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C) En mi escuela todos somos lectores y escritores

Carola Diez

“Mucho tiempo ha pasado desde aquellos días en que el


maestro Vasconcelos recorría el país de punta a punta
en un automóvil, con el fin de repartir entre niños y
jóvenes del medio rural aquellos primeros libros editados
1
por la entonces Secretaría de Educación . A noventa
años del inicio de esa gesta educativa podemos decir,
con orgullo, que los libros dirigidos al público infantil que
edita la SEP, en los que se incluye por supuesto el libro
de texto gratuito, son uno de los pilares fundamentales
sobre los que descansa el sistema educativo de nuestro
país.”

Sarah Corona Berkin

Trayectos de las bibliotecas escolares en México

Los primeros años

En México, la biblioteca escolar nace a la par de la escuela pública, formando


parte esencial del pensamiento y plan de Vasconcelos. Se trata de un concepto
novedoso para su tiempo; su presencia es fuerte y vanguardista en los años
fundacionales de la SEP. A medida que la prioridad educativa se centró en la
cobertura, las condiciones de las escuelas se vieron cada vez más limitadas
(sobre todo al alejarse del centro distribuidor de recursos). Así, la biblioteca
escolar no pudo generalizarse con el peso y las dimensiones que se habían
previsto; estas experiencias tempranas (a pesar de todo fuertes e influyentes)
quedaron acotadas a las escuelas grandes y a iniciativas en el medio rural como
las misiones culturales, los internados, las escuelas normales rurales y otras. John
Dewey escribió, tras una visita a México en 1928: “El desarrollo educativo más
importante y el más interesante también es, sin embargo, el de las escuelas
rurales (…) No sólo es una revolución para México, sino que es, en ciertos
respectos, uno de los experimentos sociales más importantes emprendidos en el
mundo.

                                                                                                                       
1
 Entre  ellos  el  memorable  Lecturas  Clásicas  para  niños.  Conozca  más  sobre  la  educación  en  aquellas  
décadas:  http://www.90.sep.gob.mx/index.php/lineadetiempo/los-­‐20s    
En ese momento el 80% de la población apenas sabía leer ni escribir y
apenas existían en México 70 bibliotecas, 39 de ellas públicas. Cuando
Vasconcelos dejó su cargo se habían creado 1.916 bibliotecas y se
habían hecho tiradas masivas de libros clásicos, como por ejemplo,
38.940 ejemplares de La Ilíada o 15.000 de obras de Esquilo.2

El ideal contemplaba la suma de los ‘rudimentos del alfabeto + materiales en qué


leer’ como la ruta básica hacia la alfabetización. Una vez adquiridas las nociones
técnicas, las personas se sumarían con naturalidad y entusiasmo al camino de las
letras, el estudio y la cultura occidental. Junto a la palabra ‘biblioteca’ suelen
aparecer términos como ‘progreso’, ‘adelanto’, ‘civilización’, supeditadas al gran
ideal nacionalista. Grandes expectativas se colocaron en la erradicación del
analfabetismo; Vasconcelos lo resume en su obra El desastre: “La mejor acción de
patriotismo consiste en que enseñe a leer, todo el que sabe”. Una idea completa
de cultura y sociedad animaba y daba estructura a esta iniciativa; una ojeada a la
selección de aquellas primeras dotaciones resulta reveladora.Un ejemplo (y un
hito fundacional) es el título Lecturas clásicas para niños. Editado en 1924 en dos
tomos, contó con la participación entre otros escritores de Gabriela Mistral,
Salvador Novo, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, García Icazbalceta y Xavier
Villaurrutia más ilustradores de la talla de Montenegro y Fernández Ledezma

“Vasconcelos asumió la tarea con un doble propósito: difundir


la cultura clásica y divulgar el pensamiento moderno. (…)
Parecía fundamental y urgente inscribirse en la modernidad y,
según la visión de Vasconcelos era imprescindible acercarse
a la cultura europea, a los clásicos, para lograrlo. (…) Una
antología de textos de diversas tradiciones culturales, desde
el Ramayana hasta síntesis de El Rey Lear y La Tempestad,
pasando desde luego por mitos y leyendas de las poblaciones

                                                                                                                       
2Salaberría,  Ramón:  Bibliotecas  de  aula  en  México.  A  gritos  y  sombrerazos.  En:  Educación  y  Biblioteca  nr.  
132,  noviembre/diciembre  2002  (citado  por  Ana  Garralón)  
indígenas de México”3.

Transcurre una década de inestabilidad, en la que el país se pacifica


gradualmente y desde el Estado se pone el énfasis en educar para la vida
práctica, el progreso material y la promoción social; en las escuelas se enseñan
oficios, se siembra y produce, aparecen en las ciudades las carreras cortas
técnicas y comerciales. En el marco de esta idea de desarrollo, los libros dejan de
ser una prioridad.

No fue sino hasta la llegada al poder del Gral. Lázaro Cárdenas, que los libros
vuelven con fuerza a la vida escolar, de la mano de la educación socialista. Se
editan al mismo tiempo numerosos títulos destinados a las familias de hogares
trabajadores, que buscan apuntalar los oficios prácticos tanto como las ideas de
emancipación proletaria. Los precios son reducidos (siete centavos costaba el
ejemplar en 1936). Se distribuyen libros de lectura por millones y-entendiendo a la
escuela como órgano privilegiado de propaganda y penetración de las políticas
gubernamentales- se reparte una enorme cantidad de revistas, folletos y
materiales divulgativos. En esta etapa (inaugurando una tradición que duraría
décadas en la SEP) grandes artistas ilustran los textos dirigidos a los niños.

El libro de texto gratuito

Resulta imposible entender y contextualizar la presencia de libros en las escuelas


sin detenernos ante un hito fundacional del sistema educativo: el libro de texto
universal y gratuito editado por la Secretaría de Educación Pública.

Desde 1944, el entonces Secretario de Educación Pública Jaime


Torres Bodet - destacado hombre de letras, académico y
diplomático mexicano- sintió una gran preocupación por los
libros con los que se educaba a los niños y niñas del país. Por su

                                                                                                                       
3
 Dehesa,  Juana  Inés.  Innovar  desde  el  sigilo:  hitos  de  la  literatura  infantil  y  juvenil  en  México.  En:  Hitos  de  la  
literatura  infantil  y  juvenil  hispanoamericana.  Beatriz  Helena  Robledo  (coord.)  Fundación  SM  /  Biblioteca  
Nacional  de  Colombia,  2013  
parte, un joven abogado, Adolfo López Mateos, advirtió desde
aquella época que el principio de gratuidad de la educación
básica -consagrado en la Constitución- no estaba siendo
plenamente cumplido porque los libros de texto eran
excesivamente costosos, de mala calidad e inaccesibles para la
mayor parte de las familias mexicanas.

Cuando llegó a la Presidencia de la República en 1958, López


Mateos se encontró con una población con altos niveles de
analfabetismo y pobreza que minaban el acceso equitativo a los
servicios educativos: "poco puede hacer la escuela por los niños
si sus padres no tienen recursos para comprarles los libros de
texto" decía. Para hacer frente a tales problemas, López Mateos
eligió a quien había sido discípulo del maestro José Vasconcelos
para ocupar, por segunda vez, la Secretaría de Educación
Pública: Jaime Torres Bodet, quien impulsó una extensa
campaña de alfabetización a lo largo y ancho de México con una
idea firme: que cada estudiante del nivel obligatorio asistiera a la
escuela con un libro de texto bajo el brazo, pagado por la
Federación.4

Rincones de lectura

Habrían de pasar varias décadas del Siglo XX antes de que el término biblioteca
escolar volviera a posicionarse -en el discurso y en las iniciativas- como un
componente esencial de las escuelas. A partir de 1986, la SEP emprende un
camino de producción5 y dotación de libros y otros materiales (carteles, cassetes,
recortables, barajas) destinados a conformar un ‘rincón de lectura’ en cada
escuela, antecedente directo de las actuales bibliotecas escolares. Antes de
generalizar la dotación a las escuelas, se planteó una fase de investigación que
duró cinco años, en los cuales se distribuyeron paquetes a escuelas rurales (que
pagaban un precio simbólico por ellos). Parte del proceso consistió en la
instalación de comités de padres de familia, y las orientaciones en forma de cartas
o folletos dirigidas a maestros, directores y supervisores. Bajo la dirección de
                                                                                                                       
4
 CONALITEG,  Historia  de  1944  a  1982.  http://www.conaliteg.gob.mx/index.php/historia  
5
Hoy  en  día  únicamente  dotación,  la  producción  propia  de  materiales  para  la  biblioteca  escolar  se  restringe  a  
publicaciones  bilingües  en  lenguas  indígenas  
Marta Acevedo, este proyecto se convierte en el Programa Rincones de Lectura.
Durante el ciclo escolar 1991-1992 se distribuye por primera vez a todas las
primarias públicas del país un paquete de libros, llamado ‘Azulita’, con sesenta
títulos. A partir de ese momento, y hasta la fecha, se han distribuido libros a las
escuelas en cada ciclo escolar (a excepción de 2000-2001).

Esta iniciativa se planteó desde sus inicios como una estrategia que iba mucho
más allá de la mera dotación de materiales (lo cual no es poco, de cualquier
manera). Era en sí mismo el posicionamiento de una idea de la lectura y de su
aprendizaje, con un fuerte sentido de sus conexiones con la vida social y cultural
de las personas. Una clara conciencia de las implicaciones ideológicas y del
potencial transformador de la iniciativa. Gloria Elena Bernal6 lo cuenta así:

“Rincones de Lectura es un programa editorial y de dotación


de acervos bibliográficos. Su propósito es contribuir a la
formación de lectores y escritores en las escuelas mexicanas.
Para lograr ese objetivo, el programa promueve la creación
de espacios y situaciones que permitan a niños y adultos
entrar en contacto con libros y materiales impresos entre los
que puedan elegir según sus intereses e inclinaciones.

Las estrategias de Rincones de Lectura obedecen, en primer


lugar, al principio de que el aprendizaje se produce en
situaciones de contacto entre los sujetos y los objetos de
conocimiento. Así, la comprensión y el uso del sistema de
escritura -uno entre muchos objetos de conocimiento-
dependen, ante todo, de las interacciones de los sujetos con
textos íntegros y diversos.”

Ya como programa, Rincones de Lectura continuó la dotación de materiales, cuya


selección estuvo marcada por la noción de diversidad y la premisa de ‘lo mejor a
los que menos tienen’, que colocaba muy alto el listón en cuanto a la calidad e
innovación de las propuestas. La visión de la biblioteca escolar es panorámica:
abarca a los alumnos (desde luego y en primer lugar) pero también se dirige de
                                                                                                                       
6
 Bernal,  Gloria  Elena.  Notas  sobre  la  producción  editorial  de  Rincones  de  Lectura  y  su  empleo  en  los  
primeros  grados  de  Educación  Básica.  
manera explícita a los padres de familia, la comunidad y los maestros. Baste
recordar al respecto textos fundamentales en esta etapa: el ‘Manual del arquitecto
descalzo’, ‘Donde no hay abogado’, ‘Enfermedades de la mujer’, ‘El maíz’,
‘Mejoremos la organización de nuestro grupo’ hasta los dirigidos a apoyar el
trabajo de los docentes, como los emblemáticos ‘El nuevo Escriturón’, ‘Acto
Seguido’, o ‘Cómo hacer teatro sin ser descubierto’. Se sientan así las bases de
un catálogo que, a la fecha, reúne sin duda una de las mejores y más completas
colecciones de libros para niños editados en lengua española.Así lo consigna Ana
Garralón7:

“(Durante el Programa Rincones de Lectura) En poco más de


quince años se publicaron unos 25 millones de ejemplares que se
distribuyeron en 70.000 escuelas primarias y 48.000 jardines de
niños. Los casi 500 títulos editados incluían un amplio registro de
géneros literarios y algunos libros informativos. En lo que
respecta a la formación de docentes y la creación de acervos, se
trató de una de las acciones más importantes de fomento de la
lectura desde el aula escolar realizadas en América Latina.”

Paralelamente avanzaba un fuerte proceso de formación, tanto del nivel federal


como de equipos estatales. La conformación de un equipo nacional numeroso,
compuesto en su mayoría por gente joven logró cobertura en la formación
específica para la totalidad de los estados; este proceso llevaría a la instalación de
trece equipos estatales formalmente constituidos, y de estructuras vinculadas al
trabajo técnico-pedagógico, antes inexistentes o débiles en las coordinaciones
estatales del Programa, en cada una de las entidades. En este momento se abre
en nuestro país un discurso más amplio sobre el desarrollo de las competencias
lectoras. Se desplaza una concepción de la lectura como simple alfabetización por
una acepción comunicativa de la lectura.

                                                                                                                       
7
Ana  Garralón.  El  Programa  Nacional  de  Lectura,2001-­‐2006  (SEP,  México)  Ponencia  presentada  en  el  II  
Congreso  Internacional  de  Libros  para  Niños,  Buenos  Aires,  agosto  2010    

 
Estas condiciones permitieron difundir con profundidad la confianza y las
herramientas mínimas para que miles de maestros, aún centrados masivamente
en el libro de texto como herramienta única, comenzaran a incorporar materiales
de lectura diversos a su labor cotidiana. Se puso el énfasis en la lectura en voz
alta, en revisar la propia relación del docente con la lengua escrita, en la noción de
diversidad y en una visión participativa de la lectura como un acto social, de
preferencia gozoso. Es importante destacar el papel que tuvo Gerardo Cirianni en
la divulgación de un corpus de materiales y caminos para la exploración del tema.
Luz María Chapela resume estos cambios de fondo:

“(Rincones de Lectura) propuso nuevas maneras de leer, distintas a


las más formales que por entonces se realizaban en las bibliotecas
escolares. El libro pasó a ser parte del ambiente educativo en las
aulas (...) De manera derivada, algunos maestros comenzaron a leer
los libros de las colecciones de aula para ellos mismos y fuera de
consignas formales”.8

Se vincula desde su inicio con otras experiencias latinoamericanas de lectura,


bibliotecas y edición; Brasil, Argentina, Venezuela, Chile y Colombia fueron
referentes importantes. Llega a ser durante años un programa único en el mundo,
del que se alimentarán diversas iniciativas en la región. Destaca el programa
regional Podemos Leer y escribir, operado por el CERLALC y la SEP. Consistía en
hacer llegar una dotación de libros del Rincón a escuelas de siete países de
América Latina, y promover intercambios en torno a la experiencia.

En el panorama nacional, cientos de horas de capacitación, y un activo trabajo de


gestión fueron ayudando a instalar en las entidades federativas una iniciativa que
operaba muchas veces sin presupuesto y al margen de las orientaciones
curriculares. En ese momento el programa era dirigido por Felipe Garrido desde la
Unidad de Publicaciones Educativas, que dependía directamente de la
Subsecretaría de Educación Básica. Al ingresar al sistema de Carrera Magisterial
un curso sobre la formación de lectores en la escuela, se multiplica el impacto en

                                                                                                                       
8
Ana  Garralón.  Ibid.  
la integración de los materiales al trabajo cotidiano, y la conformación de espacios
para la biblioteca en las escuelas.

Programa Nacional de Lectura y Escritura

A partir del cambio de administración federal del año 2000, las funciones del
programa Rincones de Lectura son asimiladas por la Dirección General de
Materiales y Métodos Educativos. Se introducen modificaciones importantes:

• Dos de carácter administrativo: se cambia su nombre al de Programa


Nacional de Lectura, y se crea para operarlo la Dirección de Bibliotecas y
Promoción de la Lectura (a cargo de María Elvira Charria entre 2001 y
2008).

• Dos de cobertura: se amplía la dotación a preescolar y secundaria, y se


generaliza la dotación para las bibliotecas de aula (adicional a la escolar).
Esto significa en números, de 2001 a la fecha, lo siguiente:9

Ejemplares distribuidos para bibliotecas 137,122,012


escolares

Ejemplares distribuidos para bibliotecas de aula 121,618,938

Total de ejemplares distribuidos 258,640,950

Inversión en pesos $ 3,179,405,613

El programa se articuló sobre cuatro ejes:

1) Fortalecimiento curricular y mejoramiento de las prácticas de enseñanza


2) Dotación de acervos bibliográficos a las escuelas y Centros de Maestros
3) Formación y actualización de recursos humanos10
4) Generación y difusión de información

                                                                                                                       
9
CONALITEG  http://www.conaliteg.gob.mx/index.php/historia  
10
Maestros,  bibliotecarios,  directivos,  equipos  técnicos  de  los  estados  y  asesores  técnico-­‐pedagógicos,  entre  
otros  actores,  para  quienes  se  realizaron  iniciativas  de  formación  
“Las preguntas generales que planteaba el equipo de trabajo:

• ¿Qué es leer? -El concepto de lectura

• ¿Qué es ser lector? -Formación de lectores autónomos

• ¿Qué leer? -Los materiales para la lectura

• ¿Cómo y dónde leer? -El papel de las bibliotecas en la


escuela11

Según la Evaluación Externa del Programa Nacional de


Lectura, realizada por Organización de Estados
12
Iberoamericanos (OEI) , el Programa Nacional de Lectura
(PNL) en el año 2006 propuso una modificación “radical
respecto de las prácticas pedagógicas, las prácticas lectoras,
la administración y gestión de los sistemas educativos y los
centros escolares, así como la conformación de redes y
personal de apoyo técnico que se encargue de acompañar a
los planteles en los procesos de innovación”

En esta etapa se opera también con fuerza el Programa Escuelas de Calidad. En


muchas escuelas, ambas iniciativas (PNL y PEC) se unen con naturalidad. A partir
de los diagnósticos y proyectos escolares -masivamente centrados en las
deficiencias de comprensión y producción de textos- muchas escuelas voltean la
mirada a la biblioteca escolar. Se construyen y adaptan locales físicos, se visibiliza
el acervo, en ocasiones se acercan recursos materiales, se gestiona formación
específica o se amplía la colección; se tiende a involucrar a las familias y a otras
voces en la gestión de este espacio. Sobre todo, se trata de unos años de fuerte
expansión y mayor presencia de la biblioteca escolar.

                                                                                                                       
11Bonilla  Rius,  Elisa:  El  desarrollo  de  las  competencias  comunicativas,  primera  prioridad  de  la  Educación  
Básica.  Temas  para  reflexionar  y  debatir.  Ponencia  presentada  en  el  Primer  Congreso  Nacional  de  Lectura  y  
Escritura  celebrado  en  Durango,  2004.    
12La  evaluación  se  efectuó  en  dos  fases.  Ambas  están  disponibles  en  :  
http://lectura.dgme.sep.gob.mx/5EstudiosSobreLectura/OEI/OEI_Eva_ExtPNL_1E.pdf  
  http://lectura.dgme.sep.gob.mx/5EstudiosSobreLectura/OEI/OEI_Eva_ExtPNL_2E.pdf  
 
Se instaura en este periodo un proceso de selección de títulos inédito por sus
dimensiones y su metodología. La Subsecretaría de Educación Básica de la SEP
lanza una convocatoria abierta a editores y autores para presentar materiales.
Estos debían ajustarse a las categorías propuestas para las cinco series:

• Al Sol Solito (para los más pequeños)


• Pasos de Luna (para los que empiezan a leer)
• Astrolabio (para los que leen con fluidez)
• Espejo de Urania (para los lectores autónomos)
• Cometas convidados (ediciones especiales)

Dentro de cada Serie se agrupan las Categorías, reconocibles por su color13.

Posteriormente, las muestras presentadas eran revisadas y analizadas en primera


instancia por un equipo de asociaciones civiles14. Con base en esta primera fase,
se editaba un catálogo de preselección15. Las editoriales entregaban muestras
que viajaban a cada entidad federativa, donde se organizaba, a cargo de la
Coordinación Estatal del Programa, la Consulta de Intereses y Necesidades
Lectoras. Miles de maestros, bibliotecarios escolares, padres de familia, directivos,
algunos alumnos de secundaria fueron consultados a lo largo de este proceso.

Personas implicadas en la selección de los acervos

Año Número de
participantes
2001 Selección interna
SEP
2002 80
2003 1600
2004 16.000
2005 16.000

                                                                                                                       
13
http://www.lectura.dgme.sep.gob.mx/coleccion/series.php  
14
 IBBY  revisó  la  oferta  para  primaria;  Leyendo  Juntos  A.C.  analizó  lo  que  correspondía  a  preescolar;  el  
Consejo  Puebla  de  Lectura  y  Libroandamio  A.C.  tuvieron  a  su  cargo  el  nivel  secundaria  
15
 http://lectura.dgme.sep.gob.mx/coleccion/catalogo_seleccion.php    
Se observa en esta tabla el gran salto en cuanto a implicación de
actores que formaban parte de las selecciones. De los 80 con los
que comenzó el Programa a los 16.000 que trabajaban en todo el
país discutiendo sobre libros para promocionar la lectura. A mí,
personalmente, me parece todo un logro. Este proceso de
selección promovió una gran participación social en la
construcción de criterios de selección con mecanismos que
propician la pluralidad, la transparencia, la rendición de cuentas y
la apropiación misma de los acervos.16

Otro de los acontecimientos de esta etapa es la aparición de la figura del maestro


bibliotecario. Muy pronto fue quedando claro que construir una biblioteca escolar
que funcione no es algo que suceda solo. Es necesario un importante trabajo de
gestión, de mediación y de trabajo manual. Hay que planear, leer, preparar,
administrar, negociar y organizar. Ante esta necesidad, en muchas escuelas del
país empezó a nombrarse un ‘maestro bibliotecario’, a modo de comisión interna.
En algunos Estados la instrucción se giró por estructura, y en otros casos se
montó el término sobre una práctica anterior, la ‘comisión de biblioteca’,
preexistente en muchos centros escolares.17

Se trata de un profesor o profesora de preescolar, primaria y (en ocasiones)


secundaria que con frecuencia tiene un grupo a su cargo y que ha aceptado la
comisión interna de la biblioteca. La comisión consiste en movilizar la biblioteca
escolar, impulsar su aprovechamiento y desarrollo; con frecuencia es la persona
encargada de las tareas de manejo y préstamo del acervo. En numerosas
ocasiones, existe un grupo de padres y madres de familia que apoyan la labor

                                                                                                                       
16
Ana  Garralón  
17
El  Estado  de  Durango,  en  un  hecho  sin  precedentes,  logró  instituir  la  plaza  en  el  nivel  primaria,  contando  a  
la   fecha   con   al   menos   sesenta   maestros   bibliotecarios   con   plaza   y   sin   grupo.   En   fechas   recientes,   la  
reincorporación  a  las  escuelas  de  figuras  con  experiencia  de  asesoría  técnica,  abre  enormes  posibilidades  a  
la  consolidación  de  esta  figura.  
(especialmente donde logra instalarse con éxito el Consejo Escolar de
Participación Social, con su Comité de Lectura18).

El Programa Nacional de Lectura propuso un marco de ‘Diez propósitos de las


escuelas que forman lectores y escritores’19, donde se delineaba el sentido de
la biblioteca escolar y las repercusiones que se esperaban en la comunidad
educativa:

Propósitos para mejorar las competencias comunicativas

1. IDENTIFICAMOS Y DISCUTIMOS los retos y las necesidades lectoras con


el fin de proponer y definir alternativas que contribuyan a mejorar nuestras
prácticas pedagógicas
2. DIVERSIFICAMOS las formas, momentos y espacios de lectura; leemos
para nuestros alumnos y, junto con ellos, propiciamos tiempos para la
lectura en grupo
3. REVISAMOS juntos nuestras bibliotecas de aula y escolares para
acercarnos a los libros que nos gustan e interesan
4. CONVERSAMOS acerca de lo que se lee en clase; compartimos nuestros
descubrimientos, aprendizajes, gustos, intereses y necesidades con el fin
de que el diálogo se convierta en la forma privilegiada para llegar a
acuerdos y tomar decisiones colectivas
5. UTILIZAMOS los materiales de las bibliotecas escolar y de aula, a fin de
profundizar en los temas de clase o en otros que también sean de nuestro
interés
6. PROMOVEMOS el conocimiento, uso y circulación de los libros en la
escuela y las aulas; para ello contamos con una comisión responsable
7. GARANTIZAMOS que los acervos se amplíen periódicamente según
nuestras necesidades, intereses y posibilidades
8. PRESTAMOS materiales a toda la comunidad escolar (alumnos, maestros
y padres de familia) para su uso dentro y fuera de la escuela, promoviendo
su organización, mantenimiento y cuidado
9. INVITAMOS a los padres de familia a participar en diversas actividades en
las que narran y leen con y para sus hijos
10. EMPLEAMOS diversos medios para hacer públicos nuestros escritos en
los que compartimos necesidades, intereses y puntos de vista con toda la
comunidad.
                                                                                                                       
18
http://www.consejosescolares.sep.gob.mx/es/conapase/Comites_de_Participacion_Social  
19
 http://www.lectura.dgmie.sep.gob.mx/formacion/docs/be_material.pdf    
La función de la biblioteca (y las funciones del maestro bibliotecario) se
estructuraron inicialmente en torno a diez servicios bibliotecarios mínimos, que
serían indispensables para alcanzar los propósitos enunciados20:

SERVICIOS BIBLIOTECARIOS MÍNIMOS21

1) Organización del acervo e información permanente a los lectores: alumnos,


docentes y padres de familia

2) Préstamo interno y a domicilio

3) Lectura en el local de la biblioteca

4) Lectura en voz alta por parte del maestro bibliotecario, a grupos o


individual, en la biblioteca o en el aula

5) Asesoría a los lectores, en labores de investigación o en búsquedas


específicas

6) Asesoría en búsqueda de material externo

7) Vinculación con espacios sociales de circulación de la palabra

8) Organización de actividades de apoyo al proyecto escolar de formación de


lectores, con participación del colectivo escolar

9) Apoyo al colectivo docente en sus actividades de investigación y desarrollo


de la cultura escrita

10)Presentación y promoción periódica de libros y materiales relacionados con


el proyecto escolar y las necesidades de los lectores

                                                                                                                       
20
http://lectura.dgme.sep.gob.mx  
21
 http://www.lectura.dgmie.sep.gob.mx/formacion/docs/be_matoport.pdf  
A partir de 2003, la SEP plantea una estrategia nacional para el
acompañamiento a la instalación y desarrollo de bibliotecas escolares y de
aula. Los asesores técnicos de zona acompañarán el proceso de algunas
escuelas. Esta estrategia estuvo acompañada de algunas acciones de formación
de amplio impacto, como el Curso Nacional de Actualización Bibliotecas
Escolares, un espacio de todos, al que siguieron varios más en años siguientes.
En estos cursos se plantea y se asume la figura del ‘maestro bibliotecario’ como
una figura de referencia para todo el colectivo y la comunidad de la escuela.

En años recientes, se ha acompañado a los centros escolares a través de


estrategias de carácter nacional dirigidas a la escuela de manera directa, al
docente o al directivo, como la estrategia 11+1 y sus modificaciones
subsecuentes, centradas en dinamizar los acervos de las bibliotecas escolares y
de aula. La más reciente iniciativa “En mi escuela todos somos lectores y
escritores” para el ciclo escolar 2013-2014. El papel de los supervisores y
directivos es destacado. Los objetivos fundamentales son:

• Que los supervisores y directivos reconozcan a la Biblioteca Escolar y la


Biblioteca de Aula como un recurso de apoyo pedagógico para el logro del
proyecto escolar.

• Que los directivos nombren a un maestro encargado de la biblioteca y


promuevan su reconocimiento como maestro bibliotecario por parte del
colectivo escolar.

• Que los directivos integren el Comité de Lectura y Biblioteca, donde


participen el maestro bibliotecario, docentes, alumnos, padres de familia y
familiares, integrados en comisiones.

• Que los supervisores y directivos entreguen al maestro bibliotecario y al


Comité de Lectura y Biblioteca la información y las herramientas
necesarias para guiar la instalación de la Biblioteca Escolar y como un
apoyo para la autoformación.

• Que los supervisores y directivos lleven a cabo el seguimiento de las


actividades y proyectos de manera permanente que desarrolla el Comité
de Lectura y Biblioteca.
A medida que la investigación y el desarrollo de estos espacios continúa a lo largo
del mundo, las bibliotecas escolares en México florecen a su propio ritmo y
centradas en distintas prácticas y prioridades. Un vistazo al panorama
latinoamericano de bibliotecas escolares nos permitirá encontrar importantes
desarrollos en Chile22 (que este año celebra el 20 aniversario de su sistema de
bibliotecas escolares), en Colombia, especialmente la ciudad de Bogotá23 (que
tiene una activa red de bibliotecas). Argentina y Cuba son dos países que tienen
añeja tradición de bibliotecas escolares; compartimos con Brasil24 una población
enorme y asombrosamente diversa. El programa Bibliotecaula en Nicaragua25 y
los avances al respecto en República Dominicana26 también son iniciativas
notables.

Actualmente, los espacios bibliotecarios, tanto públicos como escolares, se


consolidan cada día más como espacios para el ejercicio y la formación de la
ciudadanía. Lo resumen atinadamente Ramón Salaberria y Guillermo Castán, dos
apasionados de las bibliotecas escolares27:

“En estos momentos, cuando muchos responsables educativos que


nunca se educaron con bibliotecas las necesita más que nunca: para
contribuir a reducir las desigualdades sociales y de acceso al
conocimiento, para entrenar a los estudiantes en una lectura que ya
no se presenta sólo en un soporte impreso; para proponer a todos los
que pasen por la escuela un gimnasio donde ejercitar habilidades
fundamentales que son fuente real de desigualdades: explorar,

                                                                                                                       
22
http://www.mineduc.cl/index.php?id_portal=66  
23
http://www.redacademica.edu.co/index.php/preescolar-­‐y-­‐basica/colegios-­‐01/bibliotecas-­‐escolares  
24
http://www.google.com.mx/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CBoQFjAA&url=http%3
A%2F%2Fwww.oei.es%2Fbibliobrasil.pdf&ei=IGK5U_zHOY-­‐
RqAam_IKQDA&usg=AFQjCNG_ivbIYoLnXZR4LGrHa4H8HLD83Q&sig2=gGlWecEgbb9rW_UCfLLl3w  
25
http://www.google.com.mx/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CBoQFjAA&url=http%3
A%2F%2Fwww.nicaraguaeduca.edu.ni%2Fuploads%2FManualdemetodologiayactividadesdelectura.doc&ei=
aGO5U97gAsWQqgb614Ew&usg=AFQjCNGEbJleXs9ncaqJFQKK4JrFyfLuQg&sig2=cjnfZ47Ew9CE45w8Ra4KM
Q  
26
http://cerlalc.org/republica-­‐dominicana-­‐sera-­‐la-­‐sede-­‐del-­‐primer-­‐seminario-­‐presencial-­‐del-­‐programa-­‐de-­‐
formacion-­‐biblioteca-­‐escolar-­‐un-­‐espacio-­‐para-­‐ser-­‐crear-­‐y-­‐construir/  
27
 Ambos  en:  Elisa  Bonilla,  Daniel  Goldin,  Ramón  Salaberria.  Bibliotecas  y  escuelas.  Retos  y  posibilidades  en  
la  sociedad  del  conocimiento.  Océano  Travesía,  México,  2008.  pp  37  y  104  
seleccionar y clasificar por orden de pertinencia la masa de
información disponible en la Red. Para que todos partamos de una
situación más pareja.” RS

“Y esta opción democrática no es, como algunos podrían pensar,


fundamentalmente ideológica (aunque obviamente suele aparecer
unida a una determinada visión del mundo) sino esencialmente una
opción cívica y ética que en el marco escolar se materializa en una
opción profesional; es decir, que ha de ser profesionalmente
articulada y desarrollada. La tarea de intentar construir una biblioteca
escolar comprometida con la calidad de la educación y la
compensación de las desigualdades no es, por tanto, una cuestión
de militancia o, como a menudo se oye, de voluntarismo, sino una
cuestión de profesionalidad” GC

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