0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
129 vistas9 páginas
Este documento habla sobre las nociones fundamentales del derecho agrario, la propiedad agraria y la posesión agraria. Explica que el derecho agrario regula las relaciones jurídicas relacionadas con la agricultura y busca lograr una reforma agraria que aumente la producción y distribuya de manera justa la tierra. También define la propiedad agraria como el derecho al uso y disfrute de la tierra, y establece que la Constitución venezolana protege a los campesinos y promueve políticas para garantizar
Este documento habla sobre las nociones fundamentales del derecho agrario, la propiedad agraria y la posesión agraria. Explica que el derecho agrario regula las relaciones jurídicas relacionadas con la agricultura y busca lograr una reforma agraria que aumente la producción y distribuya de manera justa la tierra. También define la propiedad agraria como el derecho al uso y disfrute de la tierra, y establece que la Constitución venezolana protege a los campesinos y promueve políticas para garantizar
Este documento habla sobre las nociones fundamentales del derecho agrario, la propiedad agraria y la posesión agraria. Explica que el derecho agrario regula las relaciones jurídicas relacionadas con la agricultura y busca lograr una reforma agraria que aumente la producción y distribuya de manera justa la tierra. También define la propiedad agraria como el derecho al uso y disfrute de la tierra, y establece que la Constitución venezolana protege a los campesinos y promueve políticas para garantizar
NOCIONES FUNDAMENTALES DEL DERECHO AGRARIO, LA PROPIEDAD AGRARIA Y LA POSESIÓN AGRARIA En el presente ensayo hablaremos sobre las nociones fundamentales del derecho agrario, la propiedad agraria y la posesión agraria. Para empezar entender un poco que significa las nociones fundamentales del derecho agrario, según el jurista venezolano Román Corredor en su publicación de Derecho Agrario lo define como: “es aquella rama del Derecho, que persigue ajustar las relaciones jurídicas de carácter agrario a los dictados de la justicia social, con el objeto de facilitar y crear las condiciones necesarias para llevar a cabo una auténtica Reforma Agraria Integral, o sea, para lograr un aumento de la producción agrícola y para hacer posible una más justa y equitativa distribución de la propiedad agraria”. Entonces se puede decir que el derecho agrario regula el uso de los recursos naturales renovables y cubre todos los matices de la actividad agraria, tomando en cuenta al campesino como a los demás productores. Por otra parte, en el derecho agrario venezolano está condicionado por la naturaleza, su historia y los valores, no es clasista, es pluralista, así como lo manda La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que protege primordialmente al campesino y promueve el incremento de la producción nacional como exigencia de la soberanía económica del país, atiende a las defensas de los recursos naturales renovables, y por ende la del sistema ecológico, permitiendo así la explotación de éstos. El análisis, comprensión y uso de las instituciones jurídicas implica necesariamente el estudio de sus orígenes, incluidas las razones histórico- económicas y políticas de su creación, su desarrollo futuro y el estudio de sus orígenes. El futuro y su existencia a largo plazo En el presente es el momento de justificar su existencia activa. El desarrollo de las actividades agrícolas y pecuarias, por parte de las personas son fábricas para la creatividad y la preservación de la vida y como una explotación económica de sus propias actividades, genera lógica al comienzo de la humanidad. Este hecho humano ha sido regulado por el derecho desde los albores del tiempo como corresponde al desarrollo de la labor cultural jurídica. Esta comenzó a crear normas desde los mismos comienzos de la existencia humana, y produjo normas tendientes a orientar la vida social del hombre, cual es el objetivo final del derecho como ente regulador de la vida social. Así el derecho común o civil tiene respuesta para prácticamente toda la problemática que se produce como consecuencia de la vida social, incluyendo la relativa a la actividad agrícola y pecuaria. Sin embargo, podemos afirmar un conjunto de normas destinadas a regular el hecho agrícola o pecuario como tal, con sus principios y una filosofía propia, que atienda a estos actos como fenómenos económico-jurídicos, sólo nace con los comienzos de la segunda década del siglo pasado. En doctrina agraria se ha visto la presencia de dos escuelas en torno a lo que es el nacimiento u origen del derecho agrario, para algunos el principio del mismo pertenece al inicio mismo de la humanidad, para otros pertenece o comienza con la estructuración científico-jurídica de lo que es el derecho agrario, conceptualizado como conjunto de normas destinado a regular la vida del hombre en sus relaciones con el aspecto económico y técnico del campo. Ambas posturas son perfectamente conciliables. En un comienzo el derecho agrario pertenece a la generalidad del mundo humano, prácticamente la vida del hombre gira en torno a la vida rural, más que a la vida urbana, con el transcurso del tiempo se comienza a producir un mayor acercamiento del hombre hacia las ciudades, y con ellas nace un derecho destinado a regular unas relaciones jurídicas distintas. Por otra parte el principio se utiliza como idea fundamental que acompaña a la norma o institución desde su nacimiento hasta su finalización. Entonces, en este sentido, el anti latifundismo, el mínimum vital, así como principios adjetivos, como la concentración, la brevedad o a economía procesal, asisten al derecho agrario durante toda su existencia. En cuanto a la autonomía en relación con el sistema; sostiene la necesidad de un sistema coherente, completo y orgánico, para establecer una coordinación entre las normas del derecho privado y del derecho público para poder interpretar al ius agrarium y darle solución a los problemas prácticos en su concepción. La propiedad agraria consiste en el derecho que tienen las personas de usar, gozar y percibir los frutos de las tierras que están bajo su cuidado. Esta se transfiere por herencia a los sucesores legales pero no pueden ser objeto de enajenación. En la Ley de tierras y desarrollo agrícola define al latifundio como la porción de tierra rural ociosa que su extensión exceda los cinco mil hectáreas. Por otra parte la Constitución Nacional dice que el Estado va a incentivar y estimular la evolución de la agricultura, como estrategia básica para el desarrollo rural del país para así garantizar la seguridad alimentaria de la población, el cual se obtiene a través del desarrollo y la protección de las actividades agrícolas, pesqueras, pecuarias y avícolas. En el mismo orden de ideas, el Estado tomará las medidas necesarias para controlar las finanzas, la comercialización (intercambio de productos y tecnología), la tenencia de tierras, capacitación de los trabajadores de las tierras, así como también todas aquellas medidas que ayuden o colaboren para alcanzar el autoabastecimiento y generar empleos para todos los habitantes del sector campesino. La propiedad agraria está contemplada en la constitución como un derecho que tienen los campesinos y agropecuarios sobre las tierras. Su creación será de acuerdo a la (s) ley (es) respectivas (Ley de Tierras y desarrollo Agrícola). Esta propiedad será protegida por el Estado e incentivará las formas asociativas y particulares de la propiedad en búsqueda de garantizar la producción agrícola. Es importante destacar que la constitución nacional no admite el régimen latifundista por ser éste contrario al interés social, es decir, favorece solamente a pocas personas (las dueñas de las tierras). Cuando un Estado o un Municipio necesiten realizar mejoras en áreas urbanas o industriales deberán desafectar dicha área, a través de su decreto emanado por el Presidente de la República, previa presentación de un proyecto de desarrollo, un estudio de impacto ambiental y el establecimiento de una cláusula de fiel cumplimiento, a fin de estudiar la procedencia o no de la desafectación. En caso de que existan problemas referentes a la ocupación ilegal o ilícita de tierras baldías nacionales o fundos rústicos con fin agrícola de dominio privado de la República, institutos autónomos, corporaciones, empresas del Estado, fundaciones o cualquier entidad de carácter público nacional, la propiedad de las tierras se deberán trasladar al Instituto Nacional de Tierras, para que éste ejecute el respectivo rescate. La seguridad agroalimentaria de la población se ha enfocado a atender el abastecimiento inmediato de los suministros de bienes básicos y a crear la base productiva interna, capaz de enfrentar en el mediano plazo la insuficiencia de la producción nacional de alimentos, como parte del objetivo estratégico de garantizar la soberanía económica de la Nación. Venezuela es un país que presenta una gran biodiversidad ambiental y riqueza natural que lo hacen potencialmente viable para lograr satisfacer las necesidades alimentarías y nutricionales de la población nacional, particularmente de aquellos sectores con grandes restricciones de medios de producción y bajo nivel de desarrollo humano y social. De tal manera, que las políticas que debe tomar el Ejecutivo Nacional en pro del desarrollo de la Nación, tengan su efectividad, las mismas deben tener un basamento legal firme, los cuales se encuentran establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000) en su título VI, del Sistema Socioeconómico, Capítulo I, del Régimen Socioeconómico y de la Función Social del Estado en la Economía, establece la promoción de la agricultura como base estratégica para el desarrollo rural, integral y sustentable de la Nación, tal como lo señala en sus artículos 305 y 306: Art. 305: "El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral, y en consecuencia garantiza la seguridad alimentaria de la población; entendida como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del público consumidor. La seguridad alimentaria deberá alcanzarse desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna, entendiéndose como tal la proveniente de las actividades agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola. La producción de alimentos es de interés nacional y fundamental al desarrollo económico y social de la Nación. A tales fines, el Estado dictará las medidas de orden financiero, comercial, transferencia tecnológica, tenencia de la tierra, infraestructura, capacidad de mano de obra y otras que fueren necesarias para alcanzar niveles estratégicos de autoabastecimiento. Además, promoverá las acciones en el marco de la economía nacional e internacional para compensar las desventajas propias de la actividad agrícola. El Estado protegerá los asentamientos y comunidades de pescadores o pescadoras artesanales, así como sus caladeros de pesca en aguas continentales y los próximos a la línea de costa definidos en la ley". Art. 306: "El Estado promoverá las condiciones para el desarrollo rural integral, con el propósito de generar empleo y garantizar a la población campesina un nivel adecuado de bienestar, así como su incorporación al desarrollo nacional. Igualmente fomentará la actividad agrícola y el uso óptimo de la tierra mediante la dotación de las obras de infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica". Cabe destacar que la propiedad agraria comprende la propiedad rústica (explotación del suelo para siembra y cultivos), con su regulación concreta, y la propiedad forestal (referida a la explotación del terreno mediante plantaciones). En otro orden de ideas, la posesión agraria se caracteriza por todos aquellos actos realizados directamente por el hombre o la mujer, destinados al ejercicio permanente de la actividad agropecuaria. En materia civil la posesión es legítima cuando es continua, no interrumpida, pacífica, pública, no equívoca y el poseedor debe tener el ánimo de dueño, vale decir la intención de tener la cosa como suya propia, aunque no sea el propietario (ver artículo 771 C.C). La posesión agraria, en cambio, como institución del derecho agrario, es más amplia y específica, y debe comprenderse en sus particularidades propias y de forma distinta a la posesión en materia civil. Así, conviene señalar que las particularidades de la posesión agraria son, a juicio de Duque Corredor (2001) las siguientes: 1) La posesión debe traducirse en hechos de trascendencia económica. No puede haber sobre la tierra una posesión improductiva, y lo que mejor traduce tal trascendencia, es la actividad agraria. Los actos posesorios agrarios, en consecuencia, son siempre económicos. 2) La posesión agraria está caracterizada por elementos objetivos y no subjetivos, porque lo determinante para que exista es la actividad, no la intención, sino la tenencia productiva de un predio prolongado en el tiempo de explotación. 3) La posesión agraria sólo puede haberla sobre cosas o bienes no sobre derechos. Esta sólo existe cuando implica tenencia corporal de ese derecho. No pueden poseerse derechos si no se ejercitan actos posesorios agrarios sobre el bien donde recaen. 4) La posesión agraria por sí misma representa el derecho a permanecer en el predio explotado y a conservar o adquirir la propiedad. No es una simple relación fáctica, sino jurídica que debe protegerse. 5) La posesión agraria es inseparable existencialmente del hecho posesorio. No puede haber propiedad sin posesión agraria. 6) La posesión agraria tampoco es absoluta porque está inscrita en los fines sociales del Derecho Agrario, que tiene como finalidad una mejor distribución de los recursos naturales renovables. 7) La posesión es el elemento característico y obligatorio de la propiedad agraria, sin el cual no puede existir tal propiedad. Los actos posesorios son necesarios para la vida de la propiedad. Por ello la propiedad sin posesión agraria se pierde; y 8) La posesión agraria siempre será una relación directa, inmediata y productiva con la tierra, de forma que tanto la posesión originaria producto de la ocupación unilateral, como la posesión derivada unilateral (transmisión por cualquier causa), se pierde si no se continúa o mantiene aquella relación. La cuestión agraria en relación con la tenencia en nuestro campo, ha traído como consecuencia que una mayoría de los productores sean poseedores antes que propietarios, y por tanto, tenedores precarios de tierras, en sentido estrictamente jurídico. El derecho agrario tiene como norte proteger al sujeto productor y a la actividad productiva, es por ello que recurre a distintas figuras jurídicas para proteger la permanencia de estos sujetos en sus predios, aunque no sean propietarios, y busca hacerlos propietarios o por lo menos mejorar la situación de precariedad en relación con su tenencia. Figuras jurídicas como el llamado amparo agrario (de uso frecuente durante la vigencia de la hoy derogada Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos Agrarios) o, en la actualidad, la certificación de permanencia a través de figuras administrativas como las cartas agrarias, son ejemplos de cómo las leyes agrarias protegen al ocupante de posibles perturbaciones y garantizan su permanencia. El artículo 17 de la ley de tierras y desarrollo agrario es bien claro cuando expresa que se garantiza la permanencia de todos aquellos productores o grupos de productores en sus predios ocupados pacíficamente, aunque no sean propietarios; implícitamente se refiere a poseedores, y se protege esta posesión de tipo agrario. En conclusión, la propiedad agraria o territorial en particular, puede asumir distintas formas y coexistir en la práctica. En efecto, la propiedad agraria en la ley de tierras venezolana, es un ejemplo de esta afirmación. Aunque en dicho instrumento normativo se privilegian formas colectivas de propiedad. Lo importante es reconocer que, según sea la modalidad de propiedad seleccionada, los efectos sobre la asignación de los recursos, y sobre las inversiones, serán diferentes según el caso. Y pareciera, a juzgar por la evidencia analizada, que la clara definición de derechos de propiedad sobre las tierras agrícolas es una condición necesaria, para el incremento de la producción y, en consecuencia, del desarrollo agrario.