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Capítulo 6

Y yo creo que es necesario exponer la necedad y el error de esta forma de pensar (Que el
autor expuso al final del capítulo anterior ) a través de siete maneras distintas, por medio de
las cuales quedará demostrada la magnitud de su error —aunque nuestra explicación
llegara a resultar extensa—, pues ello comprende la crítica y la reprimenda a aquellos que
tienen esta forma de pensar, que son conocidos como el grupo de "los que piden garantías"
(Estas personas le piden a Dios garantías de que recibirán recompensa por su servicio a Él,
pues no creen que Dios es fiel y que la otorgará. Y por eso ellos buscan incrementar primero
la gratificación de los deseos materiales, y luego, después de que los hayan obtenido, le
“retribuirán” a Dios por ello a través de su servicio a Él (Tuv Halevanón y Pat Lejem) ), pues se
comportan igual que un comerciante que vende a crédito y cuando no confía que alguien le
pagará él toma un objeto en empeño como garantía en el momento de la venta, porque
teme que su cliente no sea alguien de confianza y no le pague.

La primera manera de refutarle es diciéndole: "Tú, que pones en duda el poder que posee
el. Creador de decretar (Quiere decir: de decretar que la persona reciba lo que necesita y
hacer que eso ocurra (Pat Lejem) ) y no tienes fe en Su gran poder; tú, cuya luz del intelecto
se ha oscurecido apagándose la vela de tu entendimiento al haber sido más fuerte la
oscuridad de tus deseos: sería correcto de tu parte pedir y tomar una garantía de tu prójimo
o amigo, quien no tiene dominio sobre ti y cuyas órdenes no estás obligado a aceptar. Sin
embargo, cuando una persona comienza a trabajar para otra, no es correcto que le pida
una garantía de que recibirá su salario antes de haber comenzado a trabajar; menos aún,
un sirviente no debe pedirle a su amo una garantía de que recibirá su sustento; y mucho
menos aún, un ser creado no debe pedirle una garantía a su Creador, antes de haberlo
servido".

Además esto es algo inconcebible, pues es vergonzoso que un sirviente sirva a su amo con
la condición de que le pague su salario, como dijeron: "No sean como los sirvientes que
sirven a su amo para recibir una recompensa, sino como los sirvientes que sirven a su amo
no en función de recibir una recompensa" (Avot 1:3); y con más razón aún, si tiene el
atrevimiento de pedir una garantía de su sustento antes de comenzar a trabajar. Y algo
parecido dijeron las Escrituras: "¿Es así como se comportan con Dios, pueblo tonto y no
sabio? (Él es tu padre y te ha creado; Él te ha hecho y te ha establecido)" (Devarim 32:6).
La segunda (refutación) es que toda persona que recibe de su prójimo un objeto en
empeño, lo hace por un tiempo determinado y su demanda es limitada. Pero para las
personas que piensan de esta forma su pedido no tiene fin, porque ellas no saben qué será
suficiente para su sustento y para el sustento de su familia en lo que se refiere a la comida o
las necesidades no tan básicas hasta el día de su muerte. E incluso si la persona tuviera el
doble o mucho más dinero del que necesita, no se sentiría tranquila porque la duración de
su vida le es oculta y el número de sus días le es desconocido. Entonces, esta persona es
necia en su pedido, pues éste no tiene fin ni límite de tiempo. La tercera (refutación) es que
una persona sólo toma de su prójimo un objeto como garantía cuando no existe una deuda
previa con su prójimo, es decir, que él no le debe nada a su prójimo, y en ese caso es
justificado que lo haga. Pero si la persona tiene una deuda previa con su prójimo y sabe que
la deuda es cierta, no es apropiado bajo ninguna circunstancia que le pida una garantía (No
es apropiado que ahora, cuando el prójimo viene a pedirle algo, él le pida una garantía, ya que el
mismo tiene una deuda previa con el prójimo ), y no sería correcto que tome algo de él incluso si
el prójimo se lo da voluntariamente.

¡Y cuánto más esto es cierto respecto del Creador, con Quien el hombre está
verdaderamente en deuda! Pues si reuniéramos en una sola persona las buenas acciones
de todas las personas a través de la historia, todo esto no sería suficiente para devolverle al
Creador ni siquiera un solo acto de benevolencia que Él hizo con esa persona. ¿Entonces,
cómo es que este descarado no se avergüenza de pedirle al Creador que además de los
favores pasados, Él le conceda por adelantado nuevos favores, incrementando aún más su
deuda con Él? Además, tal vez él nunca pueda cumplir con aquellos votos que ya ha
formulado en relación al servicio, porque se le acabarán sus días y su vida finalizará. Y uno
de los piadosos solía decirles a las personas: "¡Señores! ¿Es lógico que el Creador les pida
realizar hoy las obligaciones de mañana, las obligaciones del año próximo o de varios
arios?". Ellos le respondieron: "¿Cómo es posible que se nos exija cumplir las obligaciones
que tendremos en un tiempo futuro, ya que quizás no estemos con vida cuando llegue ese
momento? Nosotros estamos obligados a realizar un servicio determinado sólo en un
momento determinado, y cuando llegue aquel momento, estaremos obligados a realizar
aquel servicio". Entonces, él les dijo: "Así también, el Creador, Bendito Sea, les ha
asegurado para cada período determinado un sustento determinado y, a cambio de eso,
ustedes están obligados a un servicio determinado. Y así como Él no les pide que realicen
aquel servicio antes de su tiempo, es correcto también que ustedes tengan vergüenza de
pedir que se les provea de sustento antes de tiempo. ¿Entonces, por qué yo veo que
ustedes le piden a Él, el sustento de varios años por adelantado, si ustedes no saben ni
siquiera si vivirán para ese entonces; y piden que se les adelante el sustento para vuestras
esposas e hijos, que todavía no tienen?

Y a ustedes no les alcanza sólo con el sustento sino que quieren recibir por adelantado
también el sustento y las otras necesidades no tan básicas por un período que ustedes
desconocen y sobre el cual no tienen seguridad (de que vivirán). Y no sólo que ustedes no
realizan el servicio por adelantado, sino que además no realizan una autocrítica respecto de
su deficiencia en el servicio de los días pasados, tiempos en los cuales Él nunca dejó de
proveerles de sus necesidades".

La cuarta (refutación) es que la persona que toma de su prójimo un objeto como garantía lo
hace por una de las siguientes tres razones: la primera, por si el prójimo empobrece y no
podrá pagarle; la segunda, por si el prójimo querrá conservar lo que posee y entonces la
persona nunca podrá cobrarle; y la tercera, por temor a que el prójimo muera o no lo pueda
encontrar. Y el objeto tomado en garantía es la cura para estas enfermedades de las
relaciones entre las personas. Pero, si las personas estuvieran seguras unas de otras
respecto de estos tres riesgos sería indudablemente vergonzoso para ellas pedir un objeto
como garantía. Y en cuanto al Creador, Bendito Sea, respecto de Quien estas tres razones
son inaplicables, es mucho más vergonzoso pedirle garantías a Él, como ya dijeron las
Escrituras: "Mía es la plata y Mío es el oro (dice el Dios de los Ejércitos)" (Jagai 2:8); y dice:
"La riqueza y el honor provienen de Ti" (Divré Hayamim I 29:12).

La quinta (refutación) es que quien toma de su prójimo un objeto como garantía se sentirá
seguro con dicho objeto, puesto que mediante él espera cobrar, obteniendo beneficio
directamente de él o de algo por lo que pueda ser cambiado. Pero quien piensa que si el
Creador lo proveerá de sus necesidades, entonces estará tranquilo de todas las
preocupaciones de este mundo, su argumento es incorrecto, pues él no puede estar seguro
de que conservará su dinero, ya que puede ocurrirle alguno de los infortunios que hacen
que éste se aleje de él, como está escrito: "A la mitad de sus días lo abandonará (la
riqueza)" (Yirmiahu 17:11). Y con relación a los que alegan respecto de la tranquilidad del
alma que tendrán cuando obtengan la riqueza que desean, eso es una mentira y una
necedad en su pedido, pues puede ocurrir que ésta sea una gran causa para la
preocupación de su corazón y el sufrimiento de su alma, así como dijeron nuestros
Maestros, de bendita memoria: "Cuantas más posesiones, más preocupación" (Avot 2:7).

La sexta (refutación) es que la persona que toma de su prójimo un objeto como garantía: si
hubiera estado seguro de que su prójimo le pagaría antes de lo acordado y, como gesto de
bondad, su prójimo lo recompensaría por esperar el pago dándole dos veces la suma que le
debía, entonces nunca habría tomado una garantía de él. Y respecto del Creador, Bendito
Sea, cuyo buen comportamiento y cuya benevolencia para con nosotros en el presente y en
el pasado es bien conocida, Quien premia los actos de caridad y el servicio de una manera
que no puede ser imaginada ni descripta, como está escrito: "Nadie ha visto, Dios, excepto
Tú, lo que está preparado para aquellos que Lo esperan" (Yeshaiahu 64:3), es mucho más
deshonroso pedirle una garantía. La séptima (refutación) es que quien toma de su prójimo
un objeto como garantía lo hace sólo si puede darle a su prójimo lo que éste necesita de
entre todo lo que existe en el mundo (A cambio de ese objeto que tomó como garantía ); pero
aquel que le pide una garantía al Creador, Bendito Sea, pidiéndole por adelantado que haga
actos de bondad con él, no tiene la posibilidad de devolverle por ellos mediante el servicio ni
tampoco está seguro de que podrá pagar sus viejas deudas —mucho menos las nuevas—,
pues el hombre justo sólo le devuelve a Dios las obligaciones que tiene con Él por sus actos
de bondad hacia él gracias a la ayuda que recibe de Dios, como dijo uno de los devotos en
sus alabanzas: "Incluso la persona inteligente, que Te conoce, no se glorifica por sus
propios actos sino por Tu Nombre y Tu misericordia, pues Tú has preparado su corazón
para que Te conozca, pues gracias a Ti será meritoria y se glorificará toda la simiente de
Israel, diciendo: 'Nosotros nos glorificamos en Dios todo el día, y continuamente daremos
las gracias a Tu Nombre, por siempre' (Tehilim 44:9)".

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