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SUMARIo
el presente trabajo estará centrado en la figura de Virgilio como poeta augústeo, expo-
ner el problema de los modelos de las Geórgicas, tratar brevemente la cuestión lucreciana
en libro II y comentar dos textos, teniendo en cuenta lo que se haya expuesto en los puntos
precedentes: los laudes Italiae y el laus veris. el propósito de este artículo es dar unas pin-
celadas sobre las Geórgicas de Virgilio e invitar al lector a adentrarse en esta bella y com-
pleja obra.
Palabras clave: Geórgicas, Virgilio, Hesíodo, lucrecio, poeta augústeo, tradición lite-
raria, modelos literarios, épica, poesía didáctica, metaliteratura y aemulatio.
SUMMARY
The current projet will focus on the Vergil`s figure as Augustan poet, to show the pro-
blem of de Georgic’s models, to attend briefly the lucretian question in second book and
to commentate two texts, considering what have been exposed in the preceding paragraphs:
laudes Italiae and laus veris. The purpose of this paper is to offer an outline about Vergil’s
Georgics and invite the raeder to delve into this beautiful and complex work.
Key words: Georgics, Vergil, Hesiod, lucretius, Augustan poet, literary tradition, lite-
rary models, epic, dicactic poetry, meta-literature and aemulatio.
desde la propia República con los escipiones y todos los escritores de su alrededor,
y que llega a su punto culminante con Augusto y Mecenas. Hablamos de esta rela-
ción en clave de la amicitia romana junto con el concepto de la auctoritas. Virgilio
goza de la amicitia de hombres cultos influyentes en la política con inclinaciones
literarias, hombres públicos que lo han animado a escribir sobre un tema. Ambos
son amici, pero hay que establecer la diferencia: Mecenas o Augusto son amici
poderosos que llevan las riendas del estado, con lo cual la relación no es de igual
a igual, pues ante todo estos egregios personajes de la esfera política romana res-
paldan al poeta y le proporcionan una auctoritas a partir de la suya. Además con-
viene añadir a esto anterior que siempre estarán presentes los famosos haud mollia
iussa6 con todas sus interpretaciones y problemas. el hecho más interesante que
podemos extraer de ese verso es que al fin y al cabo es impensable la separación
de la composición del poema de los instrumentos del poder y la propaganda de la
época. Sin embargo, a pesar de lo real del hecho y del aparente atractivo de la idea,
conviene mirar todo ello con una dosis de sano escepticismo, viendo el texto como
lo que es, parte de una obra literaria en la que siempre está presente la ficcionalidad
de lo que allí encontramos.
6 “tua, Maecenas, haud molia iussa». Vergilii, Opera: Gerorgica, III, 41; oxford, 1950. «tus
mandatos, Mecenas, no suaves”.
7 Virgilio, Bucólicas y Geórgicas, Madrid, 1982, XXI.
8 “Audire videor undique congerentis nomina plurimorum poetarum: “Quid? Herculis acta
non bene Pisandros? Quid? Nicandrum frustra secuti Macer atque Vergilius?”“ M. F. quintiliani,
Institutionis Oratoriae, X, 56; oxford, 1970. “Por todas partes me parece que oigo decir a los que
compilan los nombres de los mejores poetas: “¿qué?, ¿los Pisandros no compusieron bien las hazañas
de Hércules? ¿qué?, ¿a Nicandro en vano lo imitaron Macro y Virgilio?”
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Sin embargo las Geórgicas no son sólo eso, hay mucho en ellas que va más allá
de la poesía didáctica. No debemos olvidar que Virgilio se encuentra en todo
momento rodeado por la presión que le inducen sus modelos y por el peso que la
tradición ejerce sobre él, lo cual nos lleva directamente a la ya vieja teoría de la
μίμησις/imitatio y la ζήλωις/aemulatio: el autor se ve obligado a superar a su propio
modelo, tiene que ir más allá, por tanto no se puede quedar en un mero parecido o
una correspondencia lógica y evidente que cualquier persona pueda notar. Cuando
el lector se acerca a esta heterogénea obra se encuentra con un problema que radica
en gran parte en esto último: mientras las Bucólicas tienen de modelo a Teócrito y
la Eneida a Homero9, las Geórgicas no tienen un modelo concreto con el que com-
pararlas. en ellas hay toda una red trufada de pequeñas alusiones a diferentes obras
de distintos autores, con lo cual el lector se halla ante un grandísimo ejemplo de
intertextualidad en la poesía augústea. en primer lugar está frente a un poema divi-
dido en cuatro libros, de los cuales cada uno tiene su propio modelo, cosa que tam-
poco es tan sencilla. en principio y a simple vista, de acuerdo con lo que Joseph
Farell propone10, el libro I debe mucho a los Phaenomena de Arato, el segundo tiene
como modelo principal la obra de Hesíodo Trabajos y días por Ascraeum carmen11,
mientras que el tercero hace principalmente referencia a lucrecio y en el cuarto
abundan los pasajes alusivos a Homero tanto de la Ilíada como de la Odisea. No
obstante la cuestión es bastante más complicada que eso, pues la alusividad virgi-
liana nunca es tan clara, sino que teje una red de referencias muy compleja siempre
interpretable y dispuesta a ser analizada de diversas maneras.
en primer lugar, si tomamos el verso 176 del libro II: “Ascraeumque cano
romana per oppida carmen”12, ha de verse cómo se puede interpretar esta cita
explícita. Ha de tenerse en cuenta ante todo que esta es la única referencia en toda
la obra a un modelo literario. Nombrar a un predecesor mediante la antonomasia
es un recurso muy empleado tanto por poetas latinos como griegos y que suele
tener la finalidad de definir al autor y a su producto literario. Se puede optar por
una lectura superficial, en la que se identifica Ascraeum como un epónimo que
9 obviamente sólo en principio, pues tanto la obra pastoril como la épica de nuestro autor
son dos fuentes inagotables de citas a muchos otros autores y géneros de los que se suelen mencionar.
encontramos una buena definición por parte de Farell: “All three of Vergil’s uncontested Works are
imitavive, allusive, referencial in the extreme”. J. Farrell, Vergil’s Georgics and The Traditions of
Ancient Epic. The Art of Allusion in Literary History, Nueva York, 1991, 3.
10 J. Farrell, Vergil’s Georgics and The Traditions of Ancient Epic. The Art of Allusion in Li-
terary History, Nueva York, 1991, 3.
11 P. Vergili Maronis, Opera: Gerorgica, II, 176; oxford, 1950.
12 Para esta parte me he basado en Vergil, Georgics I and II edited by Richard F. Thomas,
Cambridge, 1988, 190; y en J. Farrell, Vergil’s Georgics and The Traditions of Ancient Epic. The Art
of Allusion in Literary History, Nueva York, 1991, 27-60; 131-142.
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designa a Hesíodo y que Virgilio coloca aquí para dar cuenta expresamente de a
qué autor sigue y con qué intenciones. No obstante, siempre se va más allá.
en los poetas augústeos el hecho de emplear la antonomasia tiene un sentido
concreto y profundo. Cuando Horacio o Virgilio lo emplean se están situando volun-
tariamente en una tradición inaugurada tiempo atrás y están proponiéndose como
continuadores o herederos de la misma. esto les confiere una auctoritas poética a
sus creaciones, la cual no solo dota al autor de un respaldo de la tradición donde apo-
yarse, sino que también es toda una declaración de rivalidad a la misma. este adje-
tivo deriva del griego Ἀσκραῖος, que aparece en la poesía helenística; con lo cual
está haciendo una referencia a un autor considerado muy arcaico en el momento en
el que escribe a través de una palabra extraída de un tipo de poesía no arcaica y rús-
tica, sino urbana y refinada. Nadie que lea a Virgilio en paralelo a Hesíodo puede
pensar que éste es el único modelo que él sigue para componer su obra, por tanto hay
que entender Ascraeum de otra manera. existe entonces un análisis, el de Farell, que
propone que no hay un único Hesíodo, sino dos: el primero es el auténtico de Tra-
bajos y días y el segundo es el que ha pasado por el tamiz de la poesía alejandrina,
el Hesíodo urbanizado y refinado, el de Arato y Calímaco. el empleo de un epónimo
que aparece en poetas alejandrinos es la elección del Ascraeum carmen que ha pasa-
do por la labor limae; en definitiva, es la elección de una manera de hacer poesía
como habían hecho anteriormente los neotéricos, un tipo de poesía culta, erudita y
referencial con un gusto urbano y moderno a la par de arcaico y rústico.
A esto último hay que añadirle una cuestión más, el lugar donde se sitúa la
referencia al poeta de Ascra. está en el segundo libro, pero la mayor parte de las
referencias y alusiones al beocio están en el primero, en donde comparten lugar
con las hechas a Arato. Por tanto cuando aparece Hesíodo explícitamente, el mate-
rial hesiódico se ha quedado atrás, hecho que sólo puede significar una cosa: Vir-
gilio está cerrando la parte hesiódica de su obra y está abriendo otra. Concluye los
laudes Italiae con ese verso en concreto para decir que ya se ha acabado su home-
naje o tributo a Trabajos y días y que en ese momento inicia una parte diferente.
entendamos pues que “cantar el poema de Ascra” es una expresión conclusiva a la
par de inaugural: no hay más Hesíodo arcaico, sino que a partir de ahora habrá
Hesíodo moderno.
cado a la vid y al olivo, con los cuidados que requieren; en el tercero se hallan los
cuidados del ganado mayor y el menor; por último el cuarto trata sobre apicultura.
otro de los puntos importantes a tener en cuenta sobre la obra en cuestión es el cál-
culo con el que está compuesta, pues los cuatro libros tienen más o menos el
mismo número de versos, en torno a unos 550. Tradicionalmente se ha dicho que
aquí encontramos dos tipos de contenido: el puramente técnico, didáctico y didas-
cálico y otro de índole poética en el que Virgilio exhibe su virtuosismo y su gran
competencia como hacedor de versos. este hecho real y constatado es una demos-
tración de cuán lejos se puede llevar el arte de la variatio y parece una acertada
elección del autor, pues el alternar el núcleo didáctico del poema con algunos
excursus de alabanza, descriptivos o mitológicos agiliza la exposición de conteni-
dos que pueden llegar a resultar áridos.
los estudiosos no han llegado a dar un esquema estructural que resulte definiti-
vo para analizar las cuatro secciones, a parte de definir los límites entre las partes
poéticas y las técnicas, lo cual es algo real, pero que mirado de otro modo, tampoco
son totalmente aislables las unas de las otras, dado el hecho de que al fin y al cabo
todas ellas forman un conjunto ordenado voluntariamente por el autor, formando un
todo a partir de unidades independientes. en el punto anterior hemos visto que había
libros en los que abundaba más la alusividad a unos autores que a otros. esta podría
ser otra manera de buscarle una estructura al poema. A saber, Arato y Hesíodo están
presentes en el primero, en el cuarto hay una clara presencia homérica y en el tercero
la plaga de Nórica es una alusión concreta a la descripción de la peste de Atenas pre-
sente en el libro VI del De Rerum Natura. Sin embargo, ¿cuál es el modelo presente
de Virgilio en el libro II? Allí encontramos a lucrecio, que, como sucede con mode-
los contemporáneos e importantes, no se le menciona explícitamente, hay que bus-
carlo con mucha atención en distintos sitios, ya que Virgilio se ha ocupado de ocul-
tarlo muy sutilmente. el poeta epicúreo está presente a lo largo de todo el poema,
también en el primero y en el último, pero, al contar este artículo con el análisis por-
menorizado de los laudes Italiae y laus veri, en este punto sobre todo se hará hincapié
en la Geórgica II, intentando siempre mantener una visión de conjunto con el resto,
de modo que se arroje luz sobre el tema de la estructura y el orden de los contenidos.
Según han determinado estudiosos como Schmidt, Richter, otis o Wilkinson
este libro tiene una estructura tripartita, planeada muy cuidadosamente mediante
las tres digresiones que se encuentran en él: los Laudes Italiae (vv. 136-176), el
Laus veri o The Praise of Spring (vv. 315-345) y el elogio a la vida campesina o
Das Lob des Landlebens (vv. 458-540)13. Como es de imaginar, no son los únicos
13 J. Farrell, Vergil’s Georgics and The Traditions of Ancient Epic. The Art of Allusion in Li-
terary History, Nueva York, 1991, 189-190.
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excursus que ahí hallamos, pero sí que son los que vertebran la unidad compositi-
va, dado que mantienen una idea común, la alabanza en los tres casos. el libro
comienza con una plegaria a Baco (vv. 1-8), algo totalmente normal, ya que al prin-
cipio de cada tema hay que pedir mediante un pequeño himno la protección de las
divinidades tutelares de cada labor, y Baco es el patrón de la viña. A continuación
introduce las primeras partes técnicas: los métodos de reproducción de los árboles,
naturales (vv. 9-21) y por la mano del hombre (vv. 22-34); seguida va una pequeña
admonición a los agricultores para que aprendan los modos de cultivo (vv. 35-38).
Aparece entonces otra de las exigencias del género y de la poesía augústea, la dedi-
catoria, dirigida a Mecenas esta vez (vv. 39-46). Continúa con la mejora de los
métodos naturales de cultivo: el injerto y el transplante (vv. 47-82), las distintas
variedades del olivo, de la vid y sus frutos correspondientes (vv. 83-108), para des-
embocar en qué tierras por sus climas y terrenos pueden albergar qué especies (vv.
108-135).
Aparecen los Laudes Italiae y tras ellos sigue Virgilio con el tema de los terre-
nos que había sido interrumpido por la alabanza a la tierra italiana. Toda esta parte
hasta el Laus veri está dedicada a los distintos trabajos que hay que realizar para
poder plantar una viña y distintos consejos de esta índole. Virgilio nos habla sobre
las características de cada terreno (vv. 177-125) y de los métodos para reconocer
la naturaleza del suelo (vv. 226-258). A continuación se centra en la plantación de
la vid (vv. 259-297), da algunos consejos para la viña (vv. 298-314), indica las épo-
cas del año en las que poner la viña: otoño y primavera (vv. 315-321) y desemboca
en el laus veri. entre la alabanza de la primavera y el elogio a la vida campesina
hay una gran parte didascálica en la que se insertan los cuidados de la joven vid
(vv. 346-370) y los peligros que pueden amenazar al viñedo (vv. 371-396), entre
los cuales el poeta se permite introducir un excursus etiológico a partir de lo per-
judicial que es el macho cabrío. Continúa con los cuidados del mantenimiento de
las vides, en especial los del invierno (vv. 397-419); el cultivo del olivo, los árboles
frutales y la utilidad de las especies forestales (vv. 420-457).
la parte del De Rerum Natura que está presente aquí es el libro V y una vez
que hemos visto qué aparece en el libro II, vamos a observar rápidamente en qué
temas del mismo influye lucrecio y de qué manera. Aquí encontramos dos: la
variedad y la creatividad. Ambos están presentes a lo largo del primer tercio del
libro hasta el elogio a Italia en diversos pasajes. en primer lugar, el verso 9 es de
corte lucreciano: “Principio arboribus varia est natura creandi”14. Se correspon-
14 P. Vergili Maronis, Opera: Georgica, II, 9; oxford, 1950: “Primeramente, los medios natu-
rales para la reproducción de los árboles son diversos” Virgilio, Bucólicas y Geórgicas, Madrid, 1982.
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de con: “si non ipsa dedit specimen natura creandi”15 e “in variis mundis varia
ratione creatis”16. esto es un buen ejemplo de la imitatio cum variatione de la que
suele hacer gala Virgilio. este tema continúa, varia se desarrolla a lo largo de los
hexámetros ya sea en los dos tipos del crecimiento de los árboles, en las distintas
especies que aparecen: fortibus ulmis, salici, loto, Idaeis cyparissis17, los tres tipos
de olivae, los árboles frutales, los distintos tipos de uva, los diferentes terrenos, o
incluso los nombres de todos los pueblos justo antes de los laudes Italiae: Arabum,
Gelonos, India, Sabaeis, Aethiopum, Seres y Medi. Asimismo se constata una evi-
dente alusión al verso 83: “praeterea genus haud unum nec fortibus ulmis”18 en
relación a “praeterea genus humanum mutaeque natantes”19.
Así pues tenemos ante nosotros una idea diferente a la hora de estructurar las
Geórgicas. el libro I es fundamentalmente hesiódico y arateo, hay una alusividad
patente en II y III a De Rerum Natura y el libro IV a Homero. Se constata, pues,
la importancia de lucrecio en Virgilio, dado que dos de las cuatro unidades de la
obra están influenciadas por el poema del primero. Además hemos de tener en
cuenta que son los libros centrales, cuestión que no es nada peregrina, puesto que
en la poesía augústea las partes centrales suelen gozar de una gran atención por
parte del autor. en este caso concreto estas dos (final del libro II e inicio del III)
contienen dos aspectos fundamentales para el resto: por un lado se halla el elogio
a la vida campesina en estrecha relación con el épodo II, 1 de Horacio y que mues-
tra la filosofía de fondo con la que se construye el todo de la obra. Por el otro, esa
promesa de Virgilio, esa larga écfrasis que brinda al inicio de la geórgica III de lo
que hará cuando salga vencedor de Hesíodo e introduzca en Roma la poesía didác-
tica con César Augusto en el centro de todo ello, tiene un gran significado político
y propagandístico, cosa que para un poeta augústeo es conditio sine qua non. Con
lo cual lo que hallamos en el centro del poema son una especie de proemios al
mezzo, en los cuales se encuentra tanto metaliteratura como patronazgo y alabanza
al valedor, dos columnas básicas de la poesía de la época.
Por otra parte el tono es un aspecto importante de cara a la estructura de la obra
y que varía bastante, pues hay una alternancia entre los finales de libros tristes (I y
15 T. lucreti Cari, De Rerum Natura, V, 186; oxford, 1958: “si la naturaleza por su cuenta no
suministró un modelo de creación” T. lucrecio, La Naturaleza, Madrid, 2003.
16 T. lucreti Cari, De Rerum Natura, V, 1345; oxford, 1958: “en los diversos mundos forma-
dos según diverso fundamento” T. lucrecio, La Naturaleza, Madrid, 2003.
17 P. Vergili Maronis, Opera: Georgica, II, 83-84; oxford, 1950.
18 P. Vergili Maronis, Opera: Georgica, II, 83; oxford, 1950: “Además no es única la especie,
ni para los robustos olmos” Virgilio, Bucólicas y Geórgicas, Madrid, 1982.
19 T. lucreti Cari, De Rerum Natura, II, 342; oxford, 1958: “Y aparte, ahí tienes la raza
humana y los mudos rebaños” T. lucrecio, La Naturaleza, Madrid, 2003.
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III) y libros alegres (II y IV). los lucrecianos por llamarlos de alguna manera, tam-
bién coinciden con el tono de sus modelos correspondientes en De Rerum Natura.
la segunda geórgica trata el nacimiento, la generación de los árboles, el desarrollo
de la agricultura, de la misma manera que el libro V de lucrecio trata sobre la
generación vegetal y animal. el tono es positivo, al contrario que en el libro III de
Virgilio, con la imagen de la peste de Nórica que tiene su claro y seguro referente
en la peste de Atenas de lucrecio en el libro VI. Se hace patente la contaminatio
entre un pasaje y otro, convirtiendo Virgilio la finalidad científica lucreciana en
énfasis y muestra de un latente emocionalismo. Prevalece la idea del fin y de la
destrucción del culmen de la civilización que lucrecio sitúa en Atenas y que para
Virgilio era Roma. Asimismo éste último subvierte todavía más los términos adap-
tando el modelo de una ciudad a ganados y bestias de todo tipo. Negatividad y tono
positivo son dos polos que se corresponden en ambos poetas y que demuestran la
intertextualidad y la alusividad del mantuano para con el epicúreo.
4. CoMeNTARIoS
Para esta sección del trabajo se han elegido dos pasajes del libro II: los laudes
Italiae (vv. 136-176) y el laus veri (vv. 315-353). el comentario del elogio a la vida
campesina, a pesar de presentar la filosofía imperante en el poema, queda fuera del
dominio, los límites y los objetivos de este trabajo. Ésta nos llevaría demasiado
lejos, ya que nos obligaría a una extensa comparación entre el epodo de Horacio
(II, 1).
Ambos textos están situados entre dos partes técnicas que abren y cierran
ambos excursus. Sin embargo, ha de tenerse en cuenta que, a pesar del empeño de
los críticos y estudiosos en dividir y seccionar el poema en partes técnicas y no téc-
nicas, la propia naturaleza del mismo sólo se presta a la causa en parte, puesto que
en una obra tan sopesada y elaborada como ésta las transiciones pretenden llevar
en la medida de lo posible de unas partes a otras suavemente sin marcar fronteras
demasiado fuertes entre ellas. Podría decirse que estos intervalos poéticos tienen
una función de transición entre las partes de materia puramente agraria y de esta-
blecer una variatio del tono y del contenido con la misión de no aburrir al lector.
No obstante, sin desterrar esta última idea y tomando la división tripartita del
libro, podemos atrevernos a decir que estas partes poéticas son tanto medios como
fines en sí mismos. es decir, los tres laudes que se hallan repartidos a lo largo del
libro constituyen tres puntos de atención en los que se ve la visión programática
del autor en su obra. en esta parte del artículo se intentará exponer el sentido y la
finalidad de los dos primeros a lo largo de su análisis.
20 IBoR BlázqUez RoBledo
20 Virgilio, Bucólicas y Geórgicas, Madrid, 1982, 100 y Vergil, Georgics I and II edited by
Richard F. Thomas, Cambridge, 1988, 177.
loAS de VIRGIlIo. UN PeqUeño ACeRCAMIeNTo Al PoeTA... 21
“esto cantaba yo sobre el cultivo de los campos y de los ganados y sobre los
árboles, al mismo tiempo que el poderoso César fulmina con rayos de guerra
junto al profundo Éufrates y, vencedor, dicta sus leyes a pueblos que se le some-
ten y se abre un camino hacia el olimpo”22.
“Apolo dio una patada a la envidia y dijo: grande es la corriente del río asi-
rio, pero arrastra muchos deshechos de la tierra y mucha basura en su agua. Mas
no llevan las abejas a deo agua de cualquier sitio, sino el mejor hilo, el pequeño
chorro puro y límpido que corre del sacro manantial”.
ro (v. 145) al caballo de guerra en un poema que habla sobre las actividades que
pueden llevarse al cabo en tiempos de paz. No es tan raro si pensamos que después
está haciendo referencia al rito del triunfo romano (v. 148), en el que el general vic-
torioso desfilaba por la ciudad en una cuadriga tirada por cuatro caballos blancos
camino al Capitolio. Allí sacrificaba un toro blanco, que aparece representado en
el texto: “maxima taurus | victima” (vv. 146-147) Cuando dice “saepe tuo prefusi
flumine sacro”, hace referencia a una creencia antigua recogida por Plinio según la
cual algunos ríos volvían blancos a los ganados que abrevaban en ellos: “In Falis-
co omnis aqua pota candidos boves facit”25 Podemos encontrar en Propercio esa
afirmación: “suo Clitumnus flumina luco | integit, et niueos abluit unda boues”26.
en los versos 149 y 150 afirma que en Italia reina una eterna primavera y que
hay verano en los meses ajenos a él, que los rebaños paren dos veces y que los
árboles dan dos cosechas en el año. No hay duda de que ambas afirmaciones son
falsas: la eterna primavera, además de ser un topos encomiástico y una exageración
retórica, es un adelanto al laus veris. la segunda tiene referente en la prosa de
Varrón. Éste en su obra Res Rusticae habla sobre la creencia tradicional de que los
árboles aislados tenían doble producción anual: “propter eandem causam multa
sunt bifera, ut vitis apud mare Zmyrnae, malus [biferae ut] in agro Consentino”27.
el gramático también hace referencia a que las cerdas de la Galia, Arcadia e His-
pania parían dos veces al año: “natura divisus earum annus bifariam, quod bis
parit in anno: quaternis mensibus fert ventrem, binis nutricat”28. efectivamente
Virgilio está tomando ambas afirmaciones como licencias poéticas para exaltar la
fertilidad de la tierra italiana, ya que él dice: bis grauidae pecudes (v. 150) y pecu-
des no sólo designa a las cerdas, como Varrón, sino a los ganados en general.
en los versos siguientes (vv. 151-154) Virgilio alude a que en Italia no hay ni
leones, ni tigres, ni plantas venenosas (acónito), ni serpientes que se arrastren por
el suelo. Con eso el poeta aunque no cita literalmente ninguna región, para los
romanos Armenia era tierra de tigres; Numidia, de leones; el Ponto productor de
plantas venenosas; y egipto, criadora de serpientes. Más allá de ser una observa-
25 Pline l’Ancien, Historie naturelle, II, 230; Paris, 1977: “en el Falisco el beber agua hace a
todos los bueyes blancos”.
26 S. Properti, Carmina, II, 19, 25-26; oxford, 1964: “por donde el Clitumno cubre sus her-
mosas corrientes con su sacro bosque y sus hondas lavan níveos bueyes” S. Propercio, Elegías com-
pletas, Madrid, 2007.
27 M. T. Varronis, Res Rusticae, I, 7, 6; leipzig, 1929: “Por ello muchos árboles cargan fruto
dos veces, como la vid cerca del mar de esmirna y el manzano en la región de Cosenza” M. T. Varrón,
Res Rusticae, Sevilla, 2010.
28 M. T. Varronis, Res Rusticae, II, 4, 14; leipzig, 1929: “Su año está dividido en dos partes
por la naturaleza, porque pare dos veces al año: durante cuatro meses está preñada, en dos alimenta”.
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ción zoológica, los tigres hacen referencia a los territorios orientales conquistados
por Alejandro y los leones a los símiles homéricos. Por tanto, Virgilio con esta
declaración se está absteniendo de hacer épica al modo de los poetas encomiásticos
de Alejandro y al modo de Homero. la mención de las plantas venenosas y las ser-
pientes, a parte de ser otra exageración retórica, es otra alusión metapoética de los
modelos de los que Virgilio pretende alejarse; en concreto de Nicandro29, que en el
prólogo sus Alexipharmaka dedica una parte amplia al acónito y un tercio de sus
Theriaca trata sobre las serpientes venenosas.
entonces cambia totalmente de tercio (vv. 155-157) para mostrarnos una bella
imagen de ciudades, obras públicas: operumque laborem (v. 155). Cualquier tra-
ducción se queda pobre: Segura Ramos30 se decanta por “y el esfuerzo de obras
realizadas”, por otra parte Tomás de la Ascensión Recio García31 prefiere “obras
públicas conseguidas con gran trabajo”. Crea una bella imagen, cuando dibuja ciu-
dades fortificadas sobre las rocas: tot congesta manu praeruptis oppida saxis (v.
156) y bajo cuyas murallas fluyen los ríos. Sin embargo resulta extraño que en un
texto, en el que más tarde se celebrará a Italia como la tierra de Saturno, en el que
la idea de la edad de oro está presente, se hable de ciudades fortificadas (oppida),
que son producto de la mano del hombre en época ya jupiteriana y guerrera. Res-
pecto a cómo interpretar esto último, parece sensata la propuesta de Harrison32 de
ver en operumque laborem una analogía entre el programa arquitectónico augústeo
y la lectura metaliteraria: el labor es un trabajo físico que afecta al constructor o al
agricultor, pero Virgilio emplea el término para designar su propio quehacer poéti-
co anteriormente en la invocatoria a Mecenas: “tuque ades inceptumque una decu-
rre laborem”33.
A continuación (vv. 158-164) el poeta lanza una serie de preguntas retóricas.
Con la primera “an mare quod supra memorem, quodque adtulit infra?”, nombra
los mares Adriático (Mare Superum) y Tirreno (Mare Inferum). Con las dos
siguientes cita dos lagos, personificándolos al dirigirse mediante vocativos a ellos,
declina con el bronce y regresa la edad de oro. Tenemos por tanto una idea hesió-
dica rescrita para servir a un nuevo contexto ideológico y literario: Virgilio es el
Hesíodo augústeo de Roma.
entonces Virgilio introduce la enumeración de los diferentes pueblos de Italia
(vv. 166-169), los marsos, sabinos: pubemque Sabellam (v. 167), pueblos cuyo
valor guerrero lo atestiguan pasajes de Horacio, livio y Cicerón; los ligures, a
quienes Roma tardó en someter; y los volscos del lacio que tenían un arma llama-
da veru, un chuzo o dardo corto: Volscosque uerutos (v. 168), “y los volscos arma-
dos con el veru”. esto es un recurso literario muy interesante, ya que las tribus
mencionadas las encontramos en los Annales de ennio y la presencia de éste se nos
confirma por la utilización del adjetivo verutus, que antes de Virgilio sólo aparece
en ennio (Ann. 351 Skutsch) y lucrecio (IV, 404). También aprovecha para citar a
las distintas familias que han protagonizado los episodios importantes de la historia
de Roma: los decios, los Marios, los Camilos, los escipiones36. Cada uno es igual
o más importante que el anterior y todos forman una escala, cuyo último peldaño
es César. octavio es más grande (maxime Caesar v. 170) que los grandes (magnos-
que Camilos v. 179). la referencia a octavio (vv. 170-172) que ha vencido a Anto-
nio y a Cleopatra en Accio en el 31 a.C. y además octavio había recibido en Samos
una embajada de indios, lo cual en estos versos se interpreta como una victoria de
occidente sobre oriente. No obstante, que a indum lo acompañe el adjetivo inbe-
llem tiene otra interpretación. Inbellis significa inepto para la guerra, pacífico o
cobarde, por tanto, ¿dónde está la gloria si se vence a un inbellem?37 ¿Cabría pensar
entonces en una ironía? el asunto es oscuro y complicado.
es entonces cuando llegamos al clímax del Laudes Italiae, Virgilio presenta
sus respetos a la propia Italia apelándola tierra saturnia (Saturnia tellus)38, nutrido-
ra de mieses, engendradora de héroes y que canta el poema de Ascra a través de las
ciudades romanas. el tono sacro de la alabanza se reafirma con el empleo del tér-
mino tellus, poético, antiguo, religioso y poco corriente. Cuando habla de sanctos
fontis (v. 175), Virgilio recoge el simbolismo de beber de la fuente sagrada presente
en Teogonía:
36 es interesante mencionar cómo resuelve el problema métrico que se le plantea, pues Sci-
piones no encaja en el hexámetro y opta por Scipiadas duros bello (v. 170), cosa que ya podemos
encontrar en los versos de lucrecio y lucilio y que pudo haber tenido un origen eniano.
37 Vergil, Georgics I and II edited by Richard F. Thomas, Cambridge, 1994, 189.
38 Italia es la tierra de Saturno porque allí fue arrojado por Júpiter y se refugió en el lacio,
enseñando a sus habitantes la agricultura y dando comienzo así la edad de oro.
28 IBoR BlázqUez RoBledo
“Y después de lavar su suave piel en las aguas del Permiso, en la Fuente del
Caballo o en el sacro olmeo, forman bellos y deliciosos coros en la cumbre del
Helicón y se cimbrean vivamente sobre sus pies”40.
Con el verso 176 (Ascraeumque cano Romana per oppida carmen) el poeta
hace referencia a Trabajos y Días de Hesíodo, cosa que ya ha sido comentada más
arriba.
el texto se puede dividir en tres partes bastante claras: la primera (vv. 315-
322), a modo de preparación para la entrada de la siguiente. la segunda es el pro-
pio laus veris que abarcaría desde el 323 hasta el 345. la tercera (vv. 346-353)
retoma el tono didáctico del poema con una serie de consejos para las vides recién
plantadas. Hemos decidido incluir en el comentario una serie de versos que los
estudiosos no consideran parte de la misma unidad41. Sin embargo, a nuestro juicio
el pasaje queda bastante más cerrado y completo de esta manera. el texto está
situado a continuación de la parte que habla sobre la plantación de la vid y delante
de los cuidados que hay que proporcionarle a la nueva viña.
la primera sección es una parte técnica que recomienda plantar las vides en
otoño o en primavera. Comienza con la palabra nec, lo cual la enlaza con los versos
anteriores, en los que tenemos una lista de prohibiciones introducidas por cuatro
neve (vv. 298, 299, 302) y neu (v. 301). estos versos son una transición que allana
el camino para dar finalmente la entrada a la primavera, al amarrarse a la parte
anterior mediante el nec y colocando al final el nombre de las dos estaciones.
la prohibición de los versos 315-316 dice que no se ha de mover la tierra para
plantar nada en invierno y guarda un cierto paralelo con el verso 29842. Tanto nec
como neve coinciden en que tienen de referencia puntos cardinales (ad solem
cadentem y Borea spirante), pero se diferencian en el contenido del consejo, pues-
to que uno se refiere al sitio donde han de crecer las vides mediante vergant, cuyo
significado es “inclinarse”, y el otro al cuándo, dado el valor temporal del ablativo
absoluto. es interesante comentar la posición el valor del tibi. Conforma el primer
dáctilo del hexámetro estableciendo una pequeña variación métrica respecto al
verso citado, ya que conserva el orden de palabras, pero no la posición dentro del
metro43. este tibi tiene como función poner en contacto al lector/oyente con el
texto, enfatiza la prohibición mediante la apelación a un “tú”, el cual es ese lector
potencial de la obra.
Así pues se trata de dos versos que destilan ironía, porque en un consejo que
protege de algo negativo como es plantar las vides en invierno se menciona a ese
supuesto auctor acompañado del adjetivo prudens intensificado con la partícula
tam. Asimismo prudens es una palabra que tiene bastante singularidad, ya que es
la única vez que aparece en la segunda geórgica, al igual que en lucrecio44: “stulta
queat fieri, nec prudens sit puer ullus”45. Según dice Thomas este hecho señala la
constatada influencia del epicúreo sobre este pasaje. Incluso es destacable la maes-
tría con la que construye el verso 316 alternando el acusativo y el ablativo y rode-
ando Borea spirante a rigidam, recurso que también proporciona la idea de la tierra
está dura porque sopla el viento del norte. esta idea se confirma en los dos versos
que siguen ya que utiliza un verbo de un significado tan concreto como claudo. Se
observa la variedad con la que se designa a la tierra del campo mediante tres pala-
bras diferentes: tellurem, palabra poética que designa la tierra de manera solemne,
incluso como una divinidad; rura, las tierras de labor, el campo en oposición a la
urbs; y terrae como el suelo.
Nos dice Virgilio entonces (vv. 318-322) cuál es la mejor época para plantar
una viña: primavera u otoño tardío. Para designar a la primavera emplea el partici-
pio del verbo rubeo, “enrojecer, ponerse rojo”, se sobrentiende que es la primavera
que se colorea con las tonalidades de las flores. Incluso da un signo, cuando vuelva
una candida avis invisa culebris. Parece evidente que se refiere a la cigüeña, que
come culebras y regresa a europa cuando el clima comienza a ser más templado.
de una manera similar concreta el momento del otoño en el que se debe efectuar
este trabajo, pues en un verso indica la estación y en el siguiente da una caracterís-
tica de la misma. dice sub prima frigora y la concreción del tiempo se determina
43 en el 315 es el dáctilo del primer pie y en el 298 está dividido entre el primer y el segundo pie.
44 Vergil, Georgics I and II edited by Richard F. Thomas, Cambridge, 1994, 214.
45 T. lucreti Cari, De Rerum Natura, III, 762; oxford, 1958: “se pueden derivar en seres estú-
pidos, y no hay un niño prudente”.
30 IBoR BlázqUez RoBledo
con la correlación nondum… iam. Además dibuja al sol a la manera tradicional del
carro (equis) en marcha. Incluso se puede ver un pequeño juego, pues a lo largo de
cuatro versos están las cuatro estaciones.
Comienza el laus veri, un pasaje muy lucreciano en el que se ve la influencia
de dos temas recogidos en pasajes del De Rerum Natura: la procesión de las esta-
ciones (vv. 680-770), la boda sagrada/hierós gamos (I, 248-264; II, 991-1022) y la
novitas mundi (V, 780-820). Comienza este elogio con dos versos de gran signifi-
cado, pues la anáfora que hallamos (ver… ver… |vere), conformando un tricolon
abundans, nos presenta un inicio enfático a la manera hímnica. Así pues también
nos pone en relación con un verso anterior, el 149: “hic ver asiduum…”, refirién-
dose a Italia. Se emplea un verbo incoativo, tumesco, que designa repetición: las
tierras se hinchan una y otra vez, la elección del verbo esponjarse por parte de
Tomás de la Ascensión Recio García parece bastante acertada46. la expresión geni-
talia semina denota el ambiente lucreciano en el que nos estamos introduciendo:
“pabula primum ut sint, genitalia deinde per artus | semina qua possint membris
manare remissis”47.
en la parte que sigue (325-327) Virgilio introduce el tema de la boda sagrada
presente en lucrecio. No obstante también es de tener en cuenta que la unión
sexual entre el cielo entendido como potencia masculina y la tierra como la parte
femenina de dicha unión viene de muy antiguo. Vemos que el pater Aether va
acompañado del adjetivo omnipotens, el cual subraya la fuerza generadora de las
fértiles lluvias que son derramadas sobre su laeta coniux. Si comparamos los ver-
sos de uno: “postremo pereunt imbres, ubi eos pater Aether | in greminum matris
Terrai praecipitavit”48 con los de otro, nos daremos cuenta de cómo actúa la alu-
sión virgiliana. en lucrecio el pater Aether lanza las lluvias al seno de la mater
Terra; sin embargo el mantuano escoge otra construcción, prefiere que sea el pro-
pio éter-cielo el que baje, a diferencia del anterior no nombra explícitamente a la
tierra, sino que emplea una palabra que tenga como referencia a la misma.
Al elegir este camino puede añadirle otro adjetivo que remarque más el carác-
ter generativo de la unión: laetae, entendido en su acepción de fértil. Además Vir-
gilio lleva el motivo un punto más allá añadiendo en un tercer verso información
que hace algo más explícita la unión sexual: magnus alit magno commixtus corpo-
re fetus. Aparece aquí la típica repetición virgiliana tomada de Ηomero: μέγας
μεγαλωστί. También introduce alit fetus, expresión que se puede interpretar como
que “hace crecer a los retoños/prole”. este no es el único sitio en el que hallamos
el tema del hierós gamos en el poema de lucrecio, aparece prácticamente con los
mismos elementos en el libro II y lo emplea para justificar que el ser humano y
todo lo que la tierra alberga nace a partir de una semilla celeste:
A partir de este verso (v. 328) comienza la descripción de lo que sucede en pri-
mavera. la alusividad de las Geórgicas a De Rerum Natura continúa incluso cuan-
do el poeta augústeo quiere crear una figura etymologica en este verso concreto.
la finalidad del juego fónico es proporcionar una relación ontológica entre avius
y avis. Tiene su origen en un verso de lucrecio: “frondiferasque novis avibus cane-
re undique silvas”51. Virgilio en su obra mantiene un solo elemento de su modelo
igual y cambia lo demás: virgulta por silvas, avia en el lugar de frondosas, el verbo
resonare por el verbo cantare. Transfiere el significado de cantare a avibus
mediante el adjetivo, aplicando una cualidad como es el canto a los pájaros y
empleando un verbo mucho más propio para unas florestas. He aquí pues una alu-
sión, una referencia, pero con una variación, algo muy del estilo de la poesía de
corte alejandrino.
el prurito virgiliano de seguir a lucrecio siempre prevalece a lo largo del
libro. en lo que sigue a la descripción también se observa el poso de su modelo. el
libro V del De Rerum Natura contiene una progresión de las estaciones dentro de
la parte dedicada a explicar las fases de la luna. Nuestro autor construye su descrip-
ción de la primavera a partir de la que hace el epicúreo de ésta y del verano:
acompañado de almus, nutricio, por lo tanto sigue conectado con la unión sexual
entre el cielo y la tierra. Asimismo “Zephirique tementibus | auris laxant arva
sinus” se encuentra también en estrecha relación con una parte anterior, en concre-
to con los versos 316 y 317. Si el invierno (hiems) cerraba (claudit) los campos con
el hielo (gelu) por la acción del viento del norte (Borea spirante), en primavera con
el Céfiro los campos abren sus oquedades, sus regazos. Continúa con la idea del
renacer de las plantas nombrando las partes de éstas que brotan en dicha estación.
Continúa exponiendo que la savia (tener umor) lo inunda todo y que los brotes
(germina) se atreven a confiar en esos nuevos rayos de sol primaverales (novos
soles). en los versos 333-334 encontramos una personificación, pues es el pámpa-
no el que deja de tener miedo a los austros o a la lluvia que traen los aquilones. ese
mismo pampinus echa con fuerza las yemas y extiende su follaje. Vemos aquí una
progresión en escala de menor a mayor de los elementos que actúan cuando la
planta se renueva en primavera: tener umor < germina < gemmas < frondes.
A partir de aquí podemos trazar una línea que abarque los versos 336-345, aco-
tando la parte final del laus veri. los tres primeros versos constituyen un cambio
importante, puesto que es el propio Virgilio el que se introduce mediante una pri-
mera persona del singular: crediderim. Según su opinión cuando se originó el
mundo la vida en la tierra estaba caracterizada por esas condiciones primaverales.
el primer verso con prima crescentis origene mundi parece una clara alusión a los
de lucrecio:
“ahora vuelvo al nacimiento del mundo y qué creo que primero los campos
tiernos de la tierra levantan como fruto inicial a las orillas de la luz y lo entregan
a los vientos inseguros”57.
designa a la raza humana como “virumque | terrea progenies” y dice que ésta sacó
la cabeza de los duros campos. Con los adjetivos terrea y duris alude al mito de
deucalión y Pirra que aparece mencionado en el libro I: “quo tempore primum |
Deucalion vacuum lapides iactavit in orbem, | unde homines nati, durum
genus”60. Termina este interludio poético Virgilio, diciendo que unas criaturas tan
delicadas (res tenerae) no habrían podido soportar tal rigor (hunc laborem), a no
ser que hubiera existido un punto medio entre el frío y el calor. Incluso, según sos-
tiene Thomas61, el verso 343 es una mezcolanza de expresiones extraídas de lucre-
cio. Termina el elogio con un sintagma que define el tiempo de la primavera: caeli
indulgentia.
en los ocho versos de la tercera parte que cierran el texto asistimos a un cam-
bio de tono. el poema recupera aquí su carácter técnico, la zona de transición ha
acabado, se vuelve con los preceptos y consejos. el verso 346 comienza con un
quod superest, una expresión típica para efectuar transiciones y que casualmente
aparece en diecinueve ocasiones en De Rerum Natura siempre en la misma posi-
ción del hexámetro. en esta sección se recupera el hilo del que se estaba hablando
antes del excursus. Si nos estaba instruyendo en la manera que había que plantar la
viña, ahora nos dice qué debemos hacer para que las vides recién puestas salgan
adelante. destaca la bella imagen que el autor crea en los versos 349 y 350 de ese
tenuis halitus que hace que las plantas cobren fuerzas. Además en los dos últimos
versos menciona los dos peores enemigos de las vides jóvenes: las lluvias torren-
ciales (effusos imbris) y la sequía (siti). Asimismo, para determinar el tiempo del
verano se nombra a la constelación del Can Mayor o Sirio con un adjetivo com-
puesto muy típico de la poesía: aestifer, el que lleva el verano. esta constelación
suele aparecer a mediados del mes de julio y con su llegada comenzaba también a
aparecer la canícula estival.
5. CoNClUSIÓN
Virgilio resulta siempre un autor sugestivo al que el lector se acerca con gran
curiosidad, cautivado por su belleza, calidad y los temas que trata. Sin embargo ese
oxford, 1958: “Y los de aquella raza aprendieron a mantener el compás, y no creas que luego el
monto de gusto que de ello se saca sea ni una migaja mayor que el que sacaba en los bosques la raza
de los terrígenas”. lucrecio, La Naturaleza, Madrid, 2003.
60 P. Vergili Maronis, Opera: Georgica, I, 61-63; oxford, 1950: “desde el momento mismo
en que deucalión arrojó sobre la desnuda tierra las piedras de donde brotaron los hombres, empeder-
nida raza”. Virgilio, Bucólicas y Geórgicas, Madrid, 1982.
61 Vergil, Georgics I and II edited by Richard F. Thomas, Cambridge, 1994, 218.
loAS de VIRGIlIo. UN PeqUeño ACeRCAMIeNTo Al PoeTA... 35
“Cuando escribía las Geórgicas, se cuenta que cada día solía dictar muchí-
simos versos meditados por la mañana y que revisándolos durante todo el día los
reducía a muy pocos, diciendo no de manera absurda que él los paría a la manera
de una osa y que, lamiéndolos, finalmente les daba forma”.
6. BIBlIoGRAFÍA