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1. INTRODUCCIÓN
En términos jurídicos, los conceptos de bien y cosa aún no están bien expresados y
definidos. Es así que, en el plano de los derechos reales, muchos de los operadores
jurídicos no llegan a su comprensión total, lo que conlleva a la deformación de conceptos
que deben tenerse claros. No obstante, existen autores que plantean diferencias
importantes sobre estos dos conceptos, lo cual será materia de análisis.
En este contexto, el concepto de bien podría caer en dos supuestos: el primero es en el que
el bien es un género y la cosa es la especie; el segundo supuesto es en el que la cosa
puede convertirse en bien si es apropiable, individual y tiene utilidad económica. Cabe
resaltar, que los bienes dentro de una amplia idea de lo que son las cosas, procurarán a la
persona una ventaja propia y exclusiva que caen bajo su propiedad. Por esta razón, es que
en su mayoría se opta que la cosa sea el objeto del derecho real, al margen de que, en el
siglo XIX en Perú, tanto en la legislación como en la doctrina, hablar de “cosa” fuera
totalmente normal.
En este sentido, para el derecho existen cosas que lo son por naturaleza y cuyo carácter
deriva de un imperativo legal. Estas cosas pueden ser, por ejemplo, objetos materiales de
valor económico apropiados a fin de satisfacer necesidades, ya que están al alcance del
hombre y de ella se puede extraer utilidad, es decir, el valor económico. No obstante, dada
su cotidianidad, la utilidad de las cosas es tanto para objetos materiales como para
derechos. Asimismo, desde un sentido jurídico se torna importante, por ejemplo, en lo que
es la propiedad, dado que el poder absoluto de la persona se consagra en ella; facultades
como el goce y la disposición. Es así que, en términos generales, en todo derecho real el
sujeto es titular del derecho que ejercita actos de dominio sobre la cosa que le brinda,
utilidad.
En síntesis, el concepto de bien gira en torno a que puede ser I) el género, dejando a la
cosa como la especie; y II) la cosa puede convertirse en bien si es apropiable, individual y
tiene utilidad económica. Además, procurará a la persona una ventaja propia y exclusiva
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que cae bajo su propiedad. Por otro lado, el concepto de cosa deriva de un imperativo legal
y pueden ser los objetos materiales de valor económico que satisfacen necesidades. Por
ejemplo, en el derecho real es muy común utilizar el término cosa para referirse al objeto del
derecho real y a la relación del sujeto titular del derecho real con los actos de dominio que la
cosa le brinda
3. DEFINICIÓN NORMATIVA
El Código Civil peruano, en la sección segunda, título I, arts. 885° y 886° se regulan los
bienes. En el Código Civil los bienes son el objeto de los derechos reales, es así que un
bien es toda entidad material o inmaterial. En el Derecho romano las cosas se dividían en
muebles e inmuebles. Los muebles eran las cosas que se podían desplazar y los
inmuebles, las cosas que tenían un lugar fijo.
Son bienes incorporales, creaciones intelectuales, por lo que la distinción entre muebles e
inmuebles no tiene fundamento alguno respecto de ellos. Una segunda incoherencia. En
realidad, la clasificación de bienes del Código Civil de 1936, recogida luego por el Código
Civil de 1984, se hizo en parte sobre la base de un criterio económico: las garantías. Por
eso se puede decir que la clasificación no atiende a la naturaleza de los bienes (movilidad o
no), sino a un criterio legal. Es la ley la que determina qué bienes son muebles y qué bienes
son inmuebles.
Eso evidencia que el criterio para la clasificación carece de utilidad. Y las clasificaciones
tienen sentido cuando la inclusión a una u otra categoría aporta alguna utilidad o determina
una consecuencia jurídica. La clasificación de bienes muebles e inmuebles es, como ya se
dijo, la de mayor importancia y tiene enorme trascendencia. El régimen jurídico de los
derechos reales es distinto según se trate de un bien mueble o de un inmueble.
Por otro lado, el artículo 886° menciona que los bienes muebles son: 1. Los vehículos
terrestres de cualquier clase. 2. Las fuerzas naturales susceptibles de apropiación. 3. Las
construcciones en terreno ajeno, hechas para un fin temporal. 4. Los materiales de
construcción o procedentes de una demolición si no están unidos al suelo. 5. Los títulos
valores de cualquier clase o los instrumentos donde conste la adquisición de créditos o de
derechos personales. 6. Los derechos patrimoniales de autor, derechos de patente,
nombres comerciales, marcas y otros derechos de propiedad intelectual. 7. Las rentas o
pensiones de cualquier clase. 8. Las acciones o participaciones que cada socio tenga en
sociedades o asociaciones, aunque a éstas pertenezcan bienes inmuebles. 9. Los demás
bienes que puedan llevarse de un lugar a otro. 10. Los demás bienes no comprendidos en
el artículo 885.
FALTAN CITAS
4. CARACTERÍSTICAS
c) El bien proporciona utilidad. Los bienes deben ser útiles a los hombres en sus relaciones
sociales. La utilidad puede ser de diversa índole, como material o moral. Para que los
bienes sean útiles, deben ser susceptibles de apropiación. La luz solar, por ejemplo, no es
jurídicamente un bien porque no puede ser apropiada. Si bien la luz solar es necesaria y útil,
su regulación legal no brindaría utilidad alguna a los hombres en sus relaciones sociales. La
posibilidad de apropiación está determinada por la naturaleza del objeto o por el mercado.
Por su naturaleza, las estrellas no pueden ser apropiadas por el hombre. El aire
atmosférico, en cambio, sí puede ser objeto de apropiación, pero su abundancia hace que
no exista interés económico en su aislamiento y posterior comercialización. Tampoco es un
bien entonces.
e) El tráfico de los bienes debe ser lícito. El tráfico debe estar permitido por el ordenamiento
legal. Hay objetos cuyo tráfico está prohibido legalmente, que están fuera del comercio.
Para que podamos hablar de bienes fuera del comercio, cualquier acto jurídico respecto del
bien debe ser ineficaz. Una persona, por ejemplo, no puede ser objeto de tráfico. Cualquier
acto jurídico respecto de ella no produciría efecto. En cambio, la comercialización de
estupefacientes no implica necesariamente la ineficacia del acto (sin duda que origina una
sanción penal). Por licitud del tráfico se refiere a lo primero. El mercado se encarga por lo
general de determinar qué objetos están fuera del comercio. Sin embargo, la ilicitud del
tráfico puede estar dada por razones morales, religiosas o de otra índole. Es el caso de los
órganos del cuerpo humano, respecto de los cuales existe sin duda un mercado, pero su
comercialización está prohibida por ley. En este sentido, el artículo 22 del Decreto Supremo
N° 01488 SA señala que el cadáver es un objeto especial en cuanto carece de significado
económico patrimonial y, por ser diferente a todos los demás objetos, no cabe incluirlo en
ninguna de las clasificaciones de bienes. Es decir, los cadáveres no son bienes. Debe
tenerse en cuenta, sin embargo, que en la legislación comparada algunas partes renovables
y separables del cuerpo, como los cabellos o uñas, tienen la calidad de bienes.
f) Los bienes pueden ser futuros. Los bienes pueden no tener existencia presente. De
hecho, el Código Civil permite la compraventa de bienes futuros (artículo 1532). g) Los
bienes tienen valor económico. Los bienes, como objeto de los derechos reales, deben ser
susceptibles de satisfacer un interés económico. Los derechos de la personalidad, como el
derecho al honor o al nombre, son entidades jurídicas que no son capaces de constituir
objeto de relaciones jurídicas de valoración económica.
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5. CLASIFICACION DE BIENES
Entendiendo la diferencia entre cosa y bien, nuestro ordenamiento jurídico hace alusión al
termino de bien, teniendo como principales clasificaciones las siguientes:
cuerpo normativo, deja de lado el criterio de la movilidad e incluyó dentro de la lista de los
bienes inmuebles a las naves, aeronaves y ferrocarriles. La misma postura recoge el actual
Código Civil, quien dentro de su artículo 885 coloca a las naves y embarcaciones como
bienes inmuebles y en el artículo siguiente a los bienes muebles. Sin embargo, cabe
precisar que se dieron ciertas modificaciones como consecuencia de la Ley de Garantía
Mobiliaria (ley 28677) en el año 2006, debido a que en su sexta disposición final señalaba la
derogación de los incisos 4, 6, 9 del articula 885 ya que lo que se buscaba con la
mencionada ley, actualmente derogada, era que recayeran garantías mobiliarias sobre las
naves, aeronaves y embarcaciones (consideradas como bienes muebles) y no por la
hipoteca. Posteriormente, el Decreto legislativo Nº1400 en el año 2018, retorna a la
clasificación de bienes inmuebles siendo el principal sustento que los bienes deben tener el
tratamiento que mejor corresponda siguiendo un criterio legal, es decir, será la ley y no la
naturaleza del bien quien determine que bienes son muebles y quienes no.
6. BIENES PRINCIPALES
Guillermo Cabanellas (2020), citado por Silva, señala que los bienes principales son los de
mayor importancia, extensión o estima en la relación material o incorporal entre varios
bienes, los cuales pueden existir por sí y para si (Código Civil Comentado, Tomo V, p.38)
Ello quiere decir entonces que, los bienes principales tienen una existencia independiente,
pueden ser objeto de derecho singular.
En primer lugar, “Es parte integrante lo que no puede ser separado sin destruir, deteriorar o
alterar el bien. Las partes integrantes no pueden ser objeto de derechos singulares”.
(Código Civil, Art.887, 1984). Se entiende por parte integrante a aquella parte que se ha
integrado al bien principal, formando parte de él, por lo que, en el supuesto de llegar a
separarlo, el bien se deterioraría, alteraría o destruiría. En la misma línea, haciendo alusión
al mencionado artículo Avendaño (2019) menciona que no es posible que las partes
integrantes pertenezcan a un titular distinto que el bien principal ya que cualquier acto
jurídico debe de comprender tanto el bien principal como sus partes integrantes, se
concluye entonces que las partes integrantes no son autónomos pues se deben al bien
principal, son indesligables entre sí. (Derechos Reales p.27). En segundo lugar, y teniendo
en cuenta el artículo 888 del Código Civil, los bienes accesorios son bienes distintos al bien
original, dicho en otras palabras, mantienen su individualidad y por lo tanto pueden ser
objeto de derechos singulares. Asimismo, es necesario precisar que, si bien la ley general
según doctrina es que “lo accesorio sigue la suerte del bien principal” encontrándose de
manera permanente afectados o destinados a la finalidad económica u ornamental sobre
este, la excepción a la regla será cuando la ley o un contrato permita su diferenciación o
separación. (Código Civil, Art.889, 1984).
Para entrar en contexto se tiene que, antes de la entrada en vigencia de la ley de garantías
mobiliarias en 2006, cambio por completo el orden de las garantías sobre bienes muebles,
que se encontraban dispersas entre el código civil y en la legislación dispersa bajo el
nombre de prendas especiales o prendas sin desplazamiento, es así que la ley N° 28677
derogó las normas que regulaban las garantías mobiliarias existentes, tales como la prenda
civil, minera, agrícola, global y flotante, de acciones, etc. Formando una sola la garantía
mobiliaria que a la fecha es regulada por dicho cuerpo normativo.
Sabiendo esto en el presente caso se da la figura de la Vacatio Legis, que no es otra cosa
sino “el lapso de tiempo que debe existir entre la publicación de una norma legal y su
entrada en vigor, ello con el objeto de que la ley pueda ser conocida suficientemente, antes
de que adquiera fuerza obligatoria” (Montoya, O. 1996, p. 479). Sin embargo, como se sabe
dentro del cuerpo normativo puede existir una condición suspensoria que supedita la
entrada en vigor de la norma que puede ser una fecha expresa o bases complementarias
que se requieran para el perfecto funcionamiento del instrumento legal, es decir, una
condición que a partir de su cumplimiento permitirá la entrada en vigor dicho cuerpo
normativo al día siguiente.
Por último, el recurrente realizo una afirmación inexacta dado que refería los artículos 48,
49, 51 y 58 son los mismos establecidos en la Ley N° 28677, lo cual no es correcto, pues, a
pesar de que la institución de la ejecución extrajudicial se conserva en la normativa
aprobada por el DL N° 1400, su regulación no es la misma. En tal sentido y teniendo en
cuenta el orden de ideas analizadas no puede ser materia de inscripción en razón de que el
instrumento legal invocado no está vigente.
En merito al análisis del caso y los artículos detallados respecto de bienes muebles
comprendidos dentro de las normas materia de controversia se realizará un cuadro
comparativo de dichos cuerpos normativos.
mueble
En síntesis, nuestro régimen paso de un sistema de prenda a uno de garantía mobiliaria con
la ley N° 28766 del 2006, en base de un criterio que se encontraba dirigido a reducir la labor
del registrador para que a partir una calificación reducida este publicite la inscripción
además de unificar las leyes dispersas en un solo cuerpo normativo. Las intenciones del DL
N° 1400 pretende reducir al mínimo la calificación si es que existe algún resquicio de
calificación, pero la implicancia que tiene es que cuando se otorgue una garantía mobiliaria
la calificación va a ser nula y lo que va a establecer es una publicidad directa de estas
garantías. Sin embargo, aún hay que esperar que SUNARP establezca las bases del SIGM
para que entre en vigor la norma.
9. CONCLUSIONES
10. BIBLIOGRAFÍA
Código Civil comentado (2020). Tomo V. Derechos Reales. Gaceta Jurídica. Recuperado
de: https://www.untumbes.edu.pe//vcs/biblioteca/document/varioslibros/C%C3%B3digo
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Recuperado de: https://revistas.unife.edu.pe/index.php/lumen/article/view/518
Varsi Rospigliosi, E. (2019). Las características del derecho de propiedad. Recuperado de:
https://repositorio.ulima.edu.pe/handle/20.500.12724/7987
Código Civil. Decreto Legislativo N.º 295, 14 de noviembre de 1984 (Perú) Recuperado de.
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