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Alumno:
Jacobo Verduzco
Luis Gerardo
Asesor:
Bedolla Garduño Ethel
Apatzingán, Mich.
09 de Enero del 2022
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Karl Marx es sin duda un exponente clave de las más importantes bases teóricas que el día de
hoy siguen teniendo validez y pertinencia por la cotidianidad en la que se suscriben muchos de los
acontecimientos del mundo global en el actual siglo XXI.
Él predijo muchos de los procesos que hoy en día son una realidad, Marx vivió en carne propia
la lucha por la supervivencia y la explotación de los trabajadores, tal como se sigue suscitando en el
presente, sigue existiendo gente que trabaja por una miseria de dinero y no solo en los países
subdesarrollados sino que también en los países emergentes y los potencia, en los que sigue
empeorando la situación económica de los trabajadores tras las crisis económicas. La burguesía,
apoyada del patriarcado y la religión refuerzan las diferencias en una sociedad a través del discurso en
el que preexisten una cadena flotante de significantes y sentidos.
Ahora, la oposición y rechazo al capitalino debe ser frontal, esto implica la defensa del futuro de
la humanidad y del planeta ante la amenaza de un imperio de racionalidad instrumental y de la técnica
deshumanizada frente a la pobreza que se derivan de la plusvalía ante las guerras y la contaminación
que son las consecuencias de la superproducción.
Es verdad que nadie nos ha enseñado a colaborar con probidad, pero esto no es argumento
válido para permanecer absortos, apáticos, indolentes, condenados al subdesempeño crónico y a repetir
acríticamente patrones culturales obsoletos y nefastos. Fernández cita a Marx comentando “que para
acabar con esa noria exasperante de las formas repetitivas de la cultura burguesa hacían falta una
revolución y otra cultura” (2006, pág. 201).
En nuestros pueblos modernos, existen muros que obstruyen el avance de ideas progresistas
que versan sobre el bien común, por ejemplo, el miedo irracional al cambio. Tristemente muchos de los
niños y jóvenes con pensamiento divergente o disruptivo, que cuestionan, que proponen, que desean
participar, son violentados en los espacios donde se desenvuelven: la familia, la escuela, la iglesia, entre
otros. Empero la historia nos ha demostrado que son las mentes divergentes las que rompen los moldes
y cambian al mundo.
Aunado a ello, las ideas de Marx constituidas en el “materialismo histórico” formularon la base
inicial del socialismo que pretende abolir las clases sociales para evolucionar a una sociedad utópica,
como menciona Martínez “revueltas de los de abajo por la justicia social, la igualdad personal y la vida
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en comunidad, y creencias e ideas formuladas como destinos o parusías” (2005, pág. 3) fueron el génisis
que visiona el cambio en la superestructura.
David Noel Ramírez Padilla plantea una idea interesante que abonan a ello. Describe el pago de
la hipoteca social como un antídoto contra la indiferencia y la desigualdad, de manera que aprendamos
a reconocer en la otredad una riqueza invaluable para resolver muchos de nuestros problemas sociales.
Quienes hemos sido beneficiados con diferentes talentos, carismas, dones, conocimientos, habilidades,
etc., tenemos una deuda con los menos afortunados.
Referencias
Fernández Buey, F. (2006). Marx y los marxismos. Una reflexión para el siglo XXI. Buenos Aires,
Argentina: CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Obtenido de
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/formacion-virtual/20100720070103/8Buey.pdf
Ramírez Padilla , D. (15 de Junio de 2021). MasterClass Hipoteca Social. Recuperado el 09 de Enero de
2022, de https://www.youtube.com/watch?v=SL8jScsi71M