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EXPOSICIÓN SOBRE LA

CONFESIÓN BAUTISTA DE
FE DE LONDRES DE 1689
Por: Emilio Huerta López.
1° Iglesia Evangélica Bautista “Eben-Ezer”, La Ligua.
Chile, 2021.
TABLA DE CONTENIDOS
I.
INTRODUCCIÓN
Hoy en día estamos pasando por una crisis eclesiástica que nos está llevando a
una decadencia espiritual increíble, donde cada día congregaciones cierran sus
puertas producto ya sea de la falta de miembros en sus congregaciones, o por
divisiones internas entre hermanos con diferencias de opinión que no
supieron llevarlas de manera adecuada.

Sin importar cual sea el caso particular que esté afectando a las
congregaciones, hay una realidad latente en las Iglesias Locales, la cual es la
pérdida de una identidad confesional que sirva de ayuda y seguridad para
mantener las sanas palabras de las Escrituras en una forma sistematizada y
pública, cumpliendo con la labor de ser “columna y sostén de la verdad” (1°
Timoteo 3:15).

En palabras del Dr. Craig Carter: “Nuestro problema hoy en día es que no
entendemos las confesiones protestantes, y por lo tanto, no entendemos
realmente lo que significa ser protestantes. Creemos que la Reforma recuperó
la enseñanza bíblica después de siglos de decadencia en la iglesia romana
medieval tardía, pero no podemos dar cuenta de cómo el contenido de las
confesiones expresa la verdad bíblica.” 1

Como bien lo expresa el Dr. Carter, hoy en día se tiene una aproximación
errónea a lo que es el confesionalismo histórico. Frases como “muy
anticuado”, “es demasiado arcaico”, “eso es doctrinas de hombres” se
escuchan con mucha frecuencia dentro de los círculos cristianos hoy en día,
demostrando una devaluación de un rico tesoro teológico e histórico que el
Señor ha preservado a lo largo de la historia para que nosotros hoy en día
podamos abrazarlo y aprender de ello.

Pero ¿Qué función o relación tienen las confesiones con la Iglesia? Es


bastante sencillo responder eso. Como mencionamos anteriormente, la Iglesia
cumple la función de ser columna y sostén de la verdad. Pero ¿Qué verdad?
La verdad que Dios ha revelado en las Escrituras (es decir, su revelación
1
Extracto tomado desde el artículo “El porqué ya nadie entiende las confesiones de la
Reforma”, Dr. Craig Carter, Cristianismo Bíblico, 2021.
especial). En otras palabras, el Señor ha creado la Iglesia como una institución
divina con la finalidad de poder preservar la verdad revelada en las
Escrituras, defenderla contra el error y los ataques de los enemigos, y también
para transmitirla de la manera más fiel posible, sin modificar o quitar nada del
mensaje contenido en ellas.

Robert P. Martin, en su prefacio al libro del Dr. Samuel Waldron acerca de


las Confesiones menciona: “ En el desempeño de su deber (tanto hacia los que
están dentro de la Iglesia como hacia los que están fuera) como <<columna y
sostén de la verdad>>, entre otras cosas, la Iglesia ha publicado confesiones de
fe, una actividad que históricamente ha considerado como medio legítimo
para el cumplimiento de su deber” 2

Cómo hemos visto, las confesiones de fe están en total relación con la salud
de una congregación local, ya que funcionan como algo que establece los
márgenes y parámetros doctrinales sobre los cuales se debe mover la Iglesia
para mantenerla lejos del error y que pueda llevar una vida asociativa entre
los hermanos de la mejor manera posible. Cuando se promulgó la ley de
tolerancia en Inglaterra en el año 1689, lo primero que hicieron nuestros
padres Bautistas fue establecer la suscripción a la Segunda Confesión Bautista
de Fe de 1689. El Concilio de Éfeso desarrollado en el siglo III (año 431), fue el
resultado de la controversia apolinarista, que creía que el Verbo (Cristo) se
encarnó sólo en el cuerpo, pero no en el alma humana. El Concilio de Éfeso, de
manera categórica afirmó que Cristo se encarnó humanamente, y que en él
existían tanto la naturaleza humana y divina, sin mezcla alguna entre ellas.
Esto dio como resultado que Nestorio fuera catalogado como hereje.

En resumidas cuentas, las expresiones o confesiones de fe siempre han


estado en la historia de la Iglesia, y es nuestra obligación mantener esta sana
tradición, para seguir con la hermosa historia confesional, y también para
seguir siendo la columna y sostén de la verdad del Señor Jesucristo.

2
Waldron, Samuel E., “Una Exposición de la Confesión Bautista de Fe de 1689”, North
Bergen, Estados Unidos, Publicaciones Aquila, 2016, pág. 17.
CONFESIONALISMO PARTE I
INTRODUCCIÓN
Es muy fácil percibir la resistencia y rechazo que provoca el tema del
confesionalismo o el uso de confesiones de fe en nuestros días. En medio del
debate teológico, es común escuchar a pastores decir que ellos no son ni
Calvinistas ni Arminianos, sino bíblicos, que su “único credo” es la Biblia y
que la iglesia no necesita de “enseñanza de hombres”. Las objeciones en
contra del confesionalismo han sido numerosas, desde reclamos de “esclavizar
la consciencia” hasta de crear “división entre hermanos”.

Todo esto nos lleva a cuestionarnos lo siguiente: Si este es un tema bíblico,


¿por qué no se habla de él en las iglesias? ¿por qué es tan rechazado? ¿por qué
no es abrazado por la mayoría de las iglesias cristianas? Todas estas preguntas
son genuinas y fluyen (por lo menos en la mayoría de los casos) de personas y
hermanos que están buscando ser fieles al Señor. Estas preguntas nos exigen
un análisis profundo y la demostración de bíblica de este tema. Dedicaremos
esta lección y la siguiente para este propósito.

El propósito de esta lección es hacer un análisis al rechazo contemporáneo del


confesionalismo demostrando que es producto de dos fuentes principales, las
cuales son:

1.- La Cultura Contemporánea – la cual influye de manera invisible (y por esa


razón muchas veces de forma imperceptible) y sirve como motor para muchas
de las objeciones, ya que el confesionalismo está establecido sobre principios
que golpean y van en contra de las mismas bases de la filosofía
contemporánea.

2.- El Temor a Quebrantar El Principio de la Sola Scriptura – que proviene de


hermanos bien intencionados y cuidadosos que rechazan cualquier tipo de
“escrito humano” por temor a quitarle autoridad a la Palabra de Dios. Este
“temor” es producto de una noción errada sobre lo que significa una confesión
de fe.
¿POR QUÉ ES RECHAZO EL CONFESIONALISMO?

I. Por La Fuerza Cultural Contemporánea.

No hay una fuerza formativa más poderosa que la de la cultura que nos
rodea hoy en día, la cual, por el hecho de que nos resulta familiar, moldea
nuestro carácter y nuestra visión del mundo más de lo que podemos
percibir o darnos cuenta.1

El confesionalismo representa una clara y firme contradicción hacia los


principios más importantes de nuestra cultura, tales como el inclusivismo,
el relativismo y la independencia anti-autoritaria, y al analizarlos, nos
resulta comprensible el rechazo que hay hacia el confesionalismo hoy en
día, pues éste está fundamentado sobre presuposiciones que son una
contradicción directa a estos principios filosóficos.

En primer lugar, ¿Cuáles son las presuposiciones sobre la que está


establecido el confesionalismo? Hay por lo menos tres, las cuales son:

1.- El Pasado Es Importante Y Tiene Cosas Que Son Relevantes Y De Mucho


Valor Para Nosotros Hoy. Por su misma esencia, el confesionalismo considera
la importancia que tiene el pasado, no como infalible sino como una guía
segura que ha sido probada y mostrada su eficacia con el paso de los años. El
confesionalismo apunta hacia documentos antiguos. Aunque es
completamente cierto que algo no es verdadero por ser antiguo, sin embargo,
las mentiras nunca pasan la prueba de los años sin que sea demostrada su
falsedad. No es una proclamación de que lo mejor se hizo en el pasado, sino
un reconocimiento de que el pasado aún puede ser relevante para nuestros
días y que todavía podemos aprender de él. Este principio es parte esencial
del confesionalismo.

1
Trueman, Carl R.; “The Creedal Imperative” (Wheaton, Illinois; Crossway, 2012) pg.21.
La lectura de este libro de Trueman es realmente muy útil, es una discusión teológica y práctica
al mismo tiempo. Recomiendo grandemente la lectura de la Introducción (pg.13-20) y el
Capítulo 1 (pg. 21-49) de este libro.
2.- Existen verdades absolutas que fluyen de una fuente de autoridad. El
confesionalismo reconoce la Escritura como la fuente única de autoridad y,
por ende, reconoce que hay verdades absolutas que fluyen de esta fuente. Esta
fuente de autoridad excluye completamente la noción de “verdades relativas”
o subjetivas. La verdad es una y es objetiva, determinada por la fuente de
autoridad.

3.- La verdad puede y debe ser definida por medio de afirmaciones


concretas. Como una consecuencia del principio anterior, el confesionalismo
sostiene que, por causa de que hay una fuente de autoridad única, la verdad
debe ser definida y precisada por medio de palabras y frases, las cuales hacen
afirmaciones concretas y absolutas. Estas afirmaciones establecen la línea entre
lo que es verdad y lo que no lo es.

¿CUÁLES SON LOS PRINCIPIOS CULTURALES CONTEMPORÁNEOS


QUE SON AFECTADOS POR EL CONFESIONALISMO?

Los principios culturales de cada época tienen características particulares


típicas de las circunstancias a su alrededor, nuestra época es conocida como
Posmodernismo. Este nombre marca la tendencia filosófica en la que se
desenvuelve nuestro mundo; la cual, tal y como su nombre lo indica, está
relacionada como el modernismo, como una etapa posterior a él. El
Modernismo fue una reacción al Premodernismo, el cual marcó la cultura por
muchos siglos hasta el siglo XVI. En la época Premoderna, los occidentales
creían que Dios (o lo trascendente) era la base de los conceptos morales
absolutos, la racionalidad, la dignidad humana y la verdad. En esta época, el
punto de partida hacia el conocimiento y la sabiduría era Dios, quien
proporcionaba la lente con la que uno podía interpretar adecuadamente la
realidad y la experiencia humana. Teniendo fe en Dios, el mundo podía
entenderse correctamente. Se puede resumir el premodernismo por medio de
la frase del célebre teólogo cristiano Anselmo (n. 1033 d.C.) que dijo: “Creo
que puedo entender” (credo ut intelligam). El orden era fe luego
entendimiento, o “una fe que buscaba entendimiento” (fides quaerens
intellectum).
Como una reacción a esta corriente de pensamiento llegó el Modernismo a
través de personas como el filósofo René Descartes (1596-1650), quien fue un
teólogo católico romano preocupado por el escepticismo filosófico y la
creciente incertidumbre teológica de su tiempo como resultado de la Reforma
Protestante. Descartes comenzó su “viaje de escepticismo” en busca del
conocimiento absolutamente verdadero y la forma de hacerlo fue dudando de
todo, incluyendo los dogmas de la iglesia y las cosas que eran conceptos
“absolutos” en la sociedad. Como consecuencia, Dios fue sacado del centro del
escenario y reemplazado por el pensador humano como el punto de partida
para todo conocimiento verdadero. Es importante notar que una de las
características más relevantes del modernismo fue el optimismo con respecto a
la razón humana y el escepticismo hacia la autoridad de la iglesia y la doctrina
cristiana (“dogma”). La dignidad humana, la verdad y la razón podían
concebirse sin necesidad de Dios. Dentro del corazón del modernismo, se
dieron a luz otros principios filosóficos como el racionalismo (y su énfasis en
la razón), el romanticismo (y su énfasis en el sentimiento), el marxismo, el
nazismo y otros esquemas que buscaban eliminar a Dios como punto de
partida del entendimiento y el vivir. La frase de Descartes: “pienso, luego
existo” (cogito, ergo sum) es un buen resumen de esta filosofía.

Finalmente, la cultura del mundo dio a luz al Posmodernismo, una cultura


que se levanta como una reacción al individualismo y a las verdades absolutas
que trajeron como consecuencia sistemas que se enfrentaron el uno con el otro,
siendo su máxima expresión la fatídica experiencia de las dos guerras
mundiales. Así el Posmodernismo no sólo excluye a Dios como fundamento
para dar sentido a la realidad y la experiencia humanas (como lo hizo el
modernismo); sino que niega cualquier realidad, razón o moralidad universal.

Ahora vamos a considerar un poco más detalladamente algunos principios


filosóficos del posmodernismo y su contraste con el Confesionalismo.

1.- El Confesionalismo es contrario a la Devaluación del Pasado del


Posmodernismo.

Debido a que el Posmodernismo nace como una reacción contra el


Premodernismo y el Modernismo, buscando mejorar lo que éstas dos épocas
trajeron consigo, su filosofía esencial es que el presente es mejor que el pasado
y que el futuro es mejor que el presente. En otras palabras, que lo que sucedió
en el pasado no es tan importante como lo está sucediendo ahora y, por lo
tanto, no tenemos mucho que aprender del pasado.
PRIMERA PARTE “LOS PRINCIPIOS PRIMARIOS
DEL PENSAMIENTO CRISTIANO”
Esta primera parte de la Segunda Confesión de Londres denominada “Los
Principios Primarios”1 está bosquejada de tal manera que comprende los
primeros seis capítulos de dicha formulación doctrinal. ¿Por qué estos
capítulos están primero y no otros? La respuesta a esto es que, para poder
entender todo el cuerpo de doctrina que está puesta en la confesión, es
necesario sentar las bases (o como el título lo dice, “Los Principios Primarios”)
para luego ir ubicando los bloques que construyen el hermoso edificio
confesional de nosotros como Bautistas.

El capítulo I de la confesión lleva por nombre “De Las Sagradas Escrituras”, y


está puesto ahí porque es ilógico pensar que podemos obtener algún
conocimiento de Dios y sistematizar el conjunto de doctrinas fuera de las
Santas Escrituras que el Señor ha decidido dejar por revelación. En el contexto
reformado, esta forma de pensamiento acerca de las Escrituras como el
fundamento de todo es denominado como el “principium congnoscendi”.2

Avanzando en el bosquejo de esta primera parte, nos encontramos con el


capítulo II llamado “De Dios y La Santa Trinidad”, que está relacionado con la
doctrina de Dios (el Dr. James Renihan nos sugiere que en realidad los
capítulo 2-5 nos hablan acerca de esta doctrina, y no sólo el capítulo 2). 3 Así
como las Sagradas Escrituras son llamadas el “principium cognoscendi”, este
conocimiento acerca de Dios es titulado el “principium essendi”, que hace
referencia a tener a Dios como el fundamento objetivo de la teología, o en
otras palabras, ver quien es Dios para poder continuar en nuestro
conocimiento teológico. 4

1
Agradezco a Legado Bautista Confesional por el libro “Herramientas Para Confesiones
de Fe”, el cual me ha servido en mi estudio personal de la 2CBFL1689.
2
Richard Muller lo define así: “…Es un término que se aplica a la Escritura como el
“principium theologiae” […] sin el cual no podría haber verdadero conocimiento de Dios y por
tanto ningún sistema teológico.”
3
Renihan, James M., “Herramientas Para Confesiones de Fe”, Santo Domingo, Ecuador,
Legado Bautista Confesional, 2020, pág. 69.
El capítulo III está bajo el encabezado “Del Decreto de Dios”, lo cual está
relacionado con todo lo que Dios ha establecido que ocurra en algún momento
determinado en la línea del tiempo y en la creación, o en palabras del Pr.
Samuel Renihan, los Decretos de Dios son “el acto por el cual Él determina
absolutamente el futuro infalible de todo lo que está fuera de Él, para la alabanza de Su
propia gloria, quien es la Causa y Director de todas las cosas, el Antecedente y
Gobernador de todos los eventos”. 5

Pasando del capítulo III que expone bellamente la doctrina de los Decretos
que el Señor ha establecido desde antes de la fundación del mundo, nos
encontramos en el paradero número IV llamado “De la Creación” y también el
paradero V denominado “De la Divina Providencia”, que son dos capítulos en
donde se demuestra claramente como los Decretos de Dios son llevados a cabo
a través de estas dos maneras, es decir, en Su obra ad extra.

Finalmente, llegamos al final de nuestra primera ruta, llegando al capítulo VI


cuyo nombre es “De la Caída del Hombre, del Pecado y su Castigo”, el cual a modo
general nos habla de la creación y de la constitución inicial del hombre, su
caída a causa de la tentación de Satanás permitida por Dios, y sus
repercusiones [tanto espirituales, temporales y eternas] en toda la raza
humana a causa de que Adán era el representante federal de nosotros ante
Dios, en un Pacto denominado comúnmente de Obras. 6

Entonces es así como a grandes rasgos hemos mencionado los capítulos


pertenecientes a esta primera sección de nuestra amada confesión de fe. Pero
antes de entrar de lleno en un análisis exhaustivo de cada capítulo,
permítanme poder bosquejar de manera analítica esta primera parte [y de
todas demás en la medida en que se vaya avanzando en el estudio] que
comprende los capítulos I al VI, para que así, usted tener una guía al momento
4
Sugiero revisar el “Dictionary of Latin and Greek Theological Terms: Drawn Principally
from Protestant Scholastic Theology” del Dr. Richard Muller para un exhaustivo análisis
acerca de estos términos mencionados aquí.
5
Renihan, Samuel D., “De Dios y De Su Decreto”, Santo Domingo, Ecuador, Legado
Bautista Confesional, 2021, pág. 117.
6
Para un análisis del Pacto de Obras entre Adán y Dios en el Huerto del Edén, recomiendo
con mucho gusto el libro “El Pacto de Obras: Su Fundamento Confesional y Bíblico” de un
gran querido hermano, pastor y profesor mío de Seminario, el Pr. Richard C. Barcellos.
de estudiar cada capítulo de esta sección, y a su vez, como éstos están
relacionados con los demás capítulos del documento confesional. Estoy en
deuda con el Dr. James Renihan, el Dr. Samuel Waldron y el Pr. Greg Nichols,
que con sus textos relacionados a la confesión he podido hacer un bosquejo
que sea bien legible para que su estudio [ya sea personal o en grupos] pueda
ser mucho más provechoso. El bosquejo es el siguiente:

PARTE I: LOS PRINCIPIOS PRIMARIOS (TAMBIÉN CONOCIDOS COMO


FUNDACIONALES) DE LA FE CRISTIANA (CAPÍTULOS I-VI).
1.- Relacionado con las Santas Escrituras: Capítulo I.
2.- Relacionado con el conocimiento de Dios.
2.1.- Acerca de Dios y Su Naturaleza Trina: Capítulo II.
2.2.- Acerca de los actos (Decretos) de Dios: Capítulo III.
3.- Relacionado con la Creación de Dios: Capítulo IV.
4.- Relacionado con la Providencia de Dios: Capítulo V.
5.- Relacionado con la Caída y el Pecado del Hombre: Capítulo VI.

Algo importante que destacar, es que los capítulos II y III comprenden lo


relacionado al conocimiento de Dios. Esto relevante para nosotros, ya que, es
sumamente importante saber quién es Dios, pero también como Él trabaja
sobre lo creado. Por lo tanto es indispensable que estas dos doctrinas sean
estudiadas de forma conjunta, para así, tener una correcta compresión de
quien es el Dios de las Escrituras, es decir, nuestro Dios, ¡y lo que ha hecho,
hace y hará por nosotros! Después de haber mencionado lo anterior,
adentrémonos en el maravilloso estudio de la herencia que nuestros
antepasados nos han dejado. Herencia a base de esfuerzo, penalidades,
injusticias sobre ellos, ¡y hasta la misma muerte!
CAPÍTULO I
“DE LAS SANTAS ESCRITURAS”
1.1.- La Santa Escritura es la única regla suficiente, segura e infalible 1 de todo
conocimiento, fe y obediencia salvadores; aunque la luz de la naturaleza 2 y las
obras de la creación y de la providencia manifiestan la bondad, sabiduría y
poder de Dios, de tal manera que dejan a los hombres sin excusa, aun así, no
son suficientes para dar ese conocimiento de Dios y de Su voluntad que es
necesario para la salvación.3 Por lo tanto, agradó al Señor, en muchas
ocasiones y de muchas maneras, revelarse a Sí mismo y declarar Su voluntad a
Su Iglesia; y después, para preservar y propagar mejor la verdad, y para el
establecimiento y consuelo más seguros de la Iglesia contra la corrupción de la
carne y la malicia de Satanás y del mundo, le agradó poner por escrito esa
revelación en su totalidad;4 lo cual hace que las Santas Escrituras sean
sumamente necesarias, habiendo cesado ya aquellas maneras anteriores por
las cuales Dios reveló Su voluntad a Su pueblo.

1.2.- Con el nombre de Santa Escritura o la Palabra de Dios escrita, ya se


incluye todos los Libros del Antiguo y el Nuevo Testamento, que son los
siguientes:

DEL ANTIGUO TESTAMENTO:

Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, Rut, 1


Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes, 1 Crónicas, 2 Crónicas, Esdras,
Nehemías, Ester, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los
Cantares, Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel,
Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo,
Zacarías, Malaquías.

1
2 Tim. 3:15, 16, 17. Isa. 8:20. Luc. 16:29, 31. Efe. 2:20.
2
Rom. 1:19, 20, 21, etc.; y 2:14, 15. Sal. 19:1, 2, 3.
3
Heb. 1:1.
4
Pro. 22:19, 20, 21. Rom. 15:4. 2 Ped. 1:19, 20.
DEL NUEVO TESTAMENTO:

Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Hechos de los Apóstoles, La Epístola de Pablo


a los Romanos, 1 Corintios, 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses,
Colosenses, 1 Tesalonicenses, 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito,
Filemón, la Epístola a los Hebreos, la Epístola de Santiago, La primera y
segunda Epístola de Pedro, La primera, segunda y tercera Epístola de
Juan, la Epístola de Judas, Apocalipsis.

Todos estos fueron dados por inspiración de Dios 5, para que sean la
regla de fe y vida.

1.3.- Los libros comúnmente llamados apócrifos, como no son de inspiración


divina,6 no forman parte del canon (o regla) de la Escritura y, por lo tanto, no
tienen autoridad para la Iglesia de Dios, ni debe ninguno de estos ser
aprobado o usado de una manera distinta a como se hace con otros escritos
humanos.

1.4.- La autoridad de la Santa Escritura, por la cual esta debe ser creída, no
depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino enteramente de Dios
(quien es la verdad misma) el Autor de la Santa Escritura; 7 por lo tanto, esta
debe ser recibida porque es la Palabra de Dios.

1.5.- El testimonio de la Iglesia de Dios puede movernos e inducirnos a tener


una alta y reverente estima por las Santas Escrituras; y el carácter celestial de
su contenido, la eficacia de su doctrina, la majestad de su estilo, la armonía de
todas sus partes, el escopo de esta en su conjunto (que es dar toda la gloria a
Dios), la plena revelación que hace del único camino de salvación para el
hombre, y muchas otras excelencias incomparables y la totalidad de las
perfecciones de la misma son argumentos por medio de los cuales da
evidencia abundantemente de ser la Palabra de Dios; no obstante, nuestra
persuasión y certeza plenas de su verdad infalible y autoridad divina

5
2 Tim. 3:16.
6
Luc. 24:27, 44. Rom. 3:2.
7
2 Ped. 1:19, 20, 21. 2 Tim. 3:16. 2 Tes. 2:13. 1 Jua. 5:9.
provienen de la obra interna del Espíritu Santo, dando testimonio en nuestros
corazones por medio de la Palabra y con la Palabra.8

1.6.- Todo el consejo de Dios concerniente a todas las cosas que son necesarias
para Su propia gloria, la salvación del hombre, la fe y la vida está
expresamente escrito o necesariamente contenido en la Santa Escritura, a la
cual no debe añadirse nada en ningún momento, ni por nueva revelación del
Espíritu ni por las tradiciones de los hombres.9

No obstante, reconocemos que la iluminación interna del Espíritu de Dios


es necesaria para el entendimiento salvador de las cosas que están reveladas
en la Palabra,10 y reconocemos que hay algunas circunstancias concernientes a
la adoración a Dios y el gobierno de la Iglesia que son comunes a las acciones
y sociedades humanas, las cuales deben ser ordenadas a la luz de la naturaleza
y la prudencia cristiana, conforme a las reglas generales de la Palabra, las
cuales siempre deben ser obedecidas.11

1.7.- No todas las cosas en la Escritura son igualmente claras en sí mismas, ni


son igualmente claras para todos;12 sin embargo, aquellas cosas que es
necesario saber, creer y obedecer para salvación se proponen y exponen tan
claramente en uno u otro lugar de la Escritura que no solo los eruditos, sino
también los que no lo son, pueden adquirir un entendimiento suficiente de
tales cosas mediante el debido uso de los medios ordinarios.13

1.8.- El Antiguo Testamento en hebreo (que era el idioma nativo del pueblo de
Dios en la antigüedad) y el Nuevo Testamento en griego (que, en el tiempo en
que fue escrito, era por lo general el idioma más conocido entre las naciones), 14
siendo inspirados inmediatamente por Dios y guardados puros en todas las
edades por Su singular cuidado y providencia, son - por lo tanto - auténticos; 15
8
Jua. 16:13, 14. 1 Cor. 2:10, 11, 12. 1 Jua. 2:20, 27.
9
2 Tim. 3:15, 16, 17. Gál. 1:8, 9.
10
Jua. 6:45. 1 Cor. 2:9, 10, 11, 12.
11
1 Cor. 11:13, 14; y 14:26 y el v. 40.
12
2 Ped. 3:16.
13
Sal. 19:7; y 119:130.
14
Rom. 3:2.
15
Isa. 8:20.
así que, en todas las controversias religiosas, la Iglesia debe apelar a estos
como autoridad final.16 Pero, debido a que estas lenguas originales no son
conocidas por todo el pueblo de Dios, el cual tiene derecho a las Escrituras e
interés en estas, y debido a que se le manda leerlas y escudriñarlas en el temor
de Dios,17 por lo tanto, deben ser traducidas a la lengua común de toda nación
a la que sean llevadas,18 para que, habitando en abundancia la Palabra de Dios
en todos, puedan adorarle de manera aceptable, y para que, por medio de la
paciencia y el consuelo de las Escrituras, tengan esperanza.19

1.9.- La regla infalible de interpretación de la Escritura es la propia Escritura; 20


por lo tanto, cuando surge alguna duda acerca del verdadero y pleno
significado de cualquier pasaje bíblico (significado que no es múltiple, sino
uno solo), debe buscarse en otros pasajes que hablen más claramente.

1.10.- El juez supremo por el que deben decidirse todas las controversias
religiosas, y por el que deben examinarse todos los decretos de concilios, las
opiniones de escritores antiguos, las doctrinas de hombres y espíritus
privados, y en cuya sentencia debemos descansar, no puede ser otro que la
Santa Escritura entregada por el Espíritu; en dicha Escritura así entregada,
nuestra fe se resuelve finalmente.21

1. LA BASE DE TODO FUNDAMENTO REVELADO (PÁRRAFO I)


A. TODO LO NECESARIO QUE EL CREYENTE DEBE SABER SOBRE LAS
ESCRITURAS.

B. LA DEFICIENCIA DE LA REVELACIÓN GENERAL.

C. LA IMPORTANCIA DE LA REVELACIÓN ESPECIAL.

16
Hch. 15:15.
17
Jua. 5:39.
18
1 Cor. 14:6, 9, 11, 12, 24, 28.
19
Col. 3:16.
20
2 Ped. 1:20, 21. Hch. 15:15, 16.
21
Mat. 22:29, 31. Efe. 2:20. Hch. 28:23.
D. LA LIMITACIÓN QUE LAS ESCRITURAS EXIGEN Y A LA CUAL
SOMETEN.
1. LA BASE DE TODO FUNDAMENTO REVELADO (PÁRRAFO I)
No es novedad que en nuestra época actual, muchas iglesias han abandonado
el confesionalismo, y por ende, la hermosa tradición de hacer pública su fe
para que esta sea leída, examinada, estudiada y evaluada. Juntamente con este
abandono del confesionalismo, también está presente la devaluación que los
cristianos han hecho a la biblia, restándole su importancia, suficiencia,
autoridad, relevancia, y desplazándola a un segundo plano, para que el
hombre sea el centro de atención, cuando en realidad debería de ser Dios el eje
de nuestras vidas.

Ahora bien, esto en el pasado no fue así. Nuestros padres bautistas, luego de
la resolución de la libertad de expresión religiosa, redactaron lo que nosotros
conocemos como la Confesión Bautista de Fe de Londres de 1689. Para ellos,
era muy importante declarar de manera pública lo que creían, debido a las
constantes acusaciones que estaban siendo cargadas en su nombre. Pero su
declaración no fue en base a un pensamiento esporádico en sus mentes para
aparentar una falsa unidad con los demás reformados, si no, que todo lo que
ellos declararon ¡lo extrajeron de las Escrituras mismas! Para ellos las
Escrituras eran todo lo que se necesitaban para declarar su fe, y como veremos
en este párrafo, lo dejaron bien establecido para no que hubiera dudas, y así,
demostrar su unión con el pensar reformado en cuanto a la doctrina de las
Escrituras.

A. TODO LO NECESARIO QUE EL CREYENTE DEBE SABER SOBRE LAS


ESCRITURAS.

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