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Capítulo 8

Respecto de los Pormenores en la Providencia

[1] Otra de las cosas que debemos reconocer en Su Providencia es que la


base de todos los sistemas de la Providencia y sus caminos implican la rectitud
en el juicio y la precisión en la justicia, como está dicho: "Un cetro de rectitud es
tu (En un sentido literal, este versículo no habla de Dios, pero el Ramjal lo utiliza como ejemplo;

véase lo que escribimos en nuestro Tehilim Et Ratzón) Cetro real" (Tehilim 45:7), y
también dice: "El rey mantiene la tierra a través de la justicia" (Mishlé 29:4).
No obstante, sabemos verdaderamente que el deseo del Santo, bendito
es Él, es hacer sólo el bien, y he aquí, El ama a Sus creados como un padre
ama a su hijo. Sin embargo, por ese amor es apropiado que el padre discipline
a su hijo para su bien final, como está dicho: "Pues así como el hombre castiga
a su hijo, así Hashem, tu Dios, te castiga a ti" (Devarim 8:5). De esto deriva que
el juicio y la justicia tienen su origen en el amor, y el castigo del Santo, bendito
es Él; no como el golpe de un enemigo o alguien que se quiere vengar sino
como la disciplina de un padre que desea sólo lo bueno para su hijo, como
mencionamos.
Y realmente, de este principio surgen dos conclusiones: la primera, que
el castigo mismo es "endulzado" (Así es la traducción literal; conceptualmente, este
término podría ser traducido como “suavizado”) y no duro y cruel, pues el amor mismo
combinará el juicio con la misericordia; y la segunda, que a veces, cuando sea
necesario, el Señor dejará de lado la justicia por completo y la Conducción será
solamente con misericordia, como está dicho "y Yo agraciaré a quien elija
agraciar y Me apiadaré de elija apiadarme (Y el Talmud (Berajot 7a) explica: Yo
agraciare a quien elija agraciar”, aunque no se lo merezca, “y Me apiadare de quien elija
apiadarme”, aunque no se lo merezca” Es decir a veces, cuando sea necesario, dios podrá

llegar a apiadarse aun de los malvados (Dérej Lajaim). " (Shemot 33:19).
Y he aquí, puesto que el Santo, bendito es Él, quiso que el hombre
tuviera libre albedrío para actuar como él eligiera y que hubiera un sistema
recto de retribución para que los actos del hombre fueran retribuidos, he aquí,
aparentemente es como si Él hubiese subyugado Su Providencia a las
acciones del hombre, pues sólo hace con él el bien o el mal según sus propias
acciones.
Pero en verdad, el Señor no está condicionado a ninguna regla (Y no está
condicionado incluso a las reglas que El mismo fijo (Mare Dérej). y no tiene necesidad de
nada fuera de Él ni es afectado por nada (Ninguna acción de los seres creados tiene
influencia en El (Mare Dérej). Por eso, cuando desea sobreponer Su excelsa
superioridad, Él actúa y dirige las cosas como desea, sin coacción o coerción
en absoluto. Y en verdad, cuando opte por la Conducción con justicia, la
Conducta será según las reglas que mencionamos; pero cuando Su Sabiduría
decrete que lo mejor es dejar de lado la justicia, he aquí que sobrepondrá Su
excelsa superioridad y Su omnipotencia absoluta dejando de lado el pecado (Y
cuando ocurre esto decimos que Dios opta por la Conducción que revela Su unicidad
(hanhagat), a diferencia de la conducción en base a la justicia (hanhagat hamishpat), como es
Su conducción normalmente. Y nosotros especialmente invocamos ante El pidiendo esta
Conducción cuando Recitamos los Trece Atributos superiores de Misericordia, que están
insinuados en el libro del profeta Mija (7:18-20) de los cuales “deja de lado el pecado (el
pecado)” es uno de ellos (véase Dérej Lajaim y el libro Tomer Deborá de Rabi Moshe

Cordobero). Y reparando cualquier deterioro mediante la fuerza de Su poder.


Existen, entonces, dos tipos de Providencia: La Providencia de la justicia
de Hashem, bendito sea, y la Providencia de la omnipotencia y la unicidad
(Quiere decir, la unicidad de Dios, mediante la cual El revela que tiene el poder absoluto y no

depende de nada), y a través de estos dos caminos Su gloria conduce


continuamente a todos los seres creados. Pues he aquí, Él utiliza la
Providencia de la justicia para juzgar siempre cada acción, y utiliza la
Providencia de la omnipotencia (Cuando la Providencia de la justicia no puede ser
aplicada por la falta de méritos de los hombres (Dérej Lajaim) para mantener con Su
fuerza y Su poder la creación para que ésta no sea destruida por la maldad de
las acciones de los seres humanos.

[2] Y además debes saber que Su influencia también se divide en dos clases:
una concierne al cuerpo, y la segunda, al alma.
Lo que concierne al cuerpo ya ha sido explicado: involucra lo que se relaciona
con la prosperidad del hombre y su bienestar (La palabra shalva, que tradujimos como
“bienestar”, es más que hatzlaja, que tradujimos como “prosperidad” le trae a la persona un
bienestar verdadero que le provoca tener shalvat hanefesh, calma y tranquilidad espiritual

(basado en Mare Dérej). en este mundo. Y lo que concierne al alma involucra lo


que se relaciona con la sabiduría y el conocimiento (Quiere decir: con la sabiduría y
el conocimiento de la Tora (Mare Dérej), el acercamiento del hombre a Él, bendito sea
Su Nombre, y la calidad y la excelencia de su alma.
Pues en verdad el estado óptimo de este mundo tendrá lugar cuando los
hombres se apeguen a la sabiduría y se dediquen al servicio de su Creador, y
la verdad sea revelada y clara el mal sea perseguido y subyugado, el engaño
sea dejado de Lado y no haya en el mundo otro servicio que no sea a Él,
bendito sea Su Nombre, y cuando se encuentren y se fortalezcan todas las
buenas cualidades, y todas las malas sean rechazadas y repelidas. Y como
resultado de eso prevalecerá la tranquilidad y la calma y no habrá más castigos
ni sufrimientos ni daños (Estos tres términos (castigos, sufrimientos y daños) se refieren a
tres aspectos de las personas: el alma, el cuerpo y los bienes (Mare Dérej) , y el Señor,
bendito sea, hará reposar Su gloria en forma revelada en Su mundo y se
regocijará con Sus creaciones (Al poder enviarles Su bendición (Dérej Lajaim), y Sus
creaciones se regocijarán y se alegrarán delante de Él (Porque Él se regocija con
ellos. Y esto es un regocijo reciproco (Dérej Lajaim) Y lo opuesto a todo esto ocurre
cuando los hombres se desvían extremadamente en pos del deseo, rechazan
la sabiduría y se alejan de ella, y casi no se dirigen hacia el servicio (de Dios) o
no lo hacen en absoluto (Estas palabras pueden incluir también una situación en la cual
las personas cumplan los preceptos pero no como un servicio a Dios sino por otra razones

(Mare Dérej) , y cuando la verdad es echada por tierra y el mal se incrementa y


prevalece, y el engaño y el error ( Aquí “el terror” quiere decir: “el engaño sin intención”
(Mare Dérej) se incrementan, y en el mundo hay servicios extraños (No quiere decir
necesariamente avoda zara (idolatría, paganismo)sino toda clase de servicios ajenos, servicios

de falsedad que no están relacionados con el servicio a Dios (Mare Dérej) , y las buenas
cualidades están ausentes y sólo prevalecen las malas cualidades. Y como
resultado de eso no hay calma ni tranquilidad, y los sufrimientos y los daños
proliferan, y el Señor oculta Su gloria del mundo, y éste sigue como si hubiese
sido (El Rab ha sido muy preciso en el lenguaje que utilizo aquí, pues en realidad el destino
del mundo jamás es entregado al azar aunque a las personas así les parezca (Dérej Lajaim)

entregado al azar (Esto puede incluir también fenómenos y desastres naturales infrecuentes
como grandes inundaciones, incendios, terremotos y maremotos absolutamente inusuales

desde todo punto de vista (basado en Mare Dérej). y abandonado a (las leyes de) la
naturaleza, y Dios no se regocija con Su creación (Pues no puede enviarles Su
bendición (Dérej Lajaim) y tampoco los hombres se regocijan delante de Él (Quiere
decir: y los hombres no cumplen los preceptos, los cuales incrementan la bendición en el
mundo, y por eso no pueden regocijarse delante de Él ni conocer ni saber lo que significa el

regocijo de los seres creados delante de su Creador (Mare Dérej) ni conocen ni saben lo
que significa el regocijo de los seres creados delante de su Creador. Y en un
tiempo así, los malvados incrementan su poder y los buenos son humillados.
Entonces, en los estados que mencionamos, he aquí, el hombre recibe Su
influencia, bendito sea Su Nombre, en lo que respecta a todos los asuntos
relacionados con el cuerpo y en lo que respecta a todos los asuntos
relacionados con el alma.

[3] Y he aquí, ya hemos explicado en la primera parte, capitulo 4 (sección 2),


que en verdad el estado del hombre en este mundo es un estado en el cual la
materialidad y la oscuridad están arraigadas en él y también la luminosidad se
combina asocia con él, de la cual surgen la inteligencia y el raciocinio. Y he
aquí, al comienzo, cuando la persona nace, su irracionalidad es grande y su
inteligencia es poca. Y conforme va creciendo el niño también su intelecto va
creciendo. Y en verdad, la causa de todas estas realidades es Su influencia,
bendito sea Su Nombre, pues cuanto más llegue al hombre la influencia, más
habrá en él existencia y esencia (“Existencia” se refiere al crecimiento corporal; y la
palabra inian (que tradujimos como “esencia”) se refiere al desarrollo intelectual (Mare Dérej).

La palabra inian aquí también podría ser traducida como “contenido”), tanto en lo general
como en lo particular. Y la fuente de todo esto es la iluminación de Su Rostro o
su ocultación (Quiere decir: o la ocultación de Su Rostro), y ya hemos explicado más
arriba, en la primera parte, capítulo 4 (sección 10), que en esto radica la
existencia del bien y del mal dondequiera que se encuentren. Y he aquí, la
influencia llega acorde a la iluminación de Su Rostro o su ocultación, tal como
lo determine la Sabiduría Suprema. Y de la influencia de la iluminación resulta
la abundancia, la pureza y la excelencia; y de la influencia de la ocultación
resulta la carencia la opacidad (Esta palabra es sinónimo de “turbiedad”; en este caso, lo
opuesto a la pureza (véase Dérej Lajaim). Y esto se refiere a las características malas, rudas y

groseras en la personalidad de los seres humanos) y la degradación.


Y puesto que el mantenimiento de la existencia de todas las cosas y la
conducción apropiada de ellas dependen de una combinación muy detallada de
ambas (Quiere decir: Y puesto que tanto el mantenimiento de la existencia de las cosas como
la Conducción apropiada de ellas dependen de una combinación muy detallada de la revelación

de la luz de Su Rostro y su ocultación… Dérej Lajaim) —pues en la existencia de cada


cosa y sus características habrán elementos de carencia por un lado, y
elementos de abundancia por otro, elementos de opacidad y elementos de
pureza, elementos de degradación y elementos de excelencia— es necesario
que la influencia que se les envíe, acorde a lo que les corresponde recibir (De
acuerdo a su esfuerzo (Mare Dérej), esté conformada de combinaciones de
iluminación y ocultación según lo que es adecuado que ocurra con quienes
reciben la influencia y según lo que se origine a través de ella (Y según lo que se
origine a través de ella de acuerdo a la parte de ellos en la Conducción en base a la influencia

astral (Mare Dérej) basado en Daat Tevunot). Y dependiendo del orden en que fueron
establecidos los aspectos de la influencia y el nivel en el cual estos se originan
emergerá el resultado con todas sus características y particularidades. Y este
es un principio general muy importante respecto a toda la existencia y los
eventos que ocurren en ella, dondequiera que ocurran.

[4] Al analizar todos los estados en que estuvo el mundo desde el momento de
su creación y todo lo que sucedió en é, y lo que predijeron los profetas,
encontraremos cuatro niveles; y consideraremos a todo el género humano
como un todo desde el momento de su nacimiento hasta que llega
completamente a la madurez.
Y he aquí, en el primer estado se encontraban en la humanidad la
irracionalidad y la oscuridad en gran medida pues faltaba mucho el
conocimiento verdadero del Creador, bendito sea Su Nombre, y de Su
perfección. Y esto es lo que nuestros Sabios llamaron: "Dos mil años de
desconcierto (La palabra Tohu en hebreo significa “caos”, “desconcierto”, “desorden”,
“confusión”)” (Sanhedrín 97a). El segundo estado es un estado mejor que el que
acabamos de mencionar y es como el estado en el que nos encontramos en
este tiempo; pues he aquí, gracias a Dios tenemos conocimiento de Su
existencia y de Su perfección, y la Torá de Hashem está con nosotros y a Él
servimos. Pero no tenemos ni milagros ni profecía y carecemos del verdadero
conocimiento, que es la inspiración Divina (Ruaj Hakódesh, en hebreo). Pues
aunque el hombre pueda incrementar el conocimiento a través de su esfuerzo
humano, en comparación con lo que puede incrementarlo a través de la
inspiración intelectual que le es influida esto se asemeja tan sólo a lo que es el
cuerpo con relación al alma. El tercer estado es aún mejor, y es el estado que
existió mientras estuvo en pie el Templo Sagrado, cuando hubo maravillas y
milagros, y la profecía se encontraba en el género humano, aunque esta
influencia (profética) no se encontraba en todos los hombres sino en unos
pocos individuos selectos, e incluso para ellos era dificultosa pues había cosas
que impedían y dificultaban la posibilidad de obtenerla (Y no todos los que reunían
el conjunto de condiciones y hacían el esfuerzo de obtener la profecía, la obtenían (Mare

Dérej). El cuarto estado es el mejor de todos y es el estado que los profetas


predijeron para el Futuro Venidero, cuando no habrá ignorancia en absoluto y
la inspiración Divina será derramada sobre toda la humanidad sin ningún
impedimento (Mas literalmente: “que pudiera ser encontrado y descubierto” o “hallado y
revelado”). Y he aquí, en. Esa época se dirá que ha concluido la edificación del
género humano, pues a partir de ese momento éste experimentara elevaciones
(constantes) y se deleitará eternamente.

[5] Y con relación a la influencia espiritual que mencionamos hay otros detalles
en lo que se refiere al tiempo, al lugar y demás consideraciones. Pues he aquí,
el Señor decreto y estableció que el hombre pudiera encontrarlo y descubrirlo
159 en algunos tiempos específicos (Como en Shabat y los días de fiesta (véase Dérej
Lajaim) de maneras determinadas (Tal vez se refiere a la observancia del Shabat y las
festividades, pues de lo contrario no se recibe la influencia, como escribe el Ramjal en la cuarta

parte de nuestro Libro.) más que en otros momentos; y también en un lugar


(específico), donde se revela más que en otros (Por ejemplo en el Templo de
Jerusalem y en la Tierra de Israel (Dérej Lajaim). Y en todo esto hay muchos aspectos
y detalles involucrados, todo determinado con suma precisión de acuerdo con
lo que es más conveniente para la reparación de los seres creados. Y en esto
consiste la santidad que envuelve los días y los lugares sagrados, en los cuales
los hombres reciben una influencia más grande y más iluminación, pureza y
excelencia hasta el nivel que se ha determinado.

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