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epistemologia

En la mayoría de los textos la palabra epistemología se encuentra relacionada como aquella


ciencia, o parte de la ciencia encargada de la teoría del conocimiento; caso de Tamayo
(1997) que, al citar a Aristóteles, la reconoce como la ciencia que tiene por objeto conocer
las cosas en su esencia y en sus causas.

Para Piaget, la epistemología "es el estudio del pasaje de los estados de menor
conocimiento a los estados de un conocimiento más avanzado, preguntándose Piaget, por
el cómo conoce el sujeto (como se pasa de un nivel de conocimiento a otro); la pregunta es
más por el proceso y no por lo "qué es" el conocimiento en sí" (Cortes y Gil 1997).

Para Ceberio y Watzlawick (1998), "el término epistemología deriva del griego episteme que
significa conocimiento, y es una rama de la filosofía que se ocupa de todos los elementos
que procuran la adquisición de conocimiento e investiga los fundamentos, límites, métodos
y validez del mismo".

Para otros autores, la epistemología es aquella parte de la ciencia que tiene como objeto(no
el único) hacer un recorrido por la historia del sujeto respecto a la construcción del
conocimiento científico; es decir, la forma cómo éste ha objetivado, especializado y
otorgado un status de cientificidad al mismo; pero a su vez, el reconocimiento que goza este
tipo de conocimiento por parte de la comunidad científica. Es aquella epistemología que
estudia la génesis de las ciencias; que escudriña cómo el ser humano ha transformado o
comprendido su entorno por la vía de métodos experimentales o hermenéuticos en el deseo
o necesidad de explicar fenómenos en sus causas y en sus esencias.

Osorio (1998) percibe dos visones en la epistemología: una externa y una interna; yo
entiendo la visión externa, comenta el autor, "como la consideración del contexto social y
cultural en la actividad reflexiva acerca del conocimiento; y por la visión interna, los
aspectos epistemológicos sin dicho contexto."

Poseer una mirada ecológica, permite asumir la epistemología como una forma de
comprender la construcción del conocimiento científico unido a la vida cotidiana del sujeto;
puesto que por más que el científico (social o natural) quiera dar sus explicaciones o
comprensiones al margen de la vida, y apoyar sus postulados sin un fundamento del mundo
vital cotidiano, no será capaz por cuanto sus explicaciones carecerían de vida y
sensibilidad; su misma esencialidad (humana) lo invita, o más bien lo consume y lo
"arrastra" a explicar y comprender que sus planteamientos sistemáticos y coherentes tienen
como principio fundante una racionalidad sazonada con el sueño, el mito, el asombro, el
deseo de descubrir y de hacer de sus utopías "científicas" algo realizable y plausible.

"La epistemología es a mi criterio, ese punto de vista desde el cual me relaciono con las
cosas, con los fenómenos, con los hombres y eventualmente con lo trascendente. Esto, que
se produce en el ámbito personal y cotidiano, también ocurre en el ámbito científico, donde
proliferan distintas corrientes y sistemas de pensamiento que resultan ser, en definitiva,
formas de ver el mundo..... Ricci (1999). Noción de Ricci que se asemeja al “conocimiento
proliferante” propuesto Mill, el cual invita a mirarlo "no sólo como una interpretación de la
experiencia, ni como algo que sólo responde a problemas epistemológicos, ni tampoco
como una mera definición del acto del conocer, sino a considerar el conocimiento como una
solución a un problema de la vida. Citado por Feyerabend (1974).

¿Qué es entonces un mirar epistemológico? Es poseer conciencia histórica y reflexiva de un


mundo que me observa, me rodea y me absorbe por más que quiera objetivarlo desde mis
propios argumentos racionales; es una epistemología donde se alberga el ser y quehacer
de mi disciplina específica rodeada de otras tantas que la pueden complementar. De lo que
se trata entonces, es de tener presente como modifico el mundo, pero también, como soy
modificado por él en el ciclo de mi espacio vital. jaramillo echeverri (2003).

La misión del epistemólogo, es estar en constante movimiento crítico - reflexivo, así tienda a
formar nuevamente leyes fijas e inmutables, las cuales a su vez, debe volver a desenterrar y
poner a consideración de los otros (pares u homólogos); ya que todo su ser inquieto,
movido por la crítica constructiva (y a veces destructiva) de sus pares, vuelve a remover lo
estatificado para ponerlo nuevamente en escena.

Epistemólogo es quien tiene conciencia reflexiva de su hacer "científico y cotidiano"; del


alcance de sus planteamientos en el contexto general y particular; que considera que no
puede escapar del error por mínimo que este sea, pues el saber (darse cuenta de y actuar
en correspondencia) que el error existe, lo mueve nuevamente a reflexión, no para
disminuirlo si a bien no pudiere; sino para saber que está allí, presente, y afecta por tanto su
saber científico progresivo o degenerativo.

Ese "darse cuenta de, y actuar en correspondencia", hace parte del tener una mirada
epistemológica; pues el científico - investigador debe ser consciente que todo cuanto ocurre
a su alrededor, hace parte de su humanidad vitall. Epistemólogo entonces, no es aquella
persona encargada de sólo hacer epistemología, sino que es ese sujeto que reflexiona
constantemente de su ser y hacer respecto a los otros y otro, atravesado por su devenir
histórico. Por último, se hace necesario precisar que el conocimiento epistemológico se
escenifica en la interacción, por cuanto no se anida en la estructura de un pensamiento
interno solipsístico, sino también en la interacción que se tiene con el otro; es decir, es una
epistemología producto de una reflexión compartida.

998 palabras.

linguistica

La materia de la lingüística está constituida en primer lugar por todas las manifestaciones
del lenguaje humano, ya se trate de pueblos salvajes o de naciones civilizadas, de épocas
arcaicas, clásicas o de decadencia, teniendo en cuenta, en cada período, no solamente el
lenguaje correcto y el “bien hablar”, sino todas las formas de expresión.
He aquí uno de las limitaciones y bondades, a la vez, del estructuralismo lingüístico: darle
al lingüista la potestad de ir más allá de la prescripción gramatical –Gramática normativa– y
describir la lengua mediante niveles de análisis –fonético-fonológico y morfológico, primero;
semántico, luego con el generativismo; y pragmático enseguida con la Textolingüística; para
llegar, hoy por hoy, al cognitivo y al simbólico, con la Semiología y la Lingüística cognitiva–.
La tarea de la Lingüística será: a) hacer la descripción y la historia de todas las lenguas de
que pueda ocuparse, lo cual equivale a hacer la historia de las familias de lenguas y a
reconstruir en lo posible las lenguas madres de cada familia; c) deslindarse y definirse ella
misma.

La Lingüística tiene conexiones muy estrechas con varias ciencias, unas que le dan datos,
otras que se los toman. Por ejemplo, la Lingüística tiene que diferenciarse cuidadosamente
de la etnografía y de la prehistoria, donde el lenguaje no interviene más que a título de
documento; tiene que distinguirse también de la antropología, que no estudia al hombre
más que desde el punto de vista de la especie, mientras que el lenguaje es un hecho social.
[…]

Saussure se adelanta a la actual Lingüística del lenguaje: Psicolingüística y Sociolingüística


en sus orígenes. Estas líneas del Curso, per se, nos plantean, como queda escrito, al lado
de la Lingüística de la lengua, una Lingüística del lenguaje –especialmente, cuando se trata
de las conexiones de la Lingüística con otras ciencias–. No obstante, los estructuralistas son
muy cuidadosos con esta materia de la Lingüística (insisten en dejarlo “apenas planteado”).
Otro punto por analizar es el del centramiento en la lengua escrita; infortunadamente, esa
sería una de las primeras críticas a Saussure y a sus intérpretes: el descuido de la lengua
oral que, actualmente, parece ser una preocupación mayor de la ciencia del lenguaje
¿Y cuál es la utilidad de la Lingüística? Pocas personas tienen sobre esto ideas claras. No
es este el lugar de fijarlas; pero es evidente, por ejemplo, que las cuestiones lingüísticas
interesan a todos cuantos tienen que manejar textos. Más evidente todavía es su
importancia para la cultura general: en la vida de los individuos y la de las sociedades no
hay factor tan importante como el lenguaje. Sería inadmisible que su estudio no interesara
más que a unos cuantos especialistas: de hecho, todo el mundo se ocupa del lenguaje,
poco o mucho; pero –consecuencia paradójica del interés que se le presta– no hay terreno
donde hayan germinado más ideas absurdas, prejuicios, espejismos, ficciones. Desde el
punto de vista psicológico, esos errores no son desdeñables; pero la tarea del lingüista es
ante todo la de declararlos y disiparlos tan completamente como sea posible.

¿Cuál es el objeto a la vez integral y concreto de la Lingüística?

Con lo anterior, podemos concluir que, según el estructuralismo lingüístico, el objeto de


estudio de la Lingüística es la lengua, como un hecho social, desprendida del lenguaje
como una facultad única y exclusiva de la especie humana; heteróclito porque en su origen
concurren disímiles génesis, elementos, capacidades, destrezas, contextos, funciones
cerebrales, entre otras.

Con el transcurrir de las escuelas lingüísticas, luego de que el estructuralismo lingüístico es


lingüística de la lengua, el generativismo será lingüística del lenguaje y la Textolingüística,
insistimos, lingüística del habla. En ciertas ocasiones, allende esta consideración nos
quedamos con la individualidad del habla; sí en efecto, el habla puede ser primero individual
pero, con el crecimiento lingüístico del humano, con la complejización de su facultad de
lenguaje, el habla se torna social, informal, no escrita o escrita entre comillas.
Más adelante, con el título de “Lugar de la lengua en los hechos humanos: la Semiología”,
el Curso de lingüística general ubica la lengua como uno de los sistemas sígnicos más
importante del hombre; no obstante, parece poner a la Semiología, pese a recordar que aún
es muy pronto para ello, por encima de la Lingüística.

Se puede concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida social.
Tal ciencia sería parte de la Psicología social, y por consiguiente de la Psicología general.
Nosotros la llamaremos Semiología. Ella nos enseñará en qué consisten los signos y cuáles
son las leyes que los gobiernan. Las leyes que la Semiología descubra serán aplicables a la
Lingüística, y así es como la Lingüística se encontrará ligada a un dominio bien definido en
el conjunto de los hechos humanos (De Saussure, 1945, p. 43).

Una discusión interesante: poner la Semiología como ciencia de la que se desprende la


Lingüística; posteriormente, el asunto tomará visos antónimos: será la Lingüística la regente
de la Semiología. Hoy, podemos hablar de la Semiolingüística, presente en planes de
estudios especializados y tendientes a concebir el lenguaje y la lengua como un hecho
lingüístico y simbólico.

La Lingüística es la ciencia del lenguaje articulado. También se define como el estudio


científico del lenguaje. Como el objeto de esta ciencia es estudiar el lenguaje humano, los
lingüistas –de acuerdo con sus fines y los intereses que los guían para sus investigaciones–
han originado una serie de modalidades o especializaciones de la misma en: a) general o
teórica; como estudio abstracto de la comunicación oral, sin concreción necesaria a una
lengua; b) comparativa, sobre las diferencias o afinidades entre las lenguas; c) diacrónica o
histórica; en cuanto a la evolución en el tiempo entre una o diversas lenguas; d) sincrónica o
descriptiva; dedicada, especialmente, a fijar los límites que definen una lengua, actual o
pretérita, en todos sus niveles; e) aplicada a la enseñanza, o como tributaria de cualquier
otra ciencia relacionada con la Lingüística (Ruiz y Miyares, 1975, p. 8).

999 palabras

r3: De esta manera, se considera el lenguaje como un proceso físico y biológico de


desarrollo ontogenético y filogenético, a partir del cual los individuos y las
especies logran categorizar y conceptualizar el mundo desde su conocimiento,
capacidad y habilidad para reconocerse como grupo, con necesidades,
motivaciones y sentimientos comunes (Aitchinson, 1992;Tobón, 1997).
en otras palabras, el lenguaje no es una herramienta que se adquiera, es una
capacidad connatural a la evolución física y fisiológica de los seres humanos y
perfeccionada dependiendo del entorno, las actitudes, aptitudes y condiciones en
las cuales tiene lugar la existencia de los seres y las potencialidades que se dan en
el orden cognitivo y simbólico. el lenguaje se entiende también como la
herramienta fundamental en la construcción de espacios sociales, a partir de los
cuales los sujetos comparten intereses, necesidades y motivaciones, que les
permiten comunicar percepciones sobre su entorno de manera lógica, como es el
caso del lenguaje matemático o informático, a través del cual se lleva a cabo la
transmisión de datos. De igual manera, gracias al lenguaje se intercambian
conocimientos y experiencias históricas, culturales y estéticas, como es el caso del
arte y todas las manifestaciones socio semióticas que se han producido, tomando
como base la capacidad de simbolización e interpretación ideológica, ética y
estética en las diferentes épocas de la humanidad.

Inicialmente, la lengua, a diferencia del lenguaje, no alude a una facultad, ya que se


adquiere, dependiendo de las condiciones humanas, políticas, étnicas, religiosas y
geográficas que han dado lugar a las diversas culturas y a los diversos pueblos que
han ocupado los distintos espacios simbólicos y rituales de la extensión ideológica
y lingüística del mundo, se enseña y se aprende.
Se considera “como un sistema de elementos fonéticos y morfológicos que se rige
por unas reglas, que presenta unos niveles y que se puede diferenciar en el orden
estructural o significativo de acuerdo con el conglomerado de hablantes y los
territorios que ocupe geográfica y políticamente. Desde otra perspectiva, la lengua
es considerada un sistema de signos, los cuales dan lugar a la aprehensión y
aprehensión de la cultura; de manera que una vez experimentada esta forma de
representación del mundo, va adquiriendo unas características propias, específicas
y diferenciadas dentro de los diversos grupos humanos e históricos. Sin embargo,
estas características no son inamovibles, sino que las lenguas se modifican con el
tiempo, según las necesidades adaptativas y las circunstancias de complejidad
cultural específicas.

El habla es la concreción de cualquier sistema lingüístico, es decir, de cualquier


lengua, ya que es la que permite reconocer la manera como los individuos,
pertenecientes a un mismo conglomerado social y cultural, hacen adecuaciones,
realizan transformaciones o se permiten ciertos usos que los hacen singulares en su
condición de hablantes de una lengua. El habla, además, tiene que ver con factores
sociales, económicos, regionales, situacionales, contextuales, comunicativos e
intencionales, que inciden en las prácticas que realizan los sujetos en su
cotidianidad. En casos más concretos, el habla permite diferenciar subgrupos
humanos en los distintos espacios de una misma cultura. Es a través del habla que
los individuos comparten intereses, motivaciones y un principio de identidad, o una
identificación de orden social, como en el caso de los diversos sectores de la
sociedad, en donde se observa un uso de lengua propio de su visión de mundo y de
sus posibilidades de acceder a las prácticas laborales y existenciales propias de
otros sectores, o de la influencia que ejercen los medios en menor o mayor medida.
Todo ello a partir del planteamiento de necesidades, prototipos y esquemas de
habla y de conducta en cada grupo, sin importar su preparación académica o su
nivel cultural.
Adicionalmente, el habla permite la configuración de grupos humanos específicos,
enmarcados o caracterizados por prácticas diferenciadas y diferenciadoras, bien sea
a nivel fonético (rasgos de pronunciación o articulación de las palabras), en el
plano léxico (tipo de palabras y significado o sentido que adquieren), o en el orden
pragmático (el uso de las palabras con fines comunicativos o identitarios
singularizantes).

la noción de idioma es aplicable como forma representativa de un grupo de


hablantes que se ha configurado históricamente y que conserva unos rasgos
lingüísticos y fonéticos propios, sin ser un sistema gramatical totalmente
estructurado en niveles, reglas y normas, como lo sería al recibir la denominación
de lengua (Coseriu, 1978). el latín es el ejemplo más claro para entender la noción
de idioma desde una perspectiva histórica, ya que se caracteriza por ser la variedad
propia de un pueblo, en este caso el románico, y además estar permeado por
factores e influencias extralingüísticas como la geografía, la política, las leyes, la
cultura, el comercio y, lo más significativo, su carácter bélico, el cual le permitió
imponerse sobre otros pueblos. En conclusión, se muestra cómo el idioma hace
parte de la construcción histórica y lingüística de los pueblos, a partir de factores
de orden étnico, territorial y grupal. Sin embargo, también es preciso aclarar que el
concepto de idioma alude a formas más recientes de agrupación geográfica de
algunos pueblos que no han alcanzado la categoría de naciones, y por tanto sus
configuraciones lingüísticas se quedan en la consideración de idioma; tal es el caso
del catalán, el siamés, el provenzal, por tomar solamente algunos ejemplos.

Por último, la noción de dialecto puede entenderse desde varias definiciones como:
variante de una lengua mutuamente entendida; sistema lingüístico derivado de otro,
normalmente con una concreta delimitación geográfica; variante minoritaria,
autóctona, no escrita o sin prestigio; y finalmente, como una estructura lingüística
simultánea a otra que no alcanza la categoría de lengua. En las anteriores
definiciones, es posible identificar las características de orden lingüístico,
geográfico, étnico, cultural y de alcances políticos que pueden darse en el estudio
del concepto de dialecto. Adicionalmente, éste puede tratarse desde un punto de
vista histórico y otro regional, ya que son estos dos aspectos los que permiten
articular el desarrollo y posterior aplicación del término a los estudios lingüísticos
y culturales.

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lexicologia9

La lexicología es la disciplina que estudia el significado de las unidades léxicas de


una lengua y las relaciones sistemáticas que se establecen entre ellas en virtud de
su significado. Tiene como objetivos básicos: describir el significado de las
palabras y elaborar propuestas sobre cómo se codifica;explicar los casos en que
una misma secuencia de sonidos (y grafías) tiene más de un significado;establecer
y analizar las relaciones de significado que mantienen las palabras y las clases
léxicas que conforman; y dar cuenta de los procesos que desencadenan cambios en
el significado de las palabras.

El establecimiento de la lexicología como disciplina lingüística independiente es


relativamente reciente, lo que explica la escasa presencia del término en
enciclo6pedias. Sí se encuentra, no obstante, en 1976, en la Gran Enciclopèdia
Catalana dirigida por Joan Carreras y Martí, donde se define como el estudio
sincrónico de la significación de las palabras, que se consideran elementos
interdependientes de una estructura de carácter social.

Esta Definición es heredera de la concepción de George Matoré, quien fijó de


forma explícita los límites de la disciplina en La Méthode en Lexicologie de 1953
y defendió la independencia de su método, sustentado en los principios del
estructuralismo europeo. Para Matoré, la lexicología constituye un estudio
teórico,vinculado a la sociología y la historia,que analiza los grupos de palabras
desde una perspectiva nocional y sincrónica y contribuye a explicar la vida social
de una comunidad lingüística en un determinado momento histórico, formulación
que no se corresponde con la concepción más extendida hoy en día.

Antes de que la lingüística se constituyera como disciplina científica, el estudio del


8léxico se ocupaba fundamentalmente del origen de las palabras y de cómo surgen
nuevas palabras y nuevos significados en la historia de las lenguas: en el siglo XIX
la lexicología constituía una aproximación diacrónica ala etimología, el cambio
léxico y el cambio semántico. Un cambio léxico es un cambio en el volumen del
léxico de una lengua. El vocabulario disminuye si se produce una pérdida léxica, si
una palabra deja de usarse por completo o pervive como un uso arcaico, literario o
restringido a una zona geográfica. El léxico aumenta si se produce una
incorporación o neología, es decir,si se crea una nueva palabra por medio de un
proceso de formación de palabras propio de la lengua o si se toma de otra lengua,
con adaptación fonética y ortográfica o sin ella (Álvarez de Miranda 2009).

Un cambio semántico es un cambio en el significado de una palabra, que adopta un


significado nuevo o pierde uno previo. Un cambio semántico se suele producir por
la necesidad de designar una nueva realidad o concepto; para evitar palabras
desagradables;y también por causas internas a la propia lengua, como la semejanza
fonética entre palabras (Espinosa 2009). El cambio que experimentan las palabras
en el espacio se conoce como variación dialectal; variación diastrática es la que
manifiesta el léxico en los distintos niveles socioculturales y, típicamente, en los
lenguajes especializados y variación diafásica es la que se observa en los distintos
registros.

La unidad del léxico es ahora el lexema, que se materializa


en el habla como palabra. El lexema consta de rasgos
distintivos: los semas, elementos mínimos de contenido que
permiten establecer oposiciones entre unidades léxicas:
p.ej., el sema [±CON BRAZOS] opone sillón y silla y el sema
[±RESPALDO] opone silla y taburete. campo léxico,
fundamental en la semántica moderna; el concepto, que
puede retrotraerse a Trier (1931) −aunque ha recibido
distintas formulaciones, entre otras, las de Pottier y
Coseriu; cf. Villar 2009−. Un campo léxico es el conjunto de
lexemas relacionados por un contenido común y opuestos
por rasgos distintivos mínimos o semas. Se llama
archilexema al lexema que representa todo el contenido de
un campo léxico.

existen dos posturas bien diferenciadas respecto de cómo se organiza el léxico de


una lengua: la de los análisis de tipo componencial, que postulan que el significado
surge de la combinación de componentes básicos, abstractos y de naturaleza
lingüística, que estructuran el vocabulario de una lengua en categorías discretas; y
la de la Semántica Cognitiva, que considera que el significado es el resultado de un
proceso mental complejo de categorización en términos de prototipos, cuyos
atributos son tangibles y extralingüísticos, y organizan el léxico en categorías
borrosas. Ahora bien, esta segunda aproximación no se puede denominar
lexicológica en un sentido propio del término, dado que se asienta en una
concepción del lenguaje en la que el léxico no constituye un componente
independiente de la gramática sino que forma con ella un continuum de
emparejamientos de forma y significado; el estudio de la interpretación de las
palabras y expresiones en este modelo consiste en establecer cómo operan ciertos
procesos cognitivos de carácter general, y no en analizar propiedades, relaciones y
operaciones específicas del léxico y sus unidades.Por tanto, dentro de los límites de
la lexicología en sentido estricto,los presupuestos cognitivistas no permiten superar
las dificultades del análisis componencial del estructuralismo.

La huella de la lexicología estructural se encuentra en distintos modelos de corte


funcional, que basan sus análisis en la descomposición en rasgos primitivos y que
defienden la concepción de la lengua como un sistema en el que las unidades
léxicas se definen en función de sus relaciones con otras.

La descomposición léxica del estructuralismo está también en la base del análisis


componencial de la primera Semántica Generativa Y de propuestas posteriores de
modelos de corte generativo, incluido el Lexicón
Generativo(LG) de Pustejovsky. En la misma línea se incluye
la Semántica Conceptual de Jackendoff, que postula, desde
una perspectiva cognitiva, que el significado de una
palabra es un compuesto formado por una determinada
combinación de conceptos atómicos representados en la
mente:los primitivos semánticos, cuyo inventario más
significativo es el propuesto por Wierzbicka y Goddard−cf.
Goddard y Wierbicka (eds.) (2002)−.
Asimismo, persiste en la investigación sobre el léxico una cuestión fundamental
para el estructuralismo: el estudio de las relaciones sistemáticas de las palabras en
el paradigma y en el sintagma. Las relaciones paradigmáticas son el fundamento
del concepto de campo léxico: cada uno de los miembros de un campo forma parte
de una red asociativa con los demás miembros, con los que mantiene relaciones de
implicación y de oposición en el léxico mental. Las relaciones sintagmáticas son
las combinaciones que establecen entre sí las palabras en virtud de su significado.

Desde la nueva perspectiva, el significado de una unidad léxica es el resultado de


la combinación de sus rasgos léxicos pero estos son primitivos semánticos que
forman parte de la competencia léxica del hablante (esto es, de lo que el hablante
de una lengua conoce cuando conoce el significado de una palabra) y constituyen
un inventario finito y universal. Las diferencias en los significados de las palabras
en las distintas lenguas se basan no en los rasgos, sino en las distintas
combinaciones de rasgos.

La lexicología actual se ocupa fundamentalmente de reproducir la información


contenida en el léxico mental, para lo cual propone sistemas de representación
léxica que intentan recoger los rasgos mínimos de contenido de la definición de las
palabras, a menudo organizados en diferentes niveles o estructuras: muchas
propuestas incluyen, por ejemplo, un nivel de estructura argumental(con
información sobre el número y tipo de argumentos de un predicado) y otro de
estructura eventiva(con información sobre el tipo de evento denotado),datos sobre
la palabra pero con evidente repercusión sintáctica.

En resumen, la lexicología evolucionó desde un primer estudio descriptivo,


interesado por la etimología y el cambio, hacia un estudio teórico propiciado por la
incorporación de los conceptos básicos del estudio fonológico estructural. Este
nuevo enfoque supuso una revolución en la manera de entender la investigación
sobre el léxico pero las limitaciones del método frenaron su continuidad. No
obstante, algunas de sus hipótesis inspiraron otros modelos que asumen la
concepción del significado de la palabra como la suma de componentes primitivos
y que han alcanzado un importante grado de desarrollo teórico.

Los presupuestos de la descomposición y la composicionalidad no son


incompatibles; la investigación lexicológica actual suele asumir la existencia de un
núcleo estable e indispensable de significado que define a la palabra y de cierto
grado de moldeabilidad de ese contenido mínimo por parte del contexto. Lo ilustra
de manera representativa el LG de Pustejovsky, que postula la construcción mental
del significado como resultado de la interacción entre la información contenida en
la estructura interna de la palabra y el contexto en el que esta entra.
La polisemia es el fenómeno por el cual una palabra cuenta con varios significados,
que suelen recogerse en el diccionario como acepciones de una misma entrada:
ratón, ‘mamífero roedor’ y ‘pequeño aparato informático’. La homonimia es el
fenómeno por el cual una misma secuencia de sonidos (y grafías) cuenta con
significados distintos que se consideran palabras diferentes y se incluyen en los
diccionarios en entradas distintas: llama ‘mamífero rumiante’ y ‘masa gaseosa en
combustión’.El estudio de la polisemia y la homonimia supone una cuestión
central para la lexicología y se aborda desde diversas perspectivas según la postura
que se adopte sobre cómo se construye el significado (cf. Cruse 2004 y Murphy
2010). Los análisis componenciales que consideran que los distintos significados
de una palabra constituyen distintas especificaciones contextuales de su definición,
adoptan una perspectiva monosémica.

El lexicólogo se interesa especialmente por explicar los


procesos de extensión y vaciado del significado de una
palabra que generan: (a) los usos tradicionalmente
llamados “figurados”, en los que la palabra aparentemente
añade un significado a su contenido básico o literal; así se
analizan los usos metafóricos–p. ej., el verbo salir en salir
de la 16 crisis, que no denota un evento de movimiento en el
mundo físico, como en salir del ascensor− y los usos
metonímicos–p.ej. el nombre plato en comer un plato, que
no se refiere a un objeto, como en romper un plato,sino a su
contenido−; y (b) los usos funcionales de las palabras
léxicas –p.ej., los verbos de movimiento como auxiliares de
perífrasis en español: ir en voy a comer o andar en andan
diciendo que pronto saldremos de la crisis−.

Los modelos que atribuyen a la definición infra especificada de la palabra su


capacidad para entrar en un contexto, y especificarse en un sentido, no distinguen
entre significado literal y figurado: este no constituye una creación nueva sino la
especificación de una potencialidad. Por el contrario, para los modelos en los que
el significado de una unidad léxica se considera una función del contexto en que
entra, la aparición de una palabra en un contexto diferente implica necesariamente
su pertenencia a una unidad léxica distinta (aunque esté vinculada). Ese nuevo
sentido, en la medida en que se aparta del considerado canónico, se puede
interpretar como figurado, metafórico o idiomático. Para la semántica cognitiva,
por su parte, no existe distinción entre significados literales y figurados, puesto que
unos y otros forman parte de un continuum, representado por miembros más o
menos alejados del prototipo que los categoriza.

Han sido siempre objeto del interés del lexicólogo las relaciones paradigmáticas
de: (a) hiponimia, que se mantiene entre el significado de una palabra y el de otra
que la incluye; los rasgos del hipónimo están incluidos en su hiperónimo, que tiene
menos intención y por tanto abarca mayor número de referentes.

(b) hiponimia simétrica o sinonimia, que se da entre dos palabras que se implican
mutuamente.Pocas veces los sinónimos pueden intercambiarse en cualquier
contexto; por lo general existen diferencias diacrónicas, dialectales, sociolectales o
de registro que determinan una distinta distribución.

(c) antonimia, oposición de significado, en diversos grados, en función de si los


miembros que se oponen forman un par o una serie; si forman un par, los rasgos
que se oponen pueden ser contrarios y graduables, complementarios y
contradictorios o expresar una relación de inversión.
(d) meronimia, o relación entre una parte y el todo en que se integra; la relación
entre la palabra que alude al todo y las partes que la componen es la de holonimia.

2001pa.

semantica

Este capítulo constituye, por un lado, una introducción a la semántica del español
entendida como el estudio transversal del significado en lengua española
relacionado con los distintos niveles de análisis lingüístico (fonética,
morfosintaxis, lexicología y pragmática); y, por otro, una presentación de otras
formas de acercarse al significado desde la filosofía con el fin de mostrar la
intrínseca relación que la semántica de la lengua española mantiene con otras
disciplinas cuyo objeto de estudio es también el significado.

la Academia incorpora la voz semántica en la décima quinta edición de su


diccionario (1925: s. v.) y la define como «f. Estudio de la significación de las
palabras» y como «(Del gr. σῆμα, signo.) adj. Referente a la significación de las
palabras». Según el Glosario de Términos Gramaticales (GTG, 2019: s. v.), la
semántica es la: disciplina que estudia el significado de las expresiones
lingüísticas, sean palabras, sintagmas u oraciones. La semántica no constituye una
parte de la gramática paralela a la morfología y a la sintaxis. Su naturaleza se
considera, por tanto, transversal, en el sentido de que el estudio de los significados
no afecta únicamente a cierto tipo de segmentos, sino a gran número de categorías
y de relaciones a lo largo de toda la gramática.

En la ciencia del lenguaje existen diferentes enfoques en función de cuál sea el


objeto lingüístico que se analice semánticamente. Como señala el GTG (2019), el
significado es un fenómeno de naturaleza transversal que se encuentra en todos los
niveles del análisis lingüístico –sean fonemas, morfemas, unidades léxicas,
sintagmas o enunciados– y, por tanto, la semántica de la lengua española se ha
definido como el enfoque o punto de vista que «examina los procesos lingüísticos
desde el ángulo del significado», de modo que «lo característico de esta
perspectiva radica en que toma el significado como una instancia primaria en
relación con las realidades que se pueden expresar por medio de las palabras o de
las frases» (Trujillo, 1988: 6).

La semántica es la disciplina teórica que describe el significado lingüístico,


mientras que la lexicología analiza el funcionamiento del léxico como parte de una
lengua y describe su vocabulario en conjunto señalando su estructura y relaciones.
La lexicología es el estudio científico del léxico, puramente autónomo de cualquier
explicación teórica.

La semántica léxica es, en resumen, el estudio de las relaciones léxicas (sinonimia,


antonimia, meronimia, polisemia, homonimia, hiperonimia, hiponimia), así como
el de los grupos de palabras(campos semánticos, pero también otras muchas redes
y asociaciones léxicas). Aun así, muchos especialistas entienden hoy que la
relación léxico-gramática es una parte esencial de la semántica léxica (GTG, 2019:
s. v. semántica). La semántica aplicada al análisis del significado de las palabras se
encuentra en el origen de la ciencia lingüística del significado.

La etimología, la morfología y la lexicología históricas se encargan,


respectivamente, del origen y de los cambios formales y semánticos de las
unidades léxicas. La mayor parte de nuestro léxico es latino, ya que la lengua
española es la continuación del latín hablado en la península ibérica; el resto lo
constituyen préstamos, que la historia justifica o explica, y creaciones endógenas a
partir de materiales ya existentes.

El léxico histórico del castellano, como el de todas las lenguas, está compuesto por
dos tipos de unidades léxicas bien diferenciados: • El léxico nuclear:
representado por el léxico patrimonial, heredado del latín y documentado (o, en su
caso, reconstruido) en las primeras etapas del español, caracterizado por haber
sufrido todos los procesos evolutivos de la lengua en los diferentes niveles, que se
ha ido incrementando por el léxico forjado mediante procesos de formación de
palabras (composición mediante la unión de unidades léxicas existentes y
derivación con prefijos o sufijos).

El léxico incorporado: constituido por el acervo de voces que la lengua ha ido


tomando en préstamo, ya sea por vía oral o escrita, de las restantes lenguas (esto es,
excluyendo el latín) con las que ha entrado en contacto a lo largo del tiempo:
anglicismos, arabismos, catalanismos, galicismos, italianismos, occitanismos, etc.
Estarían incluidos en este grupo los americanismos incorporados, que son aquellas
palabras que el español ha ido tomando de las diferentes lenguas americanas e
integrando en su léxico en mayor o menor medida, que unas veces han pasado a la
lengua general mientras en otras tienen un uso geográfico o socialmente más
restringido.
Para rastrear el concepto de significación de las palabras es necesario remontarse a
los filósofos griegos y sus discusiones en torno a las ideas y el logos, pues el
concepto de significado es, a su vez un λόγος, relacionado con los signos o σήματα
y con el verbo griego σημαίνω. La significación era tratada en la filosofía
helenística como la conexión mediante signos entre el λόγος y los entes o cosas. En
la dialéctica platónica se presenta «como primerísima tarea del filósofo el sacar en
claro las ideas que están encerradas o implicadas en cada ser, mostrar la riqueza de
su contenido y al mismo tiempo sus derivaciones y ramificaciones» (Hirschberger,
1994: I, 110).

En la filosofía del lenguaje se encuentran propiamente dos únicos tipos puros en


cuanto a la consideración del significado: los idealistas –o platónicos– y los
empiristas o logísticos –más cercanos a Aristóteles– (Hirschberger, 1994: II, 440).

La semántica lógica es una parte de la semiótica que estudia las relaciones de los
signos con los objetos significados; es decir, examina relaciones y
correspondencias (Beuchot, 2004: 125). Este tipo de semántica considera «la
lengua como una representación o descripción de la realidad, y se asienta sobre una
base vericondicional» (Tordesillas, 1994: 352).

Los pensadores que dan forma definitiva a la logística o filosofía analítica son G.
Frege (1846-1925), L. Couturat (1868-1914), L. Wittgenstein
(1899-1954),A.Turing(1912-1954), A. N. Whitehead (1861-1947), B. Russell
(1872-1970), A. Tarski (1902-1983) y R. Carnap (1891-1970), entre otros.

El principal representante de la filosofía analítica es el austríaco L. Wittgenstein,


quien publicó su renombrado Tractatus logicus-philosophicus en 1921, después de
visitar Cambridge tras la Primera Guerra Mundial. Para los analíticos del lenguaje,
un concepto sería un signo inconfundible para designar –no penetrar
cognitivamente– ciertos objetos o clases de objetos. Los analíticos se propusieron
interpretar con más corrección el lenguaje y entender el sentido de los enunciados
dentro del juego lógico. Un enunciado lingüístico se debe construir con arreglo a
las leyes sintácticas de cada lengua.

En el siglo XVIII y especialmente en el ámbito intelectual germanófono, según


Carme Junyent y Pere Comellas(2019: 21),se sitúa el origen de la identificación
contemporánea en antropología cultural y filosófica entre lengua y pensamiento; es
decir, de la idea de que la lengua condiciona o al menos moldea el pensamiento. Su
arranque puede situarse en la influyente obra de Wilhelm von Humboldt –«puede
decirse que en cada lengua está inscrita una manera peculiar de entender el
mundo» (Humboldt, 1836: 83)– y muchos antropólogos la sostuvieron de una u
otra forma durante los siglos XIX y XX (Reynoso, 2014: 47), hasta llegar a su
formulación más radical en la conocida como hipótesis Sapir-Whorf

En la concepción de la ciencia del lenguaje presentada en el plan de estudios del


Grado en Lengua y Literatura Españolas de la UNED (expuesta en la sección 1 de
este capítulo), el análisis lingüístico abarca la fonología (heredera de la prosodia y
de la ortografía), la morfología, la sintaxis, el análisis del discurso y la pragmática.
Junto a estas disciplinas analíticas aparece la semántica de la lengua española, que
analizaría el significado idiomático. Sin embargo, en una conceptualización más
amplia, la semántica se ocupa de la significación «en el sentido del lingüista inglés
Firth, según el cual todo lo que tiene una función o razón de existir en la lengua
tiene su significación» (Roca-Pons, 1973: 274). En este otro sentido, la semántica
entendida como el estudio de la significación se extiende a la gramática, donde se
analizan las significaciones generales y abstractas que se manifiestan de un modo
formal y sistemático, además de incluir la lexicología, entendida como el estudio
de la significación particular de las unidades léxicas, que hemos denominado
semántica léxica.

Esta división del análisis semántico entre gramática y diccionario se basaba en el


hecho, obvio, de que las significaciones léxicas –como las de los nombres y los
verbos– corresponden a realidades extralingüísticas definibles, con algunas
limitaciones, y son, por ello, mucho más independientes del contexto que los
significados gramaticales. A partir de la adopción de una perspectiva transversal en
la semántica, encargada del estudio del significado lingüístico no solo de las
unidades léxicas sino también de los enunciados y de los textos, la lexicología
recupera el estudio de las palabras gramaticales –que, por otra parte, nunca se
habían excluido de los diccionarios– para analizar su contribución al significado
sintagmático, oracional, textual y discursivo. Surge, así, la llamada semántica
composicional, encargada de analizar el significado de las expresiones complejas.

La incorporación de la teoría pragmática del significado y de la sintaxis generativa


a la semántica formal dio lugar a lo que algunos autores(Tordesillas, 1994: 356)
han denominado la semántica formal e integrada. En primer lugar, una proferencia
consiste, ante todo, en la emisión de determinados sonidos. Este acto se puede
descomponer, a su vez, en otros subactos. Sin embargo, otros autores señalan
importantes problemas para integrar la teoría de los actos de habla con la teoría
pragmática del significado. La teoría intencional del significado define la noción de
significado para proferencias; en cambio, la teoría de los actos de habla no se
refiere tanto al significado como a las condiciones de los actos lingüísticos para
tener éxito en la comunicación. Para distinguir fenómenos semánticos y
pragmáticos, ha de demostrarse primero la existencia de una competencia
semántica consistente en el dominio de reglas diferentes de las que constituyen el
conocimiento pragmático. La semántica se ocupa de la relación de significación,
que se da entre una expresión lingüística específica y su significado. La pragmática
se ocupa, en cambio, de la utilización de las expresiones por parte de los usuarios
de una lengua: qué es lo que hacen con esas expresiones, qué tipo de actos realizan
cuando se comunican con otros usuarios. Por tanto, la pragmática describe
acciones verbales y afirma que el significado, en última instancia, no consiste sino
en la realización de esas acciones. Para la semántica, este significado pragmático es
el sentido, que es lo que propiamente tienen las proferencias o enunciados que
estudia la pragmática, frente a la referencia y el significado estudiados por la
semántica que aquí presentamos.

Una explicación lingüística formal es la que predice (o genera) una configuración o


representación lingüística (de cualquier nivel gramatical) basándose en la
descripción estructural de otras configuraciones lingüísticas.

«La sintaxis estudia oraciones, la semántica y las proposiciones. La pragmática es


el estudio de los actos lingüísticos y los contextos en que se realizan» (Stalnaker,
1970). En esta definición ya se establecía una distinción fundamental entre las
proposiciones, en cuanto objetos teóricos que estudia la semántica y que se
caracterizan por tener condiciones de verdad, y los actos de habla o proferencias,
que son los objetos propios de la pragmática y que son constitutivamente
contextuales.

Nos queda, para finalizar este capítulo introductorio, hacer refencia a las ramas de
las lingüística más recientes que se sitúan en la periferia de la ciencia del lenguaje
tradicional y que se ocupan, cada una a su manera y con métodos propios, del
análisis del significado en las lenguas. La psicolingüística se desarrolló también al
margen de la lingüística teórica debido a la insana pretensión de algunos lingüistas
de hacerse pasar por científicos naturalistas evolucionistas, primero, y físico-
estadísticos, después. . Por último, la sociolingüística, nacida del interés
saussureano por el lenguaje como fenómeno comunitario y convencional, aportó
un concepto de la variación en el significado lingüístico que supuso una
renovación en la manera de aproximarse al cambio histórico, a la tipología
lingüística y a la investigación empírica de las variables semánticas mediante el
trabajo de campo y la recolección de datos en los corpus textuales.

1998pa.

r6

Para estudiar las características que conforman el léxico español actual hay que
tener en cuenta varios aspectos, entre ellos, el genealógico (análisis de la
procedencia de las palabras) y el cronológico. El aspecto cronológico es complejo,
porque no suele ser posible asignar una fecha exacta para la creación o el inicio del
uso de una palabra.
Hay tres fuentes principales para la conformación del léxico español: a) Las
PALABRAS HEREDADAS, principalmente del latín, o mejor, del latín vulgar
llegado a Hispania, que responden a tres tipos: 1º Las palabras patrimoniales, es
decir, aquéllas que derivan de una evolución fonética normal desde el latín vulgar
al español. 2º Los semicultismos, que por diversas influencias no responden a las
reglas fonológicas de evolución 3º Los cultismos o voces cultas: es decir, palabras
tomadas directamente del latín, que se han adecuado a la estructura léxica del
español sin sufrir las modificaciones que afectaron al léxico latino que pasó a esta
lengua. En sentido estricto son, por tanto, préstamos léxicos del latín.

b) Los PRÉSTAMOS LÉXICOS tomados de otras lenguas. Los préstamos de las


lenguas románicas llegan al castellano desde la Edad Media. La influencia más
notable es la del francés y el provenzal. Los galicismos y provenzalismos se
introducen a partir de las continuas relaciones políticas, religiosas y comerciales
que se establecen a partir de los siglos XI y XII con Francia, incrementadas por las
peregrinaciones a Santiago de Compostela. A partir del siglo XIX se introducen
numerosos anglicismos, como consecuencia de emigraciones y exilios. El siglo XX
vive el avance del alemán y una presión fortísima del inglés, sobre todo en el
ámbito científico y técnico.

c) Las PALABRAS DE NUEVA CREACIÓN, mediante los procedimientos que veremos en el


apartado de la formación de palabras en español.

La formación de palabras consiste en un procedimiento de ampliación del conjunto de voces


de un idioma con mecanismos de tipo morfológico y partiendo de elementos ya presentes
en la lengua o tomados de fuera.

a) REVITALIZACIÓN. Se produce cuando una palabra que ya ha caído en desuso se


recupera para emplearla con el mismo significado que tenía antes o con uno nuevo que se
le confiere.

b) PROCEDIMIENTOS DE DESPLAZAMIENTO SEMÁNTICO, ya sea por creación


metafórica o metonímica. Por ejemplo, el uso del término "zapatero" para designar un
insecto.
c) CREACIÓN ONOMATOPÉYICA. Conversión de los sonidos naturales en una palabra
cuyo significante imita la realidad extralingüística.
d) INCORPORACIÓN DE VOCES AJENAS. El 41% de las palabras del español proceden
de otras lenguas, aunque sólo representan el 10% del uso.

La parasíntesis no es un mecanismo especial para la creación de palabras, sino que hace


uso simultáneamente de la composición y de la derivación:

El abreviamiento, consiste en la reducción del cuerpo fónico de una palabra. Se diferencian


los siguientes tipos: - Siglación: palabras que se forman con la primera letra -a veces hay
algún elemento más- de cada uno de los componentes de un determinado enunciado:
TALGO (Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol).

- Acronimia: consiste en la unión de los extremos opuestos de dos palabras. Es una forma
de composición muy moderna y de carácter técnico. Ej. "informática" (se forma sobre
información automática)

Acortamiento: se produce por la pérdida de sílabas completas: "foto".

El significado léxico lo poseen los lexemas, aparece en los diccionarios y pertenece a


inventarios ilimitados y abiertos. Se trata de un significado estable y colectivo que se
expresa a través de sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios. El significado gramatical
pertenece a inventarios cerrados, limitados y lo poseen los morfemas. Las clases de
palabras que poseen significado gramatical son el artículo, la conjunción y la preposición.
Existen morfemas con significado gramatical que se combinan con los morfemas léxicos
para formar las palabras derivadas.

La significación denotativa de una palabra es la que hallamos en el diccionario, es decir, el


significado objetivo, estable y común para todos los hablantes de una misma lengua. La
significación connotativa está constituida por elementos subjetivos o variables. Cambian
dependiendo del contexto comunicativo, de ahí que se caractericen por ser significados
efímeros, inestables y subjetivos.

Los semas son cada uno de los rasgos distintivos mínimos en los que se puede analizar el
significado de un signo. Si cambiáramos alguno de los semas estaríamos definiendo ya otro
lexema distinto.

RELACIÓN ENTRE EL SIGNIFICADO Y EL SIGNIFICANTE DE LOS LEXEMAS


SINONIMIA: designación de un solo significado mediante varios significantes. HOMONIMIA:
coincidencia de significante de dos o más signos. Son palabras diferentes que han llegado a
coincidir en su significante, manteniendo distanciados sus significados.
POLISEMIA: un significante ha diversificado sus significados, pero éstos tienen un origen
único y suele guardar cierto grado de semejanza. A diferencia de la homonimia, en este
caso se establece la oposición entre significados de un solo signo y no entre signos
distintos. HIPONIMIA: relación de inclusión de un significado con respecto a
otro.CONTRARIEDAD: dos palabras presentan significados opuestos. Tipos: a)
Complementariedad: la negación de un término implica la afirmación de su contrario:
hombre-mujer... b) Antonimia: se produce cuando dos lexemas de significados opuestos
admiten gradación: frío-caliente. c) Reciprocidad: los términos opuestos se implican
mutuamente: comprar-vender... d) Inversión: términos opuestos como entrar-salir...
PARONIMIA. Palabras parónimas son las que tienen un significante parecido aunque no
presentan ninguna relación por el significado.

De todos los elementos lingüísticos, el significado es, con seguridad, el menos resistente al
cambio. Cualesquiera que sean las causas que producen el cambio, siempre debe existir
alguna asociación o conexión entre el significado viejo y el nuevo. Por eso se distinguen los
siguientes tipos de cambios semánticos: Semejanza entre significados: El significado del
término real se traspasa al figurado, por semejanza entre ambos. Contigüidad entre
significantes: METONIMIA: se fundamenta en una relación objetiva de algún tipo que existe
en el mundo real entre los objetos designados. Semejanza entre significantes:
ETIMOLOGÍA POPULAR: dos signos no emparentados etimológicamente son vistos por los
hablantes como relacionados entre sí por su parecido formal. Proximidad de significantes en
lenguas: ELIPSIS: dos o más palabras que suelen ir asociadas en un mismo contexto,
alguna de ellas se suprime y traspasa su significado a la otra.

1013pa

r7 Segun el ARTÍCULO 100 presentado en el estatuto organico de la universidad autonoma


de santo domingo, En adición a otros derechos fundamentales consagrados en la
Constitución de la República, los estudiantes disfrutan de los siguientes derechos:
a) derecho de asociación;
b) elegir y ser elegidos;
c)derecho a su integridad física y moral;
d) estar representados en los organismos de Gobierno de la Universidad;
e) presentar acusaciones y defensas ante los organismos de cogobierno; y
f) Otros contenidos en los reglamentos.

Segun el ARTÍCULO 101 del mismo son deberes de los estudiantes:


a) asistir puntualmente a las clases, prácticas, pruebas o exámenes que
les correspondan y a todas las actividades universitarias establecidas
como obligatorias;
b) acatar y cumplir las leyes, estatutos, reglamentos, disposiciones y
acuerdos de las autoridades y organismos universitarios;

c) observar una conducta digna, dentro y fuera de la Universidad, de


acuerdo con su condición de estudiantes universitarios y ciudadanos representativos de la
más alta casa de cultura nacional;
d) cooperar con las actividades culturales, sociales, patrióticas, deportivas, recreativas y de
otra naturaleza, organizadas o apoyadas por la
Universidad;
e) contribuir a la conservación de los edificios, mobiliario, equipos, material de trabajo,
jardines y otras pertenencias de la Universidad, así como
a la de su patrimonio espiritual;
f) votar en las elecciones de los delegados estudiantiles, en los organismos universitarios y
en las del máximo organismo estudiantil;
g) abstenerse de realizar, dentro del recinto universitario, actividades de
propaganda o proselitismo partidista; y
h) otros deberes que establezca el Código de Ética y los reglamentos.

se plantea en el ARTÍCULO 102


El incumplimiento de estos deberes será sancionado de las maneras siguientes:
a) amonestación privada;
b) reenvío de examen;
c) pérdida de derecho a examen;
d) suspensión temporal de su inscripción; y
e) expulsión de la Universidad.
la relacion entre etica y el profesional competente es muy estrecha, puesto
que para que el profesional logre desenvolverse de manera positiva en el
ambito laboral segun plantea el codigo de etica de la uasd debe cumplic
con una serie de normas y valores que lo ayudaran en su desarrollo. los
valores eticos son muy importantes en el proceso de formacion del
profesional y en el codigo de etica podemos encontrar algunos como: la
solidaridad, igualdad, toleranci, responsabilidad, convivencia, honestidad,
etc., el cumpliemento de estos valores le ayudaran a obtener un beneficio
colectivo, tanto en lo laboral como en lo profesional, y estos deben ser
cumplidos por voluntad propia. el profesional debe tener una nocion y un
codigo de etica personal al momento de iniciar su vida laboral.

el profesional competente debe tomar en cuenta ciertas normas que son


planteadas en el codigo de etica de la universidad. algunas de las que
contribuiran con su desarrollo profesional son: cumplir y hacer cumplir las
leyes nacionales, los reglamentos, las disposiciones y rdenes que emanen
de autoridades legitimas en uso de sus atribuciones regualres; asistencia
regular y puntual a su trabajo, cumplir la jornada acordada, turnos,
hoorarios, etc., cuidar su presentacion personal,higiene y las condiciones
de formalidad en los lugares de trabajo, dirigirse con respeto y lenguaje
apropiado a las demas personas, entre otras.

mas que nada el profesional competente debe ser consciente de su


valores, derechos y deberes para poder llevar a cabo y con determinacion
sy codigo de etica personal.

r9 de la maestra he aprendido que lo mas importante para adquirir los


conocimientos necesarios es estudiar, investigar y memorizar todos los
conceptos que desconocemos. hay que leer mucho para que nuestra
mente vaya almacenando todo ese conocimiento y se nos haga mas facil
el entender cualquier tema que se nos presente y hayamos estudiado.
tenemos que dormir bien, no fumar y no desbelarnos para que nuestro
cerebro funcione correctamente y sea capaz de esta activo.

debemos aprender diversos idiomas porque eso nos ayudara a desarrollar


la capidad de pensamiento. la maestra nos recalca que la practica hace al
maestro y es por eso que debemos ser constante con las lecturas e
investigaciones.

la maestra dice que pienso y luego exito que todo existe en base a mis
pesanmientos. me enseño que el estudiante de lexicologia y semantica
debe tener la suficiente humildad para reconocer lo que no sabe y debe
estar dispuesto a aprender. por ultimo, pero no menos importante, me
mostro que para la resolucion de problemas debemos primero investigar
una serie de acontecimientos que nos ayudaran a llegar a la verdad y
mediante ello podremos resolver el problema, esto es importante puesto
que el estudiante de lexicologia y semantica es un cientifico del lenguaje y
por tanto debe saber que en la ciencia no se toman decisiones si no se
parte de una investigacion.

r10 de lo que investigue pude aprender lo importante que es reconocer las


fuentes confuables de investigacion para poder entregar un trabajop de
calidad, bien elaborado y desarrollado. dentro de mis investigaciones
aprendi ademas, la importancia que tiene

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