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Bioética y Animales no humanos

Universidad Del Areandina

Auditoria en Salud

Bioética

Eje IV

Agosto 2021
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INTRODUCCIÓN

Los animales no humanos son vistos, de manera general, como seres que no tenemos que

respetar. Los animales no humanos son tratados de manera cotidiana, sistemática e

institucionalizada como solo recursos.

El presente ensayo tiene como finalidad identificar los aspectos legales vigentes en Colombia

en relación a la protección, derechos, garantías a los denominados seres sintientes. En el

abordaremos algunos aspectos éticos donde reflexionaremos si en nuestro país estas normas se

garantizan la protección de estos seres.

Al hablar acerca de los animales no humanos, ay que demarcar como la bioética manifiesta

que no puede considerarse la vida humana con más o menos valor que las otras formas de vida,

sino más bien que tiene características que la difieren, que no connotan en ningún caso

superioridad, pero sí responsabilidad de cómo es que como humanos nos comportamos ante los

demás seres vivos.

Por mucho tiempo los humanos hemos tenido la idea de que los animales y la naturaleza en

general están y fueron dados para nuestro servicio.

En la actualidad se han presentado grandes avances normativos que han permitido una mayor

protección para los animales, puesto que los mismos han pasado a considerarse como seres

sintientes, circunstancia que ha originado una salvaguarda y amparo contra el sufrimiento y el

dolor que se les pueda ocasionar, originando así, una serie de sanciones más estrictas con relación

a las que se establecían con anterioridad.


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Aspectos legales vigentes en Colombia en relación a la protección de los seres sintientes

En Colombia, el marco jurídico general de protección de los animales está compuesto

principalmente por las siguientes normas:

En Colombia, la Ley 1774 de enero de 2016, la Ley 84 de 1989 y el Código de Procedimiento

Penal, abrió el camino para que cualquier especie animal pueda ser sujeto de derechos.

Dichas leyes establecieron que los animales no son cosas, sino seres sintientes, por lo que además

instauraron procedimientos por lo que se puede sancionar su maltrato.

- Ley 84 de 1989 “por la cual adopta el Estatuto Nacional de Protección de los animales y se crean

contravenciones y se regula lo referente a su procedimiento y competencia”.

- Decreto 178 de 2012. En el cual se pone freno de algún modo a una de las modalidades

más comunes de maltrato animal. Los carros de tracción animal, los cuales deben ser

reemplazados por automotores.

- Ley 1774 de 2016 “por medio de la cual se modifica el código civil, ley 84 de 1989, el

código de procedimiento penal y se dictan otras disposiciones” popularmente llamada ley

contra el maltrato animal.

En Colombia la ley 1774 (2016) en su artículo primero expresa: “los animales como seres

sintientes no son cosas, recibirán especial protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial,

el causado directa o indirectamente por los humanos.” en ella se puede apreciar el principio de no

maleficencia, al proteger a los animales de actos humanos orientados a causarles daño.

Más adelante en el artículo 3 hace referencia a los principios; Autonomía y beneficencia al

explicar que “el trato de los animales se basa en el respeto, la solidaridad, la compasión, la

ética, la justicia, el cuidado, la prevención del sufrimiento, la erradicación del cautiverio y el


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abandono, así como de cualquier forma de abuso, maltrato, violencia y trato cruel “En esta ley

los animales no humanos se les reconocen un estatus moral.

Los animales en Colombia tienen derecho a su protección, bienestar y solidaridad. Podemos

decir que de manera general justificamos la explotación de animales no humanos a partir de una

idea de “especiesismo”, es decir, de la consideración que los intereses de una especie tienen

mayor valor que los intereses de otra; en este caso, que los intereses de la especie humana son

más válidos que los intereses de los animales no humanos. Al entrar a analizar si estas normas

protegen a los animales, encontramos varios vacíos.

Hoy en día la preocupación por la situación de los animales en la naturaleza está cobrando una

importancia cada vez mayor en el ámbito de la ética animal.

El ser humano siempre ha utilizado a los animales como recursos renovables que benefician a

los seres humanos en diferentes áreas.

Esta explotación a la que son sometidos los animales se relaciona a una valoración económica

de los mismos, ya que viven y mueren por los fines impuestos por los humanos, dejado un amplio

margen de ganancias a costes reducidos.

PRINCIPIO DE AUTONOMÍA

Los animales al ser seres que no pueden dar a conocer su voluntad, ni manifestar sus deseos o

consentimientos, prácticamente sería imposible aplicar este principio en ellos, generalmente la

persona que está bajo su cuidado o quien ejerce sobre ellos el derecho de posesión.

Desde la perspectiva bioética, una obligación mínima que deberíamos tener con los animales

no humanos, es el del “respeto por el otro” es decir el reconocimiento de ser diferente, ya que las

diferencias no deben ser empleadas como argumento para menospreciar o explotar a otros.
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Desde el punto de vista bioético los animales no son sujetos, pero sí objetos morales, por lo

cual la responsabilidad de no ocasionar daños innecesarios recae en el ser humano. Por carecer de

autonomía, los animales no pueden negarse a ser objeto de experimentos y, por tanto, no se puede

validar el hecho de infligir dolor y sufrimiento ilimitado a animales.

PRINCIPIO DE NO-MALEFICENCIA

Stuart (2002) citado por Vanda Beatriz (2006 p. 9) menciona el principio de No

maleficencia hacia los animales seria no dañarlos ni física ni emocionalmente, no golpearlos, ni

torturarlos, no restringirles la posibilidad de moverse, no privarlos de agua o alimentos, no

forzarlos a ejecutar actos que pongan en riesgo su integridad o salud, no someterse a estados de

stress o ansiedad prolongados, se debe aplicar la máxima utilitarista de minimizar el daño y el

dolor”1

La no maleficencia también incluye el no engañar a ningún animal, lo que significa este

principio se opone a las trampas, pesca, la cacería, las corridas de toros, y las actividades donde

se trata de burlar a los animales para hacerle daño.

La ONU en la carta mundial de la naturaleza (ONU, 1982) defiende que toda forma de vida es

única y merece respeto.

Establece una imperativa necesidad de evitar el mal, esto es; evitar lesiones, los dolores,

sufrimientos innecesarios, minusvalías innecesarias a una serie de organismos sintientes, pues, a

través de experimentos, realizados en gran variedad de especies animales, ha quedado patente que

algunas son capaces de sentir dolencias, poseer capacidades cognitivas, así como un grado de

conciencias bastante desarrollado (DAWKINS, 1993, P. 169).


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1. Citas tomadas de Vanda Beatriz (2006) Los principios Bioéticos en nuestras relaciones
con los animales. Universidad Nacional Autónoma de México. Recuperado de:
https://es.slideshare.net/claudiaedwards1/principios-bioeticos-y-animales-bety

El deber ético fundamental de no causar daño mediante los procedimientos de investigación,

equivale a no hacerle mal a un animal y por ende al ecosistema; este deber es inseparable del

precepto de justicia, en cuanto que ambos deberes cobijan a todos los seres vivos por igual, y aun

con independencia de la voluntad de los implicados, en tratándose del ser humano. Y por tal

motivo, puede exigirse su cumplimiento en forma coactiva. A partir de estos dos deberes,

hombres y animales merecen ser tratados como lo que son desde lo moral y lo legal: seres vivos,

sensibles, que tienen necesidades vitales y sienten dolor.

PRINCIPIO DE BENEFICENCIA

Este principio se refiere no solo a dañar a los animales, sino a maximizar su bienestar físico y

emocional, manteniéndonos en óptimas condiciones, enriqueciendo su ambiente, permitiendo en

que se ejerciten, que expresen comportamientos naturales para ellos, así como permiten que

interactúen con otros individuos.

La investigación con animales requiere Calificación y Competencia Científica y ética de los

investigadores, además de la experiencia necesaria para realizar determinados procedimientos

con animales. Una cualidad imprescindible en cada uno de los investigadores es el debido interés

humanitario por el bienestar de los animales de experimentación.

PRINCIPIO DE JUSTICIA

Cuando se aplica este principio a los animales podemos referirnos a las necesidades vitales de

todas las especies. Así como nosotros los humanos, tenemos derecho a un ambiente y entorno
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saludable, debemos evitar que nuestros intereses transgredan o lesionen el ambiente en el que

viven los animales.

Aplicar el principio de justicia en relación con los seres sintientes también se puede dar

promoviendo acciones por el bienestar y la felicidad de estos seres, defendiendo sus intereses y

tomados en igual medida.

Se trata de la justicia ecológica, es decir, una recta relación con la naturaleza, manejo

equitativo de sus recursos, garantía de calidad de vida, comportamientos ajustados al orden

natural.

El principio de justicia para los animales se refiere a respetarlos como seres sintientes y para la

biota (conjunto completo de animales y plantas) implica respetar su existencia saludable en el

futuro y no ponerla en riesgo por nuestras acciones irreflexivas y negligentes.

Uno de los peligros para la ética de la investigación en animales y que afecta el principio de

justicia, está contenido en el modelo de sociedad hoy dominante, y es el de un exagerado

antropocentrismo. El ser humano se interpreta como un ser por encima de todos los demás seres y

señor de vidas y destinos. Los avances científico-tecnológicos le han procurado instrumentos de

dominación del mundo y también para la depredación de sus riquezas, reducidas a recursos

naturales, sin ningún respeto por la vida y el ecosistema.


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CONCLUSIONES

Hemos podido evidenciar la situación de los animales donde inicialmente eran vistos como

objetos muebles y pasando el tiempo se ha ido cambiando el pensamiento de la humanidad

logrando pequeñas modificaciones en la legislación que los protegen.

A causa de este gran cambio los animales no son considerados objetos por la legislación

colombiana y están protegidos por la ley 1774 de 2016. Para que esto sucediera hubo

innumerables reformas, leyes decreto que poco a poco lograron la ampliación de las protecciones,

que, aunque aún no son suficientes son un buen inicio.

Los animales sí importan al hablar de derechos, al estar los animales en una categoría

intermedia entre las cosas y el hombre, merecen un trato distinto al que jurídicamente se da a los

objetos inanimados, siendo este trato también distinto al que se otorga a los seres humanos.

Podemos afirmar, que los animales merecen respeto; no como sujetos de derecho en la misma

medida que el ser humano, pero al menos con derechos mínimos regidos por el orden moral que

busca protegerlos y mejorar su condición.


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REFERENCIAS

- Vanda, B.(2006) Los principios Bioéticos en nuestras relaciones con los animales.

Universidad Nacional Autónoma de México. Recuperado de:

https://es.slideshare.net/claudiaedwards1/principios-bioeticos-y-animales-bety

- Guevara, A.(s.f.)  Reconocimiento legal de la calidad de seres sintientes a los animales de

compañía para prevenir el maltrato animal en Colombia. (artículo en línea) Recuperado

de: https://repository.ucatolica.edu.co/bitstream/10983/15095/1/Reconocimiento%20legal

%20de%20la%20calidad%20de%20seres%20sintientes%20a%20los%20animales%20de

%20compa%C3%B1%C3%ADa%20para%20prevenir%20e.pdf

-  Horta, o. (S.F) Animales humanos y no humanos: de la discriminación al respeto.

(artículo en línea) Recuperado de:

https://masalladelaespecie.files.wordpress.com/2009/03/animalesdiscriminacionrespeto1.

pdf

-  Barrios, E. E., Espinoza, M., Leal, U., Ruiz, N., Pinto, V., & Jurado, B. (2011). Bioética

y el empleo de animales de experimentación en investigación. Salus, 15(2), 28-34.

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