Administración de justicia con perspectiva de género
La Corte Constitucional ha promovido, a través de sus sentencias, el
establecimiento de las condiciones mínimas de acceso al sistema de administración de justicia para las mujeres que han sido víctimas de violencia basada en género. De la mano de otras consideraciones respecto de diferentes tipos de violencia, la sentencia T-735 de 2017 presenta un análisis jurídico integral de las circunstancias que dan lugar a la violencia institucional:
Jurisprudencia de la Corte Constitucional. Estudio de caso.
Sentencia T-735 de 2017.
- Hechos: RMCM promovió una acción de tutela por considerar
vulnerados sus derechos a la administración de justicia, al habeas data, al debido proceso, y a vivir una vida libre de violencias, porque a pesar de haber acudido durante más de siete años a diferentes autoridades públicas para lograr su protección, los hechos de violencia psicológica por parte de su expareja JARG persistían.
RMCM señaló, de manera especial, que en el 2008 denunció ante
la Comisaría de Familia diferentes hechos constitutivos de violencia psicológica llevados a cabo por su expareja, y la autoridad no consideró relevante la realización de un estudio de procedencia de medidas de protección.
Un año más tarde, JARG solicitó una medida de protección en
favor de su hija (en común) y en contra de RMCM, pidiendo un análisis de su estabilidad psicológica. Adujo como motivo de la medida que buscaba que la madre garantizara la asistencia de la niña a las terapias ordenadas por sus médicos tratantes por las dificultades que tuvo al momento de su nacimiento. Ante esta solicitud, RMCM demostró los cuidados médicos que había recibido la menor, y las denuncias por calumnia y amenazas que ya había presentado en contra del agresor.
En audiencia posterior, se otorgó el uso de la palabra de manera
preferencial al victimario, y la funcionaria se limitó a manifestar que a su parecer existía una mala relación entre la pareja, y resolvió imponer una medida de protección en favor de la niña y en contra de sus padres, quienes se comprometieron a no generar situaciones de agresión física, verbal o psicológica, así como a asistir a terapias psicológicas.
En el oficio dirigido a la Policía Nacional, y en el Sistema de
Registro de Beneficiarios de la Secretaría de Integración Social se incluyó a JARG como sujeto de protección, y a RMCM como victimaria.
Sobre la medida de protección señalada, la tutelante alegó que
estaba siendo incumplida por parte del agresor, pues JARG ejercía actos de violencia psicológica en contra de RMCM y de sus hijos, dejándoles mensajes ofensivos e intimidantes en redes sociales y llamadas telefónicas, ciber-acosándoles, y realizando actos de violencia verbal. No obstante, el trámite de incumplimiento no fue llevado a cabo por el equívoco registro de la madre como victimaria. Aunque en el 2015 la medida de protección fue levantada, los hechos violentos continuaron, lo que motivó a la accionante a interponer la acción de tutela como medida transitoria para la protección de sus derechos, mientras se decidían los recursos judiciales impulsados para la protección de sus derechos.
- Violencia institucional contra las mujeres por parte de las
autoridades administrativas y judiciales encargadas de la ruta de atención de casos de violencias contra las mujeres y violencias basadas en género: En esta sentencia la Corte presenta un análisis sobre el derecho de las mujeres a acceder a un recurso judicial sencillo y eficaz, y el deber estatal de diligencia en la prevención, investigación, sanción y reparación de la violencia contra las mujeres. Ambos derechos cuentan con un respaldo normativo internacional amplio que, como se ha visto, se ve integrado al ordenamiento jurídico nacional con fundamento en el Bloque de Constitucionalidad y en la voluntad soberana del Estado de ratificar instrumentos internacionales de protección de derechos humanos y de derechos humanos de las mujeres, entre los que se encuentran la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la Convención de Belém do Pará.
El deber de los Estados de implementar un recurso judicial efectivo
no se limita a la existencia de los tribunales y/o entidades de recepcionar y dar trámite a los casos de violencias contra las mujeres, sino que los recursos deben ser capaces de producir resultados o respuestas a las violaciones de derechos humanos denunciadas. De otro lado, el deber de debida diligencia de los Estados, explícito en la Convención de Belém do Pará, implica la adopción de medidas integrales consistentes en la existencia de un marco de protección y su aplicación efectiva, y en la formulación de medidas de prevención y prácticas que proporcionen una respuesta eficaz ante las denuncias. Lo anterior, sin olvidar que existe un deber del Estado de otorgar una protección reforzada a las mujeres víctimas de hechos de violencia en su contra.
Del mismo modo, la Corte reiteró que las fallas en la prevención,
investigación, sanción y reparación de la violencia contra la mujer puede conllevar a la responsabilidad del Estado, en tanto la situación de impunidad promueve la reproducción de aquello que se quiere atacar, y constituye en sí misma una discriminación en el acceso a la justicia. En este contexto se inscriben las actuaciones discriminatorias de los operadores y operadoras de justicia, cuando toman decisiones fundadas en actitudes y prácticas machistas y patriarcales, perpetuando así los actos de impunidad para estos casos.
La violencia generada por el actuar de las y los funcionarios de las
instituciones públicas son el resultado de la asimilación y naturalización de estereotipos de género y de prácticas sociales que respaldan la subordinación de las mujeres, es decir, son actos de discriminación.
Esta sentencia presenta algunas conclusiones relevantes sobre la
eficacia del derecho al acceso a la justicia para las mujeres:
I. Las medidas de protección y el trámite de cumplimiento deben
darse dentro de un término razonable para asegurar la materialización de los derechos fundamentales al debido proceso y al acceso efectivo a la administración de justicia de las mujeres víctimas de violencia, así como de la garantía de no repetición de las agresiones.
II. Las mujeres víctimas de violencia tienen derecho a acceder a la
información sobre el estado de la investigación de los hechos de violencia en su contra, así como los datos que sobre ellos reposan en las bases de datos, y pedir su actualización y rectificación cuando estos sean inexactos, incompletos o fraccionados, induzcan a error o su tratamiento se encuentre prohibido.
III. Los funcionarios administrativos y judiciales que conozcan asuntos
de violencia contra la mujer deberán ser imparciales, asegurando que sus decisiones no se fundamenten en nociones preconcebidas o estereotipos de género.
IV. Los derechos de las mujeres víctimas de violencia reconocidos en
la Ley 1257 de 2008 deben ser garantizados en todos los procedimientos administrativos y judiciales para su protección y atención.
V. Las medidas de protección deben ser idóneas para eliminar la
violencia o la amenaza denunciada, atendiendo la modalidad del daño y recurriendo a medidas diferentes a aquellas establecidas en la ley cuando la situación lo requiera.
- Violencia doméstica o intrafamiliar: La violencia contra las
mujeres tiene un vínculo ineludible con el contexto histórico de discriminación en su contra, debido a que se trata de un medio para perpetuar su subordinación al hombre, en este caso, en el ámbito familiar. Por tanto, este no es un fenómeno que deba tratarse de manera exclusiva al interior de los hogares, sino que exige compromisos de parte de la sociedad y del Estado para eliminar sus causas estructurales, para procurar así la materialización del derecho fundamental de las mujeres a vivir una vida libre de violencias.
- Decisión: Para el caso, la Corte consideró que la expedición de la
medida de protección y el trámite de su incumplimiento excedieron el término razonable en que debían efectuarse. Así las cosas, se vulneraron los derechos al debido proceso y a la administración de justicia de la accionante. Respecto de la anotación en el Sistema de Registro de Beneficiarios de la Secretaría de Integración Social, la inscripción de datos errados vulnera el derecho de la tutelante al habeas corpus, y de manera indirecta el de su hija menor, toda vez que ese sistema de información es la herramienta en la cual se registran distintos datos individuales y familiares de los ciudadanos que acuden a las Comisarías, y las diferentes atenciones y medidas que han sido adoptadas por las mismas.
Otras vulneraciones como la falta de trámite a la solicitud de
rectificación de la información, la negativa a hacer efectivo el derecho a la no confrontación de la víctima con su agresor, y la toma de decisiones con fundamento en estereotipos de género, fueron abiertamente advertidas dentro del proceso.
Por lo anterior, la Corte resolvió conceder a RMCM la protección
de sus derechos fundamentales al debido proceso, al acceso a la justicia, al habeas data, y a una vida libre de violencia, ordenando la expedición de una decisión de fondo sobre el trámite de incumplimiento a la autoridad competente, actualizando la información contenida en el Sistema de Información y Registro de Beneficiarios, y dejando sin efectos la providencia que negaba el ejercicio del derecho a la no confrontación con el agresor.
Bibliografía
Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-735 de 2017.