Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INFORMAT
Programa de Estudios/Programa Programa de Formación Humanística Sesión N°7
Docente:
1. No pierdas el tiempo
Resulta paradójico que, no teniendo otra cosa que tiempo en nuestras vidas,
siempre estemos quejándonos de su falta; posiblemente, porque no sabemos
aprovecharlo.
Lo primero que debes saber es que, seguramente, estás perdiendo mucho tiempo.
Te proponemos un ejercicio: imprime una tabla con todas las horas del día y los siete
días de la semana. Y en cada hora en punto anota utilizando una sola palabra lo que
estás haciendo: DORMIR, COMER, TRABAJO, COLEGIO, TELEVISIÓN, AMIGOS…
Puede que te sorprenda cuánto tiempo pierdes con actividades que no te ayudan a
conseguir tus objetivos.
Una vez hecho, te resultará mucho más fácil distribuir dentro de ese horario, el
tiempo para cada tarea.
2. Crea tu rincón de estudio
Un buen hábito de estudio incluye también una buena habitación para estudiar.
Funciona mejor estudiar en una estancia habilitada para ello: con dos fuentes de luz (una
directa y potente, como un flexo, y una indirecta y suave, como una lámpara de techo),
con una temperatura adecuada (en torno a 20 grados), en un espacio amplio suficiente
para poder manejar el material de estudio (mesa de comedor, escritorio…), con dicho
material a mano y con la menor cantidad de fuentes de ruido posibles (ventanas
abiertas, familiares escandalosos, televisión o radio).
3. Organízate
Eso sí, una buena organización requiere el uso eficiente de nuestros recursos
atencionales en función del contenido a aprender. Nuestra atención se muestra muy
activa y eficiente en los primeros minutos realizando una tarea y, aproximadamente
a partir de los 20-30 minutos, empieza a decaer. Hay que saber aprovechar esta
curva.
Las distracciones son el gran enemigo de los hábitos de estudio. Para eliminarlas, es
necesario conocerlas y contarlas. ¿Cuáles ocurren? ¿Cuándo ocurren? ¿Cuánto
tiempo me roban? Estas respuestas pueden solucionarse con un rápido registro
diario.
Por ejemplo:
● Si mis pensamientos no me dejan en paz, puedo modificar los mensajes que me doy
a mí mismo/a: “Eso no es importante ahora, ahora toca estudiar”, “Ya pensaré en eso
más tarde, ahora me gustaría estudiar”, etc.
● Si son mis emociones (como ira o ansiedad) las que impiden que me concentre, o
bien no es el mejor momento para estudiar, o bien no las controlo lo suficiente.
5. Haz preguntas
El aprendizaje significativo (es decir, que tiene un valor positivo o constructivo para
mí) es más útil y se recuerda mejor que un aprendizaje vacío o porque sí.
6. Re-edita
Transforma tus notas, tus apuntes, tus lecciones en nuevas formas. La estrategia de
hacer diferentes esquemas o de convertirlo en nuestro propio lenguaje funciona por
varias razones.
7. Descansa
Y por último, para saber lo que haces adecuadamente y lo que no, consulta. Puedes
preguntar a un experto/a en técnicas de estudio qué puede estar fallando en tu
método. Puedes repasar lo aprendido con alguien que ya lo sepa o que esté
estudiando lo mismo que tú, o convertirte en el evaluador después de ser el
evaluado. Puedes anotarte posibles preguntas sobre lo aprendido y tratar de
responderlas.
REFERENCIAS