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LA SANTIDAD CONVIENE A TU CASA

La santidad conviene a tu casa (Salmo 93:5), prédica sobre


vivir en santidad y obediencia, sermón se santidad

"Tus testimonios son muy firmes; la santidad conviene a tu casa, Oh Jehová, por los siglos y
para siempre" (Salmo 93:5)

Santidad es una de las características básicas de nuestro Dios. Por tal razón se nos dice que la
santidad conviene a tu casa. En referencia a Él, la palabra santidad significa "ABSOLUTA
PERFECCIÓN Y PUREZA". Sólo Dios es Santo en sí mismo, y por sí mismo. Pero vemos en las
escrituras que ésta palabra también se aplica a personas o cosas que han sido apartadas y
dedicadas al servicio del Señor.

La palabra Santidad tiene un significado que con lleva a dos conceptos: uno que es Separación, y
otro que es Dedicación.
Dios es santo y quiere un pueblo santo

En el Antiguo Testamento encontramos que el pueblo de Israel santificaba los objetos o personas
a través de un rito o culto ordenado por Dios. Sólo Dios puede santificar o declarar santo a algo
o a alguien. Dios es Santo y quiere un pueblo Santo, Levítico 19:2, por lo cual se nos dice que la
santidad conviene a tu casa oh Jehová.

En el Nuevo Testamento encontramos como Dios declara Santo a un nuevo pueblo, a través de
su Palabra, su Sangre y su Espíritu; cuando por la Fe nosotros lo aceptamos y obedecemos.

La Santidad es esencial para la Salvación

Vivir en Santidad y obediencia es necesario para ver a Dios: Esto es parte del plan de
Salvación. Comparemos las siguientes escrituras: Juan 3:3-5 y Hebreos 12:14.
A través del Nuevo Nacimiento, Dios nos ofrece no solo un cambio de vida sino una Nueva Vida,
una vida separada y dedicada para Dios, porque como dice el versículo que leímos al inicio, "la
santidad conviene a tu casa, oh Jehová..."

¿Es necesaria la Separación? Si, es indispensable, la santidad conviene a tu casa. El pecado


separa al hombre de su Dios, y sólo separándose del pecado se podrá volver a restaurar esa
comunión. Dios nos llama a Separarnos 2 Cor 6:17. Dios nos ha llamado a santificación 1
Tes. 4:7 Separarnos cada día del pecado, renunciar a nuestros propios deseos carnales (deseos
mundanos) consagrarnos al Señor, dedicarle nuestras vidas, y obedecer su palabra produce
como fruto: La Santificación Rom. 6:22

La voluntad de Dios es nuestra santificación 1 Tes.


4:3, porque la santidad conviene a tu casa, oh
Jehová

Busquemos la santificación

Por esta razón nos ha bautizado con su Espíritu Santo y nos ha dado su palabra que es verdad.
El Espíritu Santo imparte Santidad en nosotros. En la dispensación de la Gracia, Dios escribe sus
leyes en nuestros corazones (Jeremías 31:33).

Una persona llena del Espíritu Santo, y que se deja guiar por el Espíritu, cada día va
perfeccionando su santidad, pues el mismo Espíritu le va enseñando y dando testimonio de
que Dios se agrada de su manera de vivir (Juan 14:26). La Santidad es enseñada por la Biblia, es
también enseñada por los pastores y maestros Efesios 4:11-12.

Para vivir en Santidad y obediencia, pues la Palabra


de Dios nos aconseja.

Para vivir en santidad y obediencia ten en cuanta lo


siguiente:
1. No os conformeis a este siglo: en Romanos 12:2, es decir no conformarnos con lo que el
mundo establece. No tenemos que seguir la corriente del mundo.

La pregunta no es ¿qué tan cerca podemos vivir del mundo sin pecar?, sino ¿qué tan cerca
podemos vivir de Dios firmes y seguros de nuestra salvación?

2. Absteneos de toda especie de mal: en 1 Tesalonicenses 5:22, es decir todo lo que tenga un
reflejo del mundo y sus deseos. Todo lo que da una imagen incierta, que de lugar a confusión o
equivocación.

Dios quiere un pueblo celoso de lo bueno y que odie lo malo. Salmo 97:10 Y Prov. 8:13 Dios
odia el pecado y nosotros también debemos odiarlo (Claramente se entiende que debemos odiar
el pecado más no al pecador al cual hay que darle un tratamiento conforme a la palabra de Dios).

Lo que Necesitamos para Vivir en Santidad

Para vivir en santidad y obediencia

Para obtener victoria en nuestra vida cristiana contra el pecado y vivir en santidad necesitamos
entender estas verdades:

1. La Ley del Pecado: Rom. 7:20 Pablo nos dice que la ley del pecado que hay en nosotros es
mayor que la ley de Moisés y que la ley de nuestra mente. En otras palabras Pablo esta diciendo
que ni la ley, ni nuestra mente podrán vencer la naturaleza pecaminosa que reside en cada
hombre. La ley de pecado, también se llama naturaleza pecaminosa, la vieja naturaleza, el viejo
hombre, el primer Adán y la carne. Pero hay una ley que es mayor que la ley del pecado, y es la
ley del Espíritu (Rom. 8:2).

Sólo por medio de esta ley el hombre puede ser libre de la ley del pecado. Cuando la persona
recibe el Espíritu Santo, recibe una nueva naturaleza que no desea pecar, pero que tiene las leyes
y los deseos de Dios implantados en ella.
2. Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado: 1 Juan 3:9. En otras palabras todo
aquel que ha nacido de nuevo, no quiere pecar, no le gusta pecar, por lo tanto no práctica el
pecado. Pecar y practicar el pecado son dos cosas distintas.

3. Todo aquel que ha nacido de nuevo ha muerto al pecado: Rom. 6:1-6 Nuestro viejo hombre
fue crucificado con Cristo a través del arrepentimiento, para que ya no sirvamos al pecado.
Estamos muertos al pecado por lo tanto somos libres del pecado.

Así que el consejo de la palabra es: ´´ No reine el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo
que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al
pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como
vivos de entre los muertos y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia ´´
Rom. 6:12-13.

Romanos 12:1-2 nos da otra perspectiva de lo que es la Santidad. Debemos vivir una vida de tal
manera que sea aceptable a Dios, esto es parte de nuestro culto (adoración) que le debemos
tributar a Aquel que nos ha salvado. Vivir en Santidad es una manera de alabar y adorar a
nuestro Dios. Recordemos siempre su palabra cuando dice que "la santidad conviene a tu
casa, Oh Jehová", pues sin santidad nadie verá al Señor.

La Santidad en su correcta perspectiva

Vivir en Santidad no es una vida de esclavitud a reglas o regulaciones. No se trata solamente de


no hacer lo malo, sino de estar dispuestos y alertas a hacer todo lo que agrada al Señor.

Propósito de vivir en Santidad

1. Agradar a Aquel que nos compro a precio de sangre preciosa y mora en nosotros. 1 Cor. 6:19-
20
2. Reflejar o proyectar la imagen de Aquel que habita en nosotros, para que otros sean atraídos
a Él. Salmo 119:1-2

Para agradar a Dios con lo que hacemos


Necesitamos la Fe (Heb. 11:6). Todos los aspectos de nuestra relación con Dios tienen que ver
con la Fe. Por Fe venimos a ÉL, en Fe somos salvos y por Fe vivimos. Santiago 2:17-18 dice: ´´ Así
también la Fe, si no tiene obras es muerta en si misma. Pero alguno dirá: Tú tienes Fe y yo tengo
obras. Muéstrame tu Fe sin tus obras y yo te mostraré mi Fe por mis obras ´´. La Fe nos guía a
la obediencia, así debe ser también en cuanto a nuestra manera de vivir santamente para Dios.
La Santidad es resultado de lo que Dios ha hecho y está haciendo en nuestras vidas por la Fe que
hemos depositado en Él.

Vivir en Santidad, es vivir en obediencia y la obediencia es la mejor y más importante


demostración de amor que podemos darle a Aquel que nos ama (Juan 14:15), pues su palabra
nos dice que la santidad conviene a tu casa, oh Jehová.

Las actitudes son una base de Santidad en nuestra vida


cristiana

Una Correcta actitud es el fundamento para desarrollar una vida en Santidad. El Salmista pidió a
Dios: ´´ Crea en mi Oh Dios un Corazón limpio y renueva en Espíritu recto dentro de
mí…vuélveme el gozo de tu salvación y espíritu noble me sustente” (Salmo 51:10-12).

La verdadera Santidad comienza en lo interior y se refleja en lo exterior y cubre todos los


aspectos de la vida como lo son la naturaleza, los pensamientos, las actitudes, el
comportamiento, la conducta y hasta la apariencia.

En 1 Pedro 1:13-16 el apóstol nos hace un ´´ Llamamiento a una vida Santa dice...´´ Sed
también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir ´´

Toda nuestra vida y nuestro ser deben estar santificados por nuestra obediencia a la Palabra de
Dios.
Pudiéramos decir que La Santidad en nuestro corazón, en nuestros pensamientos y en nuestras
actitudes es la ´´ Santidad Interna´´, y la santidad en nuestro comportamiento, conducta y
apariencia es la ´´ Santidad Externa ´´.
Una verdadera santidad

No hay verdadera Santidad en la Vida del Cristiano cuando su corazón está lleno de amargura,
resentimiento, rencor, celos, envidia o altivez. Todo o cualquiera de estas cosas producirá una
manera de hablar, de actuar y hasta una apariencia que no refleja a Cristo.

Si examinamos honestamente con la ayuda del Señor miramos en el fondo de nuestro corazón
que hay una actitud negativa, entonces todos nuestros esfuerzos (incluyendo este estudio) serian
vanos. Pero si podemos traer nuestro corazón a una correcta actitud, hasta sentir un deseo
sincero y ferviente de agradar a Dios; entonces el resto de este estudio será solo cuestión de
escuchar con los oídos espirituales, para luego ser hacedores de la palabra, practicantes de las
enseñanzas y discípulos del buen Maestro que por amor nos ha salvado y cada día nos guía en
el camino de la vida eterna.

La Santidad externa: es una proyección de la presencia de Dios en nuestras vidas y de nuestro


crecimiento en su conocimiento y en su gracia.

La Santidad en la lengua: nuestra manera de hablar.


De la abundancia del corazón habla la boca Mateo 12:34

No debe:

1. Jurar Mateo 5:34; Santiago 5:12


2. Chismear Proverbios 16:28, 26:20; Tito 3:2; Santiago 4:11
3. Sembrar discordias Proverbios 6:16-19
4. Malas conversaciones Colosenses 3:8; Efesios 4:29
5. Maldiciones Romanos 12:14; Efesios 4:31

Debe:

1. Sí, sí, No, no Mateo 5:36-37


2. Restaurar Gálatas 6:1
3. Dar gracias Efesios 5:19-20
4. Hablar para edificar Efesios 4:29
5. Bendecid Romanos 12:14; Mateo 5:44

La Santidad en nuestros ojos: los ojos son la ventana del alma, la luz del cuerpo. Los ojos son
los órganos sensoriales que más información llevan al cerebro. Toda imagen que el hombre ve
queda grabada en el cerebro. Lo que el hombre ve y oye determina su pensamiento y según su
pensamiento tal es él (Prov. 23:7).

Lo que el hombre ve tiene una influencia poderosa en su pensamiento. Los psicólogos dicen que
el 90% de nuestros pensamientos son estimulados por la vista. Por esto el Señor dijo que según
la condición de nuestros ojos será la condición de todo nuestro cuerpo (San Mateo 6:22-23)

Muchas tentaciones se nos presentan a través de los ojos. Ejemplos Eva vio y codició, tomó y
pecó. David vio y codició, tomó y pecó. Acán vio y codició, tomó y pecó.

Satanás sabe que puede alcanzar nuestra mente y nuestra alma fácilmente a través de los ojos.
Pero el Señor promete bendición para el que guarda sus ojos de la tentación (Isaías 33:15-17)

Ahora bien hay muchas situaciones sobre las cuales no tenemos control, pero si hemos
aprendido a disciplinar los ojos serán tentaciones que pronto serán resistidas. Sin embargo hay
en nuestra sociedad tres medio sobre los cuales SI tenemos control y son: literatura impresa,
cine y televisión.

Literatura: La lectura es un buen hábito de educación para el hombre, pero no todos los libros
son buenos. Hay novelas que se basan en sexo, triángulos de amor, palabras vulgares,
pornografía, magazines con confesiones íntimas o escándalos. San Mateo 5:8 dice que los de
limpio corazón verán a Dios, pero no se puede tener un corazón limpio leyendo esta literatura.
Hechos 19:19 es un ejemplo de la reacción de nuevo convertido que ha nacido de nuevo.

Una nueva manera de saber que es bueno, es preguntarse que clase de pensamientos, o
meditación trae a mí esta lectura

Televisión y cine: son las armas más poderosas que Satanás ha estado usando para corromper
la humanidad. Los dos tópicos más enfatizados en ellas son el sexo y la violencia. Ellas
representan y crean una generación que se va depravando cada vez más.

¿Cómo afecta la televisión al cristiano? La persona que se sienta frente a ella es bombardeada
por esta escenas y comportamientos que van de los ojos a la mente. El cristiano comienza
resistiendo, pero va disminuyendo, y la mente es constantemente estimulada a pecar; y de ver
constantemente la misma escena o comportamiento llega a parecerle normal al punto de
practicarla.

1. La televisión no construye ni edifica una vida cristiana.


2. Viendo ciertas escenas, subconscientemente se asume que toda la sociedad es así, y esto
desarrolla una actitud permisiva que excusa al pecado ``todo el mundo lo hace´´.
3. Es un medio de escape que te saca de la realidad
4. Entretiene al hombre carnal y alimenta los deseos de la carne.
5. Le hace perder lo mas valioso que el hombre posee ``el tiempo´´ pues se convierte en una
adicción. Efesios 5:16; Colosenses 4:5 son mandatos del Señor.

Santidad en nuestra manera de vestir,

Nuestra apariencia externa no es la base de nuestra santidad pero no deja de ser un elemento
muy importante en nuestra vida cristiana, pues es un reflejo de lo interno. Nuestra manera de
lucir incluye el vestido, el peinado y los adornos.

El vestido refleja ``la moral y el buen sentido´´...

1 Timoteo 2:9-10... Así mismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa... con pudor y
modestia.
El pudor refleja la moral y significa decencia y castidad. Es una virtud que casi no se halla hoy en
nuestro mundo es un valor que se ha perdido.

Es una vergüenza natural o innata que debe tener la mujer de enseñar su cuerpo. En otras
palabras el consejo del apóstol Pabló a las mujeres en este pasaje es que se vistan con ropa que
cubran bien el cuerpo.

Que tengan vergüenza ``Pudor ´´ al vestirse.

Una vestimenta descubierta indica la presencia de un espíritu sensual, un deseo de llamar la


atención sobre el sexo opuesto y hace una invitación al pecado. Vistamos de una manera tal que
no quedemos expuestos a miradas de codicia, y aun a una segunda mirada con la cual ya peca
no sólo el que miró sino también el cuerpo que provoca la lascivia.
San Mateo 18:7 da un ¡ay! A los hombres que son de tropiezo, en este versículo la palabra
“hombres” incluye también a las mujeres. San Mateo 13:40 y 18:6 también habla de los que hacen
tropezar.

La ropa decorosa tiene que ser bien examinada. Fíjese en los cuellos, las mangas, que no sean
muy escotadas, el largo del traje que no muestre las piernas, las aberturas de las faldas, estilos
apretados o telas transparentes q traslucen la figura y la forma del cuerpo.

La modestia es señal de buen sentido y sabiduría:

Significa ser moderada justa, considerada. La modestia es una buena representante de la


humildad. Dios odia el orgullo, la vanagloria y la altivez. El no aprueba ninguna apariencia
pretenciosa y ostentosa. Estilos diseñados para satisfacer el ego no son agradables delante de
Dios y no nos conviene a nosotros. El lujo y el costo están asociados con la vanidad.

La obra de Dios sufre cuando tienen necesidades financieras y sus santos están gastando su
dinero sin moderación.

En cuanto al vestido Dios también ha establecido una distinción entre los sexos. Entre el hombre
y la mujer hay diferencias no solo biológicas, si no también mentales y emocionales. Dios ha
establecido ciertos métodos sociales para mantener esta distinción. Esto es importante para Dios
pues él ha diseñado diferentes papeles para el hombre y la mujer. Esto ha sido violado por medio
del vestuario UNISEX.

Deuteronomio 22:5 se aplica también para hoy pues, es parte de la ley moral y Dios especifico
que es una abominación a Él. Mal. 3:6 Dios no acepta los afeminados (1 Cor. 6:9) y en esto vemos
que ÉL quiere que guardemos la diferencia. Es claro que en nuestra cultura el pantalón esta
asociado con el vestir del hombre y las faldas o vestidos con el vestir de la mujer.

No hace muchos años atrás era incorrecto que la mujer usara pantalones. Fue hasta después
de la segunda guerra mundial cuando la mujer salió de su posición de ama de casa para
trabajar en las fábricas por la ausencia de su esposo.

En este tiempo comenzó la nueva era para la mujer la cual ha promovido negativamente al
movimiento ``liberación femenina ´´ una liberación que no es otra cosa que una rebeldía y
protesta al plan de Dios para ellas.

El pantalón en el cuerpo de la mujer delinea su figura, marcando de una manera vulgar sus
partes íntimas y dando lugar a la codicia por parte de los hombres lo cual es tropiezo.

El peinado o arreglo sencillo del pelo para dar gracia a la


mujer:

La Palabra nos recomienda `` no peinados ostentosos ´´ 1 Timoteo 2:9; 1 Pedro 3:3. Lo contrario
de peinados ostentosos son peinados sencillos.

La mujer debe peinarse bien, haciéndose peinados sencillos por que su pelo es su gloria. Dios
nos manda a dejarnos crecer el cabello porque esto es honroso, es decir la mujer que se deja
crecer el cabello es honrada. Es honrada por Dios, por los Ángeles, por los justos y temerosos de
Dios, porque por medio de su obediencia se esta sometiendo a Dios y a su esposo.

La mujer no debe orar (presentarse a Dios) con la cabeza descubierta. Pero Dios le ha dado su
cabello en lugar de velo. 1 Cor 11:13-16.

El propósito de nuestro pelo es ´´ Gloria ´´ no ´´ Vanagloria ´´; no debemos lucirlo con otros
propósitos como por ejemplo vanidad, provocar o atraer. El pelo largo bien recogido, bien
arreglado da gracia y gloria a la mujer. Usted podrá estar bien vestida, pero si no esta bien
peinada no dará la misma impresión que cuando esta bien vestida y bien peinada.

También el arreglo de nuestro pelo refleja otras cosas como actitudes y estado de ánimo. ´´ No
debemos quejarnos de nuestro pelo ´´

La historia también nos dice que la práctica de cortarse el pelo por encima de los hombros entró
en nuestra sociedad durante la Segunda Guerra Mundial.

Los adornos de perlas, oro o plata; es decir, la joyas no son


adornos para la mujer cristiana
Las joyas son adornos que alimentan la vanidad. Las Escrituras nos enseñan por todas partes
sobre la humildad y la moderación y nos exhortan acerca de la vanidad y la soberbia. La vanidad
de adornarse con joyas esta descrita en Isaías 3:16-26.

El pueblo de Israel se había envanecido y el Señor dijo que les quitaría todos sus adornos para
despojarlos del orgullo. Cuando Jacob subió a Betel, aconsejo a su familia a despojarse de los
dioses falsos y de los aretes Gen 35:2-4.

El oro es un elemento mineral que representa atributos divinos. Por esto se uso el tabernáculo.
Cuando Dios saco a Israel de Egipto, los egipcios les dieron muchas de sus riquezas. Pero el
propósito de Dios era que se usaran después en la construcción del tabernáculo.
El pueblo hizo con ellas un becerro y eso trajo juicio de destrucción. Así que el oro, plata, perlas
preciosas y otros elementos de esta naturaleza se han de usar para la Gloria de Dios, no para la
gloria del hombre.

El maquillaje "otra forma de adornar", pero recuerda que


la Biblia dice que la santidad conviene a tu casa.

El maquillaje acentúa la sensualidad para atraer al sexo opuesto. En la Palabra de Dios y también
históricamente la pintura esta asociada con la seducción y la prostitución. La práctica de pintar
las pestañas fue introducida en Egipto en el año 3000 A.C. Por esto el sabio Salomón dando
consejo a sus hijos para no caer en manos de la mujer extraña decía: Prov. 6:25 ´´ No codicies
su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos ´´; fijémonos como Jezabel usó la
pintura con el propósito de seducir al profeta 2 Reyes 9:30. Pero las mujeres de Dios hacen todo
lo contrario como Esther.

Est 2:13-15. Cuando el pueblo de Dios ´´ su amada ´´ lo dejó por otros dioses, Dios lo comparó
con una prostituta que usa maquillaje para atraer a sus amantes. Ezequiel 23:36-44. En Jer. 3:3
dice el Señor: Te has mostrado como una prostituta, y no has querido avergonzarte. De estos 2
versículos podemos desprender que para el Señor el maquillaje en una mujer se relaciona con
prácticas de prostitución.

Según la enciclopedia Británica, fue después de la Segunda Guerra Mundial ésta práctica venció
la oposición y gradualmente fue aceptada por la sociedad. Antes de esto estaba relacionada con
la prostitución.

El atavío que nos recomienda la palabra

Los esfuerzos de la mujer cristiana deben ser ataviar su corazón y su espíritu. En otra ocasión la
Palabra nos manda ´´ Vestíos con amor que es el vinculo perfecto ´´(Col. 3:14). Debemos
procurar este atavío interno que produce buenas obras y que nos hace actuar y lucir como ´´
Hijos de la Luz ´´.

Dios nos promete hermosearnos con su Salvación. No hay otra cosa que de más belleza al ser
humano que el amor, el gozo y la paz de Dios reflejado en unos ojos bien despiertos y llenos de
vida.`` (Te invito a leer: ¿Cuál es la Belleza Genuina?)

El corazón alegre hermosea el rostro ´´ (Prov. 15:13). Esta es la verdadera hermosura la que
proviene de un corazón limpio de amarguras y agradecidos con su Dios. La otra hermosura que
proviene de cosas externas es artificial, superficial, es vana. Proverbios 31:30 `` Engañosa es la
gracia y vana la hermosura la mujer que teme a Jehová esa será alabada ´´ pero La Hermosura
de La Santidad es la verdadera hermosura. De ella podemos participar.

El Señor viene a presentarse a si mismo una Iglesia Gloriosa, que no tiene mancha ni arruga, ni
cosa semejante, si no que es santa y sin mancha de rebeldía y de desobediencia. Una Iglesia que
se ha sometido a ÉL y a su Palabra de Amor. Gloriosa será el anuncio de nuestra entrada al cielo.
Apocalipsis 19:7-8. Recuerde siempre este versículo de Salmo 93:5 "...la santidad conviene a tu
casa..."
¿CÓMO DEBE VESTIR UNA MUJER CRISTIANA?

Hace 20 años esta pregunta seria innecesaria, ya que las Iglesia Pentecostales (incluyendo las
Asambleas de Dios y la Iglesia de Dios), en su mayoría, predicaban en contra de que la mujer
usara pantalones o pantalonetas (shorts).

Pero, ahora es común ver a las hermanas de algunas iglesias, luciendo pantalones, no sólo en la
calle o en el trabajo, sino en los cultos, y aun en el púlpito. Algunas de estas hermanas, son
líderes, maestras de Escuela Dominical, ¡algunas son pastoras!

Mientras es cierto que no hay un versículo que le prohíbe a la mujer en una forma explícita
de usar pantalones, hay suficientes razones, bíblicas y lógicas por tomar una postura en contra
de su uso.

(Te puede interesar: Sin santidad nadie verá al Señor)

La Biblia tampoco prohíbe directamente el fumar, pero nosotros sabemos que la enseñanza en
contra del fumar tiene base bíblica. La Biblia implica que el fumar es incorrecto, no lo dice
explícitamente. De igual manera, la Biblia no dice en forma explícita que la mujer no debe usar
pantalones, pero si lo implica.

Muchas posturas de la iglesia en contra de ciertas conductas consideradas mundanas o dañinas


son enseñanzas implícitas no explícitas. En muchos casos es el deber del ministerio mirar las
circunstancias sociales de turno que podrán afectar la iglesia y tomar decisiones acerca de estas
en base de los principios bíblicos gobernando esas áreas. Esto es lo que los apóstoles hicieron.
Sobre todo, Pablo en sus cartas se dirige a muchos asuntos sociales que estaban afectando la
iglesia en ese momento.

Los líderes espirituales de hoy no pueden callarse ante la gran ola de inmoralidad y decadencia
social que invade el mundo. Si existen formas de vestir que no concuerdan con los principios
bíblicos de decencia, el púlpito debe tomar una postura al respecto. El que calla otorga.

Atavío de las mujeres cristianas ¿Cómo debe vestir una


mujer cristiana?

Usando 1 de Timoteo 2:9 como una guía para determinar la clase de ropa que una mujer cristiana
debe lucir podemos concluir que el pantalón de la mujer no es una vestimenta adecuada. (Quizás
te puede interesar: ¿Cuál es la Belleza Genuina?)

¿Es el pantalón de la mujer una ropa decorosa? ¿Refleja modestia y pudor? No, al contrario, si
somos honestos sabemos que el pantalón demuestra indebidamente el cuerpo de la mujer. Por
pegarse tanto al cuerpo, el pantalón demuestra las áreas íntimas de la mujer de una manera
indecente.

No hay un pantalón para la mujer cristiana y otro para una mujer no creyente. El corte de todo
pantalón de mujer tiene un sólo propósito, demostrar y atraer atención al cuerpo de la mujeres.
Las mujeres del mundo, en su mayoría, usan el pantalón para demostrar el cuerpo.

Si no fuera así, ¿por qué los compran tan apretados? ¿Por qué no compran un pantalón, más
suelto? ¿Porqué al ponérselos parece como una segunda piel donde se ven todos lo detalles del
cuerpo?

Se usan muchos argumentos para afirmar que el pantalón es una ropa modesta, pero al fin de
cuentas, se nota la indecencia del mismo al verlo puesto.

El PANTALÓN REVELA EL CUERPO DE LA MUJER

Aun cuando, el pantalón cubre el cuerpo de la mujer, a su vez lo revela indebidamente. ¿Es el
pantalón un delantal o una túnica? Adán y Eva se cubrieron con delantales. Dios los vistió de
túnicas. Una túnica no era una ropa apretada al cuerpo. Es una ropa suelta que cubre el cuerpo
totalmente. El pantalón de la mujer es diseñado para atraer atención al cuerpo.

El hombre que vea a una mujer vestida en pantalones apretados será automáticamente atraído
hacia su cuerpo; se abrirá en él la concupiscencia. Reconozco que existen hombres que, tal vez
nunca miran el cuerpo empantalonado de una mujer, pero le aseguro que son la excepción y no
la regla.

El hombre se estimula por la vista. Con sólo ver a una mujer, el hombre puede excitarse
sensualmente. El diablo sabe esto, por eso ha motivado a los diseñadores a fabricar ropas que
revelan el cuerpo de las mujeres.

EL USO DE PANTALONES ES SÍMBOLO DEL DESAFÍO


FEMENINO

Además, el uso de pantalones por la mujer es símbolo del desafío femenino:

"Llevar los pantalones en lugar de una pollera ha sido símbolo de desafió femenino por siglos,
Juana de Arco, la reina Cristina de Suecia, la novelista George Sand, Sara Bemhardt, Amelia
Bloomer, Marlene Dietrich, Greta Garbo, la historia de los sexos ha sido puntuada por mujeres
que demandaron el derecho a la misma movilidad, comodidad y confort que los hombres cuando
estaban en el mundo. La moda no tuvo nada que ver con ello al principio.

Era sólo un asunto de propiedad. Inevitablemente, la vanidad femenina se vio envuelta y los
diseñadores de la moda tomaron para si el desafió de mantener los trajes de pantalón
contemporáneos" (tomado de la Prensa, 29 de nov. 1996).

En el comienzo las mujeres usaron pantalones como un asunto de propiedad, o sea con el fin de
profesar su rechazo de un ideal de la feminidad supuestamente impuesto por el hombre. Era su
cuerpo y ella podía hacer con él, y vestirlo como ella quería, aun cuando esto iba en contra de lo
aceptado dentro del contexto cultural.

En ese sentido era una rebeldía en contra de los confines culturales, pero a su vez es una rebeldía
en contra del principio bíblico de la distinción entre los sexos. Esa rebeldía ha producido un estilo
de vestirse completamente en contra de las normas bíblicas establecidas por Pablo y Pedro en
sus escritos.

LA MUJER NO VESTIRÁ ROPA DE HOMBRE ¿CÓMO


DEBE VESTIR UNA MUJER CRISTIANA

Vestimenta de la mujer en la Biblia, la mujer no vestirá ropa


de hombre

Deuteronomio 22:5 "No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer,
porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace' (Deuteronomio 22:5).

Los judíos que recibieron la ley y el pacto (Romanos 9:4) interpretan este versículo de la siguiente
manera, bajo el título: '"Distinción del Sexo en la Ropa"

"22:5. El Intercambio de ropa entre hombre y mujer promovería inmodestia y, en consecuencia


inmoralidad. Esta ley probablemente se dirige en Contra de los ritos del paganismo Sirio, que
incluía el intercambio de ropas por los sexos y guió a impurezas horribles" (El Pentateuco y
Haftoras).

Los judíos entendieron esto como una prohibición en contra de la confusión de los sexos por el
intercambio de ropas. La idea principal es que debe existir una separación demarcada entre los
sexos en la ropa que usan. Este principio en si es suficiente razón porque una mujer cristiana no
debe usar pantalones. Es una confusión de los sexos.

Leemos en el libro, "Costumbres y Maneras de la Biblia":

"Siendo que la distinción entre el vestuario de los sexos era menos que con nosotros, había
mayor necesidad de esta regulación. Existe razón para creer que la ley fue hecha no meramente
para preservar la decencia, sino por causa de los Paganos quienes tenían el hábito de seguir un
curso diferente en su adoración idólatra.

Maimodes dice: "En los libros de los idólatras se le ordena al hombre a poner el vestido de colores
de una mujer cuando se presenta delante de la estrella Venus; y cuando una mujer adora la
estrella Marte, aparecerá en armadura". Los ídolos paganos con frecuencia se presentan con
fisonomía de un sexo y vestido de otro, y sus adoradores intentaron ser como ellos... esta es la
razón parcial por poner esta ley en fuerza".

Otra vez, vemos que el sentido correcto del versículo es la prohibición del intercambio de ropas
entre mujer y hombre en el acto de la adoración. Se le exige a los Israelitas la separación de los
sexos en la adoración del Dios verdadera.

El autor nota que "la distinción entre el vestuario de los sexos era menos que con nosotros" pero
¿podemos decir esto en el caso de los pantalones? En el caso de la mujer el pantalón es casi igual
si no idéntico al del hombre. ¿Dónde está la distinción entre el hombre y la mujer en el acto de
adoración al Dios verdadero si la mujer usa una ropa que es intercambiable con la del hombre y
que tradicionalmente se reconoce como una ropa masculina?

¿EL USO DE LOS PANTALONES ES ABOMINACIÓN A


JEHOVÁ?

¿No sería esto abominación a Jehová? ¿Cómo debe vestir


una mujer cristiana?, pues se nos dice que la mujer no
vestirá ropa de hombre

La palabra hebrea traducida hombre en este versículo es geber que proviene de una raíz que
quiere decir "fuerte, hacerse fuerte". La concordancia Strongs lo traduce "geber...un hombre
valiente o guerrero; genéricamente una persona.

El libro, Dios, Hombre y Salvación, Pág. 71 dice: Geber, como se recalca la fuerza y con frecuencia
se usa para distinguir al hombre de una mujer o niño" (Éxodo 10:11; 12; 37). El uso de la palabra
geber en Deuteronomio 22:5, no es un accidente, sino refuerza la distinción que debe existir
entre el hombre y la mujer en el asunto del vestuario.

La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre de mujer


El hombre que es fuerte y masculino, no debe ponerse vestido de una mujer y la mujer que es el
vaso más débil y femenino debe caracterizar las ropas que los creyentes emplean. En base de
esto la Biblia prohíbe el uso de pantalones por la mujer porque atropella la línea que los separa
en el vestuario.

Algunos han intentado refutar a Deuteronomio 22:5 por decir que pertenece a la ley de Moisés
y que el creyente bajo la gracia no está obligado a regirse por la ley, haciendo nulo este versículo
para la iglesia hoy en día. Mientras es cierto que no estamos bajo la letra de la ley, sin embargo
hay que entender el espíritu de la ley.

La ley era un ayo para guiarnos a Cristo, así que tiene mucho que enseñarnos. La ley contiene
muchos principios divinos que todavía son aplicables bajo la gracia. Es evidente en
Deuteronomio 22:5 que Dios estaba instruyendo a su pueblo en un principio o norma.

Se trata de más que una mera prohibición anticuada para los Israelitas. Se trata de un principio
que Dios quiso inculcar en su pueblo escogido para distinguirlos de los demás pueblos del
mundo. El principio revelado es lo que perdure después del cumplimento de la ley por Jesús en
la cruz.

El principio contenido en Deuteronomio 22:5 es sencillo. Dios quiso enfatizar que siempre debe
existir una línea bien definida, bien demarcada; una distinción clara entre el sexo masculino y el
sexo femenino. Cualquier forma de vestirse que viola este principio divino es totalmente
inaceptable para Dios tanto hoy como en aquel entonces.

Debemos reconocer que estamos viviendo en medio de una sociedad que quisiera borrar toda
distinción entre hombre y mujeres. Este es el fin del movimiento femenino de la liberación de las
mujeres. Tenemos ropas unisexo, corte de cabello unisexo, joyería unisexo, dormitorios co-
educacionales, baños unisexo, etc. Todo esto es nada menos que un intento por el humanismo
liberal por borrar la línea distintiva entre hombre y mujer, pero sepan que están violando un
principio bíblico.

La iglesia del Señor tiene que tomar una postura en contra de las ideas humanas que violan los
principios de Dios. El silencio de los pastores evangélicos sobre este tema es nada menos que un
consentimiento abierto al pueblo de Dios para violar un principio divino. ¡El que calla otorga!

Además de revelar un principio bíblico, Deuteronomio 22:5 nos indica que el intercambio de
ropas entre los sexos es una "abominación a Jehová". Las cosas abominables a Jehová bajo la ley
todavía lo son bajo la gracia. Una abominación es: Algo detestable, algo odioso, algo aborrecible.

Dios aborrece, detesta y odia la confusión de los sexos. Cualquier acto, acción o ropa que intenta
borrar la distinción entre los sexos es aborrecible para Dios.

He aquí una lista de casos abominables para Dios en el Antiguo Testamento que todavía lo son
en el Nuevo Testamento:
La idolatría (Deuteronomio 7:25 - Gálatas 5:20)

La mentira (Proverbios 6:16-19; 12:22 - Apocalipsis 21:27) El homicidio (Proverbios 11:20 - Gálatas
5:21)

Corazón perverso (Proverbios 11:20 - Apocalipsis 21:27) Sacrificio humano (Deuteronomio 12:31
- Apocalipsis 22:15) Brujería (Deuteronomio 18:10-12 - Gálatas 5:20)

Confusión del vestuario por los sexos (Deuteronomio 22:5; Romanos 1:26; 1 Corintios 6:9).

Si Dios está en contra del hombre que actúa en forma afeminada, lo mismo se puede decir de su
actitud acerca de una mujer que sale fuera de los principios bíblicos relacionados a la separación
de los sexos.

En nuestra cultura occidental, no es normal que un hombre se ponga ropa o vestido de mujer,
tampoco es normal (aunque el mundo diga que sí) que una mujer use ropas o vestidos que
tradicionalmente pertenecen al hombre.

Dios todavía detesta estos pecados (Malaquías 3:6). La sociedad cambia, los estilos cambian, pero
Dios sigue odiando el uso de ropas que borran la distinción entre los sexos (Hebreos 13:8)

Había muchas cosas que eran abominaciones específicamente para los judíos (Levíticos 11:7;
11:20, capítulo 14 de Deuteronomio). Estas prohibiciones formaban parte de la ley ceremonial
que fue abrogada por Cristo, por ende no tenemos que guardar las mismas hoy en día.

Lo único que tenemos que hacer es obedecer la enseñanza tipificada por estas leyes, como por
ejemplo Deuteronomio 22:11, "No vestirás ropa de lana y lino juntamente". No obedecemos la
letra de esta ley sino el mensaje tipificado en ella para la iglesia, la separación y diferencia entre
el pueblo de Dios y el mundo.

Pero, Deuteronomio 22:5 no es una ley ceremonial, ya que enseña que el intercambio de ropas
entre el hombre y la mujer es una abominación a Jehová. O sea, no era una abominación para
los judíos sino para Dios. Lo que Dios abomina, odia y detesta es por cuanto viola
su santidad intrínseca. Hermanos, los abominables, o cosa que hace abominación no entrará en
la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:8,27)

El pantalón, la pantaloneta y el pantalón chicle, etc. son formas inadecuadas de vestimenta. Toda
hermana sincera, espiritual se dejará guiar por el Espíritu Santo en estos asuntos sin mayores
presiones exteriores. Siempre habrá hermanas de poca espiritualidad y pastores sin autoridad y
convicciones que permitirán la gente vestirse como quieren.

Nunca he dicho que por vestir pantalones una mujer irá al infierno, pero hermanas bien
sometidas a Dios desearán vestirse de ropa decorosa. Que extraño que las mujeres son las que
se quieren poner pantalones, pero los hombres, a no ser de que sean del otro equipo, nunca
desean ponerse faldas.
La razón es sencilla. En nuestra cultura la falda se considera una ropa para mujeres. Cualquier
hombre que vistiera una falda sale de su rol cultural. Sería inaceptable. La falda le distingue a la
mujer del hombre y el pantalón le distingue al hombre de las mujeres. Sólo por esta razón la
mujer cristiana no debe usar pantalones.

Deuteronomio 22:5 es claro La mujer no debe poner ninguna ropa que tradicionalmente se
asocia a los hombres de dicha cultura. De igual manera, el hombre no vestir ropas que confunden
el rol varonil dentro de esa cultura en particular.

En cuanto a los judíos, había relativamente poca diferencia entre la ropa usada por el hombre y
la mujer. Ambos usaban túnicas, pero la de la mujer se distinguía al del hombre por lo fino del
material, largura, soltura y decoraciones. "La diferencia entre el vestuario del hombre y la mujer
era pequeña; consistiendo principalmente en la finura de la tela y largura del vestido".

"Entre los judíos no se permitía en la ley mosaica a ninguno de los sexos poner la misma forma
de ropa usada por el otro (Deuteronomio 22:5) Algunos artículos de la ropa femenina llevaban el
mismo nombre y patrón básico, pero siempre había suficiente diferencia en la costura, y el
bordado para que fácilmente se pudiera distinguir entre la línea demarcando la ropa de ambos.

Algunos argumentan que las ropas de los judíos se parecían, tal como el pantalón de la mujer se
parece al pantalón del hombre. Mientras esta sea una verdad, hay una diferencia muy grande
entre el pantalón del hombre y el de la mujer que no llena los requisitos de una ropa decorosa,
con pudor y modestia. (Te invito a leer: Atavío Decoroso, con Pudor y Modestia)

El pantalón de mujer no es una túnica. El pantalón de mujer le queda de manera que demuestra
las áreas íntimas de su cuerpo indebidamente. Aun, el pantalón del hombre no debe ser tan
apretado que sea indecente.

Regrese a la lista de las cualidades de ropas decorosas. Analice si el pantalón de la mujer viola
los requisitos dados por Pablo sobre la decencia. ¿Es decorosa, es casta, sobria, sensata,
recatada, honesta?

¿Demuestra vergüenza con relación al hombre? ¿Refleja el carácter cristiano? ¿Es el reflejo
externo de un espíritu afable y apacible?

¿Expone indebidamente el cuerpo de la mujer a la vista del hombre?

Si no tomamos una postura en contra de las formas de vestir que no cumplen los requisitos
bíblicos no habrá ninguna ley y donde no hay ley cada uno hace como bien le parece.

Déjame concluir este argumento citando del libro "Enciclopedia De Problemas Familiares" por el
Dr. James Dobson:

"La tendencia a la mezcla en los papeles masculino y femenino está muy arraigada en nuestro
país a estas alturas. Las mujeres fuman cigarrillos y llevan pantalones. Los hombres se
embellecen con perfumes y joyas. Hay poca identificación sexual en el cabello, los modales, los
intereses y las ocupaciones, y la tendencia es a un progreso en esta dirección.

Esta semejanza entre los hombres y las mujeres da lugar a muchas confusiones en la mente de
los niños cuando consideran su propia identidad en cuanto al papel sexual. No tienen modelos
a imitar y se les deja que busquen a tientas las actitudes y conducta apropiada... Los papeles
masculino y femenino se enseñan por medio de los vestidos..."

El autor lo dice muy claramente: "Esta semejanza entre los hombres y mujeres da lugar a muchas
confusiones en la mente de niños". Dios siempre ha favorecido la distinción entre los sexos, pero
hombres liberales, sin convicciones quieren borrar la misma.

Pueda que como pastores e hijos de Dios confundimos a nuestros hijos y el papel que debe
desarrollar por medio de permitirlos usar ropas que confunden sus mentes en cuanto a quiénes
son. El autor dice: "Los papeles masculino y femenino se enseñan por medio de los vestidos". Tal
vez, la mujer usando pantalones le da un mensaje confundido a su hijo e hija y esta sea una de
las razones porque hay tantos homosexuales.

Es vergonzoso ver la manera en que algunas mujeres casadas y jovencitas se sientan cuando
tiene una falda o vestido puesto. Están tan acostumbradas a vestir pantalones que se han
olvidado como sentarse decentemente.

Se sientan con las piernas todas abiertas, o con las piernas cruzadas en una manera que hace
subir el vestido o falda hasta donde no les importa, sobre todo si usan una minifalda que no tapa
ni la conciencia. Esto enseña que el uso de los pantalones por la mujer le hace perder su sentido
de feminidad, recato y pudor.

En resumen, podemos decir: (1) que Dios siempre ha enfatizado la distinción entre los sexos, (2)
que ropas que tradicionalmente mantienen tal distinción no deben ser intercambiadas por los
sexos., (3) que debemos cubrir nuestra desnudez, (4) que debemos usar ropas decorosas, con
pudor y modestia.

Pero, Dios Sólo Ve lo de Adentro, no lo de Afuera.

Muchas iglesias evangélicas han optado por abandonar toda enseñanza relacionada a la
vestimenta de la mujer, basándose en textos como 1 de Samuel 16:7. En cuántos mensajes o
comentarios en contra de la santidad exterior, no hemos oídos la gente decir: "el hombre mira
lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón".

Al citar este versículo es como si estuviesen derribando todos los argumentos a favor de la
santidad exterior. Según ellos, si Jehová mira el corazón, entonces no te importa lo exterior del
hombre.
Pero, fíjense bien, no dice que Jehová no mira lo exterior, simplemente que cuando se trata de
escoger a uno de sus siervos mira más allá de la superficie del hombre, conociendo lo que está
en el corazón. El versículo en cuestión trata de no juzgar las cosas meramente según apariencias.

Si se tratase (aunque no lo hace) de cómo nos vestimos, ¿hasta qué extremo habría de llevar este
versículo? ¿Si a Dios no le importa cómo vestimos, ya que no mira lo de afuera, no deja este
argumento lugar para el cristiano vestirse como le da la gana?

Podría, entonces, lucir un traje de baño o ropas translucientes que permitan ver las áreas íntimas
del cuerpo apoyándose de este versículo. Podría hacerlo abiertamente, delante del público u
otros cristianos sin sentirse reargüido por Dios.

Interpretar este versículo a incluir la ropa, abre una vía para toda clase de carnalidad e
inmodestia a entrar en la iglesia. Si bien es cierto que Dios mira al corazón, esto no indica que al
conocerle la persona quedará con costumbres de vestir indecentes Los que citan este versículo
para enseñar que a Dios no le importa como vestimos, lo hacen tomándolo fuera de su contexto
correcto.

En realidad este versículo no tiene nada que ver con cómo debe vestirse el cristiano. Aquí, el
tema no es cuál sería la vestimenta correcta de un hijo de Dios, sino el de no juzgar casos
superficialmente. Las normas gobernando la vestimenta cristiana, Pablo y Pedro se las dieron en
el Nuevo Testamento, y como veremos... A Dios, si le importa cómo vestimos.

Si fuera cierto que a Dios no le importa lo exterior, pudiéramos andar hasta desnudos, sin que
El se ofendiera. Pero, aun cuando Dios no mirara lo exterior, el hombre sí lo mira, y mirándolo le
afecta (Mateo 5:28).

Es exactamente allí donde entra en juego la santidad exterior. Uno cubre su cuerpo por causa de
la desnudez y por causa de la concupiscencia que entró en el mundo por el pecado. Sí todos
viviéramos en un Paraíso como Adán y Eva, sin pecado, la desnudez no nos afectaría, pero, al
entrar el pecado en el mundo la desnudez se hizo evidente.

Parece ser que Adán y Eva al comienzo estaban vestidos de la gloria de Dios (Génesis 2:25; Salmos
8:5). Al participar del árbol de la ciencia de lo bueno y lo malo perdieron la gloria de Dios y se
daban cuenta de su Desnudez.

Al entender Adán y Eva que estaban desnudos se cubrieron con delantales de hojas de la higuera
(Génesis 3:7). No podían entrar en la presencia de Dios desnudos (Génesis 3:8). Pero, los
delantales de higuera no eran las ropas que Dios quería; él los vistió con túnicas de pieles, lo que
representa la expiación por la muerte de Jesucristo.

Pero, viéndolo del punto de vista de cómo debemos vestimos, lógicamente habría que decir que
hay una manera de vestirse del mundo (hojas de higuera) y otra de Dios (túnicas de pieles). Existe
una gran diferencia entre un delantal y una túnica.
El primero escasamente cubre el cuerpo, mientras la otra lo cubre totalmente. Hemos visto que
Pablo usa la palabra katastole para referirse al atavío de la mujer cristiana y esto había de una
ropa mandada hacia abajo como una túnica. Cuando Dios cubre y manda cubrirse es con una
ropa muy decente.

Ropas que son el producto de la imaginación, teoría y pensamiento carnal del hombre, casi
siempre intentarían mostrar el cuerpo humano indebidamente, pero las que son de Dios
reflejarían santidad. Podemos seguir el estilo de vestirse del hombre, del diablo, de la moda de
Hollywood, de los grandes estilistas de Francia, o podemos vestirnos de una manera que sería
conforme a la piedad.

Vestirse a la moda no es pecado, siempre y cuando la misma no sea indecorosa e inmodesta.


Hay estilos que cubren el cuerpo, más otros que lo exponen. ¿Es decoroso que una mujer
cristiana use ropas translucientes, muy escotadas, minifalda y faldas con aberturas hasta donde
ni se debe pensar?

Es el deber del púlpito y del cristiano determinar cuál es el estilo de vestimenta que más le agrada
a Dios. Se entiende que la vestimenta que le agrada a Dios no es la que agradaría a la carne del
hombre (un delantal). Debe ser una túnica. Cristianos sinceros querrán vestirse de una manera
que a Dios le agradara, y no como se le dicta el hombre carnal o el mundo.

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