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VULNERACIÓN DEL DERECHO A LA DEFENSA DEL


DEMANDADO EN LOS PROCESOS DE VIOLENCIA FAMILIAR
CALLE PEÑA JUAN GABRIEL
CUEVA RODRIGO JOSEPH ANTONI
GONZALEZ DOMINGUEZ GRACIELA
QUIROZ ROSALINO KEREN PRISCILA
SERQUEN PALOMINO NOHELY DEL ROCIO
I. RESUMEN
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Esta investigación surge como alternativa de solución para tratar el menoscabo que día a
día enfrentan las partes procesales demandadas en el ámbito de aplicación de la Ley N°
30364 - Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y los
Integrantes del Grupo Familiar y D. Leg. N° 1470 que establece medidas para garantizar
la atención y protección de las víctimas de violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar durante la emergencia sanitaria declarada por el Covid-19, respecto al
derecho de defensa de la parte demandada en estos procesos, al no configurar el
procedimiento legal en el que puedan ejercer contradicción antes de que se dicten las
medidas de protección, motivo por el cual vemos la necesidad de promover una propuesta
normativa a fin de lograr mejoras en pro de una verdadera justicia para todos, pues no
solo la urgencia de tutela y de brindar protección a la víctima reviste importancia absoluta
sino que, frente a ello está una de las instituciones procesales más sólidas, como lo es el
derecho a la defensa, y otros principios que giran en torno a ello, como el de la tutela
jurisdiccional efectiva y el debido proceso.

Para ello esta investigación ha demostrado que en la praxis judicial, y como es de


esperarse, durante el año 2020 en ninguno de los 9455 procesos de violencia familiar se
le ha corrido traslado a la parte demandada antes de emitirse el auto final y en razón a
ello, los magistrados a cargo, imparten justicia dentro de lo previsto en las citadas normas,
sin embargo se ha corroborado que es uniforme su criterio acerca que el demandado
deba ejercer su derecho a la defensa antes de que se resuelva el proceso en primera
instancia.

II. INTRODUCCION
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El 23 de noviembre de 2015, se promulgó en el Perú la Ley para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar – Ley 30364,
esta nueva legislación incorporó a nuestro sistema jurídico un nuevo proceso especial de
tutela con la finalidad de proteger los derechos de las víctimas frente a los actos de
violencia; sin embargo, a más de cinco años de vigencia, aún no se llega a comprender
con exactitud en qué consiste este proceso especial, toda vez que no se compara a otros
procesos similares dentro de nuestro ordenamiento procesal vigente.

Dicha Ley nos señala en su artículo 19, entre otro, que el juez dentro del plazo
establecido de 24, 48 y 72 horas (según corresponda), siguientes a la interposición de la
denuncia, el juzgado de familia o su equivalente procede a evaluar el caso y resuelve en
audiencia oral la emisión de las medidas de protección requeridas que sean necesarias y,
de oficio o a solicitud de la víctima, se pronuncia sobre medidas cautelares.

Así mismo, el 26 de abril del 2020, entró en vigencia el Decreto Legislativo N° 1470, que
establece medidas para garantizar la atención y protección de las víctimas de violencia
contra las mujeres e integrantes del grupo familiar durante la emergencia sanitaria
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declarada por el COVID-19; norma que en artículo 4.4. establece que para el dictado de la
medida de protección, el juez considera los hechos que indique la víctima, las medidas
restrictivas de derecho derivadas de la emergencia sanitaria a causa del COVID-19, y
evalúa el riesgo en el que se encuentra para dictar medidas de protección más idóneas,
priorizando aquellas que eviten el contacto entre la víctima y la persona denunciada, el
patrullaje constante del domicilio de la víctima, así como el retiro de la persona
denunciada del hogar.

Desde el punto de vista procesal, el proceso regulado por la Ley 30364 y el reciente D.L.
1470, presentan palpables vacíos, siendo uno de los más cuestionados el derecho a la
defensa, al advertirse que dichas normas no contemplan la posibilidad de que el
demandado pueda ejercer su derecho a la contradicción, antes de que el juez resuelva el
proceso, es decir que solo se resuelve con la mera declaración de la parte demandante y
los documentos que el juez tenga a la vista, vulnerándose así claramente una de las
instituciones procesales más sólidas y protegidas, como lo es el ya mencionado derecho a
la defensa, y otros principios que giran en torno a ello, como el de la tutela jurisdiccional
efectiva y el debido proceso.

Hoy en día, tal situación viene causando mucha polémica, no solo en el ámbito jurídico
nacional, sino también internacional, notándose divisionismo, por un lado, respecto a la
defensa del derecho a la protección de la víctima de violencia familiar, y por el otro, el
derecho del demandado a poder defenderse antes de resolverse el caso; panorama que a
nuestro criterio merece ser analizado y materia de estudio, ello a fin de proponer una
posible modificación normativa, en aras de un correcto trámite judicial e imparcial para
este tipo de procesos.

III. MARCO TEORICO


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III.1. Antecedentes de la Investigación

Según el Dr. Magdiel Gonzales Ojeda (2017), en la investigación titulada “Violencia contra
la Mujer en el Distrito de Santiago de Surco”, de la Universidad Ricardo Palma
Vicerrectorado de Investigación, concluye que: La violencia contra la mujer es un
problema de salud pública en nuestro país, el cual ha sido subestimado hasta la
actualidad. Más de la mitad de las mujeres en el Perú han sido víctimas de agresión
física. La población en general, particularmente la población masculina, los líderes
sociales y los hacedores de justicia y políticas de Estado, deberían conocer las graves
consecuencias de la violencia y sus efectos a corto y largo plazo en la salud de la mujer,
en la salud del hijo y en el desarrollo futuro de la familia.

Asimismo, Magali Yrma Echegaray Gálvez (2018), en su tesis de maestría titulada


“Ineficacia de las Medidas de Protección en la Prevención del Feminicidio” concluye que:
una de las causas que originan la ineficacia de las medidas de protección consiste en que
los miembros de la Policía Nacional asignados a los casos de familia, al conocer de
hechos constitutivos de violencia contra la mujer, no cumplen con el rol que le asigna la
Ley 30364: no reciben la denuncia, no elaboran la ficha de valoración del riesgo de la
víctima, en su lugar otorgan un plazo de 24 horas para que la víctima y victimario intenten
conciliar.

Del mismo modo, Marianella Ledesma Narváez (2017), en su artículo titulado “La tutela de
prevención en los procesos por violencia familiar”, en la Revista Ius Et Veritas, N° 54,
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concluye que: La mejor respuesta que se brinde a la parte afectada en un proceso de


violencia familiar será la que afirme las medidas de tuición a favor de la víctima y de los
integrantes del grupo familiar violentado, esto significa que la tutela judicial no solo debe
estar orientada a materializar la punición o el resarcimiento en los casos de violencia; todo
lo contrario, hay la necesidad de afirmar la tutela de prevención, a través de las medidas
de protección.

III.2. Proceso de Violencia Familiar:


Hawie, docente e investigadora en Derecho de Familia, sostiene que la Violencia Familiar
es una violación a los Derechos Humanos presentes y futuros, tanto de la mujer que lo
padece como de la niña que lo observa y pueda padecerla mañana impidiendo la
realización de otros derechos de la mujer. (Hawie Lora, 2017) Del mismo modo, la
CEDAW, que es un Organismo creado para examinar los progresos realizados por los
Estados en la aplicación de esta convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la Mujer, presenta recomendaciones a fin de implementar
mecanismos legales de protección y de garantía para detener la violencia hacia la mujer
desde 1979.
Ramos Ríos, señala que la Violencia Familiar es un conjunto de agresiones que causan
daño físico como psicológico vulnerando la libertad de otra persona. (Ramos , 2013) en
ese sentido, Corsi define a la Violencia Familiar como todo tipo de abusos que tienen
lugar dentro del vínculo familiar enmarcada en el contexto del desequilibrio de poder en el
género y en la edad. (Corsi, 2014)
III.2.1. Tipos de Violencia:
Altamirano Vera, en su investigación titulada: Marco Simbólico de la Ley de Violencia
Familiar y sus Modificaciones (2014) considera tipos de violencia familiar:
Violencia física. - Una afectación material al Cuerpo o actividad vital de inferir daño, para
efectos legales de considerar la acción como delito o falta.
Violencia Psicológica: Sufre una persona en su psique y más aún en el ejercicio de su
libertad; alterando su equilibrio psicológico, su sensación de bienestar, por lo que el
maltrato psicológico implica la afectación emocional que sufre la víctima ante la conducta
violenta del agresor.
Violencia Sexual: Las relaciones sexuales forzadas en la pareja, también son
consideradas violaciones y las victimas deben recibir la atención adecuada. El maltrato
sexual también comprende la prohibición del libre acceso y uso a métodos
anticonceptivos y para la prevención de ITS (Infecciones de Transmisión Sexual).
(Altamirano, 2014)
Marin de Espinoza, (2015), en su análisis sociológico, dogmático y de derecho
comparado sobre violencia familiar señala también estos tipos:
Violencia económica: es cuando la acción u omisión que se dirige a ocasionar un
menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de cualquier persona, a través
de:
a. La perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes;
b. La pérdida, sustracción, destrucción, retención o apropiación indebida de
objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y
derechos patrimoniales;
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c. La limitación de los recursos económicos destinados a satisfacer sus


necesidades o privación de los medios indispensables para vivir una vida digna;
d. 4.- así como la evasión del cumplimiento de sus obligaciones alimentarias.
Torres Falcon, (2011), también precisa que dentro de los tipos de violencia familiar es:
Maltrato sin lesión: Que consiste en la clásica figura del maltrato sin lesión es el
abandono que consiste en el "acto de desamparo injustificado, hacia uno o varios
miembros de la familia con los que se tienen obligaciones que derivan de las
disposiciones legales y que ponen en peligro la salud, este tipo de abuso se manifiesta en
situaciones diversas y está referido al incumplimiento de obligaciones de cuidados y
protección, que se puede relacionarse con la higiene, la nutrición, cuidados rutinarios,
atención emocional, necesidades médicas no resueltas o atendidas tardíamente o
exposición a peligro
III.2.2. Medidas de Protección

Según del Diccionario Jurídico de Gaceta Jurídica (2015): Las medidas de protección
han sido denominadas en las diferentes legislaciones también como órdenes de
protección como una orden que se ha extendido en diferentes países anglosajones. Se
trata de un mandamiento emitido por un juez para proteger a una persona frente a otra,
que tiene validez en todo el territorio estatal. Las medidas de protección concedidas a las
víctimas de violencia familiar son importantes y necesarias para garantizar la protección
efectiva de la dignidad humana y otros derechos humanos, sostenido por Reynaldo
Bustamante Alarcón, (2016).

Castillo Aparicio, (2018), las define como aquella que se otorga mediante un proceso
urgente e independiente, cuyo fin es la solución inmediata de conflictos de intereses o
alguna incertidumbre jurídica.

También consideradas como medidas sui generis de tutela urgente; esta teoría o postura
adoptada sobre las medidas de protección, se debe por la emisión del Decreto Legislativo
N° 1386 (publicado el 4 de setiembre del 2018), que modifica los artículos de la Ley
30364, pero sobre todo por las interpretaciones que vienen realizando los diferentes
órganos jurisdiccionales, siendo resaltable el análisis realizado por la Segunda Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de La Libertad (conformada por los jueces superiores
Hilda Chávez García, Wilda Cárdenas Falcón y Félix Ramírez Sánchez -juez ponente),
quienes al expedir el auto de vista recaído en el Exp. 05098-2017-93-1601-JR-FC-02,
establece la naturaleza jurídica de las medidas de protección. (Gutierrez Isique, 2018)

III.3. Garantías Procesales:


Conforme lo señala el Diccionario Jurídico Constitucional (2019), las garantías procesales
son las normas generales que guían al desenvolvimiento de la actividad Procesal. En
cuanto al imputado o investigado se debe garantizar que acceda al proceso jurisdiccional
con los derechos y deberes que le asistan en su condición de sujeto procesal, tal lo
abordo Benavente (2011).
Asimismo Mesia Ramírez (2017) enfatiza que es necesario tener en cuenta que con el
derecho de libre acceso al proceso en las instancias reconocidas se garantiza a todos los
sujetos procesales hacer uso de los recursos impugnatorios legalmente previsto, en
cuanto la resolución emitida por el Ad quo sea nociva para sus intereses.
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III.3.1. Derecho a la Defensa

Para Elky Villegas Paiva (2013), es aquel Derecho fundamental atribuidas a todas las
partes del proceso y tiene como presupuesto minino la necesidad de que estas sean
oídas, en el sentido de que puedan conocer, demostrar, rebatir sobre materiales de hecho
y de derecho que puedan influir en la resolución judicial. Asimismo Eugenia Ariano Deho
(2013), acota que este derecho prohíbe situaciones de indefensión por partes de los
juzgadores, estableciendo de esta manera un parámetro delineado al debido proceso.

El Derecho a la Defensa se proyecta como principio de interdicción para afrontar cualquier


indefensión y como principio de contradicción de los actos procesales que pudieran
repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes, sea en un proceso o
procedimiento. (Exp. Nº 8605-2005-AA/TC)

Derecho a ser asistido por una defensa técnica

Seminario Sáyan (2018) acota que el derecho a una defensa técnica consiste en contar
con el asesoramiento y patrocinio de un abogado defensor durante todo el tiempo que
dure el proceso; en que una parte procesal tiene el derecho de contar con un abogado
que lo defienda y lo patrocine desde el inicio de la investigación.

El derecho a la defensa es un derecho fundamental reconocido Constitucionalmente, el


cual debe salvaguardarse en cualquier procedimiento jurisdiccional, siendo un requisito
esencial de validez, en juicio y ante las autoridades, de manera que asegure la realización
efectiva de los principios de igualdad de las partes y de contradicción.

Por otro lado también se precisa que el derecho a la defensa es un derecho fundamental
de carácter procesal proclamado no sólo en las constituciones de carácter interno, sino
también en distintos textos de carácter supranacional, tal lo refiere en los comentarios de
la Constitución (Gutierrez, 2016).

Presunción de Inocencia

Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, toda persona es considerada


inocente mientras no se haya declarado judicialmente su responsabilidad.

Asimismo Seminario (2015) enfatiza que toda persona acusada de delito tiene derecho a
que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a Ley y en
juicio público, en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su
defensa.

Siendo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas establece que toda persona tiene derecho, en
condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un Tribunal
independiente e imparcial.

Derecho a un plazo razonable

El derecho a ser juzgado en un plazo razonable constituye una manifestación implícita del
derecho al debido proceso establecida en el artículo 139º, inciso 3, de la Constitución
Política del Perú.

El Tribunal Constitucional ha precisado que sólo se puede determinar la violación del


contenido constitucionalmente protegido del mencionado derecho a partir del análisis de
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los siguientes criterios: a) la actividad procesal del interesado; b) la conducta de las


autoridades judiciales, y c) la complejidad del asunto. Estos elementos permitirán apreciar
si el retraso o dilación es indebido, lo cual, como ya lo ha indicado el Tribunal
Constitucional en el Exp. Nº 5350-2009-PHC/TC, caso Salazar Monroe, es la segunda
condición para que opere este derecho.

Contradicción

Para Paz Panduro, (2010), el derecho a la contradicción es determinante y fundamental


ya que este derecho se realiza en las primeras diligencias en contra del acusado, del cual
le permite contradecir las pruebas e imputaciones, rebatiéndolas a través de su defensa
técnica.

Asimismo este derecho lo asisten en cualquier proceso sea judicial o en un procedimiento


administrativo, derecho de una parte a conocer los escritos y las pruebas de la otra parte,
para, en su caso, formular alegaciones o proponer otras pruebas, según la Ley 27444 Ley
de Procedimientos Administrativos.

III.3.2. Principios Constitucionales

Debido Proceso.

La Constitución Política del Perú en su artículo 139° Inc. 3, establece: La observancia del
debido proceso y la tutela jurisdiccional “Ninguna persona puede ser desviada de la
jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento distinto de los
previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de excepción ni por
comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su denominación”.

Para Campos Barranzuela, (2018) es todo proceso judicial, de cualquier disciplina


jurídica, debe tener las mínimas garantías para poder llevar un proceso justo o limpio, es
decir deben tener la confianza en el aparato judicial, que su proceso aun sea adverso, se
llevará con todas las garantías legales. Mientras que, para Castillo Córdova (2013) el
debido proceso derecho fundamental contenido esencial para acceder a los órganos
encargados de administrar justicia.

Tutela Jurisdiccional

Según Leon Florian, (2019) toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a un debido
proceso.

La tutela judicial efectiva supone tanto el derecho de acceso a los órganos de justicia
como la eficacia de lo decidido en la sentencia, es decir, una concepción garantista y
tutelar que encierra todo lo concerniente al derecho de acción frente al poder-deber de la
jurisdicción.

Motivación

La Constitución Política del Perú en su Art. 139 inc. 5, establece: La motivación escrita de
las resoluciones judiciales en todas las instancias, la ley aplicable y de los fundamentos
de hecho en que se sustentan.
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Hawie Lora (2017) enfatiza que el principio de motivación obliga al juzgador a explicar y /
o argumentar las razones de la decisión adoptada.

De no ser condenado en ausencia

Nuestra Constitución en el Art 139 inc. 12 se consagra que todo ciudadano se encuentra
protegido por el derecho a no recibir una condena estando ausente. Este principio es
conocido como el “principio de no ser condenado en ausencia”, el cual se encuentra
revestido de una serie de derechos adicionales en los cuales los principales son el
derecho a la igualdad de armas y el derecho a la defensa que tiene toda persona. (Leon
Florian, 2019)

III.4. Notificaciones

III.4.1. Definiciones preliminares.


Una de las definiciones planteadas es aquella que indica Céspedes Zavaleta (2018) es
un “acto de dar a conocer a los interesados la resolución recaída en un trámite donde
consta tal comunicación”.

III.4.2. Objeto.
Se puede decir que las notificaciones judiciales son aquellos actos procesales que tienen
como propósito principal, que las partes tomen conocimiento de las resoluciones
judiciales, a fin de que éstas puedan ejercer su derecho a la defensa.

III.4.3. Clases o Tipos según la Ley Orgánica del Poder Judicial


a. Notificación personal al administrado interesado o afectado por el acto, en
su domicilio.
b. Por publicación en el Diario Oficial o en uno de los diarios de mayor
circulación en el territorio nacional.
c. Mediante telegrama, correo certificado, telefax; o cualquier otro medio que
permita comprobar fehacientemente su acuse de recibo y quien lo recibe.

IV. Resultados
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De lo expuesto, a fin de contrastar a nivel regional, si previamente a dictarse medidas de
protección, se le corre traslado con la denuncia al demandado a fin de que ejerza su
derecho a la defensa, se ha obtenido como resultado que en el año 2020, de los 9455
expedientes que ingresaron de forma equitativa a los 7 Juzgados Especializados que
existen en el Módulo Judicial Integrado de Violencia contra la mujer y los integrantes del
Grupo Familiar de Chiclayo, en ninguno de ellos se ha emitido resolución alguna que cite
a las partes a una audiencia oral, resolviéndose el proceso mediante la primera
resolución; situación de la que se advierte que en ninguno caso el demandado tomó
conocimiento de un proceso de violencia familiar en su contra, antes de que se dictaran
las medidas de protección a favor de la demandante.

GRAFICO 01

9455
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Fuente: Oficina de Administración del Módulo de Violencia Familiar de Chiclayo.

Sin embargo, se ha recopilado la opinión de los Magistrados a cargo de los 7 juzgados


especializados en violencia familiar del Módulo Judicial Integrado de Violencia contra la
mujer y los integrantes del Grupo Familiar de Chiclayo, a través de la encuesta aplicada,
en donde se corrobora que es uniforme el criterio acerca que el demandado deba ejercer
su derecho a la defensa antes de que se emita el auto final.

GRAFICO 02

¿Cree usted que previamente a dictarse medidas de protec-


ción, se le debería correr traslado con la denuncia al de-
mandado a fin de que ejerza su derecho a la defensa?

SI NO

Fuente: Encuesta aplicada a Magistrados del Módulo de Violencia Familiar de Chiclayo.

V. Discusión
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Luego de exponer el resultado del análisis hecho al trámite de los expedientes de los 7
Juzgados Especializados de Familia, respecto a las medidas de protección emitidas por
los señores magistrados, consideramos el siguiente análisis:

El principio del debido proceso implica que las disposiciones del Juez especializado de
Familia, debe especificar sin lugar a dudas la notificación formal antes que se dicten las
medidas de protección, tanto a la demandante como al demandado, para poder
considerar y garantizar la defensa jurídica de éste último en el proceso; asimismo, resulta
necesario recordar que, todo procesado tiene el derecho fundamental a la notificación
previa y precisa de la imputación manifestada en su contra, para no quedar en estado de
indefensión; del mismo modo, se realizó un importante hallazgo conforme a los resultados
de la información acopiada, siendo que el 100% de los demandados no tuvieron
conocimiento de la notificación judicial de la imputación de cargos hasta después de
dictadas las medidas de protección emitidas por el Juez especializado de Familia,
basándose en el cumplimiento de la Ley N° 30364 – “Ley para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar”, la cual es
garantista respecto a las víctimas de violencia familiar; a pesar de estas vulneraciones
contra los derechos del imputado, los jueces de familia proceden a realizar el
procedimiento ante el órgano jurisdiccional competente para la decisión oficial y especial
para el dictado de las medidas de protección, siendo esto innegable, porque se viene
afectando este derecho constitucional de defensa, de los emplazados en temas de
violencia familiar en los juzgados especializados de Familia de Chiclayo.
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Del mismo modo, como nos ilustra la encuesta dirigida a los jueces del módulo de
violencia familiar de Chiclayo, quienes son 7 en total, de los cuales 6 de estos
magistrados están de acuerdo de que el demandado sea notificado previamente al
dictado de medidas de protección a fin de cautelar su derecho a la defensa; al respecto, la
normativa vigente vinculada a los temas de violencia familiar como es la Ley N°30364 y el
Código del niño y los adolescentes complica más la postura de los jueces, debido a que
en los casos de violencia familiar se presenta: rectificación de versión de imputación,
inasistencia a declarar de la agraviada, inasistencias para continuar las pericias de ley,
ausencia de testigos, imposibilidad para realizar actos de corroboración, etc., de lo que se
infiere que resulta difícil arribar a conclusiones que sean favorecidas al emplazado,
porque la ley asiste en demasía a la víctima, dejando en indefensión al demandado;
siendo esto así, se ha llegado a determinar que existen anomalías en la notificación de los
emplazados, quienes toman conocimiento de los cargos presentados en su contra y del
proceso judicial con la resolución que dicta las medidas de protección en su contra,
debido a los dispositivos legales garantistas que regulan el proceso, donde los
magistrados al momento de decidir, no pueden ir más allá de los parámetros que la ley
impone.

De la misma forma, es preciso señalar que al prescindir de la notificación previa al dictado


de medidas de protección del emplazado, sobrellevaría a sustraer protagonismo e
intervención a los juzgadores de familia, debido a que sus actuaciones están a la
expectativa de los medios probatorios compilados por el equipo multidisciplinario y/o
medios probatorios presentado por la víctima, para que luego puedan expedir el auto final,
pareciendo en algunos casos a una mesa de partes que expiden medidas tuitivas de
manera automatizada, más aún en estos tiempos de pandemia por COVID-19, dejando
así el análisis a la investigación penal; en ese contexto, el inciso tercero del artículo 139
de la Constitución peruana, hace referencia a que “es principio y derecho de la función
jurisdiccional la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional, permitiendo
colegir que dichos principios – derechos, contienen a los principios de juez natural y de
jurisdicción predeterminada por ley”. Por otro lado, el artículo séptimo de la Ley Orgánica
del Poder Judicial establece “el derecho de toda persona a la plena tutela jurisdiccional
con las garantías de un debido proceso”, añadiendo que es deber del Estado facilitar el
acceso a la justicia.

A manera de promover la debida formalización de las notificaciones judiciales a los


emplazados por casos de violencia familiar, se debe señalar que todas las actuaciones
procesales desde la denuncia, debería correrse traslado a ambas partes del proceso,
asimismo precisar que, si no se cumplen estos preceptos, existe afectación al derecho
legítimo de defensa. Conforme lo menciona Villegas (2013) respecto a que, el derecho de
defensa “es aquel Derecho fundamental atribuidas a todas las partes del proceso y tiene
como presupuesto minino la necesidad de que estas sean oídas, en el sentido de que
puedan conocer, demostrar, debatir sobre materiales de hecho y de derecho que puedan
influir en la resolución judicial”; del mismo modo Araiano (2013), acota que “este derecho
prohíbe situaciones de indefensión por partes de los juzgadores, estableciendo de esta
manera un parámetro delineado al debido proceso”; se precisa estos conceptos para
tener un horizonte más amplio en esta materia delicada del derecho, puesto que este
modelo considera conveniente contar con la contradicción del denunciado en todas las
instancias del proceso.

VI. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES


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- En el año 2020, de los 9455 expedientes que ingresaron de forma equitativa a los
7 Juzgados Especializados que existen en el Módulo Judicial Integrado de
Violencia contra la mujer y los integrantes del Grupo Familiar de Chiclayo, en
ninguno de ellos el demandado tomó conocimiento de un proceso de violencia
familiar en su contra, antes de que se dictaran las medidas de protección a favor
de la demandante. Sin embargo es uniforme el criterio de los Magistrados, acerca
que el demandado deba ejercer su derecho a la defensa antes de que se resuelva
el proceso en primera instancia.

- Se viene afectando este derecho constitucional de defensa de los emplazados en


temas de violencia familiar en los juzgados especializados de Familia de Chiclayo,
debido a que no se les corre traslado de la causa que se les imputa por el órgano
jurisdiccional desde el inicio del proceso, empero toman conocimiento cuando ya
se emite la resolución dictando las medidas de protección a favor de la
denunciante, inclusive hasta después del auto final, conforme a la data adjunta al
presente ensayo.

- Existen anomalías en la notificación judicial de los emplazados, quienes toman


conocimiento de los cargos presentados en su contra y del proceso judicial con la
resolución que dicta las medidas de protección en su contra, debido a los
dispositivos legales garantistas que regulan el proceso, tales como son la Ley N°
30364, el Decreto Legislativo N° 1470 Decreto Legislativo que establece medidas
para garantizar la atención y protección de las víctimas de violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar durante la emergencia sanitaria
declarada por el Covid-19 y, el Código del niño y los adolescentes, donde los
magistrados al momento de decidir, no pueden ir más allá de los parámetros que
la ley impone, limitándolos evidentemente en el desempeño de sus funciones
procesales.

OPORTUNIDAD DE MEJORA

Con la finalidad de mejorar el trámite del proceso especial de violencia familiar, es


necesario proponer la modificación del artículo 19° de la Ley 30364 y del artículo 4.4.° del
D.L. 1470, normas en las cuales se debe adicionar lo siguiente:

“…previamente a que se resuelva el proceso, se le corre traslado al demandado por el


plazo de 24 horas, para que ejerza su derecho a la defensa, pudiéndosele notificar por
el medio de comunicación más célere y viable, ya sea vía Whatsapp, correo
electrónico, mensajes de texto, llamada telefónica, u otro que de forma eficaz le
garantice el conocimiento de los hechos denunciados…”

Para tal efecto, se debe presentar dicho proyecto de ley ante la Oficina de trámite
documentario del Congreso de la República, el cual después de ser numerado, será
debatido y aprobado ante la Comisión de trabajo respectiva (para este caso sería la
Comisión de Mujer y Familia), para su posterior aprobación por parte del Pleno del
Congreso. Luego de ello se remitirá al Poder Ejecutivo para su promulgación y publicación
en el diario oficial El Peruano.
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Modificatoria de ley que no solo garantizaría que el demandado pueda hacer valer su
derecho a la defensa, sino que también ayudaría a que los procesos de violencia familiar
no afecten su esencia tuitiva y/o protectora de las verdaderas víctimas de violencia.

VII. REFERENCIAS
________________________________________________________________________

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Ramos , M. (2013). Violencia Familiar.

Seminario Sáyan, G. (2018). Manual del Código Procesal Penal. Gaceta Jurídica.

Torres Falcon, M. (2011). La violencia en casa. Croma Paidos.

Villegas Paiva, E. (2013). El agraviado en el proceso epnal. Lima: Gaceta Jurídica.

VIII. ANEXOS
________________________________________________________________________

ENCUESTA DIRIGIDA A JUECES DEL MODULO DE VIOLENCIA FAMILIAR DE


CHICLAYO

N° DE JUZGADO: __________

Instrucción: Marque con una X la respuesta que considere pertinente.

PREGUNTA 01: ¿Cree usted que previamente a dictarse medidas de protección, se le


debería correr traslado con la denuncia al demandado a fin de que ejerza su derecho a la
defensa?
SI _____ NO _____

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