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Programa de Estudios/Programa Programa de Formación Humanística Sesión N°7

Experiencia Curricular: Tutoría Semestre 2022_I

Contenido temático: 8 ESTRATEGIAS PARA MEJORAR TUS HÁBITOS DE ESTUDIO

Docente:

Tipo de Material Informativo Lectura

8 ESTRATEGIAS PARA MEJORAR


TUS HÁBITOS DE ESTUDIO
La gran mayoría de personas estudiamos durante gran parte de nuestra vida,
diferentes contenidos, a diferentes edades, en diferentes contextos y a muy
diferentes ritmos y, generalmente, sin ningún tipo de formación reglada sobre
cómo hacerlo de manera adecuada.

No haber desarrollado correctamente estas habilidades puede generar un gran


malestar y un rendimiento deficitario, especialmente en aquellas etapas en donde
de tu educación dependerá tu éxito profesional.

1. No pierdas el tiempo

Resulta paradójico que, no teniendo otra cosa que tiempo en nuestras vidas,
siempre estemos quejándonos de su falta; posiblemente, porque no sabemos
aprovecharlo.

Lo primero que debes saber es que, seguramente, estás perdiendo mucho tiempo.
Te proponemos un ejercicio: imprime una tabla con todas las horas del día y los siete
días de la semana. Y en cada hora en punto anota utilizando una sola palabra lo que
estás haciendo: DORMIR, COMER, TRABAJO, COLEGIO, TELEVISIÓN, AMIGOS…
Puede que te sorprenda cuánto tiempo pierdes con actividades que no te ayudan a
conseguir tus objetivos.

A continuación, intenta confeccionar un horario adecuado poniendo una hora de


inicio y una hora de fin para tus sesiones de estudio (más 30-60 minutos extra para
imprevistos) todos los días. Recuerda descansar al menos un día, mucho más útil el
domingo, para comenzar la semana con más energía y activación.

Una vez hecho, te resultará mucho más fácil distribuir dentro de ese horario, el
tiempo para cada tarea.
2. Crea tu rincón de estudio

Un buen hábito de estudio incluye también una buena habitación para estudiar.

Funciona mejor estudiar en una estancia habilitada para ello: con dos fuentes de luz (una
directa y potente, como un flexo, y una indirecta y suave, como una lámpara de techo),
con una temperatura adecuada (en torno a 20 grados), en un espacio amplio suficiente
para poder manejar el material de estudio (mesa de comedor, escritorio…), con dicho
material a mano y con la menor cantidad de fuentes de ruido posibles (ventanas
abiertas, familiares escandalosos, televisión o radio).

3. Organízate

La organización es primordial, dentro de unos límites, como sucedía con el lugar de


estudio. La organización es beneficiosa para estudiar, pero cada cuál se organiza de
forma distinta (atención a los que quieren que los demás se organicen como ellos/as
mismos/as lo harían).

Eso sí, una buena organización requiere el uso eficiente de nuestros recursos
atencionales en función del contenido a aprender. Nuestra atención se muestra muy
activa y eficiente en los primeros minutos realizando una tarea y, aproximadamente
a partir de los 20-30 minutos, empieza a decaer. Hay que saber aprovechar esta
curva.

Por eso es importante hacer muchos y pequeños descansos a la hora de estudiar


(como comentaremos más adelante) y saber organizarse en cada una de esas zonas
(A, B y C) las tareas que más y menos nos gustan, nos cuestan o nos interesan.

4. Elimina ladrones de tiempo

Las distracciones son el gran enemigo de los hábitos de estudio. Para eliminarlas, es
necesario conocerlas y contarlas. ¿Cuáles ocurren? ¿Cuándo ocurren? ¿Cuánto
tiempo me roban? Estas respuestas pueden solucionarse con un rápido registro
diario.

Una vez identificadas, la solución es sencilla. Si son distracciones externas, bastará


con limitarlas.

Por ejemplo:

● Quitarle la vibración al móvil, dejarlo boca abajo o fuera de la zona de estudio.


● Pedir a nuestros familiares y amigos que no nos molesten mientras estamos
estudiando (por ejemplo, mientras la puerta de la habitación está cerrada).
● Apagar el ordenador (y, si lo enciendo para buscar información, volver a apagarlo
cuando termine, para que cueste distraerse).
Si las distracciones son internas (es decir, que mis pensamientos o sensaciones no
me dejan estudiar) también puede mejorarse:Si me entra hambre o sed, no he
planificado lo suficiente mis horarios. En una buena planificación existe tiempo para
alimentarse o al menos, tiempo para imprevistos.

● Si mis pensamientos no me dejan en paz, puedo modificar los mensajes que me doy
a mí mismo/a: “Eso no es importante ahora, ahora toca estudiar”, “Ya pensaré en eso
más tarde, ahora me gustaría estudiar”, etc.
● Si son mis emociones (como ira o ansiedad) las que impiden que me concentre, o
bien no es el mejor momento para estudiar, o bien no las controlo lo suficiente.
5. Haz preguntas

La falta de información puede ser una gran distracción o un gran inconveniente a la


hora de estudiar. Hay que preguntar lo que se desconoce a quien lo pueda conocer,
hay que preguntarse a uno mismo/a posibles preguntas que otras personas podrían
hacerme sobre lo recién estudiado.

El aprendizaje significativo (es decir, que tiene un valor positivo o constructivo para
mí) es más útil y se recuerda mejor que un aprendizaje vacío o porque sí.

6. Re-edita

Transforma tus notas, tus apuntes, tus lecciones en nuevas formas. La estrategia de
hacer diferentes esquemas o de convertirlo en nuestro propio lenguaje funciona por
varias razones.

Por un lado, porque personalizo mi


aprendizaje, lo vuelvo “significativo” como
decíamos antes. Por otro lado, porque
mientras escribo, es mucho más difícil des-
concentrarme que mientras leo. Y por
último, porque aprendo a sintetizar y a
desarrollar, una habilidad más que útil
cuando voy a hacer un examen.

7. Descansa

Como decíamos, los descansos influyen más de lo que pensamos en nuestros


hábitos de estudio (e incluso de trabajo). Aparte de la necesidad de dormir y
descansar por las noches, los descansos durante una sesión de estudio también son
importantes.

8. Consulta qué tal lo haces

Y por último, para saber lo que haces adecuadamente y lo que no, consulta. Puedes
preguntar a un experto/a en técnicas de estudio qué puede estar fallando en tu
método. Puedes repasar lo aprendido con alguien que ya lo sepa o que esté
estudiando lo mismo que tú, o convertirte en el evaluador después de ser el
evaluado. Puedes anotarte posibles preguntas sobre lo aprendido y tratar de
responderlas.

Y recuerda, hay que reforzar (o buscar refuerzo) en lo que se hace adecuadamente


y evitar castigar o penar lo que se hace mal, es mucho más útil, realizar una crítica
constructiva y un cambio a mejor, que una crítica destructiva y no cambiar (o
cambiar a peor).

REFERENCIAS

Almela, J. (2002). Aprender a estudiar no es imposible. Técnicas de


estudio para hijos en edad escolar, ediciones Palabra. anuies (2000).
Programas institucionales de tutoría. Una propuesta de la anuies para su
organización y funcionamiento en las instituciones de educación
superior, México, anuies.

Arco, J. y Fernández, F. (2011). “Eficacia de un programa de


tutorías entre iguales para la mejora de los hábitos de estudio del
alumnado universitario”, en Revista de Psicodidáctica, Vol. 16(1),
Universidad de Granada.
www.ehu.es/ojs/index.php/psicodidactica/article/download/.../798,
consulta: Febrero del 2011

Fox, D. y López, E. (1981). El proceso de investigación en


educación, 1ª ed., Universidad De Navarra, España.

Furnham, A. (2004). Psicología organizacional: El comportamiento


del individuo en las organizaciones, Alfaomega, México.

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