Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
UNIDAD DIDÁCTICA 1
1. OBJETIVOS
Los objetivos que se pretenden alcanzar en esta unidad son los siguientes:
Conocer los antecedentes históricos del trastorno del espectro autista (TEA), así
como las primeras descripciones.
Conocer las principales clasificaciones y patologías relacionadas. Trastornos Mul-
tisistémicos del Desarrollo en menores de 3 años.
2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
2.1. INTRODUCCIÓN
Uno de los problemas más importantes en el trastorno del espectro autista (TEA) es la ausencia
de lenguaje o las alteraciones graves en su evolución.
Es frecuente que las familias, generalmente al inicio del tratamiento, digan que a su hijo
no le pasa nada, “lo único es que no habla. Si hablase estaría bien...”.
No es difícil entender esta manera de ver las cosas de algunos padres, ya que la aparición
del lenguaje suele mostrar con claridad un cierto éxito en el proceso de desarrollo de dife-
rentes áreas, como la cognitiva, la capacidad de relacionarse, las relaciones afectivas, etc.
(luego, hablaremos más sobre todo esto).
Las familias y los profesionales que tratan diariamente con estos niños saben que, al ir
apareciendo el lenguaje (en el caso de que esto sea así), esta aparición está significando
un progreso en las capacidades antes citadas y abre paso a nuevas maneras y posibilidades
de relación, de representación de la realidad y de capacidad de pensar sobre las propias
sensaciones y emociones y de conocer lo que piensan los demás.
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 10
La no aparición del lenguaje en niños con trastornos del espectro autista es una de las
manifestaciones claras de que algo no está funcionando bien en el desarrollo del niño. Es
habitual que los padres, pediatras, educadores, etc., se alerten y se preocupen ante esta
alteración que, además, suelen reconocer, a veces más tarde, va ligada a otras dificultades
de relación, de comunicación y de intereses. Es frecuente que la demanda de atención para
un niño con estos problemas sea desencadenada por esta no aparición del lenguaje o de
alteraciones serias de su desarrollo (como, por ejemplo, la aparición de lenguaje ecolálico,
pero escasamente comunicativo).
De todas maneras, lo que nos llama más la atención al conocer a un niño con espectro autista
no es tanto la forma de su lenguaje o la ausencia de éste, como la dificultad de entrar en
relación con él, de comunicarnos de cualquier manera. Y con ello no queremos decir que
no sean sorprendentes las producciones ecolálicas, por ejemplo, que desarrollan algunas
personas con TEA, pero opinamos que lo que más impacta es la sensación de aislamiento
que estos niños trasmiten. Parecen vivir en un mundo al que no tenemos acceso y que
no entendemos. Nos preguntamos si nos escucha, si oye, si nos entiende, etc. Cuando se
acerca a nosotros, nos sentimos tratados como un objeto y cuando parece pedirnos algo
sentimos que nos utiliza, más que qué se comunica con nosotros. Sin embargo, cuando
lo tratamos más y lo conocemos mejor, y él nos conoce a nosotros, vemos que a veces
parece interesado por lo que decimos, parece haber escuchado lo que planeábamos y nos
sorprende respondiendo a aquello que pensábamos que no había escuchado. En ocasiones,
nos damos cuenta de que responde, aunque seguramente a destiempo, a lo que le expli-
camos o le ofrecemos, etc. A veces, nos mira de reojo, cuando la mayor parte del tiempo
parece ignorarnos o incluso rechazar cualquier intento de contacto, por ejemplo visual.
Algunos de estos niños nos dan la impresión de no entender que hay personas a su al-
rededor y sus intentos de comunicación son torpes, desajustados. Nos hacen pensar en
dificultades muy básicas para entender el mundo que les rodea y a las personas que los
cuidan y, evidentemente, para relacionarse y comunicarse con ellos. Otros niños con TEA
parecen rechazarnos de una forma que sentimos muy activa. Nos hacen dudar de si sienten,
de si no sienten o de si sienten demasiado o, dicho de otra manera, de si pueden hacerse
cargo de las emociones “buenas” o “malas” que conlleva el desarrollo de cualquier persona.
Además, los intentos que hacemos de buscar explicaciones generales para entender el trastor-
no del espectro autista y otras patologías y los problemas de lenguaje que comportan, nos
enfrentan con una realidad mucho más variada de lo que quizás nos iría bien para encontrar
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 11
esas explicaciones que nos sirviesen para todos. La intensidad y características de la patología,
la posibilidad de la existencia de otras patologías asociadas, los aspectos más saludables de
cada niño y otras características personales difíciles de situar dentro de los esquemas de la
patología hacen que las manifestaciones del trastorno del lenguaje y las formas que toma
la expresión, o la ausencia de ella, sean variadas y diferentes para cada niño con TEA.
Parece aceptado por la mayoría de los profesionales que trabajamos con niños con TEA
que las alteraciones que presenta el desarrollo del lenguaje en estos niños, la ausencia
casi total de lenguaje en algunos casos y las formas alteradas y particulares en que acaba
constituyéndose, son el resultado de otros problemas que trastornan gravemente su de-
sarrollo global. A pesar de esa convicción, que compartimos, se entiende que la ausencia
de lenguaje o sus alteraciones severas crea una limitación evidente al desarrollo del niño
y se convierte, a su vez, en causa de problemas.
Esta recopilación de material sobre el tema pretende dar una visión mínimamente amplia de
estos trastornos, que permita reconocer los diferentes cuadros psicopatológicos, así como
las propuestas de clasificación y diagnóstico más importantes e interesantes. Es habitual
ver cómo unos modelos teóricos, que intentan explicar estos trastornos, diagnosticarlos,
clasificarlos y plantear formas de ayuda y tratamiento, ignoran las aportaciones de otros
modelos y se presentan como la única vía razonable para su comprensión y abordaje te-
rapéutico.
Por otro lado, se pretende que con este material se puedan tener elementos para la com-
prensión de las organizaciones mentales que hay detrás de estos trastornos, de cómo se
han desarrollado y de las posibles explicaciones etiológicas que intentan aclarar su origen
y su desarrollo.
dan en el desarrollo de estos niños y que nunca se han de subestimar. Será de gran impor-
tancia para el éxito de la ayuda terapéutica que la ayuda al lenguaje se sostenga y coordine
con otras ayudas más amplias y globales, bien sean de tipo educativo, psicoterapéutico
(individual o institucional), farmacológico u otras formas de ayuda.
Las referencias en la literatura médica, anterior al siglo XX, sobre niños afectados por tras-
tornos que podrían entenderse hoy en día como diferentes formas de trastornos psicóticos,
no son escasas. Se encuentran descripciones interesantes, intentos de clasificación y de
explicar la etiología. Los casos son variados y los diferentes autores explican la sintomato-
logía, la etiología y la organización mental, en función de los conocimientos de la época y
de su entorno de trabajo. Massie y Rosenthal hacen una revisión histórica muy interesante
en su libro Psicosis infantiles en los primeros cuatro años de vida, Ed. Paidós.
Poco a poco, fue dándose un interés creciente por diferenciar los trastornos psicóticos de
la discapacidad intelectual y, sobre todo, a partir del siglo XX, por diferenciar la psicosis
de la niñez de la esquizofrenia del adulto. En este siglo se hicieron los primeros intentos
de deslindar con precisión subtipos y sistemas clasificatorios, así como de diseñar teorías
etiológicas y modalidades de tratamiento.
Algunos ejemplos de estas descripciones citadas por Massie y Rosenthal son las siguientes:
A mediados del siglo, Greding describió a un niño que había nacido «loco furioso». Los
testimonios pretendían que, teniendo cuatro días de vida, hiciera falta cuatro mujeres para
contenerlo; destrozaba lo que caía a su alcance, se trepaba a los muebles y tenía «ataques
de risa incontrolable».
En 1770, Prefect describió el caso de un paciente de once años. Durante cuatro meses,
redactó informes diarios sobre la evolución del niño. En esas notas hizo conjeturas sobre la
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 13
En París, Voisin (1826) observó a niños hospitalizados, y los dividió en cuatro categorías
sobre la base de su sintomatología y una etiología conjeturada: 1) los débiles mentales,
cuya inteligencia se sitúa entre la del imbécil y la del normal; 2) los nacidos normales que
habían tenido educación deficiente; 3) los que mostraban anormalidades de carácter desde
el nacimiento, como orgullo y «pasiones» incontroladas y 4) los hijos de padres insanos, y
por eso con predisposición genética a la afección mental. Voisin elaboró un tratamiento
que consistía en ampliar la esfera intelectual del niño, mejorar las relaciones interpersonales
y proveer una educación moral orientada a sofocar tendencias antisociales.
Pierre Ferrari, en su libro El autismo Infantil (Ed. Biblioteca Nueva), recuerda la importante
aportación de M. Klein en la descripción y comprensión de las psicosis infantiles y en con-
creto en el trastorno del espectro autista:
La psicoanalista inglesa, M. Klein, que ha trabajado mucho por el desarrollo del psicoanálisis
del niño, fue la primera en practicar el tratamiento psicoanalítico de un niño con espectro
autista. M. Klein no utiliza el término “trastorno del espectro autista” sino que describe, en
un artículo publicado en 1930, «La importancia de la formación del símbolo en el desarrollo
del Yo», un niño pequeño de cuatro años cuya sintomatología recuerda mucho a la de los
niños con espectro autista. «Este niño que se llamaba Dick, casi totalmente desprovisto
de afecto, era indiferente a la presencia o ausencia de su madre o de su niñera. A excep-
ción de un interés particular (interés por los trenes), no se interesaba por nada, no jugaba
ni tenía ningún contacto con las personas de su entorno. La mayor parte del tiempo, se
contentaba con emitir sonidos desprovistos de significación y los ruidos que repetía sin
cesar. El niño permanecía indiferente ante la mayor parte de objetos y los juguetes que le
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 14
rodeaban: no captaba incluso su sentido o su función. Se interesaba por los trenes y por
las estaciones, así como por los pomos de las puertas, en las puertas y en la abertura y el
cierre de éstas». M. Klein subraya, con ocasión del tratamiento de este niño, la dificultad,
en este tipo de niños, de acceder a la formación de los símbolos”.
Uta Frith hace referencia en su libro Autismo (Madrid, Alianza Universidad, 1991) a dos
casos bien documentados de finales del siglo dieciocho y principios del diecinueve: el «niño
salvaje de Aveyron» y el misterioso caso de Kaspar Hauser. La autora también se pregunta
si los dos casos son verdaderos casos de trastorno del espectro autista.
“A finales del siglo dieciocho, el mundo intelectual y la alta sociedad de aquella época se
vieron conmovidos por el caso de un niño salvaje encontrado en los bosques de la región
central de Francia. El niño, que parecía tener unos 12 años, no hablaba ni respondía a
preguntas. Ni siquiera parecía responder a ruidos que se producían cerca de él. No llevaba
ropa, y su cuerpo estaba cubierto de cicatrices. Tanto su apariencia general como su con-
ducta, en conjunto, parecían totalmente asociales”.
Parecía comportarse como lo haría un ser humano desarrollado fuera de la sociedad de los
hombres. Algunos creían que el niño sería un verdadero salvaje, privado de toda sensibilidad
moral. Otros, por el contrario, pensaban que revelaría las virtudes humanas, no contami-
nadas por la sociedad. Sin embargo, hubo unos pocos que consideraron la posibilidad de
que el niño padeciera una patología cerebral. Si fuera así, el caso perdería su interés. “En
realidad, algunos médicos eminentes, que examinaron al niño, le encontraron semejante a
otros niños «de constituciones incompletas o dañadas». Pensaron que la mudez del niño,
y su carácter esquivo, se debían a una «imbecilidad constitucional». Esta teoría también
permitía explicar la razón por la que el niño había vivido en el bosque. Sus pobres padres,
desesperados quizá, le habrían abandonado porque era muy anormal. Acaso hubieran tra-
tado incluso de matarle, una conjetura que se basaba en una herida importante que tenía
en la garganta.” La tendencia más aceptada pareció ser que el niño, al que se llamó Víctor,
había sido un ser perfectamente normal que, se había perdido o había sido abandonado
cuando aún era muy pequeño. El hecho de vivir fuera de la sociedad humana había im-
pedido su desarrollo, hasta tal punto que parecía retrasado mental. Naturalmente, nunca
pudo adquirir el lenguaje al estar privado del contacto con hablantes. “La pregunta que
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 15
más llamaba la atención era ésta: ¿sería posible educar a Víctor?, ¿sacarlo de su estado
salvaje para llevarlo al mundo civilizado? Itard, un médico fascinado por esta pregunta,
recogió el reto. Y, al hacerlo, se convirtió en uno de los pioneros de la educación especial”.
Ante la pregunta de si Víctor era autista, es interesante ver lo que piensa H. Lane en su
libro “El niño salvaje de Aveyron” (Madrid, Alianza, 1984). Según su opinión:
Sin embargo, U. Frith cree que estas consideraciones no son suficientes para descartar el
trastorno del espectro autista. Lo explica de la siguiente manera en su mismo libro Autismo:
“Por consiguiente, la evidencia de que Víctor respondía a las personas (los puntos
1 y 2 de Lane) no excluye que fuera autista. Por otra parte, hay pruebas ambiguas
en lo que se refiere a si Víctor tenía o no un deseo obsesivo de orden (punto 3).
Pero ésta no es una característica crítica’ en los sistemas diagnósticos actuales. La
conducta repetitiva es frecuente en el trastorno del espectro autista, pero no tiene
por qué estar presente de forma continua, y puede expresarse de muchas maneras.
La evidencia que indica que Víctor tenía buena capacidad práctica (punto 4) para
la manipulación de objetos o la realización de algunas actividades domésticas, es
perfectamente compatible con el TEA. En realidad, se observa frecuentemente la
posesión de una excelente capacidad de manipulación de objetos, que muchas
veces contrasta con la escasa capacidad de manipular a las personas. Los niños
con TEA también tienen una competencia gestual considerable, aunque limitada,
y la capacidad de comunicarse, al menos hasta cierto punto (punto 5). Por todo
ello, a la luz de los conocimientos actuales, ninguna de las objeciones que formula
Harlan Lane excluye la posibilidad del diagnóstico de TEA”.
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 16
Podríamos pensar que el desarrollo de Víctor fue, en gran medida, decepcionante para las
personas que se interesaron por él, por cuidarlo y educarlo. Especialmente para Itard que
lo acogió en su casa y llevó el peso de los intentos de educarlo. Además, hay que tener en
cuenta que Pinel, el médico más considerado de la época, examinó a Víctor y declaró que
tenía un «retraso congénito», y que no había ninguna esperanza de convertirle en un niño
normal. Pinel acabó teniendo razón en lo fundamental, pero Itard demostró que la educa-
ción podía cambiar, de forma dramática, la calidad de la vida de Víctor. Aunque siguiera
siendo mudo, Víctor logró muchas cosas; por ejemplo, desarrolló un cierto lenguaje fun-
cional a base de signos. El pequeño salvaje del bosque de Aveyron hizo un gran progreso.
Sigue U. Frith: “pero lo más inesperado, incluso para aquellos que sólo tenían unas expec-
tativas modestas, fue que nunca aprendió el significado de ciertos valores sociales básicos.
Nunca dio muestras de amistad ni de compasión, ni de turbación, y retuvo lo que podría
describirse como un egoísmo sin límites. Esta observación también encaja muy bien con
las que se hacen, actualmente, sobre los adultos con TEA. Itard, después de cinco años de
inspirada enseñanza, terminó por resignarse. En su informe final decía que la educación
del joven era aún incompleta y que, probablemente, lo sería para siempre”.
Resulta irónico el hecho de que Víctor, capaz de sobrevivir solo en el bosque, fuera incapaz
de vivir en sociedad de forma independiente. Mme. Guérin, la mujer a la que Itard encar-
gó del cuidado de Víctor, recibió un estipendio por seguir a su cuidado. Y Víctor vivió en
su casa hasta que murió cuando contaba más de cuarenta años. Muchos expertos como
Edouiud Séguin, uno de los fundadores de la psicología como ciencia, o Franz Gall, el famoso
promotor de la frenología, examinaron a Víctor en sus últimos años. Todos ellos sacaron
la conclusión de que era un «auténtico idiota», tal como otras personas con discapacidad
intelectual que habían examinado y que lo eran desde el nacimiento.
L. Kanner describió por primera vez, en 1943, en su artículo original Autistic disturbances
of affective contact, el TEA infantil precoz. Este psiquiatra americano de origen austríaco,
describe en 11 niños de dos años y medio a ocho años, remitidos a su clínica, un síndrome
autístico ya constituido que presentaba cierto número de características clínicas. El pro-
blema principal consiste para Kanner en la «ineptitud de los niños para establecer relacio-
nes normales con las personas y para reaccionar normalmente a las situaciones, desde el
principio de su vida». En este artículo, y los siguientes, Kanner describe las características
clínicas de la afección, retomando el término de autismo que utilizó el psiquiatra Bleuler
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 17
Leo Kanner, daba descripciones detalladas de la conducta de los niños, pero seleccionó
ciertos rasgos como cruciales para el diagnóstico. Éstos eran:
Más tarde, propuso que los dos primeros rasgos eran suficientes para el diagnóstico.
También destacó que el trastorno estaba presente desde el nacimiento o dentro de los
treinta primeros meses de vida. Kanner creía que el síndrome era único y separado de otros
trastornos de la infancia.
En 1944, Hans Asperger, en Austria, publicó su primer artículo sobre un grupo de niños y
adolescentes con otro patrón de conducta conocido, ahora, como síndrome de Asperger.
Observó que los padres no percibían ninguna anomalía hasta después de los tres años
o hasta que los niños comenzaban a ir a la escuela. Asperger creía que su síndrome era
diferente del autismo de Kanner, aunque admitía que tenía muchas similitudes.
Criterios
para el diagnóstico de F84.S trastorno de Asperger [299.80]. Son los si-
guientes:
Actualmente, a partir de DSM-5 a los pacientes con diagnóstico bien establecido según
el DSM-IV de trastorno autista, enfermedad de Asperger o de Trastorno Generalizado del
Desarrollo no especificado de otro modo, se le aplicará el diagnóstico de Trastorno del
espectro Autista (TEA). Los pacientes con deficiencia notables de la comunicación social,
pero cuyo síntomas no cumplen los criterios del Trastorno de Espectro Autista, deben ser
evaluados para diagnosticar el trastorno de la comunicación social (pragmática).
3.1. DSM-IV
Práxico.
Afectivo.
Del lenguaje.
Estos autores han elegido llamar “psicosis infantiles precoces” a esos trastornos que debutan
durante los tres o cuatro primeros años de la vida. La clasificación francesa de los tras-
tornos mentales del niño y del adolescente mantienen, así, las formas clínicas siguientes:
Marcelli y Ajuriaguerra, por ejemplo, distinguen otro grupo de psicosis precoces diferen-
tes del autismo de Kanner y que se caracterizan, entre otras cosas, porque sobrevienen
después de un período de desarrollo normal en apariencia. El inicio se sitúa entre 2 1/2-3
años y 5-6 años y son más frecuentes que el autismo de Kanner.
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 21
Crisis de angustia.
Perturbaciones motrices (inestabilidad mayor o inhibición).
Rituales defensivos.
Trastornos del lenguaje y de la voz.
Trastornos psicosomáticos.
Frecuente labilidad afectiva.
Existencia de una catexis deficitaria de las funciones cognitivas.
Bajo los términos “psicosis de expresión deficitaria” (R. Mises) o retraso psicótico (L. Lang), se
incluye formas que asocian rasgos deficitarios y perturbaciones graves de tipo psicótico. Su
conocimiento ha permitido reintegrar en el campo de las psicosis a niños previamente descritos
en el marco de los retrasos y de las encefalopatías «atípicas» o con «trastornos asociados».
el contacto con la realidad, que se percibe aunque sea de forma confusa, provocan impor-
tantes perturbaciones de las relaciones y de la organización mental del niño, infiltradas,
aunque no invadidas, por «los rasgos psicóticos». De todas maneras, pueden ser niños que
mantengan una cierta adaptación al entorno sin que queden invalidadas sus capacidades
de relación y de aprendizaje, por ejemplo.
Mazet y Stoleru dicen, refiriéndose a estos trastornos: “…se comprueba cierto aislamiento
del niño, una reducción de los intercambios relacionales, ya sea bajo la forma de la elec-
tividad de dichos intercambios con la misma persona o, por el contrario, bajo la forma de
una docilidad sin participación activa a los intercambios con los adultos a los que parece
diferenciar poco y tratados como objetos.
Los trastornos del lenguaje son, a su vez, habituales pero diversos: puede haber retraso
o, por el contrario, precocidad, pero con anomalías en su organización, una indistinción
pronominal o bien una especial carga en el lenguaje: preciosismo, rostro lúdico poco co-
municativo, logorrea o, al contrario; mutismo, etc.
Las anomalías de la toma de conciencia y de posesión del propio cuerpo no siempre son
aparentes; sin embargo, ciertas actitudes o posturas inadecuadas, ciertas conductas ante
el espejo no dejan de expresarlas”.
Los trastornos generalizados del desarrollo se caracterizan por una perturbación grave y
generalizada de varias áreas del desarrollo: habilidades para la interacción social, habili-
dades para la comunicación o la presencia de comportamientos, intereses y actividades
estereotipados. Las alteraciones cualitativas que definen estos trastornos son claramente
impropias del nivel de desarrollo o edad mental del sujeto. Esta sección incluye el trastorno
autista, el trastorno de Rett, el trastorno desintegrativo infantil, el trastorno de Asperger y
el trastorno generalizado del desarrollo no especificado. Estos trastornos suelen ponerse de
manifiesto durante los primeros años de la vida y acostumbran a asociarse a algún grado
de discapacidad intelectual, el cual, si está presente, debe codificarse en el Eje-II. A veces,
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 23
Actualmente, a partir de DSM-5 a los pacientes con diagnóstico bien establecido según
el DSM-IV de trastorno autista, enfermedad de Asperger o de Trastorno Generalizado del
Desarrollo no especificado de otro modo, se le aplicará el diagnóstico de Trastorno del
espectro Autista (TEA). Los pacientes con deficiencia notables de la comunicación social,
pero cuyo síntomas no cumplen los criterios del Trastorno de Espectro Autista, deben ser
evaluados para diagnosticar el trastorno de la comunicación social (pragmática).
Trastorno Autista
Características básicas:
Trastorno de Asperger
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 24
Características básicas:
Características básicas:
Características básicas:
Trastorno de RETT
Lo recomendable no es tratar de responder a este interrogante ahora, sino obtener una mayor
experiencia que permita comprender mejor a los niños que padecen una cierta gama de dificul-
tades para el relacionamiento y la comunicación. Mientras tanto, el clínico debe considerar dos
opciones:
Tiene especial importancia que se consideren las diferentes alternativas cuando se trata
de niños de menos de 3 años, en los cuales el desarrollo es rápido, naturalmente desigual
y potencialmente más flexible.
Las características definitorias del trastorno multisistémico del desarrollo (TMSD) son
las siguientes:
3.2. DSM-5
• Psicosis desintegrativa
• Psicosis simbiótica
• Síndrome de Heller
PSICOSIS Y AUTISMO
Unidad didáctica 1 Antecedentes historicos y clasificación de la... Pág 27
• Psicopatía autista
• Trastorno de Asperger
• Autismo atípico