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Nociones Fundamentales del Derecho 

Agrario
 Concepto de Derecho Agrario

Para definir o conceptualizar el derecho agrario, es necesario partir


de los conceptos manejados por autores nacionales y extranjeros:

El jurista venezolano Román José Duque Corredor en su obra


Derecho Agrario. Estudios Seleccionados, define al derecho agrario
como:

Es aquella rama del Derecho, que persigue ajustar las relaciones


jurídicas de carácter agrario a los dictados de la justicia social, con
el objeto de facilitar y crear las condiciones necesarias para llevar a
cabo una auténtica Reforma Agraria Integral, o sea, para lograr un
aumento de la producción agrícola y para hacer posible una más
justa y equitativa distribución de la propiedad agraria.

El autor Alí José Venturini Villarroel, en su obra clásica Derecho


Agrario Venezolano, establece diversas maneras de definir al
derecho, y dentro de lo que denomina definiciones fundamentales
comienza hablando de lo peligroso que es toda definición en
derecho; y nos enseña un aserto de la escuela americana, según la
cual:

Quien ha aprendido un poco de humanidad abandona la tentativa


de definir el Derecho, circunstancia por otra parte, pues así como
ningún físico se entretuvo en buscar una definición exacta de la
electricidad, sino en comprobar sus efectos, de la misma manera, el
jurista debe ocuparse de los efectos vivencionales de Derecho y no
de su definición.

Sin embargo, se hace necesario precisar que es el derecho agrario


para poder comprenderlo.

Este autor concluye estableciendo como la noción más cónsona del


derecho agrario aquella que lo identifica como: “lus propium de la
actividad agraria en sentido lato, vinculada al aprovechamiento,
conservación y justa distribución de los Recursos Naturales
Renovables… “.

Concluyendo que el derecho agrario valora y regula el uso de los


recursos naturales renovables y que cubre de modo
omnicomprensivo todos lo matices de la actividad agraria, tomando
en cuenta tanto al campesino como a los demás productores, según
su peculiar situación institucional, afirma que el derecho agrario
venezolano está condicionado por la naturaleza, historia y los
valores; es pluralista, no clasista, porque así lo mandala
Constitución Nacional; protege primordial, pero no exclusivamente a
los campesino; propugna el incremento de la producción nacional
como exigencia de la soberanía económica del país, atiende a las
defensas de los recursos naturales renovables, y por ende la del
sistema ecológico, permitiendo así la explotación de éstos, con un
racional respeto hacia el principio dinámico económico que lo
constituye y, finalmente es un impulsor permanente de reforma
agraria para promover el cambio de la estructura latifundista por un
sistema justo de propiedad y tenencia.

El autor merideño Ramón Vicente Casanova, tiene una concepción


del derecho agrario que lo vincula necesariamente a la conservación
de los recursos naturales renovables, y establece en su obra
Derecho Agrario, que este tipo de derecho:

Intenta ordenar las relaciones jurídicas que se originan en la


tenencia y aprovechamiento de los recursos naturales renovables,
concebidos como unidad en la figura de la propiedad territorial (del
Estado o de las particulares. individual o colectiva), con miras a
establecer una convivencia humana que sea al mismo tiempo
convivencia con la naturaleza.

El autor mexicano José Ramón Medina Cervantes en su obra


Derecho Agrario, lo define de la siguiente manera:

Es una rama específica, en este caso la agraria, es indispensable


que recoja los fundamentos históricos, sociológicos, económicos de
Estado en cuestión (México). A fin de estructurar la normatividad
que regule las relaciones Jurídicas de las instituciones agrarias, los
sujetos agrarios, el régimen de propiedad agraria, las modalidades
jurídicas agrarias, la organización para la producción rural con base
en las instituciones agrarias, los procedimientos y la magistratura
agraria, y otros aspectos que hagan posible la conceptualización y
definición del derecho agrario.

Esta definición es una idea circunscrita a lo que sería el derecho


agrario mexicano. El mismo autor hace señalamientos de autores de
su patria entre los cuales incluye al maestro Raúl Lemus García que
lo define como:

Es el conjunto de principios, preceptos e instituciones que regulan


las diversas formas de tenencia de la tierra y los sistemas de
explotación agrícola, con el propósito teleológico de realizar la
justicia social, el bien común y la seguridad jurídica.

El autor colombiano Joaquín Vanin Tello en su obra Derecho


Agrario (Teoría General), define el derecho agrario en los siguientes
términos:

Es la rama jurídica de naturaleza mixta que disciplina la tenencia y


el uso de la tierra, la actividad agraria y el desarrollo rural, con el fin
de lograr principalmente una adecuada estructura de la propiedad
rústica, el aprovechamiento racional y la conservación de los
recursos naturales renovables, lo mismo quo el bienestar de la
población, especialmente la campesina, todo ello conjugando
crecimiento económico y justicia social.

Con estos criterios se puede observar las diversas concepciones


que toman en torno al derecho agrario y como se coloca el énfasis
en algunos aspectos; para algunos el derecho agrario tiene como
sentido fundamentalla Justadistribución de la riqueza, para otros la
empresa agraria, para algunos la referencia esencial está centrada
por la conservación de los recursos naturales renovables.

En oportunidad de publicarla Universidadde Carabobo el anuario


correspondiente a la edición de 1992, le correspondió publicar un
trabajo al Autor Núñez Alcántara como profesor dela Facultadde
Derecho, sobre el Derecho Agrario Constitucional, en el cual sugirió
una definición de derecho agrario que ahora citamos:

El Derecho Agrario es la conformación jurídica de las normas


sustantivas y adjetivas que vinculan la actividad agrícola, pecuaria,
conservacionista agroindustrial, con el desarrollo económico de la
sociedad, expresado en leyes, doctrinas, costumbres y
jurisprudencia.

 Antecedentes Históricos

El análisis, comprensión y utilización de las instituciones jurídicas


supone necesariamente el estudio de sus orígenes, incluyendo las
razones histórico-económicas y políticas de su creación, el
desarrollo de las mismas en el devenir temporal y la razón de su
permanencia en los actuales tiempos lo cual justifica su existencia
positiva; porque el derecho en el mundo moderno, cargado de prisa
y rápida evolución, se justifica en la medida en que útil al hombre,
en tanto y en cuanto ciertamente cumpla con su misión natural de
regular la vida de éste en sociedad.

El desarrollo de la actividad agrícola y pecuaria, por parte del


hombre como elemento para la creación y conservación de vida y
como factor explotación económica para la subsistencia propia de
él, nace lógicamente en los inicios de la humanidad. El homo
sapiens en su necesidad de producir los alimentos suficientes para
su manutención y para la subsistencia de la raza humana, realiza
labores de explotación en las faenas agrícolas y pecuarias desde
sus mismos inicios. Este hecho humano ha sido regulado por el
derecho desde los albores del tiempo como corresponde al
desarrollo de la labor cultural jurídica. Esta comenzó a crear normas
desde los mismos comienzos de la existencia humana, y produjo
normas tendientes a orientar la vida social del hombre, cual es el
objetivo final del derecho como ente regulador de la vida social.

 Así el derecho común o civil tiene respuesta para prácticamente


toda la problemática que se produce como consecuencia de la vida
social, incluyendo la relativa a la actividad agrícola y pecuaria. Sin
embargo, podemos afirmar un conjunto de normas destinadas a
regular el hecho agrícola o pecuario como tal, con sus principios y
una filosofía propia, que atienda a estos actos como fenómenos
económico-jurídicos, sólo nace con los comienzos de la segunda
década del siglo pasado. En efecto, es con motivo de la aparición
dela Revistade Derecho Agrario, bajo la conducción de Giangastone
Bolla, en Florencia, Italia, cuando se comienza a establecer lo que
es el ius agrarium como rama científica del derecho, destinado a
regularlo como un fenómeno económico.

Si bien pudiera pensarse que el derecho agrario nace en los


primeros tiempos de la humanidad ello no es así, por cuanto el
concebirlo como aquel destinado a la creación y conservación de
vida animal y vegetal con sentido de explotación económica, es un
concepto de reciente data, que va más allá de reglas destinadas a
regular las relaciones entre los sujetos que intervienen en la labor
productiva, para convertirse en un derecho que atiende a problemas
colectivos de economía, abastecimiento y seguridad nacional.

El autor Ramón Vicente Casanova, en su obra Derecho Agrario


establece: 

Para la mejor comprensión de nuestra tesis, importa mucho hacer


un poco de historia en torno a la vigencia de Derecho agrario, ya
que esa historia nos señalará los objetivos de nuestra materia en
cada uno de los estudios que ha conocido. Desde luego que
normas de Derecho agrario existieron en todas las legislaciones de
la antigüedad, pero es en Roma donde adquieren mayor relieve,
hasta el punto que, como muy bien lo apunta Bailarín Marcial,la
Leyde las XII Tablas, la mas vieja compilación de normas latinas,
tiene la consistencia de un verdadero código agrario. Eso sí, se
trata del código en el cual la propiedad de la tierra alcanza la total
plenitud de facultades y crece bajo el absoluto dominio de los
terratenientes. No obstante, allí tuvo lugar una modificación del
concepto de propiedad, traducida en limitaciones y en propuesta de
redistribución, que le plantearon nuevos cometidos al Derecho
agrario, si bien sus mejores postulaciones perecieron con los
Gracos. Desaparecido el imperio romano, con éste cae el
monumento a la juridicidad que levantara su pueblo y, en su lugar,
se constituye un Derecho amparado en el poder de los grandes
señores de la tierra, en el poder de los señores feudales, quienes se
desempeñan como autoridad. Con ellos el Derecho agrario se torna
al Derecho feudalista y se pone de espaldas a los trabajadores
rurales, a quienes regala a la servidumbre. Pasa el feudalismo,
adviene la revolución francesa y, porque el Derecho romano ejerce
gran influencia sobre los políticos de la época, la concepción
antigua de la propiedad renace, pero muere el Derecho agrario,
yugulado por el extraordinario auge que el Código Napoleónico le
proporciona al Derecho civil. Y tienen que transcurrir muchos años,
más de cien para que aquél reviva, ahora con las características de
un Derecho clasista, de un Derecho de los campesinos.

En doctrina agraria se ha visto la presencia de dos escuelas en


torno a lo que es el nacimiento u origen del derecho agrario, para
algunos el principio del mismo pertenece al inicio mismo de la
humanidad, para otros pertenece o comienza con la estructuración
científico-jurídica de lo que es el derecho agrario, conceptualizado
como conjunto de normas destinado a regular la vida del hombre en
sus relaciones con el aspecto económico y técnico del campo.

Ambas posturas son perfectamente conciliables. En un comienzo el


derecho agrario pertenece a la generalidad del mundo humano,
prácticamente la vida del hombre gira en torno a la vida rural, más
que a la vida urbana, con el transcurso del tiempo se comienza a
producir un mayor acercamiento del hombre hacia las ciudades, y
con ellas nace un derecho destinado a regular unas relaciones
jurídicas distintas. Así el derecho avanza hacia la conformación de
una norma destinada a regular la vida del hombre urbanizado y
comienza a perder fuerza la existencia rural frente a la urbana.

Es en esta etapa final cuando surge un derecho agrario destinado a


regular al fenómeno jurídico económico y técnico que se deriva de
las relaciones del hombre con el campo, ahora deslindando vida
rural de vida urbana; y aquella en minoría numérica frente a las
grandes urbes que existen.

Si se quiere estudiar lo relativo a la parte histórica del derecho


agrario se debe revisar, siguiendo las enseñanzas de los autores
Antonio Carrozza y Ricardo Zeledón Zeledón, que el derecho
agrario analizado por quienes lo ven desde los tiempos
inmemoriales tiene etapas que van desde los mundos organizados
como Babilonia con el Código de Hammurabi o el derecho egipcio,
el chino, el judaico o el griego, en los cuales hay ideas sobre la
manera de manejar conceptos que, hoy en día, pudieran pertenecer
al derecho agrario como se ha explicado: obedece su existencia a
las necesidades de aquellos tiempos sin conceptualizársele como si
fuese diferente del derecho urbano.

El decaimiento del derecho agrario primigenio u original se produce


con la presencia de la codificación napoleónica del Código Civil de
1804, que tiene como aplicación máxima y último fin establecer el
derecho a la propiedad, visto éste como una forma de expresión de
la libertad patrimonial, señalándose que la propiedad tiene un
carácter ius naturalista lo cual lo hace sagrado, inviolable, absoluto y
fundamental.

Puede concluirse en este aspecto de la evolución histórica del


Derecho Agrario que los tres elementos impulsores del mismo,
fueron el nacimiento del capitalismo como la respuesta burguesa
frente al individualismo liberal, el establecimiento de la ruptura de la
unidad del derecho privado napoleónico y la constitucionalización de
los Estados como aporte al derecho social, constituyen los tres
elementos que definitivamente le dan forma al mundo del ius
agrarium moderno.

Todo lo antes explicado contribuye entonces a la determinación de


por qué se habla del derecho agrario como nacido en la segunda
década del siglo pasado, como se ha expresado antes; con los
hechos puntuales de haber existido desde 1922la Revistade
Derecho Agrario, que dirigía Giangastone Bolla, y cuya discusión
pública durante los siguientes diez años constituye el elemento que
desde el punto de vista doctrinario conforma la existencia y
materialización del derecho agrario como una expresión jurídica que
se desprende del tronco común civil, para estructurar una nueva
concepción jurídica con principios y fórmulas propias.

 Principios del Derecho Agrario


 La discusión original sobre el derecho agrario tuvo como objetivo
fundamental la búsqueda de los principios generales, para poder
llegar al concepto de autonomía o especialidad, pero finalmente se
ha determinado que ello no es lo esencial para su caracterización,
que es más importante hacer el estudio de las instituciones que
conforman al derecho agrario. Sin embargo autores que analizan la
materia, con mucha frecuencia siguen planteando problema de los
principios que la regulan y de las expresiones materiales legislativas
que tienen éstos.

Sobre este aspecto resulta pertinente tomar la opinión de los


autores venezolanos Román José Duque Corredor y Alí José
Venturini Villarroel:

La palabra principio, en el mundo forense, significa aquello que


concede sustancia a la norma o a la institución. Sobre él se le
construye, forma parte de su esencia. Así, el principio
antifatifundista tan caro al derecho agrario  latinoamericano, está en
su sustancia; o el del mínimun vital, poco desarrollado en la práctica
pero persistente en la conformación de la ley, son ellos ejemplos de
esta concepción.

En esta ocasión, se utiliza como “idea fundamental que acompaña a


la norma o institución desde su nacimiento hasta su finalización.
Entonces, en este sentido, el antilatifundismo, el minimun vital, así
como principios adjetivos, como la concentración, la brevedad o a
economía procesal, asisten al derecho agrario durante toda su
existencia.

Más adelante se desarrollarán los principios sustantivos agrarios


que tienen carácter universal, que responden a concepciones para
el derecho agrario ecuménico, pero se hará utilizando para ello la
expresión legislativa que tiene el Estado venezolano sobre estos
principios; es decir, se van a emplear las leyes venezolanas para
analizar los principios universales el derecho agrario,
representándolos y viéndolos inmersos en estas normas de derecho
positivo.
 Características del moderno Derecho Agrario
Latinoamericano

La doctrina universal ha pretendido darle características propias al


derecho agrario latinoamericano, señalando que éste pone énfasis
en los asuntos referentes a la reforma agraria.

Ello parece así por cuanto normalmente las legislaciones positivas


que se han producido en países como México, Perú, Colombia y
Venezuela, colocan su atención sobre el problema de la reforma
agraria, por ello es importante destacarle como un principio
fundamental, incluso supralegislativo, en el sentido de que
constituye un objetivo de los Estados latinoamericanos atender al
problema de la distribución de la tierra y de la riqueza.

La preferente atención al problema agrorreformista en


Latinoamérica, consigue su justificación en la necesidad de
“enderezar entuertos” que nacen con la conquista (repartimientos,
bulas), con las guerras civiles (adjudicaciones militares) o de la
corrupción administrativa, que han creado grandes capitales
(latifundios, verbigratia) y empobrecido vastos sectores sociales.
Hoy día, la reforma agraria puede jugar un papel fundamental en el
mejoramiento económico del país, si se le redimensiona y deslastra
de prácticas atávicas y políticas que la han conducido a un estado
de postración. Debe pensarse en la descentralización de la actividad
agraria, la despartidización de los organismos administrativos y
sindicales del agro, aplicación de principios de gerencia pública,
fórmulas de autogestión económica, etc., como vías para su
relanzamiento y justificación actual.

Por ello la mayoría de los autores latinoamericanos, a diferencia de


los autores europeos, en sus textos afrontan el problema de la
reforma agraria.

Una prueba evidente de que así ha sido permanente, sin


menoscabo de los cambios que se vienen produciendo en la
concepción agrarista latino americana, es que en Venezuela la
primera ley procesal que se dicta con ocasión del proceso de la
reforma agraria estaba destinada exclusivamente para esa rama.
Era una ley ideada para resolver los problemas derivados de la
reforma agraria. Es en 1982 cuando conla Ley Orgánicade
Tribunales y Procedimientos Agrarios se amplía el contenido de la
competencia procesal agraria para llevarlo a los asuntos que van
más allá de la reforma agraria:

En este cambio es justo reconocer la labor concientizadora y de


trabajo constante por parte de algunos autores nacionales, entre
otros, Román José Duque Corredor, AIí Venturini e Israel Argüello,
quienes pusieron la nota que ha llevado al mejoramiento indiscutible
de lo que es la competencia agraria.

El Congreso aqrarista de Goinia, recomienda sobre la reforma


agraria:

La reforma agraria debe ocurrir en todos los casos de concentración


excesiva de propiedad que comporte acumulación de poder político,
con perjuicio para una auténtica democracia política y a su vez
siempre que fuera incumbencia de los propietarios el deber de
cultivar y mejorar (en su doble aspecto económico y humano)
inherente a la función social.

La reforma agraria ha de realizarse en favor de empresas familiares


y comunitarias, en un proceso general de desenvolvimiento, con
aportes de capital, créditos, tecnología; mejor comercialización e
industrialización de los productos, mejora educacional y de
formación profesional, utilizando al máximo para ello, las estructuras
cooperativas, revitalizando, donde estén previstas, las cooperativas
integrales de reforma agraria.

 Teorías del Derecho Agrario

Como el punto de partida para el nacimiento del derecho agrario


moderno, se puede decir que nace al fragor de una discusión
establecida en los siguientes términos:

El derecho agrario es autónomo: En tal sentido se habla por parte


del autor Giangastone Bolla, quien establece que el Derecho Agrario
es autónomo. Como contraparte de esta postura figura el autor
Ageo Arcangelli, quien creó una escuela que por el contrario piensa
que el derecho agrario es un derecho especial, derivado del tronco
común del derecho civil, pero que no tiene expresiones de orden
autónomo frente al derecho general. No es un  nuevo derecho que
se pueda comparar en el mismo rango del derecho civil, del derecho
mercantil o del derecho penal.

Discusión Doctrinaria al Respecto

La discusión sobre el tema planteado atiende fundamentalmente a


la necesidad de examinar el instrumento real, a la vida cierta, que
en este momento se maneja como consecuencia de los tres factores
que contribuyeron a su nacimiento.

La tesis de la autonomía pretende establecer fronteras claras entre


el derecho agrario y las otras ramas del derecho; mientras que la
teoría de la especialidad reconoce que el mundo agrario jurídico
está inmerso tronco común del derecho civil, pero que tiene
particularidades concretas que lo hacen ser susceptible de análisis
jurídicos diferentes del resto de las reglas que regulan los otros
derechos derivados también del civil.

Teoría Autonómica del Derecho Agrario de Giangastone

Este autor, enla Revistade Derecho Agrario del año1928 a1953,


citado por los autores Carroza y Zeledón, sostuvo lo que se ha dado
en llamar  la teoría técnica en la materia agraria, que lo condujo a la
autonomía, y en tal sentido precisó:

El tecnicismo todo particular de la actividad agraria, la especial


función y la consecuente disciplina de los factores aplicables a la
producción agrícola (tierra-trabajo-capital), la peculiaridad de
algunos institutos jurídicos que llevados a la especial economía
adquieren una condición propia aconsejan no retardar más la
investigación.

Para establecer a posteriori que la disciplina de la actividad agrícola


(agraria) se diferencia del derecho común, pues tiene como
fundamento
(…) la unidad económica del fundo, factor esencial que moldea sus
relaciones porque la hacienda de la economía agraria moderna se
une al fundo instrumento de los romanos y al conjunto de bienes
organizados para el ejercicio de la actividad agrícola, donde
confluyen todas las relaciones técnicas y jurídicas para establecer la
sistemática del derecho agrario debe apoyarse sobre esta realidad
económica e histórica y el ius proprium de la agricultura debe ser…
el reglamento jurídico del rus y del fundus (el suelo y la hacienda
agraria) como institutos específicos que ocupan un puesto
preeminente en la producción agrícola (…).

Sostiene, entonces, el autor Bolla que el derecho agrario debe


tomar en cuenta los elementos históricos, criterios económicos y
motivos ideológicos para establecer el propio principio de la materia
y la forma de construir un sistema lógico en ésta.

Para concretar la concepción de Giangastone Bolla exponemos las


siguientes conclusiones:

Confluencia de instrumentos históricos, criterios económicos y


motivos ideológicos; características que hemos analizado de
manera general en el párrafo reseñado anteriormente.

Autonomía en relación con el sistema; sostiene la necesidad de un


sistema coherente, completo y orgánico, para establecer una
coordinación entre las normas del derecho privado y del derecho
público para poder interpretar al ius agrarium y darle solución a los
problemas prácticos en su concepción. Por ello Bolla sostiene como
principal fuente del derecho agrario a la costumbre como una forma
de mantener el ambiente histórico y económico propio del mundo
agrario, negando la posibilidad de recurrir analógicamente en caso
de ausencia de normas agrarias, “ (…) todo esto porque el
tecnicismo de la materia determina una específica importancia de
las normas consuetudinarias.”

Asimismo en materia de contratos agrarios estima que éstos están


presentes en el nacimiento de la disciplina agraria y que están
íntimamente ligados a factores técnicos económicos, y de allí que la
interpretación que se da para los contratos no nace necesariamente
del legislador sino de los fenómenos productivos.

En cuanto al fundo sostiene que éste no es sólo objeto de un bien


definido por su función, sino que existe la obligación por parte del
propietario de conducirlos según las buenas normas técnicas y la
necesidad de su progreso. Asimismo el autor va a establecer que
las normas del derecho agrario tienen un sentido teleológico
relacionado fundamentalmente con el momento objetivo y subjetivo
de la actividad económica. Carrozza y Zeledón dicen entonces:

(…) se puede afirmar que las líneas fundamentales del ius proprium
de la agricultura tienen en Bolla no sólo un espíritu de búsqueda
para responder afirmativamente a la tesis de la autonomía del
derecho agrario, sino, principalmente la necesidad de fundar -bajo
el tecnicismo- un criterio sistemático y metodológico por el cual
demostrar la existencia y completez del entero sistema (…).

El autor Román José Duque Corredor en su obra Derecho Agrario.


Estudios seleccionados, cuando se refiere a la teoría del autor
Giangastone Bolla, establece lo siguiente:

Modernamente, y debido al influjo de las corrientes jurídicas que


surgieron de ese concepto nuevo de justicia del de justicia clásica
llamado justicia social, empieza a retomar un nuevo Impulso y un
mayor interés los estudios jurídicos por los problemas de la tierra,
por los problemas del agro; sobre todo por los estudios referentes a
la propiedad territorial; por lo que ya a principios de siglo, comienza
a hablarse de nuevo Derecho especial referido a la agricultura, a lo
rural, a la actividad agraria y al agricultor. Tal modernización
comenzó en Italia, con una serie de juristas, cuyos trabajos han sido
verdaderas fuentes de inspiración para el Derecho Agrario de otros
países. Basta citar a uno sólo de ellos, como un homenaje póstumo
a su memoria: Giangastone Bolla.

Teoría de la Especialidad de Ageo Arcangelli

Frente a la teoría autonomista de Bolla surge la teoría de la


especialidad, cuyo principal exponente es el autor Ageo Arcangelli,
quien habla de la especialidad de la materia agraria en
contraposición a la teoría antes establecida. En los años que van
de1928 a1931 este autor discutió a través de las páginas dela
Revistade Derecho Agrario de Bolla su posición sobre la materia
con aquél.

Comencemos por releer la definición de lo que en su opinión es el


derecho agrario: “El complejo de las normas que regulan los sujetos,
los bienes, las relaciones jurídicas referidas a la agricultura; sean
éstas de derecho público o privado”.

Definición lata que, cuando lleva a su sentido más estricto y propio,


conceptúa como:

En sentido lato define al derecho agrario como “el complejo de las


normas que regulan los sujetos, los bienes, las relaciones jurídicas,
referidas a la agricultura, sean éstas de derecho público o de
derecho privado”, y en sentido más estricto y propio como “el
conjunto de las normas de derecho privado, que regulan los sujetos,
los bienes, las relaciones jurídicas referidas a la agricultura”.
(Arcangelli, Ageo, “Il Diritto Agrario e la sua Autonomía”, RDAgr,
1928-6/ 7).

 En opinión de este autor el estudio del derecho de la agricultura


como consecuencia de su abandono doctrinal, tiene una elaboración
menos amplia y profunda que el derecho civil y comercial, y que
debe estar aliado de éstos conformando en forma entera el sistema
de derecho privado. Obsérvese que este autor define al derecho
agrario como parte integrante del derecho privado, a diferencia del
autor Bolla para quien el derecho agrario no conforma parte de
aquél.

Los principales aspectos de la doctrina de Arcangelli se


corresponden con las siguientes ideas:

a) La autonomía del derecho agrario no es un problema de forma,


sino de fondo, y sostiene lo siguiente:

Lo que da el carácter de autonomía es la existencia de principios


generales comunes a todas las materias y propios o especiales a
ella, que valgan para conferirle unidad y distinguirla de las otras
materias… estos principios generales deben ser comunes porque
de lo contrario los institutos de la disciplina estarían libres de todo
vínculo y sería imposible su unidad, y deben ser propios o
especiales porque sólo de esa forma le darían el carácter de
autónoma a la rama, de lo contrario habrá que afirmar que el
conjunto de la rama jurídica es lo autónomo y no ellas entre sí.

La no creencia por parte del autor de que estas características se


den en el Derecho agrario, es lo que determina que establezca
como elemento conformador en su criterio que el derecho agrario es
un derecho especial y no es un derecho autónomo.

b) Arcangelli muestra su preocupación porque muchos juristas que


afirman la autonomía en diferentes ramas del derecho conllevarían
una consecuencia dañosa, por cuanto se tiende a aminorar el valor
y la eficiencia de los principios generales; por eso, explican Carroza
y Zeledón, asume una posición de defensa de la unidad del derecho
privado y combate vigorosamente la tesis de la autonomía del
derecho agrario, porque establece corno necesario para ella la
presencia de principios propios, comunes o especiales para declarar
la existencia de la referida autonomía.

El autor en comentario sostiene: “Ninguno entre todos los que han


participado en la discusión ha sabido hasta ahora indicar un sólo
principio general, propio de la materia e idóneo para justificar la
pretendida autonomía doctrinal del derecho agrario”.

c) Arcangelli también opina respecto del problema del método y de


las fuentes. Habla de la necesidad de que las fuentes, cualesquiera
que ellas fueren tienen necesariamente que haber sido tomadas en
cuenta por  el legislador y haber sido traducidas en normas
jurídicas, para poder verificar el análisis de los institutos
fundamentales del derecho agrario, que emplean, generalmente, las
doctrinas generales del derecho público, en tanto y en cuanto el
agrario constituye un elemento conformador del derecho privado
que es el continente y de lo cual aquél es el contenido.
Sostiene, pues, que no hay problemas en cuanto al método, ya que
el que utiliza, el derecho agrario es el mismo que cualquiera otra
rama de derecho público, y así señala:

El método en el estudio del derecho es uno sólo, aun cuando luego


en las aplicaciones este asume actitudes particulares según las
exigencias propias de cada materia; pero la diferencia, que de éste
resultan, son accidentales y no tocan la sustancia. En esta forma
“La necesidad del conocimiento concreto de los institutos a su
función social y económica y en su estructura técnica… no es
exclusiva de esta o aquella rama, sino que vale en general para
todo el derecho.

En general sostiene que las fuentes se utilizarán en la medida en


que sean producto de haberse expresado en una norma jurídica
concreta que resuelva la situación. Por ello dice que el derecho
agrario de ser autónomo tendría normas que fijaran las jerarquías
de sus propias fuentes, pero que como no es así, se recurren a los
principios generales para resolver el problema de las fuentes,
porque el derecho agrario no puede establecer un nexo jerárquico
de las normas que lo rigen, ya que eso es privativo del ámbito
propio del derecho público y en tal sentido en la práctica se sigue lo
que establece el Codice Civile, por ello las normas consuetudinarias
se aplican en la medida en que así lo establezca y como lo
establezca el Codice Civile Italiano.

Terminan los autores que le citan, hablando de las diferencias que


mantiene el autor con el tecnicismo autonómico de Bolla.

En la misma tendencia de Arcangelli se consigue la posición del


autor C. Vitta, quien defendiendo la unidad del derecho sostiene la
no autonomía el derecho agrario, por no haber principios generales
que le den cuerpo propio a este.

Teoría de la Agrariedad de Carroza y Zeledón

Carrozza y Zeledón dicen que a pesar de ser numéricamente la


teoría de la especialidad una tesis minoritaria en cuanto a sus
acompañantes, a partir de 1935 con posterioridad a la muerte de
Arcangelli y durante varias décadas hay un triunfo del criterio de la
especialidad, y autores como Giovanni Carrara, Antonio Cicu, G.
Palazzo, y Bassanelli, siguen la tendencia, de Arcangelli y se
apartan del criterio de Giangastone Bolla, y así sostienen, “… la
tesis Civilista, formalista, pero al final coherente, de Arcangelli”.

Ello ocurre porque no pudieron los autonomistas demostrar la


existencia de los principios generales y realmente se planteó un
problema para Ia determinación de los principios generales del
derecho agrario, lo cual influyó en la preeminencia de la
especialidad frente a la autonomía.

Se pudiera entonces hablar de una época clásica, conceptualizada


en la discusión entre Arcangelli y Bolla en torno al derecho agrario y
al gran problema de la necesidad de precisar la existencia de
principios generales que contribuyeran a establecer la autonomía
del derecho agrario.

En la época reciente, a partir de 1962, autores como Romagnoli, Irti,


Grossi y Carrozza, partidarios de la escuela de Bolla comienzan a
establecer un mantenimiento y una ruptura, al mismo tiempo frente
a la doctrina clásica. Carozza fundamentalmente comienza a hablar
de una nueva tesis Ius agrarista una tesis moderna en la cual
sugiere que lo Importante no es buscar principios generales, sino el
estudio de los institutos que conforman el derecho agrario, lo cual
vendrá a determinar la existencia y determinación de otro tipo de
principios -menos universales y generales- profundos que permiten
reestructurar todo un sistema para justificar la existencia del
derecho agrario.

Se sostiene que con esto hay une salida científica y metodológica


que desmitifica  el problema de los principios generales. No se
combate frontalmente la tesis formalista de Arcangelli, sino que la
redimensiona, sin embargo se deduce de su criterio que la
búsqueda de los principios generales, tales como los planteó Ageo
Arcangelli, no es el camino para buscar la explicación de la
existencia del derecho agrario.
 Si se habla de una escuela técnica económica de Bolla y de una
escuela jurídica de Arcangelli, también se conoce la tesis del
maestro Carrozza, pues se ha desarrollado como producto de un
doble origen científico, siendo profesor tanto de derecho agrario
como de derecho privado, lo cual en la doctrina le da una visión
agraria sólidamente afianzada.

En el año 1972, luego de la muerte de Giangastone Bolla, Carrozza


plantea la teoría de la agrariedad, haciéndolo en su trabajo “La
noción de lo agrario” (agrariedad: fundamento y extensión)
publicado en el volumen Jornadas Italo-Españolas de Derecho
Agrario, págs, 305-329.

La teoría de la agrariedad se conceptualiza dando una noción


extrajurídica del fenómeno agrario, consistente en:

El desarrollo de un ciclo biológico, vegetal o animal, ligado directa o


indirectamente al disfrute de las fuerzas o de los recursos naturales,
y que se resuelve económicamente en la obtención de frutos,
vegetales o animales, destinados al consumo directo, sea como
tales o bien previa una o múltiples transformaciones.

Así, pues, se dice que Giangastone Bolla científicamente resucita en


la concepción de Carrozza quien pone el acento en el aspecto
técnico económico y logra resolver el dilema de la vieja discusión
agraria.

En síntesis, pudiéramos hablar de la época clásica del derecho


agrario moderno situado en los años que van de1922 a1931, y de la
nueva escuela moderna del derecho agrario a partir de 1962, con un
ítem importante en 1972, con la presentación de la teoría de la
agrariedad y que se mantiene en la fecha como la teoría actual, en
la que convergen los criterios de los especialistas en esta materia.

EL DERECHO AGRARIO VENEZOLANO

 Fuentes del Derecho Agrario

El proceso agrario utiliza a la jurisprudencia y los principios


generales del Derecho como fuentes de derecho; lo hace para
interpretar el contenido de las normas y resolver las dudas del
juzgador del usuario del sistema judicial. También en este tópico el
legislador agrario venezolano se apartó del asunto y de esa manera
le resta eficacia al proceso agrario venezolano. No existe referencia
a este tema en la nueva ley agraria.

En el caso venezolano, y como una referencia parcial a un método


hermenéutico que permitiría la aplicación de estas fuentes de
derecho en el ámbito agrario, el artículo 335 constitucional faculta
ala Sala Constitucionaldel Tribunal Supremo de Justicia para que
interprete el contenido y alcance de las normas y principios
constitucionales, en cuyo caso su criterio es obligatorio para todos
los tribunales dela República. Detodos modos la inobservancia
legislativa es evidente. De esta forma la jurisprudencia, aliada con la
doctrina, puede cumplir la función que se les ha negado a los jueces
agrarios en la ley.

 Objetivos

Escribe el profesor Ricardo Zeledón en “Los Desafíos del Derecho


Agrarios”, que el objeto de esta importante rama del Derecho puede
desdoblarse en una doble vertiente, uno, el aspecto formal
constituido por las normas y otro, el material, que se conforma por
hechos y valores. Teóricamente,la Leyde Tierras y Desarrollo
Agrario, como columna vertebral del Derecho Agrario Nacional,
persigue el cumplimiento de las líneas gruesas trazadas por el
constituyente en 1999, como es el establecimiento de estrategias y
planes para el desarrollo rural integral y sustentable, con la finalidad
mediata de dar cumplimiento a la garantía de la seguridad
alimentaria de la población, lo que se define a su vez como la
disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito
nacional, aunado a la capacidad de la población para adquirir los
bienes requeridos para su dieta diaria. Para cumplir con este
objetivo macro de la ley, deben combinarse factores de diversa
índole como financieros, comerciales, tecnológicos, crediticios,
tenencia, previsiones de importación de insumos, etc., lo que implica
el trazado y ejecución de armoniosas políticas de Estado.
Todas las otras orientaciones de la norma bajo especial en materia
agraria en Venezuela, como desarrollo rural integral y sustentable,
justa distribución de la riqueza, planificación estratégica y
participativa, aseguramiento de la biodiversidad, protección del
medio ambiente, etc., son en efecto, conceptos incorporados a la
tutela del Derecho Agrario moderno, que ya no tiene exclusivamente
una orientación a la protección subjetiva, pero para el cabal
cumplimiento de su fines requiere, ante todo, conciliación entre los
agentes de esta rama, entre los productores, el Estado y los sujetos
potenciales de la adjudicación como mecanismo necesario para la
paz social.

 Contenido y Naturaleza

Ha señalado Antonio Carrozza “el contenido de nuestro derecho se


convierte cada vez más complejo en nuestros días”, sobre todo por
efecto de la penetración de elementos ambientales que luchan por
relevar la existencia de un sector consagrado a su tutela y
conservación, impacto que no ha dejado de provocar opiniones
diversas, cuando no contradictorias, cuyo grado de acierto y
exactitud conviene investigar y que en definitiva atañen
directamente al contenido y a los límites o confines de nuestro
derecho, cuando no a su autonomía científica que fue objeto
durante mucho tiempo de serios cuestionamientos, finalmente
superados por relevante doctrina americana y europea.

Además, no han sido pocos los agraristas de distintos países que


han insistido en señalar los perfiles todavía inciertos y las fronteras
móviles de esta disciplina que resultan del advenimientode nuevos
institutos, de sus transformaciones y también del envejecimiento y
desactualización de otros, lo que ha hecho decir a Antonio Carrozza
que el derecho, como lo vemos hoy, tenderá tal vez a disolverse,
pero solamente para ser recompuesto sobre otras bases,
subsistiendo siempre la centralidad del fenómeno productivo y su
sustancia e identidad en cuanto la agricultura tiene y tendrá que ver
siempre con la vida, fueron eminentes maestros argentinos quienes
lo han advertido por primera vez en brillante labor interdisciplinaria-
y por otra parte los productos agrícolas son el resultado de este
proceso agro- biológico, la conjunción de la naturaleza y vida.
Tampoco faltan quienes niegan la existencia de un objeto y
contenido propio del derecho agrario o de los que sostienen una
multiplicidad de objetos.

 Principios Inspiradores

Principio Anti-latifundista

Durante mucho tiempo, la más destacada doctrina del derecho


agrario ha sostenido que el latifundismo consiste en el
acaparamiento de las tierras en pocas manos, colocando a la
población campesina al margen de la actividad agropecuaria, por lo
tanto, tal forma de tenencia de la tierra produce graves impactos
sociales, económicos y ambientales.

El derecho agrario, principalmente el venezolano y latinoamericano


en general, tiene como un principio orientador fundamental el anti-
latifundismo, y así observamos que el artículo 307 dela
Constitucióndela República Bolivarianade Venezuela establece: “El
régimen latifundista es contrario al interés social. La ley dispondrá lo
conducente en materia tributaria para gravar las tierras ociosas y
establecerá las medidas necesarias para su transformación en
unidades económicas productivas, rescatando igualmente las tierras
de vocación agrícola.”

La nueva Ley de Tierras desarrolla el principio constitucional


regulando todo lo referente a esta materia.

El nuevo instrumento agrario fija un criterio cuantitativo y de uso


para definir el latifundio. El artículo 7 dela Leyde Tierras y Desarrollo
Agrario, señala taxativamente: “A los efectos del presente Decreto
Ley, se entiende por latifundio, toda porción de terreno rural, ociosa
o inculta, que exceda de cinco mil hectáreas (5.000 ha) en tierras de
sexta y séptima clase o sus equivalencias, según que al efecto se
desarrolle en el Reglamento de este Decreto Ley”. Como se puede
observar para que un fundo pueda ser considerado como latifundio,
debe tener una superficie mayor a las cinco mil hectáreas, a su vez,
tiene que ser de sexta y séptima clase y que el propietario lo
mantenga ocioso o inculto.
El artículo 72 del Decreto Ley declara de utilidad pública o interés
social la eliminación del latifundio, conforme a lo previsto en el
artículo 307 dela Constitución Bolivarianade Venezuela. En tal
sentido, el INTI procederá a la expropiación de las tierras privadas
que fueran necesarias para la ordenación sustentable de las tierras
de vocación agrícola. Para asegurar su potencial agroalimentario,
queda subrogado en todos los derechos y obligaciones que de
conformidad con el Decreto Ley puedan corresponder a la
República. 

 Principios Agrarios Constitucionales

 El cuerpo normativo agrario dela Constitución Bolivariana de


Venezuela aborda como preceptos básicos cuatro aspectos de la
estructura agraria nacional. Primero, la naturaleza sustentable de la
agricultura. Segundo, la importancia de la seguridad alimentaria.
Tercero, la participación del Estado en el desarrollo agrario. Cuarto,
el derecho de propiedad.

 Agricultura sustentable

La Constitución de 1999, en el artículo 305, señala: “El Estado


promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del
desarrollo rural integral a fin de garantizar la seguridad alimentaria
de la población”. En una primera lectura del texto constitucional se
observa cómo el constituyente incorpora el concepto de agricultura
sustentable como base del desarrollo. De esta manera se impone
una nueva dinámica en el ámbito productivo, el modelo tradicional
de productivismo da paso a una nueva concepción de crecimiento
donde la protección del medio ambiente es parte integrante del
desarrollo. Este planteamiento de identificar ambiente y desarrollo
tiene especial significación, no sólo por haber sido una constante
permanente en los últimos años en distintos foros y congresos
internacionales, sino por los efectos que genera en una nueva
concepción del desarrollo, por ello dedicaremos algunos párrafos al
análisis de su origen y consecuencias.

Seguridad alimentaria
En el mismo artículo 305, se observa que el constituyente
bolivariano, vincula la estrategia de desarrollo integral basada en
una agricultura sustentable con la seguridad alimentaria de la
población. Concibe esta última como la disponibilidad suficiente y
estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y
permanente a éstos por parte del público consumidor. La norma
constitucional concilia la necesidad de una ingesta alimentaria
adecuada y suficiente con el autoabastecimiento, al señalar que la
seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la
producción agropecuaria interna, entendiéndose como tal, la
proveniente de las actividades agrícola, pecuaria, pesquera y
acuícola.

Participación del Estado en el desarrollo agrícola

El artículo 307 dela Constitución Bolivariana enuncia como precepto


fundamental del ordenamiento jurídico agrario, las principales
acciones que debe emprender el Estado para fomentar y promover
la actividad agrícola y el uso óptimo de la tierra mediante la dotación
de las obras de infraestructura, insumos, créditos, servicios de
capacitación y asistencia técnica. Destaca el artículo la importancia
de la actividad agrícola como medio de generar empleo y garantizar
a la población campesina un nivel adecuado de bienestar. El
espíritu, propósito y razón del precepto constitucional obliga a
ciertas reflexiones y consideraciones en torno a la percepción que
se debe tener sobre la función del Estado en el desarrollo agrícola.

Derecho de Propiedad

La Constitución Bolivariana de Venezuela en el Capítulo VII, artículo


115, referido a los Derechos Económicos, garantiza el derecho de
propiedad. Este precepto forma parte de lo que AIí Venturini
denomina normas preambulares o programáticas indicativas; es
decir, se establece como premisa del sistema un postulado
constitucional, en este caso, el Estado venezolano reconoce, el
derecho de propiedad como reiterativamente lo ha venido
admitiendo en todas las constituciones desde 1811, inspiradas en el
precepto consagrado en el articulo 544 del Código Napoleónico de
1804, que textualmente señalaba: “La propiedad es el derecho de
disfrutar y disponer de las cosas de la manera más absoluta,
siempre que no se haga de ellas un uso prohibido por las leyes o los
reglamentos”. Joaquín De Camps y Arboix, señala, que a partir de
esta norma la propiedad está ya asistida por la triple prerrogativa de
ser inviolable, sagrada y absoluta, conjunto que hermana con el
concepto categórico tan conocido del derecho justinianeo.

El texto dela Constitución Bolivarianade 1999, tiene la particularidad


de que elimina la definición y referencia del derecho de propiedad
en orden de la función social, como estaba consagrado en el
artículo 99, dela Constituciónde 1961, que textualmente señalaba:
“El Estado garantiza el derecho de propiedad. En virtud de su
función social, la propiedad estará sometida a las contribuciones,
restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de
utilidad pública o de interés general”. En cambio,la Constitucióndela
República Bolivarianade Venezuela, en su artículo 115, establece:
“Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho
al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad
estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones
que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés
general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante
sentencia, firma y pago oportuno de justa indemnización podrá ser
declarada la expropiación de cualquier clase de bienes”.

De esta manera se vuelve a la concepción civilista de describir las


facultades del propietario, al indicar que toda persona tiene el
derecho al uso, goce y disposición de sus bienes (ius utendi, fruendi
et abutendi), tal como lo consagra el artículo 545 del Código Civil
vigente, al señalar: “La propiedad es el derecho de usar, gozar y
disponer de una cosa de manera exclusiva, con las restricciones y
obligaciones establecidas en la ley”. No obstante, se limita la
potestad jurídica absoluta de la propiedad, al indicarse que ésta
estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones
que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés
general. 

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