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QUE ES SER MAESTRO

La gran mayoría de personas piensan que ser maestro es algo fácil; que solo se trata de
dictar clases, dejar tareas, revisarlas; pero en realidad es mucho más que eso, se trata de
comprender a quienes son tus alumnos, aguantar todo el escándalo que pueden llegar a
hacer, ayudarlos a mejorar, que se conviertan en hombres de bien, aconsejarlos y
ayudarlos en todo lo que podamos.
Para que entender mejor lo que quiero decir, contare algo que me paso en mis días
como maestro, un hecho que podía hacer aún más doloroso lo que esa persona estaba
pasando, pero afortunadamente no fue así.

Era un jueves en el que realizaba mi rutina de todos los días; despertarme, asearme, cambiarme,
desayunar mirando las noticias y dirigirme a mi centro de trabajo, esa día cuando entre a clases
mis alumnos ya se encontraban ahí y apenas me vieron todos me saludaron a la misma vez,
como siempre, todos menos Daphne algo raro en ella ya que era la más habladora y animada,
pero también una de las más aplicadas.
Al principio no le tome mucha importancia a eso, pero entre más avanzaba la clase me
intrigaba cada vez más, ella no había participado ni una sola vez ni conversado con sus
compañeros, además que parecía muy pensativa y afligida, pero no podía preguntarle en esos
momentos, delante de todos sus compañeros porque si de algo estaba seguro, es que, lo que le sea
que tenía era algo muy personal.
Espere que llegara la hora del receso y antes que saliera le pedí que se quedara un momento.
–Dígame profesor ¿Para qué me pidió que me quedara? –me dijo apenas estuvimos solos con la
mirada agachada y sin ánimos.
–Te pedí que te quedaras para saber si te gustaría ser la encargada de la clase la semana que
viene –le dije tratando de aligerar el ambiente para poder preguntarle lo que realmente quería
saber.
–Considero que sería un honor, pero me temo que no puedo aceptar el cargo, al menos por
ahora.
– ¿Puedo saber la razón por la cual no puedes aceptar?
–Lo que pasa es que no estoy pasando por un buen momento y eso me impediría ejercer los
deberes que conlleva ser la presidenta de manera eficiente.
– ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? ¿Puedes contarme? –le dije tratando de averiguar la verdadera
razón y sin parecer que la estuviera obligando.
–Mi última semana no fue muy buena que digamos, ayer en la tarde llamaron a mis padres
para decirles que mi tía que estaba internada en cuidados intensivos por fibrosis pulmonar
idiopática había fallecido debido a que su enfermedad ya estaba muy avanzada, mi padre al
recibir la noticia se desmayó y ha estado muy triste porque mi tía era su ultimo familiar con
vida aparte de mi madre y yo –me termino de contar mientras lloraba.
– ¿Por eso estabas así desde la mañana? –le pregunte mientras la abrazaba porque había
empezado a derramar unas lágrimas.
–Si e…lla e…ra muy im…portan…te pa…ra mí –me dijo con la voz entrecortada, entre
sollozos y lágrimas.
–Tranquila, sé que esto que te voy a decir puede sonar algo cruel asi que no lo tomas a mal,
pero creo que es lo mejor; ella debió de estar en una agonía muy dolorosa todo el tiempo que
estuvo con esa enfermedad, por lo menos ahora puede descansar.
–Lo sé pero aun así es muy doloroso saber que nunca más la volveré a ver, que nunca más le
podre decir tía ni que cuanto la extrañe –me respondió ya más calmada, con los ojos rojos por
haber llorado y la cara manchada de lágrimas–. Profesor usted cree que pueda ir a mi casa no
creo poder concentrarme en las clases que todavía faltan y eso afectaría mi rendimiento escolar
además no quiero preocupar a los demás.
–Claro solo déjame le informo a la dirección para que llamen a tus padres y te puedas marchar
y espero que puedas superar esto.

Después que se fuera, no vino hasta la semana siguiente, afortunadamente ya parecía


mucho mejor aún tenía una mirada triste, pero por lo menos ya reía y participaba en las
clases, creo que si ese día no le hubiera aconsejado hubiera entrado posiblemente en
depresión.
Por eso digo que ser maestro no es algo sencillo, no es sencillo aguantar a más de
veinte personas todos los días, poder controlarlos, aguantar cuando no hacen caso, no
se comportan o cuando no cumplen con sus deberes; pero lo más difícil es cuando
aconsejas a alguien, porque ese consejo puede ayudar a superar lo que esa persona esté
pasando, o puede hacer que se sienta mucho peor.

TEMOCHE MAMANI, Dennis Gabriel

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