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TIEMPO
COMPLETO
CULIACN, SIN.
ENERO 2015
En la parte ms alta de la
sierra Tarahumara, a tres
horas
de
camino
de
Guachochic, hay una casa
con los muros de piedra
y el techo de madera.
El interior es oscuro y
huele a humo, a hierbas
y a tortilla.
es
largo
y
complicado.
Ah
donde acaba el llano
y empieza el bosque,
hay que seguir el
lindero.
De pronto, parece
que no hay mas
camino; te topas con
unos
peascos
grandes
y
escarpados.
Al
treparlos, aparece de
nuevo una brecha
entre el bosque y
una hondonada que
Se corta camino
atravesando unas
tierras cultivadas,
pero
eso
no
siempre les gusta
a los que les
gusta la tierra.
Por fin, se cruza
un riachuelo y se
ve a lo lejos la
casa de Mara, la
curandera.
Mara
no
tiene
prisa. La prisa es
algo que inventaron
los relojes y Mara
nunca ha usado una
cosa de esas.
Tiene tres faldas y
las usa al mismo
tiempo.
Cuando
le
preguntas si ella es
de ah, contesta:
- Si, tambin.
La gente va a ver a
Mara cuando se
siente
mal,
o
cuando va a nacer
un beb o cuando
las cosechas no se
dan bien.
Entonces, ella hace ramitos con las
hierbas de sus latas de leche y te las
pasa alrededor del cuerpo, recitando
algo, palabras dulces, lentas y que dicen,
sin decirlo, que lo nico importante es
estar ah, queriendo algo mejor.
Despus te soba
las
manos,
te
pone
unas
semillas en la
palma
y
apretndolas, te
pregunta por tu
casa,
por
tus
animales, por tus
hijos.
La
noche
se
acerca.
Mara
habla
despacio
junto
a
un
pequeo fuego y
nos avisa que hay
celebraciones mas
simples y por lo
mismo
mas
complicadas:
- Mira- te dice mientras el fuego brilla en
sus ojos el frio me da la alegra del
fuego pero solo si tengo ojos para verlos
a los dos. Y as cuando hay viento
apareci el cobijo, y el sueo se
agradece cuando el cuerpo ha trabajado.
Pero
hay
todava
una
receta
mas
importante.
Hay
algo que protege de
algunas
enfermedades, evita
otras por completo,
no se cultiva en
ninguna parte, no
hay que comprarla
porque no se vende,
no hay que hervirla,
ni exprimirla, no hay
que untrsela, ni
beberla.
Es contagiosa, pero
no hay que cuidarse
de eso, es ruidosa
pero es una mnima
molestia junto a sus
enormes beneficios.
Pero eso si, solo
hay que consumir la
verdadera, la de
mejor calidad y de
preferencia
en
compaa.
Mara no se ha
movido, sigue con
las
piernas
encogidas. Esta en
silencio, esperando
que adivines esta
ultima receta. Pero
de repente te das
cuenta
por
sus
ojos, que esta a
punto de granarle
la risa.