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UNIVERSIDAD TÉCNICA ESTATAL DE QUEVEDO

FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD

CARRERA DE LICENCIATURA EN ENFERMERÍA

SEXTO SEMESTRE “A”

ADMINISTRACIÓN DE LOS SERVICIOS DE SALUD

INTEGRANTES:

GARCES NUÑEZ DOLORES


GARCIA ALCIVAR JARELYS
GARCIA BRIONES KATHERINE
GUANUCHE MEDINA MARIA
GUERRERO BERMUDEZ NAYELI
IZA ZUÑIGA GIOCONDA
JADAN PITA AYDA
LOPEZ CEDEÑO MABEL
MADRID LALVAY VERONICA
MURILLO CEVALLOS SAMANTHA

TEMA:

PLAN NACIONAL DE DESARROLLO “TODA UNA VIDA”

DOCENTE:

LIC. ROSA PALLAROSO GRANIZO

2021-2022
PLAN NACIONAL DE DESARROLLO “TODA UNA

VIDA”

Eje 1: Derechos para Todos Durante Toda la Vida

Este eje posiciona al ser humano como sujeto de derechos a lo largo de todo el ciclo de

vida, y promueve la implementación del Régimen del Buen Vivir, establecido en la

Constitución de Montecristi (2008). Esto conlleva el reconocimiento de la condición

inalterable de cada persona como titular de derechos, sin discriminación alguna. Además,

las personas son valoradas en sus condiciones propias, celebrando la diversidad. Así, nos

guiamos por el imperativo de eliminar el machismo, el racismo, la xenofobia y toda forma

de discriminación y violencia, para lo cual se necesita de políticas públicas y servicios

que aseguren disponibilidad, accesibilidad, calidad y adaptabilidad. Los problemas de

desarrollo son vistos como derechos insatisfechos y el Estado debe estar en condiciones

de asumir las tres obligaciones básicas que tiene: respetar, proteger y realizar. Respetar

implica que el mismo Estado no vulnere los derechos. Proteger significa que el Estado

debe velar para que no se vulneren los derechos y, en caso de ocurrir, obligar el

cumplimiento de las reparaciones correspondientes. Realizar conlleva que el Estado debe

actuar proactivamente para garantizar plenamente los derechos, especialmente en los

grupos de atención prioritaria.

La pobreza es un fenómeno causado por diversos factores que se expresan en múltiples

dimensiones. En el país, la tasa de pobreza multidimensional6 entre 2009 y 2016

disminuyó 16,4 puntos porcentuales (de 51,5% a 35,1%). En general, los indicadores de

pobreza y desigualdad, a partir de la distribución del ingreso, evidencian avances a nivel

nacional.
¿Cómo influye la pobreza en la salud de las personas?

Los países pobres tienden a presentar peores resultados sanitarios que los más pudientes

y, dentro de cada país, las personas pobres tienen más problemas de salud que las

acomodadas. Además, la mala salud se asocia frecuentemente a considerables costos de

atención sanitaria. El resultado coincide con otros estudios previos: la pobreza es un

agente que afecta a la salud de forma tan sólida y consistente como el tabaco, el alcohol,

el sedentarismo, la hipertensión, la obesidad y la diabetes. Es más, la capacidad de acortar

la vida es mayor que varios de estos factores.

Las condiciones de trabajo inadecuadas se presentan especialmente en el área rural, en la

población indígena y las provincias de la Amazonía, donde superan el 70%. También

persiste una brecha en el ingreso laboral promedio entre hombres (US$ 526) y mujeres lo

que muestra una problemática doble: por un lado, no se remunera igual a las personas por

un mismo trabajo realizado y, por el otro lado, se observan estructuras laborales que

afectan de manera diferenciada a hombres y mujeres, estas últimas con frecuencia

obligadas a realizar dobles o triples jornadas para aumentar sus ingresos. Por lo tanto, las

políticas deben complementarse con incentivos al sector productivo, que promuevan la

generación de empleo en el área rural, en la Amazonía, para jóvenes, indígenas y

montubios; además, se debe garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres por

un mismo trabajo realizado normando, regulando y exigiendo el reconocimiento

igualitario, con sanciones expresas si se da el caso contrario y desarrollar políticas

comprensivas sobre la estructura diferenciada de las jornadas laborales.

Otros factores importantes para alcanzar una vida digna son el hábitat y la vivienda, que

deben llegar a todos en condiciones de igualdad, especialmente para las personas más

pobres. En cuanto a los servicios básicos en general, entre 2007 y 2016 se evidenciaron

niveles más favorables en el acceso a ellos, aunque persisten considerables brechas entre
el sector urbano y el rural. Por ejemplo, en 2016, solo el 59% de las viviendas del sector

rural tenían acceso a agua por red pública. De igual manera, las condiciones de la vivienda

están relacionadas con temas estructurales, por lo que no se obtuvieron reducciones

importantes en los indicadores.

En consecuencia, se considera relevante incorporar nuevas métricas que permitan evaluar

la calidad de las condiciones de la vivienda y los servicios públicos en especial el agua, y

que estén diferenciadas por áreas urbanas y rurales; además, se debe fortalecer el trabajo

interinstitucional entre niveles de gobierno para identificar las necesidades locales y

promover el acceso a servicios y vivienda, a través de procesos de planificación y

ordenamiento territorial que consideren el enfoque de género en el acceso a vivienda,

sobre todo de las mujeres jefas de hogar, así como en la planificación territorial y del

hábitat. Asimismo, para lograr un desarrollo integral de la población, es fundamental

garantizar una vida saludable y promover las condiciones para una vida digna para todos.

Durante estos últimos diez años, el gasto público en salud como porcentaje registrado en

el PIB tuvo un crecimiento significativo, de 1,2% en 2007 a 2,92% en 2016, lo cual se

vio reflejado en el aumento de la infraestructura y el equipamiento médico. Esto

contribuyó al incremento de la atención médica y de los servicios de salud, pero aún está

pendiente mejorar tanto la atención oportuna y de calidad para toda la población, como

la implementación de una atención integral familiar y comunitaria, con lo que se pueda

fortalecer el modelo preventivo en todo el territorio. Además, se debe garantizar los

recursos económicos y contar con el talento humano necesario para responder a las

necesidades emergentes del Sistema de Salud Pública.

Además, los retos y necesidades actuales nacen de los cambios en el perfil demográfico

y epidemiológico. Las principales causas de mortalidad están vinculadas con

enfermedades crónicas e infecciosas, a las que se añaden enfermedades derivadas de la


desnutrición y el sobrepeso, que son indicadores de estilo de vida, acceso a alimentos y

patrones de consumo. Es importante enfocar los esfuerzos contra las enfermedades que

se pueden prevenir y, a la vez, promover que la ciudadanía adopte hábitos de consumo

saludables y realice actividad física. Las metas en salud materna, especialmente en lo

concerniente a la mortalidad materna y el embarazo adolescente, aún no han sido

alcanzadas por el Estado ecuatoriano. De acuerdo con el Estudio sobre los costos de

omisión de no invertir en acceso a servicios de salud sexual y reproductiva en Ecuador

para el año 2015 el costo económico y social por la omisión de servicios de salud sexual

y reproductiva llegó a US$ 472 9 millones, lo que evidencia una deuda social en una

adecuada educación sexual, reproductiva y de planificación familiar. Por otra parte, el

embarazo adolescente merece una atención especial: en 2015 el porcentaje de

nacimientos en mujeres entre 12 y 17 años fue de 10,2%, mientras que en 2006 fue de

8,1%. Esta problemática genera situaciones adversas, como la deserción escolar y la

pobreza. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 6 487 adolescentes

abandonaron los estudios por esta razón, lo que conlleva situaciones de vulneración de

derechos que afectan su proyecto de vida. El Estado deberá asegurar los entornos para el

pleno ejercicio del derecho de la población a tomar decisiones libres, informadas,

voluntarias y responsables sobre su salud sexual y reproductiva, tomando en

consideración sus contextos geográficos, sociales y culturales, sin menoscabo de los

derechos garantizados constitucionalmente.

Para conseguir una vida digna para todos, es necesario que un sistema de justicia eficiente

y un modelo de gestión penitenciaria garanticen la rehabilitación y reinserción social de

las personas privadas de libertad, con un enfoque de derechos que promueva procesos

formativos y de capacitación, así como condiciones de convivencia digna en los centros


de privación de libertad. Los adolescentes infractores deben recibir una atención especial,

no se deben confundir sus dinámicas y problemáticas particulares con las de los adultos.

Objetivo 1: Garantizar una vida digna con iguales

oportunidades para todas las personas

Múltiples espacios de diálogo destacan la importancia del uso del espacio público y el

fortalecimiento de la interculturalidad; así como los servicios sociales tales como la salud

y la educación. Uno de los servicios sociales más importantes y prioritarios es el agua, el

acceso y la calidad de este recurso para el consumo humano, los servicios de saneamiento

y, por supuesto, para la producción y sistemas de riego. La ciudadanía hace hincapié en

el acceso a los servicios básicos y el disfrute de un hábitat seguro, que supone los espacios

públicos, de recreación, vías, movilidad, transporte sostenible y calidad ambiental, así

como a facilidades e incentivos a través de créditos y bonos para la adquisición de

vivienda social; pero también señala la importancia del adecuado uso del suelo y el

control de construcciones. Nuevamente, se reitera la pertinencia territorial, cultural y

poblacional de los servicios sociales, sobre todo en los temas de vivienda, salud o

educación. Se demanda la garantía de salud de manera inclusiva e intercultural, con

énfasis en la atención preventiva, el acceso a medicamentos, la salud sexual y

reproductiva, la salud mental; impulsando el desarrollo permanente de la ciencia e

investigación. Concomitante a la salud, en los diferentes diálogos ciudadanos se señala la

problemática de la malnutrición, que comprende trastornos como la desnutrición, la

obesidad y el sobrepeso, los cuales tienen implicaciones en los hábitos y las prácticas

culturales, que deben ser prevenidas con campañas de información permanente sobre los

alimentos que se consumen.


Por ello, la ciudadanía hace alusión a la Constitución (2008), en la que se garantiza la

protección integral y la protección especial a través del Sistema de Inclusión y Equidad

Social, que debe aplicarse por medio de sistemas especializados de atención; este es el

caso particular de la niñez y adolescencia, donde se afirman los principios de la doctrina

de la protección integral, la especificidad y especialidad dentro del sistema de protección

de derechos, los temas de justicia especializada, la justicia juvenil penal para los

adolescentes infractores y la aplicación efectiva de medidas socioeducativas en el caso de

adolescentes infractores, entre otros temas. Asimismo, en las diferentes mesas de diálogo

se señalan los temas de seguridad social con énfasis en los grupos de atención prioritaria

y grupos vulnerables. La seguridad ciudadana aborda de manera integral la atención a los

tipos de muertes prevenibles; la protección especial para los casos de violencia sexual,

explotación sexual y laboral, trata de personas, trabajo infantil y mendicidad, abandono y

negligencia, accidentes de tránsito, suicidios; y la prevención del uso de drogas, tomando

en cuenta el control, tratamiento, rehabilitación y seguridad del consumo problemático de

las mismas, bajo un enfoque de derechos y con base en evidencia científica.

“La garantía en la igualdad de oportunidades para todas las personas va mucho más allá

de la simple provisión de servicios; significa luchar contra la pobreza, la inequidad y la

violencia, promoviendo un desarrollo sustentable, la redistribución equitativa de los

recursos y la riqueza, y la realización plena de los derechos humanos. Para ello, la

Constitución estableció la creación del Sistema Nacional de Inclusión y Equidad Social,

como el conjunto articulado y coordinado de sistemas, instituciones, políticas, normas,

programas y servicios que aseguran el ejercicio, garantía y exigibilidad de los derechos y

el cumplimiento de los objetivos del régimen de desarrollo”.


Por otra parte, la salud se constituye como un componente primordial de una vida digna,

pues esta repercute tanto en el plano individual como en el colectivo. La ausencia de la

misma puede traer efectos intergeneracionales. Esta visión integral de la salud y sus

determinantes exhorta a brindar las condiciones para el goce de la salud de manera

integral, que abarca no solamente la salud física, sino también la mental. La salud mental

de las personas requiere significativa atención para enfrentar problemáticas crecientes,

como los desórdenes relacionados con la depresión y la ansiedad, que limitan y

condicionan las potencialidades de una sociedad para su desarrollo. De igual forma, la

aproximación a la salud se debe hacer con pertinencia cultural, desde la prevención,

protección y promoción, hasta la atención universal, de calidad, oportuna y gratuita,

concentrando los esfuerzos para combatir la malnutrición en sus tres expresiones,

eliminar la prevalencia de enfermedades transmisibles y controlar las no transmisibles.

Esta visión exige el desarrollo de redes de servicios de salud enfocados en las necesidades

de sus usuarios, acorde con la edad y la diversidad cultural y sexual. En la provisión de

servicio de salud, es de vital importancia adoptar un enfoque de equidad territorial y

pertinencia cultural a través de un ordenamiento del territorio que asegure a todas las

mismas condiciones de acceso, sin discriminación ni distinción de ninguna clase. El

derecho a la salud debe orientarse de manera especial hacia grupos de atención

prioritaria y vulnerable, con énfasis en la primera infancia y con enfoque en la

familia como grupo fundamental de la sociedad, en su diversidad y sin ningún tipo

de discriminación. Aquí se incluye el derecho a la salud sexual y reproductiva, que

permite el ejercicio de la libertad individual, basada en la toma de decisiones

responsables, libres de violencia o discriminación, y el respeto al cuerpo, a la salud sexual

y reproductiva individual (Consejo Económico Social de Naciones Unidas, 2016). Cabe

resaltar que una educación sexual, reproductiva y de planificación familiar libre de


prejuicios, permitiría la consecución del derecho a la libertad individual y garantizará la

salud sexual y reproductiva.

En esta misma línea, durante los últimos años el Ecuador ha avanzado en el desarrollo de

infraestructura sanitaria y en la concepción del Sistema Nacional de Salud, con una

operación coordinada, ordenada y articulada entre la red pública y los demás proveedores.

Es necesario continuar hacia la consolidación del Sistema como el mecanismo más

efectivo para implementar el Modelo de Atención Integral de Salud con enfoque Familiar,

Comunitario e Intercultural (MAIS-FCI), cuya aplicación debe basarse en la equidad

social y territorial, para contribuir a la disminución de la desigualdad entre territorios.

Lograr una vida digna para todas las personas, en especial para aquellas en situación de

vulnerabilidad, incluye la promoción de un desarrollo inclusivo que empodere a las

personas durante todo el ciclo de vida. Esto implica esfuerzos integrales dirigidos hacia

el individuo desde sus primeros años de vida, considerando su entorno familiar y social.

METAS 2021

• Erradicar la incidencia de pobreza extrema por ingresos, reduciéndola del 8,7% al

3,5% a 2021.

• Disminuir la relación de ingresos entre el decil más pobre y el decil más rico desde

24,3 a menos de 20 veces a 2021.

• Incrementar de 53% a 95% el número de hogares con vivienda propia y digna

que se encuentran en situación de extrema pobreza a 2021.

• Erradicar el trabajo infantil de 5 a 14 años, reduciendo las cifras del 4,9% al 2,7%

a 2021.

• Reducir la razón de mortalidad materna de 44,6 a 36,2 fallecimientos por cada

100 000 nacidos vivos a 2021.


• Reducir la tasa de mortalidad infantil de 8,95 a 6,8 por cada 1 000 nacidos vivos

a 2021.

• Disminuir del 76,5% al 63,5% la tasa específica de nacidos vivos en mujeres

adolescentes entre 15 a 19 años de edad a 2021.

• Reducir de 24,8% al 14,8% la prevalencia de desnutrición crónica en niños

menores de 2 años, a 2021.

• Reducir de 23,9% al 13,2% la prevalencia de desnutrición crónica en niños

menores de 5 años, a 2021.

• Reducir del 31,2% al 29,4% la prevalencia de obesidad y sobrepeso en niños de

5 a 11 años a 2021.

• Aumentar del 46,4% al 64%, la prevalencia de lactancia materna exclusiva en los

primeros seis meses de vida, a 2021.

• Incrementar de 12,2% a 14,4% la población mayor a 12 años que realiza más de

3,5 horas a la semana de actividad física a 2021.

• Reducir la tasa de homicidios intencionales de 5,8 a 5,2 por cada 100 000

habitantes a 2021.

• Reducir la tasa de femicidios de 0,85 a 0,82 por cada 100 000 mujeres a 2021.

• Mejorar el tiempo de respuesta en atención integral de emergencias: mejorar el

tiempo de respuesta en emergencias para seguridad ciudadana desde 0:13:27 a

0:10:53 minutos a 2021.

• Mejorar el tiempo de respuesta en atención integral de emergencias a 2021:

Mejorar el tiempo de respuesta en emergencias para gestión sanitaria desde

0:09:29 a 0:08:40 minutos a 2021.


• Aumentar la cobertura, calidad, y acceso a servicios de salud: incrementar la

proporción de nacidos vivos con asistencia de personal de la salud del 95% al

98,9% a 2021.

• Aumentar la cobertura, calidad y acceso a servicios de salud: incrementar la tasa

de profesionales de la salud de 25,1 a 34,8 por cada 10 000 habitantes a 2021.

• Aumentar la cobertura, calidad y acceso a servicios de salud: reducir el porcentaje

del gasto de bolsillo de los hogares en salud a 2021.

• Aumentar la cobertura, calidad y acceso a servicios de salud: incrementar el

porcentaje de percepción positiva de los hogares con relación a servicios públicos

de salud de calidad a 2021.

• Reducir la tasa de nacimientos en adolescentes de 10 a 14 años de edad por cada

1 000 mujeres a 2021.

• Eliminar el porcentaje de niños de hasta 18 meses de edad con transmisión

materno-infantil con VIH a 2021.

• Disminuir el embarazo no planificado a 2021. (PLAN NACIONAL DE

DESARROLLO "TODA UNA VIDA", 2017)

OBJETIVO 2:

Afirmar la interculturalidad y plurinacionalidad, revalorizando

las identidades diversas

Los diálogos por la plurinacionalidad destacan con mucha fuerza los temas de tierras y

territorios, frente a los cuales se demanda la garantía de la consulta previa para los asuntos

que concierne a sus territorios, la resolución de conflictos permanentes que existen

alrededor de la distribución y legalización de la tierra, la ejecución acciones que

coadyuven a fortalecer la propiedad colectiva de las tierras comunales y de los territorios


ancestrales, la conformación de circunscripciones territoriales y mancomunidades, bajo

criterios de equidad, reducción de brechas sociales y justicia social. Asimismo, el campo

de la identidad y cultura ecuatoriana se presentan en las propuestas a través de la

promoción de la actividad y la producción artística, cultural y audiovisual; la circulación

de las artes, culturas, memorias y patrimonios tangibles e intangibles, y la inclusión de

los conocimientos ancestrales; todo esto en una interacción con los diferentes ámbitos del

desarrollo del país.

Finalmente, se destacan problemáticas asociadas con los territorios donde muchos de los

pueblos y nacionalidades se desarrollan, principalmente en los sectores rurales, para lo

cual se pone especial énfasis en temas de movilidad y transporte, como, por ejemplo: la

calidad de las vías, la regularización del transporte comunitario, entre otros

Ecuador dio un salto cualitativo al pasar a ser un Estado plurinacional, puesto que se

contrarrestaron las formas homogeneizantes de concebir a la sociedad y sus instituciones.

La sociedad es plural y se sostiene sobre sus diferencias, lo que necesariamente repercute

sobre la estructura estatal y las formas de relacionamiento bidireccional de la sociedad

con su Estado.

Por lo tanto, uno de los mayores retos es visibilizar, reconocer y respetar las múltiples

diversidades y responder con criterios de igualdad y equidad frente a los beneficios del

desarrollo y los modos de concebirlo. La Constitución, a su vez, prevé medidas de acción

afirmativas para atender las situaciones de desventaja o discriminación estructural, que

tienen como objetivo alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres, reconocer la

ecuanimidad de condiciones de los pueblos y nacionalidades o buscar la reparación e

inclusión en similitud de condiciones de grupos poblacionales (CE, 2008, arts. 11, 65,

70).
De esta forma, se vuelve fundamental fortalecer y construir una sociedad inclusiva, sin

discriminación étnica, cultural, por situación de movilidad humana, sexo-genérica y otras

formas conexas de intolerancia; una sociedad que consolide relaciones equitativas e

interculturales entre personas, colectivos, comunidades, pueblos y nacionalidades. La

manifestación de estas relaciones repercute en el fortalecimiento del sentido de identidad

y pertenencia con su comunidad, con su localidad y con el conjunto de la sociedad. En

línea con ello, es imprescindible la formulación e implementación de los Planes de Vida,

articulados con la planificación nacional y local.

Metas 2021

• Mejorar los servicios públicos de salud con enfoque intercultural: incrementar el

porcentaje de establecimientos de salud de la Red Pública Integral de Salud con

Certificación: “Establecimientos de Salud, que atienden partos, como Amigos de

la Madre y del Niño” (Esamyn) a 2021.

• Erradicar la discriminación por género, etnia y situación de movilidad: erradicar

el porcentaje de mujeres que han vivido algún tipo de discriminación de género a

2021.

• Erradicar la discriminación por género, etnia y situación de movilidad: erradicar

el porcentaje de personas indígenas, afros y montubios que afirman ser objeto de

discriminación a 2021.

OBJETIVO 3:

Garantizar los derechos de la naturaleza para las actuales y

futuras generaciones

La protección y el cuidado de las reservas naturales y de los ecosistemas frágiles y

amenazados, es un tema de preocupación en las diferentes mesas. Se destaca, incluso, que


frente a aquellas consecuencias ambientales que son producto de la intervención del ser

humano, es necesario un marco de bioética, bioeconomía y bioconocimiento para el

desarrollo; es decir, la investigación y generación de conocimiento de los recursos del

Ecuador.

Uno de los avances más importantes de la Constitución de 2008 es el reconocimiento de

la naturaleza como sujeto de derecho, lo que implica respetar integralmente su existencia,

el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales y su restauración en caso de

degradación o contaminación.

En un país megadiverso como el Ecuador, la calidad ambiental y los derechos de la

naturaleza deben ser tratados como parte esencial de las grandes definiciones políticas,

económicas y productivas en el modelo de desarrollo sostenible a largo plazo.

El desarrollo sostenible para alcanzar el Buen Vivir implica reestructurar nuestra

economía mediante la disminución de la dependencia de actividades extractivas, y la

orientación de su transición hacia una economía basada en el bioconocimiento, la cual

posicione a la biodiversidad como una fuente de conocimiento y saber.

La conservación y uso sostenible de los ecosistemas generadores de agua, como los

bosques alto andinos, páramos y humedales que proveen del recurso y mantienen el

caudal ecológico de quebradas, ríos, acuíferos y manantiales, es prioritaria, ya que son las

principales fuentes para consumo humano y riego, y para proyectos hidroeléctricos. La

política de ordenamiento territorial, en la que interactúan los distintos niveles de gobierno

(Gobierno Central, los Gobiernos Autónomos Descentralizados) y la sociedad civil,

vigilará que las actividades productivas y obras de infraestructura, que entren en conflicto

con el objetivo estratégico de conservación, cumplan con estrictas normas de gestión

ambiental, y cuenten con infraestructuras resilientes, promuevan la industrialización


inclusiva y sostenible, fomenten la innovación, y se adecuen a los principios, directrices

y lineamientos de la Estrategia Territorial Nacional.

Las garantías de los derechos de la naturaleza y de los derechos humanos se fortalecen

con un país pensado y organizado desde la plurinacionalidad, interculturalidad y equidad

de género, lo que significa reconocer y respetar los sistemas de conocimiento y sistemas

productivos comunitarios asociados a la biodiversidad, el acceso igualitario a los recursos

naturales, a la toma de decisiones sobre su uso, así como al conocimiento y tecnologías.

Las nuevas tendencias mundiales apuntan a hacer de las ciudades lugares más seguros,

que cuenten con servicios básicos, con espacios de convivencia que mejoren la calidad

de vida de sus habitantes, con capacidad para reducir la vulnerabilidad a los efectos

adversos del cambio climático y a otros fenómenos naturales y antrópicos, controlando el

desarrollo de actividades humanas que alteran directa o indirectamente la composición de

la atmósfera mundial.

Promoveremos una economía competitiva y resiliente, mediante el tránsito progresivo

hacia una bioeconomía inclusiva y sostenible, sustentada en la capacidad de integrar las

políticas de gestión de la biodiversidad con aquellas que fomenten la innovación y el

desarrollo tecnológico y su inserción en la matriz productiva del país. Esto supone

patrocinar toda iniciativa que, basada en el aprovechamiento responsable de la

biodiversidad, permita generar nuevos empleos y desarrollo sustentable.

METAS 2021

• Evitar que la brecha entre Huella Ecológica y Biocapacidad sea menor a 0,35

hectáreas globales per cápita hasta 2021.

• Mantener el 16% de territorio nacional bajo conservación o manejo ambiental a

2021.
• Incrementar del 70,3% al 80% los residuos sólidos no peligrosos con disposición

final adecuada a 2021.

• Reducir al 15% la deforestación bruta con respecto al nivel de referencia de

emisiones forestales a 2021.

• Incrementar del 17% al 35% los residuos sólidos reciclados en relación al total

de residuos generados, hasta 2021.

• Reducir y remediar las fuentes de contaminación de la industria

hidrocarburífera, con aval de la autoridad ambiental a 2021.

• Reducir la expansión de la frontera urbana y agrícola a 2021.

• Reducir y remediar la contaminación de fuentes hídricas a 2021.

• Incrementar el porcentaje de aguas residuales con tratamiento adecuado a 2021.

• Incrementar el número de municipios que depuran las descargas de agua antes

de verterlas al ambiente, a 2021.

• Reducir el Índice de Vulnerabilidad de alta a media, de la población, medios de

vida y ecosistemas, frente al cambio climático, a 2021.

• Incrementar la utilidad de las maquinarias, equipos y tecnologías productivas

considerando criterios de obsolescencia programática a 2021.

Los 13 desafíos de la salud mundial en esta década

Una pandemia global inminente, el cambio climático, el conflicto que impide controlar

los brotes, los mitos de la vacunación, la resistencia a los antibióticos, y los productos

alimenticios nocivos son solo algunos de los obstáculos para prevenir millones de muertes

en esta década que comienza. Eliminar muchos de ellos no es una cuestión médica sino

política. (ONU, 2020)


La Organización Mundial de la Salud (OMS) el lunes 13 de enero del 2020 publicó un

listado de 13 desafíos que amenazan a la sanidad en el planeta en esta nueva década.

Según su director, Tedros Adhanom Gebreyesus, la lista refleja la profunda

preocupación por el hecho de que los líderes mundiales no están invirtiendo

suficientes recursos en las prioridades sanitarias ni en los sistemas básicos de salud,

lo que pone vidas, medios de subsistencia y economías en peligro. Para Tedros, aunque

ninguno de esos problemas es fácil de abordar, la salud pública es, en última instancia,

“una elección política” como demuestra el hecho de que la diferencia de la esperanza de

vida es de hasta 18 años según uno viva en un país rico o en uno pobre.

Tedros dijo “Tenemos que darnos cuenta de que la salud es una inversión en el

futuro. Los países invierten mucho en proteger a su gente de los ataques terroristas,

pero no contra el ataque de un virus, que podría ser mucho más mortal y mucho

más dañino económica y socialmente. Una pandemia podría poner de rodillas a la

economía y a las naciones”.

Agregó que todos los desafíos en la lista requieren una respuesta que vaya más allá de los

ministerios de salud, ya que son amenazas compartidas y todos los países tienen la

responsabilidad de actuar.

Con la fecha límite para los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 acercándose

rápidamente, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha subrayado que los próximos

10 años deben ser una década dedicada a la acción.

“Esto significa abogar por fondos nacionales para abordar las brechas en los sistemas y

la infraestructura de salud, así como brindar apoyo a los países más vulnerables. Invertir

ahora salvará vidas, y dinero, más adelante. El costo de no hacer nada es uno que no

podemos pagar. Los Gobiernos, las comunidades y las agencias internacionales deben
trabajar juntos para lograr estos objetivos críticos. No hay atajos para un mundo más

saludable”.

1. Poner la salud en medio del debate climático

La crisis climática es una crisis de salud. La contaminación del aire mata a

aproximadamente 7 millones de personas cada año, mientras que el cambio climático

provoca desastres naturales más extremos, exacerba la desnutrición y alimenta la

propagación de enfermedades infecciosas como la malaria.

Las mismas emisiones que causan el calentamiento global son responsables de más de

una cuarta parte de las muertes por ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares,

cánceres de pulmón y enfermedades respiratorias crónicas. Los líderes de los sectores

público y privado deben trabajar juntos para limpiar nuestro aire y mitigar los impactos

del cambio climático en la salud.

En 2019, más de 80 ciudades en más de 50 países se comprometieron con las pautas de

calidad del aire de la OMS y acordaron alinear sus políticas climáticas y de

contaminación. Este año, la Organización trabajará para desarrollar un conjunto de

opciones de políticas para que los Gobiernos eviten o reduzcan los riesgos para la salud

de polución.

2. Que la salud alcance lugares en conflictos y crisis

En 2019, la mayoría de los brotes de enfermedades que requieren el nivel más alto de

respuesta se produjeron en países con conflictos prolongados.

Además, los trabajadores de la salud y las instalaciones continúan siendo a menudo el

objetivo de ataques: el año pasado, la Organización Mundial de la Salud registró 978

atentados contra infraestructura y operaciones de salud en 11 países, que resultaron en

193 muertes.
El conflicto también está obligando a un número récord de personas a abandonar sus

hogares, dejando a decenas de millones de hombres, mujeres y niños con poco acceso a

la atención médica, a veces durante años.

En 2019, la Organización respondió a 58 emergencias en 50 países: se implementaron

equipos médicos móviles, se mejoraron los sistemas de detección y alerta de

enfermedades, se realizaron campañas de vacunación, se distribuyeron medicamentos y

se capacitó a los trabajadores de la salud.

Actualmente trabaja para salvar vidas y prevenir el sufrimiento directamente ayudando a

fortalecer los sistemas de salud, mejorar la preparación del personal médico y ampliar la

disponibilidad de financiamiento de contingencia a largo plazo para emergencias

complejas.

Pero la salud es solo una parte de la ecuación, se necesitan soluciones políticas para

resolver conflictos prolongados, dejar de descuidar los sistemas de salud más débiles y

proteger a los trabajadores e instalaciones de atención médica de los ataques.

3. Hacer que la atención médica sea más justa

Las brechas socioeconómicas persistentes y crecientes resultan en grandes discrepancias

en la calidad de la salud de las personas. No solo hay una diferencia de 18 años en la

esperanza de vida entre los países ricos y pobres, sino también una marcada brecha dentro

de los países e incluso dentro de las ciudades.

Mientras tanto, el aumento global de las enfermedades no transmisibles, como el cáncer,

las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes tienen una carga

desproporcionadamente grande en los países de bajos y medianos ingresos y puede agotar

rápidamente los recursos de los hogares más pobres.

La OMS trabaja para mejorar la atención infantil y materna, la nutrición, la igualdad de

género, la salud mental y el acceso a agua y saneamiento adecuados. Este año, la


Organización proporcionará orientación sobre cómo los países pueden reducir mejor la

desigualdad en la atención de la salud, mejorando la gobernanza y la gestión de los

servicios de salud públicos y privados.

Una de las mejores maneras de reducir las desigualdades es a través de la atención

primaria de salud, que aborda la mayoría de las necesidades de una persona. Todos los

países deberían asignar un 1% más de su Producto Interno Bruto a este tipo de atención,

para que más personas tengan acceso a los servicios esenciales de calidad que necesitan,

cerca de sus hogares.

4. Ampliar el acceso a los medicamentos

Alrededor de un tercio de las personas del mundo carecen de acceso a medicamentos,

vacunas, herramientas de diagnóstico y otros productos de salud esenciales. El bajo

acceso a productos de salud puede poner en peligro a los pacientes y aumentar la

resistencia a los antibióticos.

Los medicamentos y otros productos de salud son el segundo gasto más grande para la

mayoría de los sistemas de salud (después del personal) y el componente más importante

del gasto privado en salud en los países de ingresos bajos y medianos.

Este año, la OMS centrará su atención en las áreas prioritarias para el acceso mundial a

estos vitales recursos, entre las que se incluyen la lucha contra productos médicos de

calidad inferior y falsificados; mejorar la capacidad de los países de bajos ingresos para

garantizar la calidad de los productos médicos en toda la cadena de suministro; y mejorar

el acceso al diagnóstico y tratamiento de enfermedades no transmisibles, incluida la

diabetes.
5. Detener las enfermedades infecciosas

Las dolencias infecciosas como el VIH, la tuberculosis, la hepatitis viral, la malaria, las

enfermedades tropicales desatendidas y las infecciones de transmisión sexual matarán a

unos 4 millones de personas en 2020, en su mayoría pobres.

Al mismo tiempo, las enfermedades que pueden ser prevenidas mediante la vacunación

continúan matando, como el sarampión, que costó 140.000 vidas en 2019, muchas de

ellas niños. Aunque la polio se ha llevado al borde de la erradicación, hubo 156 casos el

año pasado, la mayor cantidad desde 2014.

Las causas fundamentales de este flagelo son los niveles insuficientes de financiamiento

y la debilidad de los sistemas de salud en los países endémicos, junto con la falta de

compromiso de los países ricos.

Existe una necesidad urgente de una mayor voluntad política y financiación para los

servicios esenciales de salud. También es necesario el fortalecimiento de los sistemas de

vacunación, así como concentrar más esfuerzos para mitigar los efectos de la resistencia

a los medicamentos. Es igualmente necesario invertir en investigación y desarrollo de

nuevos diagnósticos, medicamentos y vacunas.

6. Una pandemia inevitable

Cada año, el mundo gasta mucho más en responder a brotes de enfermedades, desastres

naturales y otras emergencias de salud que en prepararse para afrontarlos y prevenirlos.

Una pandemia de un nuevo virus altamente infeccioso en el aire, muy probablemente una

cepa de gripe, a la que la mayoría de las personas carece de inmunidad, es inevitable.

No se trata de si otra pandemia atacará, sino cuándo y cuánto atacará, ya que se extenderá

rápidamente y potencialmente amenazará a millones de vidas.


Las enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, la malaria, el zika, el

Chikunguña y la fiebre amarilla se están extendiendo a medida que las poblaciones de

mosquitos se trasladan a nuevas áreas, avivadas por el cambio climático.

La OMS asesora a los países sobre inversiones basadas en datos para fortalecer los

sistemas de salud y la infraestructura para mantener a las poblaciones seguras cuando se

producen emergencias.

7. Asegurar alimentos y productos saludables para todos

La falta de alimentos, los alimentos inseguros y las dietas poco saludables son

responsables de casi un tercio de la carga actual mundial de enfermedades.

El hambre y la inseguridad alimentaria siguen afectando a millones, y la escasez de

alimentos se explota perniciosamente como arma de guerra.

Al mismo tiempo, a medida que las personas consumen alimentos y bebidas con alto

contenido de azúcar, grasas saturadas, grasas trans y sal, el sobrepeso, la obesidad y las

enfermedades relacionadas con la dieta están aumentando a nivel mundial.

El consumo de tabaco está disminuyendo en algunos lugares, pero está aumentando en la

mayoría de los países, mientras se acumulan pruebas sobre los riesgos para la salud de

los cigarrillos electrónicos.

La OMS trabaja con los países para desarrollar políticas públicas basadas en la ciencia,

inversiones y reformas del sector privado para remodelar los sistemas alimentarios y

proporcionar dietas saludables y sostenibles.

En 2019, la industria alimentaria se comprometió a eliminar las grasas trans para 2023,

pero se necesita hacer más.

8. Invertir en las personas que defienden nuestra salud.

La subinversión crónica en la educación y el empleo de los trabajadores de la salud, junto

con la falta de un salario digno, ha provocado la escasez de trabajadores de la salud en


todo el mundo. Esto pone en peligro los servicios de salud y asistencia social y los

sistemas de salud sostenibles. El mundo necesitará 18 millones de trabajadores de salud

adicionales para 2030, principalmente en países de bajos y medianos ingresos, incluidos

9 millones de enfermeras y parteras.

Para impulsar la acción y alentar la inversión en educación, habilidades y empleos, la

Asamblea Mundial de la Salud ha designado 2020 como el Año de la Enfermera y la

Partera. La OMS emitirá un informe integral sobre el estado de la enfermería en el Día

Mundial de la Salud en abril. Además, está trabajando con los países para estimular

nuevas inversiones, capacitar a los trabajadores de la salud y pagarles salarios dignos.

9. Proteger a los adolescentes

Más de un millón de adolescentes de entre 10 y 19 años mueren cada año. Las principales

causas de muerte en este grupo de edad son las lesiones en la carretera, el VIH, el suicidio,

las infecciones de las vías respiratorias inferiores y la violencia interpersonal. El uso

nocivo del alcohol, el tabaco y las drogas, la falta de actividad física, las relaciones

sexuales sin protección y la exposición previa al maltrato infantil aumentan el riesgo.

En 2020, la OMS emitirá una nueva guía para los encargados de formular políticas,

profesionales de la salud y educadores, llamada Helping Adolescents Thrive. El objetivo

es promover la salud mental de las adolescentes y prevenir el uso de drogas, alcohol,

autolesiones y violencia interpersonal, así como proporcionar a los jóvenes información

sobre la prevención del VIH y otras infecciones de transmisión sexual, anticoncepción y

atención durante el embarazo y el parto.

10. Ganarse la confianza pública

La confianza ayuda a determinar si es probable que los pacientes dependan de los

servicios de salud y sigan los consejos de un trabajador sanitario en torno a las vacunas,

tomar medicamentos o usar condones. La salud pública se ve comprometida por la


difusión incontrolada de información errónea en las redes sociales, así como por la

erosión de la confianza en las instituciones públicas. El movimiento contra la vacunación

ha sido un factor importante en el aumento de muertes en enfermedades prevenibles.

La OMS está trabajando con los países para fortalecer la atención primaria de salud, para

que las personas puedan acceder fácilmente a servicios efectivos y asequibles, de personas

que conocen y en las que confían, en sus propias comunidades. La Organización también

se ha aliado con Facebook, Pinterest y otras plataformas de redes sociales para garantizar

que sus usuarios reciban información confiable sobre las vacunas y otros problemas de

salud.

Para la OMS, construir una alfabetización científica y educación para la salud es vital.

También hay una necesidad de autorreflexión: los científicos y la comunidad de salud

pública deben hacer un mejor trabajo al escuchar a las comunidades a las que sirven.

11. Uso positivo de las nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías están revolucionando nuestra capacidad para prevenir,

diagnosticar y tratar muchas enfermedades. La edición del genoma, la biología sintética

y las tecnologías de salud digital, como la inteligencia artificial, pueden resolver muchos

problemas, pero también plantean nuevas preguntas y desafíos para el monitoreo y la

regulación. Sin una comprensión más profunda de sus implicaciones éticas y sociales,

estas nuevas tecnologías, que incluyen la capacidad de crear nuevos organismos, podrían

dañar a las personas a las que deben ayudar.

En 2019, la OMS estableció nuevos comités asesores para la edición del genoma humano

y la salud digital, reuniendo a los principales expertos mundiales para revisar la evidencia

y brindar orientación. La OMS también está trabajando con los países para permitirles

planificar, adoptar y beneficiarse de nuevas herramientas que brindan soluciones clínicas

y de salud pública, al tiempo que respaldan una mejor regulación de su desarrollo y uso.
12. Proteger los medicamentos que nos protegen

La resistencia antimicrobiana amenaza con enviar la medicina moderna a décadas

anteriores a la era en la que no se habían descubierto antibióticos, cuando incluso las

cirugías de rutina eran peligrosas.

El aumento de la resistencia se debe a una miríada de factores que se han unido para crear

una infusión aterradora, incluida la prescripción y uso no regulado de antibióticos, la falta

de acceso a medicamentos de calidad y asequibles, y la falta de agua limpia, saneamiento,

higiene y prevención y control de infecciones.

La OMS colabora con las autoridades nacionales e internacionales en los sectores del

medio ambiente, la agricultura y los animales para reducir la amenaza al abordar sus

causas fundamentales, al tiempo que aboga por la investigación y el desarrollo de nuevos

antibióticos.

13. Mantener la atención médica limpia

Aproximadamente uno de cada cuatro establecimientos de salud en todo el mundo carece

de servicios básicos de agua.

Los servicios de agua, saneamiento e higiene son críticos para un sistema de salud en

funcionamiento. La falta de estos elementos básicos conduce a una atención de baja

calidad y una mayor probabilidad de infección para pacientes y trabajadores de la salud.

Todo esto sucede en un contexto de miles de millones de personas en todo el mundo que

viven en comunidades sin agua potable o servicios de saneamiento adecuados, los cuales

son los principales impulsores de las enfermedades.

La OMS coopera actualmente con 35 países de ingresos bajos y medios para mejorar las

condiciones de agua, saneamiento e higiene en sus instalaciones de salud.


La reforma en salud del Ecuador

A partir del año 2008 Ecuador reconoce en su Constitución el derecho a la salud con una

visión sistémica, vinculándolo con el ejercicio de otros derechos. La Carta Magna del

2008 establece al Estado como garante del derecho a la salud a través de la formulación

de políticas, planes y programas orientados a brindar acceso a servicios de promoción y

atención integral bajo los principios de equidad, universalidad, solidaridad,

interculturalidad, calidad, eficiencia, eficacia, precaución y bioética, con enfoque de

género y generacional. De este modo, el mandato constitucional determina la necesidad

de iniciar el proceso de reforma y define el ámbito en el cual se conduciría dicho proceso

para lograr que el Estado cumpla con las nuevas obligaciones establecidas en la

Constitución.

Ello requirió en primer lugar de la construcción de un nuevo modelo de atención ya no

centrado en la enfermedad o en la prestación de servicios curativos, sino en las personas,

sus familias, sus comunidades y sus necesidades de salud, con una perspectiva de

promoción, prevención, recuperación y rehabilitación. El Modelo de Atención Integral en

Salud (MAIS) se constituyó en un eje orientador de la reforma del sector y en un pilar de

la reorganización institucional del sistema público de salud, aun cuando su

implementación en el nivel local ha resultado más compleja de lo esperado y a la fecha

no se ha completado. El Ministerio de Salud Pública (MSP) instauró la gratuidad de los

servicios de salud para todos los usuarios de su red de prestación. El enorme incremento

de la demanda por servicios generado por la gratuidad y la situación de abandono en la

que se encontraba la infraestructura pública de salud desde hacía más de 40 años, planteó

la urgente necesidad de modificar los criterios de despliegue territorial de los

establecimientos de salud y de mejorar la infraestructura sanitaria disponible. Con este

fin se implementó una metodología de planificación territorial basada en la cantidad de


población existente en cada unidad geográfica y en la distancia ideal a la cual deberían

situarse los centros de salud para permitir un acceso adecuado y expedito. Se definieron

tipologías de establecimientos con una capacidad de resolución y una cartera de servicios

diferenciada para el primer, segundo y tercer nivel de atención; se construyeron

estándares para el licenciamiento de dichos establecimientos; se revisaron y adecuaron

los modelos de gestión, los manuales de puestos y los diseños para la construcción y

adecentamiento de obras; se adquirió equipamiento y se contrataron recursos humanos de

acuerdo a la cantidad de nuevos establecimientos definida por la planificación territorial.

Otro aspecto fundamental de la reforma es la gran inversión realizada en recursos

humanos y el desarrollo de diversas estrategias destinadas a cubrir la brecha de

profesionales de la salud, entre las cuales se encuentran el programa “Ecuador saludable

por ti vuelvo”, orientado a promover el retorno de profesionales de la salud ecuatorianos

para cubrir el déficit a corto plazo; la creación de la carrera de Técnico de Atención

Primaria de Salud y el financiamiento de más de 1 500 becas para su formación; el

reconocimiento del médico familiar como especialista, con un incremento acorde de su

salario; la entrega de más de 3 600 becas de especialización; la creación del puesto de

gerente de hospital para los hospitales de más de 70 camas; y la contratación de más de 5

000 profesionales de la salud entre 2012 y 2015. El sistema de salud ecuatoriano sin duda

se ha fortalecido con el profundo y ambicioso proceso de reforma, el cual ha sido posible

gracias a un apoyo político explícito y sostenido, expresado en la priorización de la salud

como un derecho de todos y de todas. No obstante, existen grandes retos aún

pendientes, entre los cuales se destacan la implementación de un modelo de

financiamiento sostenible con un fondo mancomunado para el sistema público, que

permita una mayor eficiencia en el gasto en salud y garantice la sostenibilidad del

sistema en el mediano plazo; el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica y del


sistema de información en salud, a fin de detectar de manera temprana y oportuna

los brotes epidémicos y las enfermedades crónicas no transmisibles evitando que éstas

se transformen en enfermedades catastróficas; la consolidación de las estrategias de

prevención y control –las cuales requieren fortalecerse en el marco del proceso de

reforma–; la implementación del MAIS y su materialización en rutinas de atención para

los enfermos agudos pero sobre todo para los portadores de enfermedades crónicas no

transmisibles, a fin de asegurar la continuidad de los cuidados; y la construcción efectiva

de redes integradas de provisión de servicios de salud con mecanismos estables y

eficientes de referencia y contrarreferencia. Estas son las tareas a abordar en el futuro

inmediato como parte de la consolidación de la reforma sanitaria, y como parte de la ruta

del sistema de salud ecuatoriano hacia la salud universal . (Espinosa V, 2017)

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