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Profesor Integrantes:
Lic. Prudencio Rufo David Lara
Edimar Calderón
José Fuentes
Emmanuel Méndez
Nohelys Rojas
Edward Gil
El autor Gabriel Corredor, en su libro Para Un Buen Vivir en el tiempo libre, dice La
práctica recreativa siempre ayuda al mejoramiento de la calidad de vida, las actividades que
dañan al individuo no son recreación. Por lo cual, no es reductible a una sola y única
explicación como, por ejemplo, cuando se la define como "volver a hacer", en términos de la
reposición de la fuerza de trabajo o como la actividad "que se elige libre y espontáneamente
después de la jornada de trabajo" como afirma Dumazedier (1968). Otro protagonista de la
recreación deportiva que no se debe dejar por alto, es el Cubano Aldo Pérez en su conferencia
de postgrado sobre el tiempo libre, establece que esta es el disfrute de lo que más te agrada
hacer y realizar.
Acosta, B. (2004), afirma: "La Recreación es aquella actividad humana, libre, placentera,
efectuada individual o colectivamente, destinada a perfeccionar al hombre. Le brinda la
oportunidad de emplear su tiempo libre en ocupaciones espontáneas u organizadas, que le
permiten volver al mundo vital de la naturaleza y lo incorporan al mundo creador de la cultura,
que sirven a su integración comunitaria y al encuentro de su propio yo, y que propenden, en
última instancia, a su plenitud y a su felicidad", lo cual le va a servir al ser humano para su
crecimiento personal y físico.
Recreación
Tiempo libre
Calidad de vida:
Se refiere según los postulados del autor Delgado, C. (2010), La percepción de los
individuos a su posición en la vida, en el contexto de la cultura y los sistemas valóricos en que
vive, sus metas, expectativas, normas e intereses. Donde las personas pasan de ser objetos a
sujetos propios de su propia recreación, intensificando su papel en la toma de decisiones sobre
de cómo van a emplear su tiempo libre.
Sociedad:
Entre las actividades que se pueden desarrollar, destacan, las pre-deportivas: Voleibol de
arena, fútbol de arena que se pueden desarrollar de buena manera en cualquier balneario
equidistante de la ciudad o en cualquier municipio; duatlón, triatlón, biatlón o indiatlon,
competencia de velocidad de canoas o nado en aguas abiertas, estas se pueden realizar en las
riberas del rio Orinoco o de igual manera y en los últimos años se realizan en la comunidad Alto
Carinagua o Puente Parhueña, salto largo, carreras de velocidad, lanzamiento de pelotas,
relevos, dominó, ajedrez, mientras que las actividades recreativas incluyen gymkana de arena,
raqueta de playa, juegos tradicionales, torneos de pelota de goma y halar la cuerda; clases
grupales de yoga, tamborterapia, entre otras, para estas actividades en la actualidad se cuenta
con los Paseos Atures y Atabapo, la pista de atletismo del Polideportivo o el gimnasio Humberto
Pèrez Morillo, de igual manera para la cultura también están los complejos culturales Casa Azul,
Napiruli, Fundaijirus y Aparo Acustico además de la casa Amarilla, la red de bibliotecas
públicas, el museo etnológico como también se podría experimentar con los cines de calles y el
usos de las canchas múltiples construidas en toda la geografía del estado, entre otros.
CONCLUSIÓN
El arte y la cultura son una parte esencial del entorno edificado, de los procesos de
planificación y del diseño experiencial. La arquitectura integrada, el paisajismo, el arte y el
espacio públicos mejoran la calidad de vida, benefician la economía y crean una ecología
urbana sostenible. El arte y la cultura proporcionan las características necesarias para generar
lugares positivos y destacables. Introducir el arte y la cultura en los procesos de planificación
incrementa la participación pública, estimula el diseño colaborativo y añade valor a los
proyectos de desarrollo. La planificación también se beneficia de ellos gracias a enfoques más
holísticos y a la participación de la comunidad. La creación de espacios para la experiencia
sensorial (vista, oído, olfato, tacto y gusto) debe ser impulsada por el arte y la cultura, los cuales
refuerzan de manera colectiva y eficaz el sentido de pertenencia.
RECOMENDACIÓN.
Los espacios públicos dinámicos deben ser accesibles para todos, puesto que
representan un valor patrimonial cultural para los ciudadanos y fomentan la inclusión social.
Los espacios públicos deben ser respetados, actualizados y estar dotados de recursos
suficientes, ya que son áreas protegidas heredadas de las generaciones anteriores y pueden
ser parte integrante de la expresión creativa y la transmisión de prácticas de una población
urbana variada.
Los parques y las zonas protegidas, dentro y cerca de las ciudades, contribuyen a mejorar
su resiliencia frente al cambio climático.
La regeneración y mejora de los espacios públicos en las zonas de bajos ingresos de las
ciudades puede fomentar la justicia social y la equidad.
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Contexto cultural
El momento actual es el resultado de todos los sucesos desde hace más de 40 años de
etapa democrática, es solamente cuando sucede el sacudón de Caracas el 27 de febrero de
1989, que Venezuela de un salto como consecuencia de este terremoto social.
Nuestro país actualmente vive una etapa de transición con fuertes cambios, ahora los
venezolanos estamos viviendo el desarrollo tanto económico, social y democrático.
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1[1] Contexto: CON, +TEXTO. (CON: Junto a. TEXTO: Viene de la palabra latina texere
luego text, que significa paño y/o entramado, trama, tejido.)
humano, como parte integrante de su cultura y su visión de mundo o cosmovisión 2[2]. En otras
palabras el contexto cultural es todo aquello que forma parte del medioambiente o entorno y
resulta significativo en la formación y desarrollo de un grupo humano específico.
“El contexto no es un molde estático de representaciones culturales sino que es una “arena”
activa en la cual el individuo construye su comprensión del mundo y que está conformada
tanto por los contenidos culturales tradicionales, como por las necesidades y expectativas
individuales y colectivas que surgen del contacto con la sociedad amplia.”4[4]
La extrema variabilidad del fenómeno cultural, es uno de los aspectos que más confunden a los
estudiantes y estudiosos de la cultura. No se puede decir que un grupo humano es "idéntico" a otro,
por similar, próximo o parecido que sea. En realidad la cultura de un grupo humano es como su
huella dactilar: no hay dos grupos humanos que tengan la misma cultura. 5[5] Dicho en otras
2[2] Entorno: El entorno es todo aquello que envuelve a un individuo o a un grupo humano, por
el solo hecho de estar allí, pero sin examinar el grado de significado que sus componentes o
elementos tengan para esos individuos o grupos humanos. El entorno es simplemente lo que
rodea, --esta allí, pero no dice nada-- mientras que el contexto es el entorno más la significación
cognitiva para el grupo social, por ello es que la palabra contexto es usada para referirse al
medioambiente pero con un sentido comunicacional. El entorno carece de “alma” o “espíritu”
cultural en forma de elementos y sistemas simbólicos compartidos, mientras que el contexto
incorpora todo lo simbólico o que “representa algo para alguien bajo cualquier circunstancia”, y
ese alguien es capaz de interpretarlo y exteriorizar sus significados a través de su cultura de una
manera completamente desapercibida para él o para ellos. Se suele usar la palabra
medioambiente, cuando se hace referencia solo a los elementos naturales, interrelacionados, del
medio, incluyendo fauna, flora y geografía; cuando se incluye al grupo humano que lo habita es
preferible hablar ya de contexto, porque incluye la cultura y la comunicación humanas.
5[5] De manera que la condición natural de la cultura es que ésta varía --se diferencia, cambia en
poco o en mucho-- en lo que se refiere sus contenidos entre grupos humanos; por esta razón, no
palabras, cada grupo humano tiene su propia identidad cultural, de manera tal, que todas las
personas que hayan nacido y se hayan (socializado) educado dentro de esta identidad se sienten igual
o pertenecientes a una misma comunidad humana. En realidad lo que comparten y los hace sentirse
iguales es el compartir los mismos significados para darle sentido a su vida cotidiana.
Para Kottak, la identidad cultural viene a ser “todos aquellos rasgos culturales que hacen que las
personas pertenecientes a un grupo humano y a un nivel cultural (...) se sientan iguales
culturalmente”.(Kottak, 1994, 60 y siguientes)
Las diferencias entre formas culturales se explican a partir de lo que llamamos el Contexto
Cultural. El contexto proporciona los elementos significativos que acompañan a una cultura
específica, a una identidad cultural. Si la cultura es la red de significados (la malla de sentido de
Max Weber y repetida por Geertz), este entramado humano de sentidos tiene existencia en el
contexto de una geografía, su clima, su historia y el conjunto de procesos productivos en que se
da la existencia de esa cultura. La geografía y el clima establecen la dimensión espacial de
ciertas características propias del grupo humano, el que se adapta a estas características para
(sobre)vivir, de manera que los accidentes geográficos del lugar en que se vive: desierto, zona
montañosa, de valles, pampas, etc, y el tipo de clima característico del lugar: húmedo, lluvioso,
seco, frío, cálido, etc. pasan a convertirse en importantísimos proveedores de significados
específicos del diario vivir para la cultura de cada lugar. Parece apropiado llamarlo el sustrato
geográfico de lo humano.
Por su parte, los procesos productivos proporcionan los substratos restantes. Representan las
transformaciones que la gente hace para vivir y desarrollarse: en cualquiera de las actividades
primarias (extraer de la naturaleza para uso directo o materias primas), secundarias (la actividad
fabril de transformación de la materia prima en bienes de uso y de consumo) o terciaria (los
servicios de unos para otros). Estas actividades que llamamos procesos productivos son parte del
contexto cultural, porque establecen también su parte de los significados de los ambientes en que
se producen las relaciones entre los hombres –formando sociedades-- con sus divisiones, uniones,
estratificaciones, objetivas y subjetivas, proveyendo también su parte de significación del diario
vivir.
El contexto de la cultura es la fuente de donde surgen la cultura. Los elementos del contexto
cultural entregan cada uno su aporte connotativo al significado común de las cosas en la vida
es posible encontrar dos pueblos que sean idénticos, dos poblaciones de una ciudad, o dos
regiones en el país que no muestres diferencias en los elementos que componen su cultura. Es
decir, costumbres, valores, normas, lenguajes y simbolismos van a cambiar de grupo en grupo
humano haciendo que cada uno de ellos exprese su propia identidad cultural.
cotidiana, estableciendo lo que se valora y con ello las normas de convivencia, es decir, lo que se
debe y no debe hacer, de manera que cada lugar de convivencia tiene una identidad cultural que
no es similar a ninguna otra, aunque pueda haber similitud entre ellas. A esto se refiere Cardoso de
Oliveira cuando dice que “la identidad pasa a desempeñar el papel de una brújula que posiciona al
grupo y sus miembros en mapas cognitivos (u horizontes) colectivamente construidos” 6[6]
De manera que al tener en cuenta los elementos nombrados: geografía y clima, historia y procesos
productivos, se explica que el concepto de identidad cultural sea a menudo definido o descrito a
partir de la existencia de elementos que nacen de ellos, tales como territorio común, una lengua, un
conjunto de tradiciones o costumbres y sistema de valores y normas comunes al grupo étnico.
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EL Buen Vivir es un principio constitucional basado en el ´Sumak Kawsay´, que recoge una
visión del mundo centrada en el ser humano, como parte de un entorno natural y social.
“La satisfacción de las necesidades, la consecución de una calidad de vida y muerte digna, el
amar y ser amado, el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza
y la prolongación indefinida de las culturas humanas. El Buen Vivir supone tener tiempo libre
para la contemplación y la emancipación, y que las libertades, oportunidades, capacidades y
potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr
simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y
cada uno -visto como un ser humano universal y particular a la vez- valora como objetivo de vida
deseable (tanto material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a un
otro)”. Plan Nacional para el Buen Vivir 2009 – 2013.
Por otra parte, el Buen Vivir es un eje esencial de la educación, en la medida en que el proceso
educativo debe contemplar la preparación de futuros ciudadanos, con valores y conocimientos
para fomentar el desarrollo del país.
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El Buen Vivir es tanto una crítica al desarrollo como un espacio de construcción de alternativas.
Esta doble cualidad requiere por un lado precisar los sentidos de esos cuestionamientos, y por el
otro, identificar las orientaciones y atributos comunes entre esas alternativas. Estas cuestiones
han sido trabajadas en los últimos meses, y aquí quiera compartir un brevísimo resumen de la
orientación de estas reflexiones.
En efecto, en una serie de textos con Alberto Acosta, se repasan algunas expresiones claves del
Buen Vivir, donde el concepto de desarrollo convencional, en cualquiera de sus expresiones
propias de la herencia moderna occidental, son cuestionados. O dicho de otra manera, la vieja
idea de “progreso” que sostiene ideas contemporáneas como las de desarrollo o crecimiento
económico, dejan de tener sentido. Se desvanecen.
Por lo tanto, cuando el Buen Vivir cuestiona radicalmente las bases conceptuales del
desarrollismo actual, simultáneamente pone en entredicho la Modernidad de origen europeo. De
esta manera, propuestas como el sumak kawsay de Ecuador o el suma qamaña de Bolivia, no
pueden ser entendidos como simples ajustes instrumentales del desarrollo convencional. No son
similares a propuestas como algunas variedades de desarrollo endógena, desarrollo a escala
humana, o desarrollo sostenible, sino que implican cambios todavía más sustanciales donde se
abandona la propia idea de “desarrollo”. Dicho de otra manera, aquí están en juego distintas
críticas a la Modernidad europea.
Algunas de estas ideas se discuten, por ejemplo en el artículo “La renovación de la crítica al
desarrollo y el buen vivir como alternativa“, realizado conjuntamente con Alberto Acosta, y que
se acaba de publicar en Venezuela.
Ese cuestionamiento radical del desarrollo encuentra muchas similitudes y resonancias con la
crítica del “post-desarrollo”, propuesta entre otros por Arturo Escobar. De alguna manera, la
actual discusión del Buen Vivir permite retomar los cuestionamientos del post-desarrollo, en su
sentido original, y más estricto, como revisión crítica sobre el discurso del desarrollo, sus ideas y
sus prácticas. Esta línea de reflexión está en marcha, y hay algunos artículos en prensa que ya
están abordando estos asuntos.
Pero por otro lado, la pluralidad del Buen Vivir se debe a que sus diferentes propuestas tienen
orígenes específicos en tradiciones culturales diversas, tanto fuera de la Modernidad, como
pueden ser el sumak kawsay o el suma qamaña, pero también a partir de corrientes críticas y
contestarias a los saberes occidentales dominantes. Estos últimos son los casos, por ejemplo de
algunas posturas del ambientalismo y el feminismo.
Esa misma pluralidad hace que no se pueda defender “una” versión del Buen Vivir como la mejor
de todas, la que representaría a cualquiera de las demás expresiones. Por el contrario, son ideas
tanto plurales como en construcción. Es por esa razón que, a mi modo de ver, el Buen Vivir, en la
actualidad puede ser descrito de mejor manera como una plataforma política compartida, tanto en
la crítica radical al desarrollo como en proponer alternativas desde diferentes formas de entender
el mundo, y nuestro papel en él, y donde hay elementos clave compartidos, como puede ser otra
ética con la Naturaleza o la renuncia a la linealidad del progreso. O sea, que esa construcción se
hace con los pies en una misma plataforma de ideas, preocupaciones, valores y vocaciones para la
práctica.
Estas y otras ideas se resumen muy brevemente en una breve revisión que acabo de publicar en la
revista Development, en inglés. Una etapa anterior en esta reflexión se discute, con más detalle
en un texto para ALAI. También es oportuno señalar que ese número de Development incluye
otros artículos sobre el Buen Vivir desde otras perspectivas.
Está claro que el Buen Vivir aparece ahora como un tema de mucha efervescencia. Para
contribuir a difundir e intercambiar reflexiones en estos temas, puedo adelantar que con varios
colegas, amigos y compañeros, estamos armando un futuro sitio web que servirá de biblioteca en
esta materia. Entre los que participan en este esfuerzo deseo destacar a Simón Yampara, de
Bolivia, y sus colegas. Todos esperamos que el nuevo sitio web esté en funcionamiento a inicios
de 2012.
Foto
Junto a Arturo Escobar (Colombia / EE UU) y Alberto Acosta (Ecuador), en una mesa redonda,
moderada por A. Krainer, en FLACSO Quito. 2011, sobre la crítica al desarrollo y las
alternativas.
Citas
Pienso que el buen vivir es fundamental, hoy en dia hay muchas circunstancias