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EPIDEMIOLOGÍA
ETIOLOGIA
La causa más frecuente de los TCE son los accidentes. En los TCE leves son las caídas
y en el TCE grave la causa más frecuente son los accidentes de circulación. El
mecanismo de producción depende de la edad del niño y de su desarrollo psicomotor.
Según la edad:
FISIOPATOLOGIA
Una importante diferencia entre estos 2 tipos de lesión radica que el daño cerebral
secundario es potencialmente tratable, previsible y prevenible, razón por la cual, el
manejo médico una vez reconocida y clasificada la severidad del TCE debe estar
dirigido a evitar las lesiones secundarias incluyendo principalmente la hipoxemia,
hipotensión e hipertermia. En el contexto del TCE, a nivel bioquímico podemos
observar un aumento significativo de la afluencia de calcio a nivel intracelular a
expensas de una mayor unión de los aminoácidos excitatorios (glutamato y aspartato)
con receptores específicos de tipo N- metil D- aspartato (NMDA) y no-NMDA, este
aumento en los niveles de este catión, está relacionado con diversos procesos como la
activación de fosfolipasas principalmente fosfolipasa A2 y fosfolipasa C, alteraciones
en la velocidad de conducción de membrana, regulación a la baja de genes que
controlan los mecanismos de supervivencia y apoptosis celular, alteraciones
mitocondriales, generación de radicales libres intracelulares (óxido nítrico, superóxido y
peróxido de hidrógeno) que favorecen la lesión del ADN y membranas celulares, todo
esto conlleva a una interrupción del flujo sanguíneo cerebral y favorece el desarrollo de
edema cerebral citotóxico progresivo, debido a la migración a través de la barrera
hematoencefálica y hacia el sistema nervioso central de células sanguíneas
proinflamatorias del tipo neutrófilos y macrófagos, que aumentan la liberación de
diversas citoquinas endógenas agudizando y perpetuando dicho fenómeno, lo cual en
última instancia favorece la lesión y muerte neuronal y la disfunción multiorgánica. El
reconocimiento de esta serie de eventos bioquímicos desencadenados por el TCE, se ha
convertido en un gran avance en el ámbito clínico, generando grandes expectativas a
corto y mediano plazo en el campo terapéuticos basados en manejos farmacológicos
específicos encaminados a intervenir en los diferentes eventos moleculares referidos
previamente, por ejemplo, el favorecimiento de un efecto calcioantagonista, bloqueo de
los receptores NMDA, estimulación del efecto antiinflamatorio o antiapoptótico y la
prevención en la liberación de radicales libres para evitar finalmente el daño y la muerte
celular que reduciría el riesgo de secuelas temporales o permanentes de índole
neurológico y funcional en el paciente pediátrico.
CLASIFICACION CLINICA
Está relacionada con los daños intracraneales producidos por un TCE, desde una
discreta cefalea, posterior a un TEC leve, pasando posteriormente por vómito, perdida
transitoria de la consciencia, desorientación, confusión, amnesia, convulsiones,
alteración y deterioro del estado de consciencia, hasta la focalización neurológica, coma
y muerte observada en los TEC severos.
Dependiendo del tipo de lesión encontrada, la clínica puede instaurarse en el momento
del episodio, o en horas e inclusive días o semanas después del evento. La mayoría de
las manifestaciones clínicas observadas en los TCE moderados y severos son la
consecuencia de un síndrome de hipertensión endocraneana. Lo importante de la clínica
es orientar al médico a detectar una Lesión Intracraneal (LIC), que pueda poner en
riesgo la vida del niño al no recibir tratamiento adecuado. Los hallazgos clínicos que
están asociados con LIC son: Signos clínicos de fracturas de cráneo, alteración del
estado de conciencia, la presencia de vómitos, y cefalea. También la presencia de
hematomas del cuero cabelludo en lactantes se correlacionó con LIC. Como la clínica
varía de acuerdo a la severidad del caso, se ha realizado una clasificación de los TCE. Si
bien no existe un consenso totalmente establecido, de acuerdo a la clínica encontrada y
a la escala de Glasgow, los TCE se pueden clasificar en Leves, Moderados y Severos.
Escala de Glasgow
Apertura de ojos
Espontánea 4
Al habla 3
Al dolor 2
No apertura 1
Respuesta motora
Sigue órdenes 6
Localiza el dolor 5
Se retira al dolor 4
Flexión al dolor 3
Extensión al dolor 2
No respuesta 1
Aplicar idealmente cada 1-2 horas según la condición y estado clínico y neurológico del
paciente mientras se encuentra hospitalizado o bajo observación.
MANIFESTACIONES CLINICAS
Si bien la mayoría de los TCE son leves y cursan con ausencia de síntomas, en los
traumatismos moderados y severos las manifestaciones clínicas que se presentan
orientan a la posibilidad de que exista una lesión intracraneal que requiera de
intervención quirúrgica. Estas pueden clasificarse en trastornos del estado de
conciencia, alteraciones en signos vitales, vómitos, convulsiones y cefaleas.
Vómitos: Son producto de la reacción vagal ocasionada por el TCE y cuando estos se
presentan de manera repetitiva y cuando se acompañan de ausencia de náuseas y se da
de manera intempestiva (vomito en escopetazo) señala la posibilidad de hipertensión
intracraneana.
Alteración de los signos vitales: La reacción vagal posterior al trauma puede ocasionar
fluctuaciones en la tensión arterial o en la frecuencia cardiaca, mismas fluctuaciones
que desaparecen paulatinamente a medida que se recupera el estado general si posterior
al mismo no se logra su recuperación estas alteraciones constituirán un signo de alarma.
DIAGNÓSTICO
1. Historia Clínica
En la evaluación diagnóstica del niño con TCE debemos conocer:
2. EXPLORACIÓN FÍSICA
Evaluación primaria
Evaluación secundaria
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
CRITERIOS DE HOSPITALIZACIÓN
Se debe considerar la observación en Urgencias o la hospitalización en los siguientes
casos:
● GCS <15.
● Menor de 12 meses
● Vómitos persistentes, cefalea progresiva, pérdida de consciencia (> 5min)
● Convulsiones, signos vitales alterados
● Focalidad neurológica.
● Estado neurológico alterado.
● Intolerancia oral.
● Lesiones extracraneales graves.
● LIC.
● Sospecha de maltrato.
● Cuidadores inadecuados para vigilar al niño y reconsultar si precisa.
Se recomienda la hospitalización en una Unidad de Cuidados Intensivos en caso de:
● GCS <13 o focalidad neurológica.
● Presencia de LIC (considerar ingreso en planta de hospitalización en caso de
hematoma no epidural <1 cm).
TRATAMIENTO
Medidas generales
● Estabilización sistemática ABCDE, control y aseguramiento de la vía aérea que
garanticen una buena ventilación y aporte de oxígeno a órganos vitales; la
hiperventilación solo deberá considerarse en paciente con los signos clásicos de
la tríada de Cushing sugestivos de una herniación cerebral inminente o que
presenten un deterioro neurológico progresivo a pesar de la corrección de la
hipotensión e hipoxemia.
● Valorar inmovilización cervical si precisa
● Elevación de la cabecera de la cama a 30º para favorecer adecuado drenaje
venoso a través de las venas yugulares, fluidoterapia temprana, preservar un
estado de normoglicemia, prevenir hipertermia.
● Valoración del grado de dolor y administración de analgesia según escala. El
dolor no controlado aumenta la presión intracraneal (PIC).
● El manejo de la hipoperfusión cerebral deberá hacerse de forma rápida y efectiva
mediante el uso de cristaloides, en paciente cuya respuesta sea pobre a dicho
manejo se debe contemplar la posibilidad del inicio de fármacos vasoactivos que
garanticen una presión de perfusión cerebral mínima de 40 mmHg
independientemente de la edad del paciente según las últimas recomendaciones
de guías internacionales
● Las indicaciones de intubación serían:
- GCS <9.
- Inestabilidad hemodinámica.
- Distrés respiratorio grave.
Tratamientos específicos
Una vez realizada la estabilización inicial se administrará tratamiento específico según
los hallazgos clínicos o los resultados de las exploraciones complementarias realizadas:
● Control de la PIC. La utilización de la terapia osmótica mediante el uso de
manitol y/o solución salina hipertónica al 3% para la reducción de la presión
intracraneal (PIC) ha mostrado beneficios en la prevención de intervenciones
secundarias y menor mortalidad en población infantil.
● Tratamiento anticomicial ante convulsiones.
● Valoración o tratamiento neuroquirúrgico si: LIC, fractura deprimida, fractura
basilar, fractura craneal con diástasis (>3 mm) y/o deterioro clínico.
Medicamentos en TCE severo
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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- Robert M. Kliegman, MD. Bonita Stanton, Joseph W. St Geme III, Y Nina F.
Schor. Nelson TRATADO de PEDIATRÍA. 20° ed. Elseiver. España. 2016