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Los tres tiempos de Freud:

Nueva cátedra Psicopatología 1.


Dr. Prof. Fabián Naparstek.
18 de abril de 2011. Teórico 4.

La clase anterior trabajaron las perspectivas de la historia de la psiquiatría y el


surgimiento de la psicopatología. Si tienen presente el cronograma sabrán que hoy
veremos los conceptos ordenadores del psicoanálisis. Vamos a empezar con lo que
hemos ordenado como los tres tiempos en Freud.
En el horario siguiente se dará un curso sobre Henry Ey, el próximo curso, será sobre
los manuales de diagnóstico estadístico, al que le seguirá otro sobre psicofarmacología.
La cátedra tiene un examen final distinguido, así lo hemos llamado; esto significa que
aquellos que obtengan un promedio de 8 (ocho) en los 3 parciales y asistan a 10
encuentros entre los cursos de apoyo y los hospitales, podrán acceder a este examen
final distinguido cuya primera fecha es diciembre.
Bien, comencemos sobre algunos conceptos ordenadores del psicoanálisis, tres tiempos
en Freud; esta clase mostrará una perspectiva del recorrido de todo el año. Es decir que,
lo que hoy trabajemos, de una u otra forma, lo vamos a ir trabajando a lo largo del año.
Es una manera también de ponernos de acuerdo sobre ciertos conceptos. Cuando digo
acordar no quiere decir que vayamos a pensar lo mismo; sino que mas allá de lo que
podamos pensar sobre ciertos conceptos, al menos sabremos qué estamos diciendo. Es
decir, que cuando alguien diga “inconsciente”, sobre un texto por ejemplo de 1905, al
menos estén ubicados en el concepto de inconsciente de esa época. Hoy, simplemente
vamos a desarrollar este cuadro de Freud de tres tiempos, y en clases siguientes
utilizaremos este cuadro de maneras diferentes.
El cuadro que les voy a proponer es simple, consta de tres tiempos. Perfectamente se
podría haber armado otro diferente; es una opción que uno escoge en términos
didácticos y que conlleva una lógica en la obra de Freud.
El primer corte es 1900, y el segundo en 1920. Esto divide la obra freudiana en tres, es
decir: previo al 1900, entre 1900 y 1920 y de 1920 en adelante.
Una vez dividido esto en tiempos, vamos a ubicar además tres ejes, también podrían
haber sido otros. Uno toma una posición al respecto, pero podría pensarse en otros
tiempos, simplemente, nos ordenamos de este modo.
Épocas y Fin de análisis Técnica Teoría
ejes
1er. .
Freud.
Hasta
1900
2do.
1900-a
1920.
3ro.
Desde
1920.

El primero que vamos a situar se relaciona con el fin, el segundo con la técnica y el
tercero con la teoría.
Cuando ubico fin como uno de los ejes, estoy pensando no solamente en cómo terminan
los tratamientos, sino también en cuál es la finalidad de los tratamientos, hacia dónde
ellos apuntan. Eso a nosotros nos interesa de una manera sesgada, porque vengo
insistiendo con que estamos en una materia que no se dedica especialmente a la
dirección de los tratamientos. A eso lo van a ver en clínica de adultos, y en alguna
materia electiva o práctica profesional. Pero no cabe duda de que cómo se piensa el fin
tiene clara incidencia en la manera de hacer un diagnóstico. Acerca de cuál es la
finalidad en un tratamiento está también ligado a una concepción teórica. Si uno cree
que puede solucionar, por ejemplo, todos los síntomas, los tratamientos van a tener una
finalidad que bien podría ser resolver los síntomas. Ahora, si uno piensa que hay algo
que no se puede resolver por estructura, la finalidad será otra.
La idea a transmitir es cómo estos tres ejes están anudados entre sí. Es decir, a una
concepción teórica, vamos a tener una finalidad de la cura, y a esa misma concepción
teórica corresponde una técnica que se ajuste a esa finalidad y a esa concepción teórica.
Ustedes sabrán que es muy habitual cuando uno presenta un texto de Freud mencionar
el año en que fue escrito. Cada uno lo menciona por lo que sea, pero en lo que a
nosotros respecta, este cuadro nos tiene que orientar, no por una cuestión de erudición,
sino para saber dónde estamos ubicados. Ciertos conceptos que en Freud poseen el
mismo nombre, no implican lo mismo a lo largo de su obra. Este cuadro debería poder
orientarnos respecto a este punto.
Bien, primer tiempo entonces, hasta el 1900 porque es una fecha que Freud marca de
una manera significativa. Primero porque se encuentran los tres textos princeps del
psicoanálisis: los sueños, el chiste y psicopatología de la vida cotidiana. Pero también
agrega Freud que, estrictamente hablando, allí comienza el psicoanálisis. Lo cual no
significa que todo lo que hizo previamente lo deje de lado, ni que nosotros debamos
hacerlo a un costado.
Es más, vamos a ver que, previo a 1900 hay una nosografía freudiana que vamos a
estudiar. A partir del 1900 hay un antes y un después, y eso tiene sus razones. No
solamente nos interesa ubicar la diferencia entre este primer tiempo y el segundo, entre
el segundo y el tercero; sino qué pasa en esta línea que divide, qué hace que se produzca
el cambio.
¿Y por qué nos interesa esto? Porque es un hecho clínico. Fundamentalmente son los
impasses de la clínica que determinan los cambios en Freud.

Primera cuestión, respecto de este primer tiempo, de este cuadrante, primer tiempo en la
teoría. Freud todavía no tiene la idea firme de lo que será luego el inconsciente. Si bien,
previo al 1900, hay algunas menciones; él se maneja en toda esta época con un aparato
psíquico en el que hay dos grupos psíquicos, sin que aún tenga la noción que manejará
en 1900. Esto no solo es aplicable en Freud; sino también en la historia del
pensamiento, en la filosofía y dentro de la psicología también, hasta la elaboración
freudiana del inconsciente. Es decir, éste era definido por la negativa, el inconsciente
era lo no consciente. A partir de 1900 el inconsciente pasa a tener status propio. Esto
significa que a partir del 1900 el inconsciente se define por sus propias reglas.
Hasta 1900 no teníamos claramente la noción de inconsciente tal cual Freud la instaura
a partir de los tres textos que mencioné antes, los tres textos princeps. Sólo contábamos
con la idea de dos grupos psíquicos. Aquel grupo psíquico del cual no somos
conscientes, del cual no tenemos registro, y que ejerce influencia en la vida anímica de
la gente. Freud descubre, en su experiencia con Charcot, que hay cierta gente que puede
contar en estado hipnoide las experiencias olvidadas. Y no solamente eso, sino que se le
puede dar una indicación a alguien en estado hipnoide y esa persona, una vez que
despierta, ignora lo que sucedió y luego realiza la orden que se le dio en aquel
momento. Así mismo, cuando uno le pregunta por qué hizo eso, no tiene la menor idea.
Por ejemplo, se le decía: “usted cuando salga de aquí va a abrir un paraguas”, y no sabía
porqué pero atravesaba la puerta y abría el paraguas; no tenía la menor idea del por qué.
Entonces, primera cuestión: teoría de los dos grupos psíquicos. Otro aspecto teórico lo
constituye lo que llamamos comúnmente la “teoría energética”. Está claramente
presentada al final de “Nuevas aportaciones sobre las psiconeurosis de defensa” 20. Al
final, van a encontrar desarrollado en un parrafito su teoría energética. Teoría que Freud
extrae de la termodinámica (leyes de la termodinámica que se refieren a la circulación y
la transformación de la energía) y que utiliza para dar cuenta del funcionamiento del
aparato psíquico. La idea de Freud es que la energía se desplaza por los cuerpos; tiene la
posibilidad de desplazarse y de transformarse. Ustedes enchufan una estufa eléctrica y
la energía eléctrica se desplaza de un lado al otro y se transforma de energía eléctrica en
calórica en una estufa por ejemplo; es tan simple como esto.
Freud piensa que el aparato psíquico tiene una energía que se desplaza en aquello que
llama los representantes. La energía se desplaza de un representante a otro. Freud, de
acuerdo al momento, la denomina de maneras distintas, pero fundamentalmente, la
llama afecto. El afecto puede desplazarse de un representante a otro y también puede
transformarse.
Una definición nosográfica en Freud que está basada en esta transformación de la
energía, fundamentalmente cuando habla de las neurosis de angustia 21. Freud piensa que
la energía sexual se transforma en angustia. En esto sigue la lógica que veíamos antes:
la energía eléctrica se transforma en calórica, la energía sexual se transforma en
angustia.
A su vez, el desplazamiento le permite pensar a Freud lo que llama en esta época el
mecanismo psíquico. Él tiene la idea de que puede acontecer en el aparato que haya una
representación intolerable. Esa representación intolerable depende de la energía que

20
Freud, S. (1896) Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa, Obras Completas, tomo
III, Amorrortu, Buenos Aires, 1986
21
Freud, S. (1895) Sobre la justificación de separar de la neurastenia un determinado síndrome en calidad
de neurosis de angustia, Obras Completas, tomo III, Op. Cit.
tenga; y lo que el sujeto haga con esa representación intolerable nos definirá las
diferentes estructuras, cuestión sobre la cual vamos a hablar en detalle más adelante.
Pero cualquier cosa que se haga necesita del desplazamiento de este afecto. En el caso
de la histeria, ustedes lo saben, el desplazamiento es hacia el cuerpo; en el caso de la
neurosis obsesiva hacia otro representante. Es lo que se llama la conversión y el falso
enlace. Entonces, tenemos el desplazamiento y la transformación, y con el agregado de
la definición de trauma que conserva esta noción energética. El aparato psíquico puede
soportar ciertas cantidades de energía, no más que un monto o cantidad de energía;
como funciona un fusible. Un fusible es un pequeño alambre por donde pasa la energía,
y cuando viene mucha energía el fusible, el alambre, se rompe e impide que ésta pase;
está para proteger los aparatos. Es decir que el fusible soporta, de acuerdo al grosor del
alambre, una determinada cantidad de energía. El aparato psíquico es como un fusible
también, soporta una cantidad de energía, no más y cuando hay una irrupción excesiva
de energía acontece el trauma. Si esa cantidad de energía no puede ser descargada por
dos vías -la vía motriz y la asociativa-, esa energía se transforma en un cuerpo extraño
para el aparato; esto tiene el valor de trauma. El aparato se pone en funcionamiento para
lograr alguna descarga de lo que no ha sido, de lo que no ha podido ser descargado en
su momento. La idea de Freud del trauma, finalmente, es en términos económicos, en
términos energéticos. Después veremos la escena traumática que no es exactamente, el
trauma en tanto tal. Una indicación, Freud dice que ese cúmulo de energía no pudo ser
descargado por vía motriz ni asociativa. Asociativamente es con palabras. Quiero
indicarles que cuando alguien viene y dice “mi trauma es tal”, ya está haciendo un
trabajo sobre el trauma, le está poniendo un nombre a su trauma. Por eso, ya está
elaborando algo sobre eso que, para Freud, en términos estrictos no tiene nombre, no
tiene palabras, no ha podido el individuo ponerle palabras a eso que aconteció. Hay
casos muy interesantes, que seguramente también podremos comentar a lo largo del
recorrido del año. Hay un ejemplo freudiano que siempre me interesó, me refiero a lo
que sucede con los muchachos que fueron a la guerra; están en la misma trinchera
donde explotó la bomba, para uno hubo un trauma de guerra y para otro no. Freud pesca
que en algún caso quedó una cicatriz, una marca en el cuerpo, y esa marca sirvió para
que no haya trauma. La cuestión es cómo esa marca en el cuerpo funciona a la manera
de catalizador para que no se produzca ese trauma. En función de esto, cuando
efectivamente se produce un trauma, la idea de Freud, primera idea del síntoma en esta
época, es que el síntoma es el intento de resolver la descarga energética que no hubo en
su momento; como una forma de descargar a partir del síntoma. Por eso en esta época,
teniendo en cuenta esta teoría, resumida así, la idea de Freud era hacer volver al
paciente al segundo grupo psíquico, donde anida ese cuerpo extraño, que no ha podido
ser descargado. La labor consistía en ayudar a ese paciente a descargar lo que no pudo
descargar en su momento.
Entonces la técnica es vía la hipnosis; gracias a esa técnica volver al segundo grupo
psíquico y hacerle descargar lo que no pudo descargar en su momento.
Una cuestión importante es que ya desde el comienzo en Freud, el trauma tiene
connotaciones estructurales. Es decir, el trauma no depende, en un sentido, de la
contingencia de la vida; en un punto sí, en otro no. Porque ya en Freud está la noción de
las dos fases de la sexualidad, lo bifásico de la sexualidad. Freud inicialmente presenta
que hay sexualidad en la infancia; cuestión que todo el mundo acuerda y conoce, pero
que en aquella época estaba planteado en otros términos.
Aquello que no puede ser descargado ni con palabras ni motrizmente, es traumático.
Así, la idea de Freud es que para los niños, cuando irrumpe la sexualidad no hay manera
de descargarla ni asociativamente ni motrizmente; no están dadas las condiciones.
Entonces, la irrupción de la sexualidad, necesariamente tiene un efecto traumático, en
los adultos tampoco hay palabras para la cuestión de la sexualidad, y con la motricidad
se encuentran serias dificultades. Es decir que el trauma tiene la contingencia de la vida
de cada quien; pero a la vez, por ser seres humanos y tener esta característica de la
sexualidad desde la infancia, necesariamente estamos todos traumatizados.
Entonces, teníamos la técnica de la hipnosis en esta época. Freud tenía dos alternativas:
una es la catarsis, descargar, y la otra es la sugestión. En cuanto a la primera, está muy
incorporado hoy para todo el mundo: que es bueno descargarse, sacarse las cosas de
encima, a tal punto que en el extremo hay gente que dice que hay que decirlo todo,
etcétera. El psicoanálisis no recomienda eso, hay cosas que es mejor no decirlas, que es
mejor guardárselas, que le hacen bien a la salud de la persona y a los que están
alrededor de esa persona también.
Acerca de la sugestión era utilizada por Freud. La sugestión en este caso era concreta,
muy precisa: se hipnotizaba a alguien y se le daba la orden que cuando se despierte, se
desliga del síntoma; usted se despierta y se olvida del síntoma.
La finalidad en esa época era eliminar los síntomas. Como los síntomas cumplían una
función en el aparato, que era tratar de descargar el cuerpo extraño, que era lo
traumático para cada uno, había que hacer algo con el trauma. Si se resolvía el trauma,
se eliminaban los síntomas.
(Cuadro tiempo 1)
Épocas y Fin de análisis Técnica Teoría
ejes
1er. Eliminar los síntomas. Hipnosis: a) catarsis Dos grupos psíquicos.
Freud. b) sugestión. Teoría energética y
Hasta traumática.
1900
2do.
1900-a
1920.
3ro.
Desde
1920.

¿Por qué cambia Freud? Habría muchas respuestas, a mí me interesan algunas. Una que
podrán encontrar es que Freud no era un buen hipnotizador. Estaba media hora haciendo
los pases mágicos, y la gente respondiendo: “estoy más despierto que cuando llegué”.
No había manera de que Freud lograse tener una buena técnica para hipnotizar a la
gente. Pero no creo que sea lo central, podría haberse conseguido un buen ayudante que
hipnotice a la gente o podría haber encontrado otras alternativas. El punto central es
algo que va a recorrer el psicoanálisis desde el comienzo hasta el final, y es que los
síntomas reaparecen. Se produce una descarga, y efectivamente el individuo se sentía
aliviado y los síntomas podían desaparecer un tiempo; pero al poco tiempo reaparecían.
Reaparecían bajo la misma forma, o reaparecían bajo una forma diferente. Esto va a ser
central, hasta en la actualidad, que los síntomas pueden tener diversas formas de
presentarse. Por ello, ¿cómo demostramos la eficacia de un tratamiento? Después lo
vamos a retomar. A su vez, en este campo teórico, aparece un concepto que va a ser
central para este cambio, que es el concepto de resistencia. El concepto de resistencia,
así como la teoría energética proviene de la termodinámica, el de resistencia proviene de
la mecánica. Es importante ubicar de dónde provienen estos conceptos porque aclaran el
por qué Freud los utiliza. Porque efectivamente hoy también el concepto de resistencia
es usado por todo el mundo, y cualquiera que estudie o no psicología le puede decir a
otro “vos tenés resistencia a armar pareja”, o “vos tenés resistencia a tener éxito en tu
trabajo”. No es así como la usa Freud. Freud tiene una noción muy clara de la
resistencia, extraída de la mecánica, y que tiene la siguiente lógica: si hay un cuerpo,
por ejemplo esta mesa, que está acá de esta manera, no ofrece ninguna resistencia. Pero
si yo la quiero empujar hacia delante, a partir de que quiero hacer ese movimiento, me
ofrece resistencia de acuerdo a su peso. Es decir que la resistencia sólo aparece cuando
se le quiere imprimir un movimiento hacia algún lugar. Otro ejemplo, alguien me podría
decir a mí, que tengo resistencia a jugar al tenis. No juego al tenis, ni me interesa jugar
al tenis. Pero no es porque sea bueno o malo, no me interesa, no es algo que me
interese. Entonces eso para mí no es ninguna resistencia. Es decir, algo que a mí me
empuje hacia eso y algo que me impida hacerlo. Que haya una fuerza contraria respecto
del movimiento que yo quiero hacer. Aparece entonces la resistencia porque Freud
empieza a pensar que la única manera de que los síntomas no retornen, no insistan, es
que a eso que estaba en el segundo grupo psíquico, a eso que era inconsciente, había que
pasarlo al otro grupo psíquico, que es el famoso “hacer consciente lo inconsciente”.
Pasar lo que está en el campo del inconsciente al campo de la conciencia; que en la
primera época de Freud es equivalente a que uno pueda tener sobre eso responsabilidad
y decidir lo que hace, voluntariamente.
Ahora bien, ¿por qué la resistencia? Porque una vez que se quiere pasar algo del
inconsciente a la conciencia, allí aparece la resistencia; en el pasaje de una instancia a la
otra, no antes. Se supone que si uno lo pasó a la conciencia, uno va a dominar eso. Ya
no va a abrir el paraguas sin saber por qué, sino que tomará su decisión,
voluntariamente. Es decir, que la resistencia es claramente un concepto interno al
dispositivo analítico. Es porque forzamos que aquello que está en el inconsciente pase a
la conciencia que hay una resistencia; si no se hace la fuerza, no hay ninguna
resistencia. Es más, con el primer tiempo de Freud, la técnica hipnoide favorecía a que
no haya resistencia. Porque lo que estaba en el segundo grupo psíquico quedaba ahí; la
persona se podía despertar y sentir como que había descargado mucho, que estaba más
liberado, pero no tenía ni idea de lo que había pasado, eso quedaba ahí en el segundo
grupo psíquico. Es decir, cada cosa quedaba en su lugar. Es a partir de que uno quiere
mover las cosas de lugar que aparece la resistencia. Entonces, junto con el concepto de
resistencia, como les anticipé antes, Freud produce el concepto de inconsciente, con sus
estatus propio, como las leyes de la condensación y el desplazamiento. Ustedes saben
que en el inconsciente existe la posibilidad de la contradicción, es decir que una cosa
puede ser blanca y negra a la vez, se puede amar y odiar a la misma persona. Es decir,
leyes propias del inconsciente. Freud empieza a pensar que entre el inconsciente, y lo
que estrictamente habría que llamar preconsciente, hay una instancia de censura que es
la que ofrece esa resistencia. Finalmente, otro concepto que aparece en esta época y que
va a tener sus variaciones a lo largo de la obra de Freud, es la transferencia.
Transferencia; así como la teoría energética proviene de la termodinámica, la resistencia
de la mecánica, la transferencia es un término que se extrae del discurso económico.
Como cuando se transfiere un monto de dinero de una cuenta a la otra. Freud plantea
esto en La interpretación de los sueños 22, cuando habla del resto diurno. El resto diurno
es una representación cualquiera, que no tendría ninguna importancia, a la cual se le
desplaza un monto de energía que tiene que ver, según Freud, con el deseo inconsciente,
y que conlleva efectivamente un monto de energía. Es entonces, como cuando uno
desplaza un monto, en este caso podría ser de energía, de dinero, de una cuenta a la otra.
La cuenta puede estar llena o puede estar vacía, pero cuando uno tiene una cuenta en el
banco, uno se lo puede imaginar, aunque no estén todos los billetes ahí y decir “esos son
míos”. Lo único que se inscribe ahí es que ese número de cuenta tiene tanto dinero.
Después veremos cómo esta noción de transferencia se enlaza con lo que comúnmente
llamamos la transferencia analítica.
Conviene preservar esta noción porque además van a ver que más adelante, el concepto
de transferencia, va a ser central para dividir las nosografías. Quiero decir que más
adelante verán que Freud distingue las neurosis de transferencia y las neurosis
narcisistas, es decir, aquellas que pueden establecer transferencia, y aquellas que no son
susceptibles de establecerla. Aquellas que pueden desplazar esos montos de energía y
aquellas que no.
Entonces, a partir de esto ya la técnica no puede ser la misma. Dijimos que la hipnosis
favorecía que no haya resistencia, entonces aparece la asociación libre como técnica.
¿Por qué? En pos de un fin que está dividido en dos. Lo encontrarán en el comienzo del
historial de Dora 23. Freud lo plantea con todas las letras, afirma que hay un fin
científico, si ustedes quieren epistémico, y un fin práctico. El primero es hacer
consciente lo inconsciente, y el segundo es eliminar los síntomas. La idea de Freud es
que si hacemos consciente lo inconsciente, se pueden eliminar los síntomas. La
asociación libre, es verdaderamente un engaño; proponerle a cualquiera que asocie
libremente, ¿por qué es un engaño? Porque lo que cree Freud es que si se larga a hablar
sin muchas ataduras, en aquello que dice va a reconocer las determinaciones del
inconsciente. Pero en realidad, no tiene nada de libre; está totalmente determinado por
el inconsciente, la asociación. Es decir que Freud busca, como él lo llamaba, vías regias

22
Freud, S. (1900) La interpretación de los sueños, Obras completas, tomo IV y V, Op. Cit.
23
Freud, S. (1905) Fragmento de análisis de un caso de histeria, Obras completas, tomo VII, Op. Cit.
de acceso al inconsciente, vías directas hacia el inconsciente; sea el sueño, sean los
fallidos, etcétera. Frente a esto, aparece entonces dentro de la técnica, la interpretación;
que es la acción del analista que posibilita el pasaje de una instancia a la otra.
Entonces, del lado del paciente la asociación libre; del lado del analista, la
interpretación, que es la que debería posibilitar el pasaje de lo inconsciente a lo
consciente.
Ésta es la época de los casos clínicos freudianos, y hay una pregunta que vale la pena
hacerse: ¿por qué después de 1920 Freud no presentó ningún otro caso clínico? Habría
que ver si algunos textos de Freud no son presentaciones de casos clínicos diferentes,
por ejemplo: Pegan a un niño. Pero en principio, los cinco casos clínicos están en esta
época: Dora, El hombre de las Ratas, El Hombre de los Lobos, Schreber, Juanito.
Quizás sea la época más clásica de Freud. Hay que tener presente que Freud escribe La
interpretación de los sueños en 1900. Un dato para que tengan un panorama de lo que
sucedía en esa época; cuando él decide ir a dar esas conferencias a la universidad, 1916
y 1917, Freud entre otras cosas decide ir a la universidad porque había hecho una
edición de 200 ejemplares de la Interpretación de los sueños y le quedaban ejemplares
sin vender.
Eso muestra lo poco que se leía a Freud. Si Freud era conocido era porque era una
especie de brujo de la época, como el brujo o cura sanador al que iba esa pobre gente a
los que la ciencia no los había curado. Más precisamente, iban aquellos que ya habían
acudido, sin suerte, por la medicina. Es una época en la que Freud está recluido con un
grupo. Bien, ¿con qué se encuentra Freud en 1920? Con un problema muy similar al que
se había encontrado en 1900: la persistencia de los síntomas. Más allá de hacer
consciente lo inconsciente, hay algo que insiste, que no cede. Ya los análisis son más
prolongados, habían dejado de ser los tres encuentros de hipnosis que eran antes.
Inclusive con algunos análisis bastante más largos, como el del Hombre de los lobos por
ejemplo, que duró cuatro años más o menos; y sin embargo Freud seguía encontrándose
en el horizonte con algo del síntoma que insiste y permanece. Freud empieza a plantear,
a partir de allí, un nuevo principio, que va a llamar el Más allá del principio del placer.
En un sentido es un cambio radical, en otro sentido es un cambio de énfasis; y hay que
aclararlo, el principio del placer no desaparece. Está el principio del placer pero además
está el más allá del principio del placer, que rige el aparato. Toda la cuestión es qué rige
el aparato. La premisa de Freud es que existía un principio del placer que mantenía al
aparato en un nivel mínimo de energía, no en cero, porque para Freud el cero de energía
es equivalente a la muerte. El principio del placer, se muestra muy bien en la neurosis
obsesiva. El neurótico obsesivo es alguien que puede instalarse muy bien en el principio
del placer.
El principio de placer es: gano diez, gasto nueve y medio y me quedan cincuenta por las
dudas; eso es el principio de placer para Freud. Es mantener las cuentas equilibradas. Y,
para que esto suceda no alcanza sólo con el principio del placer, sino que Freud pone
como contrapunto al principio de realidad; es lo que le hace de contrapunto al principio
del placer para que un neurótico obsesivo haga estas cuentas.
Estar bajo el principio del placer en la primera época, implicaba que si uno quiere comer
puede soñar que come y ya, muy simple. Tiene este aspecto el principio del placer, que
podría también llevar a la muerte si uno se quedara solo en eso. Lo que equilibra el
principio de placer siempre es el principio de realidad. El principio de realidad es lo que
hace que uno se despierte, por más que sueñe que está comiendo y que la está pasando
fantástico en ese sueño, se despierte y tenga que ir a la heladera además de soñar. Hay
un contrapunto entre un principio y el otro, y cuando uno dice más allá del principio del
placer podría decir más allá de los principios, porque va uno enlazado al otro. Si en un
primer momento la división era entre el principio del placer y el principio de realidad,
esto se mantiene, esto no desaparece para Freud pero desplaza la división entre los
principios y el más allá.
(Cuadro tiempo 2)

Épocas y Fin de análisis Técnica Teoría


ejes
1er. Eliminar los síntomas. Hipnosis: a) catarsis Dos grupos psíquicos.
Freud. b) sugestión. Teoría energética y
Hasta traumática.
1900
2do. Eliminar síntomas. Asociación libre. Concepto de inconsciente.
1900-a Hacer consciente lo Atención flotante, Aparato psíquico (Cc, Pcc e
1920. inconsciente. interpretación. icc). Transferencia y
resistencia.
Los principios
(placer/realidad)
3ro.
Desde
1920.

¿Cómo aparece el más allá del principio del placer? Esto sí es totalmente novedoso.
Esto no responde a ningún bienestar para el individuo, y es una idea muy freudiana que
rompe con toda una historia del pensamiento y es la siguiente: la satisfacción y el bien
del individuo no van juntos.
Lo que ustedes vieron es que el principio del placer es “tengo hambre, trato de comer”;
se supone que la satisfacción, la saciedad del hambre, va de acuerdo al bien del
individuo. En cambio acá es más bien del estilo “metí los dedos en el enchufe, eso me
hace mal, y quiero más”. Querer más de eso que hace mal, y que no hace falta que nadie
me explique que me hace mal. No hace falta que venga nadie a darnos clase de que
aspirarse un tarro entero de cocaína en el cuerpo hace mal; el que se lo aspira lo sabe
perfectamente. Sin embargo, quiere más, quiere dos tarros, y después otro. Eso es el
más allá del principio del placer.
Por supuesto los ejemplos freudianos no eran estos; es más, Freud tenía cierto gusto por
la cocaína, todo el mundo lo sabe. Con la cocaína había tenido uno de sus más grandes
fracasos. Ustedes saben que Freud administraba cocaína, porque fue uno de los
descubridores del factor anestesiante de la cocaína, y él la consumía además para
anestesiar su garganta cuando tenía grandes dolores por su cáncer, pero también en el
comienzo él la administraba para operaciones, etcétera. Volviendo al punto, los
ejemplos freudianos sobre el mas allá están más ligados al famoso ejemplo del fort-da,
que ustedes deben tener presente. Un bebé que juega, un infans que juega a que la
madre se ausenta. Freud se pregunta cómo puede ser, si eso le da insatisfacción, que
juegue a algo que le da insatisfacción. Otro ejemplo son los sueños traumáticos. Freud
tenía la idea, ustedes lo saben, que los sueños son una realización de deseo. Todo el
texto de interpretación de los sueños está escrito para demostrar esa tesis. Si alguien
quiere saber lo que es un trabajo de tesis para un doctorado o una maestría, es ese texto.
Tiene una tesis y la intenta demostrar desde el comienzo hasta el final; la tesis es: los
sueños son una realización de deseo, y es lo único que intenta demostrar a lo largo de
ese texto. Por primera vez Freud acepta, en el texto Mas allá del principio del placer,
que hay sueños que no son una realización de deseo, y que la excepción hace a la regla.
Es decir, que hay algunos sueños que no son una realización de deseo, pero eso
fortalece más su tesis. Lean hasta qué punto Freud llevaba las cosas.
Es recién al final de su obra, en un pequeño texto del segundo grupo de conferencias, en
una revisión sobre los sueños donde Freud contradice de alguna manera su propia tesis,
es una pequeña variación; dice que los sueños son el intento de realización de deseo y
que en ese intento pueden pasar muchas cosas. Entre ellas, que no sea una realización de
deseo, claramente. Pero el sueño traumático que describe en El más allá del principio
del placer, es paradojal, porque lo que trae el sueño traumático es sistemáticamente la
explosión de la bomba. Uno sueña una y otra vez, sistemáticamente todas las noches, y
se despierta porque la bomba le vuelve a explotar, es decir, todas las noches volvemos a
meter los dedos en el enchufe. Uno se va a dormir y vuelve a meter los dedos en el
enchufe, a tal punto que los individuos no quieren dormirse para no meter los dedos en
el enchufe. Entonces, padece de un insomnio con tal de no toparse con lo mismo. Hay
un aparato que lo lleva al individuo, una vez tras otra, a ese mismo punto. Planteadas las
cosas así, el aparato psíquico es otra cosa, ya el sujeto es otro sujeto, ya no es el mismo
que era.
Entonces aquí en la teoría tenemos el más allá, van a ver que hay textos, como por
ejemplo “La pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis” 24 en los que va a tratar
de diferenciar la neurosis y la psicosis pero a partir de este planteo. Es decir, cómo
vemos las cosas a partir de plantear esto. Lo que había trabajado antes, una vez que
planteó esto, cambia radicalmente. Pues, es necesario barajar de nuevo.
Es decir, descubre el más allá del principio del placer y produce la segunda tópica: ello,
superyó, yo 25, como nociones centrales de esta época y partir de allí hay cambios en
muchos aspectos. Por ejemplo, Freud cambia su noción de la angustia 26, su noción de la
represión, varían conceptos centrales en la obra de Freud. Alrededor de estos cambios
empiezan a aparecer nociones que marcan un Freud más modesto respecto de lo que se
puede pretender del sujeto humano en una terapia analítica.

24
Freud, S. (1924) La pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis, Obras Completas, tomo XIX,
Op. Cit.
25
Freud, S. (1923) El yo y el ello, Obras Completas, tomo XIX, Op. Cit.
26
Freud, S. (1926) Inhibición síntoma y angustia, Obras Completas, tomo XX, Op. Cit.
Comienza a toparse con puntos totalmente infranqueables; nombrados como reacción
terapéutica negativa o como beneficio primario del síntoma. En todo caso, el beneficio
primario del síntoma es lo que en literatura se llama un oxímoron. Un oxímoron es una
figura que se contradice a sí misma; es una figura retórica, por ejemplo “la luz de la
oscuridad”. En algún sentido, el beneficio primario del síntoma es casi inentendible,
porque lo que Freud describe no tiene nada de beneficioso, lo llama beneficio
secundario del síntoma. En Dora, “porque tose…”, (no es exactamente así), “porque
tose, no va a trabajar”, se queda en la casa, entonces tenemos ahí el beneficio secundario
del síntoma; extraer un beneficio al síntoma. Ahora, el beneficio primario del síntoma es
totalmente económico, lo único que importa ahí es que la pulsión se satisface en ese
síntoma. Pero para el individuo no trae beneficio alguno.
Una cosa es que la pulsión se satisfaga, y otra es que eso tenga un beneficio para el
individuo. En otros términos: chuparse el dedo para un bebé, ni hablar para un adulto,
pero para un bebé, no sirve para nada; esto es lo que describe Freud finalmente.
Aquello que Freud describe con respecto al niño que se alimentó, está totalmente
satisfecho y sin embargo quiere algo más. Demuestra Freud que si uno se queda todo el
día chupándose el dedo eso lleva a la muerte, es equivalente a meter los dedos en el
enchufe. Quizás piensen ¡bueno pero no tiene tanto zarandeo chuparse el dedo como
meter los dedos en el enchufe! Pero, finalmente, eso para Freud, es equivalente al
beneficio primario del síntoma, es como chuparse el dedo si ustedes quieren, porque no
sirve para nada. Por eso digo que es un oxímoron, porque no tiene nada de beneficioso,
al menos para el individuo. En todo caso, si es un beneficio, será un beneficio para la
pulsión.
Bien, respecto de la técnica, Freud continúa con la asociación libre y la interpretación,
pero van a ver que Freud se encuentra en este tercer tiempo, con un límite a la
interpretación también, e intenta encontrar alternativas, entre ellas la construcción.
Respecto del fin de los análisis; Freud tiene un texto fantástico, en donde pone en
cuestión toda su obra. Se trata de Análisis terminable e interminable 27, donde la
pregunta de Freud es, en algún sentido, gráfica. La pregunta de Freud es qué diferencia
hay entre alguien que se analizó y alguien que nunca hizo un análisis. La diferencia es
entre alguien que hizo un análisis y alguien que nunca lo hizo. O sea, que pone en
cuestión su obra. Es la forma que Freud ha tenido, esa honestidad intelectual desde el
comienzo hasta el final. Con cierta idea clara, a esta altura de que hay algo
infranqueable. Algo que Freud llamó la roca de la castración, y que hace que las cosas
puedan llegar hasta un punto. Es por esto que para alguien que se dedica al
psicoanálisis, si hizo un análisis, conviene cada tanto retomarlo. Digamos que el
psicoanálisis no aplica una vacuna anti-neurosis que sirve para toda la vida, con eso hay
que arreglárselas cada vez.

27
Freud, S. (1937) Análisis terminable e interminable, Obras Completas, tomo XXIII, Op. Cit.
(Cuadro tiempo 3)

Épocas y Fin de análisis Técnica Teoría


ejes
1er. Eliminar los síntomas. Hipnosis: a) catarsis Dos grupos psíquicos.
Freud. b) sugestión. Teoría energética y
Hasta traumática.
1900
2do. Eliminar síntomas. Asociación libre. Concepto de inconsciente.
1900-a Hacer consciente lo Atención flotante, Aparato psíquico (Cc, Pcc e
1920. inconsciente. interpretación. icc). Transferencia y
resistencia.

3ro. Eliminar síntomas. Asociación libre. Más allá del principio del
Desde Hacer consciente lo Atención flotante, placer.
1920. inconsciente. interpretación. Segunda tópica (yo, ello y
Reacción terapéutica Construcciones. superyó).
negativa. Roca de la castración.
Análisis terminable o
interminable.

Finalmente, para concluir cada uno de estos tiempos responde a una nosografía
diferente. Las llamaremos simplemente “primera nosografía”, “segunda nosografía” y
“tercera nosografía” freudianas. En cada uno de estos tiempos tendremos una manera
diferente de pensar la relación, no digo la diferencia, la relación neurosis y psicosis.
Digo relación y no diferencia porque no es tan claro en Freud que la neurosis y la
psicosis queden separadas. Es algo que lo vamos a ir discutiendo, si Freud ha podido
finalmente separar la neurosis de la psicosis.
Claramente se ve en el cuadro, que a partir de estas nociones en una época se arma una
lógica nosográfica, en otra se arma otra lógica nosográfica y al final se arma otra
nosografía con otra lógica clínica. Para abordar eso hay que tener cierta idea de este
esquema, porque sino uno puede quedar perdido en el mar de los conceptos freudianos.
Bueno, la vez que viene vamos a trabajar en relación con la función paterna. Si quieren,
no figura en el cronograma pero pueden leer Tótem y Tabú 28, fundamentalmente la
parte del texto que habla del mito de la horda primitiva.

28
Freud, S. (1913) Tótem y tabú, Obras Completas, tomo XIII, Op. Cit.

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