01 - Rescuer Cowboy - Mia Brody

TRADUCIDO POR: VALKARIN24
Sinopsis
1. Jordyn
Frew
2. Jordyn
Drew
3 Drew
Jordyn
4. Jordyn
5. Jordyn
Drew
Jordyn
6. Jordyn
7. Drew
Jordyn
8. Jordyn
9. Jordyn
Drew
Joedyn
10. Drew
Jordyn
Epílogo
Whiskey Run Cowboys Love Curves
Sobre el Autor

¿Este vaquero salvador me mantendrá a salvo de mi peor pesadilla?
DREW COLSON
No soy como todos los demás en este bar. No voy a hacer de la vista gorda
ante una mujer que es arrastrada afuera. Incluso si eso significa que tengo
que intervenir en medio de una pelea que no es mía.
La llevo al B & B y creo que ese es el final.
Luego aparece en mi rancho, buscando trabajo. Excepto que el problema la

está siguiendo. Y podría ser el único que puede protegerla.
JORDYN TATE
Tuve que huir. Fue mi única opción.
Pero no llegué lo suficientemente lejos. Me encontró.
Y la única forma de mantenerme a salvo es correr hacia Drew. ¿Pero me

protegerá una vez que sepa a qué se enfrenta?
Whiskey Run es el hogar de los vaqueros más sexys y posesivos que jamás
hayas encontrado. Trabajan duro y juegan aún más duro. Pueden ser bruscos
y mandones, pero todo lo que se necesita es la mujer curvilínea adecuada
para ponerlos de rodillas.
Bienvenidos a Whiskey Run ... donde los vaqueros saben montar.

JORDYN
Él me encontró.
Después de semanas de estar huyendo de mi tío, se las arregló para
rastrearme hasta aquí. Me congelo en la cabina del bar destartalado en
Tennessee y rezo para que no me vea.
Pensé que le tenía miedo antes cuando estaba creciendo. Luego encontró las
cartas que mi difunta madre envió desde su celda en la prisión. Ahora está
convencido de que tengo la clave del misterio que lo ha perseguido durante
trece años.
Me mantuvo prisionera dentro de su casa. Con cada día que pasaba, su
mirada se volvía un poco más desesperada. Cuando dejó la puerta abierta,
tuve mi oportunidad. Agarré unos pocos suministros escasos y eché a
correr.
El sonido de una risa ruidosa en una mesa cercana interrumpe mis
pensamientos y me ayuda a formar un plan de escape. Todo lo que necesito
es escabullirme mientras la mayoría de los clientes están prestando atención
a este grupo de vaqueros ruidosos.
Deslizando mi cuaderno de bocetos y lápices en mi bolso, respiro hondo y
trazo el camino hacia la puerta de salida lateral.
Veinte pasos alrededor de tres mesas que la macilenta camarera intenta
aplacar, y yo estaré fuera. Aunque no tengo ni idea de cómo llegaré desde
aquí. He estado comprando boletos de autobús sin un plan real sobre dónde
terminaré. Ya ni siquiera estoy segura de en qué ciudad estoy.
Mi corazón late con fuerza mientras doy los pasos hacia la puerta. Con un
poco de suerte, volveré a deslizarme entre sus dedos.
Pero el destino no está conmigo y mi tío bloquea mi camino, poniendo una
mano fornida en mi hombro. "Vienes con nosotros, cariño."
Nunca me gustó Tucker ni sus amigos. Pero él era la única familia que me
quedaba, así que tuvo que acogerme después de que mi madre fuera a la
cárcel. Parece que a la trabajadora social de la gran ciudad no le importaba
demasiado si una niña pequeña tenía miedo, siempre y cuando yo estuviera
fuera de su alcance.

Haciendo acopio de valor, me recuerdo a mí misma que aquí hay
testigos. Eso tiene que significar algo, ¿verdad?
Me tiemblan las piernas y estoy segura de que se rendirán en cualquier
momento. La bilis trepa por la parte posterior de mi garganta. Nunca me he
enfrentado a este hombre que me ha atormentado durante años. "No voy a
ir contigo".
Su boca se aprieta en una línea firme, una señal segura de que voy a pagar
por “hacerme la lista” con él más tarde. Excepto que esta vez no. Trabajé
demasiado para alejarme de él.
En lugar de decir nada, asiente. De repente, dos de sus amigos me
agarran. Me agarran por los codos, inmovilizándome. Intento bajar el talón
y pisotear los pies de los hombres, pero ambos se apartan con agilidad.
Los dos comienzan a arrastrarme hacia la puerta y planto mis pies. "¡No
quiero ir contigo!" Grito las palabras tan fuerte como puedo.
Seguro que alguien intervendrá. Miro salvajemente alrededor de la barra y
la mayor parte de la atención está en mí. Pero nadie se levanta en mi
defensa.
Veo a un guapo vaquero saliendo del baño de hombres. Nuestra mirada se
bloquea y tiene los ojos azules más claros que jamás haya visto. Una
corriente eléctrica forma un arco en el aire entre nosotros, algo poderoso y
magnético.
Él es mi última esperanza. Lamiendo mis labios secos, pronuncio una sola
palabra. Ayuda.
*****
DREW
El abuelo podría encontrar su propio camino a casa.
No importa cuántas veces lo piense, todavía no puedo dar la vuelta al camión
y dejar a mi abuelo alcohólico en el bar.
Llegaría a casa. La pregunta es si las otras familias en el camino lo
harían. Es por eso por lo que estoy aquí. No por él, sino por aquellos que
podrían tener la desgracia de estar en su camino esta noche.
Suspirando, dejo mi camioneta e inhalo el aire del verano. El aroma de la
madreselva se burla de mi nariz, recordándome el perfume que solía amar

mi difunta abuela. Ella era del tipo que enseñaba en la escuela dominical y
usaba perlas. Hizo el mejor pastel de melocotón en tres condados y pasó sus
años dorados criándome.
Este bar está en el borde de Jasper, solo un pequeño lugar sin nombre con
pintura descascarada y letras de neón descoloridas. Es donde se juntan los
maleantes y la escoria. La cerveza es probablemente barata y se ajusta al
presupuesto del anciano.
No es difícil encontrarlo dentro del lugar con poca luz. Le está contando
animadamente al cantinero sobre su nieto héroe que, sin ayuda de nadie,
detuvo un ataque a un orfanato en un país devastado por la guerra. Esa no
es toda la verdad, pero la historia le da cerveza gratis a veces.
"No creas una palabra de lo que dice el viejo idiota", le digo al camarero
mientras tomo asiento en el taburete junto a mi abuelo. Estoy de espaldas
a la mayoría de los clientes, lo que me tiene en alerta máxima. Ojalá
estuviera en mi rancho en Whiskey Run, la ciudad vecina. Desde mi tiempo
en el servicio, no me gustan las multitudes ni el ruido.
Ezra me frunce el ceño. "Es la verdad."
Me concentro en el camarero antes de sacar las llaves del bolsillo de la
gastada camisa de franela del abuelo. "Solo quiere una cerveza gratis".
"También es cierto", Ezra está de acuerdo rápidamente, ignorando el hecho
de que le he quitado el coche.
"Conseguir cerveza gratis es exactamente la razón por la que fui y luché en
países devastados por la guerra", digo, con la voz llena de sarcasmo.
El anciano desvergonzado se encoge de hombros. "Siempre lo sospeché".
Asiento con la cabeza hacia su cerveza, sabiendo que no se irá hasta que se
acabe. "Termina eso en dos minutos. Voy a golpear la cabeza".
Cuando salgo del baño de hombres, tengo esa sensación de silencio en mis
entrañas. Era el mismo que obtenía justo antes de que una misión se
desviara.
Algo en el entorno del bar ha cambiado. La zumbante música country ya no
suena en la vieja máquina de discos. El estruendo se ha transformado en
un suave zumbido que agradaría incluso al bibliotecario más estricto.
Al escanear el lugar, me doy cuenta de que los clientes están mirando hacia
la salida lateral donde dos tipos grandes están tratando de arrastrar a una

mujer que lucha y patea hacia la puerta. Ella me mira y al instante me
destripa el miedo en esos profundos ojos marrones.
Luego pronuncia una única palabra. Ayuda.
Ella podría haberlo gritado por la forma en que suena tan fuerte en mi
cabeza.
Antes incluso de pensarlo bien, me estoy moviendo en su dirección. Años de
entrenamiento me han enseñado a no entrar en una situación peligrosa sin
respaldo. Pero no soy como todos los demás en este bar. No estoy dispuesto
a hacer de la vista gorda ante esta mierda.
Ezra saca la mano y me agarra del brazo. Su expresión es sombría, llena de
advertencia. "No es tu problema, hijo".
Me encojo de hombros para alejarme de su toque, mi atención se centra en
la belleza de cabello oscuro que está luchando como el infierno a pesar de
ser arrastrada afuera. No importa en lo que esté a punto de entrar. No la
dejaré sola.
Siguiéndolos al callejón, hago un recuento rápido. Hay tres hombres. Con
mi formación especializada, tengo más que decentes posibilidades de salir
de aquí. El único comodín es la chica.
Incluso a varios metros de distancia, puedo sentir su terror cuando colocan
cinta plateada sobre su boca. Ella todavía está pateando y golpeando,
haciendo todo lo posible para detenerlos, pero no es rival para tres hombres
adultos. Malditos cobardes.
Golpeo un contenedor de basura para llamar su atención y cuatro pares de
ojos están sobre mí. Pero es a la mujer a la que le estoy prestando
atención. La mirada de alivio en sus ojos solo se suma a mi rabia.
"Déjala ir", el gruñido que sale de mi garganta ni siquiera suena humano. En
este momento, definitivamente no lo siento. Hay un animal adentro que
normalmente mantengo enjaulado y esta noche, se despertó.
"Ocúpate de tus asuntos, amigo", se me acerca el primero de los tres. Me da
un empujón con una sola mano.
Agarro su brazo, retorciéndolo detrás de su cuerpo. Los huesos crujen y él
está fuera de combate, gimiendo en el suelo.
"Ella es mi negocio". Cualquier mujer o niño en peligro es asunto mío. Es lo
que pasé años haciendo en el servicio y, aunque podría estar jubilado, mi
misión sigue siendo la misma: proteger a quienes no pueden defenderse.

Los dos todavía de pie intercambian una mirada y el más grande con el
tatuaje de una rosa en su brazo se lanza hacia mí. Doy un paso a un lado y
lo empujo, girando fácilmente su cuerpo donde quiero. Luego le doy un
puñetazo en el costado y le doy un tiro perfecto al riñón. Se une a su amigo
retorciéndose en el suelo.
"Dámela", le pido al tercer hombre.
Mi pequeña guerrera ve el momento de distracción y lo usa para patear a su
posible secuestrador en la parte posterior de la rodilla. Se derrumba y estoy
frente a él en segundos, llevándolo al suelo.
Tan pronto como estoy seguro de que está inconsciente, vuelvo a ponerme
de pie. Lo primero que hago es quitarle la cinta de la cara. Está temblando
y se desploma contra el coche.
"Date la vuelta" le ordeno, sacando un cuchillo de mi cinturón y utilizándolo
para cortar las ataduras de cables que sujetan sus muñecas a la espalda.
Cuando termino, la hago girar. "¿Conoces a estos chicos?"
El miedo y la vacilación se mezclan en su rostro. Maldita sea, ella los
conoce. Esta es una mierda más profunda de lo que pensaba. No es que
hubiera cambiado mi respuesta. Todavía estaría aquí pateando traseros y
defendiéndola. "No."
Cojo el teléfono celular que está sujeto a mi cinturón. "Entonces llamemos
al sheriff".
Ella niega con la cabeza, sus ojos marrones muy abiertos. "Estaré bien. Eso
fue un malentendido."
Las campanas de advertencia suenan en mi cabeza, pero antes de que pueda
responder, un atacante gime. Podría haberlos llevado al suelo, pero no
estarán abajo por mucho más tiempo.
Agarro la mochila del asfalto y se la entrego, notando lo ligera que es. Para
una forastera que solo está pasando, debería tener más cosas con ella.
"Vamos a salir de aquí." Agarro su codo y tiro de ella hacia mi camioneta.
Ella duda, mirando del grupo de hombres a mí. Probablemente se esté
preguntando si está a punto de saltar de la sartén al fuego.
Por alguna razón, la expresión de su rostro despierta todos los instintos
protectores que tengo. No sé en qué tipo de problemas está metida, pero sé
una cosa con certeza. Mi pequeña guerrera ya no está sola.

"No tenemos mucho tiempo", le advierto. Todavía no he soltado su
brazo. Hay algo en mi cabeza que no me deja dejarla ir. No puedo explicarlo,
pero se siente como mía.
"¿Me llevarás a un lugar seguro?"
La pregunta simple se hace con tanta inocencia y vulnerabilidad que quiero
aplastarla contra mi pecho y prometerle que lucharé contra todos los
monstruos por ella. Pero me libero del impulso, recordándome a mí mismo
que esto no es normal.
He estado en situaciones en las que protegí a mujeres en peligro. Aun así,
nunca me había sentido de esta manera. Nunca tuve esta abrumadora
necesidad de envolver a una mujer y llevarla a casa para quedarse conmigo
como lo hago con esta belleza morena.
Mi voz es áspera y ruda en el callejón oscuro. "Sí, te llevaré a un lugar
seguro".
Me deja ayudarla a subir al camión y luego nos vamos a toda velocidad hacia
la noche. Desde que le quité las llaves, no me preocupa el abuelo. Tiene su
teléfono y sabe cómo llamar a los servicios de autos lujosos que tienen por
aquí.
Enciendo la calefacción cuando la veo temblando, a pesar de que es más por
la adrenalina que por las temperaturas del final del verano. Guío el camión
hasta el largo tramo de la carretera que me llevará de regreso a casa en
Whiskey Run, la pequeña ciudad más amigable del este de Tennessee.
"¿Quieres contarme tu historia?"

JORDYN
Quiero contar mi historia. No quiero estar sola con el peso de todo esto
nunca más. Pero luego recuerdo la mirada en los ojos del detective de la
policía cuando traté de pedir ayuda. Como mi tío, a él solo le importaba una
cosa. ¿Por qué debería pensar que este extraño será diferente?
Reprimiendo el miedo y la soledad, trabajo para mantener mi voz
casual. "Solo una chica en el lugar equivocado en el momento equivocado".
Aguanto la respiración y espero a que haga presión, pero no lo hace. Me
llena de alivio cuando me doy cuenta de que no me va a hacer ninguna
pregunta.
El silencio entre nosotros se extiende hasta que quiero saber. "El logo en la
parte trasera de su camión dice Colson Ranch. ¿Es ahí donde trabajas?"
Cuando era pequeña, mi mamá me advirtió sobre el “peligro de los extraños”
y no subir al auto con hombres desconocidos. Pero allá en el callejón, lo
desconocido de alguna manera se sentía más seguro que mi tío, el conocido.
"Lo poseo", gruñe. "Soy Drew. ¿Tienes un nombre?"
Dudé por un momento, tratando de decidir si debería darle un nombre
falso. Pero hay algo en este hombre que me hace querer confiar en
él. "Jordyn. ¿Me llevarás al rancho?"
Pasamos un cartel que nos da la bienvenida a Whiskey Run, Hogar del
Cinnamon Blaze Whiskey. La pequeña ciudad me recuerda a Mount Bliss y
un nudo surge inesperadamente en la parte posterior de mi garganta. Dudo
que alguna vez pueda volver. No con el tío Tucker respirando por mi cuello.
"Te quedarás en el Whiskey Run Lodge", dice. "Es el único alojamiento y
desayuno en la ciudad. Jessie es buena gente".
Sonrío ante la expresión. En Mount Bliss, también tenemos buena
gente. Como Amos, el camarero que me ayudó a alejarme de mi tío. Necesito
llamarlo y hacerle saber que estoy a salvo.
Entonces me doy cuenta de lo que está diciendo. Este extraño me abandona
y me deja atrás. No puedo culparlo por eso. Ya ha hecho más que todos los
demás en el bar esta noche. No me dejaré decepcionar.
Aparca la camioneta frente al Whiskey Run Lodge y me asiente con la
cabeza. "Ven ahora. Te acompañaré ".

*****
Drew paga mi primera noche en el lugar. Luego inclina la cabeza hacia
mí. "Jessie te cuidará".
"Gracias", le digo en voz baja. Aquí, en la suave luz de la alegre sala de estar
de Jessie, no puedo apartar los ojos de este guapo vaquero.
Su cabello castaño rojizo es corto a los lados pero largo en la parte superior,
creando un flequillo que cae sobre sus ojos azules. Son de un azul
tormentoso que me advierte que hay secretos que carga.
Una barba llena rodea una boca que se encuentra en una línea sombría. No
parece el tipo de hombre que sonríe muy a menudo. Casi como si llevara
algo pesado. Quizás por eso siento un parentesco con él. O tal vez sea solo
el hecho de que me salvó esta noche.
Me da un asentimiento brusco pero no se mueve. En muchos sentidos, me
recuerda a Amos. Pero la diferencia entre los dos es que veo a Amos como
un hermano. Definitivamente no quiero ser la hermana de Drew.
Sacudiendo el pensamiento, me acerco y le hago un gesto a Drew para que
se incline. Cuando lo hace, presiono mis labios contra su mejilla. "Me
salvaste esta noche".
Se aclara la garganta y me doy cuenta de que Jessie ha vuelto con las
sábanas limpias.
Se alejó unos pasos de mí. "Nos vemos, pequeña guerrera".
Jessie y yo escuchamos el sonido de sus pasos desvaneciéndose. Ella me da
una pequeña sonrisa mientras me hace un gesto para que la siga. "Ya
conociste al recluso de la ciudad".
Bostezo mientras la sigo, preguntándome cuál es su historia. Pero no se
siente bien preguntar, así que en su lugar digo: "Me ayudó a salir de un
apuro".
Ella sonríe mientras comienza a quitar las sábanas de la cama. "Eso suena
a Drew. Tiene un corazón de oro debajo de ese exterior de vaquero huraño.
Siempre el primero en echar una mano a sus vecinos sin esperar
agradecimiento o elogio".
Los celos me atraviesan por el hecho de que ella sabe estas cosas sobre
él. Es una tontería sentirse tan conectada con él. "¿Es el casado?"
"No."

Respiro un pequeño suspiro de alivio. No quiero examinar por qué el
pensamiento calma algo en mi pecho.
Ella se ríe, como si pudiera sentir los celos rebosando justo debajo de mi
superficie. "Drew es soltero en caso de que te lo estés preguntando".
Me encojo de hombros, deseando no haber sido tan directa con mis
preguntas. Si es amiga cercana de Drew, podría decírselo. No es que
importe. No creo que esté interesado en alguien como yo. Mis curvas pueden
ser hermosas para mí, pero la mayoría de los chicos no las aprecian como
yo.
Ella termina con la cama y dice: "¿Quieres un poco de té de manzanilla antes
de acomodarte para pasar la noche?"
Le agradezco, pero rechazo la oferta y no pasa mucho tiempo antes de que
me quede sola en la habitación. Me doy una ducha rápida y me meto en la
cama, decidida a no soñar con el vaquero caliente que vino a rescatarme.
*****
A la mañana siguiente, me levanto antes que los demás. Empaco mi bolso
con cuidado y me lo llevo abajo. No sé dónde dormiré esta noche y si por
casualidad, mi tío me encuentra, entonces tengo que estar lista para tirar
de mi culo.
Jessie ya se ha levantado y está poniendo una variedad de deliciosos
pasteles en la mesa. Mi estómago ruge. "¿Los hiciste tú misma?"
Ella se ríe y niega con la cabeza. "Dios mío, no. Estos son del centro de Sugar
Glaze Bakery. ¿Qué te gusta? ¿Dulce o salado?"
Mi estómago gruñe. "Definitivamente dulce".
"Lo tengo." Ella guiña un ojo. Calienta un panecillo de canela y me lo pasa
junto con una taza de café negro.
Muerdo el pan pegajoso. Ha pasado tanto tiempo desde que comí más de un
par de comidas al día. Cuando la vida se trata de supervivencia, todo se
adapta a las necesidades básicas.
Hablando de eso, necesito reponer mi fondo de efectivo antes de mudarme
a la siguiente ciudad. Drew fue lo suficientemente amable como para pagar
mi estadía anoche, pero no puedo depender de extraños para que me
ayuden. "¿Dónde iría por aquí si estuviera buscando trabajo?"

Podría llamar a Amos ahora mismo y él me enviaría el dinero. Ni siquiera
haría preguntas. Me ayudaría en silencio porque ese es el tipo de hombre
que es. Pero no soy el tipo de persona a la que le gusta depender de las
limosnas.
Jessie toma un sorbo de una taza desportillada y me dice por dónde empezar
mi búsqueda de trabajo. "Red's Diner. Violet dirige el lugar con su esposo
Josh". Me pone al día con la historia de Violet y cómo se enamoró de un
jugador de fútbol y ahora tiene un hijo con él.
Llaman a la puerta y entra un hombre corpulento y fornido. "Te arreglé ese
porche trasero, Jessie. Regresaré a la ciudad ahora a menos que necesites
algo más".
Ella le sonríe. "Gracias por eso. ¿Podrías llevar a mi invitada a Red's Diner?
Ella está buscando trabajo".
"Seguro." Me da una sonrisa tímida. "Soy Chase, por cierto."
Me presento y luego sigo a Chase afuera hasta un camión azul. No hace
preguntas en el camino a la ciudad. Es callado pero amigable.
Cuando finalmente se detiene en el estacionamiento, dice: "Tengo que ir a
la ferretería. Pero si necesitas algo, avísale a Violet. Ella te ayudará".
Le agradezco por el viaje y camino hacia el restaurante. Tan pronto como
entro por la puerta, sonrío. Por primera vez en años, me siento como en
casa. No puedo explicarlo y no trato de entenderlo. Simplemente me
sumerjo en el ambiente acogedor.
Tomando asiento en el mostrador, espero hasta que Violet se me
acerque. Rechazo su oferta de café y una rebanada de su famosa tarta de
manzana y canela, a pesar de que pensar en ella me hace agua la boca.
En cambio, le pregunto sobre posibles trabajos. Hace una pausa para pasar
sal y pimienta a un anciano al final del mostrador. "Veamos, creo que el
rancho Yates estaba buscando algunas manos. ¿No es así, Ezra?"
Nunca he considerado trabajar en un rancho, pero en este momento no soy
exigente. Solo necesito juntar lo suficiente para otro boleto de autobús o
dos.
El anciano con el pelo sal y pimienta gruñe. "Recibieron toda la ayuda que
necesitaban. No busco a nadie".
Dirijo mi atención a él. Parece familiar. "¿Alguno de los otros ranchos de la
zona está buscando trabajadores?"

Termina sus huevos revueltos. "Creo que podría encontrar algo para que
usted haga en mi rancho".
Miro a Violet que me da un asentimiento alentador. "Ezra y su nieto te
tratarán de manera justa".
Esto es lo que me encanta de los pueblos pequeños y lo que extraño de
Mount Bliss. Es cierto que no estuve allí por mucho tiempo. Trabajé como
mesera durante un par de meses, pero todos se conocían. Había un sentido
de comunidad y familia en ese lugar. De la misma forma que hay en Whiskey
Run.
Ezra se levanta de su taburete, sacando unos dólares de su billetera.
"¿Quieres que te lleve o no, niña?"
*****
DREW
Los sueños con mi pequeña guerrera me atormentaron durante toda la
noche. En el primero, estaba en peligro y huía de esos tres hombres.
Pero luego los sueños se transformaron lentamente de una mujer en peligro
a una mujer que pasaba sus manos por mi estómago, acercándose poco a
poco a la cintura de mis jeans. Su toque era tan suave, sus ojos brillaban
con inocencia y curiosidad.
Estaba duro como una piedra y cabreado como el infierno cuando me
desperté. No sé por qué diablos la dejé sola en casa de Jessie. Sí, Jessie la
cuidará y no le pasará nada malo allí. Ese no es el problema. El problema
es que ella pertenece aquí. Conmigo.
Me doy una rápida ducha helada. La misma voz que me dijo que era mía
anoche ha vuelto. Hoy es más ruidosa, más insistente y no me importa si
tengo que registrar toda la maldita ciudad. La encontraré y la traeré de
vuelta aquí.
El abuelo ya se ha ido cuando me levanto. Probablemente esté en Red's
Diner a pesar de su noche. Normalmente, me uniría a él. Pero no hoy. Hoy
tengo que encontrar a una mujer.
Después de una taza de café, estoy en mi camioneta y en el camino de tierra
que sale del Rancho Colson. No sé qué le voy a decir a Jordyn, cómo voy a
convencerla de que venga a mi casa. Mi instinto es levantar a la pequeña
guerrera, arrojarla sobre mi hombro y llevarla a casa.

De alguna manera, no estoy seguro de que ese enfoque funcione bien. Pero
necesita a alguien que la proteja. Necesita un defensor que sea su escudo y
esté frente a ella. Seré ese hombre sin dudarlo. Nada malo volverá a
acercarse a ella. No mientras yo esté cerca.
Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando veo el Cadillac Eldorado de
color violeta claro que mi abuelo conduce a toda velocidad por el camino de
tierra con la capota bajada. Pero el que está detrás del volante no es el
abuelo. Es Jordyn y tiene una gran sonrisa mientras se dispara como si
fueran los playoffs de NASCAR.

DREW
Tan pronto como Jordyn me pasa, doy la vuelta en U y la sigo hasta el
rancho. Se detiene frente al granero y sale del auto en segundos, riendo con
mi abuelo.
Su cabello oscuro está recogido en una cola de caballo y varios de los
mechones se han soltado, enmarcando su rostro y haciendo que sus ojos
marrones sean aún más impresionantes.
"¿Qué demonios la dejabas hacer?" Exijo mientras acecho hacia ellos dos.
Ezra todavía se ríe entre dientes. "Ella es una gata salvaje detrás del volante,
¿eh?" Suena orgulloso de ella y eso me cabrea aún más. Ella podría haberse
suicidado y él no está preocupado en absoluto.
Antes de que pueda iluminarlo, Jordyn nos mira a los dos. "¿Este es tu
rancho? ¿La Casa Colson?"
"Bueno, mira, lo suficientemente cerca". Él se frota la nuca. No se
encontrará con mi mirada. "Gata salvaje aquí está buscando trabajo. Pensé
que le vendría bien una mano extra del rancho". Me da una palmada en el
hombro antes de caminar en dirección a la pradera del sur, donde está
pastando su caballo favorito.
Los peones del rancho que contraté son tipos decentes. Saben que no
aguanto una mierda y espero que traten a las mujeres que los rodean con
respeto. Pero diablos si quiero que Jordyn se acueste con otros quince tipos.
No, la quiero para mí solo porque no soy el hombre que comparte a su
mujer. Tan pronto como lo pienso, una idea comienza a formarse. Una
forma de mantenerla aquí.
La expresión de su rostro está llena de esperanza. "No tengo experiencia,
pero estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por aquí si me muestras lo que
necesitas".
Lo que necesito es llevarla a mi habitación y pasar unas horas mapeando
cada centímetro de su piel y marcándola como mía para que todos los
hombres en un radio de cincuenta millas sepan a quién pertenece.
Tendré que advertir a las manos del rancho que se vayan. Porque me
volvería loco si pillara a uno de ellos coqueteando con ella. Ningún otro
hombre debería siquiera mirar en su dirección.

Gruño. "No estoy contratando mozos de rancho. Pero me vendría bien un
poco de ayuda dentro de la casa".
Su expresión esperanzada florece en una amplia sonrisa que me muestra
un diente irregular que hace su sonrisa aún más hermosa. "¿Cómo cocinar
y limpiar? Yo puedo hacer eso."
Soy un hombre adulto y mi abuela se revolcaría en su tumba si pensara que
necesito una mujer para limpiar después de mí.
"La casa necesita actualizaciones cosméticas", explico. "Cosas como pintar
y decorar. Mierda, no he llegado a hacerlo".
El lugar no ha tenido el toque de una mujer en casi dos décadas. Cuando
mi abuela falleció mientras yo estaba en el ejército, el abuelo dejó que todo
se arruinara. Es difícil culpar al hombre cuando perdió a su alma gemela,
la mujer de la que había estado enamorado toda su vida.
Cuando me retiré del servicio el año pasado, puse mi mirada en el
rancho. Poco a poco he ido refrescando el lugar, pero no he tocado la
casa. Hay mucho que hacer para mantener el rancho en funcionamiento
como para que yo le preste atención.
Ella me da un rápido asentimiento. "Como dije, solo muéstrame lo que
necesitas".
La casa no es el único lugar al que le vendría bien el toque de una mujer. Alejo
el pensamiento antes de poner una tienda en mis jeans aquí mismo y
enviarla corriendo. "Te daré un recorrido ahora mismo".
Se inclina hacia el auto y agarra su mochila, ofreciéndome una vista
tentadora de ese culo redondo y esas amplias caderas vestidas con jeans de
mezclilla.
Demonios, quiero inclinarla sobre uno de esos postes de la cerca y
sumergirme en su calor húmedo. Necesito saber los sonidos que hace
cuando llega y escuchar que su respiración se vuelve superficial mientras la
complazco durante horas.
No pensé que jamás me sentiría así. A los treinta y cinco años, había
renunciado a la idea de encontrar una mujer como mi abuelo encontró la
suya. Pensé que el amor era cosa de épocas pasadas, un cuento de hadas
tonto que nunca experimentaría.
Pero ahora lo sé mejor. Encontré mi razón, la explicación de por qué mi
corazón late y es para proteger a esta pequeña guerrera frente a mí. Siento

que todo en mi vida fue una preparación para esto, para estar listo para
defender a mi mujer cuando la conociera.
Jordyn se endereza, arrojando la mochila sobre su hombro. "¿Qué estás
buscando con las actualizaciones cosméticas? ¿Quieres que todo siga
igual? ¿O estás esperando un aspecto completamente nuevo?"
Pongo mi mano en la parte baja de su espalda. Las yemas de mis dedos
arden con el contacto y todo mi cuerpo está a un segundo de arder en
llamas. No soy el único que lo siente si ese rubor en sus mejillas es algo por
lo que pasar.
Me concentro en su pregunta. Dado que vivirá aquí por el resto de su vida,
si tengo algo que decir al respecto, quiero que el lugar coincida con ella. "Un
nuevo aspecto."
Se muerde el labio inferior cuando nos acercamos a la casa. "¿Qué tipo de
aspecto?"
Antes de que pueda responder, Brutus levanta la cabeza de donde está
tirado en el porche de madera. El Doberman negro con su estructura de
cuarenta kilos y orejas recortadas puede parecer muy intimidante.
Especialmente si eres tan pequeña como mi pequeña guerrera.
Aplico una suave presión en su espalda, esperando que ella se retraiga ante
la vista de esta feroz bestia. "Él no te hará daño".
Ella le sonríe al perro y se inclina, tendiéndole la mano.
Se acerca con el entusiasmo que normalmente me reserva, moviendo
animadamente su cola corta. Después de dejar que le huela la mano, le
rasca la barbilla antes de frotarle la cabeza. "¿No eres un amor?"
Hace una pausa para mirarme. "¿Cuál es su nombre?"
"Brutus. Lo encontré vagando por un callejón en Jasper. No tenía collar y
no tenía chip. Entonces, creo que ahora es mío".
Los perros Doberman son mi raza favorita. Tuve uno en la escuela
secundaria y me encanta lo ferozmente leales y protectores que son. Brutus
está especialmente sintonizado con el peligro, despertándome de un sueño
muerto hace unos meses para advertirme de un incendio en la cocina.
La empuja con la cabeza, una señal segura de que quiere un regalo. "¿Sabes
cuántos años tiene?"
"El veterinario calculó un año cuando lo encontré. Probablemente esté cerca
de los dos ahora". Quiero creer que era un cachorro querido que acababa de

escapar de su recinto debido a un dueño negligente. Pero ver las cicatrices
en su cuerpo me hace pensar que su pasado no es tan bonito. Como yo,
estaba entrenado para la batalla.
La tristeza cruza sus rasgos. "Pobre cosita. Era solo un bebé".
"¿Estás lista para entrar?" Inclino mi cabeza hacia la puerta roja con la
pintura descascarada. Siento una oleada de vergüenza por no haber hecho
un mejor trabajo cuidando este lugar cuando alguna vez fue el orgullo y la
alegría de mi abuela.
Jordyn se pone de pie y me sigue a la casa. Brutus está justo detrás de ella,
empujándola juguetonamente. Creo que los perros saben instintivamente
cuando han encontrado a alguien que necesita su protección y amabilidad.
Ofrecen su amistad tan libremente y me calienta algo que Brutus ya esté
tan enamorado de mi chica como yo.
Examina la sala de estar con las paredes blancas descoloridas y la colección
de fotografías familiares esparcidas por todas las superficies. "Entonces,
¿qué vibra estás buscando crear?"
*****
JORDYN
Drew me mira mirando alrededor de la sala de estar. Pero algo en su mirada
se siente personal, íntimo.
Me lamo los labios secos para poder tener un segundo para
reponerme. "¿Qué tipo de vibra estás buscando crear?"
El espacio está limpio, pero está abarrotado y polvoriento. Está repleto de
chucherías y muebles que parecen haber visto mejores días. Si tuviera que
adivinar, alguien mayor debe haber vivido aquí antes que Drew. Quizás sus
padres.
Él frunce el ceño. "¿Qué diablos es una vibra y por qué mi casa necesita
una?"
"Bueno, cuando entras en un espacio, crea un sentimiento. Cuando era
niña, teníamos esta hermosa iglesia bautista al final de nuestra calle. Cada
vez que veía la luz del sol a través de esas vidrieras y miraba los techos de
la catedral, sentía una sensación de asombro. Los lugares crean
sentimientos".

"¿No puedes hacer lo que sea que hagan las mujeres para que se sienta
cómodo?" Hace un gesto hacia la sala de estar. "El rancho era de mi
abuela. Cuando ella falleció, lo heredé. El abuelo también vive aquí, pero
diablos si un par de solteros saben algo de esta mierda".
Doy un paso hacia un gabinete de curiosidades, inspeccionando la hermosa
colección de bailarinas de cerámica. "Estas son hermosas".
Algo en la mirada de Drew se suaviza. "Mi mamá era bailarina. Murió
cuando yo era solo un bebé, y mis abuelos me acogieron. Pasaron sus años
dorados cuidando a un pequeño alborotador".
"Lamento que la hayas perdido". Presiono una mano contra el cristal,
deseando haber aterrizado con parientes que me amaran en lugar de mi
tío. Quizás toda mi vida sería diferente. No es que importe. Aprendí hace
mucho tiempo que no es bueno pensar en todas las cosas que podrían haber
sido.
Se aclara la garganta y me doy cuenta de que probablemente lo hice sentir
incómodo al mencionar el tema de su madre. "¿Quieres ver el resto del
lugar?"
Sigo a Drew, escribiendo una lista a medida que avanzamos, para poder
realizar un seguimiento de todo lo que necesita cambiarse. La casa tiene
huesos hermosos y está en muy buen estado. Todo está rancio y viejo. Como
si la casa en sí tuviera el corazón roto cuando murió la matriarca.
Le hago preguntas mientras me muestra los alrededores. Apuesto a que
Drew podría contarme cientos de cosas sobre el nacimiento de un ternero o
la cría de pollos. Pero está claro que está fuera de su alcance aquí y también
lo sabe.
Finalmente, dice: "¿Qué tal esto? Decóralo para que te guste".
"¿Qué pasa si me gustan los encajes y los tapetes en todas las
superficies?" Bromeo.
No estoy segura de por qué quiere que sea feliz con la casa. No es como si
estuviera viviendo en ella. Tan pronto como lo pienso, una inesperada ola
de dolor me recorre. ¿Por qué solo he estado aquí unos minutos y ya siento
que este es el lugar en el que debo estar?
No me he sentido como si tuviera un hogar en años. Pero estando aquí con
Drew, algo en mi corazón se siente en reposo, en paz. Es una tontería por
mi parte desear quedarme cuando me iré dentro de una semana o dos.

Parece que no sabe qué son los tapetes. "Si te hace feliz, hazlo. Tengo una
cuenta en la mayoría de las tiendas de la ciudad. Solo escribe mi nombre y
estará listo".
Abre una puerta que muestra una habitación con un sofá cama en la
esquina y una cómoda repleta de premios para varios concursos. "Esta es
la habitación donde te alojarás".
Entro en el polvoriento espacio. Está claro que no se ha usado en años y, si
tuviera que adivinar, parece que un adolescente solía vivir aquí.
Me acerco al tocador inspeccionando los distintos premios de los concursos
de baile. Debe haber sido el espacio de su madre cuando era solo una
niña. "No accedí a quedarme aquí".
Puede que quiera quedarme, pero estar sola con Drew no es inteligente. Es
el tipo de hombre por el que una mujer como yo podría perder su corazón.
La voz de Drew es cercana y siento su cuerpo calentarse detrás de
mí. "¿Tienes miedo, pequeña guerrera?"

JORDYN
¿Tienes miedo, pequeña guerrera?
Cierro los ojos, me gusta la forma en que mis pezones se tensan ante el
profundo estruendo de su voz. No estoy segura de por qué me llama pequeña
guerrera, pero eso también me gusta.
Quiero ser su guerrera. Tan pronto como sale el pensamiento, aprieto los
labios para evitar que se me escape un gemido. Todos estos sentimientos
son nuevos para mí. Tuve dos enamoramientos en la escuela
secundaria. Pero esto es diferente. Como si todas las células de mi cuerpo
fueran conscientes de la presencia de Drew. Él es el sol, me calienta por
todas partes y quiero disfrutar de él para siempre.
"No", finalmente le respondo mientras mi corazón late salvajemente. Es
mentira y espero que no lo descubra. No le tengo miedo. Tengo miedo de la
intensidad de lo que siento por Drew, de lo fuerte que es la atracción
magnética hacia él. No es normal encontrar a alguien y saber
instantáneamente que está destinado a ser parte de ti.
"Tu mientes." Su aliento caliente me revuelve el pelo de la nuca.
Si tuviera que dar un pequeño paso hacia atrás, nuestros cuerpos se
unirían. Podría sentir todos esos músculos duros que se ganó trabajando en
su rancho.
Pone su nariz contra el pulso que palpita en mi garganta e inhala
lentamente, como si estuviera saboreando mi aroma. "Está bien. Puedo ser
paciente contigo".
Aguanto la respiración y espero a que me toque o me bese la piel, pero nunca
lo hace. En cambio, se aleja de mí. "Dejaré que te instales por ahora."
Cuando sale de la habitación, dejo escapar un suspiro. No tengo idea de
cómo voy a sobrevivir bajo el mismo techo que este hombre. Hace que mi
corazón palpite y mi cuerpo duela por cosas sobre las que solo he leído.
*****
Después de una semana sin volver a ver a Drew, decido que debo haber visto
lo que quería con él. No es que me impida tener sueños sexys sobre el

vaquero. Sueños donde él está en mi habitación, su cuerpo increíblemente
grande estirado sobre mí en ese pequeño diván.
"¿Qué opinas?" Le pregunto al abuelo de Drew cuando coloco las latas de
pintura para la sala de estar y la cocina en el porche. Pasé la semana pasada
ordenando las dos habitaciones y hoy ordené muebles nuevos que llegarán
en unos días.
Mientras tanto, la pintura hará que la casa se sienta fresca
nuevamente. Para la sala de estar, elegí un color crema suave y la cocina
será de un amarillo alegre.
Confío en Ezra para que me lleve a la ciudad cuando obtengo suministros.
Siempre tengo cuidado de no quedarme mucho tiempo. Mi tío me encontró
en Jasper, por lo que aún puede estar buscándome en los alrededores.
Brutus olfatea las latas, menea la cola cortada. Le arrojo una golosina,
sonriendo por la forma en que se la traga. Siempre que trabajo en la casa,
me sigue de habitación en habitación como un guardaespaldas peludo.
Ezra mira las latas de pintura y dice con demasiada naturalidad: "Sabes,
por la forma en que estabas comprando cosas para la casa hoy, es probable
que la gente en la ciudad piense que te casarás".
Me río entre dientes, divertida por su mal disfrazado intento de
emparejamiento. "No me preocupo demasiado por lo que piense la gente,
Ezra".
"Solo digo que al chico le vendría bien una esposa dulce como tú".
Me ajusto la cola de caballo y abro la boca para decirle que Drew no está
interesado en mí. Quiero decir, pensé que sí. Pero ha pasado la última
semana esquivándome. Claramente, leí mal las señales. No sería la primera
vez que pienso que le agrado a un hombre cuando no es así.
"Deja de molestar a la mujer mientras ella está tratando de trabajar", dice
Drew, su voz es un suave estruendo.
Ni siquiera lo escuché venir detrás de nosotros. Debió haberme visto dejar
el Cadillac debajo de la cochera cuando llegamos a la casa. Ezra siempre me
deja conducir de ida y vuelta a la ciudad. Me dice que hace un tiempo que
necesita un buen compañero de viaje.
Ezra finge un bostezo. "Bueno, parece que es hora de que un anciano
duerma la siesta en su hamaca".

Muerdo mi labio inferior, luchando contra el impulso de sonreír. Sospecho
que Ezra goza de mejor salud y tiene más energía que la mayoría de los
veinteañeros peones de rancho que trabajan aquí. Pero es obvio que quiere
dejarnos en paz.
Drew toma dos latas de pintura base, sus bíceps abultados debajo de las
mangas de su camiseta. "¿Dónde quieres estos?"
"La sala de estar", respondo, agarrando dos galones más. Luego, como estoy
nerviosa, empiezo a balbucear. "Fue difícil decidir entre beige, crema o
marfil. Pero si no te gusta el color, puedo empezar de nuevo".
Dejó las latas sobre una cubierta de pintura que ya extendí por los hermosos
pisos de madera de roble cerezo. Me tomó tres días, pero han sido
restaurados a su brillo original. Un proyecto con el que Ezra me ayudó
felizmente.
Él frunce el ceño. "Acabas de enumerar los mismos tres colores".
Dejo escapar un suspiro. Pasé veinte minutos en la ferretería, tratando de
explicarle a su abuelo las sutiles diferencias entre las tres
opciones. "Definitivamente eres el engendro de Ezra".
"Espero que la vieja focha no haya sido un problema". Levanta la tapa de la
primera lata de pintura base y la agita con una barra de pintura.
"Me gusta", rápidamente tranquilizo a Drew, en serio. Su abuelo puede ser
un puñado a veces, pero no se comporta como ningún hombre de setenta y
cinco años que haya conocido. "Está lleno de vida y energía".
"Está lleno de algo, está bien", murmura Drew. He aprendido que les gusta
hacer bromas el uno al otro. Creo que podría ser la forma en que se
muestran afecto.
Coge una brocha y, por primera vez desde que lo veo hoy, noto los círculos
oscuros debajo de sus ojos. Nunca me di cuenta de cuánto trabajo es
administrar un rancho hasta que llegué aquí. No hay fines de semana ni
festivos. Ni siquiera los días de enfermedad. El lugar tiene que funcionar las
veinticuatro siete y siempre hay algo que hay que hacer o arreglar.
"Llegas temprano", comento y luego inmediatamente siento un sonrojo
subiendo por mis mejillas. Parece que lo estoy vigilando. Así que tal vez me
quedé despierta escuchando el sonido de él entrando a la casa la mayoría
de las noches. No es que lo haya hecho. Debe estar durmiendo afuera o algo
así.

Gruñe mientras comienza a aplicar la base al borde de las paredes. "Algunos
de los caballos están enfermos y tuvieron que ser aislados. Pensé que mi
yegua favorita no iba a sobrevivir la semana, pero después de anoche,
sospecho que lo logrará".
Pienso en el afecto en sus ojos cuando mira a Brutus y en la forma en que
les habla a las gallinas cuando las alimenta. Los animales del rancho no son
solo un negocio para él. Es obvio que los ama.
"¿Así que te veré más ahora?" Pregunto y de inmediato me siento
estúpida. Me agacho y tomo mi propia brocha, para que no pueda ver mi
expresión. La idea de estar cerca de Drew más a menudo envía una oleada
de emoción a través de mi estómago.
Hace una pausa en sus brochazos y me mira. "Cariño, planeo que veas todo
de mí cuando estés lista".
Me gusta esa idea, pero eso realmente no importa. Porque solo estoy de paso
por Whiskey Run. Este pequeño y dulce pueblo será un lindo recuerdo en
una semana. Algo que guardaré en mi corazón y mantendré cerca en las
noches solitarias cuando esté en la carretera.
Quizás si las cosas fueran diferentes. Si mi tío no me persiguiera. Si pudiera
decirle a Drew la verdad sobre por qué estoy huyendo. Pero podría mirarme
de otra manera. Puede que no me quiera en absoluto.
Él se ríe. "No tienes que verte tan aterrorizada".
Quiero decirle que no lo estoy. Que, en todo caso, me excita la idea de que
estemos juntos. Pero es mejor que piense que mi vacilación se debe al miedo
o la falta de experiencia.
Para distraerlo, le pregunto por su tiempo en el servicio. Encontré la medalla
del Corazón Púrpura escondida en el viejo tocador de su abuela, pero no
menciono eso. Drew no parece del tipo que quiere presumir de sí mismo.
Habla un poco sobre su carrera en el ejército. Menciona cuánto lo amaba y
los amigos que hizo.
"¿Has estado fuera por un tiempo?" Pregunto. A veces todavía habla de ello
como si estuviera en servicio activo. Pero Ezra me dijo que fue dado de alta
honorablemente.
"Unos meses", responde casualmente.
"¿Qué hiciste?" Me detengo y digo en voz baja: "No es que tengas que
decírmelo".

"Fui Force Recon y califiqué como tirador experto todos los años".
Nunca escuché el término Force Recon. "¿Qué significa eso?"
Ezra compartió una historia sobre Drew salvando un orfanato que estaba
sitiado por las fuerzas rebeldes. Al principio, pensé que solo estaba
contando un cuento, luego vi ese Corazón Púrpura.
"Significa que soy bueno con un rifle e hice muchas misiones de operaciones
encubiertas. Cosas de las que no puedo hablar por razones de
seguridad". Pero su voz es tensa y entiendo que hay cosas que no está
diciendo. No presiono para obtener detalles. No me corresponde a mí
conocer sus secretos, especialmente cuando llevo los míos.
En silencio, terminamos de cubrir el salón y la cocina con pintura
base. Justo cuando terminamos con la cocina, las paredes de la sala de
estar se secan y están listas para pintar.
"¿Tú qué tal?" Pregunta justo cuando decidimos empezar a pintar la sala de
estar. Agarra dos rodillos y me lanza uno. "¿Cómo era tu vida antes de
aterrizar en Whiskey Run?"
"Soy una nómada", respondo.
"¿Solo te mueves de un lugar a otro?"
"Es algo liberador", digo, sumergiendo mi rodillo en la pintura. Lo enrollo en
la bandeja para quitar el exceso. No quiero admitirle que anhelo la
estabilidad, la seguridad. Por un hogar. Si me digo a mí misma que no
quiero esas cosas, no dolerá tanto que no las tenga.
Me enderezo y me muevo hacia la pared para aplicar la pintura, pero Drew
bloquea mi camino. Deja caer su rodillo vacío y cruza los brazos sobre su
ancho pecho. "¿Estás lista para decirme de qué estás huyendo?"

JORDYN
¿ Estás lista para decirme de qué estás huyendo?
Lamo mis labios repentinamente secos. Si pensara que hablar de ello haría
algún bien, podría considerarlo. Pero arrastrar a Drew a mi pasado no es
una buena idea. No es un hombre que pueda permanecer sentado de brazos
cruzados, al margen. No, irá arremetiendo e intentará arreglar esto.
Antes de que pueda responder, la puerta mosquitera se abre y Ezra llega
con comida de Red's Diner. Estos dos son definitivamente solteros. No creo
que los haya visto cocinar una sola comida.
Me sonríe. "Tengo una rebanada de pastel de manzana, canela y fuego para
ti".
Cada vez que hemos estado en la ciudad, me he perdido el último
trozo. Violet tendrá uno recién hecho en el horno, pero el momento nunca
es el adecuado. "¿Es tan legendario como dices?"
"Es mejor que eso", me tranquiliza Drew rápidamente.
Comemos en el porche delantero mientras cae el atardecer, iluminando el
cielo con resplandecientes tonalidades de oro y rosa. No hay nada como una
puesta de sol de finales de verano en el sur. Como si la propia madre
naturaleza se resistiera a despedirse de los días más largos.
Abro el pastel, demasiado emocionada para esperar. El primer bocado tiene
un gemido saliendo de mi boca. Los sabores se combinan perfectamente y
el pastel está lo suficientemente húmedo.
Drew me está mirando. La mirada acalorada en su contemplación me hace
preguntarme en qué está pensando. Pero, de nuevo, con su abuelo sentado
a menos de un pie de distancia, tal vez sea algo bueno que no lo sepa.
Dejo mi atención de nuevo al pastel. "Podría comer esto para siempre".
Ezra se ríe y comienza a contarle a Drew sobre nuestro día juntos en la
ciudad. Habla como si fuera lo más divertido que ha tenido en años. Es otra
razón por la que desearía poder quedarme aquí en Whiskey Run. Es como
el abuelo que nunca tuve.
Mientras se pone el sol y terminamos nuestra comida, quiero un momento
para preguntarle a Drew sobre el festival de verano en la ciudad mañana. Me
pregunto si él y Ezra irán. Bueno, eso no es cierto.

Me pregunto si Drew irá. Si lleva a una mujer con él. Ha estado coqueteando
conmigo, pero hay algunos tipos que son así. Prefiero saber de antemano si
puedo esperar verlo con otra mujer. La idea me revuelve el estómago a pesar
de toda la maravillosa cocina de Violet.
*****
DREW
El abuelo parece que no puede captar una indirecta esta noche. Una vez que
regresó con la cena, no nos ha dejado solos a los dos. Incluso nos sigue a la
casa para ayudar con la pintura.
Enciende su radio y encuentra la estación de música antigua que reproduce
éxitos del country de Patsy Cline y Johnny Cash.
Cuando terminamos con la pintura, le digo a Jordyn que tenemos el resto y
que se vaya a refrescar. Tan pronto como digo las palabras, desearía no
haberlo hecho. Porque ahora todo lo que puedo pensar es en ella desnuda
bajo mi ducha. Estar tan cerca de ella hoy me ha dejado muy cachondo.
Veo a Brutus seguirla, de la misma manera que desearía poder hacerlo. Me
alegro de que él esté alrededor de ella todo el tiempo. Me da paz cuando
trabajo muchas horas en el otro extremo del rancho y sé que ella está sola
dentro de la casa.
En el momento en que se va, hay un golpe seco en la parte posterior de mi
cabeza. Me vuelvo para mirar a Ezra. "¿Por qué fue eso?"
De acuerdo, hice algo de mierda cuando era un adolescente bobo que se
había ganado ese tipo de golpes en la cabeza. Pero han pasado años desde
mis días de infierno.
"Eres un tonto hijo de pistola", reprende Ezra. "¿Por qué no la cortejas?"
"Lo estoy intentando", murmuro. Jordyn está nerviosa y creo que un
movimiento en falso la hará desaparecer de mi vida sin decir una palabra.
La idea es demasiado horrible para contemplarla. Quiero volver a casa con
ella todos los días, ver cómo se iluminan sus bonitos ojos mientras come el
pastel de Violet y me dice la diferencia exacta entre crema y beige.
Quiero que ella confíe en mí. Para hablarme de lo que está huyendo. Como
están las cosas, tengo a mis ayudantes del rancho en alerta máxima.
Regularmente hacen pases por la propiedad con instrucciones estrictas para

notificarme si ven algo inusual, sin importar cuán aparentemente pequeño
sea.
No puedo soportar la idea de que mi pequeña guerrera pueda estar en
peligro. Mi trabajo es protegerla ahora y no dejaré que le ocurra ningún
daño.
Frunce el ceño mientras enjuago nuestros suministros de pintura. Las
ventanas están abiertas para ventilar el lugar y las cigarras zumban. "Todo
lo que sé es que si hubiera estado medio tonto intentándolo así con tu
abuela, no estarías aquí hoy".
Miro al anciano. "No quiero saber cómo llegué aquí".
La más leve sonrisa juega en su rostro. Han pasado años desde que lo vi
feliz, pero últimamente con Jordyn cerca, parece tener una nueva
oportunidad de vida. "Lo que estoy diciendo es que la miraste en ese callejón
como yo miré a mi Carol".
Acomodo los suministros para que se sequen. "¿Estabas en el callejón?"
Levanta la barbilla como si se sintiera ofendido porque incluso le hice la
pregunta. "Dije que no era problema tuyo. No dije que no te respaldaría".
Niego con la cabeza mientras sonrío. "Eres un viejo loco."
Me da una palmadita en el hombro mientras se dirige al frigorífico. Destapa
una cerveza y se dirige al porche delantero. "Piensa en lo que dije".
*****
A la noche siguiente estoy en el establo, revisando a los caballos
enfermos. Todos continúan mostrando signos de mejora y eso me hace
respirar un poco mejor.
El sonido de pasos me llama la atención. No es inusual que los peones del
rancho entren cuando estoy trabajando y me brinden actualizaciones de
estado sobre lo que está sucediendo en el rancho. Pero estos no son los
pasos pesados y ruidosos de los hombres con botas.
No, este es un delicado sonido de golpeteo contra el suelo. Mirando hacia
arriba, veo que Jordyn se acerca.
Fóllame, lleva un vestido. Un pequeño modelo blanco con flores rojas por
todas partes. La falda llega justo a sus rodillas y se agita con cada paso. Los

tacones blancos que completan el look instantáneamente me hacen
imaginar cómo sería follármela mientras los usa.
¿Va a tener una cita? Al diablo la dejaré ir a una cita con otro hombre. No
me importa si eso me convierte en un idiota. Ella es mía y eso es todo.
"¿A dónde diablos vas?" Exijo tan pronto como entra al granero.
La pequeña sonrisa en su rostro flaquea e instantáneamente me siento como
la polla imbécil más grande del mundo. No quiero ser nunca la razón por la
que su sonrisa desaparece. "El festival de verano. Es esta noche".
Joder, he estado tan ocupado con los caballos y patrullando el rancho en
busca de intrusos que me olvidé por completo de eso. No he ido a ese festival
en años. Con el ruido de los fuegos artificiales y la buena gente de Whiskey
Run acorralándome, es difícil para mí manejar cosas así desde mi segunda
gira.
Pero iré por ella. Haré cualquier cosa para ver la luz en los ojos de Jordyn,
la forma en que prácticamente estaba saltando aquí con sus tacones de
“fóllame” y el inocente vestido blanco. La misión de mi vida ahora es hacer
feliz a mi mujer y si ir a un evento en la ciudad lo logra, entonces soportaré
los próximos días de flashbacks y pesadillas.
"¿Tienes una cita caliente, pequeña guerrera?" Doy un paso hacia ella.
Da un paso atrás, chocando contra un poste de madera. La punta de su
lengua se lanza hacia afuera para mojar su labio inferior regordete. Sus
pupilas se dilatan y su respiración se acelera. Maldita sea, se está excitando
así.
"No", susurra.
Me inclino más cerca de ella, inhalando su dulce aroma a miel y
vainilla. Envuelvo una mano alrededor de su cola de caballo e inclino su
cabeza hacia atrás. "Tienes una ahora", gruñí.
Entonces mis labios están contra los de ella porque a la mierda ir lento. Si
se pone nerviosa y huye de mí, iré tras ella. Siempre iré tras ella porque está
destinada a ser mía. Siento eso en lo profundo de mi alma.
Toco su labio inferior con mi lengua, y ella abre la boca hacia mí con un
gemido. Acaricio su lengua y ella envuelve sus brazos alrededor de mi cuello,
tratando de acercarme más.

Ahí es cuando recuerdo dónde estamos y su bonito vestido. El vestido que
me da ganas de subirle la falda y follarla aquí mismo. Pero no quiero que
ese sea su recuerdo de nuestra primera vez juntos.
No, quiero que su recuerdo del primero sea una noche larga y sudorosa que
pasamos juntos haciendo el amor. Para follarnos en un granero sucio habrá
que esperar otra noche. Una noche en la que esté segura de nuestra relación
y llevé mi anillo.
Rompo el beso y me alejo de ella. "Dame diez minutos y estaré listo para
irnos".
*****
JORDYN
Espero en el porche a Drew en una de las mecedoras que llegaron esta
mañana. No he estado tan nerviosa desde que dejé la casa de mi tío. Excepto
que este nervio es diferente. Está lleno de emoción.
Mientras espero, busco el teléfono móvil barato que compré hoy en la
ciudad. Marco el número de Amos. Era dueño del único pub en Mount Bliss
y me contrató como mesera a pesar de que no tenía experiencia laboral
previa ni referencias que darle. Incluso me pagó en efectivo cuando le dije
que no tenía cuenta bancaria.
"Soy yo", digo en voz baja.
Mi tiempo en Mount Bliss fue breve pero me trató como a una hermana
pequeña. Nunca tuve a alguien que me cuidara sin querer algo a cambio.
Amos era diferente. Él ocupa un lugar especial en mi corazón por
eso. "Quería que supieras que he vuelto a aterrizar de pie y que estoy a
salvo".
"¿Estás segura? ¿Dónde te estás quedando? Te enviaré un poco de dinero
en efectivo". Cuando me presenté después de escapar de la casa de mi tío,
Amos me dio la paga de la última semana sin hacer preguntas. También me
dio dinero en efectivo más que suficiente para un par de boletos de autobús.
Me río. Drew está pagando mucho para actualizar su casa, probablemente
más de lo que vale el trabajo. Me ofrecería a devolverle el dinero a Amos
ahora, pero él lo vería como una bofetada en la cara. Así es la gente en
Mount Bliss. Todo el mundo es un vecino y los vecinos se cuidan unos a
otros allí. "Estoy bien. Estoy con un amigo."

Gruñe. "¿Qué tipo de amigo?"
Mis mejillas se calientan. Debería haber sabido que, por muy protector que
sea Amos, no dejaría pasar esto. "Un amigo."
"¿Tengo que ir a dónde estás y patearle el trasero? Le patearé el trasero si te
hace llorar. Dile eso. Mejor aún, lo pones al teléfono".
Me río ante la idea de que los dos estén en una conversación. Algo me dice
que se convertiría en una gran pelea entre los dos fuertes hombres
alfa. "Tengo que irme. Gracias por cuidarme siempre".
Él suspira. "Sólo sé cuidadosa. Llámame si necesitas algo. Iré a recogerte
incluso si tengo que cruzar océanos".
Es otro indicio de que quiere saber dónde estoy. "Te llamaré cuando pueda",
prometo mientras cuelgo.
"Un amigo, ¿eh?" Drew está apoyado contra el marco de la puerta, delineado
por la luz que proviene de la casa. Está frunciendo el ceño, pero de alguna
manera, incluso se las arregla para hacer que se vea sexy.
Este debe ser un día de calma al alfa gruñón. "Sí, un amigo que también
resulta ser un hombre. Un amigo, hombre".
Me estudia durante un largo momento, con los brazos cruzados sobre el
pecho. El simple gesto le aprieta las mangas a lo largo de sus bíceps. "No
me mientas. ¿Estás huyendo de un marido celoso?"

JORDYN
No puedo creer que Drew me acaba de preguntar si estaba huyendo de un
marido celoso. No sé qué dije que podría hacerle pensar que podría estar
casada. "¿Qué?"
Se aparta de la puerta y cae de rodillas frente a mi mecedora. Pone sus
manos en mis rodillas. Su mirada azul tormentosa es intensa, un huracán
esperando para tocar tierra. "Me escuchaste. ¿Estás casada?"
No quiero arrastrar a Drew a mi lío. Pero algo en este momento se siente
importante. Sé que si vamos a estar juntos, por breve que sea, tengo que
decirle algo. Entonces, niego con la cabeza para responder a su pregunta
sobre estar casada y confieso: "Es mi tío de quien estoy huyendo".
Toma una mano y levanta mi barbilla, buscando mi rostro. "Él te
lastimó". No es una pregunta. Es una declaración, como si Drew hubiera
visto de alguna manera debajo de mi superficie esta noche.
"Algunas veces. No es gran cosa." Crecer pudo haber sido difícil, pero no
tiene sentido quejarse de ello. Lo hecho, hecho está.
"¿Es por eso por lo que lo dejaste?" Un músculo trabaja en su mandíbula.
"Parte de eso", alcanzo su mano que todavía está apoyada en mi rodilla y le
doy un suave apretón. "No quiero pensar en él ahora mismo. Divirtámonos
esta noche".
No pide más detalles. Aprieta sus labios carnosos en una línea delgada y se
pone de pie. Me tiende la mano.
La tomo y sin esfuerzo me ayuda a ponerme de pie. Me encanta la fuerza en
sus brazos, la forma en que se comporta con tanta confianza y seguridad. Es
un hombre que se siente completamente cómodo en su piel. Me imagino que
lo haría genial en la cama.
Dejó escapar un suspiro lento que no me di cuenta de que estaba
conteniendo con el pensamiento. Esta conversación se sintió como si
hubiera saltado un gran obstáculo. Al menos ahora lo entenderá cuando
llegue el momento de dejar Whiskey Run. Pero no quiero pensar en eso. En
cambio, quiero estar completamente presente en el momento con mi vaquero
salvador.

Brutus salta a la parte trasera del camión y deja escapar un ladrido. Creo
que está tan emocionado con esta cita como yo.
Cuando entré al granero esta noche para hacerle saber a Drew que iba a ir
a la ciudad para el festival de verano con el auto de Ezra, no esperaba que
él mismo se invitara. O que declarará la noche como una cita entre nosotros.
"Brutus no quiere perderte de vista". Drew se ríe mientras abre el lado del
conductor de su camioneta y me hace un gesto para que entre.
Le sonrío. "¿Me vas a dejar conducir?"
Me pasa las llaves. "Parece que la velocidad es lo tuyo".
No se queja cuando corro por caminos de tierra. Esto es lo que me encanta
del país. La mayoría de estas carreteras no tienen límites de velocidad y hay
muy poco tráfico. Por un momento, imagino que Drew y yo huimos
juntos. Tan pronto como el pensamiento me viene a la cabeza, decido que
no me gusta. Ya no quiero huir. No, quiero quedarme con mi ranchero.
Estaciono el camión en una pequeña calle lateral que ha sido designada
para el tráfico del festival. Varios ciudadanos saludan en dirección al camión
cuando lo reconocen, incluido Ledger. Se rumorea que su padre es el dueño
del Rancho Starborn. No confiará en que su propio hijo se haga cargo del
lugar, por lo que lo envió aquí a Whiskey Run.
Drew se acerca para abrir mi puerta e inmediatamente me tira a su
lado. Envuelve su brazo alrededor de mis hombros. Su aliento está caliente
en mi oído cuando habla, "Me encanta verte manejar un gran motor".
"Soy buena con las cosas grandes". Nunca había coqueteado mucho antes,
pero me gusta burlarme de Drew. Me gusta la forma en que sus ojos se
oscurecen de deseo y sus fosas nasales se dilatan.
Un pequeño gruñido sale de su garganta. "No te burles de mí, pequeña
guerrera o podrías encontrarte arrastrada a un rincón oscuro con mi cabeza
debajo de tu vestido".
Mi boca se seca y mis pezones se endurecen hasta convertirse en puntos
debajo de mi vestido. Me alegro de que sea de noche y la luz se esté
desvaneciendo para que nadie pueda ver lo que este hombre con sus sucias
palabras le hace a mi cuerpo. Me las arreglo para preguntar: "¿Es eso una
amenaza o una promesa?"
Él se ríe. "¿Cuál quieres que sea?"

No sé cómo responder a eso. Al menos, no sin terminar exactamente en la
posición que Drew acaba de describir. Dudo que eso cause una buena
impresión a los residentes de la ciudad.
En cambio, señalo el estallido del globo. Es obvio a partir de una mirada al
tablero y la forma en que está configurado el juego que los globos están
insuficientemente llenos. Sería difícil para un novato ganar un
premio. "¿Quieres jugar?"
Brutus olfatea la mesa y parece que quiere agacharse debajo de ella, pero lo
detengo con una sola palabra, "Siéntate".
Inmediatamente obedece, haciendo una pausa para lamerse los labios. Sin
duda espera una de las golosinas que normalmente llevo.
Drew le pasa al asistente del juego un puñado de boletos y acepta los
dardos. Me los entrega, dejando que sus dedos acaricien los míos. "¿Quieres
algunos consejos?"
Lo miro a través de las pestañas bajas. "¿Sabes jugar?"
Da un paso detrás de mí y toma mi mano entre las suyas. Me muestra cómo
sostener el dardo. "Todo está en la acción de la muñeca".
"Eso es lo que dicen", me burlo, manteniendo la voz baja. Puede que me falte
experiencia, pero sé lo que quiero y ese es Drew.
Deja escapar una serie de blasfemias que tienen al asistente del juego
mirándonos. Finalmente baja la voz, "Lo estás rogando, ¿no es así, pequeña
guerrera?"
Gimo y cambio mi peso, tratando de juntar mis muslos. Me duele ahí abajo,
y algo me dice que mi mano no lo detendrá. No esta noche. Necesito a
Drew. Necesito a Drew con la cabeza debajo de mi falda. Drew con su gran
cuerpo sobre el mío. Drew penetrándome hasta que me olvido de todo lo que
me atormenta.
"Mantén el brazo relajado y suéltalo". Su voz de miel y whisky me invade. Me
pregunto cómo suena su voz de dormitorio. ¿Es sensual como lo es ahora?
¿O es profunda y gruñida como antes?
El dardo golpea perfectamente el globo con relleno insuficiente y me
sonríe. "¿Ves? Lo hiciste bien. Ahora prueba uno por tu cuenta".
Sostengo su mirada, sin molestarme en mirar el tablero y aterrizar los cinco
restantes con precisión experta.

Mi tío nunca conoció un juego en el que no apostara. Desde que era
pequeña, me enseñó a jugar y hacer trampa en casi cualquier cosa. Pero
esta vez no estaba haciendo trampa. Eso fue todo habilidad.
Drew silba. "Mierda, deberías ser tú quien me dé consejos".
El asistente del juego alcanza el gran oso de peluche rosa del estante
superior, pero yo niego con la cabeza y señalo un premio diferente. Es menos
costoso, pero es exactamente lo que quiero esta noche.
"Estás malcriando a mi perro", comenta Drew mientras caminamos hacia el
puesto de perritos calientes.
Miro detrás de mí a Brutus, que lleva felizmente el gran hueso de cuero
crudo que acabo de ganar. Prácticamente está rebotando con cada
paso. "Merece ser mimado".
Agarramos dos perros calientes y logramos encontrar una mesa de picnic
vacía. Garrett Hayes y Kaylee Mitchell están sentados en la mesa de al
lado. Trabaja en Jasper, pero siempre visita el rancho de su padre en
Whiskey Run. Los dos han crecido juntos y la mayoría de la ciudad sospecha
que ya están medio enamorados el uno del otro.
Los fuegos artificiales comienzan en la distancia, y no extraño la forma en
que los hombros de Drew se encorvan con cada explosión.
Me apresuro a terminar mi comida y finjo un bostezo. "Estoy un poco
cansada. ¿Quieres salir de aquí?"
El alivio cruza sus rasgos, pero todavía pregunta: "¿Estás segura? No parece
que hayas hecho demasiado aquí".
"Tenía la mejor compañía", le digo antes de inclinarme para acariciar la
cabeza de Brutus. Está debajo de la mesa, masticando alegremente el cuero
sin curtir. Miro a Drew. "Tú tampoco estas mal".
Sus labios se contraen. "Me hieres."
Otro boom de fuegos artificiales suena, y rápidamente recojo nuestra
basura. Siempre pensé que los soldados en el ejército eran valientes. Pero
nunca pensé en lo valientes que tienen que ser cuando regresan y
comienzan a vivir una vida normal nuevamente. Los acontecimientos
cotidianos deben parecer a veces aterradores y abrumadores.
Drew toma mi mano mientras caminamos juntos hacia la camioneta. Le digo
que es su turno de conducir y le pasó las llaves. Realmente, aunque solo

quiero que se mantenga ocupado, para que su mente no lo lleve de vuelta a
las cosas que preferiría olvidar.
Cuando llegamos al rancho, lo detengo en el porche delantero. Mis mejillas
arden a pesar de la forma en que nos hemos estado tomando el pelo durante
toda la noche. "¿Es esta la parte en la que me das un beso de buenas
noches?"
Me atrae hacia él y siento su excitación contra mi estómago. Crea una
oleada de calor húmedo en respuesta a mis bragas. Nunca he querido a un
hombre como quiero a este.
Agacha la cabeza y presiona sus labios contra los míos. Este beso es tan
feroz y posesivo como el del granero. Pero también es más lento. Se está
tomando su tiempo, saboreando la forma en que nuestros cuerpos están
conectados.
Cuando finalmente levanta la cabeza, mis labios se sienten hinchados y mis
pensamientos son confusos. Me da una sonrisa traviesa y me levanta en sus
brazos al estilo nupcial. "Ahora, esta es la parte en la que cumplo con mi
amenaza anterior".
Me río y deslizo un brazo alrededor de su cuello. Siempre pensé que mis
curvas eran hermosas, pero sé que no soy ligera. Aun así, me levanta
fácilmente sin ni siquiera sudar. "¿Y tú abuelo?"
Drew frunce el ceño. "No está invitado".
Me río en voz baja mientras cruza el umbral. "No tonto. ¿Está en casa?"
"Duerme como un muerto. Podrías gritar en el lugar y él no te oiría ", me
tranquiliza y luego dice con una voz profunda y ronca, "Y planeo hacerte
gritar esta noche".
Espero que nos lleve a mi habitación, pero en cambio, Drew me lleva a su
habitación. Apenas está decorada. Las paredes blancas están desnudas, sin
cuadros y las superficies de su mesa auxiliar y su tocador no tienen nada.
Este es claramente el lugar donde se estrella durante unas horas cuando el
rancho está funcionando lo suficientemente bien como para permitirle el
lujo de dormir. Hago una nota mental para decorarlo y hacerlo acogedor
para él.
Me coloca en su cama tamaño Alaska que ocupa toda una pared de su
habitación y luego da un paso atrás. "Tú perteneces aquí, pequeña
guerrera".

Las palabras me golpean en el estómago, más fuerte que si me hubiera
golpeado. Siempre he querido un lugar al que pertenecer. Pero no importa
cuánto anhelo que sea verdad, todavía tendré que irme cuando aparezca mi
tío.
Drew cae de rodillas frente a la cama. Me besa de nuevo antes de alcanzar
el dobladillo de mi vestido. "Vas a mostrarme tu bonito coño ahora y dejarme
lamer tus jugos".
Me apoyo en los codos, la anticipación y el nerviosismo se mezclan dentro
de mí. He estado nerviosa toda la noche mientras imaginaba este
momento. "¿Dolerá?"
Sé que se supone que tu primera vez dolerá en algún momento y todavía
quiero a Drew. Pero tampoco quiero asustarme frente a él.
Hace una pausa y me mira. "¿Eres virgen?"
Me las arreglo para asentir, preocupada que no le guste eso. "Aprendo
rápido", digo en voz baja. "Solo quizás puedas enseñarme. Si tienes
paciencia, puedo complacerte".
Drew pone una mano en mi cara, ahuecando mi mejilla. "No te preocupes
por mí. Relájate y disfruta esta noche".

DREW
Joder, debería haberme dado cuenta antes de que ella era virgen. Su
tranquila inocencia y la forma en que se sonroja cuando coqueteamos. Pensé
que ella era simplemente tímida. Pero ahora saber que soy el primer y único
hombre que la llevará a la cama hace que mi polla se ponga más
dura. Incluso si lleva toda la noche, haré que esto sea muy bueno para ella.
Sus palabras de antes se repiten en mi cabeza. Si tienes paciencia, puedo
complacerte.
Empujo la parte inferior de su vestido hacia arriba, dejando al descubierto
sus gruesos muslos cremosos y mostrándome ese triángulo de tela entre sus
piernas. Lleva ropa interior rosa suave que tiene una gran mancha húmeda
en la parte delantera.
Mi mujer está mojada por mí. El solo pensamiento me hace frotarme contra
el borde de la cama, tratando de quitar algo de presión a mi dolorida polla.
"Tan bonita", murmuro, alcanzando la cintura de sus bragas. Las bajo para
revelar rizos gruesos y llenos que ya están empapados con su dulce
excitación. Se me hace agua la boca verlo.
Ella me mira con una mirada de concentración en su rostro. Casi me río por
lo intensamente concentrada que está.
"Estás tan mojada, ya goteando crema para mí". Extiendo sus relucientes
pliegues y bajo la cabeza, inhalando profundamente. Su olor llena mis fosas
nasales y gimo antes de sacar mi lengua y probar.
Su sabor, miel y vainilla, explota en mi lengua y lucho por no correrme en
mis pantalones aquí mismo. Ella sabe a perfección.
"Ooh", respira, "eso se siente bien".
Sonrío contra su piel mientras hago otra pasada, lamiendo desde la
hendidura hasta el clítoris. Este podría convertirse en mi nuevo pasatiempo
favorito: adorar el cuerpo de mi mujer de rodillas. Mostrándole lo mucho
que la atesoro.
"Haz eso de nuevo", suplica mientras se relaja en las mantas y mira sin ver
el techo. Maldita sea, es hermosa cuando está abierta para mí. Como una
maldita comida y yo soy el mendigo que ha estado muerto de hambre
durante meses.

Me como su coño hasta que se retuerce contra las sábanas y murmura
incoherentemente. Ella tira de mi cabello, rogándome silenciosamente por
lo que quiere y necesita.
Deslizo mi pulgar por su clítoris, jugando con su nudo de placer mientras
continúo lamiendo su esencia. Su cuerpo se tensa y grita mi nombre, sus
jugos brotan en mi cara y en mi barba.
Lamiendo hasta dejarla limpia, la trabajo a través del orgasmo. Saber que
le traje ese placer a su cuerpo me hace sentir como el hombre más poderoso
del mundo.
Bajo la falda de su vestido, pero no me molesto en ponerle las bragas. Si me
salgo con la mía, nunca tendrá que volver a ponérselas. No puedo soportar
la idea de que algo se interponga entre mí y ese dulce gatito suyo.
Ella me da una sonrisa perezosa. "Eso fue increíble."
Beso mi camino hacia arriba por su cuerpo, desabrochando los botones en
la parte delantera de su vestido a medida que avanzo. Nunca pensé que
desnudar a otra persona pudiera ser sexy, pero con Jordyn todo es sexy.
Desde la forma en que sabe y huele hasta los sonidos que hace cuando se
acerca.
Cuando termino, despego el vestido. Dejo escapar un pequeño suspiro
cuando veo el sostén rosa a juego que usó esta noche. Rápidamente, abro el
broche del frente y le descubro las tetas.
Ella pone sus manos sobre ellas, cubriéndolas. "Son demasiado pequeñas."
"Nunca te escondas de mí". Cojo sus manos y las aparto de su cuerpo,
dejándome ver esas puntas rosadas arrugadas que son hermosas. "Tu
cuerpo es un templo y planeo pasar todas las noches adorándolo".
La tristeza atraviesa sus rasgos. No sé qué pasa y quiero preguntar. Pero
ella ha dudado en abrirse conmigo. Lo último que quiero hacer es empujarla
hacia su caparazón en este momento. Entonces, me inclino y coloco mis
labios sobre su pezón. Lo beso gentilmente, con reverencia.
"Tu cuerpo es un tesoro y estas tetas tuyas son joyas. Piedras preciosas de
valor incalculable" susurro antes de rodear con la lengua sus areolas.
Ella gime. "Eso es ... oh, vaya".
Juego con sus tetas durante varios minutos, alternando entre lamer y
chupar. Finalmente, raspo con mis dientes una punta endurecida justo
cuando mis dedos se deslizan por su montículo. Ya está mojada de nuevo.

Esparciendo su humedad alrededor, lo uso para empujar un dedo en su
entrada resbaladiza. Su cálido calor me da la bienvenida, y sus paredes
instantáneamente se aprietan alrededor de mi grueso dedo. Fóllame, ella
está apretada. Su cuerpo me va a hacer trabajar cada maldita pulgada. Me
encanta la idea. "¿Me sientes dentro de ti, mi perla?"
Ella gime. "Por favor, Drew".
Introduzco un segundo dedo en ella y lo muevo contra el punto mágico que
la tiene moviendo sus caderas y rompiéndose contra mí. Observo la felicidad
que se esparce por su rostro.
"Pasaré el resto de mi vida dándote placer", prometo, colocando un beso en
su sien. No puedo esperar a pasar el resto de mi vida con ella. Treinta y
cinco años valieron la pena si ella es mi recompensa.
Suspira, el suave sonido amortiguado por mi almohada. "Me gusta que me
adoren así".
"Quiero verte desnuda", le digo, ayudándola a sentarse.
Algo parpadea en su rostro. La tristeza está de vuelta en su
expresión. "Mantener la ropa puesta no importa tanto".
Cojo su pecho pequeño y respingón y lo masajeo. "Nada entre nosotros,
pequeña guerrera. Necesito saber que eres completamente mía".
Ella se arquea ante mi toque y alcanza su vestido abierto, quitándose la tela.
La vista que me saluda tiene un gruñido desgarrado de mi pecho. Hay
cicatrices a lo largo de su espalda de distintos tiempos. Algunas las
reconozco de un tipo con el que serví. Tenía un padre adoptivo que lo
quemaba y lo azotaba. Pero hay muchas más marcas que no reconozco.
"No es gran cosa", dice sin emoción en su voz. Mi pequeña guerrera todavía
está tratando de actuar con tanta fuerza.
Paso mis dedos por una de las cicatrices, deseando poder borrar esto por
ella. Si pudiera cambiar mi infancia con ella, lo haría con mucho gusto en
un abrir y cerrar de ojos. "Debería haber golpeado a ese hijo de puta hasta
dejarlo sin sentido".
Ella logra soltar una risita pero está mal. Temblorosa, como si estuviera a
un segundo de romper a llorar. "No es muy bonito, ¿verdad?"
Alcanzando sus hombros, la ayudo a quitarse el sostén antes de colocar
besos a lo largo de su espalda. Si alguna vez veo a su tío merodeando, sabrá
el verdadero significado del dolor. "Esta es la evidencia de una niña que era

valiente, fuerte y valerosa, que pasó por el infierno y salió por el otro lado a
prueba de fuego. Eso es malditamente hermoso".
Ella me mira por encima del hombro, sus ojos brillan. "¿Sí?"
"Eres una jodida guerrera", la tranquilizo con más besos a lo largo de su
espalda. "Tan malditamente perfecta".
Entonces se derrite en mí y la tomo en mis brazos, sosteniéndola en mi
regazo. Ojalá lo hubiera sabido antes. Podría haber localizado a su tío
bastardo y haberlo tenido ya dos metros bajo tierra.
No soy un hombre que se complace en matar. Pero reconozco que a veces
hay que quitar la escoria. Si el trabajo recae en mí, seguro que no me
inmutaré.
"Nunca dudes de tu belleza o de tu valor. Eres mi perla" le gruñí al oído,
esperando que mis palabras plantaran una semilla. Una semilla que echará
raíces y la ayudará a verse a sí misma como la increíble superviviente que
es.
Ella inclina su cabeza hacia atrás contra mi hombro y muele su trasero
hacia mí. "No quiero hablar más, vaquero".
Sé que mostrarse ante mí le costó mucho. Cuando eres víctima de violencia,
tu dignidad y humanidad te son despojadas y todo lo que te queda es tu
orgullo. Ella me entregó eso esta noche y quiero que sepa que entiendo y
aprecio su precioso regalo.
*****
JORDYN
Drew gime cuando lo aprieto. Mi garganta se siente en carne viva por las
lágrimas no derramadas y todo lo que quiero hacer es olvidar esta
conversación. Quiero olvidar las cosas de las que he estado huyendo y del
hombre que me aterrorizó.
En cambio, quiero estar debajo de este hombre. El vaquero de tormentosos
ojos azules y lengua mágica.
Giro la cabeza y lo beso, su barba me hace cosquillas. Lo acaricio con los
dedos, notando que todavía está húmedo por mis jugos. El pensamiento
hace que un rubor se apodere de mis mejillas. Tiro de su camiseta.

Me deja ayudarlo a salir de eso y es mi turno de pasar mis dedos por sus
cicatrices. Las largas líneas de cicatrices se envuelven alrededor de su
costado. Su carne está arrugada y picada, irregular y desigual. Se siente
como si estuviera tocando una naranja antes de que la pelen.
"Eres como yo." Odio la idea de que esté herido, pero por alguna razón, saber
que su cuerpo también tiene cicatrices me hace sentir un poco menos sola.
"Cicatrices de metralla". Cuando frunzo el ceño, continúa explicando: "Las
metralla son fragmentos de bombas o explosiones. A veces, es de metal. A
veces, otros materiales".
Lo miro a la cara, deseando tener palabras para consolarlo de la forma en
que lo hizo conmigo con tanta facilidad y naturalidad.
Toma mi mano y la presiona sobre las cicatrices que estaba trazando.
"¿Ves? Somos un conjunto a juego, pequeña guerrera".
Sonrío ante el apodo. "¿Eso te convierte en un gran guerrero?"
"Soy muy grande", bromea, moviendo las cejas.
Moviendo mis caderas, lo siento debajo de mí. Esta tan grande y duro que
tiene que ser francamente doloroso en este momento. "Entonces
muéstrame."
Me coloca en la cama a su lado y se inclina hacia atrás para desabrocharse
los pantalones. Los patea fácilmente y así, está completamente desnudo a
mi lado.
Nunca he tenido novio y aunque sé cómo se supone que debe verse ahí
abajo, no puedo apartar la mirada.
Una sonrisa levanta las comisuras de la boca de Drew. "Puedes tocarlo si
quieres".
Extiendo una mano temblorosa y la envuelvo alrededor de él. Su eje es
demasiado ancho para permitir que mis dedos se encuentren. Pero su piel
es cálida y aterciopelada. Deslizo mi mano hacia arriba y hacia abajo por su
grosor, notando la forma en que lo hace gemir.
Me mira con los ojos entrecerrados, respirando con dificultad y gimiendo
con cada uno de mis movimientos. Finalmente, pone su mano sobre la
mía. "Eso está fuera de este maldito mundo. Pero tienes que parar antes de
que me avergüence aquí".
Siento una oleada de orgullo por sus elogios. Quiero saber todo lo que le
gusta a Drew y todas las formas en que puedo complacerlo.

Antes de que pueda decir algo, me tira hacia abajo y rueda sobre mi
cuerpo. Su polla empuja mis pliegues y dejo escapar un suspiro de felicidad.
"¿Sientes eso?" Pregunta jadeando. "Me pones así de duro.
Solamente. Usted." Puntúa las dos últimas palabras rodando sus caderas.
"Necesito todo de ti" jadeo. No me importa si duele. No tenerlo dentro de mí
duele más en este momento. Lo necesito para calmar ese dolor, para que el
dolor desaparezca.
Toma mi cara. "Quiero ir desnudo".
"Nada entre nosotros", repito sus palabras de antes. Es exactamente lo que
quiero también. Después de la forma en que compartimos nuestras
cicatrices esta noche, esto es más que una conexión física. Nuestras almas
se entrelazan.
Él también debe sentirlo porque presiona un suave beso en mis labios antes
de deslizarse dentro de mi cuerpo. En el momento en que golpea la barrera,
se detiene y me quita mechones de cabello sudoroso de la cara. "¿Tú quieres
esto?"
Asiento y me preparo.
"Pon tus manos sobre mis hombros", susurra.
Hago lo que dijo y luego él empuja dentro de mí, rompiendo la barrera. El
dolor me hace gritar. Instintivamente, aprieto sus hombros y clavo mis uñas
en su tierna carne.
Se queda quieto cuando está completamente asentado dentro de mi
cuerpo. "Mejorará pronto".
A medida que el dolor desaparece lentamente, respiro profundamente. Me
gusta la forma en que puedo sentir todos los planos duros de su cuerpo con
él encima de mí. Por alguna razón, me hace sentir segura. Protegida.
"Se está aliviando", le aseguro mientras aflojo mi agarre sobre sus
hombros. Hay pequeños cortes a lo largo de su piel desde donde lo
agarré. No puedo evitar sentir que lo marqué, le dije al mundo que este
vaquero es todo mío.
Se registra una sensación de plenitud y muevo mis caderas tanto como
puedo debajo de él. "Creo que necesito que te muevas ahora".
Tira de mi cuerpo. "Guerrera mandona, ¿no es así?" Vuelve a entrar, yendo
lento. Todavía tiene esa mirada de preocupación en su rostro, como si
tuviera miedo de lastimarme.

Engancho una pierna alrededor de sus caderas, abriendo más mi cuerpo a
su invasión. "Fóllame como si lo hicieras en serio".
Él se ríe y acelera el paso. Al mismo tiempo, mete la mano entre nuestros
cuerpos y se burla de mi clítoris. "Vente por mí, mi perla. Déjame escucharte
gritar mi nombre una vez más".
El placer crece a un crescendo dentro de mi cuerpo hasta que se estrella
sobre mí en una abrumadora ola de felicidad. Grito su nombre mientras él
alcanza el clímax, llevando mi cuerpo a nuevas alturas.
Me sigue por el borde, su liberación dispara su caliente y pegajoso semen
profundamente en mi coño. Todo el tiempo está murmurando en voz
baja. Diciéndome lo guapa que soy y lo mucho que le pongo.
Finalmente, se derrumba en la cama a mi lado. Está jadeando y cubierto de
una capa de sudor que de alguna manera me excita más. Después de un
momento para recuperarse, se pone de pie. "Quédate aquí."
Regresa con una toallita tibia y me limpia. El simple acto hace que se me
llenen los ojos de lágrimas que tengo que parpadear. No pensé que alguna
vez encontraría a alguien que me quisiera cerca y ahora, encontré a Drew a
quien le gusta cuidarme.
Cuando regresa, me trago las lágrimas y digo: "Necesito decirte algo".

JORDYN
No creo que Drew me mire de manera diferente cuando le cuente sobre mi
pasado. Pero no es por eso por lo que le digo.
Me cubre con las mantas y se une a mí en la cama. Luego toma mi mano,
entrelazando nuestros dedos. Me encanta la forma en que alcanza mi
mano. Lo hizo en la feria y nuevamente en el camino a casa en su camioneta.
"Cuéntame todos tus secretos", me insta, presionando un beso en el
caparazón de mi oreja. "Escucharé hasta el último de ellos, sin importar lo
oscuro que sea".
Respiro profundo y tembloroso. Nunca le he contado a nadie esta historia.
Todos en la ciudad donde crecí lo sabían. Yo era la mala semilla por eso. "Mi
mamá trabajaba como cajera de banco. Cuando tenía unos seis años, ella y
uno de los hombres de seguridad decidieron robar el lugar. No sé la cantidad
exacta que robó, pero fue mucho dinero".
Lleva mi mano a sus labios y aprieta besos contra mis nudillos. "Lo siento."
"Esa no fue la peor parte. Ella se escapó y logró esconder el dinero. La policía
la atrapó más tarde, pero nunca le dijo a nadie adónde fue. Cuando la
enviaron a la cárcel, tuve que irme a vivir con mi tío, y ya sabes cómo
resultó". Ojalá pudiera volver atrás en el tiempo. Ojalá pudiera decirle a una
niña abusada que no fue su culpa.
"Mi mamá me escribió cartas desde la cárcel. Él nunca me las dio, y pensé
que ella simplemente se había olvidado de mí". Tengo que hacer una pausa
allí o empezaré a llorar. Ser herida por alguien que se supone que es tu
cuidador cuando eres un niño ya es bastante difícil. Pero sentir que todos
se olvidaron de ti y nadie ve tu dolor, es aún más difícil.
"Si pudiera retroceder en el tiempo y tomar a esa niña en mis brazos y
rescatarla, lo haría", dice Drew en voz baja. "Le diría lo increíble, especial y
valiente que es".
Sonrío a pesar de las lágrimas que intentan salir de mis ojos. "Ella no habría
estado dispuesta a creerte".
"Aún lo habría hablado con ella. Todos los días hasta que ella lo supiera en
el fondo de su alma", promete con fiereza.

Pongo mi cabeza en su hombro y me acurruco más cerca. Su gran cuerpo
es tan cálido y fuerte. "Hace unos meses, estaba revisando el correo y
descubrí una carta de ella. También hubo una carta la semana
siguiente. Estaba en prisión, muriendo de cáncer de páncreas. Ella seguía
diciendo en las cartas que lo hizo por mí".
Respiro fuerte porque esta vez no puedo contener las lágrimas. "Si robó un
banco por mí, ¿cómo es que tuve que pasar todos los días en el
infierno? ¿Por qué tuve que ser golpeada y encerrada en un armario oscuro
durante horas?"
Frota mi espalda desnuda en un círculo relajante. "Está bien. No guardes el
dolor dentro, pequeña guerrera".
Limpio las lágrimas, necesitando terminar la historia. No empecé a hablar
de esto para poder llorar en su hombro. Hay algo que necesita entender. "Mi
tío se volvió loco cuando supo que había recibido las cartas. Siempre pensó
que yo sabía dónde estaba el dinero. Por eso me pegaba".
"Hijo de puta", gruñe en voz baja.
"Me mantuvo prisionera en su casa cuando supo que había visto las
cartas. Estaba convencido de que contenían una pista de dónde estaba el
dinero. Cuando finalmente logré escapar, fui a Mount Bliss donde vive mi
amigo Amos. Me dio dinero para escapar".
"Y has estado huyendo desde entonces", concluye.
"No quería huir. No fue mi primera opción. Traté de ir a la policía. Pero no
estaban interesados a menos que pudiera decirles dónde estaba el
dinero". Dejo escapar un profundo suspiro.
Aprieta mi cadera. "¿Por qué me cuentas todo esto, mi perla?"
Lo miro, tratando de memorizar su rostro. No quiero olvidar nunca esta
noche, lo especial que se sintió estar con él. "Porque podría irme un día sin
previo aviso, y no quiero que pienses…" Parpadeo de nuevo. "No quiero que
pienses que esto no fue lo más asombroso que he experimentado".
"No te vayas. Quédate aquí. Deja que venga tu tío". Un músculo salta en su
mandíbula. "No tengo miedo de pelear con él".
"No puedo hacer eso, Drew. Podrías resultar herido. No dejaré que eso
suceda". Pudo haber derribado a mi tío y sus dos amigos en el callejón. Pero
fueron sorprendidos desprevenidos. Algo me dice que la próxima vez que
aparezcan, tal vez traigan armas.

"Has luchado sola durante años. Pero eso cambió cuando te encontré.
Porque seré el hombre que está frente a ti. Seré tu escudo y tu
espada". Presiona besos en mi sien. "Está bien dejar que otra persona pelee
tu batalla cuando estás demasiado cansado para continuar. No es un signo
de debilidad. Es un signo de fuerza".
Deseo más que nada poder quedarme aquí para siempre, que pudiéramos
construir una vida juntos en su granja. Pero sé que eso no es posible, así
que giro la cabeza y beso sus labios. "Hazme el amor, vaquero".
*****
Los próximos tres días son una ráfaga de actividad. Estoy trabajando aún
más duro para hacer que la casa de Drew sea acogedora. Tengo que irme
pronto y quiero que sea bonita para él antes que yo me vaya.
Por la noche, Drew y yo pasamos nuestro tiempo en su cama. Ama mi
cuerpo una y otra vez. Pero cuando me toca, hay desesperación. Como si
pudiera sentir que estoy a punto de irme.
Hay momentos en los que quiero convencerme de que todo está bien y estaré
a salvo. Después de todo, han pasado casi dos semanas desde que mi tío
intentó secuestrarme en Jasper. Tal vez se haya aburrido y esté buscando
en otros pueblos.
Aun así, cuando salgo del coche de Ezra, me detengo para echar un vistazo
al centro. Los dos peones del rancho que Drew puso a seguirme ya están
entrando en el siguiente espacio de estacionamiento.
Anoche le pregunté si me iban a retener aquí.
Parecía como si lo hubiera abofeteado y dijo en voz baja: "No eres una
prisionera en mi rancho. Pero mientras estés aquí, mis hombres te
protegerán con sus vidas. Si eliges irte, te seguiré hasta la boca del infierno".
Discutió con Ezra al respecto más tarde. No se dieron cuenta de que estaba
despierta. Ezra le dijo que quería que me quedara aquí.
"No puedo retenerla contra su voluntad", dijo Drew.
"Te quedaste con Brutus" insistió Ezra. "Eso resultó muy bien".
Drew suspiró y casi podía sentir la tensión que lo estaba haciendo encogerse
de hombros. Luego, en tono suave, dijo: "Brutus quiere estar aquí, abuelo".

Quería intervenir. Quería decirle a Drew que sí quiero quedarme. Pero no lo
hice. Me quedé fuera de la cocina, secándome las lágrimas y diciéndome que
siempre tendría los recuerdos de mi guapo vaquero. Eso tendrá que ser
suficiente.
La brisa agita la bandera estadounidense que cuelga frente a uno de los
negocios y me devuelve al momento presente. Cuando no veo a mi tío en la
calle, suspiro de alivio. Esto es solo un viaje rápido a la ferretería para
recoger algunos suministros.
Casi termino de redecorar la habitación de Drew. Pinté las paredes de un
gris suave y tapicé su cabecera en azul marino. Renové sus pisos y agregué
una alfombra ovalada hecha a mano que encontré en el ático que había
creado su abuela. Luego revisé y enmarqué varias fotografías de él con los
hombres de su unidad.
Lo único que falta es la obra de arte final. Después de esto, la casa estará
terminada y mi trabajo también. La idea de dejar a Drew me hace sentir
como si alguien me estuviera arrancando el corazón del pecho. El vaquero
que me rescató es el amor de mi vida y daría cualquier cosa por quedarme
con él.
Después de mi viaje a la ferretería, me detengo en el restaurante de Violet
para comprar un pastel completo. Acabo de pagarlo cuando me doy la vuelta
y veo un tatuaje de rosa familiar. Se me seca la boca cuando reconozco a
Grady, el amigo de mi tío, en el reservado de la esquina.
Me saluda con la mano.
Agacho la cabeza y salgo corriendo de la cafetería. Si tenía dudas sobre irme
esta tarde, el único momento las borró. Tengo que hacer esto. No dejaré que
la familia que he construido aquí salga lastimada por mi culpa.
Cuando regreso a la granja, los peones del rancho regresan a su trabajo en
el granero. No me siguen por la casa. Drew quería que lo hicieran, pero puse
mi pie en el suelo.
Ezra levanta la vista de donde está leyendo un thriller en el sofá. "¿Te
divertiste comprando, gato salvaje?"
Consigo una sonrisa para él. "¿Puedes ir a la ciudad y recoger los muebles
para el porche con mosquitero? Quiero sorprender a Drew con eso esta
noche".
Él frunce el ceño. "Estabas en la ciudad."

Trabajo para pensar rápidamente en mis pies. "Olvidé llevar la camioneta y
era demasiado grande para el Cadillac. No quería arañar al segundo amor
de tu vida". Le hago un guiño para hacerle saber que estoy bromeando.
Cierra su libro. "Está bien, pero me debes una cerveza en The Whiskey
Whistler".
Asiento con la cabeza y espero hasta que se haya ido para ir a la habitación
de Drew. Brutus me sigue mientras cuelgo el lienzo que compré por encargo
sobre la cama, la cama donde hemos hecho el amor tantas veces que he
perdido la cuenta.
La imagen que estoy usando es la silueta de un soldado saludando a la
bandera y debajo está la frase, Hogar de los valientes.
Cuando la imagen está arriba, agrego las fotos enmarcadas de sus
compañeros alrededor del lienzo. La pared se ve exactamente como la
imaginé y sonrío, esperando que complazca a Drew. Lástima que no estaré
aquí para ver su expresión.
"Es para mejor, ¿verdad, Brutus?" Miro al Doberman que he llegado a
considerar como otro miembro de la familia. Extrañaré su presencia
constante tanto como extrañaré a Ezra y Drew.
Él inclina la cabeza y me envía una mirada de desaprobación.
"No siempre podemos conseguir lo que queremos", le explico y acaricio su
cabeza. Le rasco detrás de las orejas, como a él le gusta. "Vamos a empacar,
¿eh?"
Me sigue a mi habitación, pero antes de que pueda abrir la puerta, Brutus
me empuja y gruñe.
Trago y doy un paso atrás. Nunca lo había visto comportarse de esta manera
y un escalofrío recorre mi cuerpo. De repente, me doy cuenta de que algo
anda muy mal.
"Vamos, Brutus" digo, tratando de mantener la voz calmada.
Ni siquiera me mira. Continúa rascando la puerta y gruñendo.
No hay forma en el infierno de que abra esa puerta. No después de ver a
Grady en el restaurante hoy.
Un paso más hacia atrás y choco con la puerta de la habitación de
Ezra. Mantengo mi espalda a la puerta mientras giro el pomo, mi atención
únicamente en Brutus. Ahí es cuando siento una mano sobre mi hombro.

JORDYN
"Llama al chucho", exige el tío Tucker, sus dedos se clavan en la carne de
mi hombro. Una mano está sobre mi boca. Sus dedos huelen a cobre por las
horas que pasó reemplazando las bobinas del aire acondicionado a lo largo
de los años.
En este momento, sé que debería hacer algo. Pero soy una niña asustada de
nuevo, aterrorizada por un hombre que parece mucho más grande que
yo. En lugar de decir o hacer algo, me congelo.
"Vamos, estúpida", dice, quitando su mano de mi boca.
Mi peor pesadilla se ha vuelto realidad y las lágrimas brotan de mis ojos. Yo
debería haber sabido. Debería haber huido antes. Ahora las personas que
más amo en el mundo están en peligro.
"B-Brutus", susurro su nombre con la garganta irritada.
El feroz perro guardián deja de gruñir y se gira hacia mí. Inmediatamente
muestra los dientes ante la nueva amenaza. Pero es inútil porque la puerta
de mi dormitorio se abre y aparece Grady. Golpea a Brutus en la cabeza con
su arma y el perro se desploma, inconsciente.
"No lo mates", le suplico. Haría cualquier cosa para proteger a este perro
que ha sido un amigo leal para mí durante las últimas dos semanas.
Mi tío me ignora y mueve bruscamente mis brazos detrás de mi espalda,
asegurándolos con lo que se siente como una corbata. No me defiendo como
lo hice en el bar. Allí no tenía nada que perder. Ahora lo tengo todo.
No quiero atraer la atención de Drew. No quiero que se apresure y se lastime
por mí. Es mejor irme tranquilamente con mi peor pesadilla que ver cómo le
disparan al hombre que amo o algo peor.
Grady toma una tira de cinta plateada y me tapa la boca con ella. "Fuiste
una luchadora la última vez. ¿Qué sucedió? ¿Tu novio finalmente te jodió y
te sacó la pelea?"
Mi estómago se aprieta ante sus palabras y la bilis sube por la parte de atrás
de mi garganta.
Tucker se ríe. "Tan pronto como obtenga mi dinero, tú y Greg podrán
divertirse con ella". Presiona una pistola en mi espalda. "Los tres nos vamos

a ir muy bien y despacio, cariño. No llames la atención y todo irá bien. ¿Lo
tienes?"
Cuando no asiento con la cabeza, Tucker tira de mi cabello. El dolor explota
a lo largo de mi cuero cabelludo cuando me veo obligada a mirarlo. "Te hice
una pregunta, perra."
Me las arreglo para asentir. No es mucho, dado lo fuerte que me está
agarrando, pero el simple gesto lo satisface. "Hagamos esta mierda".
*****
DREW
Detuve el Gator, un vehículo utilitario que utilizo para navegar por el
rancho, al lado del granero. Cada vez que llego de trabajar, aguanto la
respiración. Espero que esté en la casa y le pido a Dios que no se vaya. El
auto de Ezra todavía está en el camino de entrada, pero mi camioneta no
está aquí.
Me obligo a no ir a la casa. Ella no se habría ido sin decirme adiós. Ella me
lo prometió.
"Jefe, es posible que desee ver esto", grita un peón del rancho.
"¿Qué es?" Le grito mientras corro hacia el frente del granero. Mi mente
todavía está en la mujer a la que quiero convencer para que se quede, una
mujer con la que planeo pasar el resto de mi vida.
"Su perro está actuando como un loco de nuevo", insiste mi empleado.
Brutus está frente al granero, lo cual es extraño. No creo que se haya
separado del lado de Jordyn desde que ella llegó. Camina de un lado a otro
como si estuviera esperando algo. Nunca lo había visto tan agitado. "¿Qué
pasa, chico?"
Tan pronto como me ve, comienza a ladrar y no para. Como la noche del
fuego de la cocina.
La sensación de malestar está de vuelta en mi estómago y corro hacia la
casa. Algo está mal. Todavía no sé qué es.
*****

JORDYN
El tío Tucker me empuja hacia la línea de árboles a unos quince metros
detrás de la casa. Nadie llega tan lejos. Es parte de la propiedad personal de
Drew y los peones del rancho lo respetan.
Puse un pie delante del otro, las lágrimas nublaron mi visión. No creo que
me vaya a escapar esta vez. Creo que finalmente está terminando como
siempre supe que terminaría.
No veo la roca a tiempo para levantar los pies. Mis manos todavía están
aseguradas detrás de mi espalda y no tengo forma de detener la caída. En
cambio, aterrizo contra el suelo duro con un ruido sordo.
Mi mejilla raspa los pequeños guijarros mientras mi aliento deja mis
pulmones en un silbido. Por un momento, todo en lo que puedo
concentrarme es en el impacto discordante.
Antes de que pueda hacer algo, suenan los disparos. Me aterroriza que el tío
Tucker finalmente cumpliera su amenaza y me disparara. Espero el dolor y
la sangre. Pero no hay nada.
Después de un momento, levanto la cabeza. Parpadeo a través de las
lágrimas cuando veo a Drew corriendo hacia mí. El pánico corre por mis
venas y lucho por ponerme de pie. No puedo hablarle. No puedo advertirle
que están armados.
Los brazos de Drew me rodean en un instante. "Shh, está bien". Alcanza la
cinta que me cubre la boca. Me lo quita de la cara con un movimiento
suave. "Te tengo."
"Armas. Tienen armas", mi voz sale como un sollozo. Me tiemblan las
extremidades y creo que podría vomitar.
"Lo sé", dice, y se inclina para patear algo en la hierba alta. Está pateando
sus armas para que no puedan alcanzarlas. El tío Tucker y Grady están
tirados en el suelo con sangre filtrándose a través de sus ropas. Ahí es
cuando me doy cuenta de lo que pasó. No nos dispararon ni a Drew ni a
mí. Drew les disparó.
Ezra trota hacia nosotros. Él sostiene su escopeta con una mirada de
disgusto en su rostro. "Me perdí toda la acción. ¿Estos son los dos
bastardos?"
Grady se retuerce en el suelo, maldice en voz baja y exige que alguien llame
a una ambulancia.

Pero Tucker logra reírse como si esta situación fuera divertida. "¿Crees que
puedes protegerla? Seguiré regresando por ella una y otra vez. Nunca
estarás a salvo, pequeña perra".
Drew y Ezra intercambian una mirada. Drew asiente con la cabeza y luego
me arropa en sus brazos, acunando mi cabeza contra su hombro.
"No mires", su voz es tranquila. "Mantén tu cabeza en mi hombro y envuelve
tus piernas a mi alrededor".
Hago lo que dice, confiando en este hombre sin dudarlo. Cuando salimos
del campo, dos disparos de escopeta resuenan en el espacio abierto, pero
Drew nunca reduce la velocidad ni se da la vuelta.
Me carga durante mucho tiempo y luego escucho el sonido de sus botas
contra el porche. Creo que me dejará ir ahora, pero continúa llevándome a
la casa, sin detenerse hasta que estamos en el baño principal.
Me deja en el mostrador y toma su cuchillo.
"Esta es la última vez", me promete mientras corta la brida. Masajea mis
muñecas y me mira a los ojos. "Puedes decirle a la niña asustada que ahora
está a salvo".
"¿Se acabó?" Pregunto.
"Se acabó", repite.
Agarro su camiseta, acercándolo a mí. Sus brazos rodean mi cuerpo y nos
quedamos entrelazados durante mucho tiempo.
Cuando finalmente me aparto, abre la ducha y entra conmigo. Lava mi
cuerpo en agua tibia antes de enjuagarse rápidamente. Después de eso, me
seca con una toalla. La envuelve alrededor de mi cuerpo y me lleva a su
habitación.
"Duerme, mi perla", susurra mientras me cubre con las mantas.
"No me dejes sola", le suplico.
"Nunca, nunca", promete mientras se desliza en la cama a mi lado. Me
empuja contra sí mismo, acurrucándome por detrás.
Un escalofrío recorre mi cuerpo. "¿Y Brutus? Lo golpearon".
"Él está bien. Tengo al veterinario examinándolo. Él fue quien me advirtió
que estabas en peligro". Coloca un mechón de cabello mojado detrás de mi
oreja. "Está consiguiendo un hueso enorme por eso".

Me río a pesar de la forma en que me castañetean los dientes. "Él es mi
pequeño guardaespaldas. Trató ... intentó mantenerme a salvo. ¿Realmente
se acabó? "
"Realmente se acabó", dice. Presiona un beso en la concha de mi
oreja. "Intenta dormir algo. Yo haré guardia".
Me acurruco aún más en Drew y cierro los ojos.
*****
Cuando me despierto de nuevo, es de mañana y Drew todavía está a mi
lado. Me da una sonrisa perezosa. "Buenos días, pequeña guerrera".
Parpadeo cuando los recuerdos de ayer se apoderan de mí. "¿Que pasa
ahora?"
"El abuelo y yo vamos a hablar un rato con el sheriff. Pero luego podremos
pasar el día juntos".
"Quiero estar allí", digo. No quiero que Ezra vaya a la cárcel por mí. Tengo
que hacerle ver que fue en defensa propia. Mi tío seguía amenazándome
incluso cuando sangraba por la primera herida.
Drew duda y finalmente asiente. "Si es demasiado para ti hablar de ello, todo
lo que tienes que hacer es mirarme".
El olor a tocino y huevos flota en el aire. Mi estómago gruñe y me
sonríe. "Vamos a vestirte y alimentarte".
Ezra está en la estufa haciendo huevos y escuchando la estación de música
vieja.
En la mesa de la cocina, hay un hombre que nunca conocí. Probablemente
tenga unos treinta y cinco años y tenga el pelo rubio muy corto. Tiene una
mirada penetrante que me recorre. La parte delantera de su camisa azul lo
identifica como Sheriff Cooper.
Drew aprieta mi cadera y asiente con la cabeza al hombre.
Tomo asiento a la mesa. Cuando dijo que se iban a reunir con el sheriff hoy,
no esperaba algo como esto.
Ezra desliza un plato frente a mí y me guiña un ojo. Ha arreglado mi comida
en una carita sonriente como si fuera una niña pequeña.

Aunque tenía hambre hace solo unos minutos, ahora no puedo soportar la
vista de la comida. Mi estomago está en nudos. "¿Vamos a la cárcel?"
Confesaré todo yo misma antes de dejar que Drew y Ezra se metan en
problemas por mí.
El sheriff Cooper toma un sorbo de su café y parece como si estuviera
eligiendo sus palabras con cuidado. "Escuché que tu tío y su amigo vinieron
a visitarte ayer. ¿Es eso cierto?"
Asiento rápidamente.
"Ahora, me imagino que hombres así se fueron a explorar el rancho y se
perdieron. Si fuera usted, esperaría a ver si vuelven en un par de días. Si no
es así, presente un informe de personas desaparecidas en mi oficina".
Frunzo el ceño, no estoy segura de lo que me está diciendo.
"Por supuesto, a veces, los archivos se pierden allí porque la ciudad no se
ha actualizado completamente a los registros digitales". Chasquea su lengua
contra sus dientes. "Es una vergüenza cuando eso sucede".
Se pone de pie y vuelve a ponerse el sombrero en la cabeza. "Parece que has
estado trabajando en los pastos del este, Drew. Si salimos para hacer una
búsqueda, la evitaríamos. No querría afectar su medio de vida".
Drew extiende su mano. "Aprecio su arduo trabajo, sheriff. Déjame
acompañarte".
Dejo escapar un suspiro cuando se van y miro a Ezra. "Matamos gente".
Se sienta a la mesa junto a mí. Se mete un generoso bocado de panqueque
en la boca. "No, gata salvaje. Nosotros no hicimos nada. Esa mierda es
mía. No es la primera vez que tomo una vida para proteger a mis seres
queridos".
"¿Tú también serviste?" Pregunto suavemente. Por mucho que se jacte de
Drew, nunca ha hablado de su propio tiempo en el ejército.
El asiente. "Conocí a la abuela de Drew mientras estaba en el servicio. Los
mejores años de mi vida con esa mujer".
"¿Qué pasa ahora?" Pregunto, finalmente alcanzando un trozo de tocino
crujiente y salado.
Sus ojos azules brillan. "Ahora, puedes escribir tu final feliz".

DREW
Nunca he sido del tipo de hombre que “bebe a la mitad del día”. Pero claro,
tampoco he sido un hombre a punto de proponerle matrimonio a la mujer
que ama. Por eso, cuando regreso de recoger el anillo de compromiso
personalizado en Jasper, me detengo en The Whiskey Whistler.
Llevamos juntos tres meses. Quería deslizar mi anillo en su dedo todos los
días. Estoy tratando de darle espacio para que se acomode en su nueva vida
aquí y se convierta en parte de la comunidad. Ahora, sin embargo, se me
acaba la paciencia. Es hora de hacerla mía en todos los sentidos.
Me deslizo sobre el taburete y doy una vuelta cuando me doy cuenta de
quién está sentado a mi lado. Janie Bradshaw, la hija del pastor y la
obsesión actual de Carter Grant. Está decidido a reclamarla como suya. Ella
lo está haciendo trabajar muy duro por eso.
Malcom, el propietario, me mira y pido lo que esté disponible. En este
momento, con las palmas de las manos sudorosas y el corazón acelerado,
dudo que siquiera pruebe la maldita cosa.
"Pareces un hombre que acaba de perder a su mejor semental", observa
Janie mientras sigue las gotas de agua que caen por su cerveza.
"Esta es mi expresión feliz", ofrezco mientras Malcom desliza mi cerveza por
el mostrador.
Su rostro se suaviza. "¿Eso tiene algo que ver con Jordyn?"
"Tiene todo que ver con ella", respondo mientras tomo un trago. Como
estaba predicho, no sé qué diablos estoy bebiendo. A mí tampoco me
importa.
"Me la encontré ayer en la tienda de comestibles. Parece dulce", ofrece Janie.
Gruño mi acuerdo. No quiero arriesgarme a contarle mi secreto, así que
cambio de tema. "Hablando de dulce, Carter es ..."
Me mira con una mirada que podría congelar el infierno y empuja su
taburete. "No estoy hablando de él. Dile a Jordyn que he dicho hola".
La veo irse y niego con la cabeza. Carter tiene una batalla cuesta arriba
increíble.

Termino mi cerveza, me doy unas palmaditas en el bolsillo una vez más para
asegurarme de que el anillo todavía está allí antes de regresar al
rancho. Tengo que ver a una mujer.
*****
JORDYN
"Drew" , llamo su nombre con un gemido en el granero silencioso. Mi
vaquero tiene la cabeza debajo de mi falda, besando el interior de mi muslo.
Amplio mi postura. El poste de madera en el que me inclino gime mientras
me desplomo contra él.
"Solo un poco más", gimo, sintiendo el suave cabello de su barba acariciar
mis muslos. Está tan cerca de donde más lo necesito.
Alcanza una de mis piernas y se la echa por encima del hombro. El repentino
cambio de posición me abre a él y Drew pasa su lengua mágica sobre mi
centro. Me golpeo contra su cara, mis caderas se mueven instintivamente.
Acaricia mi cuerpo con su lengua una y otra vez hasta que me corro con una
explosión de placer tan intensa que veo estrellas y no puedo respirar por un
momento. Justo cuando mi cuerpo está bajando, Drew sale de debajo de mi
falda.
Él sonríe y tira de su cinturón, bajándose los jeans. Con un movimiento
rápido, se desliza hacia mi canal húmedo y dolorido. Gemimos al unísono
ante la conexión cuando nuestros cuerpos desnudos se vuelven uno.
Han pasado tres meses desde el día en que mi tío intentó secuestrarme.
Después de eso, Drew me pidió que me mudara al rancho de forma
permanente. Lo hice y es bueno tener un hogar al que volver todas las
noches. Aún mejor, el vaquero caliente siempre me está esperando en
nuestra cama.
Empecé un negocio de diseño de interiores. Una vez que la gente del pueblo
se enteró de lo que le había hecho a la casa de Drew, comencé a recibir
solicitudes de residentes y dueños de negocios para ayudarlos con sus
propias casas y tiendas.
Drew apoya mucho mi negocio y siempre está disponible si necesito una
mano. Creo que me seguiría todo el día para que no tuviera que mover un
dedo si se lo permitía.

Gime mi nombre, devolviéndome al momento presente. Pone su frente
contra la mía, su respiración entrecortada mientras vuelve a entrar en
mí. "Joder, te amo".
Mi respiración se queda atrapada en mi garganta. Nunca nos hemos dicho
eso. Aun así, sé que Drew me ama. Eso es obvio por las infinitas formas en
que me cuida. Pero me alegra escucharlo decirlo.
Tan pronto como dice las palabras, se aleja de mí. "Mierda, no quería que la
primera vez que lo dijera fuera cuando estaba metido hasta las bolas".
"Es perfecto", le susurro mientras mi núcleo se aprieta aún más a su
alrededor. Tomo su mano en la mía y la coloco entre nosotros, sobre mi
estómago. "Al igual que la pequeña vida que hicimos".
Entonces se está derramando dentro de mí, su semen disparándose
profundamente en mi cuerpo. Entierra su rostro en mi cuello mientras
susurra mi nombre una y otra vez.
Cuando finalmente se aleja, hay lágrimas en sus ojos. "¿Me vas a dar
pequeños vaqueros y vaqueras para perseguir?"
Asiento con la cabeza, mi corazón se desborda. Nunca hemos hablado de
niños, pero tampoco hemos usado condón. "¿Estás feliz por eso?"
"He estado tratando de embarazarte durante tres meses. Estoy encantado
con eso", sonríe mientras se retira de mi cuerpo. Ambos estamos
resbaladizos y pegajosos, cubiertos de nuestra excitación combinada.
Nos vestimos de nuevo y caminamos de la mano hacia la casa. "¿Lo has
sabido por un tiempo?"
"Me acabo de enterar esta tarde. Fue difícil esperar a verte de nuevo". En el
momento en que el médico me llamó para darme la noticia inesperada, quise
apresurarme para ver a Drew. Pero estaba ayudando a una clienta a
redecorar su cuarto de niños.
"¿Es por eso por lo que estás en casa temprano esta noche?"
He estado trabajando hasta tarde durante las últimas dos semanas, y no
llegué a casa hasta muy tarde. Me pierdo tanto en mi trabajo, eligiendo los
colores de pintura y las decoraciones correctos para unir perfectamente una
habitación. Se siente como si hubiera encontrado mi pasión. Bueno, mi
segunda pasión. Lo primero es hacer que mi vaquero se venga con la mayor
frecuencia posible.
Asiento con la cabeza. "Lo haré mejor".

"Lo harás", gruñe Drew mientras me tira hacia la casa. "Ahora que estás
embarazada de mi bebé, has terminado de trabajar esas largas horas. Estaré
allí para recogerte todas las noches".
Sonrío ante su pose mandona. Me encanta la forma en que me dice qué
hacer. Me humedece las bragas cuando dicta la ley. "Puede que tengas que
traer un incentivo y ..."
Las palabras se apagan cuando entro a la cocina. Ha puesto la mesa con los
platos más bonitos de su abuela y hay un jarrón de rosas rojas en el centro
de la mesa. Me giró hacia él. "¿Que es todo esto?"
Drew ha caído sobre una rodilla y traga. "Te amo. Quiero que seas mi
esposa. Quiero criar a nuestros hijos aquí y envejecer juntos". Abre una
pequeña caja con un hermoso anillo. Tiene una perla en el centro y está
rodeada de pequeños diamantes.
Caigo de rodillas a su lado. "Sí, quiero que construyamos juntos una vida
increíble".
Mientras presiono besos en su cara, desliza el anillo en mi dedo. Hago una
pausa para mirarlo. "Te amo y me encanta que hayas elegido la perla. Es
perfecto para nosotros".

JORDYN
18 meses después
"Eres la novia más bonita que he visto en mucho tiempo", dice Ezra mientras
nos toma una selfie. Estamos en el dormitorio de invitados donde he pasado
el día preparándome con mis damas de honor. "No es demasiado tarde para
huir con el padrino".
Me río porque Ezra es el padrino. "Si tan solo me lo hubieras dicho antes".
Me guiña un ojo y me da un beso en la mejilla. "Me alegro de que te haya
encontrado, gata salvaje".
Hoy, me caso con el amor de mi vida en una sencilla ceremonia al atardecer
en nuestra propiedad. Ha construido un pabellón a medida que es lo
suficientemente grande como para sentar a nuestros amigos y
familiares. Violet y Janie me ayudaron a envolverlo en pequeñas luces
blancas y encajes. Parece un paraíso mágico en medio del rancho.
Hay un golpe en la puerta y Amos y su esposa, Lyla, están entrando en la
habitación. No mucho después de que nos comprometiéramos, invité a
Amos y Lyla al rancho de Drew.
Esperaba que los dos alfas pasaran todo el tiempo discutiendo. Pero
sorprendentemente, se unieron por su historia compartida en los Marines y
ahora son buenos amigos. Hablan por teléfono dos veces por semana.
Cuando llegó el momento de elegir padrinos para nuestro pequeño hijo,
Drew quería que Amos y su esposa fueran los nombrados.
Aaron, mi hijo de once meses, se lanza hacia mí y Lyla me lo pasa. Aunque
vive en Carolina del Norte y está a kilómetros de Whiskey Run, es mi mejor
amiga. Ella tuvo a sus hijas casi al mismo tiempo que yo tuve a Aaron y
estamos aprendiendo cómo hacer esto de la maternidad juntas.
El barman brusco que está cubierto de tatuajes gruñe. "¿Puedo tener un
momento a solas con la novia?"
Les doy un movimiento de cabeza y le paso a Aaron a Ezra. Los dos son
prácticamente inseparables. Sus rostros se iluminan cuando se ven y él es
infinitamente paciente con su bisnieto.
Lyla aprieta el brazo de Amos cuando se va, y no extraño la forma en que le
acaricia el trasero cuando cree que nadie les presta atención.

Deja escapar un suspiro cuando estamos solos y cruza la habitación para
mirar por la ventana durante un largo rato. Como Drew, no es tan bueno
para expresar sus sentimientos.
Finalmente, se gira hacia mí y suspira. "Cuando vine aquí a verte la primera
vez, le dije a Lyla que te llevaría de regreso a casa. No pensé que fuera posible
que hubieras encontrado a un hombre lo suficientemente bueno para
ti. Porque cuando te miro, veo a la hermanita que siempre quise".
Parpadeo para contener las lágrimas. "Eres el mejor hermano que podría
haber pedido".
Se mete las manos en el bolsillo de sus pantalones oscuros. "Sólo quería que
supieras."
Lo rodeo con mis brazos y le doy un fuerte abrazo. "Gracias por estar ahí
cuando te necesitaba. Si no fuera por ti, no sé cómo habría sobrevivido".
"Lo hiciste bien. Has construido una hermosa casa con un hombre que te
apreciará por el resto de su vida", promete.
Tengo que respirar profundo para evitar que caigan las lágrimas. "Lo amo
tanto."
"Entonces vamos a casarlos", dice Amos.
Así, mi hermano mayor me acompaña por el pasillo del pabellón donde Ezra
sostiene a Aaron que se retuerce cerca de su pecho. Brutus se sienta a sus
pies, agitando su rechoncha cola con entusiasmo. Pero es la visión de mi
novio parado allí lo que me deja sin aliento. Su expresión está llena de tanto
amor.
Le paso mi ramo a Lyla y escucho mientras el pastor habla de lo especial
que es encontrar a la persona que amas en tu vida.
Estoy tratando de memorizar todo, la forma en que el sol poniente resalta el
cabello de Drew y el sonido de la risa de Aaron en la brisa. La sensación de
los labios de mi nuevo esposo contra los míos mientras me besa frente a
nuestros seres queridos. El aullido emocionado que hace Brutus cuando
nos anuncian como marido y mujer.
La recepción está llena de risas y alegría mientras todos celebran nuestro
amor con nosotros. El discurso de Ezra es conmovedor y está lleno de todo
el amor de abuelo que siempre he deseado. Lyla es la siguiente con un breve
pero dulce discurso sobre la magia de encontrar tu verdadero amor.

Finalmente, los discursos terminaron y es el momento del momento que he
esperado toda la noche: estar en los brazos de mi esposo.
Me lleva a la pista de baile improvisada que él y sus ayudantes del rancho
construyeron. "Te amo, Sra. Colson".
Miro a Drew, un nudo en mi garganta. "Te amo, mi esposo."
Cuando me rescató del bar, nunca imaginé que mi vida terminaría
así. Ahora tengo amigos y familia. Tengo un lugar en una comunidad unida
que les da la bienvenida a todos. Tengo un hijo que amo con todo mi corazón
y un esposo que me adora. Juntos, escribiremos nuestro felices para
siempre, un día a la vez.

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La llevo al B & B y creo que ese es el final.

Luego aparece en mi rancho, buscando trabajo. Excepto que el problema la

Pero no llegué lo suficientemente lejos. Me encontró.

Y la única forma de mantenerme a salvo es correr hacia Drew. ¿Pero me

Bienvenidos a Whiskey Run ... donde los vaqueros saben montar.

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