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Universidad de Carabobo

Facultad de Ciencias de la Educación


Dirección de Postgrado
Programa de Doctorado en Educación

CAPITULO I

ONTOLOGIA DEL EXPLICAR MATURANA, H (2005)

Curso Pre/Doctoral

Facilitadora: Profesora:

Dra. Esther María Saavedra Yosleidy Gonzalez de Torres

Valencia, Marzo de 2022


Para comenzar a profundizar en el pensamiento de Maturana, sobre la ontología del
explicar es necesario dar a conocer ideas que él asume como relevantes.

En primer lugar, él establece que hay una fenomenología de la percepción que se


basa en conocer el fenómeno de las cosas tal como son, libres de prejuicios, todo esto a
través de lo biológico. Él establece que sin cuerpo biológico no hay percepción. También es
necesario determinar que dice que la percepción genera o conlleva al conocimiento que
coordinado con el lenguaje permite dar una explicación derivada de una experiencia.
Maturana destaca que en términos del conocimientos, explicación y experiencia son dos
cosas distintas; pero que el ser humano comúnmente las usa juntas casi como lo mismo, por
ser más practico en la vida que lleva.

También otra idea importante de lo que establece Maturana es que el conocimiento


se logra a través de la reflexión que provoca la incertidumbre, no en la creencia de algo
absoluto paralelo a la verdad, que provocaría la certidumbre por lo tanto no conocer; desde
el momento que algo se cree conocido se deja de conocer.

De este modo, "La ontología del explicar" detalla Maturana, donde el observador
en la praxis del vivir y la necesidad de la búsqueda de las respuestas explicativas a las
preguntas, continuamente el ser humano se encuentra observando experiencias,
conversando o actuando y que cualquier definición o representación de lo que se hace es
sucesivo a las experiencias en la que se encuentra así mismo en el hacer de lo que hace,
simplemente se vive experiencias que parece no vinieran de ninguna parte, y este
pensamiento es menos importante como el arte de observar que es el punto primordial en
cualquier prueba de entender realidad y razón como fenómenos del dominio humano.

Aborda el tema del análisis y presenta que hay dos vías diferentes según Maturana
(2015), manifestó “Estas dos maneras de escuchar determinan dos caminos explicativos
primarios exclusivos que yo llamo el camino de la objetividad sin paréntesis o de la
objetividad trascendental, y el camino de objetividad entre paréntesis o el camino de
objetividad constitutiva” (p. 20).
Cabe resaltar que para hacer una aseveración o dos formas de asumir el
conocimiento de llegar a él y de interactúa, y percibir las realidades, decantándose por el
primero como principio de objetividad, mientras el segundo –el de la ciencia actual– lo
desestima por incorrecto. Para él, la objetividad es más bien aquello imposible de darse en
la realidad humana pues como ya se ha advertido, no existe una realidad ontológica
independiente que pueda garantizarla. Por ello su argumento, que divide ese sentido
impostado de objetividad en lo que él llama objetividad con paréntesis y objetividad sin
paréntesis, configura desde ahí más que una problemática epistemológica para la ciencia,
un llamado a la comprensión de la diversidad desde el entendimiento de la ausencia de la
verdad.

Por consiguiente, la objetividad trascendental o sin paréntesis, cuando se dice que


"lo lógico es que se haga esto", "Lo que se dice es lo racional". Es el resultado de la
adhesión a las convicciones, en la cual se aferrar a las verdades únicas e indiscutibles,
Entiende que desde el pensamiento occidental tradicional, la realidad existe como una
forma o fenómeno apartado del observador y por ello es susceptible de ser conocido
objetivamente lleva a pensar que existe una única realidad que es externa al sujeto y que la
presunción de su existencia, de sus lógicas y relaciones es lo que permite tener
argumentos y explicaciones racionales sobre el funcionamiento del mundo y de la sociedad,
racionalidad que se caracteriza por la ausencia de emoción, siendo este elemento
contradictorio en una construcción objetiva. Explica el autor que desde esta perspectiva
se tiende a negar la posibilidad de otras visiones de mundo.

La objetividad sin paréntesis se basa en la existencia de una realidad independiente


del observador, por lo tanto para generar conocimiento el observador necesita apegarse a
esta realidad para lograr la explicación objetiva apegada a la verdad, por lo tanto el
conocimiento generado por una explicación es validado por la “realidad” tal como es, es
decir, una explicación que se da para validar el conocimiento está sujeta a esa realidad que
existe y que es independiente del observador será válido y objetivo ese conocimiento
generado.
De lo anterior se pueden desprender otros conceptos que se derivan de la objetividad sin
paréntesis como la existencia de una verdad que lleva a la aparición de relaciones
autoritarias por parte de las personas que tienen acceso a esa realidad objetiva, por lo tanto,
son dueños de esa verdad y con esto ejercen autoridad sobre otros, debido que el acceso a la
realidad les permite obtener y ejercer poder.

En la objetividad sin paréntesis al existir una verdad se excluye otras realidades,


percibiéndolas como erradas y por lo tanto refutándolas, esto mismo lleva a dejar a un lado
otros conocimientos que se generan, los cuales no son validados por esa realidad
independiente. Al excluir otras realidades, supuestamente erradas, aparece la idea de que el
cuerpo limita el conocimiento de la realidad, tomando lo que está afuera de la realidad
absoluta como una ilusión. Un ejemplo de objetividad sin paréntesis seria la creencia en
Dios.

En determinada situación conversar con un pastor evangélico, y le presentamos la


idea de que Dios no existe; entonces él refuta nuestro conocimiento y excluye nuestra
realidad tildándola de equivocada, debido a que él tiene acceso a una realidad
independiente a él que determina su conocimiento como válido, y este conocimiento
establece que Dios existe por lo tanto la creencia en otra cosa es una ilusión.

La realidad del pastor es la “verdad”, su conocimiento y explicación de este están


validados por la realidad a la que el pastor puede llegar en forma privilegiada; tomando su
enfoque desde la religión un carácter autoritario en donde se obtiene poder al ser dueño de
la verdad validada por su conocimiento y explicación objetiva desde su visión como pastor,
por lo tanto Maturana (2015), manifestó “Por ende, este camino explicativo es
constitutivamente ciego (o sordo) a la participación del observador en la constitución de lo
que él o ella acepta como una explicación” (p. 21).

La objetividad con paréntesis se basa en la creencia de que no existe una realidad


independiente del observador, sino que esta realidad posee muchas interpretaciones
validadas por las experiencias asociadas con la explicación a través del lenguaje. Es así
como se genera el conocimiento, a través de una reformulación aceptable de una
experiencia, dando una explicación que permite el dominio explicativo que cada persona
posee.

La objetividad con paréntesis determina que las explicaciones no provienen de lo


externo, sino de la explicación y/o interpretación de nuestras experiencias, que nos hacen
poseer criterios de validez para convalidar nuestras explicaciones. De lo anterior se puede
desprender que, enfocando, desde la perspectiva de la objetividad con paréntesis, no existe
una verdad absoluta, sino tantas verdades como sujetos y dominios explicativos existan. En
este enfoque no existen los errores ni la exclusión de ninguna realidad; hay una aceptación
constante y mutua entre las distintas interpretaciones que puedan existir, se acepta que la
realidad se desprenda del camino explicativo que adoptemos, además del dominio
emocional en el cual nos encontramos al momento de explicar. No hay autoritarismo, se
acepta al otro y se hace crea un estado de ánimo para reflexionar.

El tipo de realidad que vivimos, como dominio de proposiciones explicativas,


refleja en cada momento el fluir de nuestras relaciones interpersonales y el tipo de
coordinaciones que esperamos que ocurran en ellas. En esta objetividad se acepta el
lenguaje tanto como instrumento de pregunta como fenómeno de explicar.

Desde esta mirada, el cuerpo cumple una función importante; es el que posibilita, no
limita, así como lo propone la objetividad sin paréntesis; el hombre es un “sistema viviente,
sus habilidades cognitivas como observador son fenómenos biológicos, ya que son
alterados cuando su biología es alterada, y desaparece con él o ella en el momento de su
muerte”. (Maturana, 1997).

Con el mismo ejemplo descrito en la objetividad sin paréntesis enfocado desde la


perspectiva de la objetividad con paréntesis de Maturana.

El pastor, en determinada situación, discute con nosotros (que supuestamente somos


científicos) sobre la existencia de Dios. En esta oportunidad el pastor continúa sosteniendo
que Dios existe, pero la validez de su explicación está basada en la experiencia que
conlleva a tener fe en la existencia de Dios, es decir, su explicación viene determinada por
su dominio explicativo, además de dominio emocional.

Para los científicos, la existencia de Dios no es tal, debido a que no se ha podido


validar, con el método científico (que sería nuestro dominio explicativo), comprobar
empíricamente que Dios existe.

En las posturas anteriores, no hay exclusión de parte de ninguna para con la otra, no
existe una validación de cierta realidad dada por la propia realidad. Las explicaciones están
validadas por los dominios explicativos y emocionales de cada uno de los enfoques
(científico y religioso). Ninguna de las dos realidades es absoluta o se rigen por la verdad
total, sino se basan en sus propias experiencias para dar sus explicaciones. No hay de
ninguna manera autoritarismo, sino que hay una aceptación de la realidad de otros, hay
tolerancia recíproca.

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