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Alumno:
Alán Belmán Andrade
Experiencia Educativa:
Ciclos clínicos de medicina interna II
Catedrático:
Dr. Nikos Christo Secchi Nicolas
Semestre:
9vo
Tema:
“Traumatismo Craneoencefálico y Raquimedular”
TRAUMATISMO CRANEOENCEFALICO Y RAQUIMEDULAR
DEFINICIÓN
El Traumatismo Raquimedular (TRM) incluye todas las lesiones traumáticas que afectan las
diferentes estructuras osteoligamentosas, cartilaginosas, musculares, vasculares, meníngeas,
radiculares y medulares de la columna vertebral a cualquiera de sus niveles. Habitualmente afecta
a personas jóvenes en etapa productiva. Representa un problema económico para los sistemas de
salud dado el alto costo que implica su tratamiento en la etapa aguda y posterior rehabilitación.
La lesión medular aguda es un proceso dinámico, evolutivo y multifásico a partir del momento en
que se produce el traumatismo; por ello el objetivo sobre el manejo del daño espinal está orientado
a reducir el déficit neurológico resultante y prevenir alguna pérdida adicional de la función
neurológica. El nivel más frecuente de lesión es la región cervical media baja, el siguiente lugar es
la unión toracolumbar; coincidiendo estos niveles con las áreas de mayor movilidad de la columna
espinal. En un paciente con sospecha de daño espinal, la columna debe ser inmovilizada para
prevenir el daño neurológico y la anatomía de la lesión debe ser analizada como primer paso al
momento de proveer un tratamiento efectivo.
EPIDEMIOLOGIA Y ETIOLOGÍA
Se estima que, la incidencia de TCE a nivel mundial es alrededor de 200 personas por cada
100.000 habitantes, que por cada 250-300 TCE leves hay 15-20 moderados y 10-15 graves. La
relación es 2:3 afectando más a los hombres, con una edad de máximo riesgo situada entre los 15
y los 30 años4, por lo que se considera un problema de salud pública.
Es un problema de salud a nivel mundial con alta incidencia de mortalidad y morbilidad en
pacientes de edad productiva. En México, el TCE es la cuarta causa de muerte, que corresponde a
muertes violentas y accidentes, con mortalidad de 38.8 por 100 mil habitantes. En relación con
hombres y mujeres, es mayor el del varón en 3:1, afecta principalmente a la población de 15 a 45
años. Las causas más comunes de este problema son los accidentes de tráfico con un 75%
aproximadamente, afectando más a los jóvenes menores de 25 años, motociclistas y personas que
manejan en estado de ebriedad. Gran porcentaje de sobrevivientes a esta entidad tendrán
secuelas incapacitantes
La etiología mas frecuente son los accidentes de tránsito (70%)5, seguidos de hechos violentos y/o
caídas desde su propia altura dependiendo del área geográfica en el que se encuentre. La tasa
global de mortalidad por trauma es de 19 por 100.000 habitantes; en América Latina de 75.5 por
100.000 habitantes, y en el Colombia, de 125 por 100.000 habitan-tes.
CLASIFICACION
Se realiza teniendo en cuenta el nivel de conciencia medido según la “Glasgow Coma Scale”
(GCS). La GSC evalúa tres tipos de respuesta de forma independiente: ocular, verbal y motora. Se
considera que un paciente está en coma cuando la puntuación resultante de la suma de las
distintas respuestas es inferior a 9. Dificultades a la hora de evaluar al paciente con este método
serían el edema de párpados, afasia, intubación, sedación, etc.
Los TCE leves deben permanecer bajo observación las 24 horas siguientes al golpe. Si existen
antecedentes de toma de anticoagulantes o intervención neuroquirúrgica, GCS 14, > 60 años o
crisis convulsiva tras el traumatismo, presentan mayor riesgo de lesión intracraneal.
Atendiendo a esta clasificación, los TCE moderados y graves deberían ser trasladados en un
primer momento a centros hospitalarios en los que se disponga de servicio de neurocirugía,
mientras que los leves sólo serían remitidos a estos centros en caso de que presentaran TAC
seriados patológicos, fracturas de cráneo, heridas abiertas, o aquellos en los que la gravedad de
las lesiones extracraneales dificulte seriamente el seguimiento neurológico del paciente.
FISIOPATOLOGIA
Trauma raquimedular
El trauma raquimedular comienza con lo que se ha denominado “lesión primaria”. Esta lesión es
provocada por la energía del trauma, la cual desencadena una falla biomecánica de las estructuras
que estabilizan la columna (hueso y ligamentos). Los fragmentos de hueso desplazados y/o la
inestabilidad resultante, provocan a su vez fuerzas que pueden generar una disrupción inmediata
del tejido neural o vascular. En esta etapa, la magnitud de la lesión de la médula espinal se
relaciona con el nivel de energía involucrado.
Traumatismo craneoencefalico
Lesión primaria
Lesión secundaria
CUADRO CLINICO
Ocurre por el aumento agudo y difuso de todos o alguno de los contenidos intracraneanas, que
causará un aumento de la PIC de tipo difuso. Los principales síntomas son cefalea persistente,
vértigo y diplopía. Algunos de los signos son: Deterioro de la conciencia, papiledema y VI par,
reflejo de Cushing, tría-da de Cushing, relacionado con herniación cerebelo-tonsilar y compresión
del bulbo11-
Aumento de la presión a nivel focal con efecto de masa sobre las estructuras vecinas, que en
ocasiones requiere manejo quirúrgico. Los síntomas son iguales a la HTEC difusa. Los signos son:
III par craneal, convulsión focal, hemiparesia contralateral a la lesión, herniación cerebral14,18,19,
20-27 cingular o subfalcinam, herniación uncal, trancraneana, tonsilar o de amígdalas cerebelosas,
herniación central transtentorial, transtentorial inversa, hipotensión y el síndrome del segundo
impacto11-17. Algunos ejemplos son las lesiones específicas que se hablaran en el siguiente
párrafo.
Hematoma epidural
Se observa a través del TAC como una lesión hiperdensa en forma biconvexa o «en forma de
lente», se comporta como HTEC focal, que requerirá craneotomía y drenaje quirúrgico
dependiendo su tamaño. Corresponde al 1-6,5% de todos los TCE. La causa más frecuente es la
ruptura arterial (85%), La mortalidad es entre 5% y 10% con tratamiento quirúrgico a tiempo
Hematoma subdural
Originado por una lesión en plexos venosos subdurales y venas puente que van hacia los senos
venosos durales. Se observa en la TAC como una lesión hiperdensa, isodensa o hipodensa (según
el tiempo de evolución) en forma de semiluna. Corresponde al 5,6% del TCE en general y 30% de
todos los TCE Severos.
La mortalidad es de 60% con tratamiento, subiendo a 90% en los pacientes operados en coma
(Glasgow < 9). Se clasifica según el tiempo de evolución en: Agudos: menor de 24 horas de
evolución (M* entre 50% y 90%); Subagudos: mayor de 24 horas y menor de 7 días, (M: 25%) y
Crónicos: mayor de 7 días, (M: 50%)
Contusión cerebral
Traumatismo Raquimedular
Existe además el denominado Shock Espinal (SE). Este fenómeno se define como la pérdida
completa de la función motora y sensitiva por debajo del nivel de la lesión, acompañada de la
pérdida de los reflejos tendíneos profundos y esfinterianos. Clásicamente la ausencia del reflejo
esfinteriano se utiliza como señal de la presencia de SE el que impide realizar pronósticos
neurológicos. Por el contrario, la recuperación del reflejo es aviso de que el shock ha terminado. En
ese momento, la persistencia de la pérdida de función motora y sensitiva significa que estamos
frente a una lesión medular completa. Actualmente existe un modelo que explica el SE en cuatro
etapas5. La primera corresponde a las primeras 24 hrs después del trauma y se caracteriza por la
ausencia de los reflejos tendíneos profundos y cutáneos (aunque estos últimos pueden comenzar a
recuperarse durante esta etapa), como resultado de la pérdida de excitabilidad supraespinal. La
segunda etapa ocurre entre el primer y tercer día posterior a la lesión, con una recuperación inicial
de los reflejos cutáneos (ej. bulbocavernoso) producto de la sensibilización por denervación junto
con la regulación positiva de los receptores de N-metil-D-aspartato (NMDA). La tercera etapa
puede durar hasta un mes, manifestándose por la presencia de hiperreflexia junto a la reaparición
de los reflejos tendíneos profundos (crecimiento de las sinapsis axonales). La cuarta fase y final se
desarrolla entre el primer mes y el año, destacándose la espasticidad e hiperreflexia de los reflejos
tendíneos profundos y cutáneos. Durante esta fase, el crecimiento de las sinapsis continúa
mediado por mecanismos somáticos. Es de suma importancia reconocer este fenómeno ya que las
intervenciones tempranas pueden producir efectos beneficiosos en los pacientes que con lesiones
incompletas enmascaradas.
DIAGNOSTICO
EVALUACIÓN NEUROLÓGICA:
• Examen pupilar: debe valorarse su tamaño y la respuesta a la luz intensa de forma directa o
indirecta (reflejo consensual). Se considera patológica cualquier diferencia en el tamaño pupilar de
más de 1 mm, la respuesta lenta y la no respuesta al estímulo lumínico.
PRUEBAS DE IMAGEN
Podemos diagnosticar con un amplio margen de seguridad las fracturas, hemorragias, efecto de
masa y cuerpos extraños.
TRATAMIENTO
En la sala de urgencias
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