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PRESENTACIÓN

¿Cómo pensar el autismo desde una per pectiva psicoanalítica? ¿Se


puede eguir considerándolo como un tipo clínico dentro de la psicosis?
¿Es posible sostener una propuesta de tratamiento analítico? ¿Cuáles
fueron las variaciones del abordaje del autismo a través del tiempo?
El libro Clínica del autismo y de la psicosis en la infancia es el resul­
tado ele las clases dictadas en la Facultad de Psicología de la Universidad
de Buenos Aires, en la materia ele grado que lleva este nombre, durante
los años 2013 al 2015, pero también de algo más.
El trabajo con niños autistas y psicótico� fue modificándose a lo
largo del tiempo. Desde los primero. trabajos en los años 30 hasta
ahora, la especificidad ele la psicosis en la infancia y su relación con el
auti mo ha despertado el interés de distintos analistas que se han inclui­
do, a través de sus trabajos, en esta gran conversación. Otras orienta­
ciones, como las cognitivas-comportarnentales, proponen tratamientos
con niño autistas. Por otra parte, a partir de los Manuales Diagnósti­
cos el Lérminu de psicosis es utilizado cada vez menos dejando en el
palco de la infancia aJ autismo como diagnóstico que psicopatologiza
la infancia.
Este libro se centra solo en el estudio de lo trabajos psicoanalíticos
desde ·us distintas perspectivas, sus aciertos y tropiezos, sus aperturas e
invenciones, y tiene como eje de lectura una orientación lacaniana.

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Silvia Elena Tendlarz

Desde el año 2012 se ha producido un giro en la comunidad psi­


coanalítica lacaniana internacional en relación a la forma de abordar
1. BREVE HISTORIA DEL AUTISMO
el autismo. Deja entonces de considerarse como un polo extremo de la
esquizofrenia y cobra su propio estatuto. Este vuelco conceptual abre un
camino novedoso de invención y de encuentros en la clínica del autista,
que son explorados, tematizados, abordados en su singularidad, respetan­
do la diferencia y la diversidad.
Las clases dictadas en esta Cátedra de la Universidad de Buenos
Aires fueron la ocasión para mí de explorar las consecuencias teóricas
y clínicas de la distinción entre el autismo y la psicosis, y de recorrer
los senderos por los que transita la "exploración del autismo". Desde la
orientación lacaniana transmitida por Jacques-Alain Miller, y a partir
del seguimiento atento de los trabajos tanto de Éric Laurent como lo
de Jean-Claude Maleval, volví a trabajar obre la propuesta de los dis­
tintos autores, y las puntualizaciones de Jacques Lacan sobre el autismo El siglo XXI se caracteriza por lo que se ha llamado una "epidemia
y sobre la psicosi en la infancia en forma diferenciada. Mi primer libro "' tica" frente al aumento de los casos de autismo del llamado Tras-
diao-nós
obre el tema, ¿De qué si¡fren los niíios? La psicosis en la infancia, de torno del Espectro Autista. Si bien el "autismo" se ha vuelto un signi-
hace veinte años atrás, de 1996, fue vuelto a interrogar desde este nuevo ficante amo de la época que nombra el quiebre del lazo con el Otro, y
hilo de Ariadna que provocó en mí sorpresas y descubrimientos ine pe­ expresa la expan ión del individualismo y de la falta de solidaridad, debe
rados. diferenciarse del autismo como diagnóstico.
En un siglo en el que las narrativas autistas despiertan cada vez má ·
interés, este libro intenta transmitir alguna reflexiones sobre el trabajo
en la comunidad analítica, y qué se puede aprehender sobre las preguntas ¿A qué se llama autismo?
que despierta el autismo.
Si bien inicialmente e te libro fue pensado como el resultado de las El síntoma autista fue descripto por Bleuler a comienzos del iglo
clases dictadas oportunamente, su transformación en un texto escrito XX como una conducta de separación de la realidad. El término "autis­
incluye algo más. Surge entonces la necesidad de transmitir la manera en mo" tiene corno origen el "autoerotismo" desarrollado por Freud donde
que se ordenaron para mí todos estos texto incluyendo alguna precisio­ en lugar de enlazarse al mundo libidinalmente hay una retroacción hacia
nes suplementarias. Así, el texto escrito interpela a quien lo escribe y e el propio psiquismo. Bleuler retoma el concepto freudiano quitándole el
desliza en su vuelo a la manera del Icaro de Raymond Queneau. componente libidinal dentro del grupo de las esquizofrenias.
No se trata entonces solo de lo que resta del decir en lo dicho, sino ele Desde el siglo XVU existen registros médicos de niños que tal vez
fijar en lo escrito un decir. El lector tiene pues la última palabra. fueran autistas aunque no puede asegurarse su diagnóstico. En el Hos­
pital Bethlem, Asilo mental de Londres, en 1799 se describió el ca o de
SILVIA ELENA TENDLARZ un niño de cinco años con un total aislamiento, en Rusia se hablaba de
Buenos Aires, maJzo de 2016 los "idiotas sagrados" al estilo de la novela El idiota de Dostoievski, y

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Silvia Elena Ten dlarz Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infancia

" n i ños salvajes" fueron s ituados en di stintos lugares . A fine s del s iglo gunta acerca de los métodos ele medic ión , cómo afectan en los resultados
XVIII se examinó el caso de Víctor, u11 niño de duce años al que llama­ obtenidos y cuál es entonces el aumento real de casos de autismo .
ron el "salvaje de Aveyron". que cuando lo encontraron en un bosque Esta cifra indica un crecimiento sorprende nte del autismo no solo en
d e Fran c i a no hablaba n i respondía a pregun tas . Uta Frith concluye en Estados Unidos sino en forma globalizada en distintos lugares del mundo .
l a "soledad autista'' de Víctor al exami nar el caso por fuera de l a tarea ¿Qué hay de cierto en esto? Las estadísticas , el di scurso de l a cuantifi­
educati v a que emprendió ltard . Por otra parte . B ette l heim ex amina I s cación da cuenta de ello , pero las evaluaciones dependen de los criterios
casos de Amalia y Kamala , dos cé l e bres niñas- l obo de Midnapore , y la diagnósticos utilizados . No obstante, hay algo real en esta expansión del
aproxima más al autismo q ue a los niños lobos . alltismo, pero este real queda en relación con las clasificaciones , como lo
El neurólogo Oliver S acks, en Un antropólogo en Marte , examinó el indica Jan Hacking en su libro ¿La construcción social de qué?
caso de los "idiotas sabios'' y señala cómo se transforma su diagnóstico El nominal i s mo afirma que "crear clase · es crear mundos'' . Cada
al aparecer el cuadro de auti mo , y la amplia variedad de talentos innatos clase se describe de distintas maneras de acuerdo a los individuos inclui­
con los que puede n contar. Entre l os casos que exam i n a se e n c uentra e l dos en e l l a . Ian H acking añade l a i nteracción que exi ste entre los indi v i ­
d e Stephen Wilsh i re , autista savant, n iño prodi gio por su hab i l idad e n duos y l a clase . Hay u n a c lase que circunscribe una erie d e individuos
e l dibujo . n 1 987 partici pó de un programa de te levisión de l a BBC que forman parte de ella y, a su vez , esos i ndividuos i nteractúan con la
titulado Los sabios necios y así sus dibujos cobraron gran pop u l aridad . c l ase y l a modifican . Para Hacking la cl ase de l d i agnóstico de "autis­
Al reflex ionar sobre los talentos de Stephen plantea que sus l imitacione mo" resulta paradójica porque el autismo ju tamente , es el corte del lazo
auti tas pueden ser, paradójicamen te , su fuerza . pue to que t iene e l don con el otro , entonces ¿cómo podría interactuar con la clase? Aunque los
de representar al m u ndo e investigarlo de un modo e pecial . Durante e a niños auti stas no estén en relación con los otros, las person as que están a
misma época en 1 986, sale publ jcada la autobiogra fía de Temple Gran­ su alrededor hablan acerca ele ellos . A pesar de ser i nd ividuos incluido ·
di n . S acks tran smite en su l i bro l a entrevi sta q ue le real i za a Grandin y en una clase en la que no interact úan en forma d i recta, el lazo que se
su exp licac i ó n del "aparato de apretar o de abrazar" . G randin l e expre a genera al rededor del autismo hace que la c l ase se mod ifique . Es más , los
a Sacks la necesidad que encuentra de transmitir sus pen amientos de no actuales testimonios de sujetos autistas brindan también la pos ibil idad de
sentirse tan di stinta y, en defi nitiva , saber que su vida tuvo un sentido . i r aprendiendo acerca del auti smo .
Dentro del med i o psicoanalíti co e l térm ino de a u t i smo también se La ep idemia autista resulta sol id aria de la ampliación ele los crite­
lo utiliza en relac ión al goce , e l "autismo de goce·• . El "goce" es u n rios diagnósticos . En la actualidad no está vigente el término de psicosis
término psicoanal ítico q ue nombra l a mezc l a de l a satisfacción , de l a en los M anuales Diagnósticos , a diferen c i a del Trastorno del Espectro
l i bido y d e l a pu l sión de muerte : se puede gozar e n e l mal . E l goce , para Autista (TEA) , que tiene cada vez más prevalencia. El diagnóstico de
lo mejor y para lo peor, es iempre autoerótico . Es una satisfacción por esquizofrenia se conserva ante la aparición de alucinaciones. El TEA se
fuera del l azo con el Otro . Pero el auti smo de goce no es el d i agnóstico ha v uelto el diagnóstico q ue ps icopatologiza la infanci a . Todos pueden
de autismo . lJe oar a ser más o menos autistas dentro del espectro autista. El uso de l
Inaugurando e l nuevo siglo, en e l año 2000 , el Centro para e l Control y término "espectro" implica ya el estal lido del di agnóstico de autismo en
Prevención de las En fermedades (CDC) de Estados Unidos afirmó que uno la medida en que atañe a u na pob l ación cada vez más ampl ia.
de cada l 50 niños era autista; diez afios después el porcentaje era uno de La difus ión social y cultural del auti smo llevó a que en 20 1 5 los
cada 68 niños . Para fines del año 20 1 5 comenzó a habl arse tentativamente Muppets , marionetas de gran popularidad , incluyeran un nuevo personaje
de un porcentaje ele uno cada 45 niños . Pero , al mismo tiempo, surge la pre- llamado J u lia, que es auti ta , dentro del grupo de amigos , en el conoc ido

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Silvia Elena Ten dlarz Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infancia

son o no
programa Pla-;,a Sésamo . El i n tento es mostrar que cada uno funciona a eso vale tanto para niño como para adulto s por fuera d e si
su manera , e v i tando los efectos de segre gación y de bullying que muchos 1 1 1 t istas .
de la
ni.i1 os auti stas pueden tener en su escolaridad , y dando así c uenta de la Las estadí sticas invade n el siglo XXI . Predomina el di scurso
genei dad que nos vu lve todos
l' U antific ación y el régim en de la homo
e
cre ciente evol ución del di agnóstico en lo social .
lizada Y
El aumento de l os casos ele autismo es real y c ada vez h ay más con­ i • u ales . El n iño auti sta no e s ajeno a esta e v al uación genera
i nquiet a a l a
sultas. La difusión este di agnóstico hace que los padres estén más aten­ •� más bien su objeto privile giado . El aumen to crecie nte
iento del
tos a los síntomas a parti r d e los cual e s s e los diagnostica . Los n i ños p )blació n y a l as polític as an itarias . E s más , empuj a al crecim
y de la in venció n p articu ­
escolarizado a la edad de c uatro o cinco años , antes eran derivados d i agnóstico . Pero nada dicen acerca del sujeto
por una observac ión de l as maestras , o tam bién a través de algún ped i a­ lar que es l levado a hacer desde su posic ión singul ar.
que se
tra . En l a act ualidad , con l a expan s i ó n de l a inform ac ión acerca del Las eval u a c iones son afines a los tratam ientos estand arizad os
se aloja en
autismo, las consul tas son de n i ños cada vez m ás p e queños . La premisa (.] entien de n de las difere ncias . La propue sta psicoa nalític a
de que cuanto antes se los d i agnostique es mejor empuj a a la prisa por los interst icios en la m e dida e n que se di rige a cada suj e to . La cuanti fica­
que nace con
establecer un di agnóstico por temor a d ej ar a sus niños en una pos ición c ión enfati za el domin i o crecie nte del discur so de la c iencia
i rremed i able . l as matem áticas , en partic u l ar a partir de l a fís ica matem át ica.
Todo
También a l gu nos jóvenes consultan para saber s i son autistas . Por "No serás compa rado" , d ice Jacque s- A l a i n Miller e n u curso
co, a difer ncia del de la
· ejemplo, Donna Wi l l iams diagnosticada como una esquizofre n ia en u el mundo es Loco , puesto que e l discurso analíti e
p que
cienci a , parte del diagnó stico como un prelim i nar a l a conce
c i ó n
i n fancia, recibió e l diagnó tico de Síndrome de Asperger a los veintici n ­
.
c o años y eso la a l i v i ó . Daniel Tammet fue d i agnosticado también a esa plante a que más allá de la cl ase el sujeto sie mpre es i ncomp arable
ivo s ingu l ar" que penna nece
e dad por B aron -Cohen . Wi l l iams expl ica e l por qué de esta búsqueda tar­ El autism o es un "func ionam iento subjet
o de descon exión
día: "Yo siempre pensé q ue clase de tarada o idiota era en l a i n fancia que a Jo ]arcro de toda la vida sin vaticinar por ello un destin
o labora l ,
no e ntendía nada y cuando rec ibí el diagnó tico entendí q ué pasaba" . El total del mundo , sin posibi lidade s de inserc ión soc ial , amoro sa
. Las difi­
d i agnóstico puede volverse una respuesta fre nte a los efe ctos segregati ­ tal como da cuenta de ello los testim onios de sujeto s auti stas
niños autista s no i mp l i c a q ue
vos que padec i eron e n s u i 11fanc i a o simplemente puede alojar u n a dife­ c ultade s con las q ue puede n tropez ar los
vicia. Desde e a
rencia experi mentada subjet ivamente . permanezcan en la misma posició n a l o l argo de toda su _ ��
d e pos1b1 l l ­
Un diagnóstico nunca e puramente descriptivo o una acu mulac ión de perspe ctiva, el tratamiento anal ítico apunta a abrir el mundo
de s u fun ­
datos . Deb e hacerse e n el interior de una con ulta, bajo tran fere nci a , de dade s d e un n i ñ o , d e modo t a l que pueda arre glárse las dentro
llama "d splaza miento del
modo tal de captar la posición de l sujeto . cionam iento sing u lar. A esto Éric Laure nt lo e

El autismo no e s u n a enferm edad . El a u t i sta tampoco es u n niño encaps ulamie nto autista" .
smo .
anormal . El n i ño normal no e x iste , si eso equivale a aj ustarse a u n a Exis ten d i stintas h i pótes i s causal es acerca del origen de l auti
de acuerd o
norma preestable c ida. L o uj e tos son e sencial mente d i ferent e s unos de Circul ó una versió n que lo asoc iaba a l a vacun a de l a rubéol a
o un gran escánd alo
otros . El psicoanálisis se di rige a la singu laridad del sujeto. aprox imán­ al trabajo public ado por el Dr. Wakefield q ue produj
autista s q ue
dose a la posición de cada u n o , a aque l l o que lo vuelve único , a sabien­ en Inglat erra y numerosos ju icios de los padres de los niños
adel ante ,
das que la solución de uno no vaJe para todos . No puede estab l ecerse un habían sido vacun ados contra los l aborat orios . Un poco más
o inglés recono ció qu e unos
tratamiento e stándar, sino qu e hay que v e r para cada niño cuál es su solu­ con una inv e stigaci ón de por medio , el médic
rev i ta The Lancet,
ción de acuerdo a sus posibi l idades y de qué manera construye s u mundo . abogad os le habían pagad o para public ar la nota, y la

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Silvia ElenCI Tendlarz Clínica del a u tism o y de la psicosis en fo infancia

en una pequeña nota al pie de página, se disculpó por haber generado 1 )S M complica el estudio genético del autismo y su aproximación etio­
el pánico . Pero el mal estaba hecho y produjo que en Inglaterra no sea l t '1 g ica puesto que es una ele las raras entidades estudiad as c uyos crite-
obligatoria la vacuna contra la rubéol a , es decir, afectó a las pob l aciones 1 íos diagnósticos evolucionan a lo l argo del tiempo y esta variación de
incluidas en las pol íticas san i tarias aumentando los casos de niños enfer­ c ri terios modifica las poblaciones estudiadas . De ahí que plantea que el
mos . Desde entonces , de tanto en tanto ese rumor de l a vacuna contra l a : i 1 1 1 11ento de la incidenc i a del autismo corresponde a los cambios en los
rubéola vuel ve a circular por internet . ·ri terios diagnósticos . La búsqueda causal se divide en dos grandes gru­
La más difundida de las causas fue la falsa hipótesi s de padres fríos y pos: genético y ambiental . En los últimos años ha perdido peso la hipó­
distantes alentada por B runo Bettelheim, que produjo el rechazo hacia e l t • s i genéti ca y ha surgido una interface : el "epigenoma" que engloba
psicoanálisis . Los padres experimentaban q u e s e los culpabi l i zaba por los cambios de expresión de los genes como consecuencia de factores
el autismo de sus hijos . Esta posición l os desampara y los deja a solas . El a m b ientales sin que la secuencia del ADN esté modific ada . Concl uye
simple hecho de q ue le ocmTa algo a un hijo produce un senti miento de ' n la necesidad de integrar los estudios genéticos no en una perspecti­
falta en los padres sin tener necesidad , por añadidura, de ser acusados de va doomáticab
o c i frada sino en una atención de los niños que tenga en
no desear a sus hijos . No puede tipificarse a los padres de los niños autis­ c.: uenta el caso por caso .
tas . S u falta de deseo es desmentida por la propia clínica que demuestra Al ºounas orientaciones buscan s ust ituir el parad i gma de discapaci-
lo contrario. Los padres , en su mayoría , se presentan angustiados y pre­ dad o de enfermedad reservado para el autismo por una perspectiva de
ocupados por sus niños y por la búsqueda de un tratamiento adecuado . ''di vers iclacl" , e introducen el término ele "neurodiversiclad" . Aunq ue el
No son part icularmente desatentos, fríos o desc uidado s , no más de lo que mov imiento surge a partir de l d i sc urso del act i vista de autismo Jim
puede serlo cualquier otro padre por fuera del d iagnóstico de su hijo . S inclair en Toronto , la pal abra fue utilizada por J u dy Singer y el perio­
Otras hipótesis relativas a la causalidad del autismo son la obesidad dista Harvey Blume para articu lar l as necesidades de personas con autis­
de las madre s , padres mayores de treinta y cinco años, la i nducción del mo que querían v erse más bien como neurológicamente diferentes con
parto , el défi c i t ele ox itoc i n a , t rastorno s intestinales , la acc i ón de l a s una variación que puede ser positi va.
fumigac iones , entre otras . L a búsq ueda de u n a l oc a l i zación cerebral Phil ippe La S agna señal a que la tendenc ia actual es la de atomi zar
forma parte de las investigaciones actual es . Temple Grandin le da mucha los signos c lírncos que constituyen el TEA , en particular en lo genético ,
importanci a en su libro El cerebro autista y l a l leva d istinguir distintos n o y a a unirlo , y a abandonar l a investigación d e una explicación única .
tipos d e pensamientos de acuerdo a las prevalencias cerebrales: e l pen­ La diversidad , en este sentido , también conduce a tratamientos que con­
samiento en imágene s , e l pensamiento en palabras y el pensamiento en templen las variedades que presentan los sujetos autistas en sus distintas
patterns o en secuencias; propone para cada uno dist intos tipos de traba­ modalidades de encuentro con el lengu aje .
jos que posibiliten su inserción laboral . Por fuera de la búsqueda de la causal idad , desde la perspectiv a psi­
La búsqueda genética cobró una gran importancia. Con el descifr a­ coanalítica resulta importante poder trabaj ar con el niño ele modo tal de
miento del genom a humano se pudo si tuar l a alteración en un segmen­ desplazar su encapsulamiento autista al incluir nuevos obj etos y personas
to del código genét i co , pero con la partic u laridad de que nunca son los que amplíen su mundo . El psicoanálisis es una opc ión legítima para el
mi smos , s ino que las alteraciones más bien son al eatorias y diferentes , tratamiento del autismo y de la psicosis . Cada individuo tiene el derecho
efecto ele mutaciones espontáneas en e l momento de unión del óvulo con de poder elegir el tipo de tratamiento que le resulte más apropiado de
el espermatozoide debido a factores ambientales . acuerdo a su particular posición subjetiva, a sabiendas que el psicoanáli­
La genetista Ari ane G i acobino indic a que las variaciones de los sis también se incluye entre esas posibilidades .

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Silvia Elena Ten dlarz Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infancia

Un niño de dieci ocho m eses l l e g a a m i consulta con una p e q ueña 1 1 1 1 onlt:n rígido , se v uelve entonces una característ ica esencia! q ue_ �o
cinta suj etando su ch u p ete . La toma y l a tira reiteradamente . Sentado d 1 l 1 1 • 11 · i a de la psicos is. Esta perspectiva permite orientar la direcc1011
frente a su madre , toca su cabe l lo . Cuando intento acercarme , el niño q ue d1 lu · u ra en el autismo dentro de una trama singu lar que apu n te a l a
estaba sentado en e l p i o g ira su cuerpo de modo tal de darme siempre la ¡ 1 1 1 t b i l id ad d e que surja algo nuevo d e l a repetición y s e vuelva una sali­
es p alda , sin entrar en contacto conmi go . En un momento el niño se p ara d I pos i b le para ese sujeto .
frente al ventanal de mi consultorio. se q ueda mirando , hace un mov i ­
mi ento de aleteo , d e j úbilo , gira sobre s í mism o , vuel ve a mirar, vue l ve
a hacer este movimiento de aleteo , se v uel ve a sentar, a g arra la ci ntita y 1 1!corridos
la vuelve a tirar. La madre i nterp reta: " l e g u stan los árboles" . Me pre­
gunto entonces , ¿q ué mira ? ¿ Mira los árboles , el ventanal , el borde , el Se puede hacer una presentación general de la historia del co ncepto
vacío ? Si bien se hab l a de a j s l ami ento y de corte del l azo , q ue se v i sua­ 1 k aut ismo y de la psicosi s en Ja infancia desde hace un siglo.
liza en esta en trevista en su relación h acia mf, no se p uede dec i r q ue
este niño esté tota l mente ais lado. Antes bien , mantiene u n l azo sut i l con
al g unas personas q ue forman pa11e de su encapsu lamiento auti sta . En un Melanie Klein (Viena) Leo Kanner (Baltimore)
30 Esquizofrenia atípica Primer Manual
mo mento le q u ito suavemente la ci nta. El niño me m i ra , me onríe y me
Psiquiátrico del niño
la saca a su vez . Nuevamente le q u i to la ci nta , me mira , me s onríe y me
Leo Kanner (Baltimore) Asperger (Viena)
la v uelve a sacar. Rep etimos este i n tercam bio hasta q ue en un momento Autismo infantil precoz Psicopatia autista
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me saca la c i nta y me da la espalda interrum p iéndolo decididamente . (1 943) (1 944)
Otro n i ño g rita y p atalea cada vez que l a madre le p rop one al g o q ue Margare! Mahler Winnicott (Londres) DSM 1
él rechaza con obstinación . Parado frente a una pequeña mesa , api la los 50
(Nueva York)
cubos . Luego se i enta , y yo frente a él , pero en n i ngú n momento se dirige Margare! Mahler Bruno Bettelheim DSM 11
hacia mí ni me habla. Intento i ntrod ucirme en su mov imientos con los 60 (Nueva York) (Chicago)
cubo y sólo l ogro hacerme expu l s a r. Sú b i tamente . gri to y pataleo corno Psicosis i nfantil simbiótica Fortaleza vacla
cfJ
él . Por pri mera vez levanta ·u mirada con una gran sonri a y se dirige ,e
Meltzer (Londres) Tustin (Londres) Método A.B.A. y
hac üt mí. Franqueado este paso , su soledad y ai slamiento comi enza a <( Autismo / Postautismo Autismo/psicosis método T E.A.C.H.
acompasar e con tímida, miradas que de tanto en tanto me dirige . Teoría de la
70 mente y métodos
En estas pri meras entrevistas am bos n i ños presenta n u n a sutil barrera cognitivo-
q ue i ntento franquear para en trar en con tacto con ello . . El tra bajo ana­ comportamentales
l ític o sobre este m uro i n v i sible, el encaps u l am iento aut i sta , apunta a su Rosine y Robert Lefort (Paris) Éric Laurent (Paris) DSM 111
desplazamiento de modo tal que el analista pueda inclu irse dentro de ese 80
borde . Testi monios de autistas de Éric Laurent (París) DSM IV y IV R
Jean-Claude Maleval da cuenta de que la llamada soledad de l autista 90
alto nivel
· ha dej ado de ser el rasgo pri nci pal que lo caracteriza, es más , un tercio Jacques-Alain Mili er, Éric DSM V
de los niños autistas e tá consagrado a establecer comportamientos de Siglo XXI Laurent, Jean-Claude
aproximac ión hacia el otro . La inmu tabi l idad , la necesidad de mante ner Maleval (París)

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Silvia Elena Tendlarz Clínica del autismo y de la psicosis en la infan cia

Co mo precursora de] trabaj o sobre auti smo dentro de Ja comunidad l w, l l a madas "frases espontáneas" . El uso del lenguaje es de acuerdo a su
analítica encontramos a Melanie Klei n en Viena, alumna de Freud , gue p1 1 1p i a voluntad . Tienen repeticiones ecolálicas , escuchan una f r ase o una
crea un movimiento propi o . El caso Dick fue di agnosti cado por ell a p1 d a bra que repiten y ecopraxias , repetición de movimientos .
en 1 930 como una "esqui zofrenia atípica" , pero en l a actualidad puede l : n l a al teración espacio-temporal que desc ribe Kanner, no tienen
incl u i rse en el auti smo en un sentido amplio tal corno lo indi ca Frances 111 1 · i 6 n del peligro porgue carecen de l a in scripción del espacio y de l a
Tustin . Durante esa época Kanner publ ica en 1935 el primer Manual psi­ p 1 ol'u n cl idad que l es podría hacer temer por ejemplo l a altura . Algunos
quiátrico del n iño . 1 1 1 1 os se golpean la cabeza contra la pared sin llorar, otros se raspan la
El gran cambio se produce en los años 40 con dos autores que coexis­ n u r i z hasta hacerse sangrar, pero no sienten dolor.
ten durante la Segunda Gu erra Mundial . Leo Kanner vivía en B altimore , La fij eza, la inmutabilidad , es una de l as características más impor-
Estados Unidos , e introduce en 1 943 el cuadro de "autismo infantil pre­ 1 1 1 1 1t e descriptas por Kanner. La fijeza tiene que ver con los movimien-
coz" . Al año s iguiente , en Viena, y sin tener conocimiento del trabajo 11 s repetiti vos , de cierto orden que rechazan que se modifique . Ahora
de Kanner, Asperger descri be un cuadro sim ilar denominado "psi copa­ l i icn , no todo se presenta como déficit. Los a utistas pueden tener memo-
tía auti sta" , conoc ido en la actualidad como "Si nclrome ele Asperger" . El 1·i ns prodigiosas , pueden contar y hacer cálculos con gran rapidez desde
autismo infantil precoz se i n i c i a desde el nacimiento o antes ele la edad p •q u eños , recordar los nombres de la Biblia o de una serie dentro del
de dos o tres años . En cambio, los niños con síndrome de Asperger pue­ 1 • ma que les despierte interés . Estas capacidades han sido explotadas
den tener un inicio más tardío y tienen un dominio mayor del lenguaje . particularmente por las pelíc u l as ele Hol lywood , por ejemplo en Rain
En el curso de los años tienen acti v idades sociales y laborales , con elec­ Man cuyo personaje retoma el talento del autista Tim Pic k , y en el siglo
ciones profesionales más bien abstractas , conservando un poco de i nge­ X X I , en personajes de series ele televisión con características Asperger.
nuidad y una alteración del lazo . Leo Kanner examina el destino de todos estos niños treinta años des­
Kanner parte del estud io de u n grupo de once niños con quienes tra­ pués e indica q ue hay una gran di versidad de caminos . Dos el e ellos que­
bajó desde 1 938 hasta 1 943 . Se trata ele niños que al estar en los bra­ daron muelos , internados en asilos, sin ningún tipo de tratamiento . Otros
zos de su m adre no se acomodan bien y se tiran para atrás , sin entrar en l uvieron un desarrollo notable como Donald o Frederick .
contacto v isual. No dirigen la mirada , o lo hacen de costado , como si l a Donald es un aut i sta que Kanner recibió en 1 93 8 cuando tenía cinco
mirada los atravesara . Los padres son i nte l i gentes pero poco afect i vos , años . Por entonces tenía uso del lenguaje: al año ya cantaba con pre­
di stantes . Tienen una expresión facial intel igente , de allí que el posible c is ión y a los dos años te nía una m emoria inhabitual para las caras y
retraso intelectua] solo es secundario a la falta de contacto o de inclusión los nombres . Rápidamente hab ía aprendido el alfabeto' y contaba hasta
en un sistema educativo . La característica principal es que tod a iniciativa cien . Si se le preguntaba algo no respondía, salvo s i se le enlazaba rit­
que viene del exterior es experimentada como una intrusión . Esto incluye mos al estilo de "Hol a , ¿cómo estás ? " . Pero principalmente le gustaba
la alimentación y los cuidados corporales. No piden nada , cuando se les estar solo . A los dos años tenía la "manía" de ciar vuelta los cubos , las
habla es como si no escuch aran , como si fueran sordos , no contestan . Esta cacerolas y los objetos redondos . S acudía continuamente su cabeza de
imposibilidad de contacto con los otros es lo que Kanner llama "gusto por un lado a otro , con movimientos estereotipados con los dedos que iba
la soledad" . También hay trastornos del lenguaje : algunos niños no hablan cruzando en el aire . Tenía ritu ales verbales y si se lo contrariaba grita­
nunca , otros utilizan a veces una palabra y no la vuelven a uti l i zar nunca ba. Las palabras tenían un sentido fij o e inflexible y repetía ecolálica­
más , otros hablan de acuerdo a su vol untad . A pesar de no hablar, ante mente l as frases que utilizaban para dirigirse a él . Hablaba de sí mismo
una situación extrema pueden decir una frase perfecta , bien articulada, en en tercera persona . Para comun icarse con otros utilizaba expresi ones

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Silvia Elena Ten dlarz Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infan cia

sin sentido . Con el tratamiento empezó a hablar en primera person a , 1 1 1a 1erno permite el crecimiento emocional y su salud mental . Al comien­
aprendió a leer y a toc ar e l piano . Usaba juegos ritu a l i zados . S i bien , o e l niño es una "configuración ambiente- individuo" que lo lleva en su
variaba los juegos , mantenía siempre un orden fijo, aunq ue ampliaba su di:surrollo de la dependencia a la independenc ia. Si no logra adaptarse
mundo él no cambiaba. ¡¡ los cambios ambientales , se aísla provocando una desconexión con la
En 1 93 9 , cuando ten ía seis años , i nicia el colegio con un rápi do ,· ·a l i dad , por lo que cobra una mayor realidad su mundo interno tal como
progreso . A los ocho años mejoró mucho pero repetía preguntas , como o ·urre en la psicosis de los niños .
por ejemplo , "¿cuántos días tiene la semana?", "¿cuántos meses tiene el En su comunic ación en las Jornadas sobre la psicosis en l a infan­
año?", "¿cuántos siglos hay en un milenio?" . A los once años , en 1 945 , c i a de 1 967 , plantea que el autismo no debe ser considerado como una
Kanner lo v uelve a ver. Los padres habían dec idido enviarlo a una gran­ • n fermedad . Se trata de una defensa que protege al niño frente a una
ja y los granj eros tuvieron la lucidez de hacer algo con estas preguntas a ngustia primitiva que amenaza con aniqui larlo. El rasgo esencial es l a
inces antes de Donald . Como repetía continua mente "¿cuántos metros a ptitud d e la madre de adaptarse a sus necesidades y el e identificarse con
tiene este aguj ero ? " , "¿c uántos surcos hay cuando se hace una cose­ · I , para que pueda cuidarlo , de lo contrario se perturban los procesos
cha?" , hicieron que contara cada vez q ue tenían que hacer un surco para v i tales . Si bien retoma a Bettelheim , considera que tener un hijo auti sta
la siembra . De a l guna m anera enl azaron sus preguntas estereoti padas y puede ser ya bastante doloroso para los padres y por lo que volverlos res­
rígidas con un uso espec ífi c o . ponsables p uede tran sformarse en una carga insoportable .
Kanner vuelve a verlo treinta años después . Donald era soltero , termi­ A part i r de l o s e s t u d i o s d e e s t a d é c ad a , q u e o p e r a c o m o u n
nó sus estudios universitarios a los veinticinco años , trabajaba como caje­ working progress , e n l o s años 6 0 Margaret Mahler y B runo B ettelheim
ro en un banco , jugaba al golf y había ganado seis trofeos , era secretario p u b lican sus respect i vos libros . Tanto uno como otro pertenecen a la
de una escuela dom i n ical en una iglesia presbiteriana , y no se interesaba Egopsychology, que acentúa el desarrollo del yo . Bettelheim se interesa
por l as mujeres . Le había q uedado este interés selectivo , como muchos por el tema del auti smo a parti r de su propia experienc i a en un campo
solterones . El tema del autismo no le había impedido estudiar, tener una de concentración durante la Segund a Guerra M undial , y cómo veía el
inserción social como secretari o de esa iglesia, tener su trabaj o y su gusto ''dejarse caer" de muchas personas que simplemente se entregaban a la
por el golf. Este ejemplo muestra bien la di versidad de mundos y vidas muerte en forma pasiva. En cambi o , Mah ler desarrolla un término que
posibles que se vis lumbran para todo sujeto por fuera de su diagnóstico . ella introduce : la psicosis infantil simbiótica . Kanner, por su parte , en
La comunidad analític a empi eza a in teresarse por los n i ños autistas la seg unda edición de su Man ual de psiqu iatría de 1 948 incluye ya el
en los años 50 sin llegar a diferenciarlos del grupo de las esqui zofre­ "autismo infantil precoz" . Y después , en la tercera edición , eli 1 957 , la
nias . Margaret Mah ler trabaj aba en la clínica de Nueva York , y Bruno "ps icosis infantil simbiótica" de Mahler.
B ettelheim en el Instituto Ortogenético de Chicago . Los años 70 se distinguen por el movi miento kleiniano con los tra­
En esa époc a Donald Winnicott , en Londres , trabaja también con bajos de Donald Meltzer y Franci s Tustin , que publican sus libros en esa
niños sin el aborar una teoría espec ífi ca sobre la psicosis infantil , pero época. Ambos viven en Londres . Así, del primado en los Estados Unidos
aporta algunas ideas sobre los cuidados maternos y las d i stors i ones del de la Egopsychology se pasa al predominio en Inglaterra del movimien­
desarrollo afectivo durante los primeros meses . En 1 952 escri be un texto to kieiniano y post-kleiniano . Meltzer se interesa particularmente por el
titulado "Psychoses and Child Care" en el que plantea que resulta común auti smo; en cambio , Tustin trata de diferenciar el autismo de la psicos is .
cierto grado de psicosis en la infancia, confundida habitualmente con las En esta década surge el método A .B .A . , introducido por Lovaas , com­
dificultades ordinarias propias del cu idado del niño . El cuidado continuo portamentalista, basado en premios y en castigos .

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Silvia Elena Tendlarz Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infancia

En 1 95 2 aparece l a pr imera versión del Manual d i agnóstico DSM , B a ron -Cohen creó la prueba de Sally y Ana como una versión simple
en 1 968 , la segunda . A partir de los años 80 y 90 s u rgen las nuevas ver­ , 1, 111 tnrea de creencia falsa . Se l e presentan al n iño mayor de c uatro
siones DSM m, IV y IV Rev isado , en los que J a psicos i s en la infancia , nos d os muñecas , S ally y Ana . Sally tiene una cesta y Ana una caj a .
desaparece y en su lugar aparece e l d i agnóstico de los "Trastornos Gene­ d l y p ne u n a canica en l a cesta y s e va. Ana cambia d e lugar l a canica
ralizados del Desarrollo" (TGD). Luego , en e l año 20 1 3 se publ ica e l 111 pone en su caja. Se le pregunta entonces al niño en dónde buscan1
DSM V junto a l diagnóstico d e l "Trastorno del E pectro Autista'' (TEA) . ' , ,d i su can ica. El 80 % de los n i ños autistas , a d iferencia de los niños
Así, se vue l ve un trastorno l igado al desarroll o , y se con s idera que esas 1 1 1 1 1 mal e s o con el síndrome de Down , contestaron que lo buscaría en

desviac i one hay que corregirlas para que tenga u n desarrollo norm al . 1 11 ruj a de Ana y no en el lugar en donde originalmente se suponía q ue
Con l a noc ión de espectro del TEA de comien zos de s iglo XXI se i n c l u­ , .• t uba, es decir, en donde ella misma la puso . No lograron aprehender Ja
yen disti ntos diagnósticos dentro de un m ismo espectro . 1 1 t • n c i a falsa de S ally. Esta pru e ba se supone que permite comprender
1

La perspectiva ps icoanal ít ica di fiere de los Manuales diagnósticos: e l 1 , i ncapac idad del niño autista de atribuirle un estado mental diferencia­
acento está puesto e n l a singu laridad y e n el tratamiento y no t a n solo en do de su percepción a Sally. En realidad el niño ubica metonímicamente
una enu meración ele ítems di agnósticos . 1,, ·anica de acuerdo al despl azamiento espacial de l a cesta a la caja y
En l os años 80 el movi miento lacan iano se introduce en el mundo de l 1 1 :1da tiene que ver con la atribuc ión de estados mentales . Esta perspec­
autismo con Rosine y Robert Lefort , en París , q ue p l a n tean al autismo t i v a dej a entonces al autismo por fuera de un tratamiento posible que no
como una c u arta estructura dentro de las estructura s d i agnósti cas . ·a educativo por falta de empat ía y de sentidos comparti dos .
En esa década comienza e] desano .llo del enfoque cognitivo que pa1te I n ic i a l me nte el método com portame ntal encontró un gran auge ,
de afirmm que en e l autismo existe una anormalidad en el desairn l l o del l uego se prod ujo un pasaje del conducti smo al cogn itivismo como efec­
cerebro que detem1ina el trastorno cognitivo y la fal l a en la comunicación . to del desarrollo de éste último y su incidencia general izada . El método
El térm ino "Teoría de la mente" proviene de dos i nvest igadores llamados TEACCH pl antea que el auti mo no es un trastorno afectivo sino cog­
Premack y Woodruff. La defi nen como la capaci dad de atribuir estados n i t i vo , por lo q ue se trata de sobre l l evar ese déficit a través de una edu­
mentales a u no mi smo y a otro . Este sistema de deducc ión no es directa­ cac i ón adecuada . Parten de u n i n ventario de apti tude s para paliar ade­
mente observabl e pero permi te hacer predicciones , en particu l ar re lativas cuadamente e l déficit de cada n i ño de ac uerdo a un programa educativo
al comportam iento de los otros . Baron-Cohen , en 1 985 , fue e l pionero de p rsonal i zado que tenga en cuenta ·us apti tudes para una incl usión social
los trabajos que siguen esta perspectiva. Plantea que esta teoría proporcio­ y laboral .
na un mecanismo preparado para comprender el comportam iento social . En l os años 90 aparece l a d i vers idad de test imonios de sujeto
La "teoría de la mente" es el resu ltado de un mecanismo cognitivo innato, autistas , como por ejemplo Temple Grandin , Donna Williams y Daniel
biológicamente determinado y especializado en la elaborac ión de represen­ Tammet, que escriben sobre su i n fancia, tratamiento y evol ución , que
taciones de los estados mentales que posibilitan atribu i rles a otros estado permiten aprehender aquello que sucede en su mundo i lencioso y cerra­
mentales, desdobl ándose así cognitivamente de las percepciones primarias . do. Ian Hacking , al trabajar sobre las autobiografías , dice que se intro­
El déficit de l a teoría de l a mente i mpide que se l e atribuya una a duce un nuevo género narrativo porque ya no son los ana l i stas hablando
otros , por l o que falta la comprensión de las reacciones emoc ionales , la de sus casos , sino los propios auti stas habl ando de ellos mismo s , o los
atribución de una intenc ional iclad , la anticipación de l o que e l otro puede padres y sus familiares .
pensar, la comprensión de las creencias falsas el engaño y la motivación Si bien Jo trabajos sobre el autismo en la infanc ia de Éric Laurent se
de una acción . inician en los años 80 , en el siglo XXI , sobre todo a partir del año 20 1 0 ,

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Silvia Elena Tendlarz Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infancia

se sitú an los trabajos de J acques-Alain Miller, Jean-Claude Ma leval , Éric 1111 1 1 1 1 1 1 , el trastorno de Asperger y el trastorno general izado del desarro-
Laurent y los de l a co1Tiente psicoanalítica l acan i an a , q ue d i stinguen el 1 1 1 1 1 1 1 , ·s pecifico .
autismo de la psicosis , y la clínica ori g i nal que e desprende de la especi­ hora bien , lo particu l ar es que el DSM abandona la noción de ·'psi­
fic idad de l autismo . ' 1 1 l �" i.:n l a infancia. P l antean que es muy raro que una ps icosis infantil

, 1 1 1 1 1 · i one hacia una psicosis adulta . Desde el psicoanál isi no puede

p i 1 1 1 t ¡;ar e tal diferenc ia cronológica para la psicosis puesto q ue la inclu-


Los Manuales Diagnósticos 1< 111 i.:n l a estruct ura del sujeto no varía , aunque cam b i e su modal idad
1 h presentación . Los Manuales Diagnósticos se centran en los trastornos
DSM 111 Trastorno Profundo del desarrollo , 1 1 · I desarrollo que impl ica hacer uso de un criterio de normalidad del

Trastorno Generalizado 1 . Autismo infantil de Kanner - Trastorno Autista 1 h·sarrollo de un niño y del adu lto . Esta modificación aumenta la c l ase
DSM 111 R del desarrollo (TGD)
2 . TGD no es p ecífico t i · ' l 'G D . El diagnóst ico de "esq uizofrenia" permanece cuando presentan
1 I uc inaciones .
Trastorno Generalizado 1 . Trastorno Autista
del desarrollo (TGD) 2 Trastorno de Rett H ay tres elementos que in i sten en los Manuales: la comunicación ,
3 . Trastorno desinteg rativo infantil t• I lazo social y el uso del lenguaje (comportam jentos estereotipados) . El
DSM IV
l n istorno autista está pre ente pero , el TGD no específico da cuenta de
4. Trastorno de As p er g er
l t>s i ndividuos que no saben m uy bien dónde incl uirlos . Es una clase q ue
5. TGD no específico a • ujerea la cla e porque es un trastorno autista pero no está claramente
Trastorno del Es p ectro 1 . Leve el • ri nido . El res u l tado de esta b i p artic ión es e l predo minio del cri terio
Autista (TEA)
DSM V 2. Moderado udaptativo y de un criterio terapéutico educac ional : i está desviado en
3. Grave su desan-o l l o hay que educarlo para obtener los comportam ientos espe­
rados .
Los items del DSM IV desaparecen con el "Tra tomo de l Espectro
A part ir del DSM I I I ( 1 980) l os Man uales diagnósticos se interesan A u ti sta" (TEA) de l DSM V publ icado en el año 20 1 3 . En su l ugar pre­
por el tema del autismo en e l d i agnóst ico de "trastornos profundos del senta una gradación : leve , moderado o grave . De los tres criterios antes
desarrol lo" , com o un · u bt ipo y su forma rná · severa . En e l DSM III utilizados hacen una reducc ión al déficit persistente en la comunicac ión
Revisado ( 1 987) i ntroduce el "Trastorno general izado del de arro l lo" , e l y en la interacc ión social , y comportamien tos , i ntereses o acti v idades
TGD . L a noción d e "trastorno" da cu n t a d e la desviación en rel ac i ón a restringidas y repetidas . Este es el diagnóstico que psicopatologiza toda
una norm a , criterio psiq u i átri co y, por otra parte , no es ya un a cuestión la infancia e inc l uye el espectro de presentaciones del autismo .
"profunda" sino que es "ge neral" . Tiene do subtipos: auti mo i n fan­ En una sociedad predominantemente individualjsta , en la que se pro­
til de Kanner, que l o l lama "trastorno a utista" , y TGD no específico. A duce un co11e del l azo cada vez mayor, se puede decir que existe un ' autis­
part i r de l a producción del DS M III se acentúa la di ficultad de adquirir mo general i zado": todo autistas en su goce, en su l azo c01tocircuitado
aptit udes cogn iti vas , l i ngüísticas , motrices y sociale · . Con el DSM rv con el otro . De al l í que el TEA se vuelve gran diagnóstico del siglo XXI .
( 1 994) e l TGD se divide en c i nco subitems. El primero es el trastorno Hay tres presentaciones en el libro de casos de los Manuales Diag­
a u t ista, "au t i s mo i n fan ti l precoz'· de Leo Kan ner, de amplia aceptación . nósticos que ilustran al TGD . El primero es el caso Richard que lo lla­
y a ·on t i n u ación e. tán e l trastorno de Rett , e l trastorno desi ntegrat ivo man "Eco" y es utilizado para i l ustrar el autismo infantil precoz . Se trata

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Silvia Elena Tendlarz Clínica del autismo y de la psicosis en la infancia

de un niño que desde los tres años no entendía instrucciones sencillas l,1 11 lu inversa. Finalmente mostraba un repertorio restringidos de acti-
tenía eco la lías, repetía las frases que había escuchado, tenía un acento 1il 1111-� t¡u se manifiestan por los movimientos corporales estereotipa­
y una entonación un poco particular al hablar. Usaba algunas palabras ,¡,, por �jcmplo: saltar, mover los brazos, mover las manos en círculos.
en forma estereotipada, por ejemplo: "¿quieres algo para beber?", eso 111111hi :n tenía 1ituales y preocupaciones estereotipados por lo que se lo
significaba que tenía ed. No utilizaba la expresiones faciales, ge tos o h,1¡•no�tica como autismo infantil precoz. El problema diagnóstico surge
mímicas; excepto cuando arrastraba a alguien para colocarle en la mano 1 l rn, ·inco años puesto que comienza a hablar mucho mejor. Plantean
el objeto que deseaba. Le fascinaba las luces brillantes y objetos de tela 111111 1l.'111isión parcial del autismo y lo incluyen en el Síndrome de Asper­
los miraba fijamente mientras movía las manos y bailaba en puntillas. ,, 1 porque tenía la posibilidad de hacer uso del lenguaje. Pero los crite-
Hacía movimientos cuando oía música que le gustaba desde pequeño. 1111, d •I DSM IV cambiaron, entonces ya no es un síndrome ele Asperger
Tenía una relación con la musicalidad, sin enunciación, centrada en el 11111 ¡ue lo consideran un trastorno autista porque hay un retraso signifi-
ritmo y en el sonido. Llevaba un autito en su mano todo el día, consti­ 111t1vo del lenguaje. Para que sea verdaderamente un trastorno de Asper­
tuyendo así su "objeto autista". Pero no jugaba con ese juguete ni con •1·1 no tendría que haber tenido ningún problema con el lenguaje.

ningún otro. Armaba rompecabezas con facilidad incluso cuando le /\sí, la discusión es puramente diagnóstica por fuera de lo tratamien­
escondían el modelo. Esta descripción muestra muy bien que en ningún f 11, involucrados.
momento se trata de un déficit intelectual. "A los dos años había recogi­
do varios objeto ele la cocina que colocaba en tocio el suelo ele la casa
formando figuras. Esta actividad, junto con andar vagabundeando por la
casa, constituía su repertorio espontáneo". Se resistía a todo cambio de
sus conductas repetitivas y de su mundo fijo y ordenado. Este caso ilus­
tra en el DSM IV el Trastorno Generalizado del Desarrollo.
El segundo caso lo llaman "Meciéndose y leyendo". Es una joven de
veintidós años y lo esencial es que hacen una distinción entre esquizo­
frenia y TGD. Dicen: "Cuando ingresó Betsy en el instituto estatal se le
había diagnosticado esquizofrenia infantil. El diagnóstico de esta enfer­
medad asume una continuidad entre el trastorno infantil y la psicosis
adulta". Sin embargo, afirman, se dispone de pruebas de que el tra torno
autista y la psicosis adulta no están relacionadas. Utilizan este caso para
plantear que la esquizofrenia infantil es un mal diagnóstico y que, en rea­
lidad, todas las características que se describen eran de TGD.
El tercer ca o se llama "El cartógrafo"' y concierne a un niño de trece
años con la discusión en torno a qué subtipo corresponde dentro del
TGO. Lo.· trastornos comienzan de muy pequeño, con poca interacción
social e indiferencia frente a la presencia de la personas. Miraba sola-
111c11t • sus manos y los coches que pasaban por la calle. No habló hasta
los ·uatro añ :,, l.u go decía algunas palabras sueltas, frases y pronom-

'<, 27
2. LA CONSTITUCIÓN SUBJETIVA

Existe en Lacan un pasaje señalado por Jacques-Alain Miller que


va del paradigma del deseo al paradigma del goce y que se puede divi­
dir en distintos momentos: en los años 50 el predominio de la palabra y
ele lo simbólico que corresponde a la metáfora paterna; en los años 60
hay un vuelco hacia lo real y la presentación de las operaciones lógicas
de la alienación y de la separación en el Seminario 11; introduce luego
el concepto de "discurso" en el Seminario 17, con un desplazamiento
del deseo al goce a través del objeto plus de gozar; el Seminario 20 es
el inicio ele "la última enseñanza de Lacan" en donde es enfatizado el
goce y se sitúan algunos conceptos que permiten explicar el autismo con
mayor precisión; y, finalmente, puede situarse en los últimos textos lo
que Miller llamó el "ultimísimo Lacan".

Los tres tiempos del Edipo y la metáfora paterna

En el Seminario 5 Lacan distingue tres tiempos del Edipo y examina


el lugar de la madre y del padre, significantes que serán luego las vesti­
duras con las que se examina la posición del sujeto en la estructura.
En el primer tiempo, el niño se identifica con el falo, objeto ele deseo
ele la madre, estableciéndose el triángulo madre-niño-falo, identificación

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Silvia Elena Ten dlcirz Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infancia

fál ica que produce la constitución del yo propia de l estadio del espejo . 1 10 se trata de la persona del padre sino de un significante y, a la vez , este
Lo simbólico preexi ste y se transmite a través de l a madre como Otro 1 ¡ 1 11 i ficante perm ite operar la metáfora paterna . Una manera simplificada
primordi al . La madre en lo real encarna el objeto primord ial , el Das d1• t.:scribir en este período la metáfora paterna es plantear la acción del
Ding, la Cosa, en la "experi encia pri mari a de satisfacc ión" . p1 1dre sobre la madre .
En el segundo tiempo se i naugura l a simbol ización primordial , vehi­ El padre no es el genitor ni e l padre imaginario , sino que es un nom­
culizada por el Otro materno, a través de la experienc i a de la bobin a del ht' · , el Nombre del Padre (NP) . El Nombre del Padre es un sign ificante
Fort-Da descrita por Freud en "Más allá del pri ncipio del placer" ( 1 920) wh ic ul izado por el Otro . Lacan enfatiza el lugar que l a madre le da a la
en el que nombra la ausencia al hacer desaparecer el objeto a través de la ¡ rn l abra del padre , pero ella mi sma tiene que contar con el significante
palabra . El Otro pierde el falo encarnado por el propio nifio : es l a "cas­ del Nombre del Padre para producir algún tipo de transmisión simbólica.
tración materna" . La castrac ión es sobre todo la castrac ión del Otro . Ima­ La metáfora paterna es planteada por Lacan como una formalización
ginariamente la acción del padre priva a la madre de su objeto de deseo , d • I Edipo en "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posib le de
"no te lo comerás" , "no reintegraras tu producto'· . Desde lo si mbólico la la psicosis" ( 1 95 8 ) y tiene tres elementos DM , NP y x . Tanto el Nombre­
castrac ión opera so bre el s uj eto y hace de l fa l o , que hasta entonces era d · ! -Padre como el Deseo de la Madre corresponden a una subjetiv idad:
un obj eto imaginario , una falta. La des identificación al objeto fál ico en pad re , madre y niño son los significantes con los que se construye el
el segundo ti empo del Edipo constituye la falta en ser del S . E l ipo.
El tercer tiempo parte del padre real como soporte de las identifica­
c iones . El niño rec i be la promesa fálica: no es el falo ele la madre pero NP Falo
puede tenerlo . En cambio , las niñas no son el falo de l a madre ni pue­ NP (-- )
X A
den tenerlo . Aparecen entonces d isti n tos tratamientos de la falta en tener
y di ferentes vías en la sexuaU dad femenina: la matern idad , a través del
tener un hijo; la masc arada femenina, fabricarse un ser a través del pare­ La madre se inscribe como Deseo de la Madre . El DM no es un deseo
cer ser; y la re l ación con un hombre , en la que a través del don de amor s i no una voluntad sin ley, es el exceso , el desvarío , que no está regido
rec i be el falo añorado . Para Fre ud ser mujer y ser madre son equivalen­ por la ley de l padre . De allí que el niño queda a solas frente al capri ­
tes , en cambio para Lacan mujeres y madres son dos conj u ntos diferen­ l'110 materno . El DM sobre el "x" (DM/x) indica q ue no hay una rel ación
ciados que p ueden rec ubrirse o n o . Algunas mujeres no son madre s , a l i recta entre el padre y el niño , sino que tiene que estar mediado por la
pesar de que tienen h ijos , y otras no tienen hijos y pueden ser madre s . 1 11etaforizac ión del DM . La acción del NP sobre el DM introduce un ele­
Los desarro llos relativos al Nombre-del-Padre de l o s años SO apuntan mento particular que hace que el falo se inscriba en el Otro mientras que
a resti tuir el lugar simbólico a la paternidad . Lacan disti ngue la paterni­ le establece un límite , un freno a la ley descontrolada materna . La ley del
dad biológica y la si mbólica puesto que se introduce la dimensión del padre explica la proh ibición del incesto , que en Freud se escribe como la
reconocimiento. Es más , un hijo siempre es adoptado , incluso por el pro­ castración materna .
pio padre , porque no alcanza lo biológico sino que tiene que añadi rse un El Nombre-del-Padre funciona como ordenador en el conjunto de los
doble reconocimiento : d.el padre h aci a su hijo y del h ijo a su padre . El s i gnificantes; pero , por otro l ado , está por fuera de ese conjunto y su ins­
padre simbó l i co es , fundamentalmente, un padre muerto , no opera por cripción posibilita la significación fálica. El Nombre-del-Padre inscribe
su presencia sino como un símbolo . Jacques-Alain M i l ler indica que el el falo y, al mi smo tiempo , su ley mantiene la consistencia del conj unto
Nombre-del-Padre es ya una metáfora de la presencia del padre porque de los significantes . Es una función simbólica que queda en relación con

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Silvia Elena Tendlarz Clínica del autismo y de la psicosis en la infancia

distintos enunciados gue le dan textura, que indican qué papel desempe­
fia dicho nombre, puesto que no hay un universal que indique gué es ser
padre. En la medida en que la función se vehiculiza en un padre vivo,
habrá que ver cómo fue encarnado ese padre para un sujeto. En lo imagi­
nario el falo en el Otro se inscribe como menos phi (-cp), como una falta,
y en lo simbólico se inscribe como significante del deseo((};>).
En el primer segmento de la metáfora, el Deseo de la Madre encarna
un Otro sin ley, un goce enigmático que, al pasar por la respuesta fálica,
se transforma en una pregunta acerca del deseo. Este vacío inaugural,
enigmático, que es el Deseo ele la Madre, recibe en la segunda parte de la
metáfora, una respuesta universal: desea el falo, operación de significan­
tización que da una respuesta en términos fálicos y produce una pérdida
de goce.
En la última parte ele su enseñanza, Lacan incluye cómo un hombre Figura l. Alienación.
puede hacer de una mujer la causa de su deseo, cómo queda "perversa­
mente orientado" y la vuelve su falta. En el intersticio entre la madre y
el padre se sitúa el nifio, de allí que Lacan afirme en los afios 60 que el lrn, por un lado, la identificación con el S1 y, por otro lado, el conjunto
niño es el síntoma de la pareja conyugal: a través del malentendido fun­ vado. Del lado del Otro está la identificación con un significante y, por
damental en la relación entre los sexos el niño se vuelve un síntoma. 011·0 lado, el resto de la cadena significante representada por el S2. La
1d •ntificación con S 1 llama al resto ele la cadena significante, alienación
primordial en el Otro que produce la relación entre los significantes. Al
La alienación y la separación id 'ntificarse con un significante del Otro el sujeto emerge como tal.
º orioinal
El luoar o del suJ·eto como vacío está recortado por el signifi-
En 1964, en el Seminario 11, Los cuatro conceptosfundamentales del t't1nte que precede a su nacimiento. La conversión del grito en llamada
psicoanálisis, Lacan presenta la oposición de las operaciones lógicas ele i111plica la entrada del sujeto en la dialéctica significante.
la alienación y de la separación. La manera más sencilla ele explicarlo es En "Posición del inconsciente", al examinar la operación ele separa­
presentada por Jacques-Alain Miller en Los signos del goce a partir de la .¡ n, articula cómo el sujeto se vuelve objeto en la medida en que aísla
teoría de los conjuntos. la parte vacía del Otro haciendo una intersección entre esa parte vacfa y
Miller indica que hay dos conjuntos: el del sujeto y el ele! Otro y la propia. "Una falta cubre otra falta", dice Lacan, se recubren la parte
ambos incluyen la parte vacía de cada uno de ellos. En un primer tiem­ vacía de cada uno de los conjuntos y de esta manera la falta se inscribe
po se presenta del lado sujeto el conjunto vacío, y del lado del Otro un •n el Otro. Se ubica ahí el objeto a, objeto causa de deseo, que nombra
significante. El Otro es el lugar en cloncle están tocios los significantes. El d vacío que se produce entre el sujeto y el Otro cuando se recubren las
sujeto se constituye a través de la intersección entre el sujeto y el Otro, !'altas. El objeto a se inscribe en el lugar de la falta, bajo las modalidades
identificándose primordialmente con el S 1, que produce la metáfora de los objetos voz, mirada, oral, anal y del objeto nada.
inaugural de la constitución del sujeto. Así, del lado del sujeto se encuen-

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Silvia Elena Tendlarz Clínica del autismo y de la psicosis en la infancia

a
a -cp
-cp

Figura 2. Separación. ! lay alienación tanto en la neurosis como en la psicosis como inclu-
11 11 del sujeto en el lenguaje y en la cadena significante. La separación
, 11 l:1 neurosis inscribe una pérdida, el vacío, la falta, que corresponden a
Lo primero que propone el niño como respuesta a la pregunta acerca del 111 1 •oría de la negativización, p ropia del deseo, con la que se constituye
deseo del Otro es su propia pérdida. Dice: "El primer objeto que propone a , 1 psiquismo. Pero en la psicosis no se produce la operación lóg ica de
ese deseo parental cuyo objeto no conoce -marca al deseo del Otro como l puración, no hay sustracción del objeto a, de allí que aparece en más:

enigma de "¿qué quiere el Otro?"- es su propia pérdida '¿Puede perder­ l I voz se vuelve audible en las alucinaciones auditivas y la mirada ap a-
me 7 '. El fantasma de su muerte, de su desaparición, es el primer objeLo 4ue 1�• · , positiviza<la. Lacan toma como ejemplo de esto, en el Seminario

el sujeto tiene para poner en juego esta dialéctica. En efecto, como sabemos l l). el caso de una paciente italiana esquizofrénica que hace un dibujo
por muchísimos hechos, la anorexia mental es un ejemplo. Sabemos tam­ 1·11 el que aparece un árbol lleno de ojos y una pequeña leyenda que dice
bién que el niño evoca comúnmente el fantasma de su propia muerte en ".1·011110 sempre vista", "soy siempre vista".
sus relaciones de amor con sus padres" (p. 222). Se introduce así la clínica A partir de la alienación significante el sujeto tiene dos opciones
de las contingencias de la pregunta "¿puede perderme?" en la que queda 111 ·l'ables, que corresponden a la "insondable elección del ser": puede
incluida la falta en la relación con el Otro junto a la metonimia del deseo. 1•1 •gir el S 2 y la cadena significante junto a la posibilidad de entrar en el
A partir de la preexistencia de un Otro primordial se produce la inclu­ ·ampo del sentido o puede elegir el vacío. Miller indica que el autista
sión del sujeto en la cadena significante por la operación de alienación dige el vacío y, al hacer esta elección, se produce una petrificación sig-
y, luego, a partir de la operación de separación, con la ins cripción de la nil'icante.
falta se constituye el objeto a.. Jacques-Alain Miller señala que con la Metáfora Paterna hay una pre-
Se produce así un pasaje en la teoría de Lacan que va del Nombre valencia de lo viril sobre la condición femenina que de alguna manera
del Padre, y su acción en la metáfora paterna, al objeto a, objeto que no r ·fleja el espíritu de la época. Paulatinamente esto se desvanece en la
recibe ningún sentido del lado del Nombre del Padre. Las operaciones t •oría de Lacan y se produce un desplazamiento ele la ley a la causa.
de alienación y de separación quedan por fuera del Edipo y más allá del El énfasis no está puesto en la ley del padre sino en el objeto causa de
padre. No se trata entonces de la acción de la ley paterna sino del objeto deseo. No se trata ya del Nombre-del-Padre sobre el Deseo de la Madre,
a como objeto causa de deseo, pura consistencia lógica porque nombra o de la relación entre el padre y la madre, sino ele la relación del sujeto
un vacío, una ausencia. con el Otro.

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Silvia Elena Tendlarz Clínica del autismo y de la psicosis en la infancia

Otro aspecto desarrollado por Lacan en este Seminario es el de los 1•1ul'icante. Por eso Miller afirma que la pluralización de los Nombres
orificios corporales como bordes de las zonas erógenas en donde se d1 1 Padre hace que muchas veces sea transmitido por las comunidades y
sitúan los objetos pulsionales. El objeto oral en la boca, el anal en el l 1111hi n por el lenguaje mismo.
ano, y Lacan añade luego dos nuevos objetos, que son la mirada, que no l .a entropía del goce modifica la noción de metáfora paterna puesto
corresponde a ningún orificio sino que se expande en continuidad espa­ q,w ·I goce no se pierde sino que, como en una central hidráulica, se
cial, y el objeto voz, que se relaciona al oído, con la característica de 11,111sl'orma en el objeto plus de gozar. A los objetos freudianos y lacania-
que nunca se cierra. Lacan distingue la visión, lo escópico, del objeto 1111s, se añaden, multiplicados, los objetos plus de gozar con los cuales
mirada, presencia envolvente exterior al cuerpo. El objeto voz es áfono y lo� sujetos gozan. No es necesario ya un padre castrador. Este planteo
solo se vuelve audible en la psicosis. La mirada y la voz son los objetos i,¡(t más allá del Edipo. Por otra parte, Lacan plantea en los años 60 que
privilegiados por Lacan, sustancias episódicas que carecen de la mate­ 1 1 padre, no ya en el sentido religioso del nombre del padre, se singula-
rialidad del objeto oral y anal. En los orificios corporales que constitu­ 1 i111 por cómo intervino en la transmisión de la relación entre la ley y el

yen los bordes de las zonas erógenas, sobre las cuales se apoya el objeto drsco, ley humanizada puesto que queda ligada al deseo.
pulsional articulado a una pérdida, se sitúa el agujero pulsional entre lo on la noción de discurso, señala Miller, Lacan absorbe los mecanis-
imaginario y lo real. 111os de alienación y de separación en un nuevo concepto. En la noción
d(· discurso hay cuatro lugares y cuatro elementos que al girar hacia un
lnd o hacia el otro producen permutaciones y cambios de discurso.
Entropía de goce y la noción de discurso L:1c.:an plantea cuatro discursos: Amo, Histérico, Universitario y del Ana­
lista.
En el Seminario 17, El reverso del psicoanálisis (1969-70), Lacan
hace un pasaje del mito edípico a la estructura y retoma la idea del padre Discurso del Amo Discurso de la Histérica
primordial de "Tótem y Tabú". Produce una inversión: el padre castra­
dor, el padre edípico formalizado en la metáfora paterna, no genera la
pérdida de goce sino que la inclusión misma del sujeto en la estructura a a
del lenguaje da lugar a esa pérdida. Esto se traduce en una nueva forma
de escribir la metáfora paterna: la acción del Otro sobre el goce por la Discurso Universitario Discurso del Analista
inclusión del sujeto en el lenguaje produce una pérdida de goce bajo la
modalidad del funcionamiento de una entropía. No todo el goce se pier­
s a

de, la castración que está vehiculizada por la inclusión en el lenguaje a


deja un resto que se recupera bajo las distintas formas del objeto plus de
gozar. La célula elemental es que hay un S 1 solo, en el lugar del agente, que
El Nombre del Padre no es ya universal sino singular. ¿Qué actuó e relaciona con un S 2, en el lugar del otro. El sujeto que representa un
para un sujeto como Nombre del Padre? Se produce una pluralización significante para otro significante queda a la izquierda por debajo del S 1,
de los Nombres del Padre junto a la elevación al cénit del objeto plus del lado de la verdad, y en lugar a la derecha en la parte inferior está el
ele gozar que llevan al empuje al consumo y a conductas adictivas. Los objeto como producción. Esta primera escritura del discurso corresponde
sujetos no se orientan ya por el Ideal sino que se produce una dispersión al discurso amo, también llamado del inconsciente, y absorbe las opera-

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Silvia Elena Tendlarz Clínica del a u tismo y d e l a psicosis en l a infancia

ciones de alienación y de separación . La relación entre significantes y la , 11 Luego actúa el lenguaje produciendo l as leyes ele composición
producción subjetiva re sponde a la alienación , la producción del obje­ 1 1 1 1 1 , na que dan sentido y producen una pérdida de goce . El lenguaje es
to corresponde a la separaci ón . A partir del d iscurso del amo por rota­ 1 1 1 1 ordenamiento , una puesta en saber de !alengua" , dice Miller en El
ción surgen los otros discursos . Todo s ujeto está i ncluido en el discurso . 1 1 /1 /111/.,· im o Lacan .
Lacan equipara e l discurso amo al d.i scurso del inconsciente . Es más , el 1 �, 1 su entrada al mundo y al lenguaje el niño puede incluirse en cual­
di scurso establece relaciones tipificadas con el otro que resu l tan fundan­ l j l l fL'f' id ioma , en forma trans l ingüística , pero una vez qne un idioma se
tes del lazo social . Esto queda alterado en la psicosis por lo que Lacan 1 1 ¡ u , � I peso de las leyes gramaticales que lo regulan dej an su marca . De
pl antea el "fuera de disc urso". , 1 1 1 manera, la apropiación del lenguaje es otra manera el e explicar la
t l lL' l lt lC ión y el llamado al sentido .
Jacques-Alain Miller ind ica que !alengua queda en relación con lo
Lalangue y el agujero 1 1 1 1 1; Lacan llamó "Un-cuerpo" , el c uerpo propio , "única consistencia del
¡ 1r1r letre" . Este planteo es correl ativo al despl azamiento que opera Lacan
En los años 50 , al trabaj ar sobre lo si mbólico , Lacan define al incons­ 1 • 1 1 1 re "ser un cuerpo" en el Seminario 20 , a "tener un cuerpo" en el Semi-
ciente como estructurado como un l enguaj e , y lo d i stingue de la letra , 1 1 1 1 rio 23 . El cuerpo es una propiedad , se tiene , y eso da lugar a que no
soporte material , y de la lengua, como la manera en que cada uno o cada � · 1) tenga, corno es el caso del autismo , o q ue se ] o deje caer, corno en
comunidad uti l iza el lenguaj e . En los años 70 , Lacan reform ula su idea l oyce .
del incon sciente . El lenguaje se monta como estru c tura sobre !a lengua , Los tres registros en esta época ele la enseñanza de Lacan son plan ­
neologismo in ventado por Lacan en el Seminario 20 , en el que resuena ! ·aclos en forma diferente a sus primeras formu laciones: quedan equipa­
la lengua y el !aleo , que da cuenta del integra l ele los equívoco s . El len­ rndos a un cuarto término, que es el goce , y no predomina ninguno sobre
guaje es definido por Lacan en este seminario como un saber hacer sobre ot ro . Se trata de tres consistencias anudadas . Por otra parte , la concep­
{alengua . El inconsci ente está constituido por {alengua en l a med ida en · ión de lo real no es ya lo que vuelve siempre al m i smo lugar, con la
que antes de cobrar un sentido las palabras equivocan , son eq u ívocas , i mpronta del orden s i mból ico sobre é l , sino que es un real sin ley. Por
por fuera del sentido y tienen valor de letra . Lalengua produce un trau­ ·ontingencia se inscribe un sign ificante , después se repite , itera , y l l ama
matismo , neologismo que une la pal abra francesa trou, que significa agu ­ a una significación volviéndose destino . Por azar se arma una determina­
j ero , y traumatismo , es el traumatismo del agujero como acontecimiento c ión significante de acuerdo al funci onamiento iterativo.
del cuerpo . El cuerpo , desde ésta perspectiva, no es ya solo el cuerpo de Lacan sitúa dos valores del S 1 : el Uno solo sin sentido , que repite,
la imagen especular s i n o que es un cuerpo habitado por el goce de !alen­ que Miller lo denomina iteración , es el SI que itera sin articularse al S2 ,
gua que lleva a Lacan a habl ar del parlétre o cuerpo hablante . Lalengua y también exi ste la articulaci ón del S I con el S2 que produce senti dos .
apunta a la palabra tom ada material mente , es dec ir, fonéticamente y no Del azar de la inscripción del S , se produce el determinismo ele la articu­
interviene en ella l a gramática . lación con el S 2 . La experiencia analítica busca deshacer aquello que se
El baño del l enguaje actúa sobre el vi viente produc iendo los S I como convirtió en destino , aislando los S I que determinaron su histori a . Como
acontecimiento ele cuerpo , depositando los equívocos , y el sujeto goza Hegel ante la montaña , dice Mi Jler, el sujeto al final de su análisis puede
por fuera de la i ntención de significaci ón . La palabra se une al goce y decir "Hay eso" y toma una posición , busca su saber hacer con eso que
el cuerpo es goce de !alengua sin imagen . El encuentro entre !alengua hay. Lacan , en su última enseñanza, no plantea la constitución subjetiva
y el cuerpo no corresponde a ninguna ley previa, es contingente , puro en términos de s i operó o no la ley del padre , sino examina las in scrip-

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Silvia Elena Tendlarz Clínica del autismo y de la psicosis en la infancia

cienes contingentes de los SI vueltas destino por la determinación signi­ 1111 " 110 todo", femenino, en expansión, que produce una apertura más
ficante. ,lila del Ideal. Y junto a ello, distintas modalidades de habitar un mundo
Dentro de su desarrollos topológicos Lacan introduce en el Semi­ , 11 donde el Otro no existe.
nario 9 el concepto de agujero que retoma luego en el transcurso de su
enseñanza. El agujero en lo real no corre. pende a una combinatoria sig­ si bien los distintos desarrollos relativos a la constitución subjetiva
nificante sino que Miller lo sitúa en el Otro barrado y corresponde al "no ¡ii rmiten examinar las estructuras clínicas, la última enseñanza ele Lacan
hay relación sexual". La inscripción de la falta del Otro, del significante ll'�lilta más afín para explicar el autismo en forma novedosa dentro del
del Otro baiTado, S(A), escribe ya un borde y el agujero simbólico. El 111ovimiento psicoanalítico como una iteración sin cuerpo.
agujero simbólico corresponde a la inscripción de la falta y se sitúa entre
lo real y lo simbólico.
Fabián Schejtman distingue tre agujeros: el agujero en lo real por
el traumatismo de !alengua; el agujero en lo ·imbólico como el ombli­
go del sueño, borde que indica que no todo se puede decir, la marca en
el inconsciente del hecho de que no hay relación sexual, que en reali­
dad está entre lo simbólico y lo real; y un tercer agujero que está entre
lo imaginario del cuerpo y lo real que es el agujero pulsional, Laca□ lo
llama orificio y concierne a las zona erógena · freuclianas.
Durante la última enseñai12a Lacan plantea la forclusión generaliza­
da· la psicosis corresponde a la forclusión restringida del significante
del Nonibre del Padre. Por estructura siempre hay un significante que
falta. Por ejemplo, "La mujer no existe", no hay un significante que
pueda nombrar a la mujer. Los hombre· se inscriben bajo el registro de la
función fálica, pero del lacio ele la mujer falta un significante que pueda
nombrarla. "No hay relación sexual" indica el agujero que se produce en
la relación entre el significante de qué es hombre y el de la mujer, puesto
que no existe. En su lugar hay malentendidos, encuentros y desencuen­
tros. Los avatares del amor son un gran malentendido: no hay ninguna
inscripción en el psiquismo o un saber que indique cómo es la relación
entre un hombre y una mujer. Se trata más bien de una búsqueda. de una
invención.
La relación padre-madre, dice Miller, intenta hacer existir la relación
hombre-mujer que no puede escribir e, pero la prevalencia de lo viril
sobre la condición femenina de la metáfora paterna tampoco logra ins­
cribir la relación sexual. Nue tro mundo contemporáneo no se rige más
solo por el régimen del todo ubicado del lado masculino, sino que existe

40 41
3. LACAN Y EL AUTISMO

Lacan trabaja en pocas oportunidades sobre el autismo. En la medida


1·11 que no quedan diferenciados el autismo de la psicosis en ese período
d · historia del psicoanálisis, Lacan se ocupa específicamente de autis-
1 ,s cuando comenta algunos casos clínicos, pero la teorización, funda-
111 ·ntalmente, es sobre la psicosis, y solo habla directamente de autismo
'obre el final de su enseñanza. En 1953 encontramos sus puntuaciones
obre el caso Dick de Melanie Klein y el caso Robert de Rosine Lefort
•n el Seminario l, Los escritos técnicos de Freud que pueden ser con­
Nit.lt:rados autistas en el sentido amplio. De hecho, para Melanie Klein
1 )ick era una esquizofrenia atípica, y los Lefort, treinta años después de
la presentación del caso, incluyen a Robert en la paranoia y lo comparan
l'On el Presidente Schreber. Lacan retoma un caso en "Alocución sobre
lns psicosis del niño", de 1967, sin mencionar el autor ni el nombre del
11ifío. El autor es Sami-Ali que presenta a Martín como un niño psicótico.
l .acan no habla ni de autismo ni de psicosis en ese caso. Y, por último,
hay una referencia clara al autismo en 1975, en la "Conferencia en Gine­
lmt sobre el síntoma".

El caso Dick de Melanie Klein

El 5 de febrero de 1930 Melanie Klein presenta "La importancia de la


l"ormación de símbolos en el desarrollo del yo" en la Sociedad Británica

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Silvia Elena Ten dlarz Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infancia

y lo publica dos años después . S e trata del anális i s de un niño de cuatro , l 1 1 1 bó lica con los objetos que representan el cuerpo materno , con l a
años llamado Dic k . Antes que nada seífala su inhibición del yo y la i nca­ 1·1 11Tc l ativa pérdida del contacto con e l ambiente y con l a realidad .
pacidad para to lerar la angustia . Lacan retoma lo que denomina el "informe de una experi encia" para
L a descripción del niño concuerda con e l cuadro d e "autismo infantil 1 1 1ostrar la d isyunción entre lo real y lo simbólico . Dick está su mergi-
precoz" aunque no existiera el diagnóstico como tal : pobreza ele voca­ 1 h 1 en lo real , es la "realidad indiferenciada" y, por otra parte , no puede

bul ario y desarro l l o intel ectual , ausen c i a de angustia o dol or, i ndi feren­ 1 1 1 1 • •r uso de la palabra . Muestra entonces cómo la acción ele lo simbóli-
c i a frente a l a presencia de la n i ñera , no j uega, mantiene una actitud 1 1 acarrea una producción del yo y de lo imaginario . La oposición entre

negativa y de oposición , rec haza alimentarse . En l a sesión corre alrede­ dos s ignificantes -"Tren papá" y 'Tren Dick"- produce como resultado
dor de la analista como si fuera un mueble más . Melanie Klein concluye l 11 • mergencia de un tercer s i gnificante -"Estación"- . Melan ie Klein lo
que para el n i ño todo es igu almente indiferente puesto que está inmerso 1 1 1 · l u ye en la triangulación edípica al estab lecer una equivalencia entre
en la realidad . 1• \t nc ión y mamá, de esta manera le "enchapa el Edi po" , dice Lacan .
A pesar de l a i n diferenc i a que man ifiesta Dick a l os j ug uetes q ue En Melanie Klein no h ay teoría de lo imaginari o ni teoría del yo .
le presen ta l a analista, ella i nterpreta de i nmediato , y esta interven ción "Somos nosotros , dice Lacan , quienes debemos introducir estas nociones
re sulta el objeto de interés para Lacan . y · 1mprender que si una parte ele la realidad es imaginaria, la otra es real"
Melanie Klein relata : "Tomé entonces un tren grande , lo coloqué ( ¡ > . 1 33) . Para este niño lo real y lo imaginario son equi valentes . La clife-
j unto a uno más pequeño y l o des i gné como "Tren papá" y "Tren D ick" . 1 •1 1c i ación surge como efecto de lo simbólico y no por la acción del desa-
Entonces él tomó el tren que yo había llamado Dick , lo hizo rodar hasta la 1 1 ni l o yoico como lo afirma Mel anie Klei n . Lacan intenta mostrar así que
ventana y dijo: "Estación" . Expliqué : "La estación es mamita ; Dick está 1• 1 •staclio del espej o no determina la estructuración de la realidad , sino
entrando en mamita" . Dejó entonces el tren , fue coITiendo hacia el espa­ q 1 1 • depende de la primacía de lo si mból ico . El "inj erto simból ico" de la
cio fonnado por las puertas exterior e interior del cuarto y se encerró en él 1 1 1 1 •rvención ele Melanie Klein concierne a la creación de una suplencia
d i c i endo: "oscuro" , y volvió a salir corriendo . Repitió esto varias veces . 1• l i ·az desde donde con struye un imaginario con el que arma su mundo .
Le expl iqué : "Dentro de mam i ta está oscuro . Dick está den tro de mam ita El punto de partida del comentari o de Lacan es que el niño no dirige
oscura" . Entretanto , él tomó nuevamente el tre n , pero pronto corrió otra 1 1 1 ngún llamado y que todo le es igualmente real , está i nmerso en lo real .
vez al l ugar en tre las puertas . Mientras yo le decía que él estaba entran­ 1 .n ·an hace una distinción desde el comienzo ele su obra entre l os tres
do en la mamita oscura , él había dicho dos veces en tono interrogativo: 1 1· • i stros: imaginario , simból ico y real . El orden simból ico corresponde
"¿Niñera?" . Le contesté: "Niñera viene pronto" , cosa que él repitió . . . " . 1 la organi zación significante con las l eyes de composición interna . Lo
Como efecto de esta intervención , Dick comienza a l lorar cuando l a i m aginario se sitúa en su de sarrol l o relativo al estadio del espej o . Y la
ni ñera s e va y paulati namente aumenta su vocabulario . d · l'i nición de lo real varía a lo l argo ele su enseñanza . En este momento ,
Melanie Klein explica el caso Dick como u n a esqu izofrenia produci­ l o real es definido como lo que vuelve al mismo lugar, como las estre­
da por el efecto de la fijación al estadio del sadismo oral , mientras que la l l a s , es un real ligado a la naturaleza , y tomado a partir del orden simbó-
fijación al sadismo uretral y anal produce la paranoia . La defen sa prema­ 11 ·o , es un real que aparece con un orden y que por momentos se puede
tura del yo contra el sadismo i mpide el establecimiento de una rel ación , pro ximar a la realidad ciado que está ligeramente imaginarizado . Se
con la realidad y el desarrollo ele l a fantasía. La ex plorac ión y poses ión t ra t a en Dick de una repeti ción fij a mientras que el mundo exterior le
sádicas del cuerpo materno y del mundo exterior quedan deten idas; esto , •s u l ta indiferente . Para él la realidad es uniforme . No hay detalle s , no
produce el retraimiento afecti vo de l niño y la suspensión de la rel ación h11y c ambios , todo es exactamente igual . La teoría de lo simbólico que

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Silvia Elena Ten dlarz
Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infancia

en ese momento utiliza Lacan no i ncluye aún la cadena signi ficante q ue


e 'ua ndo Standford lo recibió era "muy charlatán" . Tenía una memoria
plantea pocos años después en 1 95 7 . Lo simbólico está constituido por la
1 1 1 :1ordinaria , leía a Dickens y poseía un conocimiento técnico impor-
palabra plena, portadora de la verdad , y la pal abra vacía .
1 1 1 1 1 • sobre la música que aprendió con un profesor de pian o , dando
Dice entonces : "Con D i ck estamos a n i vel del llamado . El ] J amado
1 1 1 1 11•st ras así de sus intereses específicos . Un día la llevó a un concierto
cobra su valor en el interior del si stema ya adquirido del lenguaje. Ahora
i l' 1.:xplicó todos los detalles técnicos en relación a la transposición de
bien , ocurre que este n i ño no pronuncia ningún llamad o . El sistema por
h , �on i dos . Grosskurth , biógrafa de Melanie Klein , lo entrevistó cuan­
el que el sujeto llega a situarse en el lenguaje está i nten-umpido a n i vel
i l1 1 1 • n ía cincuenta años . En ese momento era muy amigable , i nfanti l y
de la palabra. El lenguaje y la pal abra no son lo mismo: este n iño hasta
1 1 11 1sc rvó un empleo que no implicaba una tensión excesiva, es decir, que
cierto punto es dueño del lenguaje , pero no habla . Es un sujeto que está
d 1 1 rn n te su v icia logró una in serción social a su manera. "Quería mucho a
allí, y que, literalmente , no responde . La palabra no le ha lJegado . El len­
Nk lan ie" , Dick le dijo a Grosskmth con emoción . S iempre lo consolaba
guaje no se ha enlazado a su sistema imaginario , cuyo registro es extre­
, · 1 11 1 ndo lloraba y le decía "q ue la vida no era tan mala" .
madamente pobre" (pp . 1 3 5 - 1 3 6) .
Que n o dirij a ningún l lamado indica que n o h ay dirección a l Otro ,
por ende el lenguaje se interrumpe a n ivel de la pal a bra: no d i spone de la
1 1:I caso Robert de Rosine Lefort
pa labra como así tamp oco de un Otro a q uien di rigirse .
Del lado de l a clínica, Mel anie K l ein puntúa las di fic u l tades en el
Rosine Lefort presenta el caso Robert dentro del Seminario de Lacan
inicio del tratamiento: "El análisis tuvo que comenzar con eJ obst,kulo
d • 1 95 3 -54 . El n iño tenía tres años y nueve meses cuando comenzó a
fundamental para establecer el contacto con el niño" . Y, por otro l ado ,
11 1 • nderlo . S u s primeras notas son de l 952 y, como ell a misma lo dice ,
se plan tea la dificu l tad diagnóstica . Para ella la esquizofrenia es a veces
l orman parte de su análisis . En 1 9 88 reescribe el caso j unto con su mari­
menos evidente para diagnosticarl a en lo s niños , por lo que se la con fun­
do , Robert Lefo1t , y lo publican en el l ibro Les structures de la psychose .
de con di stintos nombres como la "detención del desarrol lo", "deficiencia
/,' '11/ant au loup et le Président.
mental" , "estado psi copático" o l a "tendencia asoc i al " . P l an tea entonces
Robert es un niño internado a los seis meses en u n estado grave de
que Dick es una esqui zofrenia atípica porque lo que estaba acentuado era
d •sn utric ión: la madre dejó de alimentarlo . Luego , a causa de una otitis
esta inh ibición del desarrol l o y la gravedad del caso . Dice: "Tengo razo­
bi l ateral , comp.licada con una mastoidectomía , padece una intervención
nes para pensar que este no es un caso aislado , puesto q ue recientemente
q u i rúrgica sin anestesia. Durante la operación le mantienen por la fuerza
ha llegado a mi conocí miento otros dos casos análogos en n iños de alre­
· I b iberón de agua azucarada en la boca para impedirle gritar mientr:as le
dedor de la misma edad de Dick , pienso que si estuviéramos en condicio­
a • ujereaban los oídos . Esta escena , en la que el niño queda situado iner-
nes de hacer observaciones más penetrantes , encontraríamos muchos más
1 1 1 frente al capricho del Otro , se vuelve para los Lefort el paradigma de
casos similares" . Es un anticipo a nuestra época: como solo dispone de l a
:,;u posición en la estructura .
clase d e l a esquizofrenia n o llega a di agnosticarlo como autismo.
Exi sten disti ntos momentos en la cura . El primero corresponde a la
En la biografía de Melan i e Klein aparecen más datos sobre el caso .
1 · ntativa de mutilac ión del pene con una tijera de p lástico después de
Dick era el hijo de unos colegas y lo atendió desde 1 929 hasta 1 946, con
las tres primeras sesiones . Intenta introducir su cuerpo en lo simbólico ,
una interrupción de l 94 l a l 944 que fue tratado por Beryl S tandford .
i n scribir una negatividad en su cuerpo para que el órgano pase al signifi­
Dentro del ámbito kleiniano , para Meltzer, Dick constituye un caso de
·ante fálico . Pero para él esta castración ocurre en lo real .
sal ida del autismo .
El segundo momento corresponde a la creación de un nuevo signifi-
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Silvia Elena Tendlarz
Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infancia

cante : "El lobo· · . Con este perso naje las enfermera


s aterroriza ban a los 1111 ..;e ncuentra publ icado con el nombre de "Alocución sobre la p i ­
niños que se porta ban mal . Un día Robert apun ta con
·u dedo al aguje ro ' 1 1 1 -. l e l niño" . En e te texto aparece u n comentario del caso presentado
del i nodo ro y pron unc i a por pri mera vez este sign
ifican te . Hast a en ton­ p1 11 S :i m i-Ali titulado Génesi s de la pal abra en un niño autista . Contri-
ces sólo había dicho "Señ ora " , "Si-n o" . " B ebé" ,
y en una opor tu n idad 1 11 11 11ín a la teoría de los objetos transicionales" . Lacan dice: "Pero lo q ue
gritó 'Mam á" . El signi fican te ·'Señ ora .. nom braba
todas las fi bo ura del 1 1 1 • pregunto a quienquiera que haya oído la com unicac ión que pongo
Otro . El terce r tiemp o corre spon de a la esión del
"bau ti smo " . Robe rt 11 c uest ión . . . si un n iño que se tapa Jo oídos , ¿ante qué ? Ante algo que
hace correr la leche del biberón sobre su cuerpo
hasta que cae sobre su 111 hablando , ¿no está acaso en lo post-verbal , puesto que se protege del
pene y en ese mom ento pron u ncia su nombre . En
el cuai1 0 tiemp o raya , 1 ho?" (p. 387) .
la pared mien tra dice su nomb re y l uego raya su cuerp
o. M artín es un niño de iete años que en el momento de la consulta
El sign i fican te "El lobo' ' es esenc ial ment e la palab
ra reduc ida a s u 1 1 1 1 hablaba, era i ndiferente, con l a mirada huidiza , se negaba a comer
médula : 'Ven aquí usted es , dice Laca n , el estad o
noda l d e l a palabra . t 1 1 1 1 1 ntos sól ido s , y solo ingería l íquidos o purés . Dice Sami-Ali: "Casi
El yo es aq uí com pleta mente caóti co , l a pal abra está
deten ida . Pero solo , • 1 1 1 pre la madre se encarga de alimentarlo , como i su boca no pudiera
a parti r de ¡ E l lobo ! podrá ocup ar su lugar y cons
t i t u i rse" ( p . 1 64) . El 1 1 más que un órgano receptivo , un agujero que se colma pasivamente ,
estat uto noda l de la palab ra , con la repet ición de
"el lobo , e l lobo ", es t rn la agresividad se encuentra eludida , se diría que la boca no existe " . Se
un S I solo q ue se repite . La "dete nción de l a pal abra" _
es una mane ra de l if l l a ncea manipulando peq ueños objetos , arma opo iciones , alternanc ias ,
nombrar e l Uno solo del autis mo que itera , que no ·e
enlaz a a l resto de la l t 1 1yc de los ruidos , como de las voces, se tapa los oídos con los pulgares
caden a sign ifican te .
Jacq ues-A lain M i l ler retom a e l caso y punt úa q 1 1wntiene una comunicación ge tual .
ue Robe rt v i ve en A partir de esta descripción Lacan se i n teresa por cómo e l n i � o s�
lo rea l , nada falta , pues to que la falta se cons tituy
e como tal a parti r de 1 . i pa to oídos con los p u lgares y, a d i ferencia del examen de Sa � -A � 1 ,
lo s i m ból i c o . En el m u ndo pleno no está inclu ida
la falta. Vive en un i nd ica que se está protegiendo y a del verbo . A l lí se sitúa una experienc i a
mund o dond e nada pued e fa l tar. por eso todo I es
igual ment e i ndife ­ 11 l 1 1c i natoria en u n a descripción d e u n niño q u e e s claramente autista.
ren te y está incl u i do en lo rea l . Falta la fa l ta , falta
el "aguj ero " . El goce El i nicio se sitúa a los dieciocho meses , cuando se va la niñera que lo
vuelv e como un exces o y lo l leva a tratar de prod ucir
una pérd ida en lo 1 1 idaba comienza a ti.rar objetos contra las parede y presenta conductas
real , como u n a neces idad prop ia de la estru ctura , puest
o que de lo con ­ •�1 'reotipadas . Luego de ser operado por una sordera parc i a l , presenta
trario el goce le result a exces ivo.
1 1 • i lación ante los ruidos . Sami-Ali interpreta ese mutismo por parte del
Ahora bien , Éric Lau rent i ndica en su come ntario de
l caso Robe rt que 1 1 i iio como una ruptura con el objeto primordial q'u e es la madre , s i nó­
no hay simb oliza ción del aguje ro n i tamp oco hay
bord e , esto cond uce n i mo del mundo exterior. En un momento , se golpea la nariz y sangra ,
hacia la form ulaci ó n de la "forc l usión del aguje ro"
y del enca psu lamie n­ • uando Ja madre le quiere poner un poco de algodón con alcohol retroce­
to autis ta producido por el retorn o del goce sobre el
bord e. d - , y sale de u silencio diciendo "mamá, mamá" , sin vol verlo � repetir.
t :sta frase corresponde a las "fr ases espontáneas" que el niño autista pro-
El caso Martín de Sami-Ali 1 1 u ncia ante situaciones de extrema angusti a .
Cuando el anal ista logra entrar e n contacto con Martín a través de
u n a pelota, a la sesión siguiente el n i ño se sienta j unto a él dándole l a
En octu bre de 1 967 Lacan pronuncia el di scurso de clausura de las
•spalda , luego detrás d e él , c o n un u s o topológico d e l espac io que l e e s
Jornadas obre l as psicosi en el n i ño organizadas por Maud Mannoni
1 r pio. E n un momento s e precipita sobre el analista q u e está entado en
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49
Silvia Elena Tencllarz Clínica del autismo y ele la psicosis en la infancia

un sillón, aprieta la cabeza contra el pecho y lo olfatea. Pasa del rechazo 1, • pregunta luego al Doctor Cramer, su interlocutor: "¿Usted trata
total a pegarse completamente al analista. Lacan indica entonces gue lo 11111.,lns.". Le contesta que sí y Lacan añade entonces: "¿Qué le pare-
simbólico arma el espacio, de allí su alteración ante la falla simbólica. 11 11 usted los autistas?". "Precisamente, gue no llegan a escuchar-
El niño de a poco comienza a decir algunas palabras y Sami-Ali lo 1111•. n.:sponde, que permanecen arrinconados". El interlocutor pone
interpreta en términos de identificación narcisista: lo imaginario crea lo 1 1 tl' ·nto sobre el repliegue, sobre el encierro. Y Lacan le contesta:

simbólico, a diferencia del examen de Lacan en el gue indica que el tras­ I\ rn eso es algo muy diferente. No llegan a escuchar lo que usted
torno está en lo simbólico. Dice: "De a poco comienza a aceptar alimen­ 11111 • para decirles en tanto que usted se ocupa de ellos". Ocuparse de
tos sólidos y a decir algunas palabras". Primero la boca no existía, pero l 1 1•, 11utistas no es escucharlos. Cuando se parte de la idea de gue están
en el momento en que ese orificio comienza a constituirse para poder , ti!' ·rrados en su mundo se suele tomar una actitud activa para sacar­
ingerir, en un trabajo sobre el agujero, también salen palabras, el niño li1 de su repliegue. Más allá de esta actividad Lacan propone que se
logra ceder algo del objeto vocal saliendo así del mutismo. Sami-Ali d 1 h 1: escuchar al sujeto autista puesto que eso permite conocer qué tienen
afirma entonces que pasa de lo pre-verbal a lo verbal. A diferencia de él, p 11·a c.Jecir, cuáles son sus intereses específicos y las soluciones sin-
Lacan afirma que lo verbal, lo simbólico, está de entrada y organiza el 1ilures que encuentran en su funcionamiento singular. Entonces dice
espacio, no hay un pre-verbal, un pre-simbólico, antes de que se consti­ q11l· no se los escucha por su lenguaje cerrado y añade: " ... lo gue hace
tuya lo simbólico como tal. q11 • no los escuchemos. El hecho ele que ellos no nos escuchan. Pero
En la última sesión, el niño está con un conejo al que le falta una 1 11rdmente sin duela hay algo para decirles". Abre así la posibilidad
oreja, intenta introducirle un trozo de lana y de papel. Sami Ali lo expli­ ,k una perspectiva de trabajo con el niño autista, en la medida en que
ca como una introyección oral-auditiva que le permite hablar. En rea­ �• puede pensar que la intervención analítica pueden tener un efecto
lidad, hay un trabajo sobre el agujero, sobre un orificio que nunca se nbrc él.
puede cerrar. Y, al hacerlo, produce corno efecto la cesión del objeto inalmente Lacan concluye: "Todo lo que dije lo implicaba. Se trata
vocal que lo lleva a hablar. d • saber por qué hay algo en el autista o en el llamado esquizofrénico,
que se congela, podría decirse". Lacan se refiere al "llamado esquizofré­
,ii ·o" porque todavía el autismo no estaba diferenciado de la esquizofre­
Cuando Lacan habla sobre el autismo nia, pero tampoco dice que lo sea. "Usted no puede decir que no habla,
111 ade. Que usted tenga dificultad para escucharlos, para dar su alcance a
En la "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma" de 1975 Lacan lo 4ue dicen, no impide que se trate, finalmente, de personajes más bien
habla explícitamente sobre el autismo y brinda una serie de puntuacio­ v •rbosos". Esta frase es el punto ele partida del trabajo de Jean-Claude
nes. Dice: "Como el nombre lo indica, los autistas se escuchan ellos mis­ Muleval sobre los trastornos de enunciación en el autismo. Lacan retoma
mos. Escuchan muchas cosas. Esto desemboca incluso normalmente en ,quí su planteo de algo que se congela siguiendo de alguna manera sus
la alucinación y la alucinación siempre tiene un carácter más o menos d ·sarrollos anteriores.
vocal. Todos los autistas no escuchan voces, pero articulan muchas cosas Se puede armar una serie en las afirmaciones de Lacan a lo largo de
y se trata de ver precisamente dónde escucharon lo que articulan". Antes su enseñanza: no hay llamado y el lenguaje está interrumpido a nivel ele
gue nada introduce la posibilidad de hablar de alucinaciones en el autis­ lu palabra; detención del estado nocla] de la palabra; el niño se protege
mo, que debe establecerse su especificidad. Éric Laurent propone pen­ 1,1 verbo cuando se tapa los oídos; y los autistas, más bien verbosos,
sarlas como el murmullo ele !alengua que no para. ·scuchan muchas cosas, y hay algo que se congela.

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Silvia Elena Tendlarz

Estas breves indicaciones son el punto de partida de los comentarios


de Jacques-Alain Miller, de Éric Laurent y de Jean-Claude Maleval. De
. LA PSICOSIS EN LA INFANCIA
la misma manera que el binomio alienación-separación permite examinar
el autismo, ya sea por la "elección del vacío", como lo dice Mi ller, o
por la "alienación parcial", como lo señala Maleval, los desarrollos de la
última enseñanza de Lacan permiten estudiar cómo el baño del lenguaje
afecta al niño autista de modo tal de dejarlo en una iteración sin cuerpo,
sin imagen, y con un funcionamiento de !alengua que le es propio.
Tanto la interrupción de la palabra, la detención en la palabra en su
estado nodal, o el congelamiento que vuelve a los autistas verbosos,
corresponde a aquello que Lacan desarrolla en su última enseñanza como
el Uno de goce como "pura iteración".
Éric Laurent señala la necesidad de retomar este concepto desarrolla­
do por Jacques-Alain Miller en su comentario de Lacan para fundar un
abordaje psicoanalítico renovado del autismo. En el Seminario 2, en la clase del 2 de febrero de 1955, Lacan dice:
En el curso El Ser y el Uno, de 20 l l, Miller plantea que hay Uno ', 'obre la psicosis del adulto y del niño reina una mayor confusión". Y se
como iteración significante real. Miller define al Uno como "la reduc­ pr •gunta: "¿Puede la psicosis del niño aclararnos de rebote lo que pode-
ción de lo simbólico para despejar su real como iteración". Pero no hay 111os pensar de la psicosis del adulto?" (p. 160). Si bien la estructura de la
dos, no hay relación sexual. El dos no está en el mismo nivel que el Uno, ¡,�icosis es la misma y no varía cronológicamente a lo largo del tiempo,
que se repite en la iteración. El dos aparece en el delirio, por eso "todo •,l' pregunta qué pueden enseñarnos la psicosis en la infancia acerca de la
el mundo delira", y así el S2 da sentido delirante al S 1 que es la letra sin psicosis misma.
la a1ticulación significante. Este S 1 se inscribe en el cuerpo marcándolo Durante los tres primeros cuartos del siglo XIX la clínica psiquiátri-
como "acontecimiento del cuerpo". 1•11 consideraba como único trastorno mental infantil al retraso, en el que

El Uno de goce no se bo1n en el sujeto autista, dice Laurent, sino que 'i\ incluyen las tentativas educativas especializadas de ltard con Víctor,

itera y deja a un cuerpo que goza de sí mismo, bajo el funcionamiento de 11iiío que fue conocido como el "salvaje de Aveyron" por haber v_ivido
todos los equívocos de !alengua. El sujeto autista intenta entonces redu­ t·11 una estado de total aislamiento. Hacia fines de los años 1880 nace
cir esta proliferación a través del cálculo del Uno de la letra que se repi­ In dínica del niño como calco de la del adulto a partir de los Tratados
te, en forma vocalizada o en silencio, separado del cuerpo. En el autismo l'siquiátricos. En ese período, Lacan da cuenta de una caso de psicosis
funciona en definitiva una iteración sin cuerpo. •n la infancia en una reseña publicada en 1933 junto a Claude y Heuyer
Estos desaITollos contribuyen a avanzar en una aproximación lacania­ lomado como una "demencia precocísima", de acuerdo a la terrninolo­
na del autismo tanto en una perspectiva teórica como en las consecuen­ ' ía de la época introducida en 1906 por San te de Sanctis. Describen a
cias que se desprenden en la clínica del autismo. un niño de ocho años y medio con un estado de indiferencia hacia el
•ntorno, mutismo e inexpresividad. El comienzo clínico fue delirante,
·un ideas hipocondríacas, insomnio, interpretaciones y crisis emotivas
"histeriformes".

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Silvia Elena Ten dlarz Clínica del autismo y de la p sicosis en la infan cia

Pau l Bercherie indica que la noción moderna de psicosis infantil pro­ l i , q l i • el padre era malo , de esta manera , se produce una transferencia
viene de la introducción del diagnóstico de esquizofrenia por Bleuler en , 1 , 1 1 1 si mbólico a lo real alucinatorio .
1 9 1 1 que sustituye al de demencia precoz kraepe l i n i ano . V ictor Tausk , discípulo d e Freud , a l examinar el aparato de influen­
Los desarrollos de Lacan en torno a la psicosis en l a infancia apuntan , ' 1 1 1 1 en la esquizofrenia , en 1 9 1 9 , indica que los niños pueden comen-
por un lado , a romper el mito de la armon ía en l a relación m adre-hijo y 11 1 · n iendo sensaciones corporales o un sentimiento de alteración o de
de l as patol ogías que suceden frente a su quiebre . Por otro l ado , a partir 1 1 1 1 fíeza antes de la construcción de un delirio, y los compensan con
del examen del l ugar del niño como objeto a para su madre Lacan gene­ 1 1 • os de carácter de difícil apreciación como la maldad , el maltrato
ral i za esta posición y anal iza cómo el psicótico , por fuera de su edad , d, a n i males , la falta de plasticidad , el repliegue sobre sí mismos o el
ocupa el lugar de objeto a , como así también l as d istintas modalidades 11 pricho , que pasan desapercibidos como sintomatología psicótica en los
de retorno del goce . 1 1 1drcs y en los educadores .
M e lani e Klei n , en su intervención "Psicoterapia de la psicosis"
1 1 1) 30) , contemporáneo a su análisis del caso Dick, indica que la esqui­
El fracaso de la metáfora patern� en los niños rnl'r ' nia puede ser menos ev idente que en los adultos: el apartamiento
i lr l u realidad o su dificultad para concentrarse , la falta de relación emo­
Lacan plantea en "De una cuestión prel i m i nar a todo tratam iento posi­ t H inal , la conducta tonta o sin sentido pueden sorprender menos que en
ble de l a psicosi s" , de 1 9 5 8 , como hipótesis causal de la psicosis el acci­ 1 1 ,� adultos . El exceso de actividad es comú n en los niños . La obediencia
dente simból ico de la forclusión del Nombre del Padre . A fal ta de inscrip­ ,1 1 1 l l mática puede considerarse como docilidad . La conducta negativ ista
ción de este significante tampoco hay significación fálica: Po y <Do , no hay :,, ·onsiderad a como una travesura .
Padre ni fal o . Junto a la forclusión del Nombre del Padre se produce un El fenómeno psicótico permite captar la estructura y hacer un diag-
agujero dentro de l a cadena significante en l a significación fálica. Todo 1 1(,stico diferencial también en los niños aunque sus construcciones deli-
ello conl leva a una transferencia de lo simbólico hacia lo real . La estructu­ 1 : 1 1 1 tes dejen pen d i ente la confrontación con el Otro sexo y su inci dencia

ra psicótica no varía a lo largo del tiempo, es la misma en la niñez y en la 1· 1 1 la estabilización que logren alcanzar en la medida que pueden con­
adultez, aunque se modifique su fom1a de presentación . A diferencia de la frontarse a nuev as coyunturas de desencadenamiento .
neurosis infanti l , la psicosis infantil no existe como concepto puesto que A partir de fenómenos elemental es y de aluci naciones se construye
l a estructura es atemporal . En cambio , la neurosis infantil es lo que queda �· 1 del irio . Un niño de nueve años , por ej emplo , tenía la certeza de que ,
de los síntomas neuróticos de la infancia en la narraci ón de un sujeto . 11 1 mover la cabeza, desestabilizaba la capa de ozono y que lograba con -
Si bien el estudio contemporáneo permite examinar tanto l as psicosis 1 rol ar ese desaj uste a través del televi sor que tenía en la cabeza . Muchas
desencadenadas como los desenganches que pueden producirse si n un veces l as fabulaciones ideativas que no se organizan como un delirio
franco desencadenamiento en las "psicosis ordinarias" , res ulta posi b l e d i ficultan el diagnóstico diferencial . ¿Se trata de un niño con mucha ima­
establecer las coordenad as d e l a "coyuntura dramática" en l a q u e s e des­ ¡.1, i nación o de un delirio? ¿ Qué relación guarda con lo que dice? ¿Es una
enc adena la psicosis tanto en niños como en adultos . Por ejemplo , Nadia ·crteza psicótica o una creencia dialectizable? La precisión di agnóstica
es una niña de 6 afios que cons ulta porque escucha una voz que le dice ..¡e i mpone tanto en el niño como en el adulto a partir de los trastornos
que l a maestra es un demonio . Cuando la an al i sta le pregunta cuándo ·orporales y del lenguaje .
comenzó a escuchar las voces , la niña relata que una vez el padre la cas­ Los fe n ómenos de automatismo mental aparecen , por ejemplo , en el
tigó dejándola encetrada en su habitación , allí surgieron las voces dicien - ·aso de un niño que decía que los pensamientos no eran suyos sino que

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Silvia Elen a Ten dlarz Clínica del a u tism o y de la psicosis en la infan cia

las palabras lo invadían y producían en él una sensación de extrañeza y , l ' ree en las voces y también se produce la certeza delirante . En los
de ajen idad . 1 1 1 1 �tornos del lenguaje no falta la literalidad , los trastornos gramaticales ,
Las alucin aciones auditi v as se presentan fundamentalmente baj o la 1 1 1 � neologismos y la proli feración d e acentos extranjeros.
forma de la inj uria , de imperativos y de órdenes : los insultan , los amena­
zan e incluso comentan sus actos . Un niño de siete años escucha que le
dicen gay y que l e clavarán un cuchillo en la espal da. Otro niño , frente 1 , 1 holofrase
a la voz que le ordena matarse , arma un juguete con acetona y se q uema
todo el cuerpo . Este niño mostraba una gran preocupación por la presen­ En los años 60 se produce un desplazam iento en la teoría de Lacan de
cia de cadáveres dentro de un contei ner. Un niño afir ma que los chi cos l, i s i mbólico a lo real y , j u nto a ello , opone las operacion es lógicas de la
de la esc uela lo i nsul tan , lo escupen , le tiran piedras , que la policía lo 11 l 1 l' nación y de l a separación . En l a psicosis hay alienación pero no hay
vigila . Otro no soporta más la vida puesto que se siente invadido por la • p,1 ración . Como consecuencia de ello no hay extracción del objeto y se
presencia de un doble imaginario . Un n iño escucha que un hombre negro hnlofrasea la cadena sign ificante . En la neurosis , como hay separac ión ,
le da órdenes para que se corte y chupe su sangre . , 1 objeto a se inscribe en e l lugar del -cp , e n e l lugar de l a falta. E n cam­
Las fabu l aciones abundan en l a infanc i a , con temáticas rel ativas h10 , en la psicosis, el objeto queda positi vizado .
a cuentos infantiles de pri ncesas , de hadas , superhéroes , personajes de En el Seminario 1 1 , en la clase del 1 0 de jun io de 1 964 , Lacan tom a
ciencia ficc ión . Las ideac iones delirantes pueden ser persecutorias o ero­ l 1 · uestión de la holofrase y dice: "Cuando no hay intervalo entre el S 1
tómanas pero con una dificu ltad de si stematizarl as por lo q ue es más fre­ y · I S 2 , cuando el primer par de significan tes se sol idifica, se holofrase a ,
cuente encontrar n iños con diagnóstico de esq uizofrenia que n i ños para­ obt e nernos el modelo de toda una serie de casos , si bien hay que advertir
noicos . q 1 1e el sujeto no ocupa el mi smo lugar en cada caso" (p . 245 ) . Esta serie
La fragmentación corporal y l a vaci l ación imaginaria están presentes d · casos está constituid a por la psicosi s , la educación del débil y el tras-
produciendo efectos sobre sus cuerpos . Un n i ñ o de diez afios come nta 1 nrno psicosomáti co .
que tiene dos corazo nes: uno bueno y otro mal o; sus ojos cambian de Como efecto de la forcl u s ión en la psicosis , l a holofrase se produce
color según su estado ele ánimo , cuando se enoja se ponen rojos y cuan­ por la petrificac ión del S 1 que impide que el s ujeto pueda ser represen-
do está tran quilo de color azu l ; por otra parte , experimenta un hormi­ 1 1100 por otro signifi cante , en tanto que el S2 no se constituye como tal.
gueo en el brazo que lo empuj a a golpear. Un niño de catorce añ os dice: 1 .a falta de constituc ión de l a operación de separac ión impide l a ins­
"Empiezo a mirarme en el espej o y pienso que mi cuerpo y mi mente c ri pción de un interv alo donde se ubique el deseo . No hay retroacció n
son dos personas diferentes" y teme el descontrol y l a muerte . Aparecen s i gn ificante por lo que el di scurso del paciente no es dialectiza ble ni
fantasías de muti lación , ele muerte , de violenc ia: un niño de se i s años :w bjetivable .
sueña con una señora sin cabeza ni boca y, al rel atarlo , dice a su anali sta Lacan había trabaj ado y a sobre l a holofrase en semi narios ante-
"mirá cómo mato a tu gatito" , i ntentando golpearla . Un niño insi stía que r iores , térm ino que extrae de la lingüística , y subrayado l a estructu­
estaban todos muertos , otro sueña que está en el cementerio y que tiene rn monolítica del suj eto . Después del Sem inario 11 Lacan no vuelve a
que sacar a los muertos y, al h acerlo , se quedaba con ese olor a muerto . t o m ar este término . En su lugar desarrolla la cuestión de la emergencia
En el día de todos los m uertos queda perplejo al verlos pasar. Otro niño de l S t solo . Cuando el s ignificante está holofraseado , permanece iden -
se recuesta sobre el piso y dice que está muerto . El peligro del pasaje al 1 i t"icado a l S 1 , sin que se produzca una falta en el sujeto y s in que reen­
acto auto o heteroagresivo está presente en l a medida en que la psicosis v íe a otro significante que lo represente . En la psicosis el s ujeto está

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Silvia Elena Ten dlarz Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infan cia

identi fic ado al S i . La fal ta de i ntervalo entre los significantes impide 1 in p osición del niño como objeto
la emergenci a del deseo de l Otro : en su l u gar aparece el goce del que
el suj eto se vuelve su obj eto . En la psicos i s , l a ide n t ificac ión del suj eto En enero de 1 963 Piera Aulagnier presenta una comunicación sobre
con el obj eto a , como fal ta de la operación ele separación , expresa su 1 1 1 psicosis ante la Sociedad Francesa de Psicoanálisis . Pone el acento
el ección del ser como realización ele la posic i ó n ele obj eto a . < hre la transmisión simbólica del padre y sobre la constitución especu ­
A l referirse a l a dimensión psicótica que se introduce en l a educación l n r. Se ocupa en particular de l a manera en que se estructura la primera
del débi l , Lacan comenta el libro de Maud Mannon i . El niíio retrasado y 1 L· l ación en la madre del psicótico . Indica que si bien ella no es necesa-

su madre y, al elogiarlo, dice exactamente lo contrario de lo que pl antea 1 ia mente psicótica, distinguiéndola de las psicosis puerperales , y guarda
la autora . En su libro , Man noni pl antea : "Ya v i mos hasta qué punto el t i ·ita adaptación a l a realidad , su mala inserción simbólica produce una
niño retrasado y su madre forman en algunos momentos un solo cuer­ d •scompensación ante la presencia del niño en su vientre . Dice : "Cuan­
po confundiéndose el deseo de uno con el del Otro , aunque parezca que dn en el nivel de la simple entrevista se le pregunta a este tipo ele madre
los dos viven un a mi sma y única histori a . Esta historia tiene por sopor­ ·ó mo ha transcurrido su embarazo -l as más de las veces responde de
te en el plano fantasmático un cuerpo afectado , diríamos , por idénti cas u n a manera bastante i dénti ca-, responde refiriéndose a su propi o cuerpo .
heridas que han tom ado una marcha significante . Lo q ue en la madre no ( J roseramente , sus respuestas se podrían res umir y dividir en dos tipos
pudo q uedar resue lto a ni ve l de l a prueba de castración , lo v i virá como 1 , corrientes ( tomados en el c urso de las entrevi stas ) : a ) Pasó muy bien .
un eco en el hij o , que en sus síntomas no hará más que hacer "hablar" a Fue la única vez en que durante un largo período no tuvo petturbaciones
la angustia materna" . u r i narias ; sin duda mí hij o , al desarrollarse , hacía contrapeso sobre mis
Esta concepción de Mannon i tuvo sus consecuencias en el tipo de ó rganos y los mantenía l i berando m i vej iga . b) Fue un período di fícil.
tratamiento propuesto en la Escuela Experien tal de Bon neui l -sur-Marne 'ontinuamente me dolía el estómago . Pienso q ue era a causa del niño ,
creada en 1 960 . Los niños pasan temporadas en Bonneuil en alternancia q u e al crecer pesaba sobre mis i ntestinos y mandaba todo de vuel ta hasta
con otros lugares . Considera que la separac ión de los cuerpos produce ·1 estómago" .
efectos en la madre y en el hij o puesto que " mediante la ausenci a , ambos Piera Aulagnier p l antea que el niño es tomado como un "obj eto orgá­
tienen la posibi l idad de metaforizar su rel ación con el otro". n ico" , una especie de "relleno corporal" , de "órgano sobreañadido" , sin
Ahora bien , para Lacan no se trata de l a parej a m adre- h ij o s i no de l 1 o<ler s imbolizarlo . Esta falla simbólica produce luego la fragmentación
par signific an te . Los cuerpos de ambos no se vue l ven uno como l o ·orporal .
pl antea Mannoni sino que s e so lidifica la cadena si gn i ficante . M á s a l l á E n e l Seminario 1 0 , La angustia , Lacan alude a l pasar, a "una investi-
d e lo que trabaj a la tradición psicoanalít ica , Lacan reflexi ona sobre gación reciente" , sin decir cuál es , y a la manera en que la futura madre del
l a constitución subj etiva s i n reducirla a una relación entre la madre y 'squizofrénico subjetiva su embarazo: "Nada más que un cuerpo diversa­
el niño . Defin e entonces Ja hol ofrase como: "Esta sol i dez , esta c ap ­ mente cómodo o molesto , a saber la subjetivación del objeto a como puro
tación masiva de l a cadena s i g n i fi cante prim itiva impide l a apertura real" . Lacan no se detiene en l a consistencia que Aul agnier le da a la rela­
di aléctica q ue se manifiesta en el fenómeno de la creencia" . La certeza · i 6n entre la madre y el niño , y qué tipo ele madre es la del futuro esquizo­
forma parte de la ideación delirante que se encuen tra en muchos niños l'rénico , sino que introduce la reflexión acerca del lugar del niño psicótico
psicóticos . ·omo objeto que puede generalizarse luego a la psicosis como tal .
En esa misma clase Lacan introd uce algunas consideraciones en
t orno a la cuestión de la separación , pero no ya como el objeto perdi-

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Silvia Elena Ten dlarz Clínica del a u tism o y de la psicosis en la infan cia

do q ue puede significar para l a madre , como lo señala Aulagnier, sino i l1 1 padre e indica en relación al padre y su nombre que "es el vector de
q ue indica que el corte en cuestión no es entre el niño y la madre sino 1 1 1111 encarnación de la Ley en el deseo" . Y luego afirma en relación a los
con las envolturas corporales, l a placenta; el bebé se separa de los restos 11 1 1 lns : " . . . el síntoma del niño se encuentra en posición ele responder a lo
embrionari os. Cuando se produce el destete , el niño no se separa de la q 1 1L' hay de sintomático en la estructura familiar" (p . 393 ) . Y l uego , más
madre sino del pecho que ocupa un l ugar en relac ión a l a zona erógena 11 1 · ! ante , precisa en relación a la psicosi s : "La d i stancia entre la identifi-
de la boca . Lacan se extrae así del examen de la rel ación de objeto entre 1 lC ' i n con el ideal del yo y la parte tornada del deseo de la madre , si ella

la madre y el hijo y enfatiza cómo la separac ión como operación lógica 1 1 1 1 t iene mediación (normalmente asegurad a por la función del padre) ,
concierne a la constitución subjetiva y no a una intersubjetividad . 1 h• j11 al niño abierto a todas la capturas fantasmáticas . Deviene el "obje-
Si bien Lacan se interesa por cómo interviene l a posición del s ujeto 1 1 1" <le la madre , y ya no tiene otra función que la de revelar la verdad de
madre o padre en la transmisión de la fal ta , el punto central es el "con­ , l ' objeto . El niño realiza la presencia de eso que Jacques Lacan designa

sentimiento del sujeto" y lo que Lacan llama "la i nsondable dec isión del 1 q 1 1 10 el objeto a en el fantasma" (p . 394) .
ser" , q ue hace que un sujeto se incluya dentro ele una estructura . Estas citas de Lacan introducen varias c uestiones : la oposición entre
Los desarrollos re l ativos al o bjeto a modifican tam bién el examen l , 1 posición del niño como objeto transicional o como condensador de
de las alucin aciones . Hasta entonces , el paradigma de la al ucinación era 1 1 1 ·e; y el niño como síntoma de l a estru ctura famil iar o como realiza­
la verbal psi comotora . Las alucinaciones q uedan entonces vinculadas al , 1011 del objeto a en el fantasma materno .
obj eto : el objeto mirada y voz se positivizan como efecto de la fal ta de ... l "objeto transicional" es un concepto creado por Donalcl Winnicott
la operación de separación , la voz áfona se v uelve audible y el sujeto pura nombrar el objeto que se sitúa en el espacio intermedio entre el bebé
si ente la presencia de la mirada . En realidad , el sujeto psicótico encarna y su madre . Lacan dice de e l los en el Seminario 4: " . . . son esos objetos ,
el objeto que no ha podido extraerse . 1 1 lL'd io reales , medio irreales , a los que e l niño s e aferra por medio de una
Lacan encuentra así u n a primera respuesta d e q ué nos enseñan los •specie de enganche , como por ejemplo una puntita de su sábana o de un
niños acerca la psico s i s no solo en el adu lto sino en general al examinar huhcro . . . no le otorgamos ni una realidad plena ni un carácter plenamente
cómo el niño encarn a e l objeto para la madre . i l u sorio" (p . 1 29) .
Este objeto es experimentado como parte del yo y, no obstante , está
1 1 1e ra de él . Los fenómenos transicionales posibilitan la distinción entre
El niño como condensador de goce, fuera de discurso l " i yo y el no yo. El objeto transicional representa al pecho materno o el
obj ·to de la primera relación . Permite la transición del bebé de un estado
En el artículo " Alocución sobre l a psicosis en el n i ño" de 1 967 Lacan 1· 1 1 el que se encuentra fusionado con la madre , a uno de relación con ella
critica el mito de la relac ión del niño con la m adre y dice: "Sin embargo , p ·ro como un objeto separado .
lo importante no es que el obj eto transic ional preserve la autono m ía del El niño puede encontrarse subjetivamente en distintas posiciones en
niño , sino que el niño sirva o no de objeto transicional para la m adre . l n 1 1 to objeto : puede ser mediatizado por el obj eto transicional , fuente de
Este suspenso revela su razón al m i smo tiempo q ue el objeto revel a su l:is equivalenci as simbólicas , o volverse objeto del fantasma materno ,
estructura . Que es l a de u n condensador para el goce , en tanto que por la condensador de goce . El niño psicótico realiza la posición de objeto en
regulación del placer, le es su straído al cuerpo" . • I fantasma materno sin mediac ión simbólica , cri staliza el S I por fuera
Dos años después , en "Nota sobre el niño" , de 1 969 , Lacan disti ngue t i · toda dialéctica holofraseando la cadena significante , y como sujeto de
la neurosis de la psico sis en el niño . Precisa las funciones ele la madre y poce debe arreglárselas con el goce no negativizado que retorna en to

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Silvia Elen a Ten dlarz Clínica del a u tismo y de la psicosis en la infan cia

real sin el auxilio del funcionamiento fantasmático que lo lleve a buscar y � i m bolizarlo , ni construir una metáfora del irante , puede intentar hacer
el objeto causa de deseo del lacio del Otro . El objeto no funciona como 1 1 1 1 1 · i ón de órgano , o más precisamente aún , un objeto condensador ele
perdido o negati vizado y la falta no se in scribe como tal . ¡,n · · para la madre . El acontecimiento de cuerpo se vuel ve entonces ser
Éric Laurent señala que si en la metáfora edípica clásica el deseo ele 1 1 11 objeto para otro cuerpo .
la madre queda articulado al padre , en el texto el e la "Nota" e J n i ño satu­ n cuan to a la distinción entre neurosis y psicosis situada en "Nota
ra , tapona la falta de la madre y su deseo , y funciona no como el n i ño obre el niño" , de 1 969 , Lacan indica q ue el síntoma del niño no repre-
Ideal freudiano sino como objeto . En la actual idad , el n iño se v uelve el 1• I I t a la verdad del discurso de la m adre , sino sólo en su articulac ión
objeto de goce no solo de l a madre sino de l a famili a , y más allá, de la ti padre : no es solo la ley paterna sino que al enl azar la ley al deseo se
civi l i zación , en la medida en que func iona como "el objeto a liberado , l u 1 m aniza. Por otra parte , es necesario disting uir el niño como síntoma
producido" , según la expresión de Lacan en el Seminario l 6 . ti • I síntoma del n iño . El primer caso da cuenta del poder de la pala-
Una c ita d e Lacan de 1 973 en "El atolondradicho" aclara e l retorno 1 1· 1 de los padres sobre el niño; en el seg undo corresponde al síntoma
del goce no simbol i zado q ue l l eva a Lacan a hablar de la posición del p l'l ) p io del niño . El síntoma del n i ño se vuelve su respuesta fre nte al
n iño corno "condensador de goce" , puesto que aunque no se refiere a los d i � · u rsa del Otro . En cambio , en la psicosis el niño ocupa el l ugar del
niños psicóticos , da una indicación importante en relación a la esqu izo­ ni j 'to en el fa ntasma materno como efecto de la forclusión del Nombre
freni a que es el cuadro más expandido en la psicosis en la infanc i a . Dice : dd Padre .
"La función de cada uno (de sus órganos) se le vuelve problema, con lo Sobre el final de su enseñanza, al modificar su concepción del padre ,
que el d i cho esquizofrén ico se especi fica por quedar atrapado sin el auxi ­ 1 más allá del Ideal presentado en su "Nota" fundando el respeto del
l io de ningún discurso establecido" . pndre a partir de que pueda tomar a una mujer como causa de s u deseo .
El esqu izofrén ico , al estar fuera de los d i sc ursos establecidos , debe 1 , 1 l ugar del padre no se deduce por la transmi sión del falo sino cómo
recurrir a una in vención para hacerse un cuerpo . Normalmente se viven 1 1 1 ·e pasar una versión del objeto a, una versión de su posición frente al
en discursos que orientan al sujeto en el mu ndo y tienen e fectos sobre f i l ·c.
los cuerpos d i stribuyendo sus func iones . Los di scursos brindan soluc io­
nes típi cas q ue l os seres h ab l antes uti l izan para hacer u n buen uso de su Jacques Lacan ha señal ado la confus ión que reinó d urante largo tiem­
cuerpo. Esta distribución está ausente en la esq u izofren i a . po que llevaba a rechazar el término de psicosis para los niños indican­
Al ex aminar e s t a pro blemática, Jacques-Alain Miller toma como do su naturaleza puramente orgánica. Pero añade en su Seminario 2: ''S i
ejemplo al falo como órgano "fuera del cuerpo" q ue tiene una función de 1 1 1 el caso del niño hablamos legítimamente de psicosis es porq ue los
micción y de placer, pero que por momentos escapa al control del cuerpo 1 1 1 1 a l i stas podemos dar un paso más que lo otros en la concepción de la
del hombre . Esta noción el e "fuera del cuerpo" puede generalizarse en la ps i ·osis" (p . 1 60) . El paso más lo da al incluir a niños y adultos psicóti­
esquizofrenia puesto que algunos de sus órganos pasan fuera del cuerpo ' us dentro de una misma estructura que posibilita estudiar sus formas de
como efecto de la fragmentación corporal por no contar con la acción de ¡ 11' · sentaci ón en la infanci a .
los disc ursos establecidos . De allí que este obligado a inventar un discur­
so que le brinde su apoyo para hacer uso ele su cuerpo y de sus órganos .
En este senti do, l a invenc ión esqui zofrénica que concierne al cuerpo es
diferente a la invención paranoica que recae esencialmente sobre el l azo
soci al . Éric Laurent indica que el niño , al no concentrar el goce en el falo

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