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Protocolo de Estudio:

Cistouretrografía miccional retrógrada (CUGM)


en la evaluación de la infección urinaria en Pediatría
Dr. Darío Filippo, Docente Libre de la Carrera de Diagnóstico por Imágenes Pediátricas,
Universidad de Buenos Aires, Unidad Académica Garrahan

¿Cuándo está indicada la CUGM en el paciente pediátrico


con infección urinaria?
Luego del primer episodio de infección urinaria confirmada por urocultivo en un
paciente pediátrico, éste debe estudiarse desde el punto de vista de las imágenes con
Ecografía renal y vesical. A su vez un grupo mayoritario de estos pacientes requerirá
ser estudiado también con CUGM. Tratándose de un estudio con cierto grado de
invasividad y que utiliza radiación ionizante, su indicación debe estar debidamente
fundamentada. El objetivo del mismo reside en que es el estudio de elección para
detectar reflujo vesico‐ureteral (RVU). Está indicado no sólo para detectar la presencia
o ausencia de RVU, sino también para determinar el grado del mismo, la morfología y
dinámica vesical y para el diagnóstico de la patología uretral, entre otros.
El centellograma con DMSA, el radiorrenograma con DTPA y la cistografía
radioisotópica completan el grupo de estudios que pueden requerirse en la evaluación
del paciente con infección urinaria en Pediatría.

Algoritmo de estudio de un paciente pediátrico


con primer episodio de infección urinaria:

Ecografía Renal

Normal Patológica (no dilatación)

Paciente <2 años paciente > 2 años

CUGM Patológico DMSA normal

CUGM No CUGM (?)


Ecografía renal con dilatación

Independientemente de la edad

CUGM

Sin reflujo Con reflujo


VU VU

DTPA DMSA

Patológico:

Consulta especializada

Debemos recordar que los protocolos y algoritmos cambian permanentemente y en


la infección urinaria en el niño siempre estamos reviéndolos.

Preparación previa para la realización de la CUGM:


• El paciente debe concurrir con un urocultivo negativo realizado en fecha lo más
cercana posible a la del estudio. Deberá encontrarse en profilaxis antibiótica y no
haber presentado registros febriles en las 48hs previas al estudio (que pudieran
sospechar un nuevo episodio de infección urinaria).
• Es recomendable asegurar que no exista fusión de labios menores en las niñas que
imposibilite la visualización del orificio uretral y que los niños no posean fimosis
extrema que impida deslizar la sonda a través del prepucio (no es necesario rebatirlo
completamente para la colocación de la sonda).
• Interrogar sobre la existencia de antecedente de alergia al látex.
Considerar a los pacientes con antecedente de mielomeningocele como potenciales
alérgicos al látex por lo que se recomienda utilizar siempre en estos casos materiales
libres de látex.

Material necesario:
1) ‐ Medio de contraste: Existen productos con marca comercial para perfusión que ya
vienen preparados y con guía de suero. Estos son los contrastes de elección. En
algunos centros preparan el contraste diluyendo 60 cc de compuesto triyodado al 76%
en 140 cc de solución isotónica de dextrosa al 5%.
2) ‐ Sonda para cateterismo uretral: la nasogástrica descartable estéril K30, es apta
para la mayoría de los pacientes. (K 33 o 31 para pacientes muy pequeños,
habitualmente menores de 6 meses).
3) ‐ Guantes de cirugía estériles.
4) ‐ Compresa fenestrada estéril.
5) ‐ Gasa estéril.
6) – Solución iodada (pervinox) para desinfección local o solución jabonosa estéril.
7) ‐ Xilocaína en jalea.

Procedimiento. Tipo y número de exposiciones


1)‐Primera radiografía: abdomen de frente para conocer la técnica a utilizar. Esto
permitirá calcular cuanto kV aumentar en otras proyecciones del mismo estudio
especialmente si se usa chasis con película. Revelar antes del cateterismo para evaluar.
Preferir chasis 24x30 para niños pequeños. Dividirlo en 2 o 3 proyecciones. La
velocidad del estudio (especialmente la micción) puede impedir cambiar chasis a
tiempo si se usa una exposición por chasis. Estará en riesgo el registro de la uretra,
especialmente si la micción es seguida de expulsión de la sonda con la fuerza del
chorro miccional.
La utilización de equipos telecomandados y/o digitales facilita los aspectos técnicos del
estudio. La posibilidad de grabar las imágenes de la fluoroscopía en los equipos
digitales permite registrar sin disparar cualquier imagen que resulte de interés durante
el estudio, lo que reduce sensiblemente las radiaciones. En todos los casos, pero
especialmente si se usa chasis con película, asegurarse el registro de la lateralidad
derecha‐izquierda mediante un indicador unívoco en la placa que no dependa
únicamente de la posición en que se coloque el chasis.
2)‐Cateterismo uretral (previa antisepsia perineal). Sonda purgada con el contraste
3)‐Longitud a introducir de las sondas K 30/31: nunca debe exceder el límite de la
primera marca de la sonda = 20 cm (riesgo de anudamiento intravesical).
4)‐Se debe encender la radioscopía TV ANTES de iniciar el goteo del contraste con el fin
de verificar la posición de la sonda.
5)‐Controlar la plenificación vesical de frente y en ambas oblicuas.
6)‐Ubicar al paciente en ambas oblicuas para realizar radiografías durante la micción
con sonda. Cuando se desencadena la micción se retirará la sonda y se obtendrá al
menos una toma radiográfica que deberá incluir la uretra completa.
7)‐Micciones
• con sonda, en ambas oblicuas.
• tercera micción sin sonda: en la oblicua en que se haya detectado patología
preferentemente. La sonda se retira al comenzar la micción. Obtener
exposiciones incluyendo la uretra completa, unión vesico‐ureteral y uréter.
• ahorrar tiempo de radioscopía observando al paciente o esperando el aviso de
inicio de la micción
Recordar que en equipos de última generación se deben sacar impresiones de las
imágenes obtenidas por radioscopia, ahorro de la radiación de la RX. La uretra llena
debe sacarse con disparo directo para un correcto detalle anatómico.
8)‐Placas complementarias: pueden requerirse EVENTUALMENTE. No forman parte
del estudio estándar y deberán realizarse si son estrictamente necesarias.

Gráficos e Imágenes

Figura 1) Colocación de la sonda. Técnica estéril

Figura 2) Fijación de la sonda


Figura 3) Llenado vesical bajo control radioscópico.
Posición oblicua para visualizar la zona de la unión ureterovesical.

REFLUJO VESICOURETERAL
GRADOS POR CISTOURETROGRAFÍA MICCIONAL
• I: reflujo hasta el uréter solamente,
• II: hasta los cálices renales sin dilatación,
• III: hasta los cálices con moderada dilatación,
• IV: hasta los cálices con dilatación, deformación de los mismos y dilatación del uréter
• V: grosera dilatación y tortuosidad del uréter y resto del tracto urinario.

Gráfico 1)
Figura 4) Visualización de área de falta de relleno
durante la repleción vesical que corresponde a
ureterocele.

Fig. 6) Paciente con reflujo vesicoureteral grado IV


(cuatro) derecho.

Figura 5) Utilización de placa radiográfica


convencional en chasis 24x30cm. Registro de micción
con sonda. Observar la marca radiopaca en el borde
izquierdo inferior (derecha del paciente) que
confirma la lateralidad. La marca se realizó mediante
un recorte practicado en el colimador. El colimador
tiene un sentido único de ubicación en el equipo.

Figura 7) Paciente con reflujo v esicoureteral grado V


(cinco) bilateral.
Fig. 8) Imagen durante la micción sin sonda. Paciente
con válvula de uretra posterior (que condiciona la
dilatación anormal de la uretra posterior).

Bibliografía:

1) Consenso sobre profilaxis en clínica pediátrica, Sociedad Argentina de Pediatría,


Archivos Argentinos de Pediatría, 1997, Volumen 95; Nº4, 2‐3
2) Consenso sobre infección urinaria, Sociedad Argentina de Pediatría, Archivos
Argentinos de Pediatría, 2007, Volumen 105; Nº3, 15‐17
3) Lee MD, Lin CC, Huang FY, Tsai TC, Huang CT, Tsai JD. Screening young children
with a first febrile urinary tract infection for high‐grade vesicoureteral reflux
with renal ultrasound scanning and technetium‐99m‐labeled
dimercaptosuccinic acid scanning. J Pediatr. 2009 Jun;154(6):797‐802. Epub
2009 Feb 23
4) I Moorthy, M Easty, K McHugh, D Ridout, L Biassoni, I Gordon. The presence of
vesicoureteric reflux does not identify a population at risk for renal scarring
following a first urinary tract infection. Arch Dis Child 2005;90:733‐736
doi:10.1136/adc.2004.057604

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