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Desarrollo Social
Caracterización general
Desde el triunfo de la Revolución la atención a los problemas sociales tuvo una alta
prioridad en Cuba. De hecho el desarrollo se concibió como un proceso integral entre lo
económico y lo social, a partir de considerar que el simple crecimiento económico, sin
progreso y justicia social, no conduciría a un verdadero desarrollo, ni permitiría
alcanzar las objetivos sociales a que se aspiraba. Este enfoque más consecuente
permitió que en pocos años, las medidas adoptadas propiciaran una transformación
radical de la situación social existente.
No obstante disponer del per cápita más elevado de automóviles privados de América
Latina, el 45% de los niños de 6 a 14 años no asistía a las escuelas; y el 23.6% de la
población mayor de 10 años era analfabeta. La población mayor de 15 años
presentaba un nivel educativo promedio inferior a 3 grados. Paradójicamente, había
más de 10 mil maestros desempleados. El servicio estatal de salud era totalmente
insuficiente y de baja calidad. La Capital del país, con el 22% de la población, disponía
del 65% de los médicos y 62% de las camas hospitalarias.
En general, las condiciones en las áreas rurales eran mucho más críticas: sólo un 4%
comía carne; el 43% de la población era analfabeta; no más del 8% recibía atención
médica gratuita, en tanto que el 36% se hallaba parasitada y el 14% padecía o había
padecido de tuberculosis.
La política social
Distribución de más del 60% del aporte calórico de la dieta por vías sociales,
como son el sistema de racionamiento a bajos precios; una red de alimentación
popular para personas de bajos ingresos; alimentación gratuita o a muy bajos
precios a través de los centros de salud, educación y otros.
Acceso universal y gratuito a los servicios de salud y educación, incluyendo la
enseñanza universitaria; y en el caso de la salud, los tratamientos médicos más
complejos y costosos. Asignación de los recursos financieros y humanos
necesarios para asegurar servicios de calidad.
Cobertura universal de la seguridad social y de la asistencia social. En los
Artículos 47 y 48 de la Constitución se consagra que ningún ciudadano puede
quedar desamparado.
Impulso al desarrollo económico como fuente principal de creación de empleos;
programas de empleo en regiones deficitarias y para personas discapacitadas.
Reestructuración gradual del empleo por redimensionamiento de capacidades,
con reubicación o garantías de ingresos a los trabajadores excedentes.
Reducción de los alquileres; adquisición de la vivienda mediante un pago
equivalente al alquiler; programas estatales de construcción de viviendas y
programas con esfuerzo propio; alternativas de viviendas de bajo costo;
reparación de viviendas con apoyo estatal.
La solidaridad
Un elemento importante de la política social es la solidaridad. Esta se expresa en
diversas iniciativas a nivel de la comunidad, en la que participan la población y
diferentes entidades, estatales y no estatales. Estas acciones se manifiestan en
cuestiones como campañas para la donación de sangre, la reposición de pérdidas
ocasionadas por desastres naturales, la solución a necesidades particulares de
personas de edad avanzada, la creación de condiciones para la incorporación social de
personas discapacitadas, la atención a menores con problemas de conducta, la
limpieza y embellecimiento de los barrios, y en general, la realización de trabajos con
carácter voluntario para distintos objetivos sociales.
Por su parte, la política social debe propiciar que el desarrollo económico repercuta lo
más directamente posible sobre el desarrollo social, y que sus frutos se distribuyan de
un modo justo en la sociedad.
Años iniciales
En una primera etapa a partir de 1959 los esfuerzos en la esfera social se concentraron
en el empleo, la entrega de tierras, la educación, la salud, la vivienda, la redistribución
del ingreso y la seguridad y asistencia social; y también en la eliminación de lacras
sociales como la droga, el juego, la prostitución, y el desamparo y la mendicidad.
La Ley de Reforma Agraria exoneró del pago de rentas al 85% del campesinado
cubano y significó una redistribución de ingreso de unos 300 millones de pesos. La
creación de nuevos empleos en los sectores agrícola, industrial, de las construcciones y
de los servicios, permitió que a finales de 1970 la tasa de desempleo en el país fuera
de sólo 1.3%. En los años iniciales de la Revolución se redujeron los alquileres, las
tarifas eléctricas y telefónicas, y el precio de las medicinas y de otros artículos de
primera necesidad.
La Ley 1100 de 1963 garantizó la seguridad social a todos los trabajadores del país. Se
aprobó una edad de retiro de 55 años para las mujeres y 60 años para los hombres; y
se estableció la protección por enfermedades de tipo común y profesional, accidentes,
invalidez y por requerimientos de la maternidad. Se acordó, además, el derecho de
todos los trabajadores a un descanso anual de treinta días.
Desarrollo actual
En el período hasta 1989 se produce una consolidación del modelo de desarrollo social
de Cuba, con logros que se acercan a los indicadores sociales de países de mayor nivel
de ingreso.
A inicios de los años 90 con la desaparición del campo socialista tiene lugar una caída
del PIB del orden del 35%, con fuertes repercusiones en el orden económico y social.
No obstante, la prioridad otorgada a los programas sociales permitió conservar la
mayor parte de los logros alcanzado, e incluso continuar avanzando en una serie de
indicadores sociales.
Las primeras medidas de política social adoptadas, fueron las referidas a mantener a
los trabajadores en sus empleos y conservarles al menos sus ingresos nominales aún
en la etapa de contracción abrupta de la economía e ir realizando un ajuste gradual del
empleo enmarcado en un proceso de redimensionamiento empresarial; garantizar los
ingresos nominales a todos los pensionados por el sistema de seguridad y asistencia
social; la decisión de trasladar la casi totalidad de los bienes de consumo disponibles al
sistema de racionamiento para tratar de que la distribución fuera lo más equitativa
posible; y la voluntad de preservar al máximo los programas sociales de salud y
educación.
Posteriormente, las medidas sociales mostraron una tendencia, más profunda, de
adaptación hacia la búsqueda de una política social más eficiente1[211]. Pueden
distinguirse dos etapas. Una a partir de 1993 y hasta el año 2000, en que dicha
búsqueda de eficiencia, expresada explícitamente en el propósito de mantener los
logros sociales a pesar de la contracción de los recursos para el desarrollo social,
abarcó algunas variaciones y posposiciones en los objetivos de la política social,
transformaciones en el diseño de los sistemas de prestación de servicios,
descentralización, modernización y fortalecimiento de las instancias locales y nuevos
matices respecto a la participación de instituciones sin fines de lucro en la gestión y
financiamiento de la política social.
En la segunda etapa a partir del año 2000 la política social enfatiza, por un lado, en la
incorporación de nuevos objetivos estratégicos de desarrollo social –a pesar de las
dificultades económicas aún existentes- al entenderse que sin trabajar en esas líneas
la sociedad quedaría irremisiblemente apartada de la posibilidad de desarrollarse
acorde a las características tecnológicas del mundo globalizado y no lograría los
objetivos del tipo de sociedad que se ha propuesto.
El Curso de Superación Integral, es uno de los programas que mayor impacto social ha
tenido en los jóvenes, la familia y la comunidad cuyo objetivo es incorporar al estudio
a los jóvenes entre 18 y 29 años que no estaban trabajando ni estudiando.
En otro de los programas de esta esfera, se forman trabajadores sociales, los que están
llamados a brindar en la comunidad una asistencia social personalizada detectando y
conociendo todos y cada uno de los problemas que pueda tener los ciudadanos que
están en su radio de acción.
En relación con la alimentación, la crisis económica por la que transitó el país, a inicios
de los años noventa, repercutió negativamente y en magnitud muy aguda en la
disponibilidad de alimentos, producto del abrupto descenso de la capacidad
importadora y la vulnerabilidad derivada de la elevada dependencia externa de dicha
disponibilidad.
En lo relacionado con los niños y jóvenes del Sistema Educacional se llevaron a cabo
acciones que incluyeron el suplemento alimentario para estudiantes internos y
seminternos; merienda para estudiantes de secundaria, que permitió implantar la
doble sesión; y, el mejoramiento de la dieta del estudiante mediante el suministro de
hortalizas: entre otras.
Más del 55% de los fiscales y el 49% de los jueces profesionales y alrededor de un
tercio de los que laboran en la industria.
El Informe sobre Desarrollo Humano del 2007 - 2008 sitúa a Cuba en el lugar 51 de un
total de 177 países, con lo cual queda clasificada como de Alto Desarrollo Humano,
desde el 2001.
Como se puede observar en cada uno de los componentes del índice Cuba muestra un
desarrollo superior al de América Latina y el Caribe excepto en el nivel de ingresos per
cápita, lo que indica la elevada prioridad otorgada a lo social dentro de las políticas. Se
sitúa también en mejor posición que el promedio de la región de Europa Central y
Oriental y la CEI, en buena medida por su alto nivel en esperanza de vida al nacer. Las
mayores diferencias con la OECD se producen por el elevado nivel de ingreso per cápita
de que disfrutan esos países.