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Para la fundamentación, diseño y validación de una

Dinámica Pedagógica Freireana


- en la red -

Vamos a encarar, en los grupos de trabajo que hemos armado en la materia, el


desarrollo de al menos una dinámica pedagógica freireana por equipo. Para ello
les proponemos algunos criterios ordenadores que nos permitirán dar cierta
cohesión al material que entre todos, todes, todas, construyamos.

Como hemos visto, la historia de las técnicas de animación comunitaria /


dinámicas de grupo en las prácticas de Educación Popular es rica y variada; y
ciertamente son recursos importantes para tener en cuenta en nuestras tareas, aún
en el marco de los distanciamientos que la pandemia por COVID-19 nos impone.

Por eso, vamos a revisar una serie de pasos que nos permitirán crear, reinventar,
proponer nuevas dinámicas, basadas en la comunicación a distancia, para ser
implementadas en el marco de diversas prácticas de educación popular.

Criterios a tener en cuenta para pensar las dinámicas

• Partir buscando, investigando, preguntando, imaginando sobre temas;


cuestiones necesarias de ser trabajadas pedagógicamente con un grupo
determinado de personas.
La idea es identificar dolores, problemas, necesidades, temas importantes
de las personas con las que vamos a trabajar; pensando que podemos actuar
sobre algo que puede ser cambiado, una realidad que puede ser
transformada, y no solamente actuar.

• Deben describir ese grupo de personas, ese sujeto educativo – mujeres de


una cooperativa, jóvenes de un centro cultural, madres y padres de una
comunidad educativa, adolescentes en la escuela, etc. -. Es importante que,
además de pensar sobre esos grupos, intenten contactar esos espacios
porque, luego, será útil para el momento de la validación de la propuesta.

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• Deben poder ser realizadas – preferentemente – utilizando un teléfono
celular… por supuesto, si se pueden hacer con el celular casi seguro se
podrán hacer con una computadora.
¿Por qué este criterio?
Porque en nuestro campo popular hay mayor cantidad de personas que
cuentan con un teléfono celular que con una computadora. Aún así,
tenemos una gran cantidad de familias que ni siquiera tienen este
dispositivo.
La distribución de las tecnologías – que son un capital y un bien cultural – es
tan desigual como otras desigualdades sociales, y tenemos que contar con
ese dato para pensar nuestras propuestas.

• Contemplemos, en lo posible, la dificultad que la escritura tiene en esos


dispositivos. Es muy complejo escribir textos extensos, o sostener lecturas
largas. Por ello preferiremos – si fuera necesaria la escritura – textos y
lecturas breves en la realización de la dinámica – no en la fundamentación
o explicación del objetivo y desarrollo, sino en la ejecución de la dinámica -.

• La posibilidad de involucrar el cuerpo, de generar movimiento en las


personas que participan de la dinámica… aún en la distancia. Aprendemos
con todo el cuerpo, no sólo con nuestras cabezas. Y es importante
incorporar los modos cuerpo-concientes y sentipensantes en las dinámicas,
para que – además de lo lúdico y liberador de la propuesta – haya un aporte
que sume áreas en la construcción de conocimiento.
Nuestros encuentros, en la educación popular, son encuentros de saberes.
Que la distancia no significa desencuentro es uno de los puntos
importantes de nuestra propuesta.

• Pueden mirar cómo se presentan las dinámicas en la bibliografía que hemos


acompañado en las materias: los dos volúmenes de Técnicas Participativas
para la Educación Popular Tomos I y II.
En ellos encontrarán ejemplos y modos de presentación, además de
conceptos importantes a considerar.
Además, sumando a la bibliografía, deberán tener en cuenta el artículo sobre
las 10 Pedagogías para la Didáctica Freireana y – si fuera posible, claro –
el libro El Grito Manso de Paulo Freire.

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Ejes para la articulación del trabajo

Vamos a trabajar, para la presentación de las dinámicas pedagógicas freireanas, en


torno a tres ejes:

1- Fundamentación
2- Presentación de la dinámica
a. Nombre de la dinámica
b. Objetivos
c. Pedagogías de la Didáctica Freireana abordadas
d. Materiales y tecnologías necesarias
e. Preparación necesaria
f. Desarrollo
g. Reflexión
3- Carta pedagógica al/la educador/a que trabaje esta dinámica

Entonces, veamos cómo desarrollar cada uno de estos ejes, importantes para la
comprensión de la propuesta por parte de los y las educadoras que la lleven
adelante.

1- Fundamentación: algunas preguntas que aportan a la escritura.

• ¿Por qué se juega? ¿Por qué las culturas proponen juegos?

La cultura popular es una forma de domiciliarnos en el mundo, dirá Rodolfo Kusch.


Domiciliarnos en el mundo es domiciliarnos en un suelo, en una cultura. Suelo y
cultura que nos procuran desde el pan hasta los dioses.

En esas culturas el juego siempre ha tenido muchísimos sentidos: el encuentro, la


expresión, el festejo, el exorcismo, la invocación… y tantos más. El juego es también
la posibilidad de aprendizaje, comprometiendo otros espacios del cuerpo que no
son sólo – generalmente – la cabeza. El juego, entonces, es educativo. Y aquí hay
que agregar algo que sabemos, pero que no sobra recordar: todo acto educativo
es un acto político.

En este sentido, nuestro acto lúdico educativo – pero también los juegos lo son – es
un acto político. Tiene intencionalidades, propuestas, miradas en su construcción
que deben ser explicitadas.

Entonces, poder fundamentar el perfil lúdico de la dinámica que construyan es


importante porque da cuenta no sólo del sentido educativo que tiene esa
actividad sino, fundamentalmente, del sentido político de la propuesta.

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• Los componentes de la situación educativa

“La situación educativa no es cualquier situación”, dice Paulo Freire en El Grito Manso.
No toda situación es una situación educativa; y nuestra dinámica está pensada para
una situación educativa.

Esta situación educativa, dice Paulo Freire, está compuesta por

• la presencia de un sujeto, el educador o la educadora;


• la presencia de los educandos, las educandas;
• se desarrolla en un espacio pedagógico – en nuestro caso, las redes -;
• tiene un tiempo pedagógico.

Estos componentes están presentes en nuestra dinámica, y deben ser


conceptualizados, explicitados: se trata de una dinámica para ser desarrollada
con ciertos/as educandos/as; por ciertos/as educadores/as; en un espacio
determinado – la red ¿pero en qué herramienta? ¿WhatsApp? ¿la Web? ¿un sitio
concreto?, etc. -; y en cierto tiempo pedagógico.

Explicar por qué se trata de un sujeto y no de otro, de un espacio y no de otro, de


un tiempo y no de otro es un aporte importante en la fundamentación. Ayuda a
comprender de mejor manera la propuesta que hacemos, y a llevarla a la acción
más conscientemente.

• Las 10 Pedagogías para la Didáctica Freireana

Hemos visto diez pedagogías, que no son “momentos” lineales y estancos,


separados o diferentes. Más bien se asemejan a diez elementos que pueden estar
“presentes en el aire”, en la charla, en la dinámica del encuentro. Diez elementos
que pueden superponerse, sucederse – en el orden en que los citamos o en otros -
, y a veces ausentarse.

No obstante, esos elementos funcionan para nuestra tarea – arbitrariamente, por


cierto, porque son esos y podrían ser otros; ser más, o menos –como principios que
nos permiten contextualizar la dinámica para abordar alguna o algunas de esas
pedagogías.

Poder decir cuál/es de esas pedagogías son abordadas en nuestra dinámica, cómo
y por qué; ubica nuestra propuesta con mayor claridad en la comprensión del
educador, de la educadora que la llevará a la acción. Ancla una parte del sentido
que nos propusimos en su creación, pero también posibilita identificar cómo sería
la aplicación en otra/s de esas pedagogías citadas.

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• La bibliografía propuesta

Aquí vale la pena hacer una aclaración: las Dinámicas Pedagógicas Freireanas no
pueden ser una mera traslación de dinámicas preexistentes elaboradas para
la presencialidad y ahora traducidas a la virtualidad.

Con esto queremos decir que no se trata de tomar una dinámica que ya existe y
reemplazar el uso del pizarrón o el afiche por la pantalla, con un PowertPoint o un
documento de texto; o suplantar una canción por un video. Se trata de recrear,
reinventar a la luz de todos los componentes que mencionamos – la cultura
popular, la politicidad, las necesidades actuales, la situación pedagógica – nuevas
propuestas. Por supuesto que estas propuestas pueden estar influidas o
inspiradas por algunas anteriores, pero evitaremos la mera copia y reformulación
al entorno de las redes.

• La validación realizada

Los juegos – aún los juegos más populares, aquellos en los que es difícil encontrar
una norma escrita – se validan. Validar significa que se prueba, se reflexiona sobre
cómo resultó la propuesta, su claridad, la interpretación que los y las participantes
tuvieron de la situación, los tiempos pensados, los recursos presentados, los
resultados obtenidos… Validar la dinámica es importante, porque siempre
podemos ajustarla, modificarla, alterar alguno de sus componentes para lograr
aquello que pensamos al momento de crearla. Eso es diseñar, poder articular las
partes para que el resultado sea el esperado.

Para validar la dinámica que ustedes elaboren será necesario que, al momento de
ponerla en acción, elaboren un registro de lo que ocurrió. Este registro – que no es
ni más ni menos que un registro de la práctica – les permitirá identificar, luego,
aquello que funcionó tal como lo pensaron y aquello que no. Es a partir de ese
registro que deberán ajustar ciertos componentes de la propuesta para que se
acerque más a lo que el grupo que la diseñó esperaba. Ese proceso es la validación.

Parte de la fundamentación es dar cuenta de esa validación realizada en la


primera puesta en acción de la dinámica: cómo resultó, si se ajustó a lo que
creíamos, qué debimos modificar… Es, si se quiere, una breve historización de cómo
se construye la propuesta definitiva. Pero esa historización permite “ver los hilos”
por detrás de la obra, para que cada educador/a que la tome pueda jugar con ellos.

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2- Presentación de la dinámica

Nombre de la dinámica

Las dinámicas tienen nombres, que en general son apelaciones al sentido de la


dinámica, sus objetivos o la metodología utilizada. Es muy habitual, para que tenga
cierta pregnancia en todos los ámbitos, tomar frases conocidas, dichos populares,
fragmentos de canción, nombres de programas de TV – cambiados - , etc. La
propuesta del nombre es parte de la creatividad y politicidad del diseño de la
dinámica.

Objetivos

Aquí listarán brevemente los objetivos de la dinámica. Esa lista es sumamente


importante: es lo primero que mirará el o la educadora cuando esté buscando una
propuesta para trabajar con su grupo, ya que ese/a educador/a tiene un tema y un
objetivo a llevar adelante.

Puede ser uno o varios, pero no muchos. Una dinámica es una acción que ocurre
en una temporalidad determinada, usualmente no muy larga, que funciona como
activador para la reflexión, o como momento de distensión, o ayudando a procesos
de síntesis… pero la dinámica no es el eje de esa reflexión o síntesis, sino una
herramienta que ayuda a propiciarla.

Los objetivos, entonces, están en línea con los objetivos del encuentro; y por eso
sirve mucho que pongamos claramente cuáles son los de la dinámica, para que en
la coincidencia objetivos del encuentro-objetivos de la dinámica el educador, la
educadora, puedan seleccionar aquélla propuesta que más se ajuste.

Pedagogías de la Didáctica Freireana abordadas

En la edición final del material que desarrollaremos – entre las dos universidades,
como publicación conjunta - le presentaremos y propondremos a los y las
educadoras que puedan mirar sus encuentros con el filtro de las 10 Pedagogías para
la Didáctica Freireana. Por supuesto, incluiremos material de lectura para que las
conozcan y reflexionen, y puedan pensarlas y llevarlas adelante en el marco de sus
propias prácticas.

Por eso es importante que podamos informar, a modo de listado, cuál/es de las
pedagogías se aborda/n en nuestra dinámica. No sólo porque de ese modo se
podrá hacer mejor uso en el desarrollo del encuentro sino, además, para sumarla a
la evaluación de los resultados de su tarea usando el Mandala de las 10
Pedagogías para ello – tendrán material ampliatorio de esto -.

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Materiales y tecnologías necesarias

Como frente a cualquier propuesta educativa, es importante que quien la coordine


tenga claro de antemano cuáles son los materiales con que tienen que contar los y
las participantes. Anticipar esto sin presuponer que las personas cuentan con
alguno de los elementos es vital, porque asegura la posibilidad de que todos y todas
participen.

Entonces, hacer una lista detallada de los materiales y la tecnología a utilizar será
fundamental.

Preparación necesaria

Muchas veces las dinámicas requieren tener previsto, además de los materiales y
las tecnologías a utilizar, ciertas preparaciones: que antes se haya reflexionado
sobre determinado tema, o que se hayan presentado todos y todas previamente –
si no es una dinámica de presentación, claro -, o haber recorrido cierto camino en
conjunto… es importante poder explicitarlo, para que quien coordina la tarea sea
consciente de esos requerimientos.

Desarrollo

Luego viene explicación, paso por paso, sobre cómo se desarrolla la dinámica.
Conviene en este punto ser minuciosos, minuciosas en el detalle de cada uno de
los momentos, las acciones que supone en cada caso, las posibles reacciones.

Es un punteo cronológico de la puesta en acto de la dinámica, con indicaciones que


ayudarán a llevar adelante la consigna.

Reflexión

El cierre de toda dinámica en un espacio educativo requiere de una reflexión


colectiva, la posibilidad de expresar qué sintieron y pensaron en el desarrollo de la
dinámica, qué cuestiones les evoca, a qué lo relacionan, cómo esto que reflexionan
se traslada a transformar la realidad de sus comunidades.

Es a partir de esta reflexión que podrán continuar el proceso de construcción de


conocimiento, en el marco del encuentro de saberes.

Para todas estas cuestiones pueden mirar el modo en que están abordadas en la
bibliografía que proponemos, centralmente en los dos tomos de Técnicas Participativas
para la Educación Popular. Nuevamente, no se trata de una traducción mecánica de
uno a otro entorno, sino de una orientación para lo que deberán crear.

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3- Una carta sobre las Cartas Pedagógicas

Querido/a estudiante

Escribimos esta carta porque nos hemos propuesto que la invitación que hagan a
quien tome este material, lo lea y quiera desarrollar la dinámica que ustedes
crearon la hagan usando este género.

Esa propuesta que harán a su lector, a su lectora, no será simplemente un “te invito
a que implementes esta dinámica porque…”, sino más bien un texto en el que puedan
compartir en qué contexto fue diseñada, con qué sentido/s fue soñada, con
cuáles destinatarios pensaron su implementación… compartir con el otro, la
otra, sus esperanzas, sus búsquedas, sus utopías; en el marco de esa Carta
Pedagógica que cuenta la experiencia e invita a sumarse.

Por eso ésta que les escribimos es una carta pedagógica que pretende
reflexionar sobre la escritura de las cartas pedagógicas. Reflexionar sobre su
importancia para nosotras y nosotros en tanto educadoras y educadores populares,
en nuestra formación. Muchas veces habremos leído las “Cartas a quien pretende
enseñar”, o la “Pedagogía de la indignación: cartas pedagógicas en un mundo
revuelto”, con el enorme impacto que eso tuvo y tiene en nuestra comprensión del
acto educativo. Y queremos reflexionar con vos sobre este modo de presentar la
dinámica pedagógica freireana que han diseñado porque serás, junto con tus
compañeros/as del equipo, autor/a de una carta pedagógica.

Aportaremos al final, además, algunas sugerencias para que puedan escribir el


texto.

Pero ¿qué son más precisamente las cartas pedagógicas?

Las Cartas Pedagógicas forman parte de un género cultivado por multitud de


educadores y educadoras - por Paulo Freire, claro, pero también las “Cartas a una
profesora”, de Lorenzo Milani entre muchos otros - y pensadores/as o literatos/as -
como las cartas desde la cárcel que escribieron tanto Rosa de Luxemburgo como
Antonio Gramsci, las del Che Guevara a sus compañeros de combate, el potente
texto “Arte y multitudo” de Toni Negri; o el epistolario de Pablo Neruda, y tantos
ejemplos más-.

Se trata de un género maleable, sencillo, ágil, expositivo. Mucho más dúctil que un
artículo académico y más emparentado al ensayo, permite una fluidez distinta en el
discurso y resulta especialmente apropiado para compartir experiencias,
aprendizajes, conocimientos. Si bien tiene origen en el formato escrito, es bueno
hacer notar que valdría la pena incursionar – al tiempo que sostener su modalidad
original escrita – en nuevos soportes epistolares: audio, imagen, video.

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La carta como medio de comunicación es un trabajo reflexivo que realiza quien
escribe o narra; y que pide respuesta de lo expuesto. Así, la carta se hace presente
como un ejercicio del diálogo a través de un medio escrito o con otros formatos.
Referirse a las cartas pedagógicas implica referirse a un diálogo educativo que
conlleva una dosis de rigor - porque plasma de forma ordenada la reflexión y el
pensamiento – en un diálogo que ejercita la amorosidad, ya que en general
escribimos cartas a aquellas personas que sentimos de alguna manera próximas en
nuestros intereses –por lo pertinente en el tema de la carta o por la cercanía afectiva
– y con quienes queremos crear vínculos de compromiso.

Como muchos otros saberes, escribir cartas pedagógicas es una práctica que se
mejora en la tarea concreta, ya que la reflexividad que requiere su escritura hace
que vayamos incorporando elementos, puliendo el estilo – la claridad y la
profundidad son importantes, claro, pero también la estética y la belleza en el uso
de la lengua, que conmueven al/la lector/a -, construyendo cada vez mejores
diálogos en ellas. Desfiarse a producir cartas pedagógicas es el mejor camino para
hacerlo.

Algunos consejos a tener en cuenta al momento de escribir las cartas


pedagógicas

Vamos a seguir, aunque reinterpretando, reinventando, reversionando, el texto de


Ivanio Dickmann llamado “As dez características de uma carta pedagógica” .

1- PUNTO DE PARTIDA

En general toda carta pedagógica refiere a algún momento en un trayecto de


nuestro recorrido, de nuestra reflexión. Siempre se entremezclan visiones de quien
escribe, porque no hay práctica educativa – y la carta pedagógica es una práctica
educativa – neutra. Hablará de quien la escriba, y tenemos que saberlo sobre todo
cuando pretendemos hablar de lo que otros y otras han escrito, opinado,
reflexionado, compartido. El mejor modo de ser fiel a esos testimonios, a esos
aportes, es saber cuánto de nosotros/as porta esa carta.

Aquí el punto de partida será la invitación a poner en acción una dinámica


pedagógica freireana. Narrar quiénes han sido los/las que construyeron esa
propuesta, cómo han ido llegando a ella, cuál fue el clima en que se desarrolló esa
tarea, es importante también.

2- OBJETIVO DE LA CARTA

Como todo discurso, como toda práctica educativa, la carta pedagógica tiene un
objetivo: ¿para qué hacemos la carta? Recordemos que la carta es la apertura – o la
continuación, claro – de un diálogo. Y este diálogo tiene, en el caso concreto de la
carta pedagógica, intenciones educativas, enseñar-aprender de-sobre alguna

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situación. La carta entonces propone, critica, pregunta… desafía a una conversación
sobre el tema. Al mismo tiempo, abre a la participación de otros y otras. Ya no soy
sólo yo, en la soledad de mis pensamientos. Estas ideas convocan a más personas
para el diálogo.

Un segundo objetivo de la carta pedagógica es dejar registro de los hechos y las


ideas. Y propondrá, en ese punto concreto, reflexionar sobre esas situaciones que
registra; invitando a producir conocimiento a partir de lo que muestra.

En este caso, escribimos la carta para compartir las reflexiones y el proceso en el


que se diseñó y validó, la dinámica. propuesta

3- ¿POR QUÉ ES PEDAGÓGICA?

¿Qué diferencia a una carta pedagógica de una carta en general?

En principio el contexto en que se escribe es diferente de una carta tradicional, de


la comunicación epistolar cotidiana. En la carta pedagógica buscamos producir
conocimiento sobre algunas situaciones, en torno a algunos temas. Pero, además
– y en tanto trabaja sobre el mundo educativo – tiene una postura política

La reflexión compartida genera en el/la lector/a destinatario/a de la carta una nueva


reflexión, o una nueva práctica; que es devuelta al remitente por distintas vías, ya
sea por otra carta u otros formatos de comunicación. Hay una respuesta concreta.

La carta pedagógica parte de una posición política y pedagógica – y político-


pedagógica – claramente definida. Tiene la intención de ser instrumento de diálogo
en el marco de un pronunciamiento sobre el mundo. Esa carta es política porque
es pedagógica, y es pedagógica porque es política.

En nuestro caso mostrará posturas de le grupo, que hacen presentes sus voces
políticas y pedagógicas en la dinámica propuesta pero también en la carta que
escribirán.

4- EL EFECTO DE LA CARTA PEDAGÓGICA

La carta pedagógica no busca sólo contar una situación, un trayecto, un evento. Se


busca una aproximación con quien la lee, invita al diálogo, llama a una respuesta, y
propone una continuidad, genera un movimiento.

La carta pedagógica convida a una aproximación, invita al diálogo, pide una


respuesta y propone una continuidad en un vínculo de relación personal epistolar.
Hay en todas estas acciones una invitación al encuentro, al ser más en términos de
persona en el marco del ser más en términos de comunidad; es la búsqueda de un
vínculo vital cargado de vida y amor; establecido para la construcción colectiva, para
compartir la vida.

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5- EL CONTENIDO DE LA CARTA PEDAGÓGICA

Las cartas pedagógicas pueden contener noticias, informaciones, mensajes o


reflexiones. En todos los casos, sin embargo, el contenido principal está en aquello
que pretendemos generar: una respuesta, una acción, un movimiento en la persona
que recibe la carta.

Esos contenidos posibles en la carta pedagógica son oportunos porque permiten


generar una escritura que es a la vez ágil y profunda, en la que el/la autor/a puede
expresar aquello que piensa, cree o critica de esos temas; y hacerlo desde sus
prácticas cotidianas.

La carta pedagógica debe cuidar ser inclusiva, dar espacio a las voces de otros y
otras sobre los temas, proponer la participación. El lenguaje sencillo pero profundo
que parte de las noticias, las reflexiones o los mensajes permite esa apertura.

6- REDACTAR EXIGE COMPROMISO

Escribir, narrar, articular el discurso oral/audiovisual exige compromiso: esta frase


de Paulo Freire aporta un enorme componente a considerar en las cartas
pedagógicas. Ese trabajo reflexivo que realiza quien escribe o narra requiere de un
momento de análisis de la propia postura político-pedagógica, de las opciones
asumidas, de las dudas, de las afirmaciones. Estas cuestiones son asumidas en la
redacción y expuestas para el diálogo con el/la destinatario/a de la carta.

Ese compromiso exigido está presente en el imperativo de Paulo Freire: hablar en


lo que hacemos, hacer lo que decimos. Esa búsqueda permanente de coherencia
queda plasmada en la carta pedagógica, porque la objetiva – en el sentido de que la
vuelve objeto, está ahí escrita, narrada, y puede ser aprehendida por otros y otras
para su análisis – y requiere de la humildad y la apertura suficientes para entrar en
diálogo con el mundo.

En nuestro caso ese compromiso se muestra en la propuesta de nuestra dinámica,


en sus objetivos, el desafío que le acercamos a cada educador/a para la tarea; y
queremos saber cómo ha resultado esa práctica.

7- LA POTENCIA DE LA CARTA PEDAGÓGICA

Cuando escribimos una carta pedagógica, como dijimos antes, apelamos a las
dimensiones intelectuales y afectivas de las personas. La educación misma no
puede ser vista como un acto sobre las cabezas simplemente; es necesario dar
razón de las diversas posturas y afirmaciones que hacemos políticamente, pero
también es necesario convocar a las emociones y los sentimientos humanos más
profundos para profundizar su afianzamiento en la vida de cada persona y
comunidad.

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Es necesario pensar las cartas pedagógicas como un instrumento de humanización
de las relaciones humanas, y precisamente por eso es que es profundamente
política. Abiertamente opuesta a una pedagogía bancaria, donde no se puede
escribir como un acto creador sino solamente copiar como un acto reproductor, la
carta tiene la potencia de invitar a la creación permanente, a la reinvención
constante. No es la última palabra sino una de las palabras en el diálogo
permanente de prácticas y reflexiones, uno de los mundos que deben poder
contener los demás mundos. La carta pedagógica es un momento del acto
educativo que construimos, y esa es quizás su potencia máxima.

8- ¿PARA QUIÉN ESCRIBIMOS?

La carta pedagógica no es una escritura a uno/a mismo/a. No es un diario íntimo.


Es importante saber quién es el otro, la otra, que recibirá la carta pedagógica. Podría
ocurrir que no tiene un/a destinatario/a concreto/a, “con nombre y apellido”; pero
es fundamental hacer el ejercicio de pensar, imaginar, quién será el/la lector/a de
las palabras que escribo, de las situaciones que narro. Necesitamos saber de
antemano el destino de nuestra carta. Quién leerá, con qué finalidad, cuál será el
impacto de su lectura.

Identificar a quién escribimos nos permitirá interpelar más concretamente sus


miradas, sus opciones, sus prácticas. Nos dará más herramientas para abrir el
diálogo, motivar la participación, invitar a la reflexión compartida. Es preciso
entrever quién leerá nuestro texto porque el diálogo es pedagógico; y no hay
diálogo realmente pedagógico, educativo, si no hay alguna conexión profunda.

En la carta, entonces, es necesario remarcar la alteridad en el marco del


compromiso con los y las demás. Compromiso que se va acrecentando en el marco
del intercambio de cartas, de comunicaciones. Esa apertura inicial de nuestra
comunicación invoca otra apertura que, cuando ocurre, compromete e invita a
andar un camino compartido de diálogo posible y compromiso en la construcción
de conocimientos.

9- LA RESPUESTA DE LA CARTA PEDAGÓGICA

Como en cualquier otra carta, esta busca una respuesta. Aún el mensaje que se
arroja al mar dentro de una botella lo busca. Es bueno incentivar las respuestas en
las cartas pedagógicas, para establecer un diálogo de crecimiento y transformación
en las reflexiones propuestas; para construir una nueva cultura – dialogal – que
toma en cuenta tanto la presencia de la palabra como la lectura del mundo.

La respuesta de la carta es habitualmente otra carta, aunque no solamente.


Múltiples respuestas, múltiples formatos. Lo que importará es que esa carta ha
movido a la acción en la respuesta.

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Y la respuesta no es la conclusión de una pregunta. Es cada vez la nueva apertura
a más, en una espiral creciente; porque la carta pedagógica – como la praxis docente
– parte de un lugar humilde y abierto al aprendizaje, ya que “nadie sabe todo, y nadie
sabe nada”.

10- EL MÉTODO DE ESCRITURA DE UNA CARTA PEDAGÓGICA

La principal potencia de este "género" es su plasticidad. Cualquier método aporta


a la escritura y la narración, con lo cual lo mejor es ser creativos, creativas, para
construir el mensaje. Cartas individuales, colectivas, personales, a comunidades.
Orales, audiovisuales, escritas, gráficas. El desafío es lograr una comunicación que
abra caminos de transformación para crecer siempre en las prácticas.

Querido/a estudiante, estos diez puntos no pretender ser exhaustivos, ni siquiera


prescriptivos como pasos. Son simplemente algunas reflexiones que, quizás,
pueden ayudar a motivar y organizar la escritura de las cartas.

Quizás lo más importante sea recrear, reinventar formatos y modos de narrar y


reflexionar; de promover el diálogo para compartir miradas y prácticas; de construir
caminos que puedan ser recorridos en todas las direcciones posibles y que en cada
andar nos encontremos mirando, pensando, soñando juntas y juntos.

Esa es, entonces, la invitación: escribir y narrar cartas pedagógicas. Audiovisuales,


en imágenes, en canciones, en textos. Cartas que propongan un hacer colectivo, un
pensar comunitario. Cartas que nos permitan rehacer el mundo, repintarlo, y hacer
un mundo donde todos los mundos quepan.

PRESENTACIÓN DEL TRABAJO

En definitiva, entonces, el trabajo tendrá este esquema

1- Carátula: Estudiantes – Materia – Universidad


2- Fundamentación
3- Presentación de la dinámica
a. Nombre de la dinámica
b. Objetivos
c. Pedagogías de la Didáctica Freireana abordadas
d. Materiales y tecnologías necesarias
e. Preparación necesaria
f. Desarrollo
g. Reflexión
4- Carta pedagógica

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A soñar ahora, a crear, a inventar y reinventar propuestas para que educadores y
educadoras puedan mejorar sus tareas!

Sean creativos, creativas, osadas y osados… y validemos luego lo propuesto, para


ajustarlo y mejorarlo!

Buena producción!

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