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Hqs ffiüY
(lcorge H. Mead

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Valdecanros - El itúividtr¡ y la historia
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lu aiti,ii .sot.ial l)esde el punto de vista
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de I conductivismo social
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lntroducción de Charles W. Morris
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l)rcsentación de la edición castellana de Gino Germani
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2l. La Persona y lo Subjetivo Pls.


t9t
22 El "Yo" y et "Mí" . .. ... ... :: 20t
21. Las Actituáes Social¿s y el Mundo Físico .
206
24. El Espíritu como ta IniernarizaciJn ;J-ñ;.;.;"'s*,.i .i .r nair¡¿". 2tt
77 y el "Mi', como Fases de l¡ persona
26. El'_Y""
La Realización de l¡ persona ." l"-Sii"r.ili'"5o.i.t ............. 218
225
27 . Las Contribucione¡ del ..yo', y el ..Mí"
28. La Creatividad Social de la peisona Emergente 2t2
29 Ccmp:ración entre las Teori¿s Individuarisü y sociar de t¡ persona 2t7
. 24+
PRESENTACIÓN DE LA EDICIÓN CASTELLANA
-

PARTE IV
Entre los falsos problemas que ca:.3cterizaban a la sociología del
SOCIEDAD pasado siglo, Gurvitch instala la clásica disputa sobre las nociones
30. La Base de ta Sociedad Humana: El Hombrc y tos Insectoc ie indiviluo.y sociedad y el problema corr€lativo de los1'vínculos
entre psicologia y sociología y sus reslrctivos objetivos
31. La Base de la Sociedad Humana: El Homb¡e 249 Fuente
f i", V.rt"U."d", . . 258
12. Organismo, Comunidad y Medio Ambiente .

26+ de las interminables controv€rsias y de la honda diferenciación en


)3. Los.Cimientos y Funcioneo Sociales del pensamiento
cación
y la Comuni_ "escuelas", que tan típicamente distinguían el pensamiento socio-
14. La Comunidad y Ia ¡nri¡ir.iji ...... :...... 27 I
lógico de la época, este probl€m¡ menos en cuanto a la sociolo'
35. La Fusión det "Yo" y_et ..Mí" en las Activii"¿., i".i"i.r' : . 278
:. . . . 289 gil, h psicología lisy demás -¡l
ciencias empíricas del hombre-
36. La uemocñ¡cia y la Universalidad en la Sociedad .

J7, Consideración Adicional de l¡s Actitud." n.iü¡"i" y 296


f,uede consid eraise telizmente sulxrado. Y en la historia de esa supe-
Econórnica . . . 103 a los lectores de habla
La Naturaleza de ta Simpatía ración, G. H. Mead y la obra presentamos
.
38. .....:... que
39. Conflicto. e Integración tl2 importancia'
40. I as Funciones de la Pe¡sonalidad y dc la Razón en ta Organización tt5 castellana ocupan un lugar de singular
Social Probablemente no exista síntoma más fidedigno del estado de
t22
4t. obstáculos y-e'o..us ;; .i D"r";;tt; á; i" s..i.¿r¿
r¿.¡ . . . . 328 madurez de una ciencia, que €l trcho de que diferentes y a veces muy
42 Suma¡io y Conctusión
.

3r7 alejadas y hasta opuestaa cotrientes de pensamiento converjan'


por
Enngos Euplementdrios disiintos caminos, en un mismo punto de confluencia, en una mis-
:
ma solución de ciertos problemas fundamentales'
I. La Función de la Imaginación
en ta Conducta
El Individuo Biotógicó ........-.. t44 uno de los ejemplos más notables en este sentido lo hallamos
ll. l-a Persona y el 35t en el d€sarrollo que lievó a la formulación de una teoría unitaría de
U Fragmentos
IV.
proceso de Reflexión 359 2
sob¡e Etic¡ . . . . . . _
38t la acción social. T. Parsons pudo demostrar que en ese desarrollo
Bibliografía de los escritos de George A. Ui¿ 39¡ han contribuído, en un pt(xeso de carácter acumulativo, los aportes
TNDICE DE NOMBRES de pensadores tan alejados entre sí como Pareto, Durkheim, Max
ÍNDICEANALITICO 395
396
WÁ., y Marshall. Y a nadie escapará la importancia del hecho de
qo., ,.ii.ntemente, pudiera alcanzarse una más comPleta expre-
,iór, d. esa teoría, no ya por obra de un estudioso aislado, sino en
virtud del trabajo de un equipo de sociólogos, pcicólogos y antro-
pólogos, precisamente partiendo de los resultados de aquel desarrollo
anterior 8.
1 G. GuRvlTcH: La oxation octuelle de la sxíologie. París, Presses lJniver-
¡itai¡eg de France, 1950, Pág. 7,5.
2 T. PrrRsoNS: TÉe Structuteof the S(fjial ,ktíon. New Yotk' Mac G¡aw
Hill. 1937.
---'; -f.pÁRSONS y E. A. sgrls (Ed.): Toutard a general theorg of action.
Cambridge, Harvard Univetsity Press, 1952.
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Ilfinois
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,,r. ,,¡,r,,rrrL.( irno (icrrmani

¡ rrl,¡¡ ¡¡,¡ ¡l¡. M:rr.io Eskenazi


CP 21,üs l¡
INDICE
P6E.
PReseNr¡clóN DE LA EDIcIóN CASTELLANA, por Grno Gecmani 9
PREFAclo, pot Charles W. Mo¡¡ís 19
INrnooucc¡ÓN. - GEORGE H. MEAD COMO PSICóLOCO Y FILGOFO SO.
ctAL, por Chadrl- W. Morch 2t

P.áRTE I
EL PUNTO DE VISTA DEL @NDUCTTSMO SOCIAL

I . Pcicología Social y Co¡ducti¡mo 19


2. La Signific¡ció¡ Conductiet¡ dc lai Actitude¡ 55
3 .'La Significación Conductist¡ d€ los C-'estos 60
4. Surgimicnto del Par¡telirÍlo cn la Ricologíe 64
5. El P¡r¡letiemo y la Ambigüedad de "Concienci¡" .. . 72
6. El Program¡ del Conductirüro . 77

PARTE TI
ESPIRITU
7. Wundt y el CorcePto del C¡¿¡to 85
ff:tl;Í:""T:Hl:rfl::[:'::iJl ra autorizac¡ón escrira de ros rirurares der ,,/,v¡,R/¡r.
( 8. La Imit¡ción y el Origen del Lengueje 9t
p- .urtqrl., reini". i.*iij;"t twer la reprodurción lolal o Darcial de esr¡ ;br; 9. El Gesto Vocat y el Símbolo Significante t0l
inrormárico. y r" ;;,;;;,:;;ü
:i'.,;;::l#"Ji;.".|i,[::"ñ,J[1,"1,';,1,j#IJ*;... 10. El Pensamiento, la Comunicación y el Símboto Significante lO7
ll. Significación llt
12. Universalidad.. 120
O 1973 de todas las ediciones
err castellano, It . La Naturaleza de la Inteligencia Reftexiva 127
Fdíciones paidós Ibérica, S.A., 14. Conductis¡no, Watsonismo y Pensamiento Reflexivo .... lt6
Av. Diagonal,662_664 _ 0g034
Barcelona ll. Conductismo y Paralelismo Psicológico .'. 144
www.paidos.com t 6 . Et Espíritu y el Símbolo I5l
17 . La Retación del Espíritu con ta Reacción y el Ambiente 158
ISBN: 978-84-493_07 I5 -7
l)epósito tegal: B-3 1.52612009
PARTE III
Impreso en Book print
Botánica, 176-I7g _ 0g908 L.t{ospitalet
de Llobregar (Barcetona)
LA PERSONA
lmpreso en España
- printed in Spain 18. La Persona y el Organismo .. '. 167
1t . l; ¡ire ceíaio de" la Pe¡sona 17 6
20. El Juego, el Depotte y el "Otro" generalizado 182
¡NTRODUCCTÓN
GEORGE H.MEAD COMO PSICÓLOGO
Y FILÓSOFO SOCIAL

En el terreno filosófico, Mead era un pragmatista; en el cientí-


fico, un psicólogo social. Perten€cía a una antigua tradición
-la
rradición de Aristóteles, Descartes y Leibniz, de Russell, whitehead
y Dewey- que no ve ninguna aguda separación, ningún antágo-
nismo, entre las actividades de la ciencia y de la filosofía, y cuyos
miembros son, ellos mismos, hombres de ciencia y filósofos. sería
difícil acentuar en exceso la contribución que hicieron a la filosofía
aquellos cuya filosofía se nutrió en sus propias actividades cientí'
ficas. Mead afirmó, en una de sus disertaciones, que "la filosofía
de un período es siempre un intento de interpretar su conocimiento
más se!uro". Si bien puede que esa declaración necesite algunas re-
,.ro", términos del lugar que las consideraciones axiológic¡u¡ ocu-
"r
pan en la genenlización filosófica, pro¡rorciona la clave del desarrollo
de Mead, y, por cierto, del pragmatismo en general'
Para fines del siglo pasado, ninguna parte del conocimiento pa-
recía más segura que la áoctrina de la evolución biológica. Esta doc-
trin¿ había llamado dramáticamente la atención hacia el factor del
cambio evolutivo en el mundo, así como la física y las matemáticas
habían exhibido previamente el elemento de constancia esttuctural.
Ello parecía significar que, no sólo el organismo humano, sino tam-
bién toda la vida del espíritu, tenían que ser interpretados dentro
del desarrollo evolutivo, comparriendo su cualidad de cambio y
surgiendo de la interactividad de organismo y medio. El espíritu
tenía que aparec€r dentro de l¿ conducta y, presumiblemente, trr-
manecer en ella. Las sociedades mismas tenían que sef vistas como
24 cEoRGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 25

entidades biológicas complejas y adaptadas a ras categorías evoluti- prrcja aunque distinta estatura intelectual; ambos participaban en
vas. La tarea filosófica del pragmatismo ha consistido en reinterprerar un mutuo toma y daca, según su propio talento particular l. Si
Ios conceptos de espíritu e inteligencia en los términos biológicos, l)ewey proporciona alcance y visión, Mead dió profundidad ana-
psicológicos y sociológicos que destacaron las corrientes de pensa- tltica y precisión científica. Si Dewey es a la vez la llanta de roda'
miento posdarwinianas, y reconsiderar los problemas y ra tarea de tlura y los rayos de la rueda pragmática contemporánea, Mead es
la filosofía desde ese nuevo punto de vista. La faena no está en modo cl cubo de la misma. Y aunque, en kilometraje, la llanta de la rueda
alguno completada, como lo evidencia el hecho de que el período haga más recorrido, no puede ir más lejos, en línea recta, que su
formador de sistemas apenas sea visible. pero los .ontorr,oJ de un cubo. El pensamiento de Mead reposa íntimamente sobre unas pocas
icleas básicas que fueron refinadas y elaboradas durante muchos
naturalismo empírico erigido sobre datos y actitudes biológicos, psi-
cológicos y sociológicos son claramente discernibles; se trata de un ¡ños. Fiel a sus propias palabras, la filosofía a la que se dedicó
naturalismo que ve al hombre pensante en la naturaleza y que pre- crda vez más en sus últimos años fué una elaboración, una "gete'
tende evitar los dualismos heredados de espíritu y materia, de expe- ratización descriptiva", de las ideas básicas que r€presentaban el más
riencia y natanlez,a, de filosofía y ciencia, de teología y mecanicismo, t?guro conocimiento pertinente que como hombre de ciencia podía
de teoría y práctica. Es una filosofía que, en los términos emplea- obt.n.r. Nuestra tarea, empero, no es la de considerar aquí esa filo-
dos por Mead, opone entre sí "la otra mundanalidad de la ra- rofía en conjunto 2, sino, más bien, la base científica sobre la cual
zón. . . de la antigua filosofía, la otra mundanalidad del alma. . . dcscansa (base que Mead, como hombre de ciencia, ha hecho mucho
de la doctrina cristiana y la otra mundanalidad del espíritu. . . dc para crear) y algo cle sus dimensiones éticas y socialcs.
los dualismos renacentistas". Mucho se ha hecho también en cuanto
a rastrear las implicaciones de las actitudes acompañantes en lo refe-
¡Ente a la educación, la estética, la lógica, la ética, la religión, el II
métr¡do científico y la epistemología. La confianza pragmatista en
el método experimental, unida a la relación moral y evaruativa del Mead, como hombre de ciencia, fué un peicólogo social' En la
movimiento con la tradíción democrática, han producido una con- ¡ctualidad se reconoce comúnmente que la ciencia anda sobre dos
cepción de la filosofía que tendría una doble preocupación por los piernas: la teoría y la observación; que la fase lógica de la ciencia
hechos y los valores, y une concepción del probliema moral contem- básicas y de
poráneo como rcorientación y reformulación de los bienes humanos
ll" f"rr del aislamiento y definición de las categoríasque la activi'
la construcción de sistemas) es de igual importancia
en términos de actitudes y rcsultados der método experimental. El dad del buscador y verificador de verdades. Mead agrega poco o
darwinismo, el método experimental y la democracia son las fuen- nada al cuerpo de los hechos de las ciencias sociales, tal como está
tes de la corriente pragmatista. determinado por los métodos particulares de investigación; pero
En muchos sentidos, el resultado más seguro e imponente de agrega mucho a la estructura ideacional. Es cierto que los dos as-
la actividad pragmatísta, hasta la fecha, ha sido su teorítde la inte- .{.,or de la ciencia son, en definitiva, inseparables, y que las ideas
ligencia y el espíritu. Tal teoría es, naturalmente, la base de toda
científicas no pueden ser desarrolladas o analizadas fructíferamente
la estructura. El desarrollo y elaboracíón de esta teoría define la ein hacer referencia a los hechos; pero las observaciones a que re-
actividad de toda la vida de c-reorge H. Mead. Las obras de Mead y
curre Mead están en su mayor parte abiertas para cualquiera: no
Drwey se complementan en muchos astrctos, y, por lo que sé, jamás
están en oposición de importancia. Fueron íntimos amitos desáe los 1 Dewey a¡aliza a Mead en el Joutnal of Philoaoph.g, XXV-III
,(19-l-l-):
o^qs. tng-l'4, v en of Chicago Record' (Nueva Serie)' XVII
años pasadoc en la universidad de Michigan, y juntoc discutieron jl "l-Uiluril¡g
i]!-i I p¿ei. t'zl--ili. Pata el piss. 2rl'231, el artículo--sob¡-e "The Phi-
de Mead sobre Dewey véese Internaúonal
constantemente sus problemas de los años de la universidad de i;;;";í'"7-Einír", xL (i930) , "ñáliris v
esa tevrstr.
chicago. El resultado fué una divísión narural del trabajo en la torophy of John Dewey", que re publicó en el volumcn de 1916 de
2 Véanse las obrag de Mead, The Phitosophy of the Present (ed. A¡thur E.
obra común. Ninguno de los dos adquiere para el otro la relación Murphy)-; ili philosophg of the Act (ed. :lo!" V.B¡ewst¿r, Albert M. Dunham,
exclusiva de profesor a alumno; ambos, en mi opinión, eran de ¿i;J;r:iv. lVtóriirl t trioór-"rtt of Thought ín the Nineteenth Centurg (ed. Me.
rrítt H. Moo¡e).
26 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 27
reprcsentan una técnica científica especial. su contribución no se ¡itlad de Michigan. Mead era amigo de Cooley, y en €se ambiente
hallará en cifras, diagramas e iristrumentos, sino en discernimiento rn¡eñó durante tres años. Se iba prestando gradualmente atención,
en cuanto a la naturaleza de los espíritus, las personas y la sociedad. c¡xcialmente por los alemanes, a los aspectos sociales del lenguaje,
Los términos "psicólogo" y ..social", no hace mucho que apa- r la mitologia, a la religión Mead había estudiado en Alema-
-
recieron juntos, o en compañía de categorías biológicas. Ll tradi- ¡i¡-. Aunque estuvo en Berlín, -y y no en Leipzig con Wundt, no
ción ha identificado la psicología con el estudio d. l, p."r*, o c¡be duda de que a la influencia de Wundt debe reconocérsele el
el espíritu individuales. Inch¡so la infruencia posdarwiniana de los nrórito de haber ayudado a aislar el concepto del gesto, al contem-
conceptos biológicos no logró quebrar, durante mucho tiempo, las pl;rr el contexto social en que el gesto funciona; en lugar de ser
presuposiciones individualistas heredadas (como lo evidencian
las di- rimplernente "expresión de emociones" en el sentido darwiniano.
ficultades que encuentra un Huxley para hallar un lugar, en el tos gestos estaban muy avanzados en el camino de ser considerados
proc€so evolutivb, al comportamiento moral), aunqtre formuló Gtapas primeras del acto de un organismo, contestado por otro,
el problema de cómo apareció el espíritu humano en la historia de como indicaciones de €tapas posteriores del acto social. Mead piensa
la conducta animal. En las páginas que van a continuación Mead cs¡rcíficamente en el gesto en términos sociales, y en él encu€ntra
sigue la huella de los procesqs gracias a los cuales las consideraciones los rastros del desartollo de una verdadera comunicación de len'
biológicas obligaron a la psicología a pasar por las etapas del aso- guaje. En un sentido, pues, puede decirse que Mead siguió una senda
ciacionismo, el paralelismo, el funcionalismo y et conáuctismo. si parcialmente iniciada por Wundt, y por cierto que éste, mediante
bien la posición de Mead es conductista, se trata de un conducrismo cl empleo de categorias sociales, le ayudó a corregir las deficiencias
social, no individualista y subcutáneo; no encontró, en ninguna de una psicología individualista a.
de las etapas o escuelas de psicología, una respuesta acerca de cómo No obstante, Mead no fué un simple discípulo de Royce o Tar-
el espíritu ---espíritu desarrollado, reflexivo, creador, responsable, de o Baldwin o Giddings o Cooley o Wundt. Como lo aclaran
consciente de sí- apategió dentro de la historia naturat de la con- tas páginas que siguen, aplicaba a todos ellos una critica básica:
ducta. otro factor tenía que ser tenido cn cuenta: la sociedad. No ninguno quería llegar al límite en lo referente a explicar cómo
obstante, fué afortunado que Mead se encontrase en la trniversidad eurgieron los espíritus y las personas dentro de la conducta. Esta
de chicago cuando el ambiente psicológico intensamente cargado crítica se divide en dos partes: l) todos ellos, en algún sentido,
se precipitó en formas funcionales y conductistas 8. presupusieron espíritus o personas antecedentemente existentes para
Es menos fácil explicar el ingreso de otro factor, el social, en poner en marcha el proceso social; 2) incluso en relación con las
el pensamiento de Mead, puesto que ni él mismo ha buscado los fases del espíritu o de la persona que intentaban explicar socialmen-
rastros de ese desarrollo. Además, Mead tuvo también suerte en te, no lograban aislar el mecanismo de las mismas' El sombrero
encontrarse en ambientes en los que la sociología y la psicología mágico de lo social, del que habían de extraerse el espítitu y la
social comenzaban a tomar la forma de ciencias. Las filosofías idea- p€rsona, estaba en, parte cargado de antemano; y en cuanto al resto,
listas tales como la de Hegel y la de Royce subrayaban ra naturaleza ee hacía simplemente un piadoso anuncio de que la triquiñuela podía

social de la persona y la moralidad llevars¿ a cabo, aunque la exhibición nünca tenía lugar. El esfuer-
Mead había estudiado con
Royce-. Fhcia el 1900 Tarde y Baldwin -y zo de Mead reside en haber demostrado que el espíritu y la persona
habían hecho conrribu-
ciones para una psicología social. Giddings había redactado su obra con emergcntes sociales, y que el lenguaje, en la forma de g€sto
principal, y cooley comenzado su ca¡rera sociológica en la trniver- vocal, proporciona el mecanismo para su emergencia.
t Se ¡econoce a Wundt el mérito dc su voluntarismo, y * dice que ha "intro-
.-.8- El ambientc de e¡o¡díac, y ta-convicció¡ de quc ta pricologh funcioael dg- ducido el gesto vocal" (1930). Por otra patte,-"Wundt no ha analizado el gesto,
¡1!!i-cab1 una f itosof ía conpreta, iuadca captarcc
'The Relation¡ of Struciural-aird_Functi.nd ¡r ii ¿"jiirl- ñ.-friár
pivclotüi-t"-Étti.ióii,Í, cn cuanto-tal, corno parie de áctos. Lo ha tratado como un anatOmi¡ta y no como
"iii.-"i" Th,- un psicólogo". "Wrindt hace de las funcioncs ¡aiales de las exprcciones de l.as emo-
Decenniat págr. 55-73, univlrdi¿.¿ ,íJ ctt.iij,-i-íoi. 'tp;;;
III.
-p.ubticatione, crones una cuesíon postefior: al principio lac considera me¡amente patalelos de
141 e¡norición c¡ c¡gtclt¡no áe1ar_cocepcio¡e¡ dc c¡t" c¡co.l", o?ir.i ----'
H¡áui.¿.., procesos pcicotógicos'; ( l9l2) . Ei paralilismo de Wundt es rechaz¡do y explicado
Psicclosíat det sislo XX, Bueno¡ Air.¡, T¡i¿ói,7gll.-ñ.-1. ¡.T-'
metodológicamente .
28 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 29

- Es mi crencia que Mead ha tenido éxito en e¡a{¡ tareas, eqlx-


cialmente en Ia aislación del mecanismo der renguaje por medio áel
Y así, el problema de cómo surg€n el espíritu y la persona hu-
m¡no{¡ en el proceso de la conducta es resuelto por Mead en términos
cual se constituye eocialmente el espíritu y gracias ai cual aparece blo¡ociales. No descuida, como el psicólogo tradicional, el proceso
la persona que tiene conciencia de sí mísma como objeto. cabria du- r¡ri¡t en que se lleva a cabo el desarrollo humano; no descuida, como
dar si, al identificar el espíritu con el manejo de los símbolos, debe rl científico social tradicional, el plano biológico del proceso social
sostenerse que tales símbolos son todos símbolos de lenguaje de r:cEyendo en una concepción mentalística y subjetiva de la socie-
origen social-vocal. si no fuera así, puede haber, en los hombree y drd que supone espíritus anteriores a ella7. Ambos extremos son
en los animales, aslrctos del espíritu gue no entran en la esfera de ;vit¡dos recurriendo a un proceso social en marcha de organismos
la terminología de Mead. En términos actuales, la duda se refie¡e biológicos interactuantes, proceso dentro del cual, gracias a una inter-
a la prioridad genética de los signos-situaciones (símboros ajenos n¡lización de la conversación de gestos (en la forma de gestos
al lenguaje) y símbolos-siruaciones (eímbolos del lenguaje). El vocales), surgen el espíritu y las personas. Y se evita un tercer
problema gira principalmente en torno a la denotación de las cxtr¿mo del individualismo biológico por medio del reconocimiento
palabras "6pítitu" y "símbolo", puesto que m algunas pates Mead dc l¡ naturaleza social del proceso biológico subyacente, del cual
admite los hechos de la reintegración que subraya Hollingworth, rurgen los espíritus.
y los hechoc de la reacción demorada gue acentúa lü¡nter, Ixtro, a El acto individual es visto dentro del acto social; la psicología
diferencia de estos homb¡es, siente que tales procesog no son clasi- y ta sociología quedan unidas sobre una base social; la psicología
ficablec como "símbolo cignificante" o ',espíritu,'. Mead admite ¡ocial se funda en un conductismo social. Ivlead trató de resolver,
que el organismo individual debe tener ciertos prcrrequisitos fisio-
an esos términos, un gran problema planteado por las concepciones
lógicos para desarrollar símboloc de lenguaje; loc que quieren uti-
cvolucionistas: el problema de cómo franquear ta brecha existente
lizar el espíritu y el símbolo en un sentido mEs amplio podrían cntrc el impulso y la racionalidad, de mostrar cómo ciertos orge'
agtegar que el individuo no lograría desarroller símbolor dc len-
nismos biológicos adquieren la capacidad de tener conciencia de sí
guaje cin estar en condiciones dc rcaccionar ante eignoc no lingiifu-
mismos, de pensamiento, de razonamiento abst¡acto, de conducta
ticos y no sociales, en los que un acontocimiento lleva, en aigún con fines fijados, de devoción moral; en pocas palabras, el problema
centro orgánico, a ta expectativa y reintegración de algún otro acon-
de cómo surgió el hombre, el animal racional.
tecimiento ú. sea de ello lo que fuere, con Ia aceptación del uso que
Mead hace de los térm,inos "€q>íritu', y ..p"r*n"',, me parece quc
ha demostrado que espíritu y persona ce engendran, complebmentc, ITI
en un proceso cocial, y que es él quien por primera vez aisló el
mecanismo de dicha génesis. Apenas es necesario decir que una con- Aunque no utilizado por Mead, el término "conductismo so-
secución mucho menor habría bastado para servir de hito en la
cial" puede servir para caracterízú la relación existente entre la
ciencia y la filosofía. La obra de Mead señala una primera etapa posición de Mead y la de John B. Watson. Mead consideraba los
en el nacimiento de la psicología social como ciencia, puesto que puntos de vista de Watson excesivamente simplificados, ya que ha-
sus ideas básicas se remontan a los primeros años de este siglo 0.
úían abstraído el segmento del acto del individuo, separándolo del
acto completo, o social. Aunque Watson habla mucho acerca del
ni-E:ieH1l;;#:'?"ligl[":gí'.Y¿"i;,1TT:[#rf#;!,ffixn lenguaje, la esencia del lenguaje, tal como se encuentra en cierto
1924. UndJtosición esenciatmente afín a le de Mead-;¡;;r;;id;;o"i-i.t,. f.
Markev et The ssmbotíc procese and itt Intcgruilin-i"-élid;;.- úi"iii¡r^o tipo de juego social recíproco, le ha escapado por completo, para
g¡e.l¡ narecjl la crp_licación er¡, ¡in embergó, exce¡ivamente ;-plirti,- ü ¿¡"_
q.u.e ocultarse debajo de la piel. Y aun allí se oculta en los rnovimientos
trnctón €stablecida por Mead entre
-¡lmbotos rignificativos y no siinificrtivor ao
e¡ la m-isma quc ta anterior..ent.c dgro y rímüoro, puesto'que ¡ü áoi-pr¡rncror I Le cútica ¡ Watson queda acla¡ada en este volumen. Las breves indic¡cione¡
¡o-n ambo¡ ¡oci¡le¡. La sección 23 contie¡e un ¡tisbo-de tadisiin;iór qurGi"¡ra.
y
Mead de ta ¡aturaleze de la difcrcncia. .n.u^rrto a ta divergencia di las opiniones de Mead con,respecto_a Coolcy_pueden
6_ una copie-taquigráfica. de lo¡ cu¡eos rei ampliadas leyendo su attículo- "Ccoley'c_ Contribution to American Sociolo-
de l9l2 ¡obrc pricologí¡ eoci¡l dc-
muest¡a que sus ideas ptincipales se ¿ncontrab¡n ya en ¡o fotm-" miá;;;. ---- sical thoughr", American Journal of Sociologg, XXXV (1930), págt, 693
y ciguientes.
30 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 31

de las cuerdas vocales, o en las ¡eacciones que sustituyen a reaccio- ductismo metodológicamente simplificado a los fines de la investi-
nes vocales, y finalmente se pierde por completo en las reacciones grción inicial de laboratorio. El empleo que Mead (y Dewey) hacen
implícitas. En contrasie, pata Mead el lenguaje es un fenómeno ¡tcl término "conductismo", pate sugerir la aproximación a la ex-
objetivo de interacción dentro de un grupo sociar, una complicación periencia y no reflexiva- en términos de conducta, se-
de la situación del gesto, y aun subjetivizado para consiituir el -¡sftsyiy¿
hala simplemente, con un nombre adecuado, 1a dirección implícita
fuero interno del espíritu del individuo, sigue siendo ss6i¿l tn la aproximación evolutiva del pragmatismo, dirección establecida
-r¡¡¡
forma de despertar en el individuo, por sus propios g€stos, las acti- mucho antes de que Watson apareciese en el escenario y continuada
tudes y ¡npeles de otros ínvolucrados en una actividad social después de que lo abandonó profesionalmente.
común. [Jna tercera diferencia surge del hecho de que Mead, en aíno-
Una segunda diferencia reside en el tratamiento de lo privado. nía con el trabajo de Dewey, de 1896, sobre "El Concepto del Arco
Como Kbhler ha hecho observar en su Gesralt Psgcholog1*, le Ref lejo en Psicología", subraya la correlatividad de estímulo y r€ac-
posrción de Watson consiste esencialmente en la preferencia por ción. Los aspectos del mundo se conviert€n en partes del ambiente
una epistemología; tal preferencia afirma, virtualmente, que lo pri- psicológico, se hacen estímulos, sólo en el grado en gue efectúan
vado no puede caer dentro del dominio de la ciencia, aun cuando iu port.rio. liberación de un imp'lso en marcha
8. De tal modo' la
se supíese que existe; de ahí que debamos escribir con el animal r.nribilid"d y actividad del organismo determinan su ambiente efec-
humano frente a nosotros. Describir lo que de tal modo resulta obser- tivo, tan genuinarnente como el ambiente físico afecta la sensibilidad
vable, es correcto, pero, como animales humanos, en realidad obser- ¿e la forÁa. El punto de vista resultante hace más justicia a los
vamos aspectos de nosotros mismos en nuestras actitudes, nuestras ¡spectos dinámicos y agresivos de la conducta que el watsonismo,
imágenes, nuestros pensamientos, nuestras emociones, aspectos qu€ no que da la impresión de considerar el organismo como una mario-
observamos tan completam€nte en otros; y ese hecho es comuni- neta cuyos hilos son manejados por el medio físico. Así, en el caso
cable.
del pensamiento reflexivo, gue Watson trata en el mismo plano
El watsonismo dió la impresión de desechar los contenidos qu. condicionamiento de la rata, Mead está en condiciones de
mismos que una psicología rnadu¡a debe explicar. Mead tenía aguda "l
proporcionar un penetrante análisis de tal reflexión en términos del
conciencia de esta situación, pro, €laramente, creía qu€ su propia iutocondicionamiento del organismo a futuros estímulos, en virtud
versión del conductísmo era adecuada para la tarea. No iniluiría de que puede indicarse a sí mismo, por medio de símbolos, las
simplemente los aspectos sociales descuidados del acto, sino tam- cons.cuencias de ciertos tipos de reacciones a tales estímulos. Esta
bién los aspectos internos del acto, abiertos principal, pero no ex- descripción logra explicar Ia conducta de Watson al condicionar
clusivamente, a la observación del indíviduo espíritu la rati, y no solamente la conducta resultante de la rata condicio-
".to"nt..-El
no se reduciria a la conducta no mental, sino que sería visto como nada,
un tipo de comportamiento genéticamente emergente de tipos no Finalmente, una diferencia básica se refleja m la circunstancia
mentales. En consecuencia, el conductismo significaba para Mead
de que el w¿tsonismo ha parecido a muchos, no sólo que negaba la
no la negación de lo privado ni el descuido de la conciencia, sino experiencia privada, sino que vaciaba a la "experiencia" misma de
la aproximación a toda la experiencia en términos de conducta. todo significado no poseído por la "reacción". Algunos de los con'
Algunos pensarán qu€ este empleo más amplio del término es des- ductistas extremistas han identificado francamente "Yo veo N" con
aconsejable, que el término es de watson. Empero, la utilización "mis músculos oculares se han contraído"; y con la misma franqueza
actual incluye todo lo que puede ser observado y cuantificado por han admitido que esta identificación conduce a una forma conduc-
el conductista radical, y, donde se presente alguna confusión, el tista de solipsismo. Ta[ situación representa, simplemente, la apaú'
conductismo, en ese sentido, podrá distinguirse del watsonismo.
ción en la psicología y la lógica, del escándalo que desde hace m,ucho
Quizás el juício del tiempo considerará al watsonismo como un con-
I Para un desartollo de esta posición, que tanto debe a Mead, vé¡se Tha No-
_ * Hay traducció:r caetellan¡ de ,"te libro: peicologla de la fomm, Bs. Ai¡c¡, ture of Inielligence de L. L. Thursto¡e. El conducticmo de Mead asimila gran
Argonauta, 1948, IT.]. part€ de psicoánálisis, psicología de la Gestalt y psicología existencial'
32 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
hostiga al pensamiento científico: por un lado, la ciencia se
'3
-tiempo ron funciones de impulsos que buscan expresión. Esta opinión no
ha enorgullecido de ser empírica, de someter sus más sutiles
teorías hrce que la experiencia sea mental ni individual. Porque la e:rpe-
a laprueba de la observación; porel otro lado, he tendido
riencia tiene una dimensión social; porque la persona o el organismo
la metafísica, que considera subjetivos y mentales los datos " "..pr",
de la rc da en un campo, con otros eso Mead tiene derecho, empí-
observación y que niega que los áb¡uto, estudiados tengen
las carac- ricamente, a camenzar con el -por
acto social y a fundar su psicología
terísticas que parecen tener cuando se ros estudia. E1 pragmático
rocial en el conductismo social. La concepción del conductismo así
del tipo de Mead no puede aceptar el intento del realismo .rii.o resultante, más rica y más adecuada, hace que la exposición de Mead
d.
hacerle digerir esta situación. Dicho pragmático
sosriene que el mun- rcsulte de importancia central para el desarrollo de la psicología, al
do, tal como es concebido por la A.nii", se encuentra dentro ticmpo que presenta por primera vez rtn conductismo que puede
del
mundo más amplio y más rico de lo que es experimentado; en pretender ser apropiado para loc problemas de la filosofía 10.
lugar de ser el mundo "real" en tórminos der cuar sc puede despre-
ciar al mundo tal como es experimentado, el mundo dl la ciencia
es
algo cuyo origen debe ser buscado en términos experienciales. TV
Así,
Mead sostenía que la cosa física, aunque principal para la ciencia, es
experiencialmente un derivado de los objetos sociales, es decir, La transformación del individuo biológico en organismo o per-
se
€ncuentra en el orden de la experiencia socialmente derivada.
según sona con espíritu, se lleva a cabo, en la exposición de Mead' por
el punto de vista de Mead, er mundo de ra ciencia se com¡rone de nrcdío de la intervención del lenguaje, en tanto que el lenguaje, a su
lo
que es común y cierto para varios observadores: el mundó
de la ex- vez, presupone la existencia de cierta especie de sociedad y ciertas
periencia común o social, tal como es simbólicamente
formulado. La capacidades fisiológicas en loc organismos individuales.
sugestión de Mead para Ia solución del enigma consiste en una La sociedad mínima debe estar comPuesta de individuos bioló-
insis-
tencia acerca de que el dato básico para la observación es un gicos que participan en un acto social y que emplean los unos las
mundo
€n que otras p€rsonas y objetos tienen la misma accesibilidad primeras etapas de las acciones de los otros como gestos, es decir,
directa
(aunque pueda variar lo completo de la accesibilidad)
que er obser- como guías para la completación del acto. En la "conversación de
vador tiene de sí. Er mundo ex¡xrimentado es conce6idl por gestos" de la riña de perros, cada perro determina su conducta en
Mead
como un reino de acontecimientos naturales, emergentes giacias términos de lo que el otro can comienza a hacet; y lo mismo rige
a la
sensibilidad de los organismos, acontecimiento, qo" ,oi t"o po.o para el pugilista, el esgrimista y el pollo que corre hacia la gallina
propiedad del organismo, como de las cosas observadas. al primer cloqueo de ésta. Semejante acción es un tipo de comuni-
Filosófica-
mente' se trata aquí de una posición de rerativismo objetivo: Ias cación; en un sentido, los gestos son símbolos, Puesto que indican,
cualidades del objeto pueden ser todavía relativas a un Lrganismo significan y provocan acciones adecuadas a las etapas ulteriores del
condicionante. cierta parte del mundo, tal como es experirn-entado, acto del cual son los primeros fragmentos, y, secundariamente, ade-
es privada; pero una porción es social o común, y la cieniia
la forrru- cuadas a los objetos involucrados en tales actos 1r. En el mismo
la. Experiencia privada y experiencia común son conceptos ¡rclares;
lo privado sólo puede ser definido €n comparación cón lJ que es 10 Es posible que Mead no utilice al máximo su conducticmo cu¡ndo no ¡e
muesrra -ei a.fin¡¿ben cuanto al locus de to privado. Para_una_ polible am-Plia-
común. .l¿n, o¿rr. tos Apartadoc 62 y 6j de mi .S¡¡ Theories of Mind, En oc¡¡iore¡
No es posible estudiar aquí las inferencias que este concepto de la fri*J *. conforma- demasiado con considerar al conductismo, metodológicamente,
nada más oue como una técnic¡ de "controt". Véase la Sección 6 de este volumen.
experiencia social ofrece pan, la episremologíi y la filosoiía li Cón frccuencia, Mead parece descuidar la teferencia a un objeto no social,
de la
cíencia 0. se lo menciona pe:a mostrar que el conductismo de Mead como en ta Sección I l. Pa¡ecería que la rcferencia es siempre a una etapa posteriof
del acto. En apariencia, la posición es que originariamente es así, y sólo secunda-
no reduce el mundo experimentado a movimientos de nervios y riamente se haie referencia a las cosar hasta el punto en que se ven complicadas
músculos, aun cuando insista en que los caracteres de este mundo en el proceso social y adquieren significación por mediación de éste. En la sec-
ción 7'babl¡ de la referencia en relación "con uno u otro objeto dentro det campo
del comoortamiento gocial". Esta interpretación guarda a¡moní¡ con su opinión
.logía Es..claro.que rsta concepción
.0tradicionarmente de oue lbs obietos físicos están aisladoc, dentto de un proceso social, de los obietos
ltaca t¡s base¡ individualistar
phit;so;i,;;i'i¡, dc t¡ api¡temo_
concebida. yéao- The iitj'p.li". l sociiles. Hacá comprensibles los varios pasajes confusos en que la significación es
34 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 35

sentido puede decirse qu€ los gestos tienen significados, a saber, gado a la etapa de genuino lenguaje, en lugar de comunicación in-
significan las etapas ¡rosteriores del acto que se efectúa y, secunda- consciente; se puede ahora decir que usa símbolos, y no meramente
riamente, los objetos involucrados: el puño cerrado significa el quc reaccione ante signos: ha adquirido un espíritu.
golp€, Ia mano extendida significa el objeto que se rrata de tomar. Al buscar gestos capaces de convertirse en símbolos significantes,
Tales significados no son subjetivos, ni privados, ni mentales, sino y, de tal modo, caPaces de transformar al individuo biológico €n un
que están objetivamente presentes en la situación social.
organismo con espíritu, Mead descubte el gesto vocal. Ningún otro
Ello no obstante, este ti¡ro de comunicación no es lenguaje pro- gesto afecta al individuo mismo tan similarmente como afecta a
piamente dicho; los significados no esrán todavía "en el espíriiu,'; ¡rtros. Nos oímos hablar como nos oyen otros' p€ro no vemos nues-
los individuos biológicos no son aún personas conscientemente co- tras expresiones faciales, ni, normalmente, vigilamos nuestras accio-
municantes. Para que estos resultados se den, los símbolos o gestos
nes. Para Mead, el gesto vocal es la verdadera fuente del lenguaje
tienen que convertirse en símbolos o gesros significantes. Er indi- propiamente dicho y de todas las formas derivativas del simbolismo,
viduo tiene que saber qué está haciendo; él mismo, y no simplemente y, así, del espíritu.
los que reaccionan a é1, debe ser capdz de interpretar la significación
El espíritü es la presencia de símbolos significantes en la conducta.
de su propio gesto. En sentido conductista, esto sería como decir
Ec la sutjetivización, dentro del individuo, del proceso social de
que el individuo biológico debe poder desperrar en sí la reacción
comunicación en que surge el significado. Es la capacidad para indi'
que su gesto provoca en el otro, y luego utilizar dicha reacción del
cerse a uno mismo la reacción (y objetos involucrados) que el gesto
ot¡o para el control de su propia conducta ¡rosterior. Tales gestos
de uno indica a otros, y la capacidad de fiscalizer la reacción en
son eímbolos significantes. Gracias a su empleo, el individuo "adop-
csos términos. El gesto significante, él mismo parte de un proceso
ta el papel del otro" pan la regulación de su propia conducta. ¡ocial, internaliza y pone e disposición de los individuos biológicos
El hombre es esencialmenre el animal adoptador de papeles. La pro-
tos significados que han surgido en las primeras etapas' no sig'
vocación de la misma reacción en la persona y en el otro proporciona
nificantes, de la comunicación de gestos. En lugar de comen-
el contenido común necesario para la comunidad del significado.
zar con los espíritus individuales y llegar hasta la sociedad, Mead
Como ejemplo de símbolo significante, Mead emplea la ten- empieza con un proceso social objetivo y trabaja hacia adentro, me-
dencia a gritar: "¡Fuego!" cuando se ve humo en un teatro ates-
diante la internalización del proceso de comunicación social en el indi'
tado. La emisión inmediata del sonido sería simplemente parte del
acto iniciado, y, en el mejor de los casos, un símbolo no signifi- viduo, por vías del gesto vocal. El individuo, entonces, se ha incor-
cante. Pero cuando la tendencia a gritar "¡Fuego!" afecta al indi- porado el acto social. El espíritu sigue siendo social; incluso en el
viduo como afecta a los otros, y es controlada en términos de tales fuero interno así d¿carrollado, el pensamiento continúa gracias
efectos, entonce$ el gesto vocal se ha convertido en un símbolo e que uno asume los papeles de otros y regula su comportamiento
cn iérrninos de tal asunción de papeles. Puesto que la aislación
de
significante; el individuo tiene conciencia 12 de lo que hace; ha lle-
la cosa física depen de para Mead de la capacidad para adoptar €l
identificada en oc¡giones con la ¡eacción del regundo individuo al gesto del prime-
ro, en_ otrec ctaqat posteriore¡ del ¡cto det cuel el gesto forma parte. y en otras, papel del otro, y puesto que el pensamiento en cuanto a tales objetos
p.or.{itr, cor¡.objctoc ¡eferido¡. Una afirmación de 1924, c¡ el-ecn¡idó de gue la ,opon. adoptar sus papeles, incluso la reflexión del hombre de
e_ignificeción "es la prcsencia dc la ¡eacción del otro ¿n el anim¡l que da el ¡ímÉolo';,
debe ¡er calificada reconociendo.que,-tg la erposición de Mead. cl "otro,, pucdó ciencia acerca de la naturaleza física es un proceso social, aunque
r3'
llega.r.a !er, con e! tigmpo,- el objcto físico. "El mecanismo de pooer conteniio en los objetos en que se piensa no sean ya sociales
cl objeto ec el del simbolismo; l¿s cosas que represetrtan una it"pa posterior del
acto operan en la.qrimcra etapa; el acto definitivo de clavar un clávo-es para nos-
ottos la significación del martillo. Lar significaciones dc las cosas son risultantes tres distitrciones eon aplicables al término "espíritu". Espíritu, en cuanto preeencia
que- "controlan" el acto actual, finea del acto pressntes en el ptoceso en marcha" ¡;'r#;i;;;ignifi.adtes, no es iiéntico a eiperiencia en general ni a erperiencia
(t927'). privada.
. -r2..Fete empleo de la conciencia debe se¡ distinguido de lo que denota el campo 18 Las cosas físicas son objetos involucrados en el acto sociat' objetos cuyos
de la ("expcriencia") dad-a, y del tercer uEo,
que io hace sinónimo de privedo in prp.l.t lJ.-ot-"áopi"t p.to g,¡. "-"- pueden, a 8u v€7: adoptar n'e¡,ttos-papeles'
-cuanto di¡tinto de la expedencia social. En et u¡o actual, "Somos conscientes cuando Vár. ¡i"rt"¿o 23;'tamblén, Íh, Ph-ilotoOla o! the Present, Ensayo Suplemen-
Io que vamor ¡ hacer co¡t¡ola lo que cctamor haciendo,' (1924). Lar mismas t"iió lt,'p"rt. Il: The Philosophg of the Act' Parte II.
36 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD J7
No todos los animales que s€ comunican en el plano de la con- lrrr¡ oer un objeto sí mismo. El mecanismo mediante el cual
pa.ra
versación de g€stos llegan al nivel del símbolo significante. En ver- rrt() es posible desde un punto de vista conductista, es descubierto
dad, Mead cree, claramente, que ningún animal, salvo el hombre, rn lr adopción de papeles involucrada en el símbolo del lenguaje.
ha efectuado la transición de impulso a racionalidad, aunque, lin al grado en que uno puede adoptar el papel de otro, puede, por
por lo general, agrege a esra afirmación la limitación de que no rrl decirlo, mirarse a sí mismo (reaccionar ante sí) desde esa pers-
se dispone de pruebas que sugieran lo contrario. Aparentemente, propio. Y así,
¡re liva, y de tal modo convertirse en un objeto para sí
adopta la posición de que sólo el organismo humano iiene la cons- un¡ v€z más, sólo en el proceso social pueden surgir las p€rsonas, en
trucción neurológica necesaria para el símboro significante. Las afir- €n calidad
fu¡nto que distintas de organismos biológicos
maciones neurológicas de Mead son hechas, con frecuencia, en -personas
rle ¡eres que se han hecho conscientes de sí.
términos congeniales con las formas más antiguas y estáticas de con-
I-o social no es tampoco simplemente el proceso de adquirir con-
ductismo en términos de cantidad de células nerviosas, de posibles
eiencia de la propia persona; la persona de la que uno cobra concien'
combinaciones de células, de ruptura y reasociación de elementos de
cia de ese modo, es social en forma, aunque no siempre en contenido.
antiguas asociaciones antes que en términos de las concepciones análo-
Meed acentúrdos etapas en el desarrollo de la persona: las etapas del
gas r&á$ dinámicas que se puede enconrrar en Child, Lashley, Kóhler y un
Pavlov, sin embargo, sus puntos básicos son independientes de estos iuego y el deporte. En el juego, el niño adopta, simplemente,
papel tras otro de p,ersonas y animales que de un modo u otro han
cambios de las categorías biológicas. Al analizar las condiciones neu- lni.ado en su vida. Ahí se ve, escrito claramente, por decirlo así, la
rológicas del símbolo significante, subraya, por una parte, la im-
rdopción de actitudes de otros mediante la autoestimulación del
portancia de la corteza cerebral, y, por Ia otra, lo que él llama la
¡¡esto vocal, en tanto que en la vida posterior tales actitudes
aPare-
dimensión tem¡roral del sistema nervioso humano capacidad cen más abreviadas y son más difíciles de descubrir. En el deporte'
-la
para que un acto que se desarrolla lentamente sea controlado en su cmpero, uno se ha convertido, digámoslo así, en todos los otros
desarrollo por los actos que él mismo inicia. Entiendo que todo con- que tener dentro de su
involucrados en la actividad común
trol "por el futuro" descansa sobre la posibilidad de semejante con-
frersona toda la actividad organizada,-¡is¡s
a fin de representar exitosa-
ducta. Presumiblemente, son la corteza cerebral humana (cuyo lugar no ha adoptado simple-
mente su propio papel. Aquí la persona
en los más altos reflejos ha sido puesto en claro abundantemente
trror mente el papel de un otro espccífico, sino el de cualquier otro que
los reflexólogos) y la dimensión temporar del sistema nervioso (que la actitud de adop-
parricipe en la actividad común; ha generalizado
permite la fiscalización del gesto en términos de las consecuencias de y uno de
ción de papeles. Según uno de los más felices términos
efectuarlo) Ias que permiten sólo al animal humano pasar del plano la actitud o el
los más fértiles .orri.pto, de Mead, ha adoptado
de la conversación de gestos al del símbolo del lenguaje significante, ra,
papel del "otro generalizado"
y la ausencia de ellas es lo que impide a los pájaros parlanres hablar
Ahora bien, todas las actitudes de otros, organizadas e inco4to-
realmente. Estas dos características, unidas al lugar que ocupa la específicas o generalizadas que pue-
radas a la persona de uno
mano humana en la aislación del objeto físico, son, supuestam€nte, -por
dan ser-, constituyen el "mí". si esto fuese todo lo que hay en la
las bases orgánicas que determinan las diferenciaciones biológicas
persona, la explicación sería extrema y unilateral, no dejaría lugar
entre el hombre y los animales. -pata
la actividad creativa y reconstructiva; la p€rsona no reflejaría
la estructura social, sino que no sería otra cosa que reflejo' La
V
l't En el énfasis que pone en tos conceptos de adopción 9J p.aneles y. del otro
La misma mediación del lenguaje es la que, en esta teoría, hace generalizado, podria muy ii." que Meid hubiese iido ittfloído por la-.escuela
posible la aparición de la persona. En verdad, la persona, el espíritu, irJ.i*i.ririi i"gf..". También".r.n ért. .l problema eta descubtir los medios por
ios crrales el indlviduo adofta ta posición del grupo, juzga sus -propios impulsos'
"la conciencia de" y el símbolo significante son, en cierto sentido, sanciona sus ptopios intetcses en términos de bienestar social y hasta llega t con'
ve rtir la dichi de otros .tt obj.to de sus propios deseos. Hume buscó el mecanismo
precipitados juntos. Mead encuentra que la característica distintiva ritnprti., Adam Smith"lo etaboró'enla idea de los sentimientos morales' en
de la personalidad reside en la capacidad del organismo con espíritu "n-i"
;;;;; ;|i Miti i-nii. buscaban el mecanismo en la doctrina de la asociación de
ideas,
38 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 39

trrsona completa, emlxro, es concebida por Mead como, al mismo rlrl el individuo adquiere el meca-
proceso social de comunicación,
tiempo, un "yo" y un "mí". El "yo" es el principio de la acciín nirmo del pensamiento reflexivo (la capacidad para dirigir su
acción
y el impulso; y, con su acción, cambia la estructura social. Como rn términos de consecuencias previstas para vías de acción alternati-
para sí
dice Mead de las opiniones de Dewey: "El individuo no es un v¡r) ; adquiere la capacidad de hacer de sí mismo un objeto
esclavo de la sociedad. Constituye la sociedad tan legítimamente y de vivir en un mundo moral y científico común: se torna en un
como la sociedad constituye al individuo". Por cierto que cada individuo moral, con fines impulsivos transformados en la procura
acción del individuo, ya sea en los planos de comunicación no lin- ronsciente de fines en vista.
güística o lingüístíca, cambia la estructura socíal en cierto grado, leve- Debidoalsurgimientodesemejanteindividuo,lasociedades
mente en general, en gran medida en el caso del genio y el dirigente. lr¡nsformada a su vez. Recibe, por mediación de la persona social
No sólo la persona, en cuanto ser social, es desarrollada sobre rcflexiva, Ia organización distintiva de la sociedad humana; en lu-
la base del organismo biológico, sino que la sociedad misma, como ¡¡r de repres€ntar su papel social por medio de la diferenciación
medio de la simple
iricológica (como .r, .i ."ro del insecto), o
conjunto orgánico de un orden complejo, no puede ser puesta en por
oposición con sus componentes distinguibles y reconocibles: indi- influencia de loi gestos sobre otros, el individuo humano regula
viduos biológicos en los planos sociales más simples, personas en el ru participación en el acto social teniendo dentro de sí los papeles
,lc otro, involucrados en la actividad social' Al lograr un
plano superior. Este punto es digno de ser establecido, puesto que nuevo
algunos lecto¡es han adquirido la impresión de que el pragmatismo principio de organización social, la sociedad ha conquistado una
a sí
ha perdido al individuo en la sociedad. Puede que ciertas frases de iu.ur' técnica de control, puesto que ahora se ha implantadohasta
Mead sugieran tat cosa en ocasiones, pero el reconocimiento del misma dentro de sus partes componentes' y así regula'
individuo biológico (el "yo" en contraposición al "mí"), y el rJonde ello es hecho exitosam€nte, la conducta del
individuo en tér-
tiene- sobre
hecho de que si bien las p€rsonas presuponen un proceso social pre- minos del efecto que la acción que se propone realizet
una
vio, hacen posible, a su vez, la organización de una sociedad dis- otros. Y, finalmente, en el proceso, la sociedad ha proporcionado
no puede de-
tintivamente humana, deberían acallar todas las dudas. Cualquier tdcnica para su propia tr.rrrfor-t.ión' Racionalmente'
otra interpretación es incompatible con el acento que el instrumenta- ¡car otra cosa que enttegú a cada uno de sus miembros' por interme-
Iismo y la teoría étíca de Mead ponen sobre el pensamiento como dio del
,,mi," el marco social dentro del cual se efectuará la conducta
actividad reconstructora, y sobre el pensador individual como por tal
v hacer a cadauno responsable de los valores sociales afectados
emplear la frase de Drwey- "centro reconstructor de la-para
socie- ¡cción. Bajo la p"tt" a. estancamiento, la sociedad no puede sino
dad" ró.
mostrarse air"d..id" por los cambios que el acto moral d€l "yo"
Por medio de un proceso social, pues, el individuo biológico con creador introduce en el escenario social'
adecuada materia orgánica obtiene un espíritu y una persona. Por
medio de la sociedad el animal impulsivo se convierre en un animal
racional, un hombre 10. En virtud de la internalización o importación
VI
Este no es lugar adecuado para ocupatse de la multiplicidad
de
-.10 V.-parcce que los arriculos de T. V. Smith, rimpáticos pero críticoc.
ideas que Mead entreteje en su esquema general; ni
9!vid3n el -lu-gar que cl individuo biológico ocupa en ta te&ía de la personr dc de las consecuen'
Mead. Dcbido a tale¡ art-ículos, ¡o me prreció necesario trat¡r ciertos aipectos del y.la lingüística; ni de la for'
p€nsamiento de Mead: "Tbe Social Pbitóeophy of George Herben Mead',,'Ametican cirs pata la educación, ia psicopatálogía
-;,Geo.ge
Journol of -Sqiotogg, XXXVII (l93li,'págt. 3ég4g5;
I{ead-a¡d_the_.Pbilosophy
Herbe¡t
of Philantropy", Soc¡¿l Seruice Reoíew, VÍ (1932),
;;;" que su filosofía ensambla en su psicología social' Pero'.como
ilustración de la fertilidad de sus ideas básicas, no puedo dejar
de
págt, 37-5-4l"The Reiigiouc Beariugr of a Sccular Mind: George Herberr'Mcad;,.
J.oumal 9f- Religion' xII (1932),-páss. 200-zlt. véase timbién el a¡tlculo y el
'_'Qeo_r_ge He_rbert Mead" en b Encgclópaldia
mencionar dos puntos relacionados: la teoría de los universales
of the,social ,Scí¿ncec, X, págs. 241- La cuestión no es aquí estrechamente
42; Yan Meter Ame¡, "Q.-ofg. H. Mead, An Appreciation,,,Ilníoeitiig"if Cni- concepto del otro geneteTizado.
cago,Maoazine, XXIII (1930-3 l) , pág. 37O.
10 El problema erpiritu-cuerpo.ó éuerpo-espíritu es naturalmente explicado se haya organizedo
olenos suoe¡iores, así subsistc el individuo biológic-o, aun cualdo
en_fétmino¡ del contraste entre el individuo 6iologico y la percona. A¡í coino tos fi"ffi ##;-L;;;.;i;;;"-r'..-rli.r.t. básicasm"ucho de lo retacionado con el fracaso
primeroo niveles del proceso ¡ocial sub¡isten desp*ués á. qü. r. t"n fase' de la pe¡son¡lidad'
"tteni¿o
lo¡ ;;;"i"ü;;;?.;;i;;;ü.s",
4A GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 4I
filosofica, sino que se refiere a la posibilidad de hacer jusricia, desde qur ec el gesto puede ser conside¡ado como el universal bajo el cual
un punto de vista pragmático, empírico y relativista, a los factores ct?n o en el cual participan como particulares los objetos estímulos;
de estructura, estabilidad y universalidad. Las ciencias matemáticas tn t¡nto que la universalidad de los objetos es el carácter que poseeo
y físicas han dado prominencia a dichos factores, en tanto que las ln común de servir de estímulos para el acto. Al hacer que la uni-
ciencias biológicas y sociales posdarwiníanas han concedido eminen- vg¡¡lidad sea relativa al acto, se la pone dentro de la esfera de
cia a las categorías de cambio y progreso. Sería una señal de imper- un¡ ciencia y filosofía empíricas. Lo único que se niega en este
fección del empirismo moderno el que no hiciese más que volver l?¡lemiento es la necesidad de hipostasiar tales universales, y de
a yuxtaponer una filosofía del Devenir junto a las filosofías del Ser, ptrntear, así, la antítesis de Ser y Dtvenir, que ha demostrado ser
imitando el irnpasv que frenó al pensamiento griego. frt¡l desde Platón hasta Whitehead.
Con frecuencia se afirma que el pragmatista debe ser un nomina- Un segundo elemento en el tratamiento de la universalidad es
lista y que no puede hacer justicia al hecho de la universalidad. En rl factor social. El otro generalizado, en términos de la explicación
realidad, el pragmatista es el que rnás cerca está, en este punto, del que acabamos de ofrecer, puede ser considerado como la universali-
conceptualismo medieval. El nominalismo surge sólo cuando el sím- r¡ción del p?oceso de adopción de papeles: el otro generalizado es
bolo es un simple particular, representante indiferente de una can- curlquiera y todos los otros que hacen la función de particulares, o
tidad de otros particulares. En rigor, emp€ro, el símbolo signifi- que podrían hacerla, en comparación con la actitud de adopción de
cante, como g€sto, no es arbitrario, sino gu€ es siempre una fase de prpeles del proceso cooperativo que se desarrolla' Contemplado desde
un acto, y de tal modo participa de cualquier unive¡salidad que el rl punto de vista del acto, el otro generalizado es el acto de adopción
acto posea. Como lo vió Charles Peirce Ockham mucho ant€s-, dc papeles en su universalidad.
-y con el hábito. tJn acro
la universalidad está estrechamente vinculada En el grado en que lo que el individuo hace o dice es entendible,
es universal porque muchos objetos o aspectos de objetos pueden rceptable, o cierto para cualesquiera otros individuos involucra-
servir como estímulos adecuados: cualquier objeto que clave un clavo dos en una acrividad común (y sin actividad común no habría
ec un ma¡tillo; cualquier objeto en que uno pueda sentarse es un comunidad de significación), en ese grado lo que es hecho o dicho
asiento. Ahora brien, las palabras "martillo" y "asiento", como tiene un nuevo tipo de universalidad: universalidad social. Tal uni-
universales, son segmentos de las actitudes involucradas, y no par- versalidad es, en un sentido del término, un sinónimo de objetividadl'
ticulares aislados; las repeticiones individuales de palabras, como Para el positivista es el más importante tipo de objetividad
un acto específico de martillear o sentarse, son ejemplos (réplicas, -algu-
nos diríin que el único tipo posible. El individuo trasciende de lo
según loc términos de Peirce) de la universalidad de ra actitud. La que se da a ¿l sólo cuando, por medio de la comunicación, descubre
idea o el concepto, como universales, residen en la actitud. Los con- gue su experiencia es compartida por otros' es decir, que su exPe-
ceptos denotan cualesquiera objetos que llenen las exigencias del acto, ¡iencia y las experiencias de los otros se agrupan bajo el mismo uni'
es decir, cualquier objeto que tenga las características adecuadas para versal (en el primer sentido de este término). Donde los particulares
servir como estímulo para el acto a realizarse. De tal modo, la uni- o tos ejemplos de este universal se agrupan dentro de distintas pers'
versalidad no es una entidad, sino una relación funcional de simbo- pectivas experienciales, la universalidad ha tomado dimensiones so-
lízeción entre una serie de gestos y una serie de objetos cuyos miem- ciales. El individuo, por decirloasí, se ha salido de su limitado
bros individuales son "ejemplos" del universal. mundo, adoptando los papeles de otros, recibiendo la seguridad'
Esta posición, elaborada un tanto más allá de las breves refe- por medio de la comunicación empíricamente fundada y probada, de
rencias de Mead, es, esencialmente, un relativismo objetivo en rela- qo. a¡ todos esos casos el mundo presenta el mismo aspecto' Cuando
ción con los universales. Así como los objetos tienen para Mead t"l .ot" se consigue, la experiencia es social, común, cornpartida;
colores y valores en ciertas situaciones que involucran organismos, sólo en comparación con ese mundo común puede el individuo dis-
así los objetos tienen el carácter de universalidad en relación con tinguir su propia experiencia privada.
un acto capaz de ser promovido por varios objetos o aslxctos En su aspecto mínimo, la ciencia es el registro, en forma verba'
de objetos. En semejante situación, el acto o segmento del acto lizada, de los aspectos más universales de semejante mundo común.
42 GEoRGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 43
Alcanza a independizarse de la perspectiva particurar del observador Si el espacio lo permitiese, sería interesante analizat otros int€-
cuando descubrc lo que es común a muchos obsewadores, e ideal- rrogantes planteados por la concepción del otro generalizado. ¿Hasta
mente a todos. Mead demuestra, en su l)€¡etrante análisis de la psi- qué punto, por ejemplo, depende la diferencia entre platonistas y
cología social de la relatividad física (que de ese modo se convierte rcl¡tivistas del grado en que uno adopte el papel del otro genefir-
en un ejemplo de su teoría general de la adopción de papeles) que tiz¡do? La extensión del proceso de adopción de papeles hacia las
la invariación buscada y presumiblemente encontrada reside en la co¡as físicas, ¿puede permitir que uno trascienda completamente a
aislación de una fórmula que sea cierta para er mundo, cualquiera Irx observadores humanos, hasta el punto de pasar significativamente
que fuere el punto de observación. "Independencia de experiencia" rlel positivismo social, que en ocasiones Mead parece considerar como
y "verdad universal" pueden querer decir más que ..independiente rl límite de la metafísica con sentido 18, a un realismo filosófico? r0.
de cualquier experiencia particular" y "cierto para todas lis obser-
,¡Qué conexión tiene la doctrina de Mead, cuando se la une al con-
vaciones", pero no pueden querer decir menos cepto de la experiencia social, con la naturaleza de la verdad y el
Existen distintos grados de tal universalidad sociar. si bien no conocimiento? ¿Hasta qué punto propotciona el otro genetalizado
está ausente en la moral y la estética, es más ampria en ra ciencia, y cl cquivalente psicológico del concepto histórico de Dios, y del
está en proporción con un grado de formalismo posible. La estruc- Absoluto de los idealistas, y lo mismo en cuanto al contraste de
tura relacional del mundo revela la más grande universalidad: Ia Itealidad y Apariencia? Aquí sólo es pcsible plant€ar estos interro-
matemática y Ia lógica son simplemente resurtados finales de la bús- g¡ntcs, y quizás esta digresión y expansión del pensamiento de Mead
queda de invariación estructural. En cuanto mínimos denomina- haya sido injusta para ciettos lectores. Se los ha planteado a fin de
dores comunes del mundo del raciocinio, y por lo tanto de la acción demostrar la potencia de la psicología social de Mead para el enfoque
y del mundo del que se habla, son, digámoslo así, comunes a todos de problemas que el pragmatismo no ha analizado suficientemente
los seres racionales. si bien el propio Mead no amplía sus ocasionales y cn los que los críticos han sido más justicieros al descubrir lagunas.
rtferencias a la lógica, su explicación contiene, en forma implícita,
los gérmenes de una teoría de la lógica y una filosofía de las mate-
máticas. VII
cuando se advierta que la universalidad social es potencialmente
extensible hacia el pasado y hacia el futuro, podrá verse que er ángulo Mead, en común con todos los pragmatistas desde Jarnes, sus-
de ataque de Mead es compatible con el reconocimiento de que, en tcnraba una interesante teoría del valor: que es bueno lo que satis'
relación con los actos cooperativos más generales, existen caract€rís- f¡ce un interés o impulso 20. Pero una vez más, la declaración de
ticas del mundo altámente invariantes. Los aspectos emergentes y Mead en este sentido está hecha en términos relativistas objetivos:
temporalistas de la posición pragmática no están de punta con cual- rl valor es el carácter de un objeto en cuanto a su capacidad de
quier constancia que revele realmente el mundo tal como es experi- ¡ratisfacer un interés ¡ssids ni en el objeto solo ni en un estado
mentado, ni con ningún formalismo que la lógica y las matemáticas -¡s
cmocional del sujeto. Sin embargo, los intereses o los impulsos cho-
logren alcanzar. El pragmatismo sólo quiere evitar cualquier fana- c¡n, y así surge el problema de la norma de valor y la necesidad
tismo en estas cuestiones. Aconseja cordura en cuanto a los principios de evaluación.
mutuos de ser y devenir, al señalar que la universalidad empírica El objeto estético agrupa los impulsos de tono emocional en un
es un carácter de Ias cosas en comparación con el acto, ya sea indivi- todo armonioso; el objeto capaz de estimular y agrupar de tal modo
dual o social. Y, como tal, es una cuestión de más o menos, no de 18 Véase especialmente las págs.ll7 y ll8 de The Phílosophg,oÍ_the Pcesent,
todo o nada 1?. 10 Esta cuestión es analizada en mi i¡tículo "Pragmatism and Metaphysícs",
Philosophical Rettíeluu, 19i4.
20 'En ocasiones Mead habla del vator "como el catácter futuro de un objeto,
.1? E¡ta erpticación del u¡iver¡¡t ca término¡ fu¡cion¡te¡ concede a Me¡d l¡ rn et grado en que determina le acción de uno con respecto a éste".. Aquí sólo se
porición dc un A¡istóteter pordarwini¡¡6 A¡i¡tótclc¡ tibe¡edo, por cl creci- h¡cc rófe¡encia a-su empleo axiológico. Ertc volumen puede ser complemlqtado con
rniento de
-la -¡¡
biología mi¡ma,- de lar imperfeccionc¡ del platonismo.' Mca¿ fué l¡ lectura del análisis más completo que Mead hace áel valor en The Phílosophg
durante toda ¡u vida un estudío¡o de A¡i¡lótele¡. ol the Áct,
11 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 45

los impulsos tiene carácter o valor estético. por medio de un objeto ¡ de formular la ruptura de las alternativas de egoísmo y altruís-

de tal carácter, uno goza "la recuperación del sentido del resultado nro, de afirmación de sí mismo y abnegación, de lo que generalmente
total a partir de lo parcial", "saboreando el fin que está moldean-
¡rrmite el bagaje psicológico de los éticos.
do" 2r. El artista juega con actitudes, despertando en sí, gracias l)icho en términos éticos, Mead insiste en que, en el acto moral'
al empleo de ese medio, los aspectos emocionales de unJ acti- rl motivo para la acción es el impulso mismo, en cuanto dirigido
tud que su trabajo, en distintos grados, comunica a otros provo-
h¡ci¡ un fin social. I.Jna persona social tiene impulsos sociales que
cando en ellos esa actitud. En el grado en que esto ce logra, la
rri¡¡en expresión, y tan impe(ativamente como cualquier otro im'
exaltación esrética es Ia fusión del "yo" y el "rni", hecha posiüle por
puiro. e"i" Mead, los fines morales son fines sociales: en primer
el objeto. Mead creía, sin elaborar sus opiniones en deta[e, que
su l,,g.r, porqoe la única norma para impulsos qu€ los impulsos.hacen
versión de la psicología conductista proporciona una fructifera
para la teoría estética.
base p*¡Ui. r.rid..n la respuesta ácerca de-si el impulso en cuestión se
.lit.n," o muere de su propia satisfacción, y de si expandeporquey armo-
El valor estético, por así decido, es un presente consumatorio niza o limita y derrota- a otros impulsos; y, segundo' la
ofrecido a la persona, por la naturaleza o por el artista; la
tarea de persona, como ser social, debe preocupars€, por dentro y por fuera'
la vida moral consiste en crear, por medio der esfuerzo refrexivo,
una similar integración de impulsos en el plano de ras personas lx)r una armonía social de los impulsos'
teractuantes 22.
in- D esto se sigue que la tarea moral es la observancia de28,todosy el
los valores residentes en las situaciones particulares de la vida
En sus lineamientos esenciales, la teoría ética de Mead es la mis- en un esfuerzo para permitir el
ma que la de Dewey, pero el ángulo de enfoque, a través de la psico-
trato reflexivo con tales valores,
armonía diná-
máximo de satisfacción y expansión máximo de
logia social de la persona, confiere a la concepción un nuevo ,!li.*,..
mica- a los impulro, .q cuestión. La -elacción moral es acción inte-
siendo social, no existe problema psicológico en cuanto a cómo
puede la lxrsona tomar a otros en cuenta en su actividad ligcnte,socialmentedirigida,enlaqueunoactúateniendoencuenta
así como no existe el problema de superar el hedonismo en
refrexiva, cl interés de otros tanto como el propio. No hay un llarilado de los
una opi_ intereses ela raz6n, sino un llarnado de los intereses aislados
al sis-
nión que toma como su unidad básica un aco dirigido sobre objetós. le conducta
La persona, tal como está constituída por sus impulsos, busca los tema de intereses sociales en que está involucreda
de uno. Tal, como yo lo entiendo, es el meollo de la teotía
ética
objetos que permiten la consumación de los impursos. como sociar,
de Mead y, por lo tanto, del pragmatismo' El acto correcto' en
en el grado en que la persona ha incorporado ias actitudes de
otros relación con la situación, es, sin embargo, objetivo y universal
en sí misma, mediante el proceso del lenguaje, se ha convertido Lo co-
los otros, y los valores de los otro, ,on los suyos propios; en
en porque exige el asentimiento de todos los seres racionales'
grado en que la persona adopta el papel del otro g.rr.r"iiz"do,
el ,r..to no es ni un capricho subjetivo ni una esencia situada fuera
valores son los valores del proceso social mismo. La huída
,os dcl tiempo; su universalidad es una universalidad social'
mológica del embrollo egocéntrico, mediante la consecución ie
episte-
Tal punto de vista hace que la vida moral sea una vida más
un
.-s9 ql. incluye los puntos de vista de otros, es análoga en csforzada.yactiva.Sostenidaporfinessocialesyalimentadapor
la teoría la mora-
del valor a la consecución de una rxrsona que incluye en sí ros todos los ctnocimientos que la ciencia puede propotcionar'
va- la creatividad del "yo", de la persona qu€ €s
lores de otros. Esta libre construcción de to que'invorucran -un empero,
lidad exige,
.,mí''.
afirmaciones de Mead demuesrra ra fertilidad del ángulo
ras
,,,á, qo. Y Mead ve el ideal social en una sociedad de
J. .iroqo. tal., personas. Esta sociedad no tendría por meta el mero mante-
del campo del valor. Por cierto qu€ proporciona unalorma más pr:_
nimientoyconsecucióndecualquierseriedevaloresexistenteso
2t "The Nature of
of autoritariamente definidos esto Mead lo llama la filosofía au-
.l:sthetic Experience",
XXXvf (1926), págs. 387, '-'--- ' 'Intemationar Journar Ethics,
-a
tsi.--'
32 una serie de noras de 1926 exp_tesa la cuestión de esta
estético detiene a la vida en un punto.
forma: ..El objeto
E a";.;ñro_cobrase
vida. El objeto ético es ra.ótg.n;ta.ión-á.'i"-u¡¿" ¿" ra pórizt de eeguro
¿lp
-óáo ¿.-.-1.'fi'"ii ü ,¡, 23 Mead destaca la situación particular, no la vaga noción utilitarista de "socie'
alta consumación. paga la primide ,o,.go-'á.-u¡¿",,.
dad en general".
+6 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 47
gustiniana de la historia. Por el contrario, la filosofía de la historia rl individuo "se realiza a sí mismo en otros mediante lo que hace
de esa sociedad sería tan experimental como el método experimental como lxculiar de é1". La sociedad democrática no deja lugar para
mismo. Se preocuparía de la técníca de rehacer valores por medio lr euperioridad de clase o la posesión o el poder como tal: debe
de la reinterpretación de la situación en términos de los mejores valorar profundamente las superioridades y enorgullecerse de la
conocimientos disponibles, y esa técnica, en apariencia, no podría ruperioridad que surge de la ejecución de las diversas funciones so-
ser sino la moralidad misma. ciales.
Semejante sociedad de seres morales parecería ser la versión de Lo que rige pata los individuos, rige aquí también para las
Mead del ideal democrático. Si bien un universo emergente no naciones. Mead es un internacionalista, puesto que Ia actitud social
puede garantizar futuro alguno, Mead cree que los órganos c insti, que describe no puede detenefse, teóricamente, ante nada que no
tuciones de la vida humana religión, el proceso econó- rea la identificacíón consci€nte, con la sociedad, del hombre como
mico- extienden, en rigor, el-lenguaje,
proceso mismo de adopción de papeles t¡t, y su participación en dicha sociedad. Constantemente se rcfiere e
que ellos involucran. La actitud rcligiosa, basada en la pauta de la Liga de las Naciones como a un intento de los pueblos para lo-
ayuda mutua en las relaciones familiares 21, y la actitud económica de grar la sociedad más amplia de la que ellos mismos se sienten
ofrecer a otros algún exceso en cambio de lo que uno mismo nece- parte, p€ro €n la que aún no €stán en condiciones de ingresar en
sita, son potencialmente universales, y el lenguaje puede extenderse términos de un papel funcional por lo tanto, todavía se ven
tan lejos como se extienda la actividad común. En este sentido, la a
obligados afirmarse en -y,
términos de poder. Las naciones no han
capacidad para adoptar el papel del otro en mayor grado, por une y
aprendido aún a adoptar el papel del otro a participar consciente
cantidad cada vez mayor de gente, pareceria avalrzat en dirección y moralmente en los más amplios procesos sociales a los que en
del ideal democrático, siempre que las personas se convirtieran en rigor están dedicados. En analogía con el individuo, las naciones
pcruonas morales 2ú. Semejante democracia, como lo ve Mead clara- 8e encuentran todavía en el plano del individuo biológico; no han
mente, no tiene una indeseable tendencia niveladora, ni concede logrado aún la personalidad moral; su "yo" no actúa todavía en
ptemioe a la mediocridad. Antee bien, es compatible con grandes un escenarro preparado por un "mí" internacional. Así como dentro
diferencias de capacidad y contribución. La legítima inferencia de de cada grupo social se concede una prima a la contribución de la
la democracia es que cada cual debe rcalizarse a sí mismo por medio persona funcionalmente diferenciada, del mismo modo este inter-
de la participación moral en un proceso coolrrativo. Idealmente, nacionalismo no exige Ia obliteración de las naciones, sino, más
bien, su autoafirmación en el plano moral de las personas sociales.
2¿ El caráctq mí¡tico de ta erperieaci¡ religio¡¡ lo cncue¡tr¡ Me¡d en l¡ ex-
tensión de las actitud¿g ¡ociale¡ hacia cl univc¡¡o cn gcncral. Es sorprendente quc La exposición de Mead hace justicia a los factores de la inicia-
Mee4 no eugiera erprecam?nte cn ninguna pertc le cone¡ión c¡istentc -ent¡e la¡ con- tiva individual y de la preocupación social. Une orgánicamente,
cepciones pcrsonalistas de Dio¡ y el concepto del otro generalizado.
2ó En el ¡entido no moral del té¡¡ri¡o "¡oci¡I", lac guerrae, la dircordia y la dentro de la nación y €ntre naciones, los principios del individua-
dcrorganización aon t¡n ¡ociales como sui opucstos. Et bcóo de gue Mead no óub- lismo y del socialismo, la actitud del precursor y la nota de la
tayara la cuectió¡ de que
-el
problema consi¡te en lograr pcrsonic rronlcr, y no fraternidad de los hombres, que, juntas, caracteÍizan a la demo-
simplemente perro¡¡s sociale¡. d¡ en oca¡iones la imprición de confi¡nz¡ ¡adí crí-
tica en el futuro de¡a¡rollo dc l¡ ¡ociedad human¡, iunque cn otras oportunidader cracia,
Ee muectre suficientemente ¡en¡iblc a lor as¡rectos socialme¡te quebranüdorec de lr
co-nducte (véace.cspecialmente l¡ sección 39). Et énfacie que'el pragmatista ponc ¿Resplandor del alba o del ocaso? Si el ideal democrático se
¡obre la cducación c¡ el corotario lógico de iu teorí¡ étic¡:'la educ"ción debe pro- dirige hacia su realización, George H. Mead, juntamente con John
potcionar le.tégnica por medio de lá cual las personac morales inleti-
gfirt€r y ¡ociatizad¡a- ¡e desarrolla¡án. Lor-trabajoc de Mead Dewey, habrá sido uno de sus principales voceros filosóficos, un
-personac
ób¡e educación
eubrayan cinco puntoe: l) la importa¡ci¡ de la esculel¡ en to referente a propor- Watt Whitman en el reino del pensamiento; si faerzas de derecha
cionar _cig'lific-aciones co¡nunes, helramientae lingüísticrs comunes; 2) er rugar que
ocupa la ciencia en el ptograma de estudios; 3) la necesidad de actividadag rnrnidu- o de izquierda lracen imposible esa realización, Mead habrá ayu-
lativas, que respondan al ¡entido de la realid¡d ¿n la¡ fases de contacto del acto; dado a escribir su epitafio.
4) -la eignificación del juego, como proporcionador del mate¡i¡l para ta adopción
de los pap-eles dc-otr,os, papele-c con lós cuates !e construyc la persóna; 5) el deber Cualquiera que fuere el destino del ideal democrático, las ideas
que tiene_ta escuela de conct¡uir pe$ona¡ morate¡. para io¡ tíiulos de loó trabajos,
véasc la bibliografía. extraordinariamente fértiles de George H. Mead, no sólo han llevado
48 GEORGE H. MEAD
a teorías sociales y éticas de interés intrínseco y proporcionado une
matúz para una expansión significativa del pragmatismo en la
forma de "la filosofía del acto", sino que tienen todos los indicios
de poscer en sí el poder de enriquecer los conceptos de las ciencias
sociales, de sugerir nuevas vías de investigación empírica y de abrir
nuevos .horizontes para la interpretación filosófica,

CH¡.RLes W. Monnls. PARTE I


EL PUNTO DE VISTA DEL CONDUCTISMO SOCIAL

l. Pslcorocf¡, soctAl Y coNDUcrIsMo

Por lo general, la psicología social ha encarado varias fases de


la experiencia social desde el punto de vista psicológico de la expe-
riencia individual. La forma de enfoque que yo sugiero es la de
tr¡tar la experiencia desde el punto de vista de la sociedad, por
to mÉnos desde el punto de vista de la comunicación en cuanto
c.sencial para el orden social. La psicología social, en este sentido,
presupone un ángulo de enfoque de la experiencia tomado desde el
punto de vista del individuo, pero se propone determinar, en par-
ticular, qué pertenece a esa experiencia en razó¡ de que el individuo
mismo lxrtenece a una €structura social, a un orden social.
No puede trazarse un límíte demasiado preciso entre la pcicolo-
gía social y la psicología individual. La psicología social se inte-
iesa especialmente en el efecto que el grupo social produce en la
determinación de la experiencia y la conducta del miembro indi-
vidual. Si abandonamos la concepción de un alma sustantiva dota'
da, desde el nacimiento, del yo del individuo, ¡rcdrernos entonces
considerar el desarrollo del yo individual, y el de su conciencia de
sí mismo dentro del campo de su experiencia, como especial interés
del psicólogo. Existen, pues, ciertas fases de la psicología que es-
tán interesadas en estudiar la relación del organismo individual con
el grupo social al cual pertenece, y estas fases son lo que constituyen
la psicología social, como rama de la psicología general. Así, en el
estudio de la experiencia y la conducta de un organismo individual
o persona, como dependiente del grupo social a que lrrtenece' en'
contramos una definición del campo de la psicología social.
Si bien los espíritus y las personas son' esencialmente, Productos
sociales, productos o fenómenos del aspecto social de la experiencia
humana, el mecanismo fisiológico que sirve de base a la experiencia
50 cEoRGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 5l
está muy lejos de ser ajeno a la cuestión ----4n verdad, es indispen- rnritirlos con la fuerza suficiente para ser oídos por otros, y a me-
sable- de su génesis y existencia; porque la experiencia y la con- nurlo ¡ólo involucraban los músculos de la garganta, sin producir
ducta individuales, naturalmente, son los fundam¿ntos d€ la expe-
¡ulabras audibles. Y a eso se reducía el pensamiento. LJno piensa,
riencia y la conducta sociales. L,os procesos y mecanismos de esta úl-
¡xro piensa en términos de lenguaje. De tal manera, Watson ex-
tima (incluso los esenciales al origen y existencia de espíritus y pe? I'lie¡ba todo el campo de la experiencia interior en términos de
sonas) dependen fisiológicamente de los procesos y mecanismos de la ronducta exterior. En lugar de llamar subjetiva a tal conducta, la
primera, y del funcionamiento social de la misma. La psicología in- ronrideraba como el campo de la conducta que sólo era accesible
dividual, emlxro, hace decididamente abstracción de ciertos factores rl individuo mismo. Uno podía observar sus propios movimientos,
de la situación, gue la psicología social encara roás íntimamente en su rur propios órganos de articulación, cuando otras peisonas, nor'
totalidad concreta. Enfocaremos este último campo desde un punto ln¡lmente, no podían observarlos. Ciertos campos eran accesibles
de vista conductista. rilo para el individuo, pero la observación no era de una clase
El punto de vista psicológico corriente representa{o por el diferente; la diferencia residía únicamente en el grado de accesibi-
conductismo, puede encontrarse en John B. Watson. El conduc- lid¡d de otros a ciertas obcervaciones. Uno podía ser instalado en
tismo que utilizaremos nosotros es más adecuado que el que emplea un cuarto, a solas, y observar algo que no podía observar ningún
Watson. Conductismo, en est€ sentido más amplio, es, sencillamen- otro. Lo que un hombre observase en el cuatto constituiría su
te' una aproximación al estudio de la experiencia del individuo propia experiencia. Ahora bien, en esta forma ocurre, en la garganta
desde el punto de vista de su conducta, y especial, lrro no exclusi- ¡r cn el cuerpo del individuo, algo que nadie más puede observar.
vamente, de su conducta tal como es observable por otros. Histó- lixisten, por supuesto, instrumentos científicos que pueden ser apli-
ricamente, el conductismo entró en la psicología por ta puerta de la c¡dos a la garganta o al cuergro para revelar la tendencia al movi-
psicología animal. En ésta se descubrió que era imposible emptear miento. FIay algunos movimientos fácilmente observables y otros
Io que se llama introspección. No se puede recurrir a la introspec- r¡ue sólo pueden ser descubiertos por el individuo mismo, Irro en
ción de un animal, sino que es preciso estudiar al animat en térmi- Ios dos €asos no existe diferencia cualitativa alguna. Sencillamente,
nos de conducta exterior. La primera psicología animal agregó, por re reconoce que el aparato de observación tiene distintos grados de
inferencia, una mención a la conciencia, y hasta s€ propuso descu- óxito. Tal, en pocas palabras, es el punto de vista de la pcicología
brir el punto de la conducta en que aparece la conciencia. Dicha conductista de Watson. Pretende observar la conducta tal como
inferencia tenia, quizá, distintos grados de probabilidad, pero no ocurre, y utilizar esa conducta pa.ra explicar la experiencia del indi-
podía ser probada experimentalmente. Entonces, simplemente podía viduo sin introducir la obcervación de una experiencia interna, de
eer dejada de lado, por lo que hacía ¿ ta ciencia. No era necesari¡ una conciencia como tal.
para el estudio de la condu*a del animal individual. FIabiéndose Hubo otro ataque contra la conciencia: el de William James
adoptado ese punto de vista conductista en relación con los ani- en su artículo de 190't titulado Does 'Conscíousness' Exist? 2 James
males infe¡iores, era posible prolongarlo hasta el animal humano. señalaba que si una lxrsona se encuentra en un cuarto, los objetos
Quedaba, sin embargo, el cam¡ro de la introspección, de las <tel interior puedcn ser contemplados desde dos puntos de vista. El
experiencias que son privadas y que pertenecen al individuo mismo moblaje, por ejemplo, puede ser considerado desde el punto de vista
comúnmente llamadas subjetivas. ¿eué había que de la persona que lo compró y lo usó, desde el punto de vista de
-experiencias
hacer con ellas? La actitud de John B. Watson fué la de la Reina sus valores de color -{ue se unen a él en el pensamiento de las
en Alicia en el País de las Macaoilfcs: "¡Cortadles la cabeza!"; tales p€rsonas que lo e$ssrv¡¡-, de su valor estético, de su valor eco-
c(Nas no existían. No existía la imaginación ni la conciencia. warson nómico, de su valor tradicional. Podemos hablar de todo esto en
explicó el campo de la llamada introspección por medio del empleo
de símbolos de lenguaje 1. Estos símbolos no eran necesariamente caps, X y XI.l (De e¡ta,t¡ltima obra hay edición casteltana: EI conductísmo, Buc'
nos Aires, Paid6c, 1947.)
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lE_rpeciatncnte c¡bhaiq, on Intoductiqt to .Con¡r¡tr¡tíu- psychology, z [Publicado e¡ el Joumal of Phílosophy, Psgchologg, dncl Ecíentific Method.
cap. X; Psgchologrg from the Standpoint of a bhaoioriit, ."b. IX; ne¡íii¡o¡¡íí, Reimpreso en Essagr in Radical Empirism.l
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52 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 53

términos de psicología; será puesto en relación con la experiencia rrrnos a ella desde el punto de vista del conductista, siempre que
del individuo. (ln hombre asigna un varor determinado al inoblaje, Iro concibamos demasiado estrechamente dicho punto de vista. Es
y otro le confiere otro valor. pero los mismos objetos pueden ser ¡rreciso insistir en que la conducta objetivamente observable
en-
considerados como partes físicas de una habitación física. James cuentra expresión dentro del individuo, no en el sentido de encon-
insistía en que los dos casos difieren soramente en una disposición lr¡rse en otro mundo, un mundo subjetivo, sino en el sentido de
de ciertos contenidos en distintas series. Los muebles, los'muros, Ir¡llarse dentro de su organismo. Parte de esta conducta aparece
la casa misma, pertenecen a una de las series históricas. Hablamos rn lo que podemos denominar "actitudes", los comienzos de los
de la casa considerándola conetruída, de los muebles entendiéndolos nrtos. Y bien, si volvemos a dichas actitudes, encontraremos que
fabricados. cuando uno entra y valora dichos objetos desde el tlrn origen a toda clase de reacciones. El telescopio, en manos de
punto de vista de su propia experíencia, ponemos la casa y el mo_ un novicio, no es un telescopio en el sentido en que lo es para los
blaje en otra serie. Habla de la misma silla, pero ahora la silla es quc están en la cima del monte Wilson. Si queremos seguir las
pata él una cuestión de ciertos contornos, ciertos colores, tomados liuellas de las reacciones de un astrónomo, tenemos que volver a su
de su propia experiencia. Invorucra la experiencia del individuo. tistema nervioso central, a toda una serie de neuronas; y allí €ncon-
R¡es bien, se puede tomar una sección transversal de los dos órdenes, tfaremos algo que responde a la forma exacta en que el astrónomo
a fin de que en un punto deterrninado se produzca un €ncuentro cncara el instrumento en ciertas condiciones. Ese es el comienzo del
de las dos series. I-a afirmación en términos'de conciencia ímplica acto; es una parte del acto. El acto externo que observamos cons-
sólo el reconocimiento de que el cuarto está, no sólo en la serie tituye una parte del proceso que se ha iniciado en el interior; los
histórica, sino también en la experiencia del individuo. rJttima- valores t que decimos que el instrumento tiene son valores gracias
mente ha habido en la filosofía un reconocimiento cada vez mayor ¡ la relación del objeto con la persona que adopta esa clase de
de la importancia de la insistencia de James en el eentido de que actitud. si una p€rsona no tuviese ese sistema nervioso especial,
se ha puesto en la conciencia muc-ho que deberá ser devuerto al lla, el instrumento no tendría valor ninguno. No sería un telescopio.
mado mundo objetivo 8. En ambas versiones del conductismo, ciertas características que
La psicología, en sí misma, no puede ser convertida en un tienen las cosas y ciertas ex¡xriencias que poseen los individuos
6.
estudio del campo de la conciencia solamente; es, necesariamente, pueden ser consideradas como acontecimientos dentro de un acto
un estudio de un camlp más ext€nso. Es, sin embargo, la ciencia b.ro p.rt. del acto reside dentro del organismo y sólo más tarde
que emplea la introspección, en el sentido de que mira dentro de cobra expresión; creo que Watson ha pasado por alto este aspecto
la experiencia del individuo, en busca de fenómenos no encarados de la conducta. Dentto del acto mismo existe un campo que no es
por ninguna de las otras ciencias, fenómenos a los cuales solo el externo, sino que pertenece al acto, y hay características de esa con-
individuo mismo tiene acceso experiencial. Lo que pertenece (ex- ducta orgánica interna que se revelan en nuestras actitudes, espe-
periencialmente) al individuo qua individuo, y es iccesible sola- cialmente las relacionadas con el habla. Pues bien, si nuestro punto
mente para é1, está, ¡ror cierto, incluído dentro del campo de la de vista conductista tiene en cuenta díchas actitudes, descubrimos
psicología, no importa qué otras cosas sean o no de tai manera que puede muy bien abarcar el campo de la paicología. D -cualquier
incluídas. Y ésa es nuestra mejor clave en er intento de aislar el modo, este ángulo de enfoque tiene particular importancia porque
.l-po de la psicología. En consecuencia, el dato paicológico puede
definirse mejor en términos de accesibilidad. Lo que es accesible, { Vator: el futuro .a¡íctq del objeto, en el grado en que determina ta acción
-- uno hacia
de él (192'4) .
en la experiencia del individuo, sólo para el individuo mismo, es ¡ Un .i un impulso que mantiene el proceso vital mediante la seleccióa
peculiarmente pcicológico. "cto de estímulos quá necesita.
de ciertas clases De tal modo, el_organismo se crea 8u
El estímulo cs ta ócasión para la
expresión del impulso'..
Quiero hacer observar, sin embargo, que incluso cuando llega_ Los estimulos roo m.dior, la tenáencia es li cos¡ real. La inteligencia es la
".bi.trt..
mos hasta el análisis de tal experiencia "interna", podemos acer- selecciór, áe los estímulos que liberatán y mantendrán !a vida y ayudarán a re-
construirla
--" (1927). ¡'? la vista", pero la manifestación del
8 El ralicno fito¡ófico lnod-erqo be ey-udado ¡ tibenr a te pricotoglr dc une Ei;;p¿;ít6'ío ti.n. por quó est?r
i".fiiá fi-Á.ii ti.¡" li cuai se dirige el acto. Ésta es una teleología natutal'
preocupación por une filo¡ofía dc lo¡ c¡t¡do¡ ncntele¡ (lCZi)-.------"-- -' ".t"
cn armonia con una manifestación rnecánica (1925) .
54 cEoRcE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 55

está en condiciones de encarar el campo de la comunicación en una utlmulo más reacción; debe ser tomado como un todo dinámico
forma en que no pueden hacerlo Watson ni el introspeccionista. .eomo algo que está sucediendo-, ninguna parte del cual puede
Nosotros queremos acercarnos al lenguaje, no desde el punto de |rr considerada o entendida por sí mism¡- como un complejo
vista de las significaciones internas que se expresen, sino desde pr()ccso orgánico que se halla implícito en cada estímulo particular y
el contexto más amplio de la cooperación que se lleva a cabo en el rn c¡da reacción individuales involucrados en é1.
grupo mediante los signos y los gestos 6. La significación aparece En psicología social, llegamos al proceso social tanto desde aden-
dentro de ese proceso. Nuestro conductismo €s un conductismo lro como desde el exterior. La psicología social es conductista en
social. el ¡cntido de que parte de una actividad observable ---el proceso
La psícología social estudia la acrividad o conducta del indivi- rrrial dinámico en ejecución, y los actos sociales que son sus ele-
duo tal como se da dentro del proceso social; la conducta de un tncntos componentes- que debe ser estudiada y analwada cientí-
individuo sólo puede ser entendida en términos de la conducta de lic¡mente. Pero no es conductista en el sentido de pasar por alto
todo el grupo social del cual él es miembro, puesto que sus actos ll rxperiencia interna del individuo, la fase interior de ese proceso
individuales están involucrados en actos sociales más amplios, que o ¡ctividad. Poi el contrario, se ocupa especialmente del surgimiento
van más allá de él y que abarcan a otros miembros de ese grupo. rle dicha experiencia dentro del proceso como un todo. Opera, sim-
En psicología social no construímos la conducta del grupo so- ¡rlemente, de afuera hacia adentro, en lugar de hacerlo de adentro
cial en términos de la conducta de los distintos individuos que Io h¡cia afuera, por así decido, en su intento de determinar cómo
componen; antes bien, partimos de un todo social determinado rurge dicha experiencia en el interior del proceso. El acto, pues' y
de compleja actividad social, dentro del cual anatizamos (como no el trayecto, es el dato fundamental en la psicología social y €n
elementos) la conducta de cada uno de los distintos individuos que lr psicología individual, cuando se las concibe en forma conductista,
lo componen. Es decir, que intentamos explicar la conducta del y tiene a la vez una fase interna y otra externa, un aspecto interior
individuo en términos de la conducta organizada del grupo social, y otro exterior.
en lugar de explicar la conducta organizada del grupo social en Estas observaciones generales tienen relación con nuestro ángulo
términos de la conducta de los distintos individuos que p€rtenecen de enfoque. Éste es conductista, p€ro, a diferencia del conductismo
a é1. Para la psicología social, el todo (la sociedad) es anterior a wetsoniano, reconoce las partes del acto que no aparecen a la obser-
la parte (el individuo), no la parte al todo; y la parte es expresada vación externa, y pone el acento sobre el acto del individuo humano
en términos del todo, no el todo en términos de la parte o las en su situación social natural.
partes. El acto social ? no es explicado construyéndolo a partir de

I El e¡tudio del ptoceso del lenguaje o del habla ----rus orígencl y deorrollo--
constituye una rarna de le psicología, porque sólo pucde s¿r enicndidó cn términos
2. Ln stcNlrlcActóN coNDUcrIsrA DE LAs AcTITUDES
de los procesos sociale¡ de conduct¡ dent¡o de un grupo de organismor fnter-
actuantes; porque e¡ una de las actividadcs de dicho grupo. Sin embargo, cl filólogo
ha adoptado a menudo el punto de vista del prisionero encerrado en una celd-a.
El problema que se presenta como crucial para la psicología
El prisionero sabe que otros se encuentran en situación semejante, y quiere entrar humana está relacionado con el cam¡ro que abre la introspección;
en comunicación con ellos. De modo que establece algún mótodo de comunicación, cste campo, aparentemente, no podia ser encarado por una psico-
algún código arbitrario, qluizá, tal como golpear en le pared. Aho¡¡ bien, cada uno
de nosotros, según ese punto de vista, está e¡rcer¡ado en su p¡opia celd¡ de con- togía puramente objetiva, que sólo estudiaba la conducta tal como
ciencia, y, sabicndo que existen otras personas también encei¡adas así, desarroll¡ se da para el observador. A fin de que dicho campo pudiese ser
fotmas de ponerse en comunicación con ellas.
"Un acto sociat puede ser definido como un acto en que ta ocasión o estimulo puesto al alcance de la psicología objetiva, los conductistas como
1._
que libera a un impulso se cncuentra en el caráctcr o cond¡ct¡ de un individuo Watson hicieron lo posible para reducir el campo mismo, para
vivo que Frtenece al ambiente específico del individuo que erperimenta el impulso.
Pero quiero restringir el acto social a la clasc de actos que i-blican coope¡"ción d" negar ciertos fenómenos que supuestamente residían sólo en ese
rnás de un individuo, y cuyo objeto, tal como er definido'por el acto, e¡, en el s.¡tido
de Bergson, un objeto ¡ocial. Por objeto social entiendo uno que recponde e toda¡ del grupo, no en el de los distintos individuos solamente." [De-"The-Genesig of
Ias parter del acto complejo, aunque tales partcs se encuentren en t¡ conducta de rhe Éelf and Social Co¡rtrol", Internatíonal Joumal of Ethics, X.XXV (1925),
distintos individuos. El objetivo de los actoe se halla, puer, €n el proceso vital págs.263-264.1
56 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCTEDAD 57

campo, tal como la "conciencia" en cuento distinta de la con- mt¡ exp€riencia secundaria provoca ahora la reacción que pertenece
ducta sin conciencia. El especialista en psicología animal estu- r lr experiencia primaria.
diaba la conducta sin responder a la cuestión de si se trata- Restan algunos contenidos, como los de la imaginación, que
ba de conducta consciente o no t. Pero cuando llegamos al cam- rc muestran más resistentes a este análisis. ¿Qué diremos de las
po de la conducta humana, nos encontramos, por cierto, en condi- te¡cciones que no reslrcnden a ninguna experiencia dada? Podemos
ciones de distinguir reflejos que ocurren sin conciencia. Parece, drcir, por supuesto, que son resultado de experiencias pasadas. Pero
pues, haber un campo al que la psicología conductista no puede lémese los contenidos mismos, la imaginación visual que uno tiene
llegar. El conductista watsoniano hacía, sencillamente, lo posible objetivamente: pose€ contornos; tiene color; tiene valores, y otras ca-
pare m€nospreciar esta díferencia. t¡cterísticas que son aisladas más dificultosamente. Semejante erpe-
El campo de investigación del conductista ha sido, muy prin- ricncia desempeña un papel, y un papel muy grande, en nuestra
cipalmente, el del niño pequeño, con quien los métodos empleados percepción, en nuestra conducta; y, sin embargo, es una experiencia
son precisamente los métodos de la psicología animal. El conduc- que puede ser revelada solamente por la introspección. El conduc-
tista ha tratado de descubrir cuáles son los procesos de la conducta tista tíene quc efectuar un rodeo en torno a este tipo de experiencia,
y de ver cómo pueden emplearse las actividades del niño para ex- ri quiere aferrarse al tipo watsoniano de psicología.
plicar las del adulto. Y es en este punto que el psicólogo hace El mencionado conductista desea analizar el acto, ya s€a indi-
aÍnrecú los reflejos condicionados. Demuestra que, mediante una vidual o social, sin ninguna referencia específica a conciencia atguna
simple asociación de ciertos estímulos, puede obtener resultados que y sin ningún intento de descubrirlo dentro del campo de la con-
no se seguírían de dichos estímulos secundarios solamente. Este con- ducta orgánica o del camlxl mas extenso de la realidad en general-
dicionamiento puede ser trasportado a otros campos, tales como Dbsea, en pocas palabras, negar por completo su existencia como
los del terror por parte de un niño. Se puede hacer que éste tal. Watson insiste €n que el comportamiento objetivamente obser-
experimente temor hacia algo asociando el objeto con otros que vable constituye, completa y exclusivamente, el cam1rc de la psico-
producen terror. El mismo proceso puede ser empleado para ex- logía científica, individual y social. &ja a un lado, como errónea,
plicar una conduct¿ más complicada en la que asociamos elementos la idea de "espíritu" o "conciencia", e intenta reducir todos los
con ciertos acontecimientos que no están directamente relacionados fenómenos "mentales" a reflejos condicionados y similates m€ca'
con ellos, y elaborando este condicionamiento podemos, se cre€, nismos paicológicos ----+n resumen, a términos puram€nte conduc-
explicar los procesos más amplios de razonamiento e inferencia. De tistas. Tal int€nto, claro está, es desencaminado e infructuoso, por-
esta manera, un proceso que pertenece a la psicología objetiva es que es preciso admitir la existencia del espíritu o conciencia como
llevado al campo que por lo general es estudiado en términos de tal, en algún sentido- su negación conduce inevitablemente a evi-
introspección. O sea gue, en lugar de decir ---cuando tenemos ciertas dentes absurdos. Pero aun cuando es imposible reducír el espíritu
experiencias- que t€nemos ciertas ideas, y que dichas ideas invo- o la conciencia a términos puramente conductistas ---{n el sentido
lucran alguna otra cosa, decimos que determinada experiencia ha de anularlo así con una explicación y negar absolutamente su exis-
ocurrido al mismo tiempo que la primera experiencia, de rnodo que tencia como tal-, no lo es, por lo menos, explícailo en dichos
términos, ni lo es hacerlo sin suprimirlo con la explicación o negan-
. 8 La p-sicologíe comparada libró a la psicología general de limitars¿ únicamentc
al. campo del sistema nervioso central, que, gracias a los psicólogor fisiólogor, do su existencia como tal. Aparentemente, Watson supone que negar
había. ocupado--el l'-gar de ta conciencia cbmo -tar, para camio de loo.*tig".i-r., la existencia del espíritu o la conciencia como una materia, sustancia
psrcológicas. I)e tal modo permitió a la psicologii en geneial coa¡ideraiel acto
como un todo, como incluyente de todo el proceso social áe conducta u ocurriendo o entidad psíquica equivale a negar absolutamente su existencia, y
en ¡u interior. En otras palabras, la psicotogía comparada ¿l ion¿uitis¡ro que una explicación naturalista o conductista del espíritu como tal
como su ¡esulrado- ha extendido el campo di Ia psiiología -y ge;eril -¡s
¡istema nervioso cenrral del organismo individual
act está fuera de cuestión. Pero, por el contrario, podemos n€gar su
psicólogos consideren el acto individual como parte'¡ir¡.a-"iie,
? ilL.;i;; "ü¿
iu" lor
dcl -¿. iápiio ioáo sJci"t at existencia como entidad psíquica sin negar su existencia en algún
que en tigol perten¿ce y del que, en un ¡eotidó definido, obtiene ¡u ¡ignificació¡;
aunquc, naturalmente, no hayan perdido por ello ¿l interés en el sisteria nervioó otro sentido; y, entonces, si lo concebimos funcionalmente, se hace
ccntral y en los procesos fisiotógicos que- se producen en ót. posible encararlo en términos conductistas. En pocas palabras, no
58 GEORGE H. MEAD rspfRtru, PERSoNA Y socIEDAD 59
€s posible negar la existencia del espíritu o la conciencia o los fenó- ,r r{:rtc como una persona que montará en é1. Se acerca por el lado
menos mentales, niresulta deseable hacedo; Ixro es posible expli_ ¡rleeuado y está preparada para treparse a la silla. Su forma de
carlos en términos conductistas que son, precisamenti, similares a e¡rroximación determina el éxito de todo el proceso. Pero el caballo
los que emplea watson cuando tot" .or, fenómenos psicológicos nu es simplemente algo que tiene que ser montado. Es un animal
no mentales (fenómenos que, según su definición del cimpo de la r¡ttc debe comer, que lxrtenece a alguien. Tiene ciertos valores eco-
psicología, son los únicos fenómenos psicológicos que exisien). La
n¡imicos. El individuo está dispuesto a hacer toda una serie de cosas
conducta mental no es reductible a conducta no mental. pero la con- rn ¡elación con el caballo, y esa dispcsición está involucrada en
ducta o los fenómenos mentales pueden ser expricados en términos r ullquiera de las muchas fases de los distintos actos. Es un caballo
de conducta o fenómenos no mentales, en cuanto surgidos de com- r¡uc él montará; es un animal biológico; es un animal econór-nico,
plicaciones de estos últimos y resultantes de dichas cámplicaciones.
lirtas características están involucradas en las ideas que tiene del
Si queremos usar la psicología conductista para explicar la con- crballo, Si buscamos este carácter ideal del caballo €n el sistema
ducta consciente, tenemos que ser mucho más minuciosos que wat- ncrvioso central, tendríamos que encontrarlo en todas esas distintas
son en nuestra explicación del acto. Tenemos que tener en cuenta, partes de los'actos iniciados. Habría que lxnsar en cada uno de
no sólo el acto completo o social, sino también lo que ocurre en rllos considerándolos relacionados con los otros pro€esos en que em-
€l sistema nervioso centrar como comienzo der acto dei individuo y plea al caballo, de manera que, no importa cuál sea el acto especí-
como organización del acto. Naturarmente, ello nos lleva más allá
fico, existe una disposición a actuar de esos distintos modos con
del campo de nuestra observación directa. Nos lreva más altá de
ese rcferencia al caballo. En ese sentido podemos encontrar, en el co-
campo porque no podemos llegar al proceso mismo. Se trata de mienzo del acto, precisamente esos caracteres que asignamos al "ca-
un campo más o menos ce¡rado, en apariencia debido a la dificultad hallo" como una idea, o, si se prefiere, como un concepto.
que el país mismo present¿ pr¡ra ser investigado. El sistema ner- Si buscamos esa idea en un sistema nervioso central, tendremos
vioso central está sólo parcialmente explorado. Los resultados ac- que buscarla en las neuronas, especialmente en la conexión entre las
tuales, sin embargo, sugieren la organización del acto en términos neuronas. Existen series completas de conexiones, de tal catáctet,
de actitudes. Existe una organización de las distintas partes del <¡ue podemos actuar de muchas formas distintas, y esas acciones
sistema nervioso, que será responsable de los actos, una organización
¡rcsibles tienen su efecto sobre la forma en que actuamos. Por ejem-
que rep¡esrnta, no sólo lo que está ocurriendo inmediatamente, plo, si el caballo pertenece al jinete, éste actúa en distinta forma que
sino también las etapas posteriores que ocurrirán. si uno !¡e apro- si pertenece a otra persona. Estos otros procesos involucrados deter-
xima a un objeto distante, se aerca él con referencia a lo gue minan la acción inmediata misma y, espccialmente, las últimas eta-
hará cuando llegue. si se acerca a un martilro, está muscularmente pas del acto, de modo que la organización temporal del acto pueda
preparado para tomar el mango del mismo. Las etapas posteriores estar presente en el proceso inmediato. No sabemos cómo se lleva
del acto están presentes en las primeras etapas, no simplemente en a cabo la organización temporal en el sistema nervioso central. En
el sentido de que están preparadas para Innerse en funcionamiento, cicrto sentido, estos últimos procesos que van a ocurrir, y que en
sino en el de que sirven para controlar el proceso mismo. Ellas algún sentido son iniciados, penetran en el proceso inmediato. Un
determinan cómo nos acercaremos al objeto, y los pasos de nuestra tratamiento conductista, si se Io hace Io bastante amplio, si utiliza
primera manipulación del mismo. podemos reconocer, pues, que las complejidades casi indefinidas que existen en el sistema nervioso,
la inervación de ciertos grupos de células del sistema ,r"riioro ..n- puede adaptarse a muchos campos que s€ suponía limitados a un
tral puede iniciar, de antemano, las etapas posteriores del acto. El enfoque introspectivo. Por supuesto, gran parte de esto tiene que ser
acto, como conjunto, puede estar pres€nte determinando el proceso. hipotético. Día a día vamos aprendiendo más en cuanto a qué son
También podemos reconocer €n tal actitud general hacia un las conexiones, pero se trata de conocimientos mayormente hipotó-
objeto una actitud que repres€nta reacciones aliernativas, como ticos. Empero, por lo menos pueden ser presentados en forma con-
las que están involucradas cuando habramos de nuestras ideas acer- ductista. Por lo tanto podemos, en principio, formular conductísti-
ca de un objeto. tlna person a familiarizada con un caballo se acerca camente qué entendemos por idea.
60 .GEORGE H. MEAD ESPÍRITU. PERSONA Y SOCIEDAD 61

lr tonducta de otras lrrsonas cuando, quizí, éstas no tienen con-


). L¡ s¡cNTrIcrcIÓN coNDUcTIsTA DE LoS GEsTos r lrnci¡ de ello. Hay algo que nos revela cuál es el proposi¡6
-¡¡¿
mlnd¡, la actitud del cuerpo que lleva a la reacción. La comunica'
El conductista del tipo watsoniano ha mostrado tendencia a ¡ lón cstablecida de tal modo entre los individuos, puede ser per-
trasportar su principio de condicionamiento al cam¡n del lenguaje. fwl¡. Rrede efectuarse una conversación por medio de gestos, que
Gracias a un condicionamiento de reflejos, el caballo ha quedado aso- no rr posible traducir en lenguaje articulado. Y esto rige también
ciado con la palabra "caballo", y esto a su vez pone en marcha el ¡nrr los animales inferiores. Los perros que se aproximan uno a
juego de reacciones. Empleamos la palabra, y la reacción puede ser r¡lro cn ¡ctitud hostil, sostienen tal conversación de gestos. Caminan
la de montar, comprar, vender o trocar. Estamos preparados para uno ?n torno del otro, gruñendo y haciendo chasquear las mandí-
hacer cualesquiera de estas cosas. Esta afirmacíón, empero, omite bul¡¡, esperando la oportunidad par^ at^car. Ahí hay un proceso
el teconocimiento de que esos distintos procesos que el conductista rhl cual podría surgir el lenguaje; es decir: cierta actitud de un indi-
dice estar identificados con la palabra "caballo" deben ser introdu- virluo que provocase una reacción diferente, y así indefinidamente.
cidos en el acto mismo, o en el grupo de actos, que se reúne en torno lln rigor, como lo veremros, el lenguaje, efectivamente, surge como
del caballo. Ellos componen ese objeto en nuestra experiencia, y la ml cn semejant€ proceso. Sin embargo, nos mostramos demasiado
función de la palabra es una función que tiene su lugar en esa orga- elirpuestos e encarat el lenguaje tal como lo hace el filólogo, desde el
nización: pero, sin embargo, no es todo el proceso. Encontramos esa punto de vista del símbolo empleado ro. Analizamos ese símbolo y
misma clase de organización aparentemente extendida a la conducta de¡cubrimos cuál es la intención que existe en el espíritu del individuo
de animales inferiores al hombre: los procesos que componen trües- rl utilizar dicho símbolo, y luego tratamos de averiguar si el sím-
tros objetos tienen que estar presentes en los animales que no etn- bolo evoca tal intención en el espíritu del otro. Suponemos que en
plean el lenguaje. Por supuesto que el gran valor, o uno de los rl cspíritu de las lxrsonas existen series de ideas, y que estos indi-
grandes valores, del lenguaje es que nos permite controlar €sa orga- viduos emplean ciertos símbolos arbitrarios que responden a la in-
nización del acto. Es éste un punto que tendremos qu€ considerar trnción que los individuos tenían. Pero si quer€mos ampliar el
en detalle más adelante, p€ro resulta importante reconocer que aqu€- (oncepto del lenguaje en el sentido de que he hablado, a fin de
llo a lo que se rcfíere la palabra es algo que puede residir en la expe- quc inco4rcre las actitud€s subyacentes, podremos ver que la
riencia del individuo sin el empleo del lenguaje mismo. El lenguaje tl¡mada intención, la idea de que estamos hablando, está involucrada
recoge y organiza este contenido en la experiencia. Es un instrumento cn el gesto o las actitudes que empleamos. El ofrecimiento de una
para ese fin. ¡illa a una persona que entra en una habitación es, en sí, un acto de
El lenguaje es parte de Ia conducta social 0. Hay una indefinida cortesía. No tenemos por qué suponer que la p€rsone que ofrece se ha
cantidad de signos o símbolos que pueden servir para el propósito ¡firmado a sí misma que la otra quiere una silla. El ofrecimiento
de lo que llamamos "lenguaje". Esramos leyendo la significación de de una silla, por parte de una peñ¡ona de buenos modales, es algo casi
inctintivo. Y ésa es precisamente la actitud del individuo. Desde
.0_- ¿Cfál es el meranismo básico nediante el cuat se tlev¡ a cabo el proceso cl punto de vista del obseryador, se trata de un gesto. Semejantes
¡ocial? Es el mecanismo del gesto, que hace posibler las reacciones adecuadas
para la conducte mutua, por parte de tos distintos organismos individueles invo- primeras etapas del acto social preceden al símbolo propiamente dicho,
lu,crados en el proceso social. Dent¡o de cualquier acto social dado se efectúa un¡ y a la comunicación deliberada. tlno de los importantes documentos
adaptación, por -medio de gestos, de las accionis de uno de tos organismos involu-
c¡ados a las acciones de otro; tos, gestos son rnovimientos del piimer organismo, de la historia de la psicologia moderna, especialmente de la psicolo-
y actúan como estímulos rspecíficos, provocando l¡r rracciones (sociilmente) gía del lenguaje, es Exprcssíon of the Ernotíons in Mqn oú Anímals
adecuadas-del srgundo organisrno. El carnpo de operación de tos gestos es el campo
dentro del cual el surgimiento y desarrollo de ta inteligencia hum-ane se h¡ llevaio de Darwin. En esta obra Datwin llevó su teoría de la evolución al
a cab-o durante el proceso de simbolización de la expe¡iencia que los gestolr ---{s- campo de lo que denominamos "experiencia consciente". Lo que
pecialmente los gestos vocales- han posibititado. La especiálización-del animal
h.mano dentro de este campo del gñto ha sido responiable, en defioitiva, del Darwin hizo fué. demostrar que existía toda una serie de actos o
origen-y, desa¡rollo de ta aétual ¡ociedad humana y'de eur'conocimiento¡, con
todo el dominio sob¡e la n¡turaleza y sobre el medio humano posibilitado pot la r0 ["The Relations of Psychology and Pbilology", Psgchologícal Bulletin,
ciencia. I (1904), 375 v s.l

62 GEoRGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 6'


comienzos de actos que provocaban ciertas reacciones que no cxpmsan en la obra de otros psicólogos, hombres que se interesaban, como
emociones. Si un animal ataca a otro, o está a punto de atacarlo, el naturalista Darwin, en el estudio del acto, en la información que
o de arrebatar el hueso a otro perro, dicha acción provoca violentas cs proporcionada por un individuo a otro mediante su actitud. Ellos
reacciones que expresan la ira del segundo p€rro. Ahí tenemos une $uponen que tales actos tenían una razón para existir, porque expre-
serie de actitudes que expresan la actitud emocional del perro; y saban algo del espíritu del individuo. Se trata de un enfoque similar
podemos trasportar este análisis a la expresión humana de la al del filólogo. Suponen que el lenguaje existió para los fines de
emoción. trasmitir ciertas ideas, ciertos sentimientos.
La parte de nuestro organismo que más vívida y fácilmente ex- Si uno medita, se da cuenta de que se trata de un falso enfoque.
presa las emociones es el roetro, y hrwin estudió el rostro desde ese Resulta completamente impo'sible suponer que los animales se pro-
punto de vista. Natutalmente, escogió al actor, el hombre cuyo ofi- ponen expresar sus emociones. Y por cierto que no se proponen ex-
cio es expresar las emociones por medio de los movimientos de las presarlas para beneficio de otros animales. Lo más que puede decirse
facciones, y estudió los músculos mismos; y al estudiados se lrropuso es que las "expresiones" ponían en libertad cierta emoción en el indi-
demostrar qué valor podían tener estos cambios del rostro en el acto. viduo, una válvula de escape, por decirlo así, una actitud emocional
Flablamos de expresiones tales como la de cólera, y advertimos ta de que el animal necesitaba, en algún sentido, librarse. En verdad
forma en que la sangre puede inundar el rostro en una etapa y aben- que no podían existir en esos animales inferiores como medios de
donarlo en otra. Darwin estudió la afluenci¡ de sangre que sc pro- cxpresar emociones; no podemos enfocarlas desde el punto de vista
ducía en el temor y en el tenor. En esas emociones puede verse que de la expresión de un contenido que hubiese en el espíritu del indi'
ocurren cambios en Ia ptopia afluencia de sangre. Estoc cambios viduo. Por supuesto, podemos ver cómo, para el actor, podrán lle-
tienqn su valor. Representan, es claro, cambioe en la circulación de gar a convertirse definidamente en un lenguaje. LIn actor, por
la. sangre durante los actos. Estas acciones son generalmentc accio- ejemplo, puede proponerse expresar su cólera, y podrá hacerlo me-
nes rápidas y que sólo pueden ocurrir si la sangre fluye rápidamcnte. diante una expresión del rostro, y así traducir al público la emoción
Es preciso que se produzca un cambio en el ritmo de la circulación, y que quiere hacerle llegar. Empero, no estará expresando su propia
esto por lo general se registra en el scmblantc. emoción, sino simplemente expresando al público la evidencia de
Muchos de nuestros actos de hostilidad se exhiben en actitudes cólera, y si tiene éxito, podtá hacerlo más eficazmente, por lo que
del rostro similares a las de los animales que atacan con los dicntes. respecta al público, de lo que lo haría una 1rrsona realmente enco-
La actitud, o, en un término más generalízado, el gesto, ha sido leúzada. Así, tenemos que esos gestos sirven para expresar las emo-
conservada aún después de que desapareció el valor del acto. El título ciones, p€ro no podemos concebir que surgiesen como tales, es decir
de la obra de Darwin indica su ángulo de enfoque. Estudiaba eso como tales provocasen un lenguaje a fin de expresar una emoción.
gestos, esas actitudes, como expresivos de las emociones, y su¡ronía, El lenguaje, pues, tiene que ser estudiado desde el punto de vista
al mismo tiempo, que el gesto tiene la función de expresar las emo- del tipo de conducta de gestos dentro de la cual existió sin ser, como
ciones. Esa actitud se ha conservado, según dicho punto de vista, tal, un lenguaje definido. Y tenemos que ver cómo puede haber sur-
después de que el valor del acto desapareció. El gesto parece eubsistir gido la función comunicativa de ese tipo previo de conducta.
para los fines de expresar emociones. Naturalmente, uno suponía La psicología de Darwin suponía que la emoción era un estado
ahí una actitud, en la experiencia de los animales, que responde en psicológico, un estado de conciencia, y que ese estado, no podía ser
cierto sentido a las del animal humano. También ahí ee podía formulado en términos de la actitud o de la conducta del individuo.
aplicar la doctrina de la supervivencia del más apto. La inferencia, Se suponía que la emoción existe y que ciertos movimientos propor-
en ese caso particular, ert que esos gestos o actitudes hatúan perdido cionan indicios de ella. Los indicios serían recibidos por otras for-
el valor que tenían en los actos origínales y, sin embargo, sobrevi- mas moldeadas como ella, las que actuarían sobre esa base. Es decir,
vido. Ello indicaba que habían sobrevivido porque servían para presuponía la conciencia como distinta del organismo biológico.
ciertas valiosas funciones, y sugería que tales funciones eran las de El estado consciente era lo que debía ser expresado por el gesto
expresar las emociones. Esa actitud por partc de Darwin se refleja o la actitud. Debía ser expresado en conducta y ser reconocido de
64 CEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 65
algún modo como existente en la conciencia de la otra forma, gra- las sensaciones que res¡rondían a la inervación de los nervios senso-
cias a ese medio de expresión. Tat era la actitud psicológica general riales. Había también el estudio de esos tray€ctos que descienden
que Darwin aceptaba. hasta la víscera, y se los alineaba junto a las experiencias emocio-
Contrariamente a Darwin, sin embargo, no encontramos prueba nales. Todo el proceso de la circulación de la sangre había eido
alguna de la existencia previa de la conciencia como algo que pro- puesto al descubierto, al igual que la acción que involucraba el re-
voque una conducta, por parte de un organismo, que sea de tal cali_ pentino cambio de la circulación de la sangre. El temor, la hostili-
dad como para hacer surgir una reacción adaptativa por parte de dad, la ira, que exigían movimientos súbitos, o el terror, que pri-
otro organismo, sin depender ella misma de tal conducta. Más bien vaba al individuo de la capacidad de moverse, se reflejaban en las
nos vemos obligados a sacar en conclusión que la conciencia es un condiciones viscerales; y también tenían sus aslrctos sensoriales co-
emergente de tal conducta; que, lejos de ser una precondición del nectados con el sistema nervioso central. Había, pues, un tipo de
acto social, el acto social es una precondición de ella. El mecanismo experiencias que no ocupaban un lugar en un mundo estático. Wil-
del acto social puede ser rastreado sin necesidad de introducir en él helm Wundt encaró este problema desde el punto de vista de esa
la concepción de la concíencia como un elemento separable dentro de clase de psicología, que ofrecía una clave por medio de la cual se
dicho acto; de ahí que el acto social, en sus etapas á for*", más ele_ podían seguir esas distintas experiencias dinámicas hasta el meca-
mentales, sea posible fuera o aparte de alguna forma de conciencia. nismo del propio organismo.
El tratamiento que se había dado al sistema nervioso central y
a sus nervios sensoriales y motores había sido el de llevar una co-
4. SuRc¡lrl¡pNTo DEL pARALELIsMo EN LA ps¡col-ocf¡,
rriente nerviosa a un sistema nervioso central, el que, a su vez, era
rcsponsable por una sensación que se 'daba en la "conciencia". Para
La psicología que pone el acenro sobre el paralelismo tiene que
ser distinguida de la psicología que considera ciertos estados de la
lograr una explicación completa de lo que llamamos el acto, había
que seguir hacia arriba el aspecto sensorial y luego, hacia afuera, los
conciencia como existentes en el espíritu del individuo y como suc€-
resultados motor€s que ocurrían debido a Io que pasaba en la con-
diéndose los unos a los otros de acuerdo con sus propias leyes de
asociación. Toda la doctrina de la psicología que sigue a Hume fué
ciencia. La fisiología a que me he referido se apartaba, en cierto
predominantemente asociacionista. Dados ciertos estados de concien-
sentido, del campo de la conciencia. Era difícil trasportar semeja¡te
mecanismo a los anímales inferiores. Eso, ¡ror lo menos, sacaba al
cia, se su¡ronía que eran ¡nantenidos agrupados por otros elementos
psicólogo del campo de la experiencia animat. Darwin consideraba
similares. Entre estos elementos se encontraban los del placer y el
dolor. Relacionada con €ste atomismo de estados conscientes aso- al animal como aquello a partir de lo cual evoluciona la conducta
humana, del rrrismo rnodo que ha evolucionado el organismo hu-
ciados, había una psicología de Ia acción basada en la asociación del
mano, y si eso es cierto entonces debe admitirse que, en algún sentido,
placer y el dolor con ciertas otras sensaciones y experiencias. La
la conciencia evoluciona.
doctrina de la asociación era la doctrina psicológica dominante; tra-
taba la experiencia estática, ant€s gue la dinámica.
El enfoque resultante lo es desde el punto de vista de la con-
ducta misma, y aquí aparece el principio de paralelismo. Lo que
La penetración del aslxcto psicológico, cade vez más profunda-
ocurre en la conciencia corre paralelarirente a lo que ocuffe en el sis-
mente, en el sistema nervioso central demostró que existen series com-
pletas de experiencias que podrían ser llamadas sensaciones y que, sin
tema nervioso central. Es necesario estudiar el contenido de la
forma desde el punto de vista fisiológico y psicológico. El centto de
embargo, son sumamente distintas de lás que pueden ser conside-
la conciencia, dentro del cual se registra lo que afecta a los nervios
¡adas estáticas, tales como el sonido, el olor, €l gusto, el color. La
sensoriales y del cual surge la conducta debida a imágenes de sensación
asociación p€rtenecía a ese mundo estático. Se reconocía, cada vez
más, que había una gran parte de nuestra experiencia que era diná-
y de memoria, debe ser sacado del mecanismo fisiológico; y ein
embargo es preciso encontrar un paralele, en lo que ocurre en el
mica rr. La forma de funcionamiento estaba presente en algunas de
sistema nervioso, para lo que el fisiólogo ha puesto en la conciencia
t1 f-as linear de ta esociación eiguen ta¡ tínea¡ del acto (1924). en cuanto tal. Lo que he mencionado en punto a las emocíones
66 GEoRGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 67

parecía presentar una contraparte físiológica Ínra lo que ocurre en estados físicos con las distintas fases del acto. El paralelismo es,
la conciencia, un camlxr que en apariencia pertenecía particularmente pues, un intento de encontrar analogías entre la acción y los conte'
al aspecto mental de la vida. Odio, amor, cílera son alxrren- nidos experimentados.
temente estados del espiritu. ¿Cómo podrían ser -éstos
explicados en tér- El resultado inevitable de este análisis fué llevar a la psicología
minos fisiológicos? El estudio de los actos mismos desde un punto de una forma estática a una dinámica. No se trataba simplemente
de vista evolucionista, y también el estudio de los cambios que ocu- de relacionar lo que se encontraba en la introspección con lo que se
r'rcn en el organismo mismo cuando se encuentra bajo la influencia encuentra en el organismo; se convirtió en una cuestión de relacionar,
de lo que llamamos una emoción, p¡esentan analogía con esos estadoe unas con otras, las cosas que se encontraban en la introspección, en
emocionales. Podría encontrarse en ellos algo que respondiese decidi- la fo¡ma dinámica en que los elementos fisiológicos eran relacio-
'damente a las emociones. nados a la vida del organismo. La psicología se hizo, 1rcr turno, aso-
(In ulterior desarrollo de esa dirección se da en ta teoría de las ciacionista, motriz, funcionalista y finalmente conductista.
emociones de James. Porque huimos cuando tenemos miedo, y golpea- La transformación histórica de la paicología fué un proceso
mos cuando estamos furiosos, podemos encontrar en el organismo que se llev6 a cabo gradualmente. La conciencia era algo que no
fisiológico algo que reqrcnda al miedo y a la ira. Se trata de una podía ser sencillamente desechado. En los principios de la psicolo-
actitud del organismo que responde a dichos estados emocionalcs, es- gía se produjo un tosco intento de explicar la conciencia como cierta
'pecialmente esas condiciones viscerales que
a me he referido y los re, secreción del cerebro, mas ésta fué solamente una fase ridícula de esta
pentinos cambioa de la circulación que se descubren asociados a l¡s transform¿ción. La conciencia existía pero era algo que podía ser
emociones. Se torna posible relacionar las condiciones psíquicas con puesto en relación cada vez más estrecha con lo que snrcedía en el
condiciones fisiológicas. El resultado fué que se podía hacer una ex- cuerpo. Lo que ocurría allí tenía cierto orden definido. Todo lo
plicación mucho más completa de la conducta del individuo en que ocurría en el cuerpo era parte de un acto. La prirnitiva concel>
térmínos fisiológicos, que se podía encontrar un paralelo, en el meca- ción del sistema nervioso central suponía que se podían localizar
lismo del cue4n y en el funcionamiento de dicho mecanismo, de ciertas facultades del espíritu en ciertas partes del cerebro, Irero un
lo que se explica en términos de conciencia. Esa psicología era de- estudio del sistema nervioso central demostró la inexistencia de tales
nominada, cosa natural, psicología fisiológica. Se trataba de una correlaciones. Se hizo evidente que no había nada más que víag de
explicación, en términos de lo que sucedía en el organismo, del con- comunicación ls. Las células del cerebro eran vistas como partes de lag
tenido que el psicólogo había estado encarando. ¿Qué hay en el aco vías nerviosas provistas de material para continuar el sistema, Irro no
del animal que responda a esa!¡ distintas, así llamadas, categorías psi- se encontró nada que condujese a la conservación de una idea gomo
cológicasl ¿Qué hay que res¡ronda a las sensaciones, a las reacciones tal. No había en el sistema nervioso central nada que permitiese loca-
motrices? Cuando estas preguntas fueron contestadas fisiológica- lizar un trayecto dedicado a las abstracciones. Hubo una época en que
mente, involucraron, es claro, mecanismos ubicados dentro del acto, el lóbulo frontal fué corisiderado como la sede de los procesos de pen-
poftlüe todo lb que sucede en el cuerpo es acción. Puede ser acción samiento, pero el lóbulo frontal tampoco representa otra cosa que
demorada, pero no hay ahí nada que en sí mismo sea simplemente vias de comunicación. Las vías hacen posible una conducta suma-
un e$ado fisiológico que pueda ser comparado con un estado estático. mente complicada, complican el acto enormemente por medio del
Llegamob entonces a las sensacion€s y nos proponemos explicadas en mecanismo del cerebro; Irro no establecen ninguna estructura que
términos de una acción refleja completa. Tratamos con la sensa- res¡ronda funcionalmente a las ideas. D" modo que el estudio de la
ción desde el punto de vista del estímulo, y cuando llegamos a en- conciencia, desde el punto de vista del organismo, llevó inevitable-
carar los distintos estados emocionales, los encaramos en términos mente a los hombres a contemplar la conciencia misma desde el
de la preparación para la acción y del acto mismo, tal como está suce- punto de vista de la acción.
diendo 12. Es decir, se hace ahora esencial relacionar una serie de ¿Cuál es, por ejemplo, nuestra ex¡xriencia que res¡ronde al cierre
12 Así, John Dewey agregó a la doct¡ina de Jame¡ la neccsidad del cosflicto l8 [Entre lor filócofo¡, Heari Bergson destacó e4lecielncnte ese punto. Vóase
en la acción par¡¡ que curgiescn las emocione¡, sl Matiérc et Mémoire.l
68 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 69

del puño? La pcicología fisiológica siguíó Ia acción a lo largo de r¡ue es la esencia del sistema nervioso central de las formas inferiores,
los nervios que salen de los músculos del brazo y de la mano. La r encuentra allí cierta organización cuya actividad controla otras
experíencia del acto sería, entonces, la sensación de lo que ocurría; ¡ctividades; pero cuando llegamos a la conducta del individuo
en la conciencia como tal existe un conocimiento de lo que el órgano humano, no se encuentra ningún sistema semejante €n que exista
un
está haciendo; hay un paralelismo entre lo que sucede en el órgano lolo centro directivo o grupo de centros' Se puede ver qu€ los dis-
pro-
y lo que ocurre en la conciencia. Este paralelismo, naturalm€nte, no tlntos procesos involucrados en la huída del peligro pueden ser
es completo. Parece haber una conciencia que corresfronde solamente .nr.r, i. tal modo interrelacionados con otras actividades' que la
a los nervios sensoriales la. Tenemos conciencia de algunas cosas y flrc¡lización aparczra en la organización. Se ve que un árbol es un
no la tenemos de otras, y la atención parec€ desempeñar un papel ¡rorible lugar áe fuga, si un toro nos
persiguei Y, en general' se ven
sumamente importante en la determinación de cuál es el caso. El ,oru, qo. permiten que se lleve a cabo la actividad en marcha' un
paralelismo que traE)ortamos no parcce ser completo, sino un para- puede ser el factor determinante de toda
¡rupo ur.irble de centros
lelismo que ocurre solamente en distintos puntos. Lo interesante aquí i¡ actividad del individuo. Este es el concepto que también ha sido
es que el organismo es ahora el que pro¡rorciona las claves para el trreportado ál campo del cecimiento. Ciertas partes del embrión
que
análisis. Sólo algunas partes de la rcacción aparecen en la conciencia comienzan a crecer, y dominan la acción del crecimiento hasta
como tales. El organismo ha ocupado el lugar primario. La psicotogía rlgún otro proceso adquiere predominio. En el córtex, ese órgano
experimental partió de lo que podía aferrar en el sistema fisiológico qJ. .n algún sentido responde a la inteligencia humana, no logramos
y luego pretendió descubrir qué había en la conciencia que restxtn- rn.ontr", ,ringuna fiscaiización exclusiva e invariable, es decir, nin-
¡una eviden.i" d. ella en la estructura de la forma
diese a ello. El hornbre de ciencia sentía que tenía Ia misma seguddad misma' De
que el fisiólogo €n cuanto a identificar esos hechos en el sistema ner- Itgún -odo podemos suponer gue el córtex actúa como un todo'
vioso, y, dados esos hechoc, podía investigar en la conciencia. Era p.io no podemos ,.tro.id., hasta ciertos centros y decir que allí
más sencillo partir de lo neurológico y luego registrar lo que se encoü- irtá alojado el espíritu en pensamiento y en acción' Existe una
traba en lo psíquico. Así, Ia aceptación de alguna clase de paralelismo gnridad indefinida de células conectadas enttt sí, y su inervación'
existente ent¡e los contenidos de la conciencia y los procesos fisio- rn algún sentido, conduce a una acción unitaria' pero resutta casi
lógicos del sistema nervioso central condujo a una concepción diná- it¡oriUl. afirmar qué es esa unidad en términos del sistema nervioso
mica de tales contenidos términos de actos-, en lugar de está- .entr.l. Todas las distintas partes de la cofieza parecen estar invo-
-¿n Dt esa forma los contenidoc de la
tica -<n térml¡no¡ de estados-. lucradas en todo lo que o.oir.. Todos los estímulos
que llegan al
conciencia e¡an enfocados dcsde abajo (es decir, naturalístícamente), Úrebro son reflejados ha.ia todas las partes del cerebro' y' sin em-
antes que desde arriba (es decir, trascendentalmente), por medio dc pues' un problema que
brrgo, se consigue una acción unitaria' Resta'
un estudio de los p¡ocesos fisiológicos del sistema nervioso central rn modo alguno está definitivamente resuelto: la unidad de la
¡cción del sistema nervioso central. Wundt se propuso
destinado a determinar qué hay en el espíritu que responda a lac descubrir
actividades del organismo fisiológico. ciertos centtos que fuesen responsables de esa clase
de unidad' pero
que aisle ninguna
Había una duda en cuanto a los centros directores de la acción no existe nada .n la estructuá del cerebro mismo
unificada. Tenemos tendcncia a frnsar en el sistema nervioso central rlc las partes del cerebro destacándola como la que dirige la conducta
desde el punto de vista de un tablero telefónico, con llamadas que .n ,u .onjurrto. La unidad es una unidad de integración' aunque no
llegan y respuestas que salen. Ciertos centros son concebidos como potlemos deci, .r, detalle cómo se produce dicha integración'
principales. Si se retrocede hasta la base del cerebro, hasta la porción Lo que quería hacer resaltar es que el enfoque de la psicología
inevita-
tcórica desde-el punto de vista del organismo debe hacerse,
ltl Siempre tencmos concic¡ci¡ de to quc bcno¡ hecho, ¡u¡c¡ dc b¡cetlo. blemente, a través de un acento puesto sobre la conducta' sobre lo
E¡tamo¡ siempre consciente¡, dircctamentc, ¡ólo de loc procecor ¡ensorialc¡, ¡unc¡ posible tra-
de loa procesos motor¿r; de ebí quc ¡camos con¡ciente¡ dc é¡to¡ ¡ólo ¡ tr¡v€r rtinámico ant€s que sobre lo estático. Naturalmente' es
de aquéllor, que ron ¡u¡ rcsutt¡nte¡. Lo¡ contcnido¡ dc t¡ concie¡ci¡, cn cotrr- bajar en el otro sentido, es decir, contemplar la experiencia desde
el punto de vista del psicólogo y sacar conclusiones acerca de
cucnci¡, tieacn que ¡ar corrcl¡cion¡do¡ co¡ u¡ ¡i¡tema fi¡iológico. o eda¡rtrdor e ét,
en tó¡mino¡ diná¡rico¡, como procclor quc ¡c cfcctú¡n.
70 cEoRGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 7L

lo que sucede en el sistema nervioso central. Es posible reconocer, rionet, tales como la huída del peligro, que representan una sensi'
por ejemplo, que no estamos sencillamente a merced de los distinto¡ bilidad peculiar. Un sonido en cualquier otra dirección no tendría
estímulos que obran en el sistema nervioso central; lo cual es, c[ rt mi¡mo efecto. El ojo es sumamente sensible a los movimientos
carnbio, la opinión natural del fisiólogo. Podemoe ver esos órga- (luc s€ efectúan fuera del campo de la visión central, aunque ese
nos adaptarse a distintos tipos de €stímulos. cuando llegan las onda¡ ftrtor de la retina del ojo no sea tan sensible a las formas y las
de aire, afectan a los órganos especialec del oído; cuando ap"rc.en loc rlirtinciones de color. Se busca un libro en una biblioteca, y se lleva
gustos y los olores, loc estímuloc recorren treyectos en los órganor una especie de imagen ment¿l del lomo del libro; se torna uno
adecuados que rcaccionan. Podrá p¡¡r€cer que existe sólo una rcac- rnsible a cierta imagen de un amigo a quien se va a encontrar'
ción del organismo a los estímulos. Esta posición es adoptada en la l)odemos sensibilizarnos a ciertos tipos de estímulos, y podemos
psicología de Spencer, quien aceptó el principio darwiniano de la evo. conetruir la clase de acción que llevaremos a cabo. En una serie de
lución. La influencia del ambienta es ejercida sobre el individuo, y la n¡cciones en cadena, el individuo realiza una reacción instintiva
adáptación de éste resulta de las influencias del ambiente sobre é1. y lucgo se encuentra en presencia de otro estímulo, y así siguiendo:
Spencer concibió el sistema nervioso central como atacado continua- Íxro, como seres inteligentes, nosotros mismos construímos seme-
mente por estímulos que establecían ciertas vías, de modo gue era el Jantes reacciones organizadas. En el cam¡ro de la atención tiene que
ambiente el que moldeaba al individuo. rxietir un mecanismo en el cual se puedan otganizar los distintos
Sin embargo, los fenómenos de la atención proporcionan dis- r¡tlmulos con referencia a otros, a fin de que puedan ocurrir ciertas
tínto cuadro de Ia conducta. El animal humano es un animal aten- rcacciones. La descripción de esto es algo a lo cual podremos llegar
to, y su atención puede srr concedída a estímulos sumamente leve¡. mediante un estudio de nuestra propia conducta, y por el mofilento
Se pueden captar,sonidos a la distancia. Todo nuestro ptoceso intc- ?ito es todo lo que podemos decir.
ligente párece residir en la atención selectiva de ciertos tipos de ec- El paralelismo en psicología se encontraba principalmente do-
úímulos 16.
Otroc estímulos que bombardean et sistema son desviado¡ tninado por el estudio del sistema nervioso central, y eso llevó in-
de algún modo. Dedicamos nuestra atención a una cosa en eqlccial. cvitablemente a la psicología funcionalistd, motúz, vofuntarista y
No sólo abrimos la puerta a ciertos estímulos y ta cerramos a otros, finalmente conductista. Cuanto más se pudiese explicar de los pro-
sino que nuestra atención es un proceso organizador así como un cesos del individuo en términos del sistema nervioso central, tanto
proceso selectivo. Cuando prestamos atención a lo que vamos a más se empleaba, para ínterpretar la conducta, la pauta proporcio-
hacer, estamos escogiendo todo un grupo de estímulos que repres€n- nada por el sistema nervioso central. Insisto en que las pautas que
tan actividad sucesiva. Nuestra atención nos permite organizar el uno encuentra en el sistema nervioso central son pautas de acción,
campo en que vamos a actuar. Y aquí tenemos al organicmo como no de contemplación, no de apreciación en cuanto tal, sino pautas de
actuante y determinante de su ambi¿nte. No ee trata simplemente ¡cción. Por otra parte, quiero señalar que se puede enfocar el sis-
de una serie de sentidos pasivos atacados por los estímulos que tema nervioso central desde el punto de vista del psicólogo y
vienen de afuera. El organismo sale y decide a qué rcaccionará, y plantear ciertos problemas al fisiólogo. ¿Cómo explicará el fisíó-
otganiza ese mundo. (fn organismo escoge una cosa y otro elige otra logo la atención? Cuando intenta hacerlo, se ve obligado a efec'
distinta, puesto que actuará en forma diferente. Este es un enfoque tuado en términos de las distintas vías de comunicación. Si quiere
de lo que sucede en el sistema nervioso central, un enfoque que el explicar por qué es elegida una vía en lugar de otra, debe recurrir
fisiólogo recibe del psicólogo. e esos términos de vías y acciones. No es posible establecer en el
La fisiología de la arención es un campo que constituye aún sistema nervioso central un principio selectivo que pueda ser apli-
un continente oscuro. El organismo se adapta a ciertos tipos de cado en general; no se puede decir que existe un algo específico en
conducta, y esto resulta de considerabte importancia para deter- el sistema nervioso central que se encuentra relacionado con la aten-
minar qué hará el animal. También se dan en el organismo reac- ción; no se puede decir que hay un ¡roder general de la atención,
Es preciso explicado específicamente, de modo que, aun cuando
16 [Véace lar Scccioncs 13 y l4.l uno dirija su estudio del sistema nervioso central desde el punto
72 cEoRcE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 7}
de vísta de Ia psicología, el tipo de explicación que tendrá que mhnz.o del acto como su propia volición de actuar. Existe sólo una
obtener deberá serlo en términos de las vías que representan acción. írnciencia de ciertos procesos que se llevan a cabo. Empero, el para-
Tal, en pocas palabras, es la historia de la apadción, en su l¡thmo, en esta forma extrema, dejaba fuera de la explicación preci-
forma paralelista, de la psicología fisiológica, una psicología quc r.rncnte procesos tales como los de la atención y del carácter selec-
había pasado a la etapa siguiente al asociacionismo. por lo común tlvo de la concíencia. Si el fisiólogo hubiese podido indicar el rneca-
se pone el acento sobre la atención, al seguir las huellas de esta tran- nlrnro dcl sistema nervioso central gracias al cual organizamos nues-
sición, pero el énfasis puesto sobre la atención proviene principal- tr¡ rcción, quizá todavía predominaría semejante explicación en
mente del estudio del organismo como tal, y, en consecuencia, de- tórminos de ese paralelismo extremo, que consideraría al individuo
bería ser visto dentro del contexto más amplio que hemos presen- romo simplemente consciente de la selección hepha por el organismo.
tado. tlcro el proc€so mismo de la selección es tan complejo, que se hace
erri imposible explicarlo, especialmente en tales términos. La con-
5. Er p¡n¡r¡LlsMo y LA AMBIGüspap DE "coNcrENcIA,' clrncia en cuanto tal es peculiarmente selectiva, y los procesos de
"Conciencia" es un término sumamente ambiguo. A menudo ¡:lccción, de sensibilizaciÍn del órgano a los estímulos, son algo
muy difícil de aislar en el sistema nervioso central. Wílliam James
uno identifica la conciencia con cierto algo que existe en determi-
nadas condiciones y no existe en otras. Se la encara de la maner¡
rñrta que el monto de la diferencia que es preciso conc€d€r a ciertos
más natural, su¡roniendo que es algo que sucede en ciertas condi-
,rtlmulo$ para hacerlos dominantes es levísirlo, Y pudo concebir
ciones del organismo; algo, pues, quc puede ser concebido como un ¡cto de volición que se afena e ciertos estímulos y les corrcede
paralelo a giertos fenómenos del sistema ne¡vioso, pero no paralelo tfrnes un poco más de énfasis del que les habría concedido de otro
a otros. Parece no haber conciencia ninguna que res¡ronda a loc modo. Wundt trató de hacer posible el paralelismo suponiendo la
procesos motores como tales; la conciencia que tenemos de nu€stre rri¡tencia de ciertos centros que pudiesen llevar a cabo esa función
acción es de tipo sensorial y responde a la cor¡iente que viene de rtrtiva. Pero no había ninguna explicación satisfactoria de la
los nervios sensoriales que son afectados por la contracción de ros lorma en que podía conseguirse esa interacción entre un organismo
músculos. No tenemos conciencia de los procesos motores, Irero
y una conciencia, de la forma en que la conciencia podía actuar
pos€emos un proceso sensorial que corre paralelo a ellos. Tal es ¡obre un sistema nervioso central. Dt modo que' en esta etapa del
dc¡errollo de la psicología, tenemos paralelismo más bien que inter-
la situación de la cual surge el paralelismo. Su¡rone, por un lado,
rccionismo.
un organismo que es una organización en marcha, que aparente-
mente puede funcionar sin conciencia. una persona continúa vi- La fase paralelística de la psicología st tevela, no simplernente
viendo cuando se €ncuentra bajo los efectos de un ancstésico general. como una de las formas pasajeras que han aparecido en la investi'
I ¿ conciencia desaparece y la conciencia vuelve, pero el organismo grción psicológica, sino como una que ha servido para un fin evi-
vivo continúa su marcha. Y cuanto más completamente está uno dcntc ytespondido a una necesidad evidente.
en condiciones de explicar los procesos psicológicos en términos del Distinguimos, en algún sentido, las experiencias que llarnamos
sistema nervioso central, tanto menos importante se torna esa con- conscientes de las que ocurren en el mundo que nos rodea. Vemos
ciencia.
un color y le asignamos cierto nombre. Descubrimos que estamos
cquivocados, debido a algún defecto de nuestra visión, y recurrimos
La afirmación extrema en ese s€nrido fué hecha por F{ugo
Münsterberg 16. Supuso que el organismo mismo continuaba fun- a los colores espectrales y lo analizamos. Decimos que existe algo
qu€ es independiente de nuestro proceso sensorial inmediato. Tra-
cionando, Irro que había ciertos estados conscientes que respondían
tamos de aprehender esa parte de la experiencia que puede ser tornada
a ciertos cambios nerviosos. Si uno decía que hacía atgo, ello signi-
como independiente de la propia reacción inmediata de uno. Que-
ficaba que había una conciencia del movimiento de un músculo en
remos aprehenderla de modo de poder encarar el problema del error.
el cueqro al hacer ese algo; uno inter¡retaba la conciencia del co-
l)onde no está involucrado ningún error' no trazamos el límite'
16 [Vóarc Die Wíltmthandlung.l Si descubrimos que un árbol visto a la distancia no existe cuando
74 GEoRGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD 75

llegamos al lugar, entonces hemos confundido alguna otra cosa con ttpt?rcntan el mismo objeto. Deseamos poder separar los contenidos
el árbol. Así, nos es preciso tener un carng) al cual referir nuectra gur varían de loo contenidos que, de algún modo, nos son comu'
propia experiencia; y también necesitamos objetos que sean r€€ono- nu ¡ todos. Nuestros psicólogos se proponen decididamente enfocar
cidos como independientes de nuestra propia visión. Nos hace falt¡ lr rx¡xriencia tal como varía con los individuos. Algunas de dichas
el mecanismo que establezca esa distinción en cualquier momento, ll¡rriencias dependen de la perspectiva del individuo, y algunas
y lo generalizamos de este modo. Elaboramos la teoría de la per. firn pcculiares de un órgano en especial. Si uno es daltónico, tiene
cepción sensorial en términos de los estímulos externos, de modo rr¡xriencias distintas de las de una lxrsona con ojos normales.
que podamos aprehender aquello en lo que podamos confiar para Cuando usamos Ia palabra "conciencia", entonces, con referen-
distinguirlo de aquello en lo que no ¡rodemos confiar del mismo elr ¡ las condíciones variables según la experiencia del individuo'
modo. Aun un objeto que está realmBnte presente puede dar lugar rrr empleo es completamente distinto del que le damos en el sentido
a una discriminación de ese tipo: en el labo¡atorio se distingue entre dr tornarnos inaccesibles al mundo 1?. En un caso tratamos la si-
estímulo y experiencia seneorial. El experimentador enciende cierta lu¡ción de una persona que se duerme, distrayendo o centrando su
luz y sabe exactamente de qué luz se trata. Puede decir qué ocur¡r rt:nción, es'decir nos referimos a una exclusión completa o parcial
en la retina y en el sistema nervioso c€ntral, y luego averigua cuáles dr cicrtas part€s de un campo. El otro empleo concierne a la expc-
son las experiencias. Pone toda clase de elementos en el proceso, de rle ncia de un individuo, en tanto es distinta de la experiencia de cual-
niodo que el sujeto los confunda. Obtiene, por un lado, datos cons- quier otro, y no sólo diferente en ese sentido, sino también €n cuanto
cientes, y, por el otro, loc procesos físicos que se llevan a cabo. difiere de su propia experiencia en drctintas oportunidades. Nuestra
Trasporta este análisis solamente a un campo que es de importancia rrperiencia varía, no simplemente con nuestro propio organismo,
para su investigación i y él mismo tiene objetos que podrían ser rino gambién de momento en momento, ], sin embargo, se trata de
analizados de igual modo. unr experiencia de algo que no ha variado como varían nuestrag
Queremos poder distinguir lo que pert€nece a nuestra propia rr¡rriencias; y como queremos €star en condiciones de poder estudiar
experiencia de lo que puede ser formulado, como decimos, en tér- rrl experiencia en esta forma variable, nos es precíso establecer algu-
minos científicós. Estamos seguros de algunos proc€sos, Ixro no n¡ clase de paralelismo. Podtía intentarse establecer el paralelismo
estamos seguros en cuanto a la reacción de las personas a dichos fuera del cuerpo, pero el estudio de los estímulos nos conduce inevita-
procesos. Recbnoiemos que existe toda clase de diferencias entre los blemente al estudio del cuerpo mismo.
individuos. Tenemos que establecer esta distinción, de modo que Distintas lrcsiciones llevarán a distintas experiencias en relación
nos vemos bbligados a erigir cierto paralelismo entre cosas que exis- (on un determinado objeto, por €j', con una moneda colocada en
ten y tienen un valor uniforme para todos y cosas que varían para cierto lugar. FIay otros fenómenos dependientes del carácter del ojo,
ciertos individuos. Aparentemente, obtenemos un campo de con- ¡r clel efecto de experiencias pasadas. La forma en que la moneda sería
ciencia y un campo de cosas físicas que no son conscientes. ex¡xrimentada depende de las experiencias anteriores que puedan ha-
Quiero distinguir las diferencias que surgen en el empleo del ber ocurrido a los distintos individuos. Para una persona es una mo'
término "conciencia" palra denotar accesibilidad a ciertos contenidos neda distinta que para otrai y, no obstante, la moneda existe como
y como sinónimo de esos contenidos mismos. Cuando uno cierra runa entidad en sí. Más importante aún desde el punto de vista psi-
los ojos, se aparta de ciertos €stímulos. Si uno toma un anestésico, cológico es la p€rspectiva de la memoria, por medio de la cual una per-
el mundo es inaccesible pera é1. Similarmente, el sueño lo torna a flona ve una moneda y otra una distinta. Estos son caracteres que ne-
uno inaccesible para el mundo. Pues bíen, quiero distinguir este cesitamos separar, y en ello reside la legitirnidad de nuestro patale'
uso de Ia conciencia, el de tornarlo a uno accesible e inaccesible a lismo, a saber, en esa distinción existente entre el objeto tal como
ciertos campos, y diferenciarlo de los contenidos que son detenrri-
nados por la experiencia del individuo. Queremos estar en condi- tr [E, incidentalmente, de [n tercer uso.]n que "conciencia" está restringida
ll plano'dei funcionamiento de los símbolos, sobie conciencia, véase "The. Defi-
ciones de estudiar una experiencia que varía con los distintos indi- nition of the Psychical", tlnioersítg of Chícago Publicatíone., lll (190t) ' 77
viduos, es decir, los diferentes contenidos que en cierto sentido i rr.' ;'wtit ióii"t O¡j..tcyMust"Psychology P.etuppose?". Journal of Phi'
losophs, VII (1910), 174 sg.l
76 GEORGE H. MEAD Espfntru, PERSoNA Y socIEDAD 77
puede ser determinado, física y fisiológicamente,
como común a todor, utlmuloc hasta el cerebro, y decimos que allí se enciende la con-
y Ia experiencia que es peculiar a un organismo patticul"r,
sona particular.
i orr" p.a tl¡rri¡. De este modo, sólo nos queda ubicar en definitiva toda la
rl¡rricncia en el cerebro, y entonces surgen viejos fantasmas epis-
Él establecimiento de esra distinción como doctrina psicorógicr lr¡rológicos. ¿De quién es ese cerebro? ¿Cómo es conocido el cere-
proporciona la clase_de pcícorogía que wundt
h" pr.sená brol ¿Dónde reside el cerebro? El mundo entero llega a ubicarse en
y exhaustivamente. Ha tratado de presentar al orginismo ¿o y su"t;caa, rl teribro del observadcr; y su cerebro está ubicado en el cerebro
dio como objetos físicos idénticos para cualquier experien.ir, mc- rh trdos los demás, y así hasta el infinito. Toda clase de dificul-
que los reflejos que en ellos pro'o.in las
,on-
disúntas .*p..i.rr.i", ,.un Itdu surgen cuando uno intenta convertir esa división paralelista
todos diferentes. Dos rrrson¡¡s que estudian er
mismo siitema i.roioro rn una división metafísica. Es preciso señalar ahora la natutaleze
central en la misma mesa de disección lo verán ptlctica de esa división.
con una pequeRr
diferencia; y sin embargo vcn er mismo sístema
nervioso centrat.
cada una de eltas ha tenido una distinta experiencia
en ese pro..ro.
bien, póngase de un lado el org"rrir-o y su medii como
6. EI PROCN¡MA DEL CONDUCTISMO
41"t"
objeto común y luego-tómese lo que qo.d., po. ,ri ¿..ii y póngasc Hemos visto que el intento de explicar la experiencia del indi'
eso en la ex¡xriencia de los distintos individuos, y implica cierta clase
.t ,.roit"do será vrtluo en cuanto peculiar a él como individuo
un p-aralelismo: por una parte el mundo físico, y por la otra le rle paralelismo. Ló que es accesible sólo para ese individuo, lo que
concienci¡. su vida interior, debe ser explicado en
rlcurre sólo en el campo de
para esta distinción, como lo hemos visto, es una ru relación con la situación dentro de la cual se lleva a cabo. un
- \: base
familiar y justificable, pero cuando se re da Ia forma de una peico-
ba¡e
y otro tiene otra experiencia, y
in{ividuo tiene una experiencia
logía, como lo hizo Wundt, llega a sus límites; lmbas son explicadas en términos de sus biografías: pero existc un
r,i ,. i" ii*a más
allá- nos conduce a dificuttad.". L" distinción iegitima
.i i" qu. t¡regado: lo lue es común a Ia experiencia de todos' Y así nues-
permite que una persona identifique esa fase
d" oni .*p.riá.I" qo" rir explicación científica correlaciona lo que experimenta el indi-
le es peculiar a ella, que tiene qo. ,., estudiada en términos
de un viduo mismo, qlu€ en definitiva sólo puede ser explicado en tórminos
momento de su biografía. Existen hechos que
son importantes sólo rtc su experi.r,.i", aot la experiencia que p€rtenece a todos' Esto es
en cuanto residen en ra biografía del individuo. e¡cncialafindequepodamosinterpretarloqueespeculíaralindi.
La iécnica de esa
clase de separación recurr. ar ambiente psicológico
por u,, tiao y viduo. Siempre ,.p"rittt* lo que es peculiar a nuestra propia reac'
a- la experiencia por el orro. Dc tal modo, cción, lo que podemos ver y otras personas no pueden' de lo
que
in" Irp.i.n.L ¿A
objeto mismo es contrastada con ra experiencia der
individuo, la c¡ común a todos. Referimos a un lenguaje común' a un mundo
conciencia por un lado con el mundo no consciente
por el otro. común, lo que lxrtenece solamente a la experiencia de un individuo.
Si seguimos esta distinción hasta sus límites, llegamos a un Y cuando trasportamos esta relación, €sta correlación' a lo que ocu-
organismo fisiológico que es el mismo para todas ras
¡irsonas, ata- rre física y fisiologicamente, obtenemos una psicología paralelista.
cado ¡ror una serie de estímulos que es la misma p"r"
,oJ*. E, El color u olor peculiar que cualquicra de nosotros capta e3 una
preciso seguir el efecto de tales estímulos en y
el sistemi nervioso cen- cuestión privada. Difiere de la experiencia de otros individuos,
tral hasta el punto en que un individuo en particular tiene una al mismo tiempo existe un objeto comrin al cual se tefiere. Es ta
mis-
experiencia específica. cuando hemos hecho eso en
un caso parúicu- ma luz, la misma rosa, las que están involucradas en tales experien'
lar, empleamos ese análisis como base para generarizar esa distin- comunós a
cias. Lo que tratamos de hacer es seguir estos estímulos
ción. Podemos decir que existen cosas físicas por un lado y individuos. Inten'
aconte- través del sistema nervioso de cada uno de esos
cimientos mentales por el otro. Sulrcnemos que el que respon'
mundo experi- tamos alcan zat la explicación en términos universales
mentado de cada persona es considerado como un
resultado de una de a esas condiciones particulares. Queremos dominarlas hasta don'
serie causa! que reside en er interior de su cereb¡o. .de nos sea posible, y es esa determinación de las condiciones en que
seguimos ros
78 cEoRGE H. ME¡,D ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 79

ocurre la experiencia particular lo que nos permite realizat ese do. [¡i¡ne¡ cntre ciertas situaciones y ciertas reacciones. Es característico
minio rh mt¡ psicología el que no sólo es tan conductista como puede
18.

si uno dice que su experiencía de un objeto está compuesta dc I rn cu¡nto que explici, tan completam€nte como
le es posible' la
distintas sensaciones y luego se propone explicar las condicioncr lr¡rcricncia ¿el in¿ividuo en términos objetivos), sino que además
en que dichas sensaciones ocurtren, podrá decir que expresa dich¡¡ I intcresa obtener esas explícaciones y correlaciones a fin de contro-
condiciones en términos de su propia experiencia. pero son condi. hr l,r conducta en la mayor medida posible. vemos que la psicología
ciones comunes a todos. El rnide, determina qué es Io que está eucc- Or¡¡lerna está interesada en los problemas prácticos, especialmente
diendo, pero el aparato con que mide, en fin de cuentas, está hecho [¡r ric ta educación. Tenemos que guiar las inteligencias de chiqui-
de sus experiencias sensoriales. Las cosas qu€ son calientes o ftíac, llrrr y niños a hacer cierto definido empleo de los medios y a ciertos
ásperas o euaves, los objetos mismos, son explicados en término¡ tlf|r|r definidos de reacciones. ¿cómo podemos tomar al individuo
de sensaciones; Ixro son explicados en términos de sensaciones quc *,,n .u, peculiaridades y llevarlo hacia un tipo de reacción más_ apro-
rlnrldamente uniforme? Tiene que tener el mismo lenguaje
que
¡rodemos hacer universales, y tomamos esos caracteres comunes de
la e¡¡xriencia y descubrimos, en términos de ellos, ras experienciao lr¡r dcmás, y las mismas unidades de medida; y tiene que adoPtar
¡rculiares a los distintos individuos. .trtt¡ cultura definida como fondo para su propia experiencia. Tiene
La psicología está interesada en esa correlación, en descubrir qué r¡uc adaptarse a ciertas estructuras sociales y convertirlas en parte
rclación existe entre lo que ocurre en el mundo físico y lo que ocurr? ,i, ,í. ¿ió-o se logrará eso? Estamos tratando con individuos sepa-
en el organismo cuando une persona tiene una experiencia sensorial. farlo¡, y sin embargo esos individuos tienen que convertirse en
Ese programa frué rcalizado por Hermann Helmholtz 1e. El mundo ¡,.,r., á. un todo común. Queremos obtener la correlación entre
existía en términos que podían ser explicados por las leyes de h ilrl mundo que es común y lo que es peculiar al individuo. De
ciencia, es decir: los estímulos eran explicados en términos físicoc. nrrxto que hacemos que la psicología enfoque las cuestiones de la
Lo que ocurre en el sistema nerüoso podía ser explicado cada vez rrlucaciin y los problemas de la escuela, y tratamos de enalizar
con mayor exactitud, y ello se podía correlacionar con ciertas ex- rlrfcrentes inteligencias para poder explicarlas €n términos que, hasta
periencias definidas que el individuo descubría en su propia vida. ll¡rn<Je sea posible, sean comunes: queremos algo que pueda corre'
Y el psicólogo está interesado en obtener ra correración que existc l¡t,i¡narse con la tarea que el niño tiene que llevar a cabo. En el
entre las condiciones en que sucede la experiencia y lo qo. .r peculiar lr.lrguaje hablado están involucrados ciertos procesos definidos. ¿Qué
al individuo. Desóa hacer que esas explicaciones sean ta' unüersates l,,ry' en él de uniforme y que nos permita identificar qué puede
como resulte posible, y en ese sentido se comporta científicamente. h¡cer el individuo y qué adiestramiento especial habrá quizá que
Quiere explicar la experiencia de un individuo tan ajustadamente rltrte? La psicología penetra también en el campo de las cuestiones
comó pueda, en términos del canr,po que puede cont¡olar, de las condi- ¡¡rmerciales, de venta, de personal; entra en el campo de lo anormal
ciones bajo las cuales aparece. Naturalmente, trata de explicar la y tr¡ta de apoderarse de lo que €s peculiar en el individuo anor'
conducta del individuo en términos de sus reflejos, y retrotrae, tan rrr;rl y de ponerlo en relación con lo normal, y con las estructuras
lejos como le sea posible, los reflejos más complejos del individuo r¡uc reciben su expresión en tales anormalidades. Es interesante ver
hasta las formas más cencillas de acción. Emplea, hasta donde pue-
,¡rre la paicología parte de este problema de obtener correlaciones
de, una explicación conductista, porque puede. ser formulada en
e¡rtre la experiencia de los individuos y las condiciones en que ocu-
términos del mismo campo que él controla.
El motivo que informa a la psicología moderna recibe una ex- ,c y se propone explicar esa experiencia en términos de la conducta;
presión en el campo de los tests mentales, donde se obtienen corre- y que al mismo tiempo trata de hacer un empleo práctico de esa
rorrelación que descubre, paÍa los fines de adiestramiento y fiscali-
-r8 -.[La rigniente interpretación metodotógica det perareriomo ca t¡arizadla mát
z.rción. Se está convirtiendo, esencialmente, en una ciencia práctica,
cn detalle cn le Sección 15.] y ha apartado a un lado los problemas psicológicos y filosóficos
lDlie Lehre oon dem Tonempfindungen; Handbuch dcr phgúolo7írl*n
^ l_t _ t"Ti1.::r,*oor^", en la psicología aso-
Optih.l r¡ue estaban
"t'.UF
80 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 81

que refe-
ciacionista. Tales son las infruencias que otxran en ra psicoroglr ll.ry otra fase de la psicología reciente a la que tendría
conductista. ,trrrrs, a saber, la psicotogía de la configuración'
o psicología de la
t ier,r,l,, que ha despertadJinterés en años recie.ntes' En
ella vemos el
- Esta psicología no es una teoría para oponer a una doctrina aso. comUnes a la
ciacionista, y no debe ser consideradi como tal. Trata de descubrir rrrrrftocimiento de elementos o fases de la experiencia
que dicha cxperien-
. r¡,ericncia del individuo y a las condiciones
cuáles son las condiciones en que surge la experiencia del individuo. en
Tal experiencia es de una clase que nos retrotrae a la conducta a fin 20. generales del campo de la per-
,rr rrrrge Existen ciertas formas
de poder seguirla. Es lo que proporciona una marca distintiva -..j",,rri tanto en la experiencia del individuo como en los objetos
a l¡ un color y
investigación psicológica. La historia y todas las ciencias sociale¡ xrl¡f¡r)s. Pueden ser identificadas. No se puede tomar
La experiencia'
tratan de los seres humanos, pero no son primariamente psicológicas. il'ilrlruirlo a partir de ciertas series de sensaciones'
La psicología puede ser de gran importancia al encarar, aig"-o., lnrltt¡o la del individuo, debe partir de algún
todo' Debe involucrar
tr
economía, el problema del valor, del deseo, los probtemas de la cienci¡ ,il,in ,o¿o a fin de que podamos obtener los elemento-s -T:' ll*"-
este reconocimrento
polítíca, la relación del individuo con el ¿srado, las relaciones perso. ,iltt, O. peculiar impotiancia para nosotrosdelesindividuo y que es
nales que tienen que ser consideradas en función de los individuos. rh rrn elemento comiin en la percepción la percepción
surge
P¡{e 'lescubrirse que todas las ciencias sociales tienen una fase psico- r¡rnritlerado como una condición bajo ta cual
Iógica. La historia no es más que biografía, toda una serie ae uio- un análisis de la experiencia que se basa
¡xrsición qu€ se opor,.
a
nuestra percepción
grafías; y, no obstante, todas las ciencias sociales tratan de loc ,n'lo *opori.i¿r, d. que el todo que tenemos en
separados' La
individuos en sus caracteres comunes; y donde el individuo resalta rr rimplemente una organización de- esos elementos
como distinto es contemplado desde el punto de vista de lo que proporciona otro elemento común a la
i*,,,,f<rri" de la Gesrarf"nos que determina las
logra hacer en el seno de toda la sociedad, o en términos del efecto lr¡'.ri.i.i, del indiviiuo y áet mundo' elemento Así como antes uno
destructor que pueda tener. Pero no nos ocupa principalmente, en r¡rltrliciones en que surge dicha experiencia'
cuanto científicos sociales, el estudio de su experiencia como tal. irul., qu. lon lo' estímulos y con lo que pudiese ser
"r.eglirselas ahora poseemos cierta
La psicología se propone elaborar la técnica que re permita encarar rarlrc¡do en el sistema nervioso central' así
esas experiencias que cualquier individuo puede tener en cualquier rrtrr¡ctura que tiene ;;.:;t reconocida' tanto en la experiencia del
momento de su vida, y que son ¡xculiares a dicho individuo. y rlrrlivicluo como en el mundo condicionante'
el definida'
método de encarar semejante experiencia consiste en averiguar las Una psicologia conductista representa una tendencia
hasta donde sea po-
condiciones en que ocurre esa experiencia del individuo. Debería- Inrrs que'un sistema, una tendencii a explicar' La
del individuo'
mos proponernos explicar la experiencia del individuo, hasta tan
le- rrble , las condiciones en que surge la experiencia
ei tl paraltlismo' El término es in-
r urrctación recibe su op,.'iOn
jos como podamos, en términos de tas condiciones en que
ella surge.
Es esencialmente un problema de control, éste al cual el psi- hrrtunado, en cuant; que lleva l" distinción entre espíritu y
"" 'í que todas las opera-
cólogo se está dedicando. Tiene, naturalmente, su aspecto de investi- ,,;;;;;, .nt.. lo psíquiá y lo físico' Es ciertohasta llegar al sistema
gación en busca de conocimientos. Queremos aumentar nuestros r iones de los estímuios
púed.n ser rastreadas
co- nos encontrafnos en
nocimientos, pero detrás de eso hay un intento de dominar gracias rru.uioro central, de modo que aparentemente
de nuestra piel y re-
al conocimiento que obtengamos; y resulta sumamente interesante ,lndiciones de introducir el'problema dentro
nervioso central' que
ver que nuestra psicología moderna avanza cada vez más en los cam- tr(xeder hasta algo J.t otg"iit-o' el sistema
de una
pos dentro de los cuales puede obtenerse Ia fiscarización. Tiene éxito, -r'rrpi.r."t"tivo de todo lo que ocurre afuera' Si hablamos influye
hasta donde puede establecer correlaciones que es posible poner a h¡2. diciendo que influye sobrc nosotros'-
la verdad es que no
no ejerce influencia hasta
prueba, Queremos aprchender los factores de la natu¡aleza del indi- ¡,;,;;t. golpea r" ttiát del ojo' El sonido
que podemos decir que
viduo que pueden ser reconocidos en la naturaleza de todos ros miem- r¡ue llega al oído, y así siguiendo' de modo
bros de la sociedad pero que pueden ser identificados en el individuo. t.<lo el mundo po.át eiplicado en términos de lo que ocurre den-
son problemas que cada vez avanzan con más f.verza hacia pri-
"t
20 tW^ Kóhte¡, Die phtlskchen Gestalten ín Ruhe und ím stationatm
mera fila. / u,¡an?: Gestalt Psgchologg 'l
8?. GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 83

tro del organismo mismo. Y podemos decir que estamos tratando ll¡rrlte, se consiguen resultados como los de decir gue todo lo que
de correlacionar los sucesos que se dan en el sistema nervioso central, rrurfc en la conciencia tiene que estar localizado, en cierto modo, en
por un lado, y las experiencias del individuo, por el otro. l¡ cabeza, porque se ha seguido los rastros de cierta clase de relación
Pero nos es preciso reconocer que aquí hemos utilizado un e.tajo rrttrrt que afecta a la conciencia. La cabeza de que se habla no es
arbitrario. No podemos tomar el sistema nervioso central de por eí, rr¡rticada en términos dela cabeza que se observa. Bertrand Russell
ni lcs objetos físicos aisladamente. Todo el proceso parte de on rlire que la cabeza real a que se refiere no es la que el fisiólogo con-
tímulo e involucra todo lo que ocurr€. Así, ra psicología correla. "0. trrn¡rla, sino la cabeza del ptopio fisiólogo. A los psicólogos les re-
ciona la diferencia de percepciones con la intensidad física de lo¡ nrlt,r infinitamente indiferente el que esto sea así o no. No es un
estímulos. Podríamos explicar la int€nsidad de un peso que estuvié- que ser
¡rroblema de la psicología actual, y el conductismo no tiene
semos levantando, en términos del sístema nervioso centtil, pero éca y
r¡rn¡idcrado como legítimo hasta cierto punto creer que luego se
sería una forma dificultosa de explicarla. No es eso lo que ra poico- una €x-
rlrrrumba. La psicología conductista sólo se propone obtener
logía trata de hacer. No trata de relacionar una serie de hechos poí- y haga que nuestra correla-
¡rlicación común que resulte significativa
quicos con una serie de hechos neurológicos. Procura explicar las er- r r,in tenga éxito. La historia de la psicología se ha
movido en esta
periencias del individuo en térmínos de las condiciones en que rurge¡r,
rlrrección, y cualquiera que observe lo que ocurre en las Asociacio-
y tales condiciones muy pocas veces pueden ser explicadas en térmi- ner cle Psicologia en los momentos actuales, y la forma en que la
nos neurológicos. ocasionalmente ¡rodemos seguir el proceso baeta
¡rricología es trasportada a otros campos'
verá que el interés, el im'
llegar al sistema nervioso central, Irro es completamente imposibre qu. la infoima, reside en obtener una correlación que permita
i,r,lso
explicar la mayor parte de las condiciones en tales términos. Fisca- i l.r ciencia controlar las condiciones de la experiencia.
lizamos experiencias €n cuanto a la intensidad de lluz que tenemos, dc
los ruidos que producimos; las fiscalizamos en términos de ros efec-
El término ,'paralelismo" tiene una inferencia desdichada: está
l¡isrórica y filosóficamente unido al contraste de lo físico con lo
tos que producimos sobre nosotros mismos por medio del calor y el
¡[fquico, áe la conciencia con el mundo inconsciente. En la
actualid¿d,
frío. Así obtenemos nuestra fiscalización. euízá podamos modificar explicar qué una experiencia en relación
¡o hacemos otra cosa que es
tales efectos operando sobre los organismos mismos, pero en general oculta detrás
¡ on las condiciones bajo las cuales surge. Ese hecho se
tratamos de correlacionar la experiencia del individuo con la situa- "paralelismo", la correlación preciso explicar
rlrl Y para encontrar es
ción bajo la cual ésta surge. Queremos conocer las condiciones en
.rnrbos campos en un lenguaje tan común como sea posible, y el
que prrede aparccú la experiencia. Nos interesa descubrir las leyes de
r onductismo es simplemente un movimiento en esa dirección'
La
correlación más generales que nos sea posible. Pero el psicólogo está trata la conciencia
¡rsicología no es algo que trate de la conciencie; de
interesado en averiguar la clase de condiciones que pueden r.i.ot.-
rlcl individuo en su relación con las condiciones en las cuales la ex-
lacionadas con la experiencia del individuo. Tratamos de explicar la socia'
experiencía del individuo y las situaciones en los términos más comu- ¡x.riencia se da. Es psicología social cuando las condiciones son
nes que ¡rodamos, y esto es lo que confiere su im¡rortancia a lo que
lcs. Es conductista cuando el enfoque de la experiencia se bace a
llamamos psicología conductista. No se trata de una nueva psicología tr',rvés de la conducta 2r'
que aparece y ocupa el lugar de un antiguo sistema. 2r A fin de evitar ciertas i¡fe¡encias metafísicar, quiero decir quc del hecbo
Una psicología objetiva no trata de librarse de la conciencia, rle qce tengamos, por un lado, experiencia individual,_qúe qluizá puede eer privada
sino que tata de explicar la inteligencia del individuo en términos .n ei sentiio de ló personal a qud me he referido, y de que tengamos, -por cl otro
l¡<lo, un mundo común, no se sigue que haya dos planoc separados de existencla
que nos permitan ver cómo se ejerce dicha inteligencia, y cómo ,, ,.rlidod que deban ser distinguidos-metafisicame¡te el uno del otro. Mucho
puede mejorársela. Es natural, pues, que esta psicología busque una ,l,: lo que tp"tec. sencillamentó como expetier,tci¡ de un individuo' coÍlo sus
¡,rnii..'r**iiooes o percepciones, se torni, púbtico más tarde. Todo descubri-
explicación que aproxime entre sí, tanto como sea posible, esas dos -á. ;i, ,oÁirn , con experr€ncras que tienen
i;ri.;;;, ;;; gue -scr cxplicadas en
fases de la experiencia, o que las traduzca a un lenguaje que sea común ;:;;;l;;, L li"g'"fía del descubrilor. El hbmbte puede advertir excepciones
lnf.¡enci"s qo" oirrs petsonas no ven,-y sólo quede registratlas en té¡minoo de
para ambos campos. No queremos dos idiomas, uno de ciertos hechos ",,, p-p1" exp'eriencia. Las pone en esa forma a fin de que otras personas puedan
físicos y otro de ciertos hechos conscientes. si se lleva ese análisis al ,-.i'Uii'"r" i"f.ri.n.i" ,.rrr.lrnt., y luego se propone descubrir cuál es la expli-
,,.i¿n á" ese ixtraño hecho] Elabora hipótesis y tas pone a prueba, y cntoncer
E'l GEORGE H. MEAD
rll¡,¡ se^convierten en p-oeesión común. Es decir que exictc una estrecha rel¡ció¡
.ñlre estos dos campos de to peíguico y lo físico, lo'privado y to público. Hi.emor
cl:(-¡ncione! ent¡e -pued-e
pt¡vado y convertirse.ellos, -reco¡ociendo que el mismo factor ser ahor¡ ¡óto
más tarde en público. E¡ tarca del descubddor, por mcdio
y por medio de sus hipótesis y tñn¡formir
cq'mamente Io _qu! er,cu propia experiencia privadaexperimentos,
-":-:ry_-"lT_ry-"ciones,
en una forma univcr¡¡!.
:-.o mrsmo puede decitcc de ot¡o¡ campos, como €n t¡ ob¡¡ de un gran artirta qur
torn-a Eu! pro-piac emocioneg y tes da üna fo¡ma univer¡at, prri qü.
penctnr en ella¡. ot-r--pued¡n

P ART E I I
ESPfRITU
7. WUNOI Y EL CONCEPTO DEL GESTO

Ilt campode la ciencia social que más nos interesa fué inaugu-
rr,l,r gracias a la obra de Darrvin y a l^ más detallada presentación
rlr Wundt.
Si tomamos la explicación paralelista de Wundt, tenemos un
¡runto de vista desde el cual podemos encarar el
problema de la expe-
irencia social. Wundt se propuso demosttar el paralelismo existente
?ntrc lo que ocurre en el cuerpo, tal como es representado por los pro-
,c¡ns del sistema nervioso central, y lo que sucede en las experiencias
r¡rre el individuo reconoce como propias. Tuvo gue descubrir lo que
rr¡ común a ambos campos q¡3, en la experiencia psíquica' pu-
-tq
rlicse ser explicado en términos físicos
1.

Wundt aisló una valiosísima concepción del gesto que más tarde
¡r. convierte en un símbolo, pero que se descubre en sus primeras €ta-
lr,rs como una parte de un acto social 2. Se trata de esa parte del acto
nocial que sirve de estímulo para otras formas implicadas en el mis-
rno acto social. He proporcionado la ilustración de una riña de pe'

t [Cf. Grundzüge der phgsiologithen Pd71hologie.l,


El iefecto fu¡damentil ?eí parilelismo psicológilo de Wundt es el defecto
iás--paialetismos psicolSgicos: el .par_alelismo tequerido no
f,,.ñ;;;;;i á.-;A; por
rr. €n ricor, completo psíquico
el lado qu€ sólo Ia fase-sensorral' y.no
Puesto
psiqurca¡
l¡ motrii, del proceso fisiológico de la experiencia tiene una corrtlaclón
;t. ;-ü;; .i-ripáá prie"il;-¿e-1ii
d.r paraletisino -requerid.o sóto,pueda cer complctado
i"ilf¿gi,r.L."i.i-qo.á"rh", mod", dest¡ozado. Y- este dcfecto funda'
;,'"";;f;;;;;"."litis*" pri.oi¿gi.o vicia el__análisis de las experiencias sfti¡l$
.;;;;i;i;;';; ?; ü-;;";i.;;i6[-. que él basa en el supuesto de ese patale' -y
lismo,
2 ÍVótherpsgchologie, Vol. I. Pa¡a el trataniento que lVtead lacl le Wundt'
..,-párise "The itelatiónr of pty.tology and PSilology;', Psgchological Eul¡etin,
¿í;b;i , ;t;".'-t'f i i- tt., .ol el riás crítico "Tñ.á Imagination
i''I''c"tmeit in wundt'¡
of ivfyth aná Rel¡gion", ibíd.' III (1906)' págs' 393 v ss'l
86 GEoRGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 87

rros como método para presentar el gesto. El acto de cada perro se r ru amo a dar un paseo. Su tratamiento de los gestos estaba plan-
convierte en el estímulo de la reacción del otro Ixrro. Existe, trr(lo en eu casi totalidad en tales términos.
pues, una relación entre ambos; y así como el acto es contestado A Wundt le fué fácil demostrar que no se trataba de un punto
por el otro perro, el primero $ufre, a su vez, cambios. El propio hecho fugltimo de ataque del problema de tales gestos. En el fondo, ellos
de que el otro lxrro esté dispuesto a atacet a otro se convierte en es- Iur rervían a la función de la expresión de los sentimientos; ése no
tímulo para que el otro perro cambie su actitud o su posición. No rr¡ et motivo de que fuesen estímulos, sino que más bien lo eran
bien ha hecho tal cosa, cuando tal cambio de actitud del segundo ¡xrrque formaban parte de cornplejos actos en los que distintos in-
perro hace, a su turno, que el primero cambie de actitud. Tenemos rlividuos estaban involucrados. Se convertían en herramientas por
ahí una conversación de gestos. No se trata, emp€ro, de gestos en el nrcdio de las cuales reaccionaban los otros individuos. Cuando cau-
sentido de que sean significant€s. No suponemos que el perto se diga: ralr¡n cierta reacción, eran cambiados a su vez, ert reacción al cambio
"Si el'animal viene desde esa dirección, me saltará a la garganta, y en- r¡¡e se efectuaba en la otra forma (o individuos de cualquier especie).
tonces yo me volveré hacia ese otro lado". Lo que ocurre es un cam- llorman parte de la organización del acto social, y son elemen-
bio efectivo en su posición debido a la aproximación del otro txrro. trrr altamente importantes de dicha organizacifin. Para el obser-
Descubrimos una situación similar en el pugilismo y la esgrima, v¡dor humano, son exptesiones de emoción, y esa función de
en las fintas y paradas que son iniciadas por parte del otro. Y en- rxpresar emoción puede convertirse legítimamentc en el camlx)
[onces el primero de los dos, a su vez, cambia su ataque; puede que se rlc trabajo del aftista y del actor. El actor se encuentra
efectúe una considerable cantidad de movimientos de avance y de rn ta misma posición que el poeta: expresa emociones mediante su
retroceso antes de que se propine realmente un golpe. Es la misma propia actitud, sus tonos de voz, sus gestos, así como el poeta, por
situación que en la riña de perros. Para r€ner éxito el individuo itr.iio d. su poesía, expresa sus emociones y provoca esa emoción
no debe detenerse a considerar gran parte de su ataque y su defensa: rn los demás. De tal modo tenemos una función que no se encuentra
por el contrario es preciso que Ia lleve a cabo inmediatamente. Tien? cn el acto social de esos animales, ni en gran parte de nuestra propia
que adaptarse "instintivamente" a la actitud del otro individuo. Por conducta, tal como la del pugilista y el esgrimista. Este juego recí-
supuesto, puede razonarla. Puede fintear deliberadamente a fin de proco se lleva a cabo de modo que los gestos ejecutan sus funciones,
abrir un punto d€ ataque. Pero gran parte tiene que hacerse sin deli- provocan las reacciones en lOs Otros, y estas reacciones se c6nvierten
beración. i ,u u., en estímulos para la readaptación, hasta que el acto social
En este caso tenemos una situación en que ciertas partes del acto mismo puede ser efectuado. Otra ilustración de esto €s la relación
se convierten en un estímulo para que el otro individuo se adapte a rlel padre con el niño, el grito estimulante de éste, el tono de res-
dichas reacciones; y esa adaptación se convierte a su vez en estímulo pu.rt" por parte de la forma -padte, y el consiguiente cambio
para que el primero cambie su acto y comience otro distinto. Hay una cn el grito de la forma-niño. Aquí tenemos una serie de adapta-
serie de actitudes, de movimientos, por parte de estos individuos, que ciones-de las dos formas, gue llevan a cabo un acto social involucrado
pertenecen a los comienzos de actos que son estímulos pam las reac- en el cuidado del niño. Y así, en todos estos ejemplos, vemos un
ciones que se presentan. El comienzo de una reacción se convierte en proceso social en el cual se puede aislar el gesto que tiene su función
estímulo para que el primer individuo cambie su actitud, para que cn tal proceso y que puede convertirse en una expresión de emo'
adopte un acto distinto. El término "gesto" puede ser identificado ciones á llegar a ser más tarde la expresión de un significado, una
con €stos comienzos de actos sociales que son estímulos para la idca.
reacción de otros individuos. Darwin estaba interesado en tales gestos La situación primitiva es aquella en que se da el acto social, acto
porque expresaban emociones, y los encaró principalmente corno si que involucra la interacción de distintas formas, y en consecuencia,
ésa fuera su única función. Consideraba qu€, con referencia a otros li adaptación recíproca de la conducta de las distintas formas, en la
individuos, servían la misma función que con referencia a su propia realizición del proceso social. Dentro de dicho proceso se puede
observación. Para Darwin, los gestos expresaban emociones del encontrar lo que denominamos los gestos, esas fases del acto que
a.nimal; en ta actitud del perro veía la alegtía con que acompañaba producen la adaptación a la reacción de la otra forma, Estas fases
88 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 89

del acto llevan consigo la actitud tal como la reconoce el observador, ll ¡retrona del índividuo que lo hace'
El gesto en general' y el gesto
de la
)' también lo que llamamos la actitud interna. El animal puede estar r,,,¿l *n especial, indica.rro o otro objeto dentro del campo
furioso o tener miedo. Estas son actitudes emocionales que están de- rlnrluct¡ sÁcial, un objeto de interés común a todos los individuos
ese objeto' La
trás de los actos, pero son sólo partes del proceso total que se lleva a tnv¡rlucrados en el acto social así dirigido hacia o sobre
cabo. La ira se expresa en el ataqu€: el miedo se expresa en la huída. luncirln del gesto es posibilitar la adaptación entre los individuos
llrvolucrados.n .ualquier acto social dado, con referencia al
Podemos ver, pues, que los gestos signifícan estas actitudes por parte objeto
de la forma, es decir, tienen ese significado para nosotros. Vemos ,, ,,bjctos con que dicho acto está relacionado; el y gesto signifi-
que un animal está furioso y que se encuentra a punto de atacar. Sa- r.t¡te o símbolo significante proporciona facilidades mucho mayores'
gesto no significante' por-
bemos que eso existe en la accíón del animal y que es revclado por la ¡rra tal adaptación y teadaptación, 9ue el
i,,o prouo." en el individuo que 1o hace la misma
actitud del mismo. No podemos decir que el animal quiera hacerlo en actitud hacia él
el sentido de que haya adoptado una determinación reflexiva de ata- io ti¡cia su significación) que la que provoca en otros y
individuos
así le torna
car. IJn hombre puede golpear a otro antes de querer hacerlo; puede qi,n p.ttiripan-con el primeio en el acto social dado'
sobresaltarse y huir de un ruido fuerte que resuena a su espalda, antes el gesto (como componente de
,,,urci.nte i..la actit.rá de ellos hacia
de saber qué está haciendo. Si tiene la idea en el espíritu, entonces conducta subsiguiente a la
l¡ conducta de él) y le permite adaptar su
el gesto no sólo le indica eso al observador, sino que también sig- rlc ellos a la laz de la mencionada actitud' En resumen' la conver-
mucho
nifica la idea que tiene el individuo. En un caso el observador ve r¡cir'rn de gestos conscientes o significantes es un mecanismo
que la actitud del perro representa ataque, pero no dice que ello rrrÁs adecu*ad o y eficaz de adapiación mutua
dentro del acto social
represente una determinación conscientede atacú por parte del perro. y¡ que invoiucra la adopción, por cada uno de los individuos
,¡,,i to ll.u"n a cabo, de las actitudes de los otros hacia él-
Empero, si alguien sacude el puño ante el rostro de uno, surge la que la
suposición de que, no sólo ha adoptado una actitud hostil, sino que c,,nversación de gestos inconsciente o no significante'
también hay alguna idea detrás de ella. Se supone que eso significa, Cuando, en cualquier acto o situación social dada'
un individuo
in<lica por medio de un gesto, a otro individuo' lo
no sólo un posible ataque, sino que, además, el individuo tiene una que éste tiene
idea en su experiencia. ,¡ue hacer, el primer individuo tiene conciencia de la significación
Ahora bien, cuando ese gesto representa la idea que hay detrás de ,i. su propio gesto -< la significación de su gesto aparece en su
y propia experiÁcia-, en la áedida en que adopta la actitud
él provoca esa idea en el otro individuo, entonces tenemos un del
im-
símbolo significante. En el caso de la riña de perros, tenemos un ,.gunao iidividuo hacia ese gesto y tiende a reaccionar ante ella
gesto que provoca una reacción adecuada; en el caso actual tínemos
fü.itr-.nt. del mismo modo como el segundo individuo reac-
un símbolo que responde a un significado en la experiencia del pri- .ion" r. ella explícitamente. Los gestos se convierten en símbolos
mer individuo y que también evoca ese significado en el segundo "t
rignificantes .o"t do provocan implícitamente en un individuo que
individuo. cuando el gesto llega a esa situación, se ha convertido en los hace las mismas reacciones que provocan explícitament€ -{
lo que llamamos "lenguaje". Es ahora un símbolo significante y (lu€ se supone que deben provocar- en otros individuos' los indi-
las conversaciones de
representa cierto significado 8. viduos a quienes están di;igidos; Y en todas
El gesto es esa parte del acto individual frente al que se produce la gestos, d.t tro del proceso social, ya sean externas
(entre distintos
inaiuiaoor¡ o inteinas (entre un individuo dado y él mismo) '
adaptación por parte de otros individuos en el proceso social de la la
conducta. El gesto vocal se convierte en símbolo significante (ca- conciencia que tiene el iidividuo del contenido
y flujo de la signi-
rente de importancia, como tal, en el aspecto simplemente afectivo ficación involucrada depende de que adopte de ese modo
la actitud
gesto llega'
de la experiencia) cuando produce el mismo efecto sobre el individuo del otro hacia sus propt, gestos' De esta manera' todo
que lo hace que sobre el individuo a quien está dirigido o que explí- dentro de un gtupo o comunidad social dados' a representar
un acto
explíci-
citamente reacciona a é1, y de tal modo involucra una referencia a o reacción .sp..i"t, a saber, el acto o reacción que provoca
en el
j-.-[Véase "A Bebaviorisric Account of the Significant Symbol',, tamente .r, .f indi*,iduo a quien está dirigido, e implícitamente
of- Philosophy, X-I)/. (1922),. págs. l5Z v ss.l- Journdl
individuoquelohace;yesteactooreacciónespecialqueelgestole-
90 GEoRGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 9I
presenta, es su significación como símbolo significante. La existenci¡ tintas reacciones. de que la teoría de Wundt sobre el origen
A fin
del espíritu o de la inteligencia sólo es posible en términos de gestol rlel lenguaje pueda ser puesta en práctica, el gesto que emplea e] eri-
como símbolos significantes; porque solo en términos de gestos que ,ner ináividut tiene que ser reproducido, en algún sentido, en la ex-
son símbolos significantes puede existir el pensamiento qo. es sim- ¡rcriencia del individuo de modo de provocar la misrna idea en su
-
plemente una conversación subjetivada o implícita del individuo con- rrpíritu. No debemos confundir el comienzo del lenguaje con sus
sigo mismo por medio de talee g€stos. La internalizaci1n en nuestra ctipas posteriores. Es muy cierto que, en cuanto vemos la actitud
experiencia de las conversaciones de gestos ext€rnas que llcvamos a rlel perio, decimos que representa un ataque, o que cuando vemos a
cabo con otros individuos, en el proceso social, es la esencia del pensa- un¡ persona mirando en torno en busca de una silla sabemos que sig-
miento; y los gestos así internalizados son símbolos significantJs por- nifica que querría sentalse. El gesto significa todos esos procesos'
que tienen las mismas significaciones para todos los miembros de la y csa significación es provocada por lo que vemos. Pero se suftone
sociedad o grupo social dado, es decir, provocan respectivamente las que estamos en los comienzos del desarrollo del lenguaje. si pre-
mismas actitudes en los individuos que las hacen que en los que *,,rrrimos que existe cierto estado psíqtrico que responde a un estado
reaccionan a ellos: de lo contrario el individuo no podría internali- f isico, ¿cómo'llegaremos al punto en que el
gesto provocará el mismo
zarlos o tener conciencia de ellos y de sus significaciones. como vere- ¡¡*rro .n la actitud del otro individuo? En el comienzo' el gesto
mos, el mismo procedimiento responsable de la génesis y existencia rle la otra persona representa lo que uno hará al respecto' No síg-
del espíritu o conciencia s¿gs¡, la adopción de la actitud del otro nifica lo que él está pensando, ni su emoción' Suponiendo que el
hacia el espíritu de uno, -¿o hacia la conducta de uno- involucra ataque airado de él despertara miedo en uno, €ntonces uno no
ten-
también la génesis y existencia, al mismo tiempo, de los símbolos tlríi cólera en el cspíritu, sino miedo. El gesto de él significa miedo,
significantes o gestos significantes. ¡ror lo que a uno respecta. Esta es la situación ptimitiva. cuando un
En la doctrina de V/undt, el paralelismo entre el gesto y la p..ro gianda et-aca a uno pequeño, el pequeño mete el rabo entre las
emoción o la actitud intelectual del individuo hace posible esta- prtas y huye, pero el gesto no provoca en el segundo individuo
blecer un paralelismo semejante en el otro individuo. El g.rto pro- io qo.-prouocó en el primero. La reacción es, por lo general' de una
voca en la otra forma un gesto que despertará o provocará la misma clase distinta que el estímulo del acto social, y se provoca una ac-
actitud emocional y la misma idea. cuando esto ha sucedido, los ción se supone que existe cierta idea que responde a ese
distinta. si
individuos han comenzado a hablar entre sí. Antes me referí a una acto, entonces uno querrá, €n una etapa posteriot, alca¡zar la idea
conversación de gestos que no involucraba símbolos o gestos eigni- que tenía la primera ior-", pero, originariamente, la idea de uno será
ficanres. Los perros no hablan el uno con el otro; no existen ideas la propia idea que responde a cierto fin. si decimos que al gesto "4"
en el espíritu de los perros; tampoco suponemos que el
l)€rro trate corresponde una idea "a" y al gesto B, una idea "b", entonces' €omo
de expresar una idea al otro lrrro. Pero sí el gesto, en el caso del el gesio "A" de la primera forma provoca un gesto "B", Y su idea
relacionada "b", en la segunda forma la idea que responde al
individuo humano, tiene paralelo a cí cierto estado psíquico que €s gesto
la idea de Io que la persona está por hacer, y si este gesto provoca un "A" no es la idea "a", sino la idea "b"' Semejante proceso no puede
gesto semejante en el otro individuo y una idea similar, entonces se pror/ocar en un espíritu precisamente la idea que la otra persona tiene
convierte en un gesto significante. Representa las ideas de los espí, en el suyo.
ritr¡s de ambos. En términos del análisis psicológico wundtiano de la comunica-
Existe cierta dificultad para llevar a cabo este análisis, si acepta- ción, ¿cómo obtiene o experimenta, un organismo reaccionante'
mos el paralelismo de Wundt. Cuando una peñ¡ona sacude un puño la misma idea o correlación psíquica, de cualquier gesto dado' que
ante las naríces de uno, se trata de un gesto en el eentido en que tiene el organismo que hace ese gesto? La dificultad reside
en que
usamos el término, el comienzo de un acto que provoca una reacción Wundt presupone personas como antecedentes del proceso social' a
que'
por parte de uno. La reaccíón puede variar: puede depender de la fin de explicar la comunicación dentro de ese proceso' en tanto
esratura del hombre, puede consistir en que no agite el puño a su por .l contrario, ha de datse cuenta de ellas en términos del proceso
vez, o puede significar una fuga. Es posible toda una serie de die- social, y en términos de comunicación; y los individuos deben ser
92 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 9J

puestos en relación esencial dentro de ese proceso, antes de que lr Hrlégico Ie obliga a dichc dualismo; y, aunque reconoce la necesidad
comunicación, o el conra*o entre los espíritus de distintos indivi. dr r¡r¡blecer una relación funcional entre ellos, en términos del pro-
duos, se haga posible. El cuerpo no es un yo, corlo tal; sólo s€ coñ. frilr de comunicación dentro del acto social, la única relación de esta
vierte en p€rsona cuando ha desarrollado un espítitu dentro del con- rlrrr que puede establecerse sobre su base psicológica es tal, que no
texto de la experiencia social. No se le ocurre a wundt explicar la 1,,¡r., en modo alguno esclarecer la conexión que el contexto de 1¿
existencia y el desarrollo de lxrsonas y espíritus dentro del proceso 'f'al
rllxriencia social tiene con la existencia y desarrollo del espíritu.
social de la experiencia, o en términos de éste; y su presuposición dc .r,ll¡recimiento es proporcionado sólo por el análisis conductista de
que ellos hacen posible este proceso, y la comunicación dentro de é1, lr etrmunicación, y por la explicación de la naturaleza del espíritu
invalida su análisis de dicho proceso. porque si, como lo hace wundt, rn trlrminos de la comunicación a que dicho análisis lleva.
se presupone desde el comienzo la existencia del espíritu, como ex-
plicadora o posibilitadora del proceso social de Ia experiencia, enton- 8. L¡ tult¡clóN Y EL oRIGEN DEL LENGUAJE
ces el origen de los espíritus y la interacción entre los espíritus se
convierten en misterios. Pero si, por el contrario, se considera el La dificültad de Wundt ha sido resuelta en el pasado gracias al
proceso social de la experiencia como previo (en una forma rudimen- r(,ncepto de imitación, Por supuesto, si fuese cierto que cuando una
taria) a la existencia del espíritu y se explica el origen de ros espíri- ¡*rron, sacude el puño ante las barbas de otra ésta la imita, estaría
tus en términos de Ia interacción entre individuos dentro de ese ir¡ciendo lo que haie ella y teniendo la rnisma idea que ella. Existen,
proceso, entonces, no sólo el origen de los espíritus, sino también la tn rigor, cierios c:rsos en que las relaciones son parecidas a los estímu-
interacción de éstos (que de tal modo se v€ que es inherente a la natu- hrs del acto social, pero por regla son distintas. Y, sin embargo'
raleza misma de ellos y presupuesta por su existencia o desarrollo) re ha supuesto generalmente que ciertas formas se imitan entre sí.
dejan de parcc'* misteriosos o milagrosos. El espíritu surge a través Se ha esiudiado mucho esre problema de la imitación y del papel
de la comunicación, por una conversación de gestos ar u' proceso r¡ue, según se supone, r€presenta en la conducta, especialmente en
social o contexto de experiencie no la comunicación a trrvés del li¡ formas inferiores; pero el resultado de este estudio ha sido rni-
espíritu. -y nimízar la imitación, incluso en la conducta de los animales sup€-
De tal modo, Wundt pasa por alto el importante hecho de que riores. El mono ha sido tradicionalmente el animal más imitador,
la comunicación es fundamental para la naturareza de lo que deno- que tal cosa era un mito.
l)cro en los estudios científicos se descubrió
minamos "espíritu"; y precisamente en el reconocimiento de este lil mono aprende rápidamente, pe¡o no imita. Los peros y los gatos
hecho podrán encontrarse principalmente er varor y la ventaja de Iran sido estudiados desde ese punto de vista, y no se ha descubierto
una explicación conductista del espíritu. Así, el análisis de la comu- que la conducta de una forma sirviese a los fines de provocar el
nicación hecho por wundt presupone la existencia de espíritus que ¡nismo acto en la otra forma.
están en condicíones de comunicarse, y esta existencia sigue siendo En la forma humana parece haber imitación en el caso de un
un misterio inexplicable en su base psicológica; en tanto que el aná- gesto vocal, el gesto importante por lo que respecta al lenguaje' De
lisis conductista de la comunicación no hace semejante presu¡rosi- Lodo que el fil,ólogo, en especial, antes de que el pcicólogo obtuviese
ción, sino que, por el contrario, explica la existencia de espíritus en un anáiisis exacro, adoptó Ia suposición de que imitamos los soni'
términos de comunicación y experiencia social; y considerando a dos que escuchamos. Parecía haber muchas evidencias de ello en
los espíritus como fenómenos que han surgido y se han desarro- ciertos individuos animales, especialmente en aquellos que emplean
llado del proceso de comunicación y de la experiencia social en gene- una arriculación fonética más rica, tales como los pájaros. Al go'
ral que, por Io tanto, presuponen es€ proceso antes rrión puede enseñársele a imitar al canario poniéndolo en estrecha
que-fenómenos
ser presupuestos por és¡s-, este análisis logra arrojar verda- relación con éste. El loro aprende a "hablar". Ya veremos que no
deta luz sobre Ia naturaleza de los mismos. wundt conserva un se trata de verdadero lenguaje hablado, pofque el ave no expresa
dualismo o separación entre el gesto (o símbolo) y la idea, entre el ideas, pero por lo común decimos que el loro imita los sonidos que
proceso sensorial y el contenido psíquico, aparecen en su derredor.
¡rorque su paraletismo psi-
94 GEORGE H. MEAD rsPfRtru, PERsoNA Y socIEDAD 95

La imitación, como instinto generar, está ahora desac¡editad¡ h.rría que oira lxrsona actuase de ese modo? ¿La visión de otra
en Ia psicología humana_. Hubo una época en que la gente una suposición imposible'
creía qur
existía un impulso definido, pot p"rt. del animal io-"no, ¡*rrorr" actuandi de otra manera? Es ésta
porr En el paralelismo de Wundt tenemos la base de su explicación
hacer Io que lo veía hacer ott" g*t.. por parre a.
" También entre las formas ros i-ñls nry .lrl lenguaje. Wundt supuso una situación física que tiene cierto
rignificado para la conducta de la forma, y por otra
mucho de aparente imitación.
no desar¡o. parte supuso
lladas existe un habra que no parece ser otra cosa que
imitación. ui .omplejo psíquico de ideas que son' en cierto sentido' la expre-
Existen personas a quienes .onrid.r"-os poco intelig-entes, que biólógicos' Su problema es obtener de
¡?. ¡ión de valores fisiológicos o
piten cosas sin tener ninguna idea de Io que se quiere J..i", un'a pure significante'
r¡ta situación el lenguaje como comunicación
repetición de sonidos que escuchan. pero toáavía sigue en ple ra Existen situaciones tales como las representadas por la conversa'
duda de por qué habría la forma de imitar de ese *oJo. que ciertas
¿lHay al_ lidrn de gestos a que rne he referido, situaciones en las
gún motivo parala imitación? suponemos que toda conducta para que las formas invo-
tienc fa.,ies del acto se convierten en estímulos
como motivo alguna función. ¿cuál es la función de la imitación? del acto' Ahora bien' estas
Ir¡cradas en ellas lleven a cabo su parte
Aparentemente, obtenemos una respuesta en el desarrollo de lac estímulos para las otras formas' en
for. ¡r,rrtes del acto que constituyen
mas jóvenes. El zorro joven sigue a sus padres, caza con elroc, son, pues, parte del
¡u actividad social, son gestts. Los gestos esa
aprtnde a capturar o evitar determinados animales; originariamente
rcto responsable por su influencia sobre otras formas'
El gesto' en
no rcchaza el olor del hombre, I,"ro después de haber estado con el que a la otta
cicrto sentido, repr€senta al acto en el grado en
afecta
zorro viejo, el olor de un hombre le h¿ce huir. Eriste, en este ca'o, puño es el
forma. La amenaza de violencia, como la del cerrado'
una serie de reacciones que se asocian definitivamente a un estímulo en sí el
estímulo para que la otra forma se defienda o huya'
Lleva
especial; si la forma joven acompaña al padre, las reacciones que
rcntido ¿.t ,.tá mismo. No me refiero al sentido en términos
de
exis-
ten en su naturaleza se asocian a ciertos estímulos definidos. D" Para el obser-
una c<¡nciencia reflexiva, sino en términos de conducta'
manera sumamente generalizada, peligro y la del individuo.a ese
¡rodemos hablar del zorto considc- unJor.t gesto significa el respuesta
rando que irnita a sus padres y rehuye al hombte. pero esto no sig-
p.figro. Érorro." cierta clase de acto' Si suponemos una- conciencia
nificaría que la fuga es un acto automático de imitación. El zorro
joven ha sido colocado en una situación en que .n tá .ort no sólo está presente el estímulo en la forma de una sen-
huye, y cuando el eación,sinotambié,..'n'idea,entonceshayenelespíritulasensa.
olor del hombre está presente, se torna definidameíte ,ro"irdo .oo
ción en la que este estímul o aparece, una visión del
puño cerrado' y'
esa reacción de fuga. Ninguna forma joven de los que el puño cerrado' en
animales ínfe- ¡demás, la ldea del ataque. Puede decirse
riores imita simplemente los actos de ra forma adurta, eino que peligro'
ad- cuanto que evoca esa idea, significa el
quiere, durante su período de infancia, la asociación
de un gn¡po de Yb.ien,elproblemaconsisteenintroducirestarelaciónentrela
reacciones más o menos instintivas con ciertas series de estímulo8.
ídea y el símboio mismo en la conversación de
gestos' Como señalé
Las observaciones y salvedades anteriores, como lo ve¡emos, no antes, esta relación no está dada en la reacción
inmediata de lucha
justifican el sentido díscutible en que a menudo se ha empleado o huída. Puede estar presente, peto en lo que resp€cta a la conver-
l¿
noción de imitación. EI término "imitación" se tornó & grande sación de gestos, ,rr, de una clase provoca un acto de una clase
".to
importancia' por un tiempo, en ra psicología socíal y en la rJ.ioto- <listinta en la otra forma. Es decir, que la amenaza involucrada'
gía. Fué usado como base para toda una teoría de la cociología, lleva,digamos,alahuída.Laideadehuídanoeslaideadeataque'
por el sociólogo francés Gabriel rarde.. Al piincipio, el psicólogo, lin la conversación de gestos está la preparación para el proceso so-
sin un análisis adecuado, suponía que en r" p"tsoria exist?a ra ten- .irf .o,,,pf.ro que involucra las acciones ¿e distintas formas indivi-
dencia a hacer lo que hacen otras personas. se puede ver cuán difí- duales, y lo, g.rtor, que son partes del acto' sirven
para estimular a las
cil sería elaborar ningún mecanismo de esa clase. ¿por qué habría ntras formas. Provocan dif.t tttes a ellos. El grito de un niño
".to, de la rnadre; el uno es temor y el
de guiñar una persona, cuando otra hace un guiño?
¿eué estímulo ;;;;";" la reacción del cuidado es en modo alguno idéntica al otro
oi.o p.o,...ión. La reacci1n no
t [Les lois de t'imitation.l acto. si existe una idea, en el sentido r¡¡undtiano decir el con-
-es
96 GEORCE IJ. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 97

tenido psicológico que responde a cierto estímulo especial-, tal idea en la conducta de estqs insectos. Naturalmente, es Un camPo en que
no aparecería en la reacción. Ioclavía €stá por hacerse gran parte del trabajo, pero, aún así' no
Lo que el lenguaje parece e)q)resar es una serie de símbolos que ¡r han encontrado pruebas de ningún símbolo significante'
res¡ronden a cierto contenido mensurablemente idéntico en la expe. euiero dejar ailarada la diferencia entre estas dos situaciones'
riencia de los distintos individuos. si ha de haber comunicación l)ucde haber un alto grado de inteligencia, en el sentido en que usa-
como tal, el símbolo tiene que significar lo mismo pata todos lor nros ese término, en la conducta de los animales, sin ningún símbolo
individuos involucrados. si una cantidad de individuos reaccionan rignificante, sin ninguna presentación de significaciones como taies'
de distintas maneras a los estímuloe, el estímulo significa diferente¡ l.o esencial es la activid"d .oop.t"tiva, de modo que el gesto de
cosas para ellos. si una cantidad de personas levanta un p€so, una uno provoque la reacción adecuada en otros, Pero el gesto de uno
adopta una posición y otra una posición distinta. si se trita de un ¡,ucde provocar reacciones completamente distintas
por parte de otras
proc€so cooperativo que requiere distintas clases de rc¿cciones, en. iut."r, y al mismo tiempo no haber una significación común que
tonces el llamado a actuar por parte de un individuo provoca dic- Ioclas las distintas formas asignen a un g€sto en especial' No existe
tintas reacciones €n los otros. La conversación de gestos no lleva en rringún símbolo común que signifique alimento para las hormigas'
sí un símbolo que tenga una significación universal para todos loc Alimento significa muchísimas cosas' cosas que tienen que ser re-
distintos individuos. Puede ser abeolutamente eficaz sin eso, ya ¡rnidas, que tienen que ser acopiadas, que tienen que ser acatreadas
que el estímulo que un individuo proporciona puede ser el adecuado
¡ror las obr.r", y ser colocadas en la boca
de las hormigas-soldados.
para provocar distintas reacciones en los individuos del grupo. No Ñ., exirt. ninguna prueba de que haya algún símbolo que signi-
es esencial que los individuos concedan una significación idéntica lit¡ue alimento como tal. La vista, el olor de la comida y su posi-
al estímulo especial a fin de que cada uno reaccione adecuadamente. , i,in protocan ciertas reacciones. Una hormiga toma un objeto
ali-
La gente se reúne en una muchedumbre y se mueve de un lado a rrrenticio y vuelve tambaleándose con él a su hormiguero' Más tarde
otro; se adapta a las personas que se acercan a ella, como decimos, rcpresenta algo para ser comido, significa toda una serie de activida-
inconscientemente. Se mueven en forma inteligente los unos con tfcs. El olor que queda a lo largo del camino es un estímulo para
reslrcto a los otros, pero encuentran en los gestos de los otros, otros insectos que siguen por é1, pero no hay símbolo alguno que
en sus actitudes y movimientos, estímulos adecuados para distintac rignifique ".r-ino" ptt" .t. grupo. El olor de una forma exttaña
reacciones. Esto ilustra una conversación de gestos en la que hay cn'el hormiguero significa ataque de otras formas, pero si una hor'
actividad cooperativa sin símbolo alguno que signifique la misma rniga extraña es empapada en un líquido formado macera¡do a
cosa para todos. Por supuesto, es posible que individuos inteli- l,oimigas del hormiguero y luego es colocada en éste, no se produce
g€ntes, en semejantes condiciones, traduzcan e$os gestos en símbo- ningún ataque, aun-cuando esta forma sea mucho más grande' El
los significantes, p€ro no es preciso detenerse a traducir en términos olor no significa un enemigo en cuanto tal' Cornpárense estas dos
de esa clase. Semejante conversación universal no es en modo al- situaciones: en una existe una actividad social altamente compleja,
guno esencial para la conversación de gestos en la conducta coopc- tn la que los gestos son simplemente estímulos para la adecuada
rativa. ,eacción de todo el grupo; en la situación humana hay una reacción
Tal conducta coop€rativa es, presumiblemente, el único tipo de tliferente provocada gracias a símbolos o gestos especiales que-tienen
conducta que uno encuentra entre las hormigas y las abejas. En estac la misma significación para todos los miembros del grupo' Aquí el
complejísimas sociedades existe una interrelación de distintas formas, grito de unlnemigo no es meramente un estímulo para atacar' Sig-
que aparentemente es tan compleja, en muchoe sentidos, como le nifica que una persona de una raza distinta, o de una distinta comu-
conducta humana. En algunos de los hormigueros grandes hay so- nidad, está presente y que se está librando una guerra' Tiene la
ciedades de un millón de individuoe, divididoc en disrintos grulrog .risma signi?icación para todos los individuos, y esa significación
con distintas funciones. Lo que es un esÍímulo de acción para uno '
¡ruede provoca.r toda u.na seric de distintas reacciones'
conduce a una distinta reacción en otro. Existe una actividad coope- Como he dicho, desde el punto de vista de Wundt, el problema
rativa, lrro no hay evidencia alguna de ningrún lenguaje significante cs trasportar este segundo caráctcr a la conveisación de gestcs rnás
98 GEoRGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 99

primitiva, o conducta efectuada a través de una conversación de gcr- nificaría que tenemos una tendencia a hacer lo mismo que hacen
tos. IJna mera reacción inteligente de los distintos miembros de u¡ Irlras lrrsonas y, también, que estas tendencias no sólo están en nues-
grupo a un estímulo simple (el det observador es un estímulo It¡ naturaleza, sino que asimismo se hallan unidas a ciertos es-
simple) no lleva en sí ninguna comunicación. ¿cómo se hará para timulos específicos que significan lo que otras personas están ha-
llegar al lenguaje genuino? Wundt parte de la suposición de quc ricndo. La visión de una p€rsona haciendo algo sería un estímulo
existen condiciones psíquicas que responden a ciertos estímulos, y para que otra p€rsona hiciese la misma cosa. Tendríamos que supo-
una asociación entre ellas. ciertas visiones, olores, y especialmentc ncr que lo que la persona hace es una reacción que se encuentra ya
sonidos, están asociados a ciertas ideas. si, cuando una
lrrsona ern- !n la naturaleza del individuo imitador. Significaría que tenemos
plea determinado sonido, tiene esa idea en su espíritu y cuando fn nuestfa natvraleza todas esas distintas actividades, y que éstas son
el gesto que utiliza, digamos un gesto vocal, provoia el mismo gecto provocadas por el hecho de ver a otras lxrsonas haciendo lo mis-
en otro, entonces ese gesto, en la otra perscrna, provocará la misma mo. Es una suposición perfectamente imposible.
idea en ésta. Digamos que la palabra "enemigo; provoca uÍ¡l r€'G- cuando el.psicólogo llegó a analizar la imitación, la restringió
ción hostil. Pues bien, cuando yo digo "enemigo", la palabra pro- at campo q'ue la gente hacía por casualidad la misma cosa. si una
voca la misma reacción en el espíritu de usted que €n el mío. y ahf "n
pcrsona está corriendo, puede decirse que provoca en otras personas
tendríamos un símbolo especial que tiene una significación común. cl estímulo de correr al mismo tiempo. suponemos que la vista de
si todos los miembros del grupo estuviesen constituídos de modo un animal corriendo es un estímulo para que corran otros animales.
que tuviera esa significación, entonces existiría una base para lr I jsto es sumamente importante para la consetvación
de los animales
comunicación por medio de símbolos significantes. <¡ue viven en rebaños. El ganado que pasta en un prado se mueve
La dificultad que hay €n este análisis a que me he estado refi- dc un lado a otro al mismo tiempo. un animal dejado aftás se
riendo ¡eside en explicar que un gesto especial provoque el mismo mostrará nervioso y no pastará, pero si se lo pone con los demás ani-
gesto .en otro individuo, aun cuando supongamos que la misma males volverá a comportarse normalmente. Lo que hace, lo hace
idea esté asociada al mismo gesro vocal en el otro ináividuo. su- con mejor voluntad si puede hacerlo dentro del grupo. La tenden-
poniendo que la palabra "€nemigo" signifique hostilidad, ¿cómo cia a vagar todos juntos no es un instinto imposible, puesto que
podrá surgir la situación en que una lrrsona diga ..enemigo,, y la podemos concebir que el movimiento de los animales en una direc-
otra diga "enemigo" también? Cuando una lrrsona dice ,,ene- iión tiene qu€ ser un estímulo para los demás animales. Eso es casi
migo", un individuo combatirá y otro huirá. Í .nton tenemo8 rodo lo que existe en el instinto "gregario", si se lo reduce a algo
dos distíntas significaciones que responden al sonido. Lo ",que que- concreto en la acción de la forma misma. El animal actúa más nor-
remos obtener es el estímulo que tiene cierto contenido psíquico malmente cuando está con otros del grupo. Se alimenta mejor que en
que provoca los mismos estímulos €n otra forma, y, por lo tanto, el cl caso contrario. Pero cuando se llega a algún acto específico, casi
mismo contenido. Aparentemente tenemos los comienzos de ese lo único que se puede encontrar es que los animales tienden a mo-
proceso entre las aves parlantes. un estímulo parece provocar los verse en la misrna dirección. Esto podría provocar una fuga
preci-
mismos estímulos en la conducta de la otra forma. por supuesto, pitada del rebaño. Algo por el estilo está involucrado en el así
no lrcdemos decir cuál es el concomitante psíquico en los pája- ,.centinela". IJn animal, un poco más sensible que los otros,
ilamado
ros' pero podemos afirmar que no parece tener la significación que levanta la cabeza y rompe a correr, y los otros animales tienden a
tiene en nuestra experiencia. El loro no quiere decir lo que las frases moverse con la forma centinela. Es claro que no se trata de imitación
significan para nosotros. Hemos notado, sin embargo, que la melo- en el sentido de copia; porque un animal no está copiando al otro
día del canario puede ser aprendida por el gorrión, y muy pronto animal. El primero, simplemente, tiende a cofiú cuando Io hace el
analizercmos en detalle este proceso aparentemente imitativo. otro. si un gato es encerrado en una caja de prueba y llega al punto
Hemos afirmado que no existe evidencia de ninguna tendencia e n que abre la puerta empujando
una palanca, y lo hace lo_bastante
por parte de las formas de imitarse las unas a las otras. si uno intenta a m'enudo, lo primero que hará será empujar la palanca' Y bien' si
explicar tal tendencia, la explicación se derrumba mecánicamente. sig- s€ mete en la iaja otro gato, de modo que pueda ver al primero, no
100 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 101

lo imitará. No hay evidencia de que lo que hace un animal se coo- ttcro en cuanto se feconoce en el organismo una serie de actos que
vierta en estímulo para que el otro animal haga lo mismo. No exirtc rjecutan los procesos esenciales para la vida de la forma, y en cuanto
una actividad imitativa directa. rc intenta poner la experiencia sensible o sensorial en ese marco, la
Empero, parece haber entre los hombres una tendencia a imit¡r, rxperiencia sensible, como estímulo, por así expresarlo, para la reac-
y en particular a reproducir gestos vocales. Descubrinos esta últimr ción, no puede representar un estímulo para reproducir simple-
tendencia entre los pájaros así como entre los hombres. si uno v¡ mcnte lo que se ve y s€ oye, sino que es más bien un estímulo para
a una localidad donde existe un dialecto peculiar, y se queda durantc ¡ealizat el proceso orgánico. El anim¿l ve o huele el alimento y oye
cierto tiempo, se sorprenderá hablando el mismo dialecto, y puedc rl enemigo; la forma padre ve y oye la forma hijo; todos éstos son
tratarse de algo gue uno no quisiera hacer. La forma más sencill¡ ^
?ttímulos para que las formas ejecuten los procesos que son esenciales
de explicarlo es decir que uno ha imitado inconscientemente. Lo prra la especie a que peftenecen. son actos gue van más allá del orga-
mismo rige para muchos otros amaneramientos. Si uno pienca cn nismo tomado de por sí, pero pertenecen a procesos coopetativos en
cierta persona, es muy probable que se sorprenda hablando como lo los que grupos de animales actúan conjuntamente, y son el cumpli-
hace dicha persona. Si determinada persona posee algún manieri¡- miento de los procesos que son esenciales para la vida de las formas.
mo, cabe descubrir que nosotros mismos tendemos a repetirlo cua¡do No se puecle encajar en semejante esquema como tal un impulso espe-
esa persona surge en nuestra Íl€nte. Eso es lo que llamamos "imite- ciat de imitación, y si uno se propone presenta( el mecanismo que hi-
ción", y lo curioso es que prácticamente no existe indicio alguno dc cicse inteligible ese proceso, incluso las complejidades del sistema ner-
semejante conducta por parte de las formas inferiores. Se puede ence- vioso central resultarían inadecuadas. Un individuo se encontraría, en
ñar al gorrión a cantar como un canario, Irro es preciso hacer quc csa situación, como una de las figuras de Gulliver que se propusiercn
aquél escuche constantemente a éste. No se logra con tanta facilidad. nhorrar aliento no hablando, y para ello llevaban a todas partes
El sinsonte parece imitar los llamados de otros pájaros. Pero, en ge- ¡rn bolso lleno de los objetos ecercl de los cuales querrían hablar.
neral, la adopción de los procesos de otros no es natural en las for- sería preciso llevar consigo un bolso parecido, por decirlo así, lleno
mas inferiores. La imitación parece lxrtenecer a la fotma humana, de toáas las acciones posibles, si se las quisiese representar en el
donde ha llegado a cietta clase de existencia consciente indepen- ¡isterna nervioso central. La imitación, entonces, no puede ser to-
diente. mada como una reacción primitiva.
Pero la "imitación" no proporciona una solución para el origen
del lenguaje. Tenemos que recurrir a alguna situación de la que poda-
mos extraer algún símbolo que tenga una significación idéntica, y g. Et cpsro voc¡L Y EL sfMBoLo SIGNIFIcANTE
no ¡rodemos obtenerlo de un simple instinto de imitación como tal.
No hay pruebas de que el gesto tie¡da en general a provocar el mismo El concepto de la imitación ha sido empleado ampliamente en
gesto en el otro organismo.
cl campo del gesto vocal. Aquí tenemos, aparentem€nte' una ten-
La imitación, como simple tendencia, por perte del organismo, dencia, por parte de ciertos organismoc, a reproducir sonidos que
a rcproducir lo que ve u oye hacer a otros organismos es mecánic¡- ,or, .r.oih"dos. Los seres humanos y las aves parlantes pro¡rorcionan
mente imposible; no se puede concebir un organismo construldo de ilustración de ello. Pero aun aquí la "imitación" €s atrnas una ten-
tal modo que todos los sonidos y visiones que se €ncuentran a su dencia inmediata, puesto que se necesita bastante tiempo para hacer
alcance provoquen en él tendencias a reproducir lo que ve y oye en que un pájaro ,.p-dor." la canción, o para que el niño aprenda
esos campos de experiencia. Tal suposición es posible sólo en térmi- .i g.rto ?onético de la forma humana. El gesto vocal es un estímulo
nos de una psicología más antigua. Si uno supusiese que el espíritu pala cierta clase de reacción; no es simplemente un estímulo pa,o la
está hecho de ideas, que el caráctú de nuesira expedencia consciente emisión del sonido que el animal escucha. Por supuesto, el pájaro
no es sino una serie de impresiones de obietos, y si adapiase a üchas puede ser colocado en una situación en que llegue a la mera tepe-
imptesiones, por asl decido, una tendencia motdz, podda concebir ii.iOt d. lo que oye. Si suponemos que un sonido que el páiato
ésta como una tendencia que buscaifa rcproducir lo q,rl viese y oyese. produce provoca otro sonido, cuando el pájaro oye el primer sonido
102 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 103

responde con el segundo. si uno preguntase por qué una nota ¡il. ¡! recongce tal cOsa, entgnces se Verá q¡e esas notaS es¡reCiales que
ponde a otra, tendría que recurrir a algún proceso en que el gerto
rerponden a este estímulo estarán, por así deciflo, escritas, subra-
vocal tuviese distinta significación fisiológica. Una ilustiación cs cl yr{as. Se tornarán habituales. Estamog suponiendo que una nota
proceso de zureo de las palomas. En él una nota provoca otñ¡ notr
rurita otra, que un estímulo provoca una reacción. Si la nota que
en Ia otra forma. Se trata de una conversación dJ gestos, en la quo provoca la reacción es empleada, no sólo por el canario,- sino
cierta actitud que se expresa en determinada nota provoca otra actitud i¡mbién por el gorrión, entonces, cada vez que éste escuche al
con su nota correspondiente. si la forma quiere provocar en sí l¡ clnario empleará esa nota especial, y si tiene la misma nota en su
misma nota que provoca en la otra, tiene que actuar como actrla t¡ repertorio, entonces existirá una doble tendencia a cteaf esa reac-
otra y usar la nota que emplea ésta, a fin de reproducir la not¡ cián especial, de modo que se la emplea con lnayor frecuencia y se
especial en cuestión. Y, así, se ve que, cuando ubicamos al gorrión y
convierte más definidamente en parte del gorrión' Tales son las
al canario en jaulas vecinas, situación en que el canto de unJ provoct
rituaciones en que el gorrión adopta el papel del canario' en
el
una serie de notas en el otro, si el gorrión se sorprende emitiendo un¡ grado en que existen ciertas notas a las que tiende a reaccionar como
nota igual a la del canario, el gesto vocal tiene que s€r más o menot io hace ef cánario. Esta nota espacial, o serie de notas, tiene un
del mismo tipo. Cuando tal situación existe, el gorrión, en su pro. doble peso, por decirlo de este mpdo. Y es así como podemos en-
ceso de vocalización, emplea las mismas notas que atiliza el canario. tcnder que ei gorrión aprenda el canto del canario. Es preciso su-
El gorrión no sólo influye sobre el canario, sino que además, al ¡ron., o." tendencia similar en ambas formas,
para que reatmente
escucharse a sí mismo, influye sobre sí. La nota que emplea, si e¡
idéntica a la del canario, provoca en él una reacción iguai a la quc ' algún mecanismo de imitación.
haya
pará ilustrar más aún esto, volvamos a la conversación de ges-
la nota del canario provocaría en éste. Tares son la" siiuaciones quG tos en la riña de perros. En ásta el estímulo que un perro tecibe
se han acentuado y mantenido cuando se tiene Io que llamamos "imi-
ttel otro es una ¡eacción distinta de la reacción de la forma esti-
tación", cuando el gorrión emplea realmente un gesto vocal foné- mulante. tfn perro ataca al otro' y está presto a saltar al cuello
tico del canario mediante una nota común al repertorio de ambos, de éste; la répiica por parte del segundo p€rro es un cambio de su
tiende a provocar en sí la misma reacción que sería provocada por posición, quizá para saltar al cuello del primero' Hay una conver-
la nota del canario. Eso, pues, agtegaría p€so a Ia experiencia del ¡ación de gestos, un desplazamiento recíproco de las posiciones y
gorrión en cuanto a esa reacción determinada. actitudes de los lrrros. En tal proceso no habría mecanismo alguno
si el gesto vocal que el gorrión hace es idéntico al que escucha de imitación. Úo p.t.o no imita al otro. El segundo adopta una
cuando el canario emplea la misma nota, se ve que su rcacción será, posición distinta fit d. evitar el salto del primero. El estímulo
en ese caso, idéntica a la reacción a la nota del canario. Esto es lo ie la actitud de un " p€rro no es para provocar en éste la reacción
que confiere importancia especial al gesto vocal: es uno de esos estí- que provoca en el otio. El primer p€rro es influído por su propia
mulos sociales que afectan a la forma que los produce del mismo ,.tito¿, peto, simplemente, ejecuta el proceso de un salto preparado'
modo que la afecta cuando cs producido por otro. E¡ decir que nos de modo que la influencia es sencillamente para ref.oaar el
proceso
escuchamos hablar y el sentido de Io que decimos es el mísmo para que se lleva a cabo. No es un estímulo pata que el perro adopte la
nosotros que para otros. si el gorrión emplea la nota del canario, actitud del otro.
provoca en sí la mísma reacción que le provoca la nota del canario. Sin embargo, cuando uno emplea el gesto vocal, cuando supo-
Entonces, en el grado en que el gorrión utiliza la misma nota quc nemos qo. oo elemento vocal es un estímulo para cierta réplica,
el canario, acentuará las reacciones vocales a esa nota entonces, cuando el animal que emplea ese gesto vocal escucha el
lrorque éstas
ten-
estarán presentes, no sólo cuando el canario la emplea, sino iambién
sonido que resulta, por lo menos habrá provocado en sí
cuando la emplea el gorrión. En ese caso s€ pr€supone que el estímulo del mismo modo que el otro animal. -una
Puede ser
dencia a reaccionar
particular está presente en la forma misma, o r." qoe ¿l estímulo el león no asusta apreciablemente con su
una tendencia levísima: se
vocal que provoca la nota especial que €s aprendida scencuentra p¡e- propiorugido.Elrugidotieneelefectodeatercotizatalanimal
sente tanto en el repertorio del gorrión como en el del canario. qu. .rti at"."rrdo, y también tiene la característica de un desafío'
si
"f
104 GEORGE H. MEAD pspfnlru, PERSoNA Y SoCIEDAD 105
en ci€rtas condiciones. pero cuando lregamos a procesos de
lización tan complicados como ros der caito de roJ pájaros,
voca- rrrn cstímulos para emitir otros sonidos. Cuando hay un sonido
un gesto vocal provoca otro gesto vocal. Estos, natura-lmente,
.i,on*, upccífico que provoca una reacción específica, €ntonces, si este so-
su función en las relaciones de las aves, pero los gestos
tiencn lrirkr es producido por otras formas, provoca esa reacción en la
quieren imporrancia por sí mismos. La locariza.ion
mismos ad. lorma en cuestión. Si el gorrión emplea ese sonido especial, la rcac'
gran papel en un proceso como el del arrullo,
a.r.-piña un r lt'rn al mísmo será la que se escuchará más frecuentement€ que otra
donde orr, ,rol tiendc rullquiera. De tal manera se seleccionarán, en el repertorio del go-
a provocar otra nota. En el caso der rugido der
reón, la reacción no e¡
tanto un sonido vocal como una huída, o, si se prefiete,
ririn, los elemento.s que se encuentran en el canto del canario, y,
una lucha. Lr ¡rlrtualmente, dicha selección establecerá, en el canto del gorrión'
¡eacción no es primariamente una reacción vocal.
Es más bien t¡ lr¡r elementos comunes a ambos, sin suponer una tendencia especial
acción de la forma misma. pero en el canto de
los pájaros, donde
la vocalización es llevada a cabo en forma compricada, rle imitación. H"y ahí un proceso selectivo por medio del cual se
provoca definidamenre cierta reacción, de modo
er estímuto rrcoge lo que es común. La "imitación" depende de que el indivi-
iue el pájaro, cuan- duo influya sobre sí mismo €omo ottos influyen sobre é1, de modo
do canta, es influído por su propio estímulo prr"
orr" ,.".- rlr¡c $e encuentte bajo la influencia, no sólo del otro, sino también
ción que se parecerá a ra que es producid a in ra"aoptriorá ror.i. pr. tlc sí, en cuanto a su empleo del mismo gesto vocal.
reacción que es producida en ér, puesto que
también es producida El gesto vocal, pues, tiene una importancia que no posee ningún
por la influencia de otros, recibe el dobie de énfasis
simplemente provocada por la nota de otros. l"i-riru... (rl ro gesto, No podemos v€rnos cuando nuestro rostro adopta cierta
Es prouo."i, con más rrpresión. Si nos oímos hablar, es más posible que prestemos aten-
f¡ecuencia que la reacción a otros sonidos. y
.s esto fo q* p.opo.- c¡r!n. Cuando uno está irritado, se escucha emplear un tono de cali-
ciona la aparente evidencia de imitación en er caso
de los rl¡d irritable, de modo que se contiene. Pero en la expresión facial
o los gestos vocales 6. El estímuro que provoca un sonido sonidos
puede ser encontrado, no sólo en la,
especiar rlc irritación, el estímulo no provoca en el individuo la misma ex-
oti", for-r. ¿.i grop", ,¡n"
-.i'g.rro ¡rresión que provoca en el otro. Hay más tendencia a descubrirse
también_en el re¡xrrorio del pájaro específico qo.
vocal. Un esrímulo .A provoca la reacción g.
.-pi;" y dominarse en el gesto vocal que en la expresión del semblante.
Ahora ii.n, ,i .t Sólo el actor empl€a las expresiones corporales como medios
estímulo á no se parece B, si suponemos que
? V .r[ provoca a B, dc adquirir el aspecto que quiere que los otros sientan. Obtiene una
entonces, cuando A es-utilizado por
otras formas, éstas^reaccionarán rcacción que le dice qué aspecto tiene, gracias a que utiliza conti-
del modo 8. Si esta.forma.tam_iién emplea el gesro
vocal A, pro_ nuamente un espejo. Expresa ira, expresa amor, exp¡esa esto, aquello
vocará en sí mísma ra reacción g, de modo que-ésta
en relación con otras reacciones, porque es provocada,
s.rá ac.itu"da o lo de más allá, y se examina en un espejo para ver cómo lo hace.
no sólo por (luando, más tarde, utiliza el gesto, éste está presente como imagen
los gestos vocales de las otr", fo.*"r, sino también por
la forma mental. Advierte que €sta exptesión especial provoca terror. Si ex-
misma. Esto no ocurriría nunca, a menos de que existiese
r¡na iden- ctuímoo los gestos vocales, solo mediante el empleo de un espejo
tidad representada por A, en este caso una identidad de estíiulos.
puede uno llegar a la posición en que reacciona ante sus propios
--
El el caso del gesto vocal, la forma escucha su propío estímulo gestos como lo hacen otras lrrsonas. Pero el gesto vocal le proporcio-
del mismo modo que cuando éste es utilizado po, ótr",
formas, de na a uno la capacidad de reaccionar a los propios estímulos como
modo que tiende a reaccionar a su estímulo como ,.".cion"
mulo de otras formas. Es decir que los pájaros tienden
,i .sti Io haría otra lxrsona.
para sí, los chiquillos a hablar paia sí. Los sonidos
a cantar Si existe alguna verdad en el antiguo axioma de que el valentón
que producen es siempre el cobarde, se descubrirá que descansa sobre el hecho de
ó Baldwin hizo un i¡tc¡to par¡ ¡et¡otr¡er
que uno p¡ovoca en sí la actitud de temor que su actitud de bra'
l¡ imit¡ció¡ ¡ u¡ prcceso bio-
vucón despierta en otro, de modo que, cuando se encuentra en una
ü$:,iJii?tti;_"ff ÍT,t::;rjiti*i.¿*j,il'Tr#:li*{;x:
blece el ecrímuro, hace ¡entir ;i ;b; Daldwin [¡maba
nituación especial que le descubre el juego, se advierte que su propia
r €ro rüro- actitud es la de otros. Si la propia actitud de cedet ante la actitud
::i:l'_q. -E1e
tuacron que
proc¡co,
4 "uir"Á.oi.
en y.a"J-;;;^;.d"-ri;r;- ü;';; iü"u
estamos tr¡tando (l9ll). r¡_
amedrentadora de otros provoca la actitud de fanfarronada, se ha
106 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t07
despertado, en ese grado, ra actitud de valentón
en uno mismo. Hay ¡rtru últimos es que el individuo reacciona a sus propios estímulos
estí'
una cierta cantidad de verdad en esto, cuando volvemos
al efccto ¡lrt mismo modo en que reaccionan otras personas' Entonces el
mulo se torna signifiiante; entonces uno dice algo' Por lo
que sobre la propia persona tiene el gesto que que hace
uno emplea.
En el grado en que uno provoca en sí mismo ia actitud qur l un loro, su "hibla" no significa nada, pero cuando uno dice pata sig-
provoca en otros' la reacción es recogida y diciéndolo
fortalecida. Esa es la únicr [lficantem€nte algo con su piopio proceso vocal' está
base de lo que llamamos imitación. No lós que encuentran al alcance de su voz'
es imitación en er sentido dc rl t¡nto como flara todos se
hacer simplemente ro que se ve hacer a otra persona.
i¡,lo .l gesto iocal está adaplado para esta clase de comunicación'
El mecanismo
es el de un individuo que provoca en sí reacciona o tiende a reaccionar como
ra ácción q* pi";" .n lx)rque e-s el único al cual uno
otro, dando, en consecucncia, mayor k¡ hace otra p€rsona. Es cierto que el lenguaje de las manos
es del
lrso a esas reacciones qu€ a
las del otro y erigiendo gradualmentJ .r"* series que
empleando los gestos.
de reacciones en mirmo caricter. IJno se ve a sí mismo
un todo dominante. Erlo puede hacerse, como decimos, inconscientc. sobre uno del mismo
ui¡ii"tt los sordos. Dichos gestos influyen propio rige- para cual-
mente. El gorrión ignora que está im,itando al canario: no lo
se trata mudo qo. sobre los demás. Ñaturalmente,
todos desarro-
más que de una selección gradual de las notas comunes
a ambos. y ,l,r¡., .i.* dt escritura. Pero estos símbolos han sido
esto rige para cualquier caso de imitación. porque éste es el gesto básico
tl¡dos a partir del gesto vocal específico'
lo que respecta a los sonidos exclamatorios (y ellos respon- otros' En la voca-
,i". i"ntv. en el individuo como influye sobre no obs-
derían en nuestros gestos vocales a ro que se encuentra en los
de ro¡ lizeción de los dos pájaros no se torna srgnificanteo'-Ello
de uno
animales), la reacción a eilos no entra en Ia conversación inmediata,
y la influencia de dichas reaccionec sobre el individuo es relariva-
i.it.,.r mismo tipo áe proceso está presente: el estímulo
que tiende a
tlc los pájaros tienáe prl',ot"' en el átto la respuesta
mente leve. Aparentemente resulta difícil ponerlas en "
.l.rp.rúr, por levemente que fuere' en el primero'
relación con
la co:rversación significante. No nos asustamos conscientemente
cuando hablamos con cólera a otro, pero Ia sígnificación
de lo que
10. EL psws¡IüIENTo, LA coMUNtc¡cIóN Y EL sfMBoLo
9rr.'.19r está siempre presente cuando hablamos. La reacción, en el
individuo, a un grito excramatorio, de r¡ misma clase que l'^ SIGNIFICANTE
,"^"-
ción provocada en el no representa ningún p.p"t i-port"otc especial de
-otro,
en Ia conducta de la forma. La reacción det leon , ." togiio ."r.. Hemos afirmado qu€ no existe ninguna facultad
casi de im¡rcrtancia para la reacción de la forma imitación en el sentido de que el sonido o la visión de la reacción
misma, p"? rro"rrr" para la misma reacción'
reacción a la significación de Io que decimos está
constantemente tle otro constituya un estímulo Provocat
similar
unida a nuestra conversación. continuamente debemos reaccionar ¡ino más bien que, ,i-y" .*i,tt en el lndividuo una acción
al situación que hace posible
gesto que hacemos, si queremos llevar
a cabo con éxito una conver- r la acción de otro, .rrton... hay una esa imitación
sación vocal. La significación de lo que decimos ta imitación. Lo que ahora es necesario para completar
., t, t.i¿.i.i" que provoca una reacción
es que la conducta y el gesto del individuo
reaccionar a ello. se pide a arguien que traiga una
silla a un visi-"
en el otro debería tr*bién tender a provocar la
misma reacción en
tante. se provoca en el otro la tendeniia a tra.." una sila, pero
si er la actitud de un perro
otro actúa con lentitud, uno mismo trae ra si[a. La é1. En la riíra de perros eso no está presente:
,.r..iái ar-gesto ciertos sentidos,
v-ocal es la ejecución de cierto acto, y uno despierta no tiende a provocar la misma actituá en el otro. En
Ia misma'ten- pugilistas' El hombre que
dencia en sí mismo. Uno siempre esti replicándose eso puede lligar a suceder en el caso de dos
tal .o-o ,.gi.rn y ese acto
Ias otras personas. Se supone que, en cierto grado,
tiene qo.'hab"r .f.ciúa una finta provoca cierto golpe en su oponente'
sentido.ha ini-
iden_tidad en la réplica. Es una acción sobre una
base común. tiene esa significación para é1, u"lt d"tit, que en cierto
pero sí ha agi-
_ He comparado las dos situaciones para demostrar cuán ciado el acro €n é1 m^ismo. No lo ha cámpletado,
el camino que debe recorrer el habla o l" .o-orricación, largo harían que lan'
es los centros que
desde la t¡clo en su sistema nervioso central
a lanzat' de modo que
situación en que no existe otra cosa que gritos vocales, z.ase el mismo golpe que su rival es llevado
hasta la
situación en que se emplean símbolos ,ignifi.rrrtrr.
L;-;;;ñ, o [Pa¡a el análisis véase el Ensayo Suplementario
III'I
"
108 GEORGE H, MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 109

provoca en sí, o tiende a provocar, la misma reacción que


despiertr ttflt(le a reaccionar como reacciona la otra persona. cuando habla-
en el otro. Aquí tenemos la base de la ilamada imitación:
er piocero rrrr,¡ ahora de esta rcacción, por parte del individuo' a los otros'
tan ampliamente aceptado en la actualidad, en materia de lonvcr, vllvemos a la situación de pedir a alguna persona que haga algo'
sación, de vestimenta y de actitudes. I orrientemente expresamos ial cosa diciendo que alguien sabe 1o
Nos vemos, más o menos conscientemente, como nos ven tot rlur te pide a uno que haga. Tomemos el ejemplo de pedirle a
otros. Nos dirigimos inconscientemente a nosotros mismos como
lo¡ ol¡ui.n lue haga algo y luego hacerlo uno mismo' Quizá la persona
otros se dirigen a nosotros; del mismo modo que el gorrión,
cuando . iui.n t. t" fo.-olado el pedido no lo oye, o bien actúa con len-
recoge la nota del canario, así adoptamos ros dirt..tor que
tenemor trlr¡(l ; entonc€s uno mismo ejecuta la acción' De tal modo uno en-
cerca' Por supuesto' esas reacciones especiares tienen que I ¡f ntra en sí mismo la misma tendencia que se pide al otro
individuo
existir cn
nuestro mecanismo. Provocamos en la otra p€rsona algo que estamot r¡uc realice. El pedido despertó en uno la misma tendencia que en
provocando en nosotros, de modo que inconscientemente adoptamot rl otro. ¡cuán difícil es enseñar a otfo cómo hacer una cosa que
esas actitudes. Inconscientemente nos ponemos en el
lugar de otro, y rrno mismo sabe cómo se hace! La lentitud de la rcacción hace
actuamos como lo hacen otros. euiero, simplemente, aislar aquí ci rlrlícil que uno logre contenerse para no hacer lo que está enseñando'
mecanismo genera!, porque es de importancia fundamentalísíma en tlno ha provo.ado en sí la misma reacción que despierta en el otro
el desarrollo de lo que llamamos conciencia de sí mismo y en la irr¡lividuo.
aparición de la persona. Especialmente gracias al empleo de los gestor Al buscar una explicación a esto, por lo general suponemos en
vocales, estamos constantem€nte provocando en ,rosotao, las
reac. rl sistema nervioso la existencia de cierto número de centros que
e,¡r.in conectados los unos con los otros y que se expresan
ciones que despertamos en otras personas, de tal modo que incor_ en la
poramos a nuestra conducta las actitudcs y gestos de ellas.
La im- ¡rción. si tratamos de descubrir en el sistema nervioso central algo
portancia crítica del lenguaje en el desarrollo de la experiencia
hu. r¡uc responda a nuestra palabra "silla", presumiblemente no en-
rnana reside en este hecho de que el estímulo pueda reaccionar
sobrc ¡,rntraríamos más que una organización de todo un grupo de rcac'
el individuo que habla del mismo modo que reacciona sobre orro. ri,'nes posibles, de tal modo conectadas entre sí' que si una se dirige
Los conductistas como watson afirman que todo nuestro
lrn- *n un" dir..ción llevaremos a cabo un proceso, y si se dirige en otra
samiento es vocalización. Al pensar no hacemos más que comenzar rlirección distinta llevaremos a cabo otro proceso. La silla es,
pri-
un objeto físico que
a emp_lear ciertas palabras. Esto, en determinado sentüo, es cierto. nr¡tiamente, aquello en que uno se sienta' Es
hacia un objeto que
Pero watson no tiene en cuenta todo ro que está invorucrado
en e[o, i(, cncuentra a una distancia. Uno puede dirigirse
¡e encuentra a una distancia y luego entrar en un proceso
a saber, que esos estímulos son los elementos esenciales de sentarse
de complicados
procesos sociales, y que llevan en sí el valor de dichos pro..ro, cuando llegue a é1. Existe un estímulo que excita ciertas vías,
cosa

r¡rrc hace que el individuo se dirija hacia el objeto y se siente'


sociales. El proceso vocal como tal tiene esta gran importincia, y Dichos
es justo suponer que el proceso vocal, juntamente con la inteligencia .*n,rorson,enciertomodo,físicos.Esprecisoadvertirqueexiste
y el pensamiento que lo acompañan, no es simplemente un lo.go r¡na influencia del acto posterior sobre el acto anterior. El
proceso
de elementos vocales especiales entre sí. semejante punto de -üsta posterior que se llevará a cabo, ha sido iniciado ya' y dicho proceso
omite el contexto social del lenguaje ?. ii.n. ,o influencia sobre el proceso anterior (el que ocurre antes de
La importancia del estímulo vocal reside, pues, €n este hecho de r¡ue el proceso comenzado pueda ser completado) ' Pues bien'
ya
que el individuo puede oír lo que dice y de que, al oír lo que dice,
l.r que uno encontraría en el sistema nervioso central, en respuesta
?_ Si uno se remonta a la matriz de
donde rurgm lor gertos, sc dc¡cubrc tonductasubsiguientedelosindividuosqueloshacen;demodoque'sitvicndode
qu€ é¡toc son inhe¡entec ¡ utr aco sorial mayoi d"l .o"'i la conducta subsi-
.oo f"r"ü ; d; lá-'io"o_
lucran. Al tretar de l¡ comuni.".ioo, ."'piii.t ¡og.i d.bc-ó, inrlicios prcvíos, prr" fot'iiaii'iauot q"t t-ttio.n¡n a ellos' de
--l-" ,Looolu. ,o, í;'i;"i"áúid;¡. q;; to' r,"i.", posibilitan la adaptación mutua de los
primeros orígenes en ta conversa.ion lnco"sl¡.nte'ae ;i;il;
¡lrrtintos componcnt€s tiái-iia"ir.. á.t aitó social; y.' además' al provocar
en los
co¡sciente iestos.
co¡r'ersación consciente- ¿. i.¡iór- ,o-.g. .o.náó i*
.á-ri¡...¡¿n
-g*io, exFlí-
convierten -la
en signos, es decir, cuan¿o ilegini-i-.i.n p.r" ros individuoc oue ro¡ ,. i;;;ii;id"";-q* io, t "..rr'iar;il;r ieac.iones, implíiitamente,,gue ,P-rov_ocan
bacen v tos que reaccionan a eltos, sig"'iricaiioner-¿.ii"i¿ii, ,it¡urente en los indivii,t* t-qui'"tt son hechos''tornan posible el surgirniento de
ii-ilr-riiJ"J ¿. u i,t ;.i.t;i; d¿ sí mis-o en rólación con esá adaptación mutua'
Ir0 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 111

a lo que nosotros llamamos un objeto, seria una organización menudo actuamos, con referencia a objetos, de 1o
dr nificación e. A
un gran grupo de elementos nerviosos que obligas. on" podemos
conductl r¡ue podríamos denominar una manera inteligente, aunque
relacionada con los objetos que nos rodeln. LaJ "
compricacion.s con ictuar sin que la significación del objeto esté presente en nuestra
grandísimas, p€ro el sistema nervioso central
tiene uir número ca¡r rxperiencia. Uno puede comenzar a vestirse para la cena' como se
infinito de elementos, y ésüos pueden ser organizados, no sólo
en ¡lice del distraído profesor universitario, y encontral€re €n la catna,
conexión murua espaciar, sino también desde er punto y lle-
poral. En virtud de este úrtimo hecho, nuestra conducta á. u¡rii ,.., en piyama. Cierto proceso de desnudamiento fué comenzado
está con¡. vad-o'a cabo mecánicamente; el profesor no reconoció la significa-
tituída por una serie de pasos qu€ siguen los unos detrás
ción de lo que estaba haciendo. Tenía la intención de asistir a
de lo¡ una
otros, y los últimos pasos pueden haber comenzado ya y La signifícación involu-
estar in. cena, y descubrió que se había acostado.
fluyendo sobre los primeros s. Lo que vamos a hacer r.p.icute fueron
,obrc c.ada en su acción no estaba presente' En este caso' los pasos
lo que estamos hacimdo. Esta organizaciín de los elementos conducta con teferencia
neura- lodos pasos inteligentes que controlaron su
les en referencia a lo que ilamamos un objeto físico
mamos un objeto conc€ptual explicado en términos del
sería lo q". il"- ¡ la alción posterior, pero no pensó en lo que estaba haciendo. Lt
sistema ner- acción postJrior no fuZ un estímulo para su reacción, sino que' sim-
vioso central.
ptemenie, se llevó a cabo una v€z que fué comenzada'
A grandes
rasgos, ra iniciación de dicha serie de reacciones or- Cuando hablamos de la significación de lo que hacemos' estamos
ganizadas constituye lo que res¡ronde a ro gue
lramamos Ia idea o er convirtiendo en un estímulo para la acción a la reacción que estamos
concepto de una cosa. si uno preguntase cuár es la idea a punto de ejecutar. Se convierte en un estímulo
para una etapa pos-
de un
perro,
y tratas€ de encontrar esa idea en el sistema nervioso
centrar, á.on- t.rio, de la acción que ocurrirá desde el punto de vista de esa reac'
traría,todo un grupo de reacciones más o m€nos conectadas a lan-
entre eí ción especíal. En ef caso del pugilista, el golpe que comienza
¡ror vías nerviosas definidas, de modo que cuando uno usa el vocablo zar hacia su oponente provocará una cierta reacción que abrirá la
"p"::? , tiende a provocar ese grupo de reacciones. (Jn perro es guardia de su rival a fin de que el primero pueda golpear' La sig-
un
posible compañero de juegos, un posible enemigo, propi.a.d pien-
a. iificación es un estímulo para la preparación del golpe real que
6a asestar. La reacción qo. p-ro." en
uno mismo o de otra persona. Hay toda una seríe
de reaccione, po_ sí mismo (la reacción de de'
sibles. Existen ciertos tipos de esas reacciones qu€ ,. .i.*rrrr"n fensa) es, pa:': é1, el estímulo para golpear donde encuentre un
en todos nosotros, y hay orros que varían de individuo
in¿i.ri¿oo, .laro. Est" acción que ha iniciado ya en sí se convierte' de tal modo'
pero sierqpre existe una organiiación de las reaccion"s"
qo.- p*¿a en un estímulo para su reacción posterior' Sabe lo que su opon€nte
ser provocada por el término ,.perro,'. De modo qo.
io"nio * va ahacer, puesto que el movimiento de defensa ya ha sido desper-
habla de un perro a otra lrrsona, se provoca en uno mismo tado y se cánvierte en un estímulo para golpcar cuando aparece
un
Ia sede
.de reacciones que se despierta en el otro individuo. ponto d.r.obierto. La significación no habría estado presente en su
Por supuesto, es la relación de este símbolo, este gesto vocar, y reatciones que consti-
con la mencionada serie de reacciones del individuo m-ismo 0 La inclusión de la matriz o complejo de actitudes eipetiencia
,ur.r, .íifqu¡.?riiü".¡6"'"'..i" t".if á"'¿i.i, dcntro de la (li
de cualquiera
tanto inclusión, dentro dc
como del otro, Io que hace que ese gesto vocal se convierta rte los individoo, irr'otoá"-Joi;;-;;-.t*;.ión.o acto
en Io i" ".-p.ii.i.ii, d" eus acli-t-,iJü ¡"ii" aciitu¿es reaccion-es de éstos a
otroe individuos, de las
que yo llamo un símboro significante. un símbolo de ellos hacia él y de las reacciones
tiende a pro- i;";i;a;áe él hacia.jm.,-¿. ürque rcptesentai. o: .p9',l9,¡t-not' tt
vocar €n el individuo un grupo de reacciones tales como
despierta ;; ól ;';; ..tii"i.t), Á ió¿ó lo una í.dea
en el ot¡o, pero algo más está involucrado en el hecho de qüe la única base para qo..if.iirrtl l."iti" "en el-espíritu" del individuo dado'
sea En el caso ¿. l" .oii..i"iüi á.-e.t-tot i*nsciente, o cn el caso. d-91 -pro-
un símbolo significante: esta reacción dentro de uno , ...o?" .á*uoi.i.i¿n tt.u"aü;;;;";.;-iláio d. .11., ninguno de los individuos
palabras como "silla" o "perro,' constituye, pata el -i"io ;;; p;rññ;;i ]1-. ii.i"-áo.ün.i"'¿. ta significacióndedetog ta conversación ----+ea
indivíduo-s-involu-
individuo, tan_ ¡icnificación oo
to un estímulo como una reacción. Esto, es claro, es lo que está ."t"r en tanto que' en er.caso deeje-
;;ffi;;;;;;;ñ;ió'-;"p"r...''.i-li.lir.iittlt"-de-ninguno
Añ-ii;u"f "caso la
conversación de ge8to6 á."r.ii"i.,-" e¡r el del proceso áe comunicación
involucrado en lo que llamamos el sentido de una *",-"=r" ¿-. rág i"¿¡u¡¿oo.-qo. participan en ella tiene
,ig_ cut'do oor medio de .tí;"il;-;;;
porque .e.sa signifi-
iXi'".T.""JiI'¿1i'il'".iüirr?ll¡ál-?.-il *n".i."ción, preciómentesiÉnificación
8 lvéansc la¡ Seccioner 13 y 16.] cación apatece .t .o p;;il; ia conciincia de ta consiste
cn esa apatición. "tf.rü.;-i
tt2 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 113
conducta a menos de que se convirtiera en un estímulo
para golpear ordenamiento, y el lenguaje es aparentemer¡te una cosa enteramente
donde apareciese el lugar desprotegido.
mecánica que reside fuera del proceso de la inteligencia. sin em-
Tal es la diferencia entre ra conducta interigente por parte dc bargo, si se reconoce que el lenguaje no es más que una parte de un
Ios anímales y lo que llamamos un individuo refi-exivo'ro.
que el animal no piensa. No se coloca €n una posición
b".i.o, p.oi.ro cooperaüivo, it pttt. que conduce a una adaptación a la
por la cuer reacción del otro de modo que toda la actividad pueda continuar'
sea responsable; no se-pone en el lugar de la átra p.rrorr" y dicc, de variabili-
enronc€s el lenguaje tiene sólo un limitado alcancc
virtualmente: "Actuará de tal modo yo
f
individuo puede actuar de este modo, y la".to".é
de tal otro,,. si cr tl¡d. Si uno habla con otra persona, puede, qu;izi, advertir el
actitud que provoca en cf cambio producido en la actitud de ésta, y puede advertirlo gracias
puede convertirse en un estímulo para
ducta con significación. cuando la reacción
él,.rrron..r-t.nlmos la con. a algo que no vería una tercera persona' Puede conocer su ama-
de la otra p.r*o" .a neramiento, y esto se convierte en un gesto para uno, en una parte
provocada y se convierte en un estímulo para controlar
su acción, de la reacción del individuo. Existe cierta amplitud posible dentro
entonces tiene la significación del acto de la otra persona
en su pro- clel gesto, en relación con lo que debe servir de símbolo. Podemos
pia experiencia. Tal es er mecanismo general de lo que
lramamo¡ <lecii que es aceprable roda una serie de símbolos distintos con
"pensamiento", porqu€ a fin de que el pensamiento
.*irt" ., preciso una siinificación; pero son siempre gestos, es decír, son siempre
que lraya símbolos, gestos vocales en general, que provocan-
en el partes áel acto del it diuidoo que revelan 1o que éste hará a la otra
individuo mismo la reacción que está pioro."rrdo eri el otro, y
que desde el punto de vista de esa reacción está
tal p.rrot", de modo que, cuando la persona utiliza la clave' aquél
en condiciones dc p.ouo." en sí la actitud del otro. El lenguaje no es siempre arbi-
dirigir su conducta posterior. Involucra, no sólo comunicación
en el irario en el sentido de denotar simplemente, por medio de una pala-
sentido en que se comunican las aves y ros animares, sino
también bra, un mero estado de conciencia. Pero es más o menos arbitraria
una provocación, en er individuo mismo, de ra reacción que
está la parte especial del acto de uno que servirá para dirigir la actividad
despertando en el otro, una tendencia a actuar como
actúa ra otra coop.r"tivi. Distintas fases del acto pueden lograrlo' Lo que pa-
per_so,na. Uno participa en el mismo proceso que
está llevando a cabo y controra ro
la otra person¡ ,... 1ro.o importante en sí puede ser de alta importancia en lo refe-
con referencia i dicha ,.nti rwelár cuál es la aclitud. En ese sentido puede hablarse del
participación. Esro es lo que constituye".iiór, la significación gesto "mismo considerándolo de poca importancia, Ixro-es suma'
de un
objeto, a saber, la reacción común a la propia pJrron" y
a la otra ir.nte i-portante en cuanto a lo que el gesto revelará. Esto se ve
persona, que se convierte, a su vez, en estímulo para
la propia per- en la diferencia existente entfe el carácter puramente intelectual del
sona.
simbolo y su carácter emocional. tfn poeta depende de este último:
si se concibe el espíritu simpremente como una crase de sus- paraélellenguajeesricoyestállenodevaloresdelosquenosotros,
tancia consciente en la que existen ciertas impresiones
y arrráor, y quizás, hacemos completamente caso omiso' Al tratar de expresar
se afirma que uno de esos estados a, or, arnirrersal,
palabra se convierte en puramente arbitraria _'o
entonces una un -.nr"j. en algo menos de diez palabras, no queremos más que
símbolo 1r. Se puede, pues, tomar palabras y pronunciarlas
., -ir-qo. un trasmitir cierta significación, €n tanto que el poeta utiliza lo que
al re- es un tejido realmente vivo, la palpitación emocional de la expre-
vés, como hacen los niños; parece haber absol"t"
liU.rtJp"r" .t ¡ión miJma. Existe, pues, una gran amplitud en nuestro empleo
10 f Pa¡a la naturateza_de. la conducte
animal. véa¡e .,Concerning Anirnel del lenguaje; lxro cualquiera fuera la fase de esta esfera que s¿
P.'.,?,i31-.: psychotogicat niJ¡rw,-iiü'?ríüii, pág¡. 383 v ss.l
"iiil#"i3llql"ff iJff ae3to. Y es el sistema nervioso central el que proporciona el mecanisrno pata
it:reff del pensamiento, simprámente
mecanismo ":i:"ffi "Í1,::"f*l"l'""*:'.lT':ii:;,1:liu:;
potqo" lr.ui ñ-;"i;;;i¿n-ji
i¡les actitudes o reacciones implícitas'
la nzón es, en un sentido' un absurdo'
-E--f,*.i.o g.r,o. La identificacipn del lenguaje -Escon
consciente o significante a su.mái atto y pá.i..-to
a.orr-rL. ,..o-lo oiio s.tttido es válidi. válida, en efecto, en el sentido de que el pto'
alguna clasa de actitud implícita (* .í..L,--u"i ieacción iu. n.y.
al acto sociat toral en ta experiencia del individuo dado,
iniciada ¡in eei levad¡ ffi ;;, i;;il;j;-;;;
completamente a efecto) en et organismo'qü.-¡...
A g.rió--_uii'"üi oa qo. i" 1"ttitá lit. -ii.o está involucrado en el acto, y de talesmane-ra hace posible
responda a ta n¡anca rcacción hacii et g.rtol poi pr.ü
cotrcsponda a la actitud provocad-a o- i."p.tt'"ár '.o ¿l--áiro ¡iüi"iairo,'i qo. ;i p-.;;; Ái\^ t^zan. Pero aunq-ue el ptoceso de la razón y debe palabras-,¡er llevado
.rt.- otro organismo por cr
'iJ."¡*".. .'.;il; t¿i.inál¿.f procesq del ienguaJe tárminos, es decir, dc
gestcF
-, si el pensamiento ha de desarioúirr. "nur .r
-en
no está simplcmcnte constituido por este último'
"rg"-nir-,n'o
114 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 115

empl€a, constituye una parte de un proceso social, y es siempro cn un campo de la significación. El gesto feptesenta cierta resul-
la parte por medio de la cual nos afectamos a nosotros mismoa t¡nte del acto social, una resultante con respecto a la cual existe una
como afectamos a otros, e intervenimos en la situación social gre- reacción definida por parte de los individuos involucrados en ella;
cias a esa comprensión de lo que decimos. Ello e¡ fundamental pan rle modo que la signiiicación es dada o expresada en términos de
cualquier lenguaje; si se quiere que sea un lenguaje, ec preciso que uno rcacción. ia sigrrificación está implícita ¡q siempre explícita-
entienda lo que dice, tiene que afectarse a sí mismo tal como afoct¡ -si
cn la relación entfe las distintas fases del acto social a que se rcfierc
a los demás. y del cual se desarrolla. Y su desarrollo se cumple en términos de
¡imbolización en el plano de la evolución humana'
I l. SlcurrcrclóN 1¡ Hemosestadoocupándonos,engeneral,delprocesosqcialdela
cxperiencia y la conducta tal como apatece en la provocación' por
Nos referimos es¡recialmente a la inteligencia en el plano humano, *l acto de un organismo, de una adaptación a dicho acto en la reacción
de otro organismo. Hemos también visto que la naturaleza
de la
es decir, a la adaptación mutua de los actos de los distintos indi-
rignificación está íntimamente asociada al proceso social que como
viduos humanos dentro del proceso social humano; adaptación .

que se lleva a cabo gracias a la comunicación: por medio de gestor ,ri que 1a significación involucra esa relación triple entre las
en los planos inferiores de la evolución humána y por símbolo¡
"p"r...,
fas.s d.l acto social áomo contexto en el cual surge y se desarrolla:
significantes (g€stos que poseen significación y, por lo tanto, son rsta relación del gesto de un organismo con la reacción adaptativa
algo más que meros estímulos sustitutos) en los niveles superiorcr rJe otro organirmó (también involucrada en el acto
dado) y con la
completacián del acto d¿ds relación tal, gue el segundo otga-
de la evolución humana.
El factor central de tal adaptación es la "significación". La eig-
-u¡¿
nismo reacciona al gesto del primero como si dicho gesto indicara
nificación surge y reside dentro del campo de la relación entre cl la completación del acto dado o se refiriera a ella' Por ejemplo' la
gesto de un organismo humano dado y la subsiguiente conducta dc reacción del pollito al cloqueo de la gallina madre es una reacción
dicho organismo, en cuanto es indicada a otro organismo humano ;r la significación det cloqueo; el cloqueo se refiere al peligro oa
por ese gesto. Si el gesto indica efectivamente a otro organismo la los alirientos, según el caso, y tiene esta significación o connotación
conducta cubsiguiente (o resultante) del organismo dado, entonce¡ para el pollito.
tiene significación. En otras palabras, la relación €ntr€ un estímulo El f,ro..ro social, en cuanto que involucra comunicación' es en
determinado --{omo g€sto- y las fases ¡rosteriores del acto social cierto s-entido responsable por la aparición de nuevos objetos en el
de las que es una de las primeras fases (si no la inicial) constituye campo de la expeiiencia de los organismos individuales involucrados
el campo dentro del cual se origina y e*iste Ia significación. Esta c¡, .n .r. pro..to. Los procesos o las reacciones orgánicos' en un sen-
de tal modo, un desarrollo de algo que existe objetivamente como tido, constituyen los objetos frente a los cuales son reacciones, es decir,
relación entre ciertas fases del acto social; no ert una adición psíquica cualquier organismo biológico dado es en cierto modo res¡ronsable
a dicho acto, y no es una "idea" tal como ésta cs concebida tra- po. ü existencia (en el sentido de las significaciones que tales objetos
dicionalmente. LIn gesto efectuado por un organismo, la resul- ,i.n.n p.r, él) d; los objetos a los que fisiológica y químicamente
tante del acto social en el cual el gesto es una de las primcras fases, ,racciona. Por ejemplo, no habría alimentos -<bjetos comestibles-,
si no hubiera oiganismos que pudiesen digerirlos. Y similarmente,
el
y la reacción de otro organismo al gesto son los componentes de
una relación triple del gesto con el primer organismo, del gesto con proceso social, en un sentido, constituyelos objetos a los cuales reac-

el segundo organismo y del gesto con las subsiguientes fases del .iorr", o a los cuales es una adaptación' Es decir que los objetos están
proceso social
acto social dado; y esta ¡elación triple constituye la matriz d€ntro constituídos en términos de significación, dentro del
ttc la experrencia y la conducta, gracias a la adaptación mutua
de las
de la cual nace la significación, o que se desarrolla hasta convertir¡e
,.".cionis o acciones de los distintos organismos individuales invo-
t: - [Vé¡¡e t¡mbiél "Soci¡l Co¡riou¡nc¡¡ and thc Co¡¡ciour¡c¡ of Mcaaiag,,,
*Psych-olo9ícal Bulletin,,VU (l9l0), ptsr. 397 y ¡¡.; ..Tbc Mat"ii¡"r-of lucrados en ese proceso, adaptación posibilitada por medio de una
Social Con¡ciou¡ne¡¡", ,Ioumol of Pniloñphg, l){'(lgil), p¡g¡. iOi i-*.i comunicación que adopta la forma de una conversación de gestos en
ll6 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD lt7
las primeras etapas evolutivas de ese proceso, y
etapas posteriores.
de lenguaje en lrr dentro de los procesos sociales de la experiencia, por la comunicación
y la mutua adaptación de conducta entre los organismos individuales
La conciencia no es necesaria para la presencia de que están involucrados en ese proceso y que lo llevan adelante. Así
ra significación
en el proceso de la experiencia sácial. úr, g..to
.f..to.áo po, un r1lmo en la esgrima la parada €s una interpretación de la estocada, así,
organismo en cualciuier acto social dado provoca
una reacción pot en el acto social, la reacción adaptativa de un organismo al gesto
pat.te de otro organismo, reacción directamente
relacionada con tl cle otro es la interpretación de este gesto por aquel organismo -+s la
acción del primer organismo y producto de
ella; y ,rn g.*o un significación de ese gesto.
símbolo del resultado der a*o sociar dado de
un orgrni.iio'(er", or- En el plano de la conciencia de sí, semejante gesto se convierte
ganismo que lo hace), en el grado en que
es respondido por otto cn un símLolo, en un símbolo significante. Pero la interpretación
orgrnismo (que por elro también queda involucraáo en
dicio acto) de los gestos no es, básicamente' un proceso que se ejecuta en un
como indicación de ese resulrado. El mecanismo
de la significación espíritu como tal, ni un proceso que involucre necesariamente a un
está, de tal modo, presente en el acto social antes
a" qoi o.urr" lr espíritu: es un proceso externo, abierto, físico o fisiológico, que se
emergencia de la conciencia. Er acto o conciencia
adapiativa del se. ejecuta en el campo reál de la experiencia social. La significación
gundo-organismo proporciona al gesto del primer
nificacíón que posee.
*g"iir." la sig. ¡ruede ser descrita, explicada o expresada en términos
de símbolos
o lenguaje en su más alta y compleja etapa de desarrollo (la etapa
La simbolización constituye objetos no constituídos antes, que alcanza en la experiencia humana), pero el lenguaje simple-
jetos que no existirían a no *r po, ob.
el contexto de retación socíat mente extrae del proceso social una situación que ya está lógica o
rl ql. se lleva a cabo Ia simborización. Er renguaje no siiboriza implícitamente presente en é1. El símbolo de lenguaje es simplemente
simplemente una situación u objeto que exisre un gesto significante o consciente.
posibilita Ia exisrencia o ra aparición de dicha !"
po,
situación"nti.ip"ao;
u ob;eto, Aquí se hacen dos afirmaciones principales: 1) que el proceso
porgue es una parte-del mecanismo por medio .social, gracias a la comunicación que posibilita entre los individuos
del cual esa situación
u objeto es creado. Er proceso social ielaciona
las reacciones de un in- involucrados en ella, es res¡ronsable de la aparición en la natataleze
dividuo con los gestos de otro, en cuanto significaciones de toda una serie de nuevos objetos, que existen en relación con
deesios úrti-
mos, y' por Io tanto, es responsable del surgimiento
y exist€ncia de clla (objetos, esto es, de "sentido común"): y,2), que el gesto de
nuevos objetos en ra,situ¿ción sociar, objetos
dependientes de esas sig- un organismo y la reacción adaptativa de otro organismo a dicho
nificaciones o constituídos 1rcr eilas. Énton*, gesto, dentro de cualquier acto social dado, establecen la relación que
ra significación no
deberá ser concebida, fundimentarmente, como
un estado de con- existe entre el gesto como comie nzo del acto dado y la completación
ciencia, o com., una serie de reraciones organizadas que.*iri.n o resultante del acto dado, al cual el gesto se refiete. Estos son los dos
,ou-
sisten mentalmente fuera del campo de ia experi.nii" " en-
.r, el cual asp€ctos lógicos básicos y complementarios del proceso social'
tran; por el conttatioo,tiene que ser concebida objetivamente, El resultado de cualquier acto social dado es definidamente sepa-
como
existente completamente dentro de ese campo tr. rado del gesto qu€ lo indica por la reacción de otro organismo a dicho
La reacción de un
o-rganismo al gesto de otro, en cuarquier acto sociar
dado, es ra signi- gesto, reJ..ión que indica el resultado de ese acto tal como es seña-
ficación de ese gesto, y también, .n on sentido, ., ,*fnrrfüpo, irao po, el gesto. Tal situación está toda presente --cstá comple-
aparición o el nacimiento del nuevo objeto
t"
del -r.uo cont'enido tamente dada- en el plano no mental, no consciente, antes del
de-un objeto antiguo--, al que .r. g.rto se -o refiere mediante el resul_ análisis de la misma en el plano mental o consciente. Dewey dice
tado del acto social dado, del cual es una de lrs pri_"*s que la significación surge a través de la comunicación
la. Esta afir-
que, repitamos, los objetos, en un sentido legítimo,
ir*r.-p*-
son coistituídos, mación se refiere al contenido a que el proceso social da nacimiento;
18 L¡ naturalezt no a las simples ideas o a las palabras impresas en cuanto tales,
tienc eign_ificación e infc¡encia, pe¡o
Er ¡ímboro no indic¡ción por cím-
¡. ü-.ü;üilil; i d.;.;;i¡'.i.';.¡'iigoir¡_
es distinguíbr- sino al pro..ro social que ha sido tan principalmente responsable
-b-.-r,:i.
en ta naturaleza, peó tor ¡imboioi óri-lr'i'.ü.ñ?.i'iil*-
;1.j.ffi;.r;i.uentrrn 14 [vérse Erperience and Natute,."p. Y.l (Hay traducción castellana-de
est¡
obra; Li expetiencia q la natu¡aleza, I'i¿*iio, Fondo di Cultura Económica, 1950')
l'll

It8 GEORGE H. MEAD espfnttu, PERSoNA Y SocIEDAD 119

por los objetos que constituyen el medio cotidiano en que vivimo¡: hacia la completación de ese acto o relacionada con dicha completa-
un proceso en que la comunicación desempeña el papel más impor_ ción. En otris palabras, la significación involucra una referencia
del
tante. Este proceso puede dar surgimiento en Ia naturaleza a e,,' gcsto de un orianismo a la resultante del acto social que tal gesto

indica o inicia, como objeto de una reacción adaptativa por


nuevos objetos, sólo en el grado en que hace posible la comunic¡. parte de
ción entre los organismos humanos involucrados en é1. y el sen. otro organisnlo; Y la reacción adaptativa del otro organismo es ta
tido en que determina, condiciona y posibilíta su abstracción de l¡ rignificación del gesto.
de todo el mundo de los objetos de sentido 6e1¡1i¡- es el s.n. Los gestos pued"n ser conscientes (significantes) o inco¡scien-
tido en que determina, condiciona y posibilita su abstracción sobre h tes (no Jignificantes). La conversación de gestos no es significante
estructura total de los acontecimientos, como entidades apropiadm porque no es consciente' es decir' cons-
¡,or debajo del nivel humano,
para la conducta cotidana; y en ese sentido, o en cuanto ti.n.r, .ra .¡ente de sí (aunque es consciente en el s¿ntido de involucrar senti-
significación, existen sólo en relación con esa conducta. De la mism¡ rni€ntos o sensaciones). Un animal, en cuanto opuesto a una forma
manera, en una etapa posterior, más avanzada, de su desarrollo, trumana, al indicar al'go a otra forma o expresarle una significación'
la comunicación es responsable por la existencia de todo el reino dc no indica o expresa al mismo tiempo la misma cosa o significación
los objetos científicos como identidades abstraídas a partir de la es. para sí mismo; porque no tiene espiritu ni pe"nsamiento' y. de ahí
tructura total de los acontecimientos en virtud de su convenienci¡ qo. ,ro haya signifiáción en el sentido significante o consciente de
para los fines científicos. .i. Un g""á no significante cuando la reacción de otro organismo
La estructura lógica de la significación, hemos visto, puede ser Írente
",
élno indica, al organismo que lo hace, frente a qué reacciona
encontrada en la riple relación del gesto con la ¡eacción de aáaptación ^
cste otro organismo
15.
y la resultante del acro social dado. La reacción por paite del Muchas sutilezas se han derrochado en el problema del signifi'
segundo organismo al gesto del primero es la adapta.¡6,¡ ._y hacc cado de la significación. Al intentar resolver este problema'
no es
surgir la significación- de dicho gesro como indiiador de la resul- necesario recurrir a los estados psíquicos, porque la natutaleza de
tante del acto social que inicia y en el que ambos organismos quedan la significación, como hemos visto, se encuentra implícita en la
de tal modo involucrados. Esta reración triple o triádica eitre cl estruitura del acto social, implícita en las relaciones entre sus tres
gesto, la reacción de adaptación y la resultante del acto del
social que el componentes individuales básiios: a saber, en la relación triádica
gesto inicia, es la base de la significación; porque la existencia
de la g.r,á d. un individuo, la reacción a ese gesto por un segundo indi-
significación depende del hecho de que la reacción de adaptación del ui¿oo y la completación del acto social dado iniciado por el
g€sto
segundo organismo se dirija hacia la resultante del acto social dado del primer individuo. Y el hecho de que la naturaleza de la signifi-
tal como es iniciada e indicada por el gesto del primer organismo. c¡ción se encuentre de tal modo implícita en la estructura del acto
Así, la base de la significación está objetivamente presente en la con- rocial pone un énfasis adicional en la necesidad, en psicología so-
ducta social, o en la naturaleza en su relación con tal conducta. La cial, de partir de la suposición inicial de un proceso de experiencia
cignificación es un contenido de un objeto, que depende de la rela- rocial y ie conducta en ejecución, proceso en el que está involucrado
ción que un organismo o grupo de organismos tiáe con é1. No ec
esencial ni primariamente un contenido psíquico (un contenido del t6 Existen dos caracteres que pertenecen ?-!_o qoa llamamos "significaciones":
uno ., liiorri.ip"i¡¿n y'li-"ü.-lí ó-unicabilidad. L-a.significación sólo puede
espíritu o de la conciencia), Iloryue no es en modo alguno preciso r"r.-a.i acro que el individuo está provocando ec
iiri¡iii.i gi.áó ." qoá "ígrii" .it*"len
que sea consciente, y no lo es en Ia realidad hasta que en el cl otro puede ,.. prouo.rii'ii?i esie senti¿o, siempre hav patticiprción'
froceso y el resultado ¿" ..t" p]i,¡.'i'p*ió";t i"-;;u¡icabilidad, o sea que elsinindividuo
de Ia experiencia social humana emergen ros símbios signiflcantec. signifi-
;";.';;'i.-;. iri -¡rI-. f":q". in¿i." a otros. Eiist¿ comunicación el otro sin provocar
Sólo cuando se identifica con tales símbolog, se torna consciente c¡ción cuando el gesto á.i i"¿-i"i¿r. fi""o.".-t" reacción en que la significación'
la significación. La significación de un gesto por parte de un or. o tender a provócar l" --ir;;;;;;;io" i" "qr¿t- Puede deci¡segesto que provoca la
<lc¡de el punto de tti¿ pttttnit en cl p€to no 8e
ganismo es la reacción de adaptación a aquéf poi p".t. de
otro i.'tü¿r íJ.i"r¿" en"itt.'ü.i-"lt"tttáLt'
el ot-rl lót tii*' dent¡ó- de un acto coopetativo' qu€ la ten'
" menos de
organismo, como indicadora de la resultante det acto social que ini- ;;;;;;s;ifi-;;. p"" rJ' ii¿'i;id";;-ñ;J;,ido" et' el acto a
a meno¡ de que el
dcncia al acto se. pro""I"¿ii'.i;;;;f t;ái;i¡oo oo" io hace' v actitud d¿l indi'
en la
cia; la reaccíón de adaptación del segundo organismo está áirigida individuo qu. cs dit".t"iie-rrl" ii..á¿.-ptt el gestole coloque
viduo que hace et gesto (MS) .
ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
r2l
120 GEORGE H. MEAD
cualquier grupo dado de individuos humanos y del que depende h El sistema nervioso central no presenta simplemente una serle

existencia y desarrollo del espíritu, la persona y la conciencia dc ¡l es Attitl-tittitt inevitables reacciones a ciertos estí-
¡h ¡utomatismos, radiador que
de los mismos. rrrulos específi.os, toio "tit"r la mano de unresuena
tatts detrás
fuerte
r¡ tocado, o ,ob,t'"ltit;;;';";;;; un ruido no sólo el mecanismo
12. I-INrvrRslltp¡o ,r¡. nosotros. El sistema nervioso proporciona,
para reconocer un objeto
p¡ra esa clase de t""Jotil' 'ino i"*ui¿n
Nuestra experiencia reconoce o descubre lo que es típico, y €sto ¡nte cl cual vamos a reaccionar;
y ese reconocimiento puede ser ex-
át on" que responda a cualquiera de
es tan esencial para una adecuada teoría de la significación, como lo ¡rrcsado 4n términos ""iión
de esiímulos' Es decir: uno tiene
es el elemento de la particularidad. No sólo existen hechos de rojo, por Ios componentes de i*to *t"nt y se
ejemplo, sino que además existe en la experiencia un tojo que ct r¡uc clavar un clavo; se tie;de
la mano para tornar el martillo
identificado, por lo que a la experiencia resp€€ta, con otro rojo. Sr ¡l'scubre que ha dt'";;;i;;'
i no se áetiene uno a buscarlo'o sino
pueda emplear' un ladrillo una
puede aislar el rojo como una simple sensación, y como tal es pasr. rlue toma cualquier i'" tot" que
tl ;;;;;Jtio'o"'" dar impulso al golpe' Cual-
jero. Pero en adición a ese carácter de pasajero existe algo que llamr- ¡ricdra que tengan
mos universal, algo que le proporciona una significación. El sucero r¡uier cosa que se poeá; tomar
y sirva para ese iin' será un martillo'
de un objeto
es un color, es rojo, es cierta clase de rojo, y esto es algo que no lise tipo de reacción"q"t-it"tf*'^.íl 'f""^miento es un universal 16' Si el
dcbido a ciertas t"'"tiJ'iit's
genéricas'
tiene un caráctet pasajero en la expresión del color mismo, Si pasamor
de los contenidos particulares ds esta clase a otros objetos, tal?a objeto provoca t'"
1-po'ta cuál fuere su caricter par'
""tti¿n' "o un carácter universal' Es algo que
como una silla, un árbol, un p€rro, encontramos algo que resultr ticular, puede decir;;;; ilt varia-
carácter, a despecho de las
distinguible del objeto, planta o animal especiales que t€nemos en nuede ser ,..ono.ido" i""lr, " *
torno. No reconocemos €n el perro el grupo de elementos sensorial6, l;;;;;;;io.."¿"' "i lot ejemplos indi'iduales .--:-- que
el sistema nervioso central un mecanismo
sino r9ás bien el carál"ter de ser un perro, y a menos de que tengamot Y bien, ¿habú€n por
qu€ h-aea surgir esa reacción'
algún'motivo de interés en ese perro espcial, algún problema cn pueda ser excitado i" *r-rnlitra'
todo otro sentido? ¿Habrá un
cuanto a su posesión o la probabilidad de que nos muerda, nuestfi¡ variadas que las .t"iiti"ttt t;;; ";
complicado para repres€ntar los
relación con el animal es la relación con un universal: no es má¡ mecanismo de caráctBr lo bastante espa-
que tienen' no sólo dimensiones
que un perro. Si una p€nsona le pregunta a uno qué vió, la respuestl objetos que tratamos, objetos melodía'
ciales, sino tr-ui¿"iti'-p;;;itt=t
Ún. objeto tal corno una
será: un lrrro. (Jno no sabría el color del perro; lo que vió serí¡
simplemente un lrrro en general. un trozo musical, tt unitaria' Oímos las primetas notas
""1*t*ión
y reaccionamo, ti"' tomo a un todo' Semejantea un hombre desde
unidad existe en
Existe aquí una significación que se da en la experiencia misma, " que siguen
.y es esta significación o carácter universal la que se supone que la las vidas presentadas por las biografías
mostrando todo to que corresponde
psicología conductista tiene dificultades en encarar. Cuando hay una su nacimiento hasta su muerte, cartera'
cambios que ocurrieron en su
reacción ante un animal como un psrro, hay una reacción de reco- al crecimiento ¿.t lrom¡r. y tor
nocimiento así como una reacción hacia un objeto del paisaje; y
algo que n::1i-i::ot"dtt
Ahora bien, ¿hay en el sistem" "t'l'io'o podamos proporcionar una
ouj.,", de modo que
esa reacción de reconocimiento es algo universal y no particular. ¡ tales caracteres ¿.i complicado como una me-
¿Puede este factor ser expresado en términos conductistas? Por su- ;;it.;;i¿t .on¿ot'it* de un objeto tan ,,o pr.*.,,t" una dificultad
puesto, no nos interesan las inferencias filosóficas; no nos interesa lodía o una vida? f;r;i, .ompii.".iór,
la metafísica del perro; pero sí nos interesa el reconocimiento que seria, porqu. .t
;;;tral tiene-una cantidad casi infi-
corres¡rondería a cualquier otro animal de la misma clase. Ahora
'i'tij"";;tt*
nita de elementos I tomfi""tiones
posibles' pero' ¿se puede encon-
bien, ¿existe en nuestra natvtaleza una reacción de semejante caráctet conflicto y la'inhibición:
18 La absttacción y los universates son d-ebidos al
qt" debe' ser saltado' y en
universal, de la que se pueda decir que res¡ronde a ese reconocimiento una oared es algo qo"' átUt ser esquivado v'"igo hace posible afe-
de lo que llamamos universal? Tntaté de esbozar la posibilidad de tanto que es ambas ttü''-Jt"ii-iial"ls un 53-ttol?'' Ei lengu'aje
i''ti¿i' para rbs animares
tal explicación conductista. i,f,,.T*J,:,;:,..","'.:: Trri:*tT.,xt'."":T1ü";Tlt*
122 GEORGE H. ME/ID EsPfRlru, PERSoNA Y socfEDAD lzt
trar allí, en el sistema nervioso central, una estructura que regpondl que él tiene en su
¡ndefinida cantidad de elementos. ¿Puede decirse
a cierto tipo de reacción que represente pere nosotros el actitud de
carácar drl rirtema nervioso central un objeto que responda a esa
objeto gu€ reconocemos, en cuanto distinto de las ,i-fl., Glad-
l?conocer a Gladstone, en todos sus carnbios, como el
rcnü. mismo
ciones?
¡tone? Si uno tuviese el mecanismo necesario para hacerlo, ¿podtía
El rcconoci,miento siempre invorucra algo que puede ser darc[. rncontrar en el cerebro del historiador lo que responde a Gladstone?
bierto en una cantidad indefinida de objeto-s. s"t" ,. po.¿.
color una vez, en el sentido de que "color" significa'uii-rel¡ció¡
ver ui f roponi."¿o que tal cosa pudiese hacerse, ¿qué se encontraría? Por En
.inrtá qu. no sería orr" ,."i.iór, única al nombre de Gladstone'
inmediata de las ondas de luz.on la retina de i¡n sistema todas las conexiones gue se lleva-
nervio¡o eicrto modo, tiene que representat
normal. La experien cia aparcce y pasa, y no puede ser repetida. pr,o
lr¡n a cabo .n ,o ."p.ri.ncia, todas las conexiones que quedaron
hay un catácter universar que se da en'la experiencia de ella
--ir-r, ..pal involucradas .r, ,o .oldocta, en el grado en que las análogas
de una infinita canridad de repeticiones. y ,. h" ,opo.r,o cierta
lucedieron en la vida de Gladston.. D.b.
clase de
qL .*o tratarse de
es que hay detrás de la expricación o af,irmación conductiste. en algún punto,
_lo
psicología conductista explica ese carácter de
I¡ unidad, de una unidad que, si ese todo es tocado
la experiencia en térmi.
nos de Ia reacción. Puede decirse que no es posiüre que
p".1" ¡"..t sirrgir .u"lquier otro elemento de la experiencia que el
cualquier fase
exista unt historiador tiene de Glaistone. Debe poder iluminar
reacción universal, sino sóro una reacción a un objeto. -por en que figura
er contn. de su carácter, destacar cualquiera de las situaciones
rio, hasta donde la reacción puede tener lugar con referencia presente en
Gladstone. Todo esto debe encontrarse potencialmente
un ladrillo, una piedra, un martillo, existe un universal en ¡ de Morley. Es
forma de la reacción que responde a toda una serie ai-p"rticu.
l¡ r¡l esbozo de Gladstone en el siste,ma nervioso central
cen-
lares, y los particulares pueden ser infinitos en númcrJ
iiiinirrrq.nre complejo, pero también lo es el sisrema nervioso
sino también
pfe que tengan ciertos caracteres en relación con la
,¡.m. tral. No ,.p....nt" .i*pl"-.t tt dimensiones especiales'
reacción qut representar una acción demorada' una
está representada en ro que lramamos "reconocimiento".
Jir.nriorr., t.mporaleJ. Puede
posterior
empleamos el término "reconocimiento,', puede que
cu"ndo ;;;l¿;;r. d.p"nd" de una reacción anterior; y esta reacción
sólo queramor pu.á., .n ,o ,,r.i-iento antes de que ocurra explícitamente-
decir que hemos escogido un objeto que sirve para -pr€ro
es€ fin par. influir sobre la reacción anterior'
ticular; lo que por ro generar qo.i.-or decir es .r ."ri.t., a.r
io.
objeto que es un estímulo p"ta su reconocimiento se encuentf¡ Podemos concebir, pues' en la estructura del sistema
nervioso
o el reco-
presenüe en nuestra experiencia, Du central, una dimensión iemporal como la dc una melodia'
tal modo, es posible tener algo nocirniento de las notas y ae ta distancia que separa a unas
de otras en
que es universal, distinguido de varios particulares. tealmente
ór.o qo. fod.n,o, la escala, y nuestra apreciación de las mismas €n cuanto
reconocer en cualquier costumbre qué es lo que responde post€riores'
a iistinto¡ ,f..t"d", por .l comiÁzo de nuestra reacción a las notas
estímulos; Ia reacción es universal, y er estímulo, de final. si pre-
|articurar. Mien.
tras este elemento sirva de estímuro, provoque esa ieacción, como cuando €stamos esperando determinada clase
ex-
decir quc el particular se agrupa bajo ese universar.
se puede guntamos ahora cómo se muestra esa exp€ctación en nuestra
Ésa es ra expri-
periencia, tendremos dificultades para detallarla en términos de
cación_que la psicología conductista da a la forma
universal, distin- por
guiéndola del ejemplo particular. .onducta, pero advertimos que la experiencia es determinada
El punto siguiente es más bien una c'restión de grado, ilustrada nuestradisposiciónaresponderanotasposteriores'yesadispo-
presentes' ['a
por los objetos más complejos, tales como una sinfonía,
o una vida, sición puede existir sin que las notas mismas estén
forma en que responderemos a un final mayor o
con todas sus variaciones y armoniosos contrastes. menor d-etermina
cuando un críti- Y es ésa
tico musical analiza un objeto tan comprejo como una la forma en que apreciamos las notas que se presentan-'-
siilonía, a todas
¿podemos decir que existe en el sistema nei*,ioro central ifgo qo. qo.-propor.iona el carítcter de nuestra apreciación
l,
responde al objeto que el crítico tiene ante
sí? o tomemos ra üiogra- "aito¿
las compostiones musicales de cierta extensión'
Lo concedido prin-
al
de un grande homb¡e, un Lincoln o un Gladstone, rnás tarde'
\lhistoriador, donde el cipio es determinado por la actitud hacia lo que vendrá
digamos Morley, tiene ante sí toda esa vida con su Esta es una fase de nuestra experiencia que James ha
ilustrado con srx¡
ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD r25
t24 GEORGE H. MEAD
que nos
análisis del carácter sensorial de conjunciones tales como "y", "pe- cantidad indefinida de estímulos que varían entre sí es algo
particular' y la comple-
ro", "¿unque". Si se afirma una proposición y se agrega "pero", fopor.ion" la relación del universal con el grande' como lo son
se está determinando Ia actitud del oyente hacia ella. Este no sabe li¿u¿ a.t objeto puede ser tan infinitamente posibles
qué es lo que uno introducirá, pero sabe que existe alguna clase de ios elemento, d.l-rirt..rra nervioso central que repres€ntan
combinaciones espaciales y temporales de nuestra conducta' Pode-
excepción. Su conocimiento no se formula de manera reflexiva, que
mos, entonces, háblar legítimamente de cierta clase de reacción
sino que es más bien una actitud. Existe una actitud "pero", una que puede
actitud "si", una actitud "aunque". Ésas son las actitudes que asu- un Morley tiene con ,.rpJ.,o a un Gladstone, una reacción
€ncontrar su expresión en el sistema nervioso central, teniendo
en
mimos hacia el comienzo de una melodía, hacia el ritmo involucrado
en la poesía; son ellas las que dan sentido a la estructura de aque- €uenta todas sus comPlejidades.
llo que encaramos. [Hasta ahora hemos acentuado la universalidad
o generalidad
Existen ciertas actitudes que asu'mimos hacia una columna o de la reacción en comparación con la particularidad del estímulo
hacia sus basamentos, y sólo necesitamos tener sugestiones del objeto qo. t, provoca. Ahora quiero llamar la atención hacia la dimen-
para provocarlas. El artista y el escultor ejecutan en esas actitu- sión social de la universalidad.l
y un
des, del mismo modo que lo hace el músico. Gracias a la indica- El pensamiento se lleva a cabo en términos de universales'
del objeto por medio- del cual
ción de los estímulos, ellos pueden producir un reflejo de las com- universal es una entidad distinguible
ptejidades de una reacción. Ahora bien, si uno puede producir una lopensamos. Cuando pensamos €n una azada' no nos limitamos
t o.rrro pensamiento a ninguna azada esptcial' Y bien' I
p"tt-
cantidad de ellos y conseguir un reflejo multiforme de todas esas ac-
titudes en la armonía, provoca una reacción estética que consideramos
"r,
samos en la azada universal, debe de haber algo acerca de lo cual
bella. Lo que constituye la belleza del objeto es la armonización pensamos, y eso no se da manifiestamente en el suceso particular
de esas complejidades de la reacción. Hay diferentes estímulos que q,r. p.opot.iona la ocasión para el pensamiento' El pensamiento
provocan una cantidad indefinida de reacciones, cuya naturaleza se tras.i.rr¿1. todos los sucesos. ¿Debemos suponer
un reino de ta-
pensa-
refleja en nuestra experiencia inmediata y que son puestas en rela- les entidades, esencias o substancias para explicar nuestro
ción armoniosa las unas con las otras. Las etapas posteriores de miento? Eso es lo que, en general, suponen todos los.modernos
por
la e:cperiencia misma pueden estar presentes en la experiencia inme- realistas. La respuesti de Dewey parece ser que hemos-aislado'
diata que influye sobre ellas. Dado un sistema nervioso central su- mediodenuestraatenciónabstrayente,ciertascaractedsticasdelas
ficientemente complicado, podemos encontrar una cantidad indefi- azadasqu€sonajenasalasdistintasazadasindividuales,aunque
nida de reacciones, y dichas reacciones pueden ser, no sólo inmediatas, tienensuexistenciaoserendichasazadasindividuales.Estosca-
q:u¡e sea tal' son' por lo tanto'
sino tambián demoradas, y cuando son demoradas pueden estar ya tacteres que se presentan en toda azada
;j;";t "iu"lqoi.." de ellas' Podemos ir más allá y decir que estos
influyendo sobre la conducta actual.
al suceso de las azadas que nacen y-se desgastan'
Y así, en cierto sentido, podemos encontrar, en el sistema ner- .árr.r.r., ,or,
"¡.rro. y pueden ser llamados ob'
vioso central, lo que responda a objetos complejos, con su signifi- fi orr"" palabias, son ajenos al tiem¡ro' calidad de ajenas
Dewey' esa
cación un tanto vaga e indefinida, tales como residen €n nuestra ¡io, o entidades eternos-. Pero, dicenuestro pensamiento no separa
experiencia real ----objetos complejos, no sólo espacialmente, sino, ,l ,i.-po de tales características en
,u s.r d. Ias azadas individuales. . . Dewcy está completamente
con
además, temporalmente. Cuando respondemos a cualquier fase de
en cuanto a que la significación no
estos objetos, todos los otros valores están presentes, listos para in- los realistas arriba mencionados
troducirse en ellos y darles su contenido intelectual y emocional. estáalojadaenlapalabramisma'esdecir:noesunnominalista'
No veo motivo alguno para que uno no encuentre, pues, en la Insiste,sinembargo,,nqotlasignificaciónresideenlaazad'een
organización de esa actitud tal como se presenta en el sistema ner- ;;r" caractdrística que ha surgido gracias a la naturaleza social
del pensamiento. Supongo que podemos decir' en
la terminología
vioso central, aquello a lo cual nos referimos como la significación
del objeto, lo que es universal. La respuesta de la reacción a una que las significaciones han surgido en la experiencia social'
"rrurl,
t26 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t27
así como los colores surgieron en la expgriencia de los organismol otros individuos. tJn universo de raciocinio es simplemente un sis-
con aparato de visión 17. tema de significaciones comunes o sociales 20.

La significación como tal, es decir, como el objeto del penca. La misma universalidad e impersonalidad del pensamiento y la
miento, surge en la experiencia gracias a que el indiviáuo se esiimul¡ razón son, desde el punto de vista conductista, el resultado de que
a sí ,mismo para adoptar Ia actitud del otro en su reacción hacia et un individuo dado adopte las actitudes de los otros hacia él y de que,
objeto. La significación es ro que puede ser indicado a otros a t¡ finalmente, cristalice todas esas actitudes particulares en una sola
vez que, por el mismo proceso, es indicado al individuo indicantc. actitud o punto de vista, que puede ser llamado el del "otro gene-
Fn el grado en que el individuo se lo indica a sí mismo en el papcl ralizado".
del otro, ocupa la perspectiva de éste, y como ro indica al otro der. Las formas alternativas de actuar bajo un infinito número de
de su propia perspectivá, y cor'o lo que de tal modo es indicado distintas condiciones particulares o en una infinita cantidad de
es idéntico, es preciso que sea justamente aquelro que puede ser desdc distintas situaciones particulares gue son más o menos
distintas perspectivas. Tiene que ser, por lo tanto, un universal, por -fqrm¿s
idénticas para una cantidad infinita de individuos normales- son
lo menos en la identidad que corresponde a las distintas perspectivar todo lo q,i. .o realidad representan los universales (no importa cómo
los
organizadas €n una sola perspectiva, y en el grado .n qo. el prin- los encarl la lógica y la metafísica) ; carecen de sentido apa:,te de
cipio de organización admita otras txrspectiva! que las que están actos sociales en los que están ínvolucrados y de los que extraen su
realmente presentes, Ia universalidad puede ser, lógicam.nt., .*t.n- 21.
significación
dida infinitemente. su universalidad en la conducta, emlxro, alcan-
za sólo hasta el límite en que las diferencias de las distintas perspec-
tivas permanecen sin im¡rortancia con respecto a los caracter., ir,di."- B. L¡ ¡¡¡run¡LEzA DE LA TNTELIGENcIA REFLEXIVA
dos por los símbolos significantes que se emplean, es decir, por lor
gestos que indican al individuo que los usa qué es lo que tales gestor En el ripo de inhibición remporaria de la acción que significa
indican a los otros, para quienes sirven de adecuados estímulos en el p€nsar o an .l que surge la reflexión, se le ofrecen, en Ia experien-
proceso cooperativo 18. .i" d.l individuo, a modo de tanteo y por anticipado y para su
elección entr€ ellas, las distintas posibilidades o alternativas de fu-
El gesto o símbolo significante presupone siempre, para su sig.
nificación, el proceso sociar de la experiencia y ra condu.ta en quc tura acción que le están abiertas dentro de la situación social dada
surge; o, como dicen los lógícos, un universo de raciocinio está
formas diferentes o alternativas de completar el acto
-t¿s
social dado en el cual él está involucrado o que él ya ha iniciado.
siempre inferido como contexto en términos del cual, o como
campo dentro del que, los gestos o los símbolos significantes tienen
el La reflexión o la conducta reflexiva surge sólo bajo las condicio-
en verdad significación. Este universo de raciocinio está constituído 2o Nuestr¡s a¡í - llamadac lcycs del pensamiento ¡on la¡ ¡bstr¡cciones de lea
ab¡tracto, tod¡ la téc'
por un grupo de individuos gue llevan a cabo un proceso social dc ,.1".¡on.r'iá.i"t"r. füá ooctttó ptofgó dc pcnsamiento(l9l2t'.
;;;;';f ;d;o--¿.t-*i..o son c¡cncialmcnte soci¡lc¡ --
experiencia común 10 y conducta, en el cual participan, y dentro del "*'ri -f"J.i lit r.f*i.r." áuraderas han eido sometidis ¡ revisión.- Quedan les
.oor,.nt.i1á!'1."i, i i"t ¿.Jo.ii"o.r A. lac infercncieg lógicee. A la mism¡ categoríe
cual estos gestos o símbolos tienen la misma significación, o un¡ loc elementoe- v la ertructure
;;;i;;;; iói ii.itá¿"r universale¡ o conceptos.cnSon que en l¡ conducta ¡oci¡l con
signíficación común, para todos los miembros de ese grulb, ya sea á;.]n-;;il;-¿.-áa".¡olo. En la -edid"catacte¡e¡ que pcrdu¡an,r¡- la pefs-
que ellos los hagan o los dirijan a otros individuos, o que reaccio- otrog y con úosotroS mi¡mos indic¡mol lo¡
¿¿ rrupo ¡l que pert€necemor y del que surgimor' en csa -medrda estemos
nen francamente a eltos en cuanto hechos o dirigidos a ellos por "..titi
íJi."i¿ü].'qí" en rctació¡-con nüc¡tra.conducta, aquello a lo.que, cn
"".1"-Ui"
iiiir oil.¡átl ei ai"¡¡ t¡ tran¡itoricd¡d- Un¡ metaf ísic¡ que extr¡e e¡tos elemento¡
;I'i,"ffi;;;'.;o;fi;ñ;6"dóte
-á-. d¿ un set sustancial'-pas¡ por alto el.hecbo
.17 fEste- parágrafo h1 sido ¡eteccionado de un ma¡u¡crito: "The pbiro- il ;;];';"ii¿i¿ ¡ri,ánsit"tioa"¿ es est¡ictamente relativa a l¡ ¡ituación en
sgpl-¡I-?f-John D:wty". Fué publicado c¡ el t"te-alb,ni--ji"maf if nl¡i, i.'¿;ililá;i- ¿. l" cual rurgc l¡ refl¿xión_,_de que si-bicn podemos ctrcontr¡r
de 1936.1 ;;;ft;;; siio".ion"r "" -¿,o¿3-¿"'conversación y, pot lo t¿nto, dc pcnsamiento
oue re¡utta ¡icno ¿ las diferencias de la¡ ¡ituacioner' y' en conse{u-encra'.
proPor-
It [Petágrafo rcteccion¡do dc lvfS.l perspoctiva ¡ otre, cata €alidaó dc aJeno pcr-
re un mundo comúo .rirt_q. . . ¡óro cn r¡ .ioni oo mét-odo de trasl¡ción de una
medid¡ cn quc erirtc uoa ex¡rc- tcnece ¡ólo al cerácter i1-. li"pii" qoi .*.. el problema cn reflexión,. y jamás
riencir (de gtupo) común (I\,IS). t¡asciende de l¡ conducta social dentro de la cual surge el método (MD) '
¡l
1'

128 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 129

nes de la conciencia de sí, y hace posible el control y la orgr. $i algu'ien ¡rnetra en una habitación rrnry carnbiado por una lar-
nizaciín intencionadrs, por parte del organismo índiviáual, dc ¡u ¡. y grave enfermedad, o por exposición al sol tropical' los ami-
conducta, con referencia a su medio social y físico, es decir, co. rc. ior' no podrán reconocerle inmediatamente. Existen ciertos ele-
ferencia a las distintas situaciones sociales y físicas en las que se va m?ntos que nos permiten reconocer a un amigo' Puede
qu: t-enga-
involucrado y a las cuales reacciona. La organízación de la pcr. mos que-busa", *, caracteres que tornan exitoso el reconocimiento,
sona es' simplemente , la organización, por el organismo individual, para indicarlos a alguien o a nosotros mismos' Puede que tenga-
de la serie de actitudes hacia su medio 6e6i¿t hacia sí mismo rnos que determinar cuáles son los estímulos que pfovocan una reac-
desde el punto de vista de ese medio, o como -y elemento funcio, ción de ese complejo carácter. Esta es a menudo una cosa sumamente
nante €n el proceso de experiencia y conducta sociales que consti. difícil, como ló evidencia la crítica musical. Todo el público que 1il

tuyen ese medio- que está en condiciones de adoptar. Es esenci¡l llena una sala puede sentirse arrebatado por una composición' y qui'
que tal inteligencia reflexiva sea encarada desde el punto de vistr zl no habrá una sola persona que pueda explicar qué había en la
cuá-
del conductismo socíal. producción qo. prouo."re esa reacción especial, o que pueda decir
Dije, hace un momento, eu€ hay algo involucrado en nuestra ir, ,on las'distintas reacciones en esos individuos' Es un don
explicación de la significación de un objeto que es más que la mer¡ cxtraordinario el del que puede analizar. ese tipo de objeto y descu'
reacción, ¡ror compleja que ella pueda ser. podemos reaccionar ¡ brir cuáles son los estímulos para una acción tan compleja'
una frase musical, y puede que no haya nada en la experiencia, Quisiera llamar la atención hacia
el proceso que nos propor-
aparte de la reacción; puede que no estemos en condiciones de decir .iona=ona indicación de los cafact€res que provocan la reacción. Los
por qué reaccionamos o a qué reaccionamos. Nuestra actitud puede rnimales de un tipo inferior al del hombre reaccionan a ciertos ca-
ser simplemente la de que nos agrada alguna música y no nos agra- racteres con una precisión ajena a la capacidad humana' tales
como
da alguna otra. La mayor parte de nuestros reconocimientos son el olor en el caso del perro. Pero estaría más allá de la capacidad
de un perro el indicar a otro peuo de qué era el olor' Otro
de esta clase. Escogemos el libro que queremos, Ixro no podemos perro
decir cuál es el carácter del líbro. Probablemente podríamos dar no poaría ser enviado por el primero a encontrar ese olor' Un hom-
bre'puede decir cómo iáentifiiar a otro hombre. Puede indicar
una explicación más detallada de las facciones de un hombre a quien cuáles
encontramos por primera vez gue de nuestros más íntimos amigos. son los caracteres que provocarán cierta reacción. Esta capacidad
dis-
con nuestros amigos estamos dispuestos a iniciar ra conversación tingue absolutamente ia inteligencia de un ser reflexivo como el hom-
puedan
en el momento en gue lo están ellos; no t€nemos que estar segurog u.e ¿e la de los animales inferiores, por inteligentes que éstos
de quiénes son. Pero si tratamos de encontrar a un hombre que nog que el hombte es un animal racional' y
ser. Generalmente decimos
ha sido descrito, examínamos atentamente a la persona para asegu- que los animales inferiores no lo son' Lo que yo quería demostrar'
po. lo menos en términos de la psicología conductista' es que lo
rarnos de que corresponde a la explicación que nos ha sido dada. que
Con una p€rsona que nos es familiar efectuamos la conversación sin tenemos en cuenta en esta distinción es la indicación de los caracteres
a la clase de reacción que concedemos a un obj*o'
Señalar
Ixnsar €n €sas cosas. La mayor patte de nuestros procesos de recono- lue llevan
cimiento no involucran esta identificación de los caracteres que nos los caracteres que conducen a la reacción es precisamente lo que dis-
permiten identificar los objetos. Quizá tenemos que describir a una iingo. ot, de pesquisantes que envía a un hombre' de un
persona, y descubrimos que no podemos hacedo " "ig.rr.ia jnteli-
6s¡e6g¡¡sg sab-ueso qo. p.r"ígo. on irombre' FIe aquí dos tipos de
demasiado bien. Puede que tengamos que elegir -l¡ esos detalles, y
"
gencia, ambas especializadas: el pesquisante no podría hacer lo
que
€ntonces, si adoptamos una actitud crítica, tenemos que descubrir t".. "l sabtreso, ni éste lo que ltace el pesquisante' Pues bien' la
inteligencia del pesquisante, €n comparación con la inteligencia
qué hay en el objeto que provoque esa compleja reacción. Cuando del
hacemos tal cosa, estamos recibiendo una explicación de cuál es la reside en esa capacidad para indicar cuáles son los caracteres
2¡'
especiales que provocarán su reaición de capturar al hombre
naturaleza de los objetos, o, sí se prefiere, de su significación. Te- "abueso,
nemos que indicarnos qué es lo que provoca esa reaccíón especial.
-;;;
22 La i¡teligcncia y el conocimiento se encuentran dentto- del proceso de lr
Digamos gue reconocemos a una persona por la índole de su físico. conducta. pensar es .ri ü.pfi.Jo áe. . . presentar el mundo de mcdo
131
130 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
cada uno de
Tal la explicación de un conductista en cuanto a lo qur
sería funcionar una cerradura. Se advierten ciertos elementos'
los cuales provoca una reacción determinada; y lo
está involucrado en la nzón, cuando se razona se está indicando
que se está,ha-
procesos de reacción al prestar atención a
uno a sí mismo los caracteres que provocan ciertas reacciones. si ¡c ciendo es aferrarse a esos
tiene el ángulo y un lado se puede determinar la superficie de un los estímulos. El hombre puede, no sólo combinar las reacciones
triángulo; dados ciertos caracteres, hay ciertas reacciones indicada¡. ya presentes, que es i" q; puede hacer un animal inferior a él'
es posibie p€netrar en esas actividades
e inte-
Existen otros procesos, no exactamente racionales, con ros cuatcr ,ino qo. tambiér, le
específicos' aferrándose
se pueden construir nuevas reacciones a partir de las antiguas. Fuc. ,ro-pi¡rr, prestando atlnción a elementos y luego
den escogerse reacciones que están presentes en otras reacciones, y a las reacciones que responden a esos estímulos especiales
unirlas. un libro de instrucciones puede proporcionar una seric combinándolas para construir otro acto. Eso es
lo que q'J€remos
a hacer
decir al hablar de aprender o de enseñar a otra
persona
de estímulos que llevarán a una serie de reacciones, y se las escogc
de entre las otras reacciones complejas, quizá como nunca han sido unacosa.SeleindicaadichalrrsonaciertasfasesocaractereseEr-
de reacciones' Es lo
escogidas antes. Cuando se escribe en una máquina de escribir, cíficos del objeto qo. p'ot'oti" ciertas clases
acompaña sólo
puede que se le den a uno instrucciones en cuanto a la forma de que formulamos en g.n;t"t al decir que la conciencia
procesos motores' Podemos fisca-
emplear la máquina. Al comienzo podrá uno formarse una buen¡ a los proceso, *nrorio, y no a los
los motores;
técnica, pero incluso ése es un proceso que involucra la indica- li)ii'¿o"rr^mente los procesos sensoriales' fxro no
especial del cam-
ción de los estímulos para provocar las distintas reacciones. Se unen podemos prestar no.rt,i atención a un elemento
po y, at isí prestar atención y así aferrarnos a un
estímulos que no han sido unidos en el pasado, y entonces esos es- estimulo' coll-
en que conse-
tímulos arrastran consigo las reacciones compuestas. Puede que al r.goit f" fiscalizaoión de la reacción' Tal es la forma
principio sea una reacción tosca, y deberá ser liberada de tas reac- grit""t controlar nuestra acción; no controlamos directamente
vías motrices mismas'
ciones experimentadas en el pasado. La forma en que uno reacciona iuestra reacción por medio de las
para pres-
hacia el doblado de cartas, cuando escribe, es distinta de la forma en En las formis inferiores no existe capacidad alguna
del camfn de la estimula-
que reacciona al escribir la carta en una máquina de escribir. Se co- tar atención a algúi-.lemento analizado
Pero puede decir a una
m€ten error€s, porque las reacciones que se emplean han sido distin- ;iiló.les permita fiscalizat la reacción' se
y la persona podrá
tas, han sido conectadas con toda una serie de otras reacciones. Un persona: "Mira .rro, air" esta cosa, nada más"'
su aten'
profesor de dibtrjo bará a veces gue sus alumnos dibujen con la ?i¡", ,o atención sobre el objeto específico' Podrá dirigir aquél'
que responde a
mano izquierda en lugar de emplear la derecha, porque las costum- ;iil y, de tal modo, aislar la reaccién especial complejas activida-
bres de la mano derecha son muy difíciles de eliminar. Esto es lo Ese es el modo en que interrurnpimo' "otttt"t
que uno hace cuando actúa en una forma racional: se indíca a si des y hacem* poriii. aprenlizaje' Lo que se lleva a cabo al
cuáles son los estímulos que provocarán una reacción compleja, y
"l
pr"rá, atención a los estírnulos específicos que provocan ün acto
por el orden de los estímulos determina cuál será el conjunto de la lrp".i¡, es un análisis del proceso, y este análisis hace posible
como
la
de-
reacción. Ahora bien, el poder indicar estos estímulos a otras p€r- reconstrucción del aÁ. Ui animal iace combinaciones'
sonas o a sí m,ismo, es lo que llamamos conducta racional, en cuanto .i-or, sólo por el método de tanteo' y la combinación que triunfa
distinta de la inteligencia irracional de los animales inferiores y de se conserva.
buena parte de nuestra propia conducta. El gesto, tal como es elaborado en la conducta del grupo huma-
elementos y
El hombre se distingue por su capacidad de analizar el cam¡ro de no, ,iJ. definidament€ para indicar precisamente esos
Existe' es
estirnrulación en forma de poder seleccionar un estímulo antes que otro porr.rto, dentro del campo de la atención voluntaria' y
"ri la atención voluntaria
y asi aferrarse a la reacción que corresponde a ese estímulo, escogién- ;i;, ;r, semejanza fundamental entre pueden ser
dola de entre otras y recombinándola con otras. No se puede hacer i" irrrrotottrria. Una luz brillante' un olor particular'
y que' en esa
algo que logre un completo agnoi¡i9 del organismo
una acción voluntaria
q_ue s€1 favoreblc para, la conducta, de rrodo de que puedan ser alcanzado¡ to¡
fine¡ de I¡ vid¡ de la fotnra (MS).
medida, inhiba toda ot'a actividad' Pero
que se lo señale' de que
Penser ee iádicar en una cosa er indicarla antes de actua¡ (1924) ;.Ñ; de la indicación de cierto carácter' de
.
-pen&rt
133
tJ2 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD

ee lo aferre y, de tal modo, se aferre e la teacciín qu€ le conct. sobrenosotros.Talesloguesehallaimplícitoenlainteligencia


de las formas
ponde. Esa clase de análi¡íc es esencial para lo que llamamos intc. humana, en cuanto distinta det tipo de inteligencia
tomatse de
ligencia humana, y es posibilitado por el lenguaje. inferiores. No podemos decirle a irn elefante que dcbe
la cola del otro elefante; el estímulo no le indicará al
La peicología de la atención expulso a la psicología de la arc, elefante la
una situa-
ciación, Se encontró una infinita cantidad de asociaciones quc misma cosa que nos indíca a nosotros' Podemos crear
residen en nuestra experiencia con referencia a cualquier cosa qu: .ión qo. ,." ut estímulo para el elefante' p€ro no podemos hacer
que ést. se indique a sí Áis*o qué es ese estírrlulo, de modo
de
aparezca ant€ nosotroo, peto la psicología asociacionista no erplicabr
por qué una asociación predominaba antes que la otra. Estableció tener la reacción al mismo en su propio sistema'
pro'
rtglas en el sentido de que ci cierta asociación había sido intens¡, El gesto proporciona un proceso por medio del cual yuno
reciente y frecuente, entonces ella sería la dominante. Pero a menudo voca en-sí la-reacción que podtía ser provocada
en otro' esto no
poi'lo que r€specta a su rnedio
existen en la realidad situaciones en las que p¡rec€ que el elemento ., ;; de su reacción'inmediatt' que haga algo'
más débil de la situación es el que domina al espíritu. Sólo cuando iirico it -ediato. Cuando decimos a una p€rsona
de algo sino el co-
el psicólogo se dedicó al análisis de la atención, se encontró €r Gon- i" l""..i¿r, que obtenemos no es producto ese
diciones de encarar tales situaciones y de darse cuenta de que la proporciona los elementos
mienzo de eilo. La comunicación nos
atención voluntaria depende de la indicación de algún carácter del de lt reacción que pueden ser retenidos en el campo
mental' No
las signi-
campo de la estimulación. Tal indicación posibilita el aislamiento los sacamos afuera, pero están presentes constituyendo proceso
y recombinación de las reacciones. ri.".ion* de los objeios que indicamos. El lenguaje es ur
En el caso del gesto vocal existe una tendencia a provocar cn por.t.orfseindicancierto-sestímulosysemodificalareacciónaellos
proceso social' nos
un individuo la reacción que es provocada en otro, de modo que el en el sistema de la conducta. El lenguaje, como
ha posibilitado el q.r. .oojamos reacciones y las retengamos.en
el
niño representa el papel del padre, del maestro o del predicador. El
gesto, en esas condiciones, provoca en el individuo ciertas reacciones; ,rgi"ir-" del individuo, de-modo que estén presentes allílímites, arbi-
en relación
Ias mismas que provoca en la otra lrrsona y, al ejecutarlas, el indivi- con lo que indicam." Ei gesto real es, d.ntro de ciertos
duo aisla ese caráct€r especial del estímulo. [,a reacción del otro está trario.Yaseaqu€unoseñ-aleconeldedo'oconunamiradadelojo'o
pt"sente en el individuo que aísla el estímulo. Si uno llama rápida- por medio de un gesto vocal en un idioma u otro' todo es indiferente'
cosa que ha
mPnte e una persona en peligro, uno mismo se encü€ntra en la actitud siempre que provoque la rcacción que corresponde a la
de alejarce de un salto, aunque el acto no se lleve a cabo. IJno no corre sido indicada-. Esa es la parte esencial del lenguaje' El gesto debe
o tienda a provocar en él'
peligro, pero tiene en sí c¡os elementos eopeciales de la reacción, y ser tal, que provoque en el individuo,
hablamos de ellos como de significaciones. Explicado en términoc i. ,.r..ió., .oy" ot-ilirrción provoc ari en la reacción de otro' Tal
que fuere' tiene
del sietema ncwioso central, esto significa que ha conmovido ¡us es el material con qo. opur" el espíritu' Por leve
sin una indica-
vías superiores de tal manera que podrian conducir al real apertarc€ que haber alguna clase de gtsto' Aislar-la reacción
de un salto. (Jna persona aprehende las distintas rcaccionec involu- ción de un estímulo .. .tti una contradicción
por definición' He
proceso de comunicación
cradas en la huída, cuando €ntra en el teatro y ve el cartel que le ad- estado tratando de indicar qué hace este
vierte que, en caso de incendio, escoja la salida más próxima. Tiene, en cuanto a proporcionarnos el material que existe en nu€stlo es-
por así decirlo, toda la lista de las distintas reacciones ante sí, y pr€pa- plrli". i" hace poni"ndo a nu€stra disposición gestos que' al -afectar-y
que el otro adopta'
ra lo que hará, escogiendo los distintos elern¿ntos y reuniéndolos en la nos como afectan a otros, provocan la actitud
su papel' Obte-
forma necesaria. El e:rperto en organización llega ¡nra elegir esto, lo que nosotros adoptamor.n l" medida que asumimos
de nuestro propio
otro o lo de más allá, y elige el orden en que estas cosas serán llevadas nemos la actitud, la significación, dentro del campo
control, y .éste consiie en combinar todas las distintas
reacciones
¿ cabo. IJno hace lo mismo en la medida en que tiene conciencia
de sí. Cuando ten€mos que deternrinar cuál será cl orden de una el cor¡struído
p*itr.,
'qo.
á rin ¿. proporcionarnos acto recientemenre
serie de reacciones, las reunimos de ciette man€ra, y podemos hacerlo .i p-Ul.*" .Jig.. Es así como.cabe explicar la conducta racional
porque podemos indicar el orden de los estímulos que actuarán en términos de una psicología conductista'
ilx

tl
I

Í34 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD I15

Quiero egtegú otro factor a nuestra explicación: la relación de ella son


pueda tener. Nuestras ideas de la conducta futura o acefca
del carácter temporal del sistema nervioso con la previsión y lr no.rtril tendencias a actuar en varias formas alternativas' presencia
en
elección 28-
tte una situación ambiental dada o actitudes que pueden i

Elsistema nervioso central posibilita Ia inicíación implícita dr -tendencias


ipri..rr, o ser implícitamente ptovocadas, en la estructura del sistema l

una cantidad de reacciones alternativas posibles, corl referencia nervioso central, en anticipación de la reacción manifiesta a tal situa-
r
cualquier objeto u objetos dados, para la compretación de
cualquicr ;. t que, así, pueden irrgresar como factores determinantes en la
ecto ya iniciado, y ello previamente a la completación efectiva manifiesta. Las ideas' en cuan-
de di. fiscalízación o selección de esa reacción
cho acto; y de tal modo hace posibre el ejercicio de ra erección no en la conducta
inteti. to distintas de los actos' o en cuanto emerg€ntes
gente o reflexiva en la aceptacíón de esa reacción alternativa
única, dc manifiesta, son meramente lo que no hacemos; son posibilidades de
entre las varias posibles, que será rcalizada de manera manifiesta ¡..
reacciones visibles que ponemos a prueba implícitamente-en el sistema
-lo.go
La inteligencia humana, 1nr medio der mecanismo peicológico nervioso central y rechazamos en favor de aquellas sobre las
del sistema nervioso central humano, selecciona delibJradamenil cuales, en rigor, actuamos o que ponemos
en práctica' El proceso de
una de entre las varias reacciones alternativas que son posibles en lr la conducta inteligente .r, .runii,l*ente, un proceso de selección
problemática situación ambiental dada; y si la reacci'ón dada quc una cu€s-
entre varias alternativas; la inteligencie es' principalmente'
selecciona es compleja decir, si es una serie o cadena o grupo tión de selectividad.
o sucesión de reacciones-¿s
simples-, puede organizar esa serie o cadc. La reacción demorada es necesaria pata la conducta inteligente'
na de reacciones simples en forma de posibilitar la solución más adc.
La organización, la prueba implícita y la selección final' por parte
cuada y armoniosa, por parte del individuo, del problema ambien. sociales
del ináividuo, de sus rea..iones manifiestas a las situaciones
tal dado.
que le enfrentan y que le presentan problemas de adaptación'
serían
Es la entrada de las posibilidades arternativas de ra futura reac- imposibles si una u otra reacción manifiesta a los estímulos
ambienta-
ción en Ia determinación de Ia conducta presente, en cualquier ei- les-dados tuviese que ser inmediata. sin la reacción
demorada, o salvo
tuación ambiental dada, y su funcionamiento, por medio iet me- en términos de ella, no podría ejercerse ninguna fiscalización
cons-
canismo del sistema nervioso centrar, como par¿ de los factores
o ciente o inteligente sobre la conducta; porque gracias a este proceso
condiciones que determinan Ia conducta presente, lo que
decisive- de la reacción selectiva puede ser selectiva sólo porque es
mente establece el contraste entre la conducta inteligenie y la
con-
-que
demorada- opera la inteligencia en la determinación de la conducta'
ducta refleja, instintiva y habitual --{nme ra reaccián demorada y En rigor, es este prol.ro ío qot constituye la inteligencia'
El sis-
Ia reacción inmediata. Lo que ocune en la conducta orgánica actual tema nervioso central no proporciona solamente el necesario meca-
es siempre, en algún sentido, un em€rgente del p"r"do, y nunca sino también la necesaria condi-
nismo fisiológico para est;pric"so,
podría haber sido predicho exactamente por anticipado ción fisiológica de reacción demorada que este
pfoc¿so presupone'
--nunca
podría haber sido predicho sobre la base de un conocimiento, para resolver los pro-
1nr La inteligencia es esencialmente la capacidad
completo que fuere, del pasado y de las condiciones del pasado que posibles consecuen-
blemas de la conducta actual en términos de sus
tienen atingencia con su emergencia; y en el caso de la coniucta orfá_ de la experiencia
cias futuras tal como están involucradas en la base
nica inteligentemente controlada, este elemento de es¡nntaneidad se _.la capecidad, por lo tanto, para resolver los problemas
pasada
destaca especialmente en virtud de la influencia present-e ejercida
sobre de la conducta pr€sente il^\,, del pasado y el futuro o con refe-
tal conducta por los posibles resultados o cons:€cuencias futuros que y previsión' Y
rencia a ellos; involucta al mismo tiempo memoria
demorar'
28 [Véace también Sección l6.J el proceso del ejercicio de la inteligencia es el ptoceso de
que dichar ¡eacciones ertén preparadar etrte, dc que lteguemor or[^nirx y seleccionar una reacción a los estímulos de la situación
ar ^i|-.P lT"-ITjrj.
^, oDJero. ür nu€st¡o mundo estuviesc encine dc nosotroc, no tendríimos "tiempo del
para rneditar. Habría una sola forma de reaccionai
a esc mu¡do. aribiental dada' El proceso es posibilitado por el mecanismo
sistema nervioso centlal, que permite que el individuo
Gtacia¡ a gug ó¡qanoc de di¡tanci¡ y su capacidad para lac reaicione¡ adopte la
el individuo vive en-el fururo con t" ó*l¡iriálJ?. planear su vida d¿morad¡¡,
actitud del otro hacia él 1 se convie rta de ese modo en un
a ese futuro (l 9j I ). con ¡,eferenci¡ objeto
136 GEORGE H. MEAD ¡sPfRITU, PERsoNA Y socIEDAD 137

para sí. Ésta es Ia forma más eficaz de adaptación al medio coci¡!, ciones de temor son, entonces, Provocadas por la rata blanca' aun
y por cierto que al medio en general, de que dispone el individuo. cuando se no produzca ningún sonido
2Ú'

(Ina actitud de cualquier clase rcpresenta el comienzo, o l¡ Elreflejocondicionadodelospsicólogosobjetivosestambién


iniciación potencial de uno u otro acto compuesto, un acto ¡oci¡l empleado ¡lor Watson para explicar el proceso del pensamiento'
en el que, juntamente con otros individuos, está involucrado cl Seg,in .r. ionto de vista, utilizamos gestos vocales en relación con
indiv'iduo que adopta la actitud dada. La hipótesis tradicional ¡fir- las"cosas, y por medio de ellos condicionamos nuestros reflejos hacia
maba que el elemento intencional de la conducta debía ser, c! las cosas en términos del proceso vocal. si tenemos una tendencia
definitiva, una idea, un motivo consciente, y eue, por lo tanto, a sentarnos cuando hay una silla cerca, condicionamos ese reflejo
debía involucrar la presencia de un espíritu o dependeide ella. pero con la palabra "silla". originariamente, la silla es un estímulo que
el estudio de la naturaleza del sistema nervioso central demuestn prouoa, ese acto de sentarse, y, una vez condicionado' el niño
pue-
que, en forma de actitudes fisiológicas (expresadas en series fisio. ie llegar a realizar el acto mediante el sólo empleo de la pala-
lógicas específicas), existen distintas completaciones posibles del ¡rt. Ño puede establecerse ningún límite especial para semejante para
acto dado, previamente a su completación teal, y que, gracias a eltar, proceso. Él pro..ro del lenguaje está particularmente adaptado
las primeras partes del acto dado son afectadas o influídas (en la ese condicionamiento de reilejos. Poseemos una cantidad
infinita de
conducta presente) por sus fases posteriores; por consiguiente, cl reacciones para los objetos que nos rodean' Si podemos condicionar
elemento intencional de la conducta tiene una sede fisiológica, unr dichas reaiciones por medio del gesto vocal, de modo que cada
vez
base conductista, y no es necesaria ni fundamentalmente ónscientc que se produzca cierta reacción utilicemos al mismo tiempo ciertos
o psíquico.
elementos fonéticos, entonces podremos llegar a un
punto en que
la reacción será provocada cada vez que surja ese gesto vocal' El
pensamiento seríi, entonces, no más que el empleo de esos distintos
14, CoNpucrIsMo, wATsoNIsMo Y PENSAMIENTo REFLExIvo .I.-.nto, vocales juntamente con las reacciones que ellos provocan'
Los psicólogos no necesitarían buscar, en el proceso del pensamiento'
He analizado la posibilidad de poner el concepto o idea denrro nada más cJmplicado que el simple condicionamiento de los reflejos
de la esfera del tratamiento conductista, intentando, de tal manera, por los gestos vocales.
liberar al conductismo, en la forma en que es presentado por watson, Desde el punto de vista del análisis de la experiencia involu-
de Io que parece ser una imperfección. Al ,.trotr"., el proceso crada, esta explicación parece sumamente inadecuada. Para ciertos
pensante al proceso pa.dante, watson Fnrcce identificar el pensa- tipos de .xper-iencia, qoi"á r." suficiente, tln cuerpo de sotdados
miento con la ¡nlabra, con el símbolo, con el gesto vocal. Lo hace exhibe una serie de reflejos condicionados. Cierta for-
"áiestrados
transfiriendo un reflejo de un estímulo a otro: reflejo condicionado mación es lograda mediante ciertas órdenes. El éxito de éstas
reside
es el nombre técnico del proceso. El psicólogo aísla una serie de re-
en una ¡eacción automática, cuando son emitidas' Ahí' natural-
flejos que responden a ciertos estímulos específicos, y luego permite mente, hay acción sin pensamiento' Si el soldado piensa' dadas
las
que dichos reflejos se expresrn en distíntas condiciones, de-modo que
circunstancias €s muy probable que no actúe; su acción depende'
punto
el estímulo mismo sea acompañado por otros estímulos. Descubr en cierto sentido, de Ia ausencia de pensamiento. En algún
que esos reflejos pueden ser luego producidos por el nuevo estím¡¡lo, pero des-
es preciso gu€ se lleven a cabo complicados pensamientos'
jerarquía'
aun €n ausencia de lo que ha sido previamente el estímulo necesado. pui, d. que ello ha sido hecho por los oficiales de superior
La ilustración típica de esto es la del niño que se asusta de un ratón .t pro..ro debe tornarse automático. Reconocemos que esta €xpti'
blanco porque le fuó presentado varias veces al momento en que 6e .r.iór, no hace justicia al pensamiento que debe llevarse a cabo en
producía a su espalda un sonido fuerte. El sonido fuerte ocasiona
26 El temor del ¡iño a la oscuridad puede haber $lgido del hecho de-que
miedo. La presencia de la rata branca condiciona esa reacción de s¿ viese desoertado eot o".ttt.pitoJ tto.ttó y sintiesemiedó en ta oscu¡ided' Esto
t€mor, de modo que el niño siente miedo hacía el animal. Las reac- ;'.'i;rü;;;;;tír¿., i.- .i onr porl6. interpretación en términos de condi-
cicnamiento.
139
ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
138 GEORGE H. MEAD
estímulo por otro; p":: i1:t
la jerarquía superior. Es cierto que la clichos estírnulos, tte sustituir un ?t
gente subalterna ejecuta cl proceso no pueden ser explicadas slm-
que llevan a cabo I

proceso sin pensar. Ahora bien, si el pensamiento es llevado a cabo "itj""" i

en el plano milútar elevado en las mismas condiciones, el conduc- nt.Tl':,1jli;i: de una s'ra ra
y_ de I

tista no logra explicar qué tiene la planificación de específico. Alll ?1.':'i"o1i'';;,*'-iento puede llltl

de que se sentara' la solicitud


ocurre algo sumamente definido que no puede ser explicado en tér- solicitud hecha a o"" ptoo"' de la silla' Uno puede
ocupar el lugar dt ;;"^t:;ii"
l1l

con cualquier otra cosa' y en


minos de reflejos condicionados. "--,"pttlrta ese caso
Esta conducta sin pensamiento del soldado, al cumplir con la estar completamente ;t;;;á;
furiciona en el reflejo original;
orden en formp de que la simple emisión de la orden implica eu el estímulo no es el;i;;i";"t alguna a la silla'
ejecución, es característica del tipo de conducta de los animale¡ uno podría entrar y sentarce sin ereltal-atencióncuadro del mecanismo
pero tal swtitución no nos proporciona el pide
inferiores. Empleamos ese mecanismo para explicar los complicadoc silla' ni la idea de qué le
instintos de ciertos organismos. una serie de reacciones sigue a la que en algún sentid"'**"aTa-la mecanisrno
que tenernos semejante
otra; la completación de una fase ¡rcne al animal en contacto con la persona qo. h"g"' Yo sugerí a esas
un rnecanisrno que responde
ciertos estímulos que libcran otros, y así de seguido. Se descubren en el sistema nervloso central' provocan éstas pue-
complicadas ,.,.tiotii ; q";
i* estírnulos que del
grandes complicaciones de este proceso, especialmente en las honnigas. qot oo i' t¡ttottdo todo'
den poner en marcha un proceso y sin
El pensamiento característico de la comunidad humana está presu- una Dersona nos lo pide'
rniblemente ausent€ en aquellas comunidades. La avispa que acopia No nos sentamos ""f-t*t toando es'iniciado; estamos dispues-
embargo .t pr*t'o,l;'J;"
sentido'
a las arañás paralizadas como alimento para larvas que jamás verá Nos preparamos para 9::
y con las cuales nunca ha entrado en contacto, no actúa en tér- tos a sentarno,, *'J'"lil--t"it-"t'
haciendo el gráfico de una
campana
minos de previsión consciente. La comunidad hum¡na que acumula minado proceso p-t-'a"átit' para cumplir con
de conducta, y entonces estamos
y" prto"-'ados
alimentos en cárnaras frigoríficas, y que más tarde los utiliza, hace, rnoto"' que ya están presentes
en cierto sentido, lo mismo que la avispa, pero la distinción im- los distinto, p"o''-Los impulsos
han agitado las distiias- "L''
y las reacciones pueden producirse
portante reside en que la acción es conscientemente intencional. El
más fácil y más
t' piititot"'Át"tt cierto en lo
individuo que dispone el acopio en cámaras frigoríficas se presenta, "go'"itn*' -Esto.
que respecta f" d" lo* distintos actos entr€ :-i;i:dt-:t
a partlr
en realidad, a sí mismo, una situación que surgirá y determina sus " 'ifl'tit"- a otro' y podemos construir'
métodos de conservación con referencia a futuros usos. agregatun proceso de reacción un reflejo
de la form" i"'ti"lio" iiferior'
ro 1"i se denomina
La explicación que Watson pro¡rorciona del condicionamiento en cierto sen-
ser indicado'
de reflejos no hace referencia a esas partes de la experiencia. Tal general en'nuestra;;;";;';;á o:* Podemos concebir reac-
nervioso'
tratamiento ha sido aplicado experimentalmente sólo en experien- tido, por la estructura del sistema a esos objetos' a lo
ciones gue surgen con sus
distintas
cias como las del niño. Watson trata de elaborar un mecanismo "'pot*"" de esos objetos'
que, en ot.t' p"l"i'l;' il;;;*
las significaciones
sencillo que pueda ser aplicado ampliamente sin tener en cüenta tll"' l" significación del
todas las complicaciones involucradas en tal aplicación. Por supues- La significación de una silla t' "tt""i-tt' pueden ser inervadas'
martillo es clavar el clavo;
y estas
to, es legítimo que una nueva idea busque su aplicación más amplia ""ttiont'de estos procesos en el
aunque no sean t;;t;t"d';'
La. íneruación
y luego trate de salir al encuentro de las dificultades específicas. qtizá necesaria para lo que llamamos
Ahora bien, ¿es posible reformular nuestra explicación de la psico- sistema nervioso t";iá es
logía conductista, de modo que pueda hacer más justicia a lo que significación nracrtñtatse si la excitación newiosa en-
comúnmente llamamos conciencia de lo que estamos haciendo? FIe
-"olo "lil;;;; i';;; h" de I o que I I a
sugerido que por lo menos lndríamos proporcionar, en el sistema . r.: "".::' J:l':- lJ:t' :'::Tj
nervioso central, un cuadro de lo que responde a una idea. Parece mamoslaidea'Nosencontramosto"-on'eiplicaciónparalelista cor-
de la aparente diferencia existente
t"t'e las ideas y los estadosexpli-
que eso es lo que queda de la explicación de Watson. Éste agrega, psiquica y la
simplemente, una setie de reacciones a ciertos estímulos, y demues' porales, to qo"-ii"'n"-o". t" txptitttión
"rrr,ten ,¿.]ril., neurorógicor. Fodri" obj.t"t.. que la psico-
tra que el mecanismo del organismo está en condiciones de cambiar cación física
t40 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCTEDAD 141

logía conductista establece una cantidad de mecanismos, pero onll adicstrailo un animal
romete simplemente a los ejercicios' tal como es
lo que llamamos conciencia. podría decirse que la .on.*fun dc db. a experimentos'. sin
cn el circo. El niño es similarmente expuesto
proc€sos que he venido describiendt, la organización propiamente dicho
1int9s ü ¡r.nr"-i.nto algüno por su parte. El pensamiento objeto con la
distintas ¡eacciones en el sistema nervioso central, nJ.r, en fin dr rignifica que este proceso i. a'otiat la silla como
cuentas, distinta de lo que describía warson. También él tiene todr palabra "silla" ., orr-pro..so que los seres humanos
en sociedad
t€nerse en
una serie de reacciones que responden a la silla, y condicion¡ t¡ il.urr, cabo y luego subjetivizan Tal conducta ha de
cuenta,"ciertamente, tanto como la conducta condicionada
reacción mediante el gesto vocal "silla". cabe sospechar que eso que ocu-
ar
todo lo que hemos hecho nosotros. y sín embargo, .orno i. dicho, rre externam€nte, y tendría que ser tenida en cuenta más
aún' trror-
reconocemos que existe cn la conciencia algo más que semejantr más irnportante que entendamos el proceso del
que es sumamente
reacción condicionada. La reacción automátiia que pioduce el pensamiento que el resultado del mismo'
¡ol.
dado es distinta de la conducta que involucra pensamiento en rel¡- Y bien, ¿dónde se lleva a cabo este proceso del pensamiento?
torno a 1¡ cues'
ción con ella y la conciencia de Io que estamos haciendo. Si se quiere, describiendo aquí un rodeo en
"rroy si lo que ocurre-en.la región
&'a peicología conductista ha tratado de librarse de las compti. tión de qué es la concienci^, o a la de
caciones más o menos metafísicas involucradas en la erección dc delcerebrotienequeseridentificadoconlaconciencia.Estepro-
lo psíquico contr¿ el mundo, del espíritu contra el cuerpo, de lr blema no es paicológico. Lo que pregunto
es: ¿dónde ocurre ese
Watson' son condi-
conciencia contra la materia. se sintió que ello conducía a un callejón
;;;;;;", por medio á.i-.ott, ti "t-tttttido de
Porque este proceso
sin salida. Tal pararelismo se habría demostrado valioso, pero der. cionados-todos nuestros reflejos o reacciones?
y no puede ser explicado por los
puás de que se'lo utilizó en el análisis de lo que ocurre en el sistem¡ se lleva a cabo en la conducta
-qot
nervioso central, condujo, ni más ni menos, a un callejón sin ¡alida. reflejos condicionaios d-e- él' Se puede explica: el
La oposición del conductisra a Ia introspección está justificada. No "'oít"n
temor que siente el iino n"ti" la rata blanca
por medio del condi'
explicar la conducta
es una empr€sa fructífen, desde el punto de vista del estudio psico- cionamiento de sus reflejos, pero no se puede
lógico. Puede considerarse ilegítimo que watson la borrc sin más ni reflejo por de
de Mr. Watson ,r .oi¿úionir el mencionado -medio
un
que
más y diga que lo único que hacemos es escuchar las palabras que pro- on" ,.ri. de reflejos condicionados' a menos se establezca
nunciamos subjetivar4ente; por cierto que ésta es una forma com- super-Watson para condicionar los reflejos de
aquél' Ese proceso
inco4rorado a la
pletamente inadecuada de encarar lo que ilamamos introspección. de condicion"-i.nto ái los reflejos tiena que ser
establecer una m€nte
Empero, es verdad que la introspección, en cuanto medio de tratar conducta misma, no en el sentido metafísico de
fenómenos que deben ocupar a la picología, es bastante ineticaz. á. oo mlodo espiritual, un espítitu que actúe enpor el cuerpo' sino
Lo que ocupa al conductista, aquello a Io que tenemos que volver, como un proceso real que potd" ser encarado
la psicología
es la reacción misma, y solo en la medida en que podamos traducir en pie' pero el psi-
conductista. Los probleias iretafísicos siguen
explicar ese - proceso de
el contenido de la introspección en términos de reacción ¡rodremos cólogo tiene gue ;;;; t" condiciones de
obtener alguna doctrina psicológica satisfactoria. No es necesario que J.-ios reflejos tal como ocurre en la conducta
condicionami.rrto
la psicología se meta en cuestiones metafísicas, Ixro es im¡:ortante que misma.
necesario para tal con-
no pierda de vista la reacción que se emplea en er anárisis psicológico Podemos encontrar parte del mecanisrno
mismo. ducta en .t ,irt"-" it*io'o central' Podemoe identifkar algunos
tal; ;;; el temblor de la rodilla, y seguir el estí-
Qtuiero insistir en el hecho de que el proceso por medio del de los reflejos,
y vuelta'
cual esas reacciones que son las ideas o las significaciones llegan a mulo desde et refle¡o hasta el sistema nervioso central
reflejos' Con
Pero no cabe segu,ii en detalle la mayoría de
asociarse con ciertos gestos vocales, reside en la actividad del orga- los
-
y presen-
nismo, en tanto que en el caso del perro, el niño y el soldado, este t"t.* .t.rn.rrtos aáecuados, podemos establecer la analogía
y que r€s-
proceso ocurr€, por así decirlo, fuera del organismo. El soldado es irrno, la complicada organización a que me he referido
a los oüjetos que nos ro{e-an y a los objetos más
adiestrado por medio de toda una serie de evoruciones. No sabe por complejos'
;;; ahora'
tales como orr" ,inioiía o una biografía' La cuestión'
qué le es dada esta serie espccial, o qué empleo se le dará; se Ie reside
,llil
rj

142 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD


r4t
no sólo provoca
en saber si la mera excitación de esos grupos de reacciones es lo en tal trasmisión, está el hecho de que el estímulo
que recibe la reacción
que nosotros entendemos por idea. cuando nos proponemos tr¡. ta reacción, ,irro qo., ia.-et, el individuo
ducir semejante idea en términos de conducta, .tt logrt de confor. emplea también ese estímulo, ese gesto
vocal' y provoca la reacción
de lo que sigue'
matnos con un poco de conciencia, ¿podemos trasportar esa idea ¡ cn sí mismo. f"r .r, poi to *tnos' el comienzo
la complicación
la conducta y, por lo menos, expresar en ésta lo que queremoc eig. En la conducta d¿ pá,to no podemos encontrar y
nificar al decir que tenemos una idea? Podría ser más sencillo supo. posterior. El perro ,. para sobre sus patas traseras -camina
"áto no puede darse
ner que cada uno de nosotros tiene guardado un poco de concienci¡ con ellas cuando usamos uni palabra especial, Ixro
otro' reaccionar a
a sí mismo ese estímulo q"t ít da algún
y que las impresiones son producidas en la conciencia, y que, como Puede
por así decirlo' en el condi-
resultado de la idea, la conciencia, en alguna forma no explicada, ó1, pero no puede participar él mismo'
provoca la reacción en el sistema mismo. pero lo que debe pregun- sus reflejos pueden ser condi-
cionamiento de sus p'opiot reflejos; bien'
él mismo' Ahora es
tarse al conductísmo es si puede expricar en términos conductist¡s cionados por otro, p"i" nt puede
hacerlo
proceso de autocon-
qué se entiende por tener una idea o un concepto. .rr.."rirri." del habla significante el que este
Acabo de decir que la explicación d€ Warson acerca del simplc ái.ion"mierrto se lleve a cabo continuament€'
habla que no se en-
condicionamiento del reflejo, la puesta en marcha de cierta serie dc Existen, es claro, ciertas fases de nuestra
que llamamos conciencia de sí'
reacciones cuando se emplea la palabra, no parece responder a esc cuentran dentro ¿. f" ttitt" de lo
de la gente a lo largo
proceso de alcanzar una idea. Responde al resultado que puede darse ii"v .i-Uf., qo. f,"t ocurrido t" tl h"blt de individuos tuvo
ya teniendo una idea, porque, sólo habiéndola ya alcanzado, uno i. i.t Jgf.s iambios de los que ninguno dellos habla significante'
puede empezat a rcalizatla, y entonces suponemos que todo el pro- conciencia alguna. Pero cuando h"bJt-os
qot el individuo que escucha una palabra
ceso sigue. EI logro de una idea es rnuy distinto del resulrado de queremos siempre ¿..J
palabra con referencia a sí
tener una idea, ¡rorque lo primero involucra el establecimiento o emplea, en cierto sendd;, esa misma
una comprensión personal de lo
condicionamiento de reflejos, que, por sí mismos, no pueden ser ññ. Eso es lo que llamamos-
empleados para explicar el proceso. Pues bien, ¿en qué condiciones it.-t. ¿i... El individuo,elnomismo
sólo está PreParad" 111"
y tiende a
estímulo que oye -lt1::iontt'
ocurre esto? ¿Podemos indicar esas condiciones en términos de con- sino que además tttiiiza persona que
relación con una
ductal Podemos explicar en términos conductistas cuál será el resul- ,."..ion", a él a su vez. Esto rige en y entiende. lo qo"
tado, pero, ¿podemos también explicar en términos del conductismo .t pi.t .f habla significante con otra' Conoce y cierto sentido está
está pidiendo a la ;;; ;*""a que haga'
el proceso de alcanzat y de tener ideas? en
a cabo el proc€so'
El proceso de alcanzar una idea es, en el caso del niño, un proceso pro.rl."tao en sí mism i l^ " "ión para llevar
un proceso de dirigirse
de relación con los que le rodean, un proceso social. puede luchar Li- pro..ro de dirigirse a otra persona es que se pto-
por sí solo sin t€ner una idea de lo que está haciendo. En su sí la reacción
i"-ii¿" a uno misi¡c, y de ptovocar en primera se.ha-dirigido' en
conversación consigo mismo no existe mecanismo alguno para con- voca en el otro; y l" p""ottt a quien la
la medida €n que tienl concientii de lo
dicionar ningún reflejo por medio de los gestos vocales, pero en que hace' tiende-a emplear
y, por lo a provocar en- sí la reacción
sus relaciones con otros individuos puede condicionarlos de ese el mismo gesto voc;l ,tanto'
modo, y ello ocurre también en la conducta de los animales infe- por lo menos' a ejecutar el pro-
;;;; ñtocado el otro;esatiende'
conduita. Esto es distinto de la acción
riores. Podemos enseñar a un p€rro a hacer ciertas cosas en respuesta ceso social qo. inroio.ra
la persona entiende lo
a palabras especiales. Condicionamos sus reflejos por medio de cier- del soldado, po,q* en el habla significante
tos gestos vocales. Del mismo modo, un niño llega a referirse a que se le pide qo. ftngt y consiente-en
llevar a cabo algo de lo cual
da instrucciones a otro en
una silla mediante la palabra "silla". Pero el animal no tiene una ella misma se convier-te á" ptttt' Si uno
calle' recibe' él mismo'
idea de lo que va a hacer, y si nos detúviéramos aquí en el niño, cuanto a la forma de llegai a deterrninada
se identifica con el otro indi-
no podríamos atribuirle ninguna idsa. En la trasmisión de una todas esas d.tattaáas irr*ño..iorr.s.
por efecto de la orden'
idea está involucrado lo que no puede ser explicado en términos de viduo. El oyente ,'o " rnot'"t simplemente que la otra
ese condicionamiento de un reflejo. He sugerido que, involucrado ,ino qo. se da a sí mismo las mismas instrucciones
t45
t44 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
ondas luminosas' a la retina
y
persona le da. Eso, en términos conductistas, es lo que qucrcnroa
m,aÍeta son trasferidos' por las-
decir cuando afirmamos que ra persona tiene conciencia ie algo. lúego al sistema ";;tJ;;"i'a'
at.-odo que vernos la lpz en
lugar esas vibnciones'
Y por cierto que siempre se infieie que er individuo tiende ¡ cfc. el punto en que suponemos que tienen tit'to tiempo' y en el tras-
tuar el mismo proceso que la p€rsona a quien se ha dirigido; r Por supuesto, esa ;;i;¿; "*igt
pro¡rorciona a sí los mismos estímulos, y, así, toma parle lugar un cambio fisico en et objeto'
en rl curso de esa acción puede tener
error. en la percepción' sinc
que
mismo proceso. En la medida en que condiiiona ,o, propio,
reflcjot, No sólo existe esa posibilidad de el objeto que vemos ante nos'
€se proceso p€netra en su experiencia. podemos .qoi.'o.""to' incluso
en
;; postetiot a la pet'
. lreo que es importante reconocer que nuestra pcicología con. otros, puesto que l""" ü; temporalmente
ductista, al tratar de Ia inteligencia huáana, riene qu. pteslntar turbación oo. n""ti t*1f"t' L"
lo' -tiene una velocidad finita'
rr retina y el punto del sis'
situación que acabo de describir, en la que persona conoce l¡ y el proceso que se if"t" " t"¡" entre la que el de
'na emplea él mirnro proc€so mucho más largo
significación de lo que se le dice, si el individuo tema nervioso central-t'es un nosotros
algo que res¡ronde al mismo gesto gue observa, diciéndoselo una y la luz. La situació" tonut"ientemente ampliada Para
partió
estrellas' Vernos la luz que
otre vez a sí mismo, poniéndose en el papel de la persona quc tc en el ejemplo de la l;;;t las
el sol que vemos tiene ocho se-
habla, entonces capta la significación de io que esclucha, tiene l¡ del sol hace unos ;;;;Ños;
estrellas tan lejanas' que consu-
idea: la significación se ha tornado suya. Esra clase de situación .r gundos de antigüedtá, v i"itten
nosotros' Así' nuestras percep-
la que parece estar involucrada en lo que ilamamos espíritu e,, cü'n. men mucho, ,not-io''para llegar.a -obit"-os
qot en cierto tnomento en el
to ial: este proceso social, en el que un individuo afecta a otroc, cl ciones tienen .o"¿itá'it'
obsraculiza el proceso nervioso,
trasportado a la experiencia de los individuos de tal modo afec. sistema nervioso ;il; "rg"
experiencia particular' De un
"=i modo
tados 20. El individuo adopta esta actitud, no simplement€ en form¡ entonces no se produce esa
de io qot está detrás de la
de repetición, sino como p_arte de ra compricada ieacción social quc semejante obt.nt"'ll*i" t-prit"irón con
el hecho neurológico
se está llevando a cabo. La necesidad de e:cplicar €ste proceso en explicación p,t"ltti't"; si relacionamos aparentemente' dos
tenemos'
términos de conducta es lo que está involuciado en uni adecuad¡ lo que ocurre .n "ot"'" experiencia'perturbación producida en el
explicación conductista, en comparación con una simple explicación cosas cornpl.t"-t"it ái'tint"''
La
., p'ott'o eléctrico' químico o mecánico
del reflejo condicionado. sistema nervioso .*r"i "" nerviosos' en tanto que lo
que
que se lleva a cabo en los elementos decir es que
vemos es una r"' t"itt*¿"' v
lo más que podemos
15. no podemos
lo otro' pottto que
Cbvoucr¡sMo Y PARALELISMo PsIcoLÓGIco lo uno ., ,p"*""'it"it p"ttrti" a
Podría parecer que el conductismo llega a lo que se llamaría
á..i. qo. lós dos sean idénticos' en lugar de^establecer
Ahora uit", t" ftJología conductista'
un paralelismo en relación con la neurología y la psiiología, esto es, nervioso central t:t: on"
causal
en la retación entre lo que ocurre en el sistema nerviosá central y estos sucesos en el sistema -serie
que es, por lo -*;t'-;;;dicional
a la experiencia sensorial' toma
Ia experiencia que le es paralela o coffesponde a ello.
considerándol" tomo lo
que responde
toda la reacción
Cabría argumentar, ¡rcr ejemplo, que existe en la retina una "i- "-Uit"" en este caso' No ubica ta
excitación debida a la perturbación que ocurre afuera, y que una al objeto .olo""io-qot-"t*o'' la luz nervioso; no la pone'
sensación de color, o una experiencia de un objeto coloreaáo, sólo experiencia ." n"itJ "lguno
del sistema
consi-
dentro de una cabeza' Russell
aparece cuando la excitación llega a determinado punto del sistema en los términos de Mr' Russell' en punto
efecto de lo que ocurre
nervioso central. creemos ver el objeto en el punto en que esa dera la.*pu'i"ni"'tt*t ¿ -el
trrer- lleva a cabo en la cabeza' Señala que'
turbación ocurre afuera. Es decir que vemos, pongamos por caso, en que .l p,ott'o causal se
puede ubicarse
cabeza dentro de la cual
una luz eléctrica. Pero se nos dice que la luz representa cambios desde su punto ; ;;;: la de otras
sólo e¡ la cabeza
físicos que se producen a enormes velocidades i qo. de alguna esa experienti" t*i"t empíricamente a
a uno dónde se lleva cabo
esa
20 [Vé¡¡c Seccio¡e¡ 16 y Z1,l
personas. El fi'iói;;; le explica
t46 GEORGE H. MEÁD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t47
excitación. [Jno ve la cabeza €n cuestión y ve además con la ime, componentes del acto social, que la existencia de la signíficación
ginación qué hay dentro de esa cabeza, pero, según esta
tesie, to presupone.
que ve tiene que estar dentro de su propi a cabáza.
Russe[ sarc La conciencia o erperiencia, de tal modo explicada en términos
de todo este embrollo diciendo que ta , b"r^ a que se refiere
no del proceso social, no puede, sin embargo, ser ubicada en el cere-
es la cabeza que vemos, sino la involucrada en
ef análisis fisioló. bro, no sólo porque taiubicación involucra una concepción espacial
gico. Y bien, en lugar de supon€r que el mundo experimentado, cuanto
del espíritu (concepción que por lo menos es injustificada en
como tal, se encuentra en el interio, d" orr" cabeza, ribicado
en el euposición nada criticamente aceptada), sino también porque seme-
pünto en que se lrevan a cabo ciertas perturbaciones
nerviosa!, jante ubicación conduce al solipsismo fisiológico de Russell . y a
el conductista relaciona el mundo de la experiencia con todo ia, insopur"bles dificultades del interaccionismo' La conciencia es
el
acto del organismo. Es cierto, como acabamos de decir, que esc funcional, no sustantiva; y en cualquiera de los principales sentidos
mundo expcrimentado no epercce, sarvo cuando ras distinl, .*- que en
del término debe ser ubicada en el mundo objetivo' antes
citaciones llegan a cierros lx¡ntos del sistema nervioso centrar;
er el cerebro; pertenece al medio en que nos €ncontramos' o es carac-
también cierto que si se corta cualquiera de esas vías, se elimina terística de é1. No obstante, lo que está ubicado en el cerebro' lo
otro tanto de ese mundo- Lo que er conductista hace, o debería que se lleva a cabo en é1, es el proceso fisiológico por el cual per-
hacer, es tomar el acto completo, todo el proceso de la conducta, demos y r€cuperamos la conciÁcia: un proceso en cierto modo
como la unidad para su expricación. Al así hacer, tiene que tener análogo al de bajar y subir una cortinilla de ventana'
en cuenta no simplemente el sistema ncrvioso, sino también el Ahora bien, como hemos visto antes, si queremos controlar el
resto del organismo, porque el sistema nervioso no es más que proceso de la experiencia o la conciencia, podemos recurrir a los
una parte especializada de todo el organismo. distintos p.o..ror del cuerpo, especialmente a los del sistema ner-
La conciencia como materia, como experiencia, desde el punto vioso. Cuando establece-ot ott paralelismo, lo que tratamos de
de vista de Ia psicología conductista o dinámica, e, mera*"rrt"
er hacer es explicar los elementos del mundo que noÚ permiten contro-
ambiente del grupo humano individual o social en cuanto
cons- lar los procesob ,,de la experiencia. El paralelismo reside entre el
tituído por ese grupo individuar o sociar, o dependiente de ér o punto .r, qo. tiene lugar la conducta y la reacción experiencial' y
existencialmente relarivo a é1. (otra significación iel término .,con- ,..r.*o* que determinar los elementos que nos permitirán controlar
ciencia" surge en relación con la inteligencia reflexiva, y otra
aun, ta reacción misma. Por lo general, controlamos esa reacción por
en relación con los asp€ctos personales o subjetivos áe la expe- medio de objetos situados fuera del organismo, antes que dirigiendo
riencia contrastados con los asp€ctos comunes o sociales.) la atención al organismo mismo. Si queremos mejor luz' ponemos
una bombilla eléctrica de más potencia. Nuestra fiscalización,
por
Todo nuestro mundo experiencial naturareza tal como
hacia los objetos mismos' y
-ra
Ia experimentamos- está b¡ísicamente relacionado con el proceso lo común, consiste €n una reacción
entre
social de la conducta, un proceso en que los actos son iniciaios por á.rd. .r. punto de vista el paralelismo está establecido el
gestos que funcionan como tales porque, a su vez, provocan
reac-
objeto y l" p"r.epción, entre le luz eléctrica y la visibilidad' Esa es
ciones adaptativas de otros organismos, indicadoras -de la comple- la clase'de paral.lismo que establece el individuo corriente; estable-
tación de los dctos que ellas inician, o referentes a esta completación,
y
ciendo un paralelis-o .rrtr. las cosas que le rodean su experiencia'
escoge los caracteres de la cosa que le permitirán controlar la ex-
o resultantes de ella. o sea que el contenido del mundo objetivo, a sí mismo viendo
tal como lo experimentamos, está constituído, en gran medida, por periJncia. Su experiencia es la de mantenerse
'ror", los
las relaciones del proceso social con é1, y, especialmente, por la qo. le ayudan, y, en €onsecuencia, escoge en objetos los
pero si la
relación triádica de la significación, que es creada dentro de ese caracteres que se expresarán en esa clase de experiencia;
dificultad lue experimenta se debe a alguna p€rturbación de su
proceso. Todo el contenido del espíritu y de la naturaleza, a éste' En
en la sistema ,r..uio.o central, entonces tendrá que recurrir
medida en que adquiere el carácter de una significación, depende
este caso el paralelísmo será entre su experiencia
y las excitacio-
de esa relación triádica, dentro der proceso social y entre las nes del sistema nervioso central. Si descubre que no ve bien' es
fases
ilrl
l,l8 GEORGE H. MEAD EsPfRItu, PERSoNA Y SocIEDAD t49
posible que encuentre alguna perturbación
en el nervio óptico, y ft culpa de un daño físico, la interpretación involucra un complica-
paralelismo será enrre ru viriótt y
dísimo proceso de pensamiento. En lugar de saltar simplemente
er funcionamienro áii- o.,,r a
óptico. Si le interesan ciertas imágenes mentales que ti.ne, un .o.üdo, cambiamos nuestra dieta, hacemos más ejercicios o
a las experiencias gue en el pasad-o afectaron al sistema rtcutft
ncrvior modificamos nuestras inversiones. Este proceso de pensamiento'
central. ciertos efectos de ta[es experiencias en el sistem¡ que es la elaboración de nuestras reacciones al estímulo' es un pro-
ne¡vio¡
central están aún presentes, de moio que si se
estabrece ür prrlr ..ro qo. también, necesariamente, se ejecuta en el organismo' Y' sin
lelismo descubrirá que ést€ reside enrre acontecimi.rrto cmbaigo, oí error suponer que lo que llariramos pensamiento
firrao y
"l cent¡ar. s"-i¡.n,. ",
Ia condición presente de su sistema nervioso
-pir" ,a. puedaltar ubicado en el organismo o dentro de la cabeza' Le
Londad o maldad de la inversión reside en la inversión, y la carac'
lación se convierte en cuesrión de máxima i.p"rt.*i,
nuestra percepción. Los rastros de ras experieicias
t"¿r
terística valiosa o peligrosa de la comida está en la comida, no
en
p"saias inter.
vienen continuamente en el mundo percibiáo. po., y el organismo de-
¡ili,
trnder aquello gue en el organiüo responde a esta etapa
p*a .pn. nuestfa cabeza. La reiación existente entre €sto
pende de la clase de reacción que adoptemos, y es una relación
que
da
nuestra conducta, a nuestra ¡ecordación, rrrr.rt." La forma en que
,.rpu.r," inra. cstá planificada en el sistema nervioso central'
ligente al presente en términos del pasado,"-estabrecemo,
reaccionaremos se encuentra allí, y en las conexiones ti¿ne
tismo entre lo que ocurre en er sistema nervioso céntral y
oi prr.la. posibles
pre-
ta expe. que haber conexiones de experiencias pasadas con reacciones
riencia inmediata. Nuestra memoria depende de ra coidición
dr ,.r,t.r, a fin de que pueda producirse el pensamiento' Conectamos
ciertas vías de comunicación de nuestr a iabeza, y estas
condicionct toda una serie de cosas de especialmente las que han pasa-
tienen que ser descubiertas para dominar ros procesos de esta crer. "fo.t",
do, con nu€stra situación presente, a fin de poder hacer frente-inte'
Esta clase de correlación es cada vez más advertible a medid¡ ligentemente a algún peligro distante. En el caso de una
mala in'
que vamos de las imágenes en cuanto tales al proceso del penm. versión o una p.rtoibt.iótt orgánica, el peligro está lejos aún'
ti.n!o. La inteligencia involucrada en la percepcióo r.sulta com. pero, sin embargo, t€nemos que reaccionar a él de modo de evi-
plicada enormemente en ro que flamamos-"pensamiento".
uno iarlo. Y el proceso involucra una complicada conexión' que debe
percibe un objeto en términos de su reacción hacia ét. si advierte ser €ncontrada en el sistema nervioso central, especialmente en la
su conducta, con frecuencia descubre que vuelve la cabeza a un medida en que representa el pasado' Y así, pues' consideramos
costado para ver algo, debido a ros rayos luminosos que han
ilc- lo que o.uro ,r, .l *irt.aa nervioso central como paralelo de lo
gado a la periferia de su retina. Vuelve la cabeza p"r" *r., que reside en la experiencia. Si nos viésemos obligados a efectuar
de qul
se trata. Llega a usar el térmíno ,,consciente de que hay aigún cambio en ei sistema nervioso central, en la medida en
qu€
algo
ahi", Podemos tener Ia impresión de que arguien, en medio de un flai.r. ser efe*uado dentro de los conocimientos actuales, podría-
gentío, nos está mirando, y nos rotpt.ttd.-os volviendo
lz cabeze rnos asistir a Io que ocurre en los procesos de ese sistema' Ten-
para ver quién nos mira, y nuestra tendencia a volvernos
dríamos que aplicar nuestros supuestos remedios al
nos revel¡ sistema nervio-
el hecho de que hay rayos que salen de los ojos de otras personar. so centraí mismo, en tanto que en los casos previos deberíamos
Es cierto, en relación con toda nuestra experiencia, que es la reacción habercambiadolosobjetosqo.loafectan,Enlaactualidadpode-
con-
la que nos da Ia interpretación de ro que nos lrega en er estímulo, y mos hacer muy poco en foima ditecta p€ro nos es factible
dicha atención es lo que convierte en percerxi¿n lo que ilamamoc cebir las teacciones que nos permitirían afectat nuestra
memoria
"sensación". La interpretación de la reacción es lo qo. propor.iona tratamos de seleccionar el
et f io.*to pensamienio. Por supuesto, que tenemos \-9!ez1 más
-orn.nro áel día y las condiciones en
contenido de ésta. Nuestro pensamiento es simplemente una elabora-
despejada, si nos es preciso hacer algún trabajo difícil'
ción de dicha interpretación en términos de nuestra propia reacción. Esa es
El
sonido es algo que provoca un respingo ; la luz es alfo que tenemoc favora-
on, ior*" indirecta i. trrt.t de conseguir una reacciónproduz-
que mirar. Cuando. el peligro es algo que quizás está muy
lejos, ble de los elementos nerviosos del cerebro a fin de que
la probabilidad de pérdida de fondos por .f.clo de una mala inver- can cierta cantidad de pensamiento' Es la rnisma clase
de para-
sión, la posibilidad de pérdida de argunos de nuesrros órganos por lelismo que reside .ntr. lo, sistemas de iluminación de nuestras
1,,1

lll
150 GEORGE H. MEAD EspfRltu, PERSoN^ Y SoCIEDAD l5l
casas y la experiencia que tenemos de la visibilidad. En un cer cuanto a ese hecho. En consecuencia, estos
efectos se tornan €spe-
tenemos que prestar atención a condiciones exteriores
y en er otrg cialmente importantes, p€ro el "paralelismo"
no es distinto' para tl

a condiciones interiores del sistema nervioso central,


íir, d. doml. .oodoitiita, del que existe entre la tibieza de una
_
"
nar nuestras reacciones. No existe paralelismo en general
entrc rl """'p.l."f.gi"
á; el aplrato de calefacción instalado en ella'
mundo y el cerebro. Lo que la psicología condrictista tr"t" dr
hacer es €ncontrar en las to¿ó nucstro ,ru* l. ,aa*
ciones, lo que responde a"."..ioo.r, "r, del
las condiciones
cambiar, mejorar, a fin de que nuestra conducta -oo¿o"qoi qo.r.__ 16. Er ssPfnITU Y el sflreol-o
resulie
pasado que existe en nuestra experiencia presente"iiror".
- - -El está a[f de las cosas' nu€strat
debido al sistema nervioso central, que se encuentra He intentado señalar que las significaciones
conducta
en relación con
el resro del organismo. si uno ha adquirido cierta facilidiá pa' responi;;" lt t't'otio'u del organismo en su sea
ideas de ellas, posi-
I

que hace que esto


tocar el violín, esa experiencia pasada queda registrada con referencia a ellas. La estructura
en lo, ncr. central'
ble fué encontrada fti-"ti"-*te en el sistema en un sentido'
nervioso
vios y en los músculos mismos, pero piincipalriente .o
.orr"*ioo.¡ tiene'
que
que se encüentran en el sístema nervioso central, Una de las peculiarid"des de este sistema es tl

en toda la serie a hacer pueden ser


de vías de comunicación que son mantenidas abiertas de una dimensión temporal: las cosas que varnos
modo
dispuestas en orden t.ipot"l, de modo que los procesos-posteriores'
que, cuando llegue el estímulo, sea liberada una
compleja serie de para determinar los procesos I

complicadas reacciones. Nuestro pasado en su iniciación, puedan €star presentes


l,"rmanece con nosotÍot forma
en términos de esos cambios que han resurtido de nuestra anteriores;lo que oi-o' h"tt' puede determinar nuestra
"
experien-
cia y que, en algún senrido, están registrados en ella. inmediata de encarar el objeto'
L" Écoüar
El mecanismo del sistema neryioso c€ntral nos permite
tener
inteligencia de la forma humana resiáe en ese complicado
iominio
Iogrado gracias al pasado. El pasado del animal humano
está conc-
pr.r.rrro.ntérminosdeactitudesoreaccionesimplícitas'laspo-
tantemente pres€nte en Ia facilidad con que actúa, pero siblescompl.t".iorr.r,-anifestacionesy-alternativasdecualquieracto t1

pasado está simplemente ubicado en el sistema


decir que ese
determinado en que ;;"t involucraios; y este hecho debe ser ad'
nervioso central no e¡ control que las fases
una afirmación correcta. Es cierto que sernejante mecanismo
tiene
;;;;td" t ,..ono.i¿o, .i t'i'to¿ del.evidente primeras fases'
qle existir a fin de que el Rlsado po.d" aparecer en porr.rior., d. .o"lqoi., acto dado ejercen sobte sus
nuestra experien- proporciona un me-
cia, pero ésra es una parte de ras iondiciües, no
la úníca condicióa. Más específicamente, el sistema nervioso centtal
Si uno reconoce a alguien,- tiene que ser gracias al hecho ae que .anirm-o de reacción implícita que permite
al individuo poner a lxue- il
fra para un acto ya
visto a ese individuo en el pasadó, y cuando se le ve
nuevamente,
ba implícitamente .'"ri", completaciones posibles de tal
iniciado, anticipándose " t' tá*pt"tación
real del acto
se presentan las tendencias a reaccionar como
se hizo en el pasado; -y
t" ba'e dt esa prueba' la que resulte
pero el individuo tiene que estar pr€senre, manera escoger n".n ti,
o tiene que haber;iguien 'J" o ponerla abiettamente
parecido a é1, a fin de que ello
fueda ocu*ir. Ef pasado ¿ii. o, más deseable paa ejecutarla explícitamente permite al indi-
en efecto. El sistema nervioso int'al'
encontrado en el mundo presente 2?. Desde .l punto en resumen'
¿. ,,ri"t"l. U su conducta' La posibilidad
psicología conductista, escogemos el sistema
nervioso central sólo viduo ejercer domini'o consciente sobre la con-
principarmente
de ra reacciór, ¿.*o."¿" es ro que
porque él es eI mecanismo inmediato por diferencia
medio der cual opera la que la reacción
ducta reflexiva de l" to"¿ott" no reflexiva'
nuestro organismo pata-hacer que el pasado en
actúe sobre el presente. superiores del sistema nervioso
Si queremos entender la forrna .r, qu. el organismo ,."aa¡orr" es siempre inmediata' Los centros
, tipo de conducta ' -al hacer
cierta situación que tiene un pasado, i"rr.-o, que
estudiar los efec_ central están involucrados en el primer
en el sencillo
tos producidos sobre
.el organismo por las acciones p"rrá* qo" p"rifl. la interposición, entre el estímulo y la reacción'de una u otra
han quedado en el sistema nerviosJ cenrral. N" nry loá" .r, arco estímulo-reacción, de un proceso
de selección
reacción posible --de entre toda una sg¡is- y de combinaciones de
t" teoría del pasado, vétse The Philosophg of the precent,
o rT-rÍlí* plgi- reacciones al estímulo dado'
'l
152 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD r5t
Los procesos mentales tíenen lugar en este campo de actitude¡ específico, tal como el al medio de la forma espe-
que corresponde
expresado por el sistema nervioso central; y este campo es, por lo cífica. Las formas cuya conducta les as€gura el futuro' es claro'
tanto, el cam¡ro de las ideas: el camtxl del control del comporta. eobrevivirán. En tal afirmación, indirectamente por lo menos' se hace
miento actual en términos de sus consecuencias futuras, o en térmi- que el futuro determine la conducta de la forma por medio de la
nos de la conducta futura; el campo de ese tipo de conducta inte. ..tro.tor" de las cosas tales como existen en la actualidad de resul-
ligente que es peculiarmente característico de las formas superiorel tas de acontecimientos Pasados.
de vida, y especialmente de los seres humanos. Las distintas actitu- Cuando, por otra p"tt., hablamos de conducta reflexiva' nos
des expresables por medio del sistema nervioso central pueden ser referimos definidamente a la presencia del futuro en términos de
organizadas en distintos tipos de actos subsiguientes; y las reacciones ideas. El hombre inteligente, en cuanto distinguido del animal in-
demoradas así posibilitadas ¡ror el sistema nervioso central son la teligente, se imagina lo que ocurrirá. El animal pu€de actuar de
característica distintiva de la conduct¡ mcntalmente controlada o moáo de los alimentos para el mañana. Las ardillas aco'
inteligente 26. "r.gor"ir.
pian nueces, pero no afirmamos que la ardilla imagine el cuadro de
¿Qué es el espíritu como tal, si queremos pensar en términos con- io qo. sucederá después. La ardilla nace durante el verano' ! úo iil
tiene instrucciones de otras formas, pero comienza a almdcenar
nue-
ductistas? Espíritu, por supuesto, es un término sumamente ambi-
ces igual que las ardillas mayores. Tal acción demuestra que la ex-
guo, y yo quiero evitar ambigüedades. Lo que sugerí como carac-
terístico del espíritu es la inteligencia reflexiva del animal humano, periácia
^ho,nb,e
no podría dirigir la actividad de un animal dado' El
que puede ser distinguida de la inteligencia de las formas inferiores. p..."uido, por el contrario, sigue decididamente cierto ca.
Si intentáramos considerar la razón como una facultad especifica que mirro, s.l-agina cierta situación, y dirige su conducta con referencia
trata con lo que es universal, encontraríamos en las formas inferio¡es a ella. La ardilla obedece a ciertos impulsos ciegos, y la ejecución
de sus impulsos conduce al mismo resultado que el acopio de
ce'
reacciones que son universales. También podemos señalar que la
reales en .l ."ro del hombre previsor' Sin embargo' este cuadro de
conducta de dichas formas €s int€ncional, y que los tipos de conduct¡
lo que será el futuro, .n .ornto determinante de nuestra conducta
que no conducen a ciertos fines son eliminados. Esto parecería cons-
üituir una respuesta para Io que denominamos "espíritu" cuando p..rrnt., es la caracteristica de la inteligencia humana ---el futuro llli
hablamos del espíritu animal, pero cuando hablamos de la inteli- como presente en térrninos de ideas.
gencia reflexiva la reconocemos, en general, como correspondiente Cuando nos formulamos semejante cuadro, lo hacemos en tér-
sólo al organismo humano. El animal no humano actúa con re- minos de nuestras reacciones, en términos de lo que haremos' Existe
pro-
ferencia a un futuro en el sentido de que tiene impulsos que buscan cierto problema ante nosotros' y nuestra explicación de dicho
blema se hace en términos de una situación futura que nos permi-
expresión, expresión que sólo puede ser satisfecha en la experiencia
posterior, y, de cualquier modo que se la explique, esta experien- tirá encararlo gracias a nuestras reacciones actuales' Esa clase de
aislar
cia posterior determina cómo será la experiencia presente, Si uno pensamiento caracteriza a la forma humana' y hemos intentado
acepta una explicación darwiniana, dirá que sólo sobreviven aque- sumecanismo.Loesencialdeestemecanismo€sunamaíetadeindi-
car catacterísticas de las cosas que fiscalizan teacciones
y que tienen
llas formas cuya conducta guarda cierta relación con un futuro
distintos valores pan la forma misma, de tal modo que dichas
- -28. Al considerar el papel o. función del sistema nervioso central despecho características atraigan la atención del organismo y produzcan un
de lo important€ que e8- en l¡ conduca huma¡¡ inteligeote, debemo¡ -a tener en la víctima atrae la atención de la bestia
cu?nt¡, no obstante, cl hecho de que tal cotduct¡ es esenCial y fundamentalmente resultado deseado. El olor de
y su fu-
socia-l; que-involucra y pre¡upone un proc€so vitrl perpetuamente en marcha; y a. fr..", y prestando atención a ese olor satisface su hambre
que la unidad de este proceso social en funcionamiento de cuelquiera de cui
,oá. ¿cuál es la diferencia que existe enrre tal situación y la
actos comDonentes- es irreductible, y no puede rer analizada
-o en particular para
sepatarla cimplemente en una cantidad de elcmentos ne¡vio¡os aistadás. Este bccho conducta del hombre que actúa, como decimos' racionalmente?
La diferencia fundamenial reside en que este último individuo in-
debe ¡er reconocido por el psicótogo cocial. Estos eleÍrsnte nervio¡o¡ aislado¡
residen dentro de la unid'd del proceso social en marcha, o dentro de l¡ unidad
persona y a sí mis-
de cualqliera de los actos ¡ociale¡ en quc dicho proce¡o rg arpr€&r o re corporiza; dica esa característica, cualquiera que fuere' a otra
y el análicis que los aísla.----el análi¡is del cual són lo¡ recultaáo¡ o productós fina-
tes- no destruye t¡l unid¡d, ni pu¿de de¡truirla. mo;ylasimbolizacióndetalcaracterísticapormediodeesegesto
154 GEORGE H. MEAD ESPíRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t5'
indicativo es lo que constituye el mecanismo que prolrorciona, por lo blanca; el hombre no tiene miedo de la huella, sino del oso' Puede
decirse que la huella y el sínr.bolo que se refieren al oso son'
en cierto
rlenos, Ios implementos necesarios para la conducta inteligente. Acl,
sentido, la condición de la rcacción o la provocan' pero el oso' y
uno señala cierta huella y dice que representa a un oso. Ahore bien,
identificar esa clase de rastros por medio de algún símbolo, de rrodo no el signo, es el objeto del temor. La aislación del símbolo' como
que pueda ser utilizado por distintos miembros del grupo, pero trl, p.ráit. a uno aferrarse a €sos cafacteres dados y aislarlos en su
especialmente, más tarde, ¡rcr el individuo mismo, es característico relación con la reacción. creo que ello es lo que caractetiza a nues-
de la inteligencia humana. Poder identificar "esto como lo quc tra inteligencia humana en un grado especial' Tenemos una serie
y
conducirá a aquello" y obtener alguna clase de gesto, vocal u otro de símboios por rnedio de los cuales indicamos ciertos caractetes'
cualquiera, que pueda ser empleado para indicar la inferencia a otro! al indicarlos los apartamos de su medio inmediato y mant€n€mo$
y a sí mismo, a fin de posibilitar el dominio de la conducta con refc- simplemente orr" *1" relación. Aislamos la huella del oso
y con'
rencia a ella, es lo distintivo de la ínteligencie humana, lo qu€ no ,.ru'"*o, sólo esa relación con el animal que la produjo. Reaccio-
a ello con-
ce encuentra en la inteligencia animal. namos ante eso y ante ninguna otra cosa' IJno se aferta
siderándolo una indicaci¿n ¿el oso y del valor
que tiene ese-objeto
Lo que hacen tales símbolos es €scoger las características particu- La
en la experiencia como algo que tiene que ser evitado o cazado'
lares de la situación a fin de que la reacción a ellas pueda estar con
relación
presente en la experiencia del individuo. Podemos decir que están ."p".i¿¿ para aislar .roJ."áttttt" importantes' en $u lo
presentes en forma ideal, como en la tendencia a huir, €n une con- el objeto y .on la reacción que corrmponde al objeto' es' creo'
tracción del estómago cuando encont¡amos las huellas recientes dc q". j* lo general quelemos decir cuando hablamos de que un ser
Tal
un oso. El indicio de que se trata de un oso provoca la reacción dc humano está pensanáo en algo o de que tiene un pensamiento'
evitar al animal, o, si uno ha salido a cazatlo, indica el nuevo pro- capacidad esr;blece una amplísima diferencia entre el condiciona-
greso de la cacería. La reacción es incor¡rorada a Ia experiencia antes ro de reflejos en el caso de la rata blanca y el proceso humano
-i.t
de que sea puesta en práctica abiertamente por medio de la indica- de pensar por medio de símbolos 20'
ción y ecentuación del estímulo que la instiga. Cuando ese símbolo posible este nivel de la ex-
¿Qué hay en la conducta que hace
es utilizado pan la cosa misma, entonces, según los términos de p"rieniia, esta selección de ciertos caracteres en su relación con otros
'Watson, uno está condicionando un reflejo. La visión de un oso
1.r".,.r., y con las reacciones que éstos provocan? Mi respuesta' cla'
haría que uno s€ alejara corriendo, la huella condicionaría ese re-
flejo; la palabra "oso", pronunciada por uno rnismo o Ircr un 20Lassignificacionesdecosasuobjetos.gonelrealidadptopiedadesocu¡li-que'
amigo, puede también condicionar el reflejo, de modo que el signo .t"d.s irrñ;i.iiir-..ff"r;'iüquier significación dada está ubicad¡ en la cora
..1¡ tieoe'i.---b;;;j; empleamos cl símbolo, nos referimog a la
viene a representar la cosa, por lo que respecta a la acción. como decimos, la significación de le¡ cosas
significación.le un".orl.'.t;-;ñb"i.s'representan
He tratado de destacar la diferencia entre el tipo de conducta pre- u objetos que tren€n significacioncs; son po¡clones deteririnadas de erperiencie
crperienci¡ no dircctamentc
'cedente y el tipo que he ilustrado mediante el experimento del chi- oue indican, ¡eñalan o ,ip"*otto otras -porciones deen
lil..i1'* i'¿lf*?-.t y €n la sttuacrón {ue.cualqui¿ra.de ellas se
-o..rrto (ó es experimentada inmediatemente). A¡í, el
quillo con la rata blanca y el ruido que se produce a espaldas del #:il,;"¿Jü--.¿" pi.r.nr. que un c¡tímulo
primero. En esta situación existe un condicionamiento del reflejo, símbolo es algo más qu."o^i*i.."'.-rtl..iJiriiiirio -más -mero
Dara una reacción ,.iri¡" l;;áü;ft;' Porque el reflejb :?iqttt-"i19t- t"
en cuanto que no hay separación de los distintos elementos. Pero iJrlid."" " .li'iri,i¡J'i,i'ii"iiJ ng involucra o no nccesita involucrat
cuando hay un condicionamiento del reflejo que involucra la pa-
""ii-pi.
conciencia. En tanto qri'ii-á..ü" a un símbolo
involucra v debe involucrar con'
cieocia. Lo¡ reflejos .r"di.i;;e;;;ál lo-."*i*.ia de la¡ ¡ctitudes v significacioncs
la base
labra "oso", o la visión de la huella del animal, existe en la expe- que ellos involucran .#i;;ü; ti-itngu"jt' -y' oor lo tanto' establccen
inteligcnte' El lenguaje
riencia del individuo la separación del estímulo y la reacción. En .r
o componen -.."n,,-o iil;,i,*-¡.;;';.la'cánducta mutuament€ cómo serán sus
es el medio por el cual iil ñüiíüi"" pt;;a;í indicarse
los objetos' No
est€ caso el símbolo quiere decir oso, y esto, a su vez, significa ale- reacciones lcs objctos, ], üi'iii, .i¡i* soo 1ts sicnificacionec de invotucra siem-
jarse o continuar la caza. En tales circunstancias, la persona quc
"
es un mero sistema de *1f!.¡iJ iáiiiii.i¡át. L"..o-oduct" racional
G¡i, o"' indicación, hecha al indi-
l'fe una referencia *fl.;iTi;'ff;;;:;;r,-;; tienen para otros individuos'
encuentra las huellas del oso no teme a las huellas, terne al oso. Las íi;";:'?.'il;üi¡riJ,iiiü.J q'u. ,i, ,..ion." o g.rior
Y la base experimental o;;;;ü tte tal conduct¡ --el mec¡nismo neurofisio'
huellas representan a un oso. El niño tiene miedo de la tata, de lógico del pen.umiento-1; btli; á-ó ¡t-ot visto' en
el sistema nervioso
modo que la reacción de temor se cumple ante la vista de la rata ce¡tral.
t56 GEORGE H. MEAD EsPfRITU, PERsoNA Y socIEDAD 157

ro está, se formula en ténr¡inos de una serie de símbolos como lor modo que las distintas reacciones puedan organizarse en una
forma
que surgen €n nuestra conducta social en la conversación de geltotr d¿ acción 80.
en una palabra, en términos de lenguaje. creo que la situación en que uno busca condicionar reflejos está,
Un hombre que camina a campo traviesa llega de pronto a un ¡rcr lo que resp€cta a la inteligencia efectiva,
siempre pres€nte €n
precipicio que no puede franquear de un salto. seguir adr. iorrna d. un problema. Cuando un hombre marcha simplemente
euiere
Iante, pero el precípicio impide que esta tendencia sea piresta cn hacia adelant., bor." las indicaciones del camino, pero lo hace in'
práctica. En semejante situación surge una sensibilidad hacia tod¡ conscientemente, Ve el camino que tiene delante de sí; en esas con-
clase de características que el hombre no ha advertido antes.
cuando diciones no tiene concienoia de buscarlo' Pero cuando llega al
se detiene, decimos, su espíritu queda liberado. No busca simplc- ¡bismo, ese movimiento hacia adelante es detenido por el proceso
mente la indicación de que el camino siga adelante. El perro y cl mismo de retroceder ante €l precipicio. Ese conflicto, por así decirlo,
hombre tratarían, ambos, de encontrar un punto donde cru-zar. pcro le deja en libertad para ver tódt ott" serie de otras cosa¡¡' Ahora
bien'
Io que el hombre podría hacer, y el prro no, sería advertir que lar qu€ rePresenten distintas posibilidades
to que verá serán los.aract"res
paredes del precipicio pa¡ecen juntarse en cierta dirección. Escóge lor de acción dadas las circunstancias. El hombre se aferca
a esas dis-
mejores lugares para intentarlo, y ese ángulo de enfoque los distintos estímu'
eue se rü- ¡"r* p"riuilidades de reacción, en términos de
giere a sí mismo determina la dirección en que-se encaminirá. si cl los que se pres€ntan, ! sü capacidad Para ret€nerlas es lo que cons-
perro viese a corta distancia un lugar estrecho, correría hacia é1, pero tituye su espíritu.
probablemente no se vería afectado por la aproximación gradual quc No tenemos prueba alguna dc semejante situación en el caso
el individuo humano puede indicarse simbólicamente. de los animales lnferiores, como queda suficientem€nte aclatado
El individuo humano vería otros objetos que le rodean, y harle por el hecho de que en la conducta de ningún animal podemos en-
que otras imágenes apareciesen €n su exlrriencia. ve un árbol quc contrar en detalle ningún símbolo, ningún método de comunica-
ción, nada qo. ,.rpotáa a esas distintas reacciones de modo
podría servir de puente para traE)oner el espacio que tiene ante ¡í. que
Podría intentar varias clases de acciones posibles qo. r. le ocurrirían éstas puedan ser retenidas, todas, en la experiencia del individuo. Eso
en tal situación, y se las formularía por medio de ros símbolos que de la
es lo !u" diferencia la acción del ser reflexivamente inteligente
condu.ta de las formas inferioíes; y áse es el mecanismo
emplea. No ha condicionado simplemente ciertas reacciones mediantc que hace
una
ciertos estímulos. si lo hubiese hecho, esraría rigado a ellas. Lo que posible el lenguaje. Tenemos qu€ reconocer gue el lenguaje es
hace, gracias a esos símbolos, es indicar ciertos caracteres que están
goElacto¡eflerivoconsisteeilunafecoDst¡uccióndelcampodelaspcrcep-
presentes, para poder tener esas reacciones listas para darse.
Con_ cione¡, de modo que -¡"Jqut loc impulsos q'ue se encontt¡ban en
.. iái"" posurt
templa el abismo y piensa que ve los bordes uniéndose; y puedc :;;ii;¿,;;.í;;-á. i'nr,iui, ii' "Li6".que uno'de pued" ocui'it graciar a una rerdaptación
;"";;; áJ-irr"ct..írti."r-iri.t- los impulsos en conflicto €ncuenttc
que corra hacia ese punto. O se detendrá para preguntarse si no ü;' el campo de'tar percepcione¡ han p¿netre'
;;lü;;.J¿"'il;;'d;:*É;;;;; en
p-üüi."-it'.*pi.tiO"'de lo qüe inhibía la acción' De
habrá algún otro medio para apresurar el cruce. Le detien€ una do orros impulsos qo. .n .{
variedad de otras cosas que podría hacer. Advierte todas ras posibi- cse modo, la anchura ¿íií.-*ip-i.i, i;liü .i .impulso de saltar. 4o?I::
:;ilü'ü É'iiiái.i ¿;;;; grieti más angosta' v el impulso de
lidades de cruzat ¡l otro lado. Puede aferrarse a todas ellas por
;;;;i"*' incluso cl
sequir adel¡nte .n.u.nrri" r,i i;;;-;-";;-cémbinación dá impulsos,
dei h¡cia ia gti*a más angosta'.
medio de símbolos y relacionarlas entre sí a fin de conseguir una -" movimiento
i;';;;;;i;r;¿i¿; po.il t.n.r tugar-mcdian-te tr aparición de.otro.¡ cafacteres
acción final. El comienzo del acto está presente en su experiencia. censori¡les en el campo liii-iiiia;fitJtto. S" descibre un tablón lo suficien'
temente largo para .ro"l.'i" [tfir-. bo-" el. individuo va tiene el convierte en
complejo de
Ya tiene una tendencia a dirigirse en determinada dirección, y lo irnoulsos que conducen r' ú"rri.tl"'i.o]ó.t¡o ¡ob¡e el ibitmo, .se
.oní;'á"1
que querría hacer ya está en é1, determinándolo. y no sólo está 'l*pJ""rg""i-¿" ¿. impütsos que -llevan al hombrc hacia su puntoel
á;';;.;i"":E;-o¡ng"ono-?. lor Jor'i".ot estaría él dispuesto en a reaccionat.ante
en su actitud esa determinación, sino que además tiene lo que eg el otro el descu-
Ii-rln'"iá,-t.r-on .".o ta-im"gei i" la brecha más angosta,
escogido por medio de la frase "eso es estrecho, puedo franquearlo ;;i;i;;;. i.i l"¡fOrl, si "" i"ui.r. en su natur¡leza ieaccione¡ que tcspondiesen
a esos obietos: y toidiilir. i i, ,ál"ción
-fii-emente¡o le sensibilizarían I sus estímulos,
de un salto". Está presto a saltar, y ese reflejo está preparado para """, Es esta libertad'
¡i no estuviesen liberadaJ-á.'-¡i¡it"r -organizados. nuest-ra conducta
ttfltxión'
determinar lo que él hace. Esos símbolos, en lugar de ,., on ,rr.- o"ü, r.-q".-.árr.tituv.-it-pr.tü"it¡t" át..la Y 9s-
rondicionamiento de reflejos, son formas de escoger los estímulos de í*i"i l"r.l'".rlexiva lo qt; ó;;;¿i*a esa libertad a los individuos humanos en
¡u vida de grupo (MS).
158 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 159

parte de la conducta. El espíritu involucra, emtrro, una relación despiertos, debe cumplir con los requisitos de una vida familiar ---és-
con los caracteres de las cosas. Esos caracteres se encuentran en l¡¡ tas son cosas esenciales que repr€sentan una scrie de reacciones en
cosas, y en tanto que los estímulos provocan la reacción que en un ta que, inevitablemente, una involucra a la otra- Empero, hay otras
sentido se encuentra presente en el organismo, las reacciones sc pro, reacciones que varían. Podemos satisfacer, no simplemente nues-
ducen con reslrcto a cosas que están afuera. El proceso no es un tro gusto, sino también nuestro capricho, en los adornos que em-
producto mental, y no se lo puede poner dentro del cerebro. L¡ pleemos. Ellos no son esenciales. Hay ciertas reacciones que varían,
mente es esa relación del organismo con la situación, que se realizt en tanto que existe cierto cuerpo de reacciones más o menos unifor-
por medio de una serie de sírnbolos. madas qu€ p€rmanecen invariables. Las series organizadas de reac'
ciones responden a las significaciones de las cosas, responden a ellas
en su universalidad, es decir, en la reacción habitual que es provocada
17. Lr npr¡cróN DEL EspfRrru coN LA REAccróN por una gran variedad de estímulos. Responden a las cosas en su
Y EL AMBIENTE relación lógica.
Acabo de referirme a la relación de la sustancia, en cuanto se
Hemos visto que los procesos mentales tienen telación con la refleja en el cuerpo de costumbres, cotl las variadas reacciones que
significación de las cosas, y qu€ estas signifiiaciones pueden s€r ex- responden a los atributos. En la relación de causa y efecto existe la
plicadas en términos de actitudes del individuo altamente organi- relación de las reacciones entre sí, en el sentido de dependencia, invo-
zadas. Estas actitudes involucran, no solo situaciones en las que los lucrando la adaptación de las etapas que habrán de recorrerse con
elementos son simultáneos, sino también situaciones que involucren referencia a la cosa que tiene que ser llevada a cabo. La disposición
otras relaciones temporales, como, por ejemplo, Ia adaptación de que puede aperecer en un momento en términos de medios y fines
la reacción actual a las reacciones posteriores qu€, en cierto sen- aparece en otro en términos de causa y efecto. Tenemos ahí una
tido, ya han sido iniciadas. Tal organizeción de actitudes con relación de dependencía de una reacción a otra' una relación nece'
referencia a lo que llamamos objetos es lo que constituye pare saria que reside dentro de un sistema mayor 31. De lo que vamog
nosotros la significación de las cosas. Estas significaciones, en a hacer depende el que escojamos este medio o aquel otro, una serie
la terminología lógica, son consideradas universales, y ya hemos causal o la otra.Nuestras costumbres están adaptadas de tal modo,
visto que esta universalidad se adhiere en cierto sentido a una que si decidimos hacer un viaje, por ejemplo, tenemos un cueqpo
reacción habitual, en contraste con el estímulo particular que pro- de costumbres relacionadas que comienzan a funcionar: preparar las
voca dicha reacción. La universalidad se refleja, en términos con- maletas, comprar los billetes de fetocarril, sacar dinero para usar-
ductistas, en la identidad de la reacción, aunque los estímulos que lo, seleccionar libros para leerlos durante el viaje, etc. Ffay toda
provocan esa reacción sean tdos distintos. Podemos formular esa una serie de reacciones organizadas que inmediatamente s€ ponen
explicación en forma lógica y decir que la reacción es un universal en funciones en sus adecuadas relaciones recíprocas, cuando una
en tanüo que los estímulos son particulares que se agrupan bajo persona decide que quiete hacer un viaje' Es preciso que haya tal
tal universal. organización en nuestros hábitos para que un hombre pueda te-
Estas relaciones de las actitudes entre sí esclarecen la relación ner la clase de inteligencia que en realidad tiene.
de una "sustancia" con sus atributos. Hablamos de una casa, en Tenemos, pues, €n Ia explicación conductista, un lugar para lo
cierto sentido, como de una sustancia a la que puede ser aplicado e[ que se supone que €s el contenido poculiar del espíritu, es decir, la
atributo del color. El color es un accidente inherente a cierta significación de las cosas. Me he referido a esos factores llamándolos
sustancia como tal. Esta relación de la inkrencia de cierto carácter actitudes. Naturalm¿nte, hay en el mundo aquello que responde al
a cierta sustancia es una relación de una reacción específica, como grupo de actitudes. Esquivamos aquí los problemas lógicos y meta-
la de los objetos de adorno que nos rodean con el grupo de accio- físicos, tal como lo hace la psicología moderna' Esta psicglogía trata
nes involucradas en el vivir en una casa. La casa debe prote- 91 La representación involucra ¡elación de acto¡ anteriores con actos poste-
gernos, debe cuidarnos cuando estamos dormidos y cuando estamoc riores. Esta rilación de las reacciones p¡opotciona la inferencia (1974) .
160 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t6l
de conseguir el control; no quiere resolver las.dudas metafí¡ica¡. rnamos consciente, se trata del proceso orgánico total represen-
Y bien, desde el punto de vista de la psicología conductista, podemol tado por esos elementos orgánicos. Estos procesos son, como hemos
explicar en términos de actitudes lo que llamamos la signifícación dc visto, actitudes de reacción, adaptaciones del organismo a un medio
las cosas; la actitud organízada del individuo es lo que el psicólogo complejo, actitudes que sensibilizan la forrna a los estímulos que
retiene en esta situación. Por lo menos, es tan legítimo de su partc liberarán la reacción.
el explicar la significación en términos de actitudes como lo era pate El punto que quiero acentuar es la manera en que esas acti$des
un psicólogo anterior explicarla en términos de un concepto estático determinan el medio. Existe una serie organizada de reacciones que
que t€nía su ubicación en el espíritu. primeramente envían ciertos telegramas, luego seleccionan los medios
He señalado que en el sistema nen¡ioso central se puede encon- de trasporte, después nos envían al banco a conseguir dinero y luego
trar, o, por lo menos, suponer justificablemente, precisamente la cuidan que tengamos algo que leer en el tren. A medida que avan-
complejidad de reacción, o el mecanismo de las complejidades de zamos de una serie de reacciones a otra, n6s encontramos escogiendo
reacción, que hemos venido analizando. Si hablamos de una lrrsona el medio que responde a €sa serie de reacciones siguiente. Terminar
que pasa por las etapas a que me he referido, para prepararse para una reacción es ponernos en una situación en que podamos ver otras
un viaje, tenemos gue suponer que no solo loq elementos nerviosor cosas. La aparición de los elementos retinianos ha proporcionado el
son esenciales para las etapas, sino que la relación de las rcaccione¡ mundo dcl color; el desarrollo de los órganos del oído ha propor-
en el sistema nervioso central es de tal clase, que si la persona ejecuta cionado el mundo del sonido. Elegimos un medio organizado en
una reacción, está inevitablemente preparada para encontrar el estí. relación con nuestra reacción, de modo que eS¡¡¡¡ actitudes, en cuanto
mulo que pondrá en libcrtad otra reacción vinculada. Tienc quc tales, no sólo representen nuestras reacciones organizadas, sino, ade'
existir en el sistema nervioso central una organización de sus elemen- más, lo que existe para nosotros en el mundo, la fase especial de la
tos, sus neuronas, para todas las combinaciones que pueden entrar realidad que tiene qu€ ser escogida por nosotfos mediante nuestra
en un espíritu y para la relación de reacciones interdependientes entre reacción. Podemos reconocer que la sensibilización del organismo a
sí. Algunas de ellas han sido identifícadas en el estudio fisiológico del los estímulos, que pondrá en libertad sus reacciones, es Ia respon-
sistema nervioso, €n tanto que otras han sido supuestas sobre la base sable del hecho de que vivamos en esta clase de medio antes que en
de dicho estudio. Como he dicho antes, no es el proceso fisiológico aquella otra. vemos las cosas en su relación terrporal, que correspon-
específico que s€ lleva a cabo dentro de las neuronas el que, como de a la organización temporal gue se encuentra en el sistema nervioso
tal, se supone que responda a la significación. Los psicólogos fisio- central. Vemos las cosas como distantes de nosotros, no sólo espa-
lógicos anteriores hablaron de un proceso psíquico específico, pero cial, sino también temporalmente; cuando hacemos esto, podemos
en la actividad mecánica, eléctrica y física que se lleva a cabo hacer lo otro. Nuestro mundo está decididamente planificado por
82'
en el nervio nada hay que res¡ronda a lo que denominamqs una idea. las reacciones que habrán de ocurrir
Lo que ocurre en el nervio en una situación particular es la iner- Esdifícilexplicarquéqueremosdecircuandodividimoscierta
vación de cierta reacción que significa esto, lo otro y lo de más allá, situación entre el organismo y su medio. ciertos objetos existen para
y ahí se encuentra la especificidad de cierta organizaciín nerviosa. nosotros debido al carácter del organismo. Tómese el caso de los
La organización tiene lugar en el sistema nervioso central. En cierto alimentos. si aparece en el mundo un animal que puede digerir hier-
sentido, se puede decir que la organización de la empresa se cumple bas, como un buey, entonces Ia hierba se convierte en ün alimento'
en la oficina del ingeniero. Pero lo que se encuentra allí en los planos Ese objeto, es decir el pasto en cuanto alimento, no existía antes.
y en el cuerpo de estadísticas no es la verdade¡a producción que se El advenimiento del buey presenta un nuevo objeto. En ese sentido,
cumple en la fábríce, aunque esa oficina organice y coordine las dis- los organismos son responsables por la aparición de series enteras
tintas ramas de la empresa. Del mismo modo, el sistema nervioso
central coordina todos los distintos procesos que cumple el cue4>o. 32 Le estructura del medio es una ptanificación de l¡s r€acciones orgánicas
Si hay en el organismo algo así como un mecanismo puramente hacia la cualquiet medio, ya sei social o individual' es una planificación
""toi"Lr";lágica á.i ,.to al áual rcsponde, un acto que busca expresión
;;-l;;;;i;ra
fisiológico que responda a la experiencia gue corrientemente lla- manif iesta.
.ry

162 cEoRGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD L63

de objetos que no existían antes ee. La asignación de significación rn relación con él; asi como otros caracteres de ese mundo son poseí-
al organismo y al medio tiene su expresión en el organismo así como dos por él sólo con referencia a los organismos individuales mismos,
en Ia cosa, y dicha expresión no €!¡ una cuestíón de condiciones peí- o en relación con ellos. La relación del proceso social de la conducta
quicas o mentales. Existe una expresión de la reacción de la reqxreeta --< la relación del organismo social- con el medio social es aná-
organizada del organismo al medio, y tal reacción no es simplemente loga a la relación de los procesos de la actividad biológica indivi-
una determinación del organismo por el medio, puesto que aquél dual- o la relación del organismo individua[- ssrr el medio físico-
determina a éste tan absolutamente como éste determina a los órga- biológico 84.

nos. La reacción orgánica es reslrcnsable de la aparición de toda una El paralelismo a que me he estado refiriendo es el paralelismo
serie de objetos que no existían antes. rntre el conjunto del organismo y los objetos que responden a é1.
Hay una estructura o Eestolt, definid¿ y necesaria, de la sensibi- lln el buey existe el hambre, y también Ia visión y el olor que hacen
lidad dentro del organismo, que determina, selectiva y rclativamente, ingresar el alimento. El proceso no se encuentra sencillamente en el
el carácter del objeto ext€rno que percibe. Lo que denominamo¡ cstómago, sino en todas las actividades de pastar, de rumiar, etcé-
conciencia tiene que ser inco4rorado a esa relación e¡tre un organis- tera. Este proceso está íntimamente relacionado con el llamado ali-
mo y su medio. Nuestra selección constructiva de un medio mento que existe afuera. El organismo establece un laboratorio bac-
-<olo-
res, valores emocionales y cos¡l{¡ por el estilo- en términos de nues- teriológico, tal como el que lleva el buey para hacerse cargo del pasto
tras sensibilidades fisiológicas: eso es, esencialmente, lo que queremoc que entonces se convierte en alimento. Dentro de ese paralelismo se
decir cuando hablamos de conciencia. Hemos tendido a ubicar his- encuentra lo que denominamos significación del objeto, específica-
tóricamente esa conciencia en el espíritu o en el cerebro. El ojo y los mente en la actitud organizada de la reacción, por parte del orga-
procesos relacionados dotan a los objetos de color, eractamente del nismo, hacia los cara€teres y las cosas. Las significaciones están pre-
mismo modo que un buey dota al pasto del carácter de alimento, sentes, y el espíritu está ocupado con esas significaciones. Los estí-
no en el sentido de proyectar sensaciones en los objetos, sino más mulos organizados responden a las reacciones organizadas. Es la
bien en el de ponerse a sí mismos en rclación con el objeto que hace organización de las diferentes reacciones entre sí en sus relaciones
posible la aparición y existencia del color como una cualidad del con los estímulos que ponen en líbertad, lo que constituye el objeto
objeto. Los colores son inhcrentes a los objetos solo en vittud de peculiar de la psicología al encarar lo que llamamos "espíritu". Por
sus relacione$ con los organismos percipientes dados. La estructum lo general limitamos el término "mental", y por lo tanto el término
fisiológica o sensorial del organismo percipiente determina el conte- "mente" o espíritu, al otganismo humano, lnrque en él encontramos
nido ex¡rrimentado del objeto. ese cuerpo de símbolos qu€ nos permite aislar esos caracteres, esas sig-
El organismo, pues, es €n un sentido responsable por su me- nificaciones. Tratanos de distinguir la significación de una casa de la
dio. Y puesto que el organismo y el medio dependen mutuamente del cemento, las piedras, los ladrillos que la componen como objeto
para su existencia y se determinan el uno al otro, se sigue de ello físico, y al así hacer nos referimos a la utilización de aquélla. Eso
que el proceso vital, para ser adecuadamente entendido, debe eer con- es lo que hace de la casa una cuestión mental o espiritual 86. Aislamos,
siderado en términos de sus interrelaciones.
El medio social está dotado de significaciones en términos del 3a Un orgrnismo social dccir, un grupo eocirl de organismor indivi-
duales- conetiluye o crea Er¡ -e¡
propio medio erpecial dc objetos, así como etr
procesc) de actividad social; es una organización de relaciones obje- el mismo sentido- un organismo individuel conrtituye o crea su propio-ymedio
tivas que surgen en relación con un grupo de organismos dedicados especial de objctoe (que, ein embargo, eg mucho más ¡udimentario que el nedio
construído por un organismo cocial).
a tal actividad, en procesos de ex¡rriencia y conducta sociales. Ciet- 8ú La n¡tu¡ateza nundo exte¡no- cstá objetivamente p¡esente, en opo'
tos caract€res del mundo exterior son poseídos por éste sólo con refe- -el de etta, o en oposición al pensador individual mismo.
sición a nucstra cxperienci¡
rencia a un grupo social interactuante de organismos individuales, o Aunque los objetor ¿xternos cxisten indepcndientemente_ del individuo que €xpc'
rimeita, poseed ciertas características cn virtud de ¡us relaciones con la cxperiencie
del individuo, o con su espíritu, que no poseerían de otro modo o sepatador de
88 E¡ eca¡ ¡el¡ciones. Egtas características son las rignificaciones pata é1, o, en general,
cencu¡abte h¡blar dcl proccro-alime¡to, en cl anim¡t. como coa¡titu- pa¡a [osotros. Le distinción entre objetos físicos o realidad fisica y-la experiencia
yente dcl objeto-alimento, Cicrtamcnte, ron rchtivor cl uno ¡l otro (lvIS). mental o autoconsciente de eso¡ objetos o esa realidad distinción e¡tre expe-
-la
t64 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD r65

si se prefiere, los materiales de construcción desde el punto dc vista d¿l rp¡rec€, o, si se prefiere, emerge. Necesitamos reconocer que estamos
físico y el arquitecto. Existen varios puntos de vista desde los cuate¡ iretando la relación existente entre el organismo y el medio seleccio-
se puede considerar una casa. La madriguera en que vive un animal nrdo por su propia sensibilidad. Al psicólogo le interesa el meca'
es, en un sentido, la casa del animal, pero cuando el ser humano nismo que la especie humana ha desarrollado para lograr el control
vive en una casa, ésta adquiere para él lo que denominamos un carác- dc dichas relaciones. Las relaciones han existido antes de que fuesen
ter mental, que presumiblemente no tiene para el tog) que vive en hechas las indicaciones, pero el organisrno no las controlaba en su
su cueva. El individuo humano tiene la capacidad de escoger, de un¡ propia conducta. Originariamente no posee m€canismo alguno con
casa, los elementos que responden a sus reacciones, a fin de contro- cl cual pueda controlarlas. El animal humano, emp€ro, ha ela-
Iarlos. Lee el anuncio de una nueva clase de caldera, y entonces puede borado un mecanismo de comunicación de lenguaje, por medio del
conseguir más tibieza, tener una sala más cómoda que antes. El hom- cual puede lograr esa fiscalización. Ahora bien, es evidente que
bre está en condiciones de controlar el proceso desde el punto de gran parte de ese mecanismo no reside en el sistema nervioso central,
vista de sus propias reacciones. Obtiene significaciones, y de cse sino en la relación de las cosas con el organismo. La capacidad para
modo controla sus reacciones. Su facultad para escogerlas es lo que escoger esas significaciones e indicarlas a otro{i y al organismo es una
hace de la casa una cuestión mental. También el topo tiene que en- capacidad que proporciona un poder peculiar al individuo humano.
contrar sus alimentos, salir al encuentro de sus enemigos y evitarlos, El control ha sido posibilitado por el lenguaje. Y es ese meca-
p€ro no suponemos que sea capaz de indicarse a sí mismo las ven- nismo de dominio sobre la significación, en ese sentido, el que,
tajas peculiares de su madriguera con rrespecto a cualquier otra. Su afirmo, ha constituído lo que llamarnos "espíritu". Sin embargo,
casa no pos€e características mentales. La mentalidad reside en la los procesos mentales no residen en las palabras, del mismo modo
capacidad del organismo para indicar aquel elemento del ambiente que la inteligencia del organismo no reside en los elementos del sis'
que responde a sus reacciones, a fin de poder controlar dichas reac- tema nervioso central. Ambos son pafte de un proceso que se lleva
ciones de varias maneras. En eso consiste la rnentalidad desde el a cabo entre el organismo y el medio. Los símbolos desempeñan su
punto de vista de la psicología conductista. En el topo y otros anima- papel en este proc€so, y ello es lo que hace tan importante la comu-
les existen complejos el€mentos de conducta relacionados con et me- nicación. Del lenguaje emerge el campo del espíritu.
dio, pero cl animal humano puede,indicarse a sí mismo y a los otroc Es absurdo contemplar al espíritu simplemente desde el punto
cuáles son los caracteres del medio que provocan esas reacciones com- de vista del organismo humano, porque' aunque tiene su foco allí,
plejas y altamente organizadas, y por medio de tal indicación está en es, esencialmente, un fenómeno social; incluso sus funciones bioló'
condiciones de controlar las reacciones. El animal humano tiene la gicas son primatiamente sociales. La experiencia subjetiva del indi-
capacidad, por sobre la de adaptación de los animales inferiores, de viduo debe ser puesta en relación con las actividades naturales, socio-
€scoger y aislar el estímulo. El biólogo rcconoce que los alimentos biológicas del cerebro a fin de posibilitar una explicación aceptable
tienen ciertos valores, y si bien el animal humano responde a esos del espíritu; y esto podrá hacerse sólo si se reconoce su naturaleza
valores como lo hacen otros animales, también puede indicar ciertos social. Más aún: la parvedad de la experiencia individual aislada
caracteres de los alimentos que significan ciertas cosas en sus reac- de los procesos de la experiencia social de su medio so-
ciones digestivas hacia ellos. La mentalidad consiste en indicar esos cial-, debetía ser evidente' Debemos, -aislada
pues, considetat al espíritu
valores a otros y a uno mismo, a fin de poder controlar las propiac como surgido y desarrollado dentro del proceso social, dentro de la
reacciones.
matriz empírica de las interacciones sociales. Es decir: debemos ob-
La mentalidad, desde nu€stro ángulo de enfoque, aparece sim-
tener una experiencia individual interior desde el punto de vista de
plemente cuando el organismo está en condiciones de señalar signi-
los actos sociales que incluyen experiencias de individuos separados,
ficaciones a otros y a uno mismo. Este es el punto en qne el espíritu
en un contexto social en que interactúan dichos individuos. Los pro'
riencia intema y extern¡- reside en el hecbo de que estr última c¡tá ocuptda pot cesos de la experiencia posibilitados por el cerebro humano, son posi-
las significaciones o constituída por ella¡. Los objetor erperimcntador tienen rig- bilitados sólo para un grupo de individuos interactuantes: sólo para
nificaciones definidas para lor individuos que piensan en elloc.
r66 GEORGE H. MEAD
organismos individuales que son micmbros de una sociedad; no para
el organismo individual aislado de otros organismos individuales.
El espíritu surge en un proceso social, sólo cuando ese proceso,
como un todo, entra en la experiencia de cualquiera de los individuo¡
dados involucrados €n ese proc€so o está presente en ella. Cuando
tal ocurre, el individuo tiene conciencia de sí y tiene un espíritu:
se torna consciente de sus relaciones con ese pro€eso como un todo
y con los otros individuos que participan en dicho proceso junta-
mente con é1. Adquiere conciencia de ese proceso en cuanto modi-
P ART E I I I
ficado por las r€acciones y las interacciones de los individuos
cluso él mismo- que lo están llevando a cabo. La aparición-in- evo-
LA PERSONA
lutiva del espíritu o la inteligencia ocurre cuando el conjunto del
proceso social de la experiencia y la conducta es internalizado en 18, LT PTRSONA Y EL ORGANISMO
é1, y cuando la adaptación del individuo al proceso es modificada
y refinada por la percatación o la conciencia que él tiene del propio En nuestra exposición del desarrollo de la inteligencia hemos
proceso. Es mediante la reflexión que el proceso social es internali- sugerido ya que el proceso del lenguaje es esencial para el desarrollo
zado en la expcriencia de los individuos implicados en él; por de la persona. La persona posee un carácter distinto del organismo
tales medios, qu€ permiten al individuo adoptar la actitud del fisiológico propiamente dicho. La persona es algo que tiene des-
otro hacia é1, el 'individuo está conscientemente capacitado para arrollo; no está presente inicialmente, en el nacimiento, sino que
adaptarse a ese p¡oceso y para modificar la resultante de dicho pro- surge en el proceso de la experiencia y la actividad sociales, es decir,
ceso en cualquier acto social dado, en términos de cu adaptación al se desarrolla en el individuo dado de resultas de sus relaciones con
mismo. La reflexión, pues, es la condición esencial, dentro del pro- ese proceso como un todo y con los otros individuos que se encuen-
ceso social, para el desarrollo del espíritu. tran dentro de ese proceso. La inteligencia de las formas inferiores
de la vida animal, como gran parte de la inteligencia humana, no
involucra una persona. En nuestras acciones habituales, por ejemplo
en nuestras idas y venidas Por un mundo que existe simplemente
y al cual estamos adaptados de una manera, que no involucra
ningún pensamiento, existe cierta proporción de experiencia sensorial,
tal como la que tienen las personas cuando acaban de despertar, un
simple "estar allí" 1. Los caracteres que nos rodean pueden existir en
la experiencia sin ocupar su lugar en relación con la persona' Natu-
ralmente, en tales condiciones uno debe distinguir entre la expe'
riencia que tiene lugar inmediatamente y nuestra propia organi-
zación de la misma en la experiencia de la persona. Luego de efec'
tuar un análisis, uno dice que cierto objeto tenía su lugar en su
experiencia, en la experiencia de su persona. En forma similar, or'
g"nirr,¡or normalmente nuestros recuerdos al hilo de la persona. Si
asignamos una fecha a las cosas, las fechamos siempre desde el punto
de vista de nuestras experiencias pasadas, Frecuentement€ tenemos
1 En el original iaglés, thereness' (N' del T.)
166 GEORGE H. MEAD
organismos individuales que son micmbros de una sociedad; no per¡
el organismo individual aislado de orros organismos individualc¡.
El espíritu surg€ en un proceso social, sólo cuando ese proccro,
como un todo, entra en la experiencia de cualquiera de los individuo¡
dados involucrados €n ese proceso o está presente en elta. Cuando
tal ocurre, el individuo tiene conciencia de sí y tiene un espíritu;
se torna consciente de sus relaciones con ese proceso como un todo
y con los otros individuos que participan en dicho proceso juntr.
mente con é1. Adquiere conciencia de ese proceso en cuanto modi. PARTE III
ficado por las reacciones y las interacciones de los individuos
cluso él misme- que lo están llevando a cabo. La aparición-in- €Vo.
LA PERSONA
lutiva del espíritu o la inteligencia ocurre cuando el conjunto del
proceso social de la experiencia y la conducta es internalizado en 18. L¡ PTNSONA Y EL ORGANISMO
é1, y cuando la adaptación del indíviduo al proceso es modificad¡
y refinada por la p€rcatación o la conciencia que él tiene del propio En nuestra exposición del desarrollo de la inteligencia hemos
proceso. Es mediante Ia reflexión que el proceso social es internali. sugerido ya que el proceso del lenguaje es esencial para el desarrotlo
zad,o en la experiencia de los individuos implicados en él; por de la persona. La persona posee un carácter distinto del organismo
tales medios, que permiten al individuo adoptar la actitud del fisiológico propiamente dicho. La persona es algo que tiene des-
otro hacia é1, el 'individuo está conscientemente capacitado para rrrollo; no está presente inicialmente, en el nacimiento, sino que
adaptarse a ese p¡oceso y plal,a modificar la resultante de dicho pro- surge en el proceso de la experiencia y la actividad sociales, es decir,
ceso en cualquier acto social dado, en términos de su adaptación al
se desarrolla en el individuo dado de resultas de sus relaciones con
mismo. La reflexión, pues, es la condición esencial, dentro del pro- ese proceso como un todo y con los otros individuos que se encuen'
ceso social, para el desarrollo del espíritu. tran dentro de ese proceso. La inteligencia de las formas inferiores
de la vida animal, como gran parte de la inteligencia humana, no
involucra una persona. En nuestras acciones habituales, por ejemplo
?n nuestras idas y venidas Por un mundo que existe simptemente
y al cual estamos adaptados de una manera, que no involucra
ningún pensamiento, existe cierta proporción de experiencia sensorial,
tal como la que tienen las personas cuando acaban de despertar, un
simple "estar allí" 1. Los caracteres que nos rodean pueden existir en
la experiencia sin ocupar su lugar en relación con la persona. Natu-
ralmente, en tales condiciones uno debe distinguir entre la expe'
riencia que tiene lugar inmediatamente y nuestra propia organi-
zacíón de la misma en la experiencia de la persona. Luego de efec-
tuar un análisis, uno dice que cierto objeto tenía su lugar en su
experiencia, en la experiencia de su persona. En forma similar, or-
g"nir"¡¡o, normalmente nuestros recuerdos al hilo de la persona. Si
asignamos una fecha a las cosas, las fechamos siempre desde el punto
de vista de nuestras experiencias pasadas. Frecuentement€ tenemos
1 En el original inglés, therene¡¡' (N. del T.\
168 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 169

tecuerdos que no ¡rodemos fechar, que no podemos ubicar. De pronto :xpcriencia de la propia lrrsona. Se suponía que la conciencia poseía
se presenta ant€ nosotros una imagen y no podemos explicar dóndc dc algún modo esa iapacidad de ser un objeto para sí misma' Al
tuvo lugar esa experiencia. Recordamos en forma perfectamente dic- proporcionar una explicación conductista de la conciencia tenemog
tinta la imagen, p€ro no podemos ubicarla definidamente, y no nor qu. bor."r alguna clase de experiencia en la que el organismo físico
sentimos satisfechos hasta que ¡ndemos ubicarla en términos dc pueda llegar a ser un objeto para sí mismo 2.
nuestra experiencia pasada. Ello no obstante, creo que es evidente,
Cuando uno corr€ para alejarse de alguien que lo persigue, está
completamente ocupado en esa acción, y su experiencia puede des'
cuando se piensa en esto, que la p€rsona no está necesariamentc
involucrada en la vida del organismo, ni tam¡roco en lo que de- ¡parecer en los objetos que le rodean de modo que no tenga' en
nominamos nuestras experiencias sensoriales, es decir, la experiencia
cse mom€nto, ninguna conciencia de sí mismo' Por supuesto, es
en el mundo que nos rodea, pan el cual tenemos reacciones habi-
preciso que estemos muy absolutamente ocupados para que tal cosa
tuales.
ocurra, Irro creo que podemos reconocer esa clase de experiencia
Podemos distinguir bastante definidamente entre la persona y posible en la que no interviene la persona. Quizá ¡rodamos escla-
el cue4rc. El cuerpo puede existir y operar en forma sumament€ ,..., un po.o ir" situación gracias a las experiencias bn las que'
inteligente sin que haya una persona involucrada en la experiencia.
en una acción sumamente intensa, aparecen en la conciencia del
La persona tiene la característica de ser un objeto para sí, y esa individuo, por detrás de esa intensa acción, recuerdos y anticipa-
característica la distingue de otros objetos y del cuerpo. Es perfec-
ciones. Tolstoi, como oficial durante la guerra, nos relata haber
tament€ cierto que el ojo puede ver el pie, pero no ve ar cuerpo conp
tenido imágenes de sus experiencias pasadas, en medio de sus acciones
un todo. No podemos vernos la espalda; ¡rodemos palpar ciertas
más intensas. Están también las imágenes que atraviesan velocí-
partes de ella, si somos ágiles, pero no podemos obtener una exlx-
simament€ por el espíritu de una persona que se encuentra a pun-
riencia de todo nu€stro cuerpo. Existen, es claro, experiencias un to de ahogarse. En tales circunstancias existe un contratte entre
tanto vagas y difíciles de localizar, wro las experiencias corporales una experiencia que está absolutamente envuelta por una actividad
están para nosotros organizadas en torno a una persona. Ei pie y
exterioi en la que no interviene la persona corno objeto, y una
la mano pertenecen a la persona. Podemos vernos los pies, espe- acrividad de la mcmoria y la imaginación, en la que la persona
cialmente si los miramos desde el lado contrario de un par de bi-
es el principal objeto. La persona es, entonces, entetamente distin-
nóculos de teatro, como cosas extrañas que tenemos dificultad en guible de un organismo rodeado por cosas y actuando con refe-
¡econocer como propias. Las partes del cuer¡ro son completamente
rencia a cosas, incluso partes de su propio cue4ro. Estas últimas
distinguibles desde la lrrsona. Podemos perder partes del cuerpo pueden ser objetos como otros objetos, pelo son objetos simple-
sin sufrir una seria invasión de la persona. La mera capaciclad para
mente presentes en el campo y no involucran una p€rsona que sea
experimentar distintas partes del cuerpo no se diferencia de la expe-
un objeto para el organismo. Pienso que esto frecuentemente se
riencia de una mesa. La mesa presenta una distinta sensación de
pasa por alto. Es este hecho el que torna tan falaces nuestras fecons'
la que experimenta una mano cuando palpa a la otra, pero es una
lrucciones antropomórficas de la vida animal' ¿Cómo puede un
experiencia de algo con lo cual entramos definidamente en con-
individuo salir fuera de sí (experiencialmente) de modo de poder
tacto. El cu€rpo no se exp€rimenta a sí mismo como un todo, en convertirse en un objeto para sí? Este es el problema psicológico
esencial del ser lrrsona o conciencia de sí, y su solución se en-
el sentido en que la persona, en cierto modo, entra en la experiencia
de la persona.
contrará recurriendo al proceso de la conducta o actividad social
Lo que quiero destacar es la característica de la persona como en qu€ la persona o el individuo dado está implicado. El aparato
objeto para sí. Esta característica está representada por el término
"sí mismo", que es un reflexivo e índica lo que puede ser al propio 2 La conducte del hombre en 8u grupo cocial es t¿l, que.él puede convertiree
tiempo sujeto y objeto. Este tipo de objetg es esencialmente distinto .r, ,rtt o¡j.t" fit".i mismo, hecho.{u-e-h1ce- de él r¡ pioducto.más avanzado
-evotutivo
de otros objetos, y en el pasado ha sido distinguido como conscien-
lif á.*.tiili. que loc a¡imales inferiores, Fundamentalmentc,..es este
ñecho soiial no su pretendida posesión .de un alma o- espiritu de que é1, como
te, término que indica una experiencia con la propia persona, una i;dirii;:-h"-ys'idó--istetios" y sóbtenatutalmente dotado v con la que no han
;id; ¡;;á.; los animales inferiores- el que lo diferencia de ellos'
:*

ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t7l


170 GEORGE H. MEAD
a sí, sino
de la razón no sería completo, a menos de que se lanzase a sí mis' vierte en parte de su conducta, cuando no sólo se escucha
que se rerpond", se habla y se replica tan-realmente como le replica
mo a su propio análisis del campo de la experiencia; o a menos individuos
de que el individuo se ubicase en el mismo campo experiencial la otra p€rsona, €ntonces t.n.rno, ot'" conducta en que los
se convierten en objetos para sí mismos'
de las otras txrsonas individuales con las cuales actúa en cual'
quier situación social dada. La razón no puede tornarse imper- Tal persona no es primariamente, diría yo's' el organismo fisio-
lógico. Ei organismo fisiológico le es esencial pero al menos nos
sonal a menos de que adopte una actitud objetiva, no afectiva,
es posible pensar en una lxrsona qve carczca de él' Las personas
hacia sí; de lo contrario, tendremos simplemente la conciencia, no
la conciencia de sí. Y es necesario, para la conducta racional, que qo. ....r, en la inmortalidad, o que creen €n fantasmas o en la
una
el individuo adopte de ese modo una conducta objetiva, impersonal, posibilidad de que la persona abandone el cuerpo' suponen
hasta
hacia sí mismo, que se convierta en un objeto para sí. Porque el p"rrot" completamente distinguible del cu€rpo' Es discutible
puede sostenerse con éxito esas concepciones'
pero' en
organismo individual es evidentemente un hecho o elemento cons- i,rJ p""ro
tituyente esencial e importante de la situación empírica en que actúa: rigor, nosotros separamos el cuerpo y el-organismo'-Es-justo.decir
y sin adoptar una visión objetiva de sí mismo como tal, no pucde qi" i comienzo de la p.rson" to-o objeto' hasta donde podemos
actuar inteligente o racionalmente. o.r, .. encontrará ei aqoellat experiencias que condujeron aque la

El individuo se experimenta a sí mismo como tal, no directa' concepción de un "doble". Los pueblos primitivos suponen
mente, sino sólo indirectamente, desde los puntos de vista Particu' un doble, presumiblemente alojado en el diafragma' que
"*iste
abandona el cuerpo temporariamente durante el sueño
y completa-
lares de los otros miembros individuales del mismo grupo social, engaños'
o desde el punto de vista generalizado del grupo social, en cuanto mente en la muerte. Pueie ser sacado del cuerpo, mediante
por el enemigo de uno y qúzá matado' En la infancia es represen-
un todo, al cual pert€nece. Porque entra en su propia experiencia
€omo persona o individuo, no directa o inmediatamente, no con' lJo pot los"imaginarios cómpañeros de juegos que losenniños sus
crean
juegos'
virtiéndose en sujeto de sí mismo, sino sólo en la medida €n que se y g.".i"t a los cua-les llegan a controlar sus experiencias
convierte prirneramente en objeto para sí del mismo modo que
otros individuos son objetos pan él o en su experiencia, y se con' 8a)Todaslaginterrelacioneseinteraccione¡¡ocialegcstán.arrrigrdasen
üt ,^"liáiiri.r¿gT.l'ffiilT q".;;¡;- ¿;"áog todos lo¡ individuos invo'
.i.,," conduct¡ ¡ocial ---que tienen su
vierte en objeto para sí sólo cuando adopta las actitudes de los lucrados en ellas. e"", i*ir'iiri;ldi.;r-¡; la eistem¡ nervioso centr¡l del indi-
il;;;Ei.'i* ¿ü
otros individuos hacia él dentro de un medio social o cont€xto sede o definitivo;ili'"
asiento
de dich¡ conducta' p"tiotttütt-potque cllar en ¡í misr¡ás
vidue- son las b¡ses
o'intiintot o tendencias d¿
de experiencia y conducta en que tanto él como ellos están invo- son sociale¡: es decir, til#.'d;'üü-;t'l;ñl;;;
-iJá¡¡¿uo puede- llevar a cabo ni datles
por oarte ¿"1 dado' au9 no
lucrados. conducta,
ero¡esión m¡nifiesta y -,¡rr1'..ür"rüli'.yoi"
.ooierativa de uno o más-.de loc
La importancia de lo que denominamos "comunicación" reside otios rndividuos. Los pli..T..'iiriJiáei.or'¿. la coiducta. de loc cuales ell¡¡ ¡on
p.o..'i''qi"';;;;;;i;;t"-involucran e más de un individuo'
en el hecho de que proporciona una forma de conducta en la que el mecanismo, .on
ofocesos en los que ot.or individuos, aparte del
el organismo o el individuo puede convertirse en un objeto para individuo d¡do. "rd'if;i;;i¿"J'iái-rit.rr"
EiemplJs'd;'i;;;i;;;.I .*i.l.s iooáamentales que hacln su¡sir (que
estac bases fisiológicas d;u'.ftil;;;;á
;; las relaciones entrc los sexos
sí. Es esa clase de comunicación lo que hemos venido analizando, cxpres¡¡n el instinto t.p;;*;;;t,'cntie
p"¿.te ¿-¡ijo (qoe'expr'san el instinto
no la comunicación en el *ntido del cloqueo de la gallina a los orternal) y entre t".,no"""(i"i'á;p;;:;; .[ii;ttinio"gtciirio)
Estos mecanismog
'apatte.de con¡titui¡
pollitos, o el aullido del lobo a su manada, o el mugido de una ó tendencias fisiológicos ,.¡1i""-"iii-r.nciito. v to¿i-ini"tioi,
ta base fisiolósica p¡ra ,iii'i.-iiiai.i" io.i¡ itr;;;, son también los 1na,111le¡
vaca, sino la comunicación en el sentido de los símbolos signifi- cuando nos r€terrmos a
ti.i&jü';;-;á;;lnttl.J*¿t-it "ituralez¡ humana: así' qitt e¡ esencialmente. social'
cantes, comunicación que está dirigida no sólo a los otros, sino l¡ naturaleza humana, ;;'t;;t;;;;;iiiitná" " ateques-
"tgo y defensas' las actividades
rambién al individuo mismo. En la medida en que ese tipo de comu-
b) Sexual v paternalmente' asi como."en.l-sust.ii¡¿l- áe'que el acto comenzado
del orsanismo fisiológiio'.ü-'.á.i.lo
rlent¡o-del orsanismo t;ig"""t; ;;;;i;ttle-"-* ltt
ttt¡oot* de los otros '-' Pero
nicación es parte de una conducta, introduce por lo menos a una d.el acto-es, en estos casos, social' lo es
persona. Por supuesto, uno puede oír sin escuchar; uno puede ver i"l"iii,i"L,i,tpiiiüJi.Jti!. éir"-ír'i,tot" los estímutos en tas actitudes y
sólo en la medida ." or. ir--"rg"-ni.-o buo. de sus ptopias reacciones' y por
cosas que no advierte, hacer cosas de las que no tiene realmente con- c¿racleret de otras forr"ll"ptt"-ii-i'"-pfttttiat
como pitte' de su propio medio'
medio de su conducta tiend'e a mantenei at otro
ciencia. Pero cuando reacciona a aquello mismo por medio de lo ¡nia.ár en el organismo individual
La conducta ¡eal del *il'i'a? i;;';i;;; no .r(MS)'
cual se.está dirigiendo a otro, y cuando tal reacción ptopia se con- ;;;;:;;-d;';;;6it pauta de conducta
lil!
:i

itu
IH

ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t7t


172 GEORGE H. MEAD r1
Este proceso de abstracción no puede ser llevado a cabo inde- rl]

Lapereona, en cuanto que puede s€r un objeto para sí, cl un público oyente' tiene
esencialmente una estructura social y surge en la experiencia social.
finidarnente. Uno busca inevitablemente
;;;;;i;;;;; ante alguien' En la inteligencia reflexiva' uno piensa lilii i
Dtspués de que ha surgido, una trrsona cn cierto modo se propor-
ciona a sí misma sus exlrriencias sociales, y así podemos concebir
para actuar, y parc
".*t
únicamente de modo que esa acción
siga
se torna prcpa-
iiendo parte de un proceso social' El pensamiento pensamiento es'
ltli j
una persona absolutamente solitaria. Pero es imposíble concebir
nna p€rsona surgida fuera de la experiencia social. Cuando ha sur' ratorio de la acción social' El proceso
naturalmente' una conversación interna
mismo del
que se lleva- a cabo' .Pcro llti
gido, podemos p€ns¡¡r en una percon¿ aislada para el resto de su
esunaconversacióndegestosque'ensucompletación,-involucra
tliill
vida, pero es una persone'que se tiene a sí misma por compañera y oyente' Un9 ecpara
l

la expresión de lo que .rio pitnt" a un público


que puede pensar y conversar consigo misma del mismo modo que lo que está diciendo a
l

El de la conversación ,*i i" significación-de y quiizi iililli


r. fri .o-onicado con otros. proceso a que m€ he referido, de
otros, y la tiene pt.p"ttat "1tttt de decirla'
La piensa'
reaccionar hacia la lrefsona de uno como otros reaccionan a ella, formando parte de li1
de tomar Inrte en la propía conversación con ottos, de ten€r con'
la escribe en forma i. ,ro libro; pero sigue y' al
una relación ,o.irt .rJi";; ;"" se dirige gue uno controla el
a otras personas
ciencia de lo que uno dice y de emplear esa conciencia de lo que ee y tt' lt
dice para determinar lo que ee ditá a continuación, es un proceso
mismo tiempo, a la propia P€rsona'
personas gracias a ú ¡eacción hecha al
hecho de dirigirse a otras
famiiiar para todos nosotros. Continuamente seguimos las palabras que el individuo reac-
que decimos a otra p€rsona con una comprensión de lo que decimos,
propio gesto. Es ,"ttt"'io para la p€rsona
social la que propor-
y empleamos esa comprensión en la dirección de nuestra conversa- cione a sí mismo, y es esta ilast de conducta No
dicha
ción continuada. Descubrimos lo que vamos a decir, lo que varnog
ciona la conducta dt";" de la cual aparece de -persoT' la- lingüística'
conozco ninguna ot,"- io'-t de conducta '
aperte
a hacer, diciendo y haciendo, y en el Proceso controlamos continua- para sí' y' hasta donde puedo
en la que el individui sea un objeto
mente el proceso mismo. En la conversación de gestos, lo que deci- el gntido reflexivo' a menos
ver, elindividuo no es una persona en
mos provoca cierta reacción en otro y, a su vez, cambil nuestr¡ el que confiere una
;;;;.-;;; o' o¡jtto -"- ptt"'ti' Es este hecho
acción, de rnodo que nos aPartamos de lo que comenzamos a hacer li tornonicación' puesto que se trata de un
importancia crítica
debido a la téplica que hace el otro. La conversación de gestos €s frente a sí mismo'
el comienzo de la comunicación. El individuo llega a mantener tipo de conducta .,, lot el individuo reacciona
cotidianas qr¡e un
una conversación de gestos consigo mismo. Dice algo, y eso provoca Advertimos en la conducta y experiencia
parte de lo que hace y dice'
en él cierta reacción que le hace cambiar lo que iba a decir. Uno individuo no quiere significar gran
Frecuentemer,,. ¿..i'noJ- q"t individuo no es él misrno' Nos
comienza a decir algo qu€ €s algo desagr¿d¡fts-, '"i de que hemos omi-
pero cuando está a punto-supongamos
de decirlo se da cuenta de que será cruel. alejamos de una entrevi'á con la conciencia
partes de la persona que no
E[ efecto que produce en él mismo lo que está diciendo, le contiene; tido cosas importantes, de que hay social misma es lo
se produce aquí una conversación de gestos entre el individuo y aparecieron .o lo qot''E diio.La'experiencia t"-::T:t^:-
p€rsona que entra
él mismo. Por conversación significante entendemos que la acción que determin, r" i'oporción de no necesrta ex-
ción. Po, supu"sio, buena parte de la persona
es tal que afx¡a el individuo mismo y que el efecto producido
sobre ci individuo es parte de la puesta en pnictica inteligente de en. tirminoc de nuestra opinión
de que
social adquieren significación singular
la conversación con otros. Por así decirlo, amputamos la fase so- iii'"'r"itiJi;io".¿"r^""i1,'t'.iL.*ri;;".r*if i#Hi:tJ"di.,o!:!ü,üü'f;
cial y Ia dejamos de lado por el molnento, de modo gue uno uno en el lugar de lo: otros' ::t: áe
::T^:-.::",::'::",.;:J;i á-iipi.si"".
los distintos asp?ctos o expresrones de inte-
{. los ottos, oo .. t'tptit'it;i;' ;;
habla consigo mismo como hablaría con otra frersona id**,q;::',l,';;#li'ii'ii****{**f 1*,tt".*¿i'*'-'n.Fi
4 Ge¡c¡almente ¡e trconoce que la¡ exprcrioner de inteligeacia cspc,cíficenrcnte
ti."titS'l*l;:il"lFü,.1pt',"'ll'T",ti;il':iü';;'?"áopta'i""ititud
¡ociales. o el eiercicio de-lo que a'menudo ei tlam¡do "inteligincia rccial", depende advirtiend.ü-áe.iat 'noao.las significaciones
del otro, o I,s act,tolesT. 1o, o.,o,,
ái- U- J"r"ii¿iJ- á.1- in¿iui¿i" dado pa¡e adoptar lor papóles o "porercc en el
i;r;; j;'' t";;ros individuos involuárados coñ ól cn siiuecione¡ soci¡t¿s dadrs, y i';;rü::'lTtu'a*iiliiüli'+l¡t,'¿*n*it+rl¡*ü*iT,:'*'
L-ñ¡¡¿" de-gu ionsieuiente scn¡ibilid¡d a las actitudes de elloc haci¡ ól.y dc lo¡ ir.ión int.tnt, con csos símbolos o gestos' ln'
u""s t¡acie los otros] Es claro que estas erprcsionec de intcligencia cspecíficamente
ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 175
t74 GEORGE H. MEAD
presión. Establecemos toda una serie de distintas relaciones con fijar la atención en algo que uno está escribiendo' de modo que
diferentes p€rsonas. Somos una cosa para un hombre y otra para oiiti.. dos líneas distintas de comunicación, y si ello se hace correc-
otro. Hay partes de la persona que existen sólo para la persona tam€nte, se podrá hacer que las dos corrientes fluyan de rnanera
en relación consigo misma. Nos dividimos en toda clase de dic- que no se encuentren. Se puede obtener así dos series enteramente
tintas personas, con teferencia a nuestras amistades. Discutimoc áistintas de actividades. De esa manera' se podrá lograr la disocia-
de política €on una y de religión €on otra. Hay toda clase de dis' ción de la persona del individuo. Es un proceso de- establecer. dos
clases de comunicación que separan la conducta
del indivduo' Para
tintas personas que responden a toda clase de distintas teacciones
sociales. El proceso social mismo es el res¡ronsable de la aparición un individuo s€ trata ¿. ott" cosa dicha oída, y pafa el otro
y
una
de la persona; ésta no existe como una pen¡ona eparte de ese existe sólo lo que ve escrito. Por supuesto' es preciso mantener
tipo de experiencia. ._p"ii*.i" fuera del campo de la otra. Las disociaciones tienen
teidencia a darse cuando un acontecimiento conduce a
perturba-
tfna personalidad múltiple es en cierto sentido normal, como propio
ciones emocionales. Lo que es selnrado sigue por su
ca'
acabo de indicar. Por lo general existe una organización de toda
la persona con referencia a la comunidad a la que pertenecemos y mino.
a la situación en que nos encontramos. Lo que es la sociedad, el La unidad y estructura de la persona completa refleja la unidad
que est€mos viviendo con gente del presente, con gente de nuestra y estructura del proceso social como un todo; y cada una de las
propia imaginación o gente del pasado, varía, ¡ror supuesto, con p.*", elementaies de que está compuesta aquella trrrsona completa
los distintos individuos. Normalmente, dentro de la clase de co- refleja la unidad y estructura de uno de los varios astrrctos de ese
munidad, en cuanto un todo, a la que pert€necemos, existe una p-.Lo
-.rarias en
el que.i irrdiuidoo está involucrado' En otras palabras' las
lrrsona unificada, pero que puede ser quebrada. Para una p€rsona p"rrorr", elementales que constituyen la lrrsona completa' o
un tanto nerviosamente inestable y en la que hay una línea de que es¿n organizadas en ella, son los distintos aspectot¡ de la estruc-
clivaje, ciertas actividades se tornan imposibles, y esa serie de tura de esa persona completa que responden a los distintos as-
actividades pueden separar y desarrollar otra lxrsona. Dos "mí" y pectos de Ia estructura del proceso social como un todo: la estruc-
"yo" separados, dos distintas p€rsonas, resultan de ello, y ésa es tura de la persona .ompl.la es, así, el reflejo del proceso social
completo. La otganiz".iót y unificación de un grupo
la condición para que exista una tendencia a dividir la personalidad. social es
idéniica a la organhación y unificación de cada una
Se conoce un relato de un profesor de educación que desapareció, que
de las per-
quedó perdido para la comunidad, y que más tarde apareció en sonas que surgen dentro del proceso social en el
que dicho grupo
un campamento maderero del oeste. Se liberó de su ocupación y está ocupado o que está llevando a cabo
ó'

se le encontró en el bosque, donde se sentía, si se quiere, más a Elfenómenodeladisociacióndelapersonalidadescausado


sus anchas. El aspecto patológico de la cuestión era el olvido, la por una ruptura de la persona completa, unitaria' en' las personas
omisión del resto de su persona. Este resultado involucraba librarse i. qo. está comPuesta y que resP€ctivamente corresponden a los
de cíertos recuerdos corporales que identificarían al individuo para la
distintos asfrctos del proceso social en que está involucrada
sí mismo. A menudo reconocemos las líneas de ruptura que nos su persona completa o uni-
Ixrson¿ y d.ntro del cual ha surgido
recoruen. Nos agradaría olvidar ciertas cosas, librarnos de cosas
iaria: tales aExctos son los distintos grupos sociales a los que
con las que la persona está unida en experiencias pasadas. Tene- pertenece dentro de ese Proc€so.
mos ahí una situación en la que puede haber distintas p€rsonas,
y ella depende de la serie de reacciones sociales involucradas en 6Launidaddelespíritunoesidéntica-a-launidaddelapetsona..Launidad
lo referente a qué lrrsona s€remos. Si podemos olvidar todo lo ¿. r ñi.Ji"-;;t;.*íiüd"-il; ii o"i¿"¿-de toda la pauia de rel¡ciones de
i" .orráo.r" y l" ro.i"ter en que el individuo está involucrado, y que
involucrado en una serie de activídades, evidentemente dejamos "*p.ri"n.i"
;; ;.fl.j;-.; ia estrúctura de la persona;pero
'fa- m-uchor de los aqpecto¡ o caracteríe.
ticas de todo ese
ta u¡idad del
.rír* "" conciencia, de modo- queinclu¡iva
de lado esa parte de la persona. Tómese a una persona inestable, espíritu e8, en u¡r"rqo.il "" un¡- abstracciót de t¡ unidad má¡
*"1¡¿",- de la
ocúpesela con la conversación y al mismo tiempo oblíguesela a pefsone.
t77
ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
t76 GEORGE H. MEAD
están aquí presupuestos
cituación social y el proceso de la conducta en aqué-
19. L¡ s¡sp cpNÉrtc¡. DE LA PERSoNA por los actos de f"t átgt"it-os individuales involucrados
elemento sepatable' en
llos. El gesto surge .iit ,.'o social como un
sensibilidades hacia
Ahora se presenta el problema de cómo surge, en detalle, un¡ virtud del hecho d. ;;; t' "ttttiot'"do por las gesto en la
persona. Tenemos que destacar algo del fondo de esa génesis. En ól de otros orgarrirmos; no existe meramente comoun gesto para
de
primer lugar, está la conversación de gestos €ntre animales, quc .*p.ii.n.i" del lndividuo aislado. La significación de otro or-
ui orgrrrir-o, repitámoslo, se encontrará en la reacción
involucra alguna clase de actividad coop€rativa. Ahí, el comienzo del acto del primer organis'
del acto de uno es un estimulo para que el otro reaccione dc ganismo a lo que t ti"l toipletación
cierto modo, en tanto que el comienzo de esa reacción se torn¡ lro qo. dicho gesto inicia e indica' construir todo
a su vez un estímulo para que el primero adapte su acción a la A veces hablamos como si una p€rsona pudieseen palabras para tfas-
ponedo
reacción en marcha. Tal es la preparación para el acto completo, un argufnento €n su espíritu y luego tiene lugar
pensamiento
que al final conduce a la conducta, que es el resultado de esa prc' mitírselo a algún otro.'En "álidtd' nuestro que uno posea
posible
paración. Sin embargo, la conversación de gestos no entraña la p"r -.¿i. de alguna clase de símbolos' Ee
"silla" sin que exista un sím-
rcferencia del individuo, el animal, el organismo, a sí mismo. No en su exlrriencia la sü"ifit"ti¿" de
bolo, pero en €se a*o" "o pensaríamos en
"silla"' Podemos sen-
es el actuar de cierta manera lo que provoca una reacción en el orgr' que. hac€mos; es decir' nuestr¿
nismo mismo, aunque se trata de conducta con referencia a la con- tarnos en una silla sin p""üt en lo ya en
ducta de otros. Ernpero, hemos visto que existen ciertos gestos que
a la titt"'tt" sido presumiblemente provocada
"pr."i-".i¿n
experiencia, de modo que la significación
está pr€sente en
afectan al organismo del mísmo modo que af.ectan a otros organismos "r.rri" que posee1"lg"1L clae dc
y pueden, por lo tanto, provocar en el organismo reacciones de igual ella. Pero si uno pi."t" en la silla' tiene
símbolo para ella. it;;;dt sc trat€ dc ia forma de la silla'
puede
otro. Aquí, pues, tenemos una si-
carácter que las provocadas en el
ser la actitua qo. al sentarse' pero lo más probable
tuación en la que el individuo puede por lo menos provocar reac- "lopti "tgoi"" que provoca esa reacción'
ciones en sí y replicar a ellas, con la condición de que los estímulos es que sea algún ti"iuoro áe lenguaje
es que exista alguna clase
sociales tengan sobre el individuo el efecto gue es probable tengan En un proceso de pensamiento "ttt"tio que tien-
es decir,
de símbolo qo. po.ii ieferirse a esa
significación,
en el otro. Por ejemplo, tal es lo que está involucrado en el len- para otras Pñ¡onas en
guaje; de lo contrario, el lenguaje como símbolo significante des' da a provocar esta reacción y servir asimismo
de pensamiento'
aparecería, pu€sto que el individuo no obtendría la significación de .r. *rrti¿". Si no fuese así, no sería un proceso
0'
Nuestros símbolos son todos universales
No se puede decir
lo que dice. cosa que-uno diga'
nada que ,." particular; cualquier
El carácter peculiar poseído por nuestro medio social humano "bsotuirmente está diciendo algo
que tenga alguna tig"ifi*tiá"' es.r¡niversal'
Se
le pertenece en virtud del carácter peculiar de la actividad social, en alguien siempre que el
humana; ese carácter, como lremos visto, se encuentra en el pro-
y que provoca una t""*iOn específica
simbolo exisb para ese alguien' en su experiencia' como existe
ceso de la comunicación, y, más particularmente, en la relación '

triádica en que se basa la existencia de la significación: la relación ;;;; ;"". Exisie el lenguaie hablado v el lenguaje de las manos'
del gesto de un organismo con la reacción adaptativa hecha por otro o El pensamiento sc efcctúa en términostt;ialo oor medio de universale¡' lJn
organismo, €n su capacidad indicativa en cuanto señalador de la Ht*" ;;d;;;iil.
-otg.oi"t.ión iimplemente' el acto ¡ocial
univer¡al interpretado ex e iiterrelación de todo¡ tos
completación o resultante del acto que inicia (siendo la significa- cn cuanto un rodo,-.'i'i"li.it"¡t-lt control de suc reaccione¡ manifiesta¡'
lo¡ bdividuo¡ ¡eufudoa ;';i *;;;1i"cia¡"al interacciones individualcs en un acto
ción del gesto, de tal manera, la reacción del segundo organismo a '##;;;;i"" a. r". ?iriini"r'"i*o¿er .e
social dado, con reterJ,i.t;'il il;;;;;iJ¿i
á. t.r migmas eh cuanto_ ¡ettizadas
él como tal, o como gesto). Lo que, por así decirlo, saca al gesto cuando h¡bramos de
oor ros propios inoividuos, ec lo que-r.Jirr.
queremos significar
fuera del acto social y lo aísla €n cuanto tal que hace de él un universal; V ¿f" ¿'e-tir"rrri"" ir1""r lrt-!.ttüittts reacciones explícitas de
ttt que dicho acto s¿ refiera
algo más que una simple primera fase de un acto -lo individual- es los individuos i""oloilii*'?it!-tJq" *9t"i'
"ila retación de los medios físico¡
.1un oroyecto .orr.r.,I"i."".o'"iq;i.t-;úJ-i.o;o
la reacción de otro organismo, u otros organismos, hacia é1. Tal o
v sociiles para los fin-es-áeseadós) o las.a u-n-a discusión puram€nte abstr¡cta' como'
platónicas'
it-'J"tividaá ideas
reacción es su significación, o le proporciona su significación. La álii'ii"i'" li'iii'r?"-¿t
179
ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
178 GEORGE H. MEAD
en la técnica
de la talla de Wordsworth, que se interesaba muchoen sus prefa-
y puede haber también el lenguaie de la expresión de las faccioner. explica'
de la expresión poética' Wo'dsworth nqs
úno po.d. expresar lrna o alegría y provocar cieffas reacciones. Hay cómo sus poemas' en cuanto
cios y t"-bi¿r, en sus poesías'
.surgían
pueblk primilivos que pueden mantener complicadas conversaciones inmediato
el estímulo
mediante el solo empleo de las expresiones faciales. Aun en tate¡ ;;;;* -y nunca lu i*pt'i""tia misma era
proceso de encontrar en el len-
;;iañ expresión de la misma' Este
casos, la lrrsona que se comunica es afectada por la exPr€sión del q";;;Ate la emoción ottora experimentada' se
guaje la expresión
mismo -odo qo. eslxra que la otre p€rsona sea afectada' El pen- trata con el recuerdo de ella
lleva a cabo más fácilmente cua"do uno
samiento siempre involucra un símbolo que provoca en otro la misma experiencias extáticas como
que cuando r" .t.oat,,." uno €n mitad de
reacción que provoca en el pensador. Dicho símbolo es un univer- en su contacto con la natu-
sal de raciocinio; es de carácter universal. Siempre suponemos qu€ ;;.ih por las cuales pasó Wordsworth y ver cómo la expresión dada
nleza. IJno ticne que experimcntar
el símbolo que empleamos provocará en la otra persona la misma se sufren ahora en los levísimos
re-
reacción, siempre que forme parte de su mecanismo de conducta'
.iro."¿.-" t"r..".tiontt q"t que tenía grandes
cuerdos de las experi.Li"'- Alguien
dijo una vez
Una person" io" di.. algo, se está diciendo a sí misma lo que dice pot'i"i pos€ía- muchas ideas pero no podía
dificultadcs p"r" .,tt-iUi'
a los iemás; de lo contrario, no sabe de qué está hablando' que
Naturalmente, en la conversación de uno con otros hay una
.""t.t"ft el lenguaje quJnecesitaba' Se le dijo' correctamente'
gran parte que no provoca en la persona la misma reacción que des-
it p".ti" ,, .r.ribíi con palabras' no con ideas' carácter ge'nui-
catece de este
pi.rt" en los otros. Esto es particularmente cierto en el caso de las Gran parte de nuestra conversación
ella no sentimos deliberada-
-actitudes
emocionales. (Ino trata de amedrentar a alguien; pero no nanente estético; t"-i"'ttttt parte de
mente las emociones que provocarrlos'
No usamos normalmente
trata de am€drentarse a sí mismo. Además, existe toda una serie de nosotros la reacción €lnocio-
valores dados, en el lenguaje, que no tienen carícter simbólico' El estímulos de lenguaje para provocar en
provocando en otros' Por supuesto'
uno siente
actor tiene conciencia de esos valores; es decir, si asume cierta actitud, nal que estamos
lo-q-le busca cs' en
tiene conciencia, como decimos, de que esa actitud representa pena' ,i-piri" en las situaciones emocionales; pero en su pro-
En ese caso, está en condiciones de responder a su propio gesto' en fin de cuentas, lo que en el otro respalda al individuo provoca
algún sentido, como lo hace su público. No se trata de una situa- pil ..p.ti."cia' En el caso del poeta y el actor' el estímulo
la,fu¡ció¡r
en el artista lo que despierta ei el otro'.pero
no es ésa
cién natural; uno no es actor durante todo el tiempo' En ocasiones que la persona-que esté rurlosa
actuamos y nos pfeguntamos qué efecto tendrá nuestra actitud,
y ,t'"torrf del lenguaje; no suponemos
de voz provoque en sí el ,trno' q'it €stá
provoc"'áo utt alguna otra' La
puede que empleemos deliberadamente cierto tono para
acto no provoca ditectamente €n
nos-
prouo."t cierto resultado. Tal tono provoca €n nosotros la misma irrr. i**i.nal de nuestro
otro' Si una persona se muestra
ieacción que la que queremos provocar en algún otro' Pero una otros la reacción que provoca en el ¿6¡i-
hostil, la actitud dti ;;;t ti lt qot ella está interesada
gran parte de lo que ocurre en la conversación no tiene esta caracte-
tud que fluye natutalmente de su tono
airado- no es -r¡¡¿
una actitud
rística simbólica. por
sí misma' No nos asustamos
Es tarea, no sólo del actor, sino también del artista, encontrar la ;;; ;*.t";a definidamente en para asustar a algún otro' Por el lado
clase de expresión que provocará en otros lo que está sucediendo
en un tono que podamos emplear
con un grande del gesto vocal' no
é1. El poeia lírico tiene una experiencia de belleza estremeci- emocional, qu€ es una parte sumamente
miento-emOcional, y, como artista que emplea palabras, busca aque' semejante' la reacción que
provocamos en nosotros' en proporción
llas que responderán a su actitud emocional y que despertarán en provocamos en otros como 1o hacemos
en el caso de la conversación
otros la actitud que él mismo tiene. Sólo puede pon€r a prueba sus provocar en nosotros el tipo de
significante. En ésta tenemos que
resultados en sí mismo, viendo si las palabras provocan en él la reacción qua despertamos en otros;
tenemois que saber lo que esta-
reacción que quiere pfovocar en otros. En cierto modo, se encuen- que provocamos en nosotros
mos diciendo, y la actitud del otro,
tra en la misma situación que €l actor. La primera experiencia di- Racionalidad significa que el tipo
mismos, controla lo que decimos'
recta e inmediata no reside en la forma de comunicación. En este te- otros debería sel provocado del mis-
de reacción qo. p*ot'mos en
freno tenemos una aclaración interesantísima por parte de un Po€ta
illil'
ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t8l
180 GEORGE H. MEAD
mo modo en nosotros, y que esa reacción, a su vez' debería ocuper que nos ocupa en el jardín de infantes, donde los papeles que los
su lugar en lo tocante a determinar qué otra cosa diremos y haremor. niños asumen son convertidos en bases para la educación' Cuan-
Lo esencial para la comunicación €s que el símbolo despiette en do el niño adopta un papel, tiene en sí los estímulos que provocan
esa reacción o grupo á. ,eac.iottes especiales' Por supuesto'
puede
la persona de uno lo que despierta en el otro individuo. Tiene quc
tener esa clase de universalidad para cualquier p€rsona Que se eñ' huir cuando es perseguido, como lo hace el perro, o puede volverse

cuentre en la misma situación. Existe una posibilidad de lenguajc y devolver el goipe, como lo hace el p€rro en su juego' Pero eso no
es lo mismo qrr. jugar a algo. Los niños se unen para
"jugar a los
cada vez que un estímulo puede afectar a un individuo como afect¡
a otro. En el caso de una persona ciega como Helen Keller, se trata indios,'. Esto signirica que el niño posee cierta serie de estímulos
de una experiencia de contacto que podría ser dada a olro como le que provocan en él las reacciones que provocarían en otros y que iliilljii

es dada a ella. Con esa clase de lenguaje fué construído el espíritu i.rpond.t a un indio. En el período de los juegos, el niño utiliza sus
de Helen Keller. Como ella lo ha reconocido, sólo cuando logró p.ápias reacciones a esos estímulos que emplea para construir una
€ntrar en comunicación con otras lrrsonas por medio de símbolos, p.r*nr.Lareacciónquetienetendenciaahaceranteesosestímu-
-Por
pudo provocar en sí las reacciones que ellos provocan en otras pergo- ios, organiza a éstos. ejemplo, juega a que se está ofre-ciendo
algo, y lo compra; se entrega una carta y la recibe; se habla
a sí
nas, a fin de obtener lo que denominamos un contenido mental, o arresta como si
una p€rsona. ,r,ir-o como si hablase a un padre, a un maestro; se
fuese un policía. Tiene una serie de estímulos qu€ provocan e¡ él la
Otra serie de factores básicos en la génesis de la persona está grupo de reac-
representada por las actividades lúdicas y el deporte' clase de reacciones que Provocan en otros' Toma ese
Entre los pueblos primitivos, como he dicho, la necesidad de ciones y las organiza en cierto todo. Tal es la forma más sencilla
distinguir entre la lxrsona y el organismo fué reconocida en lo que de ser otro p"i" la propia persona. Ello involucra una situación
temporal. El niño di.. en un pap€l y responde en otro- papel'
nosotros llamamos "el doble": el individuo tiene una persona cosi- "rg"
ficada que es afectada por el individuo como ella afecta a otros indi- y .nton.., su reacción en el otro papel constituy€ un estímulo para
viduos, y que se distingue del organismo inmediato en que puede ál .n el primer pepel, y así continúa la conversación' Surgen en él
abandonar el cuerpo y volver nuevamente a é1. Ésa es la base del
y en su otra personificación ciertas estructuras organizadas qu€ se re-
concepto del alma como entidad separada. plican y mantienen entre sí la conversación de gestos'
Encontramos en los niños algo que responde a ese doble, a sa- Si comparamos el juego con la situación en un deporte organi-
ber, los compañeros invisibles, imagínarios, que muchos niños pro- zado, tdveitimos la diierencia esencial de que el niño que interviene
ducen en su ptopia experiencia. De esa man€ra organízan las reec- en un deporte tiene que estar preparado para adoptar la actitud de
ciones que provocan en ottas lxrsonas y también en sí mismos. Por todos los otros involucrados en dicho deporte, y que esos diferentes
supuesto, este jugar con un compañero imaginario es no más que papeles deben tener una relación definida unos con otros' Toman-
del
una fase particularmente interesante del juego corriente. El juego io un juego sencillo como el cscondite, todos' con excepción no
en ese sentido, especialmente la etapa que precede a los deportes que se óculta, son una persona que persigue' Un niño necesita
más que la persona qo. ., perseguida y la que persigue' Si
juega
organizados, es un juego a algo. El niño juega a ser una madre, un
,rri.rtro, un policía; es decir, adopta diferentes papetes, como decimos .n .l prim., sentido, iontittúa jugando, pero no se ha conquistado
nosotros. En lo que llamamos el juego de los animales tenemos algo ,ringu-rr" organización básica. En esa primera etapa' pasa de un
que sugiere eso: una gata juega con sus gatitos, y los perros jue- prpil otro según se le dé el capricho' Pero en un deporte en que
"
están involucrados una cantidad de individuos, el niño que adopta
gan entre sí. Dos perros que juegan, se atacan y se defienden' en
o¡ p.o...o que, si fuese llevado tealmente a efecto, resultaría una un papel tiene que estar dispuesto a adoptar el papel de cualquier
verdadera riña. Existe una combinación de reacciones que frena la otro. Si se encuentra en la novena base de un partido de bóisbol'
tiene que tener involucradas las reacciones de cada posición en
la
profundidad del mordisco. Pero en tal situación, los perros no adop- a fin de poder
ir' on papel definido en el sentido en que un niño adopta delibera- propia. Tiene que saber qué harán todos los demás

damente ei papel de otro. Esta t€ndencia por patte de los niños es la s.gui. con su propio juego. Tiene que adoptar todos esos pape-
181
ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
t82 CEORGE H. ÑIEAD
en cuanto distinto del deporte se encuentra en los
mitos y en varios
les. No es preciso que estén todos presentes en la conciencia al en
mismo tiempo, pero en algunos mom€ntos tiene que tener a tres o
J" l* juegos que llevan " .abo pueblos primitivos' especialmente
que encontramos
cuatro individuos presentes en su ptopia actitud' como, 1nr ejem- las ceremonias religiosas. La actitud lúdica pura
puede no encontrarse €n aquéllos'
plo, el que está por arrojar la pelota, el que la recibirá, etc. En el en el caso de los niños pequeños
que los participantes son adultos' e indudablemente la rcla'
deporte, pues, hay una setie de ieacciones de los otros, de tal modo ;;;" s€ €n-
ortanizaáas, que la actitud de uno provoca la actitud adecuada .iOn d. esos procesos de juego con lo que ellos interpretan pri'
cuentra, más o menos, ii"tá en el espíiitu de los pueblos más
del otro.
nritivos.Enelprocesodeinterpretacióndetalesritualesexisteuna
Esta organizaciín es expresada en la forma de normas para el con lo que
juego. Los niños dedican un gran interés a las reglas' Las impro- organización de juego que podiía quizá ser compatada
oi.rn .r, el acto, a fin de ayudarse a salvar dificultades. Parte del
tiáe lugar .r, .f j"i¿it de infantes, en el juego de los chiquillos'
o r€-
tendrá una estructura
placer del juego reside en esrablecer esas reglas. Ahora bien, las te- cuando se reúne a éstos en un equipo que juego
en el de
lación definida. Por lo menos "tg" a" eso se descubre
llrr .on la'serie de ttacciones que provoca una actitud especial. Uno los pueblos primitivos. Esta clase de actividad'
por supuesto' no co'
puede exigir una determinada reacción a otros, si adopta cierta acti- de la gente en su trato con los objetos
iud. Estas reacciones están también en uno mismo. Así se obtiene .*rpon¿. aia vida cotidiana
conciencia de
que la rodean ----€n ese caso tenemos una actitud de
una serie organizada de reacciones como aquellas a las que me he
referido, una serie un tanto más complicada que los papeles que se
ú -ás o menos desarrollada-, 3i¡6 a su actitud haciaenlas fuerzas
su actitud
que la rodean, fr".ia ti nattraleza dela cual depende;
descubren en el juego. Aquí, hay solamente una serie de reacciones e rnclerta' tenemos una.,reacción
que se siguen las-unas a las otras indefinidamente. En tal etapa deci-
hacia esta naturaleza que es vag;-
expresión en la
mucho más primitiur,'y t'" reacción encuentra su
mos que el niño no tiene todavía una lrrsona completamente desarro- juego a la expresión de sus dioses
det papel del otro, en el
llada. El niño reacciona en forma suficientemente inteligente a los "¿.p.i¿n cumplimiento de cie¡tos ritos que son la represen-
y-r-ris t¿ro.t,
estímulos inmediatos que llegan hasta é1, pero estos estímulos no ""if y héroes' El pro-
tación de lo que ,. .opán. que hacen dichos dioses
están organizados. No organiza su vida como querríamos que lo
c€sosedesarrollahastaconvertirseenunatécnicamásomenosdefi.
hiciera, es decir, como un todo. No hay más que una serie de reac- ha surgido
ciones del tipo de las del juego. El niño reacciona a ciertos €stímu-
;ú;, y es dominado; y sin embargo podemos decir quejuegan a ser
los, pero no es una Prsona completa. En su deporte tiene que te-
d. uná situación similar a aquella en que los chiquillos
padre, a ser maestro personalidad€s que están cerca de ellos
,r., orr" organización de esos papeles; de lo contrario, no puede -utg"t
y que les afectan 1 de las"cuales dependen' Esas son las personali-
jugar. El deporte reprcsenta el paso en la vida del niño, desde la y en €-s-a med.ida do-
dades que adoptan, los papeles que interpretan'
adopción del papel áe oros en el juego hasta la pafie organízada jardín de infantes
que es esencial para la conciencia de sí en la acepción completa del
*inan el desarrollo de su propia personalidad' El
trata de conseguir precisamente ese resultado' Toma
los caracteres
término.
estos sere^s vagos y los pone en tales relaciones
sociales
cle todos
mutuas,organizadas,quelogranconstruirelcarácterdelchiqui-
desde afuera
llo ?. El hecho de r" ,oi. intráducción de organización-
20. El ¡ueco, EL DEPoRTE Y EL oTRoGENERALIZADo
supone una falta de organización en ese período-de la experiencia
del niño y de los pue-
Hablamos de las condiciones sociales bajo las cuales la persona
del niño. En compara.ián ton tal situación
blos primitivos, tenemos el deporte como tal'
surge como un objeto. En adición al lenguaje, encontramos dos y el juego
La diferenci, foná,-tntal que existe entre el deporte
ejemplos: uno en el juego y el otro en el deporte, y quiero resu- que tener la actitud de
está en que, en .i--ntirntt", el niño tiene
mir y ampliar mi explicación de esos puntos. He hablado de ellos juego mismo' Las
todos los demás q.t. .ttan involucrados en el
desdá el punto de vista de los niños. Naturalmente, podemos refe-
rirnos t.-bién a las actitudes de los pueblos más primitivos, en los ? ["The of Play to Education" IJnioersít¡ of Chícago Record'
Relation '
que ha nacido nuestra civilización. Una notable ilustración del juego | (189-6'97), Págs. 140 v ss'l
184 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 185

actitudes de las demás jugadas que cada parricipanre debe asumi¡, grupo social, tomándolas como un todo, tiene que actuar con rela-
se organiza en una especie de unidad y es precisamente la organi- ii¿tt diferentes empresas sociales que en cualquier momento dado
zación lo que controla la reacción del individuo. Anteg usamos l¡ dicha"sociedad ejecuta, o con relación a las distintas fases mayores
ilustración de una lrrsona jugando al béísbol. cada uno de sus pro. del proceso social general que constituye la vida de tal sociedad y
pios actos es determinado por su expectativa de las acciones de lo¡ de li cual dichas empresas son manifestacíones específicas. Esa in-
otros que están jugando. Lo que hace es fiscalizado por el hecho dc corporación de las actividades amplias de cualquier todo social dado,
que él es todos los den\ás integrantes del equipo, por lo menos en l¡ o sociedad organizada, al campo experiencial de cualquiera de los
medida en que esas actitudes afectan su reacción particular. Tenc- individuos involucrados o incluídos en ese todo es, en otras palabras,
mos entonces un "otro" que es una organización de las actitudet ta base esencial y prerrequisito para el pleno desarrollo de la persona
de los que están involucrados en el mismo pr(xeso. de ese individuo; sólo en la medida en que adopte las actitudes del
La comunidad o grupo social organizados que proporciona al grupo social organizado al cual pertenece, hacia la actividad social
individuo su unidad de persona pueden ser llamados "el otro gene- órganizada, cooperativa, o hacia la serie de actividades en la cual ese
ralizad.o". La actitud del otro generalizado es la actitud de toda la grupo está ocupado, sólo en esa medida desarrollará una persona
comunidad 8. Asi, por ejemplo, en el caso de un gn¡po social como completa o poseerá la clase de persona completa que ha desarro-
el de un equipo de pelota, el equipo es el otro generalizado, en l¡ lladó. y, por otra parte, los complejos procesot¡ y actividades coolr-
medida €n que interviene --<omo proc€so organizado o actividad fativos y funciones institucionales de la sociedad humana organizada
social- en la experiencia de cualquiera de los miembros individualec son, también, posibles sólo en la medida en que cada uno de los
de é1. individuos involucrados en ellos o pertenecient€s a esa sociedad pue-
Si el individuo humano dado quiere desarrollar una lrrsona en dan adoptar las actitudes generales de todc €sos otros individuos con
el sentido más amplio, no €s suficiente que adopte simplemente lar referencia a esos proc€sos y actividades y funciones institucionales,
actitudes de los otros individuos humanos hacia él y de eilos ent¡e y al todo social de relaciones e interacciones experienciales de ese modo
sí dentro del proceso social humano, e incorpore es€ proceso sociar constituídas puedan dirigir su conducta de acuerdo con ello'
como un todo a su experiencia individual, meramente €n elxrs térmi- -y
Es en la forma del otro generalizado que los procesos sociales in-
nos. Además, del mismo modo que adopta las actitudes de los otros fluyen en la conducta de los individuos involucrados en ellos y
individuos hacia él y de ellos entre sí, tiene que adoptar sus actitudes qrr. lot llevan a cabo, es decir, que es en esa forma que la comuni-
hacia las distíntas fases o aslxctos de la actividad social común o serie áad ejerce su control sobre el comportamiento de sus miembros indi-
de empresas sociales en las que, como miembros de una sociedad viduales; porque de esa manera el proceso o comunidad social entra,
organizada o grupo social, están todos ocupados; y entonces, gene- como factor determinante, en el pensamiento del individuo. En el
ralízand,o esas actitudes individuales de esa sociedad organizada o p€nsamiento abstracto el individuo adopta la actitud del otro gene-
ralizado8 hacia sí mismo, sin referencia a la expresión que dicho
_ 8 Es posible que loc objetos inanimados, no menos que ottos o¡qanismo¡
humanos, fo¡men part.e det otro genenlizado y organirrio io.ptiiimente
socializado--, en relación con algún individuo humaño dado, en ta medida en 8 H€mos dicho que la contersación interna del individuo consigo mismo cn
qu'e éste r.esponda_ a tales objetos socialmente o en un¿ fo¡ma social (por medio t¿r-¡"át-á*- p;l;úr-;
-¿.i testos significantes -le conver¡ación -
quc
-constituye el
del mecanismo del pensamiento, por ta converseción de gestos subietivad'al-. cort- iensamieíto-- es mantenida por el individuo desde et
quier coca ----<ualquier objeto o serie de objetos, animados o inalimados, hum¡- "'iá.ir.-"-1.,'iriá"¿
;;;,;i.-"iri; i.i;'oito generalizado". Y cuanto más abstracta es la convetgación,
más apartado está el otfo
-animales o simplemente físicos-- haci¡-la cual él actúe, o a la que ie"ccione i""rt" -¿r-"ttit".to r..ült" ser el pensamiento, tanto-
nos,
cocialmentc, es un eler¡ento en- el_,cuat, parz é1, está el otro g*eralizaáo;; ;¡ú: ,Ii.i¡rr"á. ¿. .o"iqui.r conexión cbr\ individuosla particulares.. O sea que e-special-
tando las actitud¿s de éste hacia é1, se tórne consciente de sí-como objeto'o indi- conversación,. por el individuo'
il;;;;';.1 p*r"-¡int" abstracro es mantenida individuo particular. Es así, por
viduo, y de tal-modo desarrolla una personr o_ personalidad. Así, p"or ejempto, ;;;-;1 ;r; ieneralizado, antes que con ningún
el .culto, en su forma primitiva, es simptemente la" corporización sociatláe-ii iela- eiemolo. qu.- tos conceptos abstiactos son ionceptoe enuniiados- en términoc de
ción,entr€ el grupo social dado, o comunidad, y eu-medio fisico- una forma ij"""iii*a1i-¿.-ioá" .i'gtopo o comunidad sociit; son e¡unciados sobre.la base
social organizada, adoptzda por. los miemb¡os ináividuales de ese grupo á .o-u- J" U-..i.i*.i" q". ¿ ifiiui¿o" tiene de las actitudes-del otro generalizado hacia
nidad, de entrar en relacienes gociales corf ese medio, o (en un centidó) ?e mantener ;l; ;;;;;;rrüráo ¿. que él ha adoptado esasque actitudes del o6o generalizado
conve'saciones con él; y de esa manera el ambiente se convie¡tc en parte áei otro u lu.no reaccionado a ellas. Y es así, iambién, las proposiciones abstractas
generalizado_to_tal para cada uno de los miembros individu¡les dei grupó-socirl óon e¡iunciadas en una forma que cualquiera otro individuo intelrg€nte-
o comunidad dados. puede aceptar. -cualquier
;lilli
l'iltl
,i
186 GEORGE H. MEAD EsPfRITU, PERSoNA Y socIEDAD 187 'l
:l
otro generalizado pueda asumh en algún individuo determin¡doi
tos, tales como los partidos políticos, los clubes' las co4roraciones'
y en el pensamiento concreto adopta esa actitud en la medidr que son todos, en realidad, unidades sociales funcionales'
en térmi-
en que es expresada en las actitudes hacia su conducta por
te de aquellos otros individuos junto con quienes está
ptf. n* d. los cuales sus miembros individuales se encuentran directa-
o
li
mente relacionados los unos con los otros' Las otras
invllucr¡do son clases I

en la situación o el acto social dados. p"ro rot" aaoftanao


rr ,o¡gropo, sociales abstractos, tales como la clase de deudores
y la
i

actitud del otro generalizado hacia él u miembros indivi'


-{n una otra de c¡¡¡ clase de acreedores, en términos de las cuales sus
maneras- Ie es posible pensar, porque sólo así puede darse p.n. unos con otros sólo más o menos indirec-
duales están relacionados
samiento. Y sólo cuando ros individuos adoptan ra "t o funcionan como
actitud o tamente, y que sólo más menos indirectamente l

actitudes del otro generalizado hacia sí mismos-, sólo entonces o representan posibilidades
hace posible la existen cie de un universo de raciocinio,
I unidades sociales, p€ro que proporcionan
como al ilimitadas para la amptiación, iamificación y enriquecimie-nto de las I

sistema de significaciones sociales o comunes que el pensamiento


relacionessociales.nt,.todo,losmiembrosindividualesdelasocie. ill
La participa-
dad dada en cuanto un todo organizado y unificado'
presupone.
El individuo humano consciente de sí, pues, adopta o asumc ción del individuo dado en variis de esas clases o subgrupos sociales
las actitudes sociales organizadas del grupo social o comunidad relaciones sociales (por
abstractos posibilita su entrada en definidas
dada (o de una parte de ella) a la que p"it.n..., hacia los problemar
indirectasquesean¡conunacantidadcasiinfinitadeotrosindi- u
sociales de distintas clases que enfrentan a dicho grupo
o .o-uni. uidoo, que también pertenec€n a ---o están incluídos
en- una
dad en cualquier momento dado y qu€ surgen en conexíón que atraviesan las
con la¡ otra de esas clases o grupos sociales abstractos'
correspondientes empresas sociales o tareas cooperativas unas de otras a las
organiza- tíneas funcionales d. á.m"r.,.ión que sElaran
distintas comunidades sociales humanas y que incluyen.
das en las que dicho grupo o comunidad, como tal, está a miem-
Y, como participante individual en esas tareas sociares o ".'opr¿o.emprelra! bros individuales de varías (en algunos casos de todas)
de esas
cooperativas, gobierna, de acuerdo con ellas, su propia de indi'
conducta. En comunidades. De esas clases o'subgrupos sociales abstractos
política, por ejemplo, el individuo se identifica con-todo la defí'
un pirtido viduos humanos, la más amplia y extensa es' por supu€sto'
político y adopta las actitudes organizadas de todo ese partidl
,rid" po, el universo lógíco de iaciocinio (o sistema de
símbolos
hacia
el resto de Ia comunidad social dada y hacia ros prout.ri"* qu"
i por la participación e inter-
tie- significantes universalesf determinado
ne que hacer frente el parrido dentro de la situación sociar porque, de todas clases
d)d^; y, comunicativa de ios individuos; esas.
en consecuencia, reacciona en términos de las actitudes organizadac ".i.i¿r, de miembros indivi-
o subgrupos, es la que qiene el mayor "ú-tto
del partido como un todo. De tal modo entra en una
serie especiar de duales,cosaquepermite'alamayorcantidadconcebibledeindivi-
relaciones sociales con todos los demás individuos qo. p.rtirr...r, mutua' por
duos humanos entrar en alguna clase de relación social
ese partido político; y de la misma manera entra en varias del fun-
otras" o abstracta que ella pueda 3s¡
indirecta
que surge
-¡gt¿siSn en €l
cionamiento universal de los gestos como símbolos significant€s
series especiales de relaciones sociales, con varias otras clases
de indi-
viduos, respectivamente, €n las que ros individuos de cada una de proceso general de la comunicación social humana'
esas clases son los otros miembros de alguno de ros subgru¡ros generales en el pleno
par- He señalado' pues' que existen dos etapas
ticulares organizados (determinados en términos socialireite fun- etapas' la persona
desarrollo de la persona. En la primera de dichas
cionales) de los que él mismo es miembro dentro de toda la socie- por una organización de
dad dada o comunidad sociar. En ras comunidades sociales más -r.tito¿..está constituída simplemente
individual y
i", particulares de otros individuos hacia el individuo
altamente desarrolladas, organizadas y complicadas en los actos sociales
desarro- de las actitudes de los unos hacia los otros'
lladas por el hombre civilizado-, estas distintas clases -las
o subgru¡ros específicos en qu€ aquél participa con ellos' Pero en la segunda eta-
socialmente funcionales de individuos a las que p€rtenece cualquier del individuo' €sta persona
;;JJ;"-pl.ü d.tnttotlo de la persona
individuo dado (y con los otros miembros ínái.riJuales de los cuales no sólo por una organrzación de las actitudes de
esos
está constituída,
entra, de tal modo, en una serie especial de relaciones sociales) son de las
de dos clases. Algunas de ellas son craoes o subgrupos
ii¿iui¿o* particulares, ,i,,o tambión por una organizaciín un todo'
grupo como
sociales .án.*- actitudes sociales del otio generalizado' o social
ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 189
188 GEORGE H. MEAD
al cual pertenece. Estas actitudes sociales o de grupo son incorporr- medida se convierte en un miembro orgánico de la sociedad. Se in-
das al campo de la experiencia directa del individuo e incluíd¡r corpora la moral de esa sociedad y se convierte en un miembro esen'
como elementos €n la estructura o constitución de su persona, dcl ciaf de ella. Pertenece a ella en el grado en que permite que la
mismo modo que las actitudes de otros individuos particulares; y ¡ctitud del otro, que él adopta, domine su propia expresión inme'
el individuo llega a ellas, o logra adoptarlas, gracias a que otganiza diata, Una especie de proceso organizado está aquí involucrado'
y luego generaliza las actitudes de otros individuos particular€s en Lo que es expresado en tórminos del deporte €s, por supuesto, con-
términos de sus significaciones e inferencias sociales organizadas. Dc tinuamente expresado en la vida social del niño, pero este proceso
tal modo la persona llega a su pleno desarrollo organizando esal más amplio vi más allá de la experiencia inmediata del niño' La
actitudes individuales de otros en las actitudes organizadas socialc¡ importancia del deporte estriba en que éste reside enteramente dentro
dc ia experiencia del niño, y la importancia de nuestro tipo
de edu-
o de grupo y, de esa man€ra, se convierte en un reflejo indivi- como
dual del esquema sistemático general de la conducta social o de gru- cación ,nod.rn" consiste en que es llevada tan lejos resulta
posible dentro de reino. Las diferentes actitudes que asume un
po en la que ella y los otros están involucrados '--{squema quc ese
defi-
niño están organizadas de tal manera, que ejercen un control
interviene como un todo en la experiencia del individuo, en términoc
de esas actitudes de grupo organizadas que, mediante el mecanismo nido sobre su reacción, así como las actitudes en un deporte con-
del sistema nervíoso central, adopta para sí del mismo modo que trolan su reacción inmediata. En el deporte logramos un otro
adopta las actitudes individuales de otros. organizado, un otro generalizado' que se halla en la naturaleza mis-
El deporte tiene una lógica, cosa que torna posible tal organi- ," d.l niño y .rr.o*tr, zu expresión en la experiencia inmediata
de éste. Y esa actividad organizada de la naturaleza del niño,
que
zac\ón de la persona: es preciso obtener un objetivo definido; la¡ y cons-
controla la reacción especial, es la que proporciona un'idad
acciones de los distintos individuos están todas relacionadas enttt
sí con referencia a ese objetivo, de modo que no entran en conflicto: truye su Persona.
uno no está en conflicto consigo mismo en la actitud de otro hombrc Lo que ocurre en el deporte ocurre continuamente en la vida del
del mismo equipo. Si uno tiene la actitud de la persona que arroja niño. Este adopta continuamente las actitudes de los que le rodean,
especialmente los papeles de los que en algún sentido le dominan
y
la pelota, puede tener también la reacción de atrapar la pelota. Am'
bas están relacionadas de manera de contribuir al objetivo del de- de tos que depende. Al principio entiende la función del proceso

¡rorte mismo. Están interrelacionadas en una forma unitaria, orgá' en una forma Ell" ptt" del juego al deporte en un sentido
nica. Existe, pues, una unidad definida, que €s introducida en la
"brtr".t".
real. El niño tiene que participar en el deporte' La moral del deporte
se apodera del niño .on -tyot fverza que la moral más amplia
de
organización de otras p€rsonas, cuando llegamos a la etapa del
deporte, en comparación con la situación del juego, en la que hay la comunidad. El niño entra en el deporte y éste expresa una situa-
puede
una simple sucesión de un papel tras otro, situación que es, por su- ción social en la que puede intervenir por completo; su moral
tener mayorutr"..iótr para él que la de la familia a la cual
peftenece
puesto, característica de la personalidad del niño. El niño es una
cosa en un momento y otra en otro, y lo que es €n un momento o la de la comunidad en la que vive' Hay toda clase de organiza-
otras
dado no determina lo que será en el siguiente. Eso constituye, a la ciones sociales, algunas de las cuales son bastante duraderas'
vez, el €ncanto de la niñez y su imperfección. No se puede contar temporarias, y en ellas el niño penetra y juega una especie de deporte'
con el niño; no se puede suponer que todas las cosas que él haga Es un período en que le agtada "pertenecer", e ingresa en organi-
determinarán lo que hará en un momento dado' No está otganiza' zaciones que nacen y desaparecen. Se convierte en algo que puede
do en un todo. El niño no tiene catácter definido, personalidad funcionar en el todo organizado, y de tal manera tiende a determi-
definida. proceso cons-
narse en su relación con el grupo al que lxrtenece' Ese
El deporte, constituve, así, un ejemplo de la situación de la tituyeunanotableetapaeneldesarrollodelamoraldelniño.Le
que surge una lxrsonalidad organizada, En la medida en que el a la
convierte en un miembro, consciente de sí, de la comunidad
niño adopta la actitud del otro y permite que esa actitud del otro
determine lo que hará con referencia a un objetivo común, en €sa cual pertenece.
iiill'u
190 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD l9l
Tal el proceso por el cual surg€ una personalidad. He hablado
es la sociedad, más definidamente universales deben ser esos objetos. iitl

de él como de un proceso que esencialmente tiene lugar mediante el De cualquier modo, es preciso que haya una serie definida de reac-
empleo del lenguaje. El lenguaje está predominantemente basado ciones, a las que podemos considerar abstractas y que puetlen p€lte'
en el gesto vocal gracias al que se llevan a cabo las actividades coop€- necer a un grupo sumamente amplio. La propiedad es en sí un
rativas de una comunidad. El lenguaje, en su sentido significante, concepto altamente abstracto. Es lo que el individuo mismo, y nadie
es ese gesto vocal que tiende a despertar en el individuo la actitud más, puede dominar. La actitud es distinta de la de un perro hacia ill
que despierta en otros, y este perfeccionamiento de la persona por un hueso. [Jn perro luchará contra cualquier otro perro que trate
medio del gesto es el que interviene en las actividades sociales de las de arrebatarle el hueso. No adopta la actitud del otro perro. Un
que surge el proceso de la adopción del papel del otro. Esta últirna hombre que dice "ésta es mi propiedad" está adoptando una actitud
frase es un tanto ínfortunada, en cuanto que sugiere una actitud de de la otra persona. Apela a sus derechos, porque puede adoptar la
actor que es en rigor más compleja que la involucrada en nuestr¡ actitud que tienen todos los demás del grupo con referencia a la
experiencia. En ese sentido, no describe correctamente lo que quiero propiedad y, de tal manera, provoca en sí la actitud de los otros'
decir. Vemos ese proceso más definidamente, en una forma primi- La organización de las actitudes comun€s al grupo es'lo que com-
tiva, en las situaciones en las que el juego del niño adopta distintos pone a la persona organízada. [Jna persona es una petsonalidad por-
papeles. En ellas, el solo hecho de que esté dispuesto pagú dinero, que pertenece a una comunidad, porque incorpora las instituciones de
por ejemplo, provoca la actitud de la persona que recibe ^ dinero: el dicha comunidad a su propia conducta. Adopta el lenguaje como un
proceso mismo despierta en él las actitudes correqlondientes de Ia medio para obtener su p€rsonalidad, y luego, a través de un proceso
otra persona involucrada. El individuo se estimula a sí mismo para de adopción de los distintos papeles que todos los dernás propor-
experimentar la reacción que está provocando en la otra persona, cionan, consigue alcanzat la actitud de los miembros de la comu-
y luego actúa, en cierto grado, en reacción a esa situación. En el nidad. Tal, en cierto sentido, es la estructura de la personalidad
juego el niño actúa definidamente en el papcl que él mismo ha de un hombre. Existen ciertas reacciones comunes que cada indi-
provocado en sí. Eso, como he dicho, es lo que proporciona un con- viduo tiene lracia ciertas cosas comunes, y en la medida €n que dichas
tenido definido al individuo que responde al estímulo que le afecta reacciones son provocadas en el individuo cuando influye sobr€ otras
como afecta a algún otro. El contenido del otro que pen€tra en una personas, en esa medida surge su propia p€rsona. Entonces, la es-
personalidad es la reacción, en el individuo, gue su gesto provoca en tructufa sobre la cual está construída la persona es esa reacción
el otro. común a todos, porque, para ser una persona, es preciso ser miembro
Podemos ilustrar nuestrto concepto básico refiriéndonos a la de una comunidad. Tales reacciones son actitudes abstractas, pero
noción de propiedad. Si decimos: "Esta es mi propíedad, yo la con- constituyen lo que denominamos el carácter de un hombre. Le pro-
trolaré", la afirmación provoca una serie de reacciones que tiene porcionan lo que llamamos sus principios, las actitudes reconociilas
que ser la misma en cualquier comunidad en que exista la propie- de todos los miembros de la comunidad hacia lo que son los valores
dad. Involucra una actitud organizada con referencia ala propiedad, de esa comunidad. Se coloca él en el lugar del otro generalizado,
actitud que es común a todos los miembros de la comunidad. Uno que representa las reacciones organizadas de todos los miembros
debe tener una actitud definida de dominio de su propiedad y de del grupo. Esto es lo que guia la conducta controlada por los prin-
respeto de la propiedad de los otros. Esas actitudes (en cuanto series cipios, y una persona que posee semejante serie de reacciones orga-
organizadx de reacciones) deben existir en tdos, de modo que, nlzadas es un hombre del cual decimos que tiene carácter, en el
cuando uno diga una cosa, provoque en sí la reacción de los otros. sentido moral.
Estará provocando la reacción de lo que he llamado el otro genera- Es, pues, una estructura de actitudes lo que construye a una per-
lizado, Esas reacciones comune$, esas actitudes organizadas, con refe- sona, en cuanto distinta de un grupo de hábitos. Todos nosotros
rencia a lo que denominamos propiedad, los cultos de la religión, tenemos ciertos grupos de hábitos, tales como, por ejernplo, la ento-
Ios procesos de la educacíón y las relaciones de la familia, son las nación particular que una lxrsona da a las palabras que usa en
que hacen posible la sociedad. Naturalmente, cuanto más anplia su conversación. Esta es una serie de costumbres de expresión vo'
r92 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD l9l
cal que uno pose€ p€ro que no conocc; no escuchamos las ento- las personas de los otros miembros de su grupo social; y la estruc-
naciones de nuestra conversación que escuc.han otros, a menos que tura de su persona expresa o refleja la pauta general de conducta
les prestemos ura atención especial. Los hábitos de la erpreción del grupo social al cual pertenece, así como lo hace la estructuta
emocional que pertenecen a nu€stra palabra hablada son de la misma de la persona de todos los demás individuos pertenecientes a ese
clase. Podemos saber que nos hemos exptesado en fotma albotozt- grupo social.
da, pero el proceso detallado no vuelve a nuestra lrñsone conscientc.
Hay ¡nrciones completas de tales costumbres que no cntran €n una 2I. Lr PERSONA Y LO SUBJETIVO
persona consciente, Irro que ayudan a constituir lo que se deno.
mina la persona inconsciente. El proceso del cual surge la lxrsona es un ptoceso social que
En fin de cuentas, pof conciencia de cí gueremos cignificar un involucra la'interacción de los individuos del grupo e invclucra la
despertar, en nosotros, del gnrpo de actitudes que provocam(N en pre-existencia del grupo 0. Implica, también, ciertas actividades co-
otros, eslrcialmente cuando se trata de una seric de reaccioncs i¡r- operativas en las que participan los distintos miembros del grupo.
portantes qu€ €onstituyen a los miembros de la comunidad. Ee poco Involucra, además, que de ese proceso puede desarrollarse, a su tur-
correcto unir o mezclat conciencia, en el sentido en que corrientc- no, una organización rnás complicada que aquella de la que ha
ment€ empleamos el término, y conciencia de sí. Conciencia, tal surgido la persona, y que las personas pueden ser los órganos, las
como se usa frecuentemente, se refiete simplemente al campo de la partes esenciales al menos, de esa organización social más compli-
expenencia, pero la conciencia de sí ce rcfíere a la capacidad ¡nre cada dentro de la cual surgen y existen esas p€rsonas. Y así, existe
provocar en nosotros una serie de reacciones definidas que lrrte- un proceso social del que nacen las personas y dentro det cual tiene
necen a otros comlx)nentes del grupo. La conciencia y la concicncia lugar la diferenciación, evolución y organización ulteriores.
de sí no están en el mismo plano. IJn hombre tiene, sólo é1, afop La psicología ha mostrado tendencia a encarat la persona como
tunada o desdichadamente, acceso a su propio dolor de muelag, un elemento más o menos aislado e independiente, una especie de
Irro no es eso lo qu€ queremos decit cuando hablamos de conciencia entidad de la que se podía concebir que existiese por sí misma. Es
de sí. posible que hubiese una sola persona en el universo, si comenzamoc
Hasta ahora he subrayado lo que llamé las estructuras sobn por identificar la persona con cierto sentimiento-conciencia. Si con-
las que se construye la persona, el marco de la persona, ¡rcr ací sideramos ese sentimiento como objetivo, podemos pensar en esa
decirlo. Por supuesto, no somos solamente lo que es común a todos; p€rsona como exist€nte por sí misma. Podemos pensar de un cuer'
cada una de las personas es distinta de todas las demás; pero es pre- po físico separado como existente por sí mismo, podemos suponer
ciso que exista una estructura común como la que tre esbozado a que tiene los sentimientos o los estados conscientes en cuestión, y
fin de que ¡rodamos ser miembros de una comunidad. No podemor de tal manera podemos establecer esa clase de persona, en el pensa-
ser nosotros mismos a menos de que seamos también miembros en miento, como existente simplement€ por sí misma.
los que haya una cornunidad de actitudes qu€ controlan las acti- Luego hay otro empleo de "conciencia" del que nos hemos
tudes de todos. No podemos tener derechos a menos de que tenga' ocupado especialmente, el que denota lo que denominamos pensa-
mos actitudes comunes. Lo que hemps adquirido como personee miento o inteligencia reflexiva empleo de "conciencia" que siempre
conscientes de nosotras mismas nos convierte en miembros de la tiene en sí, implícitamente al menos, una referencia a un "yo". Este
sociedad y nos proporciona personalidad. Las personas sólo pueden empleo de "conciencia" no tiene necesariamente conexión con el
existir en relaciones definidas con otras lrrsonas. No se puede esta- otro; es una concelxión enteramente distinta. Un empleo tiene que
blecer un límite neto y fijo entre nuestra propia p€rsona y las de ver con cierto mecanismo, con cierta forma en que actúa un orga-
los otros, puesto que nuestra propia trrrsona existe y participa como nismo. Si un organismo está dotado de órganos de los sentidos,
tal, en nuestra experiencia, sólo en la medida en que las personas
0 La relación de los organismos individuales con el todo eocial del
de los otros exist€n y participan también como tales en nuestra cual scn miembros, es análoga a l¡ relrción de las células individuales de un
cual

experiencia. Et individuo posee una lrrsona sólo en relación con organismo multicclul¡r ccn ei organismo como un todo.
ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 195
194 GEORGE H. MEAD
entonces existen objetos en su medio, y entr€ tales objetos se Co- Es cierto que la reflexión, tomada en sí rnisma' es algo a lo
contrará parte de su propio cueq)o ro. Es cierto que si el organismO cual solarnente nosotros tenemos acceso. Uno elabora su propia
demostración de una proposición, cligamos de Euclides' y el
pen-
no tuviei una retina y un sistema nervioso central, no habrlr propia conducta' Por
objeto alguno de visión. Para que tales objetos existan, es precho samiento es algo que tiene lugar dentro de su
que haya ciertas condiciones fisiológicas, pero los objetos no est¡n' el momento, es una demostración que existe únicamente en su lrn-
ellos mismos, necesariamente relacionados con una lrrsona. cuando samiento. Luego uno la publica y entonces se convierte en propie'
Ilegamos a ser person a, elcatzamos cierta clase de conducta, cier- dad pública. H"rt" entonces sólo era accesible para é1. Existen otros
contenidos de esa clase, tales como las imágenes de la memoria
y
tolipo de proceso social que involucra la interacción de distintos
individuos, y Que, al mismo tiempo, involucra a individuos ocu- el juego de la imaginación, que sólo son accesibles al individuo'
pados en una sue¡te de actividad coolrrativa. En tal pfoceso puedc Hay una característica común a todos estos tipos de objetos' que
generalmente identificamos con la conciencil, y a este proceso'
que.
surgir, como tal, la Persona.
cierta clase de proceso á.nomin"mos de pensamiento, en cuanto que ambos s91' qor lo
Queremos distinguir la persona co¡no menos en ciertas fases, accesibles solamente pef2 el individuo. Peto,
estruitural en la conducta del individuo, de lo que denomina' planos
como he dicho, las dos eries de fenómenos se encuentran en
mos conciencia de los objetos gu€ son experimentados. No exir- común de accesibilidad
completamente distintos. Esta característica
te necesariamente una relación entte los dos. La muela que duelc quiero
no les concede necesariamente el mismo estado metafísico. No
es un elemento importantísimo. Tenemos que pfestarle atención. pero sí quiero insistir en
analizar ahora los problemas metafísicos,
En cierto sentido se ídentifica con la lxrsona' a fin de que podamoc que sufg€
el hecho de que la persona ¡rosee la clase de estructura
fiscalizar ese tipo de experiencia. Ocasionalmente tenemos experien-
en la conduda y es completamente distinguible de la llamada ex-
cias que, decimos, Irrtenecen al ambiente' Todo el mundo parec€
periencia subjetiva de esas sedes de objetos especiales a las que sólo
estar deprimido, el cielo se muestra sombrío, el tiempo está des-
agradabL, se hunden los valores en los cuales tenemos interés. No
.l organismo tien€ acceso --el carácter común de singularidad de
acceso no funde a una con otra.
identificamos necesariamente semejante situación con una trñKlna¡
La persona a que m€ he estado refiriendo surge cuando la con-
simplemente, sentimos en derredor nuestro cierta atmósfera. Llega-
sujetos a tales clases de depresión, y versación de gestos es incorporada a la conducta de la forma indi-
-o, " recordar que estamos vidual. Cuando esta conv€fsación de gestos puede ser incorporada
descubrimos en nuestro pasado ese tipo de experiencia. Y entonc€3
a la conducta del individuo, de modo que la actitud de las otras
sentimos algún alivio, tomamos una aspirina, o descansamos, y el
formas pueda afectar al organismo, y de modo que el organismo
resultado es que el mundo cambia de catácter. Hay otras experien-
puede replicar con su gesto correspondiente y de tal manera provocar
cias que, en iualquier mompnto, podemos identificar con las per-
la actitud del otro en su propio proceso, entonces nace una lrr-
,orr"r. cr"o que podemos distinguir con suma claridad entre ciertos sona. lncluso la sencilla conversación de gestos que puede ser man'
tipos de e:rlxriencias, que llamamos subjetivas porque sólo nosotro¡ tcnida en las formas inferiores puede ser explicada por el hecho de
tenemos a ellas, y la experiencia que llamamos reflexiva' que dicha conversación de gestos tiene una función inteligente. Aun
"...*
r0 Nuc¡t¡a *lccció¡ co¡¡t¡uctiva de .¡uc¡tro m¿dio e¡ lo proyecta
que denonrin¡mo¡ try una part€ de proceso social. si es incorponda a la conducta
.ip.i-.t *otido d.t El organicmo no cu¡lid¡dcr "lri
del individuo, no sól,o mantiene dicha función, sino que además
".oo.i.i.ü;.o tétmino'
l?,?lf *-Hl:Lfil':f t"T'"'iiü-e"111: adquiere mayor capacidad. Si yo puedo adoptar la actitud de un
fr:#1fl#nx'l"'.:i,':ffi
r.t.lit."t", o a aqucl en término¡ má¡ ;;ig" .or, .l cual sostendré una discusión, al adoptarytal actitud
illil, ¿I1..iüriJ"Já. .cn.que
jl'i.'.ili¡¿'i.liit"-lói otitnit-ó¡.biológico¡ -babl¡ndo
v lo¡ órsanor cqeciela dc
íf,li"r'.1-: i-i* ót¡to¡- alimcnticio¡' Si no bubi¿l organirnor podié aplicarla a mí mismo y replicar como él replica' podté dar
lo¡ ¡entido¡ ¿" ,urgrm¡.Iili que si no hubiese empleado en mi
.r;1.i1"1i"-iir:li.: -o.ho mejor forma a las cosas
ixt"f dÉ1ffi 'f 'tr{F-*Si;"::#l{"J:i'Hfi cn l¡ mcdid¡ gg que conducta esa conversación de gestos. Lo mismo rige en cuanto a ó1.
;l;;;¿;i" - nrirJ-l-fen"do ¡l c¡rácter dcl medio,
¡u.lt¡or o¡g¡ni¡mo¡ bum¡-
IrT.r'.iilñ'jii ;;i;;"i;";6-lon*ruc_tiva¡rmtc.por
-¿"pá¿l Es bueno para ambos meditar por anticipado acerca de la situación.
nor. y c! le mcdid¡ ."-qo. -d¿ la rclaci|¡i
.¡tF cl prinero (en cuento
cada individuo tiene que adoptar también la actitud de la comu-
de ial'modo rcleccio¡ado o construído) y lot úItlmor'
ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 197
t96 GEORGE H. MEAD
tal
cabo gtacias a la interacción de los individuos' Naturalmente'
nidad, la actitud genetalizada. Tiene qu€ estar preparado Para actuar mediante intet-
es la fárma en qu€ la sociedad progresa, precisamente
conreferenciaasuspropi"tcondiciones'talcomoactuaríacualquier de-una cosa'
acciones como aquellas en que una p€rsona piensa acerca
individuo de la comunidad. Continuamente cambiamo., at algunos sentidos, nu€stro sistema so-
Uno de ro, -"yoti* en el desarrollo de la comunidad
"Jtt"'t* cial, y podemos hacerlo inteligentemente porque lrnsamos'
y
eurgecuandoesareaccióndelacomunidadsobreelindividuoadopta
con ello fai.t..l proceso reflexivo dentro del cual surge la persona;
i"-i". ff""raremos fot-" institucional. Queremosensignificar
determinadas cir- lo que he estado tratando de hacer es distinguir esta clase de con-
q".=i.¿iri comunidai actúe hacia el individuo, cien.ia de la conciencia en cuanto serie de caracteres determinados
ninguna diferencia'
cunstancias, en una f"t-" ídéntica' No establece por por parte de cierta cl"se de objetos' al organismo'
alguna pertenencia r -Es la accesibilidad,
en relación con una frron, que le está robando cierto que nu€stro pensamiento no es más que pensa-
En esas condi-
uno, el hecho ¿. qo. t tt"te ?t Ju"", Pedro o Diego' -mientras
miento-1s accesible sólo al organismo. Pero ese carictet común
toda la comu-
ciones, se produce una reacción idéntica por
parte de que el pensamiento
de ser accesible solamente al organismo no hace
nidad. Es así coflro se forma una institución' o la persona se conviertar, .r, "1go que t€n€mos que identificar
con
brevemente'
Y ahora hay otra cuestión a la que quiero ¡eferirmedesaprob'ación un giopo de objetos simplementi accesibles' No podemos- identificar
la
La única forrna ." q"i p"¿tmos reeccionar contra de comu- l, irron" .on lo qo" .o-ú,,-ente se denomina conciencia' es decir'
una clase superior
de la cornunidad eniira es estableciendo
.oi t" presencia privada o subjetiva de los caracteres de los objetos.y
votos a la que
ii¿r¿, que, en cierto sentido, supere en número de ir en contre de Existe, por supuesto' una áisdnción común entre la conciencia
conocemos. urr" p"tt"it potat ílegar
al punto de experien-
ella sola contre el la conciencia de sí, en la que la primera responde a ciertas
todo el mundo q".-i.-io¿""; po.á. levantarse
o la del placer' y la segunda se ¡efiere a
a sí misma con la cias tales como la del d.olor
mundo. Pero, para t ili ttf toJa' ha dc hablarse :¡n reconocimi€nto o aparición de la persona como objeto'
Empero'
las voces del pasado y del futuro'
lo, a"la razói, Tiene que abarcar lograr rrna voz que por lo general ,. ,opon. que estos otros contenidos conscientes
puede
Br" .t la única forma .n qot la persona
ir""r, ,pi'..¡ada asimismo una conciencia de sí' que un dolor es
siem'
,"" *"yo, que la voz de la comunidad' Por lo general' suponemos a algún
p.e el áolo. de alguien, y que si no, existiese esa teferencia
;;.Jvoz generalll ir."-o"idad es idéntica a la cornunidad más individuo, no se trataría de dolor. Hay en esto un elemento
de ver-
costumbre orga-
ltrnti" del plsado y el futuro; suponemos que unacosas que uno no dad sumamente definido' pero está lejos de decirlo todo' El dolor
liÁa^ r"pr-.rrrrt" lo que llamamos moralidad' Las tiene que pertenecer ,r...s"iiamente a un individuo; tiene
que ser de
Si adoptamos la actitud
n"¿ h"i.. ,on Ut d". todosconcondenatían'
nuestras propias reacciones' la ante-
uno, si le va a lxrtenecer a uno. El dolor puede pertenecerle
a cual'
ie l, .omunidad en relación quiera; pero si 1e perteneciera a todos, sería relativamente poco im-
rioresunaafirrnacióncierta,peronodebemosolvidaregaotfacapa. portante. Supongo que es concebible que' bajo un anestósico'
se
en que cambie el gesto
cidad, la de replicar a la comunidad e insistir prodo"." .rr," ¿i*.i".ión de las expetiencias' de modo
que los sufri-
cosas; podemos
d. i"' .o-oniáad. podemos reformar el orden desean mejores nor- mientos de uno ya no le pertenecen' por así decirlo' Tenemos
insistir en hacer que las nonnas de la comunidad .l;J"t de eso, ,in ll.g.t a la disociación anestésica' en una ex-
por la comunidad' Estamos
rnas. No estamos simpleme"te obligados pe.iencia de una .or" dÁagradable que pierde su poder sobre nos-
orr. .oi*rsación en la que lo que decimos es- escuchado otra Si'
otros porque concedemo, iot"t" atención a
dedicados alguna cosa'
" de ésta está afectada por
;;i;.;;nidad,-y en la cual la reacción
por decirlo así, podemos salirnos de la cosa' disociarla del ojo
loquetenemosque,decir.Estoesespecialmenteciertoensituaciones que ha perqigo- gran p^rte
.ri,i.rr. Un hombre se yergue y se defiende en relación con lo que iu. t. contemplai encontraremos quizá es una
opiniones' Quizá á. ,o, características de insoportable' Lo intolerable del dolor
hace; adopt" ro p-pi" ¿tfeisa; puede
pres€ntar sus reaccionar
reacción contra el mismo. Si urro puede llegar a
impedirse
con reslrcto a é1. El pro-
iüri.r-Liff r" "piii¿n de la comunidadque el individuo tiene' no contraelsufrimiento,severálibredeciertocontenidodelsufrimiento
ceso de la conversación es un proceso
en ser el dolor de
con la comunidad mismo. Lo que tiene lugar, en rigor' es qu€ deja de
,ál, .r derecho, sino también "t d.b.r, de hablar que se llevan a uno, Lo coniempla uno objetivamente' eso es tcdo'
Tal es el punto
de la cual forma parte y de provocar los cambios
*#r.

199
I98 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD

de vista de que continuamente tratamos de imbuir a una pcrsonr cierto valor aparte de la persona. Al menos puede concederse que
que tiene tendcncia a dejarse arrastrar por las emociones. En ese caco, podemos llegar a un punto en qu€ algo que reconocemos como con-
no nos libramos del daño mismo, sino de la reacción contra el daño. icnido es cada vez menos esencial para la p€n¡ona, es apartado de la
que tenía para la
El carácter objetivo del juez es el de una lrrsona neutral que pudc frrsona actual y no tiene Ya pata ésta el valor
Irrmanecer simplemente fuera de una situación y aquilatarla. Si ¡nterior. Los casos extremos Par€€en respaldar la opinión de que
podemos adoptar esa actitud judicial en relación con el daño quc cierte parte de dichos contenidos puede ser separada absolutamente
de la persona. si b,ien, en cierto sentido, está presente, lista para apa-
nos infiere una p€rsona, llegamos al punto en que no noc hiere cl
daño, sino que lo entendemos, nos v€mos en una situación en quc ,*.. i. condiciones específicas, por ahora hállase disociada y no
entender es perdonar. Pot medio de tal actitud eliminamos gran 8e rnuestra por encima del umbral de nuestra conciencia de nos'
parte de la experiencia exterior a nuestra p€rsona. La actitud disti¡. otros mismos.
tiva y natuial hacia un daño es un resentimiento en relación con La conciencia de sí, por otra pafte, está definidamente organi-
zeda en torno del indiviáuo, y ello, como femos visto' no
es sim-
la persona qtre lo infidó, pero ahora hemos pasado, en cierto sentido,
y
plemente porque uno se encuentre en un grupo social sea afectado
más allá de esa persona y no,s convettimos en una lrrsona con otlaS
actitudes. Eriste cierta técnica, pues, a la que nos cornrtemos psr¡ po. ottot y ies afecte, sino porque (y éste es un punto que he
soportar el sufrimiento o cualquier situación emocional, y que con- venido subrayando) su propia experiencia como persona es una
siste en separar parcialmente la petsona de uno de la experiencia, de cxperiencia que uno recibe de su acción sobre otlos. Se convierte uno
modo que no sea ya la experrencia del individuo en cuestión. .n'on" persona en la medida en qu€ puede adoptat la actitud de
Si ahora pudiésemos separar enteramente la experiencia, a fin otro y i.tou hacia sí mismo como actúan otros' En el grado en
de no poder recordada, a fin de no ten€r que incorpor¡rla continua- que la conversación de gestos puede convertirse en parte de la con'
mente a la persona, día tras día, de momento en momento, entonces io.t" --*r, la dirección y fiscalización de la experiencia-, €n es€
ella no existiría ya, Frrt lo que a nosotros f€sp€cta. Si no tuviésemot grado puede surgir una lrrsona. Lo que constituye a una p€rsona
el recuerdo que.identifica las experiencias con la lxrsona, ellas dec- Jr.l pro.."o social de influir sobre otros en un acto social y luego
aparccerían, ciertamente, en lo que reErcta a su relación con la per- adopiar la actitud de los otros que ha sido provocada ¡nr el estí-
sona, y al mismo tiempo podrían continuar existiendo como exlr- aoio, y por fin reaccionar a su turno frente a esa reacción'
riencias sensoriales, sin ser incorporadas a la p€rsona. Esta clase de Nuestro cueq)o forma parte de nuestro medio; y es posible que
situación se presenta en el caso patológico de una personalidad múl- el individuo experimente su cuerpo y t€nga conciencia de él y de
tiple, en que un individuo pierde la memoria de cierta fase de ru las sensaciones corporales, sin tener conciencia de sí mismo: en otras
existencia. FIa desapatecido todo lo relacionado con esa fase de ru palabras, sin adoplar la actitud de los otros hacia é1. Según la teoría
experiencia, y aquél se convierte en una personalidad distinta. El social de la conciáncia, lo que entendemos por conciencia es ese caác-
pasado posee r¡na realidad, ya sea que se encuentre en la experiencia ter y asp€cto peculiares de la experiencia humana individual debidos
o no, Irro aquí no está identificado con la persona, no entra en la a la sociedad humana, a la sociedad de otras lrrsonas individuales
que adoptan la actitud de otros hacia ellas. La concepción teoría
composición de la persona. Adoptamolt una actitud de esa clase, por -o necesita
ejemplo, con rcferencia a otros, cuando una trrsona ha cometido al-
je la .oncie¡6i¿- fisiológica es, en sí misma, inadecuada;
gún tipo de injuria que p'rovoca una explicación de la situación, ser suplementada por el punto de vista sociopsicológico' [5 adopción
una admisión y qtizá pesadumbre y luego es olvidada. Una per- o .*rtrirn.t tación de la actitud del otro es lo que constituy€ la
sona que perdona pero no olvida es un compañero desagradable; .on.incia de sí, y no las meras sensaciones orgánicas de las cuales
junto al perdón tiene que ir el olvido, la eliminación del recuerdo tiene conciencia el individuo que las ha experimentado. Hbsta el
displacentero. surgimiento de su conciencia de sí en el proceso de la experiencia
social, el individuo experimenta su cue4to ss¡¡imientos y sen-
Existen muchos ejemplos que pueden presentarse en cua¡to a la -les
saciones ds [s¡s- simplemente como una parte inmediata de su
débil rclación entre los contenidos dados y una persona, en defensa
de nuestro reconocimiento de los contenidos como poseedores de medio, no como un cuerpo propio, no en términos de conciencia de
ilriflh

ESPÍRITU. PERSONA Y SOCIEDAD 201


200 GEORGE H. MEAD
que surglr' Es cierto que Cooley y James tratan de encontrarla base de la per-
de sí tienen ptimeramente
sí. La lrrsona y la conciencia sona en lis experiencias afctivas reflexivas, es decir, en las expe-
identificadas específicamentc
y luego ,"r., .*pt"tntitt- fotat" serpara adquirir' por así decirlo' riencias que involucran el "sentimiento de sí"; pero la teoría de que
con la persona' o "p'opi"¿"'
por ésta; la naturaleza de la 1rrsona debe encontrarse en tales experiencias no
esra herencia ¿. r" .*iirl*l"l
., p*.i* que la p€rsona se desarrollces¡ explica el origen de la persona, ni el del sentimiento de sí, que se
;;i;;;;;;J.oiio d:i^;;;,o.i,r.n er
cuar está invorucrada
,opon. que caracteriza tales experiencias. En dichas experiencias el
herencia. individuo no necesita adoptar las actitudes de los ottos hacia é1, pues-
organismo individual integrr
Gracias a la conciencia de sí, el conviertc to que ellas, en sí mismas, no exigen que lo haga; y, a menos de
en cierto sentido tt ;;;; ambiental;.su propio cuerpo se que lo hiciera, no podrá desarrollar una lrrsona; y no hará tal cosa
ambientales a los cuales reaccion¡'
en parte de la serie ¿"-t-'tirnotos elevadot con las mencionadas experiencias si su persona no se ha originado
t"-t:l--'," sus planos más
Aparte del contextJ;i;;;;;;" ya de otro modo, a saber, el modo que hemos venido describiendo.
La .sencia de la persona, como hemos dicho, es cognoscitiva: teside
sación de gestos co"ttltitt
entre los organismos ly::*s,-::
-¡qrrgttggenloscualesinvolucracomunicaciónconscienteyconvet- en la conversacián de gestos subjetivada que constituye el pensa-
individual no se opone a si mlsmo'
interactúan en él-, tl o'gani'mo miento, o en términos de la cual opera el pensamiento o la reflexión.
no se convierte' en cuanto un todo'
corno un todo, contra el medio; Y de ahí que el origen y las bases de la persona, como los del pen-
en un objeto p"'" 'i (y' por lo
tanto' no es consciente de sí); no
samiento, sean sociales.
es, en cuanto o,, i"" Jtt-il"f" al cual reaccione' Por el contrario'
y lor
'oio,
responde solamente a part€s
o aspectos separados de sí mismo'
de sí' sino simplemente como
considera, oo .o.o pliit" " "tp"ttos 22. EL "Yo" Y EL "Mf"
en general' Sólo dentro del procerc
;;il;;ctos -'i'1"medio
de-su
social en ,o, pl""ol ittu"¿os' sólo en términos de las forma¡
o de la situación social' logra el Hemos analizado en detalle las bases sociales de la persona, e
más desarroilaAas det medio social
en un objeto para sí, y, de insinuado que la p€rsona no consiste simplemente en la pura orga-
organismo indiviauai iot"l .on.r.rtirse nización de las actitudes sociales. Ahora podemos plantear explí'
proceso social en sus planos inferiores'
ahí, en consciente de sí; en el citamente la duda en cuanto a la naturaleza del "yo" consciente del
o situación psicológica lógi'
no conscien,.r, y á'iiiá tn tt medio .,mí" social. No pretendo plantear la cuestión metafísica de cómo
de la exlxriencia y la conducta
camente pru..d.rrt"-J;;;; social
en un objeto para sí' En la una persona puede ser a la vez "yo" y "mí", sino investigar la
presupuesta po, e't', lo " ton"ierte
puede- ser denominada conciente
de sí' signiiicación áe tal distinción desde el punto de vista de la conducta
experiencia o .ondott' que a aparcce el "yo" frente al "mí"?
actuamos y ,.".t*it* ttpttitlmentc con referencia nosotros -]r-r. ¿En qué punto de la conducta
toi' a otros individuos; y ser Si uno determina cuál es su posición en Ia sociedad y se siente po-
mismos, aunque t;;iét "ft"ncia y todo ello es definido con
convertirse en un objeto para sí seedor de ciertas funciones privilegios,
corfsciente de sí es, esencialmente' "yo" no un "mí" y no puede con-
sociales de uno con los otros
individuos' referencia a un "yo", pero el es
en virtud de las ,.mí".
'ii"tio"tt central del pensamiento' cuando vertirse €n un Puede que haya en nosotros dos personas, una
Debería ,oU'"y'^t la posición el "yo" frente al
se considera le naíuraleza de
la persona' La conciencia de sí' antes mejor y otra peor, pero eso, vna vez más, no es
pro' "mí", porque ambos son personas. Aprobamos a una y desaproba-
con sus acompañamientos motores'
;;; .*.riencia afectiva' primaria de la pelsona' que de
mos a la otra, pero cuando hacemos surgir a una u otra, están pre-
porciona el meollo y la estructura
cognoscitivo antes que emo- sentes, peratal aprobación, en su calidad de "mí"' El "yo" no apa-
irt *¿o es un fenómeno esencialmente i¡¡s¡¡¿lización y
cional. Et pro.t'o?-' ftn'"-it"t"
o intelectual
-t¿ rece en el proscenio. Hablamos con nosotros mismos, p€ro no nos
de la conversación externa
dramatizaci¿t in"tiJt' por el individuo' vemos. El "yo" reacciona a la persona que surge gracias a la adop-
su principal modo de inter-
de gestos ,igt ifi;;;;; {ot tottt'itove ción de las actitudes de otros. Mediante la adopción de dichas actitu-
pert€necienttt á l" misma 36sisd¿d- sg "yo"'
acción con otros individuos des, hemos introducido el "mí" y reaccionamos a él como a un
génesis y desarrollo de la persona'
la primera frr. .*pu'it"cial en la
i+€*!

202 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 20t

La forma más sencilla de encarar el problema sería haciéndolo dc reacciones organizadas. Y el que logre tener cgnciencia de si
en términos de la memoria. Flablo conmigo mismo, y recuerdo lo quc ¡c debe a la capacidad del individuo para adoptar lae actitudes de
dije y quizás el contenido emocional que acompañaba lo que dije' .ros otros en la medida en que éstos pueden ser organizados. La
El "yo" de este momento está presente en el "mí" del momento rdopción de todas esas series de actitudes organizadas le proporcio-
siguiente. Y aquí, una vez más, no puedo volverme con suficientc ne su "mí"; ésa es la persona de la cual tiene conciencia. Puede
l'apídez como para atraparme a mí mismo. Me convierto en un lenzar la pelota a algún otro miembrro gracias a la exigencia que
"mí" en la medida en que r:ecuerdo lo que dije. $in embargo, al l: presentan otros miembros del equipo. Esa es la persona que existe
"yo" puede concedérsele esa relación funcional. Gracias al "yo" inmediatamente para él en su conciencia. Tiene las actitudes de
decimos que nunca tenemos conciencia plena de lo que sc,moc, qut cllos, sabe lo que ellos quieren y cuáles serán las consecuencias de
no¡¡ sorprendemos con nuestra propia acción. Cuando actuamot, cualquier acto de é1, y ha asumido la responsabilidad de la eitua-
t.n.tttor conciencia de nosotros. En la memoria, la experiencia del ción. Pues bien, la presencia de esas series de actitudes organizadas
"yo" está constantemente presente. Podemos fetroceder directamente constituye ese "mí" al cual reacciona como un "yo". Pero ni él
unos pocos momentos en nuestra experiencia, y luego, para cl ni ningún otro sabe cuál será dicha reacción. Quizás haga una ju-
resto, dependemos de las imágenes de la memoria. De modo quc gada brillante o cometa un error. La reacción a esa situación, tal
el "yo", en la memoria, está Presente como voceto de la persona como aparece en su experiencia inmediata, es incierta, y ello es lo
en cuanto al segundo, minuto o días pasados. Tal comp está dado, que constituye el "yo".
es un "mí", p€ro un "mí" que fué el "yo" en un tiempo anterior' El "yo" es la acción del indivitiuc fre¡te a la situación soci¿l
Si se pregunta, pues, dónde aParcce el "yo" directamente, en la que existe dentro de su propia conducta, y se incorpora a su expe-
experiencia de uno, la respuesta es que apa¡ece como una figura riencia sólo después de que ha llevado a cabo et acto. Entonces tiene
histórica. El "yo" del "mí" es lo que uno era hace- un segundo' conciencia de éste. Tuvo que hacer tal y cual co$a, y la bizn. Cum-
Es otro "yo" que tiene que adoptar ese papel. No se puede obtener ple con su deber y puede contemplar con orgullo lo ya hecho.
la reacción inmediata del "yo" en el proceso !1. El "yo" es, en cierto El "mí" surge para cumplir tal deber: tal es la forma en que nace
sentido, aquello con lo cual nos identificamos. Su incorporación en su exlrriencia. Tenía en sí todas las actitudes de los otros, pro-
a la experiencia constituye uno de los problemas de la mayor parte vocando ciertas reacciones; ése eta el "mí" de la situación, y su
de nuestra experiencia consciente; no es dado dirsctamente en la reacción es el "yo".
experiencia. Quiero llamar en especial la atención sobre el hecho de que esta
El "yo" es la reacción del organismo a las actitudes de lo¡ reacción del "yo" es algo más o menos incierto. Las actitudes de
otrosl2; el "mí" es la serie de actitudes organizadas de los otros los otros, que uno adopta €n cuanto afectan a su ptopia conducta,
que. adopta uno mismo. Las actitudes de los otros constituyen el constituyen el "mí", y eso es algo que existe, pero las reacciones a
"mí" organizado, y lucgo uno teacciona hacia ellas como un "yo". ello no se han dado aún. Cuando uno st sienta a meditar en algo,
Examinaremos ahora con mhyor€s detalles estos concqltos. posee ciertos datos que existen. Supongamos que se trata de una
No hay "yo" ni "mí" en la conversación de gestos; el acto situación social que tiene que resolver. Se ve a sí mismo desde el
completo no ha sido llevado a cabo aún, pero la preparación tiene punto de vista de uno u otro individuo del gtupo. Estos individuos,
lugar en ese campo del gesto. Ahora bien, en la medida en que el relacionados todos juntos, le confieren cierta lrrsona. Bien, ¿qué
individuo despierta en sí las actitudes de los otros, surge un grupo debe hacer? No lo sabe, y no lo sabe nadie, Puede incorporar la
situación a su experiencia porque puede asumir las actitudes de los
1r La-nosensibilidad del organismo po¡e peft€s
-medio,.de sí mi¡mo co el medio.
si¡
cmbargo, tleva el proceso iit.l mirttto al y la prerentación imaginative distintos individuos involucrados en ella. Sabe cómo piensan ellos
;;;;Éd Jel organirmo cs incapaz de precentar la vid¡-delvida, .o-rganismo' Pucde
co¡- al respecto, gracias a la adopción de sus actitudes. Dice virtualmen-
;;bi;;q"; pt*ónt" las condiciónec en que-tiene-.luga.r la oigue pcto.no el proccso
vital unita¡io. El organismo fisico, en et ¡nedio, eiempre ciendo una co' te: "He hecho ciertas cosas que parecen obligarme a cierta forma
-- (MS).
sa de conducta". Quizá si actúa de ese modo, se colocará en una falsa
if-ib"." el "yo" visto como iadividuo biológico' véare Ensayoe Supte- situación con respecto a otro grupo. El "yo", en cuanto reacción a
mentarios II v III.I
204 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 205

esa situación, en contraste con el "mí" involucrado en las actiü¡dal rcción del "yo" es algo cuya natvrelez no podemos predecir por
que adopta, es incierto. Y cuando la reacción se olt€ra, entoncet a¡t¡. rnticipado.
rece en el cam¡ro de la experienoia, mayormente como una imagen dr El "yo", pues, €n esta relación entre el "yo" y el "mí", es algo
la memoria. qu?, por decirlo así, reacciona a una situación social que se encuen-
Nuestro presente especioso, en cuanto tal, es sumamente corto. tr¡ dentro de la experiencia del individuo. Es la respuesta que el
Ello no obstante, experimentamos los acontecimientoe fugaces; ¡nt. lndividuo hace a la actitud que otros adoptan bacie é1, cuando él
te del proceso de los acontecimi€ntos pasajeros existe directamenta rdopta una actitud hacia ellos. Ahora bien, las actitudes que él
en nuestra experiencia, incluso algunos del pasado y algunos dcl rdopta hacia ellos están presentes en su propia experiencia, pero su
futuro. Vemos una pelota que pasa, al ceer, y, cuando pasa, partc rc¡cción a ellas contendrá un elemento de novedad, El "yo" propor-
de la pelota es visible y parte es invisible. Recordamos dónde estabr ciona la sensación de libertad, de iniciativa. La situación existe para
la pelota un momento antes y prevemos dónde estará después, rnl- nosotros, para que actuemos en forma consciente de nosotroo. Tene-
allá de Io que se da en nuestra experiencia. E igualmente en cuanto moc conciencia de nosotros, y de lo que es la situación, Irro jamás
a nosotros mismos; hacemos algo, pero miramos hacia atrás y vemot cntra en la experiencia la manerd ex?cta en qu€ actuaremos, h:¡ota
que lo que estamos haciendo involucra poseer imágenes anímica¡. dcspués de que tiene lugar la acción.
Dt modo que el "yo" aparece en realidad, experiencialmente, como Tal es la base del hecho de que el "yo" no apmezca en la
una part€ de un "mí". Pero sobre ta base de esta experiencia, distin- cxperiencia en el mismo sentido que el "mí". El "mí" representa
guimos al individuo que hace algo, del "mí" que le plantea el pro- una organización definida de la comunidad, presente en nuestras pro-
blema. La reacción entra en su experiencia sólo cuando tiene lugar. pias actitudes y provocando una reacción, pero la reacción es algo
Si'el individuo dice que sabe lo que va a hacer, aun entonces puedc que simplemente sucede. No hay certidumbre en relación con ella.
estar equivocado. Comienza a hacer algo, y ocurre cualquier cosr Existe para el acto una necesidad moral, pero no una necesidad me-
que le presenta obstáculos. La acción resultante es siempre un lrcco cánica. Cuando tiene lugar, nos damos cuenta de que ha sido he-
distinta de cualquier cosa que hubiese podido prever. Esto rige in- cho. La explicación anterior nos proporciona, creo, la posición re-
cluso para cuando está simplemente llevando a cabo el proceso de lativa del "yo" y el "mí" en la situación, y los motivos para la
caminar. El simple hecho de dar los pasos esperados le coloca en separación de ambos en la conducta, Los dos están separados en el
cierta situación que tiene un asp€cto levemente distinto del que se proceso, pero deben estar juntos, en el sentido de ser partes de un
eryera, cosa que, en cierto sentido, es novedosa. Ese movimiento todo. Están separados y, sin embargo, les corres¡ronde estar jun-
hacia el futuro es el paso, por así decirlo, del ego, dcl "yo". Es algo tos. La separación del "yo" y el "mí" no es ficticia. No son idén-
que no está dado en el "mí". ticos, porque, como he dicho, el "yo" es algo nunca enterament€
'Tómese la situación de un hombre de ciencia resolviendo un calculable. El "mí" exige cierta clase de "yo", €n la medida en que
problema acerca del cual posee ciertos datos qu€ provocan ciertas cumplimos con las obligaciones que se dan en la conducta misma,
reacciones. Parte de esa serie de datos exige que les aplique tal y pero el "yo" es siempte algo distinto de Io que exige la situación
cual ley, en tanto que otras series de datos exigen otra ley. Los misma. De modo que siempre hay esa distinción, si así se prefierc,
datos están presentes con sus inferencias. Sabe qué significa tal y entre el "yo" y el "mí". El "yo" provoca al "mi" y al mismo
cual coloración, y cuando tiene los datos ante sí, ellos representan tiempo reacciona a é1. Tomados juntos, constituyen una persona-
ciertas reacciones por su parte; pero ahora están ya en confticto los lidad, tal como ella en la experiencia social. La persona es
unos con los otros. Si tiene una reacción, no puede tener la otra. No ^parcce
esencialmente un proceso social que se lleva a cabo, con esas dos fa-
sabe qué hará, ni lo sabe nadie. La acción de la persona se produce ses distinguibles. Si no tuviese dichas dos fases, no podría existir
en reacción a esas series de datos en conflicto, en forma de un pro- la responsabilidad consciente, y no habría nada nuevo en la ex-
blema, que le presentan a é1, en cuanto hombre de ciencia, exigen- periencia.
cias en conflicto. Tiene que verlo desde distintos puntos de vista. Esa
206 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 207

[a actitud del otro frente al propio estímulo de éste, y al adoptarla la


23. L¡s ¡crrruDEs soctAI.cs y EL MUNm rfstco encuentra modificada en el sentido de que su reacción se hace dis-
tinta y conduce, a su vez, a nuevos cambios.
La persona no es tanto una sr¡stancia como un proceso en cl Las actitudes fundamentales son, presumiblemente, aquellas que
cual la conversación de gestos ha sido internalizada en un orga- sólo son cambiadas gradualmente, y ningún individuo puede re-
nismo. Este proceso no existe por sí mismo, sino que es simple- organizar toda la sociedad; pero uno afecta continuam€nte a la so-
mente una fase de toda la organización social de la que el indi- ciedad por medio de su propia actitud, porqu€ provoca la actitud
viduo forma parte. La organización del ¿cto social ha sido del grupo hacia é1, reacciona a ella y, gracías a dicha reacción, carn-
internalizada en el organisrno y se convierte en el espíritu ¿el indi- bia la actitud del grupo. Naturalmente, esto es lo que constante-
viduo. Aun así, incluye las actitudes de otros, pero ahora alta- ment€ €stamos haciendo en nuestra imaginación, en nuestro pensa-
mente organizadas, a tal punto que se convierten en lo que llama- miento; utilizamos nuestra propia actitud para provocar una distinta
mos actitudes sociales antes que en papeles de individuos separados. situación en la comunidad de la cual formamos parte; nos esforza-
Este proceso de relacionar el propio organismo con el de los otros, mos, exponemos nuestra opinión, criticamos la actitud de otros y
en las interacciones que se llevan a cabo, constituye la persona en aprobamos o desaprobamos. Pero podemos hacer tal cosa, sólo
la medida en que es internalizado en la conducta del hombre con la en la medida en que logramos provocar en nosotros la reacción
conversación del "yo" y el "mí" 18. El valor de la internalización de de la comunidad; sólo tenemos ideas en la medida en que tenemos
la conversación de gestos dentro de la conducta del individuo, reside capacidad para adoptar la actitud de la comunidad y luego reaccionar
en la superior coordinación conquistada para la sociedad en su con- a ella.
junto, y en la mayor eficacia del individuo como miembro del gru-
En el caso de los animales inferiores, la reacción del individuo
po. Es la diferencia entre el proceso que puede tener lugar en un gru- a la situación social, su g€sto en contraste con la situación social, es
po de ratas o abejas u hormigas y el que puede ocurrir en una lo que corresponde a la idea en el animal humano. No es, sin embar-
comunidad humana. EI proceso social, con sus distintas inferencias, go, una idea. Empleamos el gesto vocal para provocar la reacción
es incorporado realmente a la experiencia del individuo, de modo que corresponde a la de la comunidad. Tenemos, entonces, en nues-
que lo que ocurre tiene lugar más eficazmente, porque, en cierto tro propio estímulo, una respuesta a esa reacción, y esta respuesta
sentido, ha sido ensayado en el individuo. Este no sólo desempeña es la idea. Uno dice: "tengo la idea de que es preciso hacer tal y
mejor su papel en tales condiciones, sino que, además, reacciona ante cual cosa". l-a idea de uno es la respuesta gue uno ofrece a la exi-
la orgenización de la cual forma parte. gencia social que se le hace. La exigencía social, digamos, es que uno
La propia natanaleza de la conversación de gestos exige que la pague inr.puestos de cierta clase. LFno considera ilegítimos tales
actitud del otro sea can¡biada por mediación de la actitud del indi- impuestos. Entonces, la respuesta a la exigenci¿ de la comunidad
viduo al estímulo del otro. En la conversación de gestos de las for- ---+specíficamente, al imponedor de contribuciones-, tal como tiene
mas inferiores, el juego de vaivén es advertible, puesto que el indi- lugar en la expedencia de uno, es una idea. En la medida en que
viduo no sólo se adapta a la actitud de otros, sino que, también, uno tiene en su propia conducta símbolos que son la expresión de la
cambia la actitud de los otros. La reacción del individuo, en esta réplica a la exigencia, en esa medida tiene uno la idea de cuál debe-
conversación de gestos, modifica continuamente, en cierto grado, ría ser realmente el impuesto. Se trata de una situación ideal, en
el proceso social mismo. Y esta modificación del proceso resulta cuanto que uno adopta el papel del imponedor de contribuciones, en
de Ia mayor importancia en la experiencia del individuo. Este adopta contraste con uno mismo, y reacciona ante é1. No se patece a la
18 Segú¡ crtc punto de vista, la conunicació¡ conrientc c¿ de¡a¡rolla ¡ situación de la riña de perros, donde el perro se prepara para saltar
partir de l¡ comunicación inco'nriente dmtro del proceso ¡ocial; la conveoación realmente y el otro adopta otra actitud que frustra ese salto. La
en término¡ de gcrtor aignificentcr, a partir de la co¡veroció¡ en término¡ dc
gestos no significantes; y el desarrollo, de tal manera. dc l¡ comunicaciól co¡¡- diferencia consiste en que la conversación de gestos es parte de la
ciente, coincide co¡ el de¡a¡rollo de lo¡ crpíritur y lar perronar dentro del p¡oceso riña real rcalizada, en tanto que, en el otro caso, uno adopta por
social.
208 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 209

anticipado la actitud de las autoridades impositivas y üed o pro- nuestra parte y para llevarlo hasta el punto en que pueda ser com-
voca su propia reacción a ella. Cuando tal cosa sucede en la expe- pletado el acto social.
riencia de uno, se tienen ideas. El "mí" y el "yo" residen en el proceso de pensamiento, e indi-
IJna person e le amenaza a uno, y uno la derriba en el acto. En can el toma y daca que caracteriza a éste. No existiría un "yo", en el
esa situación no ha intervenido ningún elemento ideal. Si uno cuen- sentido en que usamos este término, si no hubiese un "mí"; no ha-
ta hasta diez y piensa en lo que significa le amenaza, está teniendo bría un "mí" sin una reacción en la forma del "yo". Los dos, tales
una idea, está poniendo la situación en un marco ideal. Es eso como aparecen en nuestra experiencia, constituyen la personalidad.
lo hemos visto- lo que constítuye lo que denominamos espíritu. -ya Somos individuos nacidos con cierta nacionalidad, ubicados en cier-
Adoptamos la actitud de la comunidad y reaccionamos a ella, en to punto geográfico, con tales y cuales relaciones familiares y tales
€sa conversación de gestos. Los gestos, en este caso, son g€stos vo- y cuales relaciones políticas. Todo ello representa cierta situación
cales. Son símbolos significantes, y por símbolo no nos referimos que constituye el "mí" ¡ l>ero esto involucra necesariamente una ac-
a algo que reside fuera del campo de la conducta. Un símbolo no ción continuada del organismo hacia el "mí", en el proceso dentro
es otra cosa que el estímuto cuya reacción es dada por anticipado. del cual reside. La persona no es algo que exista primeramente y
Eso es todo lo que quiere decit para nosotros un símbolo. FIay una luego entre en relación con otros, sino que, por así decirlo, es un
palabra y un golpe. El golpe es un antecedente histórico de la pa- remolino en la corriente social, y, de tal manera, una parte de la
labra, pero si ésta representa un insulto, la reacción es tal que está corriente. Es un proceso €n que el individuo se adapta continua-
involucrada entonces en la palabra, es algo dado en el estímulo ment€, por anticipado, a la situación a la cual pertenece y reacciona
mismo. Eso es todo lo que represent¡ un símbolo. Pues bien, si ante ella. De modo que el ".yo" y el "mí", ese pensamiento, esa
dicha reacción puede ser dada en términos de una actitud utiliz¡da adaptación consciente, se convierte entonces en part€ de todo el pro-
para el posterior control de la acción, entonces la relación entre ese ceso social y torna posible una sociedad más altamente organizada.
estímulo y la actítud es lo que ent€ndemos por símbolo signifi- El "yo" y el "mí" pertenecen a la conversación de g€stos, Si
cante. hubiese simplemente "una palabra y un golpe", si uno respondiese
Nuestro pensamiento que, como decimos, se lleva a cabo dentro inmediatament€ a una situación social, sin reflexión, no existiría
de nosotros, es un juego de símbolos en el sentido antedicho. Gra- personalidad en el sentido antes mencionado, del mismo modo que
cias a los gestos, las reacciones son ptovocadas en nuestras propias no existe personalidad en la naturaleza del caballo o el perro. Nos-
actitudes, y en cuanto son provocadas, despiertan, a su vez, otras otros, naturalmente, tendemos a dotar de personalidad a nuestros
actitudes. Lo que antes era significación se convierte ahora en un animales domésticos, pero cuando logramos conocer sus condicio-
símbolo que tiene otra significación. La significación se ha con- nes nos damos cuenta de que no puede efectuarse esa clase de intro-
vertido, ella misma, en un estímulo para otra reacción. En la riña ducción del proceso social en la conducta del individuo. Los ani-
de perros, la actitud de uno tiene la significación de cambiar la acti- males no tienen el mecanismo para ello: el lenguaje. De modo
tud del otro lrrro, pero el cambio de actitud se convierte entonces en que decimos que no tienen personalidad; no son responsables por
un símbolo (aunque no en un símbolo de lenguaje o significante) la situación social en que se encuentran. El individuo humano,
para el primer perro, y también éste cambia de actitud. Lo que por el contrario, se identifica con esa situación social. Reacciona
era una significación se hace entonces estímulo. La conversación si' a ella, y aunqu€ sus reacciones pueden tener la natutlleza de una
gue continuamente, y lo que era reacción se convierte, en el campo del crítica así como de un respaldo, involucran una aceptación de la
gesto, en un estímulor / €n la reacción a éste que es la significación. responsabilidad presentada por la situación. Tal aceptación no
Las reacciones son significaciones en la medida en que están dentro existe en el caso de los animales inferiores. Ponemos personalidad
de esa conversación de gestos. Nuestro pensamiento es tal cambio de en los animales, pero ella no les lxrtenece; y ala postre nos damos
situación, gracias a nuestra capacidad para incorporarlo a nuestra prc- cuenta de que esos anímales no tienen derechos. Estamos en liber-
pia acción, para cambiarlo de modo que exija una actitud distinta de tad para matarlos; no se comete ningún daño cuando se mata a un
2ro GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 2tl
hacemos abstracción de esa clase de reacción gracias a lo que llegamos
animal. Este no ha perdido nada, porque el futuro no e4iste pare
¡ conocer de tales objetos 16.
Ebtlrro, la rcacción inmediata es so-
el animal; éste no posee €n su experiencia un "mí" que Por medio
de la reacción del "yo" se encuentfa en oierto sentido bajo su control,
cial; cuando trasladamos un proceso lxnsante a la naturalezt, es'
a fin de que el fututro pueda existir para é1. No posee un pasado tamos haciendo racional a ésta. Ella actúa como se espera qu€ ac-
consciente, pu€sto que no tiene una P€rsona de la clase que hemot túe. Nosotros adoptamos la actitud de las cosas físicas quc nog
venido desciibiendo, una lrrsona que pueda ser extendida hacia el rodean, y cuando carnbiamos la situación, la naturalez¿ reacciona en
pasado por los recuerdos. En la experiencia de los animales inferiotts forma distinta.
ixisten,-presumibler¡ente, imágenes, pero no ideas ni recuerdos en cl La mano es reqronsable de lo que llamo cosas físicas, dietinguien-
sentido exigido 1.. No poseen una personalidad que mira hacia atrás y do la cosa físic¿ de lo que denomino la consumación del acto. Sí
hacia adelante. No tienen ese futuro y ese pasado que les confie¡en, tomásemos nuestros alimentos como lo hacen los l)€rros, con los
por decirlo así, derechos €n cuanto tales. Y, sin embargo, la actitud mismos órganos con que los masticamos, no tendríamos motivo
.orrrúo es la de asignarles precisamente personalidades como lac alguno para distinguir el alimento, en cuanto cosa física, de la vet-
nuestras. Les hablamos, y al hablarles actuamos como si tuviesen dadera consumación del acto, la ingestión del alimento. Lo toma-
la clase de mundo interior que tenemos nosotros' ríamoc con los dientes, y el acto mismo de tomado sería el acto de
una similar atribución está presente en la actitud inmcdiata comerlo. Fero en el caso del animal humano, la mano se inter-
que adoptamos hacia los objetos físicos inanimados qu€ nos rodean' pone entre la consumación y ol transporte del objeto a la boca. En
io-"o,or hacia ellos la actitud de seres sociales. Esto es más corn- tal caso estamos manipulando una cosa física. Dicha cos¿ alx¡tece
plicadamente cierto, por supuesto, en aquellos a quienes denomi- entre el comienzo del acto y su consumación final. En ese sentido,
t"-o, poetas de la naturaleza. El po€ta se encu€ntra en una rela- es un universal. Cuando hablamos de un¿ cosa, estamos p€n-
ción soiial con las cosas que le rodean, hecho que quizá se adviertc sando en una cosa física, en algo que podemos tomar. Hay, 1rcr su-
más vívidamenre en wordsworth. Las "Lines on Tintern Abbey"
puesto "cosas" que no se pueden tomar, tates corro los derecbos
nos proporcionan, creo, las relaciones sociales de wordsworth cuan- de propiedad y la imaginación de un poeta; pcro corrientemente,
do era ,tino y la continuación de las mismas a través de su vid¡. su cuando hablamos de cosas, nos referimos a las cosas físicas. Los ca-
explicación áe la relación del hombre con la naturaleza es esencial- racteres que las comfnnen están determinados primariamente por la
una relación social' Esta actitud social mano. El contacto constituye lo que denominamos la sustancia de
-*t. la relación del amor, física es prccisamente la gue uno tiene
del individuo hacia la cosa tal cosa. Tiene color y olor, por supuesto' Ixro nosotros pensa-
hacia orros objetos; es una actitud social. El hombre propina un mos que éstos son inherentes al algo que podemos manipular, la
puntapié a la silla con la cual tropieza, y siente cariño hacia un cosa física. Dicho algo es de grandísima importancia en el desarrollo
oUj.tó relacionado con él en su trabajo o en sus diversiones. La
de la inteligencia humana. Es universal, en el s€ntido de que es
niños a las cosas que les rodean, es social.
una cosa física, ya sea que la consumación sea la de comcr o la
reacción inmediata de los
Existe una base evidente para la reacción especial quc tenemos ante
cualquier cosa pequeña de escuchar un concietto. Existe toda una serie de cosas físicas
las cosas pequeñas, puesto que hay algo en
que se inter¡ronen entre el comienzo de un acto y su consuma-
qge p¡ovoca una reacción paternal; esag cosas provocan una reacción
ción, Irro son todas universales, en el sentido de que pertenecen a la
paternal qu€ e8 universal. Y esto rige para las cosas físicas tanto
experiencia de todos nosotros. La consumación que obtenemos de
como para los animales.
El objeto físico constituye una abstracción a partif de la reacción ró Se descubre que cl objeto físico e¡ eee objeto h¡cia cl cu¡l no exi¡te nin-
goo" na"..iáo ¡ocial gue p¡ovoquc e ru v.z un¡ ¡e¡cción ¡ocial eri el individuo.
social a la natu¡aleza. Hablamos a la naturaleza; nos dirigimos
a lac
l"r .ü¡.iór i.n los cüales no po-demos mantener una relación social son los objetoe
nubes, al mar, al árbol, a los objetos que nos rodean' Más tarde físico¡ del mundo (SM).
Hemos trasladado a t¡ psicotogíe nuestre ¡ctitud en t¡ cic¡ci¡ fí¡ica. de ¡odo
la No cri¡tcn prucbar dc quc lor enigdcl ca¡ cap.ccr de (.rlconoccr quc oue oerdimo¡ de vi¡td l¡ nitur¡leia ¡ocial ile nuestra ptimera concicncia. El niño
on" .or"'.r- ; E;.-d" ;tiuo" oi'." v dc utilizar dicho rigno ' ' ' l9l2) ' fbrmi objetor soci¡le¡ antc¡ dc former objetoc fí¡ica (1912).
2t2 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 213

un concierto es sumamente distinta par3 todos nosotros, p€ro lat


cosas físicas con las que nos enfrentamos son comunes, universales en 24. EI rsPfNTrU COMO LA INTERNALIZACIóN DEL PROCESO
ese sentido. Los goces mismos pueden adoptar formas que repre- SOCIAL EN EL INDIVIDUO
senten una experiencia accesible sólo para individuos ¿islados, P€F
lo que la mano manipula es algo universal. Aislamos un lugar especial He estado presentando a la persona y al espíritu en términos de
al que cualquier lxrsona puede llegar. Tenemos un juego de apa- un proc€so social, como la internalización de la conversación de ges-
ratos que cualquier lrrsona puede usar. Poseemos cierta serie de tos en Ia conducta del organismo individual, de manera que el orga-
Ixsos y medidas por medio de los cuales podemos definir esas cosat nismo individual adopta las actitudes organizadas de los otros pro-
físicas. En este sentido, la cosa física aparece para hacer posible una vocadas 1rcr la actitud de é1, en la forma de los gestos de las
cualidad común, dentro de la cual puedan olxrar las personas r0. mismas, y al reaccionar a esa reacción provoca otras actitudes
(In ingeniero que construye un puente habla con la naturaleza en organizadas en los otros de la comunidad a la cual pertenece el
el mismo sentido en que nosotros bablamos con un ingeniero. Hay individuo. Este proceso puede ser caracterizado, en cierto sentido,
allí tensiones y presiones que él tiene que cncarar, y lr naturaleza en términos del "yo" y el "mí", siendo el "mí" ese grupo de acti-
responde con otras reacciones que tiencn que ser encaradas de otro tudes organizadas a las cuales el individuo reacciona como un "yol'.
modo. En su pensamiento, adopta la actitud de las cosas físicas. Ha- Quiero subrayar especialmente la existencia temporal y pre-
bla con la naturaleza, y ésta le replica. La naturaleza es inteligcnte, lógica del proceso social con respecto al individuo c.rnsciente d¿
en el sentido de que existen ciertas reacciones de ella, hacia nuestra sí que surge en él r?. La conversación de gestos €s una parte del
acción, que podemos presentar, a las que podemos rcplicar y que se proceso social que se lleva a cabo. No se trata de algo que sea posi-
tornan distintas cuando hemos rcplicado. Se trata de un cambio bilitado por el individuo solo. Lo que el desarrollo del lenguaje,
al cual ¡ndemos responder, y finalmente llegamos a un punto cn especialmente el símbolo significante, ha tornado posible' es simple'
que nos es posible cooperar con la natvraleza. mente la incorporación de esa situación social externa a la conducta
Tal es el desarrollo de la ciencia moderna a partir de lo que de- del individuo mismo. De ello se sigue el enorme desarrollo de la
nominamos m¿gia. La magia es precisamente esa misma reacción, sociedad humana, la posibilidad de previsión de lo que tendrá lugar
mas con el agregado de la suposición de que las cosas f ísicas piensan y en la reacción de otros individuos y una adaptación preliminar a ello
actúan como nosotros. Dicha suposición se cons€rva en la actitud por el individuo. Esto, a su vez, produce una situación distinta,
que adoptamos hacia un objeto que nos hiere o hacia el objeto digno
de confianza del cual dependemos. Todos nosotros llevamos a cabo r? La ¡elación de espiritu y cuefpo es la guc existe entre. la,organización dc
la persona, en su condúcta como miembro de una comunidad racional, y el
cierta proporción de esa clase de magia. Esquivamos algo porque organismo corporal como coaa física'
lo presentimos en cierto modo peligroso; todos resp€tamos ciertos La actitud racional que caracteriza ¡l ser humano es, p[er, la relación de
agüeros a los que prestamos alguna atención. Mantenemos algunas todo el proceso en el que- el individuo está ocupado consigo mismo,. tal- como se
refleia en su adopción be los papeles organizados de los otros at estimularse a eí
reacciones sociales hacia la natvralez que nos rodea, aun cuando no -irtio p"r" dicha reacción. Esta persona, en cuanto distinguida-de las ot¡ag,.residc
permitamos que tal cosa influya sobre nosotros en las decisiones dentro del campo de comunicación, y los otros residen también dentto de ese
campo. Lo que puede ser indicado a los otros o a la propia persona y no reac-
importantes. Son actitudes que, quizá normalmente, encubrimos, cioni a tales- gesios de indicación es, en el campo de ta percepción, lo que- deno-
pero que se nos revelan en numerosas situaciones. En la medida en minamos una cosa f ísica. El cuerpo humano, especiatmente en su análisis, es
considerado corno una cos: fisica.
que somos racionales, en la medida en que razonamos y pensamos, La línea de demarcación entte la person¡y el cuerpo se encuentra, pues, prime-
adoptamos una actitud social hacia el mundo que nos rodea, críti- ramente en la organización social del acto dentro del curl surge Ia persona, en
ru contraste con la actividad del organismo fisiotógico (MS).
camente en el caso de la ciencia, sin sentido crítico en el caso de La bas¿ legítima de distinción entre el espíritu y el cuerpo es la gue existe
la magia. entre los.tqu."-". sociales y los esquemas dól otganismo mismo- La-educación
debe uni¡ esirechamente a ambos. Hasta ahora no tenemos una categotía q¡e los
comprenda. Esto no quiere decir que exista lógicamente algo que se -oponga -a
16 [Acerca de ta géaesis social y natura¡eza dc la co¡e fí¡ic¡, véase Sccción 35; ello; se trate, simplemente, de uni imperfección de nuestro apatato dc conoci-
tarnbién The Philosophg of the Present, págr. I 19-39.1 mie¡to (1927') .
:::r*i

2t4 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCTEDAD 2t5


que, a su turno, se refleja en lo que he denominado el "mí", dc Sólo en ese sentido se ha tornado "subjetivo" el proceso social. Si
modo que el individuo mismo adopta una distinta actirud. el experto lo hiciese como lo hace un ni5o, sería un juego; pero si
Considérese a un político o un estadista presentando algún po- se hace para la reglamentación real del tránsito, entonc€s hay la
yecto en el cual tiene la actitud de la comunidad en él mismo. Sabc operación de lo que denominamos espíritu. El espíritu no es sino
cómo reacciona la comunidad a esa proposición. El reacciona en co la internalización de €se proceso externo en la conducta del indivi-
propia experiencia a esa exprcsión de la co¡nunid¿d 6s¡ duo, a fin de hacer frente a los problemas que surgen.
-sis¡¡¿
dicha experiencia. Posee una serie de actitudes organizadas que son Esta organizaciín peculiar nace d€ un proceso social que es ló-
las de la comunidad. Su propia contribución, el "yo" en este caso, gicamente su antecedente. L/na comunidad dentro de la cual el
es un proy€cto de reorganización, un proyecto que él presenta a la organismo actúa en forma cooperativa, de tales características que la
comunidad tal como está reflejado en él mismo. También él cambia, acción de uno es un estímulo para que otro reaccione, y así si'
por supuesto, en la medida en que presenta ese proyecto y hace de guiendo, es el antecedente del tipo peculiar de organización que de-
éste una cuestión política. Ha surgido €ntonces una nu€va situación nominamos espíritu, o persona. Tómese una sencilla relación fami-
social de resultas del proyecto presentado. Todo el procedimiento liar, donde €stán el hombre y la mujer, y el niño que tiene que
tiene lugar en la experiencia del estadista, así como en la experiencia ser cuidado. Ahí hay un proceso que sólo puede llevarse a cabo
general de la comunidad. El estadista tiene éxito en la medida en gracias a interacciones dentro de ese grupo. No puede decirse que
que el "mí" final refleja la actitud de todos los de la comunidad. los individuos estén primero y la comunidad deqpués, porque los
Quiero señalar que todo lo que ocurre no tiene lugar simplemente individuos surgen en el proceso mismo, así como en el cue4ro hu-
en su propio espíritu, sino más bien quc su espíritu es la exprrsión, mano o cualquier forma multicelular surgen las células diferenciadas.
en su propia conducta, de esa situación social, de ese gran proceso Es preciso que se esté llevando a cabo un proceso vital a fin de que
cooperativo de la comunidad, que se lleva a cabo, existan las células diferenciadas; del mismo modo, tiene que estar
Quiero eludir la inferencia de que el individuo toma algo que es Ilevándose a cabo un proceso social para que existan los individuos,
objetivo y lo torna subjetivo. Hay un proceso real de vivir juntos Y tan cierto es en la sociedad como lo es en la situación fisiológica,
por parte de todos los miembros de la comunidad, que tiene lugar el que no podría haber individuo si no hubiese el proceso del cual
¡ror medio de gestos. Los gestos son ciertas etapas d¿ las activida- forma parte. Dado tal proceso social, hay la posibilidad de una
des cooperativas que hacen de mediadores en todo el proceso. Ahora inteligencia humana cuando el mencionado proceso, en términos
bien, lo único que ha tenido lugar en la aparición del espíritu es la de la conversación de gestos, es incorporado a la conducta del indi-
incorporación de ese proceso, en cierta medida, a la conducta del in- viduo entonces surge, es claro, un distinto tipo de individuo
dividuo particular. Existe determinado símbolo, tal como el que -y de las reacciones ahora posibles. Sería concebible que
en términos
emplea el policía cuando dirige el tránsito. Eso es algo que está existiese un individuo que simplemente jugase como lo hace el niño,
presente exteriormente. No se torna subjetivo cuando el ingeniero, sin intervenir en un deporte social; pero el individuo humano es posi-
comisionado por la ciudad para estudiar sus reglamentos de trán- ble porque existe un proceso social en el cual puede funcionar res'
sito, adopta la misma actitud que el policía con reslxcto al tránsito ponsablemente. Las actitudes forman parte de la reacción social; los
y, al mismo tiempo, Ia actitud de los conductores de vehículos. gritos no se mantendrían como gestos vocales a menos de que pro-
Queremos sugerir, sí, que tiene la misma organización que el con- vocasen ciertas reacciones en los otros; la actitud misma sólo podría
ductor; sabe que detener significa aminorar la marcha, aplicar los existir como tal en ese juego recíproco de gestos.
frenos. En su organismo existe una serie definida de partes, de El espíritu es, sencillamente, el juego recíproco de tales gestos
tal modo adiestradas que en ciertas circunstancias le parrniten dete- en la forma de símbolos significantes. Dbemos recordar que el gesto
ner el vehículo. El levantamienüo de la mano por parte del policía existe solamente en su relación con la reacción, con la actitud. No
es el gesto qu€ provoca los distintos actos gracias a los cuales el ve- habría palabras a menos de que existiesen dichas reacciones. El
hículo es detenido. Esos distintos actos existen en la organización lenguaje no habría surgido jamás como una serie de simples tér-
del ex¡xrto; puede adoptar la actitud del policía y la del conductor. minos arbitrarios adosados a ciertos estímulos. Las palabras han
216 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 217
surgido de una interrelación social. IJno de los cuentos de Gulliver cs que lo que ocurre exteriormente en el rebaño se ha internalizado
se refierea una comunidaC en la que se creó una máquina dentro de cn la conducta del hombre. Existe la misma señal y la misma ten-
la cual podían meterse mecánicamente las letras del alfabeto, en una dencia a reaccionar, pero el hombre no sólo puede dar la señal, sino
interminable cantidad de combinaciones, y entonces los miembro¡ que también le es posible provocar en sí la actitud de fuga aterrori-
de la comunídad se reunían en torno a ella para ver cómo se dis- zada, y gracias a que la provoca puede volver a su propia tendencia
ponían las letras después de cada rotación, en la creencia de que po- de provocar y contenerla. Puede reaccionar hacia sí mismo, al adop-
dían surgir en la forma de la llíada. uno de los dramas de Shake- tar la actitud organizada de todo el grupo tratando de huir del pe-
slxare o alguna otra gran obra. La suposición, en este caso, sería h ligro. No hay en eso nada más subjetivo que el hecho de que la
de que los símbolos tienen absoluta independencia de lo que nos- reacción a su propio estímulo puede ser encontrada en su propia con-
otros denominamos su significación. Carece de fundamento: no ducta, y de que puede utilizar la conversación de gestos que.se lleva
puede haber símbolos si no hay reacciones. No habría pedido de a cabo a finde determinar su conducta. Si puede actuar de tal modo,
socorro si no hubiese una tendencia a reaccionar a un grito de angus- le es posible establecer un control racional y, de tal manera, po-
tia. Esos símbolos significantes, en el sentido de una subserie de sibilitar una sociedad mucho más altamente organizada que de lo
estímulos sociales que inician una reacción coop€rativa, son los que, contrario. Este proceso no utiliza a un hombre dotado de una
en cierto sentido, constituyen nuestro espíritu, siempre que no sólo conciencia donde antes no la había, sino, más bien, a un individuo
el símbolo, sino también las reacciones, se encuentren en nuestra que incorpora todo el proceso social a su propia conducta. Esa ca-
propia naturaleza. Lo que el ser humano ha logrado hacer es orga- pacidad, es claro, depende en primer lugar de que el símbolo sea tal
nizar la reacción a cierto símbolo que forma parte del acto social, que pueda reaccionar a él: y, por lo que sabemos, el gesto vocal ha
de modo que adopta la actitud de la otra lrrsona que coopera con sido la condición para el desarrollo de este tipo de símbolo. No sé
é1. Esto es to que confiere un espíritu. decir si puede desarrollarse sin el gesto vocal.
El centinela de un rebaño es el miembro de éste que tiene más Quiero €srar seguro de que se entiende que el contenido puesto
sensibilidad que los demás al olor o al sonido. Ante Ia inminencia en el espíritu es sólo desarrollo y producto de la interacción social.
del peligro, romp€ a correr antes que los demás, que entonces le Es un desarrollo de enorme im¡rcrtancia, y conduce a complejidades
siguen, en virtud de la tendencia del rebaño a correr todos juntos. y complicaciones de la sociedad que está casi fuera de nuestro alcance
FIay un estímulo social, un gesto, si se prefiere, al cual reaccionan el analizar, pero originariamente no es sino la adopción de la actitud
todas las otras formas. La primera forma capta el olor antes que del otro. En la medida en que el animal puede adoptar la actitud del
ninguna otra y echt a correr, y su carrera es el estimulo para que otro y utilizar esa actitud para la fiscalización de su conducta, en
Ias otras conan también. Todo es externo; no está involucrado esa medida tenemos lo que se denomina espíritu; y ese proceso es el
ningún proceso mental. El centinela no se consider¿ como el indi- único mecanismo involucrado en la aparición del espíritu.
viduo que tiene que dar la señal; simplemente, rompe a corrrer en No conozco ninguna manera en que la inteligencia o el espíritu
un momento dado, y, así, hace que los demás corran también. Pero pudiera surgir, a no ser mediante la internalización, por parte del indi-
con un espíritu, el animal que da la señal adopta a su vez la actitud
viduo, de los procesos sociales de la experiencia y la conducta, es decir,
de los demás que reaccionan a ella. Sabe lo que significa su señal. (Jn
mediante la internalización de la conversación de gestos significantes
hombre que grita "¡Fuego!" está en condiciones de provocar en sí
hecha posible por la adopción, por parte del individuo, de la actitud
la reacción que provoca en los demás. En la medida en qu€ el hom-
de otros individuos hacia él y hacia lo que se está pensando. Y si el
bre puede adoptar la actitud del otro ¿61i¡ud de reacción al
-sl¡ a su propio grito seú
fuego, su sensación ds ¡srrq¡-, esa reacción espíritu o el pensamiento ha surgido de esa manera, entonces no
algo que convierta su conducta en una cuestión mental, en contraste
¡ación inte¡na, la inte¡nalización de la conversación, desde el grupo social al indi-
con la conducta de los otros 18. Pero lo único que ha sucedido aquí viduo; 2) . . . imaginación. La imaginación deberia ser considerada en telación
con la conducta en la cual funcion¡ (1931).
18 El lenguaje, ¿n cuanto formado de símbolos cignificantcs, es lo que nor- La imaginación desernpeña en el acto precisamente el mismo papel que el ham-
ottos entendemoc por espíritu. El contenido de nuestro espíritu es: l) conver- bre en el proceso de I¡ alimentación (1912). (tVéase Ensayo Suplementario, I.1)
218 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 219

puede haber ni podría haber habido ningrin espíritu ni pensamiento hacer la misma cosa, sin que ese proceso aparc7-ca enlo que llamamos
sin el lenguaje; y las primeras etapas del desarrollo del fenguajc conciencia. Adquirimos conciencia del proceso cuando adoptamos
deben de haber sido previas al desarollo del espíritu o pensamknto. definidamente la actitud de los otros, y esta situación debe ser dis-
tinguida de la anterior. Quizás uno dice que no lc interesa v€stin¡e
según cierta moda, sino que prefiere ser diferente; y lu€go inco4rora
25. F¡- .,yo,, Y EL ..Mf,, coMo FAsEs DE LA PERSoNA 1' a su propia conducta la actitud de los otros hacia ó1. Cuando una
hormiga de otro hormiguero es introducida €n un horrniguero de
otra especie, éstas s€ la¡zan contra ella y la hacen pedazos. [.a acti-
Llegamos aho¡a a la posición de la persona o espíritu consci€nte
de sí en la comunidad. Tal persona encu€ntra su expresión en ta
tud de la comunidad humana puede ser la del individuo mi¡mo,
negándose a someterse porque adopta esa actitud común. El caso
afirmación de sí, o en la dedicación de sí misma a la causa de la co-
de la hormiga es una cuestión enteramente ext€rna, p€to €n el indi-
munidad, La persona aparece como un nuevo tipo de individuo en
el todo social. Existe un nuevo todo social debido a la aparición del viduo humano se trata de un asunto de adoptar las actitudes de los
tipo de espíritu individual que he descrito, y debido a Ia persona otros y de adaptarse o luchar. Este reconocimiento del individuo
como persona, en el proceso de utilizar su conciencia de sí, es lo que
con Eu afirmación de sí misma o su ídentificación con la comuni-
le proporciona la actitud de afirmación de sí o la actitud de dedi-
dad. La persona es la fase importante del desarrollo, porque tal
cación a la comunidad. Se ha convertido, entonces, en una lrrsona
sociedad sólo surge gracias a la posibilidad de la internalizaciín
de esa actitud social en las reacciones de toda la comunidad. El definida. En ese caso de afirmación de si existe una situación com-
pletamente distinta de la del miembro del rebaño, que quizá lo
cambio que tiene lugar debido a dicha internalización de la conver-
sación de gestos en la conducta del individuo, es un cambio que domina y que puede lanzarse salvajemente contra distintos com-
ponentes de é1. Aquí, decimos, un individuo actúa instintivamente
ocurre en la experiencia de todos lgs individuos componentes.
en cierta situación. En la sociedad humana tenemos un individuo
Por supuesto, ésos no son los únicos cambios que se producen que no sólo adopta su propia actitud, síno que además, en cierto
en la comunidad. En la conversación ocuffen cambios definidos,
sentido, adopta la actitud de sus súbditos; en la medida en que do-
de los que nadie tiene conciencia. Es necesaria la investigación de mina sabe qué puede eErrar. Cuando tal cosa sucede en la expe-
los hombres de ciencia, pet^ descubrir que tales procesos se han riencia de un individuo, se produce una distinta reacción con distin-
llevado a cabo. Esto rige también para otras fases de la organización tos acompañarnientos emocionales, diferentes de los del caso del
humana. Ellas cambian, decimos, inconscientemente, tal como ha jefe de la manada. En el último hay simplemente ira y hostilidad;
sido ilustrado en el estudio del mito que Wundt llevó a cabo en su en el otro, la experiencia de la lrrsona afirmándose conscientemente
Vólherpsgchologie. El mito proporciona una explicación de la for- contra las otras p€rsonas, con la sensación de poderío, de domina-
ma eir que la organización se ha producido mientras carecía mayor- ción. En genetal, cuando la reacción de la comunidad se ha internali-
mente de o¡ientación consciente esa clase de cambio ocurre
zado en el ,individuo, existe un nuevo valor en la experiencia y un
continuamente. Tómese la actitud-y de una lrrsona hacia una nueva
nuevo orden de reacciones.
moda. Puede que al principio sea de objeción. Al cabo de un Hemos analizado la persona desde el punto de vista del "yo"
tiempo llega a un punto €n que piensa de sí misma adoptando esa y el "mi", representando el "mí" al grupo de actitudes qne repte-
nueva moda, advirtiendo las ropas de los escaparates y viéndose ata-
senta a otras de la comunidad, en especial a ese grupo de reacciones
viada con ellas. El cambio se ha operado en ella sin que lo advir- organizadas que hemos detallado al anelizar el deporte, por un lado,
tiese. Hay, pues, un proceso trror medio del cual el individuo, en y las instituciones sociales, por el otro. En tales situaciones existe
interacción con otros, se torna inevitablemente como los otros para cierto gru¡ro organizado de actitudes que responden a cualquier acto
re tambié¡ "The Dcfinition of the Physical", Uniwrdtg of Chicago
social ¡ror parte del organismo individual. En cualquier proceso coo-
¡Véase
Decennial Publications, 1903¡ páes. 104 y e¡.; "The Mechaniem of Soci¡l Cons- perativo, como el de la familia, el individuo provoca una reacción
ciousncs¡", Journal of Philotophg, IX (1912), págr. 401 y ¡c.; "Tbe Social en los otros miembros del grupo. Pues bien, en la medida en que
Self", ibíd., X (t913), págs. t71 y *.1
€t
220 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD 221

dichas reacciones pueden ser provocadas en el individuo de modo experiencia como una lxrsona; y mientras tal cosa no suceda no sur-
que éste pueda reaccionar a ellas, en esa medida tendremos los con- girá como persona.
tenidos que componen a le persona: el "otro" y el "yo". La distin- Naturalmente, la sociedad racional no está limitada a ninguna
ción se expresa en nu€stra experiencia en lo que llamamos el reconoci- serie especifica de individuos. La actitud de la comunidad hacia
micnto de los otros y el reconocimiento de nosotros en los otros. No nuestra reacción se internaliza en nosotlos en términos de la signi-
podemos realizarnos a nosotros mismos sino en el grado en eue reco- ficación de lo que estamos haciendo. Esto ocure, en su más amplio
nocemos al otro en su relación con nosotros. Sólo cuando adopta grado, en el raciocinio universal, en la réplica que el mundo racio-
la actitud del otro, puede el individuo realizar* a sí mismo como nal hace a nuestra afirmación. La significación es tan univ€rsal como
I)ersona.
la comunidad; está necesariamente involucrada en el caráctet racional
Nos referimos, por supuesto, a una situación social en cuanto de dicha comunidad; es la reacción que el mundo compuesto de
distinta de simples reacciones orgánicas como los reflejos del orga- seres racionales tiene inevitablemente hacia nuestra afirmación. In-
nismo, algunos de los cuales ya analízamos, por ejemplo el caso en corporamos al mismo tiempo el objeto y a nosotros mismos a la
que una persona se adapta inconscientemente a las que la rodean. experiencia, en términos de tal proceso; el otro aParcce en nu€stra
En esa experiencia no existe conciencia de sí. IJno logra la concien- experiencia en la medida en que adoptamos tal actitud organízada
cia de sí sólo en la medida en que adopta la actitud del otro o se y generalizada,
siente estimulado a adoptarla. Entonces se encuentra en posición de Si uno se encuentra en la calle con una p€rsona a la que no
reaccionar en sí a esa actitud del otro. Supongamos que nos encon-
logra reconocer, la reacción hacia ella es la misma que hacia cual-
quier otro que sea miembro de la misma comunidad. La persona es
tramos €n una situación económica. Sólo cuando adoptamos la acti-
tud del otro al hacernos una oferta, podemos expresarnos en ta el otro, el otro organizado, generalizado si se prefiere. (Jno adopta
aceptación o declinación de tal oferta. Es una reacción de la per- su actitud, en contraste con la p€rsona de uno. Si el otro se vuelve
en una dirección, uno tiene que ir en otra dirección distinta. Y es la
sona, distinta de un ofrecimiento claramente automático que puede
tener lugar sin la conciencia de sí. Un chiquillo nos mete en la existencia dentro de sí de tal actitud lo que hace posible que uno
sea una trxrsona. Ello involucra algo que va más allá del hecho de
mano un volante de publicidad, I nosotros lo tomamos sin con-
volverse hacia la derecha, instintivamente, como decimos, sin con-
ciencia definida de él o de nosotros mismos. Nuestro p€nsamiento
puede estar en cualquier otra parte, pero el proceso se lleva a cabo. ciencia de sí. Para tener conciencia de sí, uno tiene gue tener la
actitud del otro en su propio organismo, como controladora de lo que
Lo mismo rige, es claro, en el cuidado de los niños. Los niños pe- en la experiencia inmediata de la
queños experimentan Io que llega hasta ellos, y se adaptan a ello en
se va a hacer. Lo que eparece
p€rsona de uno, al adoptar tal actitud, es lo que nosotros denomina-
forma inmediata, sin que en su experiencia esté presente una lxrsona.
mos el "mí". La persona que es capaz de mantenerse en la comu-
Cuando aparece una persona, ella siempre involucra una expe- nidad es reconocida en ésta, en la medida en que reconoce a los
riencia de otra; no podría haber una experiencia de una persona sim- he referido llamán-
otros. Tal es la fase de la persona a la que me
plemente por sí misma. La planta o el animal inferior reaccionan a
dola el "mí".
su medio, pero no hay experiencia de una lxrsona. Cuando una
Frente al "mí" €stá €l "yo". El individuo no sólo tiene dere-
persona aparece en la experiencia, dparcce en contraste con el otro,
chos: también tiene deberes. No sólo es un ciudadano, un rniem"
y hemos venido delineando la condición en que este otro aparece en bro de la comunidad, sino que también reacciona a dicha comunidad,
Ia experiencia del animal humano, a saber, en la presencia de esa y su reacción a ella, como hemos visto en la conversación de gestos,
clase de estímulo, en la actividad cooperativa que provoca en el indi- la cambia. El "yo" es la reacción del individuo a la actitud de la
viduo Ia misma reacción que provoca en el otro. Cuando la reacción comunidad, tal como dicha actitud apatece en su propia conciencia'
del otro se convierte en parte esencial de la experiencia o conducta A su vez, su reacción a esa actitud organizada cambia a ésta' Como
del individuo; cuando adoptar la actitud del otro se torna parte hemos señalado, se trata de un cambio que no se encuentra presente
esencial de su conducta, entonces el individuo aparece en su propia en su experiencia hasta que tiene lugar. El "yo" apatece en nues-
222 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 22)
tra experiencia en la memoria. Sólo después de haber actuado eabe- en el proceso cooperativo que corres¡ronde a cualquier comunidad.
mos qué hemos hecho; sólo después de haber hablado sabemos qué Las actitudes involucradas son extraídas del gru¡n, pero el individuo
hemos dicho. La adaptación a ern mundo organizado que está p¡e- en quien se organizan tiene la oportunidad de dades una expresión
sente en nuestra natural€za ¡epresenta al "mí" y está constantemcntc que, quizás, nunca han tenido antes.
allí. Pero si la reacción a él ec de la naturaleza de la convcrsación dc Esto plantea la duda general en cuanto a si puede aparecer algo
gestos, si crea una situación en cierto modo nueva, si uno defiendc m
nuevo 20. Prácticamente, es claro, la novedad se da constantemente,
aslrecto dcl caso, si se afirma contra otroc e insiste en que éstos adop- y el reconocimiento de ello recibe su expresión, en términos más ge-
t€n una distinta actitud hacia é1, entoncEs ocurre algo importante quc nerales, en el concepto de emergencia. La emergencia involucra una
no estaba anteriorment€ pr€sente en nuestra experiencia. reorganización, pero la reorganización introduce algo que no existía
Las condiciones generales en que uno actúa pueden estar presen- antes. La primera vcz que se unen el oxígeno y el hidrogelo, €trl€r-
tes en la experiencia, p€ro uno mismo ignora la manera en que f€ac- ge el agua. Ahora bien, el agua es una combinación de oxígeno e
cionará, así como cl hombrc de ciencia desconoce la hipótesis que hidrógeno, pero el agua no se encontraba Presente antes en los ele-
extraerá del estudio de un problema. Suceden tales y cuales cosas que m€ntos separados. El concepto de emergencia es un concepto al que
son contrarias a la teoría que se ha prcsentado. ¿Cómo se las cxpli- la filosofía reciente ha dado gran importancia. Si se contempla el
cará? Tómese el descubrimiento de que un grano de radio manten- mundo simplemente desde el punto de vista de una ecuación mate'
dría hirviendo una olla de agua y, apar€ntemente, no significaría mática en la que existe una absoluta igualdad de los distintos tér-
gasto alguno de energía. Ahí sucede algo que contradice toda la minos, entonces, por supuesto, no hay novedad. El mundo es
teoría de la física hasta la concepción de la actividad dcl radio. El simplemente una satisfa€ción de tal ecuación. Asígnese cualquier
hombre de ciencia que tiene los hechos ante sí, se ve obligado a esco. valor a X y a Y y la ecuación seguirá siendo tal. Las ecuaciones
ger alguna explicación. Sugiere que el átomo de radio se roop€r ]r persisten, es cierto, p€ro en su persistencia surge en rigor algo que
en consecuencia, libera energía. Según la teoría ant€rior, un átomo no existía antes. Por ejemplo, hay un grupo de individuos que tienen
de radio er¿ una cosa permanente, de la que no se podía obtener ener- que trabajar juntos. En una sociedad, debe encontralse en todos una
gía. Pero ahora, si se su¡rcne que el átomo mismo es un sist€ma serie de hábitos de reacción comunes, organizados, P€ro la forma en
que involucra una interrel¿ción de energías, entonces la ruptura dc que los individuos actúan es lo que origina todas las difcrencias indi-
tal sistema libera lo que es, relativament€, una enorme cantid¡d de viduales que caracterizan e las distintas personas. El hecho de que
energía. Lo que quiero señalar es que la idea le llega al hombre de t€ngan que actuar de cierta manera común, no les priva de origi-
ciencía, no está ya pr€sente en su espíritu. Su espíritu, más bien,
nalidad. El lenguaje común existe, pero se hace un distinto empleo
es el proceso dc la aparición de esa idea. (Jna persona quc defiende
sus derechos en cierta ocasión, ha ensayado la situación, s€ provoca
del mismo en cada nuevo contacto €ntre lxrsonas: el elemento de
a sí misma y dice algo que ya está en eu espíritu. Pero cuando ee lo noved¡d de la reconstrucción se da gracias a la reacción de los indi-
dijo por primera vez, no sabía lo que iba a dcci¿ Se dijo entonc.o viduos hacia el grupo al cual lxrtenecen. Esa reconstrucción no es
algo que era nuevo para ella, así como la hipótesis del hombte de dada por anticipado, así como no lo es la hipótesis que el hombre
ciencia es una novedad cuando se le ocurre. de ciencia presenta en la explicación del problema. Ahora bien, esa
Tal réplica nueva a la ¡ituación eocial involucrada en la ¡erie de reacción del individuo al "mí" organizado, el "mí" que en ci€rto
actitudes organizadas constituye el "yo", en contraste con cl "rnl". sentido es simplemente un miembro de la comunidad, es la que re-
El "mí" es un individuo convencional, habitual. Eetá siemprc pre- presenta al "yo" en la experiencia de la persona.
sente. Tiene que tener los hábitoe, las reacciones que todos tienen; Los valores relativos del "mí" y el "yo" dependen de la situación.
de lo contrario, el individuo no podría ser un miembro de la comu- Si uno defiende su propiedad en la comunidad, es de importancia
nidad. Pero el individuo reacciona constantemcnte a dicha comuni- primaria el que sea un miembro de ella, porque su adopción de la
dad organizada, expresándose a sí mismo, no necesariamente afir-
mándose en el sentido ofensivo, eino expresándose, eiendo él mismo zo ¡Cf. Thc Phíluophg of the Act, pa¡tc III.I
224 GEORGE H. MEAD pspfRIru, pERsoNA y socrEDAD 225

actitud de los otros le garantiza el reconocimiento de sus propios una diferencia significante. En tal persona, el "yo" es la fasc más
derechos. Lo importante en esas circunstancias es ser un "mí". Ello importante de la experiencia. Esas dos fases que aptrecen constan-
le confiere su posición, le concede la dignidad de ser un miembto temente son las fases importantes de la persona 2r.
de Ia comunidad, constituye la fuente de su reacción emocional
a los valores que le pertenecen como miembro de la comunidad.
Es la base de su incor¡roración a la experiencia de otros. 26, L¡ nr¡r¡z,rclóN DE LA pEREoNA EN LA
En ocasiones es la reacción del ego o "yo" a una situación, SITUACIÓN SOCIAL
la forma en que uno se expresa a sí mismo, lo que le proporciona
una sensación de gran importancia. Uno se hace valer en cierta si- Hay todavía otra fase del desarrollo de la persona que es pre-
tuación, y el énfasis reside en la reacción. La exigencia es de li- ciso presentar más detalladamente: la realización de la persona en
bertad con respecto a convenciones, a leyes dadas. Por supuesto, la situación social en la cual surge.
tal situación es posible sólo cuando el individuo recurre, por así He afirmado que la persona aparcce en la experiencia esen-
cialmente como un "mí" con la organización de la comunidad a la
decirlo, de una comunidad estrecha y restringida a une más amplia,
es decir, mayor en el sentido lógico de poseer derechos que no estón
quc lrrtenece. Esta organizaciín, por supu€sto, se expr€sa €n
tan restringidos. (Jno se aparta de convenciones fijas que ya no las dotes particulares y en la especial situación social del indivi-
tienen significación alguna en una comunidad en que los derechos duo. Este es un miembto de la comunidad, p€ro es una parte especial
serán públicamente reconocidos, y recurre a otros individuos, en la de la comunidad, con una herencia y una posición especiales que
suposición de que €xiste un grupo de otros organizados que resPon- le distinguen de todos los demás. Es lo que €s en cuanto miembro
den al llamado de uno cuando este llamado sea hecho para de dicha comunidad, y las materias primas de que nac€ ese indivi-
-aun
la posteridad. En ese caso ¡¡e trata d€ la actitud del "yo" en con- duo especial no constituirían una lxrsona, a no ser por la relación
traste con el "mí". del individuo con la comunidad de la cual forma parte. Así, él
tiene conciencia de sí mismo como tal, y €sto no sólo en la ciuda-
Ambos aspectos del "yo" y del "mí" son esenciales para la per'
danía política, o en su condición de miembro de grupos en los
sona en su plena expresión. Uno debe adoptar la actitud de los
que participa, sino también desde el puntc de vista del pensamiento
otros de un grupo, a fin de p€rtenecer a la comunidad; tiene que
reflexivo. Es miembro de la comunidad de los pensadores cuya lite-
emplear el mundo social exterior incorporado a sí, a fin de poder
ratura lee, y a la cual puede contribuir con sus propios pensamien-
desarrollar pensamientos. Gracias a su relación con los otros de esa
tos publicados. Pertenece a una sociedad de todos los seres racio-
comunidad, gracias a los procesos sociales racionales que se llevan a
nales, y la racionalidad que identifica consigo mismo involucra un
cabo en dicha comunidad, tiene existencia como ciudadano. Por
continuo intercambio social. La más amplia comunidad en la que se
otra parte, el individuo reacciona constantemente a las actitudes encuentra cl individuo, la que €stá en todas partes, en todos y para
sociales y cambia, en este proceso cooperativo, la comunidad misma
todos, es el mundo del pensamiento en cuanto tal. Es miembro de
a la cual lxrtenec€. Tales cambios pueden ser modestos y triviales.
dicha sociedad, y es lo que es en cuanto tal miembro.
Puede que uno no tenga nada que decir, aunque le lleve mucho
El hecho de que todas las trrrsonas estén constituídas por pro-
tiempo decirlo. Y, sin embargo, se lleva a cabo cierta proporción
cesos sociales, o en términos de ellos, y que sean reflejos individuales
de adaptación y readaptación. Hablamos de una lrrsona consi-
de ellos más bien, de esa pauta de conducta otganízada que ellos
derándola un individuo convencional; sus ideas son exactamente -o
las mismas que las de sus prójimos; dadas las circunstancias, es 21 Los psicólogos tratan, e¡ gene¡al, de los procesos involucrados en lo
que denominamos "percepción", pero han omitido mayormente de la explicación
alxnas algo más que un "mí"; sus adaptaciones son sólo las leves el carácter de la persona. La importancia de la persona ha penetr¡do en la
adaptaciones que ocurren, como decimos, inconscientemente. En psicología, principalmente gracias al patólogo, Las disociaciones han concentrado
la atención sobre la persone y demostrado cuán absolutamente fundamental es ese
contraste, €stá la persona que tiene una personalidad definida, que c:rácter social del espíritu. l-o gue constituye la pcrsonatidad r¿side en esa especie
de toma y daca entre tos miembros de un grupo ocupados en un proceso coope-
replica a la actitud organízada en una forma que Ia convierte en ¡ativo. Es esta actividad la que ha llevado hasta el animal humano inteligente.
*r-

226 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 227

exhiben y que las personas aprehenden en sus respectivas estructu- bio, es claro, puede ser muy im¡rortante. Tómese Ia más amplia co-
ras--, no es en modo alguno incompatible con el hecho de que todac munidad que podamos presentar, la comunidad racional represen-
las personas individuales rienen su individualidad peculiar, su pro- tada en el llamado raciocinio universal. Hasta una época relativa-
pia pauta única, ni destruye tal hecho. Porque cada persona indi- mente reciente, la forma de tal comunidad era la de un mundo ans-
vidual, dentro de ese proceso, si bien rcfleja €n su estructura orga- totélico. Pero hombres de Norteamérica, Inglaterra, Italia, Alema-
nizada la pauta de conducta de dicho proceso en cuanto un todo, nia y Francia han cambiado considerablemente la estructura de ese
lo hace desde su punto de vista particular y único denrro de dicho mundo, introduciendo una lógica de rtlaciones múltiples en el lugar
proceso y, de tal modo, refleja en su estructura organizada un as- de la relación aristotélica de sustancia y atributo. Otro cambio fun'
Ircto o perspectiva de toda esa pauta social de conducta, distinta damental ha tenido lugar en la forma del mundo, gracias a la reac'
de la que se reflej" en la estructura organizada de cualquier otra per- ción de un individuo: Einstein. Las grandes figuras de la historia
sona individual que existe dentro de ese proceso (así como toda mó- provocan cambios fundamentalísimos. Estos cambios profundos
nada del universo leibniziano refleja ese universo desde un punto que se producen gracias a la acción de espíritus individuales, son
de vista distinto y, por lo tanto, refleja un distinto aspecto o lxrs- sólo la expresión extrema de los que se llevan a cabo continua-
pectiva de dicho universo) . En otras palabras, la estructura orga- mente debido a reacciones que no son simplemente las de un "mí",
nizada de cada persona individual, dentro del proceso social de sino las de un "yo". Fstos cambios tienen lugar gradualmente y
experiencia y conducta, rcfleja la pauta de relaciones organizadas de más o menos imperceptiblemente. Sabemos que cuando pasamos
dicho proceso €n cuanto un todo y está constituída por dicha parrta. de un período histórico a otro se han producido cambios fundamen-
Pero cada estructura de persona individual refleja un distinto aspec- tales, y sabemos que tales cambioc son debidos a las reacciones de
to o p€rspectiva de esa pauta de relaciones, y está constituída Dor los distintos individuos. Sólo podemos reconocer el efecto final,
esa pauta, porque cada estructura refleja esa pauta de relaciones des- pero las diferencias se deben a los gestos de los innúmeros indivi-
de su punto de vista único: y, así, el origen social y constitución duos que cambian realmente la situación en que se encuentran, aun-
comunes de las p€rsonas individuales y de sus estructuras no ex- que los cambios específicos sean demasiado minúsculos para que los
cluye la existencia de amplias diferencias y variaciones individuales identifiquemos. Como he señalado, el ego o "yo" que es res¡ronsable
entre ellas, ni contradice la indívidualidad peculiar y más o menos por los cambios de esa clase, aparece en la experiencia sólo después
or"rrntiva que cada una de ellas posee en realidad. Toda persona de que ha tenido lugar su reacción. Sólo después de haber pronun-
individual, dentro de una sociedad o comunidad social dade, re- ciado la palabra que estamos diciendo, nos reconocemos como la pt-
fleja en su estructura organizada toda la pauta de relaciones de la sona que la ha pronunciado, como esa lrrsona particular que dice
conducta social organizada qlue dicha sociedad o comunidad exhibe esa cosa particular; sólo después de haber hecho lo que vamos a
o pohe en práctica, y su €structura organizada está constituída por hacer, tenemos conciencia de lo que estamos haciendo. Por muy
el mencionado molde; Irro pu€sto que cada una de esas lrrsonas cuidadosamente que planeemos el futuro, éste es siempre distinto de
indi luales refleja un aspecto o perspectiva distinto, único, de esa lo que podemos pr€ver, y este algo que continuamente inco4rora-
paut. en su perspectiva, desde su lugar o punto de vista particular mos y agregamos es lo que identificamos con la persona que aparece
y tinico dentro del proceso total de conducta social organizada q:ue en el plano de nuestra experiencia sólo después de la completación
exhibe esa pauta +s decir, puesto que cada uno está diferente o del acto.
singularmente relacionado con ese proceso total y ocupa en él su En algunos sentidos, es claro, podemos determinar qué está por
propio foco, esencialmente único, de relaciones-, la estructura de hacer la p€nsona. Podemos aceptar ciertas responsabilidades por an-
cada uno está constituída por €sa pauta de un modo distinto del ticipado. Uno firma contratos y hace promesas, y se siente obli-
que €stá constituída la estructura de cualquier otro. gado por ellos. La situación puede cambiar, el acto puede ser
El individuo, como tremos visto, reacciona continuamente con- distinto de lo que el individuo pensaba llevar a cabo, pero está ligado
tra esta sociedad. Cada adeptación involucra algún tipo de cam- al contrato que ha firmado. Tiene que hacer ciertas cosas a fin de
bio en la comunidad a la cual el individuo se adapta. Y este cam- continuar siendo miembro de la comunidad. En los deberes de lo
228 GEORGE H. MEAD ESPfRITÜ, PERSONA Y SOCIEDAD 229

que llamamos conducta racional, €n nuestra adaptación a un mundo turalmente, hay cimientos profundos y sólidos. [Jno cumple con
en el que prevalecen las leyes de l¿ naturaleza y la economía y los su palabra, hace frente a sus obligaciones; y ello proporciona una
sistemas políticos, ¡rcdemos analizar lo que ocurrirá y aceptar la base para el respeto de sí. Pero son caracteres que prevalecen en la
responsabilidad de lo que vamos a hacet, y, sin embargo, la persona mayoría de los miembros de la comunidad con los cuales tenemog
real que aperece en el acto espera a la completación del acto mismo. relaciones. Siempre fracasamos en ciertos puntos, pero €n general
Ahora bien, este acto vivo es el que nunca lrnetra directamente en la somos gente que cumple con su palabra. Pertenecemos a la comu-
experiencia reflexiva. Sólo después de que ha tenido lugar el acto, nidad, y nuestro autorreslr€to depende de que nos reconozcamos
¡rodemos apresarlo en nuestra memoria y ubicarlo en términos de como tales individuos que se respetan a sí mismos. Pero eso no nos
lo que hemos hecho. Podemos decir que €s ese "yo" el que conti- basta, puesto que queremos reconocernos en nuestras diferencias con
nuamente estamos tratando de realizat, y de tealizar mediante la respecto a las otras p€rsonas. Tenemos, por supuesto, una situa-
conducta misma. uno no lo tiene nunca completamente ante sí. ción económica y social específica que nos permite distinguir-
A veces alguien puede decirnos algo sobre nosotros mismos de lo nos de tal modo. También tenemos, hasta cierto-pu-ñto, posicio-
cual no teníamos conciencia. (Jno nunca está seguro de sí, y se nes, €n distintos grupos, que nos proporcionan un medio de auto-
asombra a sí propio con su conducta tanto como asombra a otras identificación, p€ro detrás de estas cuestiones hay una sensación de
lxrsonas. que existen cosas que hacemos mejor que otras personas. Es
Las posibilidades de nuestra naturaleza, esos tipos de energía que sumamente interesante estudiar estas sup€rioridades, muchas de ellas
William James indicó con tanto placer, son posibilidades de la per- triviales, pero de gran importancia Para nosotros. Podemos
sona que están más allá de nuestra captación inrrediata. No sabe- analízt las formas de hablar o de vestirnos, la capacidad para re-
mos qué son. Obtenemos gran parte de nuestro goce con las nove- cordar, esto, aquello y lo de más allá, pero siempre es algo en que
las, las peliculas cinematográficas, el arte, poniendo en libertad, nos destacamos de otras p€rsonas. Tenemos cuidado, es claro, de no
por Io menos en la imaginación, capacidades que nos pertenecen, jactarnos nosotros mismos. Nos tomamos grandes trabajos para
o que qu€remos que nos pertenezcan. Los complejos de inferioridad encubrir semejante situación; pero en realidad nos sentimos gran-
surgen de la existencia en la persona de necesidades que querríamos demente complacidos. Entre los niños y entre las comunidades pri-
satisfacer; al no poder hacerlo, nos adaptamos a ellas mediante los mitivas, esas superioridades son exhibidas y la persona sc jacta de
llamados complejos de inferioridad. Las posibilidades del "yo" ellas; pero asimismo en nuestros grupos más avanzados existen
corres¡nnden a lo que realmente está sucediendo, teniendo lugar, y como formas esenciales de rcalizar la propia p€rsona, y no se las
son, en cierto sentido, la parte más fascinadora de nuestra expe- debe identificar con lo que denominamos expresión de la persona
riencia. Es en ellas que surge Ia novedad, y en ellas están ubicados egoísta o egocéntrica. IJna p€rsona puede ser tan sincera como se
nu€stros más importantes valores, En cierto sentido, continuamente quiera en materia de dólares y centavos o esfuerzos, y puede ser
buscamos la realización de esa p€rsona. sincera en su reconocimiento de. los éxitos de otras personas y de
Hay varias formas en que podcmos rcalizar €sa frrsona. Puesto su complacencia con ellos, pero eso no le impedirá que goce con
que se trata de una lrrsona social, es una persona realizada en su sus propias habilidades y obtenga una satisfacción especial de sus
relación con otras. Tiene que ser reconocida por otras, para tener propios éxitos.
los valores que queremos que le pertenezcan. En cierto sentido, se Esta sensación de superioridad no representa necesariamente al
rcaliza a si misma gracias a su superioridad con resp€cto a otros, tipo desagradable de carácter asertivo, ni significa que la prsona
del mismo modo que reconoce sus inferioridades cotejada con otros. quiera rebajar a otros individuos a fin de conseguir una posición
Los complejos de inferioridad son las situaciones inversas a esos más elevada. Esa es la forma que tal rcalización de sí mismo apa'
sentimientos de superioridad que alentamos con referencia a nosotros, renta tomar, para decir lo menos, y todos nosotros reconocemos
en contraste con las trxrsonas que nos rodean. Es interesante penetrar esa forma, no simplemente como infortunada, sino como más o
en la propia conciencia íntima y €ncontrar aquello de lo cual tene- m€nos moralmente despreciable. Pero existe una exigencia, una exi-
mos tendencia a depender para mantener nuestro autorrespeto. Na- gencia constante, pan rcalizar la propia p€rsona en alguna clase
rÉ:t:*
.5É4re

2t0 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD 23t


de superioridad sobre los que nos rodean. Aparccc quizá más defi- más graves, hay una actitud que involucra el sentimiento de supe-
nidamente en situaciones como aquellas a las que me tre referido y rioridad y que al mismo tiempo no entraña malignidad alguna.
que son las cosas m;ás difíciles de explicar. Existe cierto placer ca Podemos ten€r sumo cuidado con lo que decimos, pero aun así existe
las desdichas de otras lrrsonas, eqrocialmente de les que están con- la actitud de la persona que en cierto modo se siente superior en
centradas en torno de su personalidad. Encuentra su cxprcsióo ca esas condiciones: no hemos hecho esa cosa embarazosa, nos hemos
lo que denominamos murmuraciones, incluso murmuraciot€s fnt- librado de ella.
lévolas. Tenemos que estar en guardia contra ellas. Podemos rela. El sentimiento de superioridad es magnificado cuando perte-
cionar un acontecimiento con una pena real, y, sin embargo, siem- nocea una lxrsona que se identifica con el grupo. Se agrava en
pre hay cierta satisfacción en algo que le ha ocurrido a otra lrrsona nuestro patriotismo, en el que legitimizamos una afirmación de
pero no a nosotros. euperioridad que no admitiríamos en las situaciones a que me he
Esta es la misma actitud que la involucrada en la gracia de quc referido. Parece ser perfectamente legítimo afirmar la superioridad
alguien tropiece y caiga. En la risa que produce esa situación, hay de la nación a que uno lxrt€nece, con reslrcto a las demás naciones;
cierta liberación del esfuerzo que no tenemos que hacer para levan- describir la conducta de otras naciones con tintas sombrías a fin de
tarnos. Es una reacción directa, una reacción que subyace a lo quc destacar los valores de la conducta de los que componen nuestra
llamamos conciencia de sí, y el humorismo de la misma no acom- propia nación. Y esto es igualmente cierto en política y religión,
paña al placer por los sufrimientos de la otra lxrsona. Si una lrrson¡ en la preferencia de una secta por encima de las demás. Esto ocupó,
se quiebra una pierna, ¡rodemos simpatizar con ella, pcro, en fin en el primer período, de las guerras religiosas, el lugar de las expre-
de cuentas, fué gracioso veda esparrancada en el suelo. Por así de- siones de nacionalismo exclusivo. (Jno pertenecía a un grupo supe-
cirlo, comenzamos a caet con ella y a levantarnos después de que rior a todos los otros, y podía hacerse valer confiadamente porque
ha caído, y nuestra teoría de la risa es que se trata de una liberación tenía a Dios de su parte. Ahí encontramos una situación en la cual
de esa tendencia inmediata a sorprendernos en esas condiciones. parecia ser perfectamente legítimo afirmar esa clase de superioridad
Nos hemos identificado con la otra ¡rrsona, adoptado su actitud. que acompaña a la conciencia de sí y que, €n cierto sentido, parec€
Dicha actitud involucra un intenso esfuerzo que no tenemos que ser esencial para la conciencia de sí. Naturalmente, ella no se limita
Itacer, y la liberación de ese esfueno se expresa en risa. La risa es al nacionalismo y al patriotismo. Todos creemos que el grupo en
la forma en que el "yo", por así decirlo, reacciona en esas condi- que nos encontramos es superior a todos los demás grupos. Podemos
ciones. El individuo probablemente pone manos a la obra para unirnos a los miembros para un chismorreo que con cualquier otra
ayudar a la otra persona a levantarse, p€ro hubo en la reacción un persona o cualquier- otro grupo sería ímposible. El lídenzgo, gnr
elemento que se expresó en la sensación de superioridad de la per- supuesto, desempeña su papel, puesto que el entusiasmo por los que
sona que no perdió el pie con resp€cto a la que cay6 en la acera. tienen una posición elevada entre nosotros nos ayuda a la organiza-
Pues'bien, la situación general no se encuentra simplemente bajo ción del grupo; Irro, en conjunto, dependemos de un reconocimien-
condiciones físicas, sino que es igualmente evidente en la comuni- to común de que los otros no son tan buenos como nosotros.
dad cuando una p€rsona comete ttn faux pas; ahí también tenemo!¡ El sentimiento de superioridad de grupo se explica en general en
la misma sensación de diversión y superioridad. términos de la organización del grupo. Los grupos sobrevivieron en
Quiero destacar en estos ejemplos la diferencia existente ent¡e el pasado en la medida en qu€ se otganizaron contra un enemigo
la actitud ingenua del "yo" y la actitud más complicada del "mí". común. Se mantienen gracias a que han actuado como una unidad
(fno se comporta con perfecta corrección, suprime su carcajada, sc contra el enemigo común: tal es la explicación desde el punto de
apresura a poner de pie nuevamente a Ia persona caída. Esa es la vista de la supervivencia del más apto, de la comunidad que está
actitud social del "mí" en comparación con la del "yo", qtue goz organizada más satisfactoriamente. Por cierto que es la forma más
con la situación, pero que goza, diremos, en cierta forma inofensiva. sencilla de reunirse, y puede que sea una explicación adecuada.
No hay nada de maligno en ello, y aun en las situaciones €n que Si uno posee una legítima superioridad, se trata de una supe-
uno siente cíerta satisfacción en ent€rarse de escándalos y dificultades rioridad que descansa sobre la ejecución de funciones definidas. Uno
232 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 2tt
es un buen cirujano, un buen abogado, y puede enorgullecerse dc ¡rce en la acción del "yo", peto la estructura, la forma de la persona,
su superioridad, pero es una superioridad de la cual hace uso. Y :¡ convencional.
cuando la emplea realmente en la comunidad a la que lrrtenece, ella Esta forma convencional puede ser reducida a un mínimo. En
pierde el elemento de egoísmo en que pensamos cuando trnsamot l¡ actitud del artista, donde hay creación artística, el énfasis puesto
en una lrrsona que se jacta simplemente de su superioridad sobrc mbre el elemento de novedad es llevado al límite. Esta exigencia
alguna.otra. He estado poniendo el acento en el otro aspecto, porquc rlc lo no convencional es especialmente adv€rtible en el arte moderno.
a veces lo encubrimos en nuestra expcriencia. Pero cuando el senti- lin él se supone que el artista debe apartarse de la convención; se
miento de superioridad se inco4rora a una expresión funcional, en- cñe que una parte de la expresión artística reside en la ruptura con la
tonces se hace, no solamente legítimo, sino que es la forma en que convención. Naturalmente, tal actitud no es esencial para la función
los individuos cambian las situaciones en que viven. Cambiamos la¡ ¡rtística, y probablemente jamás ocurr€ en la forma extrema en
cosas gracias a las capacidades que tenemos y otras frrsonas no que tan frecuentemente es proclamada. Tómese a ciertos artistas
tienen. Tal capacidad es la qu¿ nos torna eficaces. La actitud inme- del pasado. En el mundo griego los artistas eran, en cierto sentido,
diata lleva en sí un s€ntimiento de superioridad, de mantener la los supremos artesanos. Lo que ellos debían hacer era más o m€nos
Irrsona. La superioridad no es la meta que tenemos a la vista. Es c¡tablecido por la comunidad y aceptado por ellos, como, por ejem-
un medio para la conservación de la persona. Tenemos que distin- plo, la expresión de las figuras heroicas, de ciertas deidades, la erec-
guirnos de otros, y ello se logra haciendo algo que los demás no ción de los templos. Las reglas definidas eran aceptadas como esen-
pueden hacer o no pueden hacer tan bien. ciales para la expresión. Y sin embargo el artista introducía en ésta
Ahora bien, poder aferrarnos a nosotros mismos en nuestras la originalidad que distingue a un artista de otro. En el caso del
peculiaridades es algo encantador. Si se toma simplemente en la ¡rtista, el énfasis en lo que es anticonvencional, en lo que no está en
forma tosca de la persona que alardea de sí, entonces queda en ex- fa estructura del "mi", es llevado tan lejos, quizá, como se lo
hibición un aspecto desagradable y bajo. Pero si es una expresión puede llevar.
que se inco4rora a las funciones que sostiene, entonces pierde csc Ese mismo énfasis aparece también en ciertos tipos de conducta
carácter. Su¡ronemos que tal será el resultado definitivo de las expre- impulsiva. La conducta impulsiva es conducta no controlada. Le
siones de nacionalismo. Las naciones tendrían que ester en condicio- estructura del "mí" no determina en dicha conducta la expresión
nes de expresars€ en la forma funcional en que lo hace el profesional. del "yo". Si usamos una expresión freudiana, el "mí" es en cierto
En la Liga de las Naciones se encu€ntra el comienzo de tal organi- sentido un censor. Determina la clase de expresión que puede tener
zación. Una nación rc€onoce ciertas cosas que tiene que hacer como lugar, prepara el escenano y da el pie. En el caso de la conducta
miembro de una comunidad de naciones. Incluso el sistema de man- ímpulsiva, esta estructura del "mí" involucrada en la situación no
datos pone por lo menos un aspecto funcional en la acción de la proporciona tal control en ninguna proporción semejante. Tó-
nación dirigente, y no un ¡¡specto que sea meramente una expresión mese la situación de la afirmación de sí, en que la persona se hace
de poderío. valer simplemente sobre otros, y sulúngase que Ia tensión emo-
cional es tal que son dejadas de lado las formalidades de la co¡tesía
social en la conducta legítima, de modo que la persona se expresa
27, L¡s coNtnIBUcIoNEs DEL "yo" y EL "Mf" violentamente. En ese caso, el "mí" es determinado por la situación.
Hay ciertos campos reconocidos dentro de los cuales puede hacerse
FIp estado tratando de distinguir entre el "yo" y el "mí" como valer un individuo, ciertos derechos que le corresponden dentro de
fases distintas de la trrsona. El "rní", decimos, responde a las actitu- csos límites. Pero que la tensión se torne demasiado grande, y los
des organizadas de los otros, que nosotros asumimos definidamente, y límites no son observados y el individuo se hace valer quizás en
fque, €n consecuencia, determinan nuestra conducta en la medida una forma violenta. Entonces el "yo" es el elemento que domina
en que ella es de un carácter autoconsciente. Y bien, el "mí" puede sobre el "mí". En lo que consideramos circunstancias normales, la
ser considerado como dador de la forma del "yo". La novedad apa- forma en que actúa un individuo es determinada por su adopción de
234 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 2t5
Ia actitud de los otros del grupo, pero si al individuo no se le con. ciones normales, la contribución del individuo recibe su expresión
cede la oportunidad de elevarse en comparación con la gente, como en los procesos sociales involucrados en el acto, de modo que la
no se le concede a un niño a quien se le niegan relaciones con o(r¡t rgregación de los valores a la persona no representa egoísmo. La
txrsonas, entonces se produce una situación €n que la reacción no otra situación en que la persona, en su expresión, explota en algún
es controlada. ¡entido al grupo o sociedad al cual p€rtenece, es la situación estable-
El control social 22 es la expresión del "mi" en comparación cida por una persona estrecha, por decirlo así, qu€ se aprovecha de
con la expresión del "yo". Establece los límites, proporciona le todo el grupo para buscar su propia satisfacción. E incluso tal per-
determinación que permite al "yo", por así decido, emplear ct sona es una cuestión social. Distinguimos muy definidamente €ntre
"mí" como el medio para llevar a cabo la empresa en que todor cl hombre egoísta y el hombre impulsivo. El hombre que pierde los
están interesados. Donde las person¡¡s son mantenidas fuera o má¡ cstribos y derriba a otro puede ser un hombre sumamente abnegado'
allá de esa clase de expresión organizada, surge una situación en No es necesariamente una persona que utilice cierta situación con
que el control social está ausente. En la psicología colectiva rnás o me. vistas a sus propios intereses. Este últímo caso involucra a una per-
nos fantástica formulada por Freud, los estudiosos encaran la vida se- sona estrecha que no se relaciona con el grupo social del que forma
xual y la afirmación de sí en sus formas violentas, La situación parte.
normal, emlxro, involucra una reacción del individuo en una situa- Los valores se agregan definidamente a esa expresión de la pet
ción socialmente determinada, pero a la que él aporta sus propiar sone que es peculiar a la persona; y lo que es peculiar a la persona
reacciones como un "yo", La reacción, en la experiencia del indi- es lo que ésta llama suyo propio. Y, sin embargo, ese valor reside
viduo, es una expresión con la cual se identifica la persona. Es en la situación social y no existiria apafte de ella. Es la contribución
dicha reacción la que le eleva por encima del individuo institucio- del individuo a la situación, aun cuando el valor prevalezca sólo
nalizado. en la situación social.
Como he dicho antes, una institución, después de todo, no el Por cierto que buscamos €sa clase de expresión que es la expte-
más que una organización de actitudes que todos llevamos adentro, sión de sí mismo. Cuando un individuo se siente acorralado, teco-
las actitudes organizadas de los otros, que controlan y determinan noce la necesidad de lograr una situación en que se le presente una
la conducta. Pues bien, este individuo institucionalizado es, o debe- oportunidad parz hacer su contribución a la empresa, y no simple-
ría ser, el medio por el cual el individuo se expresa a sí mismo a mente para ser el "mí" convencionalizado, En una persona que lleva
su manera, porque tal expresión individual es lo que s€ identifica a cabo una tarea rutinaria, ésta conduce a una reacción contra la
con la lxrsona en los valores esenciales a ésta y que surgen de ésta. máquina y a la exigencia de que tal tipo de trabajo de rutina ocupe
Hablar de esos valores como surgidos de la p€rsona, no les confiere su lugar en el proceso social total. Naturalment€, existe cierta pro-
el carácter del egoísmo, porque en las condiciones normales a que porción de verdadera salud mental y física, una part€ esencialísima
nos referimos, el individuo hace su contribución a una empresa de la vida de uno, involucrada en la ejecución de trabajo rutinario.
común. El jugador de béisbol que efectúa una jugada brillante, está Uno puede muy bien cumplir de un modo más o menos mecánico
haciendo el juego que le exigen los nueve del equipo a que pertenece. con ciertos procesos en que su contribución es sumamente pequeña,
Juega para su bando. Por supuesto, un hombre puede jugar para y encontrarse en mejor situación gracias a ello. Hombres como John
la galería, puede tener más interés en hacer una jugada brillante que Stuart Mill han podido llevar a cabo tareas rutinarias durante cierta
en ayudar a los nueve a ganar, así como el cirujano puede llevar a parte del día y luego dedicarse al trabajo original por el resto de
cabo una operación brillante y sacrificar al paciente. Pero en condi- la jornada. tlna persona que no puede hacer cierta cantidad de
trabajo estereotipado, no es un individuo sano. Tanto la salud del
22 [Sob¡e el tema del control social véase "The Genesis of thc Self and
Social Control", Intemational Journal of Ethícs, XXXV (1924-25), pági- individuo como la estabilídad de la sociedad exigen una cantidad
nas 251 y ss.; "Tbe Working Hypothesis in Social Reform", Antticon,Ioutnal considerable de tal trabajo. La rcacción a la industria mecánica
of Eociologg, V (1899-1900), págs.367 y ss.; "Tbc Psychology of Puoitive
Justice", ióíd., XXIII (1917-18), págc. 577 y cs.l exige simplemente la restricción del tiempo dedicado a ella, pero
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no involucra su abolición total. Ello no obstante, y admitiendo


esto, debe de haber alguna forma en qu€ el individuo pueda er- 28. L¡ cRT¡T¡VIDAD SOCIAL DE LA PERSONA EMERGENTE
presarse. Las situaciones en que es posible lograr esta clase de ¿x-
presión parecen ser especialmente prcciosas; me refiero a las situa- Hemos estado analizando el valor que se concentra en torno a
ciones en que el individuo queda en condiciones de hacer algo por la persona, especialmente el involucrado en el "yo", en compara-
su cuentaf en las que puede hacerse cargo de la responsabilidad y ción con el involucrado en el "mí". El "mí" es esencialm€nte un
llevar a cabo cosas a su modo, con una oportunidad para pcnsaf miembro del grupo social y representa, por lo tanto, el valor del
sus propios pensamientos. Esas situaciones sociales €n que ta estruc. grupo, la clase de experiencia que el grupo hace posible. Sus valores
tura del "mí", por el momento, es tal que el individuo recibe un¿ ¡ron los ialores quc pertenecen a la sociedad. En cierto sentido, tales
oportunidad para esa clase de expresión de la persona, pro¡rorcio- v¡lores son supremos. Son los que en ciertas condiciones morales
nan algunas de las experiencias más excitantes y placenteras. y religiosas extremas exigen el sacrificio de la persona en bien del
Dichas expeiiencias pueden tener lugar en una forma que re- conjunto. Sin esa estructura de cosas, la vida de la persona se tor-
pr€sente degradación, o en una forma que constituye la aparición naría imposible. Tales son las condiciones en que surge €sa apa-
de valores más elevados. La chusma pro¡rorciona una situación cn rente paradoja: la de que el individuo se sacrifica por el todo que
que el "mí" es tal que, simplemente, respalda y acentúa la clase hace posible su vida como p€rsona. Así €omo no podría haber con-
más violenta de expresión impulsiva. Esta tendencia está profun- ciencia individual sino en un grupo social, así el individuo, en
damente arraigada en la naturaleza humana. Resulta sorprendentc cierto sentido, no está dispuesto a vivir en determinadas condiciones
la proporción del "yo" de los enfermos gue está constituída por que involucrarían el suicidio de la persona en su proceso de reali-
las narraciones de asesinatos. Por supuesto, en el relato mismo eg z.ación. En contraste con esa situación, nos hemos referido a los
la búsqueda del astsino lo que r€pres€nta el punto focal del interés; valores que acompañan al "yo" más especialmente que al "mí",
Ixro esa búsqueda lo retrotrae a uno a la actitud de venganza de la tos valores qu€ se encuentran en la actitud inmediata del artista,
comunidad primitiva. En la narración de crímenes uno tiene al cl inventor, el hombre de ciencia en su descubrimiento: en general,
verdadero asesino, lo persigue y lo lleva ante la justicia. Tales ex- en la acción del "yo" que no puede ser calculada y que r€pres€nta
presiones pueden involucrar degradación de la persona. En situa- una reconstrucción de la sociedzd, y, por lo tanto, del "mí" que
ciones que representan la defensa de un país, puede prevalecer una p€rtenece a dicha sociedad. Es la fase de la experiencia que se en-
actitud de populacho o una actitud moral sumamente elevada, según cuentra en el "yo", y los valores que la acompañan son los corres-
el individuo. La situación en que uno puede abandonarse, en gue pondientes a ese tipo de experiencia en cuanto tal. Estos valores no
la estructura misma del "mí" abre la puerta el "yo", es favorable son peculiares al artista, al inventor y al descubridor científico,
para la expresión de sí. Me refiero a la situación en que uno puede sino que corres¡ronden a la experiencia de todas las personas en qu€
sentarse junto a un amigo y decirle lo que piensa acerca de otro existe un "yo" que responde al "mí".
individuo. Abandonándose de ese modo, se obtiene satisfacción. La reacción del "yo" involucra adaptación, pero una adapta-
Lo que en otras circunstancias uno no diría ni se permitiría siquiera ción que afecta, no sólo a la persona, sino también al medio social
pensar, es dicho en ese caso con toda naturalidad. Si uno integra un que ayuda a constituir a la persona; es decir: involucra un Punto
grupo que piensa como uno, entonces puede llegar a €xtremos quc de vista de la evolución en el cual el individuo af,ecta a su propio
sorprendan a la persona misma. En la mencionada situación, el medio al mismo tiempo que es afectado por éste. Una explicación
"mí" está definidamente constituído por las relaciones sociates. de la evolución, corriente en un período anterior, suponía simple-
Ahora bien, si tal situación abre la puetta a la expresión impulsiva, mente el efecto de un medio sobre el protoplasma vivo organizado,
uno obtiene una satisfacción especial, elevada o baja, la fuente de amoldándolo en algún sentido al mundo en que tenía que vivir.
la cual es el valor que s€ egrega a la expresión del "yo" en el pro- Según ese punto de vista, el individuo es realment¿ pasivo en rela-
ceso social. ción con las influencias que lo afectan constantemente. Pero ahora
es preciso reconocer que el carácter del organismo es un determinan-
218 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 2t9
te dc su medio. Flablamos de la simple sensibilidad considerándol¡ ¡<lnas de gran espíritu y gran carácter han cambiado notoriamente
existente por sí misma, olvidando gue se trata siempre de una *n. lar comunidades frente a las cuales reaccionaban. Las llamamos diri-
sibilidad a ciertos tipos de estímulos. En términos de su sensibilidad, gentes, líderes, etc., pero ellas no hacen más que llevar a la ené-
el individuo €scoge un medio, no €xactamente en el sentido en qu. rima potencia ese cambio de la comunidad que lleva a cabo el
una persona elige una ciudad o un país o un clima especial para vivir, individuo que se convierte €n parte de ésta, que pettenece a ellazs.
sino en el sentido de que encuentra las características a las que puedc l.os grandes caracteres han sido los que, siendo lo que eran en la
reaccionar y emplea las experiencias resultantes de modo de obtencr comunidad, hicieron que ésta fuese distinta. Han agrandado y en-
ciertos resultados orgánicos que le son esenciales para su proce(, riquecido a la comunidad. Figuras como los grandes personajes
vital continuado. Por lo tanto, en cierto sentido el organismo religiosos de Ia historia han aumentado €normemente, por su inter-
establece su ambiente en términos de medios y fines. Ese tipo de deter- vención como miembros, el tamaño posible de la comunidad misma.
minación del ambiente es, por supu€sto, tan real como el efecto Jesús generalizó la concepción de la comunidad en términos de la
del ambiente sobre la forma. Cuando una form¿ desarrolla la capa- f¡milia, en una afirmación como la del prójímo de las parábolas.
cidad cualquier modo que ¿lle gu6sd¿- de hacer frente ¡ Incluso el hombre que se encuentra fuera de la comunidad adop-
partes -de
del medio que sus progenitores no podían encarar, lta ctea- tará ahora hacia ésta la actitud familiar generalizada, y hará que
do, en ese grado, un nuevo medio para sí. El buey que tiene un los que de tal modo se ponen en relación con él se conviertan en
órgano digestivo capaz de tratar la hierba como un alimento, egteg miembros de la comunidad a la cual él pertenece, la comunidad de
un nuevo alimento, y, al hacerlo, ag¡ega un nuevo objeto. La su¡- una religión universal. El cambio de la comunidad gracias a la
tancia que no era alimento antes, se convierte ahora en é1. El medio actitud del individuo se hace, es claro, especialmente impresio-
de la especie se ha ampliado. El organismo, en un sentido rcat, €t nante y eficaz en la historia. Éface que los individuos se des-
determinante de su medio. Se trata de una situación en que hay taquen como simbólicos. Los individuos rep¡esentan, en su rela-
acción y reacción, y una adaptación que cambia a la especie debe, ción personal, un nuevo orden, y luego se tornan representant€s de
también, cambiar el medio. la comunidad tal como ésta podría existir si estuviese plenamente
Cuando el hombre se adapta a cierto medio, se convierte en un desarrollada según los lineamientos que ellos iniciaron. Las nuevas
individuo distinto; pero al hacerse un individuo diferente, ba úer- concepciones han traído consigo, por mediación de los grandes
tado a la comunidad en que vive. Podrá tratarse de un efecto leve, individuos, actitudes que han ampliado de manera enorme el am-
pero en la medida en que se ha adaptado, las adaptaciones han biente en que ellos vivían. Un hombre que es un prójimo para
cambiado la clase de medio ante el cual puede reaccionar, y, en cualquier otro del grupo es un miembro de una comunidad mayor,
c\nsecuencia, el mundo es un mundo distinto, Siempre existe una y en la medida en que vive en tal comunidad ha ayudado credt
relacíón mutua entre individuo y la comunidad en que el individuo
^
esa sociedad.
vive. Nuestro reconocimiento de tal cosa, €n condiciones corrientes, En tales reacciones del individuo "yo"-,
en compara-
se limita a grupos sociales relativamente pequeños, porque enton-
ción con la situación en que el "yo" se
-del
encu€ütra a sí mismo, tienen
ces un individuo no puede ingresar en el grupo sin cambiar, en
cierto grado, el carácter de la organización. La gente tiene que 28 Le conducte dc un genio está ¡ocialmente condicionada, tat como lo está
adaptarse a él tanto como él se adapta a ella. Puede ello parecer el l¡ de un individuo corriente; y suc consecuciones con resultados de estímulo¡
¡ociales --o re¡cciones a ellos-, lo mismo que Ias del individuo cor¡iente. El
moldeo del individuo por las fuerzas que le rodean, pero, del mismo genio, como et individuo corrientc, ¡e ve dcsde el punto de vista.det grupo social
modo, la sociedad cambia en ese proceso, y se convierte, hasta cierto órganizado al que pertenece y de las actitude¡ de ese. grupo hacia cualquicr em-
pñsa dad¡ en que lquél se ve¡ involucndo; y reaccion¡ a ¿se actitud geneiali-
punto, en una sociedad diferente. El cambio puede ser deseable o z,ada del grupo por medio de una actitud p¡obia, definide, hacia l¡ ta¡e¡ dad¡,
indeseable, pero tiene lugar inevitablemente. tal como io hace el individuo común. Pero esa actitud definida con que reacciona
a ta actitud generalizada del grupo, es única y original en el caso del genio, en
Esta relación del individuo con la comunidad se torna evidente tanto que tal-cosa no ocurrs en el caso del individuo corriente; y esa singularidad
cuando obtenemos espíritus que con su advenimiento hacen de la y originalidad de su ¡eacción a la situación social o problema o tarea dados -4ue,
no obstante, condicionan su conducta del mismo rnodo que to hacen con la det
sociedad más amplia una sociedad palpablemente distinta. Las per- individuo corriente- son lo que distinguen al genio del individuo común'
240 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 241

Iugar los cambios sociales im¡rortantes, Frecuentemente hablamoc en su exptesión


recibe su reacción emocional de la situación, porque
de violencia hace lo que los demás' El conjunto de la conrunidad
de éstos como expresiones del genio individual de ciertas personas.
No sabemos cuándo llegarán el gran artista, el gran hombre de cien- hace lo mismo. La reiresión que existía ha desaparecido'
y él forrna
cia, el estadista, el dirigente religioso: las personas que tendrán un un todo con la cornunidad y ésta un todo con é1. una ilustración
efecto formativo sobre la sociedad a ra cual p.rt*n.i.n. L¡ defini- de un carácter más trivial se encuentra en nuestras relaciones p¿r-
ción misma del genio se apoyaría en algo paiecido a lo que me he sonales con los que nos rodean. Nuestros modales no sólo son mó-
estado refiriendo, a esa cualidad incalculabre, a ese cambio iel medio todos de relaciones entre las lxrsonas, sino también formas de pro-
por parte de un individuo gracias a que él mismo se convierte en tegernos los unos de los otros. (]na lrrsona, por medio de sus
un miembro de la comunidad.
-ád"l.r, puede aislarse de manera de no ser tocada por nadie. Los
un individuo del tipo de que hablamos sr¡rge siempre con refe- modales proporcionan una forma de mantener a la
gente a distancia'
rencia a una forma de socíedad u orden social que tiene existencia a la gente que no conocemof y no queremos conocer' Todos em-
implícita pero no adecuadarrrente expresada. Tómese el genio reli- pf."ri.r, p.o..ro, de esa clase. Pero existen ocasiones en que dejamos
gioso, como Jesús o Buda, o el tipo reftexivo, .o,no Socratec. i. l"¿o .t ,ipo de modales que mantiene a le gente a la distancia
Lo que les ha conferido su importancia única €s gue han tomado de un brazi. Encontramos' en un país distante' al hombre con
l¡ actitud de vivir con referencia a una sociedad más amptia. Ese quien quizá, en nuestra patria, trataríamos de no encontrarnos
y
gfan pro-
estado más €xtenso era un estado que ya estaba más o implí- casi nos arrancefnos los brazos abrazándolo. Existe una
cito en las instituciones de la comunidad en que -.no, ellos vivían. porción de júbilo en las situaciones involucradas en la hostilidad
Tal individuo diverge del punto de vista de lo que llamaríamos d. ot."t tt".iott.t; todos parecemos una sola persona contra un
los prejuicios de la comunidad; pero, en ot.o ,"ntido, expresa los común; las barreras caen y experimentamos una sensación
principios de la comunidad más completamente que cualquler otro. "n.-igo
social de camaraderia hacia los que están junto a nosotros en una
Así surge Ia situación de un areniense o un hÁreo lapidando al empresa común. Lo mismo ocurre en una campaña
política. Por
genio que expresa los principios dc su propia sociedad, uno
el prin- áo-.n,o extendemos una mano amiga -y un cigarro- a cual-
cipio de la racionalidad, el orro el princifio de la completa cándi- "l
quiera que sea miembro del grupo al cual pertenecemos. Nos libra-
ción de prójimo. El tipo a que nos referimos es un genio de esta restricciones, restricciones qu€
-or, .n tales circunstancias, de ciertas una
clase. Existe una situación análoga en el campo de la cieación
a¡tís- realmente nos aPartan de las experiencias sociales intensas.
tica: los artistas también revelan contenidos que representan una p€rsona puede ser víctima de sus buenos modalcs; éstos, pueden
expresión emocional más amplia, qu€ responde a un" sociedad
más constreñiilo al rnismo tiempo que lo protegen. Pero en les condi'
amplia. En el grado en que hacemos distinta a la comunidad en ciones a qu€ me he referido, una p€rsona sale fuera de sí, y' al así
que vivimos, en ese grado tenemos todos lo que es esencial
al genio, hacerlo, se .onvi.rte en miembro definido de una comunidad mayof
y lo que se convierte en genio cuando los cimbios son profiirdos. que aquella a la que pertenecía previamente'
La reacción del "yo" puede ser un proceso que involucre una '
Eri, experiencia ampliada ejerce una profunda influencia. Es la
degradación del estado social así como una integración superior. clase de experiencia que tiene el neófito en la conversión.
Es la
Tómese el caso del populacho en sus disrintas expresiones. ún sensación de perteneccr a la comunidad, de tener una relación ínti-
pulacho es una organización que ha eliminado ciertos valores que
*- de individuos que pertenecen al
-" .on una cantidad indefinida
prevalecían en la interrelación de los individuos entre sí, una orga, grupo. se trata de la expcriencia que subyace tras los extremos
nización que se ha símplificado a sí misma y que, al hacer tal cosa, I o...r histéricos que se dan en las conversiones. La persona ha
ha hecho posible permitir al individuo, especiarmente al individuo ingresado en la comunidad universal de la lglesia,
y la experiencia
reprimido, que obtenga una expresión que de otro modo no le ..sultante es la expresión de esa sensación de identificación de la
podría permitir. La reacción del índividuo es posibilitada por la prsona de uno con tdos los demás de la comunidad. El sentido del
degradación de la estructura social misma, pero ello no arreúata
el l*o, ., demostrado por procedimientos tales como el lavado de los
valor inmediato al individuo que surge en tales condiciones. Este pies de los leprosos; en general, por la búsqueda de una persona que
242 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 24t
está sumamente alejeda de la comunidad para hacerle luego un cr- rn que la persona pueda expresarse tan fácilment€ como contra el
crificio aparentemente servil, identificando completamenti la per. rn:migo común a los grupos con los cuales ella está unida. El himno
sona de uno con aqrrélla. Esto equivale a un proceso de derribar lor qut nos acude al espíritu con más frecuencia como expresivo del
muros, de modo que el individuo sea un hermano de todos. El eento rri¡tianismo es "Adelante, Soldados Cristianos"; Pablo organizó la
medieval elaboro esa técnica de identificarse con todos los seres vi- l¡lcsia de su tiempo contra el mundo de paganos; y la "Revelación"
vientes, como lo hizo la técnica religiosa de la India. Este abati- rupresenta a la comunidad ante el mundo de la oscuridad. La idea de
miento de las barreras es algo que provoca une oleada dc emocione¡, ti¡tán ha sido tan esencial para la organización de la Iglesia, como la
porque pone en libertad una canridad indefinida de posiblef con-
¡rolitica lo fué para la organizacíín de la democracia. Hubo algo
tactos con otras lrrsonÍu¡, contactos que han sido reprimidos, re- (ontra lo cual luchar, porque la lxrsona se expresa a sí misma con
frenados. El individuo, al ingresar en esa nueva comunidad, graciac má¡ facilidad cuando se une a un grupo definido.
al paso dado al con\¡ertin€ en miembro, gracias a su experiencia dc El valor de una sociedad ordenada es esencial para nuestr:r exis-
identificación, se ha inco4rcrado el valor que p€rtenece a todo¡ lor trncia, pero también tiene que haber campo para una expresión del
miembros de esa comunidad. lndividuo mismo, si se quiere que exista una sociedad satisfactoria-
Tales experiencias son, €s claro, de inmensa importancia. La¡ m¿nte desarrollada. Mientras no tengamos una estructura social en la
empleamos continuamente cn la comunidad. Censuramos la acti- que un individuo pueda expresars€ como lo hace el artista y el
tud cle hostilidad en cuanto medio de llevar a cabo las interrelacione¡ científico, habremos de recaer en la clase de estructura que se en-
de las naciones. Sentimos gue tendríamos que su¡rr¡r los métodos cuentra en el populacho, en el que todos están en libertad de ex-
bélicos y diplomáticos y llegar a alguna clase de relación política dc pnesarse contra algún objeto odiado por el grupo.
las naciones entre sí, en la que puedan ser consideradac como miem- [Jna diferencia entre la sociedad humana primitiva y la socie-
bros de una comunidad común y, así, quedar en condiciones de dad humana civilizad,a consiste en gue, en aquélla, la persona indi-
expres:¡rse, no en una actitud de hostilidad, sino en términos de euc vidual está mucho más completamente determinada en relación con
valores comun€c. Esto es lo que postulamos como ideal de una Liga ru pensamiento y su conducta, por la pauta general de la actividad
de las Naciones. Tenemos que recordar, empero, que no podemos social organízada llevada a cabo por el grupo social al que lrrtenece,
fundar nuestras instituciones ¡nlíticas sin provocar las hosiilidade¡ de lo que lo está en la sociedad humana civilizada. En otras pala-
de partidos. Sin partidos, no ¡rcdríamos hacer que una fracción de bras, la sociedad humana primitiva ofrece mucho menos ámbito para
Ios votante¡ llegase hasta las urnas para expresarse en punto a pro- la individualidad el pensamiento y la conducta originales,
blemas de Ia rnayor importancia pública, pero podemos insciibir únicos o creadores -para
por parte de la persona individual que se encuen-
a una parte considerable dc la comunidad en un partido político tra dentro de ella o lrrtenece a ella- que la sociedad humana civi-
que,lucha conna algún otro partido. Et elemento de la lucha es lízada: y por cierto que la evolución de ésta a partir de la sociedad
el que mantiene el interés. Podcmos atraer el interés de una can- humana primitiva ha dependido mayounente de una liberación social
tidad de gente que quiere derrotar al partido o¡rositor, y hacerla progresiva de la persona individual y de su conducta -< resultado
llegar a las urnas con ese fin. La plataforma del partido es una ds sll¡-, con las modificaciones y complicaciones del proceso social
abstracción, natufirlmentc, y no eignifica gran cosa para nosotros, humano que han seguido a dicha liberación y sido posibilitadas por
puesto que en realidad dependemos pcicológicamente del funciona- ella. En la sociedad primitiva, en mucho mayor medida que en la
miento de esos impulsos ¡rás bárbaros a los fines dc mantener cn sociedad civilizada,la individualidad está constituída lxlr una conse-
marcha nuestras instituciones corrientcs. Cuando nqs oponemos a cución más o menos perfecta de un tipo social determinado
las organizaciones políticae corrompidas, deberíamos acordarnos de tipo ya dado, indicado o ejemplificado en la pauta organizada -unde
sentir cierta gratitud hacia la gente capez de atraer el interéc del la conducta social, en la estructura integrada de relaciones que el
pueblo hacia Ia cosa pública. grupo social dado exhibe y pon€ en práctica; en Ia sociedad civilizada
Normalmente dependemos de las situacionee en que la pereona la individualidad está constituída más bien por el apartamiento
€stá en condiciones de exprcearse en forma directa, y no hay cituación por la consecución modificada- del individuo de cualquier -o
tipo
244 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCTEDAD 245
social dado, que por su conformidad, y tiende a ser algo mucho má¡ toma a los individuos y sus experiencias individuales ----espíritus y
distintivo y singular y peculiar que en la sociedad humana primitivr. personas individuales- como lógicamente anteriores al proceso so-
Pero incluso en las formas más modernas y más altamente evolu. cial en que están involucrados, y explica la existencia de ese proceso
cionadas de la civilización humana. el individuo, por odginal y rocial en términos de ellos; en tanto que la primera toma el proceso
creador que pueda ser en su pensamiento o conducta, siempre y nc- ¡ocial de la experiencia o la conducta como lógicamente previo a los
cesariamente adopta una relación definida hacia la pauta general individuos y sul exp€riencias individuales, y explica la existencia
organízada de la experiencia y Ia actividad que se manifiesta en el dc éstos en términos de ese proceso social. Pero el último tipo de
proceso social vital en el que él se encuentra involucrado y que ca- teoría no puede explicar Io que es tomado como lógicamente previo,
racteriza a este procesoi y, además, en la estructura de su lrrsona no puede explicar la existencia de espíritus y lrrsonas; en tanto que
o personalidad rcfleja dicha pauta, de la cual su lrrsona o perso- rl primer tipo de teoría puede explicar aquello que toma como lógi-
nalidad es, esencialmente, una expresión o cotporización creadora, c¡mente previo, es decir, la existencia del proceso social de la con-
Ningún individuo tiene un espíritu que funcione simplemente en sí ducta, en términos de relaciones e interacciones biológicas y fisiológi-
mismo, aislado del proceso vital social en el cuat ha surgido o del cas tan fundamentales como la reproducción o la cooperación de los
cual ha emergido y en el que, €n consecuencia, la pauta de la con- individuos para la protección mutua o para la consecución de ali-
ducta social organizada ha quedado básicamente impresa. mentos.
Nosotros afirmamos que el espíritu jamás puede encontrar ex-
presión, y jamás habría podido tener existencia sino en términos
29. Coup¡n¡clóN pNrne LAs rEoRfAs ¡NDIvrDUALrsrA de un medio social; gue una serie o pauta organizade de relacio-
Y SOCIAL DE LA PERSONA nes e interacciones sociales (especialmente las de la comunicación
por medio d€ gestos gue funcionan como símbolos significantes y
Las diferencias entre el tipo de psicología social que hace surgir que, de tal modo, crean un universo de raciocinio) es neceseria-
las personas de los individuos del proceso social en que ellos están mente presupuesta por él e involucrada en su natutaleza. Y esta
involucrados y en el que interactúan empíricamente entre sí, y el teoría o interpretación con:,pletamente social del espíritu 2á --+sta
tipo de peicología social que, en cambio, hace surgir ese proceso dc ¡firmación de que el espíritu se desarrolla y tiene su ser sólo en el
las personas de los individuos involucrados en é1, son claras. El proceso social de la experiencia y la actividad (y en virtud de él),
primer tipo supone un proce$) social u orden social como precon- ¡l cual, por lo tanto, presupone, y de que en ninguna otra forma
dición lógica y biológica para ta aparición de las trrsonas de lo¡ puede desarrollarse y tener
organismos individuales involucrados en es€ proceso o pertenecien- del punto de vista parcialmente (pero sólo parcialmente) social del
tes a ese orden. El otro tipo, por el contrario, supone a las personac espíritu. Según tal punto de vista, aunque el espíritu puede obte-
individuales como los presupuestos lógicos y biológicos del proceso ner expresión sólo dentro del medio de un grupo social organizado,
social u orden dentro del cual interactúan. o en términos de tal medio, se trata sin embargo, en cierto sentido,
La diferencia entre las teorías social e individual del desarrollo de un atributo nativo ¿¡¡ilr¡to biológico congénito o heredi-
del espíritu, de la lrrsona y del proceso social de la experiencia o -¡¡
conducta es análoga a la diferencia existente entre las t€orías evo- 26 Al dcfender la teoría social del espíritu, defe¡dcmos un punto de viste
funcional de su natu¡aleza, en contraste con cualquier fo¡ma de opinión sustantiva
lucionistas y contractuelee del estado, tales como fueron sostenidas en o cntitiv¡. Y, en especial, nos oponemos a todo punto de vista intracraneano o
el pasado 1rcr los racionalistas y los empiristas 2.. Esta rlltima teoría intraepidérmico cn cuanto a su carácter y ubicación. Porque se sigue de ¡uestra
teoría social del espiritu el que el campo de éste debe ser coextensivo con cl
24 Hictó¡icamcnte, tanto los ¡acion¡li¡ta! como lor empiristas eetán compro- cempo del proceso social de la experiencia y la conducta ---+ incluir e todos tos
componentcs del micmq-, eg decir, con la matriz de relaciones e inte¡accione¡
metidos en la interpret¡ción de la cxperiencia e¡ términos del individuo (tgtl). ¡ociales entre los individuos, presupuesta por el espíritu y de la cual surgc o tiene
Las otras personaS existen tanto como nocotror¡ pe¡¡ rer una p?rton¡ ton cl ser. Si el espíritu cstá socialmcnte constituído, entonces el campo o ta ubicación
necesarias otrar peroona¡ (1924). de cualquier espiritu individual dado debe extenderse tanto como la activid¡d
Ea nucst¡e expe¡iencia, la cosa cxiste tanto como nosotrot. Nuectre crperiencir ¡ocial o el aparato de ¡elaciones soci¡les qud lo constituye; y de ahí que ese campo
está en ta co&¡ tanto como en ¡o¡otroo (MS). no pueda ser limitado por la piel del organismo individual al cual pertenece.
246 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 247
tario- del organismo individual y no podría existir ni manifc¡. y cn desarrollo deba de pronto, en una etape especial de su evolu-
tarse de otro modo en el proceso social; de modo que no es él micmo ción, llegar a depender, para su posterior continuación, de un fac-
esencialmente un fenómeno social, sino que es más bien biológico, lor completamente extraño, introducido en é1, por así decido, desde
tanto en su naturaleza como en su origen, y social solo en sus rnani. ¡fuera.
festaciones o expresiones características. Más aún: según este último El individuo se incorpora, como tal, a su experiencia, sólo como
punto de vista, el proceso social presupone al espíritu y en cierto un objeto, no como un sujeto; y puede inco4nrarse como un obje-
sentido es producto de él; nuestro punto de vista opuesto, de que to sólo sobre la base de las relaciones e interacciones sociales, sólo
el espíritu presupone el proceso social y es producto de é1, ofrecc nrcdiante sus transacciones experienciales, con otros individuos, en un
un contraste directo. La ventaja de nuestro punto de vista consi¡tc medio social organizado. Es verdad que ciertos contenidos de la
€n que nos permite pres€ntar un análisis detallado y en realidad cxperiencia (especialmente los cenestésicos) son accesibles únicamente
explicar la génesis y el desarrollo del espíritu: en tanto que el punto rl organismo individual dado y no a ningún otro; y que esos con-
de vista de que el espíritu es un arributo biológico congénito del renidos de la experiencia privados o "subjetivos", en contraite con
organismo individual no nos permite explicar verdaderamente su los públicos u "objetivos", son por lo general consideradds como
naturaleza y origen, ni de qué clase de atributo biotógico sc trata, ¡xculiar e íntimamente relacionados con la persona del individuo,
ni de cómo llegan a poseerlo los organismos en cierto nivel del o como constituyendo, en un sentido esp€cial, experiencias p€rso-
progreso evolutivo 20. Más aún, la suposición de que el proceso nales. Pero esta accesibilidad €xclusiva, al organismo individual
social presupone al espíritu y es en cierto sentido producto de é1, dado, de ciertos contenidos de su experiencia no afecta la teoría
parece ser contradicha por la existencia de las comunidades socialer ^
de la naturaleza y origen sociales de la persona que estamos presen-
de ciertos animales inferiores, especialmente de las organizaciones so- tando, ni en modo alguno choca con ella. La existencia de contenidos
ciales altamente complejas de las abejas y las hormigas, que aparen- de la experiencia privados o "subjetivos" no altera el hecho de que
temente funcionan sobre una base puramente instintiva o rcfleja y la conciencia de sí implica que el individuo se convierte en un objeto
qu€ en modo alguno implican la existencia de espíritu o conciencia para sí al adoptar Ia actitud de los otros individuos hacia é1, dentro
en los organismos individuales que las forman o constituyen. Y aun de un marco organizado de relaciones sociales, y de que, a menos
cuando esta contradicción sea evitada por la admisión de que sólo en de que el individuo se convierta de tal modo en un objeto para sí,
sus planos más elevados en los planos represcntados por las no tendría conciencia de sí ni poseería una llcrsona. Aparte de sus
-sólo de los seres humanos- presu¡rone el
relaciones e interacciones sociales interacciones sociales con otros individuos, no relacionaría los con-
p¡oceso social de Ia experiencia y la conducta la existencia del tenidos privados o "subjetivos" de su experiencia consigo mismo,
espíritu, o sólo €ntonces se torna necesariamente un producto de y no podría tener conciencia de sí en cuanto tal, en cuanto individuo,
éste, aun así es poco plausible suponer que ese proceso ya en marcha en cuanto persona, simplemente por medio de dichos contenidos de
su experiencia o en términos de ellos; porque, a fin de adquirir con-
. 20 Segúo la ruporición tr¡dicion¡l de ta psicologí¡, el contenido de la cxpc-
riencia e¡ completamente individu¡l y en rnódo alguno puede eer ctplicado-ca ciencia de sí en cuanto tal, debe ge¡vsrtirse en un
términoc sociale¡, aun cuando 8ü m¡rco o cotrtexto ¡e¡ roiial. Y pen una prico- -¡spi¡imsste-
objeto para sí mismo o incor¡rorarse a su propia experiencia como
logia social como la de Cooley --que crtá basada precioamentd en es¡ mism¡
gupo¡ición-, todas las intcracciones sociales dcpenden de lac imagin¡cioncr dc un objeto, y sólo gracias a los medios sociales adoptando las
lo¡ individuo¡ involuc¡rdoc y tienen tugar en tirmi¡o¡ de la¡ influcnci¡¡ cons- -sólo
actitudes de los otros hacia él- puede convertirse en un objeto para
cientes ííratas, recíprocas, cn tor procesos dc la cxpcricncir ¡ocial. Lr psicotogí¡
¡ocial de Cooley, tal como se la encuentr¡ e¡ ctt l¡urrran Notu¡e and. ihe Soliat él mismo 2?.
Order, es,-por-lo,tanto, inevit¡blemcnte introrpectiva, y au método psicológico Naturalmente, es cierto gue una vez que el espíritu ha surgido en
llev¡ en sí ta implicación de un complcto solipiirmo: l¡ ¡ociedad no iiene ál-
mente eri¡te¡ci¡, ¡alvo cn el erpíritu del individuo, y cl concepto dc te percone
en cu¡nto intrín¡ec¡mente ¡oci¡l cn cualquier ¡e¡tido er un producto de ia im¡- 2l La capacidad fisiológica del ser humano pata desarrollar el eepíritu o la
ginación. Inctuso para Cootey la petcoai preropone c:pcricnlia, y la experieacie inteligencia cJ un producto del proceso de evolución biológica, t¡l como todo su
er un ptoceso dentro del cual rurgen tar pcrronar; pero pu¿sto quc crc prc?ro organismo: pero ál desarrollo real de su espíritu o inteligencia, concedide tal
c!-.per¡ él prima-riamente interno e individuat, antir qul ertcr¡-o y cociat, le capacidad, debe llevarse a cabo en términoa de las situacionss soci¡les dentro de las
ohlrga' .en ru pricotogír,a uaa posición mctafísic¡ ¡ubjetiv¡ e ideelirt¡ ¡ltei cuales recibe su expresión y significación; y de ahí que él mismo sea un producto
que objetiviste y aatunlirtr. del proceso de evotución social, del proceso de ta expetiencie y la conducta sociales,
248 GEORGE H. MEAD
el proceso social, posibilita el desarollo de dicho proceso h¿sta llc-
gar a formas de interacción social, entre los individuoc componentet,
más complejas de lo que era poeible antes de que hubieoe eurgido. El
origen o existencia inicial del proceso social no depende, por lo
tanto, de la existcncia o interacción de las personas, aunqu€ cl depen-
de de csta última ¡nta los planoc más elevados de complcjidad y
organización que alcanza derpuéc de que las personae han surgido
dettro de t¿l procelo. PARTE IV
SOCIEDAD
30. L¡ NESP DE LA SOCIEDAD HUMANA: EL HOMBRE
Y LOS INSECTOs

En las primeras partes de nuestro análisis hemos seguido el


desarrollo de la persona en la experiencia humana; ahora debemos
cxaminar el organismo social en que dicha persona surge.
La sociedad humana tal como la conocemos no podría existir sin
espíritus y lrnnnas, pu€sto gue casi todos sus rasgos más caracterís-
ticos presu¡ronen la ¡rosesión de espíritus y personas IX,r sus miem-
bros individuales; pero sr¡s miemb,ros individuales no pose€rían espí-
ritus y personas si éstos no hubiesen surgido o emergido del proceso
social humano en sus €tapas inferiores de desarrollo €tapas en
que tal proceso era simplemente una resultante de las -las
diferenciaciones
y exigencias de los organismos individuales involucrados en é1, las
etapas en que dependía totalmente de aquéllas. Tienen que haber
existido esas etapas inferiores del proceso social humano, no sólo
por razon€s fisiológicas, sino también (si nuestra teoría social de
le naturaleza y el origen de los espíritus y las personas es correcta)
porque los espíritus y las personas, la conciencia y la inteligencia,
no podrían haber surgido de otro modo; es decir, porque tiene que
haber existido, previamente a la existencia de los espíritus y las per-
sonas en los seres humanos, alguna clase de proceso social en desarro-
llo en el que los seres humanos estuviesen involucrados, a fin de posi-
bilitar la adquisición, por parte de ellos, de espíritus y personas den-
tro de dicho proceso o en términos de él r.
1 Por otr¡ partc, le vclocid¡d mcdia dc desarrollo o evolución dc l¡ ¡ocieded
hum¡n¡, desde lr-cmergcnci¡ de los espítitur y las personal a partir de los.procesos
¡ociatc¡ bumanor de erperiencia y conducta, b¡ sido t¡cmend¡mente accle¡ad¡ de
result¡s de diche cmergencia.
L¡ cvolución o de¡¡rrollo socirl y te ¡utoevolución o dcs¡¡rollo son correl¡tiv¡s
e interdependi?ntes, üna vez que ta persona ha surgido del proceso vit¡l social.
248 GEORGE H. MEAD
el p¡oceso social, posibilita er desarrollo de dicho proceso
hasta lre-
gar a formas de interacción sociar,
entre los indíviduo¡ io-poo.o,.r,
más complejac de to que era poeibre anres
de qo. t ou-i.r. ;;td;. Et
origen o existencia inicial del proceso sociai
no ¿.p"rr¿.,'ü, fo
tanto, de la existencia o interaccién de ras personas,
aunque cí depen-
de de.esra-última ¡rara loc planos ¡r,ás
eieva¿os de complcjidad y
organizacióa que arcanza dÁpuée de que
rae personae iii-"üi¿"
deñt¡o de t¿l prcce$.
PAEIV RT
SOCIEDAD
30. L¡ ¡¡SP DE LA SOCIEDAD HUMANA: EL HOMBRE
Y LOS INSECTOS

En las primeras paftes de nuestro análisis hemos seguido el


desarrollo de la persona en la experiencia humana; ahora debemos
examinar el organismo social en que dicha persona surge.
La sociedad humana tal como la conocemos no podría existir sin
espíritus y ¡rensones, puesto que casi todos sus rasgos más caracterís-
ticos presu¡ronen la posesión de espíritus y personas IX,r sus miem-
bros individuales; pero sus miembros individuales no poseerían espí-
ritus y personas si éstos no hubiesen surgido o ernergido del proceso
social humano en sus etapas inferiores de desarrolls etapas en
que tal proceso era simplem€nte una r¿sultante de las -l¡s
diferenciaciones
y exigencias de los organismos individuales involucrados en é1, las
etapas en que dependía totalmente de aquéllas. Tienen que haber
existido esas etapas inferiores del proceso social humano, no sólo
por razones fisiológicas, sino también (si nuestn teoria social de
la naturaleza y el origen de los espíritus y las personas es correcta)
porque los espíritus y las personas, la conciencia y la inteligencia,
no podrían haber surgido de otro modo; es decir, porque tiene que
haber existido, previamente a la existencia de los espíritus y las per-
sonas en los seres humanos, alguna clase de proceso social en desarro-
llo en el que los seres humanos estuviesen involucrados, a fin de posi-
bilitar la adquisición, por parte de ellos, de espíritus y personas den-
tro de dicho proceso o en t¿rminos de él r.
I Por otr¡ parte, tr vclocidrd medi¡ de desa¡rollo o evolución de l¡ socied¡d
hum¡n¡. desde l¡ emctgencie de los espítitur y las personae a partir de tos procesos
soci¡lc¡ humanor de erperiencia y conductr, ha sido tremendamcnte acelirad¡ de
¡esult¡s de diche cmergencia.
L¡ cvolución o de¡¡rrotlo social y la ¡utoevotución o des¡¡rolto son correletiv¡s
e interdepcndientes, una vez qu€ la persona ha surgido del proceso vit¡l sociat.
I l;ilf

250 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 25I


La conducta de todoc lor organismos vivientc tienc un erpccto formas de organización social humana más amplia, como el clan
l

báeicane¡te cocial: los impulsoc y nccesidadec biológicoc o ii¡io- o el estado, están en definitiva basadas en la familiay (y^ sea direc- I

lógicoc fundamentales que c€ encuentran en ra base de toda e¡¡ ta o indirectamente) son desarrollos o extensiones de ella. El clan
conducta
-+spccialmcnte
los dcl hamb¡e y el sero, los rclacionedo¡ o la organizacíón tribal es una generalización directa de la orga-
con la nutrición y la reproducción- son impurcos y necesidader quc, nización de la familia; y la organización ndcional o del estado es
en el sentido más amplio, tienen carictet social o implicacionec oocia- una generalización directa de la organizació¡ de clan o de tribu
les, puesto que involucran o requierrn situaciones y relacionec socia- de ahí, en definitiva aunque indirectamente, también de la organi-
-y
les para su satisfacción por cualquier organismo individual d¡do; zación de la familia. En resumen, toda la sociedad lrumana organi-
y' de tal modo, conctituyen el cimiento para todos los tipos o for- 2¡d¡ en sus formas más comptejas y altamente desarro-
mas de conducta social, por sencillos o complejos, toscós o alta- lladas--i¡6luso
es, en cierto sentido, no más que una extensión y ramifi-
mente organizados, rudimentarios o bien desarrollados que sean. La cación de esas sencillas y básicas rtlaciones sociofisiológicas entre
experiencia y la conducta del organi¡mo individual son siempre com- sus rniembros individuales (las relaciones entr€ los sexos, resul-
ponentes de un todo o proceso social más amplio de experiencia y tantes de su diferenciación fisiológica, y las relaciones entre padres
conducta, en el que el organismo individual y las cuales se ori¡ina'
-+n virtud del carácter
social de los impulsos y necesidades fisiológicos fundamentales que
e hijos) sobre las cuales se funda de
Esos impulsos sociofisiológicos en que están basad¿s todas las
motivan su experiencia y su conducta y están expresados en ellas- organizaciones sociales constituyen, al expresarse en todas las com-
está necesariamente involucrado, incluso en los planos evolutivos más
pte¡iaaaes de las relaciones e interacciones sociales, uno de los dos
bajoe. No existe organismo vivo alguno de ninguna espccie cuya pol,os del proceso general de diferenciación y evolución social de las
naturaleza o constitución sea tal que pueda permitirle existir o man-
reacciones y actividades sociales. Son los materiales fisiológicos esen-
tenerse en completo aislamiento de todos los demás organismos vi-
ciales con los que se forma socialmente la naturaleza humana; de
vos, o tal que ciertas relaciones con otros organismos vivos (de su
modo que la naturaleza bumana es algo social de cabo a rabo, y siem-
propia especie o de cualquier otra) que en un sentido
-relaciones
pr" p..ropone al individuo realmente social. En verdad, cuatquier
estricto son sociales-- no desempcñen un papel necesario e indis- i.at"miettto psicológico o filosófico de la naturaleza humana implica
pensable en su vida. Todos los organismos vivos están ligados en un
la suposición d. qo. el individuo humano p€rtenece a una comuni-
medio o situación social general, en un complejo de interrelaciones
dad social organizada y obtiene su naturalezá humana de sus inter'
e interacciones sociales del cual depende su existencia continuada.
acciones y relaciones sociales con esa comunidad €n cuanto un todo
Entre tales impulsos o necesidades sociofisiológicos fundamen- y con los otros miembros individuales de ella. El otro polo del pro-
tales (y las actitudes consiguientes), básicos para la conducra eo-
..ro g.ner"l de la diferenciación y evolución social está constituído
cial e¡r todas las especies de organismos vivos, el más importante en po,. I* reacciones de los individuos a las reacciones idénticas de
el caso de la conducta social humana, y el que más decisiva y deter- trror, ., decir, a las reacciones de clase o sociales, o a las reacciones
minadamente se expresa en toda la forma general de la organización
de grupos sociales organizados, completos, de otros individuos, con
social humana (tanto primitiva como civilizada'¡, es el impulso
..f.r.rrcia a series dadas de estímulos sociales, siendo estas reacciones
sexual o reproductor; aunque muy poco menos im¡rortantes son el
de clase o sociales las fuentes y bases y materia de las instituciones
impulso o actitud paternal, que, por supuesto, está íntimamente re-
sociales. Así, podemos denominar al primer polo del proceso social
lacionado o asociado con el impulso sexual, y el impulso o la acti-
de difcrenciación y evolución social "polo individual o fisiológico",
tud de buena vecindad, que es una es¡xcie de generalización dcl im-
pulso o actitud paternal y del que depende, más o menos, toda la
y al segundo polo de ese proceso, "polo institucional" 2'
conducta social cooperativa. Así, la familia es la unidad funda- 2 Los aspectos o facetas cgoísta y no egoísta de la persona d,th-1^ttt--::ol-i
mental de reproducción y conservación de la especie: es la unidad de cados cn térriinoS del contenido y
'dela estructura de la pers-ona. Podemos.d€clr' en
;ñ; ;;ido que el conrenido la persona es individual (y, por lo tanto'
la organización social humana en términos de la cual esas vitales .góirt",-.-ir."td ¿".goit."i, .n |tnto'que la estructuta de t¡ persona es social
actividades o funciones son llevadas a cabo. Y todas las unidades o -ly, de ahí, no egoísia o base de la abnegación.
La releción eni¡e el aspecto racional o primariamente soci¡l de la person¡ y
lfF*

252 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 25)


He indicedo que el organismo eocial cs utiliz¡do por loc indi- producción. Así, resultan tejidos compuestos de células diferencia-
viduos cuya actividad cooperativ¡ e¡ cscncial para la vida dcl con- das. Dl mismo modo, en una comunidad de hormigas o abejas
junto. Tales organi¡mos socialer existen fuera de l¡ cociedrd hu- hay una diferenciación fisiológica entre las distintas formas, com-
mana. Loe insectos ¡evelan un desarrollo curiocísimo. En nuest¡¡s parable a la diferenciación de distintas células en los tejidos de una
explicaciones de la vida de las abcjas y hormigas sentimos la ten- forma multicelular.
tación de mostrarnos ant¡olnmórficos, puesto quc pamc€ ¡elativa- Ahora bien, esa diferenciación no es el principio de organización
mente sencillo €ncontrar en las organizaciones de dicho¡ inectos de la sociedad humana. Existe, por supuesto, la distinción funda-
la organización de la comunidad humena. Hay distintos tipos de mental del sexo, que sigue siendo una diferencia fisiológica, y, prin-
individuos con funciones correspondientes, y hay también un pro- cipalmente, las distinciones entre las formas-padre y las formas-
ceso vital que parcce dererminar la vida de los difcrcntes individuos. hi jo son distinciones fisiológicas, pero aparte de ellas no existe
Rcsulta tentador referirse a tal proceso vital como análogo a la prácticamente distinción alguna entre los distintos individuos que
sociedad humana. Ernpero, no tenemos hasta ahora basc alguna componen la comunidad humana. De ahí que la organización no
para establecer una scmejante analogía, porque no €stamos cn con- pueda producirse, como lo hace en la comunidad de hormigas o
diciones de identificar ningún sistema de comunicación en las socie- abejas, gracias a la diferenciación fisiológica de ciertas formas con-
dades de insectos, y, también, porque el principio de organización vertidas en órganos sociales. Por el contrario, todos los individuos
de dichas comunidades es distinto del que hallamos en la comu- tienen esencialmente las mismas estructuras fisiológicas, y el pro-
nidad humana. ceso de organización entre tales formas debe ser un proceso ente-
El principio de organización entre esos insectos es el de la plas- ¡amente distinto del que se cncu€ntra entre los insectos.
ticidad fisiológica, que da nacimiento a un verdadero desarrollo de El grado en que puede presentarse la diferenciación entre los
procesos fisiológicos de un disrinto tipo de individuo adaptado a insectos, resulta asombroso. Muchos de los productos de una orga-
ciertas funciones. Así, todo el proceso de reproducción es cfectuado, nización social elevad¡ son obtenidos por esas comunidades. Ellas
para toda Ia comunidad, por una sola abeja reina o una hormiga capturan a otras formas minúsculas cuyas exudaciones les resultan
reina, un solo individuo con un enormc desarrolto de los órganos re- agradables, y las mantienen casi como nosotros mantenemos a las
productores, con la correspondiente degeneración de los órganos vacas lecheras. Tienen clases de soldados y aparentemente efectúan
reproductores en los otros insectos de la comunidad. Existe un des- incursiones y capturan esclavos, empleándolos posteriormente. Pue-
arrollo de un solo gru¡ro de soldados, una difercnciación llevada den hacer lo que no puede la sociedad humana: pueden determinar
a tal extremo, Que sus componentes no pueden alimentarse por sí el sexo de la generación siguiente, escoger y decidir quién será el
solos. Este proceso de desarrollo fisiológico, que convierte a un indi- padre en la nueva generación. Observam,os asombrosos resultados
viduo en un órgano del conjunto social, puede compararse con que se pueden parangonar con los empeños que nosotros tratamos
el desarrollo de los distintos tejidos de un organismo fisiotógico. de poner en práctica en nuestra sociedad, pero la forma en que son
En un sentido, todes las funciones qu€ se encuentran en una forma llevados a cabo es esencialmente distinta. Se obtienen gracias a la
multicelular pueden ser encontradas en una célula. Las formas uni- diferenciación fisiológica, y no logramos encontrar en el cstudio
celula¡cs pueden llevar a cabo todo el proceso vital; se mueven, de esos animales medio de comunicación alguno como el que per-
eliminan loe productos de desecho, se reproducen. Pero en una forma mite la exist€ncia de la organización humana. Aunque todavía nos
multicelular hay una dife¡enciación de tejidos que forman células encontramos mayormente a oscuras en relación con esa entidad so-
musculares para el movimiento, células que absorben oxígeno y cial de la colmena o el hormiguero, y aunque advertimos una evi-
eliminan productos de desecho, células dedicadas al progeso de re- dente semejanza entre ellos y la sociedad humana, existe un sistema
enteramente distinto de otganización en los dos casos.
cl impul¡ivo o crnocion¡l o primrritmentc individu¡l y eatirocid, cr tal
aspecto_
quc_cte último, cn su n.yor p¡rtc. cr cont¡otado coa rcqrcctó a rot crpnrioncr En ambos casos hay una organización dentro de la cual surgen
conductist¡s por cl prin*ro, y que los conflictos quc ocurrtn de t¡nto in t¡nto los individuos particulares y que es condición para la aparición de
cntre-sus distinto¡ impulcos ----o.ntre los distinto¡ componcntc! dc ru *pccto
impulsivo- ¡on ¡call¡do¡ y concitiedor por su aspecto rriion¡!. los distintos individuos. No podría existir el desarrollo necnlirr
254 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCTEDAD 255
que se encuentra en la colmena, salvo en una comunidad de abejas. constituyen en una sociedad. Los individuos aparecen ptimero y
En cierta medida ¡rcdemos obtener una sugestión para comprendcr las sociedades nacen de la superioridad de ciertos individuos. La
la evolución de tal grupo social. Podemos encontrar formas aisladas teoría es antigua y, en algunas de sus fases, todavía tiene vigencia.
tales como el abejarrón, y, más o menos provechosamente, hacer Sin embargo, si la posición a que nos hemos referido es corrccta'
especulaciones en cuanto a las demás formas de las que podría surgir si el individuo obtiene su lrrsona sólo a través de la comunicación
el desarrollo de una sociedad de insectos. Presumiblemente, €l ha- con otros, sólo gracias a la elaboreción de los procesos sociales me-
llazgo de un exceso de alimentos que estas formas pudiesen tras- diante la comunicación significante, entonces la persona no. podría
mitir de generación en generación, sería un factor determinante. preceder al organismo social. Éste debe de existir pr€viamente.
En la vida de la forma solitaria, la primera generación desaparece Entre los mamífetos, en la relación entre padres e hijos está
y las larvas quedan solas, de modo que se produce una desaparición involucrado un proceso social. Ahí partimos de la única diferen-
completa de los adultos a cada aparición de la nueva generación. ciación física (aparte del sexo) que existe entre los individuos hu-
En organizaciones como la de la colmena se presentan condiciones manos, y esas diferenciaciones fisiológicas proporcionan una base
que, debido a la abundancia de alimentos, las formas se trasmiten de para el proceso social. Tales familias sólo pueden existir entre ani-
una generación a otra. En tales condiciones, es posible un complejo males inferiotes al hombre. Su organización se da sobre una base
desarrollo social, pero dependiente aún de la diferenciación fisio- fisiológica, es decir, una fotma actúa de cierto modo debido a su
lógica. No tenemos pruebas del acrecentamiento de una experien- estructura fisiológica y otra reacciona debido a su propia estructure
cia que es trasmitida, por medío de la comunicación, de una gene- fisiológica. Debería existir en ese Proceso un gesto que provoque
ración a otra. Ello no obetante, bajo tales condiciones de exceso la reacción, pero la conversación de gestos no es significante en esa
de alimentos, ese desarrollo fisiológico florece en forma asom- primera etapa. Empero, el comienzo de la comunicación está pre-
brosa. Semejante diferenciación sólo podría tener lugar en una co- sente en el proceso de organización dependiente de las diferencias
munidad. La abeja reina y Ia hormiga soldado sólo podrían existi¡ fisiológicas; y existe también el conflicto de los individuos entre sí,
en una sociedad de insectos. L)no no podría reunir a todos esos que no está necesariamente basado en las condiciones físiológicas.
distintos individuos y constituir una sociedad de insectos; es preciso Se lleva a cabo una riña entre individuos. Puede haber ante-
que previamente haya una sociedad de insectos, a fin de que puedan cedentes fisiológicos tales como el hambre, la rivalidad sexual, la
darse esos individuos. rivalidad en mat€ria de jefatura. Quizá podemos encontrar siempre
En la comunidad humana no tendríamos aparentemente tales algún antecedente, pero la pendencia se da entre individuos que se
inteligencias distintas de individuos aislados, ni el desarrollo de los encuentran prácticamente en el misnlo plano, y en tales conflictos
individuos a partir de la matriz social, responsable del desarrollo existe la misma conversación de gestos que he ejemplificado en la riña
de los insectos. Los individuos humanos son idénticos en gran pro- de perros. Así, tenemos los comienzos del proceso de comunicación
porción; no existe diferencia esencial de inteligencia desde el punto en el proceso coolxrativo, ya sea de reproducción, de cuidado de
de vista de la diferenciación fisiológica entre los sexos. Hay orga- los hijos o de lucha. Los gestos no son todavía símbolos signifi-
nismos fisiológicos esencialmente idénticos, de modo gü€, tptr€n- cantes, pero permiten ya la comunicación. Detrás de ellos hay un
tement€, no tenemos una matriz social responsable por la aparición proceso social, y cierta parte de ellos depende de la diferenciación
del individuo. Debido a tales consideraciones, ha surgido una teoría fisiológica, pero el proceso implica, por añadidura, gestos.
en el sentido de que las sociedades humanas nacieron de los indi- Aparentemente, de este ptoceso surge la cornunicación signifi-
viduos, no los individuos de las sociedades. Así, la teoría sociel del cante. En el proceso de comunicación aparece otro titto de individuo.
contrato supone que los individuos existen previamente como indi- Este proceso, por supuesto, depende de cierta estructura fisiológica:
viduos inteligentes, como lxnsonas, y qu€ dichos individuos se reú- si el individuo no fuese sensible a sus propios estímulos, esenciales
nen y forman la sociedad. Según ese punto de vista las sociedades para la trasmisión de la reacción a la otra forma, tal comunicación
han surgido como co4)oraciones comerciates, por la unión delibe- no podría tener lugar. Con respecto a la sordomudez, p. ej., vemos
rada de un grupo de inversores que eligen a sus autoridadee y se que, si no se presta atención al desarrollo del lenguaje, en el niño
256 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 257

no aparece una int€ligencia humana normal, sino que se con- ese terreno. La forma humana es distínta de la forma insecto. Natu-
serva en el nivel de los animales inferiores. F{ay, pues, un fondo ralmente, las hormigas y las abejas tienen cerebro, pero no pos€en
fisiológico para el lenguaje, p€ro no es de diferenciación fisiológica nada que corresponda a la corteza. Reconocemos que, así como
entre las diversas formas. Poseemos órganos vocales y órganos audi- tenemos un tipo de sociedad construída sobre ese principio de la
tivos, y, en la medida en que nuestro desarrollo sea normal, tene- diferenciación fisiológica, así debemos tener una distinta otgeniza-
mos capacidad para influir sobre nosotros mismos tal como influí, ción fisiológica. Por medio de un órgano adicional, el cerebro y la
mos sobre los demás. Y de dicha capacidad para influir sobre nos- corteze, introducimos unidad en las distintas estructuras de la for-
otros, por medio de nuestro gesto, como influímos sobre los demás, ma humana. En la forma insecto existe unidad por la efectiva cola-
ha surgido Ia forma peculiar del organismo social humano, com- boración de las partes fisiológicas. Detrás de esto hay cierta base
puesto de seres que, en ese grado, son fisiológicamente idénticos. fisiológica, por oscuros que sean los detalles {. Es importante reco-
Algunos de los procesos sociales dentro de los cuales tiene lugar nocer que la forma inteligente logra el desarrollo de la inteligencia
esa comunicación dependen de diferencias fisiológicas, llero en el pro- gracias a un órgano como el sist€ma n€rvioso central, con su lrcu-
ceso social el individuo no está diferenciado fisiológicamenre de liar desarrollo del cerebro y la corteza. La columna vertebral repre-
otros individuos. Eso, insisto, constituye Ia diferencia'fundamcn- senta series de reacciones más o menos fijas. Entonces, por medio
tal entre las sociedades de insectos y la sociedad humana 3. Es de un órgano superpuesto al sistema nervioso central, pueden esta-
una distinción que debe establecerse con reservas, porque puede que blecerse conexiones entre los distintos tipos de rea€ciones que surgen

en el futuro exista alguna forma de descubrir un lenguaje entre a través del sistema inferior. Y así aparece la multiplicidad casi
las hormigas y las abejas. Encontramos, sí, como he dicho, una
infinita de las reacciones del organismo humano.
diferenciación de los caracteres fisiológicos que por el momento ex- Si bien en el desarrollo del cerebro en cuanto tal logramos la
plica la organización peculiar de esas sociedades de insectos. La posibilidad de la aparición de la conducta distintivamente humana,
la conducta humana expresada simplemente en términos de producto
sociedad humana, pues, depende, para su forma de organización
del cerebro y la columna vertebral, sería sumamente restringida, y
distintiva, del desarrollo del lenguaje.
el animal humano sería un animal sumamente débil y carente de
Resulta tentador contemplar la fisiología del insecto en com-
importancia. Podría correr y trepar, y comer lo que se llevase a la
paración con la fisiología de la forma humana, y notar sus dife-
boca con las manos, en virtud de los reflejos que se remontan al
rencias. F¿ro, si bien es tentador especular en punto a tales dife-
sistema nerviorc originario. Pero una serie de combinaciones de los
rencias, no existe aún una base adecuada para la generalización en
distintos procesos descubiertos allí proporciona una cantidad infi-
nita de reacciones posibles en las actividades del animal humano.
9 El ¡nim¡l hum¡¡o rcci¡liz¡do edopta le ¡ctitud dcl otro b¡ci¡ ól y beci¡
cuelquier ¡itu¡ción soci¡l d¡d¡ en que ól y otros individuos puedan estar ubicados Gracias a la variedad de combinaciones en las conexiones de las reac-
o involuc¡¡dor; y dc t¡l modo ¡e identific¡ con cl ot¡o o tal siturción d¡d¡,
ciones con los estímulos, que tienen lugar en las vías que lxnetran
r¿¡ccion¡ndo implícitamcatc como lo b¡ce cl otro o como lo harí¡ explícitamente
y controlendo cu propia ¡e¡cción explícita de acuerdo con la del otro. El ¡nimal en la corteza, s€ puede establecer cualquier cantidad de combinacio-
¡oci¡liz¡do no hum¡no, por otr¡ pa¡te, no adopta le actitud del otro hacia él y
h¡ci¡ l¡ ¡itu¡ción ¡oci¡l d¡d¡ cl que embor te encuentr.! involucrados, porquc
cr firiológicamcntc ilcrpaz dc b¡cerlo y entonccs, por lo tento, no puede <ontro- { Ni siquier¡ lor miemb¡os individuales de l¡s sociedades invertebradas más
lrr edeptatrve t cooper¡tivementc cu propL rtacción explícitr a le ¡itu¡ción avanzadas poseen suficientcs capacidades fisiológicas_ para adquirir espítitu o pet-
¡oci¡l d¡d¡, en término¡ de una concienci¡ de dich¡ actitud del ot¡o, como puede sona, conciencia o inteligencia, s¡cándolOs de sus relaciones e intetacciones sociales
hacerlo cl animal bumano socializado. -oturr; y de ahi que dichas sociededes no puedan alcznzar ni el grado de.com;
Toda comunic¡ción, tod¡ convers¡ción de g6to! entrc tor animales inferiores pleiidad óuc sería prcsupuesto por la aparición de espítitus y petsonas dentro
y ¡u¡ cntrc lo¡ miernbros de aociedade¡ de inscctos rnár altamente desa¡rollade¡, il;ll.;. ii la propotción de complejidaá que se-ría posible _solo si los espíritus
er prerumiblcncntc inconscicntc. Por lo tanto, ¡olo en l¡ sociedad f¡¡¡¡¡¡¡ y-t,, p..*..r hubiesen surgido dentrá de ellas. Ú_nicamente los miembros indivi-
-5f16
dent¡o del contexto especialmente complejo de rel¡ciones e interacciones sociates áo"f.r'¿.-i"t sociedades hurñ¡nas poseen las capacidades fisiológicas,requeridas para
quc el rirtcma nerviorc centr¿l humano hace fi¡iológicamcnte posible- surgen t"l-¿"..ii"f1" social de espíritus y pcrsonas: y, por consigui€nt€, sólo las.sociedades
-capaces
o pueden surgir tos erpíritus; y, arí, tambión los seres humanos son evidentemente h;-;;;;;t de' alcanzir, en su estructura y . orgarización' el nivel de
los únicos organismor biológiccs que tienen conciencia de sí o pueden tenerla, o ."-pf.ji¿J que se tort a posible de ¡csulras dc la aparición de espíritus y pe¡son¡s
que poicen pcr¡on¡lidad. en sus miembros individualcs.
258 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 259

nes de los distintos modos en que un ser humano puede usar sus de tal difercnciación fisiológica. La organización de las actitudes
brazos, sus piernas y el resto de su cuerpo 6. sociales que constituyen la estructura y el contenido de la persona
FIay, como hemos visto, otra importantísima fase del desarrollo humana individual se lleva a cabo en términos de la organización
del animal humano, fase quizá tan esencial como el habla para el de los elementos n€urales y de sus interconexiones en el sistema ner-
desarrollo de la inteligencia peculiar del hombre: el empleo de la vioso central del individuo, y en términos de la pauta general orde-
mano para la aislación de las cosas físicas. El habla y la mano van nada de Ia conducta social o de grupo en gue el individuo -{omo
juntos en el desarrollo del ser bumano social. Para el florecimiento miembro de la sociedad o grupo de individuos que ponen en práctica
de la inteligencia es preciso que aparezca la conciencia de sí. Pero ¡¡l s6¡dr¡6¡¿- está involucrado.
tiene que haber alguna fase del acto que llegue casi hasta la consu- Bs también cierto que muchas formas vertebradas entre las que
mación, si se guiere que dicho acto se desarrolle inteligentemente, se observa un comienzo de sociedad, no dependen de la diferenciación
y el lenguaje y la mano proporcionan los mecanismos necesarios. fisiológica. Tales sociedades inferiores a la del hombre son relativa-
Todos tenemos manos y habla, y somos todos, en cuanto seres so- mente insignificant¿s. La familia, por supu€sto, es significante, y
ciales, seres idénticos, inteligentes. Todos tenemos lo que denomi- podemos decir que la familia existe antes que el hombre. FIay,
n¿mos "conciencia" y vivimos en un mundo de cosas. La sociedad no sólo la necesaria relación dc padre e hijo que se debe al periodo
humana se desarrolla en tales medios, rnedios completamente dis- de la infancia, sino también la relación entre los sexos, que puede
tintos de aquellos dentro de los cuales se desarrolla la sociedad de ser relativamente permanente y que conduce a la organización de
insectos. la familia. Pero no encontramos que la organización de algún grupo
mayor se base sólo sobre la organización de la familia. El re-
baño, el banco de lxces, la tündada de pájaros, en la medida en
}I. L¡ S¡SP DE LA SOCTEDAD HUMANA: EL HOMBRE que forman agrupaciones sueltas, no surgen del desarrollo de una
Y LOS VERTEBRADG función fisiológica que corresponde a la familia. Tal rebaño exhibe
lo que podemos llamar "relaciones instintivas", en el sentido de
Hemos visto que la sociedad humana está organizada sobre un que las formas se mantienen unidas y parecen encontrar, unas en
principio distinto del de las sociedades de insectos, que se basan otras, un estímulo para llevar a cabo sus propias actividades. Los
sobrc la diferenciación fisiológica. Los individuos humanos son idén- animales en grupo efectúan sus funciones de pastaje mejor que
ticos entre sí, en muchos sentidos, y están muy levemente diferen- cuando están solos. Parecen existir tendencias instintivas, por parte
ciados fisiológicamente. El individuo consciente de sí que entre en de esas formas, a moverse en la dirección en que se mueven los otros
la composición de tal sociedad no depende de las diferenciaciones animales, como se advierte en cualquier grupo de ganado que se
fisiológicas, aun cuando ellas existan, en tanto qu€ en las comuni- desplaza a una en la pradera, mientras pasta. El movimiento de
dades de insectos la existencia misma de dichas comunidades dcpende una forma es un estímulo para que la otra forma se mueva en la
5 Hemos dicho, en general, quc el límite del dc¡arrolto social poribtc cn dirección en que lo hace la primera. Ese parece ser aproximadamente
cualquicr ecpecie de orgrnismo ¡nim¡l ---<l grado dc complcjided dc orgtnizrción el límite de esa fase del rebaño. Hay también formas agrupadas
social que lo¡ individuos de esas espccies son capaces is ¡16¡n2¡¡- cstá detcrmi-
nado por l¡ natur¡leze y extensión de su equipo fisiológico perainentc, d€ sus para la defensa o el ataque, como el rebaño que s€ defiende contra
capacidades fisiológicas de conducta social: y este límite del de¡a¡rollo social el ataque de los lobos, o los lobos corriendo juntos para atacar al
posible cn cl caso especial de le especie humana está dete¡minedo, el mcnor teó-
ricamente, por la cantidad de célul¡r nervios¡¡ o elemt¡to¡ naturel¿c det cerebro rebaño. Pero tales mecanismos proporcionan bases relativamente
humano, y por la consiguicnte c¡ntidad y diversidad de sus posibles combin¡cione¡ leves para la organización, y no entran en la vida del animal al
e intc¡releciones, con ¡eferencia a su efecto sob¡e l¡ conduct¡ bum¡n¿ manifiast¡ o punto de determinar completamente esa vida. El individuo no está
su control de la misma.
Lo único quc cs innato o hercdita¡io cn relación con tot rrpiritus y lar determinado por su relación con el rebaño. El rebaño aparece como
pe$onas es et mecanismo fi¡iológico del ¡istem¡ ntrvio¡o cent¡¡t hunano. por
medio del curt le gónceis de lo¡ cspíritur y lar permnar, a prrtir dcl procero una nueva clase de organización y posibilita la vida del individuo
soci¡l bumano de la experiencia y le conducta pertir d¿ la m¡triz buman¡ desde el punto de vista de la defensa de un ataque, pero los procesos
-abiológicamente posibtc cn lor
de rtl¡cione¡ e intc¡¡cciones ¡ocialc¡- cs heche
de alimentación y reproducción no dependen del rebaño mismo.
individuo¡ humanos.
260 GEoRGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 261
E¡te no represcnt¡ unr organizeción de todo¡ lo¡ miembroc quc inferiores al hombre; no se puede componer la sociedad humana
determine la vida de los micmbroc ceparadoc. Mác fund¡mcnt¡l- a partir del rebaño. Sugerir tal cosa sería no t€ner en cuenta la
mentc aún, la f¿milia, en le medida en que eri¡te entrc l¡¡ form¡¡ organización fundamental de la sociedad humana en torno a una
inferiorcs, no aparece como lo que hace poeible la c¡tructura dcl persona o personas.
rebeño en cuanto tal. Es cierto que cn esc agru¡nmiento dcl ganado Naturalmente, existe, en cierto sentido, una base fisiológica para
contra el ataque de afuera; la forma joven es pucsta en cl intetio¡ la sociedad humana,a saber: en el desarrollo del sistema nervioso
del círculo, y tal es el desaffollo de la rclación de f¡milia, de e¡¡ central, tal como corresponde a los vertebrados y que alcanza su
actitud general de cuidado poternal de los hijos. Pero no ce tr¿te más alto desarrollo en el hombre. Mediante la organizaciín del
del círculo, y tal es el dcsarrollo de la relación familiar, dc esc sistema nervioso central, las distintas reacciones de la forma pueden
p¡oc€so de defens¿ o de ataquc. ser combinadas en toda clase de órdenes, espaciales y temporales,
Por otra parte, en el caso del gnrpo humano hay un desar¡ollo en los que la columna vertebral representa toda una serie de distintas
en el que lac fases complejas de la cociedad han eurgido de la reacciones posibles que, cuando son excitadas, se producen por sí
organización posibilitada por la aparición de la persone. (Jno en- mismas, en tanto que los planos corticales del sistema nervioso
cuentra quizás, en la relación de lo¡ distintos mi:mbros dc lar central proporcionan toda clase de combinaciones de esas diferentes
agrupacionec más primitivas, actitudes de defcnsa y ataque mutuos. reacciones posibles. Esos planos superiores del cerebro posibilitan
Es probablc que tales actitude¡ cooperativas, combinada¡ con la¡ la variedad de actividades de los vertebrados superiores. Tal es
actitudes de la familia, proporcionen lee eituaciones de lar que su¡gc la materia prima, expresada en términos fisiológicos, de la que
la persona. Dda la pcrsona, cxistc entonces la posibilid¡d de un surge la inteligencia dBl ser humano social.
desar¡ollo posterior de la sociedad ¡obrc esa basc de la concicncia El ser humano es social en forma distintiva. Fisiológicamente,
de sí, distinta de la floja organizeción del rebaño o dc la compleja es social en relativamente pocas reacciones. Existen, por supuesto,
eociedad de loc incectos. La persona, en cuanto tal, es lo que hacc procesos fundamentales de reproducción y del cuidado de los hijos,
posible la sociedad di¡tintivamente hum¡na. Ee ve¡dad que cierta que han sido reconocidos como parte del desarrollo social de la in-
clase de actividad cooperativa precedc a la persona. Es precieo que teligencia humana. No sólo hay un período fisiológico de la infan-
haya alguna organización indefinida en quc los distintos organis- cia, sino que ésta se extiende de tal modo, que representa aproxi-
mos trabajen juntos, y quc crista csa clasc de cooperación en ta madamente un tercio del término medio de vida del individuo.
que el gerto del individuo pueda convertirse pera él en un estímulo Correspondient€ a ese período, la relación paterna con el individuo
de la misma clasc guc el cstímulo para la otra forma, e fin de que ha sido prolongada mucho más allá de la familia; el surgimiento
la conversación de gestos pueda incor¡rorarse a la conducte dcl de escuelas, y de instituciones tales como las implicadas por la
indiyiduo. Tales condiciones ectán presupuestar en el desarrollo de iglesia y el gobierno, es una extensión de la relación patetna. Esto
la persona. Pero cuando la persona se ha desarrollado, cntonces ¡c constituye una ilustración externa de la complicación infinita de
obtiene una base gara la evolución de una sociedad distinta en ¡u procesos fisiológicos sencillos. Cuidamos a la forma niño y la
catácter de csas otras sociedades a las que me hc referido. contemplamos desde el punto de vista de Ia madre; cuidamos de
La relación farniliar, podría decirse, nos proporciona cie¡to que se preste atención a la madre antes del naci{niento del niño, de
indicio de la clasc de organización que corresponde al iruecto, ¡ror- que se le proporcione alimentos adecuados; atendemos a la manera
que en ell¡ tenemos la diferenciación fisiológica entre los distintos en que se organiza la escuela a fin de que el comienzo de la educa-
miembros, los padres y el hijo. Y en el populacho tenemos una ción del niño empiece, en el primer año de su vida, con la forma-
vuelta de l¡ sociedad a un rebaño dc ganado. Un grupo de indi- ción de hábitos de importancia primaria; tenemos en cuenta la
viduos pueden ser ahuyentados como ganado. Pero en csas do¡ ex- educación en su asp€cto de recreación, que de uno u otro modo
presiones, tomadas en sí y apart€ de la persona, no se encuentre cae bajo la fiscalización pública; en todos esos detalles podemos
la estructura de la sociedad humana; no se podría componer una ver qué complejización sufre el cuidado inmediato que los pa-
sociedad humana por medio de la familia tal como existe en formas dres proporcionan a los hijos en las condiciones más primitivas, y
262 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD 263
sin embargo no se trata de otra cosa que una compliceción conti- sí mismo. Cuando hace tal cosa, estimula cierta zone del sist€ma
nuada de series de procesos que pettenecen al cuidado original del nervioso central que, si se permite que sc convierta en la zona domi-
niño. nante, haría que el individuo repitiese lo que hace su oponente. El
Digo que esto es un cuadro externo de la clase de desarrollo individuo ha tomado su actividad y aislado esa fase especial de ella,
que ti€ne lugar en el sistema nervioso central. Existen grupos de y, al aislarla, ha dividido su reacción de modo que las distintas
reacciones relatívamente simples que pueden ser convertidas en infi- cosas que puede hacer se encuentran dentro de é1. Ftra estimulado las
nitamente complejas uniéndolas entre sí en toda clase de órdenes, zon¡¡s que corresponden a las distintas partes del complejo proceso.
quebrando una reacción compleja, reconstruyéndola de distinto mo- Puede combinarlas en distintas formas, y su combinación de ellas
do y uniéndola con otros proc€sos. Considérese la acción de tocar es un proceso de inteligencia reflexiva. Es un proceso que queda
instrumentos musicales. Hay una tendencia inmediata a los proce- más plenamente ejemplificado en el jugador de ajedrez. un buen
¡os rítmicos, a emplear el ritmo del cuerpo para ac€ntuar ciertos jugador de ajedrez tiene la reacción del otro jugador en su sistema.
sonidos, movimientos que pueden encontrarse entre los gorilas. En- Puede prever en su espíritu hasta cuatro o cinco jugadas de su con-
tonces aparec€ la posibilidad de dividir en partes la acción de todo trincante. Lo que hace es estimular a otra 1rrsona para que haga
el cuerpo, de construir complicadas d,anzas, de relacionar la danza una cosa, mientras s€ estimula a sí mismo para hacer lo propio.
con el sonido que aparece en Ia canción, fenómenos que alcanzan Ello le permite analizar su modo de ataque y dividirlo en sus distin-
su expresión en los grandes dramas griegos. Estos resultados son tos elementos, en términos de las reacciones provenientes de su opo-
luego externalizados en los instrumentos musicales, quc son, en nente, y luego reconstruir su actividad sobre esa base.
cierto modo, remedos de distintos órganos del cuerpo. Todas €stas f& acentuado el hecho de que el proceso de comunicación no
complicaciones externas no son otra cosa que externalización, en es más que una elaboración de la inteligencia peculiar de que está
una sociedad, de la clase de complicación que existe en los planos dotada la forma vertebrada. El mecanismo que puede analizar las
superiores del sistema nervioso central. Tomamos las ¡eacciones respuestas, desmontarlas y reconstruirlas es posibilitado por el cere-
primitivas, las analizamos y las neconstruímos en distintas condi- bro en cuanto tal, y el proceso <ie comunicación es el medio gracias
ciones. Esa clase de reconstrucción sc lleva a cabo por medio del al cual eso es puesto bajo el control del individuo mismo. Este
desarrotlo del tipo de inteligencia que sc identifica con la emergencia puede separar las partes de su reacción y presentársela a sí mismo
de la persona. Las instituciones de la sociedad, tales como biblio- como una serie de distintas cosas que puede hacer en condiciones
tecas, sistemas de trasporte, las complejas interrelaciones de los in- más o menos controlables. El proc€so de comunicación pone,
dividuos logradas en las organizaciones políticas, no son más que sencillamente, la inteligencia del individuo a su disposición. Pero
formas de proyectar sobre la pantalla social, por así decirlo, am- el individuo que tíene tal capacidad es un individuo social.
pliadas, Ias complejidades que existen dentro del sistema nervíoso No la desarrolla por sí mísmo para después ingresar en la sociedad
central, y, por supuosto, tienen que expresar funcíonalmente la sobre la base de tal capacidad. Se convierte en una ¡rrsona y logra
marcha de ese sistema. tal control gracias a que es tal individuo social, y sólo en la
La posibilidad de llevar esa complicación al grado en que hr sociedad puede alcanzar esa clase de p€rsona que le posibilitará el
aparecido en el animal humano y en la correspondiente sociedad que vuelva sobre sí y se indique las distintas cosas que puede hacer.
humana, se encuentra en el desarrollo de la comunicación en la Entonces, el perfeccionamiento de la inteligencia de la forma ver-
conducta de la pcrsona. La provocación de la actitud que conduciría tebrada en la sociedad humana deprnde del desarrollo de esa clase de
a la misma clase de acción que es provocada en el otro individuo, reacción social en la que el individuo puede influir sobre sí como
posibilita el proceso de análisis, la división del acto mismo. En el influye sobre los demás. Eso es lo que le hace posible adoptar y
caso del esgrimista o el pugilista, en que un hombre hace determi- elaborar las actitudes de los otros individuos. Lo hace en términos
nada .finte para provocat cierta reacción por parte dc su oponente, de los ptanos superiores del sistema nervioso centrat, repr€sentantes
dicho homb¡e provoca al mismo tiempo <n la medida en que de las rtacciones que tienen lugar. La reacción de caminar, golpear
tiene conciencia de lo que hace- el comienzo de dich¡ reacción en o cualquier otra reacción sencilla, pertenecen a ta colum¡ra vertebral,
264 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 265
al pedúnculo craneano. Cualquier cosa que ocurra, más allá de eso, de la forma se produce un aumento de la diversidad de la sensibi-
es, simplemente, la combinación de reacciones de ese tipo. Cuando lidad, se producirá un aumento en las reacciones del organismo a
una lxrsona cruza una habitación para tomar un libro. se ha pro- su medio, es decir, el organismo tendrá un medio correspondiente-
ducido en su cerebro la conexión de los procesos involucrados en mente mayor. Hay una reacción directa del organismo sobre el
el cruce de la habitación con los implicados en el acto de tomar el medio, que surninistra cierta proporción de control. En materia
libro. Cuando se adopta la actitud de otro, se está provocando, sim- de alimentación, de la protección contra la lluvia, contra el frío
plemente, las reacciones arriba mencíonadas, que combinan una reac- y contra los enemigos, la forma en cierto sentido controla directa-
ción con distintas reacciones, para lograr la respuesta adecuada. Los mente el medio gracias a su reacción. Empero, tal fiscalización directa
cenüos involucrados en la combinación de las reacciones de las for- es sumam€nte leve €n comparación con la determinación del ambien-
mas inferiores responden a los procesos mentales superiores, y po- te que surge de la sensibilidad dela forma. Naturalmente, puede haber
sibilitan la elaboración de reacciones en esas complejas formas. influencias que afecten al individuo €n cuanto un todo, influencias
La forma humana posee un mecanismo para hacer esas combi- que no responden a ese tipo de determinación, tales como grandes ca-
naciones dentro de sí. El individuo humano puede indicarse a sí taclismos etc.-, acontecimientos que colocan el orga-
mismo qué está por hacer otra p€rsona y lucgo adoptar la actitud -terremotos,
nismo en distintos medios sin que esté inmediatamente involucrada la
de ésta sobre Ia base de esa indicación. Puede analizar su acto y sensibilidad de la especie. Los grandes cambios geológicos, tales como
reconstruirlo por medio de ese proceso. El tipo de inteligencia que el gradual avanc€ y desaparición de la era glacial, son simplemente
tiene no está basado sobre la diferenciación fisiológica, ni sobre el sobreañadidos al organismo. El organismo no puede controlarlos;
instinto gregario, sino sobre el desarrollo efectuado a través del ellos ocurren, eso €s todo. En ese s€ntido, el medio controla al indivi-
proceso social, desarrollo que le permite llevar a cabo su parte €n duo en lugar de ser controlado por é1. Ernpero, en la medida en que
la reacción social indicándose las distintas reacciones posibles, ana- la forma reacciona a é1, lo hace en virtud de su sensibilidad. En este
lizándolas y recombinándolas. Es esa clase de individuo la que hace sentido, selecciona y escoge lo que constituy€ su medio. Selecciona
posible a la sociedad humana. Las consideraciones precedentes deben aquello hacia Io cual reaccionará, y lo utiliza para sus propios fines,
ser comparadas con el tipo de análisis absolutamente ilógico que fines involucrados en su propio proceso vital. Utiliza la tierra que
trata al individuo humano como si estuviese fisiológicamente dife- pisa y rotura, y los árboles a los que se trepa; pero sólo cuando'es
renciado, simplemente porque se puede encontrar una diferenciación sensible a ellos. Es preciso que exista una relación entre estímulo y
de los individuos en la sociedad humana, una difcrenciación com- reacción; el medio, en cierto sentido, tiene que estar dentro del acto,
parable con la de un hormiguero. En el hombre; la diferenciación a fin de que la forma pueda reaccionar a aquél.
funcional proporcionada por el lenguaje presente un principio de Esta íntima relación de medio y forma es algo de lo cual debe-
organización que produce, no sólo un tipo enteramente distinto de mos imbuirnos, porque tenemos tendencia a €ncarar la situación des-
individuo, sino también una sociedad diferente. de el punto de vista de un medio preexistente, en el que la forma
entra o dentro del cual se da, para después p€nsar que €se medio
afecta a la forma, estableciendo las condiciones en que ésta puede
32. ORc¡NIsI¿o, coMUNIDAD Y MEDIo AMBIENTE vivir. Dr ese modo, se fo¡mula el problema de un medio dentro del
cual se supone que tiene lugar la adaptación. Este es un ángulo de
Me ocuparé ahora de la relación del organisn¡o con el ambienre, enfoque bastante natural desde el punto de vista científico de la
tal como se €xpresa en la relación entre la comunidad y el primero. historia de la vida sobre la tierra. La tierra existía antes de que apa-
Hemos visto que el organismo individual determina, en cierto reciese la vida, y sigue existiendo mientras distintas formas desapare-
s€ntido, su propio medio gracias a su sensibilidad. El único medio cen y aparecen otras. Consideramos como incidentes más o menos
al cual puede reaccionar el organismo es el que le revela su sensibi- accidentales a las formas que aparecen en los anales geológicos. Po-
lidad. Así, Ia clase de medio que puede existir pata el organismo es demos señalar una cantidad de períodos críticos de la historia
un medio que éste, en cierto sentido, determina. Si en el desarrollo de la tierra en los cuales la aparición de le vida dcpcndió de cosas
266 GEORCE H. MEAD ESPIRTTU, PERSONA Y SOCTED.{D 267
que existían o surgían. Las formas parecen estar completam€nte e mas. Pero, en la medida en que los medios existen para la fotma
merced del medio. De modo que no explicamos el medio €n térmi- misma, existen en ese carácter seleccionado y en cuanto construídos
nos de la forma, sino la forma en t¿rminos del medio. cn t¿rminos de reacciones posibles o.
Ello no obstante, el único medio al cual la forma reacciona es el En contraste con €ste control que la forrna ejerce sobre su medio
medio predeterminado por la sensibilidad de la forma y por la rcac- (expresable en tórminos de selección y organización), existe otro
ción de ésta a é1. Es cierto que la reacción puede ser de tal crase que control de la forma, a la que ya fne he referido y que realmente de-
resulte desfavorable para la forma, pero los cambios que nos intere- termina, por medio de sus reacciones, los objetos que existen en tor-
san son los de la forma en un medio que ella misma escoge y ella no suyo. En la medida en que un anímal cava un hoyo o cons-
misma organíza en términos de su propia conducta. La forma exíste truye un nido, reúne cosas a fin de hacerse una casa. Esas
a distancia de los objetos que le son favorables o desfavorabres, y construccion€s son de un carácter distinto de la clase de control al
mide la distancia en términos de sus propios movimientos para apro- que rne he referido previamente. Las hormigas, por ejemplo, man-
ximarse a los objetos o alejarse de ellos. Lo que la afecta en su expe- tiene,n en sus galerías ciertas formas de vegetación cc.r las cuales
riencia distante constituye una pronresa de lo que sucederá en cuanto se alimentan. Esto les proporciona una fiscalización del medio que
se establezca el contacto. Puede ser un contacto favorable con ali- va más allá de aquel control a que nos hemos referido hasta ahora,
mentos, o un contacto con las mandíbulas de sus enemigos. La ex- puesto que exige reacciones activas por parte de los animales, reac-
periencia distante indica tales rcsultados; ésa es la manera de existir de ciones que determinarán cuál será el vegetal que crecerá. Tales accio-
un medio. nes componen une Parte sumamente pequeña de las vidas de esos
Las cosas que vemos e distancia son los contactos que obtendre- insectos, pero existen. Ese tipo de fiscalización va más allá de la cons-
mos cuando nos acerquemos a ellas. Nuestro.medio existe, en cierto trucción de la madriguera o el nido, puesto que existe una verdadera
sentido, como hipótesis. "La pared esrá allá" quiere deci¡: "Tenc- construcción del medio, que el animal lleva a cabo en su proceso vi-
mos ciertas experiencias visuales que nos prom€ten ciertos contactos tal. Lo notable en cuanto al organisrno humano es la complicada
de dureza, toquedad, frialdad". Todo lo que existe en torno de nos- extensión de un control dcl tipo a que m€ he referido en el caso
otros, existe para nosotros de ese modo hipotético. Por supuesto, ta- de los insectos.
les hipótesis son rcspaldadas por la conducta, por el experimento, si El medio dicho¡- es nuestro medio. Vemos lo que podemos
se prefiere. Ponemos los pies en el suelo con una seguridad nacide -he
alcanzar, lo que podemos manipular, y luego lo encaramos cuando
dc experiencias pasadas, y esp€ramos el rcsultado acostumbrado. entramos en contacto con ello. He subrayado la importancia de la
Ocasionalmente somos víctimas de ilusiones, y entoncc nos damoe mano en la construcción de ese medio. Los actos de la forma viviente
cuenta de que el mundo que existe en derredor nuastro eriste en eon los que conducen a consumaciones tales como la de ingerir
forma hipotética. Lo gue nos llega a rravós de la experiencia dis- alimentos. La mano aperece entre el comi¿nzo y el fin de ese proceso.
tante cs una especie de lenguaje que nos revela la experiencia pro- Tomamos el alimento, lo manipulamos, y, en lo que respeita a nues-
bable que deberíamos tener si atravesásemos re¡lmente la distancia tra explicación del medio, podemos decir que nos lo ofrecemos en
que media entre nosotros y dichos objetos. La forma que no tiene términos del objeto manipulado. La fruta que podemos comer es
experiencia distante <omo ¡¡¡ ¿¡1s!¡-, o que tiene tal experien- una cosa que nos es posible manipular. Puede ser una fruta que
cia distante involucrada eólo funcionalmente, no posee la clase de nos r¡€a posible comer, o una representación de la misma en cera.
medio que tienen otras formas. Quiero destacar esto para eeñalar que Pero el objeto €s una cosa física. El mundo de cosas físicas que nos
el medio está dcterminado en un sentido muy real por el carácter rodea no es, simplemente, la meta de nuestro movimiento, sino un
de la fotma. No es posible, desde el punto de vista de nuestr¡ ex- mundo que permite la consumación del acto. tfn perro, es claro,
plicación científica del mundo, ealir del uredio de ecac distintas puede recoger estacas y traerlas. Puede utilizar sus mandíbutas para
formas y rctacionar a éstas entre eí. Tcnemoc ahí un c¡tudio de los el acarreo, pero ésa ec la rinica expr€sión pocible aparte de la utili'
ambientes en cus relaciones con las forurac mi¡r¡a¡, y primeramcnte
cxpres¡¡mos nuestros medios y luego los dacionamor con las for- c [P¿n l¡ rcl¡ción dcl mu¡do de le experiencia común coo cl ¡rundo d¿ t¡
cicnci¡, vé¡¡¿ The Philotophv of the Ac, perta II.l
268 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 269
zación real de las misma¡ para el proceso de devora¡. El acto rl .ontr¡ la vida de los insectos que ahora se lleva a cabo, resolviendo
llevado rápidamente a su consumación. En cambio, el animal hu, r¡ul insectos continuarán viviendo; intenta decidir qué microorga-
mano tiene esa €tapa instrumental que aparece entr€ la consum¡ción ilhmos permanecerán en su medio. Determina, por medio de su ves-
misma y el comienzo del acto, y la cosa surge en esa fase del ¡cto, ilm€nta y su casa, cuál será la temperatura que lo rodee; regula la
Nucstro medio, €n cuanto tal, está compuesto de cosas físicas. Nuc¡. ,rrnsión de su medio gracias a sus métodos de locomoción. Toda la
tra conducta traduce los objetor hacia los cuales reaccionamos a con¡ luch¡ de la humanidad sobre la faz de la tierra consiste en ese deter-
físicac que están más allá de nuestra consumación real del acto inm:. nrin¡ción de la vida que existirá en torno de aquélla y en esa fisca-
diato. Las cosas de las que podemos a¡roderarnos, que podemos quc. lir.¡ción de los objetos físicos que determinan y afectan su vida. La
brar en partes minúsculas, son las cosan a las que ltcgamos previr. eomunidad, como tel, crea su medio debido a que es sensible a é1.
mente a la consumación del acto y que, en algún sentido, podcmo¡ Hablamos de la evolución darwiniana, del conflicto de las dis'
manipular con referencia a futuras actividades. si habtamor ahon tint¡¡ formas entrre sí, consid¿rándolo parte esencial del problema del
del animal como constituyente de su medio gracias a su sencibitidad, dc¡¡rrollo; pero si dejamm de lado algunos de los insectos y micro'
a sus movimientos hacia los objetos, a sus reacciones, podemos en- organismos, no existen formas vivientes con las cuales la forma hu'
tonces ver que la forma humana constituye su medio en término¡ m¡na, en su capacidad social, s€ encuentr€ bá¡icamente en conflicto.
de esas cosas física.s que son, en un sentido real, productos de nue¡. &cidimos qué vida salvaje conservaremos; podemos eliminar todas
tras rnano$. Estac, naturalmente, tienen otra ventaja desde el pun. l¡¡ formas de vida animal o vegetal que existen; podemns sembrar
to de vista de la inteligencia: la de ser implementos, cosas que t¡¡ simientes que queramos, o matar o cria¡ los animales que de-
¡rodemos usar. {parecen entre el comienzo del acto } sü consüñil. rcmos. No existe ya un medio biológico, cn el sentido darwiniano,
ción, de modo que tenemoE objetos en términos de los cuales pode- prra plantearnos el problerna. Por supuesto, no podemos dominar
mos €xp¡esar la relación de los mcdios con los fines. podemos analiT l¡¡ fuerzas geológicas, los así llamados "actos de fuerza mayor".
zar nuestros objetivos en términos de los medios de que disponemos. Etlos llegan y borran lo que el hombre ha creado. Los cambios Pro-
La mano hum¿na, respaldada, es claro, por el infinito núrnero de ducidos en el sistema solar pueden aniquilar sencillamente el pla-
acciones que el sistema nervioso central hace posible, es de impor- ncta en que vivimos: tales faetzes están fuera de nuestro dominio.
tancia crítice lxra el desarrollo de la inteligencia humana. Es im- Pcro si tomamos las fuerzas que consideremos impottantes para el
pottante que un hombre pueda descender de un árbot (supuesto desarrollo de esta especie que cubre b faz del globo, ellas se encuen'
que sus antepasados vivieron en uno), Ixfo e8 de mayor impo*ancia tran, en gran medida. bajo el dominio de la sociedad human¡. El
que tenga un pulgar en oposición a los demás dedos, para aferrar problema de la presión de población ha desempeñado siempre un
y utilizar los objetos que necesita. Dr tal modo, dividimos nuestao papel importantc en la selección de las formes que sobrcviven. La
mundo en objetos físicos, en un medio de cosas que podemos mani- n¡turaleza tiene que seleccionar basándose en el ptincipio de sobrc'
pular y utílizar para nuesrros objetivos y propósitos finales. producción, a fin de que pueda haber, hablando en form¡ antto-
Más allá de esta función indivídual están los u¡eos qu€ damos a pomórfica, variaciones, algunas de las cuales pucdan poseer ventajas
esos objetos físicos para facilitar el control que el grupo organizado
6obre las otras. Así como Burrowe cmpleaba numero¡¡s va¡iedades
ejerce sobre eu mundo. Redúzcaee ece grupo a sue término¡ inferiores €n sus experimentos con planta¡t, en la eeperanza de que alguna
como los qu€ encontranos en lee novelas cobre el hombre de fuese ventajosa, así, hablando antropomórficamcnte, le naturaleza
-¡¡lss
Ias cavernas-, y las cosas que él maneja serán apenas algo más que utiliza la variedad, produciendo más formas de las que pueden sobrc'
porras o piedras. Su medio no €s tan dictinto del medio de los anima- vivir, en la esperanza de que ¡obreviva alguna forma superior. La
tee. Pero el desarrollo de la sociedad humana en mayor esc¡ra ha con- tasa de mr¡rtalidad de ci¿rto insecto es de 99,8 %, y la de las forma¡
ducido a una completísima fiscalizacíón de su medio. La forma hu- que cobreviven cs menor. Pa¡a la forma humana siguen existicndo
mana establece su propio hogar donde le agreda; construye ciudades; problcmas de poblaciótr, PGF el hombre puedc detennin¡r l¡ poble-
trae su agua desde grandes distancias; decide qué vegetación c¡ecerá en ción quc debe eri¡tir, Gn térrrinos dc lo¡ conocimicntc quc ya postc.
su derredor¡ dctermine qué animde¡ c¡i¡tirán; *, lan¡ta ¡ la lucha El problema se encuentra en manos de la comunidad, en la medide
270 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 27t
en que ella reaccione inteligentemente a sus problcmas. Así, incluso sobre la forma; y ello produciría una meta como objetivo de la
los problemas que provienen de afuera de la comunidad misma pue- evolución.
den ser definidamente dominados por la comunidad. Y este dominio Estamos tan lejos de cualquier adaptación definitiva de esta
de su propia evolución constituye la meta del desarrollo de la socie- clase, que decimos, correctament€, que la evolución del organismo
dad humana. social tiene todavía un largo camino ante si. Pero suponiendo que
Se ha dicho, con justicia, que no existe ninguna meta en la evo- hubiese alcanzado esa meta, que hub,iese determinado las condiciones
lución biológica, que la teoría de la evolución es parre de una teoría en que podría vivir y reproducirse, entonc€s los cambios siguientes
mecánica de la naturaiez¡. Tal evolución opera, por así decir, de la forma humana no tendrían ya lugar en términos de los princi-
desde atrás. I.a explicación se hace en términos de fuerzas ya exie- pios que han determinado la evolución biológica. La situación hu-
tentes, y en ese proceso aparecen las formas particulares que se adap- mana es un desarrollo del control que todas las formas vivien-
tan a ciertas situaciones y de tal modo sobreviven en la lucha por la y en organización, pero la
tes ejercen sobre su medio en selección
existencia. Dicho proceso de adaptación no es necesariamente t¿l sociedad humana ha llegado a un fin que ninguna otra forma ha
que escoja la forma que consideramos más de*able. El parásito es alcanzado: la de determinar realmente, dentro de ciertos límites, cuál
definidamente un resultado de un proceso evolutivo. Pierde varios será su medio inorgánico. No podemos trasportarnos a otros plane-
órganos porque no Ie son ya necesarios. Irro se ha adaptado a la tas, o determinar cómo serán los movimientos del sistema solar (los
vida de alimentarse del huésped. Podemos explicar eso desde el pun- posibles cambios de esa clese están fuera de cualquier control conce-
to de vista de l¡ evolución. Desde dicho punto de vista, no tenemog bible por parte del organismo humano) ; pero aparte de tales lími-
que considerar a la nattraleza como productora de formas cada vez tes, las fuerzas que afectan la vida de la forma y pueden, concebible-
más altamente complicadas, más perfectas. Los cambios son expli- mente, cambiarla en el sentido darwiniano, han llegado a ser do-
cados, simplemente, por las variaciones y la adaptación a las situacio- minadas por la sociedad misma, y, en la medida en gue caen
nes gue su¡gen. No hay necesidad de introducir una meta hacia la bajo el dominio ejercido por la sociedad, la sociedad humana
cual se dirige toda la crcación. presenta un fin para el proceso de la evolución orgáníca. No hace
Ello no obstante, la situación humana que acabo de prcsentar falta decir que, en lo que concierne al desarrollo de la sociedad
ofrece, en cierto modo, una m€ta, no, si se quiere, en el sentido fisio- humana, el proceso mismo está muy lejos de alcanzet su mete.
Iógico, sino como determinación del proceso de la vida sobre la
superficíe de la tierra. La sociedad humana que ¡xrede d¿cidir por sí
misma cuáles eeán las condicions en que vivirá, no 8e encuenúa ye 3'. LOs CTATISNToS Y FUNcIohIES socIALEs DEL
en situacíón de limitarse a enfrentar loe problemas que prt*nta el PENSAMIENTO Y LA COMUNICACTóN
medio. Si la humanidad puede controlar cu medio, logrará, en cier-
to centido, estabilizarse y llegar al fin de un psoceso de dcearrollo De la misma mancra sociofisiológica como el individuo humano
orgánico, si bien no al término del control del n¡Bdio si cs que la adquiere conciencia de sí, adquiere también conciencia de otros in-
sociodad continúa desarrollándose. No tenemos necesidad de crear dividuos; y su conciencia de sí y de otroe individuos es igualmente
una nueva forma, cubierta de pelo, para vivir en climas fríos; im¡rortante para su desarrollo perrcnal y para el desarrollo de la
lo único que ten€mos que hacer es producir rop¿¡¡¡ que permita a loc sociedad organtzadt o grupo social al cual pertenece.
exploradores llegar hasta el Polo Norte. Podemos determinar la¡ El principio que he sugerido como básico para la organización
condiciones en que el calor de los trópicoc cerá hecho soportable. Po- social humana es el de la comunicación que implica participación en
demos, instatando un cable en la ¡rarcd de un cuerto, elevar o bajar el otro. Esto requiere la aparición del otro en la persona, la identi-
la temp€ratura. Incluso en el caso de los micrcorganismoc podc- ficación del ot¡o con la ftersona, la obtención de la conciencia de cí
mos dominarlos como Ia cociedad, ea parte, t6 !¡¡ss-,-ei hab¡emo¡ a través del otro. Esta participación es posibilitada gracias al tipo
dct¿rmin¡do no cólo cóno rrá cl mcdio cn cu nl¡ción inmediata de comunicación que el animat humano está €n condicionec de llevar
con norot¡or, ¡ino t¡mbié¡ cómo crá cl ncdio fl¡ico e¡ m influcnci¡ a cabo tipo de conunicación di¡tinto del que tiene lugar entre
-un
272 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 27t
otras formas que no pose€n ese principio en sus sociedades. He ha. viduo en un proceso cooperativa puede tener lugar en la conducta
blado del llamado cenrinela, del que puede decirse que comunica a del individuo mismo, si le es posible adoptar la actitud del otro. Y
los otros miembros su descubrimiento del peligro, isí como pucde es este control de la reacción del individuo 'mismo en virtud de la
decirse que el cloqueo de la gallina io comunica al poilito. Existen adopción del papel del otro lo que proporciona el valot de este tipo
condiciones en que el gesto de una forma sirve para colocar a la¡ de comunicación desde el punto de vista de la organización de la
otras foünas en la actitud correcta hacia las condiciones externas. En conducta en el grupo. Lleva al proceso de actividad cooperativa más
un sentido, podemos decir que una forma se comunica con la otra, lejos de lo que puede ser llevado en el rebaño como tal, o en la socie-
p€ro €s evidente la diferencia que existc €ntre eso y la comunicación dad de insectos. Y es así como el control social, en cuanto fun-
consciente. LJna forma no sabe que se está llevando a cabo la comu- ciona en términos de autocrítica, se ejerce tan íntima y €xtensa-
nicación con el otro. Un ejemplo de ello lo tenemos en lo que lla- mente sobre la conducta individual, sirviendo para integrar al indi-
mamos conciencia de las muchedurnrbres, la actitud que adopta un viduo con sus acciones, con referencia al proceso social organízado
auditorio cuando se €ncuentra bajo la influencia de un gran orador. de la experiencia y la conducta en el cual él está involucrado. El
IJno es influído por las actitudes de los que le rodean, que se reflejan m,ecanismo fisiológico del sistema nervioso central del individuo
en los distintos miembros del público, dc modo que ellos llegan a humano hace posible que éste adopte las actitudes de otros individuos
reaccionar como un todo. (Jno siente la actitud general de todo el y las actitudes del grupo social organizado del cual él y ellos son
público. Existe, pues, comunic¡ción, en un s€ntido rral; es decir: miembros, en términos de las relaciones sociales integradas con res'
una forma comunica e la otra una actitud que esta otra adopta hacia pecto a ellos y al grupo como un todo. Es así como el proceso social
cierta parte del medio y que resulta de importancia para ambas. Ese general de la experiencia y la conducta que el grupo pone en práctica
plano de comunicación se encuent¡a en las sociedades de tipo infe- le es presentado directamente a él en su propia experiencia, y de
rior al de la organízaciü¡ social dcl grupo hum¡no. modo que, en consecu€ncia, se ve en condicioncs de gobernar su con-
En el grupo humano, por otra part€, no eriste solo esa clase de ducta consciente y críticamente, con referencia a sus relaciones, tanto
comunicación, sino también.aquel cn que la lxrsona que emplea el con el grupo social en cuanto un todo como con sus otros miembros
gesto y, de tal modo, 8e comunica, adopta la actitud del otro indi- individuales, en términos de ese proceso social. Así, no sólo se torna
viduo al mismo tiempo que la p¡ovoca en el otro. El individuo mis- consciente de sí, sino también autocrítico; Y, así, gracias a la auto-
rno deeempeña el papel de la otra p€rsona a la quc de tal modo excita crítica, la fiscalización social sobre la conducta individual opera en
y sobre la cual influye. Y gracias a la adopción de ese papel del otro virtud del origen y base sociales de tal crítica. Es decir: la auto-
se encuentra en condiciones de volver sobre sí y, de tal modo, dirigir crítica es esencialmente crítica social, y la conducta controlada por
su propio proceso de comunicación. Esta adopción del papel del la autocrítica €s en esencia conducta controlada socialmente 8. De ahí
otro,.€xpresión quc he usado con tanta frecuencia, no es simplement€
ción en la expericncia de algún tipo de problema que debe ser r€suelto' La inteli-
de importancia pasajera. No es algo que (xutt¡ meramente como rc- gencia humaáa, quc se expiesa en el pcnsam'iento, es reconocida como poseedora
¡ultado accidental del gcsto, eino que tiene importancia para :l desa- áe ese carácter de enc¡rai y tratar cualquier problema dc adaptación ambiental
rrollo de la actividad cooperativa. El efecto inmediato de tal adop. que enfrente a un organismo que la _pos,ea. Y así, como también hemos visto, l¡
üracte¡istica esencial áe l¡ conáucta inteligente es la reacción demorada ¡t¡q
ción del papel recidc en el coatrol que cl individuo logra ejer- en la conducta mientras se produce el pensamiento; y esa reacción gemorada-q¡ y el
p€nsamiento a los fines del-cual es dcmorada (incluso la selección final, como re-
cersob¡e eu propia racción 7. La fiscalización de la acción del indi- sultado del pensamiento, de tas nre¡otes o más convenicntcs de entte las distint¿s
reacciones pósibles en la situación ambiental dada) son hechos posibles, fisiológica-
-? .Dcdc cl gunto dc vi¡t¡ da t¡ cvolució¡ ¡oci¡|, ae incorponción de
cuatquicr ¡cto roci¡l d¡do, o dcl proccro rcci¡l tot¡l d¿l cu¡l dicho ¡cto c¡ ul -ente, gr".io" al mecanismo del sistema ne¡vioso central, y, socialmente, gracias al
colrtitoycatc, dircct¡rnc¡tc -y gooo un todo orgeaizado, cn ta cxpcricncia de mecanismo del lenguaje.
c¡d¡ uno dc tor orgrnirno¡ individuale¡ involuc¡rdó¡ m dicbo ¡cto, cdn rtf¿rtnci¡ I La concepción de Freud acerca del "censor" psicológico represent¡. un re-
al curl pucdc, .t conreu?ncir, rcggl¡r y gobcner ¡u co¡duct¡ i¡dividu¡l, c¡ lo pitcial de ese funcionamiento del control social en términos de
conocimiento -decir,
q!. conpol. cl v¡lor y rigaific¡ciól pcculitrcr de l¡ concicnci¡ dc ¡i cn elor aUtocrítica, es un re conocimiento de su funcionamiento en términos de la
otganirrnor individu¡la. experiencia y conducta
'partc sexuales. Peto esa mism¡ cl¡se de censura o crítica de si
Hcno¡ vi¡to quc cl plocclo o ¡ctivid¡d & pc¡rr .r tr!. co¡vcr¡ció¡ rfcc- mir*o po. del individuo, se tefleja t¡mbién en todos los demás asp€ctos
turd¡ ,por cl individ¡o c¡t¡c él nirnro y cl ot¡o gcncnliz:do; y gsc L forn¡ de su ciperiencia, conducta y telaciones sociates que se sigue natural e
gencrrt y cl tcm¡ dc dicb¡ coovcrr¡ció¡ rcn d¡do¡ y dcterrnindor ior tt tptri- -hecho
inevit¡blemente de nuestra teoría social de la persona.
274 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 275
que el control social, lejos de tender a aplastar al individuo hu- penetrar en las actitudes de otros miembros del grupo. Figuras de eaa
mano o a aniquilar su individualidad consciente de eí, constituya, clase se tornan de enorme importancia, debido a que posibilitan la
por el contrario, dicha individualidad y esté inextricablemente aso- comunicación entre grupos de otro modo completamente eeparadoc
ciada a ella; porque el individuo es lo que es, en cuanto lxrsona- entre sí. El tipo de capacidad de que hablamos es, en polítice, la ac-
lidad consciente e individual, en la medida en que s€a un miembro titud del estadista gue puede penetrar en las actitudes del grupo y
de la sociedad, involucrado en el proceso social de la experiencia y mediar entre los integrantes, haciendo que su propia experiencia sea
Ia actividad, y, por lo tanto, socialmente controlado en su conducta. universal, de manera que otros puedan participar, a través de é1, en esa
La organización misma de la comunidad consciente de sí depeade forma de comunicación.
de que los individuos adopten la actitud de los otros individuos. El La ingente importancía de medios de comunicación tales como
desarrollo de este proceso, como he indicado, depende de la adopción los involucrados en el periodismo, se advierte de inmediato, puesto
de la actitud del grupo en cuanto distinta de la del individuo aislado, que ellos informan de situaciones a través de las cuales se puede pene-
de la obtención de lo que he llamado un "otro generalízado". Ejem- trar en la actitud y experiencia de otras lrrsonas. La obra dramática
plifiqué eso con el partido de béisbol, en el que las actitudes de una ha desempeñado esa función, al ofrecer lo que se suponía que eran
serie de individuos €stán involucradas €n una reacción cooperativa situaciones importantes. Ha entresacado los caractere!¡ que existen
en que los distintos papeles se implican unos a otros. En la medida por tradición en los espíritus de los hombres, conio los griegos hi-
en que un hombre adopta la actitud de un individuo del grupo, tiene cieron en sus tragedias, y luego expresó, por medio de dichos carac-
que adoptarla en su relación con la acción de los otros miembros de teres, situaciones que lrrt€necen a su propia época pero que llevan
ese grupo; y si quiere adaptarse por completo, tendrá que adoptar a los individuos más allá de las murallas fijas que surgieron entre
las actitudes de todos los implicados en el pro€€so. Naturalmente, el ellos, en cuanto miembros de distintas clases de la comunidad. El
grado en que puede hacer tal cosa es limitado por su capacidad, pero desarrollo de ese tipo de comunicación, del drama hasta la novela,
aun así, en los procesos inteligentes estamos suficientemente en con- tiene, históricamente, algo de la importancia que el periodismo tiene
diciones de adoptar los papeles de los que están involucrados en la para nuestra propia época. La novela presenta una situación que está
actividad, como para hacer que nuestra propia acción sea inteligente. fuera del alcance del lector, y la presenta en tal forma, que el lector
El grado en que la vida de toda la comunidad puede incorporarse a penetra en la actitud del grupo en esa situación. Hay un grado mucho
la vida consciente de sí de los distintos individuos, varía enorme- mayor de participación, y, en consecuencia, de comunicación posible,
mente. La historia se ocupa en gnrn medida de rastrear desarrollos en esas condiciones. Por supuesto, en tal desarrollo está involucrada
que no podían estar presentes en la experiencía real de los miembros la existencia de intereses comunes. No se puede construir una socie-
de la comunidad en el momento acerca del cual escribe el historiador. dad con elementos que se €ncuentran fuera de los procesos vitales
Tal análisis explica la importancia de la historia. se puede echar una del individuo. Es preciso presuponer alguna clase de colaboración,
mirada retroslrctiva hacia lo que ocurrió y descubrir cambios, fuerzas dentro de la que los individuos mismos estén involucrados activa-
e intercses de los que nadie, en esa época, tenía conciencia. Tenemos mente, como la única base posible para tal participación en la comu-
que esperar a que el histodador proporcione la descripción, ¡rotque el nicación. No se puede comenzat a establecer una comunicación con
proceso real trascendía la experiencia de los individuos aislados. habitantes de Marte ni establecer una sociedad con la que no se tienen
Ocasionalmente sufge una lxrsona que está en condiciones de relaciones antecedentes. Naturalmente, si en Marte existe ya una
capüar más que otros de los detalles de un acto en marcha, que puede comunidad del mismo carácter que la propia, entonc€s será posible
ponerse en relación con grupos enteros pertenecientes a la comunidad efectuar la comunicación con ella; pero una comunidad que existe
y cuyas actitud€s no están pres€ntes en la vida de otros miembros de completamente fuera de la propia, que no tiene un interés común,
la comunidad. Se convierte en un dirigente. La¡ clases, bajo un or- una actividad cooperativa, es una comunidad con la cual no resulta
den feudal, pueden estar tan separadas las unas de las otras, que, aun- posible comunicarse.
que actúen en ciertas circunstancias tradicionales, no oe puedan enten- En la sociedad humana han surgido ciertas formas universales
der entre sí; y entonces puede surgir un individuo que sea capaz de y también
que encontraron su expresión en las religiones universales,
276 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, P-ERSONA Y SOCIEDAD 277

en los procesos econónicos universalc. Ellag se rcmontan, en el ca¡o Por detrás de esas dos actitudes está lo qu€ se encuentra involu-
de la religión, a actitudes ta¡ fundamentales de los eeres humanos crado en cualquier legítima comunicación. Es más universal en un
entre sí, como la bondad, la colaboración y la asistencia. Tales acti- sentido que las actitudes religiosas y económicas, y menos en otro.
tudes están implicadas en la vida de los individuos cn el gru¡n, y Antes de comunicar es preciso tener algo que comunicar. Puede que
una generalización de las mismas 8e encuentra en la baee de todas aparentemente se posea el símbolo de otro lenguaje, pero si no se
las religiones universales. Estos procesos son tales, que llevan en sí tiene ninguna idea común (y éstas involucran reacciones comunes)
la buena vecindad y, enla medida en que tenemos actividad coope- con quienes hablan ese lenguaje, no se podrá establecer ninguna
rativa, asist€ncia a los que se encuentran en dificultades y a lor comunicación; de modo que incluso detrás del proceso del raciocinio
que sufren. La actitud fundamental de ayudar a otre trfsona que tiene que existir la actividad cooperativa. El proceso de comunicación
está en desgracia, enferma o en cualquier otra situación desdichada, es más universal que el de la religión universal o que el proceso eco-
p€rtenece a la estructura misma de los individuos de una comunidad nómico universal, en cuanto que sirve a ambos. Estas dos actividades
humana. Se la puede encontrar incluso en condiciones en que se han sido las actividades cooperativas más univetsales. La comunidad
presenta la actitud opueste de completa hostilidad, como, por ejem- científica es una comunidad que ha llegado a ser quizá tan universal
plo, cuando se presta atención, en mitad del comb¡te, al enemigo como ellas en un sentido, pero ni siquiera ella puede ser encontrada
herido. La actitud caballeresca, o el simple acto de compartir el pan entre personas qu€ no pos€en signos o literatu¡a conscientes. El pro-
con otro, identifica al individuo con el otro, aun cuando ést€ see ceso de comunicación es, pues, en un sentido, más universal que esos
un enemigo. Se trata de situaciones en que el individuo se sorprende distintos procesos cooperativos. Es el medio gracias al cual dichas
en actitud de cooperación; y de situaciones así, de la actividad co- actividades cooperativas pueden ser llevadas a cabo en la sociedad
operativa universal, han surgido las religiones universales. EI des- consciente de sí. Pero es preciso reconocer que s€ trata de un medio
arrollo de esta buena vecindad fundamental está expresado en la para actividades cooperativas; no existe ningún campo del pensa-
parábola del buen samaritano. miento, en iuanto tal, que pueda sinlplemente funcionar por sí mis-
Por otra parte, tenemos un proceso fundamental de intercambio mo. El pensamiento no es un campo o un reino en el que haya algo
por parte de indivíduos, proceso que surge de las mercancías de las que comunicar, en el que exista un proceso cooperativo, en el que
que no tienen inmediata necesidad p€ro que pueden ser empleadas pueda utilizarse socialmente lo que es comunicado. Hay que suponer
para obtener lo que necesitan. Tal intercambio puede tener lugar esa clase de situación cooperativa a fin de llegar a lo que se denomina
siempre que los individuos que poseen esos excedentes se encuentran "el universo del raciocinio". Tal universo del raciocinio es el vehícu-
en condiciones de comunicarse entre sí. Existe una participación en lo para todos estos distintos procesos sociales, y en ese sentido es más
la actitud de necesidad, y cada uno incor¡nra en sí mismo la actitud universal que ellos; Irro no es un proceso que, por así decirlo,
del otro, en el reconocimiento del valor mutuo que el intercambio funcione por sí mismo.
tiene para ambos. Se trata de una relación sumamente abstracta, Es necesario subrayar esto, porque la filosofía y los dogmas
porque algo que uno no puede utilizar le pone en relación de inter' que la han acompañado han establecido un proceso de pensamiento
cambio con otro individuo. Es una situación tan universal como y una sustancia pensante que es el antecedente de esos proc€sos dentro
aquella a que nos hemos referido en el caso de la buena vecindad. de los cuales se lleva a cabo el lxnsamiento. Sin embargo, el pen-
Las dos actitudes representan a la sociedad más altamente universal samiento no es otra cosa que la reacción del individuo a la actitud
y, Wt el momento, la más altamente abstracta. Son actitudes que del otro, en el amplio proceso social en que se encuentran ambos
pueden trascender de los límites de los distintos grupos sociales orga- involucrados, y la dírección de la acción anticipatoria de uno mismo
nizados en torno a sus propios procesos vitales, y pueden incluso por medio de las actitudes de los otros que uno adopta. Puesto que
Ilegar a aparecq en momentos de hostilidad entre los grupos. En en eso consiste el proceso del pensamiento, éste no puede funcionar
el proceso de intercambio o asistencia, personas que de otro rnodo por sí mismo.
se mostrarían mutuamente hostiles entran en una actitud de actividad He estado considerando el lenguaje como un principio de la
coop€rativa. organizaciín social, que ha hecho posible a la sociedad distintiva-
278 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 279

mente humana. Naturalmente, si existen habitantes en Marte, enton- son todas reacciones que defienden la propiedad, que implican el
ces será posible entrar en comunicación con ellos en la medida reconocimiento en otros del derecho de propiedad. Ff¡y una reac-
en que ¡rodamos entrar en relaciones sociales con ellos. Si podemos ción común en formas variadas. Y tales variaciones, ejemplificadas
aislar las constantes lógicas que son esenciales para cualquier proceso en los distintos funcionarios, pos€en una organización que confiere
de pensamiento, es presumible que dichas constantes lógicas nos coto- unidad a Ia variedad de las reacciones. Ilno recurrt al poticía en
carán en situación de llevar a cabo la comunicación con la otra comu- demanda de auxilio, espera que el fiscal del estado actúe, que el
nidad. Ellas constituirían un proceso social común, de modo que tribunal y sus distintos funcionarios lleven a cabo el proceso del
sería posible llegar a integrar un proceso social con cualquier otro juicio al delincuente. Uno adopta la actitud de todos esos distin-
ser, en cualquier período histórico o posición espacial. Por medio tos funcionarios, en cuento que están involucrados en la conoer-
del pensamiento se puede proyectar una sociedad hacia el futuro o vación de la propiedad; todos ellos, como un proceso organizado,
hacia el pasado, pero presuponemos siempre una relación social den- se encuentran en cierto sentido en nu6tr:r ptopia naturaleza. C\an-
tro de la cual tiene lugar dicho proceso de comunicación. El proceso do provocamos tales actitudes, adoptamoc la del que hemos deno'
de comunicación no puede ser establecido como algo existente por minadc "el otro generalizado". Esas series organizadas de reaccio-
sí, o como una presuposición del p¡oceso social. Por el contrario, nes están relacionadas entre sí; si uno prov(xa una de esas seriec,
el proceso social es presupuesto a fin de tornar posibles el pensa- está provocando asimismo, implícitamente, las otras.
miento y la comunicación. Así, las instituciones de la socíedad son formas organizadas de
actividad social o de grupo, formas organizadas de modo que los
miembros individuales de la sociedad puedan actuar adecuada y
LT con¡UNTDAD Y LA INSTITUcIóN E
socialmente adoptando las actitudes de los otros hacia dichas acti-
'4. vidades. Las instituciones sociales opresivas, €stereotipadas y ultra-
Hay lo que he denominado "actitudes sociales generalizadas", conservadoras --{omo la iglesia-, eü€, con su antiprogresividad
que hacen posible la' persona organizade. En la comunidad existen más o menos rígida e inflexible, aptastan o borran la individuali-
ciertas formas de actuar en situaciones esencialmente idónticas, y tales dad, o inhiben cualquier expresión de conducta y pensamiento dis-
formas de actuar, por lx¡rte de cualquiera, son aquellas que excitamos tintivas u originales en las lxnonas o personalidades individuale¡
€n otros cuando tomamos ciertas medidas. Si defendemos nuestros implicadas en ellas y sometidas a ellas, son productos indeseablec
derechos, provocamos una reacción definida, simptemente porque p€ro no necesarios del proceso social general de la experiencia y la
s€ trata de derechos universales, una reacción que todos deben tener conducta. No existe ninguna razón necesaria o inevitable para gue
y quizá tendrán. Ahora bíen, esa reacción está presente €n nu€stra las instituciones sociales sean opresivas o rígidamente consetvadotas,
propia naturaleza; en cierto grado estamos preparados para adoptar o para que no sean, más bien, como muchas lo son, flexibles y
la misma actitud hacia cualquier otro, ei él presenta el estímulo. progresistas, para que no alienten la individualidad en lugar de
Cuando p¡ovocamos esa reacción en otros, podemos adoptar la inhibirla. De cualquier modo, sin instituciones sociales de alguna cla-
actitud del otro y luego adaptar nuestra conducta a ella. Existen, se, sin las actitudes y actividades sociales organizadas por medio de
pues, series de tales reacciones comunes en la comunidad en que las cuales se constituyen las instituciones sociales, no podrían existir
vivimos, y €sas reacciones son lo que denominamos "instituciones". personas o personalidades individuales plenamente maduras; porque
La institución representa una reacción común por parte de todos los los individuos involucrados en el proceso vital social general, del cual
miembros de una comunidad hacia una situación especial. Esa reac- las instituciones sociales son manifestaciones organizadas, pueden
ción común, naturalmente, varía según el cerácter del individuo. desarrollar y pos€er p€tsonas o personalidades plenamente maduras,
En el caso de un robo, la reacción del alguacil es distinta de la del sólo en la medida en que cada uno de ellos refleje o aprehenda en
fiscal general, de la del juez y los jurados, etc.; y, sin embargo, su experiencia individual esas actitudes y actividades sociales que las
instituciones sociales corporizan o rePresentan. Las institucioner
e [Véase "Natu¡al Rights and the Theory of the Political Institution".
J¡l¿rnal of Phílosophg, XII (1915). pág¡. l4l y ss.l sociales, como las personas individuales, son desarrollos dentro del
280 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 28t
proceso vital social en su plano evolutivo humano, o manifesta- comunidad en su carácter esencial, tal como éste se expresa en las
ciones particulares y formalizadas de dicho proceso. En cuanto tales, reacciones sociales.Una fuente de confusión residiria en la iden-
no son nocesariamente subversivas de la individualidad en los miem- tificación de los modales y la moral con las convenciones, puesto
bros individuales; y no representan o defienden necesariamente defi- que los primeros no son arbitrarios en el sentido en que lo son
niciones estrechas de ciertas pautas fijas y específicas de acción que las convenciones. Así, los conservadores identifican lo que €s pura
en cualquier circunstancia determinada deberían calarcvrizar la con- convención con la esencia de una situación social; nada debe ser
ducta de todos los individuos inteligentes y socialmente req)onsa- cambiado. Pero la propia distinción a que me he referido implica
bles (en oposición a individuos carentes de inteligencia y socialmen- que esas distintas instituciones, en cuanto reacciones sociales a'
te irresponsables como los retardados mentales y los imbéciles), en situaciones en que los individuos llevan a cabo actos sociales, están
cuanto miembros de la comunidad o grupo social dado. Por el con- orgánicamente relacionadas entre sí de una manera en que no lo
trario, necesitan definir las pautas sociales o socialmente respon- están las convenciones.
sables de la conducta individual, sólo en un sentido sumam€nte am- Tal interrelación es uno de los puntos que se destaca, por
plio y general, permitiendo ancho margen para la originalidad, la ejemplo, en la interpretación económica de Ia historia. Al princi-
flexibilidad y la variedad de tal conducta; y, €n cuanto principales pio fué presentada más o menos como una doctrina de partido por
asp€ctos o fases funcionales de toda la estructura organizada del los socialistas marxistas, implicando uFa interpretación económica
proceso vital social en su plano humano, participan adecuadamentc especial. Ahora se ha incorporado a la técnica del historiador,
del carácter dinámico y progresista de dicho proceso r0. con un reconocimiento de que si éste puede aprehender la verda-
Existe una gran cantidad de reacciones institucionalizadas que, dera situación económica, que, por supuesto, es más accesible que
decimos a menudo, son arbitrarias, tales como los modales de un¿ la mayoría de las expresiones sociales, podrá entonces pasar de ella
comunidad especial. Por supuesto, los modales, en el mejor sentido a las otras expresiones e instituciones de la comunidad. Las institu-
no son sino la expresión de la cortesía de un individuo hacie l: ciones económicas medievales permiten interpretar las otras institu-
gente que te rodea. &berían expresar la cortesía de cada uno haci; ciones del período. Uno puede llegar dírectamente a la situación
todos los demás. Tendría que existir tal expresión, pero, es claro económica, y, siguiendo a ésta, descubrir cómo €ran o debían de
muchísimos hábitos para la expresión de la cortesía son completa h¡ber sido las demás instituciones. Las instituciones, los modales
mente arbitrarios. Las formas de saludar a la gente son distinta o las palabras presentan, en cierto sentido, las costumbres vitales
en diferentes comunidades; lo que es correcto en una puede cons de la comunidad en cuanto tal; y cuando un individuo actúa hacia
tituir una ofensa en orra. Se plantea la duda de si cierto modal qu otros, digamos, en términos económicos. está provocando, no sim-
expresa una actitud cortés puede ser lo que denominamos "conven plemente una sola reacción, sino todo un grupo de reacciones rela-
cional",. En respuesta a esto, proponemos distinguir entre los mo cionadas.
dales y las convenciones. Las convenciones son reacciones sociale La misma situación prevalece en un organismo fisiológico. Si
aisladas que no quieren integrar o constituir Ia naturaleza de I es perturbado el equilibrio de una persona que se encuentra de pie,
ello provoca una readaptación, que sólo es posible en la medida en
10 Hemos insistido en que la sociedad human¡ no cstampa simplemcntc t que las partes del sistema nervioso que han sido afectadas conducen
pauta dc eu conducta rocial organizrda ¡ob¡e ceda uno de cus micmb¡os individualc
de modo que dicha peuta fe convierte, asimismo, en ta dc la persone i¡dividu¡l a ciertas reacciones definidas e interrelacionadas. Las distintas partes
la sociedad'humana, al rnismo tiempo, le proporciona un espíritu, corno cl medi de una reacción pueden ser aisladas, pero el organismo tiene que
o la crpacidad par¡ convers¡r conscientemente consigo mismo cn té¡mino¡ de l¿
actitudes sociales que constituyen la estructure de cu persona y que corporizan I actuar como un todo. Ahora bien, es cierto que el individuo que
pauta dc la-conducta organizada de ta ¡ociedad human¡ cñ cuento se refleja cn t; vive en una sociedad vive en cierta clase de organismo que reacciona
estructura. Y eu ecpíritu le permite, peuta de ru perror
^ de¡arroltándose la
ao, vez, imprimir
que continúa desa¡rollándose (continúa gracias a su aitivid¿ hacia él como un todo, y, con su acción, el individuo provoca esa
mentrl) sobre l¡ estructurá u organización de la sociedad hunana, y asi, en cierl reacción más o menos organizad.a. Bajo su atención se encuentra
grado,_ le permite reconstruir y modificar, cn términos de eu persona, ta peut
gcneral de la conducta social o de grupo en términos de la cual-est¡br origiñari: quizás una ínfima fracción de esa reacción organizada; el individuo
ment¿ ccnstituída su persona. considera, digamos, sólo el tránsito de cierta cantidad de dinero.
282 GEoRGE H. MEAD E8Ph,ITU, PERSONA Y SOCIEDAD 28'
Pero ese cambio de dinero no podría ten€r luger ein el conjunto rpodera de la propiedad que ¡tertcnoo? . otrot, pero él no lrttenocc e
de la organización económica, y €llo, a su vez, im,plica toda¡ t¡¡ l¡ comunidad que reconoce y defiende lo¡ dencho¡ dc propiedad.
demás fases de la vida de grupo. El individuo puede paear cn coal- Tenemoc tendencia a sutxlner qu€ nuestra estifrBción del valor
quier momento de una fase a la otra, puesto que F)soe en cu pro¡ria de la comu¡idad debcría depender del tamaño de ésta. El notc-
naturaleza el tipo de reacción que su acción aecesita. Al adoptar ¡mcricano idolatra la grandaa en lugar del contcnido social cuali-
cualquier actitud institucionalizada, otganiza cn cierto grado todo t¡tivo. LIna comunidad pequeña como la de Atenas hizo surgir
el proceso social, en la medida en que él es una lrrsona completa. algunos de los más grander productos eepirituales quc el mundo
La incorporación de dicha reacción social al individuo consti- haya conocido jamás; compárese ltus consecuciones con las de los Esta-
tuye el proc€so de educación, que se apropia, en forma már o do¡ Unidos, y no habrá necesidad de preguntar si el simple tamaño
menos abstracta, de los medios culturales de la comunidad 11. Le de estos últimos tiene alguna relación con los contenidos cualita-
educación es definidamente el proceso de incorporar a los propior tivos de las consecucionee de la primera. Quiero desdacar la univct-
estímulos cierta serie de reacciones organízadas; y hasta que uno ¡¡lidad implícita de la cornunided altamente desarrollada y orga-
no pueda reaccionar ante sí mismo como la comunidad reacciona nízada. Y bien, Atgnas, en cuanto cuna de $ócrates, Platón y Aris'
ante é1, no pertenec€ legítimamente 1la comunidad. hrede trrtenec€r tóteles, sede de un gran desarrollo metafísico en el mismo período,
a una comunidad pequeña, como un chiquillo txrtenec€ e una pí¡n- lugar de nacimiento de teóricos políticos y de grandes dramaturgoo,
dilla antes que a la ciudad €n que vive. Todos pertenecemos a pe- pertenecc realmente a todo el mundo. Las consecuciones cualitativas
queños círculos, y puede que siempre nos quedemos dentro de ellos. que adscribimos a una comunidad pequeñe lrrten€cen a ésta en la
El "otro organizado" prcsente en nosotros, es, pues, una comu- medida en que posee la organización quc la'torna univercal. La
nidad de diámetro más estrecho. A.hora luchamos para concguir comunidad atenieftre se apoyaba sobre el trabajo de los eeclavos y
ci€rta proporción de mentalidad internacionalista. Nos realizamos sobre una situación política esttecha y restringida, y esa parte de
en cuanto miembros de una comunidad mayor. El vívido naciona- cu organización social no era universal ni podía ser convertida en
Iismo del presente período, a la postre debería provocar una actitud la base para una comunidad mayor. El Imperio Romano se des-
internacional de la comunidad mayor. La situación es análoga a la integró, principalmente porgue toda eu estruch¡ra económica ce
del niño y la pandilla: el niño obtiene una lrrsona mayor en la apoyaba sobre la base dcl trabajo esclavista. No estaba organizada
medida en que ingresa en esa comunidad mayor. En general, la sobre una base universal. Desde el punto de vista legal y de la
persona ha respondido definidamente a la organización de la teac- organización administrativa, era universal, y así como la filosofía
ción social que constituye a la comunidad €n cuanto tal; el grado griega ha llegado hasta nosotros, así nos llegó la lcy romana. En la
en que la persona se desarrolla depende de la conrtnidad, del grado medida en que cualquier consecución de organización de una co-
en ciue el individuo provoca en sí mismo ese grupo de rcaccione¡ munidad tiene éxito, en esa medida es universal y bace posible una
institucionalizadas. El criminal en cuanto tal es el individuo que comunidad mayor. En un sentido, no puede haber un¿ com,unidad
vive en un grupo sumam€nte pequeño y luego lleva a cabo depre- mayor que la representada por la racionalidad, y los griegos intro-
12. En el mis-
daciones en la comunidad mayor de la cual no es micmbro. Sc dujeron Ia racionalidad en su expresión autoconsciente
12 Pl¡tó¡ ¡o¡tc¡í¡ que ta ciudad-c¡t.do er¡ cl mejor- tipo 1! no. ¡cdncat¿.
[Entre urrar dieciocbo not¡¡, cditori¡lct y rrtícutot rcbrc cduc¡ción, puedc cl único precticablc o f¡átible- de orgrnización de cstedo o ¡oci¡l; y A¡istótele¡
ll¡m¡rse la atención ¡ob¡e lo¡ tiguientcr: "Thc Rclatio¡ of Play to Educatlon". ioou¡no in cllo, Má¡ aún, ¡¿gú¡ Plató¡, ¡e¡ult¡b¡ dcr¿¡ble el con¡lcto- aisla'
Uniuusi.ty of Chicago Reco¡d, I (1S96), págr. 140 y ¡¡.: "Thc Tcecbing of ññ"i" ro.i.f?. cualtuicr ciud¡d-e¡t¡do cotr relpocto ¡l ¡c¡to dcl ¡rundo. Ariúó'
Sciencc in College", Ecimcc, )O(IV (1906), pág¡. 390 y ¡r.: "Prycbology oiso- telc¡. oor otr¡ Daftc, reconocí¡ la nccsid¿d d¿ inter¡el¡cioncr ¡oci¡lc¡.trtrc lat dir-
cial Conscioucnesr Imptied i¡ In¡truction", íbld.:)<XX.I il910), jlg.. lóA y ú; ;i;i;r';ir¡"d.rl"rt"á-, o "ntt cuetquier ciud¡d-c¡tado y el ,.tto -d-cl mundo
"Indu¡t¡ial Educ¡tioa and T¡adc Scbool¡", Elcmmtacj¡ ,Scáim[ T*hc¡,-Ylll .¡r¡f¡""áo, pe- no pudo de¡ubrir un- priacipio gencnl er térnino¡ dcl cu¡l pu-
plg¡.!92 y o.; "Industri¡l
-(!908), ibid., tbl Worling M¡¡ a¡d tbc
Educ¡tion and die¡en ¡¿r ?cterminidas dicha¡ intcrrel¡lio¡c¡ ¡in d¡ñ¡¡ o vi€i¡r de¡¡Etro8amcntc
School". lX (l9Og), págt.369 y rr.; "O¡ tbc Problcm oiHirtory in tbc ñ-;ñi; p;iitic¡ y ¡oci¡1 de la ciudad-c¡t¡do mism¡; y -él dereaba, como lo
Elemcntary Qclrgol", i!id.,9ág 433: "Monl Training in thc SchoolC', ibíil.,glga. dcsc¡b¡ Platóí, iotts.ó". tal ¿¡ttuctura. E¡ decir, quc lo en imposihle- aprehender
317, y x.t, ''Sciencc in tbt High Scbool", School R¡oieu, XIV (1906'l , V\á". un principio iunJement¡l en términos del cual lr-orgeniza-ción- social y. polític¡
2)7 y ss. Vóese Bibliogrrfía al fin¡l dcl volumc¡.I de la ciuáad-estado griega pudiese ser generalizada para aplicatle ¡ las intcrrel¡'
284 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 285
mo sentido, el evangelio de Jesús dió expresión definida a la actitud men funcional; si se obtiene la consecución de la organización, puede
de buena vecindad a la que cualquiera podía recurrir, y proporcionó ser de cualquier volumen. En este sentido, la grandeza puede'ser
el terreno del que podía surgir una religión universal. Todo to un indicio de consecución cualitativa. Lo grande es siempre, en un
que €s magnífico y admirable, es universal, aunque sea cierto que sentido, objetivo, universal. El desarrollo mental del individuo
no ha surgido aún la sociedad en que la universalidad pueda recibir consiste en incorporar a sí esas reacciones organizadas, en sus rela-
su expresión. ciones mutuas involucradas.
Políticamente, Nortcaméúca ba dado, en cierto sentido, uni- La fase racional de ello, lo que acompaña a lo que llamamos
versalidad a lo que denominamos "gobierno propio". La organiza- "lenguaje", es el símbolo; y éste es el medio, el mecanismo, gracias
ción social de la Edad Media existía bajo el feudalismo y las cor- al cual se lleva a cabo la reacción. Para una cooperación efectiva, es
poraciones de oficios. Las organizaciones sociales inmediatas en que preciso tener los símbolos por medio de los cuales las reacciones
existió el gobierno propio fueron todas corporaciones provisionalee pueden ser puestas en práctica, de modo que conseguir un lenguaje
particulares o comunidades particulares. Lo que ha ocurrido en Nor- cignificante es de primerísima importancia. El lenguaje implica re-
teamérica es que hemos generalízado el principio del gobierno pro- acciones organizadas; y el valor, la inferencia de tales reacciones,
pio, de manera que éste es el órgano esencial para el control polí- se encontrará en la comunidad de la cual dicha organización es
tico de la comunidad completa. Si tal tipo de control es hecho trasladada a la naturaleza del individuo mismo. El símbolo signi-
posible, entonces no existe, teóricamente, límite alguno para el ficante no es sino esa parte del acto que sirve como gesto para
tam"año de la comunidad. Sólo en €se sentido llegaría a ser la gran- provocar la otra parte del proceso, -la reacción del otro, en la ex-
deza política una expresión de la consecución de Ia comunidad misma. periencia de la forma que hace el gesto. El empleo del gesto es de
Entonces, la organización de las reacciones sociales posibilita al la más alta importancia, aun cuando sea llevado al extremo alcan-
individuo la provocación en sí, no simplemente de una mera reac- zedo en las matemáticas, en que se puede tomat los símbolos y
ción del otro, sino la reacción, por así decirlo, de la comunidad cornbinarlos de acuerdo con tas reglas de la comunidad matemá'
como un todo. Ello es lo que proporciona al individuo lo que deno- tica a la cual pertenecen, sin saber qué significan dichos símbolos.
minamos "espíritu". Hacer ahora cualguier cosa significa ciefta reac- En rigor, en tales campos es preciso prescindir de la significación de
ción organizada; y si uno tiene en sí tal reacción, ti€ne lo que ltama- los símbolos; hay un proceso de llevar a cabo el proceso racional
mos "espíritu". Nos referimos a esa reacción por medio de los sím- del razonamiento sin saber cuál es la significación. Trabajamos
bolos que sirven de vehículo para provocar esas reacciones. Emplear .con x e g, y encaramos la forma en que dichos símbolos pueden ser
los términos "gobierno", "propiedad" , "familia", es destacar, como combinados entre sí; no sabemos por anticipado a qué se aplican.
decimos, la significación que tienen. Pues bien, esas significaciones Aunque los símb'olos, en ciertas condiciones, pueden ser manejados
descansan sob're ciertas reacciones. IJna persona que tiene en sí la de tal modo, a la postre los hacemos descender a la tierra y los
reacción universal de la comunidad hacia lo que hace, tiene, en ese aplicamos. Los símbolos, en cuanto tales, son meramente maneras
sentido, el espíritu de la comunidad, En cuanto hombre de cicncia, de provocar reacciones. No son meras palabras, sino palabras que
diremos, la comunidad de uno consiste en todos los colegas, pero responden a ciertas reacciones; y cuando combinamos cierta serie
dicha comunidad incluye a cualquiera que entienda Io que se dice. de símbolos, combinamos inevitablemente cierta s€rie de reacciones.
Lo mismo úge para la literatura. El volumen del público es un volu- Esto plantea nuevamente el problema del universal. En la me-
dida en que el individuo adopta la actitud del otro, el símbolo es
cio_ne¡ entrl di¡tintoc e¡tado¡ de e¡a clas¿, dent¡o de un único todo sociat, como universal, pero, ¿se trata de un verdadero universal cuando está de
el l.mperio alejandrino,.cn el cuat estab:n todos inctuidos como unidades, o p¡ra
aplicarla a ese todo social o imperio; y, especiatmente, para aplicarta a dicho iodo tal modo limitado? ¿Podemos ir más allá de esa limitación? El uni-
soci¡l o imperio aun cuando él no contuvic¡e ciudadee-estadoi como unid¡des. si verso de raciocinio de los lógicos pon€ en claro el alcance de esa
tcnemos raz6n, este principio fundament¡l que a él le fué imposible descub¡ir e¡,
sim-plemente, el principio de ta integración- y organización iociales en términos universalidad. En una etapa anterior se suponía que la universa-
de la_3 p€rsones racionales, y del reflejo por éstas, cn cur respectivas estructuras orga-
¡iz¡das,.de las pautas de conducta sociál otganizada en las'cuales ¡e eo.oerrt,"n in-
lidad estaba representada Por una serie de axiomas lógicos, pero
voluctadag y a lar que deben su existencia, se ha descubierto que los supuestos axiomas no son universales. Dt
#-
286 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 287
modo que, en rigor, el raciocinio "universal", para s€r univer¡¡lr h¡cer en una situación específica. Ello es lo que concede al hombre
tiene que ser continuarnent€ revisado. Puede rrepresentar a los cctú to que hemos denominado su carácter como miembro de la comu-
racionales con los cuales nos €ncontramos en contacto, y en gem& nidad, su condición de ciudadano desde el punro de vista político,
jante mundo existe universalidad en potencia. Tal sería, supongo,
¡u condición de miembro desde cualquiera de los distintos puntos
el único universal inyolucrado en er empreo de símbolos rignifl. dc vista en que p€rten€ce a la comunidad. Le convierte en parte de
cantes. sí podemos lograr la serie de símbolos signifícantes gu€, €n la comunidad, y él se reconoce como miembro de ella debido a que
ese sentido, tienen una significación universal, cualquiera que puedr
rdopta la actitud de los que están involucrados y controla su con-
hablar inteligentemente en ese lenguaje iendrá esi universalidad. ducta en términos de actitudes comunes.
Ahora bien, no hay limitación alguna, salvo la de que la personr Nuestra condición de miembros de la sociedad de seres humanos
hable ese lenguaje, emplee esos símbolos que tienen esas significr. cr algo que atrae muy poca atención por parte del individuo co-
ciones; y eso concede una absoluta universalidad a cualquiera quc rriente. Pocas veces se conforma con construir una religión sobre
Irnetre en el lenguaje. Existen, es claro, distintos universos dc t¡ base dela sociedad humana en y por sí misma, sin agregar nada
raciocinio, pero por detrás de todos, en la medida en que son poten- más; en verdad, cuanto más amplio el alcance de la religión, tnenor
cialmente comprensibles entre sí, está el universo de raciocinio de la cantidad de personas que p€rtenecen conscientemente a ella. No
los lógicos, con una serie de funciones constantes y proposicionares, hemos tomado muy en serio nuestra condición de miembros de la
y cualquiera que las emplee pertenecerá al mismo universo de ra- sociedad humana, pero ahora se torna cada vez más real p¡ra nos-
ciocinio. Esto es lo que proporciona una universalidad potencial at otros. La Guerra Mundial * ha derribado una gran cantidad de va-
proceso de comunicación 18.
tores; y advertimos que lo que ocurre en la India, én Afganistán,
He tratedo de destacar la posición de que ta sociedad a la que en Mesopotamia, penetra en nuestras vidas, de modo que estamos
perten€cemos rep¡esenta una serie de reacciones organizadas para alcanzando lo que llamamos una "tendencia al internacionalismo".
ciertas situaciones en las gue se ve involucrado el individuo, y de Reaccionamos €n una forma que responde a las reacciones de gente
gü€, en la medida en qu€ el individuo puede incorporar a su propía que se encuentra del otro lado del grupo humano.
naturaleza tales reacciones organizadas y provocarlas por medio La cuestión de si pertenecemos a una comunidad mayor es con-
del símbolo de la reacción social, en €sa medida posee un espíritu en testada en términos de si nuestra propia acción provoca üna reac-
el que pueden llevarse a cabo los procesos mentales, un espíritu ción en esa comunidad más amplia y de si la reacción de ésta se
cuya €structura interna ha tomado de la comunidad a la cual per- refleja en nuestra propia conducta. ¿Podemos sostener una conver-
ten€ce. sación en términos internacionales? ra. La cuestión es principalmen-
La unidad de todo el proceso social es la unidad del individuo, te una cuestión de organización social. Las reacciones necesarias se
y el control social sobre éste ¡eside en €se proceso común que se han convertido más definidament€ €n parte de nuestra exp'eriencia
lleva a cabo, un proceso que diferencia al individuo en su debido a que nos ac€rcamos a otros pueblos más que antes. Nuestra
función especial en tanto que, al mismo tiem¡ro, controla su organización económica se desarrolle cada vez más, de modo que
reacción. La aptitud de la persona para ponerse en el lugar de las mercancías que vendemos en Suramérica, en India, en China,
otras p€ñronas le proporciona los indicios en cuanto a lo que debe afectan definidamente nu€stra vida. Tenemos que estar en buenas
relaciones con nuestros clientes; si queremos ltevar a cabo una exi-
- rt El individuo bum¡¡o tnric¡dc cl grupo ¡oci¡t toc¡l ar quc
inlredietamente, cn término¡ dc ec¿ mec¡nismdde-unireiál.i-i" c*tü" íñbotot
¡rertenece tosa política económica en Suramérica, debemos explicar cuál es
¡nivcr¡¡lmen-tc rignificrntcs),^ y ¡quel grupo lociat, .n .oo¡..u.¡cii (pot-.-.¿¡..¡3n la significación de la Doctrina Monroe, y así siguiendo.
dc mr miembro¡ individualcr). I tn¡cie¡dc ¡ eí mi¡no y ¡c rclrcioni co¡ cl co¡- i.rr"-o, ced^ vez más conciencia de toda la sociedad a la cual
it:rto ro medio
lo rodc¡
má¡
y del cuel él-amplio de rel¡cione¡ e i¡te¡accione¡' soci¡le¡ organizedar quc
pertenecemos, debido a que la organización social es tal que provoca
es ¡óto unl partc.
-bereFiriológic¡mcatc, l¡ univeralidad dc crgírito c¡ cl otdc¡ ¡ocial hurnano ¡c
-to¿oi-l"r-¡"ái"¡¿o* I El ¡utor ¡e reficrt a la primera gucrn mundial [E.1.
fuldamcnt¡tmcnte c! un¡ .rtructur¡ ¡cu¡al ¡imiúr l" rr -1Vlar.-'N"tional-Mindledness aád Internationat-Mindednes¡", Intematio'
pcrt tr-scfotrtc ¡ cc o¡dcn
-rocir!:- c¡ dccir, er ¡ipo ¿J.rit*tul".uiol-ifruerido
por cl dcrarrollo ¡oci¡l dcl c¡plrito. na| Jourial of XXXIX (1929\, págs. 385 y ss.; "The Psych-ological Baxs
Ethics,
of l¡ternatio'naliem",,Sunzg, XXXIII (1914-15), pág¡' 604 v ss.!
288 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 289
la reacción de la otra persona a nuestro acto, no sólo en la otra cxtenso que aquel en que se encuentra inrnediata y directamente o
tr)ersona sino también en nosotros mismos. Kipling dice: "El Orien- que aquel al cual pert€nece inmediata y directamente. En otras pa-
te es el Oriente y el Occidente el Occidente, y jamás se encontrarán l¡bras, la pauta general de conducta social o de grupo, que se refleja
los dos"; pero se están encontrando. Se suponía que la reacción cn las respectivas actitudes organizad¿s respectivas estructuras
del Oriente hacia el Occidente y del Occidenre hacia el Oriente no -t¿s involucrados, siempre
integradas de las personas- de los individuos
son comprensibles entre sí. Pero, en rigor, descubrimos que estamos tiene una referencia más amplia, para dichos individuos, que la de
despertando, que comenzamos a intercambiar papeles. por debajo su relación directa con ellas, es decir, una refeiencia que alcenza, más
de nuestra experiencia consciente se está llevando a cabo un proceso nllá de sí mi.sma, a un medio o contexto social de relaciones sociales
de organización, y cuanto más se pone en práctica dicha organiza- más amplio, medio o contexto social que la incluye y del cuat es
ción, tanto más íntimamente nos unirnos. Cuanto más provocamos ¡penas una parte más o menos limitada. Y la conciencia que ellos
en nosotros la reacción que nu€stros gestos provocan en el otro, tienen de ssa referencia es consecuencia del hecho de que son seres
tanto más le entendemos. sensibles o conscientes, o de que tienen espíritu, y de las actividades
Por supuesto, detrás de todo esto existe una comunidad más de nzonamiento que, por consiguiente, llevan a cabo 1ó.
amplia, a la gue, en términos religiosos, se hace refcrencia llamán-
dola "comunidad sagrada", la comunidad de una religión univcr-
sal. Pero también ella re¡rosa sobre las actividacies cooperativas. (Jn 15. L¡. pusróN DEL "Yo' Y EL "Mf" EN LAs AcTIVIDADES
ejemplo es el del buen samaritano, cuando Jesús tomó a la gente SOCIALES
y le demostró que la desdicha de uno provocaba en el otro una
reacción que él entsndía; la desdicha del otro es un estímulo, y En una situación €n que ciertas personas tratan de salvar a
ese estímulo provoca una reacción en su propia naturaleza. Esa es
alguien de ahogarse, existe un esfuerzo común €n que uno es estimu-
la base de la fundamental relación que existe bajo el nombre de lado por los otros a hacer lo mismo que hacen éstos. En tales situa-
"buena vecindad". Se trata de una reacción que todos tenemos, en
ciones, uno tiene la sensación de estar identificado con todos, porque
cierto sentido, ante todos. IJna persona desconocida provoca en la reacción es, esencialmente, una reacción idéntica. En el caso del
nosotros una actitud de ayuda, y dicha actitud es anticipada en el trabajo en equipo, hay una identificación del individuo con el grupo;
otro. Nos torna a todos afines. Proporciona la común naturaleza pero en ese caso uno hace algo distinto que los otros, aun cuando lo
humana sobre la que están basadas todas las religiones universares.
que hacen los otros determina lo que tiene que hacer uno mismo'
Empero, las situaciones en que puede expresarse esa buena vecindad
son sumamente limitadas; y, en consecuencia, las religiones construí- rl Es esocciatmente en té¡minos del univc¡so lógico de r¡ciocinio 6i3t3¡¡¡
general de símbolo¡ univenatmentc,significantcr- que todo pensamicnt-o -¿t o-tazo'
das sobre ella tienen gue restringir las vidas humanas a atrxnas unas
n¡miento presupon€ como c¡mPo de iu activid¡d' y que trasciendc de.lo¡ límitc¡
pocas relaciones, tales como la simpatía en la desgracia, o limitarse Jc los distintos- lenguajes y lal distintar costumbres raciales y ¡acionale¡, que lor
individuo¡ p..ten..letti"s a cualquiet gruqg o- ¡omunidad soci¡l dada 8. to¡nan
a expresar los aspectos emocionales de la naturaleza humana. Pero iánscientes áe lareferencia social-más ámplia del grupo o comunid¿d, má¡ allá de
si la relación social puede ser llevada cada vez más lejos, entonces sí misma, el contexto nuevo y rnár ampli,o de las ¡elacion¿s e inte¡accione¡ ¡ocialec
es concebible que uno pueda ser un prójimo para todos los habitan- de la sociedad o civiliz¡ción huma¡a €n cuanto un todo en el que dicho grupo
estí invotucrado, juntamente con todas las ottas sccicd¡des hum¡n¡s pa¡ticularer
tes de la manzana, de la comunidad, del mundo, puesto que uno o los grupos cociaies orgenizado¡. Esta referencia o inferencie relacion¡l má¡ am-
es puesto en contacto más íntimo con la actitud del otro cuando oli¡ de'ta pauta gene¡at de conducta de cualquier gr[po o comunidad social humana
h¡<ia resulia men-os evidente en el caso del hombre primitivo, y es más peteÍte en el
esa actitud es provocada también en uno mismo. Lo esencial es el c¡so det hombre moderno altamente civilizado. En té¡minos de su persona racion¡!,
desarrollo de todo el mecanismo de las relaciones sociales, del meca- o en té¡minos de la orgenización dc actitude¡ sociales bacia él mismo y-hacia otros,
que constituye ta e¡truitura de ru percona racional y que refleja, no sólo ta pauta
nismo que nos une, de modo que podamos adoptar la actitud del á.'l^.onduita del grupo social inmediato, en sí grismo, al cual pertenece, sino
otro en nuestros distintos procesos vitales. i¡mbién i¡ referencii di esa pauta, más allá de sí, a toda lr paute generil, már
amptia, áe la conducta bumina ¡ocial o,_de grupo del cu¡l constituye ¡ólo u¡e
El individuo humano que posee una persona es siempre miern- p,rite, et individuo hum:no moderno, civiliz¡do, es y se sien¡e miembto, no sóto
bro de una comunidad social más amplia, de un grupo social más áe cierta comu¡id¡d o estado o nación toc¡t, sino, además, de toda una raza dada
o incluso de lr civilización en su conjuto.
290 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 291
Si las cosas marchan lo bastante bien, puede producirse una exaltación llegar a la actitud de hacer precisamente eso. La caridad es estimula-
parecida a la de la otra situación. Existe aún la sensación de conEol da por más caridad. Puede alguien no tener mucho que dar, pero está
dirigido. Y donde el "yo" y el "mí" pueden, en cierto modo, listo para darse él mismo totalmente. Hay una fusión del "yo" y el
fundirse, surge ta peculiar sensación de exaltacíón que corresponde a "mí". El "mí" no está presente para controlar al "yo" , pero la
la reacción que uno mismo produce. Ahora quiero analizar más situación ha sido construída de tal modo, que la actitud misma
detalladamente que antes la fusión del "yo" y del "mí" en las acti- provocada en el otro estimula a uno a hacer lo propio. La exalta-
tudes de religión, patriotismo y trabajo en equipo. ción, en el caso del patriotismo, presenta un ejemplo análogo de
En la concepción de la buena vecíndad universal existe cierto esa fusión.
grupo de actitudes de bondad y asistencia en las que la reacción de Desde el punto de vista emocional, tales situaciones son especial-
uno provoca en el otro y en uno mismo idéntica actitud. De ahí la mente valiosas. Implican, naturaimente, la exitosa completación
fusión del "yo" y del "mí", que conduce a intensas experiencias emo- del proceso social. Creo que la actitud religiosa involucra esa tela-
cionales. Cuanto más amplio el proceso social en que ello está invo- ción del estímulo social con el mundo en general, el transporte de la
lucrado, tanto mayor la exaltación, la reacción emocional, que re- actitud social al mundo más arnplio. Creo que ése es el campo de-
sulta. Nos scntamos y jugamos una partida de bridge con nuestros finido dentro del cual aparcce la experiencia religiosa. Por supuesto,
amigos, o nos entregamos a cualquier otro d€scanso en mitad de donde hay una teología claramente marcada, en la que existen tratos
nuestras tareas cotidianas. Es algo que dura una hora, aproximada- con la deidad la cual uno actúa tan concretamente como hacia
mente, y luego volvemos al trabajo. Empero, estamos involucrados cualquier otra-hacia
persona que esté en la habitación-, entonces la con-
en la vida conjunta de la sociedad; sus obligaciones pcsan sobre nos- ducta que tiene lugar es sencillamente de un tipo comparable a la
otros; tenemos que defendernos en varias situaciones: todos esos fac- conducta con referencia a otro grupo social, y puede carecer de ese
tor€s reposan en la persona. Pero por debajo de las situaciones a las carácter místico peculiar que generalmente adscribimos a la actitud
que me refiero ahora, lo que descansa en el fondo se funde a lo quc religiosa. Puede tratarse de una actitud calculada, en la que una
estamos haciendo todos. Y sentimos que ésa es Ia significación de la p3rsona haga una promesa y la cumpla, siempre que la deidad le
vida se experimenta una actitud religiosa exaltada. Adoptamos conceda un favor especial. Ahora bien, esa actitud se ubicaría nor-
-y en que todos concuerdan con todos, en la medida en
una actitud malmente bajo la definición general de religión, pero, además, se
que todos lxrtenecen a la misma comunidad. Mientras podemos reconoce corrientemente que la actitud tiene que ser tal, que lleve
retener esa actitud, nos liberamos de esa sensación de control que esa extensión especial de la actitud social hasta el universo todo.
pende sobre todos nosotros a causa de las responsabilidades quc Creo que es a esto a lo que por lo común nos referimos cuando
tenemos que encarar en condiciones sociales difíciles y penosas. Tal hablamos de la experiencia religiosa y que ésa es la situación de la
es la situación normal en nuestra actividad social, y tenemos los pro- cual surge la experiencia mística de la religión. La situación so-
blemas de la misma en el fondo de nuestro espíritu; pero en dicha cial se extiende por todo el mundo.
situación, en la situación religiosa, todos parecen ser elevados hasta Puede que sólo en ciertos días de la semana y durante ciertas
una actitud de aceptar a todos como p€rtenecientes al mismo grupo. horas del dia podamos adoptar €sa actitud de sentimiento en iden-
El interós de uno es el interés de todos. FIay una completa identifica- tidad con todos y todo lo que nos rodea. El día sigue su curso; tene-
ción de los individuos. Dentro del individuo se produce una fusión mos que entrar en el mercado para cornpetir con otras personas y
del "mí" con el "yo". para tratar de salvarnos en una situación económica difícil. No
El impulso del "yo", en este caso, es de buena vecindad, de bon- podemos mantener la sensación de exaltación, pero aun así nos es
dad. Uno da pan al hambriento. Y es esa tendencia social que to- posible decir que esas exigencias de Ia vida son sólo una tarea que
dos tencmos cn nosotros la que provoca cierto tipo de reacción: uno pesa sobre nosotros, un deber que tenemos que llevar a cabo a fin
quiere dar. Cuando se tiene una cuenta bancaria limitada, no ce
de poder obtener, en momentos especiales, la actitud religiosa. Em-
puede dar al pobre todo lo que se tiene. Sin embargo, en ciertas pero, cr'.ando la experiencia es alcanzada, llega juntamente con esa
situaciones religiosas, en grupos con cierta p€rspectiva, uno puede sensación de completa identificación de Ia persona con el otro.
292 GEORcE H. IvIEAD EsPfRrru, PERSoNA y SoCIEDAD 29t
Es una actirud de identific¡ción distinra, y quizá más elevada, la
los dcrroches. Esa clase de adopción de las actitudes de todos tan
que llega en
la forma a que rne he referido ilamándola "trabajo en plena y completamente como sea posible, de llevar a cabo la propia
equipo". En ella se obtiene la clase de satisfacción que pro*,i.n" ¡cción desde el punto <ie vist¡ de tan completa adopción del papel
de trabajar con otros en cierta situación. I.Iatur¡lmente, persiste de los otros, podemos, quizá, denominarla "actitud del ingeniero".
la sensación de control; al fin de cuentas, lo que todos hacemos está
Ils una actitud sumament€ inteligente; y, si puede scr formada con
determinado por lo que hacen otras personas; es prcciso tener aguda
un profundo interés en el trabajo sccial en equipo, pertenecc, cn-
conciencia de las posiciones de tocos los otros; uno sabe ro que ros
tonces, a los elevados procesos sociales y a las experiencias signi-
otros están por hacer. Pero ticne que cstar const¡ntemente alerta
ficantes. La plena calidad de concreto del "mí" depende de la ca-
a la manera como reaccionan otras personas, a fin de poder hacer
pacidad del hombre para adoptar la actitud de todos los otros invo-
su parte en el trabajo en equipo. La situación ofrece su deleite,
lucrados en el proceso que él dirige. En esa situación se logra el
p€ro no es una situación en la que, por así decirlo, uno se lance
contenido concreto que no se puede €ncontrar en la lisa y llana iden-
simplemente en la corriente y obtenga una sensación de abandono.
tificación enlocional de la persona con todos los demás integrantes
Esta experiencia pertenece a la situación religiosa o patriótica. sin
del grupo.
embargo el trabajo en equipo tiene un contenido que no pos€e
Estos son los distintos tipos de expresiones del "yo" en sus rela-
el otro. La situación religiosa es abstracta, por lo que respecta al ciones con el "mí", que yo quería destacar a fin de completar la ex-
contenido. La forma en que uno tiene que ayudar a otro cs una plicación de la relación del "yo" con el "mí", Lt p€rsona, en tales
empresa sumamente complicada. El que se propone ser una ayuda
circunstancias, es la acción del "yo" en armonía con la adopción del
universal para otros, puede descubrir que se ha convertido en un papel de otros por el "mí", adopción del papel en que el "mí" esta-
engorro universal. No lray persona más molesta para tenerla cc¡ca
blece la situación a la cual reacciona el "yo". Tanto el "yo" como
que aquella que trata constantemente de ayudar a todos los demás.
el "mí" están involucrados en la persona, y ambos se respaldan
La ayuda fructífera tiene que ser inteligente. pero si uno puede mutuamente.
Ilegar a constituir un grupo bicn organizado que hace algo como
una unidad, se logra una sensación dc Ia person¡ que const,tuye ta Quiero analizat ahora la fusión del "yo" y el "mi" en términos
de otro enfoque, a saber: mediante una comparación del objeto físi-
experiencia del trabajo en equipo, y esto, cierramcnte, desclc un
co con la persona en cuanto objeto social.
punto de vista intelectual es superior a la mera buena vecindad
abstracta. La sensación del trabajo en equipo se encuentra cuando
El "mí", he dicho, presenta la situación dentro de la cual tiene
lugar la conducta, y el "yo" es la reacción a tal situación. Esta
todos trabajan con vistas a una meta .o-ún y todos tienen una
doble separación en situación y reacción es característica de cualquier
sensación de dicha meta interpenetrada en la función especial que
acto inteligente, aun cuando no involucre tal mecanismo social. Exis-
llevan a cabo.
te una situación definida que presenta un probleme, y entonces €l
La actitud frecuente de la persona dedicada a los servicios socia-
organismo reacciona a dicha situación mediante una organización
les, de la persona que trata de expresar una actitud fundamental cte
de las distintas r€acciones que están involucradas. Tiene que haber
buena vecindad, r0 puede ser comparada a la actitud del ingcniero,
tal organización de actividades en nuestros movimientos corrientes
del organizador, que ejemplifica en forma exrrema la actitud áel rra-
entre los distintos muebles que hay en un cuarto, o a través de un
bajo en equipo. El ingeniero tiene las actitudes de todos los de-
bosque, o entre automóviles. Los estímulos presentes tienden a pro-
más individuos del grupo, y gracias a esa parricipación se en-
vocar una gran variedad de reacciones; pero la verdadera reacción
cuenrra en condiciones de dirigir. cuando el ingeniero sale de la
del organismo es una organización de esas tendencias, y no una sola
sala de máquinas con el plano en las manos, la máquina no existe
reacción intermedia de todas las demás. uno no se sienta en una silla,
aún; pero tiene que saber qué debe hacer la gente, cuánto tiempo
no toma un libro, no abre una ventana, no hace la gran variedad de
les llevará, cómo medir los procesos involucrados y cómo suprimir
cosas que, en cierto sentido, el individuo es invitado a hecer cuando
["Pbitanthroly,from the point of view of Ethics", Inteiligent phila- entra en una habitación. Hace una cosa específica; quizá se acerca al
thropg, editado pot Faris, Lane and Dodd.l
escritorio y toma de él un papel que necesitaba y no hace nada más.
294 GEORGE H. MEAD ESPh.ITU, PERSoNA Y socIEDAD 295
Enpero, los objetos están ahí, en el cuarto, gnta é1. Le silla, l¿¡ tación están fundidas a la trayectoria seguida hasta la gevete del estri-
ventanas, las mesas, existen en cuanto tales debido al empleo que torio y a la acción de sacar el papel. Las dos situaciones son idénti-
normalmente hace de esos objetos. El valor que la silla tiene en cu cas en ese sentido.
percepción es el que corresponde a su r0acción; así, lnsa junto a una El acto mismo, del que he hablado llamándolo el "yo" de la
silla, ante una mesi¡, y se aleja de una ventana. Construye allí un situación social, es una fuente de la unidad del todo, en tanto que el
paisaje, un escenario de objetos que posibilitan su movimiento hacia "mí" es la situación social en que ese acto puede expresarse. Creo
la gaveta gue contiene el papel que él necesita. Ese paisaje es el medio que podemos considerer tal conducta desde el punto de vista gene-
de llegar a la meta que busca; y la silla, la mesa, la ventana, entran ral de la conducta inteligente; sólo que, comg he dicho, la conducta
en él como objetos. El objeto físico es, en cierto modo, aquello a tiene lugar, aquí, en el cam¡ro social en que surge una persona en la
lo cual uno no reacciona en forma consumatoria. Si en cuanto uno situación social dlel grupo, así como la habitación surge en la actividad
entra en un cuarto se deja caer en una silla, alrnas hace algo más de un individuo llevada a cabo para llegar al objeto especial que
que dirigir la atención a ella; no se la considera co¡no una silla en el quiere tomar. Creo que puede ser aplicado a la aparición de la per-
mismo sentido que cuando se la reconoce como tal y se encamina los sona el mismo punto de vista que rige para la aparición de un obje-
pasos hacia un objeto distante. La silla que existe en este último to en un campo que constituye en cierto sentido un problema; sólo
caso no es aquella en que uno está sentado; pero es algo que lo reci- que el carácter peculiar de esto reside en el hecho de que se trata de
birá a uno si se deja caer en ella, y eso le proporciona el carácter una situación social, y de que esta situación social implica la apad-
de objeto en cuanto tal. ción del "mi" y del "yo", que son, esencialmente, elementos sociales.
Esos objetos físicos son utilizados para construir el campo dentro Pienso que es coherente reconocer el paralelismo existente entre lo que
del cual es alcanzado el objeto distante. El mismo resultado se da, llamamos "objeto físico", en contraste con el organismo, y el objeto
desde un punto de vista temporal, cuando uno lleva a cabo un acto social, en contraste con la persona. El "mí" responde definidamente
más distante por medio de algún acto precidente que debe ser puesto a todas las distintas reacciones que los objetos que nos rodean tien-
en práctica previamente. Esa organización funciona continuamente den a provocar en nosotros. Todos esos objetos provocan en nos-
en la conducta inteligente. Organizamos et campo con referencia a otros reacciones, que son las significaciones o las naturalezas de los
lo que vamos a hace¡ Se produce entonces, si se quiere, una fusión objetos: la silla es algo en lo cual nos sentamos, la ventana es algo
del acto de sacar el papel de la gaveta y del cuarto a través del cual que podemos abrir, que nos proporciona luz a aire. Del mismo modo,
nos movemos para lograr ese proposito, y a esta clase de fusión me el "mí" es la ¡eacción que el individuo tiene hacia los otros indivi-
he referido previamente, sólo que en los casos de experiencias reli- duos, en Ia medida en que el individuo adopta la actitud del otro. Es
giosas tiene lugar en el cam¡ro de Ia mediación social, y los objetoc correcto decir que el individuo adopta la actitud de la silla. En ese
del mecanismo son de carácte¡ social y rep¡esentan asl un distinto sentido adoptamos, definidamente, la actitud de los objetos que nos
plano de experiencia. Pero el proceso es análogo: somos lo que so- rodean; €n tanto que, normalmente, ello no se incorpora a la actitud
mos en nuestra relación con otros individuos, gracias a que adopta- de comunicación, en nuestras relaciones con los objetos inanimados
mos la actitud de los otros hacia nosottos mismos y de tal modo toma esa forma cuando decimos que la silla nos invita a sentarnos,
nos estimulamos con nuestro propio gesto, así como una silla es lo o que la cama nos tienta a acostarnos. Nuestra actitud, en tales cir-
que es en términos de Ia invitación que nos ofrece a sentarnos, un cunstancias, es, por supuesto, una actitud social. Hemos analizado
"mí"
a, tr. .t . .
físico, si se quiere. En un "mí" social, las distintas actitudeg ya la actitud social tal como aparece en la poesía de la natwaleza,
de los otros son expresadas en términos de nuestro propio gesto, que en los mitos, los ritos y los rituales. Allí incorporamos la actitud
representa el papel que desempeñamos en nuestra actividad ¡ocial social a la naturaleza misma. En la música existe quizá la misma clase
cooperativa. Ahora bien, la cosa que realmente hacemos, las pala- de situación social, en términos de la reacción emocional involu-
bras que hablamos, nuestras expresiones, nuesttas emocioneg, eso c3 crada; y la exaltación producida por la música tendría referencia,
el "yo"; pero está fundido con el "mí" €n el mismo sentido err que supongo, a lo completo de la organización de la reacción que co-
todas las actividades involucradas en las piezas de moblaje de la habi- rresponde a esas actitudes emocionales. La idea de la fusión del "yo"
296 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 297
con €l "mí" proporciona una base bastante adecuada para la erpli- en el Imperio Romano, en la Indiay en China. En la continuación
cación de csa exaltación. Creo que la pcicología conductista ofieóe del Imperio dentro de la Cristiandad encontramos una forma de
la oportunidad para tal desa¡rollo de la teoría estética. La significa- propaganda efcctuada con el intento delibetado de organizar esa
ción de la reacción en la experiencia estética ha sido ya subrayada ¡nr clase de sociedad universal.
los críticos de pintura y arquitectura. Si la evolución se llevase a cabo cn tal sociedad, tendría lugar
La relación del "mí" con el "yo" cs la relación de una situación entre las distintas organizaciones, por así decirlo, dentro de ese orga-
con el organismo. La situación que plantea el problema es inteligi- nismo mayor. No habría simplemente una competencia de distinta¡
ble para el organismo que reacciona a ella, y la fusión tiene lugar sociedades entr€ sí, sino que la competencia residiría en la relación
en el acto. Uno puede encararla desde el "yo", si sabe definida- de tal o cual sociedad con la organización de una iociedad universal.
mente qué hará. Luego uno considera tdo el proceso simplemente En el caso de las religiones universales tenenos formas como la
como una serie db medios para llegar a la meta conocida. O puede mahometana, que se propuso borrar, por la faerze de la espada,
ser encarado desde el punto de vista de los medios, y entonces el pro- todas les otras formas de sociedad y, de tal modo, se encontró en
blema ap^rcce como una elección entre una serie de objetivos distin- oposición a las otras comunidades que se proponía aniquilar o subor-
tos. La actitud de un individuo provoce ese reacción, y la actitud dinar a sí. Por otra parte, tenemos la propaganda representada por
de otro individuo provoca otra reacción. Existen tendencias va- el cristianismo y el budismo, que se propusieron solamente incor-
riadas, y la reacción del "yo" será la que relacione todas esas acti-
IDrar a los distintos individuos a cierto grupo espiritual en el que
tudes. Ya sea que se la considere desde el punto de vista de un pro- se reconociesen como miembros de una sociedad. Esta empresa ee ligó
blema que tiene que ser solucionado, o desde la posición de un inevitablemente a la estructura 1rclítica, especialmente en el caso del
"yo" que en cierto sentido determina su campo por medio de su cristianismo; y detrás de ello €stá la suposición --que encontró su
conducta, la fusión se lleva a cabo en el acto mismo €n que los me- expresión en las actividades misioneras- de que este principio social,
dios expresan el objetivo. este Éconocimiento de la fraternidad de los hombres, €s la base para
una sociedad universal.
Si estudiamos el proceso económico, no existe una propaganda
L¡ os¡\TocRAcIA Y LA UNIVERsALIDAD EN LA como aquélla, una suposición de una sola sociedad económica que
'6. SOCIEDAD trata de establecerse. Una socíedad económica se define a sí misma
en la medida en que un individuo puede comerciar con ottos; y
Hay en la sociedad humana una universatidad que se expresa luego los procesos mismos continúan agrandándose, estableciendo
desde muy temprano en dos formas distintas: una en el aspecto rcli- relaciones cade vez más estrechas entre comunidades que, política-
gioso y la otra en el aspecto económico. Estos procesos, en cuanto
mente, pueden encontrarse decididamente en oposición. El tejido
procesos sociales, son universales. Proporcionan objetivos a los
económico más completo aparec€ en el desarrollo del comercio mis-
que puede tratar de llegar cualquier forma que emplee los mismos mo y en el desarrollo de un m,edio financiero gracias al cual se
medios de comunicación. Si un gorila pudiese tomar cocos y cam- efectúa tal comercio, y se produce inevitablemente una adaptación
biarlos en algún mercado por algo que, concebiblemente, necesitase, de Ia producción de una comunidad a las necesidades de la comu-
ingresaría en la organización económica social en su fase más amplia. nidad económica internacional. Existe un desarrollo que se inicia
Lo único que hace falta es que el animal esté en condiciones de utili- con la clese rrrás restringida de sociedad universal, sociedad cuya ori-
zar el método de comunicación que involucra, como hemos visto, la ginal condición de abstracta cede el lugar a una organización social
existencia de una persona. Por otra parte, cualquier individuo qu€
cadavez más concreta. Desde ambos puntos de vista, hay una socie-
puede considera¡se miembro de una sociedad en la que es
dad universal que incluye a toda la l.aza humana y en ta cual todos
-paraa
emplear una f¡ase familiar- prójimo del otro, p€rtenece también pueden entrar en relacíón con otros,'gracias a los medios de comuni-
dicho grupo universal. Esas expresiones religiosas y económicas de
cación. Pueden reconocer a los otros como miembros, como her-
universalidad las encontremos desarrollándose en una u otra forma
manos.
298 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 299

Tales comunidades son inevitablemente de catictet univereer. El universo de raciocinio, que trata simplemente con las más
Los procesos que se expresan en la religión universal llevan en ¡1, ¡ltas abstracciones, abre la puerta para las interrelaciones de los dis-
inevitablemente,'aquellos de la comunidad lógica representada por tintos grupos en sus diferentes caracteres. El universo de raciocinio
el universo de raciocinio, una comunidad basada simplemente en l¡ dentro del cual la gente puede expresarse, hace posible la reunión de
capacidad de todos los indivíduos para conversar entre si mediante el las actitudes organizadas que representan la vida de esas distintas
empleo de los mismos símbolos significantes. El lenguaje propor- comunidades, agrupándolas en una relación tal que pueda conducir
ciona una comunidad universal que se parece un poco a ta comuni- a una organización más elevada. La propia universalidad de los
dad económica. Existe en la medida en que existen símbolos comu- procesos que €otresponden a la sociedad humana, ya sea que se los
nes que pueden ser utilizados. Vemos tales símbolos en los signos contemple desde el punto de vista de la religión o del comercio o del
por medio de los cuales pueden comunícarse las tribus salvajes guc p.nr"¡.¡i"rrto lógico, abre por lo menos la puerta para una sociedad
no hablan el mismo idioma. Encuentran algún lenguaje común en universal; y, en tigor, esas tendencias se expresan todas cuando
el empleo de los dedos, o en los dibujos simbólicos. Logran cierta el desarrollo social ha ido lo bastante lejos para hacerla posible.
clase de habilidad para comunicarse, y tal proceso de comunicación La expresión política de ese crecimiento de la universalidad en
tiene tendencia a poner a los distintos individuos en más estrechas la sociedad queda señalada por el predominio de un grupo sobre
relaciones mutuas. El proceso lingüístico es, en un sentido, más abs- otros grupos. La primera expresión de esto se encuentra en los im-
tracto que el proceso económico. El proceso económico, que comienza perios de los valles del Nilo, el Tigris y el Eufrates. Distintas co-
con el trueque, entrega el sobrante de un individuo a cambio del munidades entraban en competencia entre sí, y en tal competencia
sobrante de otro individuo. Tales procesos se reflejan inmediata- se encuentra la condición para el desarrollo del imperio. No es sim-
mente en el proceso de producción y estimulan, en forma más o me- plemente el conflicto de una tribu con otra que trata de eliminar a
nos inevitable, la clasc de producción que conduce al intercambio la primera, sino, más bien, la clase de conflicto que conduce a la
provechoso. Cuando llegamos a las relaciones efectuadas sobre dominación de un grupo sobre otro gracias a la conservación de este
la base de los símbolos signíficantes, el proceso en sí no tiende, último grupo. Es importante advertir esta diferencia, cuando ella se-
quizá, a tal integración, pero ese proceso de comunicación llevará en ñala la exfresión de la autoconciencia a que se llega por medio de
sí, o tenderá a llevar, los procesos mismos en que ha servido de una realízación de la persona de uno en otros. En un momento de
vehículo. hostilidad o de intensa cólera, el individuo o la comunidad pueden
LJna persona aprende un nu€vo idioma, y, como decimos, ad- tratar, simplemente, de aniquilar a sus enemigos. Pero la expresión
quiere una nueva alma. Se coloca en la actitud de los que emplean dominante en términos de la persona ha sido, incluso por parte
ese idioma. No puede leer su literatura, no puede conversar con los de una sociedad militarista, más bien de sometimiento, de una reali-
que frrtenecen a esa comunidad, sin adoptar las actitudes pecutiares zacíón de la persona en su superioridad con feslrcto al otro y en su
a ésta. En ese sentido, se convie¡te en un individuo distinto. No se explotación áe áste. Esta actitud espiritual es completamente dis-
puede comunicar un lenguaje como una pura abstracción; inevitable- tinta de la mera eliminación de los enemigos de uno. Existe, por
mente se comunica también, en cierto grado, la vida que hay detrás lo menos desde este punto de vista. una consecución definida, por
de é1. Y este resultado se pon€ en ¡elación con las actitudes organi- parte del individuo, de una persona superior, en su dominio y so-
zadas del individuo que aprende el lenguaje e inevitablemente provoca metimiento del otro.
una readaptación de puntos de vista. lJna comunidad del mundo El sentido de prestigio nacional es una expresión de ese autorres-
occidental, con sus distintas nacionalidades y distintos idiomas, peto que tendemos a ret€ner en la conservación de !a superioridad
es una comunidad en la que se llevará a cabo un continuo juego sobre otras p€rsonas' Uno obtiene la sensación de la propia
persona gracias a cierto sentimiento de superíoridad sobre otros'
recíproco de los distintos grupos entre sí. tlna nación no puede ser
y W"nai reconoció que esto es fundamental para el desarrollo de
tomada sencillamente por sí misma, sino sólo en su relación con
la persona. Es una actitud que se transforma, en lo que juzgamos
los otros grupos que perten€cen al todo mayor. .ondi.ion., superiores, en el justo reconocimiento de la capacidad del
300 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 301

otro individuo €n su campo específico. La superioridad que la percona munidad superior en la que la dominación toma la forma de una
tiene entonces no es una superioridad sobre el otro, sino que se ba¡e democracia como la de las ciudades griegas, en la cual el control es
en lo que aquélla puede hacer en relación con las funciones y capa- simplemente el control de la oposición de las masas a determinadas
cidad de otros. El desarrollo del experto que es supcrior en la ejc. clases económica y políticamente ¡roderosas. Existen, en rigor, va-
cución de sus funciones, es de c¿rácter completamente distinto de lr rias formas de gobierno democrático; p€ro la democracia, en el
superioridad del matasiete que se realiza simplemente en su capacidad sentido que aquí resulta p€rtinente, es una actitud que depende del
para subordinar a alguien a sí. La persona competente en cualquier tipo de lxrsona que acompaña a las relaciones universales de fta-
campo especial, tiene una superioridad qu€ corresponde a lo que ternidad, como quiera que ellas se obtengan. Recibió su expresión
puede hacer ella misma y quizá no puede hacer otro. Le proporciona en la Revolución Francesa en los conceptos de fraternidad y unión.
una posición definida, en la que puede realizarse en el seno de la Cada individuo debía estar al mismo nivel que los otros. Este con-
comunidad, No se realiza en su simple superioridad sobre otro, sino cepto recibió su primera expresión en las religiones universales. Si
en la función que puede llevar a cabo; y en la medida en que puede se trasporta al campo de la política, puede obtener exptesión sólo
desempeñada mejor que nadie, obtiene una sensación de prestigio en una forma como la de la democracia; y la doctrina que existe
que reconocemos como legítima, en contraste con la otra forma de detrás de ello es, en gran medida, la concepción de Rousseau, tal
afirmación de la persona gue, desde el punto de vista de nuestro como se encuentra en el Confroto socidl.
más elevado sentido de las normas sociales, es considerada ile- Se supone en ella una sociedad en la que el individuo se man-
gítima. tiene como ciudadano sólo en el grado €n qu€ reconoce los derechos
Las comunidades pueden encontrarse en €sa misma ctase de re- de todos los otros que peftenecen a la misma comunidad. con tal
lación mutua. Existe un sentido del orgullo del romano, en su capa- universatidad, tal uniformidad de intereses, seria posible que las
cidad administrativa así como en su poderío marcial, en su capa- rnasas adoptasen la actitud del soberano, en tanto que éste adoptaba
dad para subyugar a todos los pueblos del mundo mediterráneo y la actitud de sus súbditos. si la voluntad de cada uno fuese l¡
para administrarlos. La primera actítud fué la de subyugación, y voluntad de todos, entonces la relación entre el súbdito y el soberano
luego apareció la actitud administrativa, que pertenecía más al tipo pcdría ser corporizada en todos los distintos individuos. Obtenemos
al cual me he referido llamándolo superioridad funcional. Fué io qo. Rousseau llamó "la voluntad general de la comunidad"'
eso lo que expresó Virgilio en su pedido de que los romanos advir- sólo cuando un hombre está en condiciones de realizarse a sí misrno
tiesen que su gobierno entrañaba la capacidad de administración. rcconociendo a los otros en cuanto pertenecientes a la misma orga-
Esta capacidad hizo que el Imperio Romano fuese compleramen- nización política que ól r?.
te distinto de los imperios anteriores, que fio tenían detrás de Esa concepción de la democracía es en sí misma tan universal
sí más gue la fuerza bruta. En este caso, el paso se hizo, de un conro la religión, y la aparición de ese movimiento político fué esen-
sentido de superioridad política y prestigio expresado en el poder cialmente religiosa en la medida en que tenía el evangelio de Rous-
de aplastar, a una capacidad para dirigir una empresa social en la scau detrás de sí. Actuó también con un sentido de la propaganda'
que existe una actividad cooperativa más amplia. La expresión Se propuso derribar la antigua organización de la sociedad y poner
política cornienza con una simple autoafirmación, unida a una en su lugar su propia forma de sociedad. En este sentido, esos dos
actitud militar, que conduce a la aniquilación del otro pero que, factores la dominación del individuo o el grupo sobre otros
más adelante, conduce, o puede conducir, al desarrollo de una co- -uno,
grupos, y, el otro, el sentido de fraternidad e identidad de los dis-
munidad superior, en la que la dominación toma la forma de la
administración. Es concebible qve aparezca una comunidad inter- r? Si uno puede hacer que su exigencia s€a unrversal, si el derecho de uno
llcva en rí un, oblig".ión coirespondieite, ento¡ces reconoce en todos el mismo
nacional más amplia que el imperio, organizada en términos de J*rccho y puede fotáular una ley, por así decirlo, en términos de toda-la--comu'
función antes que de fae¡za, nidad. óe'modo que puede habei una voluntad general en términos del individuo'
po,qoa ó¿ot los d..ás cxprcs¡n la misma cosa.--Surge, entonces. una comlnid¡d
La unión de la actitud de religión universal, por un lado, y el ta rr.z soberanos y súbditos, soberanos en la medida en
!n li quc todos pueden r.. r
desarrollo político cada vez más amplio, por el otro, ha tenido su que defienden sús propios derechos y tos reconocen en los otros, y sirbditos en la
áedid¡ en quc obeieccn a las teyes que ellos mismos hrcen (1927).
302 GEORGE H. MEÁD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD 303
tintos individuos del mismo gruf- se unieron en el movimiento cxpresión funcional de esa época, no existe la misma forma de ígual-
democrático; y, juntod, implican inevitablemente una sociedad uni- dad. Empero, es posible la igualdad en un sentido funcional, y no
versal, no sólo en un sentido religioso, sino, en definitiva, también veo motivo alguno para que no lleve en sí un sentido tan profundo
en un sentido político. Esto recibe su expresión en la Liga de lac de la realización del otro en la propia persona, como la actitud
Naciones, donde toda comunidad reconoce a toda otra comunidad religiosa. Un rnédico que, gracias a su superior habilidad, logra sal-
en el proceso afirmarse a sí misma. La comunidad más pequeña ec var la vida de un individuo, puede realizarse en telación con la
encuentra en situación de expresarse, porque reconoce el derecho de persona a la cual ha beneficiado. No veo razón alguna para que
todas las demás naciones a hacer lo propio. csta actitud funcional no se exprese en la realización de la persona
En el desarrollo de una sociedad universal está involucrada pre- de uno en el otro. Me parece que, después de meditarlo, el aparente
cisamente una organización funcional como la que encontramos en conflicto se refiere al desarrollo abstracto y preliminar de la orga-
el desarrollo económico. El desarrollo económico se inicia sobre la nización funcional. Hasta que tal organización funcional es puesta
base del intercambio. LIno ofrece lo que necesita, en trueque plenamente en práctica, existen oportunidades para la explotación
lx>r
algo que no necesita otro. Eso es abstracto. Pero después que uno del individuo; pero con el pleno desarrollo de tal otganización se
descubre que puede producir algo qud'no necesita y cambiarlo por obtendría una expresión espiritual superior, en la que el individuo
algo que le hace falta, estimula, por medio de esa acción, un des- podria realízarse en otros por medio de lo que hace como pecu-
arrollo funcional. Estimula a un grupo para que produzca esto y liar a ól mismo ls.
a otro para que produzca lo otro; y, al mismo tiempo, controla el
proceso económico, porque uno no continúa produciendo más de
lo que puede ser ofrecido en inrercambio en el mercado. Lo que se 77. CoxsroeR¡ciÓN ADIcIoNAL DE LAS AcTITUDES RELIGIoSA
produzca en definitiva será lo que responda a la demanda del com- Y ECONóMICA
prador. En la organización funcional resultante, se desarrolla en
uno una personalidad económica de cierta clase, una personalidad
Quiero hablar otra vez de la naturaleza organizadora de las
que tiene su propio sentido de superioridad pero que es empleada rclaciones sociales más amplias y más abstractas que he venido ana-
en Ia ejecución de esa función especial en relación con los otros del lizancio, las de la religión y la economía. Cada una de ellas se torna
grupo. Puede existir una conciencia de sí basada en la capacidad para universal en su carácter funcional, no porque esté implicada en ella
fabricar algo mejor que cualquier otro; p€ro esa conciencia de sí alguna abstracción filosófica. El hombre primitivo que hrce sus
sólo puede mantener su sentido de superioridad cuando se adapta trucqucs o el hombre moderno de la bolsa de valores no sienten
a la comunidad que necesita los productos, €n ese proceso de inter- interós alguno en la forma de sociedad económica involucrada en
cambio. En tal situación hay una tendencia hacia el desarrollo fun- los cambios que hacen; tampoco es en modo alguno necesario supo-
cional, un desarrollo funcional que puede tener lugar incluso en ner que el individuo que en la ayuda inmediata prestada a ótro
el dominio político. que se encuentr¡ en dificultades se identifica con este otro, se pre-
Podría parecer que el aspecto funcional contr¡dice los fines de scntc a sí mismo una forma de sociedad en la qua el interés dc uno
la democracia, en cuanto que conridera al individuo en relación se¡ el intcrés de todos. Y, sin embargo, como he indicado, los dos
con un todo y, de tal manera, hace caso omiso del individuo; y procesos son, en su naturaleza, universalcs; pueden ser aplicados a
que, en consecuencia, la verdadera democracia debe expresarse más cualquiera.
en el tono de una actitud religiosa y en hacer secundario el aspecto que puedc auxiliar a cualquier individuo que encuentre en
El
funcional. Si volvemos al ideal de la democracia tal corno fué pre- desgracia, podrá extender esa universalidad mucho más allá del
sentado en la Revolución Francesa, hallamos precisament€ un con-
flicto de esa clase. Hubo allí un reconocimiento de la calidad del ls IP¿¡a un análisis dcl prrgmatismo en relación con cl escenario norteame-
,ic¡no, r'?¡sc "1'he Philosophics of Royce, James and De*'cy in thcir Arncrican
individuo; uno exige en sí lo que frconoce en los demás, y eso propor- Sctting", Internattonol Journal of Ethics, XL (1930)' págs..2l I y ss.: par¡ la
ciona la base para una estructura social. Pero cuando se considera la génesii'histórica dcl pragmatismo, véase IIooements of Thot'qht in the Níneteenth
Centttru.l
',,%'

304 GEORGE H. IvlE^D ESPh ru, PERSOT{A Y SOCIEDA.D 305

hombre y expresarla cn la forma de no permitir sufrimiento alguno supiese Io que queremos. No necesito agregar que nuestra conducta,
a ningún ser sensible. Es una actitud que adoptamos hacia cualquier que sulxlne personas en los animales domésticos, no tiene justi'
forma vital que recurre a nosotros ---o que es concebible que pueda ficación racional.
hacerle- cuando se encuentra en dificultades, o hacia cualquier ser Tales actitudes, pues, son actitudes que pueden conducir a una
al que ¡rodamos proporcionar inmediata satisfacción Go¡¡ nüoótros organización social que va más allá de la estructura en gue los
propios actos. Encuentra su expresión en cierta actitud de ternura. individuos s€ encuentran involucrados. Es Por es€ motivo que re-
Puede ser generalizada en individuos sumamente alejados de la fa- sulta posible que las actitudes colaboren en la creación de la estfuc'
milia de uno. Puede expresarse amor lracia cualquier forma joven tura de esas comunidades más amptias, o que funcionen en ese sen-
que excite la actitud paternat, aun cuando no se trate de una forma tido. Si observamos primero que nada la actitud económica, donde
humana. Las cosas pequeñas provocan una especie de actitud tierna. el cambio del propio sobrante por el sobrante ajeno lo coloca a uno
Esos hechos demuestran cuán amplia es la verdadera uníversalidad en la actitud de producción, para crear esos excedentes a los fines
de dicha actitud; lo abarca prácticamente todo, a todos los seres del intercambio (y hace que uno estudie las formas del intercambio,
posibles con los que uno pueda tener una relación personal. No de establecer mercados, de crear medios de trasporte, de elaborar los
predomina siempre, por supuesto, porque a vec€s las reacciones hos- vehículos de cambio, de erigir sistemás bancarios), reconocemos
tiles son más pot€ntes en su expresión que ninguna otra; pero en que todo ello puede surgir del proceso de intercambio, siempre que
la medida en que se encuentra presente, torna posible una forma sea reconocido el valor del mismo, de modo de impulsar suficiente-
universal de sociedad. Los santos cristianos representaban a esa clasc mente la producción de los excedentes que constituyen la base del
de sociedad a la cual podían, concebiblemente, pertenecer todos los proceso original. Dos niños pueden intercambiars€ sus juguetes' el
individuos. El ideal recibió expresión en la concepción religiosa de uno cambiando su juguete viejo a un amigo que está dispuesto a
un mundo donde todos tendrán intereses absolutamente idénticos. desprenderse del suyo; ahí se trata de un intercambio de excedentes
El otro proceso es el del intercambio, en el cual uno trasmite, que no conduce a la producción. Pero en el caso de los seres hu-
por así deci¡, lo que no necesita a cambio de algo que necesita. Las manos que pueden prever el futuro y advertir las ventajas del in-
necesidades relativas, sobre una base de comunicación y de intereses tercambio, éste conduce a la producción.
comun€s, hacen posible el intercambio. Es un proceso que no se Un ejemplo notable d€ esto es el desarrollo de la industria de
extiende por debajo del hombre, como lo hace la otra actitud. No la lana en Inglaterra. Al principio el intercambio tuvo lugar sim'
se puede hacer trueque con el buey o el asno, pero se puede tener plemente en Inglaterra misma, donde la lana era hilada en condi-
un s€ntimiento bondadoso hacia ellos. ciones feudales; Iuego vino su difusión desde qna localidad a
Quisiera referirme especialmente al poder organizador gue pue- otra y el surgimiento de un comercio de ultramar. Los cambios que
den tener, y que han tenido, estos dos tipos de actitudes en la se llevaron a cabo dentro de las comunidades de Inglaterra, de re-
comunidad humana. Como he afirmado, son primariamente acti- sultas de esa industria, son conocidos, así como el papel importante
tudes que uno puede tener con cualquier ser humano real o ideal que ésta desernpeñó en el desarrollo del comercio exterior, provo-
con el que le sea posible co¡nunicarse, ], €n un caso por lo m€nos, cando el cambio gradual de la vida agrícola a la vida industrial de
con otros seres con quienes no le es posible comunicarse. Estamos la comunidad misma. Y luego, cuando la tela de lana traspuso las
en relaciones sociales con los animales domésticos, y nuestras reac- fronteras de la nación, surgió una red de organización económica
ciones suponen la identificación del animal con nosotros tanto conlo que puso los cimientos para todo el desar¡ollo posterior de In-
la de nosotros con el animal, suposición que no tiene, en definitiva, glaterra.
ninguna justificación. Nuestra actitud fundamental es una rclación Cuando tal actitud inmediata de intercambio se convierte en
social basada en la persona; de modo que tratamos los actos de un principio de conducta social, lleva aparejado un proc€so de des-
los animales domésticos como si éstos tuviesen lxrsona. Adoptamos arrollo social en la forma de la producción, el trasporte, y de todos
la actitud de ellos, y nu€stra conducta en nuestra relación con ellos los medios involucrados en el proceso económico, proceso de des-
implica que adoptan nuestre actitud; actuamos como si el perro arrollo social que establece parte de la sociedad universal que esa
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actitud lleva aparejada consigo como una posibitidad. por supuesto, dcsgracia. Puede no ser más que ceder al impulso de dar algo al
es un txoc€so de poner al hombre que tiene las mercancías parr llombre que le sablea a uno en la calle. Puede no conseguir otra
intercambiar, en rclación directa con la persona que está dispucctr c()sa que eso, así como un intercambio entre dos niños no va más
a camhiarlas por lo gue la primera necesira. y ei proceso d! pro- .rllá del proceso de intercambio. Pero, en rigor, una vez adoptada
ducción y trasporte, y de aceptar las mercancías recibidas .n ."-bio, l.r actitud, ha demostrado tener un enorme poder de reorganización
relaciona de manera muy estrecha a los individuos involucrado¡ rocial. Es esa actitud la que se ha expresado en las religiones uni-
en el proceso económico. Es un proceso lento de integración dc versales y la que se expresa en una gran parte de la organización
la sociedad, que une a la gente cade vez más íntimattt it.. No r¡ social de la sociedad moderna.
une espacial y geogÉficam€nre, sino en términos de comunicación.
El cristianismo allanó el camino para el proS,reso social --polí-
Estamos familíarizados con la abst¡acción de la ilustración del libro
tico, económico, científico-- del mundo moderno, el progreso social
de texto, qu€ muestra tr€s o cuat¡o hombres establecidos en el oasi¡
del desierto y llevando a cabo el proceso del come¡cio entre sí. son tan predominantemente característico de ese mundo. Porque la no-
figuras altamente abstractas, pero existen como abstrecciones en ción cristiana de una sociedad u orden social humano universal
la comunidad económica y, como tales, representan una interrera- abstracto, aunque se originó primeramente como una doctrina reli'
ción de comunicación en la cual el individuo, en su propio proceso giosa y ética, perdió gradualmente sus connotaciones puramente
de producción, se identifica con el individuo qo. ii.tt" algo quc religiosas y éticas y se amplió para incluir todos los demás aspectos
intercambiar con é1. se ha puesto .n .i rugar del otro, o de it .on- principales de la vida social humana; Y, así, se convirtió en la
trario no podría producir lo que el otro necesita. si inicia ese pro- noción más vasta, más compleja, de esa sociedad humana multifa-
ceso, entonces, naturalmente, s€ identifica con cualquier posible com- cdtica, racionalmente universal, en la cual se inspiran intelectual-
prador, con cualquier posible productor; y si su mecanismo es de mente los individuos que llevan a cabo todas las transformaciones.
este tipo tan abstracto, entonces la red del comercio puede llegar a sociales que constituyen el progreso social moderno.
cualquier parte y la forma de ta sociedad puede incorporar a iual- Existe un notable contraste entre el mundo antiguo -+special-
quiera que esté dispuesto a ingresar en es€ p¡oceso de comunicación. mente el griego- y el mundo moderno, en relación con la idea de
En la sociedad, tal actitud tiende a construir la estructura de un progreso. Esta noción o concepción era totalmente ajena al pensa-
organismo social universal. miento y la civilización del mundo antiguo y estaba casi completa-
Tal como se enseña en economía, la moneda no es más que un mente aus€nte de ella; en tanto que es una de las ideas más carac-
símbolo de cierra cantidad de riqueza. Es un símbolo de alio que terísticas y dominantes del pensamiento y la civilízación del mun-
necesitan los individuos que se encuentran en la actitud de dispo- do moderno. Porque la visión mundial de la cultura moderna es
sición al intercambio; y las formas del intercambio son, entonc€s, esencialmente dinámica: una visión mundial que permite, y, por
los métodos de conversación, y tos medios del intercarnbio se con- cierto, acentúa, la realidad del verdadero cambio y evolución crea-
vierten en gestos que nos permiten llevar a cabo, desde grandes dores en las cosas, €n tanto que ia visión mundial de la cultura anti-
distancias, ese proceso de entregar algo que uno no necesita para gua era estática: una visión mundial que no admitía el acaecimien-
conseguir algo que sí necesita, mediante la adopción de la actitud io o realidad de ningún cambio o evolución realmente creadores en
de la otra trxrsona. Los instrumentos de esos símbolos de riqueza el universo; una visión mundial según la cual no podía adquirir
son, pues, en este proceso de intercambio, los gestos o símbolos que existencia nada cuya causa final no estuviese ya dada (y dada etcr-
el lenguaje es en otros campos. namente) en la realidad, es decir: nada podia adquirir existencia,
La otra actitud universal anzlizada es la de la buena vecindad, salvo mediante la realizaciín individual de un tipo universal fijo'
que integra el principio de relacíón religiosa, la actitud que hizo ya existente o que siempre había existido'
posible la religión en cuanro tal. El efecto inmediato de la actitud según el pensamiento moderno, no existen metas u objetivos
puede no s€r otro que el de compartir la própia comida con una deterrninados o fijos hacia los cuales se dirija necesariamente
persona hambrienta, dar agua al sediento, ayudar a la persona en el progreso social; y, por lo tanto, tal progreso es genuinamente
308 GEORCE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 309
{reador o de lo contrario no sería progreso (en rigor, la creatividad es un producto colateral del proceso económico y que no está in-
es esencial para la idea moderna del progreso) . pero el pensamiento volucrado cn la actitud misma, aunque encontramos idealismo
antiguo' por el contrario, no reconocía la rearidad o existencia o cconómico en un hombre como James Bryce. Por otra parte, las
posibilidad de progteso alguno, en el sentido moderno del término: religiones fueron en el pasado fuentes de guerra, como la compe-
y el único progreso reconocido como posible o real era cl progreso tencia económica lo ha sido en las condiciones actuales. Uno de
hacia metas u objetivos erernamente fijados, progreso (que el pen- los efectos notables de cada guerra es acentuar el carácter nacional
samiento moderno no consideraría en modo alguno legítimo) hacia de la religión del pueblo. Durante la guerra tuvimos el dios de
la realización de tipos dados, predeterminados. los germanos y el dios de los aliados; la deidad se dividía en sus
l-a noción de progrcso carecía de significación para la sociedad favores. La medida en que la vida religiosa se adapta al conflicto
o civilización griegas, en virrud de la organización distintiva del queda ejemplificada con frecuencia en la historia; no faltan del
estado griego, absolutamcntc impotente para encarar con eficacia todo ejemplos de las fases idealistas de la vida económica. No cabe
los conflictos sociales los conflictos de los intercscs socí¡les- duda de que el proceso económico ha Puesto continuamente a la
que surgían dentro de-o é1. Pero cl progreso es predominantemente gente en relaciones mutuas más íntimas y ha tendido a identificar
característico de la sociedad o civilización modernas, en virtud de a los individuos entre sí. El ejemplo más saliente de esto es el
la organización distintiva del estado moderno, lo suficientemenre carácter internacional de la clase obrera y el desarrollo, dentro de
flexible para estar en condicioncs de enfrentar, por lo rnenos hasta la comunidad local, de una organización obrera en cuanto tal.
cierto punto, los conflictos sociales que surgen en su seno entre los Hay a le vez ta identificación del obrero con sus camaradas del
individuos; porque se presta -----en una forma €n que no lo hacía grupo y la identificación de los obreros de una comunidad con
la organización del estado grieg6- a esa extensión intetectual, más Ios de otra. En el socialismo, el movimiento obrero se ha conver-
o m€nos abstracta, de sus fronteras, gracias a los espíritus de los tido en una religión. El proceso económico une inevitablemente,
individuos implicados en la sociedad, extensión por medio de la en forma más íntima, a los grupos, mediante el proceso de comu-
cual esos espíritus están en condiciones de encarar una organización nicación que implica participación. Ha sido el factor socializante
social o un todo social organizado más amplio, rodeándolos; un todo más universal en nuestra sociedad moderna, más universalmente
social en que los conflictos de los intereses sociates son en cierta reconociblc que la religión.
medida armonizados o suprimidos y con referencia al cual, en con- La religión unida en torno al culto de una comunidad se
secuencia, dichos espíritus pueden producir, en su seno, las recons- torna sumaniente concreta, se identifica con la historia y la vide
trucciones necesarias para resolver o catmar esos conflictos. inmediatas de la comunidad, y es más conse¡vadora que casi nin'
Los principios económicos y religiosos son puestos a mcnudo guna otra institución de la comunidad. El culto tiene anexo un
en oposición mutua. Existe, por un lado, la suposición de un pro- valor misterioso, un valor que no podemos racionalizar comple-
ceso económico que decimos de carácter "materialista" y, por otro tamente y que, por lo tanto, conservamos en la forma que siem'
lado, la identificación de las personas con intereses comunes acerca pre ha tenido y €n su marco social. Tiende a fíjar el carácter de
de los cuales nos expresamos en térnr,inos idealistas. Por supuesto, la expresión religiosa, de modo que en tanto que la actitud reli-
se puede encontrar alguna justificación para €se punto de vista, giosa conduce a la identificación con cualquier otra, el culto en
pero él pase por alto le importancia del hecho de que esas actitudes que ella se institucionaliza tiene tendencia a especializarse casi has-
tienen que ser corregidas continuamente. Se supone que el proceso ta el último grado. F.s courpletamente posible entender a cual-
económico es siempre un proceso centrado en sí rnismo, en el que quiera que se dirija a uno con parte del valor que uno quiere
cl individuo protege simplemente sus propios intereses en per- obtener; si el segundo individuo puede expresars€ en t¿rminos
juicio del otro, en el que uno adopta la actitud del otro sólo comerciales, uno podrá entenderle. Empero, si llega hasta uno con
para aventajarle. si bien se ha insistido que el comercio libre, la su culto religioso particular, hay muchísimas posibilidades de que
oportunidad para intercambiar, es algo que conduce al reconoci- uno no le entienda. El movimiento misionero, tan característico de
rniento de los intereses comunes, se ha supuesto siempre que esto distintas religiones, es un movimiento en el que el carácter universal
310 GEORGE H. MEAD EsPH,lTr'', PERSS¡A Y SOCIEDAD 3ll
de la religión ha disputado la primacía, a su turno, al carácter con- blecer talcs comunidades. La función especial de la historia ec per-
servador, fijo, del culto, en cuanto tal, y ha producido enormes mitirnos mirar hacia atrás y ver 9n qué medida se h¿ llevado a cabo
efectos sobre el carácter de la religión rnisma. pero incluso en est? t¡l rco¡¡ttucción ¡oci¡1, l¡ rcco¡¡t¡ucción quc la gente no rcco'
aspecto la religión se proponía trasferirse corno un culto, con noció en el momento pero que nosotros podemos re€onocet graciac
tod<¡ su carácter, su credo y su dogma, de modo que no se ha pres- a la ventaja que tenemos de encontrarnos a mayor distancia. Y la
tado tan directamente como el proceso económico a constituirse en función del dirigente, el individuo capaz de entender tales movi-
medio de comunicación universal. mientos y, así, llevar hacia adelante a la comunidad, es la de pro-
Las dos actitudes, es claro, son completamente distintas entre porcionar dirección e ímpetu, con conciencia de lo que está ocu-
sí. La una identifica al individuo con el otro, sólo cuando ambos rriendo.
están ocupados en una operación comercial. El intercambio es la
Me parece que la visión de la persona que he presentado en de-
sangre vital del proceso económico, y ese proceso hace abstracción talle torna inteligible la acumulación del crecimiento social. Si po'
de todo lo que tiene relación con el otro individuo, salvo lo que
demos reconocer gue un individuo se logra en sí mismo, en su propia
está involucrado en el comercio. Por el contrario, la actitud reli-
conciencia, al identificarse con el otro, entonces podremos decir que
giosa lo incorpora a uno a la actitud interna innpdiata del otro
el proceso econórnico debe ser tal que el individuo se identifíque
individuo; se identifica uno con él en la medida en que Ie ayuda,
con los posibles parroquianos con los que intercamtie cosas; que
le auxilia, salva su alma, Ie socorre en este mundo o en el mundo
debe crear continuamente medios de comunicación, juntam€nte con
por venir, la actitud de uno es la de la salvación del individuo.
esos individuos, a fin de tornar exitoso es€ proceso, y que, en tanto
Esa actitud es mucho más profunda en la identificación.del indi- que ei proceso en sí debe estar firmemente centrado en sí mismo,
duo con otros. El proceso económico es más superficial y, por lo
deberá conducir inevitablemente al individuo a adoptar más y más
tanto, puede viajar quizá más rápidamente y posibilitar una comu-
concr€tam€nte la actitud del otro. Si se quiere proseguir exitosa-
nicación más fácil. Sin embargo, los dos pro(esos son siempre uni-
ment€ con el proceso económico, es preciso entrar en relaciones cada
versales en su carácter, y en la medida en que logran expresión
vez mis estrechas con el otro individuo, identificarse con é1, no sólo
tienden a construir, en cierto sentido, una comunidad común, tan
en la cuestión particular del intercambio, sino tarnbién averiguar
universal como las actitudes mismas. Los procesos, tomados sim- qué necesita y por qué lo necesita, cuáles serán las condiciones de
plemente en sí mismos, como cuando un niño cambia un juguete
pago, las características especiales de las mercancías necesarias, y así
por el de otro niño, o como cuando un animal ayuda a otro, pueden
siguiendo. Es preciso identificarse con él cada vez más. Sentimos
detenerse con el ejercicio del acto; pero cuando se tiene un grupo
cierto desprecio hacia la actitud comercial acentuada por la organi-
constituído por personas en cuanto tales, por indíviduos que se
zación moderna de los negocios, actitud comercial que siempre pa-
identifican con los otros, qu€ provocan la actitud del otro como
rece llevar aparejada la hipocresía, que parece recomendar que se
medio para obtener la propia p€rsona, entonces los procesos van ponga uno en la actitud del otro a fin de engañarle y llevarle a com'
más allá del mero hecho de tomar algo gue se puede obtener, algo
prar algo que no necesita. Aun cuando no consideremos esto jus-
que el otro no necesita, o más allá del simple impulso de ayudar
al otro. En la ejecución de esas actividades el individuo ha estable- tificable, podemos al menos reconocer que incluso en esa cuestión
cido un proceso de integración que une a los individuos más estre- hay la suposición de que el individuo tiene que adoptar la actitud
chamente, creando el mccanismo por medio del cual se hace posible del otro, de que el reconocimiento del otro es esencial para un
una comunicación más profunda, con participación. comercio exitoso. Se entiende el objetivo de ello cuando llevamos
Es importante reconocer este desarrollo que s€ produce en la el proceso económico más allá del motivo de las ganancias, hasta
historia; los dos proc€sos, tomados en sí, tienden a crear una comu- las empresas de servicio público. El administrador de un ferrocarril
nidad más amplia, incluso cuando las personas no tienen ideal algu- o de una empresa privada de servicios públicos tiene que ponerse
no para su realización. No se puede adoptar la actitud de identifi- cn el lugar de la comunidad a la que sirve, y podemos ver fácil-
carse uno mismo con el otro, sin tender, en cierto sentido, a esta- mente que dichos servicios públicos podrían salir completamente
3t2 GEORGE H. f,IEAD ESPh'ITTJ, PERSO¡¡A Y 6OCIEDAD ilt
del cam¡ro de las gananciac y convcrtine cn cxitosa¡ cmprecan coo- otra trtcoÍa; y ¡i éeta pudiera exprerarlo... Con etlo, uno !c pone
nómices, eimplemente como medio¡ dc comunicación. Los socialis- en el lugar de otro que no €stá presente, pero que ha conocido en
tas hacen de esta posibilidad sn¡ teoría pan todo cl comcrcio. su cxperiencia, e interprctt a cse individuo en nlación con le cx-
periencia anterior. Pe¡o la simpatía activa eignifica que el individuo
provoca en el otro la reacción despertada por su auxilio y que
38. Ll N,rruRtLEzL DE t.t s¡upatfl provoca en sí la misma reacción. Si no se produce una reacción, uno
no puede simpatizar con el segundo individuo. Esto representa Ia
El término "simpatía" es ambiguo y difícil de intcrprretar. Mc limitación de la simpatía en cuanto tal; ésta tiene que ocurrir en
he referido a una actítud inmediata de cuidado, de ayuda a un un proceso cooperativo. Ello no obstante, una p€tsona se identi-
individuo por otro, tal como la encontramos especialmente e¡ las fica con otra en el sentido antedicho. No me refiero a una identifi-
releciones enÍe las formas inferiores. La simpatía sr¡rge, en la forma cación en el sentido hegeliano de un ego, sino a la de un individuo
humana, con la provocación en uno mismo dc ra actitud del individuo que, cosa perfectamente natural, provoca en sí cierta reacción porque
a quien se auxilia, con la adopción de la actitud del otro cuando su gesto funciona en él como lo hace en el otro.
se socorre a este otro. Un médico puede llevar a cabo una inter- Adoptar una actitud distintivamente humana, es decir, cons-
vención quirúrgica en forma objetiva, sin ninguna actitud de sim- ciente de sí, hacia otro individuo, o tener conciencia de éste en cuan-
patía hacia el paciente. Pero en una actitud de simpatía implicamos to tal, es identificars€ uno simpáticamente con él adoptando su
que nuestra actitud provoca en nosotros la de la persona a la que actitud hacia la situación social dada y su papel en ella, y reaccio-
estamos auxiliando. Sentimos con ella y, así, nos €ncontr¡mos en nando, así, implícitamente a esa situación como lo hace é1, o expli-
condiciones de sentirnos en el otro porque, con nuestra actitud, citamente como está a punto de hacerlo; haciéndolo, esencialmen&,
hemos provocado en nosotros la actitud de la persona a la que so- en la misma forma en que adopta uno la actitud de él hacia uno
corremos. Esto es lo que considero una interpretación adecuada de mismo en la conversación de gestos que sostiene con é1, en la que,
lo que corrientemente llamamos "imitación" y "simpatía", en el de tal modo, tiene uno conciencia de sí. Las actividades sociales hu-
sentido vago, indefinido, gue encontremos en nuestras psicologías, man¡s dependen en gran medida de la cooperación social entre los
y esto cuando ellas se ocupan de estos fenómenos. individuos humanos que las lxln€n en práctica, y tal cooperación
Tómese, por ejemplo, la actitud de los padres hacia el hijo. surge de la adop'ción, por los individuos, de las actitudes sociales
El tono del niño es de queja, de sufrimiento, y el de los padres de de los unos hacia los otros. La sociedad humana dota al individuo
consueio. El padre provoca en sí mismo una actitud del niño acep- humano de un espíritu; y la naturaleza social de ese espíritu le
tando ese consuelo. Este ejemplo indica asimismo la rimitación de exige que se ubique, en cierto grado, en los lugares experienciales
la simpatía. Hay personas con las que uno encuentra difícil sim- o que adopte las actitudes de los otros individuos pertenecientes a
patizer. A fin de sentir simpatía hacia alguien, debe existir una esa sociedad e involucrados con él en todo el proceso social de ex-
reacción que cor¡esponda a la actitud del otro. Si no hay una reac- periencia y conducta que tal sociedad representa o lleva a cabo.
ción que corresponda de tal modo, entonces uno no puede despertar Quiero ahora utilizar este mecanismo para encarar la religión
simpatía en sí. Y no sólo eso, sino que además debe existir coope- y los procesos económicos. En el campo económico, el individuo
ración, una réplica por parte de Ia persona con la que se simpatiza, adopta la actitud del otro en la medida en que ofrece algo a este
si el individuo que simpatiza quiere provocar en si esa actitud. Uno otro y provoca, en r€spuesta, una reacción de cesión en el individuo
no se coloca inmediatamente en la actitud de la persona que sufre, que posee un excedente. Es preciso que exista una situación en que
aparte de la propia actirud de simpatía hacia ella. La situación es el individuo presente su objeto como algo valioso. Ahora bien,
la de una persona que socorre a la otra, gracias a la provocación en desde el punto de vista del individuo no es valioso, pero él se coloca
sí de la reacción que su socorro provoca en la otra. Si no hay reac- en la actitud del otro individuo, que le entregará algo en cambio
ción por parte de la otra, no puede haber simpatía atguna. Por porque puede encontrar alguna utilidad pata el objeto del primero'
supuesto, uno puede decir que se da cuenta de lo que debe sufrir la Provoca en sí la actitud del otro, que ofrece algo en cambio de
1t4 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
tg.qo:..9{*. él; y aunque el objeto no tiene un valor directo pan
'ti
pletarse por sí mismas. No se puede completar el proceso de llevar
el índividuo, ¡re torna valioso de¡de er p¡nto de vista del otro in, mercancías al mercado, si no es con el desarrollo de medios de comu-
dividuo, en cuyo lugar está en condiciones de ¡ronerse er primero. nicación. El lenguaje en que ello se expresa es el lenguaje del dinero.
Lo que hace tan univereal est€ proceso, ec .l hecho dó que & El proceso económico continúa tendiendo a unir más estrechamente
trata de un comercio con excedentes, con lo que, por así decirto, a los individuos, al establecer rnás y nrás técnicas económicrs y el
caroce de valor desde el punto de vista del individuo. por sulr¡esto, mecanismo del lenguaje necesario pata tales procedimientos.
eso adquiere valor en el mercado, y entonces uno lo evalúa desdc
Lo mismo rige, en un sentido un tanto diferente, desde el punto
el punto de vista de lo que puede coneeguir por ello; pero lo que
de vista de las religiones universales. Estas tienden a definirse en
lo convierte €n un objero universal es qu€ no es empleido dit .t.- términos de comunidades, porque se identifican con el culto de ia
mente por ei individuo. Aun cuando éste tome algo puede usar
y lo venda, tiene que considerarlo como una coseiue de ta cual s¿
comunidad, pero desbordan a ésta en el movimiento misionero, cn
la forma de propagandistas. La religión puede ser de un tipo rela-
desprenderá a fin de conseguir algo más valioso; tiene que ser algo
tivamente primitivo, como en el mahometismo, o en las formas más
que no usará más. El valor inmediato de nuestra posesión dirccta
complejas del budismo y el cristianismo; pero, inevitablemente, se
de una cosa es la utilización que hacemos de ella, su consumo; propone completar las relaciones involucradas en la actitud de sal-
lrro en el proceso económico comerciamos con algo que cattce de var el alma de otros individuos, de ayudar, de auxiliar a otros.
valor inm¿diato. Así, establecemos una especie de procerc universal.
Crea al misionero que es un médico, a los que son artesanos, a
La universalidad depende del hecho de que cada persona ileva al los que establecen en la comunidad procesos que conducirán a la
mercado los objetos que no usará. Expresa dichos objetos en los
adhesión a las cosas mismas involucradas en la actitud religiosa. Ve-
térnri¡os abstractos del dine¡o por medio der cuar podrá obtener mos esto, primeramente, en los monasterios de Europa, donde los
alguna otra cosa. Y este valor negativo cs el que confiere universa-
monjes se propusieron convertirse en artesanos. Ellos ilustran la
lidad a los objetos, porque entonces el dinero puede ser entregado tendencia de la religión a compl€tarse, a completar la comunidad
a alguien que ceda, en cambio, algo que pueda ser usado. que previamente existía en forma abstracta. Tal es el cuadro que
En la comunidad primitiva, donde todos están emparentados quería presentar como una de las valiosas contribuciones interpr€-
con todos, no tiene sentido alguno un excedente en cuanto tal. Las tativas de la visión de la persona que aquí se ha desarrollado.
cosas son distribuídas de acuerdo con €ostumbres definidas; todos
participan del sobrante. En tales condiciones, la riquez'. no existe.
Se proporcionan ciertas comlrnsi¡ciones al artesano, pero no son
tales que puedan ser cambiadas 1xrr mercancías que él necesite, en- 39. CONU-Icro E INTEGRACIóN
tregando en truegue algo que no necesita. Entonces, el estableci-
miento de los medios de cambio es algo sumamente abstracto. De- Ftrevenido subrayando la continua integración del proceso social,
pende de la capacidad del individuo para poneñ¡e en el lugar del y la psicología de la persona que sirve de base y posibilita ese pro-
otro y ver que éste necesita algo que no necesita él mismo, y qu€ ceso. Ahora, una palabra en cuanto a los factores de conflicto y des-
lo que no necesita él mismo es algo que le hace falra al otro. Todo integración. En el partido de béisbol hay individuos que compiten
el proceso depende de la identificación de la propia persona con y quieren destacarse, pcro ello sólo puede conseguirse en el juego.
el otro, y esto no puede tener lugar en las formas vivas en qu€ no Esas condiciones obligan a ciert¡ clase de acción, p€ro en el marco
existe capacidad para poner la persona de uno en el lugar del otro de dichas condiciones puede haber toda clasc de individuos compi'
gracias a una comunicación por mcdio de un sistema de gestos que tiendo celosamente y que pueden llcgar a l-.acer fracasar el equipo. En
constituye el lenguaje. Hay aquí, pues, dos fases en que las socie- la otganización escncial para el equipo parecen existir ab'undantes
dades humanas, aunque altamente abstractas, exist€n realmente, y oportunidades para la desorganización. Y esto sucede en proporción
lo que he estado presentando es el sentido de estas sociedades uni- mucho mayor en los procesos económicos. Tiene que haber distri-
versales desde el punto de visra pcicológico y su tendencia a com- bución, mercados, medios de cambio; pero dentro de ese campo son
.%

316 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD Jt7


posibles toda clase de competencias y deeorganizaciones, pr¡esto guc papel apenas menos necesario y significante en la organización social
en cada caso hay un "yo" así como un "mi". misma y en la deterniinación de su cerárctr.r general. Considérese, por
Los conflictos históricos comienzan, por lo general, err une Go- ejemplo, entre esos impulsos o actitudes humanas "hostiles", el fun-
munidad de muy inrensa organización social. Tales conflictos tie, cionamiento o expresión de los de autoprotección y autoconservación
nen que surgir entre distintos grupos, cuando existe en eilos acti- en la organizaciín y actividades organizadas de cualquier sociedad
tud de hostilidad. Pero incluso así, el resultado es habitualmentc humana o comunidad social dada, digamos, de un estado o nación
una organización social más amplia: hay, por ejemplo, une apa- modernos. Los individuos humanos adquiercn conciencia de sí como
rición de la tribu en contraposición al clan. Es una organiza- tales, casi más fácil y rápidamente en términos de las actitudes so-
ción más amplia, más vaga, pero cxiste ; en contraste con la hosti- ciales rclacionadas o asociadas con esos dos impulsos "hostiles" (o
Iidad potencial de las naciones entr€ sí, se reconocen como formado- en términos de tales impulsos, en cuanto expresados en dichas acti-
ras de alguna clase de comunidad, como en Ia Liga de las Naciones. tudes), que cuando lo hacen en términos de cualesquiera otr¡¡s acti'
Los fundamentales impulsos sociofisiológicos o tendencias de tudes sociales o tendenci¡ de conducta en cuanto expresadas por di-
conducta que son comunes a todos los individuos humanos, que llc- chas actitudes. Dentro de la organización social de un estado o
van a dichos individuos, colectivamente, a ingresat en las sociedadec nación, los efectos "antisociales" de esos dos impulsos son rcfrenados
organizadas o comunidades sociales, o a integrarlas, y que constitu- y controlados por el sistema legal gue constituye un asP€cto de esa
yen la base definitiva de tales sociedades o comunidades sociares, se organización; esos dos impulsos son convettidos en los principios
dividen, desde el punto de vista social, en dos clases principales: los fundamentales en términos de los cuales funciona el sistema eco-
que conducen a la cooperación social y los que llevan at antagonis- nómico, que es otro aspecto de esa organización; en cuanto com-
mo social entre los inditiduos; los que dan nacimiento a actitudec binados y fundidos con los impulsos humanos "amistosos", y
y relaciones arnistosas y los que producen actitudes y relaciones hos- organizados por medio de éstos impulsos que conducen a la
tiles entre los individuos humanos involucrados en ras situaciones -los
cooperación social entre los individuos involucrados en dicha orga-
sociales. Hemos empleado el término "social" en su sentido mác am- ¡i2¡6ifn-, no pueden hacer surgir la fricción y enemistad entre los
plio y más estricto; p€ro en el sentido más estrecho, completamente individuos, fricción y enemistad que de otro rnodo serían sus con-
corriente, en que tiene una connotación ética, sólo son ..sociales,, secuencias naturales e irían fatalmente en detrimento de la existencia
o conducen a una conducta "social" los impulsos humanos fisio- y bienestar de la organizaciín: y habiencio sido incorporados de
lógicos fundamentales o las tendencias de conducta de rr primera ese modo, como elementos integrantes, a los cimientos de la orga-
clase (los que son amistosos o que producen amistad y coopera- nízación, son utilizados por ésta como fuerzas impulsivas funda-
ción entre los individuos movidos por eltos). Ahora bien, es cierto mentales para su propio desarrollo posterior, o sirven de base para el
que la segunda clase de ir{pulsos fundamentales o tendencias de progreso social dentro del marco de relaciones de la mencionada orga-
conducta de los seres humanos es "antisocial", en la medida en que nización. Corrientenpnte, su expresión o manifestación más evi-
dichos impulsos o tendencias, en sí mismos, destruirían toda ra orga- dente y concreta, en €sa organización, reside en las actitudes de riva'
nización social humana, o bien, no podrían, ellos solos, constituir lidad y competencia que engendran, dentro del estado o nación en
la base de ninguna sociedad humana organizada; sin embargo, en conjunto, entre los distintos suhgrupos de individuos socialmente
el sentido más amplio y estrictamente no ético, son, evidentemente, funcionales determinados (y, en especial, económica-
no menos social¿s que la primera clase de dichos impulsos o tenden- -sufg¡upos
mente determinados) por esa organización; y tales actitudes sirven
cias de la conducta. son igualmente comunes a todos los individuos
a metas o propósitos sociales definldos, Presupuestos por la orga'
humanos, o universales entre cllos, y los adecuados estímuros sociales nizacíón, y constituyen los motivos de actividades sociales funcional'
los provocan más fácil e inmcdiatamente; y €n cuanto combinados mente necesarias dentro de ella. Pero los impulsos humanos auto-
o fundidos con la primera clase de impulsos o tendencias de conducta, protectores y autoconservadores también se expresan o manifiestan
y, en cierto sentido, controlados por ellos, son tan básicos en toda la su aso-
indirectamente en la organización, dando nacimiento
organización social humana como los primeros, y desempeñan un
ciación, en esa organización, con los impulsos -Por
humanos "amisto-
318 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCTEDAD tL9
sos"- a uno de los ideales o principios o motivos prirnarios consti- (hasta que pueda integrar sus relaciones sociales con otras lxrsonas
tutivos de dicha organización s¿!¿¡, el proporcionar protección individuales), una actitud de hostilidad, de "oposición latente", por
-¡ al individuo, por parre del estado,
social y el prestar asistencia social su tnrte, hacia la sociedad organrzade o comunidad social de la que es
en la conducta de su vida; y, también, se manifiestan aumentando miembro; y durante ese tiempo la persona individual dada tiene que
la eficacia tqs fines de esa organización- de los impulsos huma- basarse en el stntimiento de superioridad hacia esa sociedad o comu-
-¿ con un sentido o conocimiento de la posibilidad
nos "amistosos", nidad social, o hacia sus otros miembros individuales, a fin de sos-
y condición de deseable de tal protección y asistencia social organi- tenerse y "manten€rse en funciones". Siempre nos mi¡arnos a la luz
zada al individuo. Más aún, en cualquier circunstancia especial en más favorable posiUle, Ixro puesto que todos tenemos la tarea de
que el estado o nación en su totalidad, se vea frente a algún pe- mantenernos en funciones, es completamente necesario, si queremos
ligro común a todos sus miembros individuales, éstos se funden a los mantenernos en funciones, que nos miremos de ese modo.
impulsos humanos "amistosos" que existen en ellos, en tal forma Una sociedad humana altamente desar¡ollada y organizada es
que se fortalece e intensifica en dichos individuos el sentido de una una sociedad en que los miembros individuales están interrelaciona-
unión social organizada y de una interrelación social cooperativa entre dos en una multiplicidatl de distintas, intrincadas y complicadas
ellos en términos del estado; en tales circunstancias, lejos de cons- man€ras, mediante las cuales comparten una cantidad de intereses so-
tituir fuerzas de desintegración o destrucción dentro de la orga- ciales comunc en la sociedad o pañr el mejoramiento de
nización social del estado o nación, se convicrten, indirectamente, l¿ ¡¡is¡¡¡-, y, -i¡¡s¡sses
sin embargo, por otra parte, se €ncu€ntran más o me-
en los principios de mayor unidad, coherencia y coordinación so- nos en conflicto, en relación con numerosos intcreses que poseen indi-
ciales dentro de esa organización En tiempos de guerra, por ejem- vidualmente, o que, de lo contrario, comparten entre sí sólo en gru-
plo, el impulso autoprotector de todos los miembros individuales pos pequeños y limitados. I.os conflictos entre los individuos, en
del estado se dirige unitariamente contra el enemigo común, y deja una sociedad humana altamente desarrollada y organizeda, no son
de dirigirse, por el momento, contra ellos mismos. Las actitudes meros conflictos entre sus resp€ctivos impulsos primitivos, sino en-
de rivalidad y compstencia que ese impulso engendra corrientemente tre sus sespectivas personas o personalidades, cada una con su estruc-
entre los distintos grupos menores, socialmente funcionates, que in- tura social definida cornpleja y organizada y unifi-
tegran el estado, son temporariamente eliminadas; y el estado presen- s¡d¿- y ceda una-i¡¡s¡s¡mente
con cantidad de distintas facetas o asp€ctos
ta un frente unido al peligro común dado, o se funde en una sola sociales, con una cantidad de series distintas de actitudes sociales que
unidad en términos del fin común compartido por la respectiva la constituyen. Así, dentro de una eociedad, surgen conflictos entre
conciencia que del mismo tienen todos sus miembros individuales o los distintos aspectos o fases de la misma lxrsona individual (con-
reflejado en éstos. En estas ex¡xesiones, de tiempos de guerra, del flictos que producen casos de personalidad dividida cuando son ex-
impulso autoprot€ctor de todos los miembros individuales del es- tremos o lo bastante violentos para llegar a ser psicopatológicos) asi
tado o nación, se basa principalrnente la eficacia de los llamados na- corno entre distintas personas individuales. Y ambos tipos de conflic-
cionales al patriotismo. to individual son solucionados o terminados mediante las reconstruc-
Más aún, en las situaciones sociales en que la persona individual ciones de las situaciones sociales especiales y por las modificaciones
se siente dependiente, para su continuación o existencia continuada, del marco de las relaciones sociales dadas, dentro de las cuales surgen
del resto de los miembros del grupo social dado al cual pertenece, o se producen aquellos conflictos en el proceso vital general, humano,
precisa recono€er que no es menester sentimiento alguno de superiori- social estas reconstrucciones y modificaciones son llevadas a
dad de su parte, con respecto a los demás miembros del grupo, para -y hemos dicho, por los espíritus de los individuos en cuya
cabo, como
la continuación o existencia continuada de éste. Pero en las situaciones experiencia o entre cuyas lxrsonas tien€n lugar esos conflictos.
sociales en que no puedc, por el momento, integrar sus relaciones so- Et espíritu constructivo, reflexivo o como pensamiento solu-
ciales con otras lrrsonas individuales en una pauta común, unitaria cionador de problemas, es el medio o mecanismo o aparato social-
(es decir, en la pauta de conducta social que él refleja en su estructura mente adquirido mediante el cual el individuo humano resuelve los
personal y que constituye dicha estructura), surge, tem¡rorariamlnte distintos problemas de adaptación ambiental qu€ surgen ante él en el
320 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCTEDAD tzt
curso de su experiencia y que impiden que su conducta siga armo- por dichos individuos, requieren también, igualmente, tales recons'
niosamente su camino basti que han sido resucltos. Y el espíritu o trucciones o modificaciones, por dichos individuos, de sus propias
pensamiento es tarnbién --+n cuanto poseído por los miembros indi- personas o personalidades. Así, las relaciones entre la reconstrucción
viduales de la socied¿d |¡¡¡¡¡¡¡- el medio o mecanismo o aperato social y la reconstrucción de la persona o personalidad son recí-
gracias al cual se efectúa o cumple Ia reconst¡ucción social por dichos procas e internas u orgánicas; la reconstrucción social por los miem-
individuos. Porque Ia posesión, por part€ de éstos, de espíritu o bros individuales de cualquier sociedad humana organizada rcpre'
lnder de pensamiento les permite contemplar críticamente, por así senta la reconstÍucción de la p€rsona o personalidad, en uno u otro
decirlo, la estructura social organizada de la sociedad a la que per- grado, por cada uno de dichos individuos, y viceversa, porque, puesto
tenecen (y de las relaciones de la cual derivm en primera instan- que las personas y personalidades están constituídas por sus rela'
cia sus espíritus) y reorganizar o reconrtruir o modificar €s¡ estruc- ciones sociales organizadas, nlutuas, no pueden reconstruir taies pcr-
tura sbcial en mayor o m¿nor grado, como lo requieran de tiempo en sonas o personalidades sin reconstruir asimismo, en cierta medida,
tiempo las exigencias de la evolución social. Cualguier reconstruc- el orden social dado, que, por supuesto, está igualmente constituído
ción social de esa clase, para tener largo alcance, presupone una base por sus relaciones sociales organizadas mutuas. En ambos tipos de
de intereses sociales comunes compartidos por todos los miembros reconstrucción está involucrado el mismo material fundamental de
individuales de la sociedad humana dad¡ en que ocurre esa recons- las relaciones sociales organizadas entre los individuos humanos, y
trucción; es decir. compartidos por todos los miembros indivi- es tratado en distintas forrnas, o desde diferentes ángulos o puntos
duales cuyos espíritus participan en esa rcconstrucción o la produ- de vista, en los dos casos respectivamente; o, en pocas palabras, la
cen. Y cualquier reconstrucción social de esa clase es llevada a cabo reconstrucción social y la reconstrucción de la persona o personalidad
realmente por los espíritus de los individuos involucrados, en son los dos aspectos de un solo proceso: el proceso de la evolución
forma dc una extensión intelectual más o menos abstracta de los social humana. El progreso social humano implica el empleo, por
límites de la sociedad dada a la cual lxrtenecen todos esos indivi- parte de los individuos humanos, de su mecanismo de conciencia de
duos y sobrc la cual se efectúa la reconstru66i{¡n extensión sí, socialmente surgido, tanto para producir esos cambios sociales
gue produce un todo social más amplio, en términos -¡¡adel cual los progresivos como para el desarrollo de sus p€rsonas o personalidades
conflictos sociales que exigen la reconstrucción de la sociedad dada individuales en forma de mantenerse adaptativamente al ritmo de
son armonizados o reconciliados y por referencia a los cuales, en dicha reconstrucción social.
consecueneia, dic.hos conflictos pueden ser ¡olucionados o elimina- En definitiva y fundamentalmente, las sociedades cre€en en com-
dos re. plejidad de organización sólo por medio de la consecución progresiva
Los carnbios que introducimoc en el orden social en que nos de proporciones cada vez mayores de diferenciación funcional, de
cnconüramos involucradoe, también implican neceg¡riamente quc comportamiento, entre los individuos que las constituyen; estas dife-
introduzcamos cambio¡ en nosotros migmos. Lo¡ conflictos socia- renciaciones funcionales, de comportamiento, entre los miembros in-
le¡ entre los miembros individuale¡ dc una determinada sociedad dividuales implican o presuponen oposiciones iniciales ent¡e ellos,
humana orgenizada, gue, pára su climin¡ción, requieren reconstruc- o¡rosiciones de necesidades y metas individuales, oposiciones que, sin
embargo, en términos de organización social, están o han sido trans'
ciones y modificaciones conscientes o inteligentes de esa sociedad
formadas en dichas diferenciaciones o €n meras especializaciones de
re Et c¡ráctcr rcflc¡ivo dc t¡ conci¿¡rcia dc rí pcrrrite ¡l individuo contcrnpter- una conducta individual socialmente funcional.
rG €omo un todo; ru crpecidad pere adoptar la¡ ¡ctitudc¡ ¡oci¡le¡ dc otro¡ indivi-
duor y tembién l¡¡ dcl otro gcncrelizrdo haci¡ é1, dentro dc ta ¡ociedad org¡nizad¡
El ideal social humano ---<l ideal o meta última del progreso
dc la cu¡l c¡ micmb¡o, poribiliten cl que re incorporc a ¡i mismo, como un todo social humano- es la consecución de una sociedad humana univer-
objctivo, dcnt¡o dc ru propi: crfcrt expcrimentrl: y así, pucde integtrr y unificrr sal en que todos los individuos humanos posean trna inteligencia
conscicntcmc¡te los digtinto¡ aspector dc su pcrsona, para formrr uni ¡ol¡ pcr¡on¡-
lid¡d conscientc, cob¡rcntc y orgrnizade. Má¡ ¡ún, por lor mismo¡ nrcdioi, pucdc social perfeccionada, tal que las significaciones sociales estén, cada
propon€rse efectu¡¡ ¡ c¡be- intcligenter reron¡truccioncr dc c¡¡ pcrson¡ una, similarmente reflejadas en sus respectivas conciencias indivi'
o pcrsonatidad en término¡
-y_llevardc ¡u¡ rct¡cionc con el orden soci¡l d¡do, cida v¿z
quc hs exigencia¡ dc l¡ adrpteción ¡ ¡u medio ¡oci¡l rcquicre¡ t¡tet rcco¡struccione¡. duales- de manera que las significaciones de los actos o gestos de un
322 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t2t
individuo (en cuanto realizados por él y expresados en la estruc- cuando, previamente, los súbditos no habían tenido relaciones entre
tura de su persona, gracias a su capacidad para adoptar las actitude¡ sí, aparte de ta hostilidad de una comunidad feudal hacía otra. Así
sociales de otros individuos hacia él y hacia sus metas o fines socialee se obtiene la relación personal, la relación de posición, que es impor-
comunes) sean las mismas para cualquier otro individuo que reaccio-
tante para la con{unidad. La relación, por supuesto, es la de súb-
ne a ellas. dito a monarca. knplica la aceptación de una posición inferior
La interdepcndencia entrelazadora de los individuos humanos pero s€ trata de una aceptación hecha gustosamente, por la significa-
entre sí, dentro del proceso vital social organizado en que se en- ción para la comunidad que tal orden hace posible. La comuni-
cuentran involucrados, se torna cada vez más intrincada y compacta dad a la que p€rten€ce el individuo está tipificada en su relación con
y altamente organízada a medida que la evolución sociar humana el rey, y los actos del monarca la mantienen unida incluso en
cigue su curso. Por ejemplo, la amplia diferencia enrre ra civíliza- una monarquía constitucional. Gracias al sentimiento de relación
ción feudal de la época medieval, con su organización social rerati- con el rey, puede uno sentirse relacionado con las vestas agrupa-
vamente floja y desintegrada, y la civílización nacional de los tiem-
ciones de comunidades que, de algún modo, se mantienen unidas-
pos modernos, con su organización social relativamente densa e De tal modo, una situación de posición relativa hace posible la
integrada (iuntamente con su tendencia a desarollarse hacia una comunidad más amplia y grande. Es posible, gracias a las relaciones
forma de civilización internacional), exhibe la constante evorución personales entr€ un soberano y un súbdito, constituir una comunidad
de la organización social humana en dírección a una unidad y com-
que de otro modo no podría ser constituída, y este hecho ha desempe-
plejidad de relaciones ceda vez más grande, a una unificación cada
ñado un importantísimo papel en el desarrollo de los estados.
vez más estrechament€ compacta, entrclazada e integrada dc todas
Resulta interesante ver cómo apareció esta situación en el Im-
las relaciones sociales de interdependencia que la constituyen y que
perio Romano. Allí, la relación del emperador con los súbditos era
unen a los individuos involucrados en ellas.
de poder absoluto, pero estaba definida en términos legales que tras-
ladaban las definiciones lrrtenecientes al derecho romano a las rela-
ciones entre el emperador y sus súbditos. Empero, ello constituía
40. Lrs ruxcloxEs DE LA pERsoNALTDAD y DE LA RAZóN una relación demasiado abstracta para hacer frente a las exigencias
EN LA ORGANIZACIÓr.¡ SOCIAT de la comunidad, y, en €sas condiciones, la deificación del emperador
era la expresión de la necesidad de establecer alguna clase de relación
Cuando una sociedad está organizada en torno a un monarca;
más personal. Cuando el miembro romano de la comunidad ofre-
cuando la gente del mismo estado cstá tan separada entre sí, que se
cía su sacrificio al emperador, se ponía en relaciones personales'
pueden identificar mutuamente sólo por ser súbditos de un mismo
con é1, y gracias a eso podía sentir su conexión con todos los rniem-
monarca' eRtonc€s, es claro, la relación del súbdito con el soberano
bros de la comunidad. Por supuesto, la concepción de la deidad'
se torna de suprrma im@rtancia. Y solo gracias a tales relaciones
en tales circunstancias no resultaba comparable a la concepción que
puede ser establecida y mantenida semejante cornunidad. Esta situa-
se desarrolló en el cristianismo, pero era el establecimiento de una
ción puede encontrarse en los antiguos imperios de Mesopotamia,
relación personal que, en cierto sentido, iba más allí de las relaciones
donde pueblos de distintos idiomas y costumbres tenían relacio-
puramente legales involucradas en el desarrollo del derecho romano-
nes sólo ¡ror intermedio de los grandes reyes. Presenta el proceso
Estamos familiarizados con esta función de la personalidad en la
de relaciones más inmediato; sólo hasta donde llega la autoriáad der
rey, y hasta donde se extiende esta base común de relación con el organización social, La expresamos en términos de liderazgo o con eI
vago término de "personalidad". Cuando un equipo de empleados
r€y, se da este tipo de organización social.
de oficina es organizado por un buen gerente, decimos que su per-
La importancia de la monarquía en contraposición con el orden
feudal reside en el hecho de que el rey podía estabrecer relaciones con sonalidad ha desempeñado un gran papel. Cuando la acción de un
p€rsonas ampliamente separadas entre sí a no ser por sus relaciones hombre, €n una oficina, deptnde en cierta medida de su temor a
con é1. una reprimenda o de su deseo de ser aprobado por el gerente mismo'
El rey representaba al pueblo en una forma universal,
el elemento de las relaciones personales de las personas entre sí des-
j28 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCTEDAD J29
cha; pero ta realízación de la lrrsona en la ejecución inteligentc
ru número, y, en consecuencia, disminuyen la posibilidad del
pleno
dr
dcsarrollo de la persona. En tales circunstancias lo
una formación social sigue siendo ra etapa mis ekvada, tanio cn necesario para
tl
caso de las naciones como en el de los individuos.
ilcanzar tal persona es retirarse de ese orden de castas' El período
la
medieval, en que existía una definida otganización de castas de
¡ociedad, .oo ,iaruor, señores y prerrogativas eclesiásticas,
presenta
4I. OssrÁcuros Y PRoMEsAs EN EL DEsARRoLLo una situación en que la consecuiión de la condición de miembro
DE LA SOC¡EDAD ¡DEAL tte la comunidad espiritual exigía el retiro, por parte del individuo'
de la sociedad ordenada en forma de castas' Tal es' al menos'
una
Hemos presentado a ra persona desde el punto de vista
de ra cr. cxplicación parcial de la vida claustral y del ascetismo' Lo mismo
periencia; ella surge de-la actividad coopeiativa, en otras comunidades'
gracías a las reacciones idénticas de ra persona y
se torna posiblc qüJr *".r.do en el surgimiento
-social
de
-santos
ros otros. En l¡ y vuelven a algún tipo de sociedad
medida en que el individuo puede provocar en su naturareza eE¡r io. ,. retiran del orden netamente entre sí
en que esas castas, en cuanto tales, no se excluyen
reacciones organizadas y, de tal ttr;anera, adoptar la actitud del El desarrollo de la comunidad democrática implica la
otm o ,rl
hacia é1, en esa medida podrá desarrollar li conciencia de sí, un¡ "*irr.n.
eliminación de las castas en cuanto esenciales a la personalidad del
reacción del organismo hacia sí mismo. por otra parte, hemos visto
individuo; el individuo no será lo que es en su casta o
grupo esp€-
gue un momento esencial en ese proceso es la respuesta del que distinciones serán
indivi. cíficos contrapuestos a otros gtupos' sino sus
duo a esa reacción que contiene el grupo organizado, a lo que er pondrán en relación con
distinciones de diferencia funcional gue le
común a todos, a lo que es llamado el "mí". si los individlios ¡c 20.
otros, €n lugar de sePararle
distinguen unos de otros de tal modo qu€ no pueden identificarcc
entre sí, si no existe una base común, entonces no puede existir La distinción de castas de las primeras clases guerreras eran ta-
les, que Deparaban a sus miembros de la comunidad' Sus
caracteres
una persona completa en ninguna de las part€s. de Ia comu-
¿. ,ál¿adós les diferenciaban de los otros miembroe
- Tal distinción, por ejempro, existe enrre el niño y la sociedad
humlna en que ingresa. No puede tener la completa conciencia de nidad; eran lc que eran por s€r esencialmente distintos de otros.
a la
Su actividad les separaba áe la comunidad' Incluso saqueaban
_del adulto; y al adulto le resulta difícit, para decir lo meno¡, y
sí tenían
colocarse en la actitud del niño. sin ernbargo, esto no es
comunidad a la que se suponía que estaban defendiendo'
esencial-
una cosa que hacerlo, ineviiablemenle, debiáo a que su actividad era,
imposible, y nuestro desarrolro de Ia educación mode¡na descansa el desarrollo del ejército nacional'
sobre la posibilidad de gue er adurto encuentre una base común -*r,t., una actívidad bélica. Consiglo diecinueve' surgió la posibili-
que tuvo lugar a comienzos del
entre él,mismo y el niño. Estúdiese la literatura pedagógica que com-
glos XV, XVI, XVII e incluso la del siglo >iVttl,
de los si- áad de qo. todot fuesen guerreros' de modo que el hombre
] .n
se-tomprobará que éstos eran siempre considerador .oo'p peiueños
g.rr"r"t batía seguía siendo una lrrsona gue podía identificarse con los
y óstos
adultos; la postura qu€ se mantenía hacia ellos, t"rrto d"J"-"if,on,o otros miimbros de la comunidad; tenía las actitudes de éstos
de vista de la moral como de Ia educación eta ra de que
, se tratia de 20 En l¡ medid¡ en que la esp,ecialización e¡ no¡m¡l y útil' aument" lt::tlI
adultos un tanto deficíentes que necesitaban ser disciplinados cioner ¡ai¡le¡ aorrarat"r. ' La¡ diferencia¡ de ocuo¡ción !o conEtruyen pol ¡r
a fin ;;;r-il;;;,"* L" ."".-ü *.si6;;.irs a li introducción del forastero en
de ponerlos en la actitud adecuada. Lo que tenían que aprender ;;il'i-;i;i;ó";;do torn¿do útil por
;ffiffi;"a;:;;;";i
concepto .r
cuando n99{c.se-r
les era presentado en la forma €n qu€ un aáurto h"..
oiili"".ión de ^.iio'adr ij:r,"*Í¡Í;#;ffi:',:.Í,.,.1.É:ltÍ:1.5i.;fi,?,ll,",t',:i;
Ios conocimientos. sóro en el sigró pasado se produjo un ?i1i:tr:':3:rfiiliil'ti;;;i;.; ciernpre a los i,,emigos der gtupo, cuando erro¡
esfuerzo
définido, por parte de los interesados en Ia educación de los niños, .od¿i- De modó que no puedo-e¡tar deáculrdo con Cootcy
han sido int¡oducidos
l'itiiü Tilli"ii]¡ ¡.i.¿ii".¡r de ocupaciónec la¡ dife¡enciadas produce caetae.
para p€netrar en la experiencia de éstos y considerarla .rrt"rL-J.riiügi"-.*r¿". relacionee humrnas se tornan más
con algún El sistema ¿.
en campesinos' en artertnoc' en
f€sl)eto. .onai"-l'. l'los .e.la""s te-aott"í"ttttt cn ¡iervos'
ciudadanos. En todas esas etap¡s hay un-aumento Jt las ielaciones' En la condi-
Incluso en la sociedad erigida sobre ra base de castas existe¡ ¡e convettirá en fun'
al- ción ideal, ta scpar"ci¿ri]t.iál.i noárg-de vista áe laLacasta,
gunas actitudes comunes; p€ro ellas son sumamente ción social desde ¿.1 p;;;-¿; uii. ¿¿ gfupo... conciencia democrátic¡ es
restringidas en ;?tü.ñ; ilil.-¿ír.i.t.ias de ta¡ funclo¡res (1912)'
3tCI GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 331
la de é1. Así, las relaciones normales €ntre el combatiente y el resto conducta correcta, buena o virtuosa concuerda con esa pauta; y
de la comunidad unían al pueblo, integraban al ejército y ar cuerpo este hecho constituye la base del profundo s€ntimiento ético de la
del estado, en lugar de separados. La misma ptogt riót se en- conciencia --de "debo" y "no debo"- que todos tenemos, en
cuentra en las otras castas, tales como la gobernante en contra¡rosi- distintos grados, con reExcto a nuestra conducta en determinadas si-
ción a la gobernada, diferencia esencial que hacía imposible que el tuaciones sociales. El sentido que la p€rsona individual tiene de su
'individuo de ese grupo especial s¿ identificara con los otros, ó qo. dependencia de la sociedad organizada o de la comunidad social a
los otros se identificaran con é1. El orden democrático s€ propon€ la cual p€rtenece, es la base y el origen, €n pocas palabras, de su
borrar esa diferencia y hacer que todos s€an un soberano y todos sentido del deber (y, en general, de su conciencia ética). Y la con-
un súbdito. (Jno será súbdito en la medida en que es un soberano. ducta ética y no ética pueden ser definidas esencialmente en términos
Dtberá encargañ¡e de administrar los derechos y mantenerlos, sólo sociales: la primera, como conducta socialmente beneficiosa o con-
en la medida en que reconoce tales derechos en los demás. y así ducente a la disgregación de la sociedad. Desde ofto punto de vista'
se podría continuar en el caso de las derqrás divisiones de castas. los ideales éticos y los problemas éticos pueden ser considerados en
Las ideas éticas 21, dentro de cualquier sociedad humana deter- términos del conflicto entre las facetas o aspectos social y asocial
minada, surgen, en la conciencia de los miembros individuales de (impersonal y personal) de la persona individual. El aspecto social
esa sociedad, del hecho de la dependencia social común de todos o impersonal de la lxrsona integra a ésta al grupo social al cual per-
esos individuos entre sí (o del hecho de la dependencia social común t€nece y al que debe su existencia; y este aslrcto de la persona es
de cad,a uno de ellos respecto de esa sociedad como un todo, o a los caracterizado por el sentimiento Qu€ ticne e! individuo de coopera'
demás individuos), y de su conciencia o sentimiento o conocimiento ción e igualdad con resp€cto a los demás miembros de ese grupo
consciente de tal hecho. Pero los problemas éticos surgen, para social. El aspecto asocial o personal de la persona (que, ello no obs-
los miembros individuales de cualquier sociedad humana determi- tante, es igualmente social, fundamentalmente en el sentido de ser
nada, cada vez que se ven individualmente enfrentados a una si- derivado u originado socialmente y de involucrar, existencialmrnte'
tuación a lo que no pueden adaptarse fácilmente, o en la que no relaciones sociales con ottos índividuos, tal como lo es y lo hace el
pueden realizarse, o en la que no pueden integrar inmediatamente asp€cto impersonal de la persona) , por otra parte, diferencia a ésta
su conducta; y la sensación que experimentan, concomitante con de los otros miemb,ros del grupo social al cual pert€n€ce o bien la
su enfrentamiento y solución de tales problemas (que son, esencial- pone en oposición única y distintiva a ellos; y este aspecto de la
mente, problemas de adaptación social a los intereses y conducta de persona está caracterizado por el sentimiento de superioridad que
otros individuos), es la de superioridad personal y la de oposi- el individuo tiene en relación con los otros miembros de ese grupo,
ción temporaria a otros individuos. En el caso del probrema ético, El aspecto "social" de la sociedad humana --que es, simplemente,
nuesfras relaciones sociales con otros miembros individuales de la ,el aspecto social de las personas de todos los miembros individuales
sociedad humana a la que pertenecemos dependen de nuestra oposi- tomados colectivamente-, con sus sentimientos concomitantes, por
ción a ellos, antes que, como en el caso del desarrollo o formula- parte de todos esos individuos, de individualidad, autosuperioridad
ción de los ideales éticos, de nuestra identificación, cooperación e con resp€cto a otras personas individuales e independencia social' es
identificación con ellos. Para comportarse éticamente, todo indivi- responsable del surgimiento de los problemas éticos en esa sociedad.
duo humano debe integrarse dentro de Ia pauta de la conducta
Estos dos aspectos básicos de crada txrsona individual son, por
social organizada, que, en cuanto es captada o reflejada en la es-
supuesto, responsables del mismo modo, o al mismo tiempo, por
tructura de su persona, le convierte en una personalidad consciente
de sí. La conducta equivocada, malvada o pecadóra por parte del el desarrollo de los ideales éticos y el surgimiento de los problemas
individuo va en contra de esa pauta de la conducta social organi- éticos en la experiencia del individuo en cuanto opuesta a la ex'
periencia de la sociedad humana en su conjunto, que, evident¿mente,
zad,a gue le convierte, en cuanto p€rsona, en lo que es, así como la
no es más que la suma total de las experiencias sociales de todos
2t [Para la posición ética involucr¡da, véa¡e Enrayo Suplernentario IV.] sus miembros individuales.
3i2 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 13J
Las situaciones sociales en que al individuo le resulta más fácll por todos los individuos tiene ningún propósito o meta social
integrar su propia conducta con Ia conducta de las otras
lrrsonra común que lo caracterice -no
o sirva para unir, coordinar e interrelacio-
individuales son aquellas en que todos los participantes individualcr nar armoniosamente las acciones de todos esos individuos; €n cam-
son miembros de alguno de los numerosos
srupos socialmente fun, bio, los individuos son mbvidos, en esa situación, por varios dis-
cionales de individuos (grupos organizados, respectivamente, paf¡ tintos intereses o propósitos sociales m¿is o menos en conflicto entre
distintos fines y propósitos sociales especiales), á.rrtro de la socic_ sí. Ejemplos de situaciones sociales de este tipo general son las que
dad humana dada, en cuanto un todo, y en los que él y ellos actúan, involucran interacciones o relaciones entre el capital y el trabajo,
según sus respectivas capacidades, como miembros de ese gruIx, es decir, aquellas en que algunos de los individuos actúan €n su
especial. (Por supuesro, todo miembro individual de cualquier so. condición socialmente funcional de miembros de la clase capitalista,
ciedad humana determinada pertenece a una gran cantidal de eso¡ que es uno de los aspectos económicos de la organización social hu-
distintos grupos funcionales,) Por otra parte, ras situaciones socialer mana, en tanto que los otros individuos actúan en su condición so-
en que al individuo le resulra más difícil integrar su propia conducte cialmente funcional de miembros de la clase obrera, que es otro aqxc'
con la conducta de los ottros son aquellas en que él y ellos actúan to (y, en los intereses sociales, directamente opuesto) económico de
como miembros, respectivamente, de dos o más distintos grupoc esa órganización social. Otros ejemplos de situaciones sociales de
socialmente funcionales, grupos cuyos respectivos intereses o propó- este tipo general son aquellos en que los individuos involucrados
sitos sociales son antagonísticos o se encuentran en conflicto o zñ- están en relaciones económicas mutuas de productores y consumido-
pliamente separados. En las situaciones.sociales del primer tipo ge- res, o de compradores y vendedores, y actúan como tales en sus
neral, Ia actitud de cada individuo hacia los otros individuos es esen- rcspectivas capacidades socialmente funcíonales. Pcro incluso las
cialmente social; y la combinación de todas estas actitudes sociales situaciones roiirl.r de este tipo general (que implican complejos anta-
de los individuos entre sí repres€nta, o tiende a rcalizar más o menos gonismos sociales y diversidad de intereses entre los individuos invo'
completamente, el ideal de cualguier institución social en lo referente iocrados en cualquiera de ellas y que respectivamente carecen de la
a organízación, unificación, cooperación e integración de la con- influencia coordinadora, integradora, unificante, de los fines y mo'
ducta de los distintos individuos invorucrados. En cualquier situa- tivos sociales comunes compartidos por dichos individuos), incluso
ción social de este tipo general, el individuo se reariza cómo tal en estas situaciones sociales, en cuanto ocurren dentro del proceso social
su relación con todos los otros miernbros del grupo socialmente fun- humano general de la experiencia y la conducta, son asp€ctos defini-
cional dado, y rcaliza su propia función social en sus relaciones con dos de la pauta general de relaciones de ese proceso en su conjunto'
las respectivas funciones de todos los otros individuos. Adopta o o ingredientes de dicha pauta.
asume las actitudes sociales de todos esos orros individuos haiia ¿l Lo qo. resulta esencial para el orden de la sociedad en su plena
y de unos hacia otros, y se integra dentro de tal situación o grug) expresión, sobre la base de la teoría de la persona que hemos venido
mediante la fi*alización de su conducra; de modo que no existe arrilizando, es, pues, una organización de actividades comunes que
nada competitivo u hostil en sus relacion€s con esos otros indi- debe encontrarse en todos los individuos. Podría creefse que seme-
viduos. Po¡ otra parte, en las situaciones sociales de este último tipo jante organizaciín de actitudes se referiría sólo al ser humano
general, la actitud de cada individuo hacia el otro es esencialmente qoe podría ser encontrado idéntico en todos los miembros
asocial u hostil (aunque tales actitudes, por supuesto, son sociales "brtra.to
de la socieáad, y que desaparecería 1o peculiar a la personalidad del
en el sentido no-ético fundamental y surgen socialmente) ; esas acti- individuo. El término "personalidad" implica que cl individuo
tudes son tan complejas, que los distintos individuos involucrados tiene ciertos derechos y valores comunes, obtenidos en él y por él;
individuo existe
en cualquiera de ellas no pueden ser puestos entre sí en relaciones ?€fo por encima de esa clase de dotes sociales del
sociales comunes, o, de lo contrario, pueden ser puestos en tales io qu. le distingue de cualquier otro, lo que le hace como es. Es la
relaciones sólo con grandes dificultades, al cabo de largos y tortuo- pari. *ás preciosa del individuo. La cuestión consiste en saber si
sos procesos de adaptación social mütua. Porque cualquiera de esas eso puede ser transportado a la persona social, o si ésta tendrá que
situaciones carece de un interés social común, de grupo, compartido corporizar simplemente las reacciones que pueden setle comunes en
GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t35
'34
una gran comunidad. Según la explicación que hemos dado, no nol individuo adopte la actitud de los otros individuos, y la diferencia-
vemos obligados a aceptat esta última alternativa. ción funcional no hace que ello sea imposible. Un miembro de la
Cuando uno se rcaliza en lo que le distingue, se impone a otfot comunidad no es necesariamente como otros individuos porque pue-
en alguna situación peculiar que le justifica en mantenerse 1nr enci. da identificarse con ellos. Puede ser distinto. Puede existir un con-
ma de ellos. Si no pudiese llevar osa peculiaridad suya a la comu. tenido común, una experiencia común, sin que haya una comunidad
nidad común, si no pudiese ser reconocido, si los otros no pudicrcn de funciones. una diferencia de funciones no excluye una experien-
adoptar en algún senrido su actitud, no podría recibir la apreciación cia común; al individuo le resulta posible ubicarse en el lugar del
en términos emocíonales, no podría ser precisamente la lrrsone qua otro aunque su función sea distinta de la del otro. A esta clase de
tratase de ser. El autor, el artista, necesitan su público; puede ser un personalidad funcionalmente diferenciada quería referirme, en con-
público que p€rtenezca a la posteridad, p€ro es preciso que exictr. lraste con lo que es simplemente con\ún a todos los miembros de
Uno tiene que encontrar la propia p€rsona en su propia creación una comunidad.
individual tal como es apreciada por omos; lo que el individuo realiza Existe, por supuesto, cierta serie común de reacciones que per-
tiene que ser algo social en sí mismo. En la medida en que cl tenecen a todos, que no están diferenciadas en el aspecto social pero
individuo sea una p€rsona, deberi ser una parte orgánica de l¡ que reciben su expresión en derechos, uniformidades, en los métodos
vida de la comunidad, y su contribución tiene que ser algo que ce¡ de acción comun€s que catacterizan a los miembros de distintas co-
social. R¡ede ser un ideal que ha descubierto, pero su valor reslde m.unidades, en las formas de hablar, etcétera. Se distingue de todo
en el hecho de que pertenece a la sociedad. Uno puede estar un tan- csto la identidad compatible con la diferencia de las funcio:res so-
to adelantado con recp€cto a su época, pero lo que le lleva hacia adc- ciales de los individuos, ilustrada por la capacidad del individuo para
lante debe pertenecer a la vida de la comunidad de la cual él formt adoptar el papel de los otros a quienes afecta: el guerrero poniéndose
Ínfte. Hay, pues, una diferencia funcional, pero debe ser una dife- en el lugar de aquellos a quienes ataca, el maestro colocándose en
rencia funcional en la que pueda penetrar, en algún sentido, el resto la posición del niño al que se propone instruir. Esa capacidad per'
de la comunidad. Por supuesto, existen contribuciones que algunoc miie que uno exhiba las propias particularidades y, al mismo tiem-
hacen y otros no pueden hacer, y puede haber contribuciones en tas po, adopte la actitud de los otros a quienes él rnismo afecta' Le es
que la gente no logre penetrar; pero las que componen la persona posible, al individuo, desarrollar sus propias peculiaridades, lo que
son únicamente aquellas que pueden ser compartidas. para hacer jus- ie individualiza, y a la vez seguir siendo miembro de la comunidad,
ticia al reconocimiento de la singularidad de un individuo en tér- siempre que esté en condiciones de adoptar la actitud del otro a quien
minos sociales, es preciso que exista, no sólo la diferenciación que af.ecta. Por supuesto, el grado en que tal cosa tiene lugar varía tte-
tenemos €n una sociedad altamente organizad,a, sino tambíén una di- mendamente, pero cierta proporción de ello es esencial para la con-
ferenciación en la que las actitudes involucradas puedan ser tomadas dición de ciudadano de la comunidad.
por otros miembros del grupo. se podría decir que la consecución de esa diferenciación funcio-
Tómese, por ejemplo, el rnovimiento obrero. Es esencial que los nal y farticipación social en grado pleno es una clase de ideal que
otros miembros de la comunidad puedan lrnetrar en la actitud del tiene ante sí la comunidad humana. La etapa actual de dicho ideal
obrero en sus funciones. Por supuesto, Ia organizació¡ de castas se presenta en el ideal de la democracia. Se supone a menudo que la
hace que esto s€a imposible; y el desarrollo del movimiento obrero democracia es un orden de la sociedad en el cual serán eliminadas
moderno no sólo presentó ante la comunidad la situación verdadera- las personalidades agudamente diferenciadas, que todo quedará re'
mente involucrada, sino que, inevitablemente, ayudó a derribar Ia ducido a una situación en que todos serán ---en la medida de lo
propia organización de casta. La organización de casta tendía a posible- iguales a todos. Pero, por supuesto, esto no es 1o que
separar en las lrrsonas las funciones esenciales de los individuos, de significa la democracia: ésta significa, más bien, que el individuo
modo que una no pudiese penetrar en la otra. Por supu€sto, esto puede desarrollarse tan elevadamente como lo permitan las posibili-
no elimina la posibilidad de alguna clase de relación social; pero dades de su propia herencia y, al m,ismo tiempo, Ixnetrar en las
cualquier relación social de éstas irnplica la posibilidad de que el actitudes de los otros a quienes afecta. Puede haber dirigentes, y la
336 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD Jt7
comunidad puede complacerse con las actitudes de éstos en la medida la reacción que sabe que provoca en la comunidad. Eso es lo que
en que esos individuos superiores penetren ellos mismos en las acti- hace de la comunicación, en el sentido significante, el proceso orga-
tudes de la comunidad que se han propuesto dirigir. nizador en la comunidad. No es simplemente un proc€so de trans-
Hasta qué punto pueden los individuos adoptar los papeles de ferir símbolos abstractos; es siempre un gesto en un acto social, un
ot¡os individuos de la comunidad, depende de una cantidad de fac- gesto que provoca en el individuo la tendencia a rcalizat el mismo
tores. La comunidad puede, en su tamaño, trascender de la orga- acto que se suscita en los otros.
nización social, puede ir más allá de Ia organización social que torna Lo que llamamos el ideal de una sociedad humana es alcanzado,
posible tal identificación. La ilustración más saliente de ello es la .n cierto sentido, por la sociedad económica por un lado y por las
comunidad económica. Ella incluye a todos aquellos con quienes religiones universaies por el otro, pero no es, en modo alguno, teali-
uno puede comerciar en cualesquiera circunstancias, pero repiesenta zado completemente. Esas abstracciones pueden ser reunidas en una
un todo en el que sería casi imposible que todos lxn€traran en las sola comunidad del tipo democrático. Tal comro existe ahora la de-
¿ctitudes de los otros. Las comunidades ideales de ra religión uni- mocracia, no hay un desarrollo tal de la comunicación que los indi-
versal son comunidades de las gü€, en cierta medida, puede decirse viduos puedan ponerse en las actitudes de aquellos a quienes afectan.
que existen, pero implican un grado de identificación que la orga- Se produce, ¡ror corisiguiente, un nivelamiento, y un indebido reco-
nización real de la corqunidad no puede rcalízar. A mcnudo €ncon- ,ro.i-i.nto de aquello que, no sólo es común, sino idéntico' El ideal
tramos que en una comunidad existen diversas castas que hacen im- de la sociedad humana no podrá existir mientras resulte imposible
posible que las lxrsonas lrnetren en la actitud de otras
lxrsonas, aun- para los individuos penetrar en las actitud€s de los otros a quienes
que realmentc afecten a esas lxrsonas y sean afectadas por ellas. El afectan durante la ejecución de sus propias funciones peculiares,
ideal de Ia sociedad humana es un ideal que une tan estrechamente
a los individuos en sus interrelaciones, que desarrolla tan completa-
rq€nte el necesario sistema de comunicaciones, que los individuos que 42. Sun¡¿n¡o Y coNcLUsIóN
ejercen sus propias funciones peculiares pueden adoptar ra actitud
de aquellos a quienes afectan. El desarrollo de la comunicación no Hemos encatado la psicología desde el punto de vista del con-
es simplemente una cuestión de ideas abstractas, sino un proceso de ductismo; es decir, nos hemos propu€sto considerar la conducta del
poner Ia propia persone en el lugar de la actitud de la otra persona, organismo y ubicar lo que se denomina "inteligencia", y en especial
de comunicarse por medio de símbolos significantes. Recuéráese que "inteligencia consciente de sí", dentro de esa conducta. Esta posición
lo esencial para un símbolo significante es que el gesto que afecta implica organismos que están en relación con medios, y medios que
a otros afecte al individuo mismo de igual modo. sólo cuando el ii.tro sentido son determinados ¡ror la selección de la sensibilidad
"n
estímulo que uno proporciona a otro provoca en uno mismo una de la forma del organismo. Es la sensibilidad del organismo la que
reacción semejante o igual, sólo entonces es el símbolo un símbnlo determina cuál será su medio, y en ese sentido podem,os decir que
significante. La cornunicación humana tiene lugar gracias a tales una forma determina su m¿dio. El estímulo en cuanto tal, como se
símbolos significantes, y el problema consiste en organizar una lo encuentra en el medio, es lo que pone en libertad a un impulso,
sociedad que haga posible tal cosa. Si el sistema de comunicación a una tendencia a actuar de cierto modo. &cimos que tal conducta
pudiese s€r hecho teóricamente perfecto, el individuo se afectaría es inteligente en la medida en que mantiene o impulsa los intereses
a sí mismo como afecta a los otros en todo sentido. Ése sería el ideal de la forma o los de la especie a la cual ésta pertenece. La inteligencia
de la comunicación, un ideal alcanzado en el raciocinio lógico, don- es, pues, una función de la relación de la forma con su medio' La
dequiera éste sea entendido. La significación de lo que se dice es en conducta que estudiamos es siempre la acción de la fornra en su
él igual para uno que para todos los demás. El raciocinío universal relación con el medio. Tal inteligencia podemoc encontrarla en plan'
es, pues, el ideal formal de la comunicación. Si la comunicación tas o animales, cuando la forma, en su reacción al medio, Ilone en
pudiese ser llevada a cabo lxrfectamente, existiría el tipo de demo- libertad sus impulsos mediante los estímulos que le llegan de ese
cracia al que ms he referido, en que cada individuo llevaría en sí medio.
3t8 GEORGE H. MEA,D ESPÍRITU, PERSONA Y SOCTEDAD 319

Los psicólogos anterior€s a decir ve¡dad, muchos de la del organismo. No me he Propuesto aquí 22 defender esto como
-y, punto del desartollo del orga.
¿6¡¡¡lid¿d- supon€n que en cierto punto de vista filosófico, sino, simplemente, señalar que responde
nismo surge la conciencia en cuanto tal. Se supone que aparece pri- a ciertas características consci€ntes que han sido concedidas a las
meramente en los estados afectivos, los del placer y el dolor; y ce formas en determinados puntos de la evolución. Según ese punto
supone que gracias:l placer y el dolor la forma controla su conducta. de vista, los caracteres no pertenecen a los organismos €n cuantg
se supone que la conciencia que apafece ¡rosteriormente se expresa en tales, sino solamente a las relaciones del organismo con su medio'
la sensación que surge del proceso antecedente der estímiuro en el me- Son características de objetos en el medio propio del organismo. Los
dio mismo. Pero esas sensaciones, desde el punto de vista de nuestro objetos son coloreados, olorosos, agradables o dolorosos, repugnantes
estudio, implican la explicación del medio mismo; es decir, no po. o hermosos, en su relación con el organismo. He sugerido que, en el
demos explicar el medio de otro modo que en términos de nuestras desarrollo de formas con medios que cort?sponden a ellas y que
sensaciones, si aceptamos la definición de la sensación como una con- están regulados por las formas mismas, aparecen o surg€n caract€fes
ciencia que, simplemente, surge. Si tratamos de definir el medio que dependen de esa relación entre la forma y su medio. En un sen-
dentro del cual surge la sensación, lo hacemos en tétminos de lo quc tido del término, tales caracteres constituyen el campo de la con-
vemos y sentiÍ\bs y de lo que nuestra observación supone p¡esente. ciencia.
Yo sugiero, en cambio, que la conciencia, €n cuanto tal, no rc- Esta es una concelxión que en oportunidades usamos sin nin-
presenta una sustancia separada o un algo separado que se sobrcañade guna vacilación. Cuando aparece una forma animal, ciertos objetos
a una forma, sino más bien, que el término "conciencia" (en uno se convierten en alimentos; y reconocemos que dichos objetos se
de sus empleos básicos) representa a cierta clase de medio en su rela- han converntido en alimentos debido a que'el animal posee cierta
ción con organismos sensibles. clase de aparato digestivo. Hay determinados microorganismos peli-
Tal definición une dos conceptos filosóficos: uno de emergencia grosos para los seres hur[anos, pero no lo scrían si no hubiese in-
y uno de relatividad. Podemos suponer que ciertos tipos de car:¡cteres dividuos susceptibl€s al ataque de tales gérmenes. Constant€mente
surgen en ciertas etapas, en el curso del desarrollo. Esto, natural- nos referimos a ciertos objetos del medio como existentes en él de-
mente, puede extenderse muy por debajo de la esfera a que nos refc- bido a la relación entre la forma y el medio. Hay ciertos objetos que
rimos. El agua, por ejemplo, surge de una combinación de hidrógeno son hermosos, Irro que no lo serían si no hubiese individuos que
y oxígeno; es algo que está por encima de los átomos que lo com- los apreciase n. l-a belleza surge en esa relación orgánica. En general,
Ixrnen. Entonces, cuando hablamos del emerger de caracteres como pues, reconocemos que existen en el mundo campos objetivos de-
las sensaciones, en realidad no estambs exigiendo más de lo que pendientes de la relación del medio con ciertas formas. Sugiero la
exigimos al carácter de cualquier compuesto orgánico. Cualquier extensión de tal reconocimiento hasta el camtrn de la conciencia.
cosb que, en cuanto un todo, sea algo más que la mera forma de Sólo quiero señalar aquí que, con tal concepción, podemos aprehen-
sus partes, tiene una naturaleza que le trftenece y que no se encuentra der lo que denominamos "conciencia", en cuanto tal. No tenemos
en los elenrentos de que está cor¡puesta. que dotar a la forma de una conciencia con el asp€cto de cierta sus-
La conciencia, en su más amplio sentido, no es simplemente una tlncia espiritual, si utilizamos esas concepciones, y, como dije, las
emergencia producida en cierto punto, sino una serie de caracteres de- utilizamós cuando hablamos de que el alimento surge en el medio
lrndientes de la relación de una cose con un organhmo. El color, debido a la relación de un objeto con la forma. Del mismo modo
por ejemplo, puede ser concebido como surgido en la relación con podríamos hablar del color, el sonido, y así de seguido.
un organismo que posee un órgano de la visión. En ese caso, existe En es€ caso, lo físico res¡ronde al caráctet peculiar que el medio
cierto medio que lxrtenece a cierta fornra y que surge en relación tiene para un organismo especial. Se remonta a la distinción que
con ésta. Si aceptamos esos dos conceptos, de emergencia y relativi- hemos antes establecido entre la persona en su carácter universal y
dad, entonces sólo quiero señalar que ellos responden a lo que deno- en su carácter individual. La persona es universal, se identifica con
minamos 'tonciencia", o sea, a cierto medio que existe en relación con
el organismo y en el que pueden surgir nuevos caracteres en virtud 22 fYéaac The Philotophg of the Present y The Philqophg of the Act, para
tal defensa.l
340 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 141
un "mí" univ€rsal. Nos colocamos en Ia actitud de todos, y lo quc el individuo, que no sólo tiene órganos de los sentidos, sino, tam-
todos vemos es lo que se €xpresa en términos universeles; pero cada bién, ciertas experiencias pasadas. Es el organismo que ha tenido
uno tiene distinta sensibilidad, y un color es, para mí, distinto quc tales experiencias el que pos€e esa imaginación. Al decir esto, esta'
para usted. Son diferencias debidas a caracteres peculiares del orga- mos adoptando una actitud qire empleamos constantem€nte cuando
nismo, €n contraposición a lo que reqronde a la universalidad. decimos que hemos leído alguna cosa; la imagen mnémica existe
Quiero mantenerme en el campo del análisis psicológico; pero en su relación con cierto organismo postedor de determinadas ex-
me parec€ im¡rortante reconocer ta posibilidad de tal tratamiento periencias pasadas, de ciertos valores también definidamente pre-
de la conciencia, debido a que nos lleva a un campo en que los psi- sentes en relación con €l medio especial tal como es recordado.
cólogos han estado trabajando. Es importante determinar si los La conciencia, en cuanto tal, se ref.iere al mismo tiernln al orga-
caracteres experimentados son estados de conciencia, o si p€rtenecen nismo y a su medio, y no puede ser ubicada sencillamente en uno
al mundo que nos rodea. Si son estados de conciencia, resulta une solo de los dos. Si aclaramos el campo de este modo, trrcdemos, en-
distinta orientación que si los llamados "estados conscientes" son tonces, emplear un tratamiento conductista sin sufrir las dificultades
aceptados como los caracteres del mundo en su relación con el in- mentales €n que se encontró w'atson cuando encaró las imágeqes
dividuo. Lo único que pido es que empleemos esa concepción como mentales. Él negó que existiese s€mejante cosa, y lue$o tuvo que
la usamos para otros casos. Nos abre la puerta para un tratamiento admitirla, y después trató d€ reducirla al mínimo. Por supuesto, la
de la persona consciente en térmínos de un conductisrno que ha sido misma dificultad reside en el trato con la experiencia considerada co-
considerado inadecuado en ese punto. Evita, por ejemplo, la crítica mo estados de conciencia. Si reconocemos que esos caract€res de las co-
hecha por los psicólogos de la configuración, de que los conductistas sas existen en relación con el organismo, entonces estamos en libertad
tienen que volver a recurrir a ciertos estados conscientes de los para encarar el organismo desde el punto de vista del conductismo.
individuos. No considero que la conciencia tenga poder selectivo, en un
EI "yo" es importante, y lo he tratado, en la medida en que sentido corriente de "selección". Lo que llamamos "conciencia" es
tiene relación con el campo definído de la psicología, sin pro- no más que la relación entre el organismo y el medio en que se da
pon€rrne considerar o defender las inferencias metafísicas que puedan la selección. La conciencia surge de la interrelación de la forma y
estar involucradas. Esta limitación es justificada, porque el psicó- el medio, e involucra a ambos. El hambre no crea el alimento, ni
logo no se propone obtener una metafísica en cuanto tal. Cuando un objeto es un objeto alimenticio sin relación con el hambre. Cuan-
trata con el mundo que le rodea, lo acepta tal como es. Por supuesto, do existe una relación entre fo¡ma y medio, entonces pueden apa-
esta actitud €stá taladrada de parte a part€ por problemas metafí- recer objetos que de lo contrario no existirían; pero el animal no
sicos, pero el ángulo de enfoque es científicamente legítimo. crea el alimento en el sentido de sácar un objeto de la nada. Antes
Más aun, lo que llamamos "imágenes nentales" (el último bien, cuando la forna es puesta en tal relación con el medio, enton-
recurso de la conciencia como sustancia) puede existir en su relación ces surge el alimento. El trigo se convierte en alimento, así como
con el organismo sin encontrarse alojado en una conciencia sustan- el agua surge en la relación del hidrógeno y el oxígeno. No se trata
cial. La imagen mental es una imagen mnémica. Las imágenes simplemente de separar algo y tenerlo aislado (como paÍece sugerir
gü€, como los símbolos, desempeñan un papel tan imlnrtante en el término "selección"), sino que en €se proceso aparece o surge
el pensamiento, p€rtenecen al medio 24. El pasaje que leemos está algo que no existía antes. No hay en €ste punto de vista, digo,
compuesto por imágenes mnénQícas, y la gente que vemos en torno nada que nos impresione como involucrador de cierto tipo de ma-
nuestro la vemos, muy principalmente, gracias a la ayuda de tales gia, cuando nosotros lo tomamos como evolución de ciertos otros
imágenes. Con suma frecuencia descubrimos que la cosa que ve- .rr".t.r.r, y quiero insistir en que esta concepción abarca nada más
mos y que suponemos corresponde al carácter de un objeto, no qu€ €se campo al que nos referimos llamándolo de la conciencia'
existe; era una im¿gen. La imagen está presente €n su relación con Por supuesto, cuando uno se remonta a la concepción de la con-
ciencia que empleaban los primeros psicólogos y se consid€ra que
23
[El Ensayo Suplementario I t¡ara en már detallc cl tópico dc la imegina-
ción.l todo lo experimentado está alojado en la conciencia, es preciso crear
342 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 34t
otro mundo exterior y decir que hay algo en ér que corres¡ronde a cs¡r El lenguaje, como tal, es simplemente un proceso por medio
experiencias. Insisto en que es posible adoptar la visión conductist¡ del cual el individuo ocupado en actividades cootxrativas puede
del mundo sin ve¡se dificultado u obstaculizado por la concepción aprehender la actitud de los otros involucrados en !a misma acti-
de la conciencia; por cierto que en ése punto de vista que se hr vidad. Gracias al gesto, es decir, gracias a la parte de su acto que
propuesto no esrán involucradas dificultades más serias que las guc provoca la reacción de los otros, puede provocar en sí la actitud de
hay en la concepción de una conciencia como algo qo. ,org. en éstos. El lenguaje, en cuanto una serie de símbolos significantes'
cierto punto de la historia de las formas físicas y corre paralelamentc, es, simplemente, la serie de gestos que el organismo emplea para
en cierto modo, a los estados nerviosos específicos. Trate de exprc. provocar la reacción de los otros. Primariamente, esos gestos no
sarse esa concepción en una forma aplicable al trabajo del psicólogo, son sino partes del acto que estimulan naturalmente a los otros im-
y se €ncontrárá uno con toda clase de dificultades, mucho mayor€r plicados en el proceso cooperativo a cumplir con sus tareas' Le n'
que las que existen en los conceptos de emergencia y relatividad. si cionalidad, pues, puede ser definida €n términos de tal conducta, sí
uno está dispuesto a encarar el mundo desde el punto de vista de reconocemos que el gesto puede af.ectar al individuo del mismo modo
€sas conc€lxiones, entonces puede encarar la psicología desde el punto que afecta a otros y así provocar la reacción que cortespond€ al otro.
de vista del conductista. El espíritu o taz6n presupone organízación social, y actividad coope-
La otra concepción que he presentado se refiere a la clase de inte- rativi en esa organización social. El pensamiento es simplemente el
ligencia particular que asignamos al animal humano, la así ilamada razonamiento del individuo, una conversación entre lo que he llarna-
"inteligencia racional", o conciencia en otro sentido del término. do el "yo" y el "mí".
si la conciencia es una sustancia, puede decirse gue €s¡¡ conciencia Al adoptar la actitud del grupo, uno se ha estimulado para reac-
es racional w *; y, simplemente por definición, es evitado el pro. cionar de cierto rnodo. Su reacción, el "yo", es la forma en que
blema de la aparición de Io que llamamos racionalidad. FIe inten- actúa. Si actúa en csa determinada forma, €ntonces, lnr así decirlo,
tado llevar de vuelta la racionalidad hasta cierto tipo de conducta, presenta algo al grupo y lo cambia. Su gesto provoca entonces un
el tipo de conducta en qu€ el individuo se coloca en ra actitud de g.rto qo. será tevemente distinto. La persona surge así en el desarro-
todo el grupo al cual pertenece. Esto implica que todo el grupo está llo de la conducta de la forma social capaz de adoptar la actitud de
involucrado en alguna actividad organizada y que, en esa-..iivid"d los otros involucrados en la misma actividad cooperativa. La pre-
organizada, la 4cción de uno provoca la acción de todos los otros. condición de tal conducta es el desarrotlo del sistema nervioso, que
Lo que llamamos "tazón" surge cuando uno de los organismos in- capacita al individuo para adoptar la actitud de los otros. Por su-
corpora a su propia reacción la actitud de los otros organismos puesto, el individuo no podría adoptar la infinita cantidad de acti-
involucrados. Al organismo le resulra posible asumir de ál modo tudes de los otros, incluso aunque existiesen todas las vías nerviosas,
las'actitudes del grupo involucradas en su propio acto, dentro del si no estuviese en ejecución una actividad social organizada tal, que
conjunto de ese proceso cooperativo. Cuando lo hace así, es lo que la acción de uno puede reproducir la acción de una infinita cantidad
llamamos "un ser racional". si su conducta tiene tal universalidad, de otros que hacen la misma cosa. Empero, dada tal actividad orga-
tiene también necesidad, es decir, la clase de necesidad involucrada en nizada, uno puede adoptar la actitud de cualquier integrante del
el conjunto del acto --si uno actúa de un modo los otros deben grupo.
actuar de otro mpdo. Ahora bien, si el individuo puede adoptar la Tales son las dos concepciones de la conciencia que quería pre'
actitud de los otros y controlar su acción por rnedio de tal aititud, sentar, puesto que ellas, me parece, hacen posible un desarrollo del
y, al mismo tiem¡ro, controlar la de los otros lror medio de la suya conductismo qu€ vaya más allá de los límites a que ha sido llevado
propia, entonces tenemos lo que podemos denominar .'r¿cionali- y Io convierten en un ángulo de enfoque excelente y sumamente
dad". La racionalídad es tan amplia como el grupo involucrado; y, adecuado en rclación con los objetivos de la psicología social. Con
naturalmente, ese grupo podría ser, funcionalmente, potencialmente, eSoS conceptos clave, no eS necesario recurrir a Ciertos campos cons-
tan amplio como se quiera. Podría incluir a tdos los seres que ha, cientes localizados dentro del individuo; se utiliza continuamente
blan un mismo idioma. la relación de la conducta del individuo con el medio.
ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t45
intensos, por lo menos no resulta irrazonable suponer que la ausen-
cia de la capacidad de sostener la llamada "atención pasiva " se debe
a la disociación de dichos estímulos de las actitudes de evitación y
fuga reflexivas.
Existe otro procedimicnto gracias al cual el organismo selecciona
los estímulos adecuados, cuando un impulso busca exptesión. Ello
se encu€ntra en la relación con la imaginación. Es, con mucha
frecuencia, la imagen la que permite al individuo elegir el estímulo
ENSAYOS SUPLEMENTARTOS apropiado para el impulso que busca expresión. Esta imaginación
depende de la experiencia pasada. Puede ser estudiada solamente en
I el hombre, puesto que la imagen, en cuanto estímulo o parte del
estímulo, sólo puede ser identificada por el individuo, o gracias a
L¡ ruNc¡óN DE LA lr¡¡qNrctóN EN LA coNDUcrA I la forma en que responde a ella en la conducta social. Pero en esta
experiencia del individuo o de un grupo de individuos, el objeto
a) La conducta humana, como Ia conducta de las formas ani- al cual se refiere la imagen, en el mismo sentido en qu€ un Pro-
ceso sensorial se refiere a un objeto, puede ser identificado, ya sea
males inferiores, surge de los impulsos. un impulso es una tenden-
cia congénita a reaccionar de un modo específico ante cierta clase como existente más allá del alcance inmediato de la experiencia sen-
de estímulos, en ciertas condiciones orgánicas. El hambre y la ira sorial o como habiendo existido en lo que se llama el "pasado"'
son ejemplos de tales impulsos. Es mejor denorninarlos ..impul- En otras palabras, la imagen nunca carece de una referencia a un
sos", y no "instintos", porgue están sometidos a amplias modifi- objeto. Este hecho está corporizado en la afirmación de que toda
caciones en la historia de Ia vida de los individuos, y esas modifi- nuestra imaginación surge de la experiencia previa. Así, cuando
caciones son tanto más vastas que aquellas a que se v€n sometidos uno recuerda el rostro de alguien a quien ha conocido en el pasado,
los instintos de las formas animales inferiores, que el empleo y lo identifica mediante su visión presente de dicho rostro, su acti-
del término "instinto" para describir la conducta de ros indivi- tud es idéntica a la de un homb¡e que identifica un objeto visto
duos humanos adultos, normales, €s grav€mente inexacto. inciertamente a la distancia. La imagen es personal o psíquica sólo
en la situación en que el proceso sensorial puede ser personal o psí-
Es importante subraygr la sensibilidad a los estímulos adecua-
dos que provocan los impulsos. Esta sensibilidad se denomina, de
quico. En esta situación, la readaptación del organismo individual
otro.modo, "carácter selectivo de la atención", I la atención, en su
y su medio está involucrada 0n la realizaciín del proceso vital. Le
fase privada o psíquica de la experiencia es el contenido que no fun'
asp€cto motor activo, alxnas connota algo fuera de esa relación
entr€ una tendencia preformada a actuar y el estímulo que pone en ciona como estímulo directo para la liberación del impulso. En la
libertad al impulso. Es dudoso el que .*-irt" medida en que los contenidos de la experiencia pasada integran el
como la arención
pasiva. Incluso la dependencia de la atención "lgosensorial con res- estír&ulo, llenándolo y adaptándolo a las exigencias del acto, se con-
p€cto a la intensidad de los estímulos implica actitudes generales de vierten en parte del objeto, aunque el resultado'de la reacción pueda
fuga o protección, en las que intervienen tales estímulos o ros estímu- llevarnos a reconocer que ella fracasó cuando nuestro juicio nos dice
los de dolor que acompañan a una estimulación intensa. cuando, que lo que parecía duro o blando o cercano resulta ser completa-
gracias a la modificación surgida de la experiencia mente distinto. En este caso, describimos como privado o psíquico
ejemplo,
la indiferencia a los ruidos estrepitosos lograda por-lror el contenido así valorado. Así, los contenidos que se refieren a ob-
ros obreros en jetos no present€s en el campo de la estimulación y que no inte'
las fábricas-, decae la reacción del individuo a dichos esrímulos
gran el objeto ---{omo, verbigracia, las imágenes de objecos distan-
. 1 ,[Véase ta¡nbidn "Inorge
págs. 604 y ss.l
or Sensation", ,Iournal of philuophg, | (1904), ies en el tiempo. y en el espacio, qu€ no son partes integrantes del
medio físico, ya que se extienden más allá del alcance de la pzr-
346 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD j47
cepción inmediata, ni del carqpo de la memoria que constiruye €l Así, el amplio paisaje que se extiende más allá de nuestro horizonte
fondo de la person¿ en su estructur¿ social- son psíquicos. visual, timitado quizápor árboles o edificios cercanos; el pasado in-
Esta definición de lo personar y psíquico está consiruída,
¡ror lo mediato que no ofrece ninguna duda --{stas cosas surgen tan reales
tanto, sobre una base enteramente distinta de la que identiñca lo como los objetos de la percepción, tan reales como las distancias que
privado o psíquico con la experiencia del individuó, porque, en la median entre las casas vecinas o como la pulida y fría superficie de
medida en gue el individuo es un objeto para sí en el mirmo e.o- una mesa de núármol, o como la línea de la página impresa en que el
tido en que los otros son objetos para é1, sus experiencias no ee ojo, en sus saltos apetceptivos, descansa apenas dos o tres veces. En
hacen personales y poíquicas. Por el contrario, el individuo reco- todas estas experiencias están involucrados contenidos sensoriales que
noce lo¡ caractef€s comunes de todas ellas, e incluso lo que es conexo llamamos "imágenes" (porque los objetos a los que se refieren
a la experiencia de un individuo en cuanto distinto ¿e tos otros eE no constituyen la ocasión inmediata de su aparición) y que sólo se
sentido como rqpresentante de una contribución que él hace a una hacen personales o psíquicos debido a que su objetividad es pu€sta
experiencia común de todos. Así, lo que percibe un homb,re solo, en duda del mismo modo en que pueden ser puestos en duda los
gracias a una visión más aguda, no sería considerado como de carácter contenidos sensoriales que res¡ronden a excitaciones inmediatas de
psíquico. Lo personal y psíquico es esa experiencia que no llega órganos terminales. Así como la experiencia sensorial perceptual es
al valor objetivo que pretende alcanzat Ffay, ¡nr supuesto, ex- una expresión de la adaptación del organismo a la estimulación de
periencias necesariamcnte limitadas a un individuo particular y que objetos temporal y espacialmente presentes, así las imágenes son
no pueden, en su carácter individual, ser compartidas por otros; adaptaciones del organismo a objetos que han estado presentes pero
verbigracia: las que surgen del propio organismo, y las eiperiencias que ahora están espacial y tem;poralmente ausentes. Estos objetos
afectivas gue son vagas e imposibles áe referir fueden fundirse en percepciones inmediatas, proporcionan al orga-
-sentimientos-,
a un objeto y que no pueden eer convertidas en propiedad común ttir-o el beneficio de la experiencia pasada a fin de completar el
de la comunidad a Ia cual uno lxrtenece (tales experiencias místicas objeto de la percepción; o bien pueden servir para extender el campo
son en parte responsables de la suposición de un ser espiritual de la experiencia más allá del alcance de la percepción inmediata, en
dios-- que puede lxnetrar en tales estados emocionales y abarcar- -un espacio, en tiempo o en ambos a la vezi o pueden aparccü sin tal
los). Peto esos estadoe tienen --o 8e supone que tienen- ¡efe- referencia, aunque siempre implican una referencia posible, es decir,
rencia objetiva. El dolor de muelas que sufre un hombre no es sostenemos que siempre podrían ser referidos a experiencias de las
menos objetivo porque sea algo que no puede ser compartido, vi- cuales surgieron, si pudiese ser desarrollado todo su contexto.
niendo, como viene, de su propio organismo. Los talantes de una En cste último caso, se habla de las imágenes como existentes
persona pueden tenderse impotentemente hacia algo que no puede en el espíritu. Es importante reconocer que la ubicación de la imagi-
*r' alcanzado, dejándola alrnas con los sentimientos y con une nación en el espíritu no se debe al material de ella, Inrque el mismo
rcferencia gue no ha sido satisfecha; pero, aun así, está involucrado material integra nuestfas percepciones y los objetos que están más
algo que tiene realidad objetiva. Lo psíquico es lo que no logra allá de ta periepción inmediata, que existen fuera de nuestros hori-
llegar a su referencia y pernan€ce, por lo tanto, en la experiencia zontes espiciales y temporales. Se debe, antes bien, al control ejer-
del individuo. Incluso entonces invita a una reconstrucción e inter- cido sobre la aparición de la imaginación en los procesos mentales
pretación, y de ese modo puede descubrirse su carácter objetivo;
lxro, que comúnmente son denominados de "asociación", especialmente
hasta que tal cosa se ha logrado, no tiene sede ninguna, calvo en la en el proceso de pensamiento en que readaptamos nuestras costum-
experíencia del individuo, ni descripción alguna, excepto en términos bres y reconstruimos nuestros objetos.
de su vida subjetiva. A esta esfera pertenecen las ilusiones, ros erro- Las leyes de la asociación por lo general se ac€ptan ahora
res de percepción, lac emociones que representan valores frustrados, como simples procesos de reintegración, en los que la imaginación
las observaciones que registran legítimas excepciones a leyes y cig- tiende a completarse en sus fases temporal, espacial o funcional (de
nificacionee aceptadas. Dsde este punto de vista, la imagen, en ia similaridad). Se ha encontrado sumamente conveniente tratar a esas
medida en que tiene referencia objetiva, no es privada ni psíquica. tendencias como expresiones de coordinaciones neurales. La asocia'
)48 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 349
ción de ideas ha sido sustituída por asociaciones de elementos nervio- csta parte de la imaginación puede ser reconocida como la más
sos. Así, la visión de un cuarto recuerda a un individuo a quien sc importante, no hay motivos para poner en duda la presencia del
ha visto en é1. La zona del sistema nervioso central afectada en la contenido sensorial que sirve de estimulación.
ocasión del encuentro es parcialmente efectada por la visión de l¡ El papel dominante que la teoría de la asociación de ideas ha
habitación, en el segunda ocasión, y excitada por .ra estimulación¡ desempeñado en la explicación de la conducta, encuentra su funda-
y aparcce la imagen de la persona. como parte de un mecanismo, ,.nto en el control que ejerce la imaginación sobre el pensamien-
esto no es distinto de la percepción de la distancia o de la solidez to. Al pensar nos indicamos a nosotros mismos imágenes que po-
que acompaña a nuestras experiencias visuales gracias a que la imagen
demos emplear para reconstruir nuestro campo de percepciones'
de contactos pasados completa la experiencia visual inmediata, salvo proceso que será tema del análisis siguiente. Aquí quiero señalar
que la imagen de la persona recordada no encaja en la experiencia
que la imaginación así controlada ha sido considerada como so-
visual como para convertirse en parte de la percepción. Esto ocurre
metida a los misnros principios de reintegración que aquellos
en el caso de una alucinación, y sólo la tentativa para establecer con-
por medio de los cuales la incorporamos al proceso del pensamiento.
tacto con la persona recordada demuestra que uno está encarando una
bstos últimos principios son las significaciones de los gestos o
imagen y no un hecho perceptual. En tal explicación de la aso- signos vocales ctn lo que ellos significan. Hablamos de las pala-
ciación aún queda sin explicar el hecho de que aparezce una imagen bras como asociadas a cosas, y transportamos esta relación a la co-
antes que tantas otras que también form¿ron parte de la habitación.
nexión de las imágenes entre sí, conjuntamente con las reacciones
La explicación acostumbrada, extraída de la irecuencia y la vividez que ellas ayudan a producir. El principio de la asociación de palabras
y el contraste, resulta inadecuada, y debemos recurrir a los impul.sos y cosas es en gfan medida el de la formación de hábitos. No tiene
que buscan expresión; en otras palabras: al interés, o, en otros tér_
inrportancia en relación con la clase de hábito que se formará. No
minos aún, a la atención. La llamada "naturaleza serectiva" de la tiene relación con la estructura de la experiencia mediante la cual
conciencia es tan necesaria para la explicación de la asociación como nos adaptamos a las condiciones cambiantes. El niño hace una
para la de la atención, y se muestra en nuestn sensibilidad a los costumbre de aplicar ciertos nombres a ciertas cosas. Esto no ex-
estímulos que ponen en libertad impulsos que buscan expresión, plica la relación de las cosÍ¡s en la experiencia del niño o el tipo de
cuando tales estímulos surgen de objetos del campo de peicepción sus reacciones a ella, pero eso es ptecisamente lo que supone el psi-
inmediato o'de la imaginación. Los primeros responden U cólogo. un hábito fija cierta reacción, pero el carácter habitual
tación del organismo a objetos presentes en el espacio y en "er tiem¡ro,
"a"p- de ésta no explica ni el comienzo de la reacción ni el ordenamiento
los últimos a los que ya no están presentes pero se encuentran aún del mundo dentro del cual tiene lugar la reacción. En esta defini'
reflejados en la estructura nerviosa del organismo. La sensibilización ción preliminar del espíritu reconocemos, primero, contenidos que
del ofganismo rige para ambas clases de estimulación. La imagina- no son objetivos, es decir, que no intervienen en la constitución del
ción, así considerada, no existe en el espíritu, del mismo modo mundo de percepciones inmediatas al cual reaccionamos
que no existen en él los objetos de la percepción sensorial externa. -pefcep-
ciones que son, entonces, denominadas "imágenes subjetivas"; Y,
constituye una pafte del campo de estimulación hacia el cual nos .segundo, el proceso de pensamiento y sus contenidos, que surgen
sensibilizan nuestras actitudes o impulsos que buscan expresión. La mediante el proceso social de conversación, con la p€fsona como
imagen del estímulo que necesitamos €s más vívida qo. átr"r. sirve otro, cuya función en la conducta tenernos que investigar más ade-
para organizar la actitud de percepción hacia el objeto que necesita- lante. Es imlrcrtante reconocer que la persona, como uno entre otros
mos reconocer; tal como lo €xpresa la frase de Herbart; .,masa de individuos, no es subjetiva ni lo son sus experiencias en cuanto
apercepción". El contenido sensorial de le imaginación pue_ tales. Esta afirmación es introducida para liberar a la imaginación
de ser relativamente leve, tanto, que muchos psicólogos han afir- de todo predicado incluyente de subjetividad. ciertas imágenes
mado que nuestro pensamiento carece de imágenes; pero, aun_ existen como existen otros contenidos de percepción, y nuestra sen-
que la adaptación del organismo a la rcalización de ia reacción sibilidad hacia ellas desempeña la misma función que nuestra sensi-
involucrada en el acto puede ser la más fácilmente reconocida y, así, bilidad a otras estimulaciones de percepción, a saber, la de seleccionar
350 GEORGE H. ME.f,D ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
t5L
y construir los objetos que proporcionarán expresión a los impul+ dentro de la cual la imagina-
ta persona en un tipo de experiencia
sos [MS] j -,,-.=
ción se supone como antecedente a la persona' Aquí tenernos que
b) De la imaginación, ro único que se puede decir es que no th+ volver nuevamente a la vividez como motivo de que el orga-
-a-ella
ne su lugar entre nu€stros estímulos distantes que erigen et
mundc nismo no reaccione como lo hace hacia el estímulo dis-
circundante que €s la extensión de la zona manifuratoria. prob¡btr., existe-algún otro
tante al cual no llamamos imaginación' Quizás
mente sea legítim¡ aquí la distinción de Hume, áe vividez, aunquc
h .r.j.r", qire no está expresado en el tfurnino "vividei"" Pero es
mejor explicación se encontrará en su eficiencía para realizar la fun. la que lrrtenece a
.uiá.nr. iu., ,i.,experiJncia
la imaginación tuviese cualidad
ción de provocar el movimiento hacia et objeto distante y recibh
la denominada sensorial", r€accionaríamos ella, y su
a
la confirmación de la experiencia de contacto. Es cierto que
los cr. ingreso en la experiencia sensorial' como se
ha advettido más arriba;
propia expe-
ir,ái." qo" no el excluída por su calidad. En nuestra
racteres, en la experiencia de distancia, presumiblemente
llegan dcdr
la imaginación y provocan la reacción. Así, los .orrto.ná, de perece ser su fracaso
un riencia, más complicada, eí factor fiscaltzador
textura
rostro familiar pueden ser complerados por la imaginación y hrccr
que se aborde al individuo
.n .n."j", adecuadamente en el complejo del medio como elemento de
-y se le estreche la mano, .or" áo., a[ continua. Cuando to[" p""ttt"r de tal modo' corno
definitiva, nos da Ia seguridid de su existencia real .o ro"rtri
comlletaciór, o s¡ rrodu;e vacilación por parte del
"o
riencia actual. Las alucinaciones y las ilusiones también provoc.n
esas reacciones y conducen a resultados que corrigen la primera
"r¡,c-
o.f*ir.o en lo"to.iiiiioi,
referente a reaccionar a él'como estímulo
estímulos
sensorial'
normales'
im- y existe en el mismo-senti¿o en que existen los
presión. si descubrimos qu€ hemos saludado on d.r.oiocido y o evitar los contactos que las
ao es decir: el individuo actúa para lógrar
a un amigo, identificamos, quizá, la parte de" Ia experiencia de di¡. exclusión es' pues' su fracaso
imágenes implican. El responsabll de-¡u
tlci1 que €ra imagínación como distinta de ro qo. r. lrama "sen¡¡- en convertirse .t p"*. á.i a"¿1" de distancia'
Ya he señalado repeti'
ción". Hablamos de la imaginación como .lníquicamente prc- damente que no ., t"-ii"g." de dureza- lo gu€ constituye el materiat
sente". ¿Qué queremos decir con eso? La respuesta más sencitt¡ J. to qo. rr.'mor. Aquí, rlna vez máq la-actitud funcional del orga-
sería que la imaginación es Ia experiencia del organismo el es'
individuar, nismo en el empleo á" i" ,"titttncia por Ia cual es res¡ronsable
esto es' del evento percipiente en la perspectiva. si con esto que- del objeto dis-
tímulo de distancia, l" que constituye el material
r:mo: significar que existe en el sistem¿ nervioso central una expe_ "s tiene que
tante, y la imagen to p-uát" esa actitud' La imaginación
riencia que es la condición para er surgimiento de ra imigin".¡¿n, parte integrante del campo
ser aceptada como existent€, frro no como
la definición tiene cierto significado. P"ro se confiesa qo" t" p"r- el sentido en que reaccionamos a los estímu-
al cual reaccionamos en
turbación ocurtida en el sistema nervioso central no es ro que
deno- losdedistanciadelaexperienciasensorial'yelmotivoinmediatodc
minamos "imaginación", a menos de que ubiquemos la imagi-
nido.psíquico interior en las molécutas del cerebro, y "tgüi
*rrt.- no reaccionar de tal -*.r" parece residir en el fracaso de
.iron.., no nación en cuanto es indistinguible' El conocimiento
que obtenemos
estaremos hablando del sistema nervioso central que
es un posibre desucarácterprovienedelaevidenciadequesuscontenidoshan
objeto en el campo [de la percepción]. y papel que el sisterna
Naturalmente, Ia imaginación no se limita a la memoria. sea ro existido siempre en experiencias anteriores del
nervioso central p"r..-. desempeñar en su aparición' Pero el papel
que fuere lo que se diga en cuanto a su origen en la experiencia pasa-
desernpeñado por el sistema nervioso central es' principalmente'
da, su referencia al futuro es tan legítima como al pasado. En
veldad, y la expectación tienen en
es correcto decir que sólo se refiere al pasado en la medida inferencia de la función que la memoria
en que y lo que surge'
tiene alguna referencia futura en argún sentido real. hrede estar la experiencia. El presente incluye lo que desaparece
lo que surge' y lo que desaparece pro-
presente sin ninguna referencia inmediata al futu¡o o
al pasado. Nuestra acción nos lleva hacia
Puede qu€ estemos completamente imposibilitados para ub'icar porciona las condiciones par:¡ tal acción' Entonces aparece la imagi-
la atrás y hacia
imagen. La lqalización de ra imaginación en un campo psíquico nación pata reforza, trechos' Miramos hacia
implica a la persona en cuanto existente, y tal localizac¡On no pu.ae "*bo'
adelante, y suspiramos por lo que ya no es' Este
proceso de refor-
la construcción del presente, en la
ser explicada mediante una teoría que pretenda demootrar
cómo'surge zamiento está ya en función en
352 GEORGE H. MEAD
medida en qu€ el organismo dota a su campo de existencia presentc
tMS].
c) La imaginación es una experiencia que tiene lugar denro
del indivíduo, estando, por su nataraleza, divorciada de los objetor
que le asignarían un lugar en el mundo de las percepciones; pero
tiene referencia represenracional con reslxcto a tales objetos. Esta
referencia representacional se descubre en la relación entre las actitu-
des que responden a los símbolos de completación del acto y los
distintos estímulos que inician los actos. Er hecho de poner estas
II
distintas actitudes en relación armoniosa se ileva a cabo mediante
la reorganización de los contenidos de los estÍmulos. En esta re- Et- Ittotvlouo BIoLÓGIco
organización entran las llamadas "imágenes" de la completación
del acto. El contenído de esta imaginación es variado. puede ser La distinción de mayor importancia entre los tipos de compor-
de visión y contacto o de los otros *ntidos. Sirve de prueba pre- tamiento en !a conducta humana es la que existe entre lo que llamaré
liminar del éxito del objeto reorganizado. otra imaginación es loca- el comportamiento del "individuo biológico" y la conducta del "in-
lizada en el comienzo del acto. como en el caso de una imagen dividuá socialmente consciente de sí". La distinción reslnnde apro-
mnémica de un amigo ausente, que inicia un acto de encontrarse con ximadamente a la establecida entre la conducta que no implica ra-
él en un lugar convenido, representando el mismo papel que repre- zonamiento consciente y la que sí 1o involucra, entre la conducta
sentan los objetos y sus características. No debe ser distinguida, pues, de los más inteligentes animales inferiores y la del hombre. En tan-
por su función. to que esos tipos de conducta pueden ser claramente distinguidos
Lo gue la caracteriza es su aparición en ausencia de los objetos entre sí en la conducta humana, no se encuentran en planos separados,
a que se refiere. Su reconocida dependencia de la experiencia pasada, sino que se unen y se s€Paran continuamente y constituyen, en la
es decir, su relación con los objetos que se encontraban presentes, mayoría de las condiciones, una experiencia que no parece estar
elimina en cierto sentido esa diferencia; pero destaca la naturaleza dividida por ninguna línea de clivaje. La habilidad con que uno
de la imagen como presencia continuada del contenido de un obje- juegue velozmente al tenis y aquella con que planea una casa o una
to qu€ no está ya pr€sente. Evidentemente, so¡¡ssponde a esa fase empresa comercial par€cen pertenec€r al equipo orgánico del mismo
del objeto que depende del individuo y en la situación en que aparcce individuo, vivir en el mismo mundo y €star som¿tidas a la misma
el objeto tMSl. fiscalización racional. Potque el jugador de tenis critica su propio
juego en ocasiones y aprende a colocar la pelota en forma distinta
contra distintos rivales; en tanto que, en las tareas más complicadas
de la planificación, depende confiadamente de su conocimiento de
la situación y los hombres. Y, sin embargo, la distinción tiene pro-
funda y real importancia, porque señala la existente entre nuestfa
herencia biológica proveniente de la vida inferior y la peculiar fisca-
lízaciín que el animal social humano ejerce sobre su medio y sobre
sí mismo.
sería un error suponer que el hombre es un individuo biológico
rnás una raz6t, si con tal definición queremos significar que lleva dos
vidas separadas, una de impulso o instinto y la otra de razón, espe-
cialmente si suponemos que la fiscalización ejercida por la razón se
lleva a cabo por medio de ideas consideradas como cont€nidos men-
354 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 355
tales que no surgen dentro de ra vida impulsiva ni constituyen
unl del sexo opuesto, y el proceso sexual; 7) la obtención e ingestión
parte real de ésta. Por el conrrario, Ia tendencia de la psicologí"
*o. de alimentts; 8) la alimentación y el cuidado de las formas infan-
derna ha obrado en dirección a un intento para -incorfirar
tr tiles, y el amamantamiento y la adaptación del cuerpo del niño al
volunrad y la razón a la vid¿ impulsiva. El intento puede io y
habcr cuidaáo paternal; 9) la evitación del calor, el ftio y el peligro'
los relajamientos del descanso y el sueño; y l0) 11 construcción
sido exiroso, p€ro ha sido imposible evirar la tentativa de de
lnner lr
raz6n dentro de la esfera de Ia evolución; y si esta empresa 'consiguc
distintas clases de habitaciones' para seivir a los fines de la protec-
triunfar, la conducta racional debe surgir de la condulta impulsiva.
ción y del cuidado Paternal,
Yo trataré de demostrar que dicha evolución tiene rugar .r, i, .on. si bien esto es un catálogo toscamente esbozado de impulsos
ducta social del animal humano. por otra parte, es cierio que
la con. humanos primitivos, los abarca a todos, porque no existe reacción
ducta racional aparece donde la conducti impulsiva se ierrumb¡, primitiva alguna que no pueda encontrarse €n la lista o que no
Cuando el acto no logra rcalizar su función, ctiando el esfuerzo el dis-
im- constituya ott" poriut. combinación de ellas, si exceptuamos
pulsivo para conseguir alimentos no los consigue gregario. En último análisis, pafece
más especial- cutible .r,,.,po áel instinto
mente, cuando los impulsos en conflicto se anutan -y,e inbiben entre existir dos factores en éste, así llamado, "instinto"; el primero, una
sí-, puede aparccrl el razonamiento €on un nuevo procedimiento tendencia del miembro del grupo que forma el rebaño a moverse en
que no se encuenrra a disposición del individuo biológico. El que los otros miembros
resul_ la misma dirección y a la misma velocidad
del grupo; y el segundo, una mayor normalidad y menor excitabi-
tado característico del proceso de razonamiento consiste en gue el
individuo obtiene una distinta serie de objeros a los cuales ,."..íon.r,
lidal en la realización de todos los procesos vitales en el grupo que
un distinto camlr de estinfi¡lación. El individuo que se encontraba fuera de é1. Esto último es, evidentem€nte, un factor sumamPnte
dividido en sí mismo, vuelve a unirse en su re"cción. Emlxro, en compuesto y parece indicar una sensibilidad a los estímulos de reti-
Ia medida en que reaccionamos directamente hacia las cosas .ada y fuga en ausencia del grupo. Me he referido a esto' especial-
!u. no,
rodean, sin necesidad de encontrar objetos distintos de los qu. ,..- grupo
mente debido a que la vaguedad y falta de definición d€ este
ponden a nuestra visión, audición y contacto inmediatos, en de impulsos han hecho que muchos emplearan ese instinto para
€s:l
medida actuamos imputsivamente; y, ert consecuencia, actuamos explicar fenómenos de la conducta social que residen €n un plano'
como individuos biológicos, como individuos compuestos de impul- enterament€ distinto de la conducta.
sos que nos sensibilízan hacia los estímulos, como individuos que Es costumbre hablar de los instintos del individuo humano con-
reaccionan directamente a esa estimulación. siderándolos sometidos a una modificación casi infinita, difiriendo
¿cuáles son los grandes grupos de impulsos que constituyen a en ello de los instintos de las formas animales inferiores. Los ins-
ese individuo biológico? La respuesta, a los fines de este análisis,
no tintos, en este último sentido, ap€nas pueden ser identificados en el
tierte que ser más que una respuesta a grandes rasgos. Están, en pri- hombre, con la excepción del de la lactancia y, quizás, algunas de
mer lugar, las adaptaciones por medio de las cuales el individuo las reacciones inmediatas de ira que exhiben los niños m,uy
pequeños,
mantiene su posición y su equilibrio durante el movimiento o el conjuntamente con algunos otros muy poco desarrollados para me-
descanso; 2) la organización de las reacciones hacia los objetos dis- ,..". .." calificación. La vida del niño en la sociedad humana somete
tantes, que produce el movimiento hacia ellos o el alejamiento con a €sos y a todos los impulsos de que está dotada la naturaleza hu-
respeco a ellos; 3) la adaptación de las superficies del cuerpo a los lleva más allá de toda posible compa-
contactos con los objetos que hemos alcanzado por medio del mo-
-"rr" " una presíón que los
ración con los instinios animales' aun cuando hemos descubierto
vimiento, y, especialmente, las manipulaciones de dichos objetos por que los instintos, en los animales inferiores, están som€tidos a cam-
la mano; 4) el ataque contra las formas hostiles, de presa, y la bios graduales debido a una larga y continuada experiencia en materia
defensa con reExcto a ellas, ataqu€ y defensa que imprican orra orga- de condiciones cambiantes. Por supuesto, tal presión es posible sólo
nización especralizada de los intpulsos generales qo. c. acaban de debido al caríctet racional, que encuentra su explicación, si no me
describir; 5) la huída ante los objetos peligrosos; O) to, movimien- equivoco, en la conducta social que el niño está en condiciones de
tos de alejamiento o aproximación en rcración con los individuos adoptar.
356 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 357
Este material instintivo o impulsivo de ros animares inferiore¡, continuamente reconstituido por procesos sociales reflexivos; pero
está altamenie organizado. Representa la adaptación del animal a esta reconstitución tiene lugar mediante el análisis y la selección en
un rnundo sumamente definido y restringido. Los estímulos a lo¡ el campo de la esti¡nulación, no por medio de la dirección y recom-
cuales el animal es sensible, y que residen en su lugar de habitación, binación inmediatas de los impulsos. La fiscalización ejercida sobre
constituyen ese mundo y responden a las posibles reacciones del los impulsos se hace siempre gracias a la selección de las estimulacio-
animal. Ambos encajan entre sí y se determinan mutuamente, por- nes condicionadas por la influencia sensibilizante de varios otros
que es el instinto que busca expresión el que determina la sensibi- impulsos que buscan expresión. La condición de inmediato del ahora
lidad del animal al estímulo, y es la presencia del ectímulo la que no se pierde nunca, y el individuo biológico representa la realidad
pone en libertad al instinto. La organización representa, no sólo el indiscutida en los espíritus de pasados construídos y futuros proyec'
equilibrio de la actitud y el ritmo der movimiento, sino también la tados en distinta manera. La tarea de la reflexión científica ha sido
sucesión de los actos uno detrás del otro, toda la estructura unificada la de aislar algunas de esas adaptaciones fijas (en términos de nues-
de la vida de la forma y de la especie. En ninguna comunidad hu- tras posturas equilibradas, de nuestros movimientos hacia objetos,
mana conocida, incluso del tipo más primitivo, no encontramos de nuestros contactos con objetos y manipulaciones de ellos) en la
semejante mundo unificado ni tal individuo unificado. En el mun- forma de un mundo físico que responde al individuo biológico y a
do humano existe un pasado y un futuro incierto, un futuro que su intrincado sistema nervioso.
puede ser influído por la conduca de los individuos del grupo. El El nnundo físico, que ha surgido así en la experiencia, responde
individuo se proyecta en varias posiciones posibles, y, mediante ins- no sólo a nuestras posturas y movimientos con referencía a objetos
trumentos y actitudes sociales trata de hacer existir una situación distantes y a nuestras manipulaciones de dichos objetos, sino tam-
distinta, una situación que dé expresión a los diferentes impulsos. bién al mecanismo biológico, especialmente a sus complejas coor'
Desde el punto de vista de la conducta instintiva en los animales dinaciones nerviosas gracias a las cuales son llevadas a cabo esas
inferiores, o de la reacción humana inmediata ar mundo de las per- reacciones. Como €s en este mundo físico donde alcanzamos nuestras
cepciones (en otras palabras, desde el punro de vista de la relación más perfectas fiscalizaciones, la tendencia a colocar al individuo, en
ininterrumpida entre los impulsos y los objetos que les dan expre- cuanto mecanismo, en tal rnundo físico, es muy fuerte. En la medida
sión), el pasado y el futuro no existen; y, sin embargo, están repre- en que nos presentemos como mecanismb.s biológicos estaremos en
sentados en la situación. Están represenhdos por la capacidad de mejores condiciones de fiscalízar ün €afnlr correspondientemente
adaptación mediante la selección de ciertos erementos, tanto en la mayor de condiciones que determinan la conducta. Por otra parte,
estimulación sensoria directa, por medio de la excitación de los órga- esta explicación en términos mecánicos hace abstracción de todos los
nos terminales, como en Ia imaginación. Lo que representa el pasado propósitos y todos los fines de la conducta. Si éstos aparecen en la
y lo que representa el'futuro no es distinguibte como contenido. El explicación del individuo, tienen que ser ubicados en el espíritu,
sustituto del futuro es la fiscalizeción que el cambiante cam¡ro de como una expresión del individuo, ubicados, en otras palabras, en
la experiencia, durante el acto, ejerce sobre su ejecución un mundo de personas, es decir, en un mundo social. No quiero
EI flujo de la experiencia no está diferenciado en un pasado y tocar los sutiles problemas involucrados en estas distinciones, los
un futuro en contraste con un ahora inmediato, hasta que la refle- problemas del mecanismo y la teleología, del cuerpo y el espíritu,
xión afecta cierta parte de la experiencia por medio de tales caract€r€s, el problema psicológico del paralelismo o interacción. Deseo, simple-
por medio de la perfección de adaptación por una patte y la variable mente, indicar el motivo lógico que transporta la definición mecá-
fiscalización por la otra. El individuo biológico vive en un ahora nica de la conducta al mundo físico, y las definiciones de fines y
indiferenciado; el individuo socíal reflexivo incorpora eso a un flujo propósitos al mundo mental, tal como €stos t¿rminos son usados
de la experiencia dentro del cual hay un pasado fijo y un futuro más g.rr.r"lm.nte. Si bien estos dos énfasis que han sido teconocidos
o menos incierto. El ahora de Ia experiencia está representado pri- más arriba, en la distinción entre pasado y futuro, son de impor-
mariamente por el grupo de impulsos cuya lista se dió más arriba, tancia capital, es necesario subrayar el regreso que el método cien-
nuestra adaptación heredada con respecto a un mundo físico y social tífico moderno (y esto no es más que una forma complicada de
)58 GEORGE H. MEAD
reflexión) lleva a cabo inevitablemente hacia la experiencia inme-
diata, simple, en el empleo del experimento como prueba de rearidad.
La ciencia moderna pone, en definitiva, sus hipóiesis más abstracar
y sutiles en el campo del "ahora" pata evidenciar su exactitud y
su veracidad.
Esa experiencia inmediata que es Ia rearidad, y que es ra prueba
final de la reelidad de las hipótesis científicas, .o*o la irueba
""¡
de la veracidad de todas nuestras ideas y suposiciones, es la expe-
riencia de lo que he llamado el "individuo biológi.o". El término IIT
se refiere al individuo en una actitud y un momento en que
los
impulsos mantienen una relación ininterrumpida con los ob¡etoe Ln prRsoNA Y EL PRocEso pp Rppnx¡óN
que lo rodean. El registro final del fiel de una balanza, de la
coin-
cidencia de una estrella con el retículo de un telescopio, de Ia presen- proceso de reflexión surge en la conducta social. Este proceso
El
cia de un individuo €n un cuarto, de la consumación real de un
debe sei primeramente explicado en su más sencilla aparición. Im-
trato comercial, estos sucesos que pueden confirmar cualquier hipó-
plica, como ya he dicho, cierta derrota del acto, especialmente una
tesis no están en sí mismos sujetos a anárisis. Lo que se Lusca es
la ierrota debida a impulsos mutuamente inhibitorios. El impulso
coincidencia de un resultado previsto con el real. Lo hacia los alimentos o el agua es contenido por un impulso a dete-
he denominado "biológico" porque el término ".orrt.iimi.nto
pone énfasis en la nerse o retirarse ante la evidencia de peligro o de un cartel que pro-
realidad viviente, que puede ser distinguida de la reflexión. una
hibe la entrada. En esas condiciones, la actitud del animal inferior
reflexión posterior vuelve sobre él y trata de presentar la interreta-
al hombre es de avanzar y retroceder, un proc€so que por sí mis'
ción completa entre el mundo y el individoo .n términos de estí-
mo puede llevar a alguna solución sin reflexión. Así el gato, en la
mulos físicos y mecanismo hiológico; la experiencia real no ocurrió
caja de prueba, gracias a continuos movimientos erráticos encuentfa
de ese modo, sino en Ia forma de una realiáad simple
tMSl. finalmente el muelle que lo pone en libertad; pe ro la solución de
tal modo encontrada no es una solución reflexiva, aunque la con-
tinua repetición pueda estampar a la ¡rcstre esa repetición, de modo
que el gato del experimento soltará en el acto el muelle, en cuanto
r. l. pottgt otra Yez en la caja de prueba. Una grandísima parte de
la habilidad humana adquirida para los juegos, para la ejecución
de instrumentos musicales o para lograr, en general, adaptaciones
musculares a nuevas situaciones, es lograda por este procedimiento
de ensayo y ertor.
En este proceso, uno tras otro de los impulsos cobra predominio,
logrando expresión hasta el punto en que es definitivamente conte-
nido por el impulso o impulsos opuestos. Así, un perro que s€
acefca a un desconocido que le ofrece carne puede llegar casi
junto
a é1, y luego, bajo la suma de los estímulos presentados por la con'
dición de desconocido del hombre, salir corriendo súbitanrente, la-
drando y gruñendo. Tat vaivén entre impulsos opuestos puede
continuar durante cierto tiempo, hasta que, después de agotarse
mutuamente, dejen la puerta abierta para otros impulsos y sus res'
pectivos estímulos, completamente fuera del campo del momento.
160 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t6l
O bien, esa retirada y aproxirnación pueden poner en juego otfot en el punto en que la resistencia es mayor, o prestando atención a
caracteres de los objetos, despertando otros irnpulsos que resuelv¡n la imaginación áel contenido de la gaveta y sacando el cajón de
el problema. una aproximación mayor al desconocido puede reverrr arriba a fin de poder eliminar el obstáculo que ha derrotado sus
un olor familiar y elirninar el estímulo que ha desencadenado cl esfuerzos. En este procedimiento, la diferencia notable con respecto
impulso de huída y hostilidad. En el orro ejemplo citado al método irreflexivo que acabamos de considerar se encuentra e¡1
--el del
gato en Ia caja- un acto impulsivo tras otro lleva finalmente,
txlr el análisis del objeto. La gaveta ha dejado de ser, por el momento,
casualidad, a aceÍtat con el muelle. El torpe, chapucero, vacilantc un algo cualquiera del cual puede tirarse. Es una cosa de madera
juego del principiante en un partido de tenis o en la ejecución del
con distintas partes, algunas de las cuales pueden haberse hinchado
violín es un ejemplo de Io mismo en la conducta humana; y aquf más que las otras. Es, también, un receptáculo atestado de obje-
estamos en condiciones de citar al jugador mismo, quien dice quc tor qo. pucden haberse proyectado contra el narco que los con-
aprende sin saber cómo. Descubre que aparece ante él una situación tiene. Este análisis, empero, no nos saca del campo de los impulsos.
nueva, qu€ no ha reconocido en el pasado. La posición de su con- El hombre trabaja con las dos manos. (Jna sensación de mayor
trincante y el ángulo de la pelota que llega se tornan de pronto im- resistencia de un lado que del otro le lleva a efxtvat esfuerzos
portantes para é1. Estas situaciones objetivas no habían existido superiores donde la resistencia es más grande. La imaginación de
para él en el pasado. No las consuuyó ninguna teoría. Existen, loi contenidos de la gaveta responde a una tendencia a apafter el
simplemente, en tanto qu€ en el pasado no habían existido en su molesto obstáculo. El mecanismo de la percepción corriente, en el
experiencia; y la introspección demuestra que las reconoce por una que la tendencia de la persona a actuar la lleva a advertir los obje-
disposición a una nueva clase de reacción. su atención es atraída hacia tos gue darán libre juego a las tendencias, es absolutamente com-
esas reacciones por sus propias actitudes motrices. Está obteniendo p€tente para encarar el problema, siempre que pueda lograr un
Io que él llama "forma". En rigor, la "forma" es una sensación ."rnpo de conducta dentro del cual las partes del objeto unitario
de esas actitudes motrices por medio de las cuales nos sensibirizamos respondan a las partes de la reacción organizada' Tal campo no es
a los estímulos provocadores de las reacciones que buscan expresión. el áe Ia acción manífiesta, porque las diferentes sugestiones aparecen
EI todo es un proceso irreflexivo en el que los impulsos y sus co- comb hipótesis en conflicto en cuanto al mejor plan de ataque y
rrespondientes objetos están o no están presentes. La rcorganiza- tienen qo. ,., relacionadas entre sí a fin de constituirse en una especie
ción del campo objetivo y de los impulsos en conflicto tiene lugar de partes de un nuevo todo.
en la experiencia. Cuando ha tenido lugar, se registra en nuevog La simple inhibición de los impulsos en conflicto no proporciona
objetos y nuevas actitudes, y por el momento podemos dejar de lado tal campo. Esto puede dejarnos con objetos que, simplem€nte' se
la forma en que se lleva a cabo la reorganización. Las expricaciones niegan los unos a los otros gaveta qu€ no €s una gaveta'
corrientes en términos de ensayo y er¡o¡, de incorporación de reac- po.rto que no puede ser abierta;-una
un individuo que es al mismo tiem-
cíones exitosas y eliminación de reacciones inútiles, y el poder selec- po un amigo y un enemigo o una carletera que está cerrada para el
tivo del placer que se siente con el éxito y del dolor que se experi- iránsito; y lo más probable es que nos rindamos ante lo inevitable,
menta con el fracaso, no han resultado satisfactorias, lrro los pro- en tanto que la atención se desplaza hacia otros campos de acción'
cesos están fuera del campo de la reflexión y por el momento no
Tampoco estamos en libertad para predicar un espíritu, una sede
tenemos que detenernos en ellos. p"r" i" reflexión sspi¡itu qüe está presente en cierta etapa de
Como un ejemplo de reflexión simple podemos tomar la ape* -¡¡
ia evolución, un don interno concedido por el cielo, listo para equi-
tura de una gav€ta que se niega a ceder ante repetidos tirones de par al hombre con una nueva técnica de vida. Nuestra tarea es la
energía cad,a vez mayor. En lugar de entregar Ia propia
lrrsona ie descubrir el desarrollo del espíritu dentro de la conducta que no
al esfuerzo de gastar todas las energías, hasta llegar incluso a incorporó a sí ningún pensamiento y perteneció por completo a un
arrancar las manijas, el individuo pone en funcionamiento su inte-
ligencia, ubicando, en lo posible, la resistencia, identificando un
.orrio de cosas ínmediatas e inmediatas reacciones a cosas. Si ha de
ser una evolución dentro de la conducta, tiene que ser explicable
pequeño movimiento de este lado o del otro y usando la faerza
de Ia manera como hernbs concebido que tiene lugar la conducta en
362 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD t6t
las formas vivas, o sea que cada paso del proceso tiene que scr un que puede ser llamado "la conversación de actitudes" de los p€rros
acto en el que un impulso encuentre expresión gracias a un objeto niños y sus
ireparándose para una riña, o las adaptaciones de los
de un campo de percepción. puede que sea necesario formular un¡ el rebaño, reconocerá
vez más una advertencia contra la fácil euposición de que las e:. -"dt.t, o los movimientos de los animales en
instintivas
que los comienzos de los actos sociales prc,vocan reacciones
periencias qu€ 0e originan por debajo de la piel constituyen
üñ rlün. o impulsivas, tan inmediatamente como lo hacen las formas ani-
do interior, dentro del cual, en arguna foima oscura, puede surgir males, los olores, los contactos o los gritos. Wundt ha hecho un gran
la reflexión, y contra la suposición de que el cueryn dei individuo, servicio al ubicar esos estímulos bajo el término general de gestos'
en cuanto objeto de percepción, proporciona un centro al cual colocando así en esa clase, como gestos vocales, los sonidos emitidos
pueden unirse las experiencias, creando de tal modo un campo pri- qu€ se desarrollan en el hombre, como habla articulada significante.
vado y psíquico que tiene en sí el germen de la representr.iOn y, Debería todavía hacerse otro comentario con respecto a la con-
por lo tanto, el de la reflexión. Ni un cólico ni un dedo magullado cepción de la conducta social. No debe lirnitarse a las reacciones
en el pie pueden dar nacimiento a reftexiones, y los placeres o ¿oto- mutuas de los individuos cuya conducta acepta, cons€rva y sirve
res, las emociones o los talantes, no constituyen contenidos psíqui. a los otros. Deb€ incluir también a los animales enenr,fgos. Para
cos, inevitablemente referidos a una lxrsona, formando de ese modo los fines de la conducta social, el tigre forma parte de la sociedad
un mundo interno dentro del cual puede surgir el pensamiento autóc- de la selva al igual que el búfalo o el ciervo. En el desarrollo del
tono. La reflexión, ral como aparece en el ejempll citado arriba, in- grupo más estrechamente concebido, los instintos o impulsos de
volucra por lo menos dos actitudes: una, indicando una caracte- hostilidad y huída, juntamente con los gestos que fepresentan sus
rística nueva del objeto, que hace surgir impulsos en conflicro (aná- primeras etapas, desempeñan importantísintos papeles, no sólo en
lisis); la otra, la organízación de ra reacción hacia el objeto así l
ia protecciótt d. l"t formas que se respaldan las unas en las otras'
percibido, de tal modo, que uno se indique a sí mismo la ieacción I sino también en la conducta recíproca de dichas formas' Tampoco es
como podría indicársela a otro (representación). Las actividades ¡
erróneo señalar qu€ en la evolución de las formas animales dentro
directas de las cuales nace el pensamiento son actos sociales, y, presu- del proceso vital, el cazador y el cazado, el que come y el que es
miblemente, encuentran su primera expresión en las reacciones-socia- .o*ido, están tan estrechamente entrelazados como la madre y el
les primitivas. &rá mejor, pues, considerar primeramente ras formas niño o los individuos de los dos sexos.
más simples de la conducta social, y volver a la reflexión cuando Entre las formas inferiores, la conducta social está involucrada
descubrarnos si tal conducta proporciona un campo y un método en los instintos de ataque y fuga, de paternidad y filial, en los de
para la reflexión. los animales agrupados en rebaño (aunque óstos son un tanto vagos
La conduca social de cualquier individuo puede ser definida en sus perfiles) y, probablement€, en la construcción de los refugios.
como la gue surge de impulsos cuyos estímulos específicos se encuen- En todos esos procesos las formas mismas, sus movimientos, espe'
tran en otros individuos pertenecientes al mismo grupo biológico. cialmente las primeras etapas de tales movimientos en la
Estos estímulos pueden atacar cualquiera de los órganos de los sen- adptación a la acción de otro animal, es de máxima -p'orqu€,
importancia la
tidos, pero existe una clase de dichos estímulos que es preciso notar indicación de la reacción inrninente-, y los sonidos que ellas emi'
y subrayar especialmente. se trata de las actitudes motrices y de los ten sirv€n de esrímulos específicos para los impulsos sociales. Las
reacciones son tan inrnediatas y objetivas en su carácter, como las
primeros estados de los movirnientos de otros individuos, que go-
biernan las reacciones del individuo en cuesrión. En ,o ,rr"yó, p"rt. reacciones a los estímulos físicos no sociales. Por compleja e in-
han sido descuidados por la psicología cornparada; o, cuando se los trincada que esta conducta pueda resultar, como en la vida de la
analizó, como lo hicieron Darwin, piderit y Wundt, fueron tra- abeja o de la hormúga, o en la construcción de refugios como los del
tados como afectando a otros individuos, no directamente, sino me- castor, los competentes observadores de la vida animal no han en-
diante su expresión de una emoción, une intención o una idea; ee contrado ninguna prueba convincente de que un animal proporcione
decir, no fueron ¡econocidos como estímulos específicos, sino como a otro una indicación de un objeto o acción registrados en lo que
estímulos secundarios y derivados. pero cualquiera que estudie lo hemos denominado "espíritu"; en otras palabras, no hay evidencia
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de que una forma pueda proporcionar información a otta forma ¡ror tido, aunque esto explica gran parte de lo que pasa por tal imita-
medio de gestos significantes. El animal que reacciona directamente ción. Ello sólo podría tener lugar en las condiciones que he sub-
a los objetos externos, y, presumiblemente, también a la imagina- rayado: que el estímulo actuase sobre el animal del mismo modo
ción, no tieng pasado ni futuro, no tien€ una persona como objeto en qu€ actúa sobre el otro animal, y esta condición prevalece en el
una palabra: no tiene un espíritu como el que se ha descrito caso del gesto vocal. Ciertos pájaros, como el sinsonte, teproducen
-en
más arriba, no es capaz de reflexión ni de "conducta racional", tal de tal modo las notas coherentes de otros pájaros; y un gorrión
como se emplea corrientemente el término. colocado en la jaula de un canario puede reproducir el canto de
Entre las aves encontramos un curioso fenómeno. Las aves ha- éste. El ejernplo de esta reproducción del gesto vocal son las proe-
cen una extensa utilización del'gesto vocal en su conducta sexual y zas de los pájaros parlantes, con las cuales estamos sumamente
paternal. El gesto vocal tiene, en grado especial, el carácter de afec- familiarizados. En estos casos, la combinación de los elementos
tar posiblemente al animal que lo emplea, tal como efecta a la otra fonéticos, qu€ nosotros llamamos palabras, es reproducida por las
forma. Por supuesto, no se sigue de ello que este efecto se realice; aves, así como el gorrión reproduce el canto del canario. Se trata
el que se realice o no, depende de la presencia de impulsos que nece- de un proceso interesante, por la claridad que puede arrojar sobre
sitan del estímulo para ser puestos en libertad. En la vida social el aprendizaje, por parte del niño, del idioma que escucha en su
común de los animales, el impulso de una forma no consistiría en medio. Subraya la importancia del gesto vocal en cuanto posible
hacer lo que se estinula a hacer a la otra forma, de modo que estimulante del individuo para que reaccione a sí mismo. Si bien
aun cuando el estímulo fuese de tal caricter qae afectara al órgano es esencial reconocer que la reacción del animal a su propia esti-
sensorial del individuo como afecta al otro, ese estímulo, normal- mulación puede tener lugar sólo cuando exist€n impulsos que buscan
mente, no tendría efecto directo sobre su conducta. Existe, empero, expresión y que esa estimulación pone en libertad, se encontrará que es
cierta evidencia de que ello ocurre en el caso de los pájaros. Resulta enorme la importancia del gesto vocal en cuanto acto social que es
difícil creer que el pájaro no se estimule a sí mismo a cantar por dirigido hacia el individuo mismo, así como hacia otros individuos.
medio de sus propias notas. Aquí, en el campo de la conducta, llegamos a una situación en
Si un pájaro c, por medio de sus notas, provoca una reacción que el individuo puede afectarse a sí propio como afecta a otrc,s
en un pájaro b, y el pájaro ó no sólo responde con una nota que individuos, y, en consecuencia, puede res¡ronder a esa estimulación
prc,voca una reacción en el pájaro a, sino que, además, tiene en su como r€spondería a la estimulación de otros individuos. En otras
organismo una actitud que encuentra expresión en la misma nota palabras, surge aquí una situación en la que el individuo puede
que ha emitido el pájaro a, el pájaro ó se habrá estimulado a sí convertirse en un objeto en su propio campo de conducta. Esto
mismo para emitir idéntica nota que ha provocado en el pájaro a. satisfaría la primera condición para la aparición del espíritu. Pero
Esto implica actitudes semejantes buscando expresión en los dos esa reacción no tiene lugar, a menos de que existan reacciones que
pájaros, y notas similares expresando tales actitudes. Si tal fuera respondan a esas autoestimulaciones y que refuercen y hagan pro-
el caso y un pájaro cantara con frecuencia al alcancc del oído del gresar la conducta del individuo. En la medida €n que los gestos
otro, podrían resultar de ello notas comunes y canciones comunes. vocales del arrullo de los pájaros de ambos sexos son iguales, la
Es important€ reconocer que tal proc€so no es lo que corrientemente excitación que ellos provocan dará expresión a otras not:¡s, que,
se denomina "imitación". El pájaro ó no encuentra en la nora a su vez, aumentarán la excitación. IJn animal a quien el rugido
del pájaro a un estímulo para emitir la misma nota. Por el con- de su rival lanza al ataque, puede lanzar un rugido similar, que
tratio, aquí la suposición es gue su réplica al pájaro a le estimula estimule la actitud hostil del primero. Sin embargo, este rugido
a emitir la misma nota que ernitió éste. Hay poca o ninguna evi- puede actuar sobre el animal mismo y provocar una renovada ex-
dencia de que alguna fase de Ia conducta de un animal constituya citación combativa que provoque un rugido más fuerte aún. El
un estímulo directo para qu€ otro actúe del mismo modo. Un ani- gallo que responde al canto de otro gallo, puede estimularse para
mal que se estimula a sí mismo para le misma expresión que la responder a su propio canto. El perro que ladra a la luna no con-
qu€ provoca en el otro, no está imitando, por lo menos en €se sen- tinuaría, probablemente, con sus ladridos, si no se estimulara a sí
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mismo con sus propios aullidos, Se ha advertido que las parejas de los distintos elementos de todo el complejo proceso están tan firme-
palomas se excitan rrirutuament€, IX,r sus arrullos, al cuidado de los mente organizados, que un freno en cualquier punto frustra toda
pichones. En la medida en que estas notas af€ctan a los otros pá- la empresa. No deja a las partes del todo en libertad para recombi-
jaros, tienen la tendencia a afectar del mismo modo al pájaro que narse en las otras formas. No obstante, los impulsos humanos son
las emite. Aquí encontramos situaciones sociales en qu€ la prepa- por lo general susceptibles de tales análisis y combinación en pre-
ración para el acto sexual, para el encuentro hostil y para el cuidado sencia de obstáculos e inhibiciones.
de los hijos es activada por los gestos vocales, que influyen sobre el Existe una circunstancia que no deja de tener relación, creo, con
animal que los cmite, produciendo el mismo efecto de preparación este carácter separable del acto humano. Me refiero a las experiencias
para la actividad social que el que producen sobre los individuos de contacto que adquiere el hombre por medio de sus manos. Las
a los cuales dichos gestos se dirigen inmediatamente. Si, por otra experiencias de contacto de la mayoria de las formas vertebradas
parte, el gesto vocal provoca una distinta reacción en la otra forma, inferiores al hombre representan la completación de sus respectivos
una reacción que encuentra su expresión en un distinto gesto vocal, actos. En el combate, en el proceso de alimentación, en el proceso
entonces no se produciría tal refuerzo inmediato del gesto vocal. sexual, en la mayoría de las actividades de paternidad o de relaciones
La nota paternal, que provoca la nota de la forma hijo, a menos filiales, de ataque, de huída a un lugar seguro, de búsqueda de pro-
qu€ provocase en el padre la rcacción del hijo para volver a estimular tección contra el calor y el frío, de elección de un lugar para dormir,
la nota paternal, no estimularía al padre a repetir su propio gesto el contacto coincide con la meta del instinto; en tanto que la mano
vocal. Esta complicación surge en el caso de los padres humanos, del hombre proporciona un contacto intermedio de contenido vas-
pero, presumiblemente, no en las relaciones de padres e hijos de tamente más rico que el de las mandíbulas o las garras del animal.
formas inferiores a la del hombre. Los instrumentos del hombre son complicaciones y extensiones de
En estos ejemplos reconocemos situaciones sociales en las que sus nüanos. Le proporcionan otros contactos, mucho más variados,
la conducta de una forma afecta a la de otra en la realización de que se producen entre el comienzo y el fin de sus actividades. Y Ia
actos en los que ambas están ocupadas. Son actos en los cuales los mano, por supuesto, incluye en esta consideración, no sólo al miem-
gestos y actitudes correspondientes son tan parecidos, que una forma bho mismo, sino a su infinita coordinación, por medio del sistema
se estimula a sí misma al gesto y actitud de la otra y, así, se reesti- nervioso central, con las ot¡as part€s del organismo. Esto tiene espe-
mula a sí misma. En cierto grado, el animal adopta el papel del cial importancia para la consideración de la separabilidad de las
otro, y de tal manera acentúa la expresión de su propio papel. En partes del acto, porque nuestras percepciones incluyen la imaginación
las formas que hemos citado, esto es posible sólo cuando los papeles de los contactos prom€tidos por la visión o cualquier otro sentido
son, hasta cierta etapa de preparación para el acto social, más o menos de la distancia. Vemos las cosas duras o suaves, calientes o frías y
idéinticos. Ello no obstante, esta acción no prtenece al tipo de inhi- mojadas o secas. Y este contacto imaginado es el que hace que la
bición del cual surge la reflexión (aunque en toda adaptación de cosa vista sea una cosa real. Estos contactos imaginados son, por lo
un individuo a la acción de los otros debe existir cierta inhibición), tanto, de gran importancia para la fiscalización de la conducta. Lfna
ni implica la varieda{de actitudes esencial para el análisis y la re- variada imaginación de contacto puede significar distintas cosas, y
presentación. Esta falta de variedad en la actitud (por "actitud" las cosas distintas significan reacciones distintas. Una vez más debo
entiendo la adaptación del organismo involucrada en un impulso subrayar el hecho de que esta variedad existirá en la experiencia, sólo
presto a expresarse) no se debe tampoco a falta de complejidad en si hay impulsos que respondan a esta variedad de estímulos y bus-
la conducta. Muchos de los actos de esas formas inferiores son tan quen expresión. Empero, los contactos manuales del hombre, inter-
altamente complejos conp muchos actos humanos reflexivamente medios entre los comienzos y los fines de sus actos, proporcionan
controlados. La distinción es la gue hemos expresado en la diferencia una cantidad de distintos estímulos a una cantidad de distintas ma-
existente entre el instinto y el impulso. El instinto puede ser suma- neras de hacer cosas, y, así, invitan a inr,pulsos alternantes a expre'
mente complejo; por ejemplo: la preparación de la avispa para Ia sars€ en el cumplimiento de los actos, cuando surgen obstáculos e
vida larval que saldrá del huevo pu€sto en su celda fabricada. Pero impedimentos. Las manos del hombre han tenido gran importancia
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para quebrar los instintos fijos, proporcionándole un mundo lleno los otros. En tanto que el animal joven de las formas infedores
de multitud de cosas. reacciona muy rápidam€nte a los estírnulos adecuados para la con-
Volviendo al gesto vocal, permítaseme anotar otra característic¡ ducta de un adulto de su especie y lleva a cabo actividades instinti-
de la especie humana que ha tenido gran importancia en el desarrollo vas evidentemente maduras, el niño dirige su atención, durante un
de la peculiar inteligencia del hombre: su largo período de infancia. considerable lapso, hacia el medio social proporcionado por la fa-
No me refiero a la ventaja acerca de la cual insiste Fiske, las opor- milia primitiva, buscando apoyo, alimentación, calot y protección
'especialmente
tunidades que llegan con una maduración tardia, sino al papel que por medio de sus g€stos, sus gestos vocales. Estos
desempeña el gesto vocal en el cuidado de los hijos por los padrec, gestos deben provocar €n él mismo, inevitablemente, la reacción
especialmente por la madre. Los elementos fonóticos, con los cuales paternal, tan marcadament€ preparada pata la expresión, desde muy
se construye más tarde el habla articulada, corresponden a las acti- temprano, en la naturaleza del niño, y dicha reacción incluirá el
tudes sociales que provocan actitud€s de respuesta en otros junta- correspondiente gesto vocal del padre. El niño se estimula a emitir
mente con sus gestp vocales. El grito de temor del niño corres¡ronde los sonidos que estimula al padre a hacer. En la medida en que la
a la tenoencia a húir hacia el padre, y el tono de tranquilización del situación social dentro de la cual reacciona el niño está determi-
padre es parte del movin¡iento hacia la protección. Este gesto vocal nada por su medio social, éste determinará qué sonidos debe hacer'
de temor provoca el corres¡rondiente gesto de protección. y, por lo t¿nto, qué reacciones estimulará, tanto en los otros como
Hay dos interesantes tipos humanos de conducta que, aparen- en sí mismo. La vida que le rodea decidirá indirectamente qué reac-
temente, surgen de esa relación entre hijo y padre. Por un lado, en- ciones paternales producirá en su conducta, p€ro la estimulación
contramos lo que ha sido llamado la imitación del niño, y, por el directa de la reacción adulta será encontrada inevitablemente en su
otro, la respuesta simpática del padre. La base de cada uno de estos propio llamado infantil. Reacciona como un niño a la estimulación
tipos de conducta se encuentra en el individuo que se estimula a sí adulta. No hay, en €sa estimulación, nada que provoqu€ una reac-
mismo para reaccionar de igual modo en que el otro reacciona a ción adulta. Pero en la medida en que presta atención a sus propios
é1. C-omo hemos visto, esto es posible sólo si se satisfacen dos con- llamados infantiles, en esa medida apareceúr la reacción adulta, pero
diciones. El individuo tiene que ser afectado por el estímulo que aparecerá sólo en el caso en que algunas fases de esos impulsos adul-
afecta al otro, y afectado en la misma vía sensorial. Esto sucede en tos estén preparados en él para la expresión. Por supuesto, la con-
el gesto vocal. El sonido emitido golpea el oído del individuo que dición de incompletas y la relativa inmadurez de esas reacciones
lo ernite, de la misma manera fisiológica que ataca el oído de la adultas proporciona a la conducta del niño uno de los caractetes
persona a quien ha sido dirigido. La otra condición es que haya un peculiares que se asignan al juego. El otro es el de que el niño puede
impulso que busca expresión, en el individuo que emite el sonido, estimularse a sí mismo e esa actividad. En el juego de los niños,
de'la misma clase, funcionalmente, que aquel al cual responde et incluso cuando juegan juntos, existen abundantes pruebas de que
estímulo en el otro individuo que escucha el sonido. El ejemplo más el niño adopta diferentes papeles en el proceso; y un niño solita'
familiar para nosotros es el de un niño que llora y luego emite el rio mantiene el proceso de estimularse, por medio de sus gestos
sonido de consuelo que corresponde a la actitud paternal de pro- vocales, a actuar casi indefinidamente en distintos papeles. El jue-
tección. Este tipo de conducta infantil se traslada más tarde a las go del animal joven de otras espccies carece de ese carácter auto-
incontables formas de juego en que el chiquillo adopta los papeles estimulante y exhibe una madurez mucho mayor en las reacciones
de los adultos que le rodean. El hábito universal de jugar con mu- instintivas que la que se encuentra en los primeros juegos de los
ñecos indica cuán preparada se encuentra para la expresión en el niños. Es evidente que la "conciencia de sí" surge de tal conducta,
niño, la actitud paternal, o quizá debiéramos decir algunas de las de dirigirse a la ptopia p€rsona y responder con la reacción ade-
actitudes paternales. El largo período de dependencia del niño hu- cuada de otra. El niño, durante este período de la infancia, crea
mano, durante el cual sus intereses se concentran en sus relaciones un foro dentro del cual adopta distintos papeles, y la persona del
con los que le cuidan, le proporciona una notable oportunidad para niño es gradualmente integrada con esas actitudes sociales distin-
el empleo alternativo de esa especie de adopción de los papeles de tas, siempre conservando la capacidad de dirigirse a sí mismo y
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de responder a ello con una reacción que, er cierto sentidor per- propósito de la autoestimulación que hemos notado en los pájaros,
tenece a otro. Llega al período adulto con el mecanismo de un y, de tal modo, acentúan las reacciones valiosas; pero, secundaria'
espíritu. mente, proporcionan el mecanismo del espíritu.
La actitud que caracterizamos en el adulto como de sim¡ratír, La más importante actividad del espíritu que puede ser iden-
surge de esa misma capacidad para adoptar el papcl de la ot¡¡ tificada en la conducta es la de adaptar a los impulsos en conflicto,
lrrsona con la cual uno está socialmente involucrado. No está de tal modo que puedan expresarse armoniosamente. Recordando
incluída en la respuesta directa de ayuda, apoyo y protección. Er el ejemplo ya empleado, cuando el impulso de avanzat hacia los
un impulso directo, o, en las formas inferiores, un instinto dinc- alimentos o el descanso es contenido por un impulso a retroceder
to' en modo alguno incompatible con el ejercicio ocasional de ante un pronunciado declive, el espíritu organiza de tal manera
los impulsos opuestos. Las formas paternales que en ocasioncg estas tendencias que s¿ anulan mutuament€, que el individuo avan-
obran de la manera paternal más corriente pueden, con aparente za describiendo un rodeo, avanzando y, a la vez, escapando al pe-
crueldad, destruir y comerse a sus descendientes. La simpatía im- ligro del descenso. Esto no se logra por una rcorganización directa
plica siempre que uno se mtimula al auxilio y consideración de de los procesos motores. El proceso mental no es un proceso de
otros, adoptando, en cierto grado, la actitud de la persona a la readaptar un mecanismo desde ad€ntro, de dar una nueva dispo-
que se ayuda. El término común para esto es "ponerse en el lugar sición a muelles y palancas. El control de lo's impulsos reside sólo
de é1". Presumiblemente, se ftate de un tipo de conducta exclusiva- en el desplazamiento de la atención, que pone otros objetos en el
mente humano, señalado Ircr esa involución en la que uno se esti- campo de la estimulación, dejando en libertad otros impulsos o
mula para una acción reaccionando como reacciona el otro. Como en un reordenamiento de los objetos efectuado de tal manera, que
veremos, esta fiscalización de la propia conducta, por la reacción los impulsos se expr€sen en distinta cronología o con agregados y
igual a la del otro, no se limita a la conducta bondadosa. Empero, sustracciones. Este desplazamiento, a su vez, encuentfa su explica-
tendemos a reservar el término "simpático" para los actos y acti- ción en la puesta en juego de tendmcias que ant€s no entraban in-
tudes que son los lazos de unió¡r esenciales en la vida de cualquier mediatamente en acción. Estas tendencias nos tornan sensibles a
grupo humano. Estemos o no de acuerdo con McDougall, en su estímulos que no s€ encuentran en el campo de la estimulación.
afirmación de que el carácter fundamental de ternura que integra Incluso estímulos potentes y súbitos actúan sobre nosotros' porque
todo Io que denominamos humanitario, o humano en el s€ntido existen en nuestra composición reacciones de fuga o ataqu€ rep€n'
de humanitario, tiene su fuente en los impulsos paternales, no tino en presencia de tales estímulos' Como ya he afirmado, en la
cabe duda de que la actitud fundamental de prestar ayuda en dis- conducta de las formas inferiores tales conflictos conducen al paso
tintas formas a otro alcanza su aplicación notable en relación con de un tipo de reacción a otro. En esos animales, los impulsos están
los niños. El desamparo, de cualquier clase que sea, nos reduce a tan firmemente organizados en forma de instintos fijos, que las
la condición de niños y provoca la reacción paternal en los otros alternativas de reacción sólo * presentan entre un hábito congénito
miembros de la comunidad a la cual p€rtenecemos. Todo progreso y otros. Dicho en otros términos, el individuo instintivo no puede
en el reconocimiento de un agrupamiento social más amplio es como dividir sus objetos y reconstruir su conducta mediante la adapta-
el reino de los cielos: sólo podemos entrar en él como niños. El ción a un nuevo campo de estimulación, porque sus rcacciones or-
adulto humano ha entrado ya en la sociedad por la puerta de la ganizadas no pueden ser separadas pañr reunirse otte vez en nuevas
niñez, con una p€rsona de cierta clase, una lxrsona que surgió gra- combinaciones. El problema mecánico del espíritu, pues, consiste en
cias a Ia asunción de varios papeles; en consecuencia, úe vuelve hacia lograr un tipo de conducta que esté por encima del tipo de conducta
sus niños con lo que denominamos "simpatía". pero la madrc y del individuo biológico, que disocia los elementos de nuestras ¡eac-
el padre ejercen esta actitud más constantemente en cus reacciones ciones organizadas. Tal desmembramiento de los hábitos organiza-
paternal€s. Más que en ningún otro sentido, la sociedad ee ha des- dos pondrá en el campo de la percepción a todos los objetos que
arrollado psicológicamente a partir de la familia. Las actitudes pa- responden a los distintos impulsos que constituyeron a los hábitos
ternales, como las actitudes infantiles, sirven antcs que ¡ada al fijos.
372 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 17t
convierten en
Desde este punto de vista quiero considerar la conducta social las combinaciones de los elementos fonéticos que se
en la que la persona ha íngresado como factor integrante. En la habla articulada, como lo hacen en el gesto vocal de los pájaros
medida €n que acentúa simplemente ciertas reacciones por medio parlantes. El niño se ha convertido, gracias a sus propios impulsos'
que le
del autoestímulo, como en el caso del arrullo de los pájaros, no .n on padre para sí mismo. El mismo proceso selectivo que
introduce ningún nuevo principio de acción. Porque, en er¡os calsos, lleva a implear los elementos fonéticos del lenguaje escucha

la persona no está presente como un objeto hacia el cual se adopta en su dertedor le condu ce a utilizar los tipos generales de actitudes
de los que le rodean, no por imitación directa' sino mediante
su
una actitud como hacia otros objetos- y que está sometido
a los efectos-tal
de la conducta. Cuando la persona se convierte en tal tendencii a provocar en sí, en cualquier situación' la misma reac'
que deter-
objeto, que será cambiado y dirigido del mismo modo en que son ción que provoca en otros. Naturalmente' la sociedad
afectados otros objetos, epaÍece, por encima de las reacciones im- mina estas situaciones determinará también' no sólo sus respuestas
que hay dentro del niño y
pulsivas inmediatas, una forma de conducta que, es concebible, directas, sino las respuestas adultas
medida en que da expresión a
puede analizar el acto gracias a una atención que se desplaza hacia lo" ,o, réplicas pro.'o."rr. En lalattoz y luego en el juego' adopta
donde la dirigen nuestras distintas tendencias a actuar, y que puede estas últimas, al principio con
permitir la representación, reteniendo la imaginación de los resul- muchos papeles y en todos ellos se aborda
a sí mismo' Por supues-
juego, para adoptar más tarde .las acti'
tados de las distintas reacciones, en lugar de permitir que ingrese to, está adaptándose, en su
ptimitivos ésta es prácticamente
simplemente en la presentación o percepción de los objetos. Tal vidades adultas, y entre los poeblos
más que €so: cons-
dirección reflexiva de la actividad no es la forma en que aparece toda la educación que recibe' Pero hace mucho
que se convierte en el
primeramente la inteligencia, ni es su función primitiva. Su primera truye gradualmente una persona definida'
función, en el caso del niño, es la adaptación efe*iva a la pequeña objeto más important. de su mundo' En cuanto
un objeto' es al
En
sociedad de la que durante tanto tiempo tiene que depender. El prin.ipio el ,.ilejo de las acti$des de otros hacia el mismo'
a sí mis-
niño depende durante mucho tiempo de talantes y actitudes emo- rigor el niño, en este primer período' se refiere a rnenudo
los individuos
cionales. Resulta una continua sorpresa la rapidez con que se adapta mo €n tercera p".roni. Es un compuesto de todos
a ellos. Reacciona a las expresiones faciales ant€s que a la mayoría a los cuales se dirige cuando adopta los papeles de los que le
bastante clara
de los estímulos, y res¡rcnde con expresiones propias adecuadas, antes rodean. Y sólo grráo"lrn.nte adquiere esto forma
de ofrecer reacciones que podamos juzgar significantes. Llega en el para identificarse con el individuo biológico y dotatle de una per-
sonalidad neta, que nosotros llamamos consciente
de sí' Cuando
mundo altamente sensibilizado al llamado "gesto mímico", y ejerce
en la posición de comentar 1o que
su primera inteligencia en su adaptación a su medio social. Si se ve esto ha ocurrido, se ha colocado
privado congénitamente de los gestos vocales que le afectan como ¡ru.. V lo que piensa hacer, desde el punto de vista de cualquiera
.'conducta imaginativa" le sorpttn'
afectan a otros, y la perdida no es compensada desde temprano, en de los prp"i., que esa llamada
papeles difieren-' el in'
parte gracias a otros medios de comunicación que sigan en principio de adoptando. Er, la medida en que tales
objetos que le todea
el mismo procedimiento que la comunicación vocal, se ve limitado tento ti€ne distinto asp€cto, y .tt .i campo de
se destacan diferentes elementos' respondiendo
a sus propios' dis'
a ese medio instintivo de adaptación a los que le rodean y vive una
que piense, posee por
vida que apenas está por encima de los animales inferiores, por ;i.;;r, impulsos. Si no se puede decir aún
cierto que más baja que la de éstos debido a su carencia de las lo menos el mecanismo del pensamiento' entre la vida
variadas reacciones instintivas al mundo social y físico gue rodea Es necesario ,oti"vtt la amplia brecha existente
que crece en su conducta'
a cstos últimos. Como hemos visto, en el niño normal el gesto inmediata, directa, del niño y esa persona
Puede aceptar pasi-
vocal despierta las reacciones de sus mayores, mediante la estimu- Esta última l" oiene ia,i impuesta-desde afuera'
lrirn.rrr. el individuo que tl gtopo que le rodea le asigna bioló-
como
lación, por parte de éstos, del impulso paternal de aquél y, más
pu.i.iuA.rr, e a é1. g*,o tt distinto del individuo
tarde, de otros impulsos que en su forma infantil comienzan a 'u-irn*tt y
madurar en su sistema nervioso central. Estos impulsos encuentran gi.o apariorradamente afirmativo de sí' del individuo que odia
su expresión, en primer lugar, en los tonos de voz, y'luego en i^o í abraza y golpea. É'l no es nunca un objeto; su vida es una
t74 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 175
vida de sufrimiento y acción directos. Entretanto, la persona que nica que ayuda al niño a salir de tantas situaciones como le cree'
va creciendo tiene tanta realidad y tan poca como los papeles que De ello resulta una flúida acción rccíproca entre el individuo bio-
desempeñe el niño. Interesantes documentos sobre esta primera per- lógico y la persona. Toda conducta que presenta dificultades pasa ll

sona pueden encontrarse en los así llamados "compañeros imagina- a esa forma reflexiva. El sujeto es el individuo biológico, que
rios" que muchos niños confesadamente todos implícitamen- nunca está en la escena, y la persona adaptada a su medio social,
-y
te- se pro¡rorcionan. son, es claro, las reacciones imperfectamentc y gracias a éste al mundo en general, es el objeto. Es cierto que
personificadas del niño a su propia estimulación social, pero tienen el sujeto de la conversación entre los dos adopta ora este papel
en su vida de juegos una im¡rortancia más intima y duradera que ora el otro. Estamos familiarizados con esto en los procesos de ilt
otras de la tribu de sombras. A medida que el niño completa el pensamiento que llevamos a cabo en la forma de una discusión
círculo del mundo social al que reacciona y cuyas acciones se esti- con otro individuo. Con no gnca frecuencia pone uno los argu- il1
mula él mismo para producir, completa, en cierto modo, su propia mentos que quiere analizar en la boca de algún defensor de la
persona, hacia la cual pueden ser dirigidas todas esas actividades
idea. El rrgo-.ttto que ofrece este defensor de la doctdna es el
de juego. Es una consecución qu€ se anuncia en el paso de la pri- que aparece en el pensamiento; y cuando ha replicado, la res-
mera forma de juego a los deportes, ya sea los de competencia o po.rt" que él ofrecería es la que provoca la réplica siguiente. Pero'
los más o menos dramáticos, en que el níño interviene como una áunqu. la voz es la de otro, la fuente de todo ello es la persona
petsonalidad definida que se mantiene a todo lo largo. su interés de uno, el grupo de impulsos organizados que he llamado indi-
pasa de la narración, el cuento de hadas, la leyenda popular, a los viduo biológico. Es ese individuo en acción, con su atención fija en
relatos coherentes en que puede mantener una identidad de sim- el objeto. No entra en el cam¡ro de su propia visión. Pero, en la me'
patía con el héroe o la heroína, en el precipitarse de ros aconteci- dida en que puede abordarse a sí mismo y provocar una reacción, esa
mi€ntos. Esto no sólo involucra una trrsona más o m€nos organi- p€rsona y su reacción se cOnvierten en Un objeto, como hemos visto'
zada, observad¡ desde los puntos de vista de los que le rodean y Es necesario establecer aquí otra distinción, porque la experiencia
cuyas actitudes adopta, sino que implica, además, una interrelación es en €xtremo sutil. En la etapa que estamos considerando, la del ni-
funcional. en su conducta, de ese objeto-persona con el individuo ño, el papel que asume, del otro, es adoptado sin reconocerlo' El
biológico. sus reacciones no son ya, símplemente, las respuestas niño tiene conciencia de su reacción al papel, no del papel que adop-
tlirectas a las cosas físicas y sociales que tiene en derredor, sino que ta. Sólo la experiencia interna posterior, más complicada, tiene con'
t¿mbién son las respu€stas a esa persona que se ha convertído en ciencia del carácter con que dparcce en la escena el "yo" invisible'
un objeto de importancia continuam€nte creciente. Esa persona está y aun entonces, únicamente en un marco que se presentará más tarde'
compuesta de reacciones sociales a otros, considerados primaria- Él medio de interacción entre sujeto y objeto es el gesto vocal,
mente como se ven ellos cuando él adopta sus papeles. Así, un con la imaginación que se agrupa en torno a él; pero este gesto vocal l
niño llega a considerarse un compañero de juegos que tiene que no es más que una parte de un acto social. Reptesenta laadaptación
compartír sus juguetes con los otros niños, si quiere conseryados a un medio, en la actitud de alguna acción manifiesta. Empero, la i

como compañeros de sus juegos. Esto le obliga a ver en los juguetes acción es indicada a la persona por el gesto, y la persona, como otro
otros caracter€s, aparte de su inmediata atracción a su impulso de ser social, adopta, por medio de sus gestos, la actitud de las distintas
juego y al de posesión. El juguete se convierte en un objeto com- reacciones, la conversación de gestos que ya he descrito en la con-
puesto; no es sólo lo que da expresión al impulso del niño, sino ducra de los animales, El sujeto, el individuo biológico, replica a
algo que le mantiene con sus amigos queridos. Sus hábitos de esa actitud y su gesto; pero su réplica se dirige a la persona, en tanto
reacción son reconstruídos, y se convierte en un animal racional. que las reaiciones de ésta no se dirigen hacia el sujeto, sino hacia
La reconstrucción tiene lugar involuntariamente, cuando reconoce la situación social involucrada en la actitud que la ha provocado'
las diferentes características de los objetos que le rodean y que Expresada en nuestro pensamiento adulto, ésta es la distinción entre
le obligan a prestarles atención como persona. pero a medida que on" id., que se nos mete en la cabeza (una idea que se nos ocurre)
la persona se torna efectivamente organizada, proporciona la téc- y su relación con el mundo, del cual formamos parte como objetos'
t76 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PFRSONA Y SOCIEDAD i77
Es lo que el niño se prepara a hacer y las actitudes que adoptará en Y, sin embargo, este énfasis presupone algo que va más allá de
consecuencia. comienza a hacer algo y se encuentra, en la primera esa distinción y de su función. Implica una ubicación y una iden-
etapa del proceso, objetando y cambiando de actitud. En cierto sen- tificación definidasde la imaginación, aparte de su fusión con otros
tido, está poniendo a prueba el intento por el empleo der medio contenidos del objeto. Hemos visto que tal cosa tiene lugar en la
de comunicación con una persona. Así, .t itr¿i"i¿oo biológico ee formación del pasado y el futuro, y en la extensión, gracias a dichas
interrelaciona esencialmente con la persona, y ambos compo-nen la dimensiones, del medio inmediato más allá de la esfera de la per-
personalidad del niño. Esta conversación constituye el prirr., cepción sensorial. Empero, antes de que esa ubicación pueda llevarse
-.-
canismo del espíritu. En ella interviene el material de la percepción a cabo, la imaginación permanece desorientada; y, especialmente a
y la imaginación involucrado en las acciones que esos i.rto, ini- medida que el pasado y el futuro se tornan más definidos, la ima-
cian' La ímaginación de ros resurtados de ras acciones, ginación, que no ocupa su lugar de inmediato, necesita una habi-
fresagiadoc
por los gestos, se torna de especial interés. como hemos vistó, esta tación local y es ubicada en el espíritu.
imaginación se incorpora directamente ar objeto, en condiciones de En términos de una psicología conductista, el problema de de-
acción directa. En presencia de actividades alternativas, esa imagi- finir la reflexión es el de mostrar cómo, en la conducta inmediata'
nación del resultado de los actos es disociada, por el el desplazamiento de la atención, surgiendo de impulsos variados,
-orrr"nto, de
los objetos y sirve pa:.: frenar y provocar readaptaciones. puede condu cft a la reorganización de los objetos a fin de suprar
He hablado de dos puntos de vista desde los cuales puede ser ios conflictos entre los impulsos organizados. Acabamos de ver que
considerada la imaginación. Exíste, como ex¡sfen los perceptos; la imaginación que se incorpora a la estructura de los objetos y
y, como éstos, la imaginación puede ser definida en términos de qo. ,.jr.r.nta la adaptación del organismo a medios que no están
su relación con el organismo fisiológico. pero en tanto que los objetivo' Es
ir...rri.r, puede servir para la reconstrucción del campo
perceptos son, predominantemente, una expresión de una relación i-portrrrt. presentar más completamente el papel que la actividad
inmediata entre el organismo y su campo de objetos, la imagina- ,o.irt d.l individuo, por intermedio del gesto vocal, desempeña en
ción representa una adaptación entre un organismo y un medio este proceso. Los actos sociales de esta clase se llevan a cabo coope-
que no existe. En el caso en que la imaginación se funde con otros
rativ-amente, y los gestos sifven para adaptar las actitudes de los
cont€nidos del percepto, se extiende y llena el campo de objetos. distintos individuos, dentro del acto, a las actitudes y acciones tecí-
En la medida en que no se incorpora al medio inmediato, presenta procas. El llanto del niño dirige la atención de la madre hacia el
un material para el cual un organismo instintivo puede tener poco lugar en que se encuentra aquél y hacia el carácter de su necesidad- La
o ningún empleo. Puede servir, como lo hace, para descubrir óbje_ respuesta de la madre dirige al niño hacia ésta y hacia el socorro
que
tos qu€ no pueden ser descubiertos inmediatamente; pero como ..tá pr.p".tdo para acePtar. Los llamados de desafío de animales
los objetos que entran en el cam¡ro de la percepción risponden a rivatl y lt* t oi"t de arrullo de los pájaros sirven a propósitos aná-
hábitos organizados, y puesto que una forma instintiva io puede logos. Estos gestos, y las reacciones inmediatas a ellos constituyen
reconstruir sus hábitos congénitos, muy poco pueden las imá es tarde'
preparaciones para una actividad mutua que tendrá lugar más
'El
cumplir la función que cumplen en el espíritu del hombre, dt re- individuo ho*rno, mediante su gesto y su propia reacción a é1,
construir los objetos y los hábitos. Esta úttima función es un se encuentra en el papel del otro. Así, se coloca en la actitud
del in-
desarrollo de la función de la imagen al completar el objeto, agre-
dividuo con el cuai ti.n. qo. cooft€rar. La conducta de los niños, en
gando a'lo que llega por los senridos de distancia cstrls tan gran parte dirigida, sólo puede tener lugar en combinación con
la visión y la audició¡- st contenido del contacto -¡¡¡egque revela la la de sus mayores; y esta temprana facilidad para desempeñar los
aproximación real al objeto. su función primordiar en la refle- papeles de oiros les proporciona la adaptación necesaria para esa
xión es la de determinar qué curso de acción se seguirá, mediante ,.iiuiata interrelacionadi. Las prohibiciones, los tabús' implican
Ia presentación de los resultados de distintos cursos. Es una fun- perso-
tendencias en conflicto, que aparecen en términos de órdenes
cíón que inevitablemente acentúa el contenido de la imaginación, nales. Son éstas las que rcaperecen como imaginación cuando sutge
ya que la reacción depende del resultado imaginado del proceso. nuevamente el impulso de hacer la cosa prohibida' Donde un animal
378 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD )79
no haría miis que retroceder ante un punto prohibido, er niño un tiempo compuesto de elementos completamente in-
re. de vista de
pite la prohibición en el paper det padie. Lo que en er animar
sim- dependientes.
plemente se incor¡rora al objeto para tornarto peligroso,
construyc Es important€ reconocer cuán enteramente social es el mecanismo
para el niño una escena imaginaria, ya que su propia
actitud sociar de la conáucta reflexiva de los niños. La explicación reside a la vez
convoca, en su propia reacción, la del otro. Lo que erapafte
de una en el largo período de infancia, que requiere dependencia con respecto
corriente ininterrumpida, se convierte entonces en un acontecimiento
a ta .onáucta social del grupo familiar, y en el gesto vocal' que
es-
que precede a la violación de la ley o ar cumplimienro
de la misma. timula al niño a actuar hacia sí como los otros actúan hacia é1, co-
La suposición de las distintas ¡ctírudes hace posibre el anárisir locándose así en la posición de encarar sus problemas desde los
pun-
d.el objeto. En el papel del niño, la cosa es el tos de vista de todos los que están involucrados en ellos ---+n la me-
oújeto de una nece-
sidad inmediata. Es simpremente deseable. Lo que
ocupa la aten- dída en que puede adoptar tales puntos de vista' Empero, no hay
ción es esa respuesia al impulso de tomar y devárar. Én el papel que suponer que estas actitudes sociales del niño implican la exis-
del padre, el objeto es tabú, está reservado a otros momentos y para t.rr.i", en su conducta, de las plenas personalidades de aquellos
otras personas, y el apoderarse de él provocará un castigo. La capaci- cu.yas actitudes adopta. Por el contrario, la plena petsonalidad de
dad del niño para ser el otro pone ambos caracteres del objeto ante qu. ,. encuentra a li postre dotado, y que encuentra en los otros' es
é1, en su disparidad. El objeto no le arrae y le aleja,
similemente, la combinación de la iersona y de los otros. Como objetos sociales,
y
como hace con el perro bien adiestrado. con ese materi"i,
el niño los otros con quienes el niño juega son inciertos en sus contornos
erige sus creaciones de imaginación: la madre se ablanda y'srrprirrre brumosos en su estructura. Lo que está claro y definido en la acti-
el tabú; o, cuando el objeto es comido, nadie advierte al niño; o tud del niño es la reoccíón en cada papel, el de la persona o el del
suceden mil cosas en las actividades de los distintos personajes orro. La vida más tenprana del niño es la de las actividades sociales.
del
incluso esa €stimulación y reacción reflexivas. en un campo en
escenario, de modo que la cosa deseada es poseída poiel que
niño, y su
caráctet de tabú, aunque reconocido, no rogra
ras temidas ni los objetos sociales ni los meram€nte físicos han surgido defini-
consecuencias. O el niño más práctico toma el"."-.r.",
objeto y lo come, damente. Es un gran error pasar por alto el catáctet social de estos
arrostrando la consecuencia. de la azotaina como diina áe
ra pena, procesos, porque en el animal humano este factor social cornporta'
logrando de tal modo ---+n forma heroica pero todaví" .on
ü "r- asimismo, la clmplicación de la posible autoestimulación. La reacción
wranza de que ocuna algo inesperado que ocurte ra acción o cambie de un animal humano hacia otro, en la que un gesto desempeña un
Ia ley o su puesta en vigor-, la unión áe los caracteres en
confricto. papel que puede afectar al primer individuo como afecta al otro' tie-
En una palabra, la adopción simpática de la actitud del otro pone ,,.-or, ,,ralor que no puedelsignarse a las reacciones directas, instin'
en juego distintos impulsos, que dirigen la atención hacia tivas o impuisivas a los objetos, ya sea que éstos sean otras formas
caracte-
rísticas del objeto que son ignoradas en la actitud de reaccíón vivas o simples cosas físicas.
directa.
Y las diversas actitudes adoptadas pro¡rorcionan er materiar para una Tal reacción, aun con su autorreflejo sólo implícitamente cxisten'
las cosas
reconstrucción del campo objetivo, en el cual y mediante el cual te, debe er más claramente distinguida de nuestra reacción a
puede tener lugar el acto sociar cooperativo, dando expresión físicas en términos de nuestra más moderna actitud científica.
El
satis-
mundo físico no existía en la primera y más sencilla experiencia
del
factoria a todos los papeles invorucrados. Este análisis y .rt" ,..orr.-
trucción son posibilitados por el aparato der gesto vocar, con su hombre. Es un producto del método científico moderno' No se lo
encuentra en el niño o en el hombre simple, y, sin embargo, la
mayor
equipo orgánico conexo. En ese campo, la corriente ininterrumpida
parte de las psicologías tratan la experiencia de las reacciones del
se quiebra en series ordenadas, en la relación de las etapas
alternati-
,ri¡o , los llámados "objetos físicos" que le rodean como si esos
vas que conducen a algún acontecimiento. El tiempo, con
sus mo-
mentos distinguibles, aparece, 1rcr así decirlo, con los intervalos objetos fuesen para él lo que son para los adultos' Las más intere-
necesarios para cambiar los decorados y mudar los trajes.
,onr", evidencias de esta dlferencia residen en la actitud del hombre
trno no primitivo hacia su medio. El hombre primitivo tiene el espírítu
puede ser otro y al mismo tiempo él mismo, salvo
desde el punto áe un niño por cierto, del niño pequeño. Encara sus problemas
-y,
380 GEORCE H. MEAD
en términos de conducta sqsi¡l- la conducta social €n la que está
presente ese autorreflejo que acaba de ser tema de nuestro análisis. El
niño obtiene sus soluciones de Io que, desde nuestro punto de vista,
son problemas enteramente físicos, tales como los del trans¡rcrte, el
movimiento de las cosas y otros por el estilo, a través de su relación
social con los que le rodean. Y esto no ocurre así simplemente por-
que dependa de ellos y tenga que esp€rar que los que le rodean le
ayuden durante el primer período de su infancia, sino, y más im- IV
portante aún, ¡rorque su proceso primitivo de reflexión es de me-
diación entre los gestos vocales de un proceso social cooperativo. Er
Fn¡cn¡pNros soBRE Étlc¡ I
individuo humano piensa, antes que nada, enteramente en términos
sociales. Esto quiere decir, como he subrayado más arriba, no que
la naturaleza y los objetos naturales sean lxrsonalizados, sino que 1 .
Es posible construir una teoría ética sobre una base social, en
las reacciones del niño a la naturaleza y sus objetos son reacciones so- términos de nuestra teoría social del origen, desarrollo, natutaleza y
ciales, y gue sus reacciones implican que las acciones de los objetos estructura de la persona. Así, por ejemplo, el irnperativo categórico
naturales son reacciones sociales. En otras palabras, en la medida en de Kant puede ser socialmente definido o formulado o interpretado
que el niño pequeño actúa reflexivamente hacia su medio físico, actúa en esos términos; es decir, se le puede dar su equivalente social.
como si éste le ayudara o le pusiera obstáculos, y sus reacciones van El hombre un ser racional porque es un ser social. La univer'
es
acompañadas de amistosidad o cólera. Es una actitud de la que se salidad de nuestros juicios, sobre la que Kant pone tanto énfasis, es
encuentran algo más que vestigios en nuestra complicada experiencia. una universalidad que surge del hecho de que adoptamos la actitud
Ello resulta qaizá más evidente en las irritaciones contra la total de toda la comunidad, de todos los seres racionales. Somos lo que
depravación de las cosas inanimadas, en nuestro afecto hacia los ob- somos gracias a nuestra relación con otros, Inevitablement€, pues,
jetos familiares utilizados constantemente y en la actitud estética ha- nuestra meta debe ser una meta social, tanto desde el punto de vista
cia la naturaleza que es la fuente de toda la poesía de la naturaleza. de su contenido (que respondería a impulsos primitivos) como
La distinción entre esta actitud y la de la personificación es la que desde ef punto de vista formal. La socialidad proporciona la
existe entre la actitud del culto primitivo y la actitud posterior del universalidad de los juicios éticos y compone el fondo de la afir-
mito, entre el período del mana, de la magia en su form¡ primi- mación popular de que lavoz de todos es la voz universal; es decir,
tiva, y el período de los dioses. En esta etapa, la esencia del proceso todos los que pueden apreciar racionalmente la situación, están de
reflexivo es que las dificultades son superadas por medio de las acti- acuerdo. La forma misma de nuestro juicio es, pues, social, de
tudes amistosas u hostiles. . . . tMSl. modo que la meta, tanto en contenido como en forma, es una m€ta
social. Kant encaró esa universalidad partiendo de la suposición de
la racionalidad del individuo, y dijo que si los fines de éste, o la
forma de sus actos, eran universales, entonces podía surgir la so-
ciedad. Concibió al individuo primeramente como racional y como
una condición para la sociedad. Empero, reconocemos que no sólo
r [Cf. "suggestionc toward a Theory of the P1:iloso¡hical Disciplld', Phi'
tosoohíiat Rettieli,IX (1900), págs. I y ss'; "The Social Self", Journal of
Phiiosoph.t, X (lglt) , págs. 374 y ss. I "The Social Settlement: Its Ba¡is and
Function", Ilnioersitg of Chícago Record, XII (1908)' págs. 3ll y sc.; "The
-International
Philosoohical Basis oÍ Ethics", Jownal of Ethícs, XVIII (1908),
págs. ill y ss. l "scientific Method and the Moral Sciencee". íbid.' XXXIII
-(198), páes.229 y ss.; "Philanthtopy from the Point of View of Ethics",
in tntiUiginl Phílanthropg, editado por Ellsworth Faris et ot. (1930).1
382 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 383
€s universalla forma del juicio, sino también el contenido
--que tr Si un hombre establece como máxima para su conducta el pnn-
meta m\a puede ser universalizada. Kant dijo que sólo podíamor
cipio de que todos deberían ser honestos con él' en tanto que él
universaliiar la forma. sin embargo, universarizamos Ia
meta mic- *ir-o sería deshonesto con todos, no podría existir una base real
ma. Si reconocemos que es posible universalizar la meta, entoncc, para su actitud. Exige la honestidad de las otras p€rsonas' y no está
un orden social puede surgir de tales fines sociales, universares.
en condiciones de exigirla si él mismo es deshonesto' Los derechos
2. Podemos convenir con Kant en que el ,,debeúa,, implícr que uno reconoc€ en los otros, puede exigirlos en los otros; pero no
universalidad. Corno él señala, ello rige para el caso de exigir a los otros lo que nos negamos a respetar' Es una
Ia Regta
Aurea. Dondequiera aparczca el elemento del ..debería,,, donde- iod.-o,
imposibilidad práctica.
quiera hable Ia conciencia de uno, adquiere siempre
esa forma uni. Empero, cualquier acto constnrctivo es algo que se encuentra
fuera de la esfera del principio de'Kant' Desde el punto de
versal. vista
Sólo un ser racional puede dar forma universal a su acto. de Kant, uno supone que ta norma existe; y entonces' si uno-la es'
Los
animales inferiores siguen simplemente sus inclinacioner; quiva mientras espera que las demás pe-rsonas vivan de acuerdo con
persigu.n
finrs particulares, pero no pueden dar forma universal a los actos. .llr, ., alcanzado pot át principio de Kant' Pero cuando no existe
sólo un ser ¡acional podría &r capaz de generalizar de tar modo la norma, el principio no ayuda a decidir' Cuando es preciso lograr
su acto y la máxima de su acto, y el ser humano tiene tal
raciona- una redefinición, una readaptación, se consigue una nueva situación
lidad. cuando actúa de cierto modo, está de acuerdo qo. todos en la cual actuar; la simple genenlización del principio del acto
actúen del mismo modo, en las mismas condiciones. "n
¿No es ésa la propio no resulta útil. Es .., .t. punto cuando se derrumba el prín-
afirmación que generarmente hacemos cuando nos cipio de Kant.
lustificamosr
Cuando una p€rsona ha hecho algo dudoso,
¿no afirmamos, antcs Lo que hace el principio de Kant es decirle a uno que un acto
cs inmoial en ciertas condiciones, pero no le dice cuál es el
que nada, "Eso es lo que cualquiera habría hecho acto
en mi lugar,,? Tal
esla manera en que uno justifica su conducta, si es puesta-en
tera de moral. El imperativo categórico de Kant supone que existe una sola
juicio; el que debeúa ser una ley universal es forma de actuár. Si tal es el caso, entonc€s no hay más que una sola
el respaldo justificable
que uno proporciona para un acto equívoco.
Esto, .o-pletamente regla que puede ser universalizada; en esas condiciones' el respeto
apart€ del contenido del acto, ya qu€ uno puede estar
seguro de que pol, t"- ley sería el motivo Para actuar de tal manera' Pero si se
ropon. que existen formas alternativas de actuar, entonces no se
lo que está haciendo es ro que quiere qu. h"g"n todos lJs a.i¡" pue-
en qué
las mismas circunstancias. traz al pro¡i-o lo qo. quisieres de utiliiar la regla de Kant como medio de determinar es
-p.rron* qo. ,.
hagan a ti; es decir, actúa hacia otias como quisieras que correcto.
actuaran con resp€cto a ti en las mismas condiciones. 4. Tanto Kant como los utilitaristas quieren unive¡salizar, ha'
3 . En general, cuando uno se aprovecha de cer universal aquello en lo cual reside la moralidad. Los utilitaristas
otras la
universalización del principio del a*o eriminaría el valoilxrsonas, dicen que debe ser el mayor bien para el mayor número;
Kant dice
mismo del adopte la forma una ley
propio acto. uno quiere estar en condiciones de robar cosas y
a Ia lo. f" actitud del acto debe stt tal, quecomún -de
de estas dos escuelas
vez conservarlas como propias; pero, si todos robaran, la propiedad universal. Quiero señalar esta actitud
no existiría. Generalícese el principio det acto y se verá qoá ,o..- que se oporrin la una a la otra en otros sentidos: ambas sientcn
dería con referencia a Ia cosa que uno está tratando de hacir.
Esta
qu. .rr, á.to moral tiene que tener, en alguna forma' un carácter
universal. si se define la moralidad en términos del resultado
del
prueba kantiana no es una prueba de sentimiento,
sino una prueba de toda
racional que tiene €n cuenta un¡ gran cantidad de actos qo. acto, entonces se está definiendo los resultados en términos
,l.ono- la comunidad; si en la actitud del acto, entonces' en términos del
cemos como morales. Es valiosa a su maners.
Tratamos de decidir la forma de una ley
si nos convertimos a nosotros mismos en excepciones respeto por la ley, y la actitud deberá tomar
o si estamos dis- universal, de una regla universal. Ambas reconocen que la moralidad
puestos a permitír que todos los demás actúen
como lo hacemos implica universalidid, que el acto moral no es simplemente una
nosotros.
cuestión particular. Una cosa que es buena desde el punto de vista
J84 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t85
moral, tiene que ser buena para todos los que se encuentren en la¡ sentido, el resultado está presente en el acto. (Jna persona que da
mismas condiciones. Esta exigencia de universalicrad se encuentr¡ todos los pasos necesarios para conseguir un resultado, ve este re-
tanto en la doctrina kantiana como €n la de los utilitaristas. sultado en- dichos pasos. Es eso lo que hace que uno sea moral o
5 . Si el imperativo categórico es obedecido com.o quiere Kant, inmoral, y lo que distingue entre un hombre que realmente piensa
todos convieften su acto €n una ley universal, y, entonces, üfir cofl- hacer lo que dice que hará y uno que simplement€ "tiene buenas
binación de tales individuos resultará armoniosa, de modo gue una intenciones".
sociedad compuesta de seres que r€conocen la ley moral s.ría urr¿
7 .Todos nuestros impulsos son posibles fuentes de dicha; y en
sociedad moral. De ese modo, Kant pone un contenido en su actoi
la medida en que logran su expresión natural, llevan a la felicidad.
aiirma que no existe tal contenido, pero, al establecer al ser humano
En el acto moral, se obtendrá placer en nuestras satisfacciones; p€ro
como un fin en sí mismo, y, por lo tanto, a la sociedad como un
el fin está en los objetos, y los motivos se encuentran €n los impul'
fin superior, introduce el contenido. sos que se dirigen hacia esos objetos. Cuando, por ejemplo, una
Este cuadro de un reino de fines apenas puede ser distinguido p.rrorr. se siente profundamente interesada en una actividad, en-
de la doctrina de Mill, ya que ambos establecen a la sociedad como ion.., tiene impulsos que se dirigen hacia ciertos fines, y tales im-
un fin. Cada uno de ellos tiene que lograr alguna clase de fin quc pulsos se convierten en los motivos de su conducta. Distinguimos
pueda ser universal. Los utilitaristae lo obtienen en el bien general,
esos impulsos de los motivos que reconocen los utilitaristas. Estos re-
la felicidad general de toda la comunidad; Kant lo encuentra en conocen sólo un motivo: la sensación de placer que surge cuando el
una organización de seres humanos racionales que apliquen la racio- deseo es satisfecho. En lugar de ello, nosotros ponemos el impulso
nalidad a la forma de sus actos. Ninguno de ellos está en condiciones dirigido hacia el fin mismo, y afirmamos que tales impulsos son los
de definir el fin en rérminos de objeto del deseo del individuo. motivos de la conducta moral.
En rigor, lo que es preciso universalizar es el objeto hacía el cual La cuestión se convierte entonces en la determinación de la clase
se dirige el deseo, el objeto en el cual es preciso centrar la atención
de fines hacia los cuales debe dirigirse nuestra acción. ¿Qué clase de
si se quiere triunfar. Hay que universalizar, no simplemente ra Íop
normas podemos establecer? En primer lugar, nuestras metas deben
ma del acto, sino el contenido del acto.
Si se supone que lo que se desea es sencillamente placer, se tien€
,.. ,nut"" deseables en sí, es decir, que conduzcan a la expresión y
satisfacción de los impulsos. Ahora bien, hay algunos impulsos que
un acontecimiento especial, un sentimiento que se experimenta en conducen simplemente a la desintegración, que no son deseables en
ciertas condiciones. Pero si se desea el objeto mismo, se desea aquello
sí. Hay ciertós impulsos que encuentran su expresión, por ejemplo,
a lo que puede darse una forma universal; si se desea tat objeio. el en Ia ciueldad. Tomados en sí mismos, no son deseables porque los
motivo mismo puede ser tan rnoral como el fin. La brecha que el
resultados que acarrean son limitantes, deprimentes, y nos privan de
acto abre entre el motivo y el fin deseado desaparece entonces.
las relaciones sociales. También conducen, por lo que respecta a los
6 . Existe la cuestión de la relación entre el esfuerzo y la conse-
demás, a causar daño a otros individuos.
cución a que ee aspira, la cuestión de si el resultado es algo que
según los términos de Dewey, los impulsos morales deberían ser
puede tener algo que ver con la moralidad del acto. Es preciso in- ,'que tefuerzan y expanden, no sólo los motivos de los cua-
aquellos
co4xlrar el fin a Ia propia intención, a la propia actitud. En cada
lus surgen dit".trttt.ttte, sino también las otras tendencias y actitu-
etapa del acto se puede actuar con rcferencia a la meta; y se puede 2. Si una lrrsona se interesa por otras
des que son fuentes de dicha"
corporizat esta mete en los pasos que se dan inmediatamente. que tiene lleva a refotzat ese motivo
p.rron*, descubre que el interés
Tal es la diferencia entre t€ner buenas intenciones y tener inten- nos interesamos por las p€rsonas'
ciones correctas. Por supuesto, no se pued€ tener el resultado final
y a expandir otros. Cuanto más
ianto más nos sentir¡os interesados por la vida en general' Toda la
en los primeros pasoe del acto, p€ro por lo menos se puede definir
situación dentro de la cual se encuentra el individuo adquiere un
dicho acto en términos de las condicionec que uno satisface.
nuevo interés. Similarmente, encontrar un motivo intelectual es uno
Si se quiere tener éxito, es preciso sentirse interesado en un fin
en términos de los pasos que es necesario dar parallegar a é1. En ese 2 (l?
[Dewey y Tufts, Ethícs edición) , p^s. 284.1
386 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD J87

de los más grandes privilegios que se puedan tener, poqlue ex¡xndc g .Si contemplamos al individuo desde el punto de vista de sus
muy ampliamente el interés. Reconocemos tales fines como especial- impulsos, podemos ver que los deseos que se tefuetzan a sí mismos'
mente importantes. o qo. .orrtirrúan expresát dot" y que despiertan otros impulsos' serán
Así, contemplando la dicha desde el punro de vista de los im- buenos; en tanto que los que no se refuerzan a sí mismos conducen
pulsos mismos, podemos establecer una norma del siguiente modo: a resultados indeseables, y los que debilitan a los otros motivos son
el fin debe ser tal, que refuerce el motivo, que refuerce el impulso y en sí mismos malos. Si, ahora, observamos el fin de la acción antes
amplíe otros impulsos o motivos. Tal sería la norma propo.rt". que el impulso mismo, descubrimos que son buenos los fines que
Estamos libres ahora de'las restricciones de ros utilitaristas y conducen a la rcalización de la persona en cuanto ser social. Nuestra
los kantianos, si reconocemos que el deseo se dirige hacia el objeto moralidad se concentra en torno a nu€stra conducta social. Somos
y no hacia el placer. Tanto Kant como los utilitaristas son, funda- seres morales en cuanto seres sociales. De un lado está la sociedad
mentalmente, lrdonistas: suponen que nuestras inclinaciones se diri- que hace posible a la persona, y del otro lado se encuentra la per-
gen hacia nuestros estados subjetivos el placer que surge ,orr", qo.-hace posible a una sociedad altamente organizada' Am-
de Ia satisfaccíón. Si ése es el fin, -hacia entonces, es claro, nuestros bas se responden mutuament€ en la conducta moral'
motivos son todos subjetivos. Desde el punto de vista de Kant son En nuestra conducta reflexiva estamos siempre reconstruyendo
malos, y desde el de los utilitaristas son iguales para todas las acciones, la sociedad inmediata a la que p€rtenecemos. Adoptamos ciertas acti-
y, por lo tanto, neutros. Pero desde el punto de vista actual, si tucles definidas, que implican relación con otros. En la medida cn
el objeto mismo es mejor, entonces el motivo es mejor. El motivo que tales relaciones son cambiadas, la sociedad misma es cambiada.
puede ser puesto a prueba por el fin, en términos de si el fin refuerza Reconstruimos continuamente. Cuando se llega al problema de la
al impulso mismo. reconstrucción, hay una exigencia esencial: que todos los interescs in-
Los impulsos serán buenos en el grado en que se refuercen a sí volucrados sean tenidcs en cuenta. Uno debe actuar con referencia
mismos y amplíen y den erqpresión a la vez a otros impulsos, a todos los interesed involucrados: €so es lo que llamaríamos "un
8 . Todas las cosas que valen la pena son experiencias compar-
imperativo categórico".
Estamos definidamente identificados con nuestros propios inte-
tidas. Aun cuando una lxrsona está sola, sabe que ra experiencia de
que goza en la naturaleza, en el placer de la lectura de un libro, reses. IJno está constituído por sus propios intereses; y cuando éstos
experiencias que se podrían considerar como puramente individuales,
son frustrados, se exige entonces, en cierto sentido, un sacrificio de
esa persona estrecha. Esto conduce al desarrollo de una persona más
sería acentuada enormemente si pudiera compartirla con otros. In-
cluso cuando una lxrsona parece retirarse en sí misma para vivir amplia, que puede ser identificada con los intereses de los otros. creo
que todos sentimos que es preciso estar dispuestos a reconocer los
entre sus propias ideas, está viviendo, en realidad, con otros que han
interes€s de los demás, aunque se opongan a los nuestros, pero que
pensado lo que ella piensa. Lee libros, recuerda las experiencias que
la persona que hace tal cosa no se está sacrificando, sino convirtién-
ha tenido, proyecta las condiciones en las cuales podría vivir. El
dose en una persona más anrplia.
contenido tiene siempre carácter social. O podrá pasar a las expe-
tir:ncias místicas de la vida religiosa
l0 . El grupo progresa de las normas antiguas hacia otras nor-
6e¡¡¡¡ión con Dios. La mas; y lo importante desde el punto de vista de la moralidad es
concepción de la vida religiosa es ella-t¡misma una concelxión social; que tal proceso tiene lugar por mediación dcl individuo, por media-
se agrupa en torno de la idea de la comunidad.
ción de un nuevo tipo de individuo: uno que se concibe a sí misrno
Sólo en la medida en que uno pueda identificar con el bien co- como no se han concebido los individuos cn el pasado. Como ejem-
mún su propio motivo y el fin que realmente persigue, sólo en esa plos están los de los profetas entre los hebreos y ios sofistas entre
medida podrá llegar a la rneta moral y, así, alcanzar Ia fericidad los griegos. El punto que quiero subrayar es que ese nuevo individuo
moral. Así como la natureleza humana es esencialmente social en aparece coílo r€pfesentante de un nuevo orden social. No aparcce
carácter, así los fines morales deben ser también sociale¡ en natu- simplenente como un individuo particular; se concibe a sí mismo
taleza. como psrteneciente a otro orden social que debería ocupar el lugar
388 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 389
del antiguo. Es miembro de un orden nuevo, se pueden sentar por anticipado reglas fijas en cuanto a lo
más elevado. por No
supu€sto, hubo cambios evolutivos que
ocurrieron sin reacción in. que debe hicerse. Se puede descubrir cuáles son los valores involu-
dividual. Pero los cambios morares son ros que tienen ciados en el problema y actuar racionalmente con rcfercncia a ellos'
rugar gracirr
a la acción del individuo en cuanto tal.
El individuo ,".onoi.rr. .n Eso es lo que pedimos, y lo único que pedimos, a cualquiera. Cuan'
el instrumento, el medio, de convertir er antiguo
orden en un orden do censuramos la conducta de una pefsona, decimos que no ha tenido
nuevo.
en cuenta los valores, o que, al tenerlos en cuenta, no actúa racional-
Lo que está bien surge en ra experiencia del individuo: mente con referencia a ellos. Ése es el único método que una ética
éste lrega
para cambiar el orden sociar; es el instrumento por puede presenrar. La ciencía no puede decir cuáles serán los hechos'
medio del cuar
puede ser cambiada ra costumbre misma. EI proieta se torna suma- pero pnede dar un método pafa encararlos, reconocer todos los he-
mente importante por esa razón, puesto que representa la clase
de .to, qn. corresponden al problema, de modo que la hipótesis sea
c-onciencia en que uno decide cambiar el concepto de ro que está
bien. cohe.ente, racional. No se puede decir a una persona cuál ha de ser
Al pneguntar qué está bien, nos encontramos en la misma situación, la forma de su acto, como no se puede decir a un hombre de ciencia
y, de ese modo, ayudamos al desarrollo de la conciencia morar dc cómo serán sus hechos. El acto moral debe tener en cuenta todos lo:
la comunidad. Los valores entran en confricto entre sí en ras expe- valores involucrados, y debe ser racional esto es todo lo que pue'
riencias del individuo; la función de éste es dar expresión a los dis- de decirse.
-y
tintos valores y ayudar a formular norm:¡s más satisfactorias que 12 . La única regla que una ética puede presentar es que un
Ias que han existido. individuo debe encarar racionalmente todos los valores que se
I I . cuando llegamos a la cuestión de ro que está bien, he di- encuentran en un problema específico. Esto no significa que uno
cho que la única prueba que podemos estabrecer es ra de si hemos dcba extender ant€ si todos los valores sociales, cuando encafa
tomado en cu€nta todos los intereses invorucrados. Es esencial que un problema. El problema mismo define los valores. se trata de
sean considerados todos los intereses de la naturaleza del hombre un problem" .rp.iífi.o, y están definidamente involucrados en él
involucrado. El puede tener en cuenta sólo los intereses que integran .ierios intereses; el individuo debe tomar en cuenta todos esos inte-
su problema' Et hombre de ciencia tiene que considerar todos los reses y luego elaborar un plan de acción que los encare racional'
hechos, pero considera sólo los factores invJucrados en er probrema mente. Ese es el único método que la ética puede ofrecer al individuo.
inmediato. un hombre de ciencia que trata de descubri*i 1", ."- Es de máxima importancia el que uno defina cuáles son los intereses
r¿cterísticas adquiridas pueden ser heredadas, no tiene en cuenta
los implicados en la situación específica' Resulta sumamente necesario
factores de la relatividad, sino solamente los factores que se
aprican
qu. ,rno esté en condiciones de considerarlos imparcialmente. sentimos
a su problema. El problema moral ímplica ciertos intereses iue las personas tienen tendencia a adoptar lo que llamamos una
"r .orr-
flicto. Es preciso considerar todos los intereses que están involucra- actitud egoísta en relación con tales intereses' He señalado que la
dos en el conflicto. cuestión del egoísmo es un establecimiento de una persona limitada'
En los juicios morales tenemos que eraborar una hipótesis social, encontraposiciónconunap?rsonarnásamplia'Nuestrasociedadestá
sociales
y nadie puede hacerlo simplemente desde su propio punto de vista. construída con nuestfos intereses sociales. Nuestras relaciones
inmediatos entran
Tenemos que contemplarla desde el punto de vista de una situación constituyen la persona. Pero cuando los intereses
a pasar
social. Presentamos la hipótesis como los profetas presentaron la en conflicto con otros que no hemos reconocido' tendemos
a estos últimos y a tomar en cuenta sólo los inmediatos'
La
concepción de una comunidad en gue todos los hombres eran her- po,
"iro
iificultad reside en lracernos reconocer los otros intereses' más am'
manos. Ahora bien, si preguntamos cuál es la mejor hipótesis, la
única respuesta que podemos ofrecer es que tiene que tener en cuenta plios, y luego ponerlos en alguna clase de relación racional con los
todos los intereses involucrados. Nos sentimos tentados a pasar por
m¡riom.¿i"tor.Existelaposibilidaddecometererrores'perolos
erfores no son Pecados.
alto ciertos intereses contrarios a los nuestros y a poner el mts-
acento 13 . Un hombre tiene que conservar su respeto hacia sí
sobre aquellos con los cuales nos hemos identificado.
mo, y es posible que tenga que opon€rse a toda la sociedad pata
= ri

390 GEORGE H. MEAD


conservarlo. P.ro ro-hace desde et punto de vista de
lo que contr.
dera una sociedad más elevada y que ra que existe. Amb¡¡
',"¡or morar: .r qu.
cosas son esenciales para ra conducta
exista unr
organización social y el que er individuo se conserve.
Er método
para tomar en cuenta todos los int€reses que componen
a la sociedad
por una p^rte y al individuo por la otra es el
método de la mo.
ralidad.
BIBLIOGRAFÍA DE LOS ESCRTTOS DE
GEORGE H. MEAD
ORDENADOS CRONOLÓGICAMENTE

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INDICE DE NOMBRES

Aristóteles, 283 Keller, H., 180


Kóhler, W.,81 n.
Baldwin, J. M., lü n.
Bergson, H., 54 n., 67 n. McDougall, W.,370
Bryce, J., 309 Milt, J. s., 235, 384
Buda, 240 Morley, John, 122-123
Burrows, 2ó9 Müller, M., l13
Münsterberg, H., 73
Cooley, C. H., 201, 246 n.,329-330 n'
Pablo,243
Darwin, 65, 363 Piderit, Th., 363
-y la expresión de las emociones' 64-65 Platón, 283
-y Wundt, 85-87
Dewey, J., l17-118, 385-386 Rousseau, J. J., 301-302
-sobre la emoción, 6ó n. Rusell, B., 83, t46,147
-sobre la universalidad como social, 125
-sobre las normas éticas,385 n. Sócrates, 240
Spearman, C. E., 180-181
Einstein, A.,227 Spencer, H., 70

Fiske, J., 367-368 Tarde, G., 95


Freud, S.,273 n. Tolstoi, L., ló9
Helmholtz, H., 78
Virgilio, 300
Hume, D., ó4, 349

James, W., 5l-52,6,73, 123' 201' 228 Watson, J. 8., 50, 131, 133' 134, 136' 137
'
Jesús, 240, 283,288 141
Wordsworth, 210
Kant. I., 381, 382, 383, 385 wundt. w., 65, 75-76, 95,97,218,300' 363
ESPÍRITU. PERSONA Y SOCIEDAD 397
TNDICE ANALITICO
casta, 329-330 -importancia para la teoría estética,295-
causa, 159 296
causa final y Progreso, 308 -naturaleza práctica de su programa, 77-
censof.273-274 84
cerebro, 258 n. -resumen de su tratamiento de la concien-
está en el cerebro, 14ó- cia,337'343
-la conciencia no
147 -su explicación de la reflexión, 136-144
ciencia -su posición general, 50, 337
-relación con la magia, 212-213 -,tso del término, en contraste con el uso
más restringido de Watson, 50
-y experiencia, 357-358
ciencias sociales, y psicologla, 79-81 -y paralelismo, 140, 144-151
ciudad-estado, como organización social conflicto
ideal de los griegos, 283 n. -su lugar en la integración social, 315'323
abstracción, por conflicto e inhibición, ctan, como generalización de la familia' 251 -su reiolución por medio del pensamiento
-+omo esencial a la inteligencia humana. reflexivo, 320-321
121 n. compañeros imaginarios, 373'37 4
172 n. constantes lógicas, 27 7 -27 8
acción comunicación, 337
-dependiente del lenguaje, lgg-lm consumación del acto, 211'212
-cooperativa, posible sin lenguaje, 96-97 -aporta material esPiritual, 133
-diversos grados en el proceso de,274-275 control
-unificada, debida a la organiiación de los -diferencia en el hombre y los animales,
-en el juego y los deportes de los niños, 271-273 -control humano de la evolución '270-2'12
actos, ó8-70 180-182 fases anteriores del acto por las fases
actitud del ingeniero, 292-293 --en el proceso económico, 315 -fundamentos sociales y funciones de la, -de
2'll-278 posteriores, l5l-152
actitud religiosa -factores que limitan el proceso, 335_337
-hace posible la persona autoconsciente, -método para controlar la experiencia,
-como factor en la organización social. alma, 180-l8l 170-17 l, 173-17 4, 262-264 l4ó-151
304-307, 3ú-312 alucinación, 348 -social, expresado en términos de autocrí-
-importancia de los medios de' 275'276
-comparada con la actitud económica, América, como auto-gobierno universali_ tica,273-274
302-312 -su ideal como discurso universal, 33ó-337
zándose, 284 control social
-su relación con el pensamiento y el sím-
-implica una relación social con el mun- análisis, como característica de la razón, bolo significante, 107-114 -expresado en base a la autocrítica,273-
do,291. t3t-132 274
actitudes. Véase actitud económica, actitud análisis de objeto, posibilitado por la asun- -su rol en et desarrollo de la persona, 2ó2-
2@ -ganado a través del "mf,, 233-235
religiosa ción de roles, 378-i79 conienciones, comparadas con los modales,
comunidad, y la institución, 278-281
-importancia para et conductismo, 55-60 animales. Véase hombre y animales 280-281
conciencia
-relación con el acto, 53,36-367 -carencia de personalidad, 2W-Zl0 conversación con gestos, ól' 103' 271-273
-ambigüedad del término, 72-77 '145-147 ' perso-
-social, y el mundo físico, 205_213 -comparados con los hombres, 359-360 193-20r -su relación con el desarrollo de la
actit.¡rles económicas, comparadas con las arte, relación con lo no-convencional, 232- na, 195-196
-tomo correspondiente sólo a procesos
actitudes religiosas, 2BB-312 234 sensorios, ó7-68 -valor de su entrada en el individuo' 20ó-
acto asociación, leyes de la, como procesos de 207
-como emergente del acto social, 63-65
reintegración, 347 -350 conversión, naturaleza social de la,24l'242
-acentuado en la totalidad por la psicolo- -como experiencia, en contraste con la
gla comparativa, 5ó n. atención, 70-7 I, 132-133 concien¿ia como inteligencia racional' cooperación, lingüística vs' no-lingüística'
-aspectos internos y externos del, 53-54 -su relación con el impulso,3U-345 74-76, 145-147 , 337-343 96-97
-como dato fundamental de la psicolo_ at¡ibutos, su relación con la sustancia, 159- -{omo experiencia constituida según el córtex, 257. yd¿s¿ sistema nervioso
gía,56 160
medio. 338-342 creatividad de la Persona, 237-245
-consumación del, frente a la cosa física, auto-conciencia criminal, 282
-como funcional, no sustantiva, l¡+6'147
2tt-212 -distinguible de la conciencia, 192, 194_ --como inteligencia reflexiva, 342-343 cristianismo, 296-297, 314-315
20t -+omo factor del progreso social' 307
-definido, 54 n. -fracaso de la negación watsoniana de la'
-que implica una teleología natural, 54 n. -en las naciones, 327 -328 57-59 crítica de la teoría del lenguaje de Wundt,
-social, definido, 55 autocondicionamiento, caracterlstico de la 91-93
-relación con la psicologia' 5l'52
-su organización en base a las actitudes, inteligencia humana, 143-144 cualidad, frente a cantidad en los logros so-
autocrltica, como crftica social, 273-27 4 -uso de James del término' 5l-52
58 conducta. Y¿ds¿ fespuesta ciales. 283-285
acto social autoexpresión, frente a la convención, 235- cuerpo, su relación con el espíritu, 213 n^
-función de la imaginación en la conduc-
-definición, 55 237
ta, 344-351 culto y conservadurismo religioso' 309-310'
-posible sin conciencia, 64 autosensación, no aporta una explicación de 315
la persona, 201 -impulsiva, 233-234
adopción de roles, 272-273, 365-367, 369-
-int-eligente, opuesta a la reflexiva, 112-
371,371-375 113 democracia
belleza, como carácter relacionado objetiva-
-<omo-conducción para análisis del obje_
mente de los objetos, 339 -lugar del esPíritu en la, 371-372 -implica eliminación de las castas' 329
to,378-379
budismo,299,3l5 -social, 362-364 -relación con la actitud religiosa de la fra-
conductismo ternidad universal, 300-302
398 GFORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 399

-su ideal como realización funcional de la estética -relación con el PercePto,376'377


persona, 335-339 -son sociales por naturaleza' 386-387
-experiencia estética en relación con cl forma administrátiva de gobierno' 324-325 -su función en la conducta ' 344-351
-y universalidad social, 296-304 sfmbolo, 178-180 fracaso de la negación de la conciencia en -su relación con lo psíquico' 347-348' 350
deporte, en relación con el juego, l1l-lg2 pa-
-respuesta estética y su naturaleza, 124- Watson, 57-58 -supuesta dificultad de la imaginación
derecho moral, 388-390 r25 ra el conductismo. 56-57
dife¡enciación funcional y democracia, 302- -teorla estética y la importancia del con- senio,239-241 -y vividez, 349-351
3{X ductismo para la, 295-296 imitación
lesto. en Wundt, 8ó-93
dinero, como método de conversación eco- estímulo, como ocasión para liberar el im- geslos. Véase conversación por gestos -imposible como proceso primitivo, 9,
nómica,30ó pulso, 56 n.
-auto-estimulación por medio de
gestos 101
discurso significante, un proceso de auto- ética, 381-390 -no sirve como explicación de los orlgenes
vocales, 365-367 , 368-370
condicionamien to, 143 - I 44 evolución det lenguaje, 93-102
doble -definidos como Parte de los actos socia-
-aparición del esplritu en la, 16ó les, 85-93, 95, 108 n. imperativo categórico
-concepción del, en los pueblos primiti- -darwiniana, trascendida teoréticament€ -inadecuado para una conducta moral
vos, 179-181 -importancia para el conductismo, 60-65
por el hombre, 269-271 constructiva, 383
-relación con compañeros imaginarios en -micanismo básico del proceso social,
-mecanismo y libertad en la, 27UTl2 60 n. -interpretado socialmente, 381'383
el niño, l8l-182 expenencla
-relación con el sentido, 177-178 -una formulación ProPuesta, 388
drama, función social del, 275 -aspectos individuales y sociales de la, 49- imperio, importancia social del, 299
-significante frente a no-significante,- 1 19
50,77-78, 165 implicación, una relación de respuestas,
educación, 188-189, 282-283 -vócal, en los pájaros, 101-105' 364-365
-como medio relativo al organismo social -vocal, importancia central del' 105-108'
159 n.
-su tarea para superar el dualismo esplri- o individual, 145-146 108-110 impulso sexual, 250
tu-cuerpo, 213 n. -consecuencias subjetivas de la teoría in- impulsos
-vocal, y símbolo significante, 102-108
-y el jardln de infancia, 183 dividualista de la,246 n. srito exclamatorio. 105-107 -división en amistosos y hostiles, sociales
-y el niño, 328-329 --contenidos subjetivos frente a conteni-
iruoos sociales, 187-188. 331-333 y antisocial€s, 315-319
-y la relación parental, 261-262 dos objetivos de la, 247 -248 -fúnción de la imaginación en relación
elección, dependiente en su dimensión tem- !o"ttu. y patriotismo, 318
-de la persona, que implica ta experiencia con, 344
poral del sistema nervioso, 134-136 de los otros, 220-221 -naturateza moral de los, 385-387
historia, importancia social de la' 274,310-
emergencia -del individuo biológico f¡ente al indivi- 3ll -relación con el estlmulo, 54 n.,3M-345
-y conciencia, 338-342 duo social reflexivo, 356-358 hombre y animales -relación con la felicidad, 385-386
-y novedad,223 rstética en relación con los símbolos, -diferéncia en los tipos de inteligencia, -su catálogo en el individuo biológico'
emoción 178-lE0 354-355
153-154, 353-354
-expr€sión de la, según Darwin, 62-64 -€xperiencia compartida y moralidad, -diferencia en la organización social,
249- individuo. Véase Persona
-relación con el símbolo, 178-180 386-387 265 -en la sociedad primitiva y civilizada,243-
espíritu, 163, 361-362 -experiencia común compatible con las 244
-distinguible por el autocondicionamien- aplastado por el control social, 273-
-como base de resolución de conflictos so- diferencias de función social, 334-336 to, 143 -no
ciales, 320-321 -la experiencia de contacto y las cosas, n4
-como emergente social, 165-167 366-368
idea. Véase Pensamiento; esPlritu -no incompatible con la naturaleza social
-e imaginación, 347 -350 -la experiencia de distancia, 265-267 de la persona, 226-228
-como orÉanización de actitudes' 59-60
-experiencias subjetivas no aportan expli- -método de control de la, l4Z-151 -su relación con las instituciones sociales,
cación del, 362 -como respuesta a la demanda social,207-
-naturaleza de la fase psíquica o privada 208 279-281
-explicación completa frente a explica- de la, 345-348 -y democracia, 302-303
ción parcial social del, 245-247 -diferencia entre lograr y tener una idea'
-no necesariamente de una persona, ló7- 142 individuo biológico, en relación a la perso-
-explicación funcional y no sustantiva de, ló8 na, 353-358, 373-376
-relación con el control de la conducta
se-
245 n. -relación entre fases públicas y privadas grln las consecuencias futuras, 135-136' infancia, su importancia para el desarrollo
-génesis del problema cuerpo-espíritu, de la, 84 n. 152 de la persona, 367-371
213 n. -social, 12ó n. instinto, 3M,355-356
ideal de sociedad humana, 321-322
-incluye la entrada del proceso social en -y el mundo físico, 163 n., 389-390 ideales éticos y problemas éticos, 329-331 instinto gregario, 99 , 259-260, 355
el individuo, l,U, l5l-158, 213-218 -y la ciencia, 35ó-358 institución
imasinación, l'47-149
-no intra-epidérmico, 245 n. experiencia mítica, 291 iomo carácter relativamente objetivo de -definida en base a respuestas socialmen-
-relación con la inteligencia humana y las cosas, 340-342 te comunes, 195-19ó, 234-235, 278-279
animal, 152-153 familia, 251,259-2ffi
-como dependiente de lo individual, 351- -en relación con la individualidad' 279-
-relación con la respuesta y el slmbolo, fanfarrón, su explicación como cobarde, 352 281
216-217 105-10ó
-condiciones para la exclusión del medio, -y la comunidad,277-29o
-su lugar en la conducta,371-372 filólogo, su acostumbrado enfoque del len-
350-352 instrumentos musicales, 2ó/.'262
-su unidad frente a la unidad de la perso- guaje, 54 n., 61 y
-lugar en la referencia pasada futura,
inteligencia
na, 175 n. fines morales
351-352 -humana y animal, 129-133
-y el símbolo, 151-158 -dirigidos hacia objetivos, 384-385 -para resolver Problemas, 272 n.
-relación con el espfritu' 347-350
I

400 CLORGE H. MEAI.) ESPÍRITU. PERSONA Y SOCIEDAD


401
-racional, como indicación simbólica de -de relaciones múltiples, 22ó -reouiere necesariamente símbolos,
177
estlmulo, ln-13z olrleto físico
-implicación de una relación de respucr. 212 -v ei reflejo condicionado. 13ó-138
-racional, resumen de la posición presen- -como abstracción del proceso social,
tada,342-343
tas, 159 n.
elemento en el otro generalizado' peróepción, dependiente de la respuesta'
-como
184 n. 148
-una función de relación entre fbrma y y ciencia,2l2
magia neriodismo, su función social' 275
medio,337 mahometanism o, 297, 315 -como univers al, 2ll-212
objeto ir"r.onu. Véase 'yo"', "mí"1 espíritu
intención, en relación al logro, 3g5 mano -comparado con la persona como ' -.oto objeto iocial. comparado al objeto
internacionalismo, 288-289 - social, 293-297
interpretación económica de ta historia.
-y el discurso en el desarrollo de la perso. la mano. 268-269.365-368 flsico,293-297
2g1_ na, 258 -v de,252 n'
282 obiÉtos, su relación con la respuesta' l15- -contenido frente a estructura
introspección -y la cosa ffsica, 2tl-2t2, 267 -ZóE, 3663óS ito. teZ-to¡, via.se objeto físico -dos estadios en el desarrollo de, 187-188
matemáticas, los símbolos en las, 295-2gó
-formulada por Watson en términos de organismo -factores en su génesis' 176-183
medio la conducta so-
lenguaje, 50, 51, 56 lrelación con el Yo, 16'1-1'76 -sénesis de la pérsona en
'
-como elemento en el otro generatizado, el me- cial. 172-173. 183- 193. 195- 19ó' 372-3'1 6
-y psicologfa, 52
184 n. -social e individual, determinando
-identificada con los intereses'
388
dio, 238, 265-271 para sí
jardín de infancia, la utilización del juego -determinado por los organismos indiv¡.
orsanización social, a través de las actitudes -su característica de ser objeto
duales y sociales, 158-lóó misma, 1ó7-ló8
para la formación de la persona, lg3 ?conómicas y religiosas' 304-307' 309-312 con su
-su relación con la conciencia como expc. -su individualidad no incompatible
juego
riencia, 338-3,10 otro generalizado
184 naturaleza social, 226-228' 333-338
-comparado con el mito, 183-184 mentalidad, establecida conductatmente, -como actitud de la comunidad,
-en contfaste con el deporte, lgl-195 actitud que adopta el pensamiento
-como -su unidad como social' 175-176
t&-166 de la'
-en relación con los roles, 368-3ó9 abstracto, 185-18ó -teorías sociales e individualistas
umírr. Véase <yo>; p€fsona 244-248
-romo censor, 233-234
{omo control social del individuo' 185
juego' 181- -y lo subjetivo. 193-201
lenguaje, 216 n., 298, 343. Véase comunica- -como conjunto organizado de actitudes -relación con el deporte y el
ción, símbolo 192 -v orsanísmo, 167-176
sociales en el individuo, 203
-y or"ganizaciOn de las actitudes sociales'
-aporta el campo para el surgimiento del -y (yol): como componentes d€ la perso-
espíriru, ló5 pájaros. canto de los. l0l-105' 364-36 191-193
na,2Ol-206,218-225 -v Droceso de reflexión, 359-364
-aporta el mecanismo para la adopción de mito, 182-183, 218-219 oaralelismo Psicológico
oerionalidad. VCase individuo; persona
roles, 189-190 -bases deia doctrina. 145-14'l de orga-
-crítica de la teoría del lenguaje
modales frente a convenciones, 28/lt¡Zgl
-defecto fundamental del,
85 n' -frente ala¡azón como principio
de monarca, como método de integración so- nización social, 323-328
Wundt,90-93 surgimiento en psicología ' 69-77-. .
cial,323-324 -su disociación. 173-176
-da control de la organización del acto,60 -unadistinción práctica y no metafísica' -múltiPle, Y

-enfocado por los filólogos, 6l


moralidad
77-84,144-l5l -no pi'erde en la teoría social la persona'
-como método de reconstrucción social, conductismo, 140. 144-l5l 333-338
-incluye símbolos significantes, gg-g9 -v
-para existir depende del lenguaje'
390-391 209-
-incluye símbolos socialmente comparti- puríicular. en relacíón con universal' l2l-
dos, 95-97
-yla consideración racional de todos los
123 2r0
intereses en conflicto, 387-3BB DersDectivas, Y significado. 126
-parte de la conducta social cooperativa, partidos Polfticos
ffi-62, tt3-tt4
motivación moral, como impulso dirigido a 1,.,".í". n.tutálezá v rol de la' 210-21 I
-defectos de, 325
un fin moral, 384-385 lolos insritucionales e individuales de dife-
-posibilitando el análisis, 133 movimiento obrero, 3@, 333, 335 -función social de, 242-243 ' renciación social- 257-252
-proceso de autocondicionamiento, 143- oasado
t44
movimientos misioneros, 310-3 l5 ' -su carácter en la conducta instintiva
y ra- nrasmatismo, 303 n.
multitud, 236,2&Z4l irr.íi.iOn. dependie nte de la dimensión
tem-
-proporciona mecanismos para la inteli- mundo flsico cional, 356-357
y los procesos ooral del sistema nervioso. 134-136
gencia reflexiva, 157
-y la adopción de roles, 205-213 -su relación con el presente
nerviosos, 151-153 .,rá..nt. especioso' 203'204
-relación con el pensamiento, 112 n. -y la experiencia, 379-380 patriotismo, 231' 318 .rroaaro económico de intercambio' su natu-
-sus primeros estadios son anteriores a la
emergencia del espfritu, 2lg
música, 295-296
nensamiento raleza, 276'277 . 297 . 313-315
'--abstracto. implica al otro generalizado' nroceso social
-srl^olrggn no se explica por ta imitación, naturaleza ' -sus diversos grados de internalización'
93-lO2 185-18ó
-en relación con la experiencia, ló3 n. --como elaboración de la interpretación 274-276
-su rol,a nivel de la persona desarrollada,
262-264
-sentido en el cual es inteligente, 211-2lz
niña. Véase educación Perceptual, 148-150 -su unidad analizable pero irreductible'
130 n' 152 n.
-y la constitución de los objetos de la ex-
-naturaleza social de su reflexión, 379-3gl -en rela-ción a ta conducta, procesos fisiológicos. yé¿se sistema ner-
periencia, lló relación con el slmbolo significante y
--origen de su yo en la conducta social, -en
líder, función sociat del, 239-240,274-275 la comunicación, 107-1 14 vioso
372-3"73 -asDecto social de, l'll n"249'252
Liga de las Naciones, 232,3U2
-y el adulto, -enfooue watsoniano de. 108 sólo en los
lógica. Véase universo del discuno 329-330
-nutut'"l"tu social y función de'
172-l'13' -colno básico para el espíritu'
norma moral, expresada en términos de im_
208-209.277-278 seres humanos, 257 a', 258 n'
-dependiente de un área de intercambio pulsos, 385-388
social, 127 n. -que tiene lugar por medio
de universa- -diferenciación de los, como característi-
novela, l¿ función social de la, 257 ca de los insectos, 252-255
les, 125
+02 GEORGE H. MEAD 40i
ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
progreso social, su idea en el mundo griego
risa, naturateza social de la,23O-231
y el moderno, 307-3W -v oaralelismo, 163'164 -aspecto social de la, 125-127, t77-178
propiedad, l9f.J.g} ".,ráiál", usos amplios y restringidos de' 317 -dei discurso como ideal de comunica-
selección y conciencia, 341_y2 ción, 336
psicologfa. Vdar¿ conductismo sociedad
señales, relación con los símbolos
significan. -en la sociedad, y la democracia'297-304
--comparat¡va, 56 n. -bases de la sociedad humana, 249-264
tes,216-218 -ética, como precondición de la' 382
-fisiotógica, 65, ff.69, 72_77 signiñcado, lSB,176177. Zdasa gestos; -humana, como final del proceso de evo-
-Gestalt, 80-g2 len- lución orgánica, 271 -teoría general dela, l20-12'l
guaje; símbolo universo del discurso
-i{jv_i!u1! opuesra a ta psicotogía social, -como socialmente objetivo, ll4_lli, -humana y de insectos, 249-258 {omo sistema socialmente compartido de
49-50. 83_84 120
-tnctuyendo participación y comunicabili. -humana Y de vertebrados,259,264 significado, 126-127, l8ó, 187-188, 221'
-relación con la concienci a, 5l-52 dad, l19 n. -ideal, obstáculos y promesas en su desa- 227,286
-según las condiciones de la experiencia, rrollo, 328-337
-no_ incluye necesariamente conciencia, utilitarismo, 383-384
79, U,83 I 15-l 19 sociedad de insectos, comparada con Ia so-
-su intento de establecer la raz6n en base -relación con los símbolos, 155 n.
ciedad humana,249-259
valor
a la conducta, 357-35g subjetivo, lo
-reguiere respuestas, 106_107 {omo carácter futuro del objeto que de-
-sus transformaciones históricas, 6ó_óg -su_d-efinición dentro del acto social, l14- -grado en que el espíritu es subjetiviza- termina una respuesta,53 n.
-tendencia a negar la persona,225 n. ción del Proceso social' 214-215
-y los estados de conciencia, 33g-343
120
-su relación con la persona, 193-201 -ético, definido por la situación proble-
psicología asociativa, como estática, -y el sfmbolo significante, lll mática, 389
ff -y el sistema nervioso, 139-140 superioridad, sentido de
vecindad, 288-289, 30ó-307
psrcología de-la Gestalt, respuesta
a una símbolo. VC¿se símbolo significante -fot*a* distintas funcionales y asertivas vertebrados y el hombre, 259-264
objeción, 339-341 de, 232-233 , 300-301 , 326-327
-carácter intelectual o eirotivo de la. I 14, voluntad, como factor en la conducta, 136
psicologfa freudiana, 234-235
178_l8l -su lugar en la realización de la persona' voluntad general, 301 n.
psígy-ico, como fase de la experiencia, 228-233
340, -carácter universal de, 176-177
345-348 superioridad funcional, 300-301
-como mecanismo dado para la inteligen- <<yo>>.Véase <mí>; Persona
cia reflexiva, 154_156 sustancia. su relación con los atributos, 158-
racionalidad. 342-3U 159 -aparece en la experiencia sólo en la me-
razón, frente a personalidad como princioio -dinero como símbolo. 30ó mo¡ia,2Ol-203,222
-implícito en la constitución de objetos, -como respuesta del individuo biológico
de organización social, 322_324 teoría contractual de la sociedad, 254'255
116-117 al .mí>, 203-204, 37 5-377
reacción.postergada, necesaria para la teoría del pensamiento y la reflexión inade' y del <mi', 233-
con_ -lpqlici!9 en rodo pensamiento, 177 -contribuciones del "yo"
ducta inreligente, 135-136 cuada de Watson, 136-144
realización funcional de la persona, -trmitación de lo arbitrario del, ll3-ll4 236
333_33g trabajo de equiPo, 292
reconocimiento -natu¡aleza de, 156 n. -fusión con el <<mí)> en las actividades so-
--criterios de, no normalmente identifica- -relación a la respuesta, 215-216 ciales,289-297
universales
dos, 128-129 -vocal, c-omo matriz para el desa¡rollo de
-relación con la respuesta, 121'123 -su importancia variable en relación con
orras lormas de simbolismo, 10610g el "mí>,224
-implicado en la universalidad, l2O-124 -y espíritu, l5l-l5g -y el universo del discurso, 285-286
reconstrucción, individual y social, su carác- -y particulares, 125, 158 -su naturaleza impredecible, 203'2M
sfmbolo- significanre, I l0-l I l, como componentes de la perso-
ter complemen tario, 321 -322 20g, 2g5-2K, universalidad. Vé¿s¿ universales -y <<mí>,,
343. Véase lenguaje; símbolo na,20l-206,218-225
reflejo condicionado, 56-57 -aspecto biológico de, 120-126
-en.relación a las señales de animales,
-en contraste con el slmbolo, 155 n. 2t6-217
-inadecuad-o_ como explicación del pensa_
mrento. l4l-742 -influencia a la persona y los otros, l0ó
reflexión. Véase inteligencia reflexiva -no se halla en el mundo animal, 3ó3
-¡elación con el gesto vocal, 102-l0g
-explicación conducrisra de, 137 _145 -retactón con el pensamiento y la comuni_
-su naturaleza, lZ7 -137 cación, 108-lt4
reflexividad, condición esencial para el
sarrollo del espfritu, l6ó
de_ -su lugar en el origen de la persona, 170_
relación parenral. 262,3ffi-37 j
t7t
relatividad. y conciencia, 33g_343 . -y el universo del discurso, 126-127
simpatía, naturaleza de la, en términos
religión universal, 295-2gB de la
religiones universales, 276, 2gg_2gg . aoopcrón de roles, 311,370_371
slstema nervioso
respuesta
--como base fisiológica para
-como medio determinante, l15, 158-166 2ffi-26s la sociedad,
-estética, 123-124 -diT:n:iót temporal de. 122-123, t34_
-estímulos como medio para, 54 n. 13ó, 151_152
-postergada, esencial a la inteligencia hu-
mana,273 n.
-que aporta mecanismos de reconoci_
miento, l2l
-relación con el símbolo ,2l62lj -relación con objetos e ideas. 109_ll0

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