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Ética, sociedad y familia

La familia es la base de una sociedad formadora de valores, al menos en la mayoría de las familias y por

conducta simple del ser humano, así es, la familia juega un papel fundamental para que un individuo actué de

manera correcta y se conduzca con ética en cualquier ámbito social y laboral; la sociedad es multifacética, puede

llegar incluso a ponerte pruebas de honestidad, si traes un cimiento fuerte desde el seno familiar nada o casi nada

podría corromperte, sin embargo las costumbres y con ayuda de los medios de comunicación van moldeando al

individuo de una manera distorsionada, con información que no le es útil, la cual puede ser causa que te

corrompas en lo personal y social.

La ética permite pues al individuo mantenerse al margen de un comportamiento negativo e irracional,

vivir con tolerancia hacía los demás, pero esto no solo se aplica a un individuo, sino que rige para todos los

individuos que forman parte de esa sociedad. Y es aquí donde actúa la “ética social”, puesto que abarca las

normas de comportamiento de la correcta convivencia en sociedad.

Las formas de familia también han variado con el tiempo: en muchas comunidades primitivas, como las
estudiadas por el antropólogo L. H. Morgan

La modernidad y sus valores es un fruto contradictorio. Por un lado, ha significado la conquista de

derechos y nuevos valores democráticos para sectores sociales anteriormente subordinados, como la mujer. El

divorcio, la anticoncepción, la ciudadanía y el derecho al trabajo son conquistas de las mujeres que la sociedad,

la familia y los valores tradicionales les negaban. Son conquistas, no depravaciones, ni antivalores.
La familia como ya se mencionó anteriormente es la primera escuela del individuo

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