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Consumo de drogas e identidades juveniles: una construcción situada y relacional

Problematización 

¿Qué significa ser joven en México? Las personas jóvenes de hoy, no son las mismas que
las de ayer. Eso, en primer momento como aproximación para entender el fenómeno. Las
sociedades; como casi todo lo que se encuentra en el mundo, están marcadas por un ritmo,
vertiginoso, lento, agobiante, rudo, deprimente, todo acorde a las épocas.  

Pero… ¿Qué constituye a la nuestra?  Existe una problemática sui generis que la
caracteriza. El consumo generalizado de drogas. Sustancias psicoactivas que se insertan sin
patrones de clase, género o raza. En concordancia con la necesidad de expresar algo; ¿en
contra de la agresividad del mundo, ¿cómo forma de rebeldía a la violencia generalizada en
el sistema, en la familia, en la sociedad? ¿Qué es lo que hace que una persona del siglo XXI
decida consumir alguna droga?

El estigma que emerge a partir del consumo no viene solo por la sustancia adquirida. Los
grupos juveniles se configuran a través de distintos elementos como; la ropa, los apodos, el
sitio, los accesorios, la música, etc. Todo está determinado por un patrón particular. ¿Pero,
quién decide que son lo que son? y ¿Hasta qué punto una persona sabe lo que significa
tener identidad, poseerla en colectivo?

El pandillerismo, los cholos, los fresas, los buchones, alucines, rockeros, reggaetoneros,
deportistas, mariguanos, cocodrilos, piedrosos. Todos y cada uno de estos grupos están
marcados por una serie de elementos significativos. Todos y cada uno son estereotipados.  

Ante esto, conviene pensar: ¿Qué nivel de implicación tienen las drogas en la socialización
de estas personas? ¿Cómo impactan en la construcción de una identidad colectiva e
individual? ¿Existen causas? ¿Conviene pensar al respecto en desunión familiar, pérdida de
engranaje social, inseguridad, violencia generalizada y con especial énfasis en la de género,
deserción escolar o en el auge pornográfico, en la violencia, misoginia, o en el racismo? ¿A
qué atribuimos la caracterización de la sociedad moderna en la juventud? ¿A la apertura
moral y nula orientación psicológica en los espacios sociales y educativos?
En México, los resultados de la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en
Estudiantes (ENCODE) señalan que a nivel nacional el 17.2% de los jóvenes han
consumido por lo menos una vez en toda su vida algún tipo de droga. (Velázquez. J, 200)

Este aumento notable del consumo es un fenómeno que por distintas causas no podemos
analizar a profundidad en la investigación. Sin embargo, podemos ser capaces de ubicarnos
dentro de acontecimientos clave que surgen en la historia del país. Tenemos la imagen de
una juventud fragmentada; orientada por los sucesos del gobierno de Felipe Calderón, el
cual dejó a miles de personas jóvenes sin oficio, educación y con un panorama de
incertidumbre total. Impresa la imagen sobre la venta de drogas, el narcotráfico, la
corrupción y en las guerras. Posteriormente, la pandemia. Recrudeciendo las desigualdades
sociales. Sin embargo, surge entonces la necesidad de pensar: ¿Y a nivel mundial, qué pasó,
cuáles son los antecedentes?

Es evidente que el aumento del consumo no es un fenómeno único y determinado en el


país, sino un problema a escala mundial; tan de nuestra época como de la pasada, expuesta
por todos los niveles y condiciones sociales/ económicas. Sin embargo, lo que ocurre ahora
y hace que nos distingamos de los demás, es que, estas sociedades han ido aficionándose
cada vez más a este consumo.

Es hoy en día más frecuente observar una relación estrecha entre las personas y la industria;
una relación perceptible en la capacidad que se tiene para producir en escala a estándar. Un
sujeto base capaz de impactar en las necesidades de millones de personas. Lo que Max
Horkheimer y Theodor Adorno denominan industria cultural.

El caos cultural es el punto central de ambos autores. El término de industria cultural surge
para explicar y entender cómo funcionan en vinculó, el sistema capitalista y la cultura.
Desde las producciones cinematográficas, la radio y los primeros esbozos de televisión. De
ser elementos culturales a estandarizaciones y producciones mercantiles.

A cabalidad, la oferta y el consumo construyen productos culturales que afloran y atrofian


la imaginación y espontaneidad de los consumidores. La industria somete a las personas al
poder del capital. Las masas organizan el mito; las vivencias, todas las experiencias y la
industria manipula sobre las necesidades que la misma industria cultural requiere.

Por lo tanto desde esta lógica podemos ser capaces de inferir que la industria cultural ha
sido capaz de proyectar objetos y elementos en la realidad impuestas por distintas
tendencias: las mismas de la globalización y el capitalismo, por ejemplo, que, sin importar
los límites entre países; fronteras e ideologías, todas aquellas producciones como: películas,
series, ropa, música e inclusive, la comida que vemos en los supermercados, por citar
algunas cosas, han sido capaces de interactuar con la parte más íntima de los individuos.

Así podemos pensar que el consumo en pleno siglo XXI sigue determinado ¿Pero, hasta
qué punto? ¿Hasta qué punto la industria moldea realidades para el ocio y entrenamiento de
las masas? ¿Y hasta qué punto las personas incorporan estos rasgos en su interpretación
personal del mundo; de las cosas?

El problema central en la industria podría ser el acceso y la circulación libre a cualquier


tipo de contenido, en los medios de comunicación, en internet, en televisión, en series y en
películas; algunas con mayores límites y restricciones que otras. No obstante, esto es
precisamente lo que aquí consideramos es el principal detonante: la censura y la perspectiva
romántica del consumo. Entonces, es conveniente preguntarnos ¿hasta qué punto estas
dinámicas han conseguido engranar sobre las personas nuevas formas de ver y entender al
mundo y sus culturas?

 Es por eso que en esta investigación partimos de la problemática en cuestión; ese “ser algo
influenciado por otra cosa, ese pertenecer para ser o perderse para estar”.  ¿Qué tan positivo
o negativo es que nuestra generación tenga la capacidad de acceder a todo desde un solo
movimiento?

Otro punto importante a considerar en el entramado de la investigación es el tema de la


identidad: ¿Quiénes somos? ¿Hasta qué punto nuestro nombre, la raza, el color de cabello,
el género, la clase o las condiciones sociales en las que crecemos nos definen? ¿Cómo
influyen todas nuestras experiencias personales y culturales en la construcción de un ser, de
la identidad colectiva e individual?
Una respuesta concisa a esta cuestión no existe y sin duda, cualquier pretensión lejos de ser
una respuesta es una abstracción. Según (Castells. 2003), la identidad es la construcción de
un proceso de sentido que atiende uno o varios atributos culturales, pero que se construye
por el individuo. Es decir que, todas las personas tienen la capacidad de recoger de todo lo
que les rodea, una idea, una figura, una serie de valores: de todo lo que se encuentra
implícito/ explícito en la realidad, elementos específicos para construir una identidad.

Es por eso que, a través de este ejercicio de investigación pretendemos poner en circulación
todos aquellos elementos que juegan a favor de la construcción identitaria en las personas y
los colectivos, sobre todo, pensando en aquellos factores en los que se basa una persona o
grupo social para consumir cualquier tipo de droga. 

Bibliografía

Castells, M. (2003). “La era de la información” en: El poder de la identidad (Vol. 2).
México: Siglo XXI. (4ta ed.)

Giménez, G. (2004). “Culturas e identidades”. En: Revista Mexicana de Sociología,


66(n.spe.), 77-99.

Giddens, A. (2002). Modernidade e identidades. Jorge Zahar Editor.

Goretta, M. (2018). La construcción de la identidad juvenil en el barrio 128 viviendas,. 6.

Kossoy, A. (s. f.). La construcción de la identidad social: Cuestiones metodológicas para

su análisis. 8.

Max Horkheimer (1937) ‘Teoría Crítica’, Buenos Aires, Madrid, pp. 223-250
Theodor Adorno &; Max Horkheimer (1944) ‘Dialéctica del iluminismo’. at:

https://www.marxists.org/espanol/adorno/1944il.htm?

fbclid=IwAR3yn5HfZWtJn4BJIgrpqQedr7ndKj2bpHWoUFH81FFIi8EceTV0dtlA

xj4

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Ito, D. A., Bustos Gamino, M. N., Resendiz, E., Mujica, R., Bretón, M., Soto, I. S.,

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Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz., Dirección General del Instituto

Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz., & Comisión Nacional contra

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Tendencias y magnitud del problema. Salud mental, 39(4), 193-203.

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