AfíO XV MADRID 22 DE FEBRERO DE 1897 NüM. 1 .

PRECIOS DK SUSCBIPCIÓn coiroicioinEs

R e d a c c i ó n y AdmlnJstracióD
Fn A'adrid s peMtil trimeslrc—En ProTincias españolas, ao.—Re- Eatt iluturación te publica los dlu 7, 14, " Y ^o dándose tambiía
Fijbli<as americar as, cD la capital, • pesos trimestre—Estados, Pro- CALLE DEL BARQUILLO, 16. BAJO
TiECias ó Departair.eDtcs 4<&o triircstre.—Número suelto a peseta. figurines.—Suscripción adelantada,

-3Si^
\0

ILMO. SE. D. MARIANO TOLEDANO LABOfiDA

DIRECTOR GENER4L DE CONTRIBUCIONES INDIRECTAS
 74
SUMARIO
TEXTO: Cosas de la Villa, por El Abate San Román.—id» dos
Juanas, por Concepción Gimeno de F\dií\\itv,—Zaragoza mo-
numental,'pot U. Pedro Gascón de Coior_.—La ciencia y la
rí/iyíón, por Toribio Ruíz Ximénez. —/)O«ÍI Sibila (conclu-
sión), por Mario André.—Cuentos breves: El billete de lote'
ría, por Hablo De\3W.—Literatura, por Ángel Lasso de la
Vega—Mi'dico poeta, por Francisco de Tricheta.—Aíi(/en?í,
aves Y flores, por J. Sanmartín y Aguirre.—¿J nueva ruta,
por C. Moreno üarcia.—Jlíenuííencias, por Enrique Fernández
Fuentes.— Variedades.—Nuestros grabados, por La Redacción.
Anuncios.
GRABADOS: Ilnao. Sr. D. Mariano Toledano Laborda, Direc-
tor general de Contribuciones indirectas.—Palacio Real, visto
desae la plaza de Oriente.—Sr. D. Pedro Gascón de Gotor,
Académicu de la Historia é individuo de la Comisión de Mo-,
numentos de Z a r a g o z a . - D ú o de amor.—Meditando una de-
claración.—Músicos callejeros.—Vestido para teatro.
-^ tnn \\t k "filia ^^
fisto de no faber si vamos á ser tíos ó tías,
como dice el protagonista de Las Oradas de Ge-
deán, es iusoportable.
Qniero decir, que esta ansiedad en qae vivimos
respecto á los asuntos de Cuba y Filipinas, mo-
lesta.
Quisiáramos que las cosas fuesen con mayor r a -
pidez, para saber de una vez si hemos de ser cu-
banos ó fí1ipino3.
Las manifestaciones con que España entera ha
protestado contra las... libertades de los Cstados
unidos, demuestra cuál es la actitud del país.
£1 ejército, respondiendo como siempre á la voz
de la patria, se apresara, á costa de sacrificios, á
proporcionarla nuevos medios de defensa.
No pnele pedirse más ¿ quienes, además de
•sto, han de ser los mantenedores de la honra na-
cional y de la integridad de nuestros territorios,
|Qaé desencinto ha proporcionado el Centro
Militar á los que, cobardes y ea las sombras, ten-
dían redes á ese Círculo y procuraban concluir
con ¿II
Y no será, seguramante. porque las clases mili -
tares vivan con mucho desahogo .
Pero nadie es tan rico en el mundo como quien
tiene corazón.
Apenas se habla de otro asunto que J e la nece-
sidad de fomentar nuestra m<\rina.
Hay quien cree que una frav;ata acorazada pue-
de costar hasta cinco duro-j.
Hay quien se propone abrir suscripciones in •
verosímiles, para reunir dinero 4 ñn de construir
dos ó tres escuadrillas con qne acudir á Cuba v
á Filipinas.
Mientras sea de buena fe, es digno de elogio
tanto patriotismo.
£1 ejemplo del ejército encontrará imitadores;
pero no lodos los centros disponen de los medios
de acción que el militar.
En ñn, todo es preferible á la actitud de ese
puñado de norteamericanos y desvergonzados,
qne consideran el peligro de la patria con la más
completa indiferencia, y aun se mofan de los que
ae entusiasman con la idea de nnestra regenera-
ción nacional,
—Figúrense ustedes que nos soplan un par de
acorazados en cada puerto, decía noches pasadas
un feto norteamericano, picado de viruelas, por
más señas con patillas á la papillot.
Y nn capitán joven, qne soportaba la conversa-
ción de aquel mamarracho:
—Pero, hombre, ¿astaJ qnó sabe de bniaes ni
de corazas? 8i fuera de corsés...
£ L ALBÜM I B E R O AMEEIOANO
—He visto muchos en España y en el extranje- el Temerario, insurreccionóse contra Luis XI, in-
ro, objetó e! joven tonto, dándose aires de enten- vadiendo la Picardía y arrojándose sobre la ciudad
dido. de Beauvais á la cabeza de 80.000 hombres.
—¿Corsés 6 corazas? insistió el oficial. No asustó el número de sitiadores á los valientes
—Lo que yo aseguro es que no tenemos ni bar- hijos de Beauvais, y á pesar de hallarse sin guarni-
cos, ni ejército, ni elementos para una guerra, y ción, con murallas muy bajas y con fortificaciones
que nos pegan. en muy mal estado resolvieron hacer frente al for-
midable enemigo. ArmíSronse repentinamente como
—A usted, no les costaría gran esfuerzo.
pudieron, y apercibiéronse á la batalla contra un
—Eso...
ejéi-cito disciplinado, aguerrido y muy superior en
—No digo á un nortaamericaao, aino á cualquier
armas y en soldados. Las mujeres y los niños les
norteamericana floja. secundaron desempedrando las calles y haciendo
Hay algunos, por fortuna pocos y de escaso caer sobre los enemigos una granizada de guijarros.
valer, que, no atreviéndose á declararse canallas, Muchas mujeres se distinguieron en Beauvais,
se declaran previsores.
—¿Qué vamos á ganar? preguntan.
mas la he-oina de este sitio fué Juana Hachette.
Cuando los borgoñones quisieron enarbolar su ban-
^-Supongamos que nos de^ian la isla de Cnba: dera, ella subió á la brecha, quitóle á un soldado
¿cree usted quíi no caerán sobre otro punto? el estandarte, y precipitó al atrevido desde las mu-
—SegÚQ las últimas noticias, están en Manila rallas al fondo de un foso. Dueña del estandarte, lo
tres acorazados. depositó en la eapilla de la patrona de Beauvais.
Este se conserva todavía, aunque sus colores están
—¿Dentro de la capital?
ya tan pálidos que cuesta trabajo distinguirlos: es
—No; en aguas de Manila.
blanco, y las figuras y el escudo hállanse pintados
Estos y otros disparates es preciso oir con pa-
sobre fondo adamascado. Tiene la palabra Burgun-
ciencia, y tolerar á los que loa disparan, ó rom-
di* escrita en grandes letras doradas y ostenta dos
perles la crisma; no hay otro medio. arcabuces cruzados entre llamas con este mote: Ante
—Si entre la gente que nos reunimos en el café, ferrit quam fiamma micat, al lado de San Lorenzo
pudiéramos construir un lanchón acorazado... se lee la divisa de Carlos el Temerario, que es la
—¿Para qué? siguiente: Je i ai entrepris. El culto á San L o -
—Para ofrecérsele al Gobierno. renzo era muy general en Borgoña en la época á
—Si, ¿para llevar los equipajes de los jefes? que me refiero. Cuando triunfaron los habitantes
—Algo 63 algo; y si no... ¿qué hemos de hacer? de Beauvais, Luis XI les concedió varios privilegios,
Echarnos á la calle especialmente á las mujeres plebeyas, las cuales
pasean todos los años la famosa bandera en proce-
O al campo.
sión cívica y gozan de toda> las prerrogativas r e -
Esta es otra variedad.
servadas antes del sitio á las damas de la nobleza.
L a de los que, en cuanto se presenta una difi-
En Beauvais, como en otros pueblos, las heroínas
cultad internacional ó nacional, piensan en echar-
fueron de obscuro origen. En e' sitio de la Rochela
se á la calle. se mezclaron las mujeres de humilde cuna con las
En ostos momentos se revuelven todas las pasio- de cuna aristocrática; aunque las verdaderas heroí-
nes políticas y financieras. nas de la Rochela fueron la madre y la hermana del
[Es tan diñcil medir el patriotismo I duque de Rohan. E^tas ilustres dimas no quisieron
Como que este sublime sentimiento de dignidad entrar en la capitulación, y sufrieron sin desfalle-
no puede explicarse. cer, un largo y penoso cautiverio en el castillo de
Se siente bien, ó no se siente. Niort. Ana de Rohan poseía inspiración poética, y
escribiendo versos amenizaba las tristes horas de su
Podrá haber quien le finja, pero se conoce.
prisión; esta celebridad del partido calvinista es
EL ABATBSAN ROMÁN. autora de un poema titul do La muc-te de Enri-
que /V. La instrucción de Ana de Rohan era tan
vasta que le permitía leer la Biblia en hebreo.
LAS DOS JUANAS En la Fronda también se vieron mujeres de alto
linaje y de baja esfera; allí aparejieron entre las de
t
noble alcurnia, la duquesa de I.ongucviHev m:»-
o femmes, c^esl d lorl qu-on vous nomme
timtdes. demoiselle de Montpensier, prima hermana de
A la V'iix de vos cieenrs, vous étes intré-
Luis XIV. En la Vatviée ocurrió lo mismo en 1762 v
pides.
r.HGouv¿, en 1832; la heroína de este tlltimo sitio fué la famosa
, ¿ « ^ L siglo XV fué afortunado en heroísmos duquesa de Berry. Las mujeres crean en Francia
i|fN femeninos, pues brillaron en él las dos las revoluciones y contrarevoluciones. ¿-Quiéi hizo
Juanas; Juana de Arco y Juana Hachette, pedir al grave Condorcet, al último filósofo del si
•s^ la famosa heroína de Beauvais. glo xviii, el derecho de ciudadanía para el .sexo fe-
Obsérvase que entre las mujeres francesas, las menino? Las mujeres. ¿Quién dictó á Robert el acta
que más se mezclan en la política son las dos clases primitiva de la República para no reconocer ni á
extremas: las mujeres de la aristocracia y las plebe- Luis XVI ni á otro rey? Su esposa. ¿Quién alentó
yas. En la época del Terror, fueron victimas de la las sociedades secretas de mujeres? Una jacobina,
revolución unas y otras. Rosa Lacombe. ¿Quién dio derechos á las mujeres?
I,as mujeres francesas se han distinguido siempre Oli'inpia de Gouges, con esta frase: Las mujeres tie-
por el valor; ejemplo de este aserto es Juana Ha- nen derecho á subir á la tribuna, ya. que suben al
chette. La intrépida heroína de Beauvais apellida- cadxlso. ¿Quién destruyó la Bastilla? Mme. Legros;
bas» Laisné, pero sus conciudadanos quisieron enal- ella fué la inspiradora del pensamiento, ella la i n -
fluencia uioral ante la cual cedieron más tarde ma -
tecerla ccn el sobrenombre de Hachette. debido á
que se defendía con un hacha y l*s cronistas han cizos cerrojos, altas torres, derrumbánüioae los e n -
respetado una denominación que tiene tan glorioso negrecidos muros de aquella espantosa fortaleza.
origen. Mme. Legros murió sin ver terminada su obra; per»
En 1472 el ambicioso Juque de Borgoña, Carlos la posteridad bendice su nombre.

Las mujeres que sucumbieron en la guillotina en
la última década del siglo xvui, lasque brillaron
en el año de 1815, cual Mme. de Lavalette por el
heroismo conyugal, y las que impulsaron los suce-
sos de 1830, entre las que ñguran Mme. Laval {la Pe-
tite Vivandíére.) Mme. Frottier, Mme. Lepage,
Mme. Chariot, Mme. Pitón, Mme. Tongles y made-
moiselle Froger, demuestran la parte activa que
toma la mujer francesa en los sucesos políticos de su
patria. La bandera tricolor que flotó en la columna
Vendóme fué hecha por una mujer.
Las francesas han promovido siempre las revolu-
ciones 6 las han inspirado; no debe sorprender el
valor de Juana Hachette.
Esta bella heroína del siglo xv era hija de un hu-
milde artesano; cuando casó en segundas nupcias
con su primo Juan Fouquet, Luis XI dio á éste una
plaza en su guardia real como premio á la bravura
ele Juana.
El día 6 de Julio de 1851 se colocó en la plaza
Mayor de Beauvais una estatua en bronce, obra del
escultor Debay, que representa á Juana Hachette.
¡Qué mejor apoteosis para la heroina!
II
Más popular que Juana Hachette, es Juana de
Arco, la renombrada doncella de Orleans.
¿Quién no conoce á la humilde pastora del valle
d e Domreroy transformada en bélico soldado?
Esta heroina ocupa un puesto de honor en la
historia, en la leyenda y en la poesía.
La breve existencia de Juana de Arco es la más
brillante epopeya que encierran los anales de Fran-
cia.
Hija de pobres labriegos deslizóse la infancia de
la inspirada niña en un aprisco: ^-quién dijera que
en tan humilde lugar había de germinar en su pen-
samiento la idea de defender el trono de Carlos VII?
Apenas contaba doce años de edad, cuando en
Agosto de 1424 oyó la misteriosa voz que le dijo:
Juana, eres nacida para obrar maravillas, porque
á tí, virgen, te ha elegido el Señor para restaurar
en su trbTo al Rey Carlos. En traje varonil y bien
armada, serás caudillo en la guerra y todo en el
reino se hará segiin tus consejos.
Los celestes coloquios con Juana fueron más fre-
cuentes, y éstos la decidieron á pedir protección
para su empresa á los vecinos de Vaucouleurs, los
cuales, teniendo gran fe en cuanto ella decía, le
iacílitaron armas y caballo.
Cuando el capitán Baudricourt le regaló una es-
pada, la joven heroina contestó que sólo quería
servirse de un acero bendito, que le trajeran una
tizona que se hallaba enterrada detrás del altar de
Santa Catalina en Fierbois.
No se equivocó la devota de Santa Catalina y
Santa Margarita, pues encontróse la tizona en el
lugar designado.
La protegida de San Miguel, el Arcángel de las
batallas, parecía dotada de don profético, porque
la mayor pane de lo que auguraba se realizó.
Antes de ser cautiva por los ingleses, la heroina de
Orleans dijo á Carlos VII que solo viviría un año.
¡Este triste presagio se cumplió!
Rápida fué la existencia de Juana de Arco: nació
en 1411, levantó el famoso sitio de Orleans en el
día 8 de Ma) o de 1429, fué hecha prisionera por los
ingleses en Mayo de 1430, se entabló su proceso en
Enero de 1431, siendo devorada por las llamas en
el día 30 de Mayo del mismo año. La ciudad de
Rouen, donde se consumó el espantoso martirio de
la heroina, viste luto todos los años en esta triste
fecha, así como la ciudad de Orleans se engalana
en el memorable día 8 de Mayo.
Al subir á la hoguera la gloriosa victima, sus
E L ÁLBUM I B E R O A M E R I C A N O
PALACIO REAL, VISTO DESDE LA PLAZA DE ORIENTE
enemigos le pusieron sobre las sienes una caperuza
en la que se leía siguiente inscripción:
Hereje, Relapsa, Apóstata, Idólatra.
Juana de Arco pidió una cruz, muriendo abraza-
da al sagrado símbolo de la religión cristiana, y la
última palabra que se la oyó pronunciar fué Jesús.
En 1456 cuando el proceso de la heroina se revi-
só por mandato del Papa Calixto III, el cual permi
tió la glorificación de Juana la Virgen, las damas
de la ciudad de Orleans despojáronse de sus alha-
jas y con el valor de ellas le erigieron un monu-
mento.
Juana Hachette, Juana de Monfor, Juana de
Flandes y Juana Schellinck han dejado luminosa
estela en los anales del heroísmo; pero ninguna la
ha dejado tan brillante como Juana de Arco, la ilus-
tre defensora de Orleans.
CONCEPCIÓN GIMENO DE F L A Q U E R .
ZA.RAG0Z4 MONUMENTAL
Conferencias dadas en el Ateneo de Madrid las noches del 14
y 28 de Enero por el pre .bitero y académico correspondiente
de la Real de la Historia, D. Pedro Gascón de Gotor.
SEÑORAS:
SEÑORES:
UN cuando dulce es el amor de la patria,
como dijo el poeta romano, no ha de lle-
gar mi amor á extremos dignos de censura
que alejan la verdad de los hechos. Zarago-
za es mi patria y lógico es que en gratitud á aspirar
desde pequeñito las brisas del Ebro caudaloso, y á
recibirme en sus brazos madre cariñosa que me
llevaba al templo de mis encantos, donde sobre
marmóreo Pilar se asienta mi Madre celestial, mi
Madre del alma, que con sus consuelos y caricias
me fortificó en la fe santa, lógico es, repito, seño
res, rinda el tributo de hijo agradecido.
Zaragoza es un pueblo hermoso, por su vega di-
latada; grande, por sus hombres célebres; legista,
por sus fueros; heroico, por sus brillantes hechos
de armas; benéfico, por su caridad para el desgra-
ciado; monumental, por sus edificios artísticos,
restos solamente de su pasada grandeza; cristiano,
por su Virgen del Pilar, por sus mártires innume-
rables, por sus Prelados insignes, por sus híroes
formados al arrullo de la Columna Santa.,
Su origen débeselo á Augusto, el emperador idó-
latra que se distinguió por su protección á las le-
tras, á las ciencias, y á las artes.
75
La fertilidad del terreno y la espaciosa llanura de
la derruida Salduba (nombre que recibió Zaragoza
durante la república romana), decidieron i Octavio
Augusto, vencidos que fueron los valerosos cánta-
bros é indómitos astures, á edificar una ciudad en
memoria de su expedición al Norte de España.
Sin que cronistas ni historiadores señalen el día
en que dio principio la reedificación, conforme al
rito etrusco, una mañana reunióse el ejército á las
márgenes del Ebro. Al sonido de los clarines formó
en cuadro. De una tienda de campaña salió el César;
los clarines volvieron á sonar y dos ovejas cayeron
heridas bajo el hacha de los victinarios; extraídas
que les fueron las entrañas, colocáronlas en argen-
tadas bandejas que entregaron á los arúspices, y
estos depositaron en la pira. Un sacerdote presen-
sentó al Emperador un cofrecito de sándalo eon
incrustaciones de plata, y sacando de él aromáticos
polvos, los echó sobre las victimas y al instante
surgió un fuego lento que las consumió.
Dos criados tomaron del diestro á dos bueyes, y
dada la señal, resonó un grito unánime de ¡Viva el
Emperadorl y la comitiva se puso en marcha.
El surco siguió la corriente del río, primero h a -
cía el Oriente, volviendo á la derecha subió por
una colina en cuyo pico colocó un estandarte, giró
después al Poniente, torció al Norte, hasta encon-
trarse con el río y unirse al punto de partida. El
trayecto marcado figuraba una sandalia, según Zuri-
ta y otros y en él quedaron indicados cuatro puntos
para las cuatro puertas que tendría la ciudad.
Todas han desaparecido y solo restos se conser-
van de la romana Zaragoza. Merecen citarse, varios
fragmentos de fábrica de hormigón en lo» bajos de
las casas; un resto de muro en el núm. 22 de la calle
Antonio Pérez, vulgo tripería; los cimientos del
torreón del Azuda¿ dos arranques del arco ó puerta
de Cineja ó Cinegio ó de los mártires en las casas
I y 2; un mosaico romano notabilísimo encontrado
en 1891 próximo al torreón del Azuda;—una parte
de él perfectamente condicionada se colocó en el pa-
vimento del portal 6 patio de la casa núm. 26 de la
Plaza del Pilar, y la otra, de que se incautó el Mu-
seo, está descompuesta por la humedad...; hay ade-
más un busto de mármol; una Venus de la misma
materia, notable por la riqueza de los paños; un
resto de antefisa de barro cocido, y dos pondus.
Objetos todos, que, bastante descuidados, existen
en el Museo Provincial.
Aparte de lo citado hay un fragmento de la m u -
 76 EL ÁLBUM IBEEO AMERICANO

ralla romana; los sillares de este resto de muralla,
que se halla en la puerta del Sol y forma parte de la
lachada posterior del convento del Santo Sepulcro,
son genuinamente romanos; la parte superior hasta
el segundo tercio, árabe; y lo que resta de la Re-
conquista.
Recientemente fué declarado monumento na-
cional.
Perseguidos los cristianos por el despótico Nerón,
el incendiario de Roma, de cuyo crimen acusó á
los defensores indefensos de la fe, hubieron de po-
nerse á salvo, de los animales de orgullo y gloria,
como los llama Tertuliano, en construcciones sub-
terráneas hechas ad hoc en la obscu-
ridad de la noche, abandonando los
cenáculos, centros de reunión y de
oración en tiempos dejpaz.
Roma, capital que fué del paganis-
mo, posee valiosos ejemplares de es-
tos subterráneos ó catacumbas. Espa-
ña, castigada por el enemigo de núes
tras santas creencias, conserva algún
ejemplar como la mártir Zaragoza.
Dos labrados sepulcros existen en lo
que fué catacumba en principio; en el
la mujer.—Una orante colocada entre San Pedro y
San Juan.—El Eterno Padre, con el libro de las Sa-
gradas Escrituras, alargando su diestra mano para
recibir á María cuando es elevada á los cielos.
«En la segunda mitad del relieve (y después de
las figuras de Pablo y Juan, que forman parte del
grupo de la Virgen María en su Asunción gloriosa).
Cristo, según costumbre, ostentando el rollo de la
Ley, dá vista con los dedos cordial é Índice de
la mano derecha al niño ciego de nacimiento.
—Las bodas de Cana de Galilea. El Salvador to-
cando con su vara cinco hidrias que aparecen en
el suelo.—Naestro Señor, descogido el rollo de la
Ley en su mano izquierda, predica no haber venido
de nacimiento se le llama XVSTVS; al que con-
templa el milagro de las hidrias, FACEVS, y MV-
SES al Redentor predicando.
«En 1814, los restauradores que debían tener muy
pocos escrilpulos, trocaron radicalmente los nom-
bres á su gusto. Sobre la Asunción escribieron
XVSTO, sobre las bodas MVSES-ARON, sobre la
predicación ZACO (i).»
El costado derecho y el izquierdo de este sepul-
cro se hallan labrados con figuras bíblicas.
La ejecución de este sepulcro es bastante perfec-
ta; es de tradición genuinamente romana, sin em-
bargo, respira cristianismo, aun cuando sus artífi-
ces por no tener todavía estilo propio para conse-
guirlo, le desposeyeran de la elegancia
en plegados y contornos de que tanto
alardean las obras de los imitadores de
la clásica Grecia: de aquí el clasifl-
carlo Como arte romano cristiano.
(Continuará.)
LACIERCiAYLilRBLieiÓIí
SEGÍ'S [A FILOSOFÍA DK LA NATURALEZA
POR

siglo VII, monasterio (fundólo el ilus-

tre hijo y Arzobispo de Zaragoza, San BL DooToa RESELLO DA SILVA
Braulio); más tarde parroquia; ruina y
escombros en la guerra de la Indepen- I
dencia, ruina y escombros en que fué F«íQueréis una religión, üni—
V ca, perfecta y pura?... Llenadla
convertido el antiguo monasterio, en de verdad é inundadla de^ /UÍ,
haciéndola consciente de sí,
cu}os muros se admiraban bellezas ar. ¿Queréis una ciencia real y
verdadera que nunca se extin-
tísticas, que siglo tras siglo fueron de - ga?... Llenadla l e religión €,
inundadla de bien, saturándola
jando artiñces inmortales, por el fran- plenamente de amor.»
cés traidor y usurpador de nuestra RESELLO DA SILVA.

amada libertad, quien ante su impoten -

en nombre de la ciencia se
cia, su vergonzosa derrota por aque-
enseñan y predican doctri-
llos valientes baturros, que por muros
nas falsas y erróneas que poco
presentaban sus pechos, por armas sus
6 nada tienen de verdad, en.
puños y útiles de trabajo, y por capi-
nombre de la religión se practican
tán tenían á la morenita reina del
también acciones que nada tienen de
Ebro, la Virgen del Pilar, al amanecer
bien ni de bondad, y este es el princi-
de un día anunció su retirada, volan-
pal motivo y una de las más contun*
do el santuario de nuestras glorias
dentes razones de que entre la ciencia
cristianas.
y la religión haya existido y exista
Felizmente, salváronse los dos sar- siempre ese antagonismo y guerra i
cófagos citados de que ¡paso á ocu- muerte en que constantemente las ve-
parme. mos; y esto consiste solamente en que
SARCÚFAGO DE SANTAJENGRACIA ni la una nos presenta en la mayor
Ocupa el centro del testero princi- SR. D. PEDRO GASCÓN DE GOTOR parte de los casos testimonios suficien-
pal de la catacumba y sirve de ara. ACADÉMICO DE LA H ' S f O R I A É INDIVIDUO DE LA COMISIÓN DE tes de las verdades, en que debe fun-
Mide de alto y ancho 0"^, 069 por im^ MONUMENTOS DE ZARAGOZA
damentarse, ni la otra nos suministra
04 de largo. Pertenece al siglo III. siempre documentos y pruebas incon-
Tiene veinticinco figuras labrada», testables de la bondad en que se debe
en alto relieve, con bastante corrección y gusto, á destruir la Ley y los Profetas, sino á cumplirla. escudar; y sin embargo de todo esto, la verdad
simbolizando pasajes bíblicos, muy semejantes á «Un genio desnudo en cada ángulo de la urna está y el bien son uno solo, una sola es la ciencia y
«los del Vaticano y del cementerio de San Calixto. en ademán de sostener la pesada cubierta, cuyo una sola la religión, y no se encuentran en todo el
Pero el importante por su significación es el Se grueso mayor es el de o m., 15. Universo dos hermanas que más fraternicen ni que
pulcro de los dieeiocha mártires, que se halla ea el «Las figuras estuvieron policromadas y sobre más íntimamente vivan unidas que la ctencta y re-
centro del muro del Sur, Este, como el anterior ellas se leían algunas inscripciones en tinta negra. ligiin; pero acontece y seguirá aconteciendo siem-
sarcófago, fué reproducido fotográficamente, por Sobre Jesús aparecía un monograma relativo al pre esa lucha 7 desacuerdo entre la una y la otra,
vez primera, para la obra «Zaragoza.» asunto simbolizado. Bajo la mujer sirofenisa puso - en tanto que haya ese empeño manifiesto, que pa-
»E1 frente principal simboliza el misterio de la se el epígrafe MARTA por creer representar á la recen tener los encargados de dirigir la una y la
Asunción de la Virgen; mide 69 centímetros de alto hermana de Lázaro. Encima de la cabeza que aso- otra, de no querer seguir los ejemplos que por to-
y ancho, por im 73 de largo. La figura central es ma detrás del Redentor escribieron IZO. Sobre el das partes nos presenta en su código sublime la
María á quien tiene asida de la mano derecha una anciano que está á la derecha de la orante, ARON; grandiosa obra de la Naturaleza.
mano que sale entre las nubes, mientras Pedro y encima de ésta INCRATIVS; á sus pies ZACO, y Si los hombres quisieran tomar por modelo y
Juan que se hallan á sus lados se muestran absor- sobre el joven colocado á su izquierda, PETRUS. ejemplo de todo á la Naturaleza—como debían
tos. Los pasajes bíblicos de la primera mitad del «A la Santísima Virgen que sube á los cielos, el hacer,—entonces verían bien clara y luminosamen-
relieve son los siguientes: la mujer sirofenisa del epígrafe la calificaba de FLORlA (nombre que se te que en ella es siempre lo perfecto, lo justo, lo
flujo de sangre, cuyo milagro cantó el inmortal trasladó desde 1814 á la Eva del costado derecho, definido y armónico, lo que condena á lo imper-
vate Aurelio Prudencio. Arrójase á los pies del sustituyéndole otro). El anciano puesto á su izquier- fecto, á lo injusto, á lo indefinido y desarmóoi*
Salvador, el cual tiene ea su izquierda el rollo da según el rótulo de arriba, era PAVLVS, según
de la ley, tocando con su mano derecha la cabeza de el de abajo, ZO. Al joven que asoma sobre el ciego (i) Aureliano Fcraindez Gutrn.

c o doctrinando al mismo tiempo que esa conde
nación no consiste en destruir ni anular, sino en
transformar y perfeccionar—gradual y sucesivamen-
le—las peí senas y las cosas, así como sus mani-
festaciones, que es lo que siempre hace ella—al em-
plear sus evoluciones y revoluciones—para de
finir, segtín exige la ley, hasta que convierte lo in-
definido en definido, \o imperfecto taperfecto, \o
injusto en Justo y lo desarmónico en armónico;
pero los hombres, en vez de seguir por esta senda,
son de tal condición, que sino fuera porque la Na
turaleza está tan sólidamente organizada y fuerte-
mente constituida, ya lo hubieran cambiado to^o,
para sustituirlo todo por productos de su inteligen
cia convertidos en convencionalismos y leyes apro-
piadas—sólo y exclusivamente—á sus egoístas ambi-
ciones y conveniencias.
n religios» debe ser también sabio, así como todo
La ciencia y la religión, la una que es el amor de
la verdad, y ia otra que es la sabiduría del bien,
no deben permanecer por más tiempo en esas lu-
chas injustificables en que por tanto tiempo han vi
"vido, porque también coexisten ellas al mismo
tiempo en la más indisoluble unidad con la idea y
el sentimiento, la rajón y el corafón, todo formas
y estados de la misma cosa, que no son más que di-
ferenciaciones objetivadas por nuestros espíritus
procediendo todo, á pesar de sus infinitas di/eren
cias, de un solo j único centro, que es el centro
de la inteligencia universal, en el cual todas co
existen; y siendo asi, por idénticas razones, deben
también coexistir en una perfectísima armonía, en
ese otro extremo del más resumido y perfecto siste
ma de la vida terrestre, como es el de la familia
en la humanidad. .
El primer instante en que apareció el orden en
la Naturaleza, es indudable que debió ser la inicial
de la ciencia que se h» ido y se va convirtiendo en
sabiduría absoluta en el centro de todos los centros
del Universo, al mismo tiempo manifestándose y
apareciendo constituidas la voluntad, la inteligen-
cia y la sensibilidad en los factores de todo cuanto
existe, coff.o los tres grandes ramos y lastres gran-
des formas fijas y constantes, que todo producen y
todo componen, y que de fraccionamiento en frac-
cionamiento y de unificación en unificación, por
análisis y síntesis sucesivas, han de ¡legar á conse- la ciencia deben ser igualiuente verdaderos mode-
guir s j mayor perfección sobre la tierra en la rajón los, entre los conquistadores de la ciencia de la
humana, y en el Universo en Dios; quedando sien-
do en éste la suprema y absoluta sabiduría, y en el
hombre, la ciencia más ó menos perfecta de si, de
sus semejantes y de todo cuanto \e precedió.»
Estos son—aunque muy incompleta y somera-
mente explicados—algunos de los principios más
radicales en que se fundaoaenta la doctrina sobre la
ciencia y religión de la Nueva filosofía de la Natu-
raleza , del doctor Rebello da Silva, sobre cuya
dcctrina de tan vasto plan científico extractaremos
aquí íntegrameiite y á continuación, para la mejor
apreciación y comprensión del lector— algunas de
sus principales tesis y síntesis, en las que el autor
se expresa de un modo tan sublime como persuasi.
vo, dando de todo la razón del por qué en sus defí
niciones, en esta forma:
«La religión está, del mismo modo que todas las
manifestaciones consistentes y primordiales de la
especie humana, sujeta á la ley del progreso, á la sumen, la síntesis de las dos más sublimes y eleva-
ley de la evolución, ósea del perfeccionamiento pro-
gresivo—y mientras que un conjunto de circunstan-
cias especiales no llegan á motivar tales perfec
ci9namientos, es inútil el pretender alcanzarlos,
por el pioceso de exigencias ni promesas comple-
tamente irrealizables, ni intimidaciones verdade-
xamente absurdas y monstruosas.
EL ÁLBUM IBERO AMERICANO
»La verdadera y legítima religión, es según con-
forme es el hombre: es pura y sublime en las almas
cultas y bien formadas, y es una mezcla ridicula de
afectos en la mayoría de los hombres que forman
las naciones que se tienen por más civilijadat;
siendo ella todavía mucho mejor en los pueblos
salvajes, donde la sencillez y espontaneidad susti-
tuyen con ventaja á los fingimientos é hipocresías
de los pueblos, que se suponen cultos.
»La religión no se impone ni se decreta, porque
ella es siempre conforme pensamos y sentimos, y
no se pueden imponer ni decretar las ideas ni los
sentimientos; los cuales solamente se legislan, per-
feccionándose, convirtiéndolos en orden, ley y
armonía.
»Como en la Naturaleza se encuentra tanto de
verdad como de bien, todo hombre verdaderamente
hombre verdaderamente sabio debe ser también re
ligioso; pues no podemos ni debemos separar nun-
ca una cosa de la otra, porque también se encuen-
tran ellas indeleblemente grabadas al mismo tiem-
po, en todas las formas expresivas de las armonías
funcionales, de la substancia activa universal.
»La religión es lo que hay de más elevado en la
esfera de la vida terrestre, combinado con lo que
hay de más elevado en la esfera de todo el Univer-
so; mas tal combinación no anula, reduce ni dismi-
nuye la energía de las fuerzas combinantes y com-
binadas, sino al contrario, que las refuerza, en-
grandece y aquilata, en todos sus predicados y atri-
butos; porque la sublimidad del sentimiento es el
ser verdadero v la sublimidad del pensamiento es el
ser bello, asi como la sublimidad suma de la belle-
za está en tener como esencia geométricamente
combinadq al bien y la verdad; pues allí, confir-
ma é ilumina la razón al sentimiento, y aquí depu-
ra y esmalta el sentimiento al pensamiento; encon-
trándose allí en la unificación de los dos la supre-
ma belleja, y en la posesión de tal belleza y sus di
versas y perfectas combinaciones con nuestra almtí
y con nuestra vida, es donde está y se halla la su-
prema y perfecta religión.
»Por tan imperiosas razones, los hombres que
tratan de la religión deben ser siempre verdaderos
modelos de virtudes, y los hombres que tratan de
verdad; debiendo formar y constituir los unos con
los otros, como si sólo fueran un solo cuerpo y
un solo hombre.
sNosotros no podemos ni debemos tratar nunca,
de separar el elemento—verdad—del elemento—
bien,—porque la religión debe ser tanto de amor
como de ciencia, debe contener tanto de lus como
de calor y debe ser tan racional y científica como
amante y creadora.
»La religión pura y perfecta, tal cual debe ser, es
solo una; porque una es la Naturaleta, uno es el
Universo y una sola es la síntesis consciente de
todo él, constituyendo ella al mismo tiempo el en-
lace más sublime de la rajón con la verdad abso-
luta, y el abrazo más dulce, más sincero y más per-
fecto, del sentimiento convertido en ley en la eida,
con el bien absoluto hecho ley en todo el Univer-
so; todo lo cual constituye ser ella también, en re-
das combinaciones de todo el espíritu humano—
obra prima de la tierra,—con la suprema y absolu-
ta armonía—Díoí,—obra prima y última de toda
la Naturaleza.
»Así es, que el mejor proceso que debemos em-
plear siempre, para representarnos á Dios—fruto
sempiterno de inmenso amor y trabajo,—es imitar-
77
le con nuestra vida, componiendo esta de bienes jr
de verdades de todo cuanto es bueno, verdadero y
justo.
»Por esta circunstancia se hace imperiosamente
necesario el reformar, sustituyendo por la verda-
dera la creencia de esa inmortalidad proclamada
por todas las religiones existentes, y hasta por to-
das las ya extintas precursoras de aquellas, porque
es completamente falsa y errónea, y por consi-
guiente perniciosa, por muchos y poderosos moti-
vos é incontestables rajones, porque es una inmor-
talidad no contenida e i la naturaleza de las cosas
y las personas, ni en las relaciones lógicas, natura,
les y necesarias, entre las unas y las «tras; pues la
verdadera y legítima iwmo'-fíí/íáiíii—la más priva-
tiva del ser humano-es la que asienta y se cons-
tituye de perfeccionamientos fecundo^, útiles,
buenos y justos ea los campos de la ciencia y de la
moral, y que es formada por las combinaciones de
bienes y de verdades, que unas almas engendran
en otras almas y con otras a/ma^, cuya inmortali-
dad es mucho más sublime y mucho más elevada
que la que está admitida por ahí. y del modo que
está sobre la tierra, la cual, para darse, exige y ae •
cesita grandes sumas de progreso y perfecciones,
que solamente podrá alcanzar el que constante-
mente trabaje, no solo en sa favor y para si, sino
mucho más todavía en favor de su especie. Esta es
la verdadera inmortalidad á que todos los seres
humanos tienden y que todos han de ir alcanzando
en el transcurso ilimitado del tiempo y en la eterna
y perpetua transformación de la vida humana; pero
aquellos hombres que en el transcurso de sus vidas
no consigan imprimir progreso y perfección en sus
semejantes, esos no la tienen ni la pueden tener,
pues á su muerte se sigue el olvido de los mismos
y todo en ellos termina y acaba con la muerte.»
TOBIBIO ROIZ XlMÉNSZ.
(Coocluirá )
DOÑA SIBILA
(CoDclusién)
iBiLA y el canto de sus estrofas me han
seguido á Culatayud. He pasado allí una
semana enmedio de un pueblo en ¿esta;
he recorrido las antiguas calles de la cia
dad, y he seguido las riberas del Jalón con jó-
venes que me hablaban de los soberbios recuer-
dos de la corona de Aragón y me hacían pregan •
tas sobre mi Provenza con afectuosa curiosidad;
he esperado las melancólicas horas del crepúsculo
bajo los árboles de los paseos en compañía de algu-
nas señoritas de mirada ingenua y ardiente, y he
vivido en la intimidad del más amable de los poe-
tas, que es también el másprecioso guía á través de
la historia y la leyenda de Aragón. Bien que in-
decisa todavía en mi espíritu, Doña Sibila no se
apartaba nunca de mí, pues su fantasma vagaba
quizá por estos sitios: Balaguer me hablaba á me-
nudo Jo una época en la que me hubiera gustado
que ella hubiese vivido, y mis amiguitas mismas, á
pesar de su displicencia, me hacían pensar en la
poetisa cuando el fuego de sus ojos presagiaba el
cercano despertar de algo que dormitaba en sus
corazones.
La última noche de mi estancia en la antigua
Bilbilis, Doña Sibila me preocapó más que nunca.
78 EL ÁLBUM IBERO AMERICANO

DÚO DE AMOR
£ L ÁLBUM IBERO AAIEEICANO 79

55

<
oí
otil
Q
<
z
o
<
3
id

so
lB[al)iame retirado á mi cuarto después de una lar
g a velada de música popular, en la que unos
cuantos jóvenes, con guitarras y bandurrias, ha-
feian venido bajo nuestros balcones á tocar la jota
¿ improvisar cantares en honor nuestro. Habia
dejado abierto mi balcón para oir los últimos ecos
de la moribunda ñesta, y un canto se elevó hasta
mi. Un joven campesino, un enamorado sin duda,
dulcifícalka su ruda voz para dedicar i una amiga,
imaginaria quizá, algunas coplas de jota:
La madre que te parió
no se debiera morir,
sino parir y crevar
crevaturas como tí.
Blanco visten las palomas
V el cielo viste de azul;
azul y blanco son siempre
colores que llevas tú.
Unas estrofas todavía, de las que no pude com-
prender las palabras, y después ésta, la última; la
da despedida:
Si creís que no lo siento
tenerme que despedir,
lo siento más que si hubiera,
que si hubiera de morir.
Y nada más. Un silencio por nada turbado do'
minaba la ciudad, el campo y las orillas allí aba-
j o del pacible Jalón, y faé entonces cuando, sin
saber cómo ni por qué, la historia de Dofia Sibila
reapareció en mi imaginación.
Vivía ella, lo sé, bajo el reinado de Pedro I I I
d e Aragón; cuando este príncipe volvió de su épica
aventura de Sicilia la fama propagó sus hazañas
«n todas las tierras de Provenza, de Aqnitania y
de Languedoc, y entonces los trovadores, que
guardaban el triste silencio de los vencidos, abrie-
ron el corazón á la esperanza al saber que el mo-
narca que
d^ogni valor portó cinta la corda
86 diaponía á vengar á Pedro de Muret y volvía k
tomar los proyectos de hegemonía de su abuelo.
Algunos franquearon los Pirineos y vinieron á
Aragón, como tenían por costumbre hacerlo sus
antepasados, y uno de ellos fué amado por Doña
Sibila.
8ibila era ana joven aragonesa, seguramente
casada, pues no es posible imaginar una doncella
ignorante que encuentra y escribe palabras asom-
brosas de ardor amoroso, tales como he bebido tu
tonrisa y gustado tus hirvientes besos. Amó al
" poeta proveozal como la condesa de D e había
amado á Rimbaldo d'Orauge, y expresó sus sen-
timientos en esta lengua catalana, que era la de
la corte de Pedro, como había sido la del Rey an-
terior, Jaime el Conquistador, fundador, con £,ay-
mundo Lulio, de la literatura catalana.
¿Qué fueron estos amores? Es fácil adivinar'o
con una simple lectura de las pocas estrofas que
de doña Sibila nos qoedan. La última poesía
transcrita nos hace entrever, más todavía que las
dos otras, los goces y la embriaguez de los aman-
tes, y todas tres nos dicen el dolor de la separa-
ción, pero es un dolor á través del cual se traslu-
ce una alegría, la de un radiante recuerdo que
nada puede apagar. Sibila es fatalista y no se su-
bleva contra el destino; no ha sido en balde que
EL ÁLBUM IBERO AMERICANO
los árabes fueran durante tanto tiempo dueños del
país y que hayan mezclado su sangre con la del
pueblo aragonés. La condesa de Die y Clara de
Anduze no hubieran dicho el ¡qtií imporla! que
tan querido le parece, ni las estrofas tan dulces
para arrullar y adormecer su mal, y es, sobre to-
do, por esta severa resignación y esta calma en
el pensamiento de la muerte, por lo que la poetisa
aragonesa difiere de sus hermanas de allende los
Pirineos.
¿Por qné se separaron los dos amantes? Mudas
son las poesías sobre el part'cular; se ve, sin em-
bargo, que el trovador despidióse de Sibila, pro-
metiéndole volver á su lado, y que ella le esperó
largo tiempo. Y no v o l v i ó . . .
La imperiosa y un poco salvaje pasión de la
aragonesa le había quizá desconcertado y asusta-
do; no comprendía más que los sentimientos á flor
del corazón y del ingenio, y lólo se complacía en
los pueriles jupgos y sutiles problemas de las cor-
tes de amor. Así fué, sin duda, coxo trató de ol-
vidar la salvaje mano de Sibila, apresurándose á
someterse á la autoridad más dulce de las que en
su patria habían conservado, á pesar de tantos
desastres, el cetro real y ñorido de la Gaya Cien-
cia.
Quizá también siguió recorriendo España en
busca de nuevos amores, como lo hizo Guillermo de
Berguedau, que cortejó á las más hermosas caste-
llanas de Aragón, de León y de Castilla, c Volveré
pronto», había dicho á la amada. ¿No entonó la
copla que cantaba hace un instante el joven cam-
pesino?
Si eréis que no lo siento
tenerme que despedir...
Y cuando se alejó, Sibila, esparando su vuelta,
cantó los goces de sus amores, y como no volvía,
todavía cantó; y de todo ese poema de amor que-
dan algunas páginas porque plugo á una dama
castellana copiar una traducción en su libro de
Horas poéticas.
. . .De codos eu mi balcón continúo mi evocadol
Bueño, y hé aquí que yo mismo me sorprenda al
dedicar á doña Sibila unos cantares que me ense-
ñaron la víspera;
Niña del pañuelo negro,
dime quien se te murió,
si se te murió tu amante
no llores, que aquí estoy yo.
Tengo una pena, ¡qué pena!
pena que ase está matando;
sólo la diré á la tierra
cuando me estén enterrando.
El río vuelve á su cauce,
la golondrina á su nido;
sólo al corazón no vuelve
la ilusión que se ha perdido.
En la tierra hay minas de oro
y en el mar muchos corales,
y el mar y la tierra juntos
no valen lo que tú valcs.
. . . I Ah, señora! He pensado tanto en vos duran-
te esta última noche pasada en vuestro país, qne
08 conozco bien ahora. ¿Por qné no vine algunos
siglos antes? Soy yo entonces á quien hubierais
amado; soy yo el que habría guardado en mi mano
vuestra mano salvaje, y el qne con vos hubiera
paseado por las riberas del Jalón, ó bien, si hubie-
ra vuelto á las orillas de la Sorgae, os habría lle-
vado conmigo y hubiéramos cantado juntos la teti'
sien del amor triunfante y radioso.
MAHIO A N D R Í .
CUENTOS B R E V E S
EL BILLETE DE LOTERÍA
I
ABIA llovido mucho el día antes; pero en
aquella mañana, que era precisamente
Ja del 20 de Marzo, el cielo estaba despeja-
do y el sol lanzaba por todas partes pro-
fusión de ñechas de oro, alegrando á la gente.
Tal vez por esa alegría, dos personas que pasa-
ban en dirección encontrada, por la calle de Revig-
nan, en Montmartre—un joven de veinticuatro años
y una muchacha de dieciocho—se sonrieron sin sa-
ber por qué, al mirarse por casualidad.
No te conocían ni se habían visto nunca, y sin
decirse nada siguieron cada cual por su camino;
pero á los veinte pasos el joven, que iba de prisa,
se detuvo de pronto como si tuviera una inspira-
ción repentina, y sacando del bolsillo una cartera,
se puso á trazar notas en un cuaderno de papel de
música.
Tarareaba y llevaba el compás con el lápiz, in-
terrumpiéndose con una risita.
—IAsi, así!.. (Muy bonito!... [Traía, la!... Ya
tengo el «Leitmotif». . jLa sonrisa aquellal ¡Tra la
la lil .. ¡Delicioso!... iQué chica tan guapa!.. ¿Vivi-
rá por aqui.''.. ¡Tra la le!..
Y guardando la cartera en el bolsillo de su «par-
dessus», lo dobló sobre el hoiibro, y al hacer este
movimiento se cayó la cartera sin que el joven lo
notase.
II
Al día siguiente, á las ocho de la mañana, lla-
maron á la puerta de la habitación de M. Frederix.
Benoit, compositor de música.
—Entre usted, Pascasia; la llave está puesta.
Pascasia era la portera de la casa; pero no fué
ella quien entró, sino un hombre como de cincuen-
ta años; de aire militar, aunque la toilette que lle-
~-
vaba debajo del saco le denunciaba como sastre.
—¿Quién es usted.'' ¿Qué quiere usted?—preguntó
Frederix.
— Caballero; me llamo Pedro Brunéau, y soy
sastre, para servir á usted. Le traigo á usted una
cartera que perdió ayer en la cílle de Revignan.
Aquí está intacta.
El joven cogió la cartera.
— Es usted un hombre de bien. No me extraña
haber perdido la cartera porque iba pensando en
una sonrisa... ¡Ah! Aquí está mi cuaderno... Tra
la la ..Una ópera entera y verdadera. Vamos á ver;^
¿qué recompensa quiere usted?
— Ninguna. Pero como soy sastre, desearla que
íuese usted parroquiano mío.
—No hay inconveniente. Pero tome usted esto...
Y le dio un papelito rectangular que acababa de
sacar de la cartera.

— Por la molestia que se ha tomado usted... (Ja
billete de lotería... |Vamosl... No me desaire us-
ted... Voy á dar á usted mi levita para que me la
componga.
III
Frederix vivía en la calle Tourlaque, en lo alto
del cerro de Montmartre.
Era oriundo de Flandes, largo como un día sin
pan, y tenía el pelo rubio, rizado> y unos ojos muy
hermosos, cuya luz no mentía, porque Frederix
tenU talento, ambición y ánimo resuelto.
Luchaba valientemente por la existencia, y en
EL ALBÜM IBERO AMERICANO
MÚSICOS CALLEJEROS
sus horas de desaliento se ponía á dar vueltas por
su cuarto como un león enjaulado, y lloraba á lá-
grima viva.
En una de aquellas horas funestas volvemos á
encontrar á Frederix, algunos meses después.
El pobre no había vuelto á ver á la muchacha á
quien había encontrado en la calle de Revignan, y
atribuía supersticiosamente á esta desaparición to-
das las contrariedades que sufría.
Un campanillazo le sacó de su triste meditación.
El sastre Branéau se presentó.
— Si trae usted la cuenta—le dijo Frederix—de •
vo advertirle que no tengo un céntimo.
—Dispense usted, no tengo costumbre de apre-
81
miar á las personas que me honran con su confian-
ra. Vengo á devolver á u»ted el billete de la loterfa
que tuvo la bondad de darme.
—^Por qué me lo devuelve usted?
—Porque ha salido premiado con loo.ooo francos.
—¿Qué dice usted hombre?
—La verdad. Aquí tiene usted la lista áe los aá-
meros premiados.
Y mientras que Frederix hacía la comprobación
el sastre continuó:
—Estoy seguro de que la intención de usted no
seria darme loo.coo francos por haberle devuelto
una cartera que no contenía nada de valor.
—¡Cómo nada de valor!—exclamó Frederix.—Ha
 82
VESTIDO PARA T E A T R O
1 1 ; tbcr usted que no cedeiía yo esa cartera por un
millón. En cuanto al billete; no es mío. ^Conque
derecho viene usted á devolvérmelo? ¿Es usted por
casualidad un [Rothschild, disfrazado? ¡Y aunque
fuera usted un Rothschild! "Vaya vaya; no se ande
usted con repulgos de empanada; tome usted su bi-
llete, y vayase ustíd bendito de Dios. Yo no nece-
sito para nada los 100.000 francos. Soy músico y
tengo otros medios debacer fortuna... Le digo á
usted que se lleve el billete.
—No puedo quedarme con él. Una persona á
quien quiero como á las niñas de mis ojos, me ha
dicho que no estaría bien que yo cobrase el pre-
mio. Y esa persona... Basta, adiós, Sr. Frederix.
Y antes de que el joven pudiera detenerle, tomó
la escalera.
IV
¿Quién era aquel Pedro Brunéan que devolvía
así, sin más ni más, una fortuna con la que podía
quedar sin el menor escrúpulo de conciencia? Un
antiguo militar que vivía en el barrio hacía diez
años, -viudo, con una hija muy bonita, muy virtuo-
sa y muy instruida.
Estas fueron las noticias que dio á Frederix la
portera de su casa.
Al día siguiente se presentó en casa de Brunéau,
y al entrar quedó deslumhrado. ¡Allí estaba la mu-
chacha de la sonrisa! Era la hija de Pedro Brunéau;
ella era quien había encontrado la cartera, y quien,
sabiendo la profesión y conociendo la situación en
que se encontraba, había apoyado los escrúpulos
de conciencia en el veterano.
Pedro Brunéau había salido á entregar obra;
Federix quiso esperarle, y entretanto trabó conver-
EL ÁLBUM IBERO AMERICANO
sación con la joven. Volvió Brunéau y se quedó
sorprendido al ver á Frederix, el cual le dijo:
—Sr. Brunéau, aquí tiene usted sus loo.ooo fran-
cos. Le propongo á usted un cambio... Yo le doy
dinero y usted me da su hija.
PABLO DKLAIR.
LITERATURA
FILIGRANAS.— INTIMAS, POR SANMARTÍN Y AOUIRRE
o ha mucho que el distinguido escritor
D. José Sanmartín y Aguirre dio á la
prensa un libro de Jalories en prosa v
verso titulado Jaganty Nanos, en el que
sobresale el genio humorístico de su autor y su fa-
cilidad y acierto para el manejo del lenguaje valen-
ciano. Hoy nos ofrece una nueva obra suya de dis-
tinto género, con la que demuestra no poseer ese
esclusivismo regional, limitado sólo al cultivo de
un dialecto dado. El habla de Castilla, tan rico y
armonioso, ha sido siempre usado con brillantez
por los escritores de las provincias españolas que
tienen su peculiar lenguaje. De recordar es que en
los siglos XVI y xvii y aun después, prosistas y poe-
tas portugueses, con pocas excepciones, á pesar de
la riqueza de su idioma, emplearon en sus obras el
nuestro, atraído por su belleza, en número tan cre-
cido, que no bajan en aquella época de doscientos
los poetas líricos, más de ciento los dramáticos y
no en menor cifra los prosistas. La preferencia que
algunos autores suelen dar al dialecto del suelo en
que han nacido, priva á estos mismos de que las
producciones de su ingenio sean entendidas y apre-
ciadas de todos los amantes de las letras en donde
es de uso general el lenguaje castellano. Es, pues,
digno de aplauso el autor de Filigranas, que sia
dar al olvido el de su suelo natal, cultiva á la vez,
el que empleado per tantos hijos ilustres del mis-
mo, ha enriquecido nuestra historia literaria.
En su nuevo libro ha reunido Sanmartín aque-
llas composiciones que en diferentes épocas le han
inspirado la amistad, el afecto, la hermosura feme-
nil y otros asuntos, ofreciéndose en todas el poeta
de sentimiento, fácil y espontáneo y sobre todo con
las cualidades que no suelen ser hoy muy comunes,
de intachable moralidad y buen gusto.
Objetivas unas, galantes otras é íntimas la mayor
parte, las composiciones que reúne pertenecen a u n
género pasado de moda, pero que sin embargo,
siempre tendrá cultivadores, porque mientras el
más allá de la existencia sea un misterio, aspirará
el poeta á lo infínito, pidiéndole á Dios alas para
volar por las celestes alturas; mientras la galantería
sea proverbial en esta hidalga tierra española, abu-
sarán de la hipérbole en obsequio de las damas, los
amantes del eterno femenino.»
Tales son las palabras del poeta en la dedicato-
ria de su libro á su antiguo amigo é ilustre paisano,
hoy Ministro de Hacienda, Sr. Navarro Reverter,
que justifican su preferencia al cultivo de la poesía,
consagrada á enaltecer la belleza femenil en agra-
dable forma y con discreta galantería. Razón tiene,
sin duda. En tanto que la poesía no desaparezca,
lo que no sucederá, á pesar de los temerarios anun-
cios de modernos profetas, vivirá sobre todos los
géneros, que enaltece é idealiza á la mujer. La
poesía erótica ba sido, es y será de todos los tiem-
pos.
Es en la que más se puede descender á lo trivial,
ficticio y amanerado, pero bien se distingue la que
es falsa y convencional, de la que es inspirada por
la pasión y el sentimiento.
Las cualidades que como escritor y poeta concu-
rren en Sanmartín y sus merecimientos literarios
se hallan consignados en el prólogo que precede á
sus composiciones, debido al distinguido escritor
D. Rafael Altamira. Conforme con sus apreciacio-
nes, encontramos también en sus Intimas la in-
fluencia de Heine, por la que ofrecen en cierto
modo el carácter distintivo de las obras del célebre
poeta alemán.
No todas las poesías que componen el libro Fi-
ligranas pertenecen al género galante. Son de
otros los asuntos de algunas. En los que así pueden
calificarse se advierten elevados conceptos que
piueban los nobles 'sentimientos del poeta. Sería
detenida tarea citar los versos que pudieran justifi-
car nuestro parecer, y sólo nos limitamos á felicitar
al autor de la colección de poesías á que nos refe-
rimos por su último libro, deseando dé en breve á
la publicidad las nuevas obras de su ingenio que
tiene ya en prensa.
ÁNGEL LASSO DE LA VEGA.
1*97
EL MÉDICO POETA
A gentil pecadora enamorada,
aquella, que al igual que Margarita
gozó de un gran amor, murió maldita
bajo Ci filo de aguda puñalada.
En la mesa de mármol arrojada
aún á querer con su hermosura incita,
semejante á la flor que, no marchita,
resplandece del tallo separada.
El médico poeta, el que su mente
inspira en los espacios ideales.

va á comenzar la autopsia; mas su frente
enciéndese en sus gracias naturales,
arroja la cuchilla de repente
y la ensalza en estrofas musicales.
FRANCISCO DEIRACHETA.
tMnAMMAnn^tfS^VWW«A««M#«
MUJERES, AVES Y FLORES <'^
^T^ARA endulzar los dolores
que abruman nuestra existencia,
concedió la Providencia
mujeres, aves y flores.
Con sus gorgeos suaves,
ni enseñados ni aprendidos,
regalan nuestros oídos
las ñlarmónicas aves.
Con sus hojas primorosas,
impregnadas de fragancia,
poetizan nuestra estancia
claveles, nardos y rosas.
Con sus encantos mejores
brindan las bellas placeres,
porque un hogar sin mujeres
es como un jardín sin flores.
Para la vida endulzar
Dios nos quiera conceder
pájaros para cantar,
flores para embellecer
y mujeres para amar.
J. SANMARTÍN Y AGUIRRE.
LA NUEVA R U T A
' ue sientes que el dolor tu vida mata
f por ios desdenes que al amarla tienes?
¡A nadie qué le importan los desdenes
t que te haya hecho sufrir tu bella ingrata!
^Que otro rival la dicha te arrebata
y por eso sufriendo há tiempo vienes?
|A nadie qué le importa que tú penes
ni quién tampoco de enterarse trata!
Desengáñate ya: sigue la ruta
que han trazado con gloria muchos vates,
y lograrás también un nombre pronto.
T ú ríe y haz reir; mas, sin disputa,
hacer llorar, con versos, nunca trates,
por que te han de llamar ó cursi ó tonto.
C MoRKUO GARCÍA.
MENUDENCIAS
E la cue'tión de la sai
no me he enterado yo apenas.
La sal que van á estancar
^es la sal de las moren u?
Mi mujer se llama Gloria,
Jesús me llaman á mí,
y son mis tres hijos, Santos,
Angeles y Serafín.
De lo más alto del ciclo
dos luceritos bajaron,
y en el cíelo de tu cara
clavaditos se quedaron.
Si por robar una joya
la ley condena á prisión.
(I ) D<1 libro Filigranas, que aciba de publicarse.
EL ÁLBUM IBERO AMERICANO
¿qué castigo es el que impone
á quien,roba un corazón?
Me casé con una Nieves
en el mes que Dios nació,
por la mañana hubo helada
•t^tm^l^0^^»M0*0»0'm
y por la noche nevó.
ENRIQUE FERNÁNDEZ FUENTES.
VARI EDADES
En Rusia hay censura de teatros, y al repasar el
censor una comedia en que uno de los personajes
pide un beafteak, puso esta nota:
«Se ordena que en los días de vigilia el actor pi-
da, en lugar de beafteak, un plato de pescado».
En la Bolsa:
—Estos valores no son muy católicos.
—¡Conviértalos usted!
Una florista á un poeta, en el pórtico de un
teatro:
— |Tome usted unos pensamientos, que buena
falta le hacen I
Hay gran comida en casa de R..., y los convida
dos están reunidos en el salón.
La señora de la casa da orden de que se sirva,
porque no se espera más que á un parí ente sin im
portancia.
Empezada la comida, se 0)e un gran campanilla'
ZD, A los pocos instantes se presenta un criado, y
dice:
—¡Señora, ahí está el pariente sin importancia.
Una señora pregunta á un académico:
—¿Por qué representan á Himeneo con una an
torcha en la mano?
—Porque el matrimonio pone en claro las imper-
fecciones ocultadas antes por la venda del amor.
NUESTROS GRABADOS
limo. Sr. D. Mariano Toledano Laborda, Di-
rector general de Contribuciones indirectas.—
Acaba Je ser nomb-ado para tan elevado cargo el
Sr. Toledano, distinguido hacendista, cono;ido en
todos los círculos por su honradez y laboriosidad
Sus méritos han sido apreciados por tc»dos los par •
tidos políticos, sosteniéndole siempre al servicio de
la Administración y proporcioníndole ascensos en
su carrera durante los últimos 36 años, sin que en
tan largo período haya sido cesante un solo día.
Así se explica también el buen recuerdo que hi
dejado en Salamanca, Avila, Falencia y Vallado
lid, en donde ha servido á la hacienda púbÜca cu
yo buen recuerdo también ha sido indeleble en la
Delegación de Hacienda de Madrid, en las Direc
clones de la Lteuda y de Contribuciones directas y
en otros centros, pudiendo asegurarse que es uno
de los empleados más populares por las universales
simpatías que en todas partes ha conquistado con
su competencia en los ramos más diversos de la
Administración económica, Dor su probidad por su
cortesía, por su prudencia y elevado carácter.
Es indiscutible su legalidad para hacer que se
cumplan las disposiciones justas, sin exagerar el
derecho del físco en contra de los derechos del
contribuyente, ambos mjy respetables, y pocos le
aventajan en ñrmcza para imponer el oportuno
correctivo á los que, de&oyendo su sabio consejo,
s« hacen acreedores al castigo.
El Sr. Toledano posee las carreras de Derecho y
de Filosofía y Letras, hallándose propuesto por sus
importante» servicios extraordinarios para la Gran
Cruz de Isabel la Católica.
Si
Palacio Real, visto desde I9. Plasa de Orien-
te.—Éntrelos grandiosos monumentos artísticos,
que han erigido en la capital de España los monar-
cas de la dinastía reinante, sobresale este magnífico
palacio construido á mediados del siglo anterior,
en el extremo occidental de la población sobre la
misma área en que se levantaba el famoso y vetusto
Alcázar de Madrid.
Dióse principio á la construcció.i del actual pala-
cio en 1738, colocándose la primera piedra en el día
7 de Abril, habiéndose introducido en el hueco de
ella una caja de plomo que contenía monedas de
oro, plata y cobre de las fábricas de Madrid, Sevi-
lla, México y Perú.
Sr. D . Pedro Gascón de Gotor, académico de
la Historia * individuo de 1\ Comisión de mo-
numentos de Zaragoza.—Este ilustrado sacerdote
nació en Zaragoza en el año 1870, distinguiéndose
siempre por su afíción á las bellas artes nada in-
compatible con la carrera eclesiástica. Su gran afi-
ción al dibujo le hizo exponer trabajos en el certa-
men aragonés de 1885, habiendo sido premiados al-
gunos de ellos.
El SP. Gascón de Gotor ha escrito, en unión de
su hermano Anselmo, artista muy notable, una in-
teresante obra titulada Zaragoja artística, monu-
mental é histórica, premiada con medalla de plata
en la Exposición Histórico Europea de Madrid de
1892.
La Academia de San Fernando dio informe muy
favorable de esta obra, y el Gobierno adquirió
ejemplares de ella para las bibliotecas, enviando
algunos á la Exposición de Chicago.
El estudioso sacerdote es autor además de la
Historia del Rosario del Pilar; La torre nueva;
Retacos cientificosy cabos sueltos; El padre Cuar-
tera; Resumen histórico de Teruel; áe Albarracin;
Arqueología cristiana Zaragozana.
Tan artista como literato y elocuente orador, ha
ofrecíJo brillantes te-ti.nonios de su laboriosidad
en el Ateneo de Madrid con las interesantes con-
ferencias que toda la prensa ha celebrado, en el
el pulpito, con sus discursos sagrados; y en el arte
de Murillo con sus buenos dibujos.
Cuo de amor.—¡Cuan grande es la ilusión que
causa á los novios una cita nocturna! Los momen-
tos que á ésta preceden son de gran emoción; la
fantasía se exalta, el cerebro arde, la soledad y el
silencio contribuyen á poetizar la esperada cita de
amor.
La entreabierta ventana iluminada por la luna,
parécelc al amante el cielo de tu dicha. Ved en
nuestro cuadro al galante jinete lleno de ilusiones,
convirtiendo un carcomido banco en escalera de
ascensión para halla rse más cerca de su ídolo.
Meditando uaa declaración. —El protagonista
de este cuadro no es tan feliz como el del otro, ya
que aquel, vencidas las primeras timideces que pre-
ceden al amor, da rienda suelta á sus sentimíentosi
mientras que el otro no sabe cómo empezar.
El temor de no e.'tar acertado ata su lengua, su-
miéndole en éxtasis contemplativo, pero mudo.
Músicos callejeros. —Estos tipos, parodia de los
verdaderos músicos, no sirveri más que para alegrar
á los chiquillos y molestar á los mayores con sus
insoportables murgas capaces de hacernos odiar
la música, considerándola nada más que un ruido.
Vestido para teatro —El escote cuadrado e» en
i los corpinos la más alta expresión de la moda. Las
mangas van disminuyendo de volumen, pero nO'
desaparecerá en mucho tiempo el globo pequeño li
hombr-rade que están adornadas.
LA RiOACCtÓN.
AlfreJo Alonso, impresor, Barbien ti.—(Teléfono 258.)
 84 E L ÁLBUM I B E E O AMEBICANO

Gran depósito de CoronES, Flores y

Efígie^ j aaornos propios para altares,
nichos y panteones y Gran Empresa R U J A N O-D E N T I S T A
funeraria de Rubio. Válvula usada para pletas de la mandí-
CONCEPCIÓN JERONIMA, 3 la perfecta sujeción bula superior.
de las dentaduras ar-
Teléfono núm. 6 8 artifíciales. Nunca se despren-
dan del paladar.
NOTA Esta casa hace como ningu- Este sistema es el
na, todos cuantos asuntos se le encar- único racional para En el acto se puede
gan, bien sea de entierros, embalsama- las dentaduras com- hablar sin molestia.
mientos y traslados, como igualmente
de lápidas y panteones. PUERTA DEL SOL, 6, PRINCIPÁL.-MADRID

l o mis sano para convalecientes y señoras recién paridas

^a^a de Fuerza
V ANEMIA-CLOROSIS
ÚNICO CHOCOLATE PREMIADO EN FILADELFIA EN 1867
Precio: 3, 4 y 6 pesetas libia. Hay cajas para regalo, de 12 paquetes,
á pesetas 18, 24 y 36.
BRAVAIS
Eniay&do por los mejoreí médico» del mundo pas& inme-
diatamente A la econoraia sin causar desórdenei.Recon»-
tituye y vuelve k dar á la sangre el color y vigor necesario».
VENANCIO VÁZQUEZ Mucho cuidado cnn las falsificaciones y
numerosas imitaciones.
Ibdgir la firma R. BRAVAIS, impresa en rojo.
DBP6SITO KM LA MAYOR PARTÍ DE LAS FARUACIAS
Despacho: Cuatro Galles y en DltramarÍDos y cocfiterias de Espafia. AI por Mayor : 4 0 y 42, Rué St-I^azare. París.

CREMA DE LA MECA EL ÁGUILA

Importante receta para blanquear el cutis; sana y benéfica, basta GRAN BAZAR DE ROPAS HECHAS
con muy poca cantidad para aclarar el cutis más moreno y darle la Y GÉNEROS n U SONFECCIONÜB Á L t MEDIDA
blancura suave y nacarada del marfil.
PRECIO FIJO
Precio en París, 5 francos Preciados, 3, esquina á la de Tetuán
D u e s e r , 1 F i u e J. J. Rousseau Teléfono niim 661
PARÍS MADRID
Marca registrada.

* • • * I * * f*^ • * * • • * • ^ l*^'»•» K^ * * ' ' f * g

LA CASA
f HOTEL ALLIANCE I THOMAS I LiSEOSPiLlBBAS
FÁBRICA DE CORSÉS
mA'SÍAB LOFEZ i -— 5 PERFUMERÍA FINA Á PRECIOS REDUCIDOS a
H^as de Julia A. de Zngasti
IMLadrí d - E s c o r l a l 10, Rúa Nova de Trinidade P Objetos para regalos de poco £ CORIETEAAS DE LA KEAL CASA
( precio. 2 jr premiadas en varias Exposiciones
fabrica siempre )a& mismas excelentes LISBOA f Horquillas y Toda case de T Inventado hace
clases de Ck«c»i«ta, que de tanta predi- t adorros de cabeza; cada ocho £ JULIA DE ZUGASTI años el Corsé-faja
lección gozan entre las personas de buen Propirtario: D. José Rcáiípez h\Mn I í días se reciben novedades. { a de Salud, que h» da-
[ Artículos para cotillones y jf flHHH^ do tan buenos re-
gusto. '^f^p sultados, pueden
Este antiguo hotel, situado en el cen- W í carnaval. £
Pídanse siempre estos Chocolates, que ^~" hoy ofrecer los da
se encuentran en todos los comercios j tro de Lisboa, cerca de los principales • f Mayor, 30.—Tliomas í otros sistemas más
de UltramarinosdeEspaña. teatros, y muy prójimo á la Estación T modernos, para dis-
Central, donde llegan todos los trenes, ^ minuir el volumen
OFICLNA8. PAL^tfA, 8 f paraguas, sombrillas, bastones, * del cuerpo y tener
tiene elegantes cuartos, baños, teléio- i i r abanicos á precios reducidos. 4b mis agilidad.
D«t4alW «••4»*lt no, salón de lectura y todo lo mejor A Composturas de todas clases. V Corsés para con-
CALLE DE LA MONTERA, 2 5
EST«M PREMIADOS CON 36 MEBAUAS
que puede encontrarse en establecí-
micntos de este género.
W
J
Í Reposición de forros á para- S
LAS DOS PALABRAS trahecbas, variedad
c. HORTALEZA, I en fa)as y corsés
para novia.
guas y sombrillas, ít
Se remiten i provincias y al eitran-
CAFES, TES DULCES i THOMAS.-ALCALÁ 2 | jero.
Í I M »*<IH IHII*«#4 »H»*|[ft*« M M » I Madrid %

MISTURA BROUX
xo, RLE SAN FLORENTÍN
Para teñirlas ca-
nas, lo mismo en la
cabellera que en la
GRAI F0Í1DA_DE EUROPA
Parla barba.
ZARAGOZA
Con este producto nuevo é inofensivo, que ba obtenido medalla de
ero, pueden teñirse las canas en colores distintos. Este establecimiento está situado en el punto más céntrico de
EN MADRID: Peluquería y Perfumería de Puig, Corredera baja, la población. Servicio de carruajes para las estecioneB de ferroca-
núm, 9. rriles.

EL ÁLBUM IBERO AMERICANO rj:l°:r^Lr^::*

S B Espafía y Portugal 9 i«et»B Irimettre: ÍD francia 8 6 franccs afio; Eepúblicas americanas 3 peaos trimestre; Estados, ProvioGiaa ¿ Departamaoto*.
• 4 , l i O trimestre. Número eualto f pegeta. Ko ee deTuelven criíinaleí. Direcció y Adminnistración: Barquillo, 1«, bajo izquierda.