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CAPíTULO

9
Entrenamiento de fuerza: adaptaciones
neuromusculares y hormonales
M. Izquierdo Redín, J. J. González-Badillo, J. Ibáñez Santos,
A. Alonso Martínez y E. M. Gorostiaga Ayestarán

La mejora de la fuerza muscular con ejercicios final resulta la actividad física manifestada por los
con cargas pesadas empezó a utilizarse en 1945 por músculos. Esta capacidad está en relación con una
Thomas L. Delorme en programas de rehabilitación serie de factores, unos de tipo estructural, como
de veteranos de la Segunda Guerra Mundial. Desde el número de puentes cruzados de miosina que
entonces, el desarrollo de la fuerza muscular no ha pueden interactuar con los filamentos de actina,
sido sólo importante en el ámbito del deporte, tam- el número de sarcómeros en paralelo, la tensión
bién múltiples agencias y asociaciones profesiona- específica o fuerza que una fibra muscular puede
les del ámbito sanitario reconocen la importancia ejercer por unidad de sección transversal, la lon-
que tiene conservar ciertos niveles de fuerza muscu- gitud de la fibra y del músculo o el tipo de fibra.
lar para evitar que aparezcan problemas como los También la fuerza que puede manifestar un múscu-
dolores de espalda, la osteoporosis o la imposibili- lo esquelético depende de varios factores de tipo
dad futura de realizar actividades diarias, como neural, que se asocian con la habilidad del siste-
levantarse de una silla o caminar de manera inde- ma nervioso para la máxima y rápida activación de
pendiente. los músculos agonistas (por ejemplo, aumento en
Diversos estudios han mostrado que la realiza- el número de la UM activas, al incremento en su
ción de un entrenamiento sistemático de la fuerza frecuencia de estimulación y al aumento en su estí-
máxima se acompaña de incrementos significativos mulo de excitación), inhibición de los músculos
en la producción de fuerza, independientemente de antagonistas o con la capacidad de utilizar energía
la edad y el sexo, siempre y cuando la intensidad y potencial originada durante un ciclo estiramiento-
duración del período de entrenamiento sean sufi- acortamiento.
cientes. Cualquier entrenamiento de fuerza tendrá Además de los factores anteriormente comenta-
como objetivo mejorar una o varias de las siguien- dos, otras cuestiones relacionadas con las propieda-
tes expresiones de fuerza y velocidad: la fuerza máxi- des mecánicas del músculo, como el ángulo articu-
ma, la fuerza explosiva o la máxima potencia. Otras lar donde se genera la tensión articular y la longitud
variables relacionadas con el rendimiento, como la inicial del músculo cuando se activa, el tipo de acti-
velocidad de carrera, velocidad de lanzamiento o el vación y la velocidad de movimiento, son también
salto, también estarán influenciadas por este tipo determinantes en la producción de tensión en el
de entrenamiento. músculo. La fuerza que puede manifestar un múscu-
El proceso por el cual se genera y mantiene la lo esquelético depende de la longitud que tienen los
fuerza y la velocidad de contracción en un múscu- músculos en el momento de generar tensión y
lo o grupo de músculos incluye numerosos eslabo- los cambios de la longitud en el tiempo (velocidad
nes estructurales y funcionales de cuya interacción de contracción).
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 157

Por último, el sistema neuroendocrino forma una ADAPTACIONES ESTRUCTURALES: FACTORES


parte muy importante en el complejo de la manifes- MUSCULARES Y TENSIÓN ESPECÍFICA
tación y cambios a corto y largo plazo en la produc-
ción de fuerza y el sistema neuromuscular. Las hor- La capacidad de un sujeto para desarrollar fuer-
monas son mensajeros químicos que se sintetizan, za depende, entre otros, de factores de tipo estruc-
almacenan y son liberados por glándulas endocri- tural, como el número de puentes cruzados de mio-
nas, además de por otras células especializadas. Las sina que pueden interactuar con los filamentos de
razones por la que se cree en la importancia del sis- actina, el número de sarcómeros en paralelo, la ten-
tema hormonal son que: 1) las hormonas anaboli- sión específica o fuerza que una fibra muscular
zantes (por ejemplo, testosterona o hormona del cre- puede ejercer por unidad de sección transversal, la
cimiento) tienen efectos de modelación de las fibras longitud de la fibra y del músculo y el tipo de fibra
musculares a nivel metabólico y celular, similar a muscular.
los observados en el músculo después del entrena- Los incrementos de fuerza inducidos por el entre-
miento de fuerza, 2) durante las diferentes sesiones namiento se asocian durante las primeras semanas
de entrenamiento de fuerza existe un aumento de principalmente a una adaptación en el sistema ner-
las hormonas anabólicas como la T, GH, IGF-1, con- vioso, ya sea por un aumento en la activación de la
secuencia de mayor utilización por el tejido muscu- musculatura agonista o bien por cambios en los
lar, y 3) se observa que las mejoras y/o pérdidas de patrones de activación de la musculatura antagonis-
producción de fuerza durante la actividad física cró- ta. Sin embargo, a partir de la sexta-séptima sema-
nica (entrenamiento/envejecimiento) se acompañan na, la hipertrofia muscular es un hecho evidente,
de un aumento de las tasas basales de hormonas aunque los cambios en los tipos de proteínas, tipos
anabólicas (T, GH) y/o de un descenso de las tasas de fibras y síntesis de proteínas ocurran mucho antes
hormonas catabólicas, como el cortisol (Gonzalez- (Moritani y DeVries, 1980; Häkkinen, 1994; Sale,
Badillo y Gorostiaga, 1995). 1988) (Fig. 9.1).
En los siguientes apartados se comentarán los
Factores musculares: masa muscular
principales mecanismos que explican la mejora con
y fibras musculares
el entrenamiento de la fuerza, hipertrofia muscular
y potencia. Por ultimo, se darán algunas recomen- El músculo esquelético tiene la capacidad de
daciones para su entrenamiento y desarrollo. hipertrofiarse después de participar en un progra-
ma de entrenamiento
de fuerza, siempre y
cuando la intensidad,
Fuerza Esteroides volumen y duración
del programa sean los
adecuados. La hiper-
trofia muscular es el
Progresión

Adaptaciones
resultado de la acumu-
Esteroides
neurales lación de proteínas,
debido a un aumento
en la síntesis, reduc-
ción en la degradación
o ambos. Reciente-
Hipertrofía muscular
mente se ha concluido
que la síntesis de pro-
teínas en el músculo
0 20 40 60 80 100
esquelético aumenta
Tiempo (semanas) inmediatamente des-
pués de una sesión
de entrenamiento. El
Figura 9.1. Influencia relativa de las adaptaciones neurales y musculares con el entrenamiento
de fuerza. (Modificada de Sale DG. Neural adaptation to resistance training. Lippincott Williams & pico de síntesis protei-
Wilkins. Med Sci Sport Exerc, 1998; 20:S135-S145.) ca ocurre aproximada-
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158 FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

mente a las 24 horas de realizarse la sesión de entre- do a que la hipertrofia muscular inducida por el
namiento y permanece elevado desde dos-tres horas entrenamiento de fuerza puede no ser un proceso
después del ejercicio hasta las 36 horas de haber uniforme a lo largo de todo el paquete muscular
finalizado. La magnitud de la hipertrofia muscular (Häkkinen y cols., 2000). Así, en un estudio reali-
está influenciada por diversos factores. La fibras zado por Häkkinen y cols. (2000) se observó que los
rápidas aumentan más su tamaño que las fibras len- cambios inducidos por 21 semanas de entrenamien-
tas. El daño muscular de tipo mecánico que se pro- to de fuerza en el área de sección transversal deter-
duce en las acciones excéntricas es un importante minada por resonancia magnética nuclear no eran
estímulo para el desarrollo de la masa muscular, que uniformes a lo largo del grupo muscular cuádriceps
por el contrario se atenúa con el entrenamiento a femoral, de tal manera que los aumentos fueron
largo plazo de la fuerza muscular. Sin embargo, no superiores en las regiones con más sección trans-
está del todo claro que el daño muscular sea nece- versal, en las porciones proximales del vasto lateral
sario para inducir la hipertrofia muscular. y en las porciones distales del vasto medial. Sin
Algunos estudios experimentales han mostrado embargo, esto no se observó en los músculos vasto
diferencias significativas en el área de la sección intermedio y recto femoral (Fig. 9.2).
transversal muscular del grupo muscular cuádriceps Por otro lado, la influencia que tiene la propor-
femoral medida antes y después de sólo dos-tres ción de fibras rápidas y lentas sobre los incremen-
meses de un entrenamiento de fuerza (Frontera y tos en la fuerza muscular y área de sección trans-
cols., 1988; Häkkinen y Häkkinen, 1995; Häkkinen versal en respuesta al entrenamiento de fuerza no
y cols., 1995). Sin embargo, los efectos del entre- está claro (Gonzalez-Badillo y Gorostiaga, 1995).
namiento sobre el área de la sección transversal Aunque la hipertrofia muscular no es evidente hasta
muscular se tienen que interpretar con cautela debi- pasadas varias semanas después de participar en un

30 30
A Después B Después
25 Entrenamiento 25 Entrenamiento
AST del VM (cm2)
AST del VL (cm2)

de fuerza de fuerza
20 20
15 15
10 Antes 10 Antes
5 5
* * * * * ** * * *** ** * *
0 0
3/15 4/15 5/15 6/15 7/15 8/15 9/15 10/15 11/15 12/15 3/15 4/15 5/15 6/15 7/15 8/15 9/15 10/15 11/15 12/15
Distal Fracción (Lf) Proximal Distal Fracción (Lf) Proximal

30 20
C Después D
25 Entrenamiento
AST del RF (cm2)
AST del VI (cm2)

de fuerza 15
20 Después
Entrenamiento
15 10 de fuerza
10 Antes
5
5 Antes
* * * * * * * *
0 0
3/15 4/15 5/15 6/15 7/15 8/15 9/15 10/15 11/15 12/15 3/15 4/15 5/15 6/15 7/15 8/15 9/15 10/15 11/15 12/15
Distal Fracción (Lf) Proximal Distal Fracción (Lf) Proximal

Figura 9.2. Valor medio (± DE) de las áreas de sección transversal de los músculos vasto lateral (VL), vasto medial (VM), vasto
intermedio (VI) y recto femoral (RF), del grupo cuádriceps femoral a diferentes secciones longitudinales del fémur desde 3/15 hasta
12/15 en mujeres de edad avanzada antes y después de un período de 21 semanas de entrenamiento de fuerza. (Modificada de
Häkkinen K, Alen M, Kallinen M, Newton RU, Kraemer WJ. Neuromuscular adaptation during prolonged strength training and detrai-
ning, and re-strength training in middle-aged and elderly people.Springer-Verlag GmbH. Eur J Appl Physiol, 2000; 83:51-62.)
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 159

programa de entrenamiento de fuerza, los cambios adultos se creía que estaba relacionado con la divi-
cualitativos en las proteínas contráctiles (por ejem- sion longitudinal de las fibras. En la actualidad, esta
plo, actina y miosina) ocurren en las primeras sesio- teoría se ha desechado y se piensa que con el entre-
nes del entrenamiento. Los cambios en la expresión namiento las nuevas células se desarrollan a partir de
de la meromiosina de cadena pesada IIx (MHCIIx) otras ya existentes denominadas células satelite. Estas
hacia la expresión de la de tipo IIa (MHCIIa) ocu- «células satélite» son células de reserva no funciona-
rren en las primeras sesiones de entrenamiento. les que se encuentran en el exterior de la membrana
Estos cambios se producen incluso antes de las plasmática de la fibra muscular, pero en el interior
modificaciones en el tipo de fibras musculares. Así, de la lámina basal. Cuando un ejercicio o una sesión
es frecuente encontrar que tanto en personas jóve- de entrenamiento produce un daño celular en el
nes como en personas mayores, los sujetos con una músculo, se observa una proliferación de «células
proporción mayor de fibras musculares rápidas mos- satélite» (Schultz, 1989) que puede reemplazar a las
traron mayores incrementos en el área de sección células dañadas (en el caso de que el daño haya sido
transversal de los músculos entrenados que aque- tan grande que las células lesionadas mueran) o bien
llos sujetos que tenían una menor proporción de fusionarse con dichas células (en el caso de que el
fibras rápidas (Häkkinen y cols., 2000). No obstan- daño celular haya sido grande pero no hayan muer-
te, diversos estudios también han observado aumen- to) (Gonzalez-Badillo y Gorostiaga, 1995).
tos en el tamaño de las fibras musculares tipo I y Además del tejido contráctil, el músculo está for-
tipo II, acompañados de una transformación desde mado por otros tejidos no contráctiles, que repre-
las fibras tipo IIx en fibras hacia las de tipo IIax y sentan alrededor del 13% del volumen muscular
IIa (Häkkinen y cols., 1998a). Estos cambios en total (MacDougall, 1984). De entre dichos tejidos
plasticidad se han observado con tal solo dos-cua- no contráctiles, el principal elemento es el coláge-
tro semanas de entrenamientos. no, que representa el 7% de la masa muscular total.
Conocemos que el entrenamiento de resistencia La hipertrofia muscular se suele acompañar de un
aeróbica se acompaña de un aumento en la propor- aumento proporcional del tamaño y de la fuerza del
ción de fibras I y, por consiguiente, de una disminu- tejido conectivo, y viceversa, la atrofia se acompa-
ción en la proporción de fibras musculares de tipo II ña de una disminución proporcional del tejido
(Green, 1984). Sin embargo, el entrenamiento de conectivo. Por ejemplo, el tejido conectivo del hom-
fuerza no parece acompañarse de la transformación bre sedentario representa, como el del culturista
inversa (fibras I en fibras II). Lo único que se ha entrenado, un 13% del volumen muscular (Mac-
observado ha sido un aumento del tamaño de las Dougall, 1984). Se considera que el aumento del
fibras II, pero no un aumento en el número de fibras tamaño y de la fuerza del tejido conectivo permite
II o una disminución del número de fibras I (Mac- que el incremento del número de las miofibrillas se
Dougall, 1986; Gollnick, 1972; Tesch, 1985; Hick- apoye y se oriente en una amplia y fuerte estructu-
son, 1994). Estudios recientes han encontrado que ra de soporte (el tejido conectivo) (Hunter, 2000).
el entrenamiento de fuerza puede provocar transfor- Sin embargo, la magnitud de la hipertrofia pro-
maciones de fibras musculares (IIA) en fibras muscu- vocada por el entrenamiento no se correlaciona
lares (IIx) y viceversa (Kraemer, 2000; Fry, 1994; Sta- necesariamente con los incrementos en la fuerza
ron, 1994; Staron, 1991). máxima observados durante períodos de pocas sema-
Además del aumento del area de las fibras, la nas (Moritani y deVries, 1980; Frontera y cols.,
hipertrofia muscular también podría deberse a un 1988; Häkkinen y Häkkinen, 1995). Esto puede
aumento en el número de las fibras musculares, explicarse por cambios a nivel del sistema nervioso
mecanismo conocido como hiperplasia. En la actua- y por pequeñas modificaciones en la tensión espe-
lidad no se puede concluir sobre si la hipertrofia cífica y en las propiedades contráctiles de las fibras
muscular provocada por el entrenamiento de fuerza con el entrenamiento.
se acompaña o no de un aumento en el número de
las fibras musculares (hiperplasia). Esto se debe a las Tensión específica y arquitectura
grandes dificultades metodológicas que existen en la muscular
determinación del número de fibras en el hombre. Se ha comentado anteriormente que el potencial
El proceso de aumento inducido por el entrenamien- que tiene un músculo de generar fuerza muscular se
to en el numero de fibras musculares en animales relaciona con el área de la sección transversal muscu-
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160 FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

lar, de tal manera que en aquellas personas con una tores que influyen en esta variación se encuentran
mayor cantidad de material contráctil, la fuerza que los relacionados con: 1) el uso de una sola determi-
producirá el músculo al contraerse será proporcional nación de AST, cuando para la mayoría de los
al número de sarcómeras en paralelo activadas (Fig. músculos el AST se modifica a lo largo de paquete
9.3). La pendiente de la linea de regresión de esta muscular; 2) la necesidad de identificar todos los
relación se denomina tensión específica (en la fibra músculos que intervienen en la producción de fuer-
muscular) o fuerza mormalizada (en el músculo) y za; 3) la dificultad de aislar la cierta coactivación
tiene un valor normal de 30 N · cm-2. La tensión espe- antagonista, mientras se activan los antagonistas; 4)
cífica se relaciona con la densidad del paquete mio- la asunción de que todo el músculo se puede acti-
fibrilar y con la variación en los elementos estructu- var, y 5) la variación en relacion con la arquitectu-
rales del citoesqueleto, relacionado este último aspecto ra muscular (por ejemplo, ángulo de penneación,
con la eficacia en la transmisión de la tensión desde longitud de la fibra muscular) (Enoka, 2002; Gon-
los sarcómeros hasta el sistema esquelético. zalez-badillo y Ribas, 2002).
En este contexto, el grado de penneación afecta Un interesante aspecto a considerar es si la ten-
directamente a cuantas sarcómeras están presentes sión específica puede ser modificada. La tensión
por área de la sección transversal en una fibra par- específica es una medición funcional (fuerza intrín-
ticular. En un músculo fusiforme (no penneación), seca) relacionada con el número de miofibrillas por
el área de la sección transversal del músculo o de
unidad de masa muscular y con la variación en los
una fibra (área fisiológica) coincide con el área ana-
elementos estructurales del citoesqueleto, relacio-
tómica de sección transversal del músculo o de la
nado este último aspecto con la eficacia en la trans-
fibra. Sin embargo, en un músculo penniforme, el
área fisiológica es mayor, debido a que se puede colo- misión de la tensión desde los sarcómeros hasta el
car mayor número de fibras musculares (y sarcóme- sistema esquelético. Diferentes estudios han suge-
ras) en el volumen muscular; además, una sección rido que la tensión específica puede variar con la
transversal en un músculo penneado y perpendicu- actividad física (entrenamiento, inactividad, enve-
lar a su línea de acción podría no incluir todas sus jecimiento) y es diferente en los distintos tipos de
fibras. Debido a la peneación, el área de la sección fibra muscular (tipo I y tipo II), así como en las mis-
transversal muscular (AST) está más relacionada mas fibras en diferentes músculos.
con la producción de fuerza de un músculo. A pesar de que la capacidad de generar tensión
Sin embargo, el AST sólo explica el 50% de la de los sarcómeros por unidad de masa muscular sea
varianza en la producción de fuerza. Entre los fac- bastante similar en diferentes grupos musculares, se
observa una importante variación. Es posible que la
capacidad de generar tensión de los sarcómeros sea
800 similar entre diferentes grupos musculares, mientras
Hombres que la transmisión de la fuerza a la aponeurosis (ten-
Fuerza máxima isométrica (N)

Mujeres dón) se relacione con cambios en la arquitectura


600
muscular. Esto puede explicar las diferencias que se
observan en los resultados de distintos estudios. Por
400
ejemplo, pequeñas modificaciones de la longitud de
la fibra muscular o del ángulo de penneación podrían
producir considerables modificaciones en la tensión
200 específica muscular (Aagaard y cols., 2001).
El cambio del ángulo de penneación durante la
contracción muscular se puede determinar actual-
0 mente mediante técnicas de ultrasonido o resonan-
0 20 40 60 80 100
2
cia magnética. En la actualidad existen diferentes
Área sección transversal (cm )
estudios que muestran modificaciones en la arqui-
tectura muscular con el ejercicio agudo y crónico.
Figura 9.3. Relación entre el área de la sección transversal del Abe y cols. (2000) mostraron que un grupo de velo-
músculo cuádriceps femoral y la máxima tensión que puede cistas tenía una mayor longitud de los fascículos
realizar durante una acción muscular isométrica. (Modificada
de Enoka RM. Neuromechanics of human movement. 3.ª ed. musculares (vasto lateral y vasto medial) y un menor
USA: Human Kinetics, 2002.) ángulo de penneación (vasto lateral y gastrocnemio)
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 161

en comparación con un grupo de corredores de de fatiga se relacionaba con factores de tipo neural y
fondo. Estas diferencias podrían estar relacionadas metabólico. Sin embargo, los cambios agudos en la
con una mayor velocidad de contracción muscular arquitectura muscular, explicados por el aumento en
que la del grupo de corredores de medio-fondo. En el ángulo de penneación, también pueden en parte
otro estudio, se observó que los luchadores de sumo contribuir a la reducción asociada a la fatiga en el
tenían mayores longitudes de fascículos muscula- rendimiento muscular (Fig. 9.4).
res (vasto lateral, porción larga del tríceps, gastroc- Después de participar en un programa de entre-
nemio) y mayores ángulos de penneación (los mis- namiento para el desarrollo de la fuerza, Kawakami
mos músculos, a excepción del vasto lateral) que un y cols. (1995) observaron en un grupo de sujetos sanos
grupo control (Kearns y cols., 2000). Estas caracte- un aumento del grosor muscular y del ángulo de pen-
rísticas se podrían trasladar a un aumento en la capa- neación del tríceps braquial. Además, Aagaard y cols.
cidad de generar tensión. (2001) observaron que el entrenamiento de fuerza
Con el ejercicio agudo es frecuente observar un durante 14 semanas en individuos previamente no
aumento en el grosor muscular, principalmente rela- entrenados produjo un aumento del 16% de la máxi-
cionado con el movimiento de fluido desde el espa- ma fuerza en contracción, mientras que el volumen
cio vascular hacia los músculos activos, que puede o el área de la sección transversal sólo aumento un
influenciar la arquitectura muscular. En un estudio 10%. Dado que la distribución de las isoformas I y II
realizado por Ahtianen y cols. (2002) se mostró que de la miosina de cadena pesada permanecieron esta-
después de un ejercicio agudo de fuerza (cinco series bles durante el entrenamiento, y que el ángulo de
de leg press y cuatro series de sentadilla a una inten- penneación aumentó 2 º, el aumento de fuerza por
sidad de 10RM) se originó una importante reducción encima del nivel de hipertrofia se atribuyó al cambio
en la fuerza máxima y actividad electromiográfica, y de ángulo de penneación habido durante el entrena-
un aumento en la acumulación de lactato sanguíneo. miento de fuerza. Sin embargo, en este estudio no se
Este protocolo además de producir un proceso agudo especificó el posible efecto de los factores neurales
de fatiga neuromuscular también se asoció con cam- con el entrenamiento (Fig. 9.5).
bios agudos en el volumen plasmático y en el grosor
del músculo vasto lateral (Fig. 9.4). Se observaron ADAPTACIONES NEURALES
cambios en la arquitectura muscular reflejados por
un aumento en el ángulo de penneación (ángulo for- Anteriormente se ha comentado que la magni-
mado entre la aponeurosis profunda y los interespa- tud de la hipertrofia provocada por el entrenamien-
cios de los fascículos musculares). Este estudio fue to no se correlaciona necesariamente con los incre-
el primero en mostrar que la reducción aguda en la mentos en la fuerza máxima observados durante
producción de fuerza después de este protocolo agudo períodos de pocas semanas (Moritani y deVries,
1980; Frontera y cols., 1988; Häkkinen y Häkkinen,
1995). Esto puede explicarse por cambios a nivel
40
(%) * del sistema nervioso y por pequeñas modificaciones
20
Longitud Fuerza en la tensión específica y en las propiedades con-
fascículo isométrica Actividad Volumen
** máxima EMG plasmático tráctiles de las fibras con el entrenamiento.
0
Grosor Ángulo de
En la figura 9.6 se presentan esquemáticamente
-20 muscular penneación
***
los efectos del entrenamiento de la fuerza máxima y
explosiva sobre el sistema neuromuscular (Enoka,
-40
1988; Häkkinen, 1989). Las adaptaciones del siste-
-60 * ma nervioso al entrenamiento de fuerza se producen
** tanto en la transmisión desde el sistema nervioso cen-
-80
tral como en las respuestas de tipo reflejo a nivel de
la médula espinal. Además, se origina una retroali-
Figura 9.4. Cambios expresados en porcentaje en el grosor
muscular, longitud y ángulo de penneación de la fibra muscu-
mentación de ambos centros nerviosos desde los
lar, fuerza isométrica máxima, actividad electromiográica y volu- receptores sensoriales periféricos. En la figura se
men plasmático después de participar en un protocolo agudo observa que el entrenamiento de la fuerza máxima y
de fatiga (5 x 10RM). (Modificada de Ahtianen J, Kraemer WJ, explosiva producirá adaptaciones específicas en todas
Hakkinen. Changes in muscle architecture after a single heavy
resistance exercise. En International Conference on Strength las estructuras del sistema nervioso, así como en el
Training. Budapest. November, 2002.) propio tejido muscular.
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162 FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

Toda acción muscular voluntaria necesita del


impulso nervioso para contraerse. La fuerza duran-
**
400 400 te las acciones musculares se encuentra modulada
Fuerza máxima isométrica (Nm)

por el número de unidades motoras reclutadas y la


350 350 frecuencia de estimulación a la que se encuentran
sometidas (Kukulka y Clamann, 1981; Miller-Brown
300 300 y cols., 1975). La tensión producida será mayor cuan-
do se reclutan de forma simultanea el mayor núme-
250 250 ro posible de unidades motoras y cuando la frecuen-
cia de estimulación es mayor, hasta llegar a un punto
200 200 a partir del cual aunque se siga aumentando la fre-
cuencia de estimulación, la tensión no aumenta
0 0
(Narici y cols., 1989, Linnamo y cols., 2000).
Pre Postentrenamiento Durante una contracción muscular se puede
registrar la actividad eléctrica del músculo median-
te la técnica de electromiografía (EMG). Éste es el
**
método más utilizado para ver las adaptaciones neu-
Ángulo de pennación (grados)

14 14 rales con el entrenamiento. El grado de activación


muscular puede medirse de forma indirecta median-
12 12 te el análisis electromiográfico con electrodos de
superficie (Häkkinen, 1994) o de aguja (Kamen y
10 10
cols., 1995; Kamen y Roy, 2000). La intensidad de
8 8
la señal de EMG refleja indirectamente la actividad
eléctrica muscular, y relaciona el número de unida-
6 6
des motoras (UM) reclutadas y su frecuencia de
estimulación. Estos factores se encuentran relacio-
0 0 nados con la producción de fuerza muscular (Mori-
Pre Postentrenamiento tani y cols., 1986).
Sabemos que los incrementos de fuerza induci-
Figura 9.5. Fuerza máxima isométrica (A) y ángulo de penna- dos por el entrenamiento durante las primeras sema-
ción (B) antes y después del entrenamiento. (Modificada de nas están asociados principalmente a una adapta-
Aagaard P, Andersen JL, Dyhre-Poulsen P, Anne-Mette L, Wag- ción en el sistema nervioso, ya sea por un aumento
ner A, Magnusson SP, Halkjaer-Kristensen J Simonsen EB. A
mechanism for increased contractile strength of human penna-
en la activación de la musculatura agonista o bien
te muscle in response to strength training: changes in muscle por cambios en los patrones de activación de la
architecture. Penny Ripka. J Physiol, 2001; 534:613-623.) musculatura antagonista. Los grandes aumentos

Nivel cortical

Receptores
Nivel medular
sensoriales
Activación
Coactivación unidad motora
antagonistas Cambios específicos
en la activación neural
Incrementos específicos
Vía aferente fuerza máxima y explosiva
Hipertrofía muscular
selectiva

Figura 9.6. Esquema de los efectos del entrenamiento de fuerza máxima y explosiva sobre el sistema neuromuscular. (Modifica-
da de Enoka, 1988; Häkkinen, 1994.)
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 163

observados en la máxima actividad electromiográfi- mas y velocidades de ejecución lentas o con cargas
ca integrada (activación muscular voluntaria) de los ligeras y velocidades máximas). Por dicho motivo, los
músculos entrenados, especialmente durante las cambios en la iEMG inducidos por el entrenamien-
primeras semanas de entrenamiento en hombres y to de fuerza son aparentemente contradictorios, exis-
mujeres de mediana y avanzada edad, indican que tiendo estudios donde no se encuentra ningún efec-
en el sistema nervioso se producen considerables to (Cannon y Cafarelli, 1987; Thorstensson y cols.,
adaptaciones. Este incremento en la magnitud de 1976) hasta trabajos que evidencian incrementos de
la EMG (iEMG) podría ser debido al aumento en un 38% en la iEMG (Komi y cols., 1978).
el número de UM activas y al incremento en su fre- El incremento de la fuerza explosiva también se
cuencia de estimulación. Sin embargo, la naturaleza acompaña de cambios significativos en la curva
de las adaptaciones en el sistema nervioso central iEMG-tiempo. En trabajos de entrenamiento con
al entrenamiento de fuerza resultan difíciles de defi- grupos de personas jóvenes (Häkkinen y cols., 1985;
nir debido a que se producen cambios tanto en los Häkkinen y cols., 1990), así como con personas de
estímulos de tipo facilitador como inhibidor, de tal edad avanzada (Häkkinen y Häkkinen, 1995), se
manera que: 1) se incrementa la activación de los observaron aumentos en la máxima pendiente de
músculos fundamentales que intervienen en el movi- activación nerviosa de las unidades motoras y una
miento; 2) se reduce la coactivación de los múscu- hipertrofia selectiva de las fibras musculares de tipo
los antagonistas; y 3) se mejora la coactivación de II. Estos estudios muestran la importancia de las
los músculos sinergistas. adaptaciones neurales inducidas por el entrenamien-
to de tipo explosivo.
Activación músculos agonistas En un estudio de Häkkinen y cols. (1985a), se
Los aumentos en la fuerza máxima durante las observó que el tipo de entrenamiento de fuerza rea-
primeras semanas de entrenamiento se deben en lizado tiene una influencia diferente sobre las mejo-
gran medida al aumento de la activación en los ras de fuerza o de la iEMG máxima. En este senti-
músculos agonistas entrenados, siempre y cuando do, está demostrado que un entrenamiento clásico
los sujetos no hayan estado sometidos a un entrena- para el desarrollo de la fuerza máxima (utilizando
miento previo (Moritani y deVries, 1980; Häkkinen cargas elevadas y velocidad de movimiento/acción
y Komi, 1983; Komi, 1986; Sale, 1988; Häkkinen, lentas) produce una mejora significativa de la fuer-
1994; Häkkinen y Häkkinen, 1995). En estos estu- za máxima, mientras que los cambios en la primera
dios es frecuente observar que algunos tipos de entre- parte de la curva fuerza-tiempo o en la parte de máxi-
namiento de fuerza se acompañan de un aumento ma velocidad de movimiento de la curva fuerza-velo-
de la fuerza isométrica máxima y de la IEMG máxi- cidad son menos importantes. En contraposición,
ma (Häkkinen y cols. 1983; Häkkinen, 1986a; Mori- un programa de entrenamiento de la fuerza explo-
tani, 1979; Häkkinen, 1985c). El aumento de la siva, que utilize cargas ligeras, desplazadas a gran
IEMG máxima después del entrenamiento puede velocidad de movimiento, origina con frecuencia
ser debida a un incremento en el número de unida- una mejora en la primera porción de la curva fuer-
des motoras activadas (reclutadas) y/o a un aumen- za-tiempo y en la partes de gran velocidad de movi-
to en la frecuencia de impulso nervioso de las uni- miento de la curva fuerza-velocidad. Estos efectos
dades motoras (Salmons, 1969). El aumento en el diferenciales de distintos tipos de entrenamiento es
número de unidades motoras activadas con el entre- lo que clásicamente se ha denominado como prin-
namiento de fuerza suele ocurrir especialmente en cipio de especificidad en el entrenamiento de fuer-
sujetos previamente sedentarios o no acostumbra- za. Este principio se puede observar en la figura 9.7,
dos a realizar entrenamientos de fuerza, que no son donde se se muestra el efecto de estos dos tipos de
capaces de reclutar todas las unidades motoras, espe- entrenamiento en la curva fuerza-tiempo e iEMG-
cialmente las que inervan a las fibras rápidas duran- tiempo.
te una contracción voluntaria máxima. En la figura 9.7 A se observa (arriba e izquier-
Los trabajos que han estudiado los efectos del da de la figura) que el entrenamiento de fuerza
entrenamiento sobre los factores neurales muestran explosiva (ejercicios con saltos a máxima veloci-
que se producen cambios diferentes en los patrones dad, sin carga adicional) se acompaña de una mejo-
de activación de las unidades motoras en función del ra del 11% de la fuerza isométrica máxima y de una
diseño del programa (por ejemplo, con cargas máxi- mayor capacidad para producir rápidamente una
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164 FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

PF 11% PF 27%
Fuerza isométrica

Fuerza isométrica
Máx. IMF 24%
Máx. IMF 0,4%

8% 3%
iEMG
iEMG

38%

A Tiempo B Tiempo

Figura 9.7. Efecto de dos tipos de entrenamiento. A. Entrenamiento de fuerza explosiva. B. Entrenamiento de fuerza máxima en
la curva fuerza-tiempo e iEMG-tiempo. (Modificada de Hakkinen K, Komi PV, Alen M. Effect of explosive type strength training on
isometric force- and relaxation-time, electromyographic and muscle fibre characteristics of leg extensor muscles. Blackwell publis-
hing. Acta Physiol Scand, 1985b; 125(4):587-600.)

fuerza submáxima (mejora del 24%). Además (abajo tracción isométrica máxima del cuádriceps. Se obser-
izquierda), se observa que el aumento de la fuer- va que dicho entrenamiento se acompañó de un
za isométrica máxima se corresponde con una aumento muy elevado (27%) de la fuerza isométri-
mejora similar de la iEMGmax (8%), y de una mayor ca máxima. Dicho aumento fue muy superior al
habilidad para activar rápidamente los nervios obtenido tras un entrenamiento de fuerza explosiva
motores (38%). Estos hallazgos reflejan una adap- (11%) (figura de la izquierda). Sin embargo, el entre-
tación neural debida probablemente a un aumen- namiento de fuerza máxima no se acompaña de una
to de la frecuencia de impulso nervioso de las mejora en la capacidad para producir rápidamente
motoneuronas que inervan las fibras rápidas (Van una fuerza submáxima (aumento no significativo del
Cutsem y cols., 1998) y de una hipertrofia selec- 0,4%). Los efectos de dicho entrenamiento sobre la
tiva de las fibras tipo II. actividad iEMG quedan reflejados en la curva de
En la parte derecha de la figura 9.7 B se obser- abajo a la derecha. Se observa que el gran aumen-
van los efectos del entrenamiento de fuerza máxi- to en la fuerza isométrica máxima con el entrena-
ma (con cargas elevadas superiores a 80% de 1RM), miento(27%), se acompañaba sólamente de un lige-
en la curva fuerza-tiempo (arriba) y la curva iEMG- ro aumento (3%) en la iEMG máxima. Estos
tiempo (abajo), durante la realización de una con- hallazgos sugieren que otros factores diferentes a
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 165

los neurales (ejemplo, hipertrofia) contribuyen a la unidades mototoras activas y al aumento en su fre-
mejora de la fuerza isométrica máxima con este tipo cuencia de estimulación (Enoka, 1988; Sale, 1991).
de entrenamiento. Por otra parte, se observa que la Por su parte, los incrementos en la excitación neta
velocidad de activación iEMG para una fuerza sub- de las motoneuronas podrían ser debidos al aumen-
máxima no se modifica con este tipo de entrena- to en el estímulo de excitación, reducción en el estí-
miento, e incluso a veces puede llegar a empeorar. mulo de inhibición o ambos (Sale, 1991).
Por su parte, en otro estudio realizado por Häk- Moritani y cols. (1987) investigaron las adapta-
kinen y Häkkinen (1995) durante 12 semanas de ciones producidas por un programa de entrenamien-
entrenamiento, también se obtuvieron incrementos to de fuerza explosiva, consistente en realizar a la
significativos en la iEMG máxima entre las cuatro máxima velocidad posible 30 repeticiones al día
a ocho primeras semanas con sujetos de mediana y (carga: 30% 1RM), tres días por semana durante dos
avanzada edad. Después de un período de seis meses semanas. Los resultados mostraron que los cambios
de entrenamiento de fuerza, el aumento de la fuer- inducidos por el entrenamiento eran debidos sobre
za máxima y de la fuerza explosiva se asoció a un todo a adaptaciones de tipo neural. En este estudio
incremento de la activación máxima voluntaria de se vio un gran incremento en la activación muscu-
los músculos agonistas durante la acción isométri- lar acompañado de un aumento en la sincronización
ca de extensión de los miembros inferiores (Fig. 9.8) de la activación de las unidades motoras tras el
(Häkkinen y cols., 1998b, Izquierdo 1997). Tam- entrenamiento.
bién se incrementó en todos los sujetos la iEMG La frecuencia máxima de reclutamiento de uni-
máxima del músculo bíceps femoral durante la dades motoras, analizada por técnicas de electro-
acción isométrica máxima de flexión de rodillas. miografía de aguja, también se puede ver aumenta-
Estos resultados concuerdan con el concepto de que da con el entrenamiento de fuerza. En la figura 9.9
en sujetos no entrenados, independientemente de se observa un aumento significativo en la frecuen-
la edad, los incrementos en la fuerza máxima duran- cia de reclutamiento de unidades motoras cuando
te las primeras semanas de entrenamiento se atri- se realiza una accción voluntaria de máxima produc-
buyen en gran parte al incremento de la activación ción de fuerza, después de participar en un progra-
de las unidades motoras de los músculos agonistas ma de entrenamiento de fuerza. Un resultado inte-
(Moritani y DeVries, 1980; Häkkinen y Komi, 1983; resante estuvo relacionado con el hecho de que el
Komi, 1986; Sale, 1988; Häkkinen, 1994; Häkki- aumento en la frecuencia de estimulación se pro-
nen y Häkkinen, 1995). Los aumentos inducidos dujo, independientemente del tamaño de las uni-
por el entrenamiento en la magnitud de la iEMG dades motoras, en concreto del umbral de recluta-
podrían ser debidos al incremento en el número de miento y del tiempo que tardaban las unidades

iEMG máxima; pierna derecha iEMG máxima; pierna izquierda


(VL+VM)/2 (VL+VM)/2
(μVs-1) (μVs-1)
500 575
450 525
H 40 H 40
400 475
350 425
300 H 70 375
H 70
250 325
200 Extensión bilateral 275
Extensión bilateral
150 isométrica 225 isométrica
-1 0 2 4 6 (meses) -1 0 2 4 6 (meses)
Período Período
control Entrenamiento de fuerza control Entrenamiento de fuerza

Figura 9.8. Valor medio (± EE) de la actividad electromiográfica máxima integrada (iEMG; media de los músculos vasto lateral
y vasto medial) del miembro inferior derecho (A) e izquierdo (B) en la acción de fuerza isométrica máxima bilateral de extensión
de los miembros inferiores en los sujetos de 40 años (H40) y de 70 años (H70) durante un mes de período de control (mes -1
a 0) y durante los seis meses del período de entrenamiento de fuerza (mes cero a seis). (Modificada de Izquierdo, 1997.)
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166 FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

en personas ancianas se desconoce hasta qué punto


Preentrenamiento Post > Pre
Postentrenamiento (P < 0,001)
la mejora de fuerza con el entrenamiento se debe a
un aumento en la activación de los músculos ago-
200 200
nistas o a cambios en los patrones de activación ago-
Frecuencia descarga
Unidad Motora (Hz)

nista/antagonista. En un estudio realizado por Häk-


150 150
kinen y cols., 1998b se observó que un programa de
100 100
seis meses de entrenamiento progresivo de fuerza
máxima y explosiva también originó una reducción
50 50
significativa en la coactivación de los músculos anta-
gonistas durante la acción isométrica máxima y la
0 0
1RM de extensión de los miembros inferiores en un
I. II. III. I. II. III. grupo de hombres de 70 años. En la figura 9.10 se
Intervalos entre potenciales observa que al inicio del período de entrenamiento,
la coactivación antagonista que se registró en los
Figura 9.9. Frecuencia de estimulación durante acciones muscu- sujetos de más edad alcanzó aproximadamente los
lares balísticas, registrada en el músculo tibial anterior antes y mismos niveles que la registrada para los de media-
después de un programa de entrenamiento de fuerza de tipo
balístico. (Modificada de Van Cutsem M, Duchateau J, Hainaut na edad, los cuales no demostraron cambios en su
K. Changes in single motor unit behaviour contribute to the incre- coactivación (Izquierdo, 1997).
ase in contraction speed after dynamic training in humans. Black- Estos resultados sugieren que el entrenamiento
well publishing. J Physiol, 1998 Nov 15; 513 [Pt 1]:295-305.) de fuerza máxima induce no sólo aumentos en la acti-
vación de los músculos agonistas, sino también una
motoras de diferentes tamaños en desarrollar la máxi- reducción en la coactivación de los músculos anta-
ma tensión (Van Cutsem y cols., 1998). gonistas. Estos factores, unidos a la óptima activa-
ción de los músculos sinergistas, son los que favore-
Coactivación de los antagonistas cerán la producción neta de fuerza de los músculos
Se ha podido comprobar que los mecanismos de agonistas (Keen y cols., 1994; Izquierdo, 1997; Häk-
adaptación neural inducidos por el entrenamiento kinen y cols., 1998b). Los cambios en la coactivación
de fuerza en sujetos jóvenes, sin entrenamiento pre- de la musculatura antagonista, especialmente en per-
vio, tienen lugar además de por el aumento de la sonas previamente no entrenadas o de avanzada edad,
activación de los músculos agonistas, por una dis- pueden ser debidos a efectos del aprendizaje sobre
minución de la coactivación de los músculos anta- la acción realizada. Sin embargo, resulta difícil de
gonistas (Sale, 1986; Carolan y Cafarelli, 1992; Gar- interpretar hasta qué punto la reducción en la coac-
finkel y Cafarelli, 1992).
La coactivación antagonista es normalmente exce- iEMG; bíceps femoral
siva en sujetos principiantes, pero puede ser reduci- 40
pierna izquierda
%
da con el entrenamiento y al familiarizar a los suje- 35
tos con el movimiento (Solomonow y cols., 1988;
30
Carolan y Cafarelli, 1992). Así, la coactivación de los H 40
25
flexores de la rodilla, durante la acción isométrica H 70
20
máxima de extensión de piernas, disminuyó de forma
15
importante tras una semana de entrenamiento (Caro- Extensión bilateral
10 isométrica
lan y Cafarelli, 1992). La coactivación parece ser un
mecanismo del sistema nervioso central que entra en -1 0 2 4 6 (meses)
funcionamiento según la incertidumbre de la acción
Período
que se tenga que realizar (Enoka, 1994, 1997). Por control Entrenamiento de fuerza
ejemplo, las personas mayores tienen dificultades
para controlar la pendiente de reducción de la fuer- Figura 9.10. Valor medio (± EE) de la actividad electromiográ-
za y utilizan habitualmente como solución la coacti- fica integrada (iEMG en valores relativos) del músculo bíceps
vación de la musculatura antagonista. femoral durante la acción de fuerza isométrica máxima bilate-
ral de los extensores del miembro inferior izquierdo en los sub-
Sin embargo, de la misma manera que este meca- grupos de 40 años (H40) y de 70 años (H70) durante un mes
nismo de adaptación neural ha sido poco examina- de período de control y durante los seis meses del período de
do en personas jóvenes (Carolan y Cafarelli, 1992), entrenamiento. (Modificada de Izquierdo, 1997).
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 167

tivación antagonista esta mediatizada por mecanis- to se pudo alcanzar el máximo grado de activación
mos del sistema nervioso central (Carolan y Cafa- (Harridge y cols., 1999).
relli, 1992) o por el control neural periférico. En resumen, el entrenamiento de la fuerza máxi-
Un interesante fenómeno relacionado con las ma induce no sólo aumentos en la activación de los
adaptaciones neurales después de participar en músculos agonistas, sino también una reducción en
un programa de entrenamiento de fuerza es el que la coactivación de los músculos antagonistas. Estos
se refiere a la disminución en el déficit de activa- factores, unidos a la óptima activación de los múscu-
ción voluntaria. Utilizando la técnica de «contrac- los sinergistas, permiten explicar las elevadas ganan-
ciones interpoladas» con estímulos eléctricos cias de fuerza neta observadas con las primeras
superpuestos (en inglés twitch interpolation) se semanas de entrenamiento de fuerza (Rhuterford y
observó que antes y después de un período de 12 Jones, 1986; Sale, 1988; Eloranta y Komi, 1981;
semanas de entrenamiento de fuerza (50-80% de Narice y cols., 1989; Carolan y Cafarelli, 1992; Keen
1RM, tres series, tres veces/semana) en mujeres y cols., 1994).
y hombres de edades comprendidas entre los 85 y
los 97 años, los sujetos mostraban evidencias de ADAPTACIONES HORMONALES
ausencia en la activación completa del grupo Hasta ahora se ha comentado que el entrena-
muscular cuádriceps femoral. En la figura 9.11 se miento de fuerza se acompaña de adaptaciones de
puede observar que antes de comenzar el período tipo estructural, de un aumento del tamaño del
de entrenamiento utilizando un sólo estímulo, nin- músculo y de adaptaciones de tipo nervioso, que
guno de los sujetos fueron capaces de alcanzar una explican las posibles mejoras en la fuerza y poten-
activación máxima de los músculos extensores de cia muscular. Además de los mecanismos neu-
la rodilla. Sin embargo, después de 12 semanas rales/musculares, se cree que el sistema neuroen-
de entrenamiento, se aumentó hasta un 44% la docrino forma una parte muy importante en el
máxima activación voluntaria, disminuyendo el complejo de la manifestación y cambios a corto y
déficit de activación neural observado al inicio del largo plazo en la producción de fuerza y el sistema
entrenamiento. Es decir, después del entrenamien- neuromuscular. Las hormonas son mensajeros quí-
micos que se sintetizan, almacenan y son liberados
por glándulas endocrinas, además de por otras célu-
las especializadas. Las razones de la importancia del
sistema hormonal son que: 1) las hormonas anabo-
lizantes (por ejemplo, testosterona u hormona del
crecimiento) tienen efectos de modelación de las
A Preentrenamiento fibras musculares a nivel metabólico y celular, simi-
lares a los observados en el músculo después del
entrenamiento de fuerza, 2) durante las diferentes
sesiones de entrenamiento de fuerza existe un
aumento de las hormonas anabólicas, como la T,
GH, IGF-1, consecuencia de mayor utilización por
el tejido muscular, y 3) se observa que las mejoras
25N
y/o pérdidas de producción de fuerza durante la acti-
vidad física crónica (entrenamiento/envejecimien-
2s to) se acompaña de un aumento de las tasas basa-
B Postentrenamiento
les de hormonas anabólicas (T, GH) y/o de un
Figura 9.11. Registro de un sujeto antes del entrenamiento (A) descenso de las tasas de hormonas catabólicas, como
y después del entrenamiento. Obsérvese la parte final de la por- el cortisol. En este apartado se analizarán las carac-
ción de la contracción obtenida después del entrenamiento terísticas más relevantes, las acciones y los meca-
donde no se apreció aumento de la fuerza después del estímu-
lo superpuesto. Este sujeto registró un aumento del 137% de nismos de adaptación de las hormonas relacionadas
la fuerza máxima voluntaria. Las flechas verticales indican los con el entrenamiento de fuerza (Kraemer, 2000;
estímulos eléctricos. (Modificada de Harridge SD, Kryger A, Stens- Gonzalez-Badillo y Gorostiaga, 1995).
gaard A. Knee extensor strength, activation, and size in very
elderly people following strength training.Willey Interscience. Las concentraciones hormonales séricas, como
Muscle Nerve, 1999; 22(7):831-839.) la testosterona (T) total y libre, hormona del creci-
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168 FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

miento (GH) y el factor de crecimiento relaciona- La magnitud de la producción de GH durante


do con la insulina (IGF-1), juegan un papel impor- una sesión de entrenamiento de fuerza depende de
tante en la regulación de la actividad anabólica del la intensidad, volumen y tiempo de reposo que trans-
cuerpo, estimulan el crecimiento de los tejidos y curre entre las series de ejercicios. Las sesiones de
están directamente involucradas en la síntesis pro- entrenamiento de fuerza que se acompañan de un
teica y en la remodelación de las fibras musculares mayor aumento de liberación de GH son aquellas
a nivel metabólico y celular. Por el contrario, el cor- que presentan concentraciones elevadas de lactato
tisol ha sido estudiado como hormona responsable sanguíneo, es decir, los que utilizan cargas elevadas
del catabolismo en el músculo esquelético, ya que (comprendidas entre el 70 y el 80% de 1RM), con
una de sus principales funciones es degradar las pro- muchas repeticiones (10 a 5 repeticiones), con varias
teínas para poder apoyar la síntesis de glucosa. Los series (por ejemplo: tres) y con poco tiempo de des-
cambios que se producen después de participar en canso entre series (por ejemplo: un minuto) (Krae-
una sesión de entrenamiento de fuerza sobre la con- mer, 2000; Kraemer y cols., 1990). Por el contrario,
centración hormonal anabólica y catabólica duran- las sesiones de entrenamiento de fuerza que se rea-
te la recuperación, se cree están relacionados con lizan con cargas ligeras, pocas repeticiones, pocas
las adaptaciones producidas sobre el sistema neu- series, con tres o más minutos de recuperación entre
romuscular (por ejemplo, fibras musculares) asocia- series y con concentraciones sanguíneas de lactato
das con el entrenamiento de fuerza a largo plazo. bajas, no se acompañan de un aumento de la con-
Las señales hormonales originadas como conse- centración sanguínea de GH (Kraemer, 2000). Es
cuencia de la respuesta fisiológica a una sesión de lógico pensar que las sesiones de entrenamiento de
entrenamiento de fuerza actúan sobre el ADN y fuerza que producen un mayor estímulo de la hiper-
ARN celular, alterando la expresión fenotípica y trofia sean aquellas que se acompañan de una mayor
modificando en último término las cualidades de liberación de GH (Fig. 9.12).
rendimiento neuromuscular (Koziris y cols., 1999; Se conocen poco los efectos de realizar varios
Kraemer y cols., 1990, 2001). A continuación se meses de entrenamiento de fuerza sobre las adapta-
comentarán brevemente los efectos del entrena- ciones en las concentraciones de GH en reposo. Los
miento de fuerza sobre algunas de las hormonas más pocos estudios realizados al respecto sugieren que el
relevantes en el desarrollo de la fuerza muscular. entrenamiento de fuerza no se acompaña de cambios
significativos en las concentraciones de GH en repo-
Hormona de crecimiento (GH) so (Kraemer, 2000). Lo único que se ha observado es
que cuando se repite una sesión de entrenamiento
De entre todas las concentraciones hormonales de fuerza máxima por hipertrofia, con la misma inten-
asociadas con el desarrollo de la fuerza muscular y el sidad absoluta, tras varias semanas de entrenamien-
entrenamiento (por ejemplo, testosterona total to de fuerza, el aumento de la concentración de GH
y libre, hormona del crecimiento, el factor de creci- es menor que el que se observaba antes de empezar
miento relacionado con la insulina (IGF-1), o el cor- el programa de entrenamiento (Kraemer, 2000; Gon-
tisol), parece que los aumentos en la GH inmediata- zález-Badillo y Gorostiaga, 1995).
mente despues de una sesión de entrenamiento son La respuesta de la hormona de crecimiento (GH)
los más relacionados con las adaptaciones inducidas a una sesión de ejercicio (por ejemplo, 4 x 10RM) se
por el entrenamiento de fuerza. La GH es una hor- reduce con el envejecimiento, en hombres y espe-
mona muy importante para el crecimiento normal de cialmente en mujeres a partir de la edad de 70 años.
los niños, pero también juega un papel relevante Sin embargo, después de 21 semanas de entrena-
modulando las adaptaciones al entrenamiento de fuer- miento de fuerza se ha observado un aumento en la
za (Kraemer, 2000). La mayoría de los estudios pare- respuesta de GH después de realizar una sesión de
cen indicar que la GH, aunque puede actuar direc- entrenamiento, que llega a permanecer elevada hasta
tamente sobre los tejidos, lo hace principalmente 30 minutos después de acabar la sesión de ejercicio
como potenciadora de otras hormonas llamadas soma- (Häkkinen, 2001). La magnitud de la respuesta hor-
tomedinas o IGF (insulin-like growth factors) (Flori- monal de GH y el tiempo que permanece elevada
ni, 1987), cuyas acciones principales son las de puede tener importantes implicaciones en las adap-
aumentar y reducir la síntesis de proteínas, estimu- taciones ocasionadas por el entrenamiento de fuer-
lar el crecimiento de los cartílagos o aumentar la za, especialmente en personas de edad avanzada y en
retención de nitrógeno, sodio, potasio y fósforo. las mujeres.
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 169

Área bajo la curva (ABC) de hormona de crecimiento


1000
500
400
300 Series 2
200 H10/1 (sesión principal)
0 H10/3 (sesión control)
35/3 35/1 H10/1 H10/3
Series 1 Series 2
*
32,0 Series 1
Hormona del crecimiento

s5/3 (sesión principal) *


28,0
s5/1 (sesión control) *
24,0
20,0 *
(μgl-1)

16,0 *
12,0 * *
8,0 *
*
4,0
0
PRE MID 0 5 15 30 60 90 120 PRE MID 0 5 15 30 60 90 120
Ejercicio Recuperación (min) Ejercicio Recuperación (min)

Figura 9.12. Evolución de la concentración sanguínea de hormona de crecimiento. En línea intermitente se muestra la evolu-
ción media de las concentraciones sanguíneas de hormona de crecimiento durante una sesión de entrenamiento de fuerza máxi-
ma (tres a cinco series de 5RM, con un tiempo de recuperación entre cada serie de un minuto. En línea continua se muestra la
misma evolución pero después de realiza una sesión de entrenamiento (tres a cinco series de 5RM, con un tiempo de recupe-
ración entre cada serie de tres minutos). Las concentraciones sanguíneas de lactato y de GH, durante la sesión de entrenamien-
to con cargas de 5RM y un minuto de descanso entre series, es significativamente superior a la encontrada durante la sesión
de entrenamiento realizada con las mismas cargas (5RM), pero dejando tres minutos de recuperación entre series. (Modifica-
da de Kraemer WJ, Marchitelli L, Gordon SE, Harman E, Dziados JE, Mello R, Frykman P, Mccurry D y Fleck S. Hormonal and growth
factor responses to heavy resistance exercise protocols. Penny Ripka. J App. Physiol, 1990; 69 (4):1442-1450.)

Un hecho generalmente aceptado es que el entre- miento de fuerza máxima por hipertrofia y ante
namiento de fuerza aumenta la concentración hor- ausencia de ejercicios. Se observa que, en general,
monal anabólica de testosterona (T), testosterona durante las 12 horas de recuperación posteriores a
libre (TL) y de GH inmediatamente después de rea- la sesión de entrenamiento, el valor máximo y la
lizar el trabajo de fuerza, manteniéndose pocos amplitud media de la concentración sanguínea de
minutos después de la finalización de la sesión, e GH fueron significativamente inferiores durante las
incluso en el transcurso de las horas posteriores horas posteriores a la realización de la sesión de
(Kraemer y cols., 1998; Kraemer y cols., 1999; Häk- entrenamiento de fuerza máxima por hipertrofia que
kinen y cols., 1998c y 2000; Gonzalez-Badillo y las observadas el día que los sujetos no hicieron ejer-
Gorostiaga, 1995). Esta respuesta hormonal expo- cicio físico. La mayor diferencia se observó duran-
ne al músculo a concentraciones anabólicas eleva- te las dos primeras horas de recuperación (desde las
das, y a largo plazo puede contribuir a generar adap- 17 hasta las 19 horas, período I de la figura), y
taciones anabólicas musculares, inducir la hipertrofia durante las primeras horas de sueño (desde las 11:00
(Bell y cols., 2000) y/o generar adaptaciones en el de la noche hasta las 3:00 de la mañana siguiente,
sistema nervioso que favorezcan el desarrollo de la período III de la figura).
fuerza en las fases iniciales de un programa de entre-
namiento (Kraemer y cols., 1998 y 1999). En la figu- Somatomedinas (IGF-1)
ra 9.13 se muestra la evolución media de la concen- A pesar de que es bien conocido que los niveles
tración sanguínea de la hormona del crecimiento circulantes de IGF-1 y testosterona están influen-
(GH) después de realizar una sesión de entrena- ciados por la nutrición y las acciones de las hormo-
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170 FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

12 Control
Figura 9.13. Evolución de la Ejercicio

Hormona del crecimiento (μg · l-1)


amplitud media de la concen-
tración sanguínea de la hor- 10
mona del crecimiento (GH), I II III IV
medida cada 10 minutos, 8
durante las 12 horas posterio-
res a la realización de una 6
sesión de entrenamiento de
fuerza máxima por hipertrofia
(línea continua), o durante ese 4 Cena
mismo período de tiempo de
un día en el que los mismos 2 Apagado
sujetos no hicieron ejercicio físi- de luces
co. (Modificada de Nindl BC, 0
Hymer WC, Deaver DR, Krae-

600
400
200
2400
2200
2000
1800

mer WJ. Growth hormone pul-


satility profile characteristics
following acute heavy resistan-
ce exercise. Penny Ripka. J Appl Hora del día (h)
Physiol, 2001; 91[1]:163-172.)

nas insulina y GH, pocos estudios han examinado


las adaptaciones a largo plazo con el entrenamiento 25
de fuerza y el papel del ejercicio físico como otro de
IGF-1 (nmolm · l-1)

los factores que influyen en su regulación (Koziris y


cols., 1999). En este sentido, Marx y cols. (2001) 20 T1
observaron aumentos significativos en la concentra- T2
T3
cion hormonal de IGF-1 en mujeres previamente no
entrenadas en fuerza despues de seis meses de entre- 15
namiento. La magnitud de mejora en la fuerza y de
la concentración de IGF-1 fue mayor en el grupo
que entrenó con un volumen elevado. Esto parece 10
CON SSC MS
indicar que el volumen y la intensidad son marca- Grupos
dores a tener en cuenta en las adaptaciones a largo
plazo en esta hormona. Esto todavía necesita estu- Figura 9.14. Efectos de un programa de entrenamiento de
diarse en mayor profundidad (Fig. 9.14). fuerza de volumen bajo y volumen alto en la concentrción e
IGF-1. * P < 0,05 desde el correspondiente T1. # P < 0,05 desde
Testosterona el correspondiente T2. @ P < 0,05 entre grupos. (Modificada
de Marx JO, Ratamess NA, Nindl BC, Gotshalk LA, Volek JS, Dohi
La testosterona que se encuentra en la sangre K, Bush JA, Gomez AL, Mazzetti SA, Fleck SJ, Hakkinen K, New-
ton RU, Kraemer WJ. Low-volume circuit versus high-volume
entra en las células del músculo en su forma libre, periodized resistance training in women. Lippincott Williams &
biológicamente activa, mediante un mecanismo de Wilkins. Med Sci Sports Exerc, 2001; 33[4]:635-643.)
difusión a través de la membrana de dichas células
musculares. Una vez en el interior de la célula to del tamaño de la célula muscular (Kraemer,
muscular (citoplasma), la testosterona se une a unas 1992), que se observan tras el entrenamiento de
proteínas receptoras de andrógenos y forma un com- fuerza. La testosterona estimula, por una parte, los
plejo (testosterona-receptor). Este complejo tiene factores nerviosos (estimulando el aumento de la
capacidad para dirigirse hacia el núcleo de la célu- acción de los receptores de los neurotransmisores y
la muscular, donde interacciona con el ADN, pro- del número de transmisores [Kraemer, 2000]) y, por
duciendo mARN específico y provocando una otra parte, las fibras musculares tipo II (transfor-
acción sobre la maquinaria genética que provoca el mándolas hacia fibras de tipo IIx, más fuertes, menos
aumento de la síntesis de proteínas (Michel, 1980; resistentes y con mayor capacidad glucolítica)
Scherman, 1984). Algunos autores piensan que estas (Bleish, 1984; Kelly, 1985). La testosterona también
interacciones con el código genético de la célula estimula la liberación de GH y de somatomedina,
pueden ser las principales responsables del aumen- que, como hemos visto anteriormente, estimulaban
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 171

la síntesis de proteínas y los procesos de reparación. sujetos que no tienen experiencia con el entrena-
Por consiguiente, el gran efecto sobre el aumento miento de fuerza (Häkkinen, 1985d). Por otra parte,
de la síntesis proteica por parte de la testosterona cuando los deportistas llevan muchos años de entre-
no sólo es debido a su acción directa, sino que, sobre namiento de fuerza muy intenso, a alto nivel, no se
todo, se debe a que potencia las acciones de la GH suele observar más aumento de la concentración
y la somatomedina. sanguínea basal de testosterona, debido probable-
Los valores de testosterona sanguínea se han mente a que estos deportistas se encuentran muy
venido utilizando como un indicador fisiológico para cerca del límite de adaptación hormonal (Häkki-
evaluar el «estado anabólico» de un sujeto que está nen, 1987b). Por lo tanto, un programa de entre-
siendo sometido a un entrenamiento determinado. namiento de fuerza que produzca efectos positivos
En general, se considera que un entrenamiento sobre la ganancia de la misma no siempre se acom-
excesivo que no haya sido asimilado por el organis- paña de un aumento de la concentración sanguínea
mo, se acompaña de una disminución de las tasas basal de testosterona.
sanguíneas basales (de reposo) de testosterona y/o Diferentes estudios han observado relaciones
de la proporción testosterona/cortisol, junto con un significativas entre los valores individuales de la
empeoramiento o estancamiento de la marca depor- concentración de testosterona total, testosterona
tiva (Häkkinen, 1985d; Häkkinen y cols., 1987a). Sin libre y la IGF-1 y los cambios individuales en fuer-
embargo, cuando un programa de entrenamiento de za máxima y masa muscular producidos por el entre-
fuerza se acompaña de una mejora del rendimiento, namiento (Gray y cols., 1991; Häkkinen y Pakari-
no siempre se observa un aumento de las concentra- nen, 1994; Häkkinen y cols., 2000; Izquierdo y
ciones sanguíneas basales de testosterona y/o de un cols., 2001b; Singh y cols., 1999; Adams y McCue,
aumento de la proporción testosterona/cortisol. En 1998) (Fig. 9.15). Estos resultados sugieren que
este sentido, algunos autores sugieren que dicho aquellas personas con unos niveles bajos de hor-
aumento solamente se observa tras realizar progra- monas anabólicas no son capaces de desarrollar la
mas de entrenamiento que mejoran la fuerza, de fuerza muscular de la misma manera que las per-
una duración superior a las ocho semanas y en suje- sonas que tienen una mayor concentración. Asi-
tos que tienen más de dos años de experiencia de mismo estos resultados sugieren que un nivel bajo
entrenamiento de la fuerza (Häkkinen y cols., 1988; en la concentración anabólica de la testosterona
Häkkinen, 1987b; Kraemer, 1992), pero no se puede ser un factor limitante en el desarrollo de la
observa cuando el entrenamiento es de corta dura- fuerza e hipertrofia muscular, durante períodos pro-
ción (menos de ocho semanas) o es realizado por longados de entrenamiento de fuerza. También es

Fuerza máxima extensión de rodilla Fuerza máxima extensión de rodilla


(Δ% durante 16 semanas de entrenamiento) (Δ% durante 16 semanas de entrenamiento)

70 r = 0,50 70 r = 0,49
p < 0,05 p < 0,05
60 n = 22 60 n = 22
50 50
40 40
30 30
20 20
10 10
0 0
20 40 60 80 100 0 5 10 15 20 25 30 35

Testosterona libre (pmol · l-1) Testosterona total (pmol · l-1)

Figura 9.15. Relación entre los valores individuales de la concentración de testosterona total (A) y testosterona libre (B) (prome-
dio para el período de 16 semanas) y los valores individuales de incremento de la fuerza máxima isométrica de extensión de la
musculatura de la rodilla durante 16 semanas de entrenamiento de fuerza en un grupo combinado de hombres de mediana
edad (•, M46) y personas mayores (o, M64). (Modificada de Izquierdo M, Häkkinen K, Anton A, Garrues M, Ibáñez J, Gorostiaga
EM. Effects of strength training on muscle power and serum hormones in middle-aged and older men. Penny Ripka. J. Appl Physiol,
2001b; 90:1497-1507.)
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172 FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

posible que a pesar de que los niveles de testoste- Cortisol


rona pudieran mantenerse sin modificaciones
durante el entrenamiento de fuerza, se pudieran Los glucorcorticoides, hormonas producidas en
producir cambios a nivel de los receptores hormo- la corteza suprarenal a partir de estímulos prove-
nales musculares (Gray y cols., 1991; Häkkinen y nientes del eje hipotálamo-hipofisario, son hormo-
Pakarinen, 1994; Izquierdo y cols., 2001). nas que responden a situaciones de estrés y favore-
Anteriormente se ha comentado que el entrena- cen la degradación (catabolismo) de las proteínas
miento de fuerza aumenta la concentración hormo- del músculo (Kuoppasalmi, 1985). En realidad, la
nal anabólica de T, TL y de GH inmediatamente concentración sanguínea de cortisol suele aumen-
después de realizar el trabajo de fuerza, y se man- tar cuando las reservas de hidratos de carbono del
tiene pocos minutos después de la finalización del músculo o del hígado están muy disminuidas. Este
aumento de la producción de cortisol, estimula la
entrenamiento, e incluso en el transcurso de las
degradación de proteínas musculares y permite
horas posteriores (Kraemer y cols., 1998; Kraemer
suministrar al organismo sustratos (las proteínas)
y cols., 1999; Häkkinen y cols., 1998c y 2000).
que favorezcan la síntesis de hidratos de carbono
Siempre y cuando el estrés generado por un progra-
(Kraemer, 2000), fundamentales para alimentar a
ma de entrenamiento sea lo suficientemente eleva- los tejidos, especialmente, al cerebro. Si tenemos
do, es frecuente observar tanto en personas previa- en cuenta que un aumento de la degradación de
mente no entrenadas en fuerza como en las de edad proteínas del músculo puede deteriorar sus proteí-
avanzada que antes y después de participar en un nas contráctiles, esto indica que una elevada pro-
programa de entrenamiento, también se mejora la ducción de cortisol se acompañaría de una pérdida
capacidad de respuesta hormonal aguda de testos- de proteínas musculares, una atrofia muscular y una
terona inmediatamente después del ejercicio (Niklas disminución de la fuerza, con el consiguiente efec-
y cols., 1995; Häkkinen y cols., 1998c). La figura to negativo en el rendimiento deportivo.
9.16 muestra la respuesta observada al acabar una Los efectos del entrenamiento de fuerza sobre la
sesión tipo de entrenamiento de fuerza (Kraemer y respuesta del cortisol son aparentemente contradic-
cols., 1998, 1999; Häkkinen y cols., 2000), pudien- torios. Diversos estudios han mostrado que la rea-
do observar una mejora en la respuesta aguda hor- lización de un programa de entrenamiento de fuer-
monal de testosterona total y libre, aunque la res- za (desde tres hasta seis meses) no se acompaña de
puesta es más elevada en personas más jóvenes cambios significativos en la concentración hormo-
(Craig y cols., 1989; Kraemer y cols., 1998; Krae- nal de cortisol ni en jóvenes ni en personas mayo-
mer y cols., 1999; Häkkinen y cols., 1998c). res (Häkkinen y Häkkinen, 1995; Häkkinen y cols.,

120
30Y 30Y
25 * * 62Y *
62Y * *
Testosterona libre (pmol · l-1l)

100
Testosterona total (nmol · l-1)

* ▲
*
* * * *
20 * * #
* ▲ 80 # * #
* * # ▲ * #
15 # * # #
60 #

10 40

5 20

0 0
Pre IP 5 15 30 Pre IP 5 15 30 Pre IP 5 15 30 Pre IP 5 15 30
Preentrenamiento Postentrenamiento Preentrenamiento Postentrenamiento

Figura 9.16. Respuesta aguda de testosterona total y testosterona libre, pre, inmediatamente después (IP), cinco minutos después
(5), 15 minutos después (15) y 30 minutos después (30) de cuatro series de 10 repeticiones máximas con 90 segundos de des-
canso entre series, antes y después de un período de entrenamiento de fuerza en hombres de 30 y 62 años de edad. * Denota dife-
rencia significativa desde PRE. # Denota diferencia significativa con el grupo de 30 años). (Modificada de Kraemer WJ. Endocrine
responses to resistance exercise. In Essentials of strength training and conditioning, pp. 91-114. Champaign, IL: Human Kinetics, 2000.)
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 173

2000), mientras que otros estudios han observado sivo (concentraciones sanguíneas superiores a 800
una reducción significativa en el cortisol con el nmol/l), es probable que se inhiba la concentración
entrenamiento (Staron y cols., 1994; Kraemer y cols., sanguínea de testosterona, el balance anabólico-
1999). Un descenso en el cortisol sérico basal podría catabólico sea negativo y el tiempo de recuperación
facilitar la ganancia neta de masa muscular, dados sea más largo (Kraemer, 2000). Además, un aumen-
los efectos catabólicos que tiene esta hormona. to excesivo de la concentración sanguínea de corti-
La magnitud de la producción de cortisol durante sol suprime la actividad de las células inmunológi-
una sesión de entrenamiento de fuerza es bastante cas durante las primeras horas de recuperación y
paralela a la que se observa con la GH y, por lo tanto, favorece la aparición de infecciones (Kraemer, 2000).
depende de la intensidad, volumen y del tiempo de De todos modos, estas acciones no están demostra-
reposo que transcurre entre las series de ejercicios das suficientemente y deberán realizarse más estu-
(Kraemer, 2000). Es decir, que las sesiones de entre- dios para confirmarlas o rechazarlas.
namiento de fuerza que se acompañan de un mayor Algunas investigaciones parecen indicar que el
aumento de la liberación de cortisol son aquellas que componente psicológico tiene una influencia signi-
presentan concentraciones elevadas de lactato san- ficativa en la producción de cortisol durante el ejer-
guíneo, es decir, las que utilizan cargas elevadas (com- cicio (Kuppasalmi, 1985). Según estos estudios, la
prendidas entre el 70 y el 80% de 1RM), con muchas producción de cortisol durante el ejercicio físico y
repeticiones (10 a 5 repeticiones), con varias series durante las actividades de la vida diaria sería mucho
(por ejemplo: tres) y con poco tiempo de descanso mayor en sujetos estresados o demasiado ansiosos.
entre series (por ejemplo: un minuto) (Kraemer, 1992). Si, como hemos visto anteriormente, el aumento de
Por el contrario, las sesiones de entrenamiento de fuer- la producción de cortisol inhibe la producción
za que se realizan con cargas ligeras, pocas repeticio- de testosterona, es muy probable que los sujetos
nes, pocas series, con tres o más minutos de recupe- ansiosos o estresados tengan más problemas para
ración entre series, y con concentraciones sanguíneas recuperar entre esfuerzos debido a que la produc-
de lactato bajas, no se acompañan de un aumento de ción de testosterona está disminuida. Sin embargo,
la concentración sanguínea de cortisol. esta teoría no está lo suficientemente demostrada
Cuando la concentración de cortisol en la san- (González-Badillo y Gorostiaga, 1995).
gre es muy elevada, se inhibe la producción de tes- Debido a las características señaladas anterior-
tosterona y, por lo tanto, disminuye la concentra- mente, distintos investigadores han utilizado la medi-
ción sanguínea de esta hormona (Kuoppasalmi, da de las concentraciones sanguíneas basales de cor-
1985). Por consiguiente, es lógico pensar que el ries- tisol para evaluar el «estado catabólico» o el índice
go de aumento de la degradación de proteínas será sanguíneo testosterona/cortisol para evaluar el balan-
mayor cuanto mayor sea la intensidad del ejercicio ce anabólico/catabólico producido por distintos tipos
y, por lo tanto, mayor sea la producción de cortisol. de entrenamiento de fuerza (Häkkinen, 1985d)
Pero un aumento no excesivo de la producción de (Häkkinen y cols., 1987a). Algunos estudios han
cortisol durante el ejercicio no debe considerarse encontrado una disminución de las concentracio-
como algo negativo para el organismo, puesto que nes basales de cortisol en sujetos que realizaron
para que se produzca un proceso de adaptación y varias semanas de entrenamiento de fuerza (Häkki-
de sobrecompensación, es obligatorio que el múscu- nen, 1985d), aunque otros no han encontrado varia-
lo sea mínimamente solicitado y, probablemente, ciones (Häkkinen, 1987b) (Häkkinen y cols., 1988).
que se produzcan pequeñas alteraciones en su Es probable que las modificaciones de los valores
estructura e, incluso, pequeñas microrupturas (Krae- sanguíneos basales de testosterona o de la relación
mer, 2000). En estos casos, el aumento de la pro- testosterona/cortisol sean más sensibles para detec-
ducción de cortisol durante el ejercicio sería positi- tar modificaciones del balance anabólico-catabóli-
vo porque participaría activamente en los procesos co con el entrenamiento de fuerza que las variacio-
de remodelación del músculo (ejemplo: para que se nes de las concentraciones sanguíneas de cortisol.
sinteticen nuevas proteínas, es necesario que se
degraden las antiguas. Esta degradación estaría
modulada y favorecida por el cortisol) (Kraemer,
EFECTOS DEL ENTRENAMIENTO DE FUERZA
SOBRE LA RESISTENCIA AERÓBICA
2000). Sin embargo, si el aumento de la concentra-
ción de cortisol durante la sesión de entrenamien- Durante las últimas décadas diferentes estudios
to o en las primeras horas de recuperación es exce- de investigación se han interesado en examinar el
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174 FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

efecto del entrenamiento de fuerza sobre la condi- cols., 1980, 1988; Kraemer y cols., 1988). Hallazgos
ción física cardiovascular (Ades y cols., 1996; Blu- similares fueron obtenidos en personas mayores
menthal y cols., 1989; Frontera y cols., 1990; Hick- (Frontera y cols., 1990; Hepple, 1997). Sin embar-
son y cols., 1980; Stone y cols., 1983). Algunos go, con entrenamientos menos intensos de fuerza,
estudios han mostrado que el entrenamiento de fuer- consistentes en realizar series de baja intensidad (40-
za puede originar pequeños incrementos en el con- 50% de 1RM) y muchas repeticiones (15-20), la
sumo máximo de oxígeno (Frontera y cols., 1990; mayoría de los autores encontraron un aumento del
Stone y cols., 1983), pero en la mayoría de los estu- VO2max (o de Wmax) en personas jóvenes tras varias
dios no se observan cambios significativos en el semanas de entrenamiento (Gettman y cols., 1978;
VO2max (Ades y cols., 1996; Blumenthal y cols., 1989; Wilmore, 1978).
Hickson y cols., 1980). El aumento del VO2max (o de la máxima potencia
El tipo de entrenamiento de fuerza utilizado de trabajo alcanzada en un test progresivo hasta el
puede explicar en parte los cambios observados en agotamiento en bicicleta ergométrica) en personas
el VO2max. En general, los estudios que han mostra- mayores después de realizar un programa de entre-
do aumentos en el VO2max después de participar en namiento de fuerza puede deberse a la mejora de la
un programa de entrenamiento de fuerza han utili- fuerza máxima, al incremento de la masa muscular,
zado un sistema de entrenamiento en circuito (Gett- al aumento de la capacidad oxidativa del músculo y
man y cols., 1979; Gettman y cols., 1978; Messier al aumento de la densidad capilar (Frontera y cols.,
y Dill, 1985; Wilmore y cols., 1978) que no siem- 1990; Hepple y cols., 1997; Izquierdo y cols., 2002).
pre resulta eficaz para aumentar el VO2max (Hurley Asimismo, es posible que la evolución individual de
y cols., 1988; Maiorana y cols., 1997). Una de las la concentración de hormonas androgénicas de los
razones que explican el aumento del VO2max después ancianos durante un período de entrenamiento de
participar en un programa de entrenamiento en cir- fuerza máxima pudiera tener alguna influencia en
cuito puede estar relacionada con la mejora de la la mejora del rendimiento alcanzado en el test pro-
resistencia de la fuerza muscular. Otros autores tam- gresivo hasta el agotamiento en cicloergómetro. Esto
bién han observado que la utilización de un gran se fundamenta en la relaciones significativas obser-
volumen de entrenamiento durante sesiones que vadas entre el aumento individual en la concentra-
utilizan los ejercicios olímpicos de levantamiento ción sérica de testosterona total observado durante
en halterofilia (por ejemplo, arrancada o dos tiem- 16 semanas de entrenamiento y el incremento de
pos) puede mejorar el VO2max y la resistencia aeró- Wmax (Fig. 9.17). El conjunto de estas observacio-
bica. Es importante señalar que si se comparan los nes sugiere que la mejora de la fuerza máxima diná-
diferentes estudios que han observado un aumento mica y las variaciones de la actividad hormonal ana-
en el VO2max después del entrenamiento de fuerza, bólica puede tener un papel importante en el
la mejora es significativamente inferior a la obteni- aumento de la potencia máxima alcanzada en bici-
da cuando se realiza un programa de entrenamien- cleta después de un período de entrenamiento inten-
to de la resistencia aeróbica (Gettman y cols., 1979; so de fuerza en personas mayores (Izquierdo y cols.,
Hagberg y cols., 1989; Smutok y cols., 1994). 2002).
Aun en ausencia de aumento en el VO2max, varios Además de las mejoras de la potencia aeróbica
estudios han observado una mejora en la resistencia máxima después de participar en un programa de
aeróbica durante el ejercicio submáximo después del entrenamiento de fuerza, los resultados de diferen-
entrenamiento de fuerza (Ades y cols., 1996; Fitaro- tes estudios sugieren que en jóvenes previamente
ne y cols., 1994; Hickson y cols., 1980). Diferencias entrenados en resistencia aeróbica, el entrenamien-
en el modo, frecuencia, intensidad, duración y edad to de fuerza máxima no se suele acompañar de mejo-
de los participantes en los programas de entrenamien- ras significativas de la capacidad aeróbica (por ejem-
to permiten explicar la magnitud del efecto del pro- plo estimada a partir de la concentración de lactato
grama de entrenamiento sobre la resistencia aeróbi- a intensidades submáximas) (Gorostiaga y cols.,
ca. Por ejemplo, en jóvenes, los efectos de un 1999; Bishop y cols., 1999). Sin embargo, cuando
entrenamiento tradicional de fuerza máxima consis- los jóvenes previamente entrenados en resistencia
tente en realizar series de alta intensidad (70-100% realizan un entrenamiento de fuerza explosiva, dicho
de 1RM) y poco número de repeticiones, no ocasio- entrenamiento produce incrementos significativos
naron mejoras en el VO2max ni en Wmax (Hickson y de la capacidad aeróbica (Paavolainen y cols., 1999).
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 175

ciones (15-20 repeticiones) encontraron un incre-


mento significativo del umbral láctico de un 12%,
Potencia máxima en cicloergómetro
(Δ% durante 16 semanas de entrenamiento)
una disminución de la concentración del lactato san-
32,5 r = 0,81 guíneo a una intensidad submáxima y una mejora
p < 0,01 del 33% del tiempo de agotamiento a una intensi-
27,5 n = 11
22,5 dad correspondiente al 75% del VO2max (Hickson y
17,5 cols., 1980; Gorostiaga y cols., 1999; Bishop y cols.,
12,5 1999). En este sentido, Hickson y cols. observaron
7,5 que tras 10 semanas de entrenamiento de fuerza de
2,5 los miembros inferiores, aumentaron significativa-
-2,5 mente los índices submáximos de la resistencia, sin
10 15 20 25 30 cambios en el VO2max. Los autores sugirieron que la
mejora de la resistencia aeróbica observada después
Testosterona total a la semana 0 (nmol · l-1) de realizar un programa de entrenamiento de fuer-
za, podría estar asociada con un incremento de la
Figura 9.17. Relación entre los valores individuales de la con- fuerza máxima, una disminución relativa del pico de
centración hormonal sérica de testosterona en la semana 0 y
el incremento en los vatios máximos alcanzados en un test pro-
tensión desarrollado en cada pedalada, una mayor
gresivo hasta el agotamiento en bicicleta durante un período participación de las fibras de contracción lenta y una
de 16 semanas de entrenamiento de fuerza en personas mayo- menor participación de las fibras rápidas, resultan-
res. (Modificada de Izquierdo M, Häkkinen K, Ibáñez J, Anton A, do con ello una reducción en la utilización de ATP
Garrues M, Ruesta M, Gorostiaga E. Effects of strength training
on submaximal and maximal endurance performance capacity
por unidad de contracción muscular y retraso de la
in middle-aged and older men. Alliance Communications Group. fatiga. Además, esta disminución del pico de ten-
J Strength Cond Research, 2002; 17:129-139.) sión que hay que aplicar en cada pedalada permiti-
ría una reducción en la oclusión del flujo sanguíneo
Asimismo, en jóvenes sedentarios que se someten que se produce durante cada ciclo de pedaleo y
a un entrenamiento de fuerza de intensidad media podría explicar la disminución de la concentración
(50-60% de 1RM) y con elevado número de repeti- de lactato sanguíneo, aunque esto no ha sido demos-
trado empíricamente
(Hickson y cols., 1980,
6 14 1988; Marcinik y cols.,
Concentración de lactato (mmol · l-1)

Semana 0 #
1991).
12
5
Semana 8 * Las investigaciones
Pico de lactato (mmol · l-1)

Semana 16 10 realizadas en adultos de


4 # mediana edad y perso-
* 8 nas mayores muestran
3 # n = 10 que tras 16 semanas de
6 entrenamiento de fuer-
2 n = 11 za se producen aumen-
4
tos significativos de la
1 n = 11
2 fuerza máxima, la po-
tencia muscular, la
0 0 potencia máxima alcan-
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200 220 240 za al final de un test
Potencia de trabajo (V) incremental hasta el
agotamiento y la con-
Figura 9.18. Evolución de la concentración de lactato durante un test discontinuo progresivo centración de lactato
hasta el agotamiento en bicicleta ergométrica durante potencias de trabajo submáximos y máxi- durante a intensidades
ma en valores absolutos en personas de edad avanzada en la semana 0, semana 8 y semana
16, durante un período de 16 semanas de entrenamiento de la fuerza. # Diferencias significa- de esfuerzo submáximo
tivas (p < 0,05) entre semana 0 y semana 8. * Diferencias significativas (p < 0,05) entre sema- (Fig. 9.18) (Izquierdo
na 0 y semana 16. Valores son Medias ± DE. (Modificada de Izquierdo M, Häkkinen K, Ibáñez J, y cols., 2002). Se ha
Anton A, Garrues M, Ruesta M, Gorostiaga E. Effects of strength training on submaximal and maxi-
mal endurance performance capacity in middle-aged and older men. Alliance Communications demostrado que, en
Group. J Strength Cond Research, 2002; 17:129-139.) personas mayores, el
92385-1.qxd 7/8/10 1:28 PM Page 176

176 FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

entrenamiento de fuerza máxima se acompaña de Los mecanismos que pueden explicar la inhibi-
una mejora del metabolismo aeróbico debido a un ción del desarrollo de la fuerza muscular después de
aumento de la capilaridad muscular (Frontera y cols., participar en un programa combinado de fuerza y
1990; Hepple y cols., 1997) y de la actividad de las resistencia en comparación cuando sólo se realiza
enzimas oxidativos (Frontera y cols., 1990). Queda un programa de entrenamiento de fuerza no están
por establecer si el entrenamiento de fuerza puede del todo definidos. Entre las dificultades asociadas
incidir en otros eslabones del sistema de trasnpor- a la comparación de los resultados de los diferentes
te y utilización de oxígeno como, por ejemplo, el trabajos se pueden mencionar diferencias en el modo,
gasto cardíaco máximo o el intercambio de gases frecuencia, intensidad, duración y antecedentes de
pulmonar y muscular. entrenamiento de los participantes y a la organiza-
ción de la sesiones de entrenamiento. Para explicar
ENTRENAMIENTO COMBINADO DE FUERZA el fenómeno de inhibición en el desarrollo de la fuer-
Y RESISTENCIA AERÓBICA za en programas combinados, se han propuesto varias
Durante la últimas décadas se ha prestado una teorías (Leveritt, 1999). Una de las hipótesis sugie-
especial atención a la combinación del entrenamien- re que los sujetos que participan en el programa com-
to de fuerza muscular y resistencia aeróbica. Los binado de fuerza y resistencia pueden llegar a estar
resultados de estos trabajos muestran que entrena- sobreentrenados, en comparación con los que reali-
mientos de 10 a 12 semanas de duración, con una zan un programa exclusivo de fuerza o de resisten-
frecuencia semanal comprendida entre 4 y 11 sesio- cia. Sin embargo, esta explicación no esta del todo
nes, a intensidades comprendidas entre el 60 y el clara en la literatura. Otra de las hipótesis propugna
100% de VO2max en bicicleta, y a intensidades com- que el músculo esquelético no se puede adaptar
prendidas entre el 40 y el 100% de 1RM en el tra- metabólica y morfológicamente simultáneamente al
bajo de fuerza, se acompañaron de un aumento del entrenamiento de fuerza y resistencia. Esto es debi-
6 al 23% del VO2max y del 22 al 38% de la fuerza do a que la mayoría de las adaptaciones que se pro-
máxima (Hickson y cols., 1980; Bell y cols., 2000; ducen a nivel muscular (por ejemplo en los cambios
Sale y cols., 1990; Kraemer y cols., 1995; Leverit y observados en el tipo y tamaño de las fibras muscu-
cols., 1999). En la mayoría de estos trabajos, la mag- lares) consecuencia del entrenamiento de fuerza son
nitud del incremento observado en la fuerza máxi- diferentes a las que se producen después de partici-
ma del miembro inferior fue superior en el grupo par en un programa de entrenamiento de resisten-
que realizaba exclusivamente el entrenamiento de cia aeróbica (Leveritt y cols., 1999). Por último, se
fuerza máxima que la observada en el grupo que rea- plantea la hipótesis basada en que la fatiga residual
lizaba un programa combinado de fuerza y resisten- que se produce después de realizar un entrenamien-
cia aeróbica. Sin embargo, la inhibición en el desa- to de resistencia aeróbica puede comprometer la
rrollo de la fuerza que supone realizar un programa habilidad para el desarrollo de la tensión muscular
de entrenamiento combinado no afecta al desarro- durante la parte de entrenamiento de la fuerza del
llo de la resistencia aeróbica cuando se compara con programa combinado de fuerza y resistencia. En este
los efectos que producen programas de entrena- caso, se propone que las sucesivas reducciones agu-
mientos exclusivos de fuerza muscular o resistencia das de la calidad de las sesiones de fuerza inducen
aeróbica. Así, diversos trabajos realizados en jóve- después de un período de tiempo a un descenso en
nes sedentarios, o poco entrenados, han encontra- el desarrollo de la fuerza muscular. Los posibles
do que la magnitud de mejora del VO2max en bici- mecanismos de fatiga asociados con esta hipótesis
cleta, en el grupo que realizó entrenamiento son factores de tipo periférico como, por ejemplo, la
combinado de fuerza y resistencia en bicicleta es reducción en el glucógeno muscular o la rotura de
superior a la observada en el grupo que realizó un tejido muscular después de una sesión de entrena-
entrenamiento exclusivo de fuerza (Hickson y cols., miento de fuerza (Leveritt y cols., 1999).
1980; Bell y cols., 2000). Sin embargo, en otros estu- Se sabe poco acerca de los efectos de un progra-
dios con jóvenes sedentarios la magnitud del incre- ma combinado de fuerza y resistencia aeróbica en
mento de fuerza máxima del miembro inferior fue personas mayores. La mayoría de estos trabajos mues-
similar con entrenamiento exclusivo de fuerza al tran que las mejoras observadas en la fuerza máxi-
observado con un programa combinado de fuerza y ma del miembro inferior en el grupo que realiza un
resistencia aeróbica (McCarthy y cols., 1995). entrenamiento exclusivo de fuerza no son diferentes
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ENTRENAMIENTO DE FUERZA: ADAPTACIONES NEUROMUSCULARES Y HORMONALES 177

a las observadas en el grupo que realiza un progra- aeróbica) produce incrementos similares en la fuer-
ma combinado de fuerza y resistencia (Wood y cols., za y la masa muscular que un programa exclusivo
2000; Izquierdo y cols., 2002). En este sentido, de entrenamiento de fuerza e incrementos simila-
Wood y cols. (2000) observaron que, en personas res en la potencia máxima aeróbica que los cam-
de 60-84 años, un programa de entrenamiento com- bios producidos por un programa exclusivo de
binado de resistencia cardiovascular (60-70% de la entrenamiento de la resistencia cardiovascular
FCmax, de 21 a 45 minutos) y fuerza (tres se- (Izquierdo y cols., 2002). Desde un punto de vista
siones/semana, 12-15 repeticiones, 60-80% de 1RM) práctico, estas consideraciones son de gran inte-
es tan efectivo para mejorar la fuerza como un rés para el desarrollo de programas de actividad
programa exclusivo de fuerza (44 y 52% respectiva-
mente).
La mayoría de los trabajos que han estudiado 175 *# *#
*

Fuerza máxima media


*
los efectos de un programa combinado de fuerza y 150 * *

sentadilla (kg)
resistencia lo han realizado examinando el efecto 125
Preentrenamiento
de la combinación de ambas cualidades (fuerza y 100 8 semanas
resistencia) en la misma sesión, sin embargo no se 75 entrenamiento
16 semanas
conocen estudios que hayan analizado el efecto de 50 entrenamiento
sustituir una sesion de fuerza por una de resisten- 25
cia o viceversa. En un trabajo realizado en nuestro 0
laboratorio se examinó en 31 hombres sanos (65- S64 E64 SE64
74 años) el efecto del entrenamiento (dos veces
por semana durante 16 semanas) exclusivo de fuer- Figura 9.19. Efectos de entrenamiento de fuerza (S), el entre-
namiento de resistencia aeróbica (E) y el entrenamiento com-
za (S), exclusivo de resistencia (E) o combinado binado de fuerza y resistencia (SE) realizado durante 16 sema-
(SE) (una sesión/semana S + una sesión/semana nas, sobre la fuerza máxima bilateral concéntrica en hombres
E) sobre la fuerza máxima del miembro inferior, el de 65-79 años de edad. * Significa diferencias estadísticamen-
te significativas con mes 0. # Significa diferencias estadística-
área de sección transversal del cuádriceps femoral mente significativas con mes 8. (Modificada de Izquierdo M,
y la potencia máxima alcanzada durante un test Häkkinen K, Ibáñez J, Kraemer WJ, Gorostiaga EM. Once Weekly
progresivo hasta el agotamiento en cicloergómetro combined resistance and cardiovascular training in healthy
older men. Lippincott Williams & Wilkins. Med Sci Sport Exerc,
(WLmax). La fuerza de la extremidad inferior y el 2004; 36[3]:435-443.)
área de sección transversal del cuádriceps femoral
en S (41 y 11%, respectivamente) y SE (38 y 11%,
respectivamente) fueron mayores que los registra- 75,00
Cuádriceps femoral (cm2)
Área sección transversal

dos en E (11 y 4%, respectivamente) (Figs. 9.19- *


9.20). Los aumentos observados en WLmax fueron *
50,00
mayores en SE (28%) y E (23%) que en S (10%)
(Fig. 9.21). Un resultado interesante de este tra- Preentrenamiento
16 semanas
bajo fue la ausencia de diferencias significativas 25,00 entrenamiento
entre el entrenamiento exclusivo de fuerza y el
entrenamiento combinado en los incrementos de
0,00
fuerza y área de sección transversal. El incremen- S64 E64 SE64
to de potencia máxima en el test incremental fue
similar con el entrenamiento exclusivo de resisten-
Figura 9.20. Efectos de entrenamiento de fuerza (S), el entre-
cia y el entrenamiento combinado (Izquierdo, namiento de resistencia aeróbica (E) y el entrenamiento com-
2004). binado de fuerza y resistencia (SE) realizado durante 16 sema-
Los resultados de este trabajo sugieren que un nas, sobre el área de la sección transversal de grupo muscular
cuadriceps femoral en hombres de 65-79 años de edad. * Sig-
programa de entrenamiento combinado de fuerza nifica diferencias estadísticamente significativas con mes 0. #
y resistencia en personas mayores o previamente Significa diferencias estadísticamente significativas con mes 8.
no entrenadas, con una frecuencia semanal de tan (Modificada de Izquierdo M, Häkkinen K, Ibáñez J, Kraemer WJ,
Gorostiaga EM. Once Weekly combined resistance and cardio-
sólo dos días a la semanas (un día entrenamiento vascular training in healthy older men. Lippincott Williams &
de fuerza y un día entrenamiento de resistencia Wilkins. Med Sci Sport Exerc, 2004; 36[3]:435-443.)
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175
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150 Preentrenamiento
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125 8 semanas Fiatarone MA, O’Neill EF, Ryan ND, Clements KM, Solares GR, Nelson ME, Roberts
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