyan en los puntos medios del octógono,
y en cuya base solo hay una única apertura, de forma circular, para permitir la
entrada de luz. Posteriormente, dicha hueco de iluminación quedará tapado al
construirse en el siglo XVIII una nueva capilla mayor por encima del nivel de la
cubierta.
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Fig. 6. Iglesia de Santa Eufemia de Cozuelos Fig. 7. Monasterio de Santa María la Real de
(Ibáñez, Alonso 2021, 33) Mave (Ibáñez, Alonso 2021, 35)
El de la iglesia de San Pedro del castillo de Loarre (Huesca) (fig. 8), levanta-
do a finales del siglo XI, no es realmente un cimborrio ya que se eleva sobre los
arcos torales perimetrales. En este caso se muestra un pequeño cambio, debido
a que las trompas angulares no son continuas, son dobles, con un perfil interior
ochavado de planta cuadrada, que adopta esa misma forma al exterior. Sus apo-
yos tienen cuatro huecos de iluminación con forma circular, situados en el centro
de cada lado de la base. La mayor novedad se encuentra en la semiesfera situada
encima de algo parecido a unas pechinas clásicas, la cual, se levanta en el interior
de un prisma de planta octogonal (Ibáñez, Alonso 2021, 33).
Fig. 8. Iglesia de San Pedro del Castillo de Fig. 9. Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciada
Loarre (Ibáñez, Alonso 2021, 37) de Urueña (Ibáñez, Alonso 2021, 39)
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En el interior la bóveda está constituida por ocho nervios; de cada punto medio
de un lado del octógono salen dos de ellos que van en direcciones distintas, de
manera que se cruzan formando una estrella de ocho puntas. Entre ellos hay cas-
quetes que no tienen una forma definida, con huecos circulares, y en el centro de
la estrella hay una linterna (Ibáñez, Alonso 2021, 41-44). Evidentemente recuerda
a las bóvedas de arcos cruzados de la mezquita de Córdoba, estilo de la arquitec-
tura musulmana del siglo X.
Fig. 10. Iglesia de San Miguel de Almazán Fig. 11. Sección transversal (Ibáñez, Alonso 2021, 45)
(Ibáñez, Alonso 2021, 46)
ANTECEDENTES Y CONSECUENTES
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Fig. 12. Saint-Étienne de Perigeux Fig. 13. Iglesia de Choer Fig. 14. Iglesia de San Hono-
(Verneilh-Puyraseau 1851, 339) Saint-Front (Verneilh- rato (Torres Balbás 1922, 116)
Puyraseau 1851, 327)
Fig. 15. Iglesia de Fénioux Fig. 16. Catedral de Notre Dame Fig. 17. Abadía de las Damas de
(Torres Balbás 1922, 117) la Grande. Saintes.
(https://m.arteguias.com) (https://www.france-voyage.com)
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Las torres centrales están rodeadas de cuatro torrecillas, con una división de
ordenes de ventanas entre columnas y las mismas imbricaciones en la cubierta,
también denominadas escamas. La mayoría de las cúpulas citadas anteriormente
tienen en la parte superior un cuerpo en forma de campanario, por ello, para en-
contrar cúpulas aparentes al exterior, trasdosadas de piedra, hay que irse al Peri-
gord, donde los arquitectos del Angoumois levantaron sobre pechinas tambores
abiertos por ventanas, decorados con arquerías que sostienen cúpulas esféricas,
por ejemplo, la catedral de Angoulême (fig. 18) y la iglesia de Saint-Amant-de-
Boixe (fig. 19), ambas ubicadas en Charente, distrito de Angoulême.
Fig. 20. Iglesia de los Santos Fig. 21. Iglesia de Santa María Fig. 22. Catedral de Amalfi.
Apóstoles de Salónica. dell'Ammiraglio (Torres Balbás (https://rutacultural.com)
(https://www.pinterest.es) 1922, 115)
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La bóveda bizantina está construida con una sola hoja de ladrillos y piedras
porosas, con trasdosado al exterior y, sólo en algunas ocasiones, con elementos
cerámicos y relleno de tierra o yeso, por lo tanto, es mucho más ligera, flexible
y sirve también como aislante térmico. Dichas bóvedas en el arranque interior
de los gallones sobre el círculo determinado por las pechinas, introducían huecos
de iluminación ocupando las caras de este elemento, careciendo de tambor. Sirva
como ejemplo destacado, la iglesia de Santa Sofía de Constantinopla (fig. 23)
que, a su vez, es una cúpula gallonada consecuencia de la resolución de una bó-
veda mediante nervios. Otros ejemplos semejantes serían: la iglesia de los Santos
Sergio y Baco (fig. 24), la cual, fue el modelo de inspiraron para la construcción
de Santa Sofía por lo que también es conocida con el nombre de “Pequeña Santa
Sofía”, la iglesia de Santa Irene (fig. 25) y la iglesia de San Salvador de Cora
(fig. 26), todas ellas ubicadas en Estambul.
Fig. 23. Sección longitudinal de Santa Sofía de Constantinopla Fig. 24. Iglesia de los Santos
(https://www.arquitecturapura.com) Sergio y Baco.
(https://www.pinterest.es)
Fig. 25. Sección longitudinal de la Iglesia de Santa Irene Fig. 26. Iglesia de San Salvador de
(http://composicion.aq.upm.es) Cora (Carrero Santamaría 2015, 26)
Más tarde, Hersey Carl y Elie Lambert incorporarán una procedencia y una
cultura más, dado que, a su entender, la influencia en la idea y articulación del
cimborrio de la catedral de Zamora, era de origen islámico, del tramo previo al
mihrab de la gran mezquita de Kairuán (figs. 27 y 28), con una cúpula avenerada
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sin nervios, carente de escamas y crestas exteriores, y con un doble registro cua-
drangular y octogonal de estrechas ventanas, mientras que la Catedral de Sala-
manca tenía una influencia más aquitana por su forma exterior en forma de flecha
(Carrero Santamaría 2015, 25).
Fig. 27. Mezquita de Kairuán (Carrero Santamaría Fig. 28. Interior de la cúpula de la Mezquita de
2015, 25) Kairuán (Carrero Santamaría 2015, 26)
Fig. 29. Dibujo de la cabecera de la catedral de Santiago Fig. 30. Crucero primitivo de la
de Compostela realizado por Vega y Verdugo (c. 1656-1657) catedral de Santiago de Compostela.
(https://sobredos.com) Interpretación de Miguel Sobrino de la
idea de Conant (Sobrino 2005, 1022)
Fig. 33. Sección de la Sacristía vieja Fig. 34. Sacristía vieja de la Basílica de San Lorenzo
de la Basílica de San Lorenzo (https://es.wikipedia.org)
(http://composicion.aq.upm.es)
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lo cual hace diferenciarse del resto, es el zuncho de hierro que recorre el tambor
embutido a la altura del arranque de los arcos interiores (Sobrino 2018). Esta so-
lución técnica, no corresponde al siglo XIII, pero otras construcciones poste-
riores del siglo XVI, como por ejemplo la cúpula de San Pedro en el Vaticano
de Roma (fig. 38), tiene tres zunchos de hierro mediante barras enlazadas por
cuñas o pestillos, que se colocaron durante el proceso constructivo. Según la
hipótesis de Gema López, pudieron tener una función de ayudar a la fábrica en
la retracción del mortero. Estaban colocados, uno en la linterna, y los otros dos
en la zona de arranque de la cúpula, situación parecida a la de la capilla de Pla-
sencia. Su función estructural es dudosa y no aporta grandes ayudas (figs. 39 y
40) (Manzanares López 1998, 287).
Fig. 38. Cúpula de San Pedro, Roma Fig. 39. Estabilidad. Según el Parere,
(Manzanares López 1998, 286) 1743 (Manzanares López 1998, 291)
Fig. 40. Pesos y empujes resistidos por los zunchos. Según el Parere,
1743 (Manzanares López 1998, 290)
Según la hipótesis de Miguel Sobrino, el cimborrio que hoy cubre la sala capi-
tular, podría haber estado colocado sobre el crucero de la catedral vieja debida a
la idéntica relación en anchura de dicha sala capitular y de la nave central del
templo de 760 cm (25 pies) (fig. 41). El desmontaje y la recolocación de cons-
trucciones pétreas, entre los siglos XV y XVI, fueron muy frecuentes, por ello,
el movimiento tan brusco del cimborrio no sería nada imposible ni inusual (So-
brino 2018, 36-37).
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Fig. 35. Sección de la sala capitular Fig. 36. Planta de la sala capitular
de Plasencia (Lampérez 1930, 136) de Plasencia (Lampérez 1930, 137)
Fig. 37. Planta de la Catedral de Fig. 41. Planta hipotética de la catedral medieval de Plasencia
Plasencia (Lampérez 1930, 110) situando el cimborrio en el crucero. Autor: Javier Rodríguez
Callejo (Sobrino 2018, 39)
Según la hipótesis de Eduardo Carrero, la fuerza visual que ejercen los cim-
borrios del Duero terminó por hacerles llegar a la categoría de cita. Y así nos los
encontramos, representados en varias piezas escultóricas (Carrero Santamaría
2015, 28). El primero se esculpió en el relieve procedente de San Leonardo de
Zamora, hoy en The Cloisters Collection, del Metropolitan Museum de Nueva
York (fig. 42). Una escena apocalíptica cubierta por una moldura formada por
una hilera de tres cimborrios. Éstos tienen la cubrición de escamas, las crestas
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que separan los gajos, las torrecillas angulares, el tambor con sus ventanas abier-
tas y, en los laterales, incluso los frontispicios. Lógicamente, el conjunto forma
parte de un juego plástico a través de la reinterpretación del escultor, pero no hay
duda de que se inspiró en las imágenes de las catedrales y sus cimborrios. La se-
gunda pieza son los restos de un posible tímpano que pertenece a las obras tardo-
románicas de la catedral de León y hoy se exhibe en el Museo Catedralicio y
Diocesano (fig. 43). La obra escultórica es uno de los cimborrios del Duero: tam-
bor, torrecillas angulares, frontispicios y una cubierta cónica de escamas con
crestas que recuerda a la Torre del Gallo (Carrero Santamaría 2015, 28-29).
Fig. 42. San Leonardo de Zamora. The Fig. 43. Catedral de León. Restos escultó-
Cloisters, Metropolitan Museum of Art, ricos. Museo Catedralicio y Diocesano
Nueva York (Carrero Santamaría 2015, 29) (Carrero Santamaría 2015, 29)
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Fig. 44. Catedral de Ciudad Rodrigo. Pórtico de la Gloria. Fig. 45. Detalle de la fachada
(https://www.romanicodigital.com/) (Ibáñez, Alonso 2021, 57)
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CÚPULAS Y TAMBORES
El conjunto de los denominados Cimborrios del Duero (fig. 47) muestra una
serie de semejanzas y diferencias de carácter individualizado entre ellos, que a
su vez los hacen singulares respecto a los cimborrios anteriores.
Fig. 47. Catedral de Zamora. Catedral Vieja de Salamanca. Colegiata Santa María la Mayor de Toro
(Imagen del autor 15.10.21)
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Fig. 48. Alzado y sección del cimborrio de la catedral de Zamora, según Luis Menéndez Pidal,
en su libro “Restauración del cimborrio y de las cubiertas pétreas en la catedral de Zamora”
(Ibáñez, Alonso 2021, 50)
Fig. 49. Alzado y sección del cimborrio de la catedral vieja de Salamanca, Fundación Santa
María la Real / G. Lalanda (Ibáñez, Alonso 2021, 52)
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puesto por un único casco trasdosado desde el intradós al extradós, sin ningún
tipo de relleno, es decir, la misma piedra, y un segundo grupo formado por los
cimborrios de la catedral vieja salmantina y la colegiata toresana con dos cascos,
diferenciando el intradós y el extradós con relleno entre medias, de piedra y mor-
tero de cal para el primero, y madera y ladrillo para el segundo.
distancia
DISTANCIA diferente distancia diferente distancia
aproximada entre
ENTRE NERVIOS entre sus nervios entre sus nervios
todos sus nervios
SECCIÓN DE
semicircular arco apuntado semicircular
LA BÓVEDA
COMPOSICIÓN
SI SI SI
RADIAL
SI NO SI
CLAVE
forma floral forma floral forma circular
CENTRAL
compleja simple sin decoración
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Fig. 52. Catedral Vieja de Salamanca (Imagen y levantamiento del autor 04.01.22)
Fig. 53. Colegiata de Santa María la Mayor de Toro (Imagen y levantamiento del autor 04.01.22)
Fig. 54. Catedral de Zamora. Catedral Vieja de Salamanca. Colegiata de Santa María la Mayor de Toro.
Comprobación en AutoCAD de nervios, gallones y clave central (Imagen del autor 05.01.22)
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EXTRADÓS. ESCAMAS
Fig. 55. Veleta de bronce en forma de gallo. Fig. 56. Campanario de la iglesia
Catedral Vieja de Salamanca. Dibujo: José de Fénioux. Charente-Inférieure
Yárnoz (Arqνitectνra Nº 36 1922, 136) (Torres Balbás 1922, 117)
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Fig. 57. Catedral de Zamora. Catedral Vieja de Salamanca. Colegiata de Santa María la Mayor de Toro.
Líneas de los crochets (Imagen del autor 08.12.21)
Fig. 58. Catedral de Zamora. Catedral Vieja de Salamanca. Colegiata de Santa María la Mayor de Toro.
Detalle de las juntas de las escamas (Imagen del autor 02.01.22)
crestas de hojas
TIPO DE crestas con
encorvadas y X
SEPARACIÓN arquillos
botones
cubierta de
TRASDOSADO pétreo flecha poligonal
carpintería
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TORRECILLAS
Los tres cimborrios poseen el mismo número de torrecillas (fig. 59) sin ningu-
na escalera interior, aunque no todos tienen el mismo número de vanos de altura,
la de Zamora compuesta por un solo vano y la de Salamanca y Toro dos, siendo
semejantes al tambor principal del cimborrio. Dichos elementos a su vez están
cubiertos por unas cúpulas exentas a la principal, con sus respectivos tambores
perforados por arcos, con o sin columnas.
Fig. 59. Catedral de Zamora. Catedral Vieja de Salamanca. Colegiata de Santa María la
Mayor de Toro (Imagen del autor 08.12.21)
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PECHINAS
Las pechinas sobre las que se elevan las tres linternas (figs. 60, 61 y 62), no
forman exactamente triángulos esféricos. Al construirlas debieron de colocarse
los sillares tan sólo escuadrados, labrando la superficie una vez colocados, por
ello se explica su relativa continuidad superficial (Torres Balbás 1922, 100). Di-
chas pechinas en Salamanca y Zamora están situadas sobre los arcos torales
mientras que en Toro se encuentran enrasadas a distinto nivel de los arcos. La
superficie no es esférica en ningún caso, pero la sección se parece más a la de
una esfera en Toro. Las líneas de junta están sobre planos más o menos perpendi-
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Fig. 61. Catedral Vieja de Salamanca (Imagen y levantamiento del autor 02.01.22)
Fig. 62. Colegiata de Santa María la Mayor de Toro (Imagen y levantamiento del autor 02.01.22)
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pechinas enrasadas
TIPO DE APOYO pechinas enrasadas pechinas enrasadas
a distinto nivel de los
EN LOS ARCOS sobre arcos torales sobre arcos torales
arcos torales
POSIBLES
planos planos troncocónicos
LECHOS
HUECOS. ILUMINACIÓN
Fig. 63. Catedral de Zamora. Catedral Vieja de Salamanca. Colegiata de Santa María la Mayor de Toro
(Imagen del autor 08.12.21)
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IV. Conclusiones
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Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
Fig. 65. Sección longitudinal. Catedral Vieja de Salamanca (Berriochoa 1985-1986, 17)
Fig. 66. Sección transversal. Catedral Vieja de Salamanca (Fundación Santa Mª la Real, Salamanca, 258)
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Fig. 67. Sección longitudinal. Catedral vieja de Salamanca (Fundación Santa Mª la Real, Salamanca, 258)
Otros autores como José María Avrial y Flores realizaron dibujos que mues-
tran elementos erróneos: las escamas en forma de flecha apuntada de Zamora y
la cubierta de las torrecillas semejante a un cono “deformado” de Salamanca. A
esto se suma las dimensiones mal realizadas entre algunas de las partes de ambos
cimborrios como la relación entre el tamaño de los frontispicios y torrecillas,
respecto a las ventanas del tambor, siendo estas mucho más pequeñas en la reali-
dad (figs. 68 y 69).
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Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
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Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
Fig. 71. Detalle en planta acotado de la sección por la torre- Fig. 72. Detalle de frontispicio y torre-
cilla. Catedral vieja de Salamanca (Arqνitectνra Nº 36 1922, cilla. Catedral de Zamora (Avrial y
134) Flores 1850, Lámina 5)
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Los Cimborrios del Duero | Alberto José Gundín Lorenzo
Por lo tanto, se intuye que fueron diferentes autores, equipos o tradiciones los
que realizaron los diseños de los cimborrios del Duero, con un intento de copia
desde un punto de vista formal. Se muestran claras diferencias a la hora de su
definición, y por ello se deduce que tenían distintos conocimientos y procedi-
mientos constructivos.
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V. Referencias
AVRIAL Y FLORES, José María, 1850. Zamora. Año de 1850: Cuaderno de vistas to-
madas del natural, Zamora: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
LECANDA ESTEBAN, José Ángel, 2003. “Análisis Estratigráfico del cuerpo de torres
de la Catedral Vieja de Salamanca”, en: Actas del Seminario Internacional de
Arqueología de la Arquitectura (II), Vitoria-Gasteiz, 18-20 febrero 2002, CSIC-
Universidad del País Vasco, Arqueología de la Arquitectura. 159-165.
LÓPEZ MOZO, Ana, Miguel Ángel Alonso Rodríguez, José Calvo López y Enrique
Rabasa Díaz, 2013. “Sobre la construcción de pechinas de cantería. El caso de
Armenia”, en S. Huerta ed. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de
la Construcción, Madrid, 9-12 octubre 2013, Madrid: I. Juan de Herrera. 555-
564.
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SOBRINO GONZÁLEZ, Miguel, 2005. “El cimborrio y otras soluciones a las cubiertas
en la arquitectura altomedieval”, en S. Huerta ed. Actas del Cuarto Congreso
Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, Madrid: Ins-
tituto Juan de Herrera, SEdHC, COAAT Cádiz. 1017-1027.
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Anexo
Catedral de Zamora.
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