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UNIVERSIDAD NACIONAL SANTIAGO ANTUNEZ DE MAYOLO

ESCUELA PROFESIONAL: ARQUEOLOGÍA.

CICLO: V.

DOCENTE: MORACHIMO MONTES LUIS GUSTAVO.

CURSO: ARQUEOLOGÍA PERUANA III.

TEMA: LA TRANSICIÓN DEL FORMATIVO A LOS ESTADOS REGIONALES.

ESTUDIANTES:

MAUTINO RAMOS LUIS FERNANDO.

ARRIETA HUAMAN GRACIELA KARINA.

JOSÉ ROCHA.
INTRODUCCIÓN

El hombre ha ido evolucionando durante el transcurso del tiempo, modificando

su cultura, patrones actitudinales y su entorno, para satisfacer así sus necesidades,

estas etapas, fueron estudiadas, para ser diferenciadas, con evidencias bien

marcadas, de un salto cuantitativo a un salto cualitativo, a esta permutabilidad se

denomina dialéctica materialista, en consecuencia, tenemos una clasificación

cronológica que veremos detalladamente en el siguiente trabajo.


CONTENIDO

EL FORMATIVO

El Formativo Andino se inicia con la aparición de la cerámica ocurrida en la

cuenca de Ucayali con la cultura Tutishcainyo y con la fase Wairajirca de la cultura

Kotosh en la sierra y en la costa en el gran yacimiento arqueológico de las Haldas

cerca de Casma, aproximadamente en 1 800 a. C. y en la Comarca Limeña en Ancón,

en 1 600 a. C.1 y finaliza con la desintegración del Centro Ceremonial de Chavín de

Huántar. Entre los logros más importantes destacan la orfebrería, la hidráulica,

perfeccionamiento de las técnicas agrícolas, expansión religiosa y encumbramiento

del arte textil.

EL FORMATIVO SE DIVIDE EN 3 ETAPAS:

FORMATIVO INFERIOR

También llamado Formativo Inicial o periodo Prechavín, en esta etapa se

desarrollan expresiones previas a surgimiento de Chavín, tales

como Pacopampa, Kuntur Wasi, Kotosh Wairajirca, Sechín Alto, etc. En esta época

aparece la cerámica y la orfebrería.

FORMATIVO MEDIO

Conocido también con el nombre de Formativo Síntesis, en este periodo se

desarrolla plenamente la Cultura Chavín con su centro principal Chavín de Huantar,

foco de irradiación cultural y religiosa, en esta etapa se desarrollan notablemente la

cerámica monócroma y la escultura lítica.


FORMATIVO SUPERIOR

Otros nombres que recibe este periodo son Formativo Final, Formativo de

Transición. La celebridad alcanzada por Chavín de Huantar, centro principal de

la Cultura Chavín, gracias a su poder religioso hará que comarcas que antes

dependían de aquel centro ceremonial surjan como nuevos centros ceremoniales con

estilos propios independizándose completamente después de unos cientos de años

de la influencia Chavín, marcando de esta manera la decadencia completa del

periodo Formativo identificado con la Cultura Chavín, dando paso de esta manera

al Intermedio Temprano.

Tomando como referencia solo a la Cultura Chavín, el surgimiento y la

decadencia de esta, los dos últimos periodos también es conocido como Horizonte

Chavín u Horizonte Temprano.

TUTISHCAINYO

En su cerámica la forma más común era una vasija de boca ancha, con un

amplio reborde labial, y paredes acentuadamente cóncavas. Muchas veces, un

reborde basal decoraba el ángulo entre la lateral y el fondo. Las dimensiones y la

forma de esta vasija son compatibles con la función de recipiente de cocina. También

eran comunes pequeñas vasijas con paredes laterales curvas hacia el interior y

ángulo de base marcados. Estas pudieron servir como taza para beber, para

mazamorra y bebidas fermentadas. Otra vasija, ancha y abierta, con paredes laterales

bajas pero muy cóncavas, pudieron haber servido para contener alimentos sólidos.

Estas tres formas constituyen más de dos tercios de la cerámica”.


Entre las formas raras de cerámica se encuentra la botella con dos picos y asa

puente, cuya elaboración requirió una gran destreza por parte del alfarero, pero cuyo

uso y función se desconoce hasta ahora.

La decoración más frecuente consiste en formas geométricas, incisiones largas

en forma de U, algunas cerámicas están revestidas con una pintura roja post-cocción.

Las figuras estilizadas son muy raras, el único ejemplo que se encontró consiste en

la cabeza de un felino, esta se encuentra incisa en el fondo de una vasija oval; la

cabeza representa aparentemente un jaguar, y debido a su antigüedad es la primera

representación de un felino (mucho antes de Chavín), esto sustenta la tesis de Tello,

de que la cultura andina pudo provenir de la Amazonía o al menos recibir influencia

de esta, esto se corrobora debido que el jaguar es una un animal de tierras bajas y

no de altas como la andina.

La cerámica correspondiente a Tutishcainyo Temprano se encontró también

en Huánuco y corresponde al periodo más antiguo de Kotosh (Wairajirca).

Descubrir la alimentación es una tarea difícil, o mejor dicho casi imposible,

debido a que no se conservan vestigios, pero, se pudo deducir de los temperantes

encontrados en la cerámica, estos fueron conchas trituradas de moluscos de agua

dulce, y cuyas carnes probablemente la consumieron, así como restos de espinas y

escamas de pescado que era su principal alimento debido a la tipishca donde se

encontraba.
Las viviendas consistían en pisos hechos de caña o de madera, que eran

mantenidos a cierta distancia del suelo por cuatro postes; las paredes eran de caña

entrelazada recubiertas con barro para que los mosquitos no entraran, estas casas

eran constantemente cubierta con humo todas las noches para ahuyentar a dichos

insectos. Esto se corrobora por los hallazgos materiales, para la forma de la vivienda,

se encontró los restos de 4 huecos de postes, que se encontraban a grandes

distancias uno del otro, lo que hace suponer que eran columnas, el suelo era

desnivelado, por lo tanto el piso estaba suspendido por estos postes, esta práctica se

sigue en la actualidad, algunas etnias la usan para impedir que los insectos,

serpientes o animales peligrosos se trepen a la vivienda, así como para evitar

inundaciones cuando llueve; se sabe que las paredes estaban revestidas con barro

porque se encontraron restos de arcilla parcialmente cocidas (puede deberse al calor)

y con marcas de cañas entrelazadas, esto, al igual que la práctica de pisos elevados,

se practica en la actualidad para no permitir el ingreso de los mosquitos, aunque

algunos usan mosquiteros.

Otro hallazgo material es un hacha pequeña, lo que indicaría que se practicaba

la agricultura, mientras que la caza se llevaba con materiales perecibles, como

madera, debido que no se encontró herramientas para la fabricación de armas de

caza.
LAS HALDAS

El complejo arqueológico presenta áreas donde se realizaron funciones

diferenciadas. En primer lugar, contamos con el edificio monumental erigido sobre

una ladera rocosa colindante con el mar y definida por una serie de plataformas

rectangulares que definen a la estructura como una pirámide trunca, resaltando la

presencia de una gran plaza oval hundida. Junto con los demás edificios comparten

elementos arquitectónicos como escalinatas, recintos en forma de U, áreas de

circulación y demás habitaciones que completan la arquitectura monumental.

Luego, cuenta con la presencia de áreas denominadas domésticas las cuales

pudieron haber correspondido a los espacios ocupados por los aldeanos locales de

aquel tiempo, en donde realizaban sus actividades cotidianas. Áreas de basurales y

conchales arqueológicos están dispersos a lo largo del asentamiento, los cuales

contienen importantes evidencias como objetos, restos de alimentos y otros recursos

aprovechados. Se puede añadir la presencia de una zona de cantera la cual pudo

haber sido aprovechada para la extracción de piedras para erigir muchos de los

edificios dispersos en el complejo arqueológico.

KOTOSH

La fase Kotosh Wairajirca abarco desde el Formativo Inferior - Formativo

Medio fechado hacia 1850 a.C, su cerámica es de tipo gris, con figuras incisas y

coloreadas después de la cocción, en rojo, blanco y amarillo.


CHAVÍN DE HUÁNTAR

Chavín de Huántar es un sitio arqueológico (o monumento arqueológico)

ubicado en el distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari, departamento de

Áncash, en el Perú. Declarado como Patrimonio de la Humanidad en 1985. Se ubica

a 462 km al noroeste de Lima y a 86 km de Huaraz, a una elevación de 3177 m s. n.

m., en la Sierra Oriental de Áncash al este de la Cordillera Blanca. El complejo se

ubica en la confluencia de los ríos Huacheksa y Mosna, en la cuenca alta del río

Marañón, que fue un punto de paso preinca desde la costa hacia la selva, lo que

propició su crecimiento e importancia en la recolección de insumos y tránsito de

bienes.1

Fue el centro administrativo y religioso de la cultura chavín, construido y

ocupado aproximadamente entre los años 1500 y 300 a. C. (Formativo Andino). Sus

estructuras, de forma de pirámide trunca, están construidas a base de piedra y

argamasa de barro. La estructura más imponente es la conocida como “El Castillo”,

llamado también “Templo Mayor” o “Templo Nuevo”. Es una muestra sobresaliente

del arte de construir de los antiguos peruanos por el alto grado de perfección

alcanzado en materia de ingeniería, en el tallado y pulido de las piedras y en la

litoescultura asociada a su arquitectura. A pesar de no ser el sitio arqueológico más

antiguo, ni el más grande, ni el más vistoso del Perú antiguo, a Chavín de Huántar se

le considera como el más importante centro de peregrinación del mundo andino y, de

acuerdo a Luis Guillermo Lumbreras, una síntesis de las experiencias anteriores

desarrolladas en la costa, sierra y selva, así como uno de los testimonios más

tempranos de la civilización en América.


La construcción presenta una compleja red de caminos y galerías interiores de

piedra únicamente iluminados por haces de luz que penetran a través de ductos

estratégicamente dispuestos. En su interior aún puede apreciarse el Lanzón

monolítico, piedra tallada de 4,54 m. de altura en la que se observa representada una

divinidad antropomorfa, posiblemente la más importante del panteón chavín. En los

muros del templo principal se podía ver una serie de cabezas clavas, bultos

escultóricos que oficiaban al parecer de guardianes mitológicos del templo.

CRONOLOGÍA

Chavín de Huántar fue construido entre los años 1500 y 300 a. C.,

aproximadamente. Sus diversas estructuras fueron elevadas en distintos momentos

históricos. John Rowe sostuvo que el complejo surgió a base de sucesivas

ampliaciones, partiendo de una edificación primigenia a la que denominó “Templo

Viejo”, el mismo que está asociado al ídolo del Lanzón monolítico, situado en una

galería subterránea. Tras unos siglos de uso, el “Templo Viejo” habría sido

abandonado y reemplazado por el “Templo Nuevo”, conformado por “El Castillo” y por

la “Plaza Cuadrada” con sus respectivas plataformas.

CENTRO DE CULTO

Se cree que Chavín fue levantado en un lugar cuidadosamente elegido en

atención a criterios mágico-religiosos y no en consideración a que fuera un lugar

privilegiado por sus suelos, debido a que existen valles cercanos más productivos,

aun considerando el aprovechamiento de sus laderas de secano cultivadas mediante

terrazas.
Es significativo que siglos después, el Cusco, centro del Incario, fuera elevado

también en un tinkuy o confluencia de dos riachuelos de escasa productividad, lo cual

abona a favor de la teoría de que Chavín haya tenido similar origen.

FUNCIÓN DE CULTO

Chavín de Huántar debió convertirse en un prestigioso centro de

administración de la producción respaldado en el culto, mediante ceremonias y

mandatos expresados mediante oráculos.

La dirección administrativa era muy importante, a fin de adecuar la producción

de los alimentos al ritmo del aumento de la población fija y flotante, utilizando para el

efecto el uso de métodos agrícolas, respaldado en un ampuloso ritual y en el culto a

los poderes sobrenaturales que controlaban la producción, especialmente al Dios del

Agua del que dependían las lluvias benefactoras como de las catastróficas sequías

que destruían los sembríos.

Los habitantes de Chavín fueron unos pocos sacerdotes y sus auxiliares de

servicio, mientras que la mayor parte de sus usuarios eran una suerte de peregrinos

que llegaban al lugar en busca de "oráculos", portando ofrendas de diverso tipo,

pudiendo permanecer por largos períodos.

ORGANIZACIÓN POLÍTICO SOCIAL

Había cuatro tipos de pobladores: los sacerdotes de Chavín, los peregrinos de

diversas partes, con rango de sacerdotes, los artesanos o especialistas y la gente

común. La diferencia entre el hombre y la mujer parece significativa, aun cuando el

papel que el sexo femenino jugaba y la liturgia era muy importante; eso podría llegar

hasta el punto de que pudiera haber sacerdotisas.


De hecho, casi todos los personajes sagrados que conocemos presentan una

versión femenina junto a la masculina.

Los sacerdotes estaban a cargo del templo, que era su centro de trabajo. Allí

estaban las instalaciones y personas dedicadas a la producción de los calendarios,

de donde se deriva su condición de "oráculos", que es el servicio que ellos ofrecían

la predicción de los ciclos climáticos estacionales anuales.

Los sacerdotes eran observadores del cielo y gracias a eso podían registrar

con gran precisión los desplazamientos del Sol tanto en el oriente como en el

poniente, las fases de la Luna y el movimiento de las estrellas. Con eso obtenían

períodos fijos en el tiempo, a los que podían asociar los ciclos estacionales, que no

son fijos. Los períodos de sequía o de intensas lluvias, si bien tienen un ritmo anual

previsible, que se establece a partir del solsticio de verano fines de diciembre, son

azarosos en su inicio e intensidad. El saber con anticipación las características de

cada ciclo de lluvias es una tarea que requiere especialización que es, sin duda,

fundamental para conducir las campañas agrícolas cada año. Para eso, hay que

combinar el calendario solar-estelar con otros indicadores del tiempo, tales como los

de las costumbres de los animales. Esa era la tarea especializada y según parece

exitosa de los sacerdotes de Chavín.

Por todo esto, el estatus de sacerdote era muy alto en la sociedad chavín. Se

expresa en el conjunto de atributos que se le conceden y que se expresan físicamente

en vestidos muy elegantes y costosos, y adornos hechos con plumas, piedras

exóticas, oro y joyas.


Los miembros de la élite se distinguían por el uso de coronas, orejeras,

narigueras y collares, elementos que representaban la categoría de quien los

utilizaba, encargados del culto "felínico". Este culto era visual, el dios felino,

probablemente un jaguar, estaba representado en imágenes aterradoras, que

reflejaban creencias complejas, y vinculaban a los hombres con los animales, y a los

miembros de los distintos grupos entre sí.

Poseían una sociedad jerárquica piramidal:

A la cabeza estaban los sacerdotes-dirigentes, quienes cumplían funciones

religiosas y a la vez, gobernaban al pueblo.

Luego se encontraban los especialistas, que eran artesanos

en piedra y greda, metalurgia, textilería e ingenieros hidráulicos, que perfeccionaban

las técnicas de regadío para aumentar la producción de papas, maíz, frijoles, ajíes,

etc. Estos especialistas eran mantenidos por el Estado.

Finalmente se encontraban los campesinos, que trabajaban la tierra utilizando

las técnicas ideadas por los ingenieros.

DIVINIDAD

Los antiguos chavinos representaron a sus dioses en grandes monolitos. Los

más conocidos son el lanzón monolítico, la Estela Raimondi y el Obelisco Tello.9

Cada uno de ellos es un menhir, que en la cultura andina tiene trascendencia

espiritual y sirve para el control social político de la población, amenazada por

elementos de la naturaleza y escasez de alimentos. En quechua significa piedra de

poder y tienen un carácter eminentemente sagrado.


Según una interpretación, el monolito chavín reúne los tres elementos de la

trilogía cosmogónica de Chavín: águila, serpiente y felino (aire, agua y tierra) es

decir, deidades represivas que sirven como centinelas y ahuyentan el mal. Así, aire,

agua y tierra confirman una armonía permanente con el Cosmos que se trasluce en

todo el legado de Chavín.

La huanca más conocida es el emblemático Lanzón monolítico de unos cinco

metros de altura. Es una figura antropomorfa con una cabeza tres veces más grande

que su cuerpo, de la que brotan serpientes a manera de cabellera. Luce encima una

especie de tiara. El resto del cuerpo es corto y grueso. Además, está provisto de

enormes colmillos, garras en manos y pies, así como grandes orejeras. Tiene su

mano izquierda hacia abajo y la derecha en alto con los dedos extendidos.

Tradicionalmente, a esta imagen se le ha identificado como un dios felino (jaguar).

Por su ubicación, al interior de las galerías subterráneas del templo, representaría

una divinidad relacionada con el Uku Pacha (mundo subterráneo).

Comparando con otras iconografías contemporáneas y posteriores, Federico

Kauffman Doig sostiene que la divinidad representada en los monolitos de Chavín es

básicamente un ser híbrido: mitad hombre con boca atigrada y mitad ave de rapiña,

al cual ha denominado piscoruna-pumapasim (quechua: hombre-ave con boca

atigrada). Esta deidad estaría relacionada con el culto al agua y la fertilidad, de tanta

importancia en las civilizaciones agrícolas del Perú antiguo.

Un gran enigma son los innumerables acueductos y caídas de agua que

existían en el lugar, creando mediante un sistema de compuertas, un efecto acústico

que se asemejaba al rugido de un felino.


Petro-León sostenía que se trataba de un mecanismo de generación acústica

similar al mantra, con la finalidad de inducir diferentes estados de la mente, tal vez

estimulados con la ingestión de la decocción del cactus San Pedro (Trichocereus

Pachanoi) que contiene mescalina (Feniletilamina = C8H11N), muy abundante en la

zona. Se han encontrado restos de mullu Spondylus y en la iconografía aparece el

cactus San Pedro (huachuma) y las semillas de la planta willka (huillca)

(Anadenanthera colubrina).

ARTE

Chavín tiene un arte recargado, no deja espacios libres y las representaciones

son severas, rígidas, simbólicas y sobrecogedoras en su expresión. Las piedras de

sus monumentos son diseñadas en relieve o grabadas.

La vajilla doméstica y otros recursos de consumo, no diferían de los que se

usaban en los templos para fines rituales, con excepción de algunas piezas selectas.

ARQUITECTURA

Sólo una parte de su arquitectura se ha preservado debido a

su monumentalidad. El centro ceremonial tenía como núcleo este sector monumental.

Las estructuras han sido construidas enteramente en piedra, muchas de ellas granito

blanco (granodiorita) cuyas canteras se encuentran en la vecindad del túnel de

Kawish, a más de 30 km de distancia.

Los templos tienen una serie de plataformas con un fuerte talud en sus muros,

con un perfil piramidal (5,3° de inclinación). Fueron construidos por etapas, según lo

ha determinado el arqueólogo John Rowe.


El Templo Viejo era el templo más antiguo, que tiene forma de “U”. En su

interior hay una extensa red de pasajes y cámaras interiores íntegramente construidas

en piedra. En medio de la penumbra que reina en esos ambientes, hay inusitados

haces de luz que irrumpen por los estratégicos ductos que comunican con el mundo

exterior. Resulta posible escuchar nítidamente la voz de una persona a muchos

metros de distancia como si estuviera a nuestro costado. En uno de esos pasajes

interiores se aloja todavía el famoso ídolo de piedra conocido como "el Lanzón". Como

todo templo en “U”, constaba de dos alas laterales: su ala sur se fundió luego en el

llamado “Castillo” y su ala norte es lo que actualmente se conoce como la Estructura

Norte. Flanqueadas por estas alas se halla una Plaza Circular (cuyo diámetro es de

20,8 m). Una escalinata de piedra parte de la base de esta plaza circular y asciende

hasta las proximidades de la entrada a la galería del Lanzón.

El Castillo o Templo Nuevo, es una pirámide mayor (71,0 m x 71,0 m), la más

prominente del conjunto, no solo por su tamaño sino por su buen estado de

conservación, así como la maestría desplegada en su elaboración. Cuenta con dos

brazos o alas laterales llamadas Plataforma Norte y Plataforma Sur, que flanquean

una Plaza Cuadrangular (50,2 m x 50,2 m). Se cree que en esta plaza se exhibía

la Estela Raimondi, que sería así la principal wanca o piedra sagrada de esta etapa.

Volviendo al edificio principal, este tiene un pórtico principal llamado el Pórtico de las

Falcónidas, con grabados en las piedras y es precedido por un atrio y un conjunto de

escalinatas que ascienden desde la plaza cuadrada, donde también hay litoesculturas

únicas ejerciendo las funciones de dinteles, columnas o lápidas con grabados de

personajes del estilo chavín. El Castillo contiene también galerías subterráneas y

ductos de ventilación.
Empotrados en lo alto de sus muros perimétricos (lados sur, este y oeste) se

hallaban una serie de cabezas clavas o esculturas de piedra, con rostros de

personajes mitológicos. Solo una de ellas se mantiene en su lugar (pared oeste).

Existe otra estructura piramidal trunca, la llamada Pirámide Tello, que se

considera la construcción más tardía del conjunto.

Casi la totalidad de sus edificios y anexos fueron laboriosamente construidos

con columnas, cornisas, dinteles, lápidas, obeliscos y esculturas que se agregaban a

los muros o plazas, convirtiendo los espacios ceremoniales en un hermoso escenario,

adornado con las imágenes de los dioses y demonios que poblaban

el panteón chavín. Sus materiales están constituidos por piedras de diversos colores,

procedentes de distintos lugares de los Andes peruanos.

ESCULTURA

El arte escultórico viene a ser un complemento de la arquitectura chavín. Está

representado por monolitos, cabezas clavas, estelas o lápidas, obeliscos, cornisas;

todas con figuras grabadas en alto y bajorrelieve que representan a seres mitológicos.

Los monolitos son enormes esculturas de una sola pieza. El exponente

máximo de este tipo es el lanzón monolítico, esculpido en granito irregular, de 4,53 m

de alto, y que se encuentra en la intersección de los corredores subterráneos del

Templo Viejo de Chavín. Presenta la forma de cuchillo, cuyo borde cortante,

correspondiente a la cara del ídolo, mira al este. Muestra a un dios antropomorfo,

cuya enorme cabeza felínica, con cabellera formada por serpientes ocupa la tercera

parte del volumen de la escultura. Muestra una boca con agudos colmillos y la mirada

fiera; su cuerpo es corto y grueso, y las extremidades pequeñas con la mano izquierda

hacia abajo y la derecha en alto, con los dedos extendidos.


Las estelas, llamadas también lápidas, son también esculturas líticas de una

sola pieza, pero de forma plana. La más conocida es la Estela de Raimondi, llamada

así en honor del sabio italiano que lo descubrió en 1872. Mide 1,95 m de longitud,

0,74 m de ancho y 0,17 m de espesor. Se distingue por su complicado dibujo y su fino

tallado, representando a un dios antropomorfo, con facciones, garras y colmillos de

felino, que empuña en sus manos dos báculos o cetros.

Las cornisas son esculturas más pequeñas que las anteriores, y que

posiblemente formaban parte de las lápidas. Un ejemplo es el llamado “Cóndor de

Chavín”, que fue hallado incompleto por Tello. Está trabajado en granito y presenta

forma irregular. Mide 0,80 m por 0,45 m. Representa la figura de un ave mitológica

casi realista, que en principio se reconoció un cóndor, aunque también puede ser un

águila o halcón.

Los obeliscos son esculturas en forma de prisma. El más representativo de

ellos es el Obelisco Tello. Mide 2,52 m de alto, y 0,32 m de ancho en la base. Se halla

esculpido en alto, bajo y planorrelieves, representando a dos deidades míticas, o en

todo caso, un dios doble hermafrodita (masculino y femenino). Se ven también

divinidades secundarias y diversos alimentos (yuca, calabaza, achira) diestramente

representados.

Las cabezas clavas son una serie de esculturas hechas en bulto y que

representan cabezas de felinos, serpientes y aves, combinadas con rasgos humanos.

Deben esa denominación de clavas al hecho que terminan en una prolongación, a

modo de clavo, que permitía empotrarlos fácilmente, a distancias simétricas, en la

fachada del Templo o Castillo de Chavín.


Una teoría considera que se trataban de los guardianes del Templo. Estaban

trabajadas en roca arenisca, de diferente consistencia, cuarcita y granito.

Desgraciadamente, de las 56 que en total eran, sólo una se mantiene in situ. Las otras

han desaparecido o se conservan en los museos.

DESARROLLOS REGIONALES

Recuay es una cultura arqueológica del Antiguo Perú que se desarrolló en

la Sierra del actual departamento peruano de Áncash entre los 1 a. C. hasta los

700 d. C.1 Corresponde a la etapa del mundo andino llamada Intermedio Temprano,

Se le ha denominado también como cultura Huaylas o Santa.

Se considera a la tradición Recuay como un conjunto de señoríos y centros

regionales con una fuerte variabilidad. Existen pocas evidencias que muestren una

configuración política de tipo 'Estado' y de integración funcional entre los diferentes

sitios Recuay.

ORIGEN

En 1874 Agustín Icaza ordenó excavar una serie de tumbas ubicadas en el

terreno que poseía en el distrito de Recuay. Este terreno se denominaba la estancia

de Rapish que luego fue rebautizada y es donde se ubica actualmente el pueblo

de Cátac. Hacia 1878 se encontraron 160 cerámicas en el ahora llamado sitio

arqueológico de Roko Ama. La casa luego se las vendió a José Mariano Macedo

quien las llevó a Europa junto a su colección de más de 2000 artefactos antiguos. En

Europa, Macedo vendió la colección a un agente del Museo etnológico de Berlín por

2000 libras esterlinas. En 1881 se exhibieron en París 152 vasijas cerámicas de la

colección original de Icaza caracterizadas por la arcilla fina utilizada para la

elaboración y las imágenes decoradas con los colores rojo y negro.


El estilo Recuay, caracterizado por su cerámica y su litoescultura, fue descrito

por Eduard Seler en 1893, sobre la base de ejemplares de cerámica llevados al

Museo etnológico de Berlín por Mariano Macedo. Seler denominó Recuay a ese estilo

de cerámica, basándose en el informe de que dichas piezas habían sido halladas en

el poblado de Recuay. Estudios posteriores demostraron que esa cerámica

característica no era originaria de Recuay sino de Copa, cerca de Carhuaz, por lo que

se propuso el cambio de nombre por la de este poblado. Eventualmente se usó el

nombre de Huaylas para esta cultura. En 1919 Julio C. Tello exploró la zona y

recuperó esculturas líticas y cerámica tipo Recuay. En los años 1960 Rafael Larco

Hoyle propuso cambiar las denominaciones de Recuay y Copa por la de Santa,

sosteniendo que el estilo Recuay se había originado en las regiones costeñas del

valle del Santa. Sin embargo, ha persistido la denominación Recuay.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Abarcó casi todo el callejón de Huaylas, un estrecho valle alimentado por el río

Santa y encerrado entre dos cordilleras, la cordillera Blanca hacia el occidente y la

cordillera Negra hacia oriente. Su influencia se extendió por el este hasta la cuenca

del río Marañón y por el oeste, hasta las partes altas de los valles

de Santa, Casma y Huarmey. Por el norte llegó hasta la localidad de Pashash, en

la provincia de Pallasca.
ORGANIZACIÓN SOCIAL

Las fuentes iconográficas y los contextos arquitectónicos y funerarios llevan a

conclusiones coincidentes. Se vislumbra la imagen de una sociedad organizada en

comunidades territoriales, eventualmente comparables con algunas formas

de ayllu andino. Las comunidades estaban gobernadas por élites guerreras.

Todo indica que los Recuay fueron una sociedad con un alto grado de

militarización y que vivieron en permanente conflicto con sus vecinos por la disputa

de tierras de cultivo y fuentes de agua. Es posible que pusieran una barrera

infranqueable a la expansión de los moches, lo que explicaría la razón por la que

estos no pudieron llegar jamás a las alturas andinas.

ECONOMÍA

La economía se basaba en la agricultura pero igualmente en

la ganadería de camélidos sudamericanos (llamas y alpacas) de los cuales extraían

carne y cuero. Se ha detectado incluso que las viejas edificaciones del chavín, tiempo

ya abandonadas, sirvieron a los Recuay como corrales para guardar dicho ganado.

Asimismo, debían haber manadas de vicuñas que pastaban en las zonas altas de

dominio de los Recuay.

ARTE

Su principal forma de expresión del arte era por medio del trabajo

en piedra (tallado y mampostería), herencia de su antecesora, la cultura Chavín.

Además, realizaron esculturas en bultos que representan guerreros con escudos o

cabezas-trofeos, con las que ornamentaron sus complejas construcciones

arquitectónicas. Asimismo, elaboraron una cerámica de arcilla blanca de muy

variadas formas y una textilería que reprodujo los diseños de la alfarería.


ESCULTURA

Los Recuay son reconocidos por sus trabajos escultóricos realizados

en piedra (litoescultura). Estas esculturas consisten en lajas de piedra labrada, en

forma de prisma o estatuaria, que se tallaba en alto o bajo relieve o por incisión en la

piedra. Representaron guerreros, felinos y serpientes, cabezas humanas, caras y

cabezas trofeo, maquetas y copas con pedestal, etc.

De otro lado destacan los célebres monolito Recuay, bloques de piedra de

forma casi cilíndrica, esculpidos aparentemente para representar a guerreros de

rango elevado. Estos tienen la expresión rígida, en posición sentada con las piernas

cruzadas y portando una maza, un escudo o una cabeza-trofeo. Otros monolitos

representan mujeres con trenzas largas y vestidas con capuchas o mantos. Tuvieron

una función arquitectónica ornamental, sirviendo como dinteles o empotrados en los

paramentos. Numerosos ejemplos de esta litoescultura fueron recogidas por el padre

Augusto Soriano Infante y resguardados en el Museo Regional de Ancash (Huaraz).

Otra muestra de la escultura Recuay son las cabezas clavas que representan

a hombres y felinos y que nos recuerdan a los de la cultura Chavín, aunque con el

sello propio de los Recuay.

TEXTILERÍA

Las pocas telas conservadas muestran complejos motivos decorativos

fuertemente vinculados con los que aparecen en las vasijas de cerámica. Los

tejedores, como los alfareros, hacían contrastar los espacios monocromáticos del

fondo que poseen tonalidades cremas, marrones y rojas con los diseños figurativos y

geométricos.
CERÁMICA

Para elaborar su cerámica utilizaban la arcilla llamada caolín, que es de las

más finas y complejas de trabajar, la cual adquiere un color blanco después de su

cocción. En términos generales se distingue por las siguientes características:

Una variedad notable de formas y expresiones escultóricas, pero sin alcanzar

el nivel de la cerámica moche. Usaron el asa-puente y el asa-estribo.

La técnica del "negativo" en la decoración, usando los colores rojo, blanco y

negro. Esta técnica consiste en cubrir con arcilla las partes a decorar y pintar luego

alrededor; más tarde se quitan los trozos de arcilla quedando una zona sin pintar.

La variedad de diseños pintados sobre la base de motivos geométricos y

figurativos.

La presencia de numerosos recipientes llamados pacchas, cántaros

ceremoniales que tienen la particularidad de ostentar un caño por donde era vertido

el líquido del recipiente.

Los motivos decorativos de esta cerámica aparecen expresados tanto de

manera pictórica como escultórica.

Motivos pictóricos. Consiste en felinos, serpientes y seres antropomorfos

dibujados en forma realista, así como seres mitológicos estilizados tales como el

“felino emplumado” de perfil y las cabezas trofeos. También con figuras geométricas

lineales, exornando la vestimenta de los personajes, de carácter simbólico.


Motivos escultóricos. Personajes míticos varios, algunos en actitud de cercenar

la cabeza; guerreros o sacerdotes míticos, que muestran variantes en el tocado;

personajes similares a los anteriores conduciendo una llama; un sacerdote rodeado

por una pareja o por un grupo de mujeres; escenas varias de felinos atrapando

personas.

ARQUITECTURA

La arquitectura Recuay está representada por diversos tipos de edificaciones,

entre viviendas, fortificaciones y templos. Una característica notable es el uso de las

galerías subterráneas, de claro origen chavín, tanto para los templos como para las

casas. Las paredes se construyeron con grandes piedras alargadas clavadas en el

suelo; las grietas se rellenaron con piedras pequeñas usualmente planas (pachillas)

e imponentes bloques cuadrados ayudaron a formar las esquinas. Ejemplos

principales de la arquitectura Recuay son los restos de Huillcahuaín y Pashash.

La función defensiva de estas construcciones era totalmente compatible con

los fines ceremoniales.

Edificaciones civiles. Las viviendas de los recuay fueron erigidas con piedras

parcialmente labradas y con relleno de tierra; se distribuían de uno a cuatro cuartos

interconectados, alrededor de un patio. También hubo casas subterráneas,

compuestas de un patio y un ambiente central multiusos, es decir, que funcionaba

como cocina, sala y dormitorio a la vez. Ejemplo de viviendas subterráneas han sido

encontradas en Cátac, Copa y Tambo.


Edificaciones militares. Los sitios fortificados son de planta irregular, algunas

de las cuales muestran muros perimetrales, parapetos y fosos. En algunos sitios de

este tipo se hallaron diversas armas como hondas, hachas, porras y puntas de

proyectil. Todo ello nos hace pensar en un pueblo enteramente guerrero, que se

corrobora aún más por las representaciones guerreras en sus monolitos y ceramios.

Edificaciones funerarias. Según el investigador Duccio Bonavia, las estructuras

funerarias de los Recuay son la más elaboradas del área andina. Esta sociedad

construyó imponentes mausoleos de piedra, como los encontrados en Molleurco,

Catayoc y Pashash. Otras tumbas, como las de Huillcahuaín, se construyeron como

galerías subterráneas, cuyo largo varía entre 7 y 20 m, con una altura aproximada de

un metro. Dichas estructuras fueron individuales y colectivas, de acuerdo a la clase o

rango del difunto. En los entierros han sido encontrados cadáveres flexionados o

sentados con ofrendas alrededor.

Edificaciones religiosas. Los templos se construían con piedra labrada, con un

gran patio abierto en el exterior, donde se encuentran los subterráneos utilizados

como cámaras funerarias.

SITIOS ARQUEOLOGICOS

Los asentamientos Recuay son relativamente pequeños, dispersos,

preferentemente localizados en colinas y lomas. Una plataforma de probable carácter

ceremonial se eleva por lo general en el centro del asentamiento, mientras que las

cámaras funerarias se ubican en el área circundante.


Solo algunos sitios pueden ser considerados centros locales, a juzgar por la

monumentalidad de sus muros de contención o recintos. Algunos sitios de la tradición

Recuay son:

Pashash. Es un sitio arqueológico ubicado estratégicamente cerca de la

ciudad de Cabana. En él destaca un grueso muro que rodea toda la edificación,

probablemente para evitar la entrada de enemigos.

Roko Ama. Utilizado como un cementerio y ubicado en el distrito de Cátac en

la provincia de Recuay.

Tumba de Jancu. Otro centro funerario de la cultura descubierto en 1968,

ubicado al este en el distrito de Huaraz y cuyas piezas se encuentra exhibidas en el

Museo Arqueológico de Áncash "Augusto Soriano Infante" en la ciudad de Huaraz.8

Algunos sitios como Willkawain en la provincia de Huaraz

y Honcopampa y Pichactanan en la provincia de Carhuaz son edificaciones que

combinan el estilo arquitectónico Recuay bajo una influencia de la cultura wari.


IMPERIO WARI

A fines del Intermedio Temprano, los centros urbanos de la sierra central,

particularmente de la zona de Ayacucho, mantenían relaciones con otros desarrollos

como las culturas Nazca y Tiahuanaco. Pero es en el Horizonte Medio que aparece

la denominada tradición Conchopata, que se considera el origen de la cultura Wari ó

Huari. Recién entre el año 500 y el 900 d.C. dicha cultura logra su máximo apogeo, el

cual se asocia al desarrollo y a la expansión desde su capital, que lleva el mismo

nombre.

EXPANSIÓN

Poco después de su inicio, la cultura Wari llegaron a expandirse por el sur

hasta Acarí, por la costa norte hasta el valle del Santa y por la sierra hasta el callejón

de Huaylas. Con la consolidación del imperio, logró extenderse desde Sicuani y la

región Arequipa hasta Cajamarca por la sierra y desde Ocoña y Sihuas hasta

Lambayeque por la costa.

Las evidencias reflejan una gran expansión de la cultura Wari, pero, además,

muestran que no solo se trató de una conquista militar sino más bien de un proceso

de asimilación de estos pueblos a la administración de la cultura Wari y a otros

patrones de su cultura, especialmente la religión y el urbanismo.

REGIÓN

La región donde se originó la cultura Wari es una zona árida, en la cual el

desarrollo de la agricultura es bastante difícil debido a lo agreste del territorio y la

escasez de agua. Por ello los habitantes de la cultura Wari se vieron obligados a

realizar trabajos para canalizar el agua y también crear andenes con el objetivo de

ampliar las zonas cultivables. Los pastizales de las zonas altas permitieron el

desarrollo de la ganadería de camélidos.


ORGANIZACIÓN

La cultura Wari creó instituciones administrativas, además de guardar una

estructura jerárquica en los centros que fundaron. Contaron con almacenes, talleres

artesanales y centros habitacionales.

Todo ello dentro de una organización basada en la reciprocidad con las poblaciones

que asimilaron. Por eso el estado de la cultura Wari organizaba fiestas y agasajos

que más tarde le permitían obtener las prestaciones de trabajo.

Asimismo, en tan complejo imperio, fue necesario crear un método para la

contabilidad y control. Los hallazgos arqueológicos han demostrado que los

habitantes de la cultura Wari ya utilizaban un tipo de quipu y que desarrollaron una

red de caminos que conectaban la capital con los centros regionales.

ECONOMÍA

Dado el carácter imperial de este Estado; su política económica se orientó, a

explotar a los pueblos colonizados.

El arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras, refiriéndose a este aspecto señala: «La

política de los ayacuchanos parece haber estado orientada a obtener el máximo de

utilidades agropecuarias, en los valles colonizados, tanto en la sierra como en la

costa. Aprovechando la experiencia agraria local, así como la de todos los territorios

conquistados, se desarrolló un programa hidráulico de vasto alcance, habilitando

nuevas tierras en cada valle y racionalizando la siembra y la cosecha, la construcción

de canales, reservorios de agua y otros servicios agrarios, fueron también utilizados

para el mantenimiento urbano, el que además fue complementado con caminos a lo

largo del Imperio”.


RELIGIÓN

La religión de la cultura Wari fue el resultado del sincretismo de divinidades

locales, especialmente de Ayacucho, Nazca y Pachacamac. Lograron expandir el

culto al Dios de las Varas (una variante local, distinta de la versión Tiahuanaco). De

acuerdo con las investigaciones, la difusión del culto de la cultura Wari sirvió como

elemento de expansión territorial y cultural.

URBANISMO

Esta cultura introdujo nociones y patrones novedosos en la formación de las

ciudades en los Andes. La concepción centralista permitía controlar a la población y

el cumplimiento de sus actividades. Los centros estaban organizados en función de

un eje norte-sur y eran construidos cerca de caminos principales que formaban toda

una red vial. Sin embargo, solo la elite residía en las ciudades; la gente común acudía

únicamente para cumplir con sus tareas o participar en las ceremonias religiosas y

vivían en las zonas rurales aledañas. Entre los principales centros de la cultura

Wari encontramos, cerca de Cuzco, la capital provincial Piquillacta, que tuvo murallas

de hasta 12 metros de altura y que ocupó un área de casi dos kilómetros cuadrados.

Casos similares encontramos en Moquegua, Cerro Baúl y en las serranías de Lima y

en el callejón de Huaylas, donde están Huaricoto y Huillcahuaín, respectivamente.

LA CIUDAD DE WARI

La capital de la cultura Wari estuvo ubicada al noreste de Ayacucho. El área

urbana ocupaba entre 1000 y 1500 hectáreas. En el área central se ubicaban grandes

terrazas y recintos amurallados con edificios interiores. A pesar de tener capacidad

para entre 35 y 70 mil personas, solo tuvo una población de entre 10 y 21 mil

habitantes. Se dividió en barrios: Checohuasi, Moraduchayoc, Capillayoc y Ushpa

Coto.
CERÁMICA

Según las evidencias, la cerámica de la cultura Wari estuvo marcada por

diferentes influencias. Los investigadores, en función de la época y el lugar en que se

desarrolló y las características que presenta, han dividido la cerámica de la cultura

Wari en diversas fases o estilos, entre los que destacan Chaquipampa, Conchopata

y Robles Moqo. Los habitantes de la cultura Wari fabricaron cerámica fina que estuvo

orientada al uso de la élite, además de servir para la difusión de las ideas religiosas.

También hicieron otra de uso doméstico.

TEXTILERÍA

El arte textil de la cultura Wari alcanzó un alto grado de desarrollo. Elaboraron

tejidos teniendo como materia prima el algodón, la lana de alpaca y de vicuña. Los

tejidos que fabricaron sirvieron tanto para la indumentaria como para los rituales

funerarios. Su especialidad fueron los tapices, en los que representaron a seres

míticos de su religión, así como motivos con serpientes, felinos y aves. Los tejidos se

caracterizaron por un gran despliegue cromático. Predominaron el rojo, azul brillante,

amarillo, dorado y el blanco. Además de los tapices, elaboraron fajas, bolsos, los

uncos o camisones sin mangas. Las evidencias de la textilería de la cultura Wari han

sido halladas en diversos lugares del territorio peruano.


DECADENCIA

Los imperios son poderosos en tanto mantienen sojuzgados a los pueblos, pero

cuando éstos se liberan aquéllos decaen.

La Cultura Wari no fue ajeno a la afirmación anterior.

Los especialistas señalan que varias de las ciudades coloniales de Wari,

llamadas cabeceras de región, fueron adquiriendo importancia política y económica,

hasta alcanzar una situación similar a la ciudad metropolitana; fue en aquellos

momentos cuando dichas colonias empiezan a liberarse del control imperial Wari.

Este proceso se fue repitiendo sucesivamente uno tras otro, hasta llegar al punto en

que la ciudad metropolitana de Wari se convirtió en un elefante blanco, fue entonces

cuando vino su ruina. Todo esto sucedió hacia fines del siglo XI.

Pachacámac (Lima) constituye un caso típico de cómo se dio el proceso de liberación

de las colonias de Wari.

El fin del Imperio Wari es el fin de todo un período de nuestra historia y a la vez marca

el inicio de otro nuevo llamado los Estados Regionales en el que se desarrollaron

numerosos reinos, señoríos y confederaciones, cada uno de ellos en forma autónoma.


ESTADOS REGIONALES

La Cultura Chimú se cree que sucedió a la Cultura Mochica alrededor de

700 a.C. Su principal administrativa era la gran ciudad de Chan Chan, cerca

de Trujillo en el norte de Perú, compuesto por miles de edificios y un laberinto de

calles y callejones. Chan Chan, que fue tal vez el hogar de unas 60.000 personas en

su apogeo, fue una de las ciudades más grandes de América del Sur y la mayor

ciudad de adobe en el mundo.

En 1470 Chan Chan fue conquistada por los Incas, quienes luego procedieron a tomar

sus artesanías para llevarlas a su capital Cusco. Sin embargo, unos 50 años más

tarde los incas fueron derrotados por los conquistadores españoles, quienes

posteriormente saquearon la ciudad. Lamentablemente, la ciudad, declarada como

Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sigue erosionando por la lluvia cada

vez mayores.

Ubicación Geográfica
La Cultura Chimú se estableció en la costa norte del Perú, desde 1100 hasta

1400 AD. El centro de esta cultura fue la ciudad de Chan Chan en el valle del río

Moche. Las ruinas de la ciudad cubren casi un área de 20 kilómetros cuadrados.

Con la ayuda de las conquistas y las guerras del pueblo de la cultura Chimú formado

por un estado que, durante sus días de gloria, gobernó sobre una franja costera de

terreno de 1000 km que casi llegó a la frontera norte del Perú. El estado de la cultura

Chimú obtuvo su máxima expansión durante su última etapa (1350-1450 d.C), tras

haber derrotado a la cultura Sicán en el norte.

Organización Social y Política


Los habitantes de la cultura Chimú tuvieron un estado expansionista

centralizado con claras divisiones de clase y una burocracia muy compleja. El sistema

económico y social operado a través de una red de pueblos rurales y el estado se

administró en la capital Chan-Chan.

Religión
Los pobladores de la cultura Chimú adoraban a la Luna debido a su creencia

que influía sobre el crecimiento de las plantas, las mareas y a su utilización como

marcador del tiempo.

Creían descender de cuatro estrellas, de las dos mayores descendían los nobles y la

gente común de las otras dos. Creían que el alma de los difuntos iba hasta la orilla

del mar, desde donde era transportada por los lobos marinos hacia su última morada

en las islas.
Actividades Económicas
La capital de la cultura Chimú fue Chan Chan se encuentra en uno de los más

secos desiertos de la costa, sus pueblos habían ideado un sistema de riego inteligente

complejo que les permitió irrigar campos de cultivo y mantenimiento de jardines

durante todo el año. También fueron hábiles artesanos, produciendo una gama de

cerámica y una gran cantidad de objetos metálicos intrincados en oro, plata y cobre,

que incluyen cuchillos, recipientes y joyería, así como textiles diversos, algunos

decorados con plumas de colores.

La agricultura fue una de las principales preocupaciones, construyeron muchos

kilómetros de canales de riego, incluyendo canales entre valles, para expandir el área

de cultivo. Un largo canal fue construido desde el río Chicama al norte con el fin de

irrigar tierras de cultivo cerca de Chan Chan en el Valle de Moche. La enorme área

cosechada en el valle de Moche en tiempos prehispánicos todavía sobrepasa el área

actualmente cultivada.

Arquitectura
El sitio arqueológico de la cultura Chimú se caracteriza por muros muy altos,

algunos de los cuales son de 26 metros de altura, que encierran cada una de las 11

ciudadelas. Junto con Huaca pintada, Huaca del Dragón, Chan Chan la más grande

pirámide escalonada, que se encuentra en el norte de la ciudad, forman el grueso de

la arquitectura monumental en el sitio. Cada uno de estos palacios, la mayoría de las

cuales están dispuestas de una manera muy similar a pesar de las diferencias de

tamaño, se caracterizan por tres tipos de estructuras: en forma de U audiencias,

almacenes y pozos.
En términos generales, los altos muros del sitio, largos pasillos, pasadizos

tortuosos y sinuosas y entradas pequeñas muestran cómo meticulosamente como el

régimen controlaba el flujo de personas dentro de los recintos.

Cerámica
La cerámica de la cultura Chimú cumple ambas funciones, para uso diario o

doméstico y para las ofrendas ceremoniales. Artesanos de la cultura Chimú trabajaron

en talleres metalúrgicos divididos en secciones para cada uno del tratamiento

especializado de los metales. Utilizaban unos moldes en la fabricación de la cerámica

de la cultura Chimú, y los vasos se hacían a menudo de componentes más pequeños.

Numerosas formas de buques y decorativos semejante con la cerámica Moche. Los

vasos de la cultura Chimú fueron cocidos al horno en un espacio deficiente de

oxígeno, que es la razón de su característico color oscuro. Con todas estas técnicas,

los pobladores de la cultura Chimú produjeron una gran cantidad de objetos como

vasos, cuchillos, recipientes, brazaletes, alfileres, coronas, etc.

Metalurgia
La metalurgia de la cultura Chimú llegó a un nivel extremadamente alto el

cobre, bronce arsénico, plata y oro fueron utilizados como materias primas. Entre

otros, la fundición de soldadura, revestimiento, decoración con sello y persecución

fueron dominados en cuanto a producción y las técnicas de decoración. Entre otras

cosas, copas, platos y muchos tipos de joyas y adornos estaban hechos de metales

preciosos reservados para el uso de la aristocracia.


Textil
Los textiles de la cultura Chimú fueron fabricados principalmente con algodón,

pero también se utilizó la lana de los animales de la familia de la llama. Hubo

numerosas técnicas de producción y formas de decoración entre otras cosas plumas

y adornos metálicos como placas de colores de oro y plata que fueron extraídos de

ciertas plantas para la unión de los tejidos. Las prendas eran de cuatro animales, el

guanaco, la llama, la alpaca y la vicuña y de una planta de algodón nativa que crece

de forma natural en siete colores diferentes. La vestimenta consistía en taparrabos,

camisas sin mangas con o sin flecos, ponchos pequeños, túnicas, etc.
CONCLUSIONES

Investigar y analizar las culturas del pretérito es importante ya que

reconstruimos una humanidad inanimada, de manera que aprendemos,

reflexionamos, contrastamos realidades distintas acerca de nuestros patrones

actitudinales, en contacto con nuestro entorno, para adquirir conocimiento, ponerlos

en práctica o preservar todo ese bagaje cultural para futuro.


BIBLIOGRAFÍA

• ARQUITECTURA CHIMU

• La gestación de los desarrollos regionales (unmsm.edu.pe)

• CULTURA RECUAY

• Metalurgia CHAVIN

• Pedro Cieza de León

• La cerámica encontrada en las ruinas de Kotosh en Huánuco, diagrama. Foto

de Perú, Sudamérica

• Cerámica Kotosh

• Hallazgos en las haldas

• Periodo Formativo andino

• Chavín de Huántar

• Tutishcainyo

• Kotosh.pucp.edu.pe

• Las haldas Casma unmsm.edu.pe

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