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Un Diálogo Con La Hermana White Sobre El Diezmo Y La Ofrenda

EL DIEZMO

Lo que Dios Requiere.-

Todo lo que se retenga del diezmo, está escrito en los libros del cielo como robo contra Dios. Los que tal
hacen defraudan a su Creador; y cuando este pecado se negligencia se le presenta, no basta que cambien su
curso y empiecen a trabajar desde ese momento según los principios correctos. Esto no corrige los apuntes hechos
en el cielo por hurtar la propiedad que les había sido confiada y que ha de ser devuelta al prestamista. Se requiere
el arrepentimiento por la infidelidad en nuestro trato con Dios, y por la bajeza de nuestra ingratitud. (Test. 3:
394:1-3)

Dios quiere que los miembros de su iglesia consideren sus obligaciones hacia él tan sagradas como sus
deudas con el comerciante o el mercader. Repase cada uno su vida pasada para ver si tiene alguna promesa
sin pagar o que ha dejado sin redimir, y esfuércese en pagar hasta el último centavo porque todos tendremos
que comparecer y ser juzgados por el tribunal donde ninguna cosa, que no sea la integridad y la veracidad quedará
firme. (Test. 4, 476: 2)

La Antigüedad Del Sistema De Benevolencia Sistemática.-

El sistema del diezmo alcanza mucho más allá de los días de Moisés. Se requería de los hombres que
ofreciesen a Dios dones con propósitos religiosos, antes que el sistema definido del diezmo fuese dado a Moisés,
aun desde los días de Adán. Cumpliendo con este requisito, habían de manifestar, con sus ofrendas, su aprecio por
las misericordias y bendiciones recibidas. Esto continuó a través de los tiempos y en todas las
generaciones…..Dios no obliga a los hombres a dar. Todo lo que dan tiene que ser dado voluntariamente. No
quiere que su tesorería esté repleta de ofrendas obligatorias. (Test. 3, 393: 1

El Sistema De Benevolencia No Está Abrogado.-

Se requiere de los cristianos que adopten un plan de benevolencia activa que mantendrá en ejercicio
constante su interés en la salvación de sus semejantes. La ley moral requería la observancia del sábado, que no era
una carga, excepto cuando los hombres violasen la ley y se hallasen bajo sus penalidades por quebrantarla. El
sistema del diezmo no era una carga para los que no se apartaban del plan. El sistema dado a los hebreos no
fue abrogado ni aliviado por el que lo originó, y hoy día debiera cumplirse más plana y extensamente
puesto que la salvación por medio de Cristo sólo debiera ser traída plenamente a luz en la edad cristiana.
(Test. 3, 391:4)
El sistema especial del diezmo fue establecido sobre un principio que es tan duradero como la ley de
Dios. Este sistema fue una bendición para los judíos; de otra manera Dios no lo hubiera dado. Será también una
bendición para los que lo cumplan hasta el fin del tiempo. Nuestro Padre celestial no estableció el plan de la
benevolencia sistemática para enriquecerse, sin para que fuese una bendición al hombre. Vio que este sistema de
benevolencia era justamente lo que los hombres necesitaban. (Test. 3, 404: 3-4)

El Objeto Del Diezmo.-

Se logran grandes efectos con este sistema. Si cada uno y todos lo aceptasen, cada cual sería un tesorero
vigilante y fiel para Dios, y no se carecería de recursos para llevar a cabo la gran obra del último mensaje de
amonestación al mundo. La tesorería estaría repleta si todos adoptasen este sistema, y los contribuyentes no serían
más pobres. Por esta inversión, llegarían a ser más unidos a la causa de la verdad presente. Estarían “atesorando
para si buen fundamento para lo por venir, que echen mano a la vida eterna.” (1tim. 6:19), (Test.3. 389:1)
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Robando A Dios.-

Vi que muchos de los que profesan guardar los mandamientos de Dios se apropian, para su uso particular
los medios que el Señor les ha confiado, y que debían ingresar en su tesorería. Roban a Dios en los diezmos y en
las ofrendas. Disimulan y retienen de él para su propio daño. Traen pobreza y flaqueza sobre sí mismo y tinieblas
sobre la iglesia, a causa de su codicia, su simulación y el robo a Dios en los diezmos y ofrendas. (Test. 3, 269:1)

Algunos han estado descontentos, y han dicho: “No pagaré más el diezmo; porque no tengo confianza
en la manera en que las cosas se manejan en el centro de la obra”. ¿Robaréis a Dios porque pensáis que el
manejo de la obra no es correcto? Presentad vuestra queja clara y abiertamente, y con buen espíritu, a quienes
corresponda. Enviad vuestras peticiones para que las cosas se ejecuten y se pongan en orden; pero no os
retiréis de la obra de Dios ni seáis infieles porque otros no hacen lo recto. (Test.9, 249:2)

Nuestro Grado De Responsabilidad.-

Las responsabilidades de un comerciante cristiano, no importa cuán grande o pequeño sea su capital,
estarán en proporción exacta con los dones que ha recibido de Dios. El engaño de las riquezas ha arruinado a
millares de hombres. Estos ricos se olvidan de que son mayordomos, y de que se aproxima con rapidez el día en
que se les dirá: “Da cuenta de tu mayordomía” (Luc. 16:2) Según la parábola de los talentos, cada hombre es
responsable del sabio uso de los dones dados. En la parábola, el pobre, porque había recibido el menor don,
sentía menos responsabilidad, y no utilizó el talento confiado; por lo tanto fue echado en las tinieblas de
afuera. ( Test. 4, 468:2)

Deudas A Nuestros Semejantes.-


El hombre mal afortunado, que se halla en deuda, no debe quitar la porción del Señor para cancelar
sus deudas a sus semejantes. Debe considerar que en estas transacciones se le está probando, y que al reservar la
porción del Señor para su propio uso está robando al Dador. Es deudor a Dios por todo lo que tiene, pero llega a
ser doblemente deudor cuando emplea el fondo reservado por el Señor para pagar las deudas a los seres
humanos. “Infidelidad hacia Dios” es lo que se escribe frente a su nombre en los libros del cielo. Tiene una cuenta
que arreglar con Dios por haberse apropiado de los medios del Señor para su propia conveniencia. La falta de
principios demostrada en este mal uso de los medios de Dios será revelada en su manejo en otros asuntos, y se
manifestará en todos los asuntos relacionados con su propio negocio. El hombre roba a Dios cultiva rasgos de
carácter que le impedirán ser admitido en la familia de Dios en el cielo. (Test. 6, 391:1)

En Estrecheces.-
Lo que ha sido apartado, según las Escrituras, como perteneciente al Señor, constituye las entradas
del evangelio y ya no es vuestro. No comete un hombre otra cosa que un sacrilegio si quita de la tesorería de
Dios para servirse a sí mismo o a otros en sus negocios terrenales. Algunos han faltado al desviar del altar de
Dios lo que ha sido dedicado especialmente a él. Todos deben considerar este asunto en su verdadera luz. Nadie,
al encontrarse en momentos difíciles, debe substraer el dinero consagrado a propósitos religiosos y usarlo
para su propio beneficio, calmando su conciencia con decir que lo devolverá en un tiempo no lejano. Mejor
es limitar los gastos para que corresponda a las entradas, restringir los deseos, y vivir dentro de los recursos
propios, que usar los medios del Señor con propósitos particulares. Test. 9, 246:5
Uso Del Diezmo.-
Dios ha dado instrucción especial para el uso del diezmo. No quiere que su obra sea estorbada por falta de
medios. No debe haber trabajo al acaso ni error. El ha presentado claramente nuestros deberes en cuanto a estos
puntos. La porción que Dios ha reservado para sí mismo, no ha de ser destinada a ningún otro propósito.
Nadie debe sentirse libre para retener su diezmo, para usarlo según su propio juicio. No ha de emplearlo para
sí mismo en ningún caso, ni emplearlo a su antojo, aún en lo que él considere la obra del Señor.
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El ministro, por precepto y por ejemplo, debe enseñar al pueblo a considerar el diezmo como
sagrado. No debe pensar que puede retenerlo y emplearlo según su propio juicio porque es ministro. El
diezmo no es suyo y no tiene derecho de apropiarse de lo que no le pertenece. No debe ejercer influencia a favor
de ningún plan para desviar su uso legítimo los diezmos y ofrendas dedicados a Dios. Han de ser colocados en su
tesorería y tenidos por sagrados para el servicio que él ha señalado. (Tes. 9, 247:1,2)
Dios desea que sus mayordomos sean exactos en seguir los principios por él establecidos, y ninguno
debe cambiarlos ni aun para hacer caridad, o dar alguna donación u ofrenda, cuando o como le parezca
bien hacerlo. Es un mal sistema que los hombres traten de mejorar los planes de Dios e inventen un substituto
equilibrando sus propios buenos impulsos, en esta o aquella ocasión, y oponiéndolos a los requisitos de Dios,
quien exige que todos le presten su cooperación. Ha hecho conocer su plan; y todos los que quieren cooperar
con él tienen que llevarlo a cabo en vez de atreverse a mejorarlo.
El señor instruyó a Moisés con respecto a Israel: “Mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro
de olivas, molido, para la luminaria para hacer arder continuamente las lámparas.” (Ex. 27:20) Esta había de ser
una ofrenda continua para la casa de Dios fuese suplida debidamente con lo necesario para su servicio . Su pueblo
ha de acordarse hoy de que la casa de culto es propiedad del Señor, y que ha de ser cuidada
escrupulosamente. Pero los fondos para este trabajo no han de ser restados del diezmo.
Me ha sido dado un mensaje muy claro y definido para nuestro pueblo. Se me mandó decirles que
cometen un error al usar el diezmo para los variados objetos que, aunque buenos en sí no son el objeto a
que el señor ha dicho que el diezmo ha de ser aplicado. Los que hacen este uso del diezmo se apartan de los
arreglos del Señor y él los juzgará por estas cosas. (Test. 9, 248:1-3)
Bendiciones Retenidas.-
Hay muchos que arguyen que no pueden hacer más por la casa de Dios de lo que hacen ahora; pero
no dan según su capacidad. El Señor abre a veces los ojos enceguecidos por el egoísmo, reduciendo las
entradas de los suyos a la cantidad que están dispuestos a dar, y encuentran sus caballos muertos en el
campo o en el establo, sus casas o galpones destruidos por el fuego o les falta la cosecha. En muchos casos
Dios prueba al hombre con bendiciones, y si manifiesta infidelidad en entregarle los diezmos y las ofrendas, las
retira. “El que siembra escasamente, también segará escasamente” (2 Cor. 9:6) Por las misericordias de Cristo y
las riquezas de su bondad, y por el honor de la verdad y la religión, os rogamos que seáis seguidores de Cristo, y
que os dediquéis a vosotros mismos y vuestras propiedad de nuevo a Dios. En vista del amor y compasión de
Cristo, que le hicieron abandonar las cortes reales para sufrir abnegadamente la humillación y la muerte,
pregúntese cada uno: “¿Cuánto debo a mi Señor?”. Y entonces sea vuestra ofrenda de gratitud en proporción a
vuestro aprecio del gran don del cielo en el caro Hijo de Dios. (Test. 4, 484:2.)

Resultado De La Desobediencia.-

Es el plan señalado del cielo que los hombres devuelvan a Dios lo que le pertenece; y esto se expresa
tan claramente, que los hombres y mujeres no tienen excusa por entender mal o eludir los deberes y
responsabilidades que Dios les ha impuesto. Los que dicen no poder ver esto como un deber, revelan al universo
celestial, a la iglesia, y al mundo que no quieren ver este requisito claramente expresado. Piensan que, siguiendo el
plan del Señor, disminuirán sus propias posesiones, y en la codicia de sus almas egoístas, desean tener el capital,
como también el interés para usarlo en beneficio propio.
Dios pone su mano sobre las posesiones del hombre, diciendo: “Yo soy dueño del universo, y estos bienes
son míos. El diezmo que habéis retenido, lo reservo para el sostén de mis siervos en su obra de abrir las
escrituras ante los que están en las regiones de las tinieblas; ante los que no entienden mi ley. Al usar mi fondo
de reserva para satisfacer vuestros propios deseos, habéis privado a las almas de la luz que yo he provisto para
ellas. Habéis tenido oportunidad de demostrar lealtad hacia mí, pero no lo habéis hecho. Me habéis robado; me
habéis hurtado mi fondo de reserva. ‘Malditos sois con maldición’.” (Test. 6, 387: 1, 2)
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¿Sería Justo Pagar Del Diezmo El Salario De Un Maestro De Escuela De Iglesia?

Unos creen que el diezmo se puede aplicar a propósitos escolares. Otros piensan que los colportores deben
ser sostenidos por el diezmo. Pero una gran equivocación se hace cuando el diezmo es desviado del objeto para el
cual ha de ser usado, el sostén de los ministros. Debiera haber hoy en el campo cien obreros bien preparados
donde ahora hay solamente uno. (Test.9, 248:4)

LAS OFRENDAS
Ofrendas Mezquinas.-
El testigo fiel declara: “Conozco tus obras.” (Apoc. 3:15). El corazón egoísta y codicioso será probado.
Algunos no tienen la voluntad de dedicar a Dios una pequeña porción del aumento de su tesoro terrenal. Ellos se
horrorizarían si se les hablara del capital. ¿Qué han sacrificado para Dios? ¡Nada! Profesan creer que pronto
Jesús ha de venir, pero sus obras dan un mentís a su fe. Cada persona vivirá según toda la fe que tenga .
Creyente de falso corazón: Jesús conoce tus obras y aborrece tus ofrendas mezquinas, tus impuros sacrificios.
(Test. 1, 195:2)
Primero Lo Que Dios Requiere.-
O lo que Dios requiere viene primero, y estamos haciendo su voluntad; o le consagramos lo que nos
queda de nuestras entradas, debemos sacar y presentar a Dios esa porción que le pertenece. En la
dispensación antigua, mantenían continuamente sobre el altar una ofrenda de gratitud, mostrando así la obligación
interminable del hombre para con dios. Si tenemos prosperidad en nuestro negocio, es porque Dios nos bendice.
Una parte de estas entradas ha de dedicarse a los pobres y una parte mayor a la causa de Dios . Cuando se
haya entregado a Dios la parte que le corresponde, él bendecirá y santificará lo restante para nuestro uso; pero
cuando el hombre roba a Dios reteniendo lo que él requiere de nosotros, su maldición recae sobre todo.(Test. 4,
477: 1)
A fin de fomentar las reuniones del pueblo para los servicios religiosos y también para suplir las necesidades
de los pobres, se le pedía a Israel que diera un segundo diezmo de todas sus ganancias… La consagración a Dios de
un diezmo de todas las rentas, ya fuesen de la huerta o de la mies, el rebaño o la vacada, el trabajo manual o intelectual; la
consagración de un segundo diezmo destinado al alivio de los pobre y otros usos benéficos, tendían a mantener siempre
presente ante el pueblo el principio de que Dios es dueño de todo, y que ellos tenían la oportunidad de ser los canales por los
cuales fluyeran sus bendiciones. Era una educación adaptada para acabar con todo egoísmo estrecho, y cultivar la grandeza y
nobleza de carácter. (Minst. De Bondad pág. 287-288)

Más Listo Que Otro En Los Negocios.-

La costumbre que existe en el mundo de querer ser más listo que otros en los negocios no es buen ejemplo
para los cristianos. No deben desviarse de la integridad perfecta, ni siquiera en las cosas menores. El vender un artículo en
más precio de lo que vale, aprovechando así de la ignorancia del comprador, es fraude. Las ganancias ilícitas, los pequeños
engaños en el negocio, la exageración, la competencia, el vender a un precio más bajo que el hermano que está
procurando llevar un honrado negocio; estas cosas corrompen la pureza de la iglesia, y arruinan su espiritualidad .
(Test. 4, 494:1)

¿Por qué tanta Enfermedad?


Pero los codiciosos, los amadores del mundo, como también los que mezquinan al trabajador su salario,
están entre nosotros. Se ha tratado mezquina e injustamente a hombres que no tienen bienes terrenales, a los
pobres que tienen que depender de su trabajo para su sostén. El amador del mundo, de rostro duro y corazón aún
más duro, ha pagado de mala gana la pequeña cantidad ganada en el arduo trabajo. De la misma manera están
tratando con Jesús, profesando ser siervos suyos, y al mismo tiempo con la misma mala voluntad ponen su
ofrenda en la tesorería de Dios. El hombre de la parábola no sabía dónde almacenar sus bienes, y el Señor
acortó su nada provechosa vida. Esto es lo que hará el Señor con muchos. ¡Cuan difícil es, en esta edad
corrompida, guardarse del egoísmo y de la mundanalidad, y cuán fácil es ser ingrato para con el dador de todas
nuestras mercedes! Se necesita mucha vigilancia, como asimismo mucha oración, para guardar el alma con toda
diligencia. “Velad pues, porque no sabéis a que hora ha de venir vuestro Señor” (Mat. 24:42) (Test. 2, 198:1)
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Puede Ser Que Dios Esparza.-

Vi que los corazones probados en el asunto de la benevolencia sistemática es una prueba constante.
Lleva a uno a estudiar su propio corazón para ver si predomina el amor de la verdad o del mundo: es una prueba
para los que son egoístas y codiciosos por naturaleza. Ellos calculan sus posesiones en un precio muy bajo
empleando en ello el disimulo. Dijo el ángel: “Maldito el que hiciere engañosamente la obra de Jehová” (Jer.
48:10) Los ángeles están contemplando la formación del carácter y los hechos de los tales son presentados en el
cielo por los mensajeros celestiales. Por esta causa algunos serán visitados por Dios, y sus posesiones serán
disminuidas para que correspondan al precio bajo con que las han tasado. “Hay quien esparce y sin embargo
acrecienta; los hay también que retienen más de lo justo, y con todo van a parar en la indigencia. El alma generosa
engordará, y el que riega será el mismo regado” (Prov. 11: 24-25) (Test. 1, 221:3)

Los que están reteniendo sus medios para sí, no necesitarán sorprenderse si la mano de Dios los
esparce. Aquello que debiera haberse dedicado al adelanto de la obra y de la causa de Dios, pero que se ha
retenido, puede caer en manos de un hijo descuidado, y él lo derrochará. Un buen caballo, orgullo de un corazón
vano, puede hallarse muerto en la caballeriza; una vaca puede morir de un accidente, y las cosechas de frutas y
otros productos pueden perderse. Dios puede esparcir los recursos que ha confiado a sus mayordomos, si éstos
rehúsan usarlos para su gloria. Vi que es posible que algunos no tengan ninguna de estas pérdidas para
hacerles recordar que han sido negligentes en su deber, pero, sin embargo, sus casos pueden no tener ya
remedio. (Test. 2, 661:2)

Nada Que Dar.-

Si los profesos cristianos usasen menos sus riquezas en su adorno personal y en alhajar sus propias casas, y
si consumiesen en sus mesas menos cosas costosas y dañinas para la salud, podrían poner mayores cantidades en
la tesorería de Dios. De esta manera estarían imitando a su Redentor, quien dejó el cielo, sus riquezas y su gloria,
y por amor de nosotros llegó a ser pobre, para que nosotros tengamos las riquezas eternas. Si somos demasiado
pobres para dar fielmente a Dios los diezmos y ofrendas que él requiere de nosotros, ciertamente lo seremos
para vestir con lujo y comer manjares costosos, pues así gastamos el dinero de nuestro Señor en
complacencias dañinas para agradar y glorificarnos a nosotros mismo. Debemos preguntarnos
diligentemente: ¿Qué tesoro nos hemos allegado en el cielo? ¿Somos ricos para con Dios? (Test. 3, 401:2)

Recursos Mal Empleados.-

Me fue mostrado que el ángel registrador lleva fielmente un registro de cada ofrenda que se dedica a Dios,
poniéndola en su tesorería, y también de los resultados finales de los medios así usados. El ojo de Dios tiene en
cuenta cada centavo dedicado a su causa, y la buena o mala voluntad del dador, así como el motivo porque
se da. Los abnegados creyentes que devuelven a Dios las cosas que le pertenecen, como se requiere de ellos, serán
recompensados según sus obras. Aunque sea mal empleados los medios así consagrados, de manera que no
cumplan el objeto que el dador tenía en vista, la gloria de Dios y la salvación de almas; los que han hecho el
sacrificio en sinceridad de alma, con mira sencilla a la gloria de Dios, no perderán su galardón. (Test. 2, 518:2)

Una Prevención Contra La Codicia.-

La benevolencia sistemática ha sido dada para prevenir el gran mal de la codicia. Cristo vio que en
la prosecución de los negocios, el amor a las riquezas sería el mayor factor para desarraigar la verdadera
piedad del corazón. Vio que penetraría profundamente en los corazones de los hombres, impidiendo los impulsos
generosos, y adormeciendo la sensibilidad a las necesidades de los que sufren y están en aflicción. “Mirad – era la
amonestación que repetía a menudo, - guardaos de toda avaricia”. (Luc.12:15) “No podéis servir a Dios y a
Mammón.” (Mat. 6:24) Las amonestaciones claras del redentor están en contraposición con las acciones de sus
profesos discípulos, quienes dan en sus vidas evidencia de que anhelan grandemente las riquezas, y demuestran
que las palabras de Cristo se pierden para ellos. La codicia es uno de los pecados más comunes de los últimos días,
y tiene una influencia enervante sobre el alma. (Test. 3, 547:2)
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Los Resultados De La Benevolencia.-

Para que el hombre no pierda los benditos resultados de la benevolencia, nuestro Redentor ideó el plan de
alistarle como su colaborador. Por una cadena de circunstancias que fomenta su caridad, le confiere los mejores
medios para cultivar la benevolencia, y le invita a que preste habitualmente su ayuda a los pobres y al
adelantamiento de su causa. Por sus necesidades, un mundo arruinado saca de nosotros talentos e influencias, para
que presentemos a los habitantes la verdad, por cuya falta perecen. Al hacer caso de estas necesidades de
trabajo y por nuestros actos de benevolencia, nos asemejamos a la imagen del que por amor a nosotros se
hizo pobre. Y al dar bendiciones a otros, atesoramos verdaderas riquezas para nosotros mismos. (Test. 3,
382:5)

La Responsabilidad De La Iglesia.-

Una iglesia es responsable de las promesas de sus miembros individuales. Si la iglesia ve que hay un
hermano que es descuidado en cuanto a cumplir sus votos, debe trabajar bondadosamente con él,
haciéndole ver al mismo tiempo su responsabilidad. Si sus circunstancias no le permiten pagar su voto y es un
miembro digno de la iglesia y tiene un corazón voluntario, la iglesia compasivamente debe ayudarle. De esta
manera se puede subsanar la dificultad y conseguir una bendición. (Test. 4, 476:1)

Llamados Frecuentes.-

Cada individuo en la iglesia debe sentir que la verdad que él profesa es una realidad, y que todos deben ser
obreros desinteresados. Algunos ricos quieren murmurar porque la obra de Dios se extiende y demanda dinero.
Dicen que no hay fin a los pedidos de recursos. Una causa tras otra demanda continuamente ayuda. A los tales
diríamos que esperamos que la causa de Dios se extienda de tal manera que habrá mayor razón, y más frecuentes y
urgentes llamados, para allegar en la tesorería fondos con que proseguirla obra. (Test. 3, 389:3)

Cortesía De Dep. Tesorería

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