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TUTELA Y CURATELA
En la actualidad todas las personas mayores de edad tienen plena capacidad de obrar, salvo
que esta sea limitada mediante un proceso de modificación de la capacidad jurídica. Dicho
de otro modo, tanto los menores de edad como los incapacitados judicialmente tienen
ciertas limitaciones en el tráfico jurídico, y para proteger sus intereses existen las figuras de
la tutela, la curatela y el defensor judicial.
existen distintos tipos de tutela. Algunas son designadas por testamento mientras que otras
personas son nombradas tutoras por el tribunal. Tiene como función de amparar a un sujeto
y bienes del tutelado, sus bienes a menores que no estén sujetos a la patria potestad de sus
padres, (por causa de muerte o abandono) así como también personas con discapacidad que
no son aptas con tipo de incapacidad grave, personas sometidas a patria potestad
“prorrogada” (incapaces mayores de edad) también aplica para menores de edad en
situación de desamparo.
La curatela aplica para menores que se encuentran emancipados y no tengan padres (los
pródigos incapaces para administrar sus bienes) y los sujetos afectados por una incapacidad
leve, para esto es necesario la asistencia de un curador para que puedan determinar y
realizar estos actos, la curatela está dirigida a salvaguardar los intereses de estas personas,
esta es muy diferente a la tutela ya que es más restringido no permite otra cosa que
complementar la capacidad del cuartelado, solo se puede ejercer lo señalado en la sentencia
y lo especificado en lo que el tutor necesita. No puede servir para ejercer una vigilancia y
cuidado general sobre el cuartelado.
El tutor tiene como obligación de educar al menor de edad o al incapaz y brindarle una
formación integral y digna, el tutor tiene la obligación de procurarle alimentos educarle y
brindarle una formación. Promover la adquisición o recuperación de la capacidad del
tutelado y su mejor inserción en la sociedad. Informar al juez anualmente sobre la situación
del menor o incapacitado y rendirle cuenta anual de su administración.
En el caso del pródigo, realizar cualquiera de los actos que la sentencia determine que
deben ir acompañados de la autorización del curador.
Se podrá observar que, a diferencia del tutor, el curador no puede tomar la iniciativa para
ninguna de estas actuaciones. Simplemente autorizará al sometido a curatela cada vez que
quiera realizar estos actos.
En caso de no contar con la autorización del curador, tales actos serán anulables por este o
la persona sujeta a curatela.
Para renunciar derechos, así como transigir o someter a arbitraje cuestiones en que el
tutelado estuviese interesado.
Para aceptar sin beneficio de inventario cualquier herencia, o para repudiar ésta o las
liberalidades.
Para entablar demanda en nombre de los sujetos a tutela, salvo en los asuntos urgentes o
de escasa cuantía.
Para ceder a terceros los créditos que el tutelado tenga contra él, o adquirir a título
oneroso los créditos de terceros contra el tutelado.
Antes de comenzar el ejercicio de la tutela, el tutor está obligado a realizar un inventario
de los bienes que integran el patrimonio del tutelado. Si comete alguna infracción o
irregularidad durante el ejercicio de sus funciones, el tutor puede ser destituido por un
juez de oficio o a petición del Ministerio Fiscal o de cualquier otra persona interesada. En
estos casos, en tanto en cuanto se designa a un nuevo tutor, se nombrará a un defensor
judicial que protegerá los intereses del menor o del incapaz.
LEY 1996 DE 2019: La presente ley tiene por objeto establecer medidas específicas
para la garantía del derecho a la capacidad legal plena de las personas con
discapacidad, mayores de edad, y al acceso a los apoyos que puedan requerirse para
el ejercicio de la misma.
¿Por qué se expide una norma sobre el ejercicio de la capacidad legal de las personas con
discapacidad mayores de edad?
La Ley precisa que siempre se presume la capacidad legal de todas las personas sin
distinción, y que en ningún caso la existencia de una discapacidad podrá ser motivo para
restringir el ejercicio legal y el derecho a decidir de una persona. La ley parte de que las
personas con discapacidad pueden tomar sus decisiones, expresar su voluntad y
preferencias, obligarse y cumplir con sus obligaciones de manera autónoma, haciendo
uso de apoyos si así lo requieren.
Por ello, la Ley 1996 de 2019 elimina la figura de la interdicción, lo que quiere decir que,
a partir de la promulgación de la ley, no se podrán iniciar procesos judiciales para
decretarla, y tampoco se podrá solicitar que una persona se encuentre bajo medida de
interdicción para adelantar trámites públicos o privados.
Tutela testamentaria
Se hace a través de testamento por parte de los padres quienes designan a un tutor en
caso que ellos fallezcan, o que queden incapacitados para ejercer su patria potestad.
Un Juez de la República estudiará y revisará el caso para emitir un fallo ratificando al tutor
o realizando las observaciones a que haya lugar.
Tutela dativa
Si no se presenta ninguna de las formas de tutela anteriormente enunciadas, un
tribunal designará al tutor para que represente al menor de edad, adulto mayor, persona con
discapacidad o declarado incapaz por sentencia.
En el derecho romano la incapacidad de una persona SUI IURIS, puede obedecer a
cualquiera de la siguientes cuatro causas: falta de edad, por razón del sexo por alteración
de las facultades mentales, anteriormente la función del tutor era el buen manejo de la
fortuna de el pupilo y no la de ocuparse en forma directa de su guarda y educación por
ello se debía hacer el inventario de los bienes, de no hacerse el inventario se consideraba
al tutor culpable de fraude ya que no ejercía su labor de manera correcta, en este caso el
tutor estaba obligado a indemnizar al pupilo por los daños ocasionados. Uno de los
requisitos para el tutor era no ser el acreedor ni deudor del pupilo si esta situación se daba
durante la tutela, debería renunciar a su cargo como tutor.
Para poder ejercer como tutor debía ser libre, ser ciudadano, de sexo masculino y tener
más de 25 años, el paterfamilias podía designar en su testamentó un tutor para sus hijos.
Los límites del tutor, hacer donaciones de alguno de los bienes de el pupilo, enajenar los
predios rústicos o suburbanos, hacer uso personal del patrimonio del pupilo, la tutela
llegaba a su fin por un límite determinado, por EX PARTE PUPILO, o EX PARTE
TUTORIS. Cuando se finalizaba el cargo del tutor debía rendir cuentas de la
administración, esto no fue igual siempre.