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Cuando se habla de técnicas y hábitos de estudio nos referimos a los factores aprendidos
durante la enseñanza que le permiten al estudiante ser capaz de cumplir con sus
asignaciones de forma correcta, siendo posible que no dependan de otra persona y
creando la costumbre para adquirir más conocimientos y con ello mejorar sus
calificaciones.
Del mismo modo, crear hábitos de estudios positivos en las personas está enfocado en
actividades como cumplir un horario, mantener un ritmo de trabajo, estudiar en un espacio
ordenado, etc. En cambio, las técnicas de estudios son métodos implementados con el fin
de mejorar el proceso de aprendizaje, favoreciendo así la comprensión, memorización y
rendimiento o éxito académico.
Ahora bien, según el autor Rogelio Soto, no existe una técnica definida o fija a la hora de
elegir cómo estudiar, ya que esto depende de cada persona. Es común que a algunas
personas se les facilite el uso de fichas de estudios, mientras que otros prefieren usar el
método de subrayado. Cabe destacar que los docentes deben tener la capacidad de
enseñar las diferentes técnicas de estudio a los alumnos con el fin de encontrar la que se
adapte a cada estudiante. Para esto, los profesionales pueden realizar un Curso de
Técnicas de Estudio, el cual aporte los conocimientos necesarios en este tema.
¿Cuáles son los hábitos que todo estudiante en línea debe tener?
1. El hábito de la planeación
Como estudiante virtual puedes acceder a tu computador o “ir a clase” cuando quieras.
Aunque ésta sea una de la mayores ventajas, también puede actuar en tu contra y llevarte
por el camino de la procrastinación: “no tengo que estudiar ahora, lo hago mañana”.
Primero, y tal vez lo más difícil, es hacer saber a nuestros amigos y familiares cuando
estamos trabajando para minimizar las distracciones.
Segundo, limitar nuestro tiempo en las redes sociales mientras se estudia en línea. Es
muy fácil distraerse desplazándose por las noticias de Facebook o mirando fotos en
Instagram.
Podemos comenzar a chatear con un amigo o navegar a través de Twitter y antes de
que nos demos cuenta, la mitad del tiempo destinado para estudiar se ha ido.
Y por último, las distracciones también se aplican al espacio de trabajo
Para estudiar cómodos es necesario tener un espacio de trabajo consistente.
Si nuestro espacio de estudio ya está asociado con actividades como comer, ver
televisión o dormir, probablemente no sea el ideal.
Por el contrario, si tenemos un espacio dedicado, siempre asociado con el aprendizaje
y el cual mantenemos organizado y libre de distracciones, podremos estudiar sin
distracciones y concentraremos mejor.
3. El hábito de priorizar
Las técnicas de estudio online son estrategias exitosas porque despiertan el interés,
crean hábitos de estudio y desarrollan habilidades autónomas y colaborativas. En
definitiva, disparan el rendimiento y los resultados académicos.
Por esta razón, asegúrate de que tus alumnos expriman al máximo estas técnicas de
estudio ‘interactivas’.
En primer lugar, sería correcto que la zona dedicada al estudio fuese un espacio
confortable y sin distracciones. Al respecto, cabe explicarles que el teléfono móvil no
es un buen compañero (salvo en caso de hacer M-learning) y las redes sociales,
tampoco.
Por otra parte, invítales a cerrar las pestañas abiertas en el ordenador antes de iniciar
una sesión de estudio.
Análogamente, los alumnos deberían de contar con una agenda o timing donde
señalar las fechas clave de entrega de trabajos o actividades.
Además, para que cumplan con sus objetivos formativos, han de fijar un horario en el
que planifiquen los temas o puntos a estudiar cada día.
A fin de que la conozcan ‘a pies juntillas’ será esencial que dediquen un tiempo inicial
a comprender cómo moverse por ella y los recursos con los que cuentan para realizar
las actividades o comunicarse. Por eso, la importancia de disponer de una plataforma
intuitiva y muy muy fácil de usar por cualquiera de tus alumnos.
Durante la clase online: aprovechamiento
También, será conveniente que los aprendices tomen apuntes mientras impartes la
clase y hagan resúmenes con fundamento.
Aunque hay programas específicos para ello, una buena forma es que dividan la
pantalla en dos secciones. En un lado, tendrán que abrir el archivo que desean
subrayar o la clase a la que están asistiendo; y, en el otro, un documento de Word o
similar donde ir redactando las ideas principales a modo de esquema o resumen.
Con la misma naturalidad y lógica en que lo hacen en una clase presencial, los
alumnos han de intervenir y resolver todas las inquietudes y curiosidades que tengan.
Es más, las preguntas de unos pueden aclarar las dudas similares de otros.
Según sea la materia a abordar será conveniente que participen de un tipo de lectura
concreta.
Cuando comiencen a practicarlo les costará un poco; pero a medida que le pillen el
truco, verán cómo aumenta su velocidad lectora.
En cambio, en caso de que el material sea complejo y relevante, la lectura por renglón
será la más adecuada para que procesen la información al detalle.
Estudiar para retener los conocimientos
Una de las mejores técnicas de estudio online es dividir el tiempo, de tal forma que el
80 % sea para leer, subrayar, entender y el 20 % restante para expresar y enseñar lo
aprendido.
A veces, creemos que tenemos la materia interiorizada; pero sucede que, cuando
queremos explicarlo a alguien o citar algún ejemplo, no encontramos, siquiera, ideas o
palabras propias para hacerlo. O sea, no lo hemos aprendido.
Entonces, la clave para que los aprendices conozcan si, efectivamente, han retenido
la información a largo plazo, tiene mucho que ver con ese 20 % que comentamos,
pues cuando una persona es capaz de reproducir o enseñar a otros es porque de
verdad ‘sabe lo que sabe’.
Y un apunte más. Aconséjales reservar un día de la semana solo para refrescar todos
los contenidos estudiados.
Tener el campo de batalla organizado es básico y quizás por este motivo forme parte
de las técnicas de estudio online a tener muy en cuenta.
En general, tus alumnos no pueden perder tiempo ni esfuerzo en tareas banales que,
de haberlas ejecutado en su momento, no interferirían a la hora de estudiar. Por lo
que, si no mantienen cierta organización desde el principio y se dedican a acumular
archivos en el ordenador, difícilmente tengan el contenido bien estructurado ni sepan
qué tienen que estudiar ni que corresponde a cada asignatura.
En virtud de ello, una solución es crear carpetas madre por categorías (módulos o
asignaturas) e ir agregando subcarpetas (por unidades) y así sucesivamente. Con
estas ramificaciones, cada documento que originen y descarguen en el ordenador o
almacenen en la nube (Google Drive, Microsoft OneDrive, por ejemplo) quedará bien
ubicado.
Parece una nimiedad, pero hacer este trabajo es muy saludable de cara al estudio.