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LOS CONCEPTOS DE COHERENCIA Y COHESIÓN.

Podemos considerar la coherencia desde 2 puntos de vista que no se excluyen sino


que son compatibles:

 Como una propiedad del texto.


 Como un proceso.
 Desde el primero, la coherencia sería equivalente al "plan global" que se hace el
emisor de un texto. Desde el segundo la coherencia es un proceso que recorre
todas las etapas de elaboración del texto.
 Según Bernárdez el proceso se produce así:

1.  
2. El hablante tiene intención de comunicar algo.
1. El hablante construye un plan global (=coherencia) teniendo en cuenta los
factores contextuales.
2. El hablante verbaliza su plan global de forma que las relaciones superficiales
entre las oraciones del texto (=cohesión) pongan de manifiesto su intención
comunicativa inicial.

 Decimos entonces que el texto será coherente si:


 Es percibido por el oyente como una unidad.
 Da las informaciones relevantes o pertinentes para la situación comunicativa en
que se emite, y por tanto,
 Tiene en cuenta los conocimientos que sobre el tema del texto tienen sus
receptores.
 Ordena y estructura las informaciones de un modo preciso.
 Según esta definición de coherencia, ni la deixis (conjunto de procedimientos
ligüísticos que anclan el texto en su contexto) formarían parte de ella. Sin
embargo, sí incluiría entre sus preocupaciones el concepto de TEMA del texto
(y, por tanto, el de progresión temática).
 Podemos interpretar además la coherencia como un proceso que recorre todas
las etapas de elaboración del texto: la coherencia sería inicialmente un fenómeno
pragmático (relacionado con la intención comunicativa del emisor), que se
manifestaría después en términos semánticos (articulación tema/rema en el texto,
progresión temática, etc) y progresivamente, según accedemos a la estructura
superficial textual, en términos puramente sintácticos (sustitución pronominal,
por ejemplo). Según esta interpretación la cohesión estaría incluida en la
coherencia, y sería la manifestación superficial (básicamente sintáctica) de ésta.
 Esta visión de coherencia y cohesión nos permite extraer algunas conclusiones:
 El fenómeno de la deíxis hace alusión a la relación texto/contexto y no cabe ni
en la coherencia ni en la cohesión; sólo de forma secundaria los deícticos pueden
funcionar como elementos de cohesión
 La cohesión aparece en la estructura superficial textual y es de carácter
sintáctico semántico. Los fenómenos de anáfora y catáfora deberían estar
incluidos en ella (por tanto en el tema 25)
 El concepto de Tema del texto es el más relacionado con la noción de
coherencia, y desde un punto de vista estricto creemos que es el único que
debería aparecer en este tema.
 Aún asumiendo estas conclusiones, vamos a desarrollar los temas tal como
aparecen enunciados en el temario

3.1.- PROFORMAS GRAMATICALES.

  
 Se llama así a los elementos especializados en la función de sustituto. Entre ellos
están:

1.  
2. La elipsis. Se trata de una forma especial de sustitución, en la cual el sustituto es
(0). "Tengo un coche y tú no (0)".
3. Los pronombres. Palabras especializadas en sustituir al nombre o a segmentos
mayores.
o Los pronombres personales de 3ª persona son anafórico/catafóricos,
aunque también pueden actuar como deícticos, cuando señalan al contexto
extraverbal. Son anafóricos en: "A su hijo, lo crié", catafóricos "Le dije a su madre".
o El pronombre reflexivo "se". "María se lava".
o Los pronombres demostrativos. Son primariamente deícticos, pero
pueden desempeñar también funciones de anáfora y catáfora. Los neutros sustituyen
oraciones. "Pedro y Juan son distintos, este es..."
o Pronombres relativos. "El libro que..."
o Posesivos de 3ª persona (los de 1ª y 2ª tienen función deíctica). "He visto
a Juan, su cara....".
o Pronombres indefinidos: "todos" puede actuar como anafórico o
catafórico. "Todos estaban allí: su padre, su madre...". "Había varios señores,
algunos no...."
o Los interrogativos son catafóricos; entablan una relación textual con un
elemento que les sigue en el discurso. "Quién ha venido. Juan."

1.  
2. Los proadverbios. Especializados en sustituir a adverbios o a complementos
circunstanciales. Al igual que los demostrativos son elementos primariamente
deícticos, pero pueden dirigir su señalamiento a elementos intratextuales. Los
proadverbios de lugar correfieren con adverbios y complementos circunstanciales de
lugar, como en: "Juan vive en el campo; dice que allí"
3. Los artículos determinado e indeterminado. Las formas del artículo determinado
se adjuntan a un sustantivo ya conocido, mencionado previamente por lo que tiene
valor anafórico, al remitir a un elemento textual previo. Las formas del artículo
indeterminado acompañan a un sustantivo al cual se hará mención posteriormente en
el texto. Tienen pues valor catafórico: "Ayer llegó un turista. El turista...."

3.2.- PROFORMAS LÉXICAS.

  
 Se llaman con este nombre a los elementos con significado léxico que actúan
como sustitutos de otras unidades léxicas.
 Hay elementos especializados en sustituir a sustantivos:
1.  
2. Los sustantivos con el rasgo (+ humano) pueden reproducirse con la forma
léxica "persona". "Pedro y Juan, cualquier persona..."
3. Los sustantivos con el rasgo (- humano) pueden sustituirse por "cosa".

 Otros elementos léxicos sustituyen a verbos. Aquellos verbos con el rasgo


semántico (+ acción), se sustituyen por "hacer"; los que tienen el rasgo (+ estado o
proceso) se sustituyen por "pasar o suceder".

COHESIÓN Y COHERENCIA

La propiedad de una serie de proposiciones conectadas se llama conectividad o


conexión (van Dijk 1989: 83). Van Dijk distingue de este modo la coherencia, en tanto
que "es una propiedad semántica de los discursos, basados en la interpretación de cada
frase individual relacionada con la interpretación de otras frases". La noción de
conectividad, en cambio "cubre aparente-mente un aspecto de la coherencia discursiva,
como las relaciones inmediatas, emparejadas entre las proposiciones subsiguientes
tomadas como "un todo" (van Dijk 1989: 147). De esa manera explica que ambas
formas de lazos pueden existir la una sin la otra: conexión o cohesión sin coherencia y
viceversa. Lazos lineales sin lazos globales, o lazos globales sin lazos lineales.

Cohesión y coherencia están ligadas íntimamente, de forma que algunos llaman a la


cohesión coherencia textual (van Dijk, 1983). Los factores de cohesión dan cuenta de la
estructuración de la secuencia superficial del texto, afirmando que no se trata de
principios meramente sintácticos, sino de una especie de semántica de la sintaxis
textual, esto es, de los mecanismos formales de una lengua que permiten establecer,
entre los elementos lingüísticos del texto, relaciones de sentido (Villaça Koch 1989;
Marcuschi 1983). Para Halliday y Hasan (1976), la cohesión es una condición
necesaria, pero no suficiente para la creación del texto, sin embargo, existen textos
desprovistos de recursos cohesivos, en los que la continuidad surge en el nivel del
sentido y no en el nivel de las relaciones entre los constituyentes lingüísticos: asimismo,
hay textos en los que ocurre una secuencia cohesiva de hechos aislados que permanecen
aislados, y con esto no tienen condiciones de formar una textura" (Villaça Koch 1989:
18).

Las relaciones de cohesión no necesitan realizarse explícitamente: es fácil encontrar


textos sin lazos conectivos explícitos, por lo que la textura no parece ser un concepto
fundamental para la interpretación y la co-interpretación de los textos (Brown y Yule,
1983:195). Los oyentes y lectores no dependen de las marcas formales de cohesión para
identificar un texto como tal. Van Dijk se refiere al hecho de que las secuencias pueden
conectarse sin ser coherentes, por lo que también insiste en que "la conexión puede ser
una condición necesaria, pero no suficiente para la aceptabilidad del discurso" (van Dijk
1989:83).

Cualquier pasaje se interpretará como un texto si existe la más remota posibilidad de


hacerlo así, lo que se ha llamado presunción de coherencia (cf. Halliday y Hasan
1976:26). Esto ocurre porque, según los mismos autores, la interpretación del pasaje en
cuestión depende de algo más. Si este algo más resulta verbalmente explícito, entonces
hay cohesión" (Halliday y Hasan 1976:13). Vimos un ejemplo de esto en el ejemplo
(16), un aviso clasificado anunciando a una vidente. El texto Ford Festiva 98 full rines,
en perfecto estado, un solo dueño, precio inigualable (02-9411169) se entiende como
un aviso de venta de un carro de cierta marca y características y el número a
continuación como el número telefónico del vendedor. Estos textos tienen sentido, aún
cuando los elementos cohesivos que presentan son mínimos.

Pietrosemoli (1996) corrobora la distinción entre cohesión y coherencia en textos


producidos por pacientes afásicos. Determina que dos tipos de afasia, la de Broca y la
de Wernicke, se fundamentan en deficiencias en dos sentidos diferentes y demuestra
que la afasia de Broca, caracterizada por la ausencia de los elementos conectores del
discurso y de concordancia morfológica, o sea de aquellos elementos que conforman la
textura, se relaciona con el concepto de cohesión. Por el contrario, la afasia de
Wernicke se caracteriza por la fluidez del discurso, pero adolece de coherencia
discursiva. No podemos dejar de recordar, en este sentido, la esclarecedora
interpretación de Jakobson de estos trastornos, equiparándolos con las deficiencias en
los ejes metonímico y metafórico, respectivamente (cf. Jakobson, 1973).
Puede distinguirse entonces entre los conceptos de cohesión y coherencia como los
lazos lineales y globales que existen para la unidad de un texto, respectivamente. Los
primeros se corresponden con la noción de cohesión de van Dijk 1984 o de conexión de
Halliday y Hasan 1976; los segundos, con la noción de coherencia de ambos autores.
Podríamos entonces sugerir que la cohesión es una condición de la función textual que
se da intratextualmente, mientras que la coherencia refiere a las relaciones del discurso
con los contextos situacional y cultural, es decir, extratextualmente. La cohesión estaría
íntimamente relacionada con el modo del discurso, mientras que la coherencia lo estaría
con el campo y el tenor del mismo (cf. Halliday y Hasan 1990).

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