Está en la página 1de 6

EVALUACIÓN DE LA CULTURA INCLUSIVA Y LAS PRÁCTICAS

INTERCULTURALES

ESTUDIANTES:
DIANA YULEXI LÓPEZ ID 900014016
KAREN DE LA CRUZ CHARRIS ID 900012203
MORAIMA BATISTA ID 100074664
ROCIO DORADO CARDONA ID 100070842

TUTORA:
ERIKA GALLEGO

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA IBEROAMARICANA


FACULTAD DE EDUCACIÓN
MAESTRÍA EN EDUCACION
BOGOTÁ D.C
MARZO DE 2022
LA CULTURA INCLUSIVA EN LAS PALABRAS

DIANA YULEXI LÓPEZ ID 900014016


KAREN DE LA CRUZ CHARRIS ID 900012203
MORAIMA BATISTA ID 100074664
ROCIO DORADO CARDONA ID 100070842

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA IBEROAMARICANA


FACULTAD DE EDUCACIÓN
MAESTRÍA EN EDUCACION
BOGOTÁ D.C
MARZO DE 2022
LA CULTURA INCLUSIVA EN EL CONTEXTO ESCOLAR PARA LA
TRANSFORMACIÓN DE LA ESCUELA

Nadie es como otro. Ni mejor, ni peor. Es otro.


Jean-Paul Sartre.

¿Cuáles son los retos de la cultura inclusiva en perspectiva de la educación?


La cultura inclusiva en el contexto escolar se entiende como un elemento de
inserción cultural para su desarrollo y transformación, el cual tiene como base el
respeto por las diferencias y la visibilización de sus integrantes. Es este sentido, lo
que busca la inclusión educativa es brindar a las personas en condición de
discapacidad o vulnerabilidad oportunidades para la igualdad de derechos con
equidad, respeto y responsabilidad para que consigan asumir su existencia con la
independencia y autonomía posible para la socialización, la convivencia y la
participación en el desarrollo de sus vidas, reduciendo los procesos de exclusión y
quitando todos los obstáculos que se presenten.
Desde esta perspectiva, es importante asumir que los cambios educativos
son necesarios para competir en el mundo del siglo XXI. Hay que romper con
las ataduras que aún quedan de la enseñanza tradicionalista cuando se habla
de un proceso de inclusión, el estudiantado con necesidades educativas
diversas no puede ser considerado sujeto pasivo, reproductivo, al que no se
le ofrecen oportunidades para la reflexión y las interrogantes. (Fernández y
Ruiz, 2016, p. 5).
En lo que refiere a la educación intercultural, ésta es una necesidad inevitable
en la escuela como reto para contribuir y promover la inclusión y la visibilización en
la convivencia del contexto educativo, en donde se desarrollan competencias,
habilidades y actitudes en el ejercicio de la ciudadanía crítica y participativa que
procura por una sociedad incluyente que visibilice la pluriculturalidad a partir del
respeto a la diversidad cultural; la cual asume como fundamento el dialogo entre
iguales y defiende valores como el respeto cultural y la tolerancia cultural para la
convivencia en interdependencia. Es así, la educación intercultural es visibilizadora
e incluyente, al cimentar otras maneras se ser, hacer y estar en el mundo para la
dignidad y la igualdad social, de esta manera lo menciona López:
(…) una verdadera educación para todos y todas (…) inclusiva, de calidad,
democrática, equitativa, justa (…) los educadores debemos ser conscientes
de ello y educar teniendo siempre como uno de nuestros principales objetivos
el fomentar la autonomía, la responsabilidad, la libertad, la capacidad de
decidir y, en general, la búsqueda de aquello que cada sujeto desea. La
“educación del deseo” es el primer paso para conseguir una educación
inclusiva, una educación para todos y todas porque alimenta la esperanza
que mueve el mundo. (López, 2012, p. 339).
En este orden de ideas, es conveniente que la educación y sus prácticas
pedagógicas trabajen para fomentar la cultura inclusiva en el contexto educativo, a
partir de la identificación de las actitudes, comportamientos, creencias y
percepciones que tienen las personas de la comunidad educativa acerca de la
discapacidad y la diversidad; con el fin de entender las diferencias y visibilizar las
dificultades para analizarlas en contexto, de tal modo que se logren establecer
estrategias de intervención para mejorar las relaciones en la convivencia y fomentar
espacios de reflexión que desarrollen actitudes de respeto y reconocimiento de la
diversidad para la inclusión. Todo esto, con el propósito de disminuir formas y
actitudes de discriminación, menosprecio, xenofobia, homofobia, racismo,
machismo, humillación, mal trato o irrespeto entre estudiantes.
Ante la situación planteada, se puede decir que las minorías étnicas han
luchado y lo siguen haciendo por su visibilización para la reivindicación de sus
derechos, de igual manera, las personas en condición de discapacidad no pueden
ni deben ser la excepción, les corresponde asimismo, luchar para su inclusión en
una sociedad excluyente y quizá indiferente o insensible; la escuela tiene mucho
que aportar en este intento, debe asumir la responsabilidad social y ética de
promover desde su misión una educación inclusiva que acabe con esas dinámicas
presentes de discriminación para hacer posible la igualdad en pro de una sociedad
incluyente, solidaria, respetuosa y justa. En este sentido, el desarrollo de una cultura
inclusiva debe promover cambios en los paradigmas establecidos, con el objetivo
de causar entre las personas que componen la comunidad educativa una nueva
ciudadanía que conciba hacer realidad la igualdad de condiciones a partir del
respeto por las diferencias, como lo revela Suárez:
(…) la interculturalidad comienza a tener importancia, en cuanto no propone
únicamente el reconocimiento de la diversidad cultural, sino que plantea la
interrelación de las culturas y se pregunta por los sentidos de los “otros”. Para
ellos al hablar de ciudadanía e interculturalidad no solo se quiere evidenciar
nuevas realidades, sino que se intenta proponer nuevos puntos para
entender la construcción social. Trascender el significado que tiene la
ciudadanía en el mundo actual para indagar por el sentido que podría tener
para jóvenes, mujeres, indígenas (…) (Suárez, 2009, p. 370).
Según se ha citado, la educación entendida como transformación cultural para la
valoración de la diversidad y la inclusión produce prácticas pedagógicas que
permean todas las dimensiones del proceso educativo para el desarrollo de un
pensamiento crítico en el fortalecimiento de la competencia intercultural en todas las
personas, quienes en su proceso de formación consiguen aportar a la
deconstrucción de esas actitudes de exclusión establecidas y naturalizadas que aún
dominan en la sociedad actual. No obstante, para la transformación social se hace
apremiante lograr una igualdad de oportunidades y el respeto por las diferencias
que originan el vencimiento del racismo y todas las formas de exclusión. En relación
con esto último, la educación intercultural tendrá que difundir principios
democráticos a través de un currículo participativo y abierto a la diversidad.
Por todo lo aquí dicho, las instituciones educativas deben encaminarse a
desarrollar otros procesos que fomenten cultura inclusiva, con la intención de
mejorar la experiencia colectiva de inclusión y visibilización social al echar abajo los
impedimentos que se anteponen como consecuencia de creencias, mitos,
cosmovisiones e imaginarios que se asumen con respecto a las personas en
condición de discapacidad o pertenecientes a culturas otras o comunidades
minoritarias y étnicas dentro de las instituciones educativas. Así las cosas, la
inclusión educativa es interacción en la convivencia para el reconocimiento,
aceptación y respeto por las diferencias con perspectiva de igualdad social para la
visibilidad de todas las formas de ser y estar en el mundo independientemente de
la cultura, el sexo, la etnia, la edad, el origen, la ideología, la condición económica
o la religión.
Por su parte, el Decreto 1421 de 2017 define a educación inclusiva como: un
proceso que reconoce, valora y responde de forma pertinente a la diversidad de
características, intereses, posibilidades y expectativas de los niñas, niños,
adolescentes, jóvenes y adultos, para promover su desarrollo, aprendizaje y
participación sin discriminación o exclusión, hacia la dignidad en el fundamento los
derechos humanos. Esta perspectiva de inclusión propone que los y las estudiantes
con necesidades educativas especiales cuenten con una adaptación curricular para
atender las diferencias o la diversidad de estos niños, niñas, jóvenes o adultos que
hacen parte del sistema educativo y deben tener la viabilidad de beneficiarse de su
derecho a la educación en igualdad y equidad de posibilidades para su inclusión y
visibilización como sujetos de derechos.
En relación con lo anterior, el Artículo 13 de la Constitución Política de
Colombia, dice que todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán
la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos,
libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza,
origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. Se observa
claramente, como lo señalan García y Fernández que: “Las respuestas de inclusión
social, requieren de unas propuestas políticas democráticas del reconocimiento de
todos los sujetos como protagonistas, lo que implica la redistribución de poder,
movilización social, empoderamiento de los grupos, y la autonomía y
autodeterminación de los sujetos” (García y Fernández, 2005, p. 245).
Como resultado de esta reflexión, se puede afirmar que un importante desafío
que tienen los maestros y las maestras de las escuelas públicas en Colombia hoy,
es lograr un espacio de formación para la inclusión, para desde ahí, aportar de
manera directa y consiente a la formación de un nuevo ser social, que sea capaz de
desacordar lo establecido, visibilizando las injusticias y las formas de exclusión. En
este sentido, se hace necesario pensar otra manera de concebir al ser humano, a
la educación y sus procesos pedagógicos para la inclusión y la visibilización de las
diferencias en una sociedad democrática y participativa que convive en la diversidad
de lo humano.

Referencias:
Díaz, M. A. T. (2021). Educación en derechos humanos y educación
inclusiva: una mirada desde un colegio de la ciudad de Bogotá. Inclusión y
Desarrollo, 8(1), 48-68.
Fernández, I., Véliz, V., y Ruiz, A. (2016). Hacia una cultura pedagógica
inclusiva: Experiencias desde la práctica universitaria. Revista Electrónica Educare,
20(3). 1-15. Recuperado de: https://dialnet-unirioja-
es.ibero.basesdedatosezproxy.com/servlet/articulo?codigo=5618888
García Ruiz, A. S., & Fernández Moreno, A. (2005). La inclusión para las
personas con discapacidad: entre la igualdad y la diferencia. Revista Ciencias de la
Salud, 3(2), 235-246.
López, R. B. (2012). Educación para todos y todas. Análisis del modelo
educativo-social para una Educación Intercultural. Educativo siglo XXI, 30(2), 333-
364.
Suárez, C. C. (2009). Estudios sobre educación intercultural en Colombia:
Tendencias y Perspectivas. Memorias: revista digital de historia y arqueología desde
El Caribe, (10), 12. 358-375. Recuperado de: https://dialnet-unirioja-
es.ibero.basesdedatosezproxy.com/servlet/articulo?codigo=3013331

También podría gustarte