Ya previamente se analizó que los menores de 18 años de edad están sujetos al
régimen de la patria potestad, entendida ésta como la relación paterno-filial que trae consigo una serie de consecuencias de orden jurídico[1], por lo que, atendiendo a lo establecido por el artículo 347 de la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, se entiende por Patria Potestad el conjunto de deberes y derechos del padre y la madre en relación con los hijos e hijas que no hayan alcanzado la mayoridad, que tiene por objeto el cuidado, desarrollo y educación integral de los hijos e hijas. En tal sentido, de acuerdo con lo planteado por Aguilar Gorrondona (2005:225)[2], la Patria Potestad es el régimen de protección de los menores no emancipados, encomendada a los padres, bien biológicos o adoptivos. De tal consideración se desprende que hay una institución jurídica que constituye una excepción al régimen de la patria potestad y que, por tanto, excluye del régimen de incapacidad (representación y administración), que es conocida como la emancipación. Esta institución, tradicional y doctrinariamente, ha sido concebida como la posibilidad de que un menor no esté sometido a patria potestad o a ciertas tutelas, cumpliendo con reglas establecidas en la ley. 1. Concepto. El término emancipación se utiliza para describir el momento en que, por distintos motivos que varían de país a país, se le deja de atribuir la mayor parte de los derechos y obligaciones civiles a los padres o tutores de menores de edad, normalmente en mutuo acuerdo de las partes. De esta manera, cada jurisdicción tiene diferentes normativas sobre las edades y las circunstancias en que se otorga la emancipación a un menor. En el caso de Venezuela, la principal causa de emancipación es cuando un menor de 18 años busca contraer matrimonio. Por medio de este proceso, jóvenes entre las edades de 16 y 18 años pueden obtener total independencia por parte de los padres o representantes legales. Esto significa que se le comienzan a adjudicar, a nivel legal, derechos y responsabilidades de la vida adulta. También puede incluirse una total o parcial autonomía para la mayoría de las actividades y acciones en su vida. Colin y Capitant definen la emancipación diciendo que es “un beneficio de la ley que produce la consecuencia de libertar al menor de la patria potestad o de la tutela y de conferirle, con el gobierno de su persona, una cierta capacidad, por lo demás limitada a la “pura administración”, en cuanto a su patrimonio”. Ciertamente que es un beneficio de la ley, sobre todo entre nosotros en que únicamente se produce como efecto y consecuencia del matrimonio, conforme a las previsiones del artículo 382 del Código Civil, según el cual el matrimonio produce de derecho la emancipación En los Derechos de corte napoleónico se conoce una categoría de personas, tradicionalmente denominadas “los menores emancipados”, y que la LOPNA llamaría los “adolescentes emancipados” que no han alcanzado la mayoridad; pero no están sometidos a patria potestad ni a tutela porque las causas y en las formas previstas por la ley han alcanzado un grado de capacidad negocial mayor que el de los menores o adolescentes (sin alcanzar la capacidad propia de los mayores de edad). Todos emancipados, además, tienen el libre gobierno de su persona. Emancipación LOPNNA. Cuando los niños y adolescentes no emancipados no tiene alguien que ejerzan la Patria Potestad o la Tutela, la LOPNA tiene una innovación de la COLOCACIÓN FAMILIAR. Ver Art. 396 LOPNA. Los menores emancipados están sometidos al régimen de curatela que es un régimen de asistencia y autorización. Emancipación Legal: Es aquella en la cual incurren los menores de edad por haber contraído matrimonio. No estando bajo la Patria Potestad de sus padres o la tutela. Anteriormente a los menores emancipados se les designaba un curador. En la nueva legislación los padres que ejercían la Patria Potestad son los curadores naturales. Solo en casos especiales, cuando los padres están muertos, inhabilitados o entredichos, se le nombrará un CURADOR ESPECIAL para asistir al menor emancipado en el caso específico que es requerido. Artículo 356. Extinción de la Patria Potestad. La Patria Potestad se extingue en los siguientes casos: a) Mayoridad del hijo o hija. b) Emancipación del hijo o hija. c) Muerte del padre, de la madre, o de ambos. d) Reincidencia en cualquiera de las causal es de privación de la patria potestad, previstas en el artículo 352. de esta ley. e) Consentimiento legal para la adopción del hijo o hija, excepto cuando se trate de la adopción del hijo o hija por el otro cónyuge. En los casos previstos en los literales c), d) y e), la Patria Potestad puede extinguirse sólo respecto al padre o a la madre. 2. Características. El artículo 382 del Código Civil dispone lo siguiente:
Artículo 382. El matrimonio produce de derecho la emancipación. La disolución
del matrimonio no la extingue. Si el matrimonio fuese anulado, la emancipación se extingue para el contrayente de mala fe, desde el día que la sentencia de nulidad pase en autoridad de cosa juzgada. De la norma precitada, y siguiendo lo establecido por Aguilar Gorrondona (2005:225)[6], la emancipación contempla las siguientes características:
Se produce de pleno derecho. En tal sentido, al contraer matrimonio o
declarar la unión estable de hecho, queda el adolescente emancipado, con independencia de su voluntad o la de tercera persona. Es una norma de orden público, razón por la cual no puede relajarse por las partes intervinientes. Es definitivo. Así pues, la emancipación no se extingue con la disolución del matrimonio, sea por muerte o por divorcio, ni tampoco para el cónyuge de buena fe en caso de nulidad del matrimonio. Es decir, sobrevive a la disolución del matrimonio. Sin embargo, si habiendo contraído matrimonio lo hiciera sin el consentimiento de sus padres o del Juez de Protección, se mantendrá emancipado, pero no podrá administrar sus bienes hasta tanto no cumpla la mayoría de edad. Es irrevocable. Con tal afirmación se señala que los actos del emancipado no acarrean su revocatoria, como sí era posible conforme a la legislación de 1942, ya que si el emancipado demostraba su incapacidad en la administración de sus bienes, se procedía a su revocatoria. Graterón Garrido (2010:294)[7] adiciona la siguiente característica:
Se produce a la edad que tenga el menor que celebra el
matrimonio. Por lo que se tiene fijado el lapso entre los 16 años para el varón y 14 para la mujer, hasta los 18 años. Sin embargo, más que una característica, pareciera constituir un requisito para la procedencia de la misma, ya que fija la edad en la que varón y mujer pueden quedar emancipados. 3. Efectos de la emancipación en la persona del emancipado. Los efectos jurídicos de la emancipación han de ser vistos desde la relación jurídica del menor frente a otra persona, es decir, entendidos y estudiados en virtud del sometimiento del menor a la potestad de otra persona, pero también atiende a la modificación de la capacidad que confiere la ley[8].
1. El libre gobierno de su persona. A partir del momento en el cual queda
emancipado, el menor deja de estar bajo la potestad de otra persona, sea que se encontraba bajo el régimen de la patria potestad o bajo la tutela de otra persona.
Como consecuencia de ello, el menor deja de estar sometido a la responsabilidad
de crianza y adquiere la plena dirección y gobierno de su persona, pudiendo separarse de la casa paterna y determinar su propio domicilio o residencia. 2. Modificación de la capacidad negocial. Este efecto se desprende del encabezado del artículo 383 del Código Civil, según el cual, la emancipación confiere al menor la capacidad de realizar por si solo actos de simple administración. Para cualquier acto que exceda la simple administración, requerirá autorización del Juez competente. Esta capacidad se entiende limitada, ya que bien podrá administrar sus bienes, pero al tratarse de la disposición de los mismos, con lo que pudiera afectarse su patrimonio, deberá contar con la debida asistencia de un curador nombrado por el tribunal.
3. Modificación de la capacidad procesal. El único aparte de la norma
precitada dispone que para estar en juicio y para los actos de jurisdicción voluntaria, el emancipado deberá estar asistido por uno de los progenitores que ejercía la patria potestad y a falta de ellos, por un curador especial que el mismo menor nombrará con la aprobación del Juez.
Si bien al emancipado se le reconoce el libre gobierno y dirección de su
personalidad, al existir un conflicto de intereses que active la jurisdicción, sea contenciosa o voluntaria, también es cierto que la ley le otorga un mecanismo de protección que corresponde a la asistencia o la autorización de quien ejercía la patria potestad o la tutela.
Aunque no lo diga expresamente la Ley, la emancipación confiere al menor el libre
gobierno de su persona, de modo que no está sujeto a la potestad de nadie, ni nadie tiene sobre él poderes de guarda. Sin embargo, en el caso (poco frecuente) de que el emancipado, una vez disuelto el matrimonio que lo emancipó, deseara contraer nuevo matrimonio (antes de haber alcanzado la mayoridad, por supuesto), requiere del consentimiento que la ley requiere para las demás personas de su edad porque la necesidad de tal consentimiento ésta establecida para aquel que no haya alcanzado la mayoridad sin excepción alguna (C.C. art. 59, 60 y 61). La emancipación modifica la capacidad negocial y procesal de la persona así: El emancipado tiene la capacidad de realizar por sí solo los actos de simple administración ( C.C. art. 383, encab, 1ª disp.). Para cualquier acto que exceda de la administración requerirá “autorización del Juez competente” (C.C. art. 383, encab. 2ª disp.). “Para estar en juicio y para los actos de jurisdicción voluntaria, el emancipado deberá estar asistido por uno de los progenitores que ejercería la patria potestad y a falta de ellos, por un curador especial que el mismo menor nombrará con la aprobación del Juez” (C.C. art. 383, ap. único). Obsérvese que: A) cuando existen padres que ejercerían la patria potestad sobre el emancipado, basta que el hijo emancipado actúe asistido por cualquiera de ellos; y B) a falta de tales progenitores el curador que debe asistirlo es un curador “especial”, o sea, nombrado para cada caso y no una persona que tenga el carácter permanente y general de curador del emancipado, a diferencia de lo que ocurría bajo el Código de 1942 en que existía un curador ordinario a quien correspondía actuar salvo en casos excepcionales para los que el emancipado nombraba con aprobación del Juez un curador especial. En la rendición de cuentas de la administración de sus bienes con anterioridad a la emancipación, el menor emancipado debe estar asistido de la misma manera a como debe estarlo en juicio o en actos de jurisdicción voluntaria; pero si la asistencia corresponde a la misma persona que debe rendir cuentas, el emancipado nombrará un curador especial con aprobación judicial (C.C. art. 384). Lo mismo procede si entre el menor y el que debe asistirlo existe oposición de intereses (C.C. art. 385). El emancipado, en principio, no puede hacer donaciones (C.C. art. 1.435, encab.); pero puede hacer capitulaciones matrimoniales o donaciones al otro cónyuge con la aprobación con la aprobación de las personas cuyo consentimiento es necesario para la celebración del matrimonio ( C.C. art. 146). La doctrina admite que, además que, puede hacer libremente donaciones manuales o remuneraciones. El emancipado puede aceptar por sí solo donaciones no sujetas a carga o condición (C.C. art. 1.442); pero para aceptar las que estén sujetas carga o condición requiere, en nuestro concepto, consentimiento de la persona que deba asistirla en juicio ( C.C. art. 1.442 en concordancia con el nuevo artículo 383). La emancipación hace cesar la patria potestad o la tutela a que estaba sometido el emancipado; pero después de la Reforma del 82 resulta difícil afirmar que lo deja sometido a una curatela. En efecto, si bien el emancipado requiere en ciertos casos de la asistencia o aprobación de otra persona, la misma puede ser uno cualquiera de los padres que ejercería la patria potestad, escogido en cada caso por el incapaz y a quien la ley no llama curador, o falta de tales padres, una persona que sólo es curador especial.
4. Nulidad de los actos realizados por el menor de 18 años sin estar
emancipado.
De acuerdo con la ley, la nulidad de los actos celebrados en contravención
a las disposiciones del Título IX ( De la Tutela y de la Emancipación), puede oponerse sólo por el representante del incapaz, por éste, o por sus herederos o causahabientes ( C., art. 386). En consecuencia, en el caso de emancipación sólo puede invocar esa nulidad: el emancipado (quien intentará el juicio asistido por su curador si es que no ha cumplido la mayoridad) , o sus herederos o causahabientes. Cuando el menor emancipado haya realizado actos sin la asistencia requerida 5. La habitación del emancipado para ejercer el comercio. A. El menor, o en la nueva terminología, el niño o adolescente no emancipado no puede ejercer personalmente el comercio, ni aun siquiera ejecutar actos aislados de comercio. La emancipación no modifica esa situación, pero hace posible modificarla, ya que el incapaz puede ser autorizado para ejercer el comercio y ejecutar actos aislados de comercio. B. Esas disposiciones, que se encuentran en el Código de Comercio, deben aplicarse teniendo en cuenta las modificaciones del Código Civil de 1982. En consecuencia, “tener por curador a su padre o madre” debe entenderse como “si el menor solicita la autorización asistido por uno de los padres que ejercía su patria potestad” y “tener por curador a otra persona”, debe entenderse como “si el menor solicita la autorización asistido por un curador especial”. C. Los requisitos para la habilitación de acuerdo con el Código de Comercio varían: 1° Si el emancipado tiene por curador a su padre o a su madre, basta con la autorización del curador; y 2° Caso contrario, se requiere, además de la autorización del curado, la aprobación del Juez de Primera Instancia en lo Civil del domicilio del incapaz, quien no la acordará sino después de tomar por escrito y bajo juramento los informes que creyese necesarios sobre su buena conducta y discreción (C. Com., art. 11, ap. 2°). D. Quienes sin tener 18 años de edad han sido autorizados para comerciar conforme a las normas arriba expuestas, se reputan mayores en el uso que hagan de esa autorización, y pueden comparecer en juicio por sí y enajenar sus bienes inmuebles (C. Com., art. 12), de modo que, en la esfera del Derecho Mercantil, la habilitación para ejercer el comercio produce los efectos de una declaración de la mayoridad (salvo contadas excepciones), a diferencia de la emancipación que en materia civil sólo tiene por efecto colocar al incapaz en una condición intermedia entre el no emancipado y el mayor de edad. E. La autorización para comerciar puede revocarse con aprobación del Juez de Primera Instancia en lo Civil del domicilio del habilitado, con audiencia de éste. La revocación se hará por documento público que el curador hará registrar y fijar. La revocación no perjudica nunca los derechos adquiridos por terceros (C. Com.,art. 14). Actividad Comercial por parte del Menor Emancipado El Código de Comercio, contiene en su Artículo 11, que el menor el menor emancipado, de uno u otro sexo, puede ejercer el comercio y ejecutar eventualmente actos de comercio, siempre que para ello fuere autorizado por su curador, con la aprobación del Juez de Primera Instancia en lo Civil de su domicilio, cuando el curador no fuere el padre o la madre. El Menor emancipado, es aquel que no teniendo aun la mayoría de edad, contrae matrimonio. Al contraer matrimonio, deja de estar sometido a la Administración, Representación, Guarda y Tutela de los padres o el tutor, no obstante, esta la libertad no es absoluta. La Emancipación, está referida a la condición jurídica en la cual el menor está provisto de dirigir su persona, así como de disponer de una capacidad parcial o limitada, en cuanto a la administración de sus bienes patrimoniales. El Artículo 383, Código Civil Venezolano, establece al respecto, que la emancipación, confiere al menor la capacidad de realizar actos de simple administración; caso contrario, se requerirá la autorización del Juez competente.
Adicionalmente, la Ley Orgánica para la Protección de niños, niñas y
adolescentes (LOPNA), según el contenido del Artículo 84, concede como derecho la “capacidad contractual”, para ser Directores o Socios en personas jurídicas, cuyo objeto este orientado a los ámbitos sociales, culturales, deportivos, políticos y laborales y económicos, convirtiéndolo, en un ejercicio personal y directo del menor. En síntesis, todo menor de edad emancipado, está autorizado por ley al ejercicio de actos de comercio, sometiéndose previamente a los rigores establecidos en la Ley, en cuanto a su limitada capacidad de obrar en la administración de sus bienes patrimoniales, para ello, amerita obligatoriamente la autorización de sus padres y de las autoridades judiciales respectivas según sea el caso. Conclusión La Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, establece en su Capítulo VII, Artículo 112, que todas las personas pueden dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia, sin más limitaciones que las previstas en esta Constitución y las que establezcan las leyes, con el objeto de impulsar el desarrollo integral del país. El acto de comercio, y el comercio en general, representa para el estado, una actividad de suma importancia, ya que además de ser una fuente generadora de empleo e ingresos tributarios, cuando es operada y dirigida con sentido común y responsabilidad, se convierte en punto estratégico y aliado indispensable para un país, ya que a través de la actividad comercial, se elabora, surte y distribuye a la ciudadanía, de los productos básicos e imprescindibles para su sustento, tomando en consideración que el estado no tiene la capacidad logística ni operativa (por lo menos en el corto plazo o mediano plazo), para asumir tal responsabilidad. Artículos del Código de Comercio. Artículo 11. El menor emancipado, de uno u otro sexo, puede ejercer el comercio y ejecutar eventualmente actos de comercio, siempre que para ello fuere autorizado por su curador, con la aprobación del Juez de Primera Instancia en lo Civil de su domicilio, cuando el curador no fuere el padre o la madre. El Juez no acordará la aprobación sino después de tomar por escrito y bajo juramento los informes que creyere necesarios sobre la buena conducta y discreción del menor.
La autorización del curador y el auto de aprobación se registrarán previamente
en la Oficina de Registro del domicilio del menor, se registrarán en el Registro de Comercio y se fijarán por seis meses en la Sala de Audiencias del Tribunal. Artículo 12. Los menores autorizados para comerciar se reputan mayores en el uso que hagan de esta autorización, y pueden comparecer en juicio por sí y enajenar sus bienes inmuebles. Artículo 14. La autorización dada al menor para comerciar puede revocarse con aprobación del Juez de Primera Instancia en lo Civil, de su domicilio, con audiencia del menor. La revocación se hará por documento público que el curador hará registrar en el Registro de Comercio y fijar de la manera prevista en este Código. Emancipación en el Código Civil Venezolano. El Código Civil Venezolano posee, hasta la fecha, cinco artículos dedicados expresamente al procedimiento y normativa de la emancipación en el país. Los artículos correspondientes y lo que especifican serán explicados a continuación serán explicados a continuación ¡Así que toma nota! El primero de ellos, el artículo No. 382, determina que el matrimonio es la acción que produce el derecho de un menor a la emancipación. Aclara además, que en caso de terminar el matrimonio, no se extingue la emancipación del menor en cuestión, sino para el contrayente de mala fe. Continuando, el artículo No. 383 explica que la emancipación da el derecho al joven de llevar por sí mismo actos de administración simple. Cualquier acto que se considere de mayor relevancia será autorizado por un juez competente. En los casos de juicio, el menor debe ser acompañado y asistido por uno de los progenitores con la patria potestad. El artículo No. 384 determina que las cuentas que correspondiesen a la administración de los bienes que poseyera el menor antes del trámite continuarán en su posesión. La normativa debe ser aplicada de acuerdo con el artículo No. 383. El artículo No. 385 declara como se debe proceder si existiese oposición de intereses entre el menor emancipado y el adulto en potestad de asistirlo. En estos casos, el juez nombrará un curador especial que acompañe al menor en los procesos necesarios. Para culminar, el artículo No. 386 determina que hay una nulidad en los actos ejecutados en contravención en todo lo establecido anteriormente, relativas a los intereses del menor. Esto significa que, tras la emancipación, sus padres, herederos o causahabientes no tienen derecho a discusión. Además de los ya explicados, se derogaron los artículos del No. 387 al No. 392. Para leerlos con total libertad, te recomendamos que ingreses a este enlace y revises la emancipación en el Código Civil Venezolano. Reforma del CCV 1. El código Civil del 42 preveía dos tipos de emancipación: la emancipación voluntaria para la cual se requería que el menor hubiera cumplido los 18 años de edad, y la emancipación legal que se producía de pleno derecho cuando el menor contraía matrimonio. La primera permitía que, a solicitud del padre o de la madre que ejerciera la patria potestad o del tutor, el Juez Civil, cumplidas determinadas formalidades, decretara la emancipación de menores que, no obstante su edad, habían alcanzado una capacidad natural suficiente como para que no siguieran sometidos al régimen de incapacidad civil y de sometimiento a potestad de otra persona aplicable a la generalidad de los menores. La emancipación legal a su vez obedecía al criterio de que resulta incompatible con la vida matrimonial el hecho de que uno o ambos cónyuges, aunque fueran menores de edad, estuvieran sujetos a la potestad, o sea, al gobierno de su persona por parte de padre, madre o tutor y de que, además, como regla general, no pudieran ni siquiera participar en la celebración de ningún acto jurídico que produjera efectos sobre ellos ni en la celebración de ningún acto de administración de su patrimonio. Como la reforma del 82 rebajó la mayoridad a los 18 años de edad, se consideró que ya no era necesario mantener la emancipación voluntaria, concebida, como queda dicho, para subsanar la incapacidad civil de personas precoces que habían cumplido 18 años de edad, puesto que la reforma había ido más lejos, al declarar mayor de edad a todo aquel que hubiese alcanzado los 18 años. En cambio, la Ley de Reforma Parcial mantuvo la emancipación legal por las razones antes mencionadas, la cual quedó pues como única forma de emancipación en nuestro Derecho. Al mismo tiempo, la reforma simplificó el régimen de incapacidad de tales emancipados. 2. Antes de la reforma del Código Civil de 1982, la mayoría de edad estaba establecida en los 21 años. Se mantuvo entonces dos tipos de emancipación, siendo la primera la conocida como la emancipación voluntaria, por la cual el menor de edad, previo el cumplimiento de requisitos legales, que no era otra cosa que cumplir 18 años, acudía al Juez de Primera Instancia, con autorización de su padre o tutor, solicitando la misma.
La otra forma de emancipación es la conocida como emancipación legal,
es decir, aquella que obra de pleno derecho, pues se configuraba al mismo momento en que el menor contraía matrimonio, siguiendo lo establecido en la legislación vigente.
Luego de la reforma del Código Civil de 1982, la mayoría de edad se situó
en 18 años, razón por la cual perdía importancia la emancipación voluntaria, ya que al cumplirse tal edad, se adquiría la condición de adulto. Esto trajo como consecuencia que se eliminara la emancipación voluntaria, quedando vigente la legal.
Es entonces que se debe sostener que la emancipación es el hecho
mediante el cual un menor de edad deja de someterse a la potestad de otra persona para convertirse en capaz y, por tanto, titular de derechos y obligaciones. Sólo el matrimonio produce emancipación, es decir, sólo los menores de edad que contraigan matrimonio serán emancipados.
No obstante, con la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de Registro
Civil, tal y como se estudió en el tema 5 de la presente materia[5], incluye a las uniones estables de hecho, como consecuencia y desarrollo de la consagración de tal figura en el artículo 77 de la Constitución Nacional. Tal consideración permite aceptar que si las uniones estables de hecho otorga los mismos derechos que están establecidos para el matrimonio, lógico pensar que los menores que declaren su unión estable de hecho, alcanzarán, de igual manera, su emancipación.