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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

DE LOS LLANOS OCCIDENTALES

“EZEQUIEL ZAMORA”

SAN CARLOS COJEDES

La universidad que siembra DERECHO AGRARIO

MODULO I

(Compilación con Fines Instruccionales)

Abogado Euclides Herrera

Concepto de Derecho Agrario: Objeto, Contenido y


Finalidad.
• Desarrollo Histórico del Derecho Agrario.
• Bases o principios Constitucionales del Derecho Agrario.
• Principios Sustantivos y Adjetivos del Derecho Agrario.
• Legislación Agraria: Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.
• Sujetos Agrarios. Sujetos preferenciales.
• La función social agroalimentaria de la Nación.
• La propiedad y posesión agraria. La propiedad “sui géneris”.
• La adjudicación de tierras y el derecho de permanencia.
• El fundo estructurado y el conuco.
• El latifundio: Concepto Legal.
• Órganos de la Administración Agraria y Competencias.
• Declaratoria de Finca Productiva. Declaratoria de Finca Mejorable. Declaratoria de Tierras
Ociosas. Rescate de Tierras. Expropiación.
• Justicia Agraria: Poderes Cautelares y Medidas Preventivas del Juez Agrario. Competencias.
Jurisdicción Especial Agraria, (Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia; Sala
Agraria, tribunales Superiores Regionales Agrarios, Juzgados de Primera Instancia Agraria).
• Defensoría pública en materia agraria.
• Relación entre las instituciones del Derecho Agrario con la agricultura sustentable y los medios

Concepto de Derecho Agrario

Para definir o conceptualizar el derecho agrario, es necesario partir de los conceptos manejados por autores nacionales y extranjeros:

El jurista venezolano Román José Duque Corredor en su obra Derecho Agrario. Estudios Seleccionados, define al derecho agrario como:

Es aquella rama del Derecho, que persigue ajustar las relaciones jurídicas de carácter agrario a los dictados de la justicia social, con el
objeto de facilitar y crear las condiciones necesarias para llevar a cabo una auténtica Reforma Agraria Integral, o sea, para lograr un
aumento de la producción agrícola y para hacer posible una más justa y equitativa distribución de la propiedad agraria.

El autor Alí José Venturini Villarroel, en su obra clásica Derecho Agrario Venezolano, establece diversas maneras de definir al derecho,
y dentro de lo que denomina definiciones fundamentales comienza hablando de lo peligroso que es toda definición en derecho; y nos
enseña un aserto de la escuela americana, según la cual:

Quien ha aprendido un poco de humanidad abandona la tentativa de definir el Derecho, circunstancia por otra parte, pues así como
ningún físico se entretuvo en buscar una definición exacta de la electricidad, sino en comprobar sus efectos, de la misma manera, el
jurista debe ocuparse de los efectos vivencionales de Derecho y no de su definición.

Sin embargo, se hace necesario precisar que es el derecho agrario para poder comprenderlo.

Este autor concluye estableciendo como la noción más cónsona del derecho agrario aquella que lo identifica como: “lus propium de la
actividad agraria en sentido lato, vinculada al aprovechamiento, conservación y justa distribución de los Recursos Naturales
Renovables… “.

Concluyendo que el derecho agrario valora y regula el uso de los recursos naturales renovables y que cubre de modo omnicomprensivo
todos los matices de la actividad agraria, tomando en cuenta tanto al campesino como a los demás productores, según su peculiar
situación institucional, afirma que el derecho agrario venezolano está condicionado por la naturaleza, historia y los valores; es
pluralista, no clasista, porque así lo manda la Constitución Nacional; protege primordial, pero no exclusivamente a los campesino;
propugna el incremento de la producción nacional como exigencia de la soberanía económica del país, atiende a las defensas de los
recursos naturales renovables, y por ende la del sistema ecológico, permitiendo así la explotación de éstos, con un racional respeto
hacia el principio dinámico económico que lo constituye y, finalmente es un impulsor permanente de reforma agraria para promover
el cambio de la estructura latifundista por un sistema justo de propiedad y tenencia.

El autor merideño Ramón Vicente Casanova, tiene una concepción del derecho agrario que lo vincula necesariamente a la conservación
de los recursos naturales renovables, y establece en su obra Derecho Agrario, que este tipo de derecho:

Intenta ordenar las relaciones jurídicas que se originan en la tenencia y aprovechamiento de los recursos naturales renovables,
concebidos como unidad en la figura de la propiedad territorial (del Estado o de las particulares. individual o colectiva), con miras a
establecer una convivencia humana que sea al mismo tiempo convivencia con la naturaleza.

El autor mexicano José Ramón Medina Cervantes en su obra Derecho Agrario, lo define de la siguiente manera:

Es una rama específica, en este caso la agraria, es indispensable que recoja los fundamentos históricos, sociológicos, económicos de
Estado en cuestión (México). A fin de estructurar la normatividad que regule las relaciones Jurídicas de las instituciones agrarias, los
sujetos agrarios, el régimen de propiedad agraria, las modalidades jurídicas agrarias, la organización para la producción rural con base
en las instituciones agrarias, los procedimientos y la magistratura agraria, y otros aspectos que hagan posible la conceptualización y
definición del derecho agrario.
Esta definición es una idea circunscrita a lo que sería el derecho agrario mexicano. El mismo autor hace señalamientos de autores de
su patria entre los cuales incluye al maestro Raúl Lemus García que lo define como:

Es el conjunto de principios, preceptos e instituciones que regulan las diversas formas de tenencia de la tierra y los sistemas de
explotación agrícola, con el propósito teleológico de realizar la justicia social, el bien común y la seguridad jurídica.

El autor colombiano Joaquín Vanin Tello en su obra Derecho Agrario (Teoría General), define el derecho agrario en los siguientes
términos:

Es la rama jurídica de naturaleza mixta que disciplina la tenencia y el uso de la tierra, la actividad agraria y el desarrollo rural, con el fin
de lograr principalmente una adecuada estructura de la propiedad rústica, el aprovechamiento racional y la conservación de los
recursos naturales renovables, lo mismo quo el bienestar de la población, especialmente la campesina, todo ello conjugando
crecimiento económico y justicia social.

Con estos criterios se puede observar las diversas concepciones que toman en torno al derecho agrario y como se coloca el énfasis en
algunos aspectos; para algunos el derecho agrario tiene como sentido fundamentalla Justadistribución de la riqueza, para otros la
empresa agraria, para algunos la referencia esencial está centrada por la conservación de los recursos naturales renovables.

En oportunidad de publicarla Universidad de Carabobo el anuario correspondiente a la edición de 1992, le correspondió publicar un
trabajo al Autor Núñez Alcántara como profesor dela Facultad de Derecho, sobre el Derecho Agrario Constitucional, en el cual sugirió
una definición de derecho agrario que ahora citamos:

El Derecho Agrario es la conformación jurídica de las normas sustantivas y adjetivas que vinculan la actividad agrícola, pecuaria,
conservacionista agroindustrial, con el desarrollo económico de la sociedad, expresado en leyes, doctrinas, costumbres y
jurisprudencia.

Antecedentes Históricos

El análisis, comprensión y utilización de las instituciones jurídicas supone necesariamente el estudio de sus orígenes, incluyendo las
razones histórico-económicas y políticas de su creación, el desarrollo de las mismas en el devenir temporal y la razón de su
permanencia en los actuales tiempos lo cual justifica su existencia positiva; porque el derecho en el mundo moderno, cargado de prisa
y rápida evolución, se justifica en la medida en que útil al hombre, en tanto y en cuanto ciertamente cumpla con su misión natural de
regular la vida de éste en sociedad.

El desarrollo de la actividad agrícola y pecuaria, por parte del hombre como elemento para la creación y conservación de vida y como
factor explotación económica para la subsistencia propia de él, nace lógicamente en los inicios de la humanidad. El homo sapiens en
su necesidad de producir los alimentos suficientes para su manutención y para la subsistencia de la raza humana, realiza labores de
explotación en las faenas agrícolas y pecuarias desde sus mismos inicios. Este hecho humano ha sido regulado por el derecho desde
los albores del tiempo como corresponde al desarrollo de la labor cultural jurídica. Esta comenzó a crear normas desde los mismos
comienzos de la existencia humana, y produjo normas tendientes a orientar la vida social del hombre, cual es el objetivo final del
derecho como ente regulador de la vida social.

Así el derecho común o civil tiene respuesta para prácticamente toda la problemática que se produce como consecuencia de la vida
social, incluyendo la relativa a la actividad agrícola y pecuaria. Sin embargo, podemos afirmar un conjunto de normas destinadas a
regular el hecho agrícola o pecuario como tal, con sus principios y una filosofía propia, que atienda a estos actos como fenómenos
económico-jurídicos, sólo nace con los comienzos de la segunda década del siglo pasado. En efecto, es con motivo de la aparición dela
Revista de Derecho Agrario, bajo la conducción de Giangastone Bolla, en Florencia, Italia, cuando se comienza a establecer lo que es
el ius agrarium como rama científica del derecho, destinado a regularlo como un fenómeno económico.

Si bien pudiera pensarse que el derecho agrario nace en los primeros tiempos de la humanidad ello no es así, por cuanto el concebirlo
como aquel destinado a la creación y conservación de vida animal y vegetal con sentido de explotación económica, es un concepto de
reciente data, que va más allá de reglas destinadas a regular las relaciones entre los sujetos que intervienen en la labor productiva,
para convertirse en un derecho que atiende a problemas colectivos de economía, abastecimiento y seguridad nacional.

El autor Ramón Vicente Casanova, en su obra Derecho Agrario establece:

Para la mejor comprensión de nuestra tesis, importa mucho hacer un poco de historia en torno a la vigencia de Derecho agrario, ya
que esa historia nos señalará los objetivos de nuestra materia en cada uno de los estudios que ha conocido. Desde luego que normas
de Derecho agrario existieron en todas las legislaciones de la antigüedad, pero es en Roma donde adquieren mayor relieve, hasta el
punto que, como muy bien lo apunta Bailarín Marcial, la Leyde las XII Tablas, la más vieja compilación de normas latinas, tiene la
consistencia de un verdadero código agrario. Eso sí, se trata del código en el cual la propiedad de la tierra alcanza la total plenitud de
facultades y crece bajo el absoluto dominio de los terratenientes. No obstante, allí tuvo lugar una modificación del concepto de
propiedad, traducida en limitaciones y en propuesta de redistribución, que le plantearon nuevos cometidos al Derecho agrario, si bien
sus mejores postulaciones perecieron con los Gracos. Desaparecido el imperio romano, con éste cae el monumento a la juridicidad
que levantara su pueblo y, en su lugar, se constituye un Derecho amparado en el poder de los grandes señores de la tierra, en el poder
de los señores feudales, quienes se desempeñan como autoridad. Con ellos el Derecho agrario se torna al Derecho feudalista y se pone
de espaldas a los trabajadores rurales, a quienes regala a la servidumbre. Pasa el feudalismo, adviene la revolución francesa y, porque
el Derecho romano ejerce gran influencia sobre los políticos de la época, la concepción antigua de la propiedad renace, pero muere el
Derecho agrario, yugulado por el extraordinario auge que el Código Napoleónico le proporciona al Derecho civil. Y tienen que
transcurrir muchos años, más de cien para que aquél reviva, ahora con las características de un Derecho clasista, de un Derecho de los
campesinos.

En doctrina agraria se ha visto la presencia de dos escuelas en torno a lo que es el nacimiento u origen del derecho agrario, para
algunos el principio del mismo pertenece al inicio mismo de la humanidad, para otros pertenece o comienza con la estructuración
científico-jurídica de lo que es el derecho agrario, conceptualizado como conjunto de normas destinado a regular la vida del hombre
en sus relaciones con el aspecto económico y técnico del campo.

Ambas posturas son perfectamente conciliables. En un comienzo el derecho agrario pertenece a la generalidad del mundo humano,
prácticamente la vida del hombre gira en torno a la vida rural, más que a la vida urbana, con el transcurso del tiempo se comienza a
producir un mayor acercamiento del hombre hacia las ciudades, y con ellas nace un derecho destinado a regular unas relaciones
jurídicas distintas. Así el derecho avanza hacia la conformación de una norma destinada a regular la vida del hombre urbanizado y
comienza a perder fuerza la existencia rural frente a la urbana.

Es en esta etapa final cuando surge un derecho agrario destinado a regular al fenómeno jurídico económico y técnico que se deriva de
las relaciones del hombre con el campo, ahora deslindando vida rural de vida urbana; y aquella en minoría numérica frente a las
grandes urbes que existen.

Si se quiere estudiar lo relativo a la parte histórica del derecho agrario se debe revisar, siguiendo las enseñanzas de los autores Antonio
Carrozza y Ricardo Zeledón Zeledón, que el derecho agrario analizado por quienes lo ven desde los tiempos inmemoriales tiene etapas
que van desde los mundos organizados como Babilonia con el Código de Hammurabi o el derecho egipcio, el chino, el judaico o el
griego, en los cuales hay ideas sobre la manera de manejar conceptos que, hoy en día, pudieran pertenecer al derecho agrario como
se ha explicado: obedece su existencia a las necesidades de aquellos tiempos sin conceptualizársele como si fuese diferente del
derecho urbano.

El decaimiento del derecho agrario primigenio u original se produce con la presencia de la codificación napoleónica del Código Civil de
1804, que tiene como aplicación máxima y último fin establecer el derecho a la propiedad, visto éste como una forma de expresión de
la libertad patrimonial, señalándose que la propiedad tiene un carácter ius naturalista lo cual lo hace sagrado, inviolable, absoluto y
fundamental.

Puede concluirse en este aspecto de la evolución histórica del Derecho Agrario que los tres elementos impulsores del mismo, fueron
el nacimiento del capitalismo como la respuesta burguesa frente al individualismo liberal, el establecimiento de la ruptura de la unidad
del derecho privado napoleónico y la constitucionalización de los Estados como aporte al derecho social, constituyen los tres
elementos que definitivamente le dan forma al mundo del ius agrarium moderno.

Todo lo antes explicado contribuye entonces a la determinación de por qué se habla del derecho agrario como nacido en la segunda
década del siglo pasado, como se ha expresado antes; con los hechos puntuales de haber existido desde 1922la Revista de Derecho
Agrario, que dirigía Giangastone Bolla, y cuya discusión pública durante los siguientes diez años constituye el elemento que desde el
punto de vista doctrinario conforma la existencia y materialización del derecho agrario como una expresión jurídica que se desprende
del tronco común civil, para estructurar una nueva concepción jurídica con principios y fórmulas propias.

Principios del Derecho Agrario

La discusión original sobre el derecho agrario tuvo como objetivo fundamental la búsqueda de los principios generales, para poder
llegar al concepto de autonomía o especialidad, pero finalmente se ha determinado que ello no es lo esencial para su caracterización,
que es más importante hacer el estudio de las instituciones que conforman al derecho agrario. Sin embargo autores que analizan la
materia, con mucha frecuencia siguen planteando problema de los principios que la regulan y de las expresiones materiales legislativas
que tienen éstos.

Sobre este aspecto resulta pertinente tomar la opinión de los autores venezolanos Román José Duque Corredor y Alí José Venturini
Villarroel:

La palabra principio, en el mundo forense, significa aquello que concede sustancia a la norma o a la institución. Sobre él se le construye,
forma parte de su esencia. Así, el principio antifatifundista tan caro al derecho agrario latinoamericano, está en su sustancia; o el del
minimun vital, poco desarrollado en la práctica pero persistente en la conformación de la ley, son ellos ejemplos de esta concepción.
En esta ocasión, se utiliza como “idea fundamental que acompaña a la norma o institución desde su nacimiento hasta su finalización.
Entonces, en este sentido, el antilatifundismo, el minimun vital, así como principios adjetivos, como la concentración, la brevedad o a
economía procesal, asisten al derecho agrario durante toda su existencia.

Más adelante se desarrollarán los principios sustantivos agrarios que tienen carácter universal, que responden a concepciones para el
derecho agrario ecuménico, pero se hará utilizando para ello la expresión legislativa que tiene el Estado venezolano sobre estos
principios; es decir, se van a emplear las leyes venezolanas para analizar los principios universales el derecho agrario, representándolos
y viéndolos inmersos en estas normas de derecho positivo.

Características del moderno Derecho Agrario Latinoamericano

La doctrina universal ha pretendido darle características propias al derecho agrario latinoamericano, señalando que éste pone énfasis
en los asuntos referentes a la reforma agraria.

Ello parece así por cuanto normalmente las legislaciones positivas que se han producido en países como México, Perú, Colombia y
Venezuela, colocan su atención sobre el problema de la reforma agraria, por ello es importante destacarle como un principio
fundamental, incluso supralegislativo, en el sentido de que constituye un objetivo de los Estados latinoamericanos atender al problema
de la distribución de la tierra y de la riqueza.

La preferente atención al problema agrorreformista en Latinoamérica, consigue su justificación en la necesidad de “enderezar


entuertos” que nacen con la conquista (repartimientos, bulas), con las guerras civiles (adjudicaciones militares) o de la corrupción
administrativa, que han creado grandes capitales (latifundios, verbigratia) y empobrecido vastos sectores sociales. Hoy día, la reforma
agraria puede jugar un papel fundamental en el mejoramiento económico del país, si se le redimensiona y deslastra de prácticas
atávicas y políticas que la han conducido a un estado de postración. Debe pensarse en la descentralización de la actividad agraria, la
despartidización de los organismos administrativos y sindicales del agro, aplicación de principios de gerencia pública, fórmulas de
autogestión económica, etc., como vías para su relanzamiento y justificación actual.

Por ello la mayoría de los autores latinoamericanos, a diferencia de los autores europeos, en sus textos afrontan el problema de la
reforma agraria.

Una prueba evidente de que así ha sido permanente, sin menoscabo de los cambios que se vienen produciendo en la concepción
agrarista latino americana, es que en Venezuela la primera ley procesal que se dicta con ocasión del proceso de la reforma agraria
estaba destinada exclusivamente para esa rama.

Era una ley ideada para resolver los problemas derivados de la reforma agraria. Es en 1982 cuando con la Ley Orgánica de Tribunales
y Procedimientos Agrarios se amplía el contenido de la competencia procesal agraria para llevarlo a los asuntos que van más allá de la
reforma agraria:

En este cambio es justo reconocer la labor concientizadora y de trabajo constante por parte de algunos autores nacionales, entre
otros, Román José Duque Corredor, AIí Venturini e Israel Argüello, quienes pusieron la nota que ha llevado al mejoramiento indiscutible
de lo que es la competencia agraria.

El Congreso aqrarista de Goinia, recomienda sobre la reforma agraria:

La reforma agraria debe ocurrir en todos los casos de concentración excesiva de propiedad que comporte acumulación de poder
político, con perjuicio para una auténtica democracia política y a su vez siempre que fuera incumbencia de los propietarios el deber
de cultivar y mejorar (en su doble aspecto económico y humano) inherente a la función social.

La reforma agraria ha de realizarse en favor de empresas familiares y comunitarias, en un proceso general de desenvolvimiento, con
aportes de capital, créditos, tecnología; mejor comercialización e industrialización de los productos, mejora educacional y de formación
profesional, utilizando al máximo para ello, las estructuras cooperativas, revitalizando, donde estén previstas, las cooperativas
integrales de reforma agraria.

Teorías del Derecho Agrario

Como el punto de partida para el nacimiento del derecho agrario moderno, se puede decir que nace al fragor de una discusión
establecida en los siguientes términos:

El derecho agrario es autónomo: En tal sentido se habla por parte del autor Giangastone Bolla, quien establece que el Derecho Agrario
es autónomo. Como contraparte de esta postura figura el autor Ageo Arcangelli, quien creó una escuela que por el contrario piensa
que el derecho agrario es un derecho especial, derivado del tronco común del derecho civil, pero que no tiene expresiones de orden
autónomo frente al derecho general. No es un nuevo derecho que se pueda comparar en el mismo rango del derecho civil, del derecho
mercantil o del derecho penal.

Discusión Doctrinaria al Respecto


La discusión sobre el tema planteado atiende fundamentalmente a la necesidad de examinar el instrumento real, a la vida cierta, que
en este momento se maneja como consecuencia de los tres factores que contribuyeron a su nacimiento.

La tesis de la autonomía pretende establecer fronteras claras entre el derecho agrario y las otras ramas del derecho; mientras que la
teoría de la especialidad reconoce que el mundo agrario jurídico está inmerso tronco común del derecho civil, pero que tiene
particularidades concretas que lo hacen ser susceptible de análisis jurídicos diferentes del resto de las reglas que regulan los otros
derechos derivados también del civil.

Teoría Autonómica del Derecho Agrario de Giangastone

Este autor, en la Revista de Derecho Agrario del año1928 a1953, citado por los autores Carroza y Zeledón, sostuvo lo que se ha dado
en llamar la teoría técnica en la materia agraria, que lo condujo a la autonomía, y en tal sentido precisó:

El tecnicismo todo particular de la actividad agraria, la especial función y la consecuente disciplina de los factores aplicables a la
producción agrícola (tierra-trabajo-capital), la peculiaridad de algunos institutos jurídicos que llevados a la especial economía
adquieren una condición propia aconsejan no retardar más la investigación.

Para establecer a posteriori que la disciplina de la actividad agrícola (agraria) se diferencia del derecho común, pues tiene como
fundamento

(…) la unidad económica del fundo, factor esencial que moldea sus relaciones porque la hacienda de la economía agraria moderna se
une al fundo instrumento de los romanos y al conjunto de bienes organizados para el ejercicio de la actividad agrícola, donde confluyen
todas las relaciones técnicas y jurídicas para establecer la sistemática del derecho agrario debe apoyarse sobre esta realidad económica
e histórica y el ius proprium de la agricultura debe ser… el reglamento jurídico del rus y del fundus (el suelo y la hacienda agraria) como
institutos específicos que ocupan un puesto preeminente en la producción agrícola (…).

Sostiene, entonces, el autor Bolla que el derecho agrario debe tomar en cuenta los elementos históricos, criterios económicos y
motivos ideológicos para establecer el propio principio de la materia y la forma de construir un sistema lógico en ésta.

Para concretar la concepción de Giangastone Bolla exponemos las siguientes conclusiones:

Confluencia de instrumentos históricos, criterios económicos y motivos ideológicos; características que hemos analizado de manera
general en el párrafo reseñado anteriormente.

Autonomía en relación con el sistema; sostiene la necesidad de un sistema coherente, completo y orgánico, para establecer una
coordinación entre las normas del derecho privado y del derecho público para poder interpretar al ius agrarium y darle solución a los
problemas prácticos en su concepción. Por ello Bolla sostiene como principal fuente del derecho agrario a la costumbre como una
forma de mantener el ambiente histórico y económico propio del mundo agrario, negando la posibilidad de recurrir analógicamente
en caso de ausencia de normas agrarias, “(…) todo esto porque el tecnicismo de la materia determina una específica importancia de
las normas consuetudinarias.”

Asimismo en materia de contratos agrarios estima que éstos están presentes en el nacimiento de la disciplina agraria y que están
íntimamente ligados a factores técnicos económicos, y de allí que la interpretación que se da para los contratos no nace
necesariamente del legislador sino de los fenómenos productivos.

En cuanto al fundo sostiene que éste no es sólo objeto de un bien definido por su función, sino que existe la obligación por parte del
propietario de conducirlos según las buenas normas técnicas y la necesidad de su progreso. Asimismo el autor va a establecer que las
normas del derecho agrario tienen un sentido teleológico relacionado fundamentalmente con el momento objetivo y subjetivo de la
actividad económica. Carrozza y Zeledón dicen entonces:

(…) se puede afirmar que las líneas fundamentales del ius proprium de la agricultura tienen en Bolla no sólo un espíritu de búsqueda
para responder afirmativamente a la tesis de la autonomía del derecho agrario, sino, principalmente la necesidad de fundar -bajo el
tecnicismo- un criterio sistemático y metodológico por el cual demostrar la existencia y completez del entero sistema (…).

El autor Román José Duque Corredor en su obra Derecho Agrario. Estudios seleccionados, cuando se refiere a la teoría del autor
Giangastone Bolla, establece lo siguiente:

Modernamente, y debido al influjo de las corrientes jurídicas que surgieron de ese concepto nuevo de justicia del de justicia clásica
llamado justicia social, empieza a retomar un nuevo Impulso y un mayor interés los estudios jurídicos por los problemas de la tierra,
por los problemas del agro; sobre todo por los estudios referentes a la propiedad territorial; por lo que ya a principios de siglo,
comienza a hablarse de nuevo Derecho especial referido a la agricultura, a lo rural, a la actividad agraria y al agricultor. Tal
modernización comenzó en Italia, con una serie de juristas, cuyos trabajos han sido verdaderas fuentes de inspiración para el Derecho
Agrario de otros países. Basta citar a uno sólo de ellos, como un homenaje póstumo a su memoria: Giangastone Bolla.

Teoría de la Especialidad de Ageo Arcangelli


Frente a la teoría autonomista de Bolla surge la teoría de la especialidad, cuyo principal exponente es el autor Ageo Arcangelli, quien
habla de la especialidad de la materia agraria en contraposición a la teoría antes establecida. En los años que van de1928 a1931 este
autor discutió a través de las páginas dela Revista de Derecho Agrario de Bolla su posición sobre la materia con aquél.

Comencemos por releer la definición de lo que en su opinión es el derecho agrario: “El complejo de las normas que regulan los sujetos,
los bienes, las relaciones jurídicas referidas a la agricultura; sean éstas de derecho público o privado”.

Definición lata que, cuando lleva a su sentido más estricto y propio, conceptúa como:

En sentido lato define al derecho agrario como “el complejo de las normas que regulan los sujetos, los bienes, las relaciones jurídicas,
referidas a la agricultura, sean éstas de derecho público o de derecho privado”, y en sentido más estricto y propio como “el conjunto
de las normas de derecho privado, que regulan los sujetos, los bienes, las relaciones jurídicas referidas a la agricultura”. (Arcangelli,
Ageo, “Il Diritto Agrario e la sua Autonomía”, RDAgr, 1928-6/ 7).

En opinión de este autor el estudio del derecho de la agricultura como consecuencia de su abandono doctrinal, tiene una elaboración
menos amplia y profunda que el derecho civil y comercial, y que debe estar aliado de éstos conformando en forma entera el sistema
de derecho privado. Obsérvese que este autor define al derecho agrario como parte integrante del derecho privado, a diferencia del
autor Bolla para quien el derecho agrario no conforma parte de aquél.

Los principales aspectos de la doctrina de Arcangelli se corresponden con las siguientes ideas:

a) La autonomía del derecho agrario no es un problema de forma, sino de fondo, y sostiene lo siguiente:

Lo que da el carácter de autonomía es la existencia de principios generales comunes a todas las materias y propios o especiales a ella,
que valgan para conferirle unidad y distinguirla de las otras materias… estos principios generales deben ser comunes porque de lo
contrario los institutos de la disciplina estarían libres de todo vínculo y sería imposible su unidad, y deben ser propios o especiales
porque sólo de esa forma le darían el carácter de autónoma a la rama, de lo contrario habrá que afirmar que el conjunto de la rama
jurídica es lo autónomo y no ellas entre sí.

La no creencia por parte del autor de que estas características se den en el Derecho agrario, es lo que determina que establezca como
elemento conformador en su criterio que el derecho agrario es un derecho especial y no es un derecho autónomo.

b) Arcangelli muestra su preocupación porque muchos juristas que afirman la autonomía en diferentes ramas del derecho conllevarían
una consecuencia dañosa, por cuanto se tiende a aminorar el valor y la eficiencia de los principios generales; por eso, explican Carroza
y Zeledón, asume una posición de defensa de la unidad del derecho privado y combate vigorosamente la tesis de la autonomía del
derecho agrario, porque establece corno necesario para ella la presencia de principios propios, comunes o especiales para declarar la
existencia de la referida autonomía.

El autor en comentario sostiene: “Ninguno entre todos los que han participado en la discusión ha sabido hasta ahora indicar un sólo
principio general, propio de la materia e idóneo para justificar la pretendida autonomía doctrinal del derecho agrario”.

c) Arcangelli también opina respecto del problema del método y de las fuentes. Habla de la necesidad de que las fuentes, cualesquiera
que ellas fueren tienen necesariamente que haber sido tomadas en cuenta por el legislador y haber sido traducidas en normas
jurídicas, para poder verificar el análisis de los institutos fundamentales del derecho agrario, que emplean, generalmente, las doctrinas
generales del derecho público, en tanto y en cuanto el agrario constituye un elemento conformador del derecho privado que es el
continente y de lo cual aquél es el contenido.

Sostiene, pues, que no hay problemas en cuanto al método, ya que el que utiliza, el derecho agrario es el mismo que cualquiera otra
rama de derecho público, y así señala:

El método en el estudio del derecho es uno sólo, aun cuando luego en las aplicaciones este asume actitudes particulares según las
exigencias propias de cada materia; pero la diferencia, que de éste resultan, son accidentales y no tocan la sustancia. En esta forma
“La necesidad del conocimiento concreto de los institutos a su función social y económica y en su estructura técnica… no es exclusiva
de esta o aquella rama, sino que vale en general para todo el derecho.

En general sostiene que las fuentes se utilizarán en la medida en que sean producto de haberse expresado en una norma jurídica
concreta que resuelva la situación. Por ello dice que el derecho agrario de ser autónomo tendría normas que fijaran las jerarquías de
sus propias fuentes, pero que como no es así, se recurren a los principios generales para resolver el problema de las fuentes, porque
el derecho agrario no puede establecer un nexo jerárquico de las normas que lo rigen, ya que eso es privativo del ámbito propio del
derecho público y en tal sentido en la práctica se sigue lo que establece el Codice Civile, por ello las normas consuetudinarias se aplican
en la medida en que así lo establezca y como lo establezca el Codice Civile Italiano.

Terminan los autores que le citan, hablando de las diferencias que mantiene el autor con el tecnicismo autonómico de Bolla.
En la misma tendencia de Arcangelli se consigue la posición del autor C. Vitta, quien defendiendo la unidad del derecho sostiene la no
autonomía el derecho agrario, por no haber principios generales que le den cuerpo propio a este.

Teoría de la Agrariedad de Carroza y Zeledón

Carrozza y Zeledón dicen que a pesar de ser numéricamente la teoría de la especialidad una tesis minoritaria en cuanto a sus
acompañantes, a partir de 1935 con posterioridad a la muerte de Arcangelli y durante varias décadas hay un triunfo del criterio de la
especialidad, y autores como Giovanni Carrara, Antonio Cicu, G. Palazzo, y Bassanelli, siguen la tendencia, de Arcangelli y se apartan
del criterio de Giangastone Bolla, y así sostienen, “… la tesis Civilista, formalista, pero al final coherente, de Arcangelli”.

Ello ocurre porque no pudieron los autonomistas demostrar la existencia de los principios generales y realmente se planteó un
problema para Ia determinación de los principios generales del derecho agrario, lo cual influyó en la preeminencia de la especialidad
frente a la autonomía.

Se pudiera entonces hablar de una época clásica, conceptualizada en la discusión entre Arcangelli y Bolla en torno al derecho agrario
y al gran problema de la necesidad de precisar la existencia de principios generales que contribuyeran a establecer la autonomía del
derecho agrario.

En la época reciente, a partir de 1962, autores como Romagnoli, Irti, Grossi y Carrozza, partidarios de la escuela de Bolla comienzan a
establecer un mantenimiento y una ruptura, al mismo tiempo frente a la doctrina clásica. Carozza fundamentalmente comienza a
hablar de una nueva tesis Ius agrarista una tesis moderna en la cual sugiere que lo Importante no es buscar principios generales, sino
el estudio de los institutos que conforman el derecho agrario, lo cual vendrá a determinar la existencia y determinación de otro tipo
de principios -menos universales y generales- profundos que permiten reestructurar todo un sistema para justificar la existencia del
derecho agrario.

Se sostiene que con esto hay une salida científica y metodológica que desmitifica el problema de los principios generales. No se
combate frontalmente la tesis formalista de Arcangelli, sino que la redimensiona, sin embargo se deduce de su criterio que la búsqueda
de los principios generales, tales como los planteó Ageo Arcangelli, no es el camino para buscar la explicación de la existencia del
derecho agrario.

Si se habla de una escuela técnica económica de Bolla y de una escuela jurídica de Arcangelli, también se conoce la tesis del maestro
Carrozza, pues se ha desarrollado como producto de un doble origen científico, siendo profesor tanto de derecho agrario como de
derecho privado, lo cual en la doctrina le da una visión agraria sólidamente afianzada.

En el año 1972, luego de la muerte de Giangastone Bolla, Carrozza plantea la teoría de la agrariedad, haciéndolo en su trabajo “La
noción de lo agrario” (agrariedad: fundamento y extensión) publicado en el volumen Jornadas Italo-Españolas de Derecho Agrario,
págs, 305-329.

La teoría de la agrariedad se conceptualiza dando una noción extrajurídica del fenómeno agrario, consistente en:

El desarrollo de un ciclo biológico, vegetal o animal, ligado directa o indirectamente al disfrute de las fuerzas o de los recursos naturales,
y que se resuelve económicamente en la obtención de frutos, vegetales o animales, destinados al consumo directo, sea como tales o
bien previa una o múltiples transformaciones.

Así, pues, se dice que Giangastone Bolla científicamente resucita en la concepción de Carrozza quien pone el acento en el aspecto
técnico económico y logra resolver el dilema de la vieja discusión agraria.

En síntesis, pudiéramos hablar de la época clásica del derecho agrario moderno situado en los años que van de1922 a1931, y de la
nueva escuela moderna del derecho agrario a partir de 1962, con un ítem importante en 1972, con la presentación de la teoría de la
agrariedad y que se mantiene en la fecha como la teoría actual, en la que convergen los criterios de los especialistas en esta materia.

EL DERECHO AGRARIO VENEZOLANO

Fuentes del Derecho Agrario

El proceso agrario utiliza a la jurisprudencia y los principios generales del Derecho como fuentes de derecho; lo hace para interpretar
el contenido de las normas y resolver las dudas del juzgador del usuario del sistema judicial. También en este tópico el legislador
agrario venezolano se apartó del asunto y de esa manera le resta eficacia al proceso agrario venezolano. No existe referencia a este
tema en la nueva ley agraria.

En el caso venezolano, y como una referencia parcial a un método hermenéutico que permitiría la aplicación de estas fuentes de
derecho en el ámbito agrario, el artículo 335 constitucional faculta a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia para que
interprete el contenido y alcance de las normas y principios constitucionales, en cuyo caso su criterio es obligatorio para todos los
tribunales dela República. De todos modos la inobservancia legislativa es evidente. De esta forma la jurisprudencia, aliada con la
doctrina, puede cumplir la función que se les ha negado a los jueces agrarios en la ley.
Objetivos

Escribe el profesor Ricardo Zeledón en “Los Desafíos del Derecho Agrarios”, que el objeto de esta importante rama del Derecho puede
desdoblarse en una doble vertiente, uno, el aspecto formal constituido por las normas y otro, el material, que se conforma por hechos
y valores. Teóricamente,la Leyde Tierras y Desarrollo Agrario, como columna vertebral del Derecho Agrario Nacional, persigue el
cumplimiento de las líneas gruesas trazadas por el constituyente en 1999, como es el establecimiento de estrategias y planes para el
desarrollo rural integral y sustentable, con la finalidad mediata de dar cumplimiento a la garantía de la seguridad alimentaria de la
población, lo que se define a su vez como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional, aunado a la
capacidad de la población para adquirir los bienes requeridos para su dieta diaria. Para cumplir con este objetivo macro de la ley,
deben combinarse factores de diversa índole como financieros, comerciales, tecnológicos, crediticios, tenencia, previsiones de
importación de insumos, etc., lo que implica el trazado y ejecución de armoniosas políticas de Estado.

Todas las otras orientaciones de la norma bajo especial en materia agraria en Venezuela, como desarrollo rural integral y sustentable,
justa distribución de la riqueza, planificación estratégica y participativa, aseguramiento de la biodiversidad, protección del medio
ambiente, etc., son en efecto, conceptos incorporados a la tutela del Derecho Agrario moderno, que ya no tiene exclusivamente una
orientación a la protección subjetiva, pero para el cabal cumplimiento de su fines requiere, ante todo, conciliación entre los agentes
de esta rama, entre los productores, el Estado y los sujetos potenciales de la adjudicación como mecanismo necesario para la paz
social.

Contenido y Naturaleza

Ha señalado Antonio Carrozza “el contenido de nuestro derecho se convierte cada vez más complejo en nuestros días”, sobre todo
por efecto de la penetración de elementos ambientales que luchan por relevar la existencia de un sector consagrado a su tutela y
conservación, impacto que no ha dejado de provocar opiniones diversas, cuando no contradictorias, cuyo grado de acierto y exactitud
conviene investigar y que en definitiva atañen directamente al contenido y a los límites o confines de nuestro derecho, cuando no a
su autonomía científica que fue objeto durante mucho tiempo de serios cuestionamientos, finalmente superados por relevante
doctrina americana y europea.

Además, no han sido pocos los agraristas de distintos países que han insistido en señalar los perfiles todavía inciertos y las fronteras
móviles de esta disciplina que resultan del advenimiento de nuevos institutos, de sus transformaciones y también del envejecimiento
y desactualización de otros, lo que ha hecho decir a Antonio Carrozza que el derecho, como lo vemos hoy, tenderá tal vez a disolverse,
pero solamente para ser recompuesto sobre otras bases, subsistiendo siempre la centralidad del fenómeno productivo y su sustancia
e identidad en cuanto la agricultura tiene y tendrá que ver siempre con la vida, fueron eminentes maestros argentinos quienes lo han
advertido por primera vez en brillante labor interdisciplinaria- y por otra parte los productos agrícolas son el resultado de este proceso
agro- biológico, la conjunción de la naturaleza y vida. Tampoco faltan quienes niegan la existencia de un objeto y contenido propio del
derecho agrario o de los que sostienen una multiplicidad de objetos.

Principios Inspiradores

Principio Anti-latifundista

Durante mucho tiempo, la más destacada doctrina del derecho agrario ha sostenido que el latifundismo consiste en el acaparamiento
de las tierras en pocas manos, colocando a la población campesina al margen de la actividad agropecuaria, por lo tanto, tal forma de
tenencia de la tierra produce graves impactos sociales, económicos y ambientales.

El derecho agrario, principalmente el venezolano y latinoamericano en general, tiene como un principio orientador fundamental el
anti-latifundismo, y así observamos que el artículo 307 dela Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece: “El
régimen latifundista es contrario al interés social. La ley dispondrá lo conducente en materia tributaria para gravar las tierras ociosas
y establecerá las medidas necesarias para su transformación en unidades económicas productivas, rescatando igualmente las tierras
de vocación agrícola.”

La nueva Ley de Tierras desarrolla el principio constitucional regulando todo lo referente a esta materia.

El nuevo instrumento agrario fija un criterio cuantitativo y de uso para definir el latifundio. El artículo 7 dela Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario, señala taxativamente: “A los efectos del presente Decreto Ley, se entiende por latifundio, toda porción de terreno rural, ociosa
o inculta, que exceda de cinco mil hectáreas (5.000 ha) en tierras de sexta y séptima clase o sus equivalencias, según que al efecto se
desarrolle en el Reglamento de este Decreto Ley”. Como se puede observar para que un fundo pueda ser considerado como latifundio,
debe tener una superficie mayor a las cinco mil hectáreas, a su vez, tiene que ser de sexta y séptima clase y que el propietario lo
mantenga ocioso o inculto.

El artículo 72 del Decreto Ley declara de utilidad pública o interés social la eliminación del latifundio, conforme a lo previsto en el
artículo 307 dela Constitución Bolivariana de Venezuela. En tal sentido, el INTI procederá a la expropiación de las tierras privadas que
fueran necesarias para la ordenación sustentable de las tierras de vocación agrícola. Para asegurar su potencial agroalimentario, queda
subrogado en todos los derechos y obligaciones que de conformidad con el Decreto Ley puedan corresponder a la República.

Principios Agrarios Constitucionales

El cuerpo normativo agrario dela Constitución Bolivariana de Venezuela aborda como preceptos básicos cuatro aspectos de la
estructura agraria nacional. Primero, la naturaleza sustentable de la agricultura. Segundo, la importancia de la seguridad alimentaria.
Tercero, la participación del Estado en el desarrollo agrario. Cuarto, el derecho de propiedad.

Agricultura sustentable

La Constitución de 1999, en el artículo 305, señala: “El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del
desarrollo rural integral a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población”. En una primera lectura del texto constitucional
se observa cómo el constituyente incorpora el concepto de agricultura sustentable como base del desarrollo. De esta manera se
impone una nueva dinámica en el ámbito productivo, el modelo tradicional de productivismo da paso a una nueva concepción de
crecimiento donde la protección del medio ambiente es parte integrante del desarrollo. Este planteamiento de identificar ambiente y
desarrollo tiene especial significación, no sólo por haber sido una constante permanente en los últimos años en distintos foros y
congresos internacionales, sino por los efectos que genera en una nueva concepción del desarrollo, por ello dedicaremos algunos
párrafos al análisis de su origen y consecuencias.

Seguridad alimentaria

En el mismo artículo 305, se observa que el constituyente bolivariano, vincula la estrategia de desarrollo integral basada en una
agricultura sustentable con la seguridad alimentaria de la población. Concibe esta última como la disponibilidad suficiente y estable
de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del público consumidor. La norma
constitucional concilia la necesidad de una ingesta alimentaria adecuada y suficiente con el autoabastecimiento, al señalar que la
seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna, entendiéndose como tal, la
proveniente de las actividades agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola.

Participación del Estado en el desarrollo agrícola

El artículo 307 dela Constitución Bolivariana enuncia como precepto fundamental del ordenamiento jurídico agrario, las principales
acciones que debe emprender el Estado para fomentar y promover la actividad agrícola y el uso óptimo de la tierra mediante la
dotación de las obras de infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica. Destaca el artículo la
importancia de la actividad agrícola como medio de generar empleo y garantizar a la población campesina un nivel adecuado de
bienestar. El espíritu, propósito y razón del precepto constitucional obliga a ciertas reflexiones y consideraciones en torno a la
percepción que se debe tener sobre la función del Estado en el desarrollo agrícola.

Derecho de Propiedad

La Constitución Bolivariana de Venezuela en el Capítulo VII, artículo 115, referido a los Derechos Económicos, garantiza el derecho de
propiedad. Este precepto forma parte de lo que AIí Venturini denomina normas preambulares o programáticas indicativas; es decir,
se establece como premisa del sistema un postulado constitucional, en este caso, el Estado venezolano reconoce, el derecho de
propiedad como reiterativamente lo ha venido admitiendo en todas las constituciones desde 1811, inspiradas en el precepto
consagrado en el articulo 544 del Código Napoleónico de 1804, que textualmente señalaba: “La propiedad es el derecho de disfrutar
y disponer de las cosas de la manera más absoluta, siempre que no se haga de ellas un uso prohibido por las leyes o los reglamentos”.
Joaquín De Camps y Arboix, señala, que a partir de esta norma la propiedad está ya asistida por la triple prerrogativa de ser inviolable,
sagrada y absoluta, conjunto que hermana con el concepto categórico tan conocido del derecho justinianeo.

El texto dela Constitución Bolivarianade 1999, tiene la particularidad de que elimina la definición y referencia del derecho de propiedad
en orden de la función social, como estaba consagrado en el artículo 99, dela Constituciónde 1961, que textualmente señalaba: “El
Estado garantiza el derecho de propiedad. En virtud de su función social, la propiedad estará sometida a las contribuciones,
restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general”. En cambio, la Constitución de la
República Bolivarianade Venezuela, en su artículo 115, establece: “Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho
al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que
establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante
sentencia, firma y pago oportuno de justa indemnización podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes”.

De esta manera se vuelve a la concepción civilista de describir las facultades del propietario, al indicar que toda persona tiene el
derecho al uso, goce y disposición de sus bienes (ius utendi, fruendi et abutendi), tal como lo consagra el artículo 545 del Código Civil
vigente, al señalar: “La propiedad es el derecho de usar, gozar y disponer de una cosa de manera exclusiva, con las restricciones y
obligaciones establecidas en la ley”. No obstante, se limita la potestad jurídica absoluta de la propiedad, al indicarse que ésta estará
sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general.
BIBLIOGRAFÍA

Jiménez, J. (2008). Comentarios a Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. Barquisimeto-Venezuela: Editorial Librería J. Rincón.

Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. (2005). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 5.771 Extraordinario. Fecha:
Mayo 18, de 2005.

Núñez, E. (1999). Derecho Agrario: Contenido Sustantivo y Procesal. Valencia-Venezuela: Vadell Hermanos Editores C.A.

Núñez, E. (2003). El Nuevo Proceso Agrario Venezolano. Valencia-Venezuela: Vadell Hermanos Editores C.A.

Soto, O. (2006). La Cuestión Agraria en Venezuela. Tomo II. Mérida-Venezuela: Universidad de los Andes.

DERECHO AGRARIO. CONCEPTO. OBJETIVOS. CONTENIDO. NATURALEZA Y PRINCIPIOS.

El hombre por naturaleza es un ser social, vive en sociedad, pero la vida social es compleja y requiere
que exista un orden en los integrantes del grupo, y para lograrlo es necesario regular las actividades que
desarrollan los miembros de la sociedad, por medio del establecimiento de normas que determinen como
ha de ser la conducta de los individuos, porque son ellos quienes pueden tener pretensiones e intereses
que el derecho se encarga de garantizar, y son ellos quienes pueden asumir conductas inconvenientes o
nocivas que el derecho se encarga de regular, y son ellos quienes pueden verse obligado por el derecho a
cumplir deberes y derechos; para eso existe el derecho.
Cada quién tiene una idea más o menos de lo que es el derecho aún cuando no puedan definirlo con
precisión, cuando se habla de derecho muchos piensan en alguien que manda u ordena, y otro que
obedece o desobedece, y en efecto la palabra derecho evoca en primer lugar la idea de mandato, pero
esa sola idea no es suficiente para caracterizar al derecho, es preciso que exista un mecanismo por medio
del cual se obligue a los sujetos; por eso desde el punto de vista general el derecho es definido de la
siguiente forma: “ Es el conjunto de normas de carácter general que regulan la conducta de los hombres
en sociedad, destinado a lograr un orden en la convivencia y cuyo cumplimiento es respaldado por el
aparato coercitivo.”
Ahora bien ese derecho general no es suficiente para regular las relaciones que se presentan con
relación al uso, disfrute, distribución de tierras y la propiedad, en razón de que la sociedad evoluciona y
esos cambios inciden en el desarrollo del derecho, por eso a medida que se transforma la sociedad, se
transforma el derecho; cuando del tronco común o general del derecho se van formando ramas que a
pesar de su vigencia y desarrollo son insuficiente para regular toda la complejidad de situaciones de
hecho, dentro de esa óptica el derecho agrario originalmente lo encontramos en el Código Civil, allí están
las normas que rigen la propiedad y la posesión de la tierra, las formas de transmitirse, las limitaciones,
el arrendamiento de predios rústicos, pero eso no es suficiente para atender todo el problema de
inmensas proyecciones del múltiples facetas, que se refieren al hombre y a la tierra, el derecho de
propiedad se ha ido transformando, para cubrir tanto interés privados de su titular como el de la sociedad.
El Código Civil define el derecho de propiedad, como el derecho de usar, gozar y disponer de una cosa de
manera exclusiva con las limitaciones establecidas en la ley; pero el derecho agrario se opone al civil en
razón de , que si desde el punto de vista civilista satisface necesidades individuales, pero como
consecuencia de los cambios surgidos satisface igualmente necesidades colectivas.
La propiedad obra en función social, su aprovechamiento debe ser colectivo y a regular esa función y
su aprovechamiento se dirige el derecho agrario como conjunto de normas legales que rigen toda la
relación cuyo objeto es la tierra como propiedad o como fuente económica. Por eso el derecho agrario se
define de esta manera: “Como el conjunto de normas y principios que regulan las relaciones jurídicas
nacidas del aprovechamiento de la propiedad y que orienta y asegura su función social” (RAMON
VICENTE CASANOVA).
Es decir que el derecho agrario se refiere a todas las relaciones que tengan como norte el factor tierra
como RES FRUGIFERA( COMO FRUCTIFERA) y se ocupa de ordenar las relaciones que surgen del uso y
aprovechamiento de la tierra (Aprovechamiento: Acción y efecto de aprovechar, y aprovecharse de una
cosa, la cual exige emplear útilmente el esquilmo o producto que la misma engendra), ya fijando el
régimen de su tenencia (propiedad, ocupación o posesión).
Es un conjunto de normas y principios por que el derecho agrario se compone de preceptos del
derechos con elaboraciones doctrinarias para equilibrar las relaciones de las personas que entran en
contacto con ocasión del uso y aprovechamiento de la tierra, porque el hombre tiene en relación a la
tierra un conjunto de derechos y obligaciones que requieren ser regulados por el derecho agrario,
derechos y obligaciones que en base a los dictados de la justicia social los encamina a la realización de un
logro colectivo.
Características del Derecho Agrario

El Derecho Agrario constituye una de las partes fundamentales dentro de los problemas de ámbito económico-
social, dentro del marco de la sociedad actual.

a) El derecho agrario es realista y objetivo, el primero porque sitúa y examina al hombre dentro del marco de su
realidad social y pretende resolver sus problemas que surgen de la actividad agropecuaria. El segundo porque las
cuestiones que ya existen y las que emanen con motivo de su aplicación, tiende a resolverlas con base en hechos
objetivos.

b) El Derecho Agrario es Democrático, porque sus normas van dirigidas a lograr el propósito de que la tierra sea para
las masas trabajadoras que la laboran.
c) El Derecho Agrario es de naturaleza económico-social, porque sus normas se orientan a dar solución a problemas
de esta naturaleza, especialmente lo relacionado con la tenencia y explotación de la tierra.

d) El Derecho Agrario es tutelar del trabajador campesino, ya que está inspirado en principios de justicia social y
ejerce un papel de protección y amparo para las masas que laboran en el campo.

e) El Derecho Agrario constituye un cuerpo de garantías mínimas para el trabajador campesino, que tienen carácter
irrenunciable para él y su formulación no excluye otras.
NATURALEZA DEL DERECHO AGRARIO

La doctrina nacional esta acorde en considerarlo como una rama del derecho social siguiendo las
orientaciones que aparecen en el articulo 1 de la ley de tierras; dirigido el derecho agrario a establecer
sobre las bases de la justicia social las relaciones hombre comunidad, desborda el ámbito del derecho
común, del derecho civil; y a creado sus propias instituciones que se afincan en terreno propio desde el
momento en que busca su raíz y su fundamento no en las tradicionales formas de la justicia conmutativa,
ni siquiera en la legal o distributiva, ni en la unión de estas dos, sino que tiene su ius propio en la justicia
social que es una rama de la justicia que tiende a darle al hombre aquello que necesita no por su meritos
individuales ni por concepción del estado, sino por su simple condición de ser humano. El Dr CASANOVA,
lo ubica dentro del derecho público y del derecho social, en primer lugar por su disposiciones son de orden
público y de rigurosa aplicación, t en segundo lugar porque es un derecho tuitivo y protector.

CONTENIDO DEL DERECHO AGRARIO


De acuerdo con las consideraciones anteriores, sabemos que el derecho agrario regula los intereses y
actividades que tiene como base la explotación de la tierra, ya que por diversos efectos las relaciones
jurídicas provenientes del uso, goce y disposición de la tierra llegan a adquirir un estado tan complejo que
las normas del derecho común se tornan insuficientes para regularlas debidamente, y en atención a ello
el derecho agrario ha de ocuparse de la propiedad territorial, de su función social, de los sujetos de
derecho agrario, es decir que la propiedad territorial constituye el objeto del derecho agrario, contenido
de esta rama de las ciencias jurídicas, serán las relaciones nacidas del ejercicio del derecho de propiedad,
es por eso que el derecho agrario se ocupa de la propiedad, de su función social, de su explotación, de los
sistemas legales ideados para el mejor aprovechamiento de la tierra

OBJETIVOS DEL DERECHO AGRARIO

El derecho agrario tienes objetivos propios que pueden enfocarse desde dos puntos de vistas que son:
- GENERICO O GENERAL: Desde este punto de vista el derecho agrario tiene como objetivo ajustar
las relaciones jurídicas que se presentan en el campo a los dictados de la justicia social.
- ESPECIFICO: Tiene como objetivo facilitar y crear las condiciones necesarias para llevar a cabo una
autentica reforma agraria integral, caracterizada por proporcionar un aumento en la producción
agrícola y hacer posible una justa y equitativa distribución de la propiedad territorial.

PRI NCIPIOS DEL DERECHO AGRARIO

1. Autonomía didáctica y autonomía científica.

El Derecho Agrario es un derecho especial, autónomo y, sobre todo, humanista, comprometido con la justicia social y el
interés social. Y es, no un derecho tradicional sino un derecho equitativo.

Cuando afirmo que el Derecho Agrario es un derecho autónomo, no estoy hablando de una autonomía en sentido abstracto.
Ya saben que ninguna rama del Derecho es autónoma de manera absoluta y el Derecho Agrario toca aspectos del Derecho
Civil, del Derecho del Trabajo, del Derecho Alimentario, del Derecho Ambiental, del Derecho Mercantil, etc. Así que cuando
hablo de la autonomía lo hago en sentido relativo.

Derivado del Derecho Civil ha hecho casa propia como rama del Derecho Social, sin embargo, las normas de Derecho Civil
siguen siendo supletorias, como son supletorias para el Derecho Mercantil, sin perder por ello, la especialidad que lo
conforma como Derecho autónomo.

Como ustedes conocen, debemos a los italianos, el movimiento “ius agraristas” moderno mundial. Este se inicia en Italia
con la fundación de la archiconocida “Revista di Diritto Agrario”, en 1922 y desde ese momento, comenzaron en Italia, las
cátedras de Derecho Agrario, que se extendieron como pólvora por todo el mundo. En América, el Derecho Agrario moderno
nace normativamente en México, con la Constitución 1917.

Con la Revista de Diritto Agrario, fundada por Giagastone Bolla en 1922, se inicia la discusión sobre la autonomía de
nuestra ciencia, lo que permitió su vitalidad y factibilidad de estudio científico, hasta alcanzar la mayoría de edad que exhibe
hoy como ius proprium.

Las cátedras dieron lugar a los Institutos y, en Venezuela, se imparte nuestra materia como parte del pénsum ordinario de
estudios, en todas las Facultades de Derecho. Sirva esta oportunidad para reconocer el trabajo constante y sistemático en
pro de nuestra ciencia, del Instituto Venezolano de Derecho Agrario y Estudios Rurales, que funciona en la Universidad de
Los Andes (Mérida), dirigido por ese extraordinario agrarista, el profesor Ramón Vicente Casanova, quien ha creado una
escuela, reconocida nacional e internacionalmente.

En la Universidad del Zulia, el fundador de la Cátedra de Derecho Agrario fue el ilustre agrarista Luis René Viso,.

Esa autonomía, la que hemos referido, la llamaremos autonomía didáctica, representada por las cátedras, cursos,
encuentros de estudio, mesas redondas, congresos nacionales internacionales. Esta autonomía no tiene mucha
complicación a la hora de tratarla, documentarla y probarla por vía experimental.

Al lado de la autonomía didáctica, tenemos la autonomía científica. Es decir, aquella fundada en la investigación y
elaboración con carácter científico del conocimiento.

Lo común a ambas autonomías es que obedecen en nuestros centros de estudios universitarios a la mejor o peor fortuna,
y de hecho, el Derecho Agrario no es impartido, ni es materia obligatoria en todas nuestras Facultades de Derecho. Ello,
claro, es una gran debilidad a la hora de soñar ese Estado social y democrático de Derecho y de Justicia que aspira nuestra
Constitución en su artículo 2.

1.1. Autonomía legislativa.


El Derecho Agrario tiene autonomía legislativa. Es decir, teniendo su fuente normativa fundamental en la Constitución
Bolivariana de Venezuela, el Derecho Agrario cuenta con leyes propias, que están orientadas al logro de sus fines. Tal es
el caso de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, de la Ley de Crédito Agrícola y de otras leyes afines.

1.2. Autonomía jurisdiccional.

El Derecho Agrario es autónomo porque cuenta con una jurisdicción especial agraria. Esta jurisdicción, según lo
dispone el artículo 166 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, está integrada por la Sala de Casación Social del Tribunal
Supremo de Justicia, y los demás tribunales señalados en la misma ley. Como saben los demás tribunales que refiere la
ley, son los tribunales de primera y segunda instancia. Con respecto a los tribunales de instancia, estos sólo podrán conocer
de la materia agraria, eliminándose la posibilidad de competencias múltiples, que tanto daño ha hecho a la jurisdicción
agraria en Venezuela.

La Sala de Casación Social, por disposición del mismo artículo, ha creado de entre su seno la Sala Especial Agraria,
integrada por dos magistrados de la Sala de Casación Social y un conjuez, que funge como ponente permanente para el
conocimiento de las causas. Como saben, el Conjuez ponente permanente de la Sala Especial Agraria es el profesor
Francisco Carrasquero, de la Universidad del Zulia, quien con la mística y la capacidad de trabajo que lo caracterizan, ha
puesto a rodar el carro de la nueva Casación agraria de Venezuela, tarea nada fácil, por cierto.

Pero además, afirmamos que el Derecho Agrario es autónomo porque cuenta con principios que le son propios..

2. Los principios sustantivos y adjetivos del Derecho Agrario venezolano.

El Derecho, lo sabemos, no se fundamenta en algo abstracto, ideal o trascendental sino en los valores jurídicos de
la comunidad. Las convicciones o ideas jurídico – éticas de una comunidad, con independencia de cual sea la fuente de
inspiración de esas ideas, es lo que constituye el fundamento del Derecho. Ahora bien, es tarea del (la) legislador (a) la de
incorporar esas ideas al ordenamiento jurídico, bien de manera directa o bien como fuente de inspiración, a través de los
textos positivos, y ello es lo que constituye o da como resultado los principios jurídicos. En otras palabras, los principios
jurídicos son ideas fundamentales e informadoras de la manera como se organiza una determinada comunidad.

Además, los principios son ordenadores de toda la normativa del Derecho Agrario y pueden ser utilizados tanto por
el (la) científico (a) del Derecho como por el (la) operador (a) del Derecho. En este último caso, por ustedes, con el carácter
de jueces y juezas agrarios (as) de la República y quienes en el ejercicio de su función deben ofrecer respuestas a la
realidad agraria, a través de sus actos y sentencias, que sean ordenadas, coherentes y sistemáticas. Tengan presente que
ustedes están obligados a recurrir a los principios ante la ausencia de normas, ya que el (la) legislador (la) no debe
suponerse previsor de todas las soluciones, a los casos posibles.

Los principios, en definitiva, les permitirán a ustedes apartarse de la arbitrariedad y acercarse a la justicia y, como
fuentes del Derecho Agrario que son, la lógica de su existencia la encontrarán en la determinación del objeto de nuestra
ciencia.

El tema de los principios, con sus distintos tópicos como, por ejemplo, el de si los principios se agotan o no en la
ley, o de si existen principios universales e inmutables al Derecho Agrario como tal, no es ajeno a la discusión doctrinaria
y no es nuestro interés abordarla, ni contamos con tiempo suficiente para ello. Mi exposición será más asertiva, referida
sólo a los principios sustantivos y adjetivos que informan al Derecho Agrario y, especialmente, al Derecho Agrario
venezolano.

2.1. Los principios sustantivos agrarios.


El Derecho Agrario venezolano, se encuentra informado de principios en el texto constitucional. O sea, es la
Constitución Bolivariana de Venezuela (1999) donde encontramos los primeros principios informadores de nuestro
Derecho, al punto de que podemos hablar de un derecho agrario constitucional.

La característica principal de esos principios agrarios fundantes, de rango constitucional, expresados en el texto
constitucional es que su eficacia es plena e inexcusable y definen el ámbito de la libertad del poder normativo. Algunos de
esos principios constitucionales son desarrollados en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, y otros son exclusivos de la
ley. Principio es aquello que le conce sustancia a la norma o institución

a) El principio antilatifundista, consagrado en el artículo 307 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, que


afirma que el régimen latifundista es contrario al interés social. Su proyección es significativamente amplia
pues condiciona el funcionamiento de todas las instituciones que conforman la estructura agraria
venezolana. De ese articulo se deduce: A- Es una declaración constitucional acerca del latifundio como
electos contrario al interés colectivo. B- Establece la voluntad de la ley de disponer lo conducente para
eliminarlo y establecer las normas encaminadas a dotar de tierras a los campesinos.-C- Establece la
obligación del Estado de proveer a los campesinos de los medios necesarios para hacer producir la tierra.
Con este principio se establece un veto absoluto al latifundio , en todas sus modalidades: social, económico y
geográfico. De tal manera que, por ejemplo, si un contrato agrario estableciera relaciones que quebrantan la justicia social
y creara una situación latifundista, estaría viciado de nulidad por ser contrario al principio contenido en el artículo citado.
Este principio está recogido en el artículo 1º de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario que establece la eliminación del
latifundio como sistema contrario a la justicia, al interés general y a la paz social en el campo. Desde el punto de vista
general el latifundio es la concentración de grandes extensiones de tierras en manos de un propietario, de una familia,
caracterizados por, ausencia de dirección personal en la empresa, empleo de tecnología primitiva, negativa a que los
campesinos reciban educación, prohibición para que se organicen en sindicatos, cobro sistemático , en especie, trabajo o
dinero por el arriendo de tierras. Ver art 7 de la Ley de Tierras

LATIFUNDIO ECONOMICO: Son grandes extensiones de tierras ociosas o insuficientemente cultivadas, se


les mantiene ociosas por falta de capitales o para comerciar con ellas. Es decir que el latifundio económico
es una gran propiedad con una pequeña empresa.

LATIFUNDIO SOCIAL: Esta representado por la explotación indirecta de la tierra por medio de arrendatarios,
medianeros, aparceros y ocupantes. LATIFUNDIO NATURAL: Es aquel que se produce por circunstancias
geográficas caracterizado por tierras marginales alejadas de los centros de consumo y carentes de vías de
comunicación.

TERRATENIENTE: Esta determinado por la concentración de grandes cantidades de tierras en manos de


un propietario que no explota la tierra ni siquiera indirectamente. Hay que romper la estructura agraria
latifundista, desasistida de posibilidades económicas y pasar a otro más avanzado que le de al país medios
necesarios para impulsar la economía; el latifundio es causa de mal al impedirle al campesino arraigo en
tierra propia, y como no es dueño de la parcela donde trabaja no se ocupa de cultivar árboles frutales porque
son de ciclo vegetativo largo, no construye establos, porque son instalaciones que no puede mudar cuando
le pidan el desalojo, no levanta una casa sino un rancho

El principio de la función social consagrado en el artículo 115 de la Constitución que sujeta la propiedad a las
contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Este
principio de la función social lo identifica la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario con la productividad al afirmar, en la
Exposición de Motivos, que en el caso de las tierras con vocación agraria, su uso, goce y disposición están sujetas al
efectivo cumplimiento de su función social, que viene a ser la productividad agraria. Todo en correspondencia con el
principio de productividad que informa al sistema socioeconómico venezolano, contenido en el artículo 299 del texto
constitucional y que nos permite afirmar que este principio es de naturaleza fundamentalmente económica. La Ley de tierras
no establece una definición de lo que es la función social, sin embargo la extinta Corte suprema de Justicia la definió
estableciendo, que es la sujeción de la propiedad cualquiera que esta sea a las contribuciones, restricciones u obligaciones
que establezca la ley, por razón de interés público, o de interés social. La función social puede ser una contribución
(impuesto) La exposición de motivos de la ley señala: En el caso de las tierras con vocación agraria, su uso, goce y
disposición están sujetas al efectivo cumplimiento de su función social, que viene a ser la productividad agraria. La
productividad agraria viene a ser un concepto jurídico indeterminado que funge como patrón de medición de la adecuación
que exista entre la tierra objeto de propiedad y su función social. Se establecen, al efecto, tres niveles básicos de
productividad: finca ociosa o inculta, finca mejorable y finca productiva. Las tierras calificables como fincas ociosas o
incultas son aquellas que no cumplen con los requisitos mínimos de producción; en tal sentido, pueden ser objeto de
intervención o expropiación agraria, y serán gravadas con un tributo; este gravamen y las eventuales intervención o
expropiación sobre la tierra ociosa, más que un castigo a la improductividad, procuran ser un medio a través del cual las
mismas sean puestas en producción. La finca mejorable es aquella que, sin ser productiva, puede ser puesta en producción
en un lapso de tiempo razonable; en estos casos, se busca que el propietario de Decreto N° 1.546 Pág. 4 la misma sea
quien lleve a cabo el plan de adaptación de las tierras a los niveles de productividad. La finca productiva es aquella que
está dentro de los parámetros de productividad establecidos por el Ejecutivo Nacional.

Los ciudadanos que se dediquen a la actividad rural agraria, son sujetos beneficiarios del régimen establecido en el Decreto
Ley, y en tal sentido, en la medida de su aptitud para el trabajo agrario, pueden recibir adjudicaciones de la propiedad agraria.
El régimen de evaluación del uso de las tierras y de adjudicación de las mismas constituye el núcleo del nuevo régimen agrario.
El valor fundamental viene a ser la productividad de las tierras con vocación agraria. Esta concepción, no del todo nueva, pues
—aun cuando de una manera menos explícita— ya existía en la Constitución de 1961, se aparta de la clásica noción del derecho
de propiedad como derecho absoluto, propia de los tiempos romanos. La moderna tendencia somete el derecho de propiedad
a un interés social. El contenido del derecho de propiedad, con sus atributos de uso, goce y disposición, se encuentra sujeto al
efectivo cumplimiento de la función social específica que el ordenamiento jurídico le atribuya. En el caso de las tierras con
vocación agraria, su uso, goce y disposición están sujetas al efectivo cumplimiento de su función social, que viene a ser la
productividad agraria. La productividad agraria viene a ser un concepto jurídico indeterminado que funge como patrón de
medición de la adecuación que exista entre la tierra objeto de propiedad y su función social. Se establecen, al efecto, tres
niveles básicos de productividad: finca ociosa o inculta, finca mejorable y finca productiva. Las tierras calificables como fincas
ociosas o incultas son aquellas que no cumplen con los requisitos mínimos de producción; en tal sentido, pueden ser objeto
de intervención o expropiación agraria, y serán gravadas con un tributo; este gravamen y las eventuales intervención o
expropiación sobre la tierra ociosa, más que un castigo a la improductividad, procuran ser un medio a través del cual las mismas
sean puestas en producción. La finca mejorable es aquella que, sin ser productiva, puede ser puesta en producción en un lapso
de tiempo razonable; en estos casos, se busca que el propietario de Decreto N° 1.546 Pág. 4 la misma sea quien lleve a cabo
el plan de adaptación de las tierras a los niveles de productividad. La finca productiva es aquella que está dentro de los
parámetros de productividad establecidos por el Ejecutivo Nacional. Las tierras propiedad del Estado o, previa expropiación,
las tierras propiedad de particulares que se encuentren improductivas, podrán ser otorgadas en adjudicación a aquellos sujetos
dedicados a la actividad agraria rural que demuestren aptitud para transformarlas en fundos productivos. La adjudicación de
estas tierras otorgará a los beneficiarios el derecho de trabajar las mismas y percibir sus frutos. Igualmente, el derecho
otorgado mediante la adjudicación es transmisible a los sucesores del adjudicatario. Se trata, en este caso, de un derecho de
propiedad sui generis, no encuadrable dentro de las clásicas categorías jurídicas del Derecho Civil. Así, mientras el adjudicatario
no goza del atributo de disposición de la tierra, no pudiendo enajenarla, tampoco puede el estado, mientras la misma sea
productiva, revocar la adjudicación. Como medio de regularización de la posesión de las tierras y con la finalidad de estimular
su productividad, se prevé un procedimiento de rescate de las tierras del Estado que se encuentren en manos de terceros.
Dichas tierras podrán ser, no obstante, objeto de adjudicación a los particulares que demuestren aptitud para su desarrollo y
cultivo. En cumplimiento del mandato constitucional contenido en el artículo 307 de nuestra Carta Magna, el Decreto Ley
establece el impuesto que grava la infraproductividad de las tierras con vocación agraria.

c) El principio de la preeminencia de los derechos ambientales o principio de conservación de los recursos


naturales renovables.. Este principio constitucional, contenido en el artículo 127 y
siguientes de la Constitución, obliga a que toda actividad agraria debe realizarse teniendo
presente la conservación de los recursos naturales renovables. Este principio se encuentra
recogido, igualmente, en el artículo 1º de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario y propende
al aseguramiento de la biodiversidad y la vigencia efectiva de los derechos de protección
ambiental y agroalimentario. Además, este principio obliga al (la) productor (a)
agropecuario (a) a hacer un uso racional de los recursos naturales y tiene, entre otras, la
consecuencia de limitar la disponibilidad de tales recursos. Es decir, es un constreñimiento
al uso y a la propiedad de la tierra, de tal manera que el (la) usufructuario (a) o el (la)
propietario (a) de la tierra están obligados a producir - conservando. El propietario cumple
con este principio demostrando que esta acatando la ley forestal de suelos y aguas, ley del
ambiente E.t.c. si ha talado o quemado en forma indiscriminada su fundo no esta
cumpliendo con las normas conservacionistas

d) El principio de la equidad de géneros. El principio de la equidad de géneros tiene fundamentación


constitucional y legal. La fundamentación constitucional la encontramos en el artículo 19,
en concordancia con el artículo 21 de la Constitución Bolivariana de Venezuela que
establecen lo siguiente:

d.1) Art. 19. El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin discriminación
alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos. Su respeto
y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público de conformidad con la Constitución, los
tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la República y las leyes que los desarrollen.

Art. 21. Todas las personas son iguales ante la ley, y en consecuencia:

1) No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición social o


aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o
menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad,
de los derechos y libertades de toda persona.

2) La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad ante la ley
sea real y efectiva, adoptará medidas positivas a favor de personas o grupos
que puedan ser discriminados, marginados o vulnerables; protegerá
especialmente a aquellas personas que por alguna de las condiciones antes
especificadas, se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta y
sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan. [...].

En la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario encontramos consagrado este principio en el artículo 14, donde el
legislador establece una preferencia de adjudicación (discriminación positiva) a las ciudadanas que sean
cabeza de familia que se comprometan a trabajar una parcela para manutención de su grupo familiar e
incorporación al desarrollo de la Nación. Además, a las ciudadanas dedicadas a la producción agrícola se
les garantizará subsidio especial alimentario pre y post natal por parte del Instituto de Desarrollo Rural.

Ahora bien, otro aspecto del principio de equidad de géneros lo encontramos en el lenguaje no-sexista que
transversaliza todo el texto constitucional. Ese lenguaje no-sexista no es cosmética constitucional sino el
reconocimiento, la visibilización de las mujeres, con fundamento en el principio de los principios: el de
igualdad y su correlato de no discriminación. De tal manera que todas las providencias, autos, sentencias,
etc. que emanen de los Tribunales Agrarios deben contener el lenguaje no sexista previsto en la Constitución
Bolivariana de Venezuela.

e) El principio de la protección y promoción de las formas asociativas y particulares de propiedad para


garantizar la producción agrícola. Este principio está contenido en el artículo 307, cuando
establece:

Art. 307 (...). El Estado protegerá y promoverá las formas asociativas y particulares de propiedad
para garantizar la producción agrícola.

f) El principio de la protección y promoción de la pequeña y mediana

industria, las cooperativas, las cajas de ahorro, así como también la empresa familiar, la microempresa y
cualquier otra forma de asociación comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo régimen de
propiedad colectiva, con el fin de fortalecer el desarrollo económico del país. Para ello se asegurará la
capacitación, la asistencia técnica y el financiamiento oportuno (Art. 308 de la Constitución Bolivariana de
Venezuela). MICROEMPRESA: Son unidades de producción, comercio o prestación de servicios y tienes
menos de 5 trabajadores.

PEQUEÑA PROPIEDAD: Es aquella cuya extensión superficial absorbe en su cultivo toda la capacidad del
propietario y de su familia y le garantiza un nivel de vida aceptable, sin necesidad de buscar recursos
suplementarios, ni requerir trabajo asalariado extraño para la realización de las labores agrícolas.

MEDIANA PROPIEDAD: Aquella cuya extensión superficial absorbe el trabajo de la familia, y para su
completo aprovechamiento, el de personas extrañas, en ambas propiedades la economía en que participa,
no es de simple subsistencia, excedentes de producción se colocan en el mercado posibilitando el cambio y
el ingreso.

GRAN PROPIEDAD: Su elemento calificativo es el trabajo asalariado, la mediana propiedad, usa también el
trabajo asalariado pero en forma complementaria. La gran propiedad descansa por entero en la mano de
obra, el propietario se limita a dirigir el trabajo .

COOPERATIVAS: Es una sociedad que reúne recursos humanos y económicos para la prestación de un
servicio determinado que se traduce en beneficio social, pero lo importante es el servicio. Las cooperativas
pueden ser de producción, de créditos, de adquisición o uso de maquinaria, venta de productos.

EMPRESA AGRARIA: Es aquella que se caracteriza por constituir una asociación de tipo económico para
realizar trabajos agrícolas, pecuarios y forestales.

g) El principio del buen cultivo. Este principio podemos verlo en un doble aspecto, ello es, como derecho
subjetivo y como un deber. Viene recogido en los artículos 8 y 12 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario que
establecen lo siguiente:
Artículo 8º. Se garantiza al sector campesino su incorporación al proceso productivo a través del
establecimiento de condiciones adecuadas para la producción (...).

Artículo 12º. Se reconoce el derecho a la adjudicación de tierras a toda persona apta para el trabajo
agrario, en los casos y formas establecidos en este Decreto Ley.

Y, en ejercicio de ese derecho, el poder usar, gozar y percibir los frutos de la tierra.

Pero este principio supone créditos, semillas, seguros que permitan el fomento y desarrollo de la actividad
agraria, tal y como lo establecen los artículos 9 y 15 de la Ley:

Artículo 9º. El Estado organizará el servicio eficiente del crédito agrario incorporando a las
instituciones bancarias y financieras públicas o privadas existentes a dicho servicio, o creando
instituciones estatales si fuere necesario.

Artículo 15º. La incorporación al proceso productivo de los sujetos beneficiarios de este Decreto Ley,
garantizará:

(...) 3. El acceso a los germoplasmas necesarios para establecer las plantaciones.

4. Un seguro de producción contra catástrofes naturales.

Desde el punto de vista del principio de buen cultivo como carga, les remito al Título II de la Ley y,
especialmente, a la denominada “Declaración de tierras ociosas o incultas” que apareja como consecuencia
en el supuesto de tales tierras, el quedar habilitada la intervención de las tierras o la vía expropiatoria (Art.
35 de la Ley). En otras palabras, como ha sostenido el agrarista Juan Pablo Saavedra, el incumplimiento de
este principio tiene como consecuencia la privación del derecho de propiedad como sanción por no cumplir
con el imperativo en beneficio del propio interés, del buen cultivo, tal y como establece el artículo 67 de la
Ley.

Artículo 70. El Instituto Nacional de Tierras podrá revocar la adjudicación otorgada, cuando el
adjudicatario no haya cumplido con el compromiso de trabajo de la tierra.

Este principio también se manifiesta en la estructuración del impuesto que grava la infrautilización de las
tierras privadas y públicas (Art. 97 y ss), donde la sanción por no cultivar o cultivar de manera deficiente es
de carácter tributario.

El principio del buen cultivo opera no sólo con respecto al (la) propietario (a) sino también con respecto a
arrendatarios (as), medianeros (as), pisatarios y conuqueros, lo que se desprende de los artículos 18 y 20
de la Ley, cuando establecen:

Artículo 18. Los arrendatarios, medianeros y pisatarios que cultiven pequeños pequeños lotes en
tierras privadas denunciadas o señaladas como ociosas o incultas, tienen derecho a permanecer en
ellas durante la intervención de las mismas o durante el procedimiento de expropiación hasta que el
Instituto Nacional de Tierras decida acerca de la adjudicación de las tierras que ocupan o su
reubicación en otras de iguales o mejores condiciones.

PISATARIOS: Es el campesino que cultiva tierra ajena mediante el pago de un canon llamado piso.

MEDIANEROS: Es el campesino que trabaja tierra ajena pagando la mitad de los frutos (van a medias
en los frutos.
APARCEROS: Es el campesino que trabaja tierra ajena a titulo asociativo pagando una parte de la
producción obtenida, el propietario pone tierra y aparcero gastos de cultivo.

OCUPANTES: Es el campesino que trabaja tierra ajena sin contraprestación dineraria, generalmente
por acto unilateral.

Artículo 20. Se garantiza la permanencia de los conuqueros en las tierras por ellos cultivadas y
tendrán derecho preferente de adjudicación en los términos del presente Decreto Ley.

h) El principio del tiempo agrario. Este principio hace referencia a la aceptación de una temporalidad diferente
a la temporalidad del derecho civil, en nuestra ciencia. Tal principio reconoce que el
sistema jurídico en su conjunto acepta la estacionalidad y periodicidad que la naturaleza
impone al ser humano en el ejercicio de la actividad agraria.

La actividad agraria, el ciclo de producción agrario no lo establece libremente el (la) agricultor (a) o el (a)
ganadero (a), sino que es impuesto –inexorablemente- por la naturaleza. En este punto es necesario tener
presente que para hablar de actividad agraria es necesaria que: a) la producción vegetal o animal en una
finca determinada; b) que se trate de organismos vivos controlados en su génesis y crecimiento por el ser
humano, y c) es necesario, para que sea actividad agraria, que la vida vegetal o animal se produzca bajo el
control humano. En todo caso, la naturaleza establecerá la estacionalidad y periodicidad a esa actividad.

La Ley de Tierras y Desarrollo Agrario acompasa ese tiempo natural al derecho y es por ello que
encontramos los artículos 109 y113 que establecen lo siguiente:

Ártículo 103. La base imponible del impuesto será la diferencia entre el rendimiento idóneo de la tierra
rural y su rendimiento real obtenido en el ejercicio fiscal correspondiente.

Artículo 107. La declaración, liquidación y pago del impuesto, se efectuará dentro del segundo
trimestre siguientes a la terminación del periodo impositivo.

En caso de cultivos cuyo ciclo normal de producción abarque más de un periodo impositivo, las
obligaciones de este artículo serán exigibles en el periodo impositivo donde se obtenga la primera
cosecha comercial o antes de ésta por terminación anormal del ciclo de producción.

No se aplicará lo previsto en el párrafo anterior si dichos cultivos se produjeren en tierras rurales


distintas de la clase a la cual estuvieran asignados los mismos, salvo que se tratare de tierras de
inferior calidad, en cuyo caso el impuesto se determinará y liquidará por el periodo correspondiente
al año civil, todos los años, hasta que se utilicen las tierras para los fines señalados por el presente
Decreto Ley.

i) El principio de indivisibilidad e inembargabilidad de la unidad de producción. Este principio, de gran interés


para el derecho agrario, está recogido en el último aparte del artículo 8 de la Ley, cuando
establece:

Artículo 8. (...) La Unidad de Producción constituida de acuerdo con los términos de este Decreto Ley
será indivisible e inembargable; podrá ser mejorada mediante la incorporación de nuevas técnicas,
condiciones de producción, transformación y mercadeo de los productos agroalimentarios.

El patrimonio de una persona se entiende más que un conjunto de cosas, el conjunto de derechos y
obligaciones que tiene como titular un sujeto, el patrimonio es uno solo, pero formado por bienes
distintos que pueden enajenarse separadamente, pero el patrimonio es único por eso las personas
no pueden tener varios patrimonios, pero en virtud de este principio es posible establecer una especie
de patrimonio separado, lo cual constituye una ventaja para sus titulares porque desde el punto de
vista legal las personas responden a sus acreedores por sus obligaciones con todos sus bienes (art
1.863 y 1.864 CCI), es decir con el patrimonio general; en cambio al establecerse esa especie de
patrimonio separado, ya una parte de esos bienes que integran el patrimonio no tendrán que
responder frente a los acreedores. Es por eso que con ese principio lo que se pretende es darle
estabilidad y seguridad a la unidad de producción, con el objeto de que no sufra los riesgos jurídicos
a que esta sometida una persona. Es inembargable porque los acreedores no podrán embargar la
unidad de producción. Es indivisible, para evitar que la unidad de producción se vea diluida como
consecuencia del fraccionamiento; lo que significa que si el propietario muere los herederos tienen
que mantener la unidad de producción, trabajándola conjuntamente por cuanto la misma no admite
divisiones.

2.2. Los principios adjetivos del Derecho Agrario.

Con respecto a los principios adjetivos del Derecho Agrario, entendido que el procedimiento agrario constituye un
instrumento fundamental para la realización de la justicia, según los términos del artículo 169 de la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, están contemplados en el artículo 170 de la misma Ley, que dice:

Artículo 155. Los procedimientos previstos en el presente Título se regirán por los principios de
inmediación, concentración, brevedad, oralidad, publicidad y carácter social del proceso agrario.

Me detengo en el carácter social del proceso agrario, al ser los otros principios de amplio dominio por parte de
ustedes, por ser materia obligada en derecho procesal general, pues el proceso agrario busca la protección de la parte
más débil en las relaciones de tenencia de la tierra y de producción agraria.

A esos principios tenemos que agregar el principio de gratuidad del proceso, previsto en la Constitución Bolivariana
de Venezuela, el principio de impulsión procesal y el principio de asistencia técnica gratuita, ya que el (la) juez (a) puede
impulsar el proceso de oficio, el principio inquisitivo ya que se le entregan al (la) juez (a) facultades oficiosas en diversos
aspectos, por ejemplo, en materia de pruebas, pudiendo investigar oficiosamente los hechos. Ese principio está contenido
en los artículos 243 y 244 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario cuando establece:

Artículo 243. Los jueces podrán decretar providencias y autos tendientes a esclarecer y aligerar de oficio los trámites de
actuaciones y pruebas. Igualmente, podrán dar por terminados los actos de examen de testigos y de posiciones juradas
cuando lo consideren pertinente. Podrán igualmente solicitar asesoramiento técnico con el objeto de requerir dictámenes
a funcionarios expertos, sin carácter vinculante para el juez.

Artículo 206. Los jueces agrarios podrán ordenar la práctica de cualquier medio probatorio que consideren necesario para
el mejor esclarecimiento de la verdad.

Otro principio del proceso agrario es el de contradicción, ya que ambas partes deben ser oídas. En otras palabras,
estamos hablando del derecho a la defensa, íntimamente vinculado al principio de igualdad procesal.

Agrego además el principio de la agrariedad, basado en la teoría elaborada por el italiano Antonio Carroza.
El principio de la agrariedad consiste en revisar, en cada caso concreto, la destinación del bien inmueble o fundo,
materia del conflicto que originó la controversia judicial. Este principio nos permite determinar que existen procesos agrarios
que versan sobre predios urbanos y conflictos en predios rurales que no corresponden a la jurisdicción agraria.

Me permito r ecordar, para terminar, que el (la) juez (a) agrario (a) debe desechar actuaciones y diligencias inútiles
y rechazar solicitudes, incidentes y pruebas improcedentes e inconducentes y recursos que no estén legalmente
autorizados. En general, el (la) juez (a) agrario (a) debe evitar toda dilación del proceso.

Por otra parte, y esto es de suma importancia en el proceso agrario, el (la) juez (a) agrario (a) debe precaver, cuando
tome medidas en relación a un predio, los riesgos atinentes a la paralización de la explotación del mismo y los daños y
pérdidas de las cosechas y de otros bienes agrarios.

DERECHO DE PERMANENCIA AGRAIA:

La garantía de permanencia agraria es una institución jurídica del derecho agrario venezolano,
concebida en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario como una protección a la tenencia de la tierra, cuyo fin
primordial es garantizarle a los productores agrarios la continuidad en la posesión de la tierra que ocupan con
fines productivos, constituyéndose en una garantía especial que impide ser perturbados o desalojados,
evitando así la interrupción su actividad productiva lo cual favorece a la producción agroalimentaria de la
Nación.

Dicha garantía la encontramos consagrada en el artículo 17 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario,


que establece en su parágrafo tercero lo siguiente:

“Artículo 17.- Dentro del régimen del uso de tierras con vocación para la producción agrícola que permita alcanzar la
soberanía alimentaria, se garantiza: (…) Parágrafo Tercero: En cualquier estado y grado del proceso judicial de que se
trate, puede consignarse el acto dictado por el Instituto Nacional de Tierras (INTI), que dé inicio al procedimiento para
la declaratoria de la garantía de permanencia, o el acto definitivo que la declara, debiendo el juez o jueza de la causa
abstenerse de practicar cualquier medida de desalojo en contra de los sujetos beneficiarios de dicha garantía”. (…)

“Artículo 17. Dentro del régimen del uso de tierras con vocación para la producción agroalimentaria, se
garantiza: 1. La permanencia de los grupos de población asentados en las tierras que han venido
ocupando., 2. La permanencia de los pequeños y medianos productores agrarios en las tierras que han
venido ocupando pacíficamente para el momento de la promulgación del presente Decreto Ley., 3. La
permanencia de los grupos organizados para el uso colectivo de la tierra, así como el de las cooperativas
agrarias y otras organizaciones económicas campesinas en las tierras ocupadas con fines de uso agrario.,
4. A todos los campesinos y campesinas, el derecho fundamental a perseguir su progreso material y
desarrollo humano en libertad, con dignidad e igualdad de oportunidades. En tal sentido, no podrán ser
desalojados de ninguna tierra ociosa o inculta que ocupen con fines de obtener una adjudicación de
tierras, sin que se cumpla previamente con el debido proceso administrativo por ante el Instituto Nacional
de Tierras…”
“Artículo 18. Los arrendatarios, medianeros y pisatarios, que cultiven pequeños lotes en tierras privadas
denunciadas o señaladas como ociosas o incultas, tienen derecho a permanecer en ellas durante la
intervención de las mismas o durante el procedimiento de expropiación hasta que el Instituto Nacional
de Tierras decida acerca de la adjudicación de las tierras que ocupan o su reubicación en otras de iguales
o mejores condiciones”

“Artículo 19. Se reconoce el conuco como fuente histórica de la biodiversidad agraria. El Ejecutivo
Nacional promoverá, en aquellas áreas desarrolladas por conuqueros, la investigación y la difusión de las
técnicas ancestrales de cultivo, el control ecológico de plagas, las técnicas de preservación de suelos y la
conservación de los termoplasmas en general”

“Artículo 20. Se garantiza la permanencia de los conuqueros en las tierras por ellos cultivadas y tendrán
derecho preferente de adjudicación en los términos del presente Decreto Ley”

La garantía de permanencia encuentra su fundamento en el artículo 17 de la Ley de Tierras y Desarrollo


Agrario ordinales 1,2, 3,4. A tal efecto, la declaratoria de permanencia sólo reconoce la permanencia y no
constituye derechos sobre el lote de terreno de los ocupantes que lo solicitan, tal como lo establece la
propia ley.
SUJETOS PREFERENTES
Están establecidos en los artículos13, 14, 17 Ordinal 8vo y 20 (ONUQUEROS) de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.

LA PROPIEDAD. FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD. LA PROPIEDAD AGRARIA. LA POSESIÓN AGRARIA. DERECHOS DE


PROPIEDAD Y DESARROLLO AGRÍCOLA

LA PROPIEDAD: BREVE NOCIÓN. FUNCIÓN SOCIAL FUNDAMENTO LEGAL EN VENEZUELA

El hombre se relaciona entre sí y con las cosas que le rodean. El ser humano gusta sentir que tiene dominio
sobre las cosas que necesita y que utiliza, y la propiedad es una expresión del dominio de los sujetos sobre las
cosas. La importancia del concepto de propiedad es de tal magnitud que alcanza la categoría de derecho
fundamental en la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la cual establece en su
artículo 17 ordinal 1 que “Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente” y en el
ordinal 2 del mismo artículo se complementa asentando que “Nadie será privado arbitrariamente de su
propiedad”.
La Asamblea General de Naciones Unidas proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos el 10 de Diciembre de 1948. Pueden leerse los
30 artículos de esta proclama en: http://www.un.org/es/documents/udhr/

Aunque la propiedad evoca la idea de objetos físicos (una finca, un tractor, etc.), también se aplica a bienes
intangibles (las invenciones, las creaciones artísticas, etc.). De allí que podemos hablar, entonces, de la
propiedad sobre los bienes muebles o inmuebles (objetos físicos movibles o no movibles, respectivamente), o
de propiedad intelectual para referirnos a los activos intangibles susceptibles de apropiación (propiedad
intelectual, sobre los inventos, por ejemplo). Igualmente, la propiedad puede ser individual (la de un solo sujeto),
comunitaria o colectiva (la de muchos sujetos sobre el mismo bien), o estatal (la del Estado como ente político
sobre los bienes de cualquier naturaleza según el caso, lo que en algunos países se llama propiedad pública).

Hay defensores y detractores de la propiedad y por tanto, se esgrimen argumentos a favor y en contra de este
concepto, hoy en día judicializado en nuestro orden jurídico. El asunto es tan controvertido que desde todos los
ángulos y disciplinas del saber, se revierten opiniones que justifican a la propiedad, tanto como que la contrarían,
construyéndose toda una doctrina que se conoce como dialéctica de la propiedad:

En todas las sociedades, desde las más primitivas hasta las muy avanzadas, se reconoce la universalidad del
concepto, así como la noción de la propiedad como derecho. Se puede concluir, a la luz de la evidencia histórica
y empírica, que la propiedad nunca ha sido abolida (y posiblemente nunca lo será). Pipes (2002) llega aún más
lejos cuando afirma que se reconoce… “el fracaso de todos los intentos de establecer una comunidad sin
propiedad, ya sea voluntaria o por la fuerza”. Y en una cita de A. N. Wilson, referido por el mencionado Pipes,
se lee “el asunto (el de la propiedad) se reduce simplemente a quién la posee…”.
Ahora bien, desde el punto de vista jurídico, la propiedad se considera un derecho patrimonial necesario e
inviolable para el ser humano. Para los romanos, de los cuales heredamos lo esencial de nuestro derecho, la
propiedad era concebida como el “dominio exclusivo, ilimitado y perpetuo sobre las cosas”. La propiedad
en sentido romano era un derecho exclusivo, es decir, excluyente de otros y único; ilimitado, vale decir, sin
barreras para hacer uso de él; y perpetuo, esto es, para siempre (o hasta que el dueño quisiera). Los romanos
la denominaban dominium.

Esta idea romana de la propiedad fue adoptada y modificada por los revolucionarios franceses, quienes lo
concebían como un derecho natural del ser humano, y tal concepción fue recogida en el famoso Código Napoleón
en 1804 como “el derecho de usar, gozar y disponer de la cosa de la manera más absoluta, siempre que
no se haga de ella un uso prohibido por las leyes o los reglamentos”. Tres atributos distinguían, y siguen
distinguiendo tal derecho: i) el uso, ii) el goce, y iii) la disposición. De esta manera quedaba consagrado en el
código civil galo el dominio sobre los bienes apropiados legalmente, pero tal dominio se establecía de forma
limitada por lo que las propias leyes establecieran.

Hoy en día, se mantiene lo esencial del concepto civilista francés sobre la propiedad (facultad de usar, gozar y
disponer), pero se define la propiedad con ciertas limitaciones u obligaciones para el propietario, y ya no es
considerado un derecho ilimitado o absoluto, como lo concebían los romanos, sino que está condicionado al
cumplimiento de lo que se ha dado en llamar una función social. La función social es una noción de cardinal
importancia para el derecho agrario y en particular, para la propiedad agraria, concebida en el marco de este tipo
de derecho, como se verá más adelante. En cumplimiento de la función social, el propietario puede usar, gozar
y disponer de la cosa de manera exclusiva, “pero en el ejercicio de estas facultades debe actuar de modo
que no impida el desarrollo de la colectividad” (Casanova, 2000. p.40). El citado autor nos recuerda que la
primera vez que se consagra la función social de la propiedad en una constitución, fue en 1919, en la reputada
Constitución alemana de Weimar. Allí quedó establecido que la propiedad obliga y su uso debe ser al mismo
tiempo un servicio prestado al interés general. Desde entonces, tal concepción ha sido adoptada por la mayor
parte de los textos legales en los distintos ordenamientos jurídicos de los países democráticos, y resulta ocioso
embarcarse en una discusión sobre el carácter absoluto y sacrosanto de la propiedad, porque tal consideración
resulta una tema superado.
Argüello (2009, p.9) nos refuerza esta idea cuando señala que “la propiedad es un derecho subjetivo de
índole patrimonial que sirve a los intereses personales y patrimoniales del individuo…”. Pero destaca
también el autor que “La función social supone la actuación de un interés ajeno, aunque configure un
límite al reconocimiento del derecho, lo cual armoniza un derecho subjetivo, individual, con el interés
social”. La función social reviste fundamental importancia porque es el elemento que permite conciliar el interés
particular de los individuos con el interés social o el interés general de la sociedad. En otro orden de ideas
conviene señalar, según las palabras del citado Argüello (2009, p.9), que “la función social de la propiedad
no solo determina limitaciones, sino que transforma la propiedad en propiedades”. En consonancia con lo
anteriormente afirmado, hoy día se habla de propiedades mobiliarias, inmobiliarias, agraria, del agua, de los
bosques, etc., según se defina en cada caso la función social que debe cumplir aquella. Más adelante se
ampliarán más estas ideas. En nuestro país, todas las constituciones republicanas, desde la primera en 1811
hasta la vigente, promulgada en 1999, han garantizado el derecho de propiedad.

En el nivel legal del ordenamiento jurídico nacional, el Código Civil establece en su artículo 545 que
la “propiedad es el derecho de usar, gozar y disponer de una cosa de manera exclusiva, con las
restricciones y obligaciones establecidas por la ley”. De la misma manera, la Constitución venezolana
vigente, promulgada en 1999, a la par que garantiza el derecho de propiedad establece una disposición
semejante a la del Código Civil, solo que agrega que las restricciones legales al derecho de propiedad serán con
fines de utilidad pública o interés general; es decir, el ejercicio del derecho de propiedad está supeditado al
interés preeminente de la sociedad y aunque no lo diga expresamente, al cumplimiento de una función social
que solo se podrá establecer mediante la promulgación de una ley y que de promulgarse, esta no podrá contrariar
la esencia de la norma constitucional. Cualquier restricción al derecho de propiedad debe estar indicada de forma
expresa en una ley y justificada por el interés general y solo por esta circunstancia.

Reza el artículo 115 constitucional “Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho
al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones,
restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general…”.
No queda duda que el ejercicio de los tres atributos del derecho de propiedad está sometido al interés general,
aunque la regla es la garantía de tal derecho individualmente considerado.
Significado de los atributos de uso, goce y disposición.

Aguilar (1996) señala que aunque el límite resulta difuso en la práctica, “el derecho de uso consiste en la facultad
de aplicar la cosa a todos los servicios que puede prestar sin destruirla ni consumirla”. Así entonces, la propiedad
de un bien faculta al propietario para utilizarlo según su mejor conveniencia (ejemplo uso agrícola, uso urbano,
uso industrial, para vivienda, para comercio, etc.). Por otra parte el mismo autor se refiere al derecho
de goce como el atributo que permite al propietario hacer suyos los productos y frutos que provienen de la cosa
propia. Por ejemplo, el propietario que arrienda un bien, percibe para sí los frutos de ese arrendamiento, es decir,
el canon que paga el inquilino. Lo mismo se aplica para los frutos de la tierra. Finalmente, la disposición permite
al propietario de un bien abandonarlo, regalarlo, donarlo, transferirlo a otra persona mediante una venta, o
constituir derechos a favor de terceros, como es el caso de la hipoteca o de la constitución de servidumbres.

No podemos olvidar que en el desempeño de tales atributos el propietario debe observar lo que las normas dicten
al respecto, ya que como vimos anteriormente, el ejercicio del derecho de propiedad y particularmente el de
propiedad agraria como veremos adelante, implica ciertas restricciones, que no son arbitrarias, sino que están
formalmente establecidas en las leyes en aras del bien común.

LA PROPIEDAD AGRARIA. NOCIÓN. FUNDAMENTO LEGAL EN VENEZUELA

La propiedad agraria es un subtipo o subespecie de la propiedad general, y se refiere específicamente a la


propiedad de la tierra, a la propiedad territorial o a la propiedad rural, es decir, al derecho de propiedad sobre el
suelo que se cultiva o se destina a la producción agroalimentaria. Para Duque Corredor (2001) los criterios
concurrentes para calificar un terreno como rural o urbano son: i) la ubicación del mismo en una zona determinada
por la autoridad competente como rural; ii) su utilización en actividades agrarias.

La tierra, factor fundamental para la producción agrícola, es un bien de capital de uso durable, no producible ni
reproducible, cuya utilización y uso, aunque su dominio sea particular, se considera que debe ser regulado en
beneficio del interés general. Es por ello que la propiedad territorial, más que ningún otro tipo de propiedad, está
condicionada al cumplimiento de una función social. Así, Hernández (2000; p.150) apunta que “la idea de la
“propiedad agraria” surge como consecuencia de la aplicación de la concepción de la función social de la
propiedad”.

Hernández (2000) también señala que la noción de propiedad dentro del Derecho Agrario como ciencia social,
se ubica, más bien, en el ámbito de los deberes, que en el de los derechos, y está sometida esta propiedad
agraria, no solo a limitaciones determinadas sino a funciones específicas en aras del beneficio colectivo.

Mucho ha hecho el agrarismo contemporáneo desarrollando doctrinas en relación a la definición, alcance y


naturaleza del derecho de propiedad agraria, y las normas agrarias se dictan tomando en cuenta mucho de este
fundamento doctrinario como solución o respuesta a la denominada cuestión agraria.
De la historia se heredan tradiciones y costumbres, pero también las instituciones formales que moldean a las
relaciones sociales y económicas en un tiempo determinado. En este sentido, el sistema de propiedad y tenencia
que hoy tenemos, es un reflejo de las condiciones históricas, políticas y económicas heredadas de los tiempos
pretéritos. No siempre los sistemas y costumbres heredados coinciden con el bien común y deben cambiarse
precisamente para alcanzar la justicia en la sociedad.

Ahora bien, en el tema que nos ocupa, cuando la propiedad sobre las tierras de cultivo se encuentra concentrada
en pocas manos, como ocurre con algunos tipos de latifundio, o cuando, una gran parte de los productores del
campo, sean campesinos, aparceros, pisatarios o minifundistas producen sobre tierras ajenas, sin titularidad
alguna sobre sus parcelas, se produce un problema de tenencia y de distribución de la propiedad del recurso
tierra, que puede ser corregido mediante cambios en la estructura de la propiedad rural. Estos cambios se
conocen como reformas agrarias. Algunas cifras de las pocas a disposición sobre este complejo tema de la
cuestión agraria, se indican en la figura a continuación:

De la figura anterior destacan algunos elementos:

1) Son muy pocas las unidades productivas (UP) cuya extensión supera las 5.000 ha. Apenas llegan al 0,1 5 del
total de UP. Del total de UP (500.979) en el país, la gran mayoría (99,99%) tienen una extensión menor a 5.000
ha.

2) La ocupación del territorio agrícola está altamente concentrada, ya que el 9% de los productores ocupa el 83
% del territorio rural y el 91 % de los productores con UP menores a 100 ha, apenas ocupan el 16, 74 % de la
tierra.

3) La mayor parte de las tierras tienen problemas de tenencia precaria, es decir, de falta de titularidad.

La concentración de las tierras y la tenencia precaria de las mismas como problema de análisis, es lo que se ha
dado en llamar la cuestión agraria, uno de cuyos efectos adversos, entre otros, es el régimen latifundista. Los
problemas asociados con la tenencia de la tierra, a quién pertenece su propiedad y cómo se distribuyen sus
rentas y sus beneficios, son objeto de estudio del Derecho Agrario tal como hemos señalado en otras
oportunidades.

Casanova (2000), citando a García (1973), reconoce tres tipos de reformas agrarias propias del agrarismo
latinoamericano, las estructurales, las convencionales y las marginales. El mismo autor señala que las reformas
estructurales implican un cambio no solo en las estructuras agrarias, sino en las sociales (para romper la
estructura clasista en el medio rural), económicas (para redistribuir el ingreso) y políticas (permiten la
incorporación del campesino en la toma de decisiones). Las reformas convencionales solo se limitan a cambios
en estructuras agrarias. Por último, las reformas marginales, no transforman ninguna estructura o institución
agraria preestablecida, sino se orientan más bien en mejoras de tipo tecnológico en los sistemas productivos.

Las reformas a la estructura de tenencia son parte del objeto de estudio del Derecho Agrario, y con toda seguridad
establecen normativas legales especiales para regular la propiedad, la tenencia y la posesión de las tierras de
cultivo. Estas normas son comúnmente llamadas leyes agrarias, de tierras o de reforma agraria. Al respecto, la
norma agraria vigente es la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario o LDTDA, promulgada originalmente por el
Ejecutivo Nacional como un Decreto con Rango y Fuerza de Ley (DLDTDA). Este decreto-ley derogó la que hasta
ese momento era la Ley de Reforma Agraria, que había sido promulgada 40 años antes, en 1960. El referido
decreto-ley fue reformado parcialmente por la Asamblea Nacional en el año 2005; en esta reforma se le da su
actual denominación (LDTDA). La LDTDA vuelve a ser reformada parcialmente en julio de 2010 y este es el
instrumento normativo agrario actualmente vigente.

Pregunta: ¿conoce usted la diferencia entre una ley y un decreto con rango valor y fuerza de ley? Investigue al
respecto.

La LDTDA desarrolla un precepto constitucional que garantiza la propiedad de la tierra. En efecto, el artículo 307
de la Constitución vigente en nuestro país establece que los productores agropecuarios tienen derecho a la
propiedad de las tierras que cultivan, en los casos y formas especificados en la ley respectiva.

La propiedad agraria adquiere diversas modalidades según las distintas legislaciones de los países. Estas
modalidades varían según el alcance de los atributos del derecho de propiedad general, y sobre quien recae el
ejercicio de dichos atributos. Se considera, pues, a la propiedad agraria, una propiedad especial, con un uso o
destino exclusivo, y con una función social distinta al resto de las propiedades. Es una propiedad particular y tal
particularidad implica que “La propiedad agraria está sujeta a un régimen jurídico especial desde el punto
de vista de su función, la tierra es desde luego el bien fundamental con relación a lo cual puede hablarse
de propiedad agraria. Así se debe hablar de una propiedad especial con un destino específico, una
función social determinada y una estructura dogmática distinta” (Argüello, 2009, p.27).

Ahora bien, ¿Cuál es ese destino específico, esa función social determinada y esa estructura distinta de la
propiedad especial agraria a la que alude el autor precitado? El destino legal y doctrinariamente definido no es
otro que la producción agroalimentaria, vale decir, la producción de rubros agrícolas para la alimentación. Por
otra parte, la función social de la propiedad agraria en la normativa vigente en el país, se refiere al efectivo
cumplimiento de la productividad agraria de las tierras de cultivo y cría, que según ha quedado establecido en la
exposición de motivos que se puede leer en el originario y hoy reformado parcialmente DLDTDA, es un “patrón
de medición de la adecuación que exista entre la tierra objeto de propiedad y su función social”.
Finalmente, la estructura especial de la propiedad agraria en la ley de tierras no es la tradicional estructura de la
propiedad del Código Civil. Es una estructura que solo contempla los atributos de uso y disfrute de la propiedad
pero con fines agroalimentarios. El atributo de disposición está expresamente proscrito en este tipo especial de
propiedad.
A manera de comparación, para la derogada Ley de Reforma agraria de 1960 (artículo 19) la función social de
las tierras se cumplía cuando éstas se ajustaban a: a) la explotación eficiente de la tierra; b) el trabajo y dirección
personal; c) la conservación de los recursos naturales renovables; d) el cumplimiento de las leyes laborales sobre
trabajo asalariado, y e) la inscripción del predio en la Oficina de Catastro de Tierras y Aguas.

Como veremos en el tema correspondiente, la LDTDA establece tres niveles de productividad: i) el de finca
ociosa o inculta, ii) el de finca mejorable y iii) el de finca productiva.

Leemos en el artículo 12 de la LDTDA lo siguiente: “Se reconoce el derecho a la adjudicación de tierras a


toda persona apta para el trabajo agrícola, en los casos y formas establecidos en esta ley. Las tierras
propiedad del Instituto Nacional de Tierras, con vocación agraria, pueden ser objeto de adjudicación, a
través de la cual se otorga al campesino o campesina el derecho de propiedad agraria. En ejercicio de
ese derecho, el campesino o campesina podrá usar, gozar y percibir los frutos de la tierra. El derecho de
propiedad agraria se transfiere por herencia a los sucesores legales, pero no puede ser objeto de
enajenación alguna”. Y expresamente en la parte final del artículo 11 de la misma ley se señala que… “Sobre
las mismas (parcelas adjudicadas) no podrán constituirse hipotecas o gravámenes de cualquier
naturaleza”. La única garantía permitida por la propia ley es la de prenda sobre la cosecha, que no es en sí, un
gravamen sobre la tierra adjudicada (ver art. 11 LDTDA al inicio).

Algunos especialistas consideran que la propiedad agraria así concebida no es tal propiedad, sino más bien un
derecho de usufructo sobre tierras cuyo propietario es el Estado y no los productores. Y en efecto, así es. Vale
decir, entonces, que el derecho de propiedad agraria establecido en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario está
limitado a los atributos de uso y goce, pero los productores agropecuarios beneficiados con tal derecho no tienen
la facultad de libre disposición sobre la tierra adjudicada, quedando este atributo, se infiere de la norma, en
manos del Estado o del órgano que en este caso ejerza su representación, es decir, el Instituto Nacional de
Tierras (INTI), quien es realmente el propietario de las tierras, como ente del Estado; sin embrago, la ley deja
abierta la posibilidad al beneficiario de llevar a cabo negociaciones de su derecho con terceros, con una
autorización del INTI, tal como se desprende del artículo 65 de la LDTDA. Entendemos que tal negociación se
debe hacer en los mismos términos de la adjudicación original.
El derecho de propiedad agraria se otorga por vía administrativa o se hereda, según lo que establece la LDTDA
y es una consecuencia legal de la aplicación de esta ley.

Se entiende, además, que el atributo de uso no es libre, sino sujeto al cumplimiento de la función social, que para
la LDTDA, como ya hemos indicado, viene a ser la productividad agraria. La productividad agraria se refiere a la
destinación de la tierra a la actividad productiva agrícola, según los parámetros de rendimiento que la propia
norma establece, llamado rendimiento idóneo según la propia ley de tierras, tema sobre el cual se hablará en
próximos apuntes.
Orígenes de la propiedad en el país y la cuestión agraria en Venezuela

En la asignatura suscribimos la tesis que señala que las bulas alejandrinas dictadas por el papa Alejandro VI en
1493, mediante las cuales se dispuso el origen estatal (para algunos el término correcto es público) de las tierras
“descubiertas o por descubrir” en manos de las coronas de España y Portugal, está en el origen de la cuestión
agraria en Latinoamérica y en nuestro país.

El mencionado decreto papal es el punto de partida del proceso privatizador de las tierras en las llamadas Indias
Occidentales conquistadas por los españoles, a partir de la propiedad que el Estado monárquico transmitió y
distribuyó según distintas modalidades o categorías jurídicas (Delahaye, 2003). Desde la Conquista y posterior
colonización, la propiedad sobre la tierra se conformó mediante dos mecanismos: a) las adjudicaciones directas
por parte del Estado, y b) la ocupación o invasión de tierras por personas o grupos de personas que luego se
regularizaba mediante algún acto administrativo, también desde el Estado (Rodríguez Rojas, 2009).

Alguno autores señalan que la propiedad prehispánica era de carácter comunal y que a partir de la llegada de
Colón y la consecuente conquista se formaron un conjunto de modalidades de la propiedad. Casanova (2000)
señala como por ejemplo de estas modalidades: a) las mercedes reales (éstos eran derechos de ocupación y
apropiación; aportaron las bases jurídicas de la propiedad territorial de las colonias hispanoamericanas durante
el violento proceso de conquista. Las mercedes reales debían solicitarse a los virreyes o a los presidentes de los
cabildos o audiencias con la confirmación del Rey); b) las capitulaciones (a partir de 27 de marzo de 1528 el
emperador Carlos V dio licencia para poblar y conquistar tierras bajo esta modalidad, mediante la cual se
constituía un contrato entre el particular y el Rey para descubrir o poblar un territorio
determinado; c) los repartimientos (eran autorizaciones por medio de las cuales el Rey cedía tierras para
labranza a capitanes expedicionarios); d) las encomiendas (categoría resaltante porque endosaban los
indígenas con la tierra repartida; e) las composiciones: (caracterizada por redimir las faltas incurridas por los
ocupantes fraudulentos de la tierra de provincias venezolanas al legalizarlos).

Luego de la independencia de Venezuela en 1811, Delahaye (2003), destaca que los dos principales programas
de titulación implementados a lo largo del siglo XIX fueron: Los haberes militares y las enajenaciones de
baldíos. Mediante los haberes militares se transferían derechos de propiedad de tierras públicas a manos
privadas, muchas veces como premio o reconocimiento a los oficiales y soldados del ejército patriota por su
participación en la guerra independentista. Por su parte, la enajenación de baldíos permitía al Estado la
regularización de la propiedad territorial de los ocupantes de tierras públicas. Para ello se dictó la Ley sobre
Enajenación de Tierras Baldías y Creación de Oficina de Agrimensuras en Octubre de 1821.
Diversos autores coinciden en señalar que el siglo XX hereda los efectos adversos del patrón de titulación colonial
que los gobiernos republicanos surgidos a partir de la independencia, no pudieron o no quisieron prevenir.
Particularmente, las consecuencias fueron notorias sobre el patrón de propiedad en el medio rural, traduciéndose
en una alta concentración de la propiedad por una parte, y por la otra, una extendida precariedad de la tenencia.
Todas estas formas de adjudicación o distribución de tierras por parte del Estado, descritas en las líneas
anteriores, están en el origen del latifundio en nuestro país así como de la titularidad precaria de una parte
importante de las tierras rurales. Una clasificación del latifundio se presenta a continuación:

La falta de Registros de la Propiedad organizados y sistematizados y la carencia de un catastro rural, también


forma parte del problema de la cuestión agraria en el país. Estos registros son importantes para formalizar el
reconocimiento de los derechos de propiedad de la tierra así como para el eventual cobro del impuesto predial.
Los registros también juegan un papel fundamental en las operaciones mercantiles sobre las tierras, como la
compra-venta, hipotecas, etc. Además, son un importante apoyo a la investigación sobre la propiedad territorial.

Ya entrado el siglo XX las principales formas de titulación en el país fueron, en la práctica, las ventas de baldíos u
otros terrenos de la Nación, las asignaciones gratuitas de baldíos, la dotación (regularización) de tierras
afectadas a la reforma agraria, y el otorgamiento de títulos supletorios sobre bienhechurías fomentadas en
baldíos. Las dos primeras modalidades (la venta o asignación de baldíos) transfieren la propiedad, las restantes
otorgan un derecho de tenencia más o menos amplio pero que no conllevan un derecho de propiedad plena
(Delahaye, 2001).

Es solo a mediados del siglo pasado cuando surgen los primeros intentos normativos especiales como respuesta
a la cuestión agraria. Se promulgaron leyes agrarias en 1945 y 1948, durante gobiernos que fueron derrocados
por golpes de estado, por lo cual ninguna de esas normas llegó a tener efectiva vigencia. En los años sesenta el
desarrollo rural estuvo marcado por los procesos de reforma agraria, con énfasis en la distribución de la tierra a
los campesinos por la vía de la entrega (dotación) de tierras propiedad del Estado y una pretendida incorporación
de los pobladores del campo a la producción agrícola y/o pecuaria. Se promulga la Ley de Reforma Agraria en
1960 al calor de la reciente democracia que se inicia con la deposición de la última dictadura militar, el 23 de
enero de 1958, con el objeto de transformar la estructura agraria del país y eliminar el latifundio.

Como se ve, el Estado ha jugado un rol fundamental sobre el patrón de ocupación del territorio nacional y sobre
la transferencia y titulación de los derechos de propiedad sobre las tierras. Se puede afirmar que en el Estado,
desde la conquista y a todo lo largo del período republicano hasta nuestros días, está el origen de la cuestión
agraria en el país. Hay que decir como corolario que el Estado republicano y democrático está aun en deuda en
relación con el problema de la cuestión agraria a pesar de los intentos normativos al respecto. Vale la pena llevar
adelante una profunda reflexión y debate sobre los resultados de las reformas agrarias llevadas adelante en el
siglo XX y lo que va del XXI.

LA POSESIÓN AGRARIA

La posesión es una relación fáctica entre una persona y la cosa que detenta con ánimo de dueño, aunque no
sea propietaria. Cuando la cosa involucrada es la tierra, la posesión es una forma de tenencia, eso sí de tenencia
precaria, puesto que la relación jurídica más amplia, completa y perfecta sería la propiedad, o más correctamente,
el derecho de propiedad, este último amparado y tutelado por la constitución y las leyes.
POSESION AGRRAIA

En el caso de la legislación venezolana destaca el hecho de que es requisito sine qua non, para que se constituya la posesión agraria,
que esta sea lleve a cabo con fines productivos, requisito que no es obligatorio en otros países.

La posesión no se considera un derecho, aunque de esta figura pueden derivarse consecuencias jurídicas
fundamentales, como por ejemplo, la adquisición de la propiedad mediante la figura de usucapión o prescripción
adquisitiva de la propiedad por transcurso del tiempo. En materia agraria la posesión de la tierra se considera
preeminente a la propiedad, es decir, la posesión es un elemento necesario para la existencia de la propiedad
agraria tal como señala Núñez (2005), o en otras palabras, en estricta doctrina agraria, el propietario de la tierra
debe ser a la vez poseedor de la misma y, por su naturaleza (la de este tipo de posesión) debe llevar a cabo
actividades productivas de tipo agrario, para que su propiedad se justifique.

En este sentido, el ya tantas veces citado Argüello (2004; p.108) señala que “en la posesión agraria hay que
tener presente que la relación fáctica entre el poseedor y la cosa debe exteriorizarse mediante actos que permitan
calificar la relación de hecho como eficiente y la finca debe estar económicamente explotada porque existan
pastos cultivados, establos abrevaderos y la realización de mejoras, tales como cercas, plantaciones, crianza de
ganado de acuerdo a la capacidad de los pastos, con lo cual se está en presencia de bases y fundamentos
distintos a los que caracterizan la posesión civil”.

En materia civil la posesión es legítima cuando es continua, no interrumpida, pacífica, pública, no equívoca y el
poseedor debe tener el ánimo de dueño, vale decir la intención de tener la cosa como suya propia, aunque no sea el
propietario (ver artículo 771 C.C). La posesión agraria, en cambio, como institución del derecho agrario, es más
amplia y específica, y debe comprenderse en sus particularidades propias y de forma distinta a la posesión en
materia civil. Así, conviene señalar que las particularidades de la posesión agraria son, a juicio de Duque Corredor
(2001) las siguientes: 1) La posesión debe traducirse en hechos de trascendencia económica. No puede haber
sobre la tierra una posesión improductiva, y lo que mejor traduce tal trascendencia, es la actividad agraria. Los
actos posesorios agrarios, en consecuencia, son siempre económicos. 2) La posesión agraria está caracterizada
por elementos objetivos y no subjetivos, porque lo determinante para que exista es la actividad, no la intención,
sino la tenencia productiva de un predio prolongado en el tiempo de explotación. 3) La posesión agraria sólo
puede haberla sobre cosas o bienes no sobre derechos. Esta sólo existe cuando implica tenencia corporal de
ese derecho. No pueden poseerse derechos si no se ejercitan actos posesorios agrarios sobre el bien donde
recaen. 4) La posesión agraria por sí misma representa el derecho a permanecer en el predio explotado y a
conservar o adquirir la propiedad. No es una simple relación fáctica, sino jurídica que debe protegerse. 5) La
posesión agraria es inseparable existencialmente del hecho posesorio. No puede haber propiedad sin posesión
agraria. 6) La posesión agraria tampoco es absoluta porque está inscrita en los fines sociales del Derecho
Agrario, que tiene como finalidad una mejor distribución de los recursos naturales renovables. 7) La posesión es
el elemento característico y obligatorio de la propiedad agraria, sin el cual no puede existir tal propiedad. Los
actos posesorios son necesarios para la vida de la propiedad. Por ello la propiedad sin posesión agraria se
pierde; y 8) La posesión agraria siempre será una relación directa, inmediata y productiva con la tierra, de
forma que tanto la posesión originaria producto de la ocupación unilateral, como la posesión derivada unilateral
(transmisión por cualquier causa), se pierde si no se continúa o mantiene aquella relación.

Vemos entonces, como la posesión agraria es ciertamente particular, e implica una relación directa entre el sujeto
productor y la tierra agrícola, con fines esencialmente agroalimentarios, económicos. Nuevamente en palabras
de Duque (2001, p.154): “La propiedad como derecho de usar, gozar y disponer libre y exclusivamente de una
cosa, aun con las limitaciones o restricciones establecidas por causa de utilidad pública, sin su efectivo ejercicio
mediante actos materiales de posesión, es insostenible para el Derecho Agrario. Por ello, la propiedad que
postula el Derecho Agrario, supone un nuevo concepto donde la posesión es un elemento integrante, el cual
además se constituye en el elemento conservador de la propiedad misma”.

La cuestión agraria en relación con la tenencia en nuestro campo, ha traído como consecuencia que una mayoría
de los productores sean poseedores antes que propietarios, y por tanto, tenedores precarios de tierras, en sentido
estrictamente jurídico. El derecho agrario tiene como norte proteger al sujeto productor y a la actividad productiva,
es por ello que recurre a distintas figuras jurídicas para proteger la permanencia de estos sujetos en sus predios,
aunque no sean propietarios, y busca hacerlos propietarios o por lo menos mejorar la situación de precariedad
en relación con su tenencia.

Figuras jurídicas como el llamado amparo agrario (de uso frecuente durante la vigencia de la hoy derogada Ley
Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios) o, en la actualidad, la certificación de permanencia a través
de figuras administrativas como las cartas agrarias, son ejemplos de cómo las leyes agrarias protegen al
ocupante de posibles perturbaciones y garantizan su permanencia. El artículo 17 de la ley de tierras y desarrollo
agrario es bien claro cuando expresa que se garantiza la permanencia de todos aquellos productores o grupos
de productores en sus predios ocupados pacíficamente, aunque no sean propietarios; implícitamente se refiere
a poseedores, y se protege esta posesión de tipo agrario.

Para la defensa de la posesión se reconocen en materia civil, los llamados interdictos posesorios, como son los interdictos de amparo y de restitución,
y las denuncias de obra nueva y daño temido, previstos en los artículos 782, 783, 785 y 786 del Código Civil vigente. Si es de su interés puede usted
investigar al respecto o preguntar al profesor en clase.

IMPORTANCIA DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD PARA LA ECONOMÍA AGRÍCOLA Y EL DESARROLLO AGRARIO.

No queremos pasar por alto un aspecto relevante para la economía agraria, y es el que tiene que ver con la
relación existente entre el desarrollo agrario y rural, y el derecho de propiedad sobre sus tierras, tanto de los
productores como de las productoras del campo.

Los profesores Cooter y Ulen en su obra Derecho y Economía (1998, p.105)) nos señalan que “desde el punto
de vista legal, la propiedad es un conjunto de derechos los cuales describen lo que los individuos pueden o no
hacer con los recursos de su propiedad: la medida en que pueden poseer, usar, transformar, transferir o excluir
a otros de su propiedad”.

La tierra es el factor físico más importante de la producción agrícola. Diversos autores consultados coinciden en
señalar que, sin derechos de acceso a la tierra claramente definidos es más difícil llevar a cabo la producción y
se debilitan los incentivos a invertir a largo plazo en la tierra con el fin de aumentar su productividad. Las distintas
formas de tenencia son también uno de los pilares organizativos de las economías y sociedades rurales, que
ayudan a definir relaciones económicas y contractuales, formas de cooperación y relaciones sociales.

Está bien reconocido en la literatura especializada sobre el tema, que los derechos de propiedad proveen un
marco legal adecuado para la asignación de los recursos y la distribución de las riquezas en una economía. No
obstante, el tema genera polémicas y sobre él se tienen visiones encontradas. Hoy existen muchos estudios e
investigaciones serias sobre el origen, fundamento y efectos o consecuencias de del derecho de propiedad que
ilustran y orientan al respecto. Uno de los aportes de la economía institucional, como veremos más adelante, ha
sido establecer que una clara definición de los derechos de propiedad, arrojan una correlación positiva con el
crecimiento económico.

Un estudio del Banco Mundial sobre Políticas de Tierras, Crecimiento y Reducción de la Pobreza, llevado a cabo
por Deininger (2003) señala que los derechos de propiedad afectan el crecimiento económico de diversas formas.
Una, por ejemplo, es que los derechos de propiedad claramente definidos incrementan la propensión de los
hogares y de los individuos a invertir, así como les proporciona un mejor acceso al crédito, lo cual a su vez les
ayuda a hacer las inversiones requeridas, y también les sirve como un sustituto del seguro en caso de
eventualidades. En muchos países del mundo en desarrollo, señala el citado estudio, la tenencia precaria de la
tierra, excluye a grandes masas de la población de beneficios económicos y no económicos.

Para una economía de mercado, los derechos de propiedad son quizás las instituciones fundamentales en lo que
respecta a la asignación y uso de los recursos disponibles. La estructura predominante de los derechos de
propiedad en una sociedad determinada afecta de manera decisiva las decisiones sobre cuánto producir, cuánto
vender, cuánto ahorrar e invertir en una economía (Ayala, 1999). De igual manera los incentivos para cuidar y
conservar son positivos cuando los derechos de propiedad están claramente definidos. Esto es particularmente
importante cuando se trata de los recursos naturales. Por ejemplo, en ausencia de derechos de propiedad
delimitados claramente, los individuos pueden usar los recursos de un modo predatorio hasta agotarlos, ya que
al no existir derechos de propiedad definidos o individualizados sobre los recursos, tampoco existen incentivos
para cuidarlos ni para conservarlos. Mientras el bien o el recurso en cuestión sea abundante, tal vez no existirá
problema alguno; así, por ejemplo, no tendría sentido definir derechos sobre el aire que respiramos (además el
aire tiene unas características especiales que no permite individualizarse, aparte de las consideraciones sociales
y éticas de establecer derechos sobre el aire para respirar). Pero imaginemos la situación en que un recurso sea
escaso, y que además, el recurso sea indispensable para la vida. En ausencia de derechos de propiedad como
criterio de asignación del recurso, cuál criterio de asignación utilizamos: ¿el de la primera ocupación, es decir,
quién llegue primero? ¿O tal vez el de la violencia, vale decir, la ley del más fuerte? ¿O dejamos que el Estado
a través de un funcionario lo haga? ¿Y si el funcionario resulta corruptible, se deja sobornar, se deja extorsionar
o simplemente no es lo suficientemente objetivo como para que su criterio de asignación sea el de su libre
discreción? Vale la pena pensar que la definición de derechos de propiedad impone cierto orden, cierta
organización, sobre lo que, en otro caso, sería un gran caos social.

Elsistema económico que rige en el país, es en principio, un sistema de mercado donde está garantizada la libre
competencia, pero el Estado es corresponsable junto a los particulares del desarrollo armónico y con justicia. Así
está establecido en el artículo 299 de la Constitución, que orienta acerca del régimen socioeconómico de la
República.

Por su parte, Pipes (1999) nos recuerda que a pesar que se puede demostrar la universalidad de las relaciones
de propiedad a lo largo de la historia en todo tipo de sociedades, esta afirmación tiene una excepción en el caso
de la tierra, para algunas sociedades no occidentales. En efecto, tal como nos lo recuerda, la tierra estaba
considerada como un recurso susceptible de explotación, pero no podía poseerse ni venderse, por lo cual no era
considerada una mercancía. La tierra se convierte en mercancía, en factor de producción, nos dice el autor, por
una razón económica. En sus propias palabras “Todo parece indicar que la transformación de la tierra en
propiedad tribal, familiar o individual ocurre, ante todo, como consecuencia del aumento de población que exige
métodos de explotación más racionales y ello se debe a que la explotación no regulada de los recursos naturales
provoca su agotamiento” (p. 125). Esto lleva a los economistas a sugerir que el acceso libre y sin las restricciones
que impone el sistema de precios a cualquier recurso de propiedad común, por ejemplo las áreas dedicadas a la
caza y pesca, desemboca en una utilización ineficiente de los recursos.

Pipes coincide con Roemer (1994) en que la falta de derechos de propiedad en los recursos naturales, “que no
pertenecen a nadie, y por tanto, pertenecen a todos”, trae como resultado la paradoja de la “tragedia de los
comunes”, vale decir, la sobreexplotación de los recursos. Roemer lo explica con un sencillo ejemplo (p.49):
“aunque escaso para la sociedad, un banco de peces es un bien libre para el pescador individual; por tanto los
costos totales de la pesca son menores para el individuo que para la sociedad y, en consecuencia, la actividad
pesquera (es decir, el nivel del esfuerzo pesquero) se realiza más allá del nivel justificado desde el punto de vista
social”. Y el autor complementa su explicación diciendo que la procura de tasas excesivas de rendimiento causa
ineficiencias cuando los derechos de propiedad sobre los recursos no son exclusivos, ya que no son asignados
a propietarios individuales o no se hacen cumplir de forma coercitiva. Roemer utiliza como ejemplo a los mares
y a los ríos. Pipes incluye el recurso tierra entre éstos.

Si una tierra se posee comunalmente, nos señala nuevamente Pipes (1999), todos tienen derecho de cazar,
cultivar o explotar la tierra. La propiedad comunal no permite que se asignen los costos por el uso de los derechos
de la propiedad común a la persona que los ejerce. Así las cosas, existe un fuerte incentivo positivo por parte de
los comuneros para que exploten al máximo su derecho de propiedad (cazar más, pescar más, pastorear más),
puesto que los costos en que se incurre para hacer esto recaen sobre los demás y no sobre quién los ocasiona.
La propiedad privada de la tierra hace recaer sobre el propietario los costos externos asociados a la propiedad
colectiva. “La concentración de beneficios y costes en manos de los propietarios genera los incentivos que
permiten utilizar con más eficacia los recursos” (p.126).

Al nivel agrícola, un estudio de FAO llevado a cabo por Molina (2000), señala que la regularización de los
derechos de propiedad es considerada fundamental para incrementar las inversiones en la agricultura, además
de equilibrar el precio de la tierra. Igualmente se argumenta a favor de los derechos de propiedad sobre la tierra,
que éstos facilitan el acceso al financiamiento rural, ya que la tierra puede ser utilizada como garantía de los
préstamos solicitados.

El estudio citado también señala que el funcionamiento efectivo de los mercados de tierra pasa por definir
claramente los derechos de propiedad, y obligar que estos sean respetados. Todo ello pasa a su vez por crear
condiciones para que los mercados de tierras, que generalmente son muy imperfectos en los países en
desarrollo, funcionen en forma transparente y efectiva. Se han propuesto y llevado a cabo algunos programas
para el logro de estos objetivos. Entre otros programas destacan aquellos destinados a facilitar el acceso a la
tierra por parte de los pequeños productores rurales, a través de la adquisición de lotes de terreno por medio de
transacciones mercantiles. Estos programas se denominan reformas agrarias asistidas por el mercado. Tienen
por objeto la distribución de las tierras agrícolas tomando en cuenta al mercado. Es importante considerar que
parte del éxito de estos programas está en que se reconozcan de manera amplia todos los atributos del derecho
de propiedad adquirido sobre la tierra (uso, goce y disposición), aunque dichos atributos estén limitados al
cumplimiento de la función social de la propiedad territorial. Otro de los programas consiste en la titulación y
registros de los derechos en los catastros que para tal efecto se crean. Esto facilita entre otras cosas, la obtención
de información sobre precios de la tierra, características, ubicación, linderos, calidades, que de otra forma se
dificulta y encarece.

Otro estudio de FAO, en este caso desarrollado por Norton (2004, p.135) señala claramente “…que el derecho
de propiedad sobre la tierra es uno de los recursos más poderosos para que las personas incrementen o
extiendan sus activos más allá de la tierra y la mano de obra, alcanzando así el conjunto necesario para una vida
sostenible…”. El estudio referido señala también, en refuerzo de los argumentos que hemos venido manejando,
que las principales ventajas de la seguridad de la tenencia que proporciona el otorgamiento de derechos de
propiedad sobre las tierras de cultivo son: garantizar al productor la continuidad de sus derechos a trabajar la
tierra, estimular la mejora y conservación de las tierras y de sus recursos naturales asociados, facilitar el acceso
al crédito para invertir en la propia tierra y en insumos productivos, y hacer más eficiente (económica) y sencilla
(rápida) las transferencias de tierras entre productores.

Finalmente, se debe advertir que la propiedad en general, y la propiedad agraria o territorial en particular, puede
asumir distintas formas y coexistir en la práctica. En efecto, la propiedad agraria en la ley de tierras venezolana,
es un ejemplo de esta afirmación. Aunque en dicho instrumento normativo se privilegian formas colectivas de
propiedad (ver arts. 4 y 5 de la LDTDA) también se toma en cuenta y se establece el respeto a la propiedad
privada o particular (ver arts. 2 ord. 5° y 22 LDTDA como ejemplo), siempre y cuando se cumpla en ambos casos
con la función social de la productividad agraria. Lo importante es reconocer que, según sea la modalidad de
propiedad seleccionada, los efectos sobre la asignación de los recursos, y sobre las inversiones, serán diferentes
según el caso. Y pareciera, a juzgar por la evidencia analizada, que la clara definición de derechos de propiedad
sobre las tierras agrícolas es una condición necesaria, para el incremento de la producción y, en consecuencia,
del desarrollo agrario.

Pensamos que el productor agropecuario merece un derecho pleno sobre sus tierras, y no un título que sustituya
a la propiedad, sin que ésta lo sea verdaderamente. El histórico lema “la tierra es para quien la trabaja” encierra
el deseo de cientos de miles de campesinos y campesinas de obtener un título de propiedad sobre sus tierra de
cultivo…pero la verdadera propiedad, y no solo un permiso de ocupación. Este punto se trata con más detalle en
la clase correspondiente.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aguilar G, José L. 1996. Cosas, Bienes y Derechos Reales. Derecho Civil II. 5ta edición. Manuales de Derecho. Universidad Católica
Andrés Bello. Caracas.

Argüello L, Israel. 2009. Ejercicio de las Pretensiones Agrarias Referidas a la Propiedad y la Posesión. Serie: Trabajos de Ascenso Nº
2. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Universidad Central de Venezuela. Caracas.

Ayala E, José. 1999. Instituciones y Economía. Una introducción al neoinstitucionalismo económico. Fondo de Cultura Económica.
México, DF.

Casanova, Ramón V. 2000. Derecho Agrario. 1ra edición. Universidad de los Andes. Consejo de Publicaciones. Mérida.

Cooter, Robert y Ulen, Thomas. 1998. Derecho y Economía. Fondo de Cultura Económica. México, DF.

Deininger, Klaus. 2003. Land Policies for Growth and Poverty Reduction. The World Bank and Oxford University Press. Washington,
DC.

Delahaye, Olivier. 2003. La Privatización de la Tierra Agrícola en Venezuela desde Cristóbal Colón: La Titulación (1492-2001). Fondo
editorial TROPYKOS, Caracas, Venezuela.

Duque Corredor, Román José. 2001. Derecho Agrario: Instituciones. Tomo I. Editorial Jurídica Alva. Caracas. 356 p.
Hernández O, Miguel A. 2000. Fundamentos jurídicos esenciales en la construcción del Derecho Agrario Venezolano. Trabajo de
Ascenso a la categoría de Profesor Titular. Facultad de Agronomía. Universidad Central de Venezuela. Maracay. 250 p.

Molina, J. 2000. Derechos de propiedad, mercados de tierra y crédito rural. Revista Reforma Agraria: colonización y cooperativas. FAO.
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Norton, Roger. 2004. Políticas de Desarrollo Agrícola. Conceptos y Principios. FAO. Roma. 591 p.

Núñez Alcántara, Edgar Darío. 2005. La posesión Agraria y su protección constitucional y procesal. [On line] http://www.acienpol.com/A-
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Pipes, Richard. 1999. Propiedad y Libertad, dos conceptos inseparables a lo largo de la historia. Trad. Josefina de Diego. Fondo de
Cultura Económica. México, DF.

Roemer, Andrés. 1994. Introducción al Análisis Económico del Derecho. Trad. José Luis Pérez Hernández. Fondo de Cultura
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Rodríguez Rojas, José E. 2009. Lecciones de Economía Agraria venezolana: factores de producción y desarrollo tecnológico de la
agricultura venezolana 1945-2000. Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico. Universidad Central de Venezuela. Caracas. Cap.
II. La tierra en la agricultura venezolana. pp. 59-78.
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POLÍTICAS DE TENENCIA DE TIERRAS EN


VENEZUELA DESDE 1999, ESPECÍFICAMENTE “LA
ADJUDICACIÓN DE TIERRAS”.
Katherine Beltrán Zerpa.•

“La concentración de las tierras en pocas manos acelera los procesos de expulsión del campesinado del
campo hacia la ciudad…” V. Garcés (FAO; 2005)

1. INTRODUCCIÓN.

Las políticas públicas han alcanzado en los últimos años en


Latinoamérica un potencial de desarrollo, especialmente en lo relacionado a los
aspectos teóricos, y la conformación de redes para estimular la investigación en
el área a la vez de lograr un mayor soporte teórico en la gestión endógena para
la promoción de cambios y reformas en el Estado.

Ello se nos presenta pertinente para analizar la situación de las políticas


públicas agrarias en Venezuela a raíz de los profundos cambios políticos y
sociales, luego de la aprobación de la Constitución Bolivariana de la República
de Venezuela del año 1999 y de la nueva Ley de Tierras y desarrollo Agrario de
2001.

1.1 Base Constitucional.


Dentro del marco del componente económico de La Constitución
Nacional de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, tiene por objeto
establecer los principios del régimen de las relaciones económicas y el papel
correspondiente a la iniciativa privada y al Estado, tal como lo establecen los
artículos 305, 306, 307,308 de la misma.

• MSc. en Desarrollo Agrario, investigadora adscrita al IIDARA-ULA.


2

Esta estructura entre un tipo de actividad y un determinado tipo de


Estado, hizo que la relación se estreche más con el tiempo propiciando el
estudio de las políticas dentro del enfoque de la Teoría del Estado. Ello para el
desarrollo social y económico a partir de la Constitución de la Republica
Bolivariana de Venezuela de 1999 como nueva forma de interpretar del
derecho agrario en nuestro país. Y sus posibilidades para un mejor desarrollo
social en virtud de mejorar la calidad de vida de las zonas rurales
empobrecidas por largos años de inoperancia del Estado venezolano. Todo ello
en el marco de la gestión endógena social prevista por el Estado venezolano.

Situación esta que compromete al Estado venezolano, ya que el mismo en


función de lo contemplado en la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela
en sus artículos:

Artículo 305: “El Estado promoverá la agricultura sustentable


como base estratégica del desarrollo rural integral, y en
consecuencia garantizará la seguridad alimentaría de la
población; entendida como la disponibilidad suficiente y
estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso
oportuno y permanente a éstos por parte del público
consumido. La seguridad alimentaría se alcanzará
desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria
interna, entendiéndose como tal la proveniente de las
actividades agrícolas, pecuaria, pesquera y acuícola. La
producción de alimentos es de interés nacional y fundamental
al desarrollo económico y social de la Nación. A tales fines, el
Estado dictará las medidas de orden financiero, comercial,
transferencia tecnológica, tenencia de la tierra, infraestructura,
capacitación de mano de obra y otras que fueran necesarias
para alcanzar niveles estratégicos de autoabastecimiento.
Además, promoverá las asociaciones en el marco de la
economía nacional e internacional para compensar las
desventajas propias de la actividad agrícola”.
3

El Estado protegerá los asentamientos y comunidades de


pescadores o pescadores artesanales, así como sus
colaboradores de pesca en agua continentales y los próximos a
la línea de costa definidos en la Ley”.

Artículo 306: “El Estado promoverá las condiciones para el


desarrollo rural integral, con el propósito de generar empleo y
garantizar a la población campesina un nivel adecuado de
bienestar, así como su incorporación al desarrollo nacional.
Igualmente fomentará la actividad agrícola y el uso optimo de
la tierra mediante la dotación de las obras de infraestructura,
insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia
técnica”.

Artículo 307: “El régimen latifundista es contrario al interés


social. La Ley dispondrá lo conducente en materia tributaria
para gravar las tierras ociosas y establecerá las medidas
necesarias para su transformación en unidades económicas
productivas, rescatando igualmente las tierras de vocación
agrícola. Los campesinos o campesinas y demás productores
o productoras agropecuarios tienen derecho a la propiedad de
la tierra, en los casos y formas especificados por la Ley
respectiva. El Estado protegerá y promoverá las formas
asociativas y particulares de propiedad para garantizar la
producción agrícola. El Estado velará por la ordenación
sustentable de las tierras de vocación agrícola para asegurar
su potencial agroalimentario.

Artículo 308: “El Estado protegerá y promoverá la


pequeña y mediana industria, las cooperativas, las caja de
ahorros, así como también la empresa familiar la
microempresa y cualquier otra forma de asociación
comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo
régimen de propiedad colectiva, con el fin de fortalecer el
4

desarrollo económico del país, sustentándolo en la iniciativa popular.


Se asegurará la capacitación, la asistencia técnica y el financiamiento
oportuno”.

Se ve obligado a intervenir en la nueva orientación de las POLITICAS


PÚBLICAS para el sector agroalimentario.

Desde está perspectiva, varios autores constitucionalistas, conciben el


sistema económico del país como de economía mixta, basados en el
reconocimiento de la iniciativa privada y los derechos de propiedad y libertad
económica fundamentados en los principios de justicia social, lo que permite la
intervención del Estado en la economía. Más aún en lo referente a la seguridad
agroalimentaria ya que la misma es de interés nacional.

1.2 Base legal: Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.

En efecto, en Venezuela, luego de promulgada la Ley de Reforma


Agraria y de la Constitución Nacional, en 1960 y 1961 respectivamente, no se
realizaban cambios tan profundos en el ámbito legal en materia agraria, hasta
los formulados en la Constitución Nacional de la República Bolivariana de 1999 y
la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, a finales de 2001 con su respectiva
modificación en mayo de 2005.

De igual manera prevé la citada Ley en su artículo 15 la garantía a los


sujetos beneficiarios de ser adjudicatarios de una parcela para la producción agraria
con todas las condiciones necesarias para el desarrollo integral del productor
beneficiario de la misma.
En cuanto a ésta última Ley, en su artículo 22, establece que los
organismos agrarios creados por la misma para la ejecución de su competencia
actuarán conforme a los siguientes principios constitucionales:
1. Seguridad alimentaría.
2. Utilidad pública.
5

3. Función social de la tierra.


4. Respeto a la propiedad privada.
5. Promoción y protección de la función social de la producción nacional.
6. Promoción de la independencia y soberanía agroalimentaria de la
nación.
7. Uso racional de las tierras y los recursos naturales y la biodiversidad
genética.

En tal sentido para el legislador la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario viene


a prestar ese nuevo marco legal, en el cual se busca profundizar y dar
operatividad concreta a los valores constitucionales de desarrollo social a
través del sector agrario.

Del mismo modo, la Ley precitada, establece que el Estado organizará el


servicio eficiente de crédito agrario incorporando a las instituciones estatales si lo
considerase necesario.

Asimismo, respecto al uso de las parcelas adjudicadas por el Instituto


Nacional de Tierras que es el caso que nos compete, establece como garantía
para la obtención de créditos solamente la prenda sobre la cosecha, con la
condición de estar autorizadas -certificado por escrito-- por la Oficina Regional de
Tierras correspondiente. De igual manera, prohíbe la constitución de hipoteca
o gravamen cualquiera sea su naturaleza.

Para dar cumplimiento con lo previsto en esta Ley, se contempló la


creación de diversos entes agrarios, cada uno con un objeto previamente
definido e independiente del resto, a saber, y en lo pertinente a las políticas de
regularización de tenencia de tierras encontramos el Instituto Nacional de
Tierras (INTi).
6

2. Antecedentes históricos de las políticas de tenencia


específicamente la adjudicación de tierra en Venezuela (1936,
1960 y 1961).

Desde la promulgación de la antigua Ley de Reforma Agraria en el año 1960


en nuestro país se percibió un cambio profundo con el proceso de Reforma
Agraria que se trató implementar,“su preparación forzó una toma de conciencia de
nuestra realidad geográfica , económica y social, determinante a la hora de formular las
normas” (Casanova;2000,p.213).

Caracterizó este proceso agrario de los años 60 la erradicación del


latifundio como sistema contrario a la función social de la propiedad agraria. De
igual manera, el propósito fundamental de la reforma agraria se basó en la
transformación de la estructura agraria del país y la incorporación de la
población rural al desarrollo del país.

El alcance de la participación del Estado se fundamentó en el otorgamiento


de propiedad agraria previsto en la Ley de Reforma Agraria a través de las
dotaciones de tierras en forma colectiva e individual a través de títulos
provisionales y definitivos (onerosos o gratuitos) otorgados por el ente rector de
tales políticas el Instituto Agrario Nacional. Al respecto Delahaye (2003)
señala: “… la reforma agraria implementada por la Ley de 1960 impulsó una
titulación relativamente masiva a favor de los pequeños productores históricos,
los campesinos. Estos no fueron, sin embargo, beneficiados en su totalidad por
el proceso…”. (p.135). Lo cual se evidencia en las estadísticas posteriores
evaluadas por las distintas instituciones agrarias públicas.

En otro sentido, es importante resaltar que la Ley de Tierras Baldías y


Ejidos del año1936 también instituía la adjudicación de tierras baldías a
particulares previo cumplimiento de ciertas formalidades, tal como lo preveía el
artículo 78 de la citada Ley: El venezolano mayor de dieciocho años que no
estuviere casado y el casado de cualquier edad, tienen derecho a que se les
7

adjudique, gratuitamente, en los términos de esta Ley, un lote de terrenos baldíos de


los que pueden enajenarse, para constituir en el un fundo rural, agrícola o pecuario,
según fuere la clase de tierras que solicitaren.” Se establecían una serie de
requisitos condicionantes para poder ser beneficiarios pero con la prohibición de
enajenar y gravar, hasta tanto el adjudicatario no hubiese cumplido con más
de 10 años trabajados y demostrados en la productividad del fundo, las
extensiones adjudicadas no se excedían de seis hectáreas dependiendo si era
para cría o agricultura.

De igual manera, la Constitución Nacional del año 1961 en los derechos


económicos, desarrolló principios referentes a la propiedad agraria y al rol del
Estado en el proceso de dotación de tierras para la transformación del sector
campesino tal como lo señalaba el artículo 105: “EL régimen latifundista es
contrario al interés social. La ley dispondrá lo conducente a su eliminación y
establecerá normas encaminadas a dotar de tierra a los campesinos y
trabajadores…”. En tal sentido, la misma también preveía el acceso a la
propiedad agraria de los campesinos a través de las dotaciones de tierras.

2.1. Marco legal de las políticas de tenencia de tierras desde 2001.

En nuestro país a raíz de la promulgación de la Ley de Tierras y Desarrollo


Agrario en el año 2001 y con su respectiva modificación en mayo de 2005,
encontramos desarrollada la institución del derecho de adjudicación al cual
pueden acceder los sujetos beneficiarios previstos en la propia Ley.

Dicha institución denominada adjudicación obedece a la ejecución del


mandato expreso previsto en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999, en lo concerniente al régimen socioeconómico y a la
función del Estado en la economía desarrollando los principios de: Seguridad
Agroalimentaria y Desarrollo Agrícola en su articulo 305, y, Régimen del
8

Latifundio en su artículo 307, los cuales permiten el desarrollo económico del


Estado a través de la agricultura. Beneficiando de esa manera por medio de la
adjudicación de tierras el derecho a la propiedad agraria a los trabajadores
rurales y la transformación de las tierras con vocación de uso agrario en
unidades económicamente productivas.

2.2 Adjudicación de Tierras.


Concepto de dotación:
Para definir la adjudicación de tierras debemos conceptuar primero el
término de dotación. En tal sentido en la antigua Ley de Reforma Agraria es
concebida como:
“... la dotación es el derecho de propiedad que se constituye
mediante un acto administrativo especialmente llamado adjudicación de
tierras, o sea, el acto mediante el cual el órgano estatal encargado de
la reforma agraria entrega en propiedad a un individuo o un grupo de
población una determinada parcela o un lote de terreno. En otras
palabras, que jurídicamente la dotación es una propiedad especial que
tiene su origen en un acto administrativo denominado adjudicación de
tierras.”(Duque R, 2001, p.218.).

Actualmente el concepto de adjudicación comprende también una forma de


posesión agraria derivada de un acto administrativo del Instituto Nacional de
Tierras a través de dotaciones o de regularizaciones de tenencia de tierras, bien
sea, en forma individual o colectiva.

2.3 Reseña histórica de las dotaciones.

La Ley de Reforma Agraria del año 1960 instituía en su titulo II capitulo


primero, el procedimiento de las dotaciones, en el cual las mismas bien fuesen
colectivas o individuales debían estar comprendidas en tierras cultivables y
además necesarias para los solicitantes, conjuntamente con la asistencia
9

técnica y crediticia requerida. El acto administrativo de dotación era tramitado a


través del Instituto Agrario Nacional quien posteriormente lo otorgaba.

Conforme a lo previsto en el artículo 61 de la Ley de Reforma Agraria la


adjudicación de parcelas se hacía siempre en propiedad agraria o a titulo
gratuito u oneroso. Dependiendo de la condición económica de adjudicatario.

Sobre este punto, el artículo 68 de la antigua Ley de Reforma Agraria


establecía los requisitos de los aspirantes para la adjudicación de parcelas los
cuales eran: compromiso de trabajar la parcela, carecer de tierras, y ser
mayores de 18 años.

Asimismo, instituía el orden de prelación de los aspirantes que cumplían


con los requisitos de dotación, entre los que destacaban pisatarios,
arrendatarios, medianeros y ocupantes que estaban trabajando las tierras, los
padres de familias, los agricultores, los que habían terminado estudios en las
escuelas de agricultura, veterinaria, los extranjeros entre otros.

Nótese que de lo antes expuesto la adjudicación de parcelas se hacia


siempre en propiedad a titulo gratuito u oneroso de conformidad con lo que
preveía el articulo 61 de la antigua Ley de Reforma Agraria. Lo que hacia que la
dotación fuese un derecho real patrimonial.

2.4 La Adjudicación en la nueva Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.

El proceso de adjudicación de tierras actualmente se rige por la siguiente


normativa:
• La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999.
• Ley de Tierras y Desarrollo Agrario (LTDA), decreto Nº 5771 de 18 de
mayo de 2005
• Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.
• Ley de Simplificación de Trámites Administrativos.
• Manuales de Procedimientos del Instituto Nacional de Tierras.
10

2.5 Concepto de adjudicación.


Se entiende por adjudicación, el acto administrativo emanado del Instituto
Nacional de Tierras, en el cual se transfiere la posesión legitima de las tierras
productivas ocupadas y trabajadas por el adjudicatario, el cual puede ser
transferido por herencia sólo en el goce y disfrute de las mismas.

2.6 Formas de adjudicación.

De conformidad con lo previsto en el manual de adjudicación del Instituto


Nacional de Tierras, el Instituto realizará adjudicaciones mediante los procesos
de dotación de tierras o de regularización de tenencia. En el primer caso serán
individuos que no sean ocupantes u ocupantes menores de un año. En el caso
de regularización de tenencia serán aquellos ocupantes precarios que tengan
períodos superiores al año.

2.7 Sujetos beneficiarios preferenciales del derecho de adjudicación.

Las ciudadanas que sean cabezas de familias que se comprometan a


trabajar una parcela para la manutención de su grupo familiar e incorporación al
desarrollo de la nación. De conformidad con lo previsto en el Art.14 de la Ley de
Tierras y Desarrollo Agrario. Con respecto a la inclusión de la mujer como
beneficiarias del proceso de adjudicación la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario es una de las primeras en Latinoamérica en incorporar el género
femenino en el proceso de redistribución de las tierras.

2.8 Requisitos para la solicitud de adjudicación sean dotaciones o adjudicaciones


previsto en el artículo 62 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario de 2001.
11

1. Manifestación de voluntad contentiva de compromiso de trabajo de la


tierra a adjudicar personalmente o con sus descendientes legítimos o naturales.
2. Identificación completa del solicitante, indicando nombre y apellido,
número de cédula de identidad, lugar y fecha de nacimiento.
3. Ocupación y número de personas que constituyan el grupo familiar.
4. Declaración jurada de no poseer otra parcela.
5. Cualquier otro dato que estimare conveniente para ilustrar el criterio del
instituto.
6. En caso de ser poseedor de una parcela insuficiente, expresará la
características y condiciones de las mismas

2.9 Cualidad del sujeto solicitante:

a. Las ciudadanas cabeza de familias que se comprometan a trabajar la


parcela para manutención de su grupo familiar. Ciudadanos y ciudadanas
nacidos y residentes en zonas rurales, con una edad comprendida entre 18 y
25 años de edad.
b. Los arrendatarios, medianeros y pisatarios que cultiven pequeños lotes de
tierras privadas denunciadas o señaladas como incultas.
c. Todos los venezolanos y venezolanas que hayan optado por el trabajo
rural y especialmente, la producción agraria como oficio u ocupación
principal.
d. La permanencia de los grupos organizados para el uso colectivo de la
tierra, así como el de las cooperativas agrarias y otras organizaciones
económicas campesinas en las tierras ocupadas con fines de uso agrario
(Art.17 ord.3 LTDA)
e. Los usufructuarios de un fundo estructurado, que hayan mantenido su
eficiencia productiva por un término no menor de tres años consecutivos,
tendrán derecho a recibir título de adjudicación permanente, solo transferible
por herencia a sus descendientes, o en su efecto a sus colaterales. Dichos
fundos no podrán se objeto de enajenación. (Art. 64. LTDA)
f. Los conuqueros en las tierras por ellos cultivadas. (Art. 20.LTDA)
g. Los beneficiarios de una carta agraria, de conformidad con lo previsto
en el decreto 2292 de fecha 2 de febrero de 2003.
12

2.10 Procedimiento de sustanciación

Luego de recibida la solicitud y sus respectivos recaudos las oficinas


regionales de tierras después de los 3 días de recibidas la solicitud
conformarán los expedientes respectivos de adjudicación, los cuales
contendrán: datos del solicitante, identificación del terreno con su respectivo
protocolo, delimitación de la parcela, estudio socio-económico del solicitante.
Posteriormente remitirán al Directorio del Instituto Nacional de Tierras copia del
expediente para la respectiva decisión.

Dentro de los 30 días hábiles siguientes a la recepción a dicha solicitud el


Instituto decidirá si procede la adjudicación o no. Es competencia del directorio
del Instituto Nacional de Tierras otorgar o no la adjudicación de tierras (Art.119
de LTDA).

La decisión otorgada por el Directorio del INTI agota la vía administrativa,


la cual debe ser publicada en la Gaceta Oficial Agraria. Contra la misma se
podrá interponer recurso de nulidad contencioso administrativo por ante el
Tribunal Superior Agrario dentro de los 60 días continuos, luego de su
publicación.

2.11 Limitaciones al derecho de adjudicación y revocatoria del


titulo.

El Instituto Nacional de Tierras podrá revocar la adjudicación otorgada,


cuando el adjudicatario no haya cumplido con: el compromiso del trabajo de
las tierras, el abandono de la parcela, modos indirectos de explotación de la
misma y negociación sobre la parcela sin la debida autorización del Instituto.
Asimismo, queda excluida cualquier negociación a terceros no autorizada por el
Instituto Nacional de Tierras por medio de acta de traspaso, lo que genera otro
procedimiento administrativo denominado autorización para el traspaso de
mejoras y bienhechurías que se rige por lo previsto en la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos.
13

Por su parte, el beneficiario de la transferencia debe comprometerse


igualmente al trabajo eficiente de la parcela por un término no menor de tres
años. Posteriormente se le entregará el certificado de título de adjudicación
permanente.

3.10 Formas de titulación.

3.10.1 Titulo de adjudicación provisional.

Documento legal transitorio, en virtud del cual el Instituto Nacional


de Tierras acredita a los adjudicatarios de tierras, como poseedores de un lote
de terreno de su patrimonio, hasta tanto pueda otorgársele el documento
definitivo.

3.10.2 Titulo de adjudicación permanente.

Documento legal, emanado del Instituto Nacional de Tierras, mediante


acto administrativo, por el cual se transfiere la posesión legítima de las tierras
ocupadas y trabajadas por el adjudicatario, sólo transferibles por herencia, el
uso y goce de las mismas. Previsto en el artículo 66 de la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario. En tal sentido, los derechos de adjudicación no podrán ser
enajenados.

Transcurrido tres años de haberse entregado el titulo provisional de


adjudicación, y habiéndose mantenido la eficiencia productiva del mismo se
procederá a la entrega definitiva del titulo de adjudicación (Art. 64 de LTDA).

Es importante resaltar que tanto las dotaciones como las


regularizaciones de tenencia de tierras deben ir acompañadas de condiciones
adecuadas para la producción y no ser concebidas como simple entregas de
lotes de tierras.
14

A tal efecto el Estado debe promover en dichas adjudicaciones la


estructuración de fundos y la destinación de bienes inmuebles, muebles,
semovientes, las obras y servicios públicos complementarios a la unidad de
producción. No se debe concebir el procedimiento de adjudicación de tierras de
forma aislada el beneficiario debe contar con la asistencia técnica y el
financiamiento para la efectiva producción de la parcela.

3.11 Extensión de la parcela adjudicada

Como se sabe, las tierras adjudicadas por el Instituto Nacional de Tierras


son el elemento básico del proceso de transferencia al campesino para su
adjudicación e incorporación al desarrollo rural del país. En este sentido, la
precitada Ley no establece un límite en lo que respecta a la adjudicación de las
parcelas.

Por consiguiente, comparando la Antigua Ley de Reforma Agraria en lo


referente a la extensión de las dotaciones de tierras, en su artículo 76 se
tomaba en consideración para la superficie de las parcelas: las condiciones
topográficas y agrológicas de las tierras.

De igual manera el bienestar económico del agricultor, la relación


campesino - tierra. Por consiguiente el “mínimo vital de la parcela adjudicada
se tiene cuando mediante un plan integral de inversiones pueda producir una
renta suficiente para cubrir los gastos operacionales, los gastos de vida de la
familia agricultora y una moderada reserva para la formación de capital
“(Art.224 del reglamento de la antigua LRFA).

Por todas estas razones, pudiéramos establecer también que el límite de


adjudicación para los beneficiarios deberá depender:
1
5

• de las condiciones del suelo (topográficas y agrológicas).

• de las condiciones mínimas que pueda tener


el beneficiario para poder
general un desarrollo integral de su
actividad agrícola que trascienda y
contribuya a fortalecer nuestra seguridad
agroalimentaria.

Por todo lo expuesto, la adjudicación de


tierras es una forma de
regularizar la tenencia de la tierra a favor de los
beneficiarios. La falta de una
seguridad jurídica de la tierra, hace que los
trabajadores del campo enfrentan
la posibilidad de ser expulsados del lote de tierra que
trabajan. Es allí dónde el
Estado juega un papel preponderante a través de la
redistribución de las tierras
de uso agrícola por medio de la adjudicación y de
la transformación de las
mismas en unidades económicamente
productivas para fortalecer la
seguridad agroalimentaria.

Referencias bibliográficas
Casanova, R (2000) Derecho Agrario. Mérida:
Consejo de publicaciones. Universidad de Los
Andes.
Duque, R (2001). Derecho Agrario Instituciones,
tomo I y II. Caracas: Editorial Melvin.
Delahaye, O. (2003). La privatización de la tierra
agrícola en Venezuela desde Colón: la titulación
1493-2001. Fondo Editorial Tropikos.

TIERRAS AFECTADAS PARA EL DESARROLLO RURAL SUSTENTABLE. ART.


2 LTD:

La aplicación de tierras por parte del estado tiene como cometido dotar de propiedades
a quienes carezcan de ellas, y a quienes la posean en forma insuficiente.
Afectación significa imponer i imprimir a un bien un determinado destino o un
determinado fin, pero en la práctica significa el ingreso material y legal de una tierra al
patrimonio del Instituto Nacional de Tierras, formándose así el fondo de tierras para el
desarrollo agrario; el cual es el conjunto de tierras de que dispone el estado para efectuar las
adjudicaciones a que esta obligado con el objeto de crear un sistema justo de uso y
redistribución delas tierras.

El código civil distribuye los bienes en relación a las personas a quienes pertenecen
y así distingue dicho código bienes que pertenecen a la nación, estado, municipios,
establecimientos públicos, a las personas jurídicos y a los particulares, Art. 538.

ARTICULO 2 LEY DE TIERRA Y DESARROLLO AGRARIO:

Ese articulo describe o menciona las tierras que quedan afectadas en su uso para la
producción agroalimentaria , y son tanto el uso de las tierras públicas y privadas; así tenemos:
1) Tierras pertenecientes el Instituto Nacional de Tierras: No indica la Ley por
cual titulo pertenecen, es decir que no señala a que dichas tierras sean las que
le corresponden en plena propiedad, las que mantengan o ya tengan afectadas
ala producción agropecuaria, conforme a los parámetros de a anterior
legislación, bajo el régimen de dotación provisional.
Esas tierras serán sometidas a un patrón de parcelamiento atendiendo un
conjunto de factores descritos en el mismo articulo.
2) Tierras Propiedad de la República del dominio privado, quedan sometidas al
mismo régimen establecido para las tierras propiedad del INTI.
3) Tierras Baldías: Es el bien inmueble que no siendo de dominio privado
pertenece al dominio público para su común disfrute o aprovechamiento y no
esta destinado a ninguna labor.
4) Tierras Baldías en jurisdicción delos estados y municipios.
5) Tierras Privadas: Son aquellas que pertenecen a las personas normales y
jurídicas.

El articulo 2 mencionado establece que lo que queda afectado es el uso de la tierra con
vocación agroalimentaria y no otros derechos o relaciones que sobre ella pueden admitirse (
propiedad, posesión), es decir que la relación de uso no necesariamente comporta ni la
propiedad, ni la posesión, a las tierras afectadas se les otorga un fin diferente en cada caso.
Dentro de esa óptica puede decirse que lo que deba o pueda producirse en la tierra de índole
rural, no será dejado a la libre determinación de quienes sobre ellas ejercen poder de dominio
directo, sean entes públicos o particulares, sino que deben y tienen que estar sometidos a
patrones que fijan organismos especiales, en el caso de la tierra del INTI a parámetros que
fijen la nación, a planes locales los baldíos en jurisdicción de los estados y municipios.
¿Cómo se afectan esas Tierras? Existe la afectación ordinaria, que es aquella que se
produce de pleno derecho por imperio de la Ley de Tierras, en ese sentido a partir de la
entrada en vigencia de dicha Ley las tierras enumeradas en el articulo 2 salvo las privadas
quedan vinculadas en cuanto a su uso al desarrollo agrario.
La afectación secundaria o derivada es aquella que se produce mediante un
procedimiento administrativo o jurídico como la expropiación, esta es la forma de afectar
tierras privadas.

LA ADJUDICACIÓN DE TIERRAS
La afectación de tierras que realiza el estado tiene por finalidad dotar de tierras a
quienes las soliciten y estén encuadrados dentro de los términos y condiciones establecidas
por la ley.
La Adjudicación es el derecho de propiedad que se constituye mediante un acto
administrativo llamado adjudicación de tierras, o sea el acto mediante el cual el organismo
estatal encargado del desarrollo agrario entrega en propiedad a un individuo o grupo de
población, una determinada parcela o lote de terreno. El encabezamiento del articulo 12 de
la Ley de tierras reconoce el derecho a la adjudicación igual que el articulo 15 numeral 1.

¿Quiénes pueden solicitar adjudicación de tierras? Los venezolanos y venezolanas


Art. 13 Ley de Tierras. Pero tienen preferencia los sujetos señalados en el Art.14 de la citada
Ley y Art. 17 numeral 7, igualmente los arrendatarios, medianeros y pesatarios (Art. 18)
conuqueros Art. 20.

PROCEDIMIENTO
Las personas interesadas deben formular una solicitud por escrito que contenga los
siguientes requisitos: Art. 62
1.- Manifestación de voluntad que contenga el compromiso del solicitante de trabajar
la tierra cuya adjudicación solicita.
2.- Identificación plena del solicitante, nombre, apellido, Nº de C.I, lugar y fecha de
nacimiento. El solicitante cumple con este requisito aunque la ley no lo exija acompañando
copia de la C.I y original de la partida de nacimiento, si carece de esos documentos debe
atenerse a la declaración del interesado. El lugar de nacimiento es importante para determinar
si la persona nació en el medio rural, tampoco exige la ley que es señale la residencia la cual
es de gran importancia para determinar si el solicitante ha abandonado la tierra, debería
exigirse una constancia de residencia.
3.- Ocupación y números de personas que constituyen el grupo familiar; Es relevante
verificar el número de personas que forman el grupo familiar del solicitante para establecer
las preferencias; debería anexarse una constancia de carga familiar y un justificativo
notariado que demuestre la ocupación del interesado.
4.- Declaración jurada de no poseer otra parcela, no dice la ley si esa declaración es
notariada o no, pero para mayor seguridad debe notariarse; por que la solicitud de
adjudicación nace por la carencia total o insuficiente de las tierras que posee.
5.- Cualquier otro dato que se estimare conveniente para ilustrar el criterio del instituto
señalar el trabajo actual del solicitante sus inclinaciones hacia las labores agrarias, si ha
pertenecido a asociaciones de agricultores a juntas comerciales.
6.- En caso de poseer una parcela insuficiente indicar las condiciones y características
de la misma. Señalando su extensión, clases de cultivos actuales, posibles producción y vías
de comunicación.

RECIBO DE LA SOLICITUD, RECAUDOS E INSTRUCCIONES DE


EXPEDIENTES. ART 63
Una vez recibida la solicitud y sus recaudos el INTI procederá a instruir el expediente.
La ley guarda silencio con respecto a la solicitud defectuosa, o que no llene en requisitos, en
este caso pienso que se debe aplicar el articulo 50 LOPA, y se debe notificar al solicitante
comunicándole las omisiones o faltas observadas a fin de que en el plazo de 15 días proceda
a subsanarlas. Igualmente no exige la ley de tierras que se indique el organismo al cual debe
dirigirse la solicitud, de el interesado.

DESICIÓN ART 64
Dentro de los 30 días hábiles siguientes a la recepción de la solicitud, el instituto decide,
si procede o no la adjudicación. Para emitir una decisión positiva o negativa el INTI en base
al registro agrario que exista y con fundamento en la información avaluatoria prevista en el
numeral 3 del Art. 29 determinara si procede o no la adjudicación. Si considera procedente
la misma determinara en base a los planes de desarrollo del ejecutivo nacional cual es el
proyecto de producción de la parcela adjudicada. La decisión que se adopte agota la vía
administrativa.
ART 67
USUFRUCTO: Es el derecho real de usar y gozar temporalmente de un cosa
perteneciente a otra del mismo modo que lo hace el propietario. El usufructuario es el que la
goza (Art. 583 Código Civil)

TITULO DE ADJUDICACIÓN PERMANENTE ART 69 Y 12


Esos artículos los definen:
El articulo 12 habla de frutos, que son aquellos que provienen directamente de la cosa,
con o sin la industria de hombre, como los granos, maderas( Esos son frutas naturales Art.
552 de Código Civil)
El derecho de propiedad que otorga la adjudicación es especial porque no se encuadra
en las categorías del código civil, porque el adjudicatario no goza del poder de disposición.
El Art. 67 establece que la adjudicación permanente es transferible por herencia a los
descendientes o en su defecto a sus colaterales. Es decir que existen personas excluidas de l
orden de suceder establecido en el código civil, que es el siguiente:
- Al padre y la madre y a todo ascendiente suceden sus hijos o descendientes, el
cónyuge concurre con los hijos.
- Cuando no existen hijos es procede así:
Habiendo ascendiente y cónyuge corresponde a cada uno la mitad de la herencia
si no hay cónyuge corresponde íntegramente a los ascendiente.
Faltando el ascendiente corresponde la mitad de la herencia al cónyuge y la otra
mitad a los hermanos.
La línea colateral seria entre hermanos, tíos y sobrinos.
Dichos fundos no podrán ser objeto de enajenación, con la finalidad de conservar la
unidad productiva. En ese orden de ideas los que hereden el fundo tiene que evitar que la
unidad de explotación derivada de una adjudicación se vea diluida como consecuencia del
fraccionamiento que se le pueda hacer por los derechos de los herederos; porque el articulo
8 LDT establece la indivisibilidad. Si no se no puede enajenar la tranferencia seria sucesiones
sobre sucesiones. Otro aspecto importante de resaltar es lo relacionado con la Carta Agraria,
la cual es una autorización provisional de ocupación de un lote de terreno, concedida a grupos
de campesinos organizados o no para ocupar tierras publicas con vacació0n agrícola.

CLASES DE ADJUDICACIÓN
Individuales: Cuando la entrega o adjudicación de una parcela, o lote de terreno se
hace a un apersona natural.
Colectivas: Se materializa cuando la entrega de las parcelas se realiza a una persona
jurídica, o a un grupo de población.
Gratuitas: Son las que no suponen pago de ninguna contraprestación economica por
parte del beneficiario.
Generosas: Supone el pago de un precio por parte del beneficiario.

Las tendencias modernas respecto de la propiedad agraria proponen:


- El desarrollo de la propiedad privada socialmente organizada, se refiere al
establecimiento de numerosas formas colectivas de ejercicio de los derechos
individuales de propiedad organizándose sus titulares en empresas,
asociaciones, cooperativas.
- La conservación y establecimiento de la propiedad comunitaria, aquí no hay
propietarios individuales, es decir el uso de la tierra es en forma comunitaria
Ejemplo Adjudicaciones colectivas.
- La planificación rural económica o control de los factores de producción para
dirigirlo hacia la consecución de las metas deseables, y darle a la tierra el uso
que resulte más apto por su naturaleza.

DECLARATORIA DE TIERRAS OCIOSAS

Ámbito de aplicación y objetivo


De conformidad con lo previsto en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario en su exposición de motivos, las
tierras calificables como ociosas o de uso no conforme son aquellas que no cumplen con los requisitos mínimos
de producción, que viene a ser la productividad agraria.

La productividad agraria viene a ser un concepto jurídico indeterminado que funge como promedio de medición
de la adecuación que existe entre la tierra y su función social. Siendo así, debe entenderse que este procedimiento
de Declaratoria de Tierras Ociosas o de uso no conforme, constituye la premisa fundamental para el inicio y
aplicación de la mayor parte de los procedimientos previstos en nuestra norma rectora.

A efectos de establecer la ociosidad de las tierras, la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, en la normativa
prevista en sus artículos 35 y siguientes, prevé el procedimiento a aplicar, el cual tiene como fin último, procurar
ser un medio a través del cual las tierras sean puestas en producción.

PROCEDIMIENTO DE DECLARATORIA DE TIERRAS OCIOSAS O DE USO NO CONFORME

Inicio

Se inicia de oficio o por denuncia efectuada por ante la Oficina Regional de Tierras competente por el territorio.

Inicio del procedimiento de oficio

La Oficina Regional de Tierras, del Instituto Nacional de Tierras, puede acordar la apertura cuando exista
presunción de que determinadas tierras se encuentran ociosas o incultas, a través de una minuta que originará la
apertura de oficio de la Declaratoria de Tierras Ociosas.

Inicio del procedimiento por denuncia

Cualquier ciudadano o ciudadana podrá presentar denuncia motivada ante la respectiva Oficina Regional de
Tierras, cuando tenga conocimiento sobre la existencia de tierras ociosas o incultas.

Lapso para la apertura

Dentro de los tres (3) días hábiles siguientes a la recepción de la denuncia, tomando en consideración la
fundamentación de la misma, la Oficina Regional de Tierras decidirá sobre la apertura o no de la averiguación,
de conformidad al artículo 37 de la Ley.

Decisión sobre la apertura del procedimiento


Dentro del lapso establecido en el ítem anterior, la Oficina Regional de Tierras deberá decidir sobre la apertura
o no de la averiguación. En cuyo caso, pueden presentarse dos situaciones:

1. Que se acuerde la apertura. En este caso, debe dictarse auto de apertura, el cual ordenará la elaboración
de un informe técnico de averiguación, que deberá ser realizado y consignado al expediente en un plazo
máximo de quince días (artículo 55 de la LOPA). El referido auto debe ser suscrito por los cinco (5)
miembros del Comité Regional.

1. Que se niegue la apertura. En este caso, debe dictarse un auto motivado que niegue la apertura y ordene
la correspondiente notificación al interesado. El referido auto debe ser suscrito por los cinco (5)
miembros del Directorio Regional.

Recurso contra la negativa de la apertura

Contra el auto que niegue la apertura de la averiguación, podrá interponerse recurso ante el Directorio Nacional
del Instituto Nacional de Tierras, dentro de los tres (3) días hábiles siguientes a la negativa, y se deberá notificar
al denunciante de las tierras.

Informe técnico

Auto de emplazamiento

Si del informe técnico se desprendieran elementos que hagan inferir que las tierras analizadas se encuentran
ociosas o incultas, la Oficina Regional de Tierras dictará un auto de emplazamiento, el cual contendrá:

1. La especificación con la mayor exactitud, de los linderos de las tierras objeto de la averiguación.
2. Identificación del denunciante si lo hubiere.
3. De ser posible, la identificación del propietario de las tierras y a cualquier otra persona que pudiere tener
interés en el asunto.
4. Orden de publicar un cartel mediante el cual se notificará al propietario de las tierras, si se conociere, y
a cualquier otro interesado, para que comparezcan y expongan las razones que les asistan en la defensa
de sus derechos e intereses dentro del plazo de ocho (8) días hábiles contados a partir de la fecha de la
respectiva publicación. Eso, previa notificación personal, practicada de conformidad con lo establecido
en sentencia Nº 2.855/2002, de fecha 20 de noviembre, dictada por la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, ponencia del Magistrado Antonio J. García García, con motivo del recurso de
nulidad por razones de inconstitucionalidad contra el Decreto con Fuerza de Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario en el 2002.
La correspondiente notificación, se entregará en el domicilio o residencia del mismo o su apoderado y se exigirá
recibo firmado en el cual se dejará constancia de la fecha en que se realiza el acto y del contenido de la
notificación, así como del nombre y cédula de identidad de la persona que la reciba.

En todo caso, cuando la notificación personal sea impracticable y a efectos de notificar a cualquier otro
interesado, se procederá a la publicación del acto en un diario de mayor circulación de la entidad territorial
donde la autoridad que conoce del asunto tenga su sede y, se entenderán notificados todos los interesados quince
(15) días después de la publicación, circunstancia que se advertirá en forma expresa. Es decir, transcurridos los
quince (15) días después de la publicación, comenzará a transcurrir el lapso de ocho (8) días hábiles para que
comparezca y exponga las razones que le asistan.

Por argumento en contrario, si del informe técnico no se desprendieran elementos suficientes que hagan inferir
que las tierras analizadas se encuentran ociosas o incultas, la respectiva Oficina Regional de Tierras podrá negar
la necesidad de emplazar.En este caso, debe dictarse un auto motivado que niegue dictar el auto de
emplazamiento y ordene la correspondiente notificación al interesado denunciante. El referido auto debe ser
suscrito por los cinco (5) miembros del Comité Regional.

ADJUDICACIÓN DE TIERRAS

Ámbito de aplicación y objetivo

De conformidad con lo previsto en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario en su exposición de motivos, las
tierras propiedad del Estado o, previa expropiación, las tierras propiedad de particulares que se encuentren
improductivas, podrán ser otorgadas en adjudicación a aquellos sujetos dedicados a la actividad agraria que
demuestren aptitud para transformarlas en fundos productivos. La adjudicación de estas tierras otorgará a los
beneficiarios el derecho de trabajar las mismas y percibir sus frutos. Igualmente, el derecho otorgado
mediante la adjudicación es transmisible a los sucesores del adjudicatario.

Se trata, en este caso, de un derecho de propiedad sui generis, propiedad agraria no enmarcada dentro de las
clásicas categorías jurídicas del Derecho Civil. Así, mientras el adjudicatario no goza del atributo de disposición
de la tierra, no puede enajenarla.
La productividad agraria viene a ser un concepto jurídico indeterminado que funge como patrón de medición de
la adecuación que existe entre la tierra y su función social.
A efectos de adjudicar las tierras, la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, en la normativa prevista en sus artículos
59 y siguientes, prevé el procedimiento a aplicar.

PROCEDIMIENTO DE ADJUDICACIÓN
Se inicia a solicitud de parte interesada, reconociéndose el derecho a la adjudicación de tierras a toda persona
apta para el trabajo agrario, en los casos y formas establecidas en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.
En tal sentido, son sujetos beneficiarios del régimen establecido en nuestra norma rectora, todos los venezolanos
y venezolanas que hayan optado por el trabajo rural y, especialmente, la producción agraria como oficio u
ocupación principal.

Sólo se inicia este procedimiento cuando se trate de terrenos de Dominio Público propiedad del INTi o del
I.A.N transferidos al INTi por la disposición décimo tercera de la Ley de tierras y Desarrollo Agrario.

Son sujetos beneficiarios preferenciales de adjudicación las ciudadanas que sean cabeza de familia que se
comprometan a trabajar una parcela para manutención de su grupo familiar e incorporación al desarrollo de la
Nación; así como los ciudadanos y ciudadanas nacidas y residentes en zonas rurales, con una edad comprendida
entre 18 años y 25 años.

Recaudos

La solicitud formulada por los interesados, a la que se refiere el ítem anterior deberá interponerse por ante la
Oficina Regional de Tierras competente por el territorio y tendrá que estar acompañada por los siguientes
recaudos:

1) Manifestación de voluntad contentiva del compromiso de trabajo de la tierra a adjudicar.

2) Identificación completa del solicitante, indicando nombre y apellido, copia de cédula de identidad, lugar
y fecha de nacimiento y número telefónico.

3) Ocupación y número de personas que constituyen el grupo familiar.

4) Declaración jurada de no poseer otra parcela.

5) Cualquier otro dato que estimare conveniente para ilustrar el criterio del Instituto, como constancia de
residencia emitida por el consejo comunal o prefectura.

1. En caso de ser poseedor de una parcela insuficiente, expresará las condiciones y características de las
mismas.

1. Croquis o plano del predio.

1. Título I.A.N o Carta agraria otorgada, como mínimo, en 2003.

Sustanciación del expediente


Recibida la solicitud y sus recaudos, la Oficina Regional de Tierras correspondiente procederá a instruir
un expediente que contendrá:

1) Los datos del solicitante señalados en el artículo anterior.

2) La identificación del terreno cuya adjudicación solicita, con su respectivo protocolo.

3) La delimitación de la parcela solicitada.

4) El estudio socioeconómico del solicitante.

Inspección Técnica

A los fines previstos en los numerales 2 y 3 del ítem anterior, la Oficina Regional de Tierras respectiva,
dentro de los tres (3) días siguientes a la recepción de la solicitud, elaborará Memorando a las Áreas operativas
(Técnica, Registro y Recursos Naturales) ordenará la realización de los informes respectivos técnico, de Registro
y Condicionamiento de uso si fuere el caso) y solicitará al área de Registro Agrario que determine con exactitud
la identificación, ubicación y delimitación del terreno cuya adjudicación se solicita, así como los datos
respectivos de protocolización y titularidad del mismo.

RESCATE DE TIERRAS

Ámbito de aplicación y objetivo

Como medio de regularización de la posesión de las tierras y con la finalidad de estimular su productividad,
la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario prevé el Procedimiento de Rescate de las tierras del Estado que se
encuentren en manos de terceros.

En tal sentido, y en ejercicio de este mandato contemplado dentro del nuevo marco legal de nuestra norma
rectora, en el cual se busca profundizar y dar operatividad concreta a los valores constitucionales de desarrollo
social, a través del sector agrario, el Instituto Nacional de Tierras, tendrá derecho a rescatar las tierras de su
propiedad que se encuentren ocupadas ilegal o ilícitamente sin cumplimiento de fines agrarios, de acuerdo a lo
establecido en el articulo 310 de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela.

A efectos de realizar este rescate, la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, en la normativa prevista en sus artículos
34, 82 y siguientes determina el procedimiento a aplicar, el cual tiene como fin último, la optimización de la
producción de las tierras de su propiedad, en total adecuación a los planes y lineamientos establecidos por el
Ejecutivo Nacional.
PROCEDIMIENTO DE RESCATE DE TIERRAS

Inicio
Se inicia de oficio o por denuncia efectuada por ante la Oficina Regional de Tierras competente por el territorio,
sin perjuicio de las garantías establecidas en los artículos 17, 18 y 20, de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario
y de conformidad con el articulo 82 y siguientes de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario y la Ley de
Expropiación por Utilidad e Interés Social Público.

Inicio de rescate autónomo

Se inicia de oficio y no se requiere la decisión previa de ociosidad, sólo que sean terrenos de dominio público,
con el informe técnico enviado a Secretaría de la Presidencia, Dirección General o Consultoría Jurídica. No se
apertura expediente por la ORT.

Del procedimiento de rescate excepcional

Este procedimiento de rescate autónomo no se aplicará a las tierras que se encuentren en condiciones de óptima
producción con fines agrarios, en total adecuación a los planes y lineamientos establecidos por el Ejecutivo
Nacional, y que no exceda de dos (2) unidades del promedio de ocupación establecido en la zona por el Instituto
Nacional de Tierras.

No obstante, el INTi podrá rescatar las mismas cuando circunstancias excepcionales de interés social o utilidad
pública, así lo requieran.
Se inicia por decisión del Directorio Nacional.

Inicio del procedimiento de oficio

El Instituto Nacional de Tierras puede acordar la apertura del procedimiento de rescate, cuando tenga
conocimiento de que determinadas tierras de su propiedad o de dominio público, se encuentran ocupadas ilegal
o ilícitamente y, que no se encuentran en condiciones de óptima producción, que seria el rescate autónomo, sin
necesidad de la declaratoria de tierras ociosas.

Competencia para dictar auto de apertura del procedimiento de rescate por denuncia de tierras ociosas

Partiendo de la base de que las facultades y competencias atribuidas a las Oficinas Regionales de Tierras, como
entes sustanciadores, se encuentran taxativamente establecidas dentro de la norma prevista en los numerales 1
al 7, artículo 127 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario; entendiéndose que este Instituto Nacional de Tierras
tiene por objeto la administración, redistribución de las tierras y regularización de la posesión de las mismas y
considerando que el Directorio de este Instituto es el cuerpo colegiado sobre el cual recaen las facultades para
la gestión de las operaciones que integran el objeto del Instituto Nacional de Tierras, establecidas de manera
enunciativa en el artículo 117 eiusdem, corresponderá al Directorio del Instituto Nacional de Tierras, dictar el
auto de apertura del procedimiento de rescate.
En este particular, se hace necesario destacar el hecho de que, cuando el inicio de este procedimiento de
Rescate derive de un procedimiento previo de Declaratoria de Tierras Ociosas o de uso no conforme, donde se
verificó decisión de Directorio Nacional pronunciándose sobre el estado de ociosidad en tierras propias de este
Instituto, en el mismo acto donde el Directorio Nacional declare la ociosidad de las tierras, podrá acordar la
apertura del Procedimiento de Rescate sobre dichas tierras, pudiendo a todo evento, comisionar a la Oficina
Regional de Tierras correspondiente a los fines de practicar las notificaciones respectivas, así como de recibir
los documentos o títulos que pudieren ser presentados por los ocupantes o interesados en defensa de sus derechos
e intereses.

Correspondiéndole al Directorio Nacional, la publicación en un diario de alta circulación de la entidad territorial


donde la autoridad que conoce del asunto tenga su sede, del auto de apertura del procedimiento de rescate.

A partir de la fecha de la publicación del acto en un diario de mayor circulación de la entidad territorial donde
la autoridad que conoce del asunto tenga su sede de la referida decisión, la cual podrá versar sobre la declaratoria
de tierras ociosas y sobre el auto de apertura del procedimiento de rescate, comenzará a correr, tanto el lapso
para interponer recurso contencioso administrativo de nulidad contra el acto que declare las tierras ociosas,
como el lapso de comparecencia para exponer las razones y presentar los documentos o títulos que demuestren
sus derechos con motivo del inicio del rescate, respectivamente.

Apertura del procedimiento de oficio de Denuncias de Tierras


Impulso del procedimiento

La Oficina Regional de Tierras ordenará la apertura del procedimiento mediante auto dictado por el Comité
Regional y procederá a abrir expediente en el cual se recogerá toda la tramitación a que dé lugar el asunto. En
el auto de apertura, se ordenará a las Coordinaciones respectivas, elaborar informes de Registro Agrario, Técnico
y Recursos Naturales.

Plazo para la elaboración de informes de


Registro agrario, técnico, de Recursos Naturales y legal

Los informes referidos en el ítem anterior, deberán efectuarse en el plazo máximo de quince (15) días.
Si el funcionario requerido considerare necesario un plazo mayor, lo manifestará inmediatamente, con
indicación del plazo que estime necesario, el cual no podrá exceder en ningún caso del doble del ya indicado.
Posteriormente, el Área legal relazará el Informe Jurídico dentro del lapso de quince (15) días más.

A los efectos de disponer de tierras para distribuir en el marco de un


proceso agroreformista, existe una figura legal prevista en la mayoría
de los ordenamientos jurídicos del mundo contemporáneo donde se
reconoce la propiedad privada como derecho humano de carácter
patrimonial. Esta institución fundamental del Derecho en general y del
Derecho Agrario en particular recibe el nombre de Expropiación. Es una
figura clásica del Derecho utilizada no solamente para disponer de
tierras cuando los Estados no disponen de suficiente para distribuir, sino
que es una institución para eliminar el latifundio o la gran propiedad
concentrada en manos privadas o particulares. La expropiación no es
otra cosa sino la transferencia coactiva de la propiedad de los
particulares al Estado mediante el procedimiento establecido en ley.
La LDTDA dedica todo un Capítulo y 14 artículos a la expropiación de
las tierras rurales privadas (expropiación agraria), aunque no define el
procedimiento, para lo cual debemos recurrir a la Ley especial que rige
la materia que es la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública
o Social LECUPS (Gaceta Oficial N° 37.475 del 01 de Julio de 2002),
que por cierto se aplica supletoriamente al procedimiento de
expropiación agraria en lo que no esté previsto por esta. En su artículo
2 esta ley especial la define como:
“Artículo 2: La expropiación es una institución de Derecho Público,
mediante la cual el Estado actúa en beneficio de una causa de utilidad
pública o de interés social, con la finalidad de obtenerla transferencia
forzosa del derecho de propiedad o algún otro derecho de los
particulares, a su patrimonio, mediante sentencia firme y pago oportuno
de justa indemnización.”
Resulta importante señalar que, contrario a lo que se pudiera creer
sobre todo en tiempos políticamente convulsos, laexpropiación se creó
como una garantía al derecho de propiedad particular, y no es un
procedimiento sancionatorio ni penalizador, ni mucho menos ha de ser
utilizado para atropellar a propietarios en su propiedad. Muy por el
contrario, este instituto del derecho permite conciliar el interés particular
de la propiedad privada, con el interés general o colectivo, cuando estos
chocan. La expropiación es una garantía a este derecho. Siendo la
propiedad privada la regla en nuestro ordenamiento jurídico, la
expropiación es siempre la excepción. No hay forma de interpretarlo de
otra manera. El asunto es de tal importancia que así queda
expresamente señalado en la Constitución cuando en su artículo 115
reza:
“Artículo 115: Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene
derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad
estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que
establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés
general. Solo por causa de utilidad pública o de interés social, mediante
sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización podrá ser
declarada la expropiación de cualquier clase de bienes.”
Como vemos la expropiación se activa cuando se presenta alguna de
las restricciones, permitidas y no arbitrarias, al derecho de propiedad, lo
cual solamente opera cuando hay una causa de utilidad pública de por
medio.
Supuestos de la Expropiación

 Por causa de utilidad pública o interés social: al Estado le corresponde


probar la utilidad pública y declararla previamente.
 Mediante sentencia firme: el propietario tiene el derecho de recurrir en
tribunales y que éstos le den o no la razón.
 Pago oportuno de justa indemnización: por la tierra y las bienhechurías
construidas sobre ella, en moneda de curso legal
Conviene advertir que los tres supuestos anteriormente indicados,
deben presentarse de manera concurrente, es decir, sin que falte alguno
de ellos, pues de lo contrario no se estaría cumpliendo la garantía
constitucional de compensar al propietario que es objeto de un
procedimiento expropiatorio.
Ni la LDTDA ni tampoco la ley especial de expropiación definen de
manera específica las causas de utilidad pública. De forma genérica se
presenta una definición para las obras de utilidad pública en el artículo
3 de la LECUPS:
“Artículo 3: Se considerarán como obras de utilidad pública, las que
tengan por objeto directo proporcionar a la República en general, a uno
o más estados o territorios, a uno o más municipios, cualesquiera usos
o mejoras que procuren el beneficio común, bien sean ejecutadas por
cuenta de la República, de los estados, del Distrito Capital, o de los
municipios, institutos autónomos, particulares o empresas debidamente
autorizadas.”
Se entiende que las obras de utilidad pública benefician el interés social,
el interés colectivo, el interés nacional, y en ese sentido tenemos, por
ejemplo, la construcción de vías de comunicación, de represas,
escuelas o la definición de áreas para el establecimiento de
asentamientos campesinos o colectivos, los establecimientos para la
enseñanza agrícola, entre muchos otros ejemplos. Bien vale la pena
consultar el artículo 14 de la LECUPS en el cual se indican una serie de
obras que están exceptuadas de la declaratoria previa de utilidad
pública porque se sobreentiende que por sus características dichas
obras son siempre de interés general.
¿Qué tipos de bienes pueden ser expropiados?:
Cualquier clase de bienes, entre ellos los inmuebles destinados a la
producción agrícola. Por ejemplo: las tierras
Es importante tomar en cuenta que la expropiación se aplica solo a bienes
objetos de propiedad particular o privada y afecta a los propietarios de pleno de
derecho, vale decir, aquellos que tienen el uso, goce o disfrute y disposición
sobre sus bienes, y cuyo derecho puede ser debidamente demostrado a
través de los títulos registrados según la ley.
Cuando la expropiación recae sobre tierras con vocación agraria, éstas
deben ser de propiedad privada, para que el procedimiento
expropiatorio sea procedente, ya que como se ha dicho, la expropiación
agraria implica una transferencia forzosa del derecho de propiedad, y
para que esta transferencia pueda operar, debe mediar un título de
propiedad plena sobre el bien que se expropia.
El bien o bienes sobre los cuales recae el procedimiento deexpropiación
agraria son las tierras con vocación de uso agroalimentario. De allí el
nombre de “expropiación agraria” para diferenciarle de la transferencia
forzosa de la propiedad sobre algún otro tipo de bien o algún otro
derecho de los particulares cuyo origen no es agrario.
En la ley de tierras y desarrollo agrario se establece que se declaran de
utilidad pública a todas las tierras con vocación de uso agrario, por tanto,
el requisito de la declaratoria previa de utilidad pública ya no procede
porque viene establecido a priori para todas las tierras de vocación y
uso agroalimentario (ver art. 68 LDTDA).
La expropiación agraria está regulada por un procedimiento particular
previsto en la ley de tierras y desarrollo agrario (arts. 68-81). Lo no
previsto lo suple la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública
o Social, tal como se había señalado anteriormente y tal como lo
dispone la propia LDTDA en su artículo 81.
Para llevar adelante un procedimiento expropiatorio de tipo agrario se
requiere una resolución del directorio del INTI que así lo determine. En
dicha resolución debe estar justificado el inicio del procedimiento de
expropiación, argumentando razones de necesidad para la ordenación
sustentable de las tierras objeto del procedimiento. También se debe
indicar claramente el área objeto de la expropiación (art. 70).
La expropiación agraria es una institución que procede en dos fases:
1) Una fase amistosa, que se lleva a cabo en sede administrativa, ante el
INTI, y, de no proceder la vía amistosa, entonces sigue:
2) Una fase forzosa que se desarrolla en sede jurisdiccional, esto es, ante
un tribunal agrario (el que corresponda por la ubicación del inmueble.
Para lo no previsto en la ley de tierras en relación a la expropiación de
las tierras con vocación de uso agroalimentario, la misma ley remite de
manera supletoria a la ley especial que rige el procedimiento general de
la expropiación que es la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad
Pública o Social o LECUPS (ver art. 81 LDTDA), tal como ya había sido
señalado con anterioridad.
FUNDO
El fundo ha sido conceptualizado por la real academia española como, aquella
propiedad inmueble rustico o urbana perteneciente a una persona, y por la
enciclopedia
académica Larousse (2005) como, el conjunto formado por el suelo de un terreno
con todo lo que contiene y lo que produce natural o artificialmente. Asimismo,
establece Febrero (1845) que el fundo consiste en la propiedad y el usufructo
juntamente, esto compone todo lo que el comprende. De igual manera, Osorio
(1963) conceptualiza el fundo como, el suelo con todos sus accesorios,
actualmente fundo rustico o heredad.

Ahora bien, según el citado autor, no se puede definir la unidad de producción sin
hacer necesaria mención a la vocación agraria de la tierra, la cual esté sujeta al
efectivo
cumplimiento de su función social, que en los tiempos actuales viene a ser la
productividad agraria. La productividad agraria viene a ser un concepto jurídico
indeterminado que funge como patrón de medición de la adecuación n que exista
entre la
tierra objeto de propiedad y su función social.
FUNDO ESTRUCTURADO
En relación a la noción de fundo estructurado, el autor patrio Cazaubn (1987), ha
señalado que: El fundo estructurado se erige mediante la organización y destinación
de bienes productivos, la organización de personas para el trabajo colectivo y el
desarrollo del poder autogestionario de los mismos, con el objetivo de conformar un
desarrollo agrícola sustentable, que sea biológicamente diversificado, que tenga un
impulso participativo y
autogestionario, que propicie la equidad y las relaciones de intercambio justas y que
fomente los valores familiares y comunitarios.
Continua exponiendo el referido autor que el fundo estructurado consiste no solo
en el lote de tierras que el Instituto Nacional de Tierras (INTI) adjudica sus
beneficiarios, sino también en todos aquellos bienes que coadyuven a crear las
condiciones adecuadas
para la producción, entre los cuales se encuentran todos aquellos bienes muebles,
inmuebles y semovientes destinados al fin productivo de la tierra.
Según la sentencia emanada del Juzgado Superior Agrario de la Circunscripción
Judicial del Estado Zulia, con competencia en el Estado Falcón, N 582, proferida en
fecha
veinticuatro (24) de febrero de 2012, se define la unidad de producción o fundo
estructurado de la siguiente forma:
As pues, tenemos que esta Unidad Productiva o Fundo Estructurado involucra
primariamente la tierra con vocación de uso agrario, es decir aquella tierra apta para
el desarrollo agrícola, por ser idónea para trabajarla y obtener de ella frutos
(entendiendo alas frutos como el resultado del trabajo de la tierra, ya que puede
tratarse de actividades netamente agrícolas y animal o nicamente animal,
pero en todo caso se trata del
resultado de la explotación de las misma) pero asimismo comprende también la
organización de los bienes materiales e inmateriales que se encuentran dentro de
la
misma y que le sirven para su explotación, enriquecimiento y mejora y por supuesto
incluye al trabajador de la misma, que no es ms que el campesino bien sea de forma
individual u organizada, bajo la figura de cooperativa, misión, empresa agraria u otra
forma de organización social siempre destinada a producir la tierra, pero que haya
escogido como labor principal el trabajo en el campo.
Por otro lado el autor (Venturini 2002) define al Fundo Estructurado como una
figura jurídica autónoma, consagrada en la legislación vigente como forma de
empresa
agraria promovida por el Estado para optimizar los resultados de la actividad agraria.
En efecto, la Exposición de Motivos del Decreto con Fuerza de Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario para el año 2001, exposición de motivos hoy han con vigor, indica
que: La interrelación entre la actividad agraria y el desarrollo social implica la
incorporación del campesino al proceso productivo a través del establecimiento de
condiciones adecuadas para la producción. Para ello se procura que los campesinos
cultiven las tierras de manera
coordinada y no aislada. Es así que se estimula la estructuración del fundo colectivo,
como medio de desarrollo armonizado, con miras a una mejor eficiencia productiva,
ello sin
perjuicio de buscar igualmente el desarrollo de los fundos estructurados
individuales, en la
medida en que resulten productivos. El legislador promueve dos modalidades de
fundo
estructurado para la producción: El fundo estructurado individual y el fundo
estructurado
colectivo, siendo esta última modalidad la preeminente.
En efecto, la (LTDA 2010, Art. 8) garantiza al sector campesino su incorporación al
proceso productivo a través del establecimiento de condiciones adecuadas para la
producción. Y promueve la estructuración de los fundos mediante la adjudicación
de las
tierras y la destinación de bienes inmuebles, muebles, incluidos los semovientes, al
fin productivo de las mismas. Esta unidad de producción es indivisible e
inembargable y podrá
ser mejorada mediante la incorporación de nuevas técnicas, condiciones de
producción,
transformación y mercadeo de los productos agroalimentarios.
En tal sentido se estructurar el fundo colectivo mediante la organización y
destinación de bienes productivos, la organización de personas para el trabajo
colectivo y el desarrollo del poder autogestionario de los empresarios colectivos
(LTDA, Art. 4). Pues, el trabajo y explotación de los fundos estructurados colectivos
se realizara, a tenor del precitado artículo, mediante las organizaciones colectivas
económicas para la producción
agraria, que se establecer teniendo como base los principios de mutua cooperación
y solidaridad, privilegiando el sistema cooperativo, colectivo o comunitario. Los
fundos estructurados tendrán apoyo financiero, pues el Estado organizar el servicio
eficiente del crédito agrario, incorporando a las instituciones bancarias y financieras
públicas o privadas existentes a dicho servicio o creando instituciones estatales si
fuere necesario. Los grades crediticios establecer un sistema preferencial destinado
a reestructuración de fundos por autoconstrucción supervisada, tal como lo
establece el artículo 9 de la (LTDA 2010). La incorporación al proceso productivo de
los sujetos
beneficiarios de Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, garantizar entre otras cosas, el
derecho a ser usufructuarios de una parcela para la producción agraria, así como
de los bienes destinados a la estructuración del fundo con fines productivos (Art. 15,
2.)
Igualmente, en el artículo 17, numeral 8, dentro del régimen del uso de tierras con
vocación para la producción agroalimentaria, se garantiza de manera preferente a
los ciudadanos y ciudadanas nacidos y residentes en zonas rurales, con una edad
comprendida entre dieciocho y veinticinco años, el acceso a una parcela productiva
agraria o a un fundo estructurado, para asegurar la sustentabilidad humana del
desarrollo agrario.
Es de observar que, en las normas precitadas, el legislador habla indistintamente
de parcela para la producción agraria y parcela productiva agraria, así como de
estructuración del fundo y fundo estructurado. Cabe preguntarse por las diferencias
entre parcela y fundo, al respecto, Venturina (2002) dice que la diferenciación entre
parcela y fundo no tiene sentido jurídico, pues la parcela es la porción pequeña de
un terreno, pero que desde el punto de vista del moderno Derecho Agrario, es un
fundo en s cuando
tiene vocación agraria y la dicótoma se resuelve hablando de fundo parcelario. El
citado autor, se pregunta qué es un fundo estructurado, para encontrar respuesta
acude al Derecho Romano y a la noción de fundos instructor compuesto de las
voces: fundos que
significa suelo aunque este desierto, e instructor que debe entenderse como el
complejopertinencia de cosas y personas necesarias para el ejercicio organizado
de la actividad agraria. En atención a la configuración normativa, el fundo
estructurado corresponde al
fundo integrado en una organización productiva dotado de los elementos inherentes
a la producción. Al efecto, da una definición tentativa de lo que debe entenderse
como fundo estructurado: aquel integrado funcionalmente con las mejoras, anexos
y pertenencias
requeridas para su cabal explotación agraria distribuidas y ordenadas con criterios
deeficiencia operativa en el contexto de la planificación nacional.
En este orden de ideas, lo contrario del fundo estructurado es el nudo fundo o
nudo suelo, cuya expresión tangible ms visible es la llamada tierra inculta. De donde
la característica del fundo estructurado, es la necesaria eficiencia productiva. El
valor jurídicodel fundo estructurado es que constituye el elemento material que
sustenta el título de
adjudicación permanente, por el cual se otorga al adjudicatario la posesión legitima
de las tierras productivas ocupadas y trabajadas, de conformidad con los artículos
64 y 66 de la
(LTDA). En efecto, los usufructuarios que hayan mantenido la eficiencia productiva
delfundo estructurado por un término no menor de tres años consecutivos, tendrán
derecho a recibir el título de adjudicación permanente, a través del cual se transfiere
la posesiónlegitima de las tierras productivas ocupadas y trabajadas; es decir, del
fundo estructurado.En definitiva, el Fundo Estructurado es una unidad de
producción, conformado por la tierra
y bienes productivos muebles e inmuebles, incluidos los semovientes con
destinación al fin
productivo de la misma de conformidad con la ley.
REFERENCIAS CONSULTADAS.
Abad Sanz, J. L. (1991). La Tenencia de la Tierra en los Llanos Occidentales.
Antecedentes. Trabajo de ascenso no publicado, Universidad Nacional
Experimental de los
Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, Barinas.

Conuco

El conuco, según Rodríguez (2004) es el lugar donde los antepasados indígenas y sus
descendientes practicaban las diferentes alternativas de siembra y cosecha, era el terreno
donde se preparaba, sembraba la semilla de la salud, de la prevención y el alimento para
beneficio de las generaciones. Allí no existían los abonos sintéticos, los biocidas, ni las
máquinas monstruosas. Se cosechaban los frutos, los vegetales y las medicinas para cubrir
los gustos y necesidades de las poblaciones.
De acuerdo a lo planteado, los antepasados y campesinos practicaban un modelo agrícola
sustentable, ejercían prácticas empíricas en sus conucos naturales, de acuerdo a su mejor
criterio y la experiencia obtenida, ejercían prácticas alternativas en la agricultura, buscando
el balance de lo económico y lo social, con el de la naturaleza que los rodeaba

Se dice que la palabra Conuco proviene de un vocablo de origen indígena que significa
«pequeña parcela de tierra dedicada a la agricultura» y está asociada a la producción de
subsistencia. El conuco es un sistema de cultivo con fuertes raíces históricas prehispánicas y
es utilizado en todo el país. En los actuales momentos, este sistema de producción agrícola
se ha modificado incorporando prácticas modernas en detrimento de lo tradicional. No
obstante, todavía sigue siendo una alternativa valiosa para el sustento alimentario de la
población rural.
CARACTERÍSTICAS DEL CONUCO
El conuco es un sistema de cultivo con fuertes raíces históricas prehispánicas y es utilizado
en todo el país. Se refiere básicamente a la producción agrícola a pequeña escala, asociada a
la vivienda campesina, con técnicas rudimentarias y donde el producto de la cosecha es
utilizado para el consumo del núcleo familiar

La soberanía alimentaria es la capacidad de cada pueblo para definir sus propias políticas
agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y seguridad
alimentaria. Ello implica la protección del mercado doméstico contra los productos
excedentarios que se venden más baratos en el mercado internacional, y contra la práctica de
la venta por debajo de los costos de producción.
Seguridad alimentaria hace referencia a la disponibilidad de alimentos, el acceso de las
personas a ellos y el aprovechamiento biológico de los mismos. Se considera que un hogar
está en una situación de seguridad alimentaria cuando sus miembros disponen de manera
sostenida a alimentos suficientes en cantidad y calidad según las necesidades biológicas. Dos
definiciones de seguridad alimentaria utilizadas de modo habitual son ofrecidas por
la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, conocida por
sus siglas en inglés -FAO-, y la que facilita el Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos (USDA por sus siglas en inglés):
La seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen acceso en todo momento
(ya sea físico, social,1 y económico) a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para cubrir
sus necesidades nutricionales y las preferencias culturales para una vida sana y activa.2
La seguridad alimentaria de un hogar significa que todos sus miembros tienen acceso en todo
momento a suficientes alimentos para una vida activa y saludable. La seguridad alimentaria
incluye al menos: 1) la inmediata disponibilidad de alimentos nutritivamente adecuados y
seguros, y 2) la habilidad asegurada para disponer de dichos alimentos en una forma sostenida
y de manera socialmente aceptable (esto es, sin necesidad de depender de suministros
alimenticios de emergencia, hurgando en la basura, robando o utilizando otras estrategias de
afrontamiento). (USDA)3
Diferencias con el término soberanía alimentaria[editar]
Mientras que la seguridad alimentaria se refiere a garantizar el aprovisionamiento de
alimentos, la soberanía alimentaria se entiende como la facultad de cada pueblo para definir
sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y
seguridad alimentaria.
Otras acepciones de la expresión seguridad alimentaria se vienen utilizando en distintos
sentidos según la épocas y el contexto. En inglés, food safety se refiere a la inocuidad de los
alimentos y a la garantía de su salubridad para el consumidor. Por otra parte, la expresión food
security hace referencia a la disponibilidad suficiente de alimentos y el acceso a ellos.
En castellano tanto el término inglés safety como security se traducen como seguridad. Así,
la expresión inglesa food safety corresponde a lo que en castellano se denomina inocuidad
alimentaria o higiene de los alimentos, mientras que la seguridad alimentaria abarca la
conceptualización relativa a la disponibilidad alimentaria.

FUNDO
El fundo ha sido conceptualizado por la real academia española como, aquella
propiedad inmueble rustico o urbana perteneciente a una persona, y por la
enciclopedia
académica Larousse (2005) como, el conjunto formado por el suelo de un terreno
con todo lo que contiene y lo que produce natural o artificialmente. Asimismo,
establece Febrero (1845) que el fundo consiste en la propiedad y el usufructo
juntamente, esto compone todo lo que el comprende. De igual manera, Osorio
(1963) conceptualiza el fundo como, el suelo con todos sus accesorios,
actualmente fundo rustico o heredad.

Ahora bien, según el citado autor, no se puede definir la unidad de producción sin
hacer necesaria mención a la vocación agraria de la tierra, la cual esté sujeta al
efectivo
cumplimiento de su función social, que en los tiempos actuales viene a ser la
productividad agraria. La productividad agraria viene a ser un concepto jurídico
indeterminado que funge como patrón de medición de la adecuación n que exista
entre la
tierra objeto de propiedad y su función social.
FUNDO ESTRUCTURADO
En relación a la noción de fundo estructurado, el autor patrio Cazaubn (1987), ha
señalado que: El fundo estructurado se erige mediante la organización y destinación
de bienes productivos, la organización de personas para el trabajo colectivo y el
desarrollo del poder autogestionario de los mismos, con el objetivo de conformar un
desarrollo agrícola sustentable, que sea biológicamente diversificado, que tenga un
impulso participativo y
autogestionario, que propicie la equidad y las relaciones de intercambio justas y que
fomente los valores familiares y comunitarios.
Continua exponiendo el referido autor que el fundo estructurado consiste no solo
en el lote de tierras que el Instituto Nacional de Tierras (INTI) adjudica sus
beneficiarios, sino también en todos aquellos bienes que coadyuven a crear las
condiciones adecuadas
para la producción, entre los cuales se encuentran todos aquellos bienes muebles,
inmuebles y semovientes destinados al fin productivo de la tierra.
Según la sentencia emanada del Juzgado Superior Agrario de la Circunscripción
Judicial del Estado Zulia, con competencia en el Estado Falcón, N 582, proferida en
fecha
veinticuatro (24) de febrero de 2012, se define la unidad de producción o fundo
estructurado de la siguiente forma:
As pues, tenemos que esta Unidad Productiva o Fundo Estructurado involucra
primariamente la tierra con vocación de uso agrario, es decir aquella tierra apta para
el desarrollo agrícola, por ser idónea para trabajarla y obtener de ella frutos
(entendiendo alas frutos como el resultado del trabajo de la tierra, ya que puede
tratarse de actividades netamente agrícolas y animal o nicamente animal,
pero en todo caso se trata del
resultado de la explotación de las misma) pero asimismo comprende también la
organización de los bienes materiales e inmateriales que se encuentran dentro de
la
misma y que le sirven para su explotación, enriquecimiento y mejora y por supuesto
incluye al trabajador de la misma, que no es ms que el campesino bien sea de forma
individual u organizada, bajo la figura de cooperativa, misión, empresa agraria u otra
forma de organización social siempre destinada a producir la tierra, pero que haya
escogido como labor principal el trabajo en el campo.
Por otro lado el autor (Venturini 2002) define al Fundo Estructurado como una
figura jurídica autónoma, consagrada en la legislación vigente como forma de
empresa
agraria promovida por el Estado para optimizar los resultados de la actividad agraria.
En efecto, la Exposición de Motivos del Decreto con Fuerza de Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario para el año 2001, exposición de motivos hoy han con vigor, indica
que: La interrelación entre la actividad agraria y el desarrollo social implica la
incorporación del campesino al proceso productivo a través del establecimiento de
condiciones adecuadas para la producción. Para ello se procura que los campesinos
cultiven las tierras de manera
coordinada y no aislada. Es así que se estimula la estructuración del fundo colectivo,
como medio de desarrollo armonizado, con miras a una mejor eficiencia productiva,
ello sin
perjuicio de buscar igualmente el desarrollo de los fundos estructurados
individuales, en la
medida en que resulten productivos. El legislador promueve dos modalidades de
fundo
estructurado para la producción: El fundo estructurado individual y el fundo
estructurado
colectivo, siendo esta última modalidad la preeminente.
En efecto, la (LTDA 2010, Art. 8) garantiza al sector campesino su incorporación al
proceso productivo a través del establecimiento de condiciones adecuadas para la
producción. Y promueve la estructuración de los fundos mediante la adjudicación
de las
tierras y la destinación de bienes inmuebles, muebles, incluidos los semovientes, al
fin productivo de las mismas. Esta unidad de producción es indivisible e
inembargable y podrá
ser mejorada mediante la incorporación de nuevas técnicas, condiciones de
producción,
transformación y mercadeo de los productos agroalimentarios.
En tal sentido se estructurar el fundo colectivo mediante la organización y
destinación de bienes productivos, la organización de personas para el trabajo
colectivo y el desarrollo del poder autogestionario de los empresarios colectivos
(LTDA, Art. 4). Pues, el trabajo y explotación de los fundos estructurados colectivos
se realizara, a tenor del precitado artículo, mediante las organizaciones colectivas
económicas para la producción
agraria, que se establecer teniendo como base los principios de mutua cooperación
y solidaridad, privilegiando el sistema cooperativo, colectivo o comunitario. Los
fundos estructurados tendrán apoyo financiero, pues el Estado organizar el servicio
eficiente del crédito agrario, incorporando a las instituciones bancarias y financieras
públicas o privadas existentes a dicho servicio o creando instituciones estatales si
fuere necesario. Los grades crediticios establecer un sistema preferencial destinado
a reestructuración de fundos por autoconstrucción supervisada, tal como lo
establece el artículo 9 de la (LTDA 2010). La incorporación al proceso productivo de
los sujetos
beneficiarios de Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, garantizar entre otras cosas, el
derecho a ser usufructuarios de una parcela para la producción agraria, así como
de los bienes destinados a la estructuración del fundo con fines productivos (Art. 15,
2.)
Igualmente, en el artículo 17, numeral 8, dentro del régimen del uso de tierras con
vocación para la producción agroalimentaria, se garantiza de manera preferente a
los ciudadanos y ciudadanas nacidos y residentes en zonas rurales, con una edad
comprendida entre dieciocho y veinticinco años, el acceso a una parcela productiva
agraria o a un fundo estructurado, para asegurar la sustentabilidad humana del
desarrollo agrario.
Es de observar que, en las normas precitadas, el legislador habla indistintamente
de parcela para la producción agraria y parcela productiva agraria, así como de
estructuración del fundo y fundo estructurado. Cabe preguntarse por las diferencias
entre parcela y fundo, al respecto, Venturina (2002) dice que la diferenciación entre
parcela y fundo no tiene sentido jurídico, pues la parcela es la porción pequeña de
un terreno, pero que desde el punto de vista del moderno Derecho Agrario, es un
fundo en s cuando
tiene vocación agraria y la dicótoma se resuelve hablando de fundo parcelario. El
citado autor, se pregunta qué es un fundo estructurado, para encontrar respuesta
acude al Derecho Romano y a la noción de fundos instructor compuesto de las
voces: fundos que
significa suelo aunque este desierto, e instructor que debe entenderse como el
complejopertinencia de cosas y personas necesarias para el ejercicio organizado
de la actividad agraria. En atención a la configuración normativa, el fundo
estructurado corresponde al
fundo integrado en una organización productiva dotado de los elementos inherentes
a la producción. Al efecto, da una definición tentativa de lo que debe entenderse
como fundo estructurado: aquel integrado funcionalmente con las mejoras, anexos
y pertenencias
requeridas para su cabal explotación agraria distribuidas y ordenadas con criterios
deeficiencia operativa en el contexto de la planificación nacional.
En este orden de ideas, lo contrario del fundo estructurado es el nudo fundo o
nudo suelo, cuya expresión tangible ms visible es la llamada tierra inculta. De donde
la característica del fundo estructurado, es la necesaria eficiencia productiva. El
valor jurídicodel fundo estructurado es que constituye el elemento material que
sustenta el título de
adjudicación permanente, por el cual se otorga al adjudicatario la posesión legitima
de las tierras productivas ocupadas y trabajadas, de conformidad con los artículos
64 y 66 de la
(LTDA). En efecto, los usufructuarios que hayan mantenido la eficiencia productiva
delfundo estructurado por un término no menor de tres años consecutivos, tendrán
derecho a recibir el título de adjudicación permanente, a través del cual se transfiere
la posesiónlegitima de las tierras productivas ocupadas y trabajadas; es decir, del
fundo estructurado.En definitiva, el Fundo Estructurado es una unidad de
producción, conformado por la tierra
y bienes productivos muebles e inmuebles, incluidos los semovientes con
destinación al fin
productivo de la misma de conformidad con la ley.
REFERENCIAS CONSULTADAS.
Abad Sanz, J. L. (1991). La Tenencia de la Tierra en los Llanos Occidentales.
Antecedentes. Trabajo de ascenso no publicado, Universidad Nacional
Experimental de los
Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, Barinas.

Conuco

El conuco, según Rodríguez (2004) es el lugar donde los antepasados indígenas y sus
descendientes practicaban las diferentes alternativas de siembra y cosecha, era el terreno
donde se preparaba, sembraba la semilla de la salud, de la prevención y el alimento para
beneficio de las generaciones. Allí no existían los abonos sintéticos, los biocidas, ni las
máquinas monstruosas. Se cosechaban los frutos, los vegetales y las medicinas para cubrir
los gustos y necesidades de las poblaciones.
De acuerdo a lo planteado, los antepasados y campesinos practicaban un modelo agrícola
sustentable, ejercían prácticas empíricas en sus conucos naturales, de acuerdo a su mejor
criterio y la experiencia obtenida, ejercían prácticas alternativas en la agricultura, buscando
el balance de lo económico y lo social, con el de la naturaleza que los rodeaba

Se dice que la palabra Conuco proviene de un vocablo de origen indígena que significa
«pequeña parcela de tierra dedicada a la agricultura» y está asociada a la producción de
subsistencia. El conuco es un sistema de cultivo con fuertes raíces históricas prehispánicas y
es utilizado en todo el país. En los actuales momentos, este sistema de producción agrícola
se ha modificado incorporando prácticas modernas en detrimento de lo tradicional. No
obstante, todavía sigue siendo una alternativa valiosa para el sustento alimentario de la
población rural.
CARACTERÍSTICAS DEL CONUCO
El conuco es un sistema de cultivo con fuertes raíces históricas prehispánicas y es utilizado
en todo el país. Se refiere básicamente a la producción agrícola a pequeña escala, asociada a
la vivienda campesina, con técnicas rudimentarias y donde el producto de la cosecha es
utilizado para el consumo del núcleo familiar

La soberanía alimentaria es la capacidad de cada pueblo para definir sus propias políticas
agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y seguridad
alimentaria. Ello implica la protección del mercado doméstico contra los productos
excedentarios que se venden más baratos en el mercado internacional, y contra la práctica de
la venta por debajo de los costos de producción.
Seguridad alimentaria hace referencia a la disponibilidad de alimentos, el acceso de las
personas a ellos y el aprovechamiento biológico de los mismos. Se considera que un hogar
está en una situación de seguridad alimentaria cuando sus miembros disponen de manera
sostenida a alimentos suficientes en cantidad y calidad según las necesidades biológicas. Dos
definiciones de seguridad alimentaria utilizadas de modo habitual son ofrecidas por
la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, conocida por
sus siglas en inglés -FAO-, y la que facilita el Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos (USDA por sus siglas en inglés):
La seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen acceso en todo momento
(ya sea físico, social,1 y económico) a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para cubrir
sus necesidades nutricionales y las preferencias culturales para una vida sana y activa.2
La seguridad alimentaria de un hogar significa que todos sus miembros tienen acceso en todo
momento a suficientes alimentos para una vida activa y saludable. La seguridad alimentaria
incluye al menos: 1) la inmediata disponibilidad de alimentos nutritivamente adecuados y
seguros, y 2) la habilidad asegurada para disponer de dichos alimentos en una forma sostenida
y de manera socialmente aceptable (esto es, sin necesidad de depender de suministros
alimenticios de emergencia, hurgando en la basura, robando o utilizando otras estrategias de
afrontamiento). (USDA)3
Diferencias con el término soberanía alimentaria[editar]
Mientras que la seguridad alimentaria se refiere a garantizar el aprovisionamiento de
alimentos, la soberanía alimentaria se entiende como la facultad de cada pueblo para definir
sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y
seguridad alimentaria.
Otras acepciones de la expresión seguridad alimentaria se vienen utilizando en distintos
sentidos según la épocas y el contexto. En inglés, food safety se refiere a la inocuidad de los
alimentos y a la garantía de su salubridad para el consumidor. Por otra parte, la expresión food
security hace referencia a la disponibilidad suficiente de alimentos y el acceso a ellos.
En castellano tanto el término inglés safety como security se traducen como seguridad. Así,
la expresión inglesa food safety corresponde a lo que en castellano se denomina inocuidad
alimentaria o higiene de los alimentos, mientras que la seguridad alimentaria abarca la
conceptualización relativa a la disponibilidad alimentaria.

La Jurisdicción Especial Agraria

La Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia comprende lo referente a la casación agraria.

El artículo 152 de la Ley de Tierras establece las situaciones donde debe intervenir, aun de
oficio, el Juez Agrario, para tutelar o preservar bienes, la actividad agroproductiva, servicios
públicos, recursos naturales o ambientales, infraestructura, biodiversidad y otros de interés social o
colectivo, o bien para hacer cesar actuaciones que pudieran menoscabar esos mismos bienes o
actividades.

La competencia corresponde a los Tribunales de Primera Instancia, cuando el daño o la


omisión causante del mismo provengan de un particular. Si el daño es causado por la ejecución de
un acto administrativo o por funcionarios de un ente público agrario, actuando en nombre de éste,
el conocimiento corresponde a los Tribunales Superiores con competencia por la ubicación del bien.

En la reforma del 2010 se incorporó, conforme al cual el juez en cualquier grado y estado del
proceso, debe proteger y aplicar el principio socialista según el cual la tierra es de quien la trabaja.

La jurisdicción agraria está integrada por la Sala de Casación Social y los demás tribunales
señalados por la Ley estos son los Tribunales Superiores Agrarios y los Tribunales de Primera
Instancia Agraria. Los Tribunales de parroquias o de municipios no conocen en este fuero especial,
por lo que todos los asuntos entre particulares, independientemente de su cuantía, deben iniciarse
ante el Tribunal de Primera Instancia Agraria con competencia por el territorio.

Los Tribunales de Primera Instancia conocen a través del procedimiento ordinario agrario, los
conflictos entre particulares con motivo de las actividades agrarias.

En relación a los Tribunales Superiores Agrarios tienen competencia para conocer: a) por
apelación, las sentencias dictadas por los Tribunales de Primera Instancia Agraria, b) en primer grado
de jurisdicción, los recursos contencioso administrativo de nulidad contra las providencias dictadas
por los entes estatales agrarios; c) en primer grado de jurisdicción, las demandas patrimoniales
contra los entes del Estado, relacionado con la materia Agraria y de Ambiente.

La Sala Especial Agraria constituye la cúspide tanto para conocer el recurso de casación en
los procedimientos ordinarios y especiales agrarios, como del Contencioso Administrativo Agrario
donde decide en alzada. Le corresponde igualmente de forma exclusiva y excluyente, conocer los
recursos de interpretación de las normas contenidas en la Ley de Tierras, siempre que el
peticionante demuestre interés inmediato y directo sobre el alcance y explicación de una norma
para un caso concreto.

PRINCIPIOS ADJETIVOS

Con base en los artículos 154 y 155 de la Ley de Tierras señalan los siguientes principios como
característicos del procedimiento agrario: la oralidad, la informalidad, la brevedad, la gratuidad, la
inmediación, la concentración, la publicidad, la conciliación y el carácter social del proceso, que
corresponden igualmente al contenido del artículo 257 de la Constitución Nacional.

DEL PODER CAUTELAR DEL JUEZ AGRARIO


AMPLIACIÓN DE LOS PODERES CAUTELARES DEL JUEZ.
El artículo 243 de la actual Ley de Tierras y Desarrollo Agrario establece: “El Juez agrario podrá dictar
oficiosamente medidas cautelares provisionales orientadas a proteger el interés colectivo, las cuales
tendrán por finalidad la protección de los derechos del productor rural, de los bienes agropecuarios,
la utilidad pública de las materias agrarias, así como también la protección del interés general de la
actividad agraria cuando considere que se amenaza la continuidad del proceso agroalimentario o se
pongan en peligro los recursos naturales renovables. “Modernamente se ha fortalecido la idea del
juez como órgano rector del proceso (director, dice el artículo 14 del Código de Procedimiento Civil).
En tal sentido se ha fortalecido sus facultades dentro del mismo. (…) En sede agraria la ley especial
ha desarrollado la materia profusamente, tal como lo hace en los artículos (antes 467,211, 258 y
259 del Decreto Ley) los cuales tienen una profunda vinculación con el artículo 588 del Código de
Procedimiento Civil, sin ignorar que su interpretación y aplicación judicial llevará al establecimiento
de sus naturales diferencias. Así el artículo (antes 167) –hoy 243- señala que el juez agrario queda
facultado para dictar oficiosamente las medidas cautelares (nominadas e innominadas) que le
permitan dar cumplimiento a los fines que el legislador le señala como paradigmas. Algunos de estos
objetivos que se le encomiendan al ente judicial tienen todas las características de actividades
administrativas, quizás ello explica el contenido y alcance del artículo (antes 211 hoy 207). (…) Este
artículo tiene una especial característica que le hace distinto al resto del orden judicial cautelar del
país. Veamos por qué.
Autoriza esta norma al juez a dictar medidas cautelares sin que, necesariamente, para el momento
en que las acuerde exista proceso judicial “El nuevo proceso agrario venezolano”. Edgar Darío Núñez
Alcántara.”
De otra parte, los jueces – y entre ellos los jueces agrarios –debemos actuar como garantes de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como debe ser la función de todos
quienes tenemos tal investidura: Vale entonces traer a los autos el texto parcial de la magnífica
Conferencia “El Sistema de Justicia Venezolano”, del reconocido constitucionalista Abogado CARLOS
ESCARRÁ MALAVÉ, quien nos señala:
“Nos corresponde en estos momentos realizar algunas disertaciones en relación al sistema judicial,
el cual sin duda representa uno de los temas de mayor significación que puede existir dentro de un
Estado, toda vez que el mismo implica la estructura en función de la cual se canaliza una de las más
importantes funciones del Estado, como lo es la función jurisdiccional, vital en la vida y desarrollo
de toda sociedad.
Por tal motivo, de seguidas se abordará el referido tema haciendo énfasis en su concepción actual,
en función del redimensionamiento que nuestro Estado ha experimentado gracias a la entrada en
vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En tal sentido, lo primero que
se realizará serán algunas reflexiones en torno al nuevo modelo de Estado previsto en nuestro texto
constitucional, a los efectos de poder fijar sus repercusiones e incidencias en el tema aquí abordado,
para luego, entrar en el análisis de la concepción

misma del sistema de justicia como tal, para luego entrar en el análisis de cada uno de los
componentes que lo integran, así como las particularidades que cada uno detenta en relación a los
cometidos que cada uno de los mismos tiene asignado.
Por último, se realizaran algunas consideraciones en relación a las formas de protección de la
Constitución, la cuáles representan la base fundamental para la preservación e integridad del orden
constitucional, y en consecuencia, de la intangibilidad de los fines y valores que de la misma irradian
en nuestra sociedad, y cuya protección en definitiva se traduce en el efectivo cumplimiento y
verificación de la justicia en la vida de nuestro Estado”.

2.- Luego el artículo 152 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario contiene otra norma que faculta al
Juez a dictar medidas cautelares sin que necesariamente, para el momento en que las acuerde exista
proceso judicial. Aún más sin que se obligue al beneficiario o afectado por la medida a tomar una
vía de contienda jurídica.
Al respecto el referido artículo es del siguiente tenor:
“En todo estado y grado del proceso, el juez competente para conocer de las acciones agrarias
…velará (poder-deber) por:
6.- La cesación de actos y hechos que puedan perjudicar el interés social y colectivo…
7.- El establecimiento de condiciones favorables al entorno social e interés colectivo.
A tales efectos, dictará de oficio, las medidas preventivas que resulten adecuadas a la situación
fáctica concreta y conforme al supuesto de hecho de la norma que le sirva de fundamento contenida
en el presente Decreto Ley, imponiendo órdenes de hacer o no hacer a los particulares y a los entes
estatales agrarios, según corresponda.” (Destacado nuestro)
3.- El artículo 242 de la ley especial, contempla las medidas cautelares oficiosas a favor del interés
colectivo, difuso o transpersonal y las típicas.
En consideración de este Juzgado, este artículo establece al Juez agrario un conjunto de principios
y objetivos que deben dirigir su conducta en el proceso, y en tal dirección le faculta para dictar
medidas preventivas de oficio que le permitan penetrar en la cautela genérica, pudiendo establecer
conductas con obligaciones de hacer o de no hacer tanto a los particulares como a la Administración
pública agraria, si ello fuere necesario.
En perfecta concatenación con el artículo antes transcrito, el artículo 254 lo faculta para dictar
medidas cautelares oficiosas, destinada a proteger el interés colectivo. Considerada por la Doctrina
como una facultad pendente littem que autoriza al dictamen de medidas innominadas, el artículo
242 señala: “El Juez agrario podrá dictar oficiosamente medidas cautelares provisionales orientadas
a proteger el interés colectivo, las cuales tendrán por finalidad la protección de los derechos del
productor rural, de los bienes agropecuarios, la utilidad pública de las materias agrarias, así como
también la protección del interés general de la actividad agraria, cuando considere que se amenaza
la continuidad del proceso agroalimentario o se pongan en peligro los recursos naturales
renovables.” (Subrayado propio).
Como un elemento común a los anteriores artículos (medidas cautelares innominadas) no se
establecen requisitos necesarios para el ejercicio de la potestad cautelar, es el análisis del juez el
que le permite determinar, dentro o no de un proceso, que puede tomar medidas preventivas, de
oficio, tomando en consideración la situación fáctica concreta para dictarlas imponiendo conductas,
positivas o negativas, y tratando de proteger los derechos del productor, los bienes agropecuarios
y el interés general de la actividad agraria, tomando como marco general la función social a la que
está sometida la propiedad conforme a los parámetros Constitucionales.
Este artículo concede una facultad especialísima al juez agrario, cuando le permite dictar
oficiosamente medidas cautelares, en juicio o fuera de éste, destinadas a asegurar que no se
interrumpa la producción agraria pudiendo hacer cesar amenazas de desmejoramiento o
destrucción en relación con la producción agraria.
4.- El artículo 154 de la misma Ley citada dispone:
“El procedimiento agrario constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia.”
En la nueva Ley de Tierras se modificó el artículo 68, donde se declaran de utilidad pública o interés
social las tierras con vocación de uso agrario, las cuales quedan sujetas a planes de seguridad
agroalimentaria conforme al referido artículo 305 de la Constitución.
Tal como lo establece la nueva Ley de Tierras vigente en su artículo 1º, el objeto de la ley es
“establecer las bases del desarrollo rural integral y sustentable, entendido éste como el medio
fundamental para el desarrollo humano y crecimiento económico del sector agrario, dentro de una
justa distribución de la riqueza y una planificación estratégica, democrática y participativa,
eliminando el latifundio y la tercerización como sistemas contrarios a la justicia, la igualdad, al
interés general y a la paz social en el campo, asegurando la biodiversidad, la seguridad
agroalimentaria y la vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental y agroalimentario de
la presente y futuras generaciones”
5.- Este Tribunal acoge el criterio Jurisprudencial emanado del Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
Constitucional, a los 24 días del mes de ENERO de dos mil dos (2002). Exp. Nº. 01-1274, que de
manera incólume expresa y desarrolla el concepto de Estado Social y de Justicia en que se convierte
Venezuela con la nueva Carta Magna.

PRINCIPALES ENTES AGRARIOS

LA LEY DE TIERRAS Y DESARROLLO AGRARIO (LTDA)


Se creó para reglamentar y cubrir diferentes necesidades y aspectos no incluidos en leyes anteriores.
La aprobación de la Constitución por la Asamblea Nacional Constituyente, especialmente del
artículo 305, por ello era necesario legislar sobre ello y fue cuando se creó la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario (LTDA), ya que la anterior Reforma Agraria, no disponía tampoco en su contenido.
Es decir, que no es que la Ley de Reforma Agraria fuera mala si no simplemente no se ajustaron a
las nuevas exigencias en cuanto a materia agraria contempladas en la Constitución Nacional
Bolivariana de Venezuela.
Esta Ley tiene como finalidad el desarrollo sustentable y la reordenación agropecuaria del territorio.
El impuesto que se establece en la misma, es sólo una herramienta de control para el cumplimiento
de su fin.

INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS (INTI)


CREACIÓN
Artículo 116 (LTDA): Se crea el Instituto Nacional de Tierras, como instituto autónomo adscrito al
Ministerio del ramo, con personalidad jurídica y patrimonio propio, distinto e independiente de la
República, el cual gozará de las prerrogativas y privilegios que le otorga la ley a esta.

OBJETO
Artículo 117 (LTDA). El Instituto Nacional de Tierras tiene por objeto la administración,
redistribución de las tierras y la regularización de la posesión de las mismas, de conformidad con el
presente Decreto Ley, su Reglamento y demás leyes aplicables.
De ser necesario para garantizar la ejecución de los actos administrativos que dicte, podrá hacer uso
de la fuerza pública.
Podemos resumir que el INTI tiene por objeto establecer las bases del desarrollo rural integral y
sustentable con la finalidad de incrementar la productividad de la tierra, además de la equidad y de
la justa distribución de la misma. Sin embargo, para el sector privado venezolano, la mencionada ley
constituye una amenaza de expropiación que limitaría el uso productivo de las tierras. No obstante,
el propósito principal de dicha Ley es desarrollar una producción agraria en función de las
necesidades agroalimentarias que demanda la población venezolana, teniendo como premisa la
eliminación del latifundio a través de una adecuada redistribución de las grandes extensiones de
terreno que han permanecido ociosas e incultas por muchos años.

¿CUÁLES SON LAS ATRIBUCIONES DEL INSTITUTO NACIONAL DE TIERRA (INTI)?


Están establecidas en el artículo 119 (LTDA).
Corresponde al Instituto Nacional de Tierras:
1. Adoptar las medidas que estime pertinentes para la transformación de todas las tierras con
vocación de uso agrario, en unidades económicas productivas.
2. Otorgar, renovar y revocar certificados de clasificación de fincas, en los cuales se determinará su
condición de: finca productiva, finca mejorable o finca ociosa. En el caso de los certificados de finca
productiva y mejorable, el Instituto Nacional de Tierras podrá otorgar, renovar o revocar, el
correspondiente certificado a los propietarios u ocupantes de tierras con vocación de uso agrario,
de conformidad con lo previsto en la presente Ley.
3. Determinar el carácter de ociosas o incultas que tengan las tierras con vocación de uso agrario, y
rescatar o expropiar, según corresponda, las tierras que tengan tal carácter, de conformidad con lo
previsto en esta Ley.
4. Conocer, decidir y revocar la procedencia de la adjudicación de tierras, así como otorgar los títulos
de adjudicación permanente.
5. Establecer los proyectos de mejoramiento de las tierras adjudicadas, que deben cumplirse a los
fines de hacerlas productivas, con base en los planes de desarrollo del Ejecutivo Nacional.
6. Iniciar de oficio o por denuncia el procedimiento de rescate de las tierras de su propiedad que se
encuentran ocupadas irregularmente.
7. Ordenar la apertura del procedimiento de expropiación y solicitar la expropiación forzosa por
ante el respectivo tribunal.
8. Llevar el Registro Agrario de tierras y aguas.
9. Levantar en censo de aguas con fines agrarios.
10. Expedir la Carta de Registro.
11. Afectar las tierras con vocación de uso agrario, que hubieren sido desafectadas, en las cuales no
existan desarrollos urbanos, ni construcciones o edificaciones.
12. Declarar o negar la garantía de permanencia previsto en la presente Ley, de conformidad con lo
previsto en el parágrafo primero del artículo 17 de esta Ley. A estos efectos, el Instituto informará
mediante resolución, a los solicitantes sobre los recaudos que deberán presentar para la
declaratoria, así como de los trámites a seguir de conformidad con lo establecido en el reglamento
de esta Ley y en las resoluciones que al efecto dicte el Instituto Nacional de Tierras.
13. Revocar el acto que declaró la garantía de permanencia, cuando esté plenamente demostrado
que los supuestos que le dieron origen a su reconocimiento han cesado o si voluntariamente el
beneficiario hubiere dejado de permanecer en las tierras.
14. Participar en la regulación del uso de las tierras con vocación de uso agrario, ubicadas en áreas
bajo régimen de administración especial, observando la normativa especial sobre la materia, en
coordinación con los órganos competentes en materia ambiental.
15. Dictar los actos, circulares, providencias y resoluciones que sean necesarios para el
cumplimiento de su objeto.
16. Solicitar a los entes públicos indicados en el artículo 83 de esta Ley, la transferencia de la
titularidad del derecho sobre las tierras o fundos rústicos con vocación de uso agrario a los que se
refiere dicho artículo, o bien, la autorización para la ocupación y uso de las mismas, mientras se
formaliza la transferencia; a los fines de que se realice el correspondiente rescate. En caso de
silencio del ente solicitado, se entenderá otorgada la autorización para la ocupación y uso. A los
fines del rescate, el Instituto también podrá celebrar convenios de ocupación y uso, con los referidos
entes públicos, sobre las tierras o fundos rústicos con vocación de uso agrario objeto de
transferencia, aunque ésta aún no se hubiese formalizado.
17. Disponer de las tierras con vocación de uso agrario que no estén productivas, que sean baldíos
nacionales o que pertenezcan al dominio privado de la República, institutos autónomos, empresas
del Estado, fundaciones o cualquier entidad de carácter público nacional, con el objeto de
convertirlas en unidades económicas productivas, mientras la titularidad sobre las mismas sea
transferida a su patrimonio, sea autorizada su ocupación y uso, o sea celebrado el convenio de
ocupación y uso.
18. Ejercer el derecho de rescate de las tierras de su propiedad o que estén bajo su disposición, que
se encuentren ocupadas ilegal o ilícitamente.
19. Solicitar a las Administraciones Estadales todo tipo de información y colaboración necesaria para
el eficaz ejercicio de sus competencias, en particular, para la sustanciación de los procedimientos
administrativos a que se refiere la presente Ley.
20. Conservar y proteger los recursos naturales existentes en tierras con vocación de uso agrario,
en coordinación con los órganos competentes, con el objeto de garantizar el desarrollo rural
sustentable.
21. Suscribir convenios con terceros para el aprovechamiento de los recursos naturales existentes
en tierras con vocación de uso agrario propiedad del Instituto, sin perjuicio de la obtención de los
permisos correspondientes por parte de las autoridades competentes. Se reserva el Instituto
Nacional de Tierras, la administración y aprovechamiento de los minerales no metálicos ubicados
en las tierras de su propiedad, de conformidad con lo que establezca el Reglamento de esta Ley.
22. Reclamar los pagos que correspondan por servidumbres constituidas, o por constituir, en tierras
de su propiedad. En ejercicio de esta competencia el Instituto podrá suscribir convenios con
terceros, que garanticen el pago respectivo a favor del Instituto.
23. Velar por el cumplimiento de las normas ambientales.
24. Las demás que le atribuyan las leyes y reglamentos.
En resumen podríamos decir que el INTI debe adoptar las medidas que considere necesarias para la
transformación de todas las tierras con vocación de uso agrario, en unidades económicas
productivas.
Otorgar, renovar y revocar certificados de clasificación de fincas, en los cuales se determinará su
condición de: finca productiva, finca mejorable o finca ociosa.
Esta certificación se le renovará o revocará a los propietarios u ocupantes.
Determinar el carácter de inculta u ociosa que tenga la tierra con vocación de uso agrario.
Otorgar, conocer y decidir sobre títulos readjudicación de tierras.
Iniciar por oficio o por denuncia el procedimiento de rescate de las tierras de su propiedad,
conceder, revocar y renovar adjudicación.
Conocer la procedencia de la adjudicación.
Establecer los proyectos de mejoramiento de las tierras adjudicadas.
Llevar el registro agrario de tierras y agua.
Expedir la Carta de Registro.
Afectar las tierras con vocación de uso agrario.
Declarar o negar la garantía de permanencia previsto en la Ley (LTDA).
Dictar actos y providencias necesarios para el cumplimiento de su objetivo.
Velar por la conservación de los recursos naturales existentes en la tierra con vocación agrícola.
Velar por el cumplimiento de las normas ambientales.
"El Instituto Nacional de Tierras, de conformidad con el artículo 119 de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario , determinará los productos o rubros agrícolas, (pecuarios, vegetales, acuícolas y forestales)
a la clase por vocación de uso de la tierra y subclases en la cual deberán ser producidos, debiendo
hacer su publicación anual en la Gaceta Oficial Agraria.
Los productores agrícolas deben sujetar su actividad a las determinaciones establecidas por el
Instituto Nacional de Tierras para la selección de productos o rubros por clase de vocación de uso".

NOMBRAMIENTO DE CARGOS
Las Oficinas Regionales de Tierra, estarán integradas por cinco (5) miembros, uno de los cuales será
el coordinador de la misma. Dichos miembros serán de libre nombramiento y remoción por el
presidente del Instituto.

ATRIBUCIONES DE LAS OFICINAS REGIONALES DE TIERRA


Informar al Directorio del Instituto Nacional de Tierras de la ocupación de tierras propiedad de la
República por parte de terceros.
Sustanciar los procedimientos de declaratoria de tierras ociosas o incultas.
Llevar los registros e inventario de la propiedad territorial agraria y agroindustrial de su jurisdicción.
Contra cualquier decisión dictada por las oficinas regionales de tierra se podrá intentar recurso
jerárquico directamente por ante el Directorio del INTI.
La resolución que dicte el Presidente del INTI, agotará la vía administrativa.
El Instituto Nacional de Tierras se regirá por un estatuto especial que dictará el Directorio del
Instituto, previa aprobación del presidente de la República, en el cual reestablecerán disposiciones
que regulen el reclutamiento, la selección, el ingreso, el desarrollo, la evaluación, los ascensos, los
traslados, suspensiones, la clasificación de los cargos, la remuneración y el egreso.
El Instituto Nacional de Tierras (INTI); es un Instituto autónomo con sede en la ciudad de Caracas,
adscrito al Ministerio del Poder Popular Para la Agricultura y Tierras por ser el Ministerio del ramo
conforme a la gestión que desempeña, descrita en el artículo 119 de la LTDA.
Se atribuye al Instituto personalidad jurídica y patrimonio propio, lo que implica que ejerce
directamente sus funciones, derechos y obligaciones, con las prerrogativas y privilegios que la Ley
Orgánica de la Hacienda Pública Nacional, las leyes fiscales especiales y la legislación civil confieren
al fisco, por tanto:
• No le puede ser opuesta compensación por sus deudas.
• No queda confeso por omisión en contestar en contestar demandas u oponerse a los recursos
jurisdiccionales, contra las providencias administrativas que dicte en ejercicio de sus funciones.
• Salvo disposiciones especiales, las sentencias dictadas contra los intereses del INTI deben ser
consultadas con el superior.
• Es inmune contra la condenatoria en costas, no obstante resulte perdidoso totalmente en juicio o
en los recursos intentados.
• Deben ser notificados, según el caso, el procurador general de la República y el Fiscal General de
la República, por vía más rápida, de toda demanda, sentencia o providencia que involucre al
Instituto.
• No le puede ser exigida fianza o caución.
• Está Exento de medidas preventivas o ejecutivas, debiéndose fijar término para el cumplimiento
de sus obligaciones.

ATRIBUCIONES DEL INTI


Las funciones del INTI están debidamente delimitadas en el artículo 119 de la LTDA, orientadas en
general, en hacer económicamente productivas las tierras con vocación de uso agrario ubicadas en
el territorio nacional, a cuyos efectos deberá dictar los actos administrativos, providencias, medidas,
resoluciones y circulares que fueren menester.
Le corresponde al Instituto decidir en última instancia administrativa todos los procedimientos que
se prevén en la Ley de Tierras, registro agrario, rescate, declaraciones de tierra ociosas, derechos de
permanencia, expropiaciones, adjudicaciones.

OFICINAS REGIONALES DE TIERRA (ORT)


Las Oficinas Regionales de Tierras (ORT), Son las que recibirán las solicitudes realizadas y
conformaran los expedientes respectivos de acuerdo con lo establecido en las normas para la
elaboración de expedientes de adjudicación, los cuales serán remitidos a la Gerencia de Registro
Agrario, quienes tendrán un control de los expedientes enviados por Estado y fecha de ingreso, los
expedientes serán evaluados por la Comisión mixta de las Gerencias Técnica, Consultoría Jurídica y
Registro Agrario, posteriormente serán enviados a la Consultoría Jurídica. Si la evaluación es
aprobada los expedientes pasan a la consideración del directorio, y luego de ser aprobados por el
Directorio a la Consultoría Jurídica para la elaboración de los títulos respectivos, si es rechazada es
remitida nuevamente a las ORT respectivas y se haga lo recomendado.
Institución donde se realiza esta solicitud: Instituto Nacional de Tierras (INTI).
El Estado, a través del INTI, otorga al campesino o campesina el derecho de propiedad agraria sobre
unas tierras para que puedan trabajarlas y percibir sus frutos, basado en un proyecto de desarrollo
integral sustentable, teniendo siempre presente el compromiso de trabajar la tierra y adaptado a
los planes agrícolas de la Nación . Ese derecho de propiedad agraria se transfiere por herencia a los
sucesores legales (descendientes o colaterales). No obstante, estas tierras otorgadas no pueden ser
objeto de enajenación alguna.
Desde el punto de vista jurídico, constituye un derecho de propiedad que se establece mediante un
acto administrativo denominado "Adjudicación de Tierras", por medio del cual el Instituto Nacional
de Tierras (INTI) otorga una determinada parcela o un lote de terreno a los fines de mantener la
productividad agraria y por ende la seguridad agroalimentaria.
Existe una serie de requisitos y recaudos que deben cumplirse y deben entregarse los recaudos a las
Oficinas Regionales de Tierras (ORT).

INSTITUTO NACIONAL DE DESARROLLO RURAL (INDER)


El Instituto Nacional de Desarrollo Rural (INDER) nace por mandato de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario el 9 de noviembre del año 2001, mediante el uso de Ley habilitante y tiene por objeto;
contribuir con el desarrollo rural integral del sector agrícola en: Infraestructura, Capacitación y
Extensión. Es un instituto autónomo, adscrito al Ministerio de Agricultura y Tierras, con personalidad
jurídica y patrimonio propio, distinto e independiente de la República. Su actual sede nacional se
encuentra en la ciudad de Guanare, estado Portuguesa, y funciona de manera descentralizada en
23 oficinas regionales y estadales cada una, dándole fiel cumplimiento a sus responsabilidades para
llevar a cabo sus objetivos principales.
Somos un instituto público, promotor del Desarrollo Rural Integral, que activando procesos
democráticos participativos, comprometido con el protagonismo y la corresponsabilidad de
productores y comunidades rurales, construye, rehabilita, y mantiene infraestructuras productivas
de sistemas de riego, saneamiento de tierras, vialidad y servicios básicos de apoyo a la producción
agrícola. Capacita y proporciona asistencia técnica para potenciar la formación de la sociedad rural,
contribuyendo así a consolidar la seguridad alimentaria, la calidad de vida del venezolano y el
desarrollo socio-económico del país. El Instituto Nacional de Desarrollo Rural al incorporarse al
Ministerio de Agricultura y Tierras, profundiza sobre su competencia principal y asume el reto de
planificar con justicia y equidad social para incluir a los hombres y mujeres del campo en el proceso
productivo del país. Entendiendo que el desarrollo rural no puede verse sólo como la construcción
de obras de infraestructura hidroagrícola, asumimos con responsabilidad los diez objetivos
planteados en el Nuevo Mapa Estratégico y profundizamos el trabajo de formación y organización
con los productores y productoras del campo a través de las Gerencias de Pueblos Indígenas y
Desarrollo Comunitario.

CORPORACIÓN VENEZOLANA AGRARIA (CVG)


Esta institución nace bajo la necesidad de crear un organismo cuya función se oriente a luchar por
la búsqueda de la soberanía alimentaria y evitar la dependencia por la importación de alimentos.
Fue así que un 13 de noviembre del 2001 bajo el Decreto de Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, se
crea la Corporación Venezolana Agraria (CVA), como un instituto autónomo que, a partir de las
políticas, estrategias y directrices emanadas del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y
Tierras, tiene como finalidad impulsar el aparato productivo agrario, coordinar y supervisar las
actividades empresariales del Estado para el desarrollo del sector agropecuario en el país. Esta
Corporación, se inicia como un sueño del Gobierno Bolivariano encabezado por su máximo líder, el
presidente de la República, Hugo Chávez Frías, hoy en día es una realidad, y en cada amanecer se
afianza en toda la geografía nacional creciendo tanto en número de empresas filiales, que
actualmente superan las 20, como en productos, personal capacitado y comunidades beneficiadas,
desarrollando, coordinando y supervisando las actividades empresariales del Estado para el impulso
del sector agrario.
Su misión es, impulsar, coordinar y ejecutar el seguimiento y evaluación de la gestión empresarial
agroalimentaria del país, a partir de políticas, estrategias y directrices emanadas del Ministerio del
Poder Popular para la Agricultura y Tierras y mediante la instrumentación de un marco
procedimental actualizado y coherente con las prioridades del Estado Venezolano. Y su visión es ser
un ente corporativo dinamizador del sector agrario, concertador de la gestión empresarial agraria y
garante del apoyo a las organizaciones campesinas, productores agropecuarios y consumidores; con
el fin de facilitar soluciones financieras, comerciales, tecnológicas y organizacionales en el marco de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Instituciones nacionales y locales que ejecutan las disposiciones jurídicas sobre la tierra

- Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras


2001. Decreto No. 1546. Crea el Instituto Nacional de Desarrollo Rural -INDR-. instituto autónomo
adscrito al Ministerio del ramo, con personalidad jurídica y patrimonio propio. Tiene por objeto
contribuir al desarrollo rural integral del sector agrícola en materia de infraestructura, capacitación
y extensión. Su sede está en Guanare, Estado Portuguesa, pudiendo establecer oficinas regionales
o estadales necesarias. Dirige, coordina y ejecuta las políticas y planes nacionales vinculados con el
riego y saneamiento de tierras; fomenta, coordina y ejecuta partes y programas destinados a la
organización y consolidación de las comunidades rurales, a través de las diversas formas asociativas
de autogestión, gestión y cogestión;
promueve el adiestramiento y la capacitación técnica de los pobladores del medio rural.
2001. Decreto No. 1546. Corporación Venezolana Agraria -CVA-. Instituto autónomo con
personalidad jurídica propia, adscrito al Ministerio del ramo, que gozará de las prerrogativas y
privilegios legales. Su sede estará en Barquisimeto, Estado Lara. Tiene por objeto desarrollar,
coordinar y supervisar las actividades empresariales del Estado para el desarrollo del sector agrario.
A tales fines, podrá crear las empresas y demás entes de carácter privado que sean necesarios para
el eficaz cumplimiento de su objeto
2001. Decreto No. 1546. Jurisdicción Agraria. Estará integrada por la Sala de Casación Social del
Tribunal Supremo de Justicia, y los demás tribunales señalados en este Decreto Ley.
Defensorías del Pueblo. Tienen una Defensora Especial de la Mujer, que facilita el acceso a los
tribunales a las mujeres pobres, por ejemplo, mediante la preparación a título gratuito, de
documentos legales.

Gobernaciones y Alcaldías han creado fondos para el otorgamiento de crédito a productores/as


agrícolas, microempresarios y otras formas asociativas de producción (8).
-El Instituto Nacional de Tierras –INTI- lleva adelante el proceso de entrega de tierras a los
campesinos en el denominado “Plan Zamora”.
En la primera fase del Plan Zamora se logró la meta de entregar más de un millón de hectáreas a los
campesinos, beneficiando a más de 40 mil familias con la entrega de 31 437 cartas agrarias. La
segunda etapa del plan pretende entrega de dos millones hectáreas.

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