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Créditos
TRADUCCIÓN
Sotelo

CORRECCION Y LECTURA FINAL


Kelly C.

DISEÑO
Botton

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Sinopsis
La he observado cada movimiento desde momento en que la vi por primera vez. Era
irresistible. Todavía lo es. Quinn es la que nunca vi venir.

Es tan confiada que corre a mis brazos en cuanto llego a casa. Ahora es mi esposa, y no he
dejado de observarla. No puedo. Mi línea de trabajo hace que sea peligroso estar
involucrada conmigo, y mucho menos estar casada conmigo.

Pero ella no conoce esa parte de mi vida, y nunca pienso mostrarle mi lado feo. El problema
es que, por mucho cuidado que tenga con ella, mi lado oscuro intenta salir. Ya no basta con
vigilarla. Tengo que controlarla, ponerle las manos encima, hacerla gemir y gritar mi
nombre.

Me detengo. Al menos, lo intento. Hasta que ella me pide más. Más de mí, más de la
oscuridad que le he estado ocultando. Es como si quisiera todo de mí, no solo las partes
que le he dejado ver.

Cuando el peligro llama a nuestra puerta, ya no puedo ocultar mi verdadero yo. Pero
cuando vea de lo que soy capaz, ¿seguirá corriendo hacia mis brazos abiertos?

Nota de MINK: Toma tu gatito y tu cacao para esta dulce historia de amor incondicional.

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Capítulo 1
QUINN

—Soy adicta a tus pasteles. — Nova da otro bocado gigante a uno de los mini pasteles que
he hecho. Tiene tres sabores diferentes repartidos delante de ella. Quiero matarla. No
entiendo cómo puede comer todo lo que quiere y seguir estando tan jodidamente en forma.
Por otra parte, ella pasa mucho tiempo en el gimnasio. A diferencia de mí. Soy alérgica al
ejercicio. Esa es mi historia, y la mantengo.

Logan le encantan mis pasteles, así que me excedí un poco. Al ser de tamaño mini, hacer
unos cuantos de cada sabor no fue un gran problema. He estado horneando desde que
terminé con el trabajo hace unas horas.

Mi marido vuelve a casa esta noche y lo he echado de menos como loca. Su trabajo lo ha
alejado más de casa últimamente. Lo odio. En nuestros primeros seis meses de matrimonio,
nunca pasamos una noche separados. Ahora, ha estado teniendo estos viajes nocturnos al
azar con más frecuencia. Pensé que nuestros días de tener que dormir sin el otro habían
terminado cuando nos casamos.

Mis padres eran tan tradicionales mientras crecía. Por suerte, Logan me propuso
matrimonio rápidamente y tenía tanta prisa como yo por llegar al altar. Estaba emocionada
por empezar mi nueva vida con él, y las cosas han sido perfectas hasta ahora. Sé que tiene
que hacer esto por trabajo, pero a veces mi mente divaga. Esta vez se fue por dos días. Ni
siquiera me ha llamado para saber cómo estaba hoy, lo que no es propio de él. Pero no
quiero armar un escándalo, sobre todo cuando sé que su trabajo significa mucho para él.

He pasado de trabajar en la clínica dental de mi padre a un trabajo de contabilidad que


Logan me consiguió poco después de casarnos. Puedo hacerlo desde casa. No me encanta
el trabajo, pero cualquier cosa es mejor que trabajar para mi padre. De hecho, al principio
me gustaba el trabajo porque era muy flexible. Ahora que Logan no está tanto en casa, no
necesito la flexibilidad. Tengo mucho tiempo libre. En realidad estoy empezando a sentirme
un poco sola encerrada en esta casa.

—Te vas a llevar algo a casa. — Tomo unos cuantos recipientes para meter los pasteles.

— ¿Y los espaguetis? ¿También hay de sobra?— Nova mueve las cejas.

— ¿Cómo comes todos estos carbohidratos y te mantienes tan delgada?—


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— ¿Hago mucho ejercicio?— Se encoge de hombros.


—Quizá debería hacer ejercicio contigo. — Me doy la vuelta, tratando de ver mi propio culo.
Siempre he estado en el lado curvilíneo. — ¿Usas el gimnasio del edificio?—

Creo que hay uno en el edificio si no recuerdo mal. Nunca lo he usado antes. Conocí a
Nova cuando me mudé con Logan después de casarnos. Me dio rienda suelta a la
decoración de nuestra casa, lo que acepté con gusto. Quería hacer de nuestro espacio un
hogar para los dos. Antes era un poco frío.

Se supone que en algún momento nos mudaremos a una casa, pero no odio el ático. Es
agradable estar en la ciudad. Más aún con Logan trabajando tanto. Es agradable tener
tantas opciones al alcance de la mano. No es que vaya a ningún sitio realmente, pero sigue
siendo agradable tener la posibilidad de hacerlo.

No creo que me guste estar encerrada en una casa sola. Especialmente si estuviera en
algún lugar más remoto. Nova es mi salvación la mayor parte del tiempo. Siempre está
dispuesta a pasar el rato. Es tan diferente de los amigos que tenía cuando crecía. Eso es
algo bueno.

—No necesitas hacer ejercicio. A tu hombre le encanta tu cuerpo. —

—Tal vez. — murmuró, poniendo las tapas en los contenedores.

— ¿Tal vez? ¿Qué demonios? Ese hombre no puede quitarte las manos de encima. —
Pone los ojos en blanco.

— ¿Cuánto dura lo de la luna de miel?—

— ¿Lo de la luna de miel?—

—Ya sabes. ¿El periodo de tiempo después de casarte y de que no puedan quitarte las
manos de encima?—

—Oh, la fase de luna de miel. No creo que la hayas superado. De hecho, lo dudo mucho.
He visto cómo están los dos juntos. ¿Por qué? ¿Qué está pasando?—

—No lo sé. — Me relamo los labios, recordando que puedo contarle a Nova cualquier cosa.
Aun así, abrirme no es algo que se me dé bien. —A veces siento que se está conteniendo.
Un segundo creo que está a punto de abalanzarse sobre mí, y al siguiente sale por la
puerta. No puedo explicarlo. No importa. — Me doy la vuelta y vuelvo a la estufa para tomar
la pasta y escurrirla.

Sé que parezco una tonta. Nova tiene razón. Logan no me quita las manos de encima, pero
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juro que últimamente hay algo entre nosotros. Puedo sentirlo. Solo que no puedo poner mi
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dedo en lo que es.


—Ese hombre te ama. Te lo prometo. —

—Vivías aquí cuando él era soltero, ¿verdad?— Preguntó.

—Sí. ¿Por qué?—

— ¿Viste a alguna de las chicas con las que salió antes que yo?— Miro por encima de mi
hombro para mirar a Nova. Me está mirando fijamente.

—Tú eres la única chica con la que lo he visto. —

— ¿Lo dices para no molestarme?—

— ¡No! Te lo juro. Nunca le he visto con nadie. — Aparta su silla de la isla de la cocina y se
acerca a mí. —¿Estás segura de que esto no tiene que ver con que aún no hayas quedado
embarazada?—

—No lo sé. — Apago la salsa en la estufa y la tapo. Todo está listo. Solo tengo que calentar
el pan. Ahora necesito que mi marido llegue a casa. Verlo y saber que está aquí siempre me
tranquiliza.

—El médico dijo que le dieras tiempo. Deja de preocuparte. —

Dejó escapar un largo suspiro. —Tienes razón. Creo que paso demasiado tiempo en mi
cabeza. — Rodeo a Nova con mis brazos, abrazándola. —Deja que te enseñe algunas
cosas que he pedido. — La sacó de la cocina y la llevó a la suite principal.

— ¡Quinn!— Nova mira la lencería que he colocado en la cama.

—Me encanta el blanco, pero quiero ser sexy. ¿Debería usar el rojo?—

—Sinceramente, creo que el blanco es tan o más sexy que el rojo. Grita inocencia. Dale
importancia a eso. — Intenta burlarse de mí.

—Creo que mi inocencia puede ser parte del problema. —

— ¿Qué significa eso?—

Mi cara empieza a calentarse. —Nada. Blanco será. — Tomo la lencería roja de la cama y
la guardó en el armario. —Tienes que irte. Logan llegará pronto a casa y voy a ponerme
este. — Recojo el camisón blanco. Mi teléfono suena, alertándome de que tengo un
mensaje.
Lo sacó del bolsillo y veo un mensaje de Logan. Mi corazón se hunde al leerlo.
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—Parece que tampoco voy a necesitar esto. — Me acerco y guardo también el camisón
blanco. Contengo las lágrimas que amenazan con caer. —Creo que habrá espaguetis más
que suficientes para ti. Quédate, por favor. —

—Oh, Quinn. — Me da otro abrazo. Esta vez no puedo evitar romper a llorar.

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Capítulo 2
LOGAN

La última gota de sangre se desprende de mi camisa con unos cuantos chorros más de
agua fría. Mi teléfono zumba en el bolsillo. No lo miro. Ya sé lo que es. Otro contrato. Por
otra parte, supongo que podría ser la Hermandad con sus amenazas veladas. No importa,
no me voy a unir. Soy independiente y pienso seguir siéndolo.

Una vez aseado, me miro en el espejo y me pasó una mano por el pelo. Quinn se merece
que esté en mi mejor momento, no en un desastre por el trabajo que acabo de hacer.

—Tienes problemas. — Nova se apoya en el marco de la puerta detrás de mí.

—Intenté volver tan rápido como pude. — Me vuelvo para encontrarme con su expresión de
reprimenda de frente.

—Iba a llevar un camisón. Uno blanco y dulce. —

A mi polla le gusta cómo suena eso. En realidad, cualquier cosa que tenga que ver con
Quinn. Mi dulce esposa es una auténtica bomba sexual; solo que aún no se ha dado cuenta.

—Y te preparó la cena y cupcakes. Pero no apareciste.— Nova hace una mueca y sacude
la cabeza.

—Voy a compensarla. — Le señalo el portador de animales que puse en su mesa de


entrada.

Le echa una mirada. —Lo he visto. — Levanta una ceja. —Sabes que mi último novio era
aficionado a los gatos— Se estremece. —Me despertaba a medianoche con su gato sobre
mi pecho, mirándome fijamente con un gesto de asesinato en sus ojos. Como si estuviera
celoso, ¿sabes? No sé cómo sobreviví, para ser honesta. Parece por qué la gente de perros
es más sensata, ¿tal vez?—

—Este gato no es así. — Al menos creo que no lo es. Lo recogí de la perrera esta tarde. A
su favor, me ha dejado hacer mi trabajo sin hacer ni pío y ha aceptado golosinas y caricias
de mi parte una vez que estábamos de camino a casa.

—Ya veremos. — Se asoma a la jaula. —No le hagas daño a mi chica, pequeño felino. —
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—No en mi guardia. — Agarró la jaula y hago un gesto hacia la puerta. Nova me la abre. —
Buena suerte. La animé todo lo que pude, pero definitivamente estás en la caseta del perro.
Tienes que controlar tu calendario. Ahora eres un hombre casado. No puedes estar yendo y
viniendo a todas horas. —

—Me encargaré de ello. Estos contratos tienen que bajar el ritmo en algún momento. —
Espero a que cierre la puerta detrás de mí y luego subo al ascensor hasta el ático.

Cuando entro, el lugar está tranquilo. Puedo oler el persistente aroma de la salsa de
espaguetis y el pan de ajo. El estómago me gruñe mientras colocó el maletín y las
provisiones para el gato en la encimera de la cocina, y sigo hacia el dormitorio principal con
la jaula en la mano.

— ¿Dulce?— Llamó en voz baja al entrar en la habitación.

Está dormida en la cama. Lleva una de mis camisetas y tiene la cabeza sobre mi almohada.
Maldita sea, amo a esta mujer.

Cuando coloco la jaula sobre la cama, se revuelve.


—Hola, Dulzura. Siento llegar tan tarde. — Me siento a su lado y acaricio su cálida mejilla.
— ¿Estás bien?—

—Lo estoy ahora que estás en casa. — Se gira hacia mí. —Pero te has perdido la cena. —
Parpadea el sueño de sus ojos. —Y he hecho cupcakes. — Respira profundamente. —Y
tenemos que hablar. —

Supongo que Nova tenía razón. La he cagado a lo grande si Quinn me dice que tenemos
que hablar. —Lo siento, y lo sé. Debería haber estado aquí. Pero estaba un poco
preocupado antes. —

— ¿Preocupado?— se sienta, la sospecha revoloteando en su rostro. — ¿Con alguien


más?—

Eso me hace reír, pero Quinn no sonríe. Me retraigo de la diversión. —Quinn, no hay nadie
más en el mundo con quien prefiera pasar el tiempo que contigo. Te lo prometo. — Tomo su
mano y la beso. —Lo eres todo para mí. Mi esposa, mi futuro. Todo. —

Empieza a sonreír, pero gira la cabeza cuando suena un maullido desde la jaula. —Eso es...
— Sus ojos se abren de par en par. — ¿Es un gatito?—

—Ve a ver mi pequeña preocupación. — Me acerco y le doy la vuelta a la jaula para que la
puerta esté orientada hacia Quinn.

Se lleva una mano a la boca. —Oh, mi. Oh. mi. — Las lágrimas brotan de sus ojos cuando
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abro la puerta. — ¿De verdad, Logan? ¿Es mío?—


—Es tuyo. — Le doy un beso en la frente y me siento a ver cómo el peludo atigrado sale de
la jaula y olfatea la colcha.

—Hola. — arrulla Quinn y lo toma en sus brazos. —Hola, pequeño bebé. Soy Quinn. Soy tu
mami. —

Solo con verla así se me hace un nudo en la garganta. Maldita sea, estoy perdiendo la
cabeza porque llame a un gatito su bebé. Los dos queremos tener hijos, pero aún no hemos
tenido suerte. Pero ya sé que será una madre maravillosa, y si este gatito es un indicio, se
adaptará a la maternidad como un pato al agua.

— ¿Cómo se llama?— lo acurruca, dejando que le manosee el pelo.

—Me imaginé que eso dependería de ti. —

— ¿Yo?— Lo aparta y lo mira a la cara mientras ronronea. Acercándose a mí, se coloca


entre mis piernas y se apoya en mi pecho. —Es una gran responsabilidad. Nombrar algo
así. —

—Puedes hacerlo. — la rodeo con mis brazos y presiono mis labios contra su oreja. — ¿Me
perdonas?—

Gira la cabeza y la beso completamente en los labios. Dios, hoy la necesito. Su tacto es lo
único que puede calmarme cuando he hecho algún trabajo especialmente cruel. Es la vida
de un sicario, pero ella no puede saberlo. Por lo que a ella respecta, dirijo una empresa
desde una pulcra oficina de esquina en un rascacielos cercano.

— ¿Qué tal, umm, Harley?—

— ¿Harley?— Mordisqueo su labio inferior.

—Como Harley Quinn. De los cómics. —

—Me encanta cómo funciona tu mente. ¿Lo he mencionado?— le beso el cuello.

—Tal vez un par de veces. — Se ríe.

—Lo siento, cariño. Lo siento de verdad. Espero que el gatito compense algo. Y espero que
me dejes acariciar tu gatito para compensar el resto. —

Jadea y cubre las orejas de Harley. —No delante del bebé. —

No puedo evitar mi sonrisa. Cuando Quinn es feliz, yo soy feliz. Y tengo la intención de
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hacerla feliz todos los días de nuestra vida juntos.


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Mi teléfono vuelve a vibrar.


Mira por encima del hombro mientras el gatito se acurruca contra su pecho. — ¿Trabajo? —
pregunta.

—No es nada. — Mi teléfono vuelve a vibrar.


Arquea una ceja y se mueve hacia su lado de la cama. Deja al gatito en el suelo y le
acaricia el pelo mientras ronronea y araña la almohada.

—Ya está empezando su turno en la fábrica de galletas. — Le rasca la barbilla. —Buen


gatito. —

Mi teléfono está sonando completamente ahora. Joder.


—Debería responder. — Me pongo de pie.

—De acuerdo. — Disimula su dolor, pero puedo sentirlo. Joder. Tal vez Nova tenía razón.
Tal vez estoy arruinando todo esto.

Contesto mi teléfono y entró en el baño. — ¿Qué?— le ladro.

—Clevenger quiere hablar. — El tono de la hermana Jezebel es cortante. Su jefe,


Clevenger, el líder de Brotherhood of Assassins, no está contento conmigo.

—Estoy ocupado. — Vuelvo a mirar hacia el dormitorio. —Dile que lo llamaré. — El


sobresaltado ruido de protesta de la hermana Jezebel se corta cuando presiono el botón de
finalización y mantengo presionado el botón lateral para apagar mi teléfono por completo.

Peligrosa y estúpida, puede que mi decisión no sea lo mejor para mi carrera, pero sin duda
es lo mejor para mi matrimonio. Ahora mismo, Quinn me necesita. Y, mientras me quito la
ropa y me meto en la ducha, ya sé que la voy a follar hasta que se desmaye esta noche.
Después de todo, ella es mi Dulce, y me muero por probarla.

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Capítulo 3
QUINN
Harley se hace un ovillo y ronronea mientras empieza a dormirse. Mi mente empieza a
divagar mientras espero a que Logan vuelva de atender su llamada. ¿Por qué siempre tiene
que salir de la habitación cuando llaman por teléfono? Le oí gritar a quienquiera que fuera.
Juro que he oído la voz de una mujer.

Me recuerdo que esto no es la Edad de Piedra. Que las mujeres también trabajan en las
finanzas. Me dejo llevar por mis inseguridades. Recuerdo unas cuantas veces que mi madre
me llevaba a tomar un helado, y siempre acabábamos pasando por el despacho de mi
padre y sentándonos afuera. Yo me comía el helado mientras ella miraba quién entraba y
salía de su despacho. Yo fingía no saber lo que realmente estaba haciendo. Había
escuchado algunas de sus peleas, así que entendía exactamente lo que estaba haciendo.
Mi padre siempre negaba que la engañara, pero hasta yo pensaba que estaba lleno de
tonterías.

Mi falta de experiencia cuando se trata de hombres no ayuda. Logan es realmente el único


hombre con el que he salido. Mi padre me tenía muy controlada hasta que llegó Logan. Es
algo terrible de pensar, pero estoy bastante segura de que la única razón por la que mi
padre estaba tan bien con Logan es porque estaba claro desde el principio que tenía dinero.
Una vez que mi padre lo descubrió, de repente no me exigía que estuviera en casa a una
hora determinada o que interrogara a Logan cuando venía a recogerme. Más bien me
empujaba hacia la puerta.

Cuando oigo que se abre la ducha, compruebo que Harley está dormido antes de rodearlo
con una pared de almohadas y me deslizo desde la cama. Me quito la camiseta de Logan
que llevo puesta y me dirijo al baño.

Logan levanta la cabeza y se gira hacia mí en cuanto entró. Juro que el hombre tiene un
súper oído. Nunca puedo acercarme a él a hurtadillas, aunque solo sea para sorprenderle
en la ducha. Lucho por no sonrojarme, pero es inútil. Llevamos poco menos de un año
casados y todavía me da un poco de reparo andar desnuda.

Me mira a través del cristal mientras deslizo los dedos por la parte delantera de las bragas,
las bajo por las piernas y las tiro. Agarró el pomo de la puerta y la abro. Me agarra en
cuanto entró en la ducha y tira de mí hacia él. Mis pies abandonan el suelo mientras me
levanta y me sujeta a la pared de la ducha. Su boca empieza a devorar la mía. Dios, lo he
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echado de menos.
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—Logan. — Gimo cuando su boca empieza a recorrer mi cuello. —Bájame. — Me meneo
en su agarre, pero no se mueve.

—No. — Me mordisquea la oreja y su polla me presiona el estómago. Su negativa me


produce un estremecimiento.

—Logan. Quiero probar algo. — Por mucho que me guste su negativa a bajarme, realmente
quiero hacer esto por él. Hace tiempo que quiero probar esto. De hecho, creo que es un
poco extraño que nunca me haya dejado hacerlo antes.

— ¿Qué quieres probar?— Me pone de pie de mala gana, pero no me suelta.

Recorro con mis dedos su amplio pecho. El hombre es por lo menos tres veces más grande
que yo. Cuando lo conocí, me sorprendió que me dijera que trabajaba en finanzas. Estaba
segura de que era uno de esos hombres de fútbol o que hacía algo de atletismo.

Envuelvo mi mano alrededor de su polla, amando la forma en que se siente en mi mano.


Alarga el brazo y pone una de sus manos en la pared, apoyándose en ella cuando empiezo
a acariciarla. ¿Cómo es posible que lleve casi un año casada con este hombre y que solo le
haya tocado la polla así unas pocas veces?

—Dulzura. — Un profundo rugido sale de él. Veo que su mandíbula se mueve.

— ¿Lo estoy haciendo mal? Pareces enojado. Puedes mostrarme lo que te gusta. — Lo
observó más de cerca y sé que está tratando de relajarse. Ese control al que se aferra con
tanta fuerza empieza a resbalar.

—Todo lo que haces es perfecto. —

— ¿Entonces por qué no te gusta?— le pregunto. —¿Por qué no me dejas...?— me lamo


los labios, empujándome a continuar. —Chuparte la polla. — susurro. Los ojos de Logan se
cierran durante un largo momento. Respira profundamente.

—Dilo otra vez. — ordena. Cuando vuelve a abrir los ojos, algo es diferente. —Dilo. —
ladra.

— ¿Puedo chuparte la polla?—

Su otra mano se levanta de mi cadera para llegar a mi barbilla. Tira hacia abajo, haciendo
que mi boca se abra.

— ¿Crees que puedes meterme en tu boca?— Introduce el pulgar antes de que pueda
responderle. Sin pensarlo, cierro los labios en torno a su pulgar y chupo todo lo que puedo,
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ahuecando las mejillas. Al mismo tiempo, hago girar la lengua alrededor de él. De repente,
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saca el pulgar. — ¿Dónde has aprendido eso?— Ahora sí que parece enojado.
—Lo leí en un libro. —

—Arrodíllate ahora. — gruñe, aún sonando molesto. Me arrodillo ante él sin rechistar. —
Junta los dedos detrás de la espalda. — De nuevo, hago lo que me dice. Mi cuerpo zumba
con tanta necesidad. Con cada orden que me da, más me excito. —Abre. — dice mientras
presiona la cabeza de su polla contra mis labios.

Tiene razón. Es una lucha por introducirlo en mi boca. Me abre los labios. Una vez que ha
metido la mitad de su polla, la suelta para apoyarse con ambas manos en la pared de la
ducha.

—Joder, estás preciosa con tu boca alrededor de mi polla. — Se retira y vuelve a


introducirse. Gimoteo a su alrededor. Esto es tan diferente a todo lo que hemos hecho. Me
está utilizando. Y estoy más excitada que nunca en mi vida. — ¿Te gusta chupar pollas,
Dulzura?— Sus sucias palabras me hacen apretar los muslos.

Gimo alrededor de su polla. Un gruñido lo abandona. Vuelve a cerrar los ojos durante un
largo rato. Esta vez uso mi lengua, recorriéndola a lo largo de él. Sus ojos se abren de
nuevo, algo dentro de él finalmente se rompe. Esta vez empieza a moverse de verdad,
entrando y saliendo de mi boca más rápido. Me dan arcadas cuando llega al fondo de mi
garganta. Pero no se detiene. En todo caso, va aún más rápido y más profundo.

—Me voy a correr. — Para mi sorpresa, sale de mi boca. Rodea su polla con la mano y
empieza a bombear. —Abre la boca y saca la lengua. —

Hago lo que me dice. No me había dado cuenta de que la había cerrado. —Tómalo hasta el
fondo. —

La cabeza de su polla roza mi lengua cuando empieza a correrse. Bombea su polla,


rociando su semen en mi boca. Mantengo los labios separados mientras lo observo. Aprieto
los muslos, necesitando tanto alivio. Su dulzura salada me llena la boca. Tomo cada gota
que me da.

—Traga. — Cierro la boca y me lo trago todo. Me roza la cabeza de su polla con los labios.
—Abre. Quiero ver que lo has acabado. —

Abro bien para él, sacando la lengua.

—Jódeme. — Se acerca a mí y me levanta de los pies. Me envuelvo alrededor de él. Su


polla se frota contra mi sexo. Gimoteo. — ¿Eso te excita? ¿Qué te utilice?— Me besa, sin
dejarme responder. Por alguna razón, creo que tiene miedo de escuchar mi respuesta.
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Capítulo 4
LOGAN

La reunión con Clevenger, jefe de Brotherhood, es a las ocho de la mañana. Odio dejar a
Quinn durmiendo, pero la agoté anoche. Perdió la cuenta de sus orgasmos, pero yo no.
Siete no fueron suficientes, no cuando me chupó la polla como un angelito sucio en la
ducha. Pero se desmayó después del séptimo, así que la deje descansar.

—Buenos días. — Ben me saluda cuando entró en la planta baja de uno de los edificios
más grandes de la ciudad. —Esto es una mierda, por cierto. —

—Lo sé. — No quiero reunirme con Clevenger ni ahora ni nunca. Pero ya estoy caminando
por el filo de la navaja después de colgar a la hermana Jezebel anoche. A veces me
pregunto si Clevenger es un testaferro y ella es el verdadero cerebro de la operación.

Nos dirigimos al banco de ascensores, plenamente conscientes de la inmensa cantidad de


potencia de fuego que nos rodea. Todo este edificio está controlado por Brotherhood. Los
asesinos más sanguinarios del planeta llaman a este lugar su hogar.

Subimos rápidamente, el ascensor se mueve a un ritmo vertiginoso hasta la cima.

Compruebo mi teléfono y le envío a Quinn un breve mensaje. ‘Te amo, Dulzura. Debería
estar en casa para el almuerzo’. Le encanta que llegue a casa durante el día. A mí
también. Nunca he sido muy hogareño, pero desde que conocí a Quinn, eso ha cambiado.
Intento estar en nuestro ático cada vez que puedo. Aun así, los negocios siguen
alejándome.

—Te das cuenta de que podría meternos una bala y dar por terminado el día, ¿verdad?—
Ben endereza su traje.

—No lo hará. — He tratado con Clevenger lo suficiente para saber cómo opera. —Esto es
un argumento de venta. Me quiere en su equipo. —

—A la Hermandad no le faltan asesinos. —

—No, no le faltan. Pero quiere a los mejores. —


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Ben abre la boca para discutir y luego la cierra. Es mi protegido, un sicario de la mafia al
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que he entrenado durante los últimos años. Ahora mata con clara intención y delicadeza, no
los asesinatos descuidados que solía cometer para los DaVincis.
—Está bien. — le sonrío. —Puedes admitir que soy el mejor. —

El ascensor se abre mientras Ben refunfuña en voz baja.

—Por aquí. — La hermana Jezebel se adelanta, con el pelo recogido en una apretada cola
de caballo. No lleva ningún arma visible, pero no tengo ninguna duda de que está armada
hasta los dientes. Por no hablar de que podría derribar a cualquiera con un simple cuerpo a
cuerpo. Algunas personas nacen asesinas, otras se hacen. Ella es definitivamente de la
primera variedad. También lo soy.

Clevenger se sienta junto a una amplia ventana con vistas a la ciudad mientras da un sorbo
a un café. —Tomen asiento. — Señala con la mano las sillas de su derecha.

La hermana Jezebel se sitúa junto a la puerta mientras Ben y yo tomamos asiento. —


¿Café? — pregunta.

Ambos rechazamos.

— ¿Has traído hoy a tu aprendiz?— pregunta Clevenger, aunque ni siquiera nos mira.

—Me imaginé que querría escuchar tu discurso para poder decidir por sí mismo. — Ya he
revisado la sala, buscando todas las salidas posibles y los puntos que podrían crear un
cuello de botella si nos atacan demasiados.

— ¿Mi discurso?— el lado del labio de Clevenger se levanta.

— ¿Acompañado?— Una mujer entra y le da a Clevenger un beso en la mejilla, que luego


convierte en un saludo con la boca abierta y la lengua.

Ben me mira con las cejas en alto.

— ¿Te vas de compras, dulce Poppy?— Le da una palmadita en el culo.

—He quedado con Lily en la juguetería de la Quinta. Estoy deseando decirles a los nietos
que pueden elegir cada uno el juguete que quieran en toda la tienda. — La mujer mayor
sonríe. Tiene más o menos la edad de Clevenger, pero no percibo en ella nada de la
taimada oscuridad que flota alrededor de Clevenger.

Nietos. Supongo que nunca he pensado en Clevenger como un hombre de familia. Pero de
nuevo, siempre ha sido solitario hasta los últimos años. Los rumores de reavivar un viejo
romance se arremolinaban, y parece que son ciertos.
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—Nos vemos ahí en breve. — se levanta y la acompaña hasta la puerta, dándole un nuevo
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beso antes de enviarla. —Vigila de cerca. — le dice a la hermana Jezebel, que sigue a la
mujer fuera del ático.
Al volver, se sienta y me mira fijamente. —He oído que también has encontrado tu pareja,
Logan. ¿Una esposa en casa?—

Me pongo tenso. Aunque Quinn no es exactamente un secreto, he hecho todo lo posible


para aislarla de mi vida. Ella cree que trabajo en finanzas. Diablos, incluso cree que trabajó
para una empresa de verdad. El negocio es mío, una fachada que vende juguetes de
peluche Pandacorn y otros artículos especiales de peluche. Lo monté todo, recluté a una
fabricante de peluches que resulta ser la mujer de un antiguo colega, y creé la empresa
para que Quinn pudiera trabajar desde casa.

—Sí, estoy casado. — No pongo ninguna inflexión en mi voz. Cuanto más desinteresado
parezca, más rápido pasará a otro tema. Al menos, esa es mi esperanza.

—El matrimonio es un gran asunto para la gente en nuestra línea de trabajo, Logan. Espero
que no lo hayas hecho a la ligera. — revuelve su café. — ¿Lo sabe ella?—

Supongo que el plan de “fingir desinterés” fracasó desde el principio. —No lo sabe, y
prefiero que siga siendo así.— Me digo a mí mismo que es porque quiero mantenerla a
salvo, pero si soy sincero, hay una parte de mí que teme que se aleje de mí si descubre la
verdad.

—Lo descubrirá algún día. — Mira por encima del hombro hacia la puerta por la que Poppy
acaba de salir. —Y huirá. Correrá tan lejos como pueda para encontrar seguridad. —

—Está más segura conmigo. — No puedo decir si la está amenazando, pero creo que no.
Parece estar más... no sé. Es como si tratara de darme un consejo real.

Asiente. —Sé lo que se siente, pero de todos modos, no puedes saber lo que hará cuando
se entere. Lo mejor es que se lo digas tú mismo. —

Me pongo rígido. —Eso es cosa mía. —

—Por supuesto. — Se aleja del tema y parece cambiar de marcha. — ¿Qué tal si vienes a
trabajar para mí?—

—No, gracias. —

—No has escuchado mi oferta. — Me hace una señal.

—No importa. Con todo el respeto, Clevenger, soy independiente, y siempre lo seré.
Respeto tu organización, pero no me uniré. —
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Enfoca su mirada en mí durante un rato y luego la dirige a Ben, que está estudiando una
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especie de máscara ceremonial encerrada en un cristal contra la pared lateral.


—Fue un regalo del Museo de Alejandría a mi hermano. Les devolvió varios artefactos
perdidos y, a cambio, le concedieron una de sus posesiones más preciadas. Me lo ha
prestado por un tiempo. —

— ¿Tienes un hermano?— Ben se queda atónito.

—Lo tengo. — Clevenger pasa por alto ese pequeño detalle. —Ahora, ¿qué hay de ti?
¿Estás interesado en trabajar para la organización secreta más poderosa del mundo?—

—Nunca digas nunca. — Ben se encoge de hombros.


—Pero por ahora, creo que estoy bien donde estoy. —

Clevenger considera sus palabras. —Estás estudiando a los pies de un maestro. Lo


reconozco. Sin embargo, espero que ambos se unan a mis filas tarde o temprano. Puede
llegar un día en que no acepte un no por respuesta. — Y ahí está. La amenaza letal bajo las
palabras amables. Clevenger puede ser un blando con su mujer, pero es todo acero cuando
se trata de negocios. Lo respeto.

Nos hace un gesto seco con la cabeza y se levanta. —Ha sido una charla agradable, pero
me temo que tengo juguetes que comprar. — Hace un gesto hacia el ascensor.

Esto ha sido mucho más fácil de lo que pensaba. Tal vez debería enviarle a Poppy una
cesta de regalo por haber acortado todo el asunto.

Entramos en el ascensor y Clevenger presiona el botón de la planta baja.

Me mira fijamente en la puerta de espejo. —Espero que hayas oído lo que he dicho, Logan.

—Sigo sin unirme. — Sacudo la cabeza.

—No sobre los negocios. Sobre decirle a tu esposa. Si ella se entera por su cuenta... —
Suspira.

—No lo hará. — Me he esforzado mucho para evitar que eso ocurra, y me esforzaré aún
más si lo considero necesario.

—Como tú digas. — Se encoge de hombros y mantiene esa mirada aguda sobre mí,
diciéndome en silencio que soy un tonto por ocultar mi trabajo a Quinn.

Pero él no la conoce, no como yo. Sé lo que es mejor para mi esposa, y mantenerla en la


oscuridad es lo más inteligente. Sin embargo, esa vocecita en el fondo de mi cabeza, ahora
es más fuerte y se repite: Si se entera, se irá. Huirá. La cosa es que la perseguiré y la
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encontraré. Porque Quinn es la única cosa en este mundo sin la que no puedo vivir.
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Capítulo 5
QUINN

Una de las cosas que más me gusta de vivir en la ciudad es que puedes recibir cualquier
cosa el mismo día. Es muy cómodo. Harley me mira mientras me preparo para nuestra
pequeña excursión. Estaba un poco triste porque Logan se había ido cuando me desperté
esta mañana, pero tiene un trabajo que hacer.

Aunque odio el hecho de que lo aleje tanto de mí, entiendo lo importante que es. Es dueño
de toda una maldita empresa que necesita mantener en funcionamiento. Debería estar
agradecida por lo realizado que está el hombre. Debe amar su carrera.

—Papi tiene que pagar las facturas. — le digo a Harley. No estoy siendo para nada pasivo-
agresiva. —Sí, es el dueño del local y puede hacer su propio horario. —

Me siento en el borde de la cama y me pongo las botas. Es un poco difícil. Me llegan hasta
las rodillas. Logan va a tener que ayudarme a quitármelas después. Pero, para empezar, de
eso se trata. Separó los muslos y veo cuatro pequeños moretones en el interior. Coloco mis
dedos sobre ellos, dándome cuenta rápidamente de lo que son.

—Vaya. — digo. Mis bragas se humedecen al pensar en cómo han llegado ahí. Es por los
dedos de Logan.
Maldita sea, es muy sexy. Me encanta ver su marca en mi piel. No recuerdo que me doliera
cuando me agarraba con fuerza. Disfruté cada segundo. Siempre lo hago cuando se pone
demasiado posesivo conmigo. Me encuentro tratando de sacar ese lado de él.

El hombre estaba insaciable después de la mamada en la ducha. Se abalanzó sobre mí


como un hombre hambriento incapaz de saciar su hambre. Logan siempre ha disfrutado
más de la cuenta bajar por mí. Anoche, sin embargo, fue como si algo se rompiera dentro
de él. Todo era un poco más agresivo. Incluso las cosas que me susurró al oído fueron un
poco más sucias que de costumbre. Disfruté cada segundo y espero que se repita pronto.

Un gemido me abandona cuando cierro los ojos y recuerdo todas las cosas que me dijo.
Aunque anoche se dejó llevar más de lo habitual, me di cuenta de que había momentos en
los que empezaba a decir algo y se interrumpía. Me quedé con la duda de qué quería decir.
Hoy voy a ver si consigo que termine de decir algunas de esas cosas.
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Me pongo en pie, tambaleándome un poco. Normalmente puedo aguantar los tacones, pero
Página

estos miden cinco, tal vez seis pulgadas. Harley me observa caminar de un lado a otro en el
extremo de la cama, acostumbrándome a ellos durante un segundo antes de que me dirija
al armario. Vuelvo a salir con una piel que Logan me compró el pasado San Valentín.

—No es de verdad. — le digo a Harley, que me lanza una mirada escéptica. Me lo puse
sobre mis bragas blancas de encaje y sujetador antes de regresar al baño para ponerme el
tono atrevido de lápiz labial rojo. No puedo creer que esté haciendo esto.

Me miro en el espejo y trato de animarme. No está tan lejos de su oficina. Me ató el abrigo
antes de tomar uno de mis Birkins más grandes y meter a Harley dentro para que me
acompañe.

—Señora Pruitt. — Martin se levanta de detrás de su escritorio de guardia. — ¿Va a salir?


— pregunta, nervioso.

—Sí, sadre. ¿Puede conseguirme un coche, por favor?—

— ¿La Sra. Smooth no viene con usted?—

—No. — respondo mientras mi cara empieza a calentarse.

Normalmente, cuando salgo, Nova me acompaña. Podemos estar conectadas por la cadera
cuando no estoy con mi marido. Definitivamente no voy a llevarla conmigo en mi visita
sexual sorpresa a Logan en su oficina.

— ¿Quieres que la llame?—

—No. — Me río. —Solo necesito un coche, por favor. — Empiezo a caminar hacia las
puertas delanteras.

—Por supuesto. ¿Hacia dónde se dirige?—

—A la 4th and Abbot. — Muevo los dedos de los pies dentro de mis botas. —En realidad,
creo que iré andando. — Probablemente no sea mi mejor idea, pero me apetece tomar aire
fresco.

—Podría llover. — Martin se apresura a ponerse delante de mí antes de que pueda salir del
edificio.

— ¿De verdad? Hace sol. — señaló.

— ¿A dónde vas?— llama Nova, saliendo del ascensor.

—Quería sorprender a Logan en la oficina. —


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Página

—Qué bonito. Te acompañaré. —


— ¿Estás segura?—

—Estaba a punto de ir al gimnasio. Caminar con mi amiga suena mucho mejor. — Sus ojos
me recorren de arriba a abajo. —Mi amiga que obviamente está tramando algo. — Sonríe.
Mi cara se sonroja aún más. —Nos vemos luego, Martin. — Nova le da una sonrisa
mientras agarra una de las puertas de cristal, abriéndola para mí.

— Meow. —

Nova deja de caminar y mira mi bolso.

— ¡Oh! Todavía no te he presentado a Harley. — Abro mi bolso. Harley asoma su cabecita.


—Nova, te presento a tu sobrino. Se llama Harley y es el nuevo miembro de la familia Pruitt.

—Es adorable. — le da una pequeña caricia en la parte superior de la cabeza con un dedo.
Ambos se miran con escepticismo. Nova es más una persona de perros, pero todavía la
quiero a pesar de ese defecto evidente. Saca su teléfono y hace clic mientras caminamos.
— ¿Quieres parar a tomar un café?—

—No. — Intentó acelerar para llegar al paso de peatones mientras los números hacen clic.

Nova me agarra del brazo, frenando mi paso.

— ¡Oye! Podríamos haber hecho eso. —

—Te vas a hacer daño con esos tacones. —

—Yo me encargo. — Me doy un tirón del abrigo, asegurándome de que está cerrado.

— ¿Quieres decirme por qué tienes puestas botas de prostituta?—

— ¡Nova!— Siseo, mirando a mí alrededor para ver si alguien ha oído. —Estoy


sorprendiendo a mi hombre en la oficina. — susurro.

— ¿Estás...? — se interrumpe, con los ojos puestos en el abrigo.

—No del todo. — Tiro de su brazo cuando el semáforo cambia y podemos volver a caminar.

— ¡Oh! Mira esas galletas. — Nova me empuja hacia el escaparate de la panadería. —


Puedes llevarle a Logan algunas. —

—Yo soy la galleta. — Me sacudo el brazo para liberarme de ella. —Te veré más tarde,
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chica. —
Página
Me suelta de mala gana y la dejó de pie frente a la tienda de dulces. No sé por qué está
rara, pero tengo una misión.

—Sra. Pruitt. — Chuck, uno de los guardias de seguridad, me llama cuando entró en el
edificio. Sus ojos me recorren de arriba abajo igual que los de Nova. Oh, Dios. ¿Es obvio lo
que estoy haciendo?

—Hola, Chuck. — Lo saludo con la mano antes de dirigirme directamente al ascensor.


Apuesto a que mi cara hace juego con mi lápiz de labios de lo mucho que me estoy
sonrojando. Presiono el botón del ascensor una y otra vez para que se cierre lo más rápido
posible. Probablemente debería haberlo pensado un poco más, pero sé que si me parara a
pensarlo realmente podría acobardarme.

Cuando las puertas del ascensor se abren de nuevo, mi marido está ahí de pie. Mi marido,
que parece muy cabreado. Nunca antes había recibido la ira de Logan. Lo he visto gritar a
otras personas y pensé que nunca querría ser yo. Pero mi cuerpo no tiene la respuesta que
pensé que tendría si eso llegara a suceder. Aprieto los muslos mientras la excitación ilumina
mi cuerpo.

—Quinn. — Pronuncia mi nombre de golpe, sonando muy enojado. Mis pezones se


endurecen casi dolorosamente. Me toma del brazo y me saca del ascensor hacia su
despacho.

—Hola, Ben. — Empiezo a saludarlo, pero Logan me interrumpe.

—No lo mires ni le hables. —

Dejo caer mi mano rápidamente. Logan me quita el bolso y se lo entrega a Ben. —Estás
haciendo de canguro. —

— ¿Que estoy qué? — pregunta antes de que un maullido salga del interior de mi bolso. No
llego a ver su reacción porque Logan ya me ha metido en su despacho y cierra la puerta
tras nosotros.

El chasquido de la cerradura es fuerte y prometedor. Al menos, espero que sea eso. Con mi
marido, estoy empezando a darme cuenta de que nunca sabes lo que vas a conseguir. Pero
sé que voy a disfrutar de lo que me dé.
22
Página
Capítulo 6
LOGAN

— ¿En qué estabas pensando?— La agarro y la llevo a mi escritorio, sentándola en él y


mirándola.

—Estaba, um... — Su lengua sale para mojar sus labios rojos. Parece sexo. Como un puto
sueño húmedo en un abrigo de piel con Dios sabe qué debajo. Estoy tan duro que podría
follar a través de una pared de ladrillos, y todo lo que puedo ver es a ella.

— ¿Que estabas qué?— Le pasó los dedos por el pelo y la agarró. He perdido el control.
Me he esforzado tanto en ser bueno con ella, en ser amable. Pero ella me ha llevado al
límite.

—Viniendo a verte. — Su pulso se acelera en su garganta.

— ¿Solo para verme?— Le paso la palma de la mano por la mejilla hasta el cuello.

—Y para... — traga con fuerza. —Para mostrarte. —

Me elevo sobre ella, inclinándola hacia atrás mientras su respiración se entrecorta. —


Muéstrame entonces. —
Rápidamente, la arranco del escritorio y la pongo de pie. Ahora es más alta y lleva unas
botas hasta el muslo que hacen que se me caliente la sangre. ¿Cuántos hombres la han
visto entrar aquí? ¿A cuántos voy a tener que matar por desear lo que es mío?

— ¿Mostrarte?— Parpadea tan inocentemente que me siento en la silla de mi escritorio y


hago un gesto hacia ella.

—Vamos, cariño. Muéstrame lo que has venido a enseñar. —

Su mirada se dirige a mi polla, cuya dureza se presiona firmemente contra mis pantalones.
Gimo, su mirada es casi como un toque. Como la sensación de su boca en la ducha. Me
pasó una mano por el pelo, intentando que mi sangre vuelva a helarse.

Pero cuando se desata el abrigo de piel y se encoge de hombros, sé que se acabó. No


habrá suavidad. No cuando mi mujer se pone delante de mí con unas botas para follar y una
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lencería que apenas se ve.


Página

— ¿Has venido a enseñarme esto?— Mi voz chirría, espesa de lujuria.


Se pasa las manos por las tetas y la cintura. —Sí. —

Cuando miro entre sus muslos, veo que el encaje ya está mojado. Joder. —Ven aquí. —

Se acerca a mí.

—Quítate las bragas. — Veo cómo sigue mi orden, apenas despejando el tacón alto de su
pie derecho con el trozo de tela. —Dámelas. —

Me las da, las tomo y lamo la costura donde los jugos de su coño empapan la tela.

Sus ojos se abren de par en par. —Logan. —

Sigo las curvas de su cuerpo hasta su húmedo coño, y luego me doy una palmadita en las
rodillas. —Túmbate aquí. —

— ¿Sobre tus rodillas?— Aprieta los muslos.

Sé lo que necesita. Siempre lo he sabido. —Ahora. —


Se acerca a mí y se tumba cautelosamente sobre mi regazo.

—Mantén esos tacones en el suelo, Quinn. — La empujo hacia abajo, extendiendo mis
dedos por la parte superior de su espalda mientras su culo permanece en el aire. —Tengo
reglas por una razón. —

— ¿Reglas?— Su voz tiembla.

—Reglas sobre que uses a nuestro conductor si quieres ir a algún sitio. Sobre que me digas
lo que estás haciendo. Sobre todas las cosas que necesito saber para mantenerte a salvo.

—Estoy a salvo. —

—Estás a salvo conmigo. — la corrijo. —Y puedo garantizarte... — Le acaricio el culo


desnudo mientras se estremece. —Lo que has hecho hoy no es seguro. Caminando aquí
con este traje y estas botas para follar. Sin llevar apenas nada debajo. — Dejo que mi ira y
mi deseo se mezclen mientras retrocedo y golpeo con la mano su culo regordete.

Grita cuando le froto la piel caliente. Luego la golpeó una y otra vez. La palma de mi mano
se calienta con los impactos mientras sus chillidos se convierten en gemidos.

— ¿Entiendes por qué he tenido que castigarte, Dulzura?— Le pregunto mientras le frotó el
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culo y luego bajó los dedos, acariciando su húmedo coño.


Página

—S-sí. —Deja escapar un suspiro tembloroso.


Debería dejarla ir. Ha aprendido la lección. Debería dejarla salir de aquí -con mi abrigo, por
supuesto- y llevarla directamente a mi coche. Pero no lo hago. Porque he estallado. Me he
vuelto loco y no puedo deshacerlo. No hasta que la tenga justo donde la necesito.

De pie, la hago girar y la inclino sobre mi escritorio. —Has sido una chica mala. Muy mala.
Me has hecho trabajar duro. No podré pensar hasta que haya llenado tu coño con mi semen
caliente. —

Se retuerce debajo de mí, con su culo rojo provocándome. Me desabrocho el cinturón con
una mano y me abro los pantalones de un tirón. Mi polla es como una barra de hierro en mi
mano mientras me alineo en su entrada. Nunca la he tomado así. Es tan dulce, tan
inocente. No quiero ensuciarla, pero ahora mismo no puedo contenerme.

— ¿Lo quieres, Dulzura?—

Hace un sonido, pero la interrumpo. —No importa, Dulzura, porque vas a tener cada
centímetro de mí, mocosa traviesa. — Me sumerjo dentro de ella, mi polla se desliza con
facilidad mientras ella deja escapar un gemido bajo y animal.

Me introduzco más profundamente, hasta la empuñadura, y enredo mis dedos en su pelo.


Cuando la atraigo hacia mí, se arquea y me deslizó aún más adentro.

—Eso es. — La follo con fuerza, con mis caderas golpeando su culo mientras le doy todo lo
que tengo. No tengo duda de que todo el piso puede oírnos. Me importa un demonio.

— ¿Te gusta eso, chica sucia?— Me acerco a su frente y le arranco el sujetador, que se
rompe fácilmente. Agarrando su teta, la aprieto con fuerza mientras la follo.

— ¡Logan!— jadea mientras le doy duro y profundo.

—Tú te lo has buscado. — Disfruto de cada golpe fuerte, de cada suspiro de sus labios, de
cada chillido de placer mientras le doy todo lo que pidió en el momento en que decidió
ponerse estas malditas botas. —Llevar tacones de puta. Esto es lo que consiguen las putas,
Dulzura. ¿Esto es lo que querías?—

— ¡Sí!—

Intento parar mi boca, dejar de decir estas cosas a mi inocente princesa, pero no lo consigo.
La suciedad se derrama de mi boca. —Tu coño es tan malditamente dulce. Maduro solo
para mí, solo para mi gorda polla. —

Araña el escritorio mientras le doy una ligera palmada en la teta. Eso hace que se
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sobresalte y empuje con más fuerza, empalándose en mí. Le gusta el dolor. A mí me gusta
Página

provocarlo. Aun así, trato de contenerme. Es inútil. Estoy demasiado metido. Literalmente.
—Este coño es una obra de arte. Lástima que lo vaya a pintar de blanco.— Llevo la mano
hacia abajo y acaricio su clítoris, acariciándolo mientras la penetro.

Mi carga aumenta en mi polla, y agarró aún más su pelo, tirando de ella hacia mí y girando
su cabeza.

Cuando la beso, se pone rígida y gime. Siento que su coño me ordeña y la suelto. Nos
corremos juntos, los dos encerrados en el otro mientras alcanzamos el clímax. La besó con
fuerza, follándola con la lengua mientras me corro dentro de ella. Lo tomo todo, cada
pedacito de ella que puedo conseguir, y no dejo nada.
Sigo besándola mientras mis caderas se calman y aflojo el agarre de su pelo. Cuando
finalmente suelto su boca, respiro profundamente y me doy cuenta de que he cruzado más
líneas de las que puedo contar.

Se estremece y apoya las palmas de las manos en el escritorio, dejando que su cabeza
cuelgue hacia delante.

El sentimiento de culpa me recorre, me retiro y subo la cremallera. Esta vez sí que la he


cagado. Muy mal.

Tomo unos pañuelos de la caja que hay en el aparador y la limpió mientras respira
profundamente y permanece inclinada sobre mi escritorio. Es como un ángel herido, con
marcas rojas en el culo y el pecho.

— ¿Logan?— Su voz es suave, y me duele solo pensar en lo que debe estar sintiendo por
dentro. Soy un maldito monstruo, y ahora ella lo ha visto. Lo ha sentido.

—Lo siento mucho, Dulzura. — La envuelvo en mis brazos, mi frente a su espalda. —Perdí
el control. Soy un imbécil. Siento mucho haberte hecho daño. —

—Logan, yo... —

—Te prometo que no volverá a ocurrir. — Beso la parte de atrás de su cuello, tratando de
mostrarle lo mucho que lo digo en serio. —Lo siento mucho. Por favor, perdóname. —
26
Página
Capítulo 7
QUINN

Me siento en la cama escuchando a Logan hacer la maleta. Hace dos semanas, pensé que
habíamos dado un giro. Que por fin había acercado a mi marido a mí. Sentía como si todos
los muros que se interponían entre nosotros se hubieran derrumbado. Pero tan rápido como
se derrumbaron ese día en su oficina, resucitaron aún más rápido poco después.

Sus disculpas me atravesaron. El hecho de que sintiera la necesidad de disculparse era lo


que más me dolía. No tenía ni idea de que las disculpas pudieran hacerle eso a alguien,
pero pueden. Peor aún, apenas me mira ya. Me toca como si pudiera romperme en
cualquier momento. Tal vez lo haga. Mi corazón, al menos.

—Debería volver mañana; puede que sea más tarde. No hace falta que me esperes
levantada. — dice saliendo del armario con su bolsa en la mano. — ¿Por qué no van Nova y
tú a ese spa que tanto te gusta?—

—Tal vez. — Suspiro, acariciando a Harley, que está sentado en mi regazo. Los dedos de
Logan se acercan a mi barbilla, levantando mi cabeza para mirarlo.

—Te amo. ¿Lo sabes, preciosa?—

—Yo también te amo. — respondo, sin responder a su pregunta. Sinceramente, no estoy


segura de que me ame. No de la forma en que necesito ser amada.

Se inclina y apenas roza su boca con la mía. Alargó la mano y agarró la parte delantera de
su chaqueta, intentando profundizar el beso. Se retira antes de que pueda hacerlo. Intento
que la decepción no me invada, pero no puedo evitarlo.

—Sé una buena chica mientras estoy fuera. —

— ¿O qué?— me burlo. Me relamo los labios, mi cuerpo se calienta al pensar en las


consecuencias. Haría cualquier cosa porque me tomara de la misma manera que lo había
hecho en su oficina. Logan siempre ha sido un amante generoso. Me sorprendo cuando
oigo a otras mujeres decir que sus maridos no bajan para ellas. Aunque Logan se ha
asegurado de que esté más que satisfecha cada vez que hacemos el amor, todavía me
quedo con ganas de más. Quiero esa parte de él que intenta mantener escondida.
27

—Quinn. Por favor, pórtate bien mientras no estoy. — suena derrotado.


Página
—De acuerdo. — Dejó escapar un resoplido.

No es divertido provocarlo cuando lo dice de esa manera. ¿Estoy empezando a cansarlo?


Pensaba que mis provocaciones y el hecho de ir al límite eran divertidos para los dos. De
nuevo, en cuanto creo que sé un poco más sobre mi marido, lo pierdo y creo que no sé
nada en absoluto.

Sus ojos se dirigen a mi boca y creo que va a volver por otro beso, pero no lo hace. Se da la
vuelta y sale por la puerta del dormitorio. Las lágrimas resbalan por mis mejillas. No sé si
son mis hormonas o mi corazón los que me hacen llorar tanto esta semana. Estoy segura
de que es un poco de ambas cosas. Pero una gran parte es la frustración.

Dos veces le he dicho a Logan que tenemos que hablar. Cada vez me interrumpía con esa
boca suya. Sigue haciéndome el amor todas las noches. ¿Cómo es posible tener esa
cercanía todos los días pero que el espacio entre nosotros siga creciendo?

—Supongo que tendré que hacer la prueba por mi cuenta. —

Cada vez que creía que estaba embarazada, Logan y yo nos hacíamos la prueba juntos. De
eso quería hablar con él. Claro que puedo hacerme la prueba sola, pero siempre sé que voy
a estar triste cuando vea la única línea azul, y nadie puede animarme como él. Podría
esperar y tratar de preguntarle de nuevo mañana, pero ya me he cansado de esperar.

Levantó a Harley y lo llevó conmigo al baño. Rebusco en el fondo del cajón y encuentro una
de las pruebas de embarazo. Vuelvo a leer las instrucciones, aunque ya sé cómo hacerlo.
Lo he hecho varias veces. En realidad, no es una ciencia espacial.

Cuando termino, dejo el palito en la encimera antes de lavarme las manos. Harley se sienta
en el fregadero, mirándome.

—Necesito mi teléfono para el tiempo. — le digo a Harley, necesitando que alguien me


explique esto. No tengo la oportunidad de agarrarlo. Mi ojo capta las dos líneas azules que
ya aparecen en la prueba. —Ni hablar.— La tomo y miro las líneas con sorpresa. Hacía
tiempo que quería verlas

—Estoy embarazada. — susurro. Por fin ha ocurrido. Voy a ser madre. Empiezo a llorar de
nuevo. Estoy feliz y triste, todo en uno. Levanto a Harley del fregadero y vuelvo corriendo al
dormitorio para conseguir el teléfono. Lo sostengo en la mano, sin saber qué hacer a
continuación. Este debería ser uno de los momentos más felices de mi vida, pero todavía
siento una punzada de tristeza.

Logan debería estar aquí. No debería llamarlo para contarle esto. Me debato entre llamar a
Nova. Es mi mejor amiga, pero me parece mal decírselo a ella antes que a Logan.
28
Página

—¿Harley, qué hago?— Lo abrazó con fuerza. Mis lágrimas empiezan a secarse mientras la
ira empieza a ocupar su lugar. No es una emoción a la que esté acostumbrada.
Desde la primera vez que Logan y yo hicimos el amor, he soñado con tener un bebé y
formar una familia propia. Logan nunca tuvo una madre y un padre o hermanos. No solo
quería darle eso, sino que quería algo diferente a la familia en la que había crecido.

No entiendo por qué se aleja de mí. Tiene que haber algo que me está ocultando. Me
resulta difícil imaginarme que podría ser otra mujer. Pero Logan me mostró otro lado de sí
mismo en su oficina. Sus gustos sexuales son más oscuros y profundos. ¿Busca eso con
otra persona?

¿Y si va a uno de esos clubes BDSM para satisfacer esa necesidad? Oh, Dios. Harley deja
escapar un maullido. — ¡Lo siento!— Lo dejo en la cama, dándome cuenta de que lo he
apretado demasiado.

He estado leyendo demasiados libros románticos sucios. Aunque esos libros suenan
calientes cuando los leo, no quiero hacerlo con otras personas alrededor. Tampoco quiero
que una mujer semidesnuda se pasee por ahí para que la vea mi marido. Creo que soy
demasiado celosa para eso. La idea de un club así solo suena caliente dentro de las
páginas de un libro.

Lo único que se me ocurre hacer es husmear. Tengo que resolver esto, por mí y por la vida
que crece en mi interior. Me dirijo a nuestro armario, recordando la habitación del pánico.
Nunca he tenido la necesidad de entrar ahí. Logan me la enseñó cuando me mudé después
de casarnos. Miró fijamente su ropa, intentando recordar dónde está el panel secreto.

Empiezo a empujar su ropa y pasó las manos por la pared. Sé que está por aquí. Por fin
encuentro la puertecita, aunque no me resulta precisamente familiar. La empujó para abrirla
y revelar una pequeña pantalla de seguridad.

Espera un momento. Me detengo y miro hacia mis zapatos. Ahora recuerdo que la
habitación del pánico está ahí. ¿Entonces, qué diablos abre esta puerta? Me inclino hacia
delante para que la pantalla de seguridad pueda escanear mi cara. No pasa nada. Lo vuelvo
a intentar, pero no acepta la lectura.

En la pantalla aparece Acceso denegado. Lo miró fijamente. —Está ocultando algo. —

— Meow. — dice Harley de acuerdo.

Apuesto a que hay algún cuarto de sexo pervertido ahí atrás. Una a la que nunca me ha
llevado.

—Me dijo que yo era la única chica que había estado aquí. — Cruzó los brazos sobre el
pecho. Tengo veinticuatro horas para entrar en la habitación.
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Mi teléfono suena, asustándome. Mi corazón late con fuerza cuando tomó el teléfono de la
Página

cama y veo que es Nova quien llama.


—Hola. — digo.

—He visto a Logan saliendo. ¿Quieres salir? ¿Un día de spa? — sugiere.

—En realidad estoy ocupada. —

— ¿Ocupada? ¿Con qué?—

—Solo con algunas cosas. ¿Puedo llamarte luego?—

—Claro, supongo. —

—Te quiero, adiós. — digo, terminando la llamada antes de que pueda preguntarme algo
más.

El tiempo corre.

¿Puedes pedir un mazo en Amazon? ¿Entrega en el mismo día? Me lo planteo. Solo hay
una forma de averiguarlo.

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Página
Capítulo 8
LOGAN

El objetivo se desploma en un callejón, y mi bala acaba con su sórdida vida. Desmontó


rápidamente mi rifle de francotirador, lo guardó en mi mochila y luego saltó la escalera de
incendios para volver a bajar al nivel de la calle.

La prostituta a la que había estado golpeando ya está gritando cuando pasó por delante de
un bar abarrotado y luego por una calle tranquila con residencias. Vuelvo a girar y me
encuentro de nuevo en una calle ancha, con taxis y coches pasando a toda velocidad y
bocinas que suenan tan a menudo que parecen un esfuerzo concertado.

Me deslizo hasta el todoterreno que espera en la acera. La policía aún no ha respondido,


probablemente sin saber que Carlo Aronzini, un despiadado jefe del crimen que ha asolado
esta ciudad durante años, yace muerto en un callejón.

—Yo podría haber manejado esto. — Ben arranca el coche y sale al tráfico.

—Lo sé. — Últimamente le he dado muchos trabajos, pero algunos tengo que hacerlos yo.
Como esto. Carlo era una maldita escoria que merecía una muerte mucho más lenta y
dolorosa que la que le di. Pero al menos se ha ido. No volverá a hacer daño a nadie más.
No es que importe en el gran esquema. Soy plenamente consciente de que otro jefe -quizá
incluso uno peor- surgirá en su lugar, pero no puedo hacer mucho.

Envío un mensaje de texto con los detalles de la finalización del trabajo al cliente y veo
cómo mi cuenta bancaria aumenta. Guardó el teléfono y miro la ciudad mientras un coche
patrulla pasa por delante de nosotros con las luces y las sirenas encendidas.

— ¿Qué te pasa?— Ben se estaciona en una calle lateral y detiene el coche.

— ¿Qué?— Lo miro por el retrovisor. —Nada—

—Algo. — Sacude la cabeza. —Suéltalo. ¿Es por lo de Brotherhood? Clevenger parece que
te respeta, y los otros conjuntos no te joden. Diablos, si un Red Dragoon te viera,
probablemente te cagaría y saldría corriendo.—

—No. — Desestimó su pregunta.


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—Ah. Ya veo. — Asiente para sí mismo. —Es tu esposa. ¿Qué pasa?—


Página
No digo nada. Estoy cerca de Ben, pero no me gusta hablar de mi esposa con nadie. Solo
con Nova, porque sé que puedo confiar en ella.

—Solo conduce. — Me quito los guantes.

Se queda en silencio un rato y luego se aparta de la acera. —Lo entiendo. — Eso es todo lo
que dice.

No creo que lo haga. No cuando todo tu futuro y tu corazón están envueltos en una mujer
como Quinn. Es tan inocente y frágil, nada que ver con Ben y conmigo. Ni siquiera como
Nova. Todos somos mercenarios, gente que hará lo necesario para ganar siempre. Pero mi
Quinn es tan bondadosa. Por eso la llamo Dulzura, es la cosa más dulce que he
encontrado.

Le tiró un hueso a Ben. —El trabajo me aleja mucho. No es una fanática. —

—Tiene sentido. — Se encoge de hombros. —Te quiere en casa. — Gira hacia el


estacionamiento de mi edificio. —Podrías hacer que eso suceda. Pero entonces, por
supuesto, tendrías que enviarme más trabajo. No tengo a nadie esperándome en mi casa, y
menos a una esposa. Si la distancia es tu problema, puedo ayudarte ahí. —

—No es solo ese tipo de distancia. — Suspiro. —No somos de la misma raza. Quinn no es
como yo. No en el sentido de... — ¿Cómo puedo explicarlo? —En el sentido de que soy un
asesino a sangre fría, y a ella le gustan los gatitos y las novelas románticas. Quiero que
conserve esa inocencia, y me preocupa que la aplaste si descubre quién soy realmente. —

—Oh. — estaciona cerca del ascensor. —Me temo que no soy de mucha ayuda en eso. Eso
es algo que ustedes dos tienen que resolver. ¿Pero puedo ofrecer un pequeño consejo?—

—Tal vez. — Entrecierro los ojos.

—Ella se casó contigo por una razón. No es una mujer estúpida. Lo sé por las pocas veces
que nos hemos visto y hemos hablado aquí y allá. No creo que haya ninguna forma en la
tierra verde de Dios de que ella no tenga algún indicio -tal vez en el fondo de su mente, no
lo sé- de que no eres un hombre de negocios de modales suaves. —

— ¿Y?— Alcanzó el pomo de la puerta.

—Y si ella te eligió de todos modos, entonces tal vez le gusta esa parte oscura y áspera de
ti. ¿Me entiendes?—

Dudo, luego sacudo la cabeza. —No. Ella no estaría conmigo si supiera la verdad. Es
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imposible que sospeche todo eso. — Salgo y corro hacia el ascensor mientras Ben se aleja
Página

detrás de mí.
Pero no puedo evitar seguir pensando en lo que ha dicho. ¿Tiene ella alguna idea de que
soy un hombre malo? He intentado ser amable con ella, muy amable. Sí, tuve un desliz
hace una semana en mi oficina, pero he sido muy cuidadoso desde entonces.

No hay manera de que ella tenga alguna idea. He hecho todo lo posible para que siga
siendo así. Me apoyo en la pared reflectante del ascensor y me miró fijamente mientras
subo. Cuanto más miro, más intentó cuadrar el hombre que veo con el que ama a su mujer
más que a la vida misma. Es como si fuera dos personas. Pero tengo que serlo si quiero
conservar a Quinn.

Al menos ella no sabe qué está pasando nada. Eso es lo único a lo que puedo aferrarme
ahora mismo. Salgo del ascensor y entró en el ático.

Cuando oigo un fuerte estallido, saco mi pistola y dejo caer mi bolsa de viaje. El sonido me
pone los pelos de punta y el pánico intenta apoderarse de mí. No lo permito. Tengo que
llegar hasta Quinn. Algo va mal. Muy mal.

Recorro el pasillo con calma, comprobando cada habitación en busca de ella. Pero no la
veo. El golpe viene de nuevo, y esta vez es seguido por un grito frustrado. Uno que
reconozco.

Me pongo la pistola en la funda y me abrocho el abrigo mientras entro en el dormitorio.

— ¿Por qué no abres? Esto es una mierda. — Bang.


Me asomo al armario del dormitorio principal y encuentro a Quinn apoyada en el tocador,
con un pequeño mazo a sus pies. Mi ropa ha sido apartada, y ha destrozado el panel de
control de mi sala de control y mi arsenal.

—Sé que es una habitación roja. Simplemente lo sé. He visto esas películas. — Vuelve a
tomar el mazo.

— ¿Quinn?— Me meto en el armario.

Se queda paralizada y se vuelve hacia mí. Una capa de sudor le cubre la frente, y algunos
trozos de plástico de la pantalla de control están pegados a su pelo. —Yo... yo... —

Me apoyo en el marco de la puerta mientras la observo a ella y a los daños y espero su


explicación. Esto debería ser bueno.
33
Página
Capítulo 9
QUINN

— ¿Estoy ampliando el armario?— La mentira se me escapa de la boca.

Inmediatamente me siento culpable. Empiezo a intentar pensar en ideas para rediseñar el


armario y no mentir a mi marido. Nunca le mentiría. Además, nunca se sabe, una vez que
descubra lo que hay detrás de esta pared que tiene una cosa súper secreta tipo James
Bond, podría decidir ampliar el armario. Así que no voy a admitir la mentira todavía.

Muchos pensamientos pasan por mi mente. Debería decirle lo que estoy haciendo para que
admita lo que ha estado ocultando. Podría llevarme a su habitación roja del dolor y usarla
conmigo. Tacha eso. No quiero ser parte de nada doloroso. Pero él nunca me ha hecho
daño. Las pequeñas marcas que Logan dejó en mi piel estaban lejos de ser dolorosas. Las
amaba y adoraba tanto como a él.

—Dulzura. —

—No me llames así. — Suelto el mazo, la culpa empieza a devorarme. —No soy Dulce.
Creo que te he mentido. Nunca fue mi intención. Lo juro. — Me doblo como una silla barata.
Las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas. —Perdóname. —

—Quinn. — Logan se precipita hacia mí, levantándome de los pies. Me saca del armario y
me lleva al dormitorio.

—Podríamos ampliar el armario. Así no sería una mentirosa. —hipo.

—Podemos hacer lo que quieras, Dulzura, pero por favor, deja de llorar. No soporto que
estés triste. —

—De acuerdo. — Resoplo, tratando de controlarlas.

—No paran. — Estalló en más lágrimas. —Yo... yo... —

—Shh. — Logan me da besos en las mejillas mientras me mece en su regazo. —No eres
una mentirosa. Te he atrapado con la guardia baja. —
34

—Se supone que no estarías en casa hasta mañana. —


Página
— ¿Ves? Soy el que miente. — Levanto la cabeza para mirarlo. —Me apresuré a llegar a
casa. Te eché de menos. —

— ¿De verdad? No actúas como si me echaras de menos. —

Parece casi afectado. —Quinn, siempre te echo de menos. Podemos estar en la misma
habitación y te echo de menos porque estás al otro lado. —

— ¿De verdad?— No puedo evitar sonreír ante eso.

—Siempre. — Se inclina y me besa suavemente. Cuando intenta profundizar el beso, le


hundo los dientes en el labio inferior, con fuerza. Se aparta de mí.

— ¿He hecho algo malo?— No me gusta morderlo de esa manera. Soy más del tipo de
chica de mordiscos pequeños, pero si él quiere dolor, eso es lo que le daré. — ¡Oh, mierda!
Lo entendí mal. Solo quieres darme dolor. — Intento no encogerme, pero creo que no lo
consigo.

—Nunca quiero causarte dolor. — Me mira como si me hubieran crecido dos cabezas. —
¿Quieres causarme dolor? Puedes morderme si quieres. Solo me sorprendió.— Se lame el
labio inferior.

Sacudo la cabeza. Es dulce que me deje morderlo si realmente es lo mío. Puede que no
sea lo suyo, pero su polla está dura ahora mismo y me presiona el trasero.
—No quiero causarte dolor, pero estás duro. — le digo.

—Estoy duro porque estás en mi regazo, Dulzura. Solo tengo que olerte y se me pone dura.

No puedo evitar contonearme sobre su polla. Me agarra de las caderas, deteniéndome.


Respiro, mis pezones se tensan ante la firmeza de su agarre.

Tengo que seguir con mi tarea. Con un par de besos, Logan puede hacer que me olvide de
todo y vuelva a caer en la cama con él. Puede que el sexo de las últimas semanas haya
sido dulce y lento, pero sigue siendo alucinantemente bueno. Me encantan todas las formas
diferentes en las que me hace el amor.

Odio la idea de que se contenga. Puede que no esté en la habitación roja del dolor, pero
puede que haya algún tipo de trabajo alrededor. Estamos casados. Como él dijo, me dejaría
morderlo si quisiera. También quiero satisfacer sus necesidades.

—Me has mentido. —


35

—Dulzura. — Por primera vez, creo que veo miedo en los ojos de Logan. Le he atrapado
Página

totalmente. Lo sabía.
—Dijiste que no tuviste otra mujer aquí antes que yo. — Lo interrumpo.

Me parece bien que nos tomemos nuestro tiempo para encontrar un hogar. Logan tiene
muchas especificaciones a la hora de elegir uno. La seguridad es lo primero de la lista. Por
eso me había mudado a su ático. Dijo que tener seguridad de última generación le haría
sentir mejor cuando tuviera que viajar. Estuve de acuerdo, siempre y cuando no fuera un
apartamento de soltero al que me mudara. Prometió que ninguna otra mujer había estado
aquí. Dijo que este era su santuario.

—Nunca. —

Lo miro fijamente a los ojos.

—Lo juro. —

— ¿Entonces por qué tienes una habitación roja del dolor?—

Sus cejas se juntan. — ¿Habitación roja de qué?—

—No estoy juzgando. Si tienes perversiones quiero estar en ellas contigo. El dolor no es lo
mío. Tal vez podríamos volver a pintarlo de rosa y podría ser la habitación rosa de la
perversión. — Ya suena más atractivo.

—Mi perversión es follar con mi esposa. Tú eres todo lo que quiero, Quinn. En el momento
en que te vi, supe que eras todo lo que quería. Te amo a ti y a nadie más. —

—Logan. — Cierro los ojos, envolviéndome en él. —Acabo de ver esa cosa del panel y no
sabía lo que era.—

Sé que cada palabra que ha dicho es la verdad. Logan no es del tipo infiel y me ama. Pasa
sus manos por mi espalda.

—Es una sala de control. Supervisa toda la seguridad del ático. — Hace una pausa y creo
que va a decir algo más, pero no lo hace.

Entierro mi cara en su cuello.

— ¿La habitación roja del dolor es algo de BDSM? — pregunta.

Asiento.

—No necesito una habitación especial para follarme a mi esposa, pero si quieres una
habitación rosa de perversión veré lo que puedo hacer. — Resoplo una carcajada,
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olvidando por un momento que estaba en el armario con un mazo.


Página
—Puede que necesitemos una habitación rosa pronto. — digo, levantando la cabeza. —O
quizá azul. —

— ¿Quinn?—

Puede que me esté ocultando cosas, pero yo nunca le ocultaré nada. Especialmente algo
tan grande como esto. O tal vez esté evitando lidiar con lo que sea que esté ocultando. Si
no es la habitación roja del dolor y solo es una ‘sala de control’ entonces ¿por qué nunca
me la ha mostrado?

— ¿Dulzura?— Me agarra la mandíbula y vuelve a dirigir mi mirada hacia la suya con


suavidad. —Estás diciendo... — Traga con fuerza.

—Estoy embarazada. —

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Página
Capítulo 10
LOGAN

—Embarazada. — El sonido de esa palabra es como un disparo al corazón, o quizá más


bien una jeringa de adrenalina.

—Quieres decir que estás realmente... —

—Embarazada. — Asiente, con lágrimas en los ojos.

Todo dentro de mí se dispara a la vez, como un espectáculo de fuegos artificiales que se


enciende accidentalmente de golpe. Suelto un grito bárbaro y la hago girar. Chilla divertida.
Nunca había estado tan lleno de alegría y emoción en la vida, excepto quizás el día en que
me casé con Quinn. Dios, hemos estado intentando hacer un bebé, mi hermosa y
maravillosa esposa lo ha conseguido. La felicidad es helio, me levanta de los pies mientras
la hago girar y sonrío tanto que mi cara podría resquebrajarse.

Entonces me acuerdo. Embarazada. Así que la pongo en el suelo. ¿Dios, en qué estoy
pensando?

—No quería hacer eso. — La acompaño hacia la cama y la acomodo en ella. —No te he
hecho daño, ¿verdad?—

— ¿Hacerme daño? No. — Me mira, algo perpleja, mientras coloco con cuidado una
almohada detrás de su cabeza.

—Fue una tontería por mi parte. — Ahueco su rostro entre mis manos y le sonrío. —No
estás en condiciones de que te maltrate. —

Coge una de mis manos y se la lleva al abdomen.

—Estoy embarazada, Logan. No estoy a las puertas de la muerte. No tengas miedo de


abrazarme. —

—Nunca. — La atraigo hacia mis brazos con todo el cuidado que puedo. Lo último que
querría es hacerle daño a ella o a nuestro hijo que crece dentro de ella.
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—De verdad, Logan. No me voy a romper. — Me besa y se aprieta más contra mí.
Página
Quiero profundizar el beso, inmovilizarla en la cama y celebrar cada pedazo de felicidad y
excitación. Hacer que se corra, que grite mi nombre. ¿Pero no le hará daño? No puedo
hacerlo. Y las cosas en las que ya he estado pensando -juego más duro en el dormitorio-
bueno, todo eso tiene que terminar. Ella es delicada, ahora más que nunca.

Me retiro y rompiendo el beso. —Tenemos que tener cuidado, Dulzura. —

— ¿Cuidado?— me mira. —No. —

— ¿Qué?— No entiendo.

—No quiero tener cuidado. Estoy embarazada, no soy de cristal. — Se acerca a mi polla,
palmeando la dura longitud de la misma.

—Quinn, por favor. — le tomo la muñeca y la alejo.

El dolor que cruza su cara es como un puñetazo en las tripas, y al instante me arrepiento de
haber retirado su mano. Pero no puedo dejar que haga nada que pueda ponerla en peligro.

— ¿Por qué estás así?— Una lágrima rueda por su mejilla. —Me ocultas cosas, no quieres
tocarme... —

—Siempre quiero tocarte. —

—Pero tú solo... —

—Siempre quiero mi boca en ese dulce y caliente coño.—

Jadea.

Le bajó los pantalones de un tirón, llevándome sus bragas y tirándolas al suelo.

— ¡Logan!— Intenta darme una patada. —Todavía estoy enojada contigo. —

Le agarró el pie y lo sostengo, luego le abro las piernas.

— ¡No! ¡Estás siendo un idiota!— levanta la rodilla, pero la vuelvo a bajar. Se le escapa un
gemido mientras le sujeto las caderas a la cama y utilizo mis hombros para separar sus
piernas. Su coño ya está reluciente y húmedo para mí. La sola idea de que mi semilla
crezca en su vientre me hace salivar para probarla.

Se agita.
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La mantengo sujeta a la cama, aunque tengo cuidado de no presionar su abdomen. — ¿No


Página

quieres que te lama aquí?— Paso mi lengua por su raja, probando a fondo su dulce miel.
— ¡Logan!— Agarra las sábanas con las manos.

— ¿Así que no quieres que lo haga?— Le paso la lengua por el clítoris, sus caderas saltan
con cada impacto. — ¿Es eso cierto?—

Muevo mis manos a su culo y aprieto, levantando su coño hacia mi cara como si fuera una
bandeja. Cuando me adentro, entierro mi lengua dentro de ella, chupando su carne húmeda
mientras se arquea fuera de la cama. Nunca le haré daño, pero sí puedo darle placer. Mi
lengua siempre le ha dado lo que necesita. Aunque quiera más, necesito controlarme ahora
más que nunca. Cualquier idea que pudiera tener sobre ser más aventurero tiene que ser
puesta en la cama.

Apretando más su culo, chupo su clítoris entre mis dientes. Mueve sus caderas contra mí,
perdida en la sensación de lo que le estoy haciendo. Frotando en mi cara, persigue su
orgasmo. Me encanta que sea así, tan salvaje y concentrada en su placer.

Lo consigue, llegando a la cresta mientras le lamo el clítoris. El orgasmo la inunda,


ahogándola en la felicidad hasta que su cuerpo se relaja.

Me pongo de rodillas, me tumbo a su lado y la atraigo hacia mí. — ¿Sigues enojada


conmigo?—

—Estoy... —

Le beso la coronilla.

Suspira. —Tengo cosas. Cosas de las que tenemos que hablar. — bosteza.

— ¿Como la remodelación del armario?—

Hace un ruido de mmm. —Eso y otras cosas. — Vuelve a bostezar.

—Necesitas descansar. Te haré una cita con el médico para mañana. A primera hora. —

—Lo has hecho a propósito. —

— ¿Qué?— Le acarició la espalda.

—Me agotaste para que no tuviéramos que hablar de ello. —

— ¿Hablar de qué? ¿De cómo me has hecho el hombre más feliz del mundo entero? ¿De
cómo vamos a tener un hijo con tu buen aspecto y tu amable disposición? Quiero hablar de
todas esas cosas y más contigo, Quinn.— La besó de nuevo. No puedo apartar mis manos
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de ella, recorriendo su cuerpo y simplemente estando aquí con ella. —Lo significas todo
Página

para mí. Tú y este bebe. No hay nada que no haría por ti. Tienes que saberlo. Toda mi vida
he soñado con tener una familia, con tener a alguien como tú que me quiera tal y como soy.
— Respiro profundamente. —Y sé que no siempre soy un hombre fácil de amar.
Especialmente cuando a veces me voy por trabajo. Pero quiero que sepas que siempre
estás en mi mente. Cada segundo de cada día. Todo lo que hago, lo hago por ti. —

Hago una pausa, intentando armarme de valor para decirle la verdad: que no soy un
hombre de negocios. Soy un sicario. El mejor sicario que trabaja actualmente en los bajos
fondos. Se lo he ocultado durante mucho tiempo. Demonios, he ocultado las formas en que
quiero tomar su cuerpo, destrozarla con mi polla, mis manos, mi lengua. Ella ha despertado
esta bestia oscura dentro de mí que necesita dominarla en el dormitorio de formas que no
puedo expresar con palabras. Pero no puedo confesar todo eso. No cuando está
embarazada.

Está siendo muy paciente conmigo, escuchando mientras lucho con todos estos
sentimientos desconocidos, sentimientos que parecen demasiado grandes para caber
dentro de un solo hombre. Pero están ahí, y todo gracias a ella.

—La verdad es que, Quinn. — Vuelvo a respirar profundamente. —La verdad es que no soy
un hombre de negocios apacible. Soy un asesino a sueldo. Uno muy bueno. Pero juro por
mi vida que nunca permitiría que esa parte de mi vida te hiciera daño a ti o a nuestros hijos.

Dios, eso fue tan jodidamente duro. Intento no hacer una mueca de dolor mientras espero
su reacción.

Pero lo único que oigo como respuesta es un ronquido bajo y débil.

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Página
Capítulo 11
QUINN

Cuando me despierto a la mañana siguiente, es como si no hubiera pasado nada. No hay


restos visibles de mí golpeando la pared con un mazo en el armario. Estoy segura de que si
moviera la ropa de Logan a un lado, vería las pocas abolladuras que creé, pero todo lo
demás está de nuevo en su sitio.

Los secretos de Logan están guardados de nuevo. No estoy segura de qué hacer ahora que
sé que no es una habitación roja de perversión. Es algo, sin embargo. Pero una vez más, mi
marido ha conseguido distraerme para que no lo descubra.

— ¿Quieres tocino?— Pregunta Logan, entrando en el armario.

—Yo hago el desayuno aquí. — le recuerdo.

Se acerca a mí, depositando un beso sobre mí. Su mano se dirige a mi estómago,


descansando ahí. Había estado ahí casi toda la noche las pocas veces que me había
despertado. Me había revolcado en sus brazos para darle un beso con toda la intención de
hacer el amor con mi marido, pero él había vuelto a bajar sobre mí. Era implacable con su
boca. Después del tercer orgasmo, se apagaron las luces para mí.

— ¿Qué tal si pido algo? — sugiere.

— ¿Cómo es que tienes hambre? Me has comido hasta la saciedad. — le digo.

Sus ojos se abren de par en par. Yo también estoy un poco sorprendida por mi tono de voz.
Pero se siente bien gritar y sacar algo de mi frustración.

— ¿Te he hecho daño?— Se arrodilla y me empuja la camisa -técnicamente, su camisa- por


las piernas para inspeccionar mis partes femeninas. Le aparté las manos de un manotazo.

—Estaba haciendo una broma, loco. — Me alejo de él, molesta. Sé exactamente por qué
me chupó tantas veces. No es que no haya disfrutado cada segundo. Pero me frustra que
no haya ido más allá. En lugar de que me dé más, ahora me trata como si fuera de cristal.
—Yo hago el desayuno. No vas a pedirlo. ¡Puedo hacer cosas, Logan!— Grito.
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—De acuerdo. Tú haces el desayuno. — levanta las manos en señal de derrota. —No
quería molestarte. —
Página
—Pues sí. ¡Puedo preparar el desayuno y mi marido puede follarme! — Vuelvo a gritar
antes de salir furiosa del armario y dirigirme a la cocina.

No lo oigo, pero sé que está detrás de mí, siguiéndome por el pasillo. Para ser un hombre
grande, sabe moverse con sigilo. Cuando entró en la cocina, empiezo a golpear cosas. Por
lo menos aquí se golpea algo. Resoplo una carcajada ante mi broma interna.

— ¿Qué es tan gracioso?— pregunta Logan, apoyado en la isla de la cocina, observando


todos mis movimientos. No es nada nuevo. Sus ojos siempre me siguen cuando estamos
juntos en una habitación. De hecho, me he propuesto observar a otras parejas cuando
salimos para ver si los maridos hacen lo mismo.
Rápidamente me di cuenta de que no lo hacen. Parte de mi determinación se suaviza
porque sé que este hombre me ama de verdad.

—Solo pienso en que mi marido no me folla. — Ya no me molesto en contenerme.


Obviamente, eso no me lleva a ninguna parte, así que mejor lo saco todo a la luz.

—Te he conseguido una cita con el médico. — responde. Por supuesto, cambia de tema.

—Bien, el médico puede decirte que estás haciendo el ridículo. —

Se aparta del marco de la puerta y se acerca a mí. —Lo siento. No estoy tratando de
molestarte. — Sus manos se dirigen a mi nuca. Utiliza sus pulgares para inclinar mi cabeza
hacia arriba para que lo mire. —Hablaremos con el médico y seguro que me asegurará que
todo está bien. Ya he leído un libro y sé que puedo hacer el amor con mi esposa. — Se
inclina y me besa.

Me derrito en él. — ¿Has leído un libro?— le pregunto cuando termina su suave y dulce
beso.

—Sí, lo descargué anoche. —

— ¿Dormiste algo?—

—Algo. — Se encoge de hombros y me suelta de su abrazo, pero no antes de besarme en


la frente.

— ¿Quieres pancakes?— Le pregunto.

—Me comeré cualquier cosa que hagas. Ya lo sabes. —


Sonrío porque sé que es verdad. Antes de conocerme, vivía de la comida para llevar. En su
nevera no había mucho más que unos pocos condimentos y bebidas de proteínas
sustitutivas de comidas.
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Página

— ¿Vamos a hablar del armario? ¿De lo que hay ahí?—


Se encoge de hombros. —Es una sala de control y una caja fuerte donde guardo cosas.
Muy parecido a la habitación del pánico. —

— ¿No crees que es una locura tener una habitación del pánico?— En realidad, no había
presionado para obtener información sobre ella antes, porque estaba ahí cuando me mudé.
Logan simplemente me enseñó a usarla. Probablemente debería haberle preguntado por
qué sentía que necesitaba una.

—Sabes que mi educación fue un poco dura. —


Asiento. Casi se levantó a sí mismo.

Creo que una de las cosas que atrajo a Logan hacia mí es que soy un poco ingenua en lo
que respecta al resto del mundo. Crecí un poco protegida. Eso es algo que él nunca tuvo, y
tiene un profundo deseo de mantenerme así. Lo entiendo, pero no estoy segura de quererlo
si eso significa que no estoy lo más cerca posible de Logan. Al igual que él quiere
protegerme y consolarme, yo quiero hacer lo mismo por él. No puedo hacerlo si me oculta
cosas.

—Me siento mejor con un plan B. —

—Supongo que tienes un plan B, C, D, E y F. —


Sonríe, y sé que podría continuar eternamente. No me cabe duda de que lo que he dicho es
cierto. A Logan no le gusta no estar preparado.

—Nunca tendrás que preocuparte de que te cuiden, y ese extra de seguridad me ayuda a
dormir por la noche.—

—Cuando duermes. —

—Duermo cuando sé que estás a salvo. —

— ¿Y cuándo soy feliz?— lo desafío. Me doy cuenta de que mi pregunta lo atrapa


desprevenido. —Seré feliz si te sientas a desayunar. — le ordenó, señalando una de las
sillas. En realidad no era una pregunta. Es algo que quiero que piense, porque sé que no
podemos seguir así. Algo tiene que ceder.
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Página
Capítulo 12
LOGAN

—Todo se ve muy bien. Todavía es muy pronto, por supuesto. — La Dra. Harwood se sube
los lentes a la nariz e inspecciona la imagen de la ecografía. —No se ve mucho, solo el
cuerpo lúteo haciendo su trabajo y ese pequeño frijol ahí dentro instalándose en su nuevo
hogar. — Sonríe.

—Y podemos tener sexo, ¿verdad?— Quinn suelta.

La Dra. Harwood se gira y la mira divertida. —Por supuesto que pueden. ¿No es así cómo
te has metido en esta situación? —

Quinn se ríe, la tensión desaparece cuando la Dra. Harwood se pone de pie.

—Me alegro de que estemos de acuerdo. — la Dra. Harwood me entrega las imágenes de
la ecografía y las sostengo con cuidado. —Las relaciones sexuales no dañarán al bebé. De
hecho, mantener a mamá feliz también mantendrá al pequeño feliz. — me mira. —Así que
hágala feliz, Sr. Pruitt. —

—Haré lo que pueda. — Beso la coronilla de Quinn y se apoya en mí. Mi teléfono zumba en
el bolsillo. Ha estado sonando cada minuto, pero sigo ignorándolo. Lo que sea puede
esperar. Se lo dije a Ben antes de irme.

—Bien. Tendré un seguimiento en un mes, y tú tienes órdenes de laboratorio para una


extracción de sangre en unas semanas. Nada importante. Solo algunas comprobaciones
tempranas para asegurarnos de que vamos por buen camino. ¿Alguna otra pregunta para
mí?— Se detiene en la puerta de la sala de examen.

—No. Gracias, doctora. — Quinn suspira. —Me has hecho sentir muy bien con esto. —

—Para eso estoy aquí. Llámame cuando quieras. Tienes el número de la consulta y pueden
ponerse en contacto conmigo de día o de noche si tienes algún problema. Por lo demás,
disfruta de tu embarazo. El primero siempre es muy especial. — Toma el historial de Quinn
y se va.

— ¿Te gusta?— Le pregunto.


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—Es maravillosa. — Quinn sonríe. —Como una abuela descarada que sabe lo que es una
Página

vagina. —
Resoplo una carcajada. —Eso no es exactamente lo que decían sus críticas, pero claro. —

— ¿La has oído?—

Ayudó a Quinn a bajar de la mesa de examen. —Cada palabra. —

— ¿Sobre el sexo?—

—Sí. — La beso.

Se inclina hacia mí, sus manos recorren mi pecho. Dios, es tan sexy. Incluso en esta oficina,
con el ajetreo de los médicos y las enfermeras alrededor, estaría más que feliz de levantarla
de nuevo sobre la mesa y…

Mi teléfono vuelve a sonar.

Se retira y mira mi bolsillo. — ¿Quién ha llamado?—

—Ben. — Nadie más tiene o necesita mi número, aunque Clevenger siempre encuentra una
manera de llegar a mí.

— ¿Es trabajo? — pregunta mientras la guío por la puerta y el pasillo hasta la salida.

—Sí, pero puede esperar. Tú vas primero. — Agarro su mano entre las mías y abro la
puerta del ascensor. —Tú y el bebé siempre serán lo primero. —

—Me alegro mucho de oír eso. — Me aprieta la mano, con su palma tan pequeña en la mía.

—Solo la verdad, cariño. Eso es lo que obtienes de mí.— Una punzada de culpabilidad me
golpea cuando lo digo, sobre todo porque todavía no le he dicho la verdad sobre lo que
hago para vivir. Lo he intentado, pero sinceramente no me he esforzado lo suficiente. Eso
no es algo que se susurra a altas horas de la noche. Es una conversación que deberíamos
tener cara a cara, en la que le expongo todo para que ella decida si... ¿Si ella qué? ¿Si
quiere irse? Eso no va a suceder. Nunca dejaré que se aleje de mí. No puedo.

— ¿Qué?— toma mi cara mientras bajamos en el ascensor.

— ¿Hmmm?— Me encuentro con su mirada.

—Tienes una mirada de preocupación en la cara. Me ha asustado. ¿Estás bien?—

—No te asustes. — Beso las palmas de sus manos, una tras otra. —Nunca quiero que
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tengas miedo. —
Página

—Bien, ¿qué es lo que te preocupa? ¿Sigues preocupado por el bebé?—


—No. Quiero decir, un poco, supongo. Supongo que es normal preocuparse. Pero está
sano y tengo las fotos. Las voy a enmarcar. — Me palmeó el bolsillo del abrigo.

Sonríe y se pone de puntillas para besarme. —Te amo, Logan. —

Respondo a su sonrisa con la mía. Nos besamos hasta que el ascensor se detiene. Alguien
debe haber presionado el botón del vestíbulo, porque aún no hemos llegado al nivel del
estacionamiento. Justo antes de que se abran las puertas, oigo un sonido. Uno que
reconocería en un sueño muerto o en medio de un salto en paracaídas. Disparos.

Instintivamente me pongo delante de Quinn y la empujó detrás de mí.

— ¡Logan!— chilla mientras suenan más disparos en el vestíbulo.

Saco la hoja de mi bota, la única arma que traigo. Tengo un pequeño arsenal en el coche,
pero llevar una pistola a una cita con un bebé no me parecía bien.

Los gritos resuenan y el sonido de la gente corriendo está por todas partes. Tiro de Quinn
hacia el lado del vagón del ascensor, manteniendo mi cuerpo delante de ella, y golpeo con
la palma de la mano el botón del estacionamiento. Mi cerebro ya ha hecho un rápido cálculo
del lugar más seguro en este tumulto, y es en este hueco metálico del ascensor.

Las puertas finalmente comienzan a cerrarse cuando veo a un operativo doblar la esquina
delante de nosotros, con su Uzi apuntando justo al ascensor. Levanta el arma para disparar
y, sin siquiera pensarlo, retrocedo y lanzó mi navaja directamente a su cabeza. Se le
incrusta entre los ojos y cae, su arma se dispara hacia el techo mientras las puertas se
cierran.

Quinn grita, y me giro y la atraigo hacia mis brazos mientras bajamos de nuevo.

—Shh, te tengo. Te tengo, cariño. Te lo juro. —

— ¿Qué está pasando? ¿Qué... qué? ¿Por qué tenías un cuchillo? ¿Cómo lo hiciste…?
¿Cómo lo tiraste así?— Le tiembla la voz. — ¿Quién era ese hombre con...?—

—Escucha atentamente, Quinn. Cuando las puertas se abran de nuevo, no sé qué va a


pasar. Necesito que te quedes detrás de mí. Te mantendré a salvo. — jalo de ella hacia
atrás y la miro fijamente a los ojos aterrorizados. —Si caigo, sigues adelante. ¿Entiendes?
Pase lo que pase, vete al coche y vete. Vuelve a la casa. Ahí estarás a salvo. —

— ¿Si... si caes? — grita.


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Pero ya no hay tiempo. El elevador frena y se detiene, y la empujó detrás de mí una vez
Página

más.
Cuando las puertas se abren, veo una forma oscura que se precipita hacia nosotros, con el
brillo plateado del metal en su mano.

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Capítulo 13
QUINN

¿Qué diablos está pasando? Mi mente se acelera con imágenes de lo que he visto. Mi
marido mató a alguien. Sacó un cuchillo de alguna parte y mató a ese hombre. Su reacción
fue tan rápida y sin pensarlo dos veces. Se estaba moviendo antes de que me diera cuenta
de que había peligro.

Sigo de pie detrás de Logan. Aunque quiero aferrarme a él, no lo hago. Sé que necesita
poder moverse. Porque algo podría pasarle si no puede.

Me dijo que lo dejara si tenía que hacerlo. Que si caía tenía que seguir adelante. No tuve
tiempo de aceptar nada. Incluso si lo hiciera, no creo que fuera capaz de dejarlo. Mierda, no
puedo ni procesar lo que está pasando ahora mismo.

Me envuelvo con los brazos, recordando que ya no somos solo Logan y yo. Como siempre,
haré lo que él me diga. Creo que siempre ha tenido ese miedo a que alguien me secuestre
o algo así. Quiero decir, lo ves en las películas todo el tiempo. Donde los criminales van tras
las esposas e hijos de los ricos y piden un rescate. Eso es lo que debe estar pasando aquí.
Alguien está tratando de llevarme.

—Señor, estamos libres. — Oigo la voz familiar de Ben. Me asomo para ver a mi esposo
tomar el arma que Ben sostiene. Ben inmediatamente saca otra. Logan se acerca a mí,
agarrando mi muñeca.

—Conduce tú. — Le lanza a Ben las llaves de nuestro todoterreno después de abrir las
cerraduras y me mete en el asiento trasero. Me sigue y se acerca para abrocharme el
cinturón de seguridad.

— ¿Qué pasa?—

—No estoy seguro, para ser honesto. — dice Logan con calma mientras Ben sale a toda
velocidad del estacionamiento.

— ¿Honesto?— Respondo con un estallido de risa histérica.


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—Mírame. — Las grandes manos de Logan empiezan a recorrer todo mi cuerpo. — ¿Te
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has hecho daño?—


—Basta. Ahora mismo no tendrás nada. —

— ¿Crees que dejaría que Ben viera cualquier parte de ti y no le sacaría los ojos?—
Finalmente alguna emoción juega a través de su cara.

— ¿Eso es lo que te hace enojar? Te voy a abofetear. —


Sus labios realmente se mueven como si no acabara de amenazarlo.

—Bien, no voy a pegarte. Pero podría fantasear con ello.—

—Señor. — Ben atrae la atención de Logan de nuevo hacia él.

— ¿Tenemos alguien siguiéndonos?—

—No. ¿Casa de seguridad?—

—Sí. — responde, su atención vuelve a dirigirse a mí. Su mano sale, sus dedos se deslizan
alrededor de mi nuca. Me atrae hacia él mientras se acerca al mismo tiempo.

—No te voy a besar. — Digo cuando estamos a un suspiro de distancia. No voy a hacer
nada hasta que empiece a explicarme las cosas.

—Dulzura. — Mi nombre sale doloroso, rompiendo mi determinación.

Aprieto mi boca contra la suya, besando a mi marido. Sus dedos se clavan en mi pelo y
profundiza el beso. Rápidamente se vuelve más oscuro cuando me agarra el pelo, tirando
un poco de él. Su boca domina la mía. Cuando finalmente rompe el beso, los dos estamos
sin aliento. Siento un cosquilleo en los labios por la forma en que ha tomado mi boca. Sé
que voy a sentir el beso durante unos minutos.

—Estoy bien. — lo tranquilizo, sabiendo que es lo que necesita.

—Podrían haberte matado. — me dice. Esa tapa hermética que tiene sobre sus emociones
salta por los aires. Suelto un chillido cuando me agarra aún más el pelo. —Joder, Dulzura.
Lo siento. —

—Estoy bien. — lo tranquilizó de nuevo. —Por lo del pelo. — añado rápidamente ahí. —En
lo que no estoy bien es en que guardes secretos. —

Suspira con fuerza. —Te lo voy a contar todo cuando lleguemos a la casa de seguridad. —

Quiero preguntar por qué demonios tiene una ‘casa de seguridad’ en primer lugar. Pero no
lo hago. Ha dicho que me lo contará todo, así que espero. El todoterreno se queda en
50

silencio mientras Ben navega por la ciudad como un piloto de carreras profesional. Todos
Página

estos hombres tienen habilidades de las que no me había dado cuenta hasta ahora, y está
claro que Ben sabe mucho más que yo.
En el fondo de mi mente, siempre he sentido que algo no encajaba o no encajaba del todo
bien, pero lo dejé de lado. De la misma manera que hice esta mañana cuando me desperté.
No presioné demasiado sobre el cuarto secreto detrás de su ropa. Dejé que eludiera
algunas de las preguntas. Una parte de mí sabía que no había forma de entrar en esa
habitación con un mazo. Eso anularía todo el propósito de las habitaciones como esa. Creo
que una de las preguntas que debo hacerme es si realmente quiero saber.

Ben acaba entrando en la autopista. Conducimos un rato antes de que vuelva a salir y entre
en un edificio que parece un almacén. Logan saca su teléfono y presiona algunos botones.
Un portón gigante empieza a abrirse delante de nosotros.

Observó el portón y la zona vallada mientras avanzamos. Casi me da la sensación de que


se trata del patio de una prisión con la valla de alambre de espino en la parte superior. Se
abre una gigantesca puerta del almacén y Ben se adentra con confianza en la oscuridad. La
puerta se cierra tras nosotros antes de que las luces se enciendan de repente.

Lo primero que veo es a mi mejor amiga Nova de pie afuera del coche. Lleva a Harley en
brazos.

— ¿Nova?— Voy hacia la puerta, pero no se abre. —Ábrela. — ordeno. Logan le hace un
gesto a Ben, y las cerraduras hacen clic. — ¡Dios mío, Nova! ¿Qué estás haciendo aquí?
¿También te han atacado?— Me apresuro a acercarme a ella, rodeándola con mis brazos
en un abrazo. Se pone rígida mientras Harley se contonea entre nosotras. No le hace
mucha gracia que lo aplasten.

—Algo así. — Me dedica una sonrisa triste. ¿Le había pedido Logan que fuera a buscar a
Harley por nosotros o algo así? Debe ser eso. Siempre está pensando en el futuro.

— ¿Estás bien?— Rompo el abrazo para examinarla a ella y a Harley. Nova está pálida,
con los ojos casi hundidos.

—Los dos estamos bien. — Me entrega a mi pequeño peludo. Le beso la cabeza.

Se balancea un poco. Algo está definitivamente mal.


—Ben, Logan. — Nova asiente con fuerza antes de retroceder unos pasos y desplomarse.

Ben se mueve más rápido que yo y la atrapa antes de que caiga al suelo. Su camisa negra
se levanta, y es entonces cuando veo la sangre.

—No dejes que la lastimen. Ella no es como nosotros. — susurra antes de que sus ojos se
cierren y su cuerpo quede completamente inerte en los brazos de Ben.
51
Página
Capítulo 14
LOGAN

Nova se queda quieta mientras Ben se sienta a su lado, con los ojos puestos en sus signos
vitales. El doctor Lewis envía un mensaje de texto para pedir más medicamentos y luego se
inclina para comprobar su trabajo en la herida de Nova.

Los Red Dragoons casi la destripan, un corte irregular en su abdomen era su maldita tarjeta
de presentación. Casi muere. Si Ben no hubiera presionado sus heridas, se habría
desangrado antes de que llegara el médico.

Quinn se aferra a Harley, con los ojos llenos de lágrimas, aunque no solloza ni hace ruido
mientras observa a Nova dormir.

—Está estable. — Le paso el brazo por los hombros a Quinn. —Se recuperará. —

—Es dura. — Ben hojea un vídeo en su teléfono. —Parece que derribó a tres tipos antes de
que le clavaran el cuchillo en las tripas, y aun así se las arregló para agarrar al gato y llegar
hasta aquí. La mercenaria más dura que he conocido. — Ben me muestra un vídeo en
directo de dos hombres muertos en el vestíbulo, y los pies de un tercero en el borde del
encuadre.

— ¿Vivirá?— Quinn dirige su pregunta al doctor Lewis.

—Todo indica que sí. — Se dirige al otro lado de la cama y se sienta en el sofá de la
esquina de la habitación. —Me quedaré un rato más y la vigilaré. Mi conexión debería llegar
en unos minutos con el resto de los medicamentos que necesitará. Aunque no es
médicamente necesario, me gustaría mantenerla sedada por un tiempo. —

— ¿Por qué?— Ben le lanza una mirada de sospecha.

—Porque ya he tratado a la Sra. Braithwaite antes, y tratará de ponerse en pie mucho antes
de estar preparada. Lo mejor es que duerma un poco el dolor y se deje curar. —

Ben considera por un momento, luego le da un rápido asentimiento. —Una evaluación justa.

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El doctor Lewis se estira en el sofá y se pasa un brazo por los ojos. —Despiértame cuando
lleguen los medicamentos. —
Página
Quinn solloza, pero ha estado muy callada. Una de las muchas cosas que me gustan de ella
es la forma en que siempre puede hacer que los demás se sientan a gusto simplemente
hablando. Tiene una voz especialmente melódica y es muy buena para entablar
conversaciones. Pero ahora no. Ahora se limita a mirar fijamente y a apretar a Harley contra
su pecho mientras las lágrimas ruedan por sus mejillas. Se las limpio, pero otras se deslizan
por sus pestañas.

Vuelvo a mirar a Nova. —Avísame si algo cambia. —

—La tengo. — Ben abre su teléfono y revisa más imágenes. —Y llevaré al equipo de
limpieza al ático. Una vez que Nova esté despierta, obtendré su historia, y luego iré y me
encargaré de quien sea que haya dejado entrar a esos bastardos en tu casa. —

—Gracias. — No tengo que decirle que voy a pasar el próximo tiempo con Quinn. Ella no se
da cuenta, pero aún está en shock. No sé cuánto ha visto, pero supongo que ha sido
suficiente. Ya no puedo esconderme de ella. Y por alguna razón, casi se siente como un
alivio. Como si decirle la verdad fuera más liberador que condenatorio. De nuevo, todo
depende de cómo reaccione.

—Vamos. — La guío fuera de la habitación. Me deja, aunque vuelve a mirar a Nova una vez
más. —Mi médico es el mejor en el negocio. — Intentó tranquilizarla mientras la guío por el
nivel superior del almacén. Es un escape de alta tecnología, un refugio que nadie sabe que
existe. Desde fuera, es un almacén decrépito, abandonado y en mal estado desde hace
tiempo. Pero eso es simplemente la cáscara exterior. Una cortina de humo para quien
busque.

La alambrada impide el paso a cualquier idiota curioso con botes de spray, y podemos
entrar y salir sin que nadie levante una ceja. Nadie delata a este lado de las vías. Dentro, el
lugar es casi elegante. Nova lo preparó con todas las comodidades que podríamos
necesitar. He entrado y salido de aquí después de los trabajos muchas veces. Nunca quiero
llevar sangre a casa a mi dulce Quinn.

—Aquí. — Le muestro el dormitorio más grande y la siento en la cama. La habitación está


escasamente decorada, pero tiene una cama cómoda y un armario lleno de ropa y artículos
que ambos utilizamos. Nova se encargó de conseguir imitaciones de casi todo lo que Quinn
tiene en nuestro ático.

—Esto es como un mal sueño. — Deja a Harley en el suelo, y él trota hasta los pies de la
cama y se acurruca. —Esta mañana estaba, ya sabes, muy emocionada por el bebé. —
Apoya su mano en el estómago. —Y ahora ni siquiera sé quién eres. Y te vi... te vi matar a
un hombre.— Por fin se encuentra con mi mirada, con los ojos todavía llenos de lágrimas.
— ¿Qué está pasando? ¿Con quién me casé?—
53

—Soy Logan, cariño. Siempre soy tu Logan. — Acarició sus mejillas.


Página
Se retira. —No. No quiero tu charla dulce. Me debes a mí -y a este bebé- contarme todo.
Tengo que saberlo. No podemos seguir así. — Se ríe,fuerte y agudo. —Ya sabía que no
podíamos seguir así, y eso fue antes de que sacaras un cuchillo de la nada y lo clavaras a
la cara a un hombre. — Se estremece.

Quiero abrazarla, abrazarla fuerte hasta que deje de llorar. Pero el tono de su voz me dice
que tengo que ir con mucho, mucho cuidado.

— ¿Estás segura de que no necesitas descansar primero? El bebé... —

—No. — Sube las rodillas y las abraza, poniendo distancia entre nosotros.

—Habla. Habla ahora, Logan Pruitt, o me iré de aquí. —

Tragó con fuerza y respiró profundamente para calmar mis nervios. Es curioso que pueda
matar a un hombre sin pensarlo dos veces, pero ahora mismo, justo en este momento, me
sudan las palmas de las manos y no consigo recuperar el aliento. Pero no puedo dejar que
se aleje de mí. No cuando todo lo que haría sería seguirla y traerla de regreso aquí
pateando y gritando. Me odiaría. Y solo ese pensamiento es peor que cualquier herida que
haya sufrido.

Espera, sus lágrimas finalmente disminuyen mientras trato de ordenar mis pensamientos.

Entonces empiezo. Le cuento que no empecé en ningún sitio y sin nada. Que las únicas
habilidades que he tenido han sido físicas. Puedo luchar. Es la única forma de sobrevivir a
una infancia como la que tuve. Aprendí a imponer mi voluntad a cualquiera que intentara
hacerme daño.

Habló durante lo que parece una hora, contándole mis días como aprendiz de Carl Winsten,
un viejo asesino de los Brotherhood que me tomó bajo su tutela. Su mujer, Virgie, era muy
mala, pero ambos me enseñaron a usar cuchillos, pistolas y mis puños para cuidarme y
ganar dinero. Pasé años perfeccionando mis habilidades, y luego me volví lo
suficientemente bueno como para aceptar contratos. Soy muy bueno quitando vidas. La
mayoría de las veces fueron idiotas de la mafia o ladrones de guante blanco, pero también
terroristas y otros. No era más que una máquina de matar, hasta el día en que conocí a
Quinn.

Escucha todo. Cada palabra.

—Ben y Nova, ambos son asesinos a sueldo, también. Ben es mi aprendiz. Nova es
independiente. —

—Nunca fue mi amiga. — se limpia otra lágrima.


54
Página

—Es tu amiga. —
—No, tú la plantaste.—

—Más o menos, sí. Quería un operativo entrenado cerca de ti en todo momento. Mi trabajo
es peligroso, y nunca quise que te tocara. Por eso Nova vive cerca de nosotros, por eso tu
trabajo está en casa, y por eso tengo la sala de control y la armería en nuestro armario.—

—Soy tan estúpida. — sacude la cabeza.

—No, cariño. No. — Me acerco más.

Retrocede. —Por favor, vete. Vete y déjame pensar. Tengo que pensar. — Se frota las
sienes.

Quiero luchar contra ella en esto, para demostrarle que sigo siendo el mismo hombre que la
ama incondicionalmente.

— ¡Vete!— Se cubre la cara con las manos.

Me pongo de pie, con el corazón desgarrado. —Dulzura, te amo. Eso nunca ha cambiado y
nunca lo hará. Me iré, pero no estaré lejos. — Me detengo en la puerta. —Y si intentas huir,
te encontraré. —

55
Página
Capítulo 15
QUINN

He dejado de llorar. Me obligué a relajarme cuando me di cuenta de que estar alterada no


ayuda al bebé. Logan me prometió que Nova estaría bien. Eso me reconforta un poco.
Cuando cayó al suelo, creo que dejé de respirar.

Incluso con todo lo que está pasando, sigo confiando en Logan. No debería. Soy loca e
ingenua, pero la verdad es que también estoy locamente enamorada de un hombre que no
estoy segura de conocer del todo.

Cuando me entregó su vida, me sentí dividida. Por un lado, me molestaba que me lo


hubiera ocultado, y por otro, quería agarrarlo y atraerlo hacia mí. Como si pudiera proteger
al joven Logan de una infancia de mierda. Es casi risible. Mi marido no necesita protección
por la forma en que lanzó ese cuchillo antes. O tal vez sí, pero solo de una manera
diferente. Mi compasión por él no es algo que pueda encender y apagar. Nunca he sido así,
y ciertamente no con él. Lo amo incondicionalmente, y me duele que no entienda lo que eso
significa o hasta dónde llegaría para hacerlo feliz, para estar con él, para mantener vivo
nuestro amor.

Así que lo dejé hablar. A pesar de que quería abrazarlo muchas veces, entre las veces que
quería abofetearlo por ser tan absolutamente tonto.

Aun así, me mantuve fuerte. Si me rompía demasiado pronto, podría pensar que podría
salirse con la suya de nuevo. Incluso cuando pienso eso, sé que no lo hará. Ha aprendido la
lección. La angustia ha sido clara en su hermoso rostro. Puede que no sepa tanto de mi
marido como creía, pero sé que me ama. Nunca lo he dudado ni un segundo. Eso nunca
cambiará. Creo que me ama con una profundidad que podría rozar la locura.

No debería sorprenderme lo fuertes que son sus sentimientos por mí. Solo puedo imaginar
cómo se sintió la primera vez que lo miré a los ojos y le dije que lo amaba. No tengo
ninguna duda de que soy la única persona que ha pronunciado esas palabras a ese
hombre. No es de extrañar que tenga tanto miedo de perderme. Debe de estar aterrorizado
de que descubra la verdad.

El estómago se me revuelve de repente. Salgo corriendo de la cama hacia el baño. Harley


sale corriendo de la cama conmigo, claramente asustado por mi repentina marcha. Apenas
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consigo llegar al baño antes de vomitar. No sale mucho.


Página
—Dulzura. — El cuerpo grande y cálido de Logan está detrás de mí en cuestión de
segundos. Me sujeta el pelo mientras intento vomitar más, pero solo me echo a llorar. —Lo
siento. — dice con dulzura, como si él fuera la causa de que esté enferma. Hay dolor y
remordimiento en sus palabras.

—Estoy bien. —

Me levanta en sus brazos y me sienta en el lavabo para ayudarme a limpiar.

—Tienes que comer. —

—Estoy... —

—Estarás comiendo. — ordena, con un tono firme. Mi cuerpo no puede evitar responderle.
Aprieto los muslos, sabiendo que no es el momento de excitarse, pero mi cuerpo siempre lo
necesita.

— ¿Cómo está Nova?— Pregunto, necesitando saber eso primero.

—Sigue durmiendo y está bien. —

De repente rompo a llorar. Estaba segura de estar seca después de todo lo que había
derramado antes. También me prometí a mí misma que había terminado con las lágrimas
por un tiempo. Pero parece que no puedo controlar mis emociones. Estoy segura de que
una parte se debe a las hormonas.

—Dulzura, me estás matando. — Me abraza mientras me lleva a la cama y se sienta


conmigo en sus brazos. Entierro mi cara en su cuello, necesitando su consuelo. Todo se
siente mejor cuando él está cerca.

Debo de haberme quedado dormida un rato, porque cuando vuelvo en mí, oigo a Ben
hablando con Logan. Abro lentamente los ojos. Mi estómago se siente bien ahora. En todo
caso, tengo hambre.

—Eso debería estar bien. Gracias. — le dice Logan a Ben mientras levanto la cabeza. —La
comida está aquí.—

—Mmmm, bien. — Me deslizo lentamente de su regazo, estirando mi cuerpo. Los ojos de


Logan no se apartan de mí ni siquiera cuando voy al baño. —No estoy vomitando, y todavía
estoy tratando de decidir si te abofeteo. — Pongo los ojos en blanco, aunque me encanta
que se preocupe tanto por mí.

—Tienes que comer. —


57
Página
—Voy a hacerlo. — Me deslizo entre su gigantesca figura que bloquea la puerta del baño.
Su erección me roza el estómago. Me detengo para mirarlo a través de mis pestañas. Hay
mucha emoción en su rostro. Pero su deseo por mí está claro en sus ojos.

—La doctora dijo que el sexo estaba bien. — dice.

Una inesperada carcajada brota de mí. Era lo último que esperaba que dijera.

Se aclara la garganta. —Quiero decir que necesitas comer. —

—¿Oh, ahora quieres tener sexo conmigo?— me burlo de él.

—No hay nada en este mundo que desee más que hacer el amor contigo, Dulzura. No lo
dudes ni un momento. —
Intento procesar todo. Debería pasar por delante de él e ir a ver a Nova, darle la espalda,
hacer todo lo posible para que se quede fuera. Pero no puedo. Con él, nunca he podido. Lo
agarró de la parte delantera de la camisa y lo atraigo para darle un beso. El beso es suave y
dulce al principio, pero rápidamente se convierte en una necesidad.

—No te detengas. — le ordenó cuando Logan empieza a apartarse un momento. Sé que va


a intentar alimentarme o algo así. Voy por el botón de sus pantalones. No voy a permitir que
me distraiga esta vez.

—No puedo decirte que no. — Me levanta de los pies, inmovilizándome contra la pared. Se
agacha, tirando de mis bragas a un lado segundos antes de penetrarme.
— ¡Sí!— Gimo, amando que me tome de esta manera.

— ¿Cómo es que siempre te sientes como el cielo?—

—Tú eres el cielo. — Entra y sale de mí con fuerza. Sus gruñidos y mis gemidos llenan la
habitación hasta que mi sexo se aprieta en torno a él mientras el poderoso e intenso
orgasmo sacude mi cuerpo. Logan gime, uniéndose a mí en el placer, enterrando su cara en
mi cuello.

—Te amo. — susurra contra mi piel.

—Yo también te amo. — le respondo. Ese muro que había percibido desde el principio de
nuestra relación por fin se ha derrumbado. Ya no hay secretos entre nosotros. A pesar de
todo, Logan está más cerca de mí que nunca, y eso tiene que ser suficiente por ahora.
58
Página
Capítulo 16
LOGAN

—Más. — Pongo unos macarrones con queso en el plato de Quinn.

Arruga la nariz. —Ya he comido demasiado. Ugh. — Se frota el estómago, pero sigue
dando otro bocado.

— ¿Cuál es el plan?— Ben termina su cerveza y toma otra de la nevera, ofreciéndome una
también.

He estado tratando de averiguar a dónde ir desde aquí. Quiero ir directamente al cuartel


general subterráneo de los Red Dragoons en el desierto de California y empapar la arena
con la sangre de esos hijos de puta, pero tengo que ser inteligente. Su fuerza está en los
números. No tienen el conocimiento suave de Brotherhood. Los Red Dragoons son más
bien un instrumento contundente, pero hacen el trabajo. Al menos lo hacen normalmente.
Sobrevivimos... apenas. Nova sigue fuera, el médico la vigila de cerca por si hay cambios o
signos de infección.

— ¿Por qué te atacaron?— Quinn toma otro pequeño bocado de macarrones con queso, su
favorito.

Le frotó el hombro, con el brazo apoyado en el respaldo de su silla. —Es una larga historia.

Agita el tenedor. —Estamos atrapados en esta prisión sin ventanas durante quién sabe
cuánto tiempo. Creo que puedes complacerme. —

Ben suelta una carcajada, y luego se recompone cuando lo miro fijamente.

—Soy un agente solitario, así que... —

— ¿Y cómo encajan Ben y Nova? — pregunta.

—Ben es mi aprendiz, como he dicho. Nova hace lo suyo, en su mayor parte. —

—Así que no eres un operativo en solitario. Hay personas a las que confías tus secretos. Yo
59

no era una de ellas. — Se queda mirando su plato.


Página
La atraigo hacia mí. —Ahora lo eres. Y no era una cuestión de confianza. No es así.
Simplemente no quería que... —

— ¿Huyera?—

—Sí. — Asiento. —Eso. —

—Todavía estoy aquí, ¿no? No estoy derribando las puertas para salir de aquí, aunque
probablemente debería hacerlo. —

—Te lo estás tomando muy bien. — Ben abre su cerveza. —Estoy sorprendido, pero en el
buen sentido.—

—Soy más dura de lo que parece, supongo. — Se encoge de hombros.

—Lo eres. — Le beso el pelo. —Y a partir de ahora, no me contendré. —

Se vuelve hacia mí, con los ojos muy abiertos. —¿Quieres decir en el dormitorio o...?—

Ben se atraganta con su cerveza.

Lo ignoro. —Me refiero a todo. Todo sobre mí. Para ti, soy un libro abierto. — Nunca pensé
que diría esas palabras a nadie, y menos a mi dulce Quinn. Una mujer como ella no debería
estar expuesta a la oscuridad que vive dentro de mí. Pero sigue recibiéndome con los
brazos abiertos y con amor en sus ojos.

—Bien. Así tiene que ser para que esto funcione. — Cediendo, se acurruca contra mí. —
Quiero saberlo todo.—

Tomó su tenedor y cortó un trozo de pastel de chocolate que he pedido para ella. Lo toma,
sacando la lengua para conseguir todo el glaseado. Aunque acabamos de tener sexo, la
deseo de nuevo. Nunca dejaré de desearla. Pero tengo que concentrarme. Sacarla de aquí
a salvo y alejarla de este desastre es lo más importante.

—Los Red Dragoons me quieren muerto. Creen que he firmado para trabajar con una
facción rival, la Brotherhood. —

— ¿Qué es un Dragoon? — pregunta ella.

Las cejas de Ben se levantan. —Sabes, es una buena pregunta. Siempre pensé que
simplemente habían escrito mal dragón y eran demasiado estúpidos o demasiado
orgullosos para arreglarlo. —
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—No, el dragoon era una unidad de infantería montada hace mucho tiempo. Luchaban en
Página

escuadrones secretos y llevaban algunos de los primeros rifles que se inventaron. — Nova
se apoya con fuerza en el marco de la puerta de la cocina.
—No deberías estar levantada. — Ben se levanta de un salto y va hacia ella.

—Estoy bien. — intenta apartarlo de un codazo, pero luego deja que la ayude a sentarse en
una silla.

— ¡Me alegro mucho de que estés bien!— Quinn se inclina y la abraza.

Nova gime y Quinn se aparta.

—Estoy bien. Solo tengo hambre. — Nova mira el pastel de chocolate.

Quinn se pone a trabajar y le corta un trozo.

—Así que estaba equivocado en lo de los dragoon, ¿eh?—

—No me sorprende. — Nova le dedica a Ben una sonrisa irónica. —Estás muy equivocado
en la mayoría de las cosas. —

Él hace un sonido de pfftt, pero puedo decir que está aliviado de que ella esté de pie de
nuevo.

—Cuéntame más. — ordena Quinn mientras pone más glaseado en el lado del trozo de
pastel de Nova.

—A los Red Dragoons no les gustaba que fuera independiente, pero mientras me
mantuviera neutral y me dedicara a lo mío, me dejaban en paz. Han venido por mí porque
creen erróneamente que me he unido a los Brotherhood. —

— ¿Por qué pensarían eso?— Quinn se recuesta contra mí, su calor es justo lo que
necesito.

—Me reuní con el jefe de Brotherhood, Clevenger, hace poco. Supongo que se han
enterado y han hecho suposiciones. —

—Bien, entonces diles que no es cierto. — Quinn me lanza una mirada brillante.

Ben sacude la cabeza.

—Ya no importa. — dice Nova alrededor de un bocado de pastel.

— ¿Por qué no?— Quinn frunce el ceño.


61

—Porque han venido por mí. Los Red Dragoons vinieron por mí a mi casa y a la cita con tu
Página

médico. Tenían la intención de matarme, y también te habrían eliminado a ti, Quinn. — Mis
manos se convierten en puños. —Esto ya no es un simple malentendido. Esto es mucho
más que eso. El momento en que te pusieron en peligro es el momento en que esto se
convirtió en una situación insostenible. —

—Insostenible. Buena. — Nova sonríe, todavía un poco aturdida por las drogas. —Lo que
quiere decir, querida Quinn, es que los vamos a joder. A lo grande. —

—Y entonces no volverán a jodernos. — Ben se acerca y limpia un poco de glaseado de la


boca de Nova
.
—Suena muy peligroso. — Quinn sacude la cabeza. —No me gusta. —

—Esto es lo que hago, Dulzura. Esto es lo que se me da bien. Te vas a quedar aquí con
Nova mientras Ben y yo salimos a conocer el terreno. De esta manera, podemos... —

—No. — agarra mi mano. —No salgas. —

—Tengo que hacerlo, Dulzura. — Me alejo de la mesa y la atraigo hacia mi regazo. —Tengo
que hacer que sea seguro para ti y para el bebé. Necesito que confíes en mí en esto. Te
prometo que volveré contigo. Te lo prometo. — Aprieto mi frente contra la suya. — ¿Me
crees?—

Pone las palmas de las manos en mi pecho y respira profundamente antes de asentir un
poco.

—Bien. — la beso. —Quédate tranquila. Volveremos. — La beso una vez más y la siento
junto a Nova.

—Estoy listo. — Ben se levanta y camina hacia la armería.

—Lo prometo. — le digo a Quinn de nuevo mientras me mira con ojos grandes.

Nova se acerca a ella. —Vamos a ver si podemos comernos todo este pastel, ¿de acuerdo?

Quinn se ríe, aunque está un poco tensa.

Nova la acerca. —Ugh, no te preocupes por ellos. Están haciendo lo que hacen. — Me hace
un gesto para que me vaya. —Vete a la mierda y diviértete asaltando el castillo. —

Le sacudo la cabeza, aunque admito que mi corazón late un poco más tranquilo ahora que
Nova está de nuevo al lado de Quinn.

—Te amo. — le digo a Quinn, y luego besó su coronilla una vez más.
62
Página

—Yo también te amo. — Me mira mientras me doy la vuelta y me dirijo a la armería.


Odio dejarla, pero tengo trabajo que hacer. Maldito trabajo.

La voz de Nova se oye en el pasillo. — ¿Has pensado alguna vez en lo increíble que es el
nombre ‘Nova’ para un bebé?—

63
Página
Capítulo 17
QUINN

—Logan te dijo que estoy embarazada. — No es realmente una pregunta. La sonrisa


burlona de Nova cae de sus labios. Mira hacia el mostrador, con los hombros caídos. La
culpa me golpea con fuerza. Le han hecho daño mientras protegía mi casa, y ahora le hago
pasar un mal rato. —Lo siento. Eso fue... —

—Merecido. — dice, interrumpiéndome. —No te disculpes. Lo hace peor. — levanta la


cabeza. —Mi trabajo es saber siempre a dónde vas. Logan me dijo que me mantuviera al
tanto para poder protegerte. —

—Trabajo. — repito, esa única palabra escuece.

—Quinn, mierda. No eres solo un trabajo. —

—Pero lo soy. —

—Estoy jodiendo esto. — Se pasa una mano por la cara.

— ¿Deberíamos llevarte de regreso a la cama?— Sugiero, no queriendo que esto la altere


en este momento. —Necesitas curarte y no preocuparte por mí.—

—Eso mismo… — cuando vuelve a levantar la cabeza, puedo ver cómo se forman las
lágrimas—. Es lo que hace que sea fácil ser tu amiga. Deberías estar enojada conmigo,
pero aquí estás diciéndome que no me preocupe por ti. Quiero dejar algunas cosas claras.
Sí, al principio te consideré un trabajo. Pero eso solo duró unos cinco segundos. Sabes más
de mí que nadie. —

—No quiero herir tus sentimientos, Nova, pero no estoy segura de conocerte del todo. —
Me duele incluso decir esas palabras, pero es la verdad.

Respira profundamente. —Incluso las pequeñas cosas que te he contado son más de las
que le he contado a cualquier otra persona. —

—Oh, Nova. — No creo que la gente crezca en hogares felices y termine como sicario o lo
que sea. Nova probablemente tiene toda una historia que no haría más que hacerme llorar.
64

Intento equilibrar eso con la traición que siento.


Página
—Todos pensamos que Logan estaba acabado cuando se fue y se enamoró de una chica.
Eso fue hasta que te conocimos. —

—Me haces sonar como si fuera una especie de ángel o algo así. —

—Eres una luz cálida. Siento si te he hecho daño; nunca fue mi intención. —

Puedo ver el remordimiento y la sinceridad en sus ojos. Ya sé que voy a perdonarla porque
está en mi naturaleza. No soy rencorosa. Creo en dar a la gente una segunda oportunidad.
Y aunque me duele que me haya ocultado algo, sé que me quiere.

—Está bien. Te perdono. —

— ¡No puedes perdonarme tan fácilmente!— Pone los ojos en blanco.

—Bien, cuéntame un secreto y entonces te perdonaré.—

— ¿Un secreto?— Una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios.

—Tiene que ser uno que nunca le hayas contado a nadie más o algo que nunca admitirías
en voz alta. —

—Tuve un sueño sexual con Ben. —

— ¿Qué?— No me lo esperaba en absoluto.

—Me has oído bien. ¿Me golpeé la cabeza o algo así cuando todo se vino abajo?—

—No, Ben te atrapó antes de que cayeras al suelo. — La pongo al corriente de ese
pequeño detalle. Deja escapar un gemido antes de cerrar los ojos. — ¿Por qué no pueden
Ben y tú... ya sabes? — Muevo las cejas.

— ¡No! Se pondrá muy protector si vamos ahí. Ya veo cómo es Logan contigo. —

— ¿No heriría tus sentimientos si no se pusiera protector contigo?—

—Sí. — vuelve a gemir.

— ¿Así que también estás preocupada ahora, ya que están por ahí haciendo Dios sabe
qué?— ¿Cómo se supone que vamos a sentarnos aquí y esperar?

—No demasiado. Logan es muy bueno, y ha entrenado a Ben. Se las arreglarán solos. —
65

Me retuerzo las manos, deseando tener esa misma confianza. No sé nada de este mundo,
Página

así que no puedo evitar preocuparme.


—Sigo pensando que me voy a despertar y que todo esto va a ser un sueño. —

— ¿De verdad?— Se gira en su silla para mirarme de frente.

—Quiero decir, sabía que había esta oscuridad en Logan. Podía sentirla a veces. ¿Sabes
que la gente dice que alguien puede dar una mirada que mata? Logan puede hacer eso de
verdad. Recuerdo una noche que salimos a cenar y se alejó un momento, y un hombre se
me insinuó. Le dije al hombre que estaba casada. Él procedió a decir algo parecido a que mi
marido nunca tendría que saberlo. Lo siguiente que supe fue que Logan estaba ahí. Tenía
esa mirada en sus ojos. Agarró al hombre por el cuello. En ese momento, supe que Logan
lo mataría si no hacía algo para intervenir. —

—Brock Webster. Me acuerdo de él. —

— ¿Qué?— Recuerdo que el hombre se llamaba Brock, pero no tengo ni idea de cuál era
su apellido. Solo me había dado el primero cuando se presentó a mí. No debería
sorprenderme que Nova lo recuerde. Es una de las cosas que me gustan de ella; nunca
olvida.

—Conseguiste que dejara ir al hombre. —

— ¿Luego Logan lo rastreó de nuevo?—

Nova se encoge de hombros en su respuesta. En realidad, esto no es sorprendente. Logan


es tan protector e intenso.

— ¿Te molesta eso?—

Probablemente debería, pero no lo hace. De hecho, solo hace que ame más a Logan.
Siempre trata de mantenerme a salvo. Puede que a veces se pase de la raya, pero es la
única forma que conoce.

—No. — Me relamo los labios. Es esa oscuridad la que creo que me atrae a menudo hacia
él. Quiero llenar al hombre de amor y vida. Logan siempre quiere cuidar de mí, pero yo
también tengo esa necesidad de hacer lo mismo por él.

—Bien, porque disfruté jodiendo la vida de Brock Webster. Se lo merecía. Su esposa está
mucho mejor sin él. Solo su nombre me molestó. —

— Meow. — Harley salta sobre el mostrador, reclamando mi atención.

— ¿Tú también tienes hambre?— Le rasco la cabecita y me deslizo de la silla para traerle
algo de comer. —Gracias por salvarlo. —
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Página

—Por supuesto. Nunca dejaría a un gato atrás. — Se acerca y le da unas cuantas caricias.
— ¿Qué tal si preparo unas palomitas y vemos una película?— Sugiero. Por mucho que
quiera acribillarla a preguntas, necesita descansar, y quiero que lo haga sabiendo que
vamos a estar bien.

—Me encantaría. —

—Bien. — digo, mis ojos se desvían hacia el reloj, los minutos pasan.

—Estarán bien. — Trata de tranquilizarme Nova. —Ahora volvamos a discutir el nombre del
bebé. —

Me llevo la mano al estómago y sé que tiene razón. Tenemos que avanzar, no retroceder.
Logan estará bien y volverá a casa conmigo. No volverá a romper mi confianza. Llámame
ingenua y tonta, pero realmente lo creo.

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Página
Capítulo 18
LOGAN

—Esto es una mala idea. — Ben sacude la cabeza mientras subimos en el familiar
ascensor.

—Tal vez. —

—No necesitamos refuerzos. Tú y yo podemos encargarnos. —

—Soy consciente. — Le lanzo una mirada de reojo.


—Podemos acabar con todos los idiota que han venido por nosotros, pero enviarán más.
Esos malditos mercenarios son una docena, y si quieren desgastarnos, lo harán. No puedo
arriesgar a Quinn. Ahora no es el momento de ir solo. —

—Pero dijiste que nunca te unirías a Broth... —

—Confía en mí, Ben. —

—Lo hago. — Parece sorprendido. —Siempre lo he hecho. —

—No te detengas ahora. — Le hago una breve inclinación de cabeza mientras el ascensor
se abre y la hermana Jezebel nos saluda con una ceja arqueada.

— ¿Volvieron tan pronto, amigos?—

—Tenemos negocios. —

— ¿Asuntos relacionados con cierta banda de malhechores rojos?—

—Sí. — No quiero jugar. Estamos perdiendo el tiempo.

—Por aquí. — Nos lleva al mismo salón donde nos encontramos con Clevenger la última
vez.

Está de pie junto a la ventana, mirando la ciudad. —Tomen asiento. — Se gira y hace un
gesto hacia el sofá mientras se hunde en una silla blanca. — ¿Cómo es la vida en la
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clandestinidad?— Casi sonríe, pero se retrae.


Página
—Vamos a tener que saltarnos la charla. — Me inclino hacia delante, con los antebrazos
sobre las rodillas. —Ya sabes lo que pasó. Vinieron por mí. Eso, me importa una mierda. No
son los primeros ni serán los últimos que intentan acabar conmigo. Pero donde la han
cagado es viniendo por mi esposa. —

Clevenger me mira fijamente, sin que su cara lo delate. Pero casi puedo oír los engranajes
de su retorcida mente girando y chirriando unos contra otros.

— ¿Quieres vengarte de los Red Dragoons? — pregunta con cuidado.

—Por supuesto, pero mi principal objetivo es conseguir que se retiren de una puta vez. Son
como un maldito niño pequeño con una Uzi. —

Clevenger suelta una carcajada. —La mejor comparación que he oído hasta ahora. — Se
encuentra con mi mirada de nuevo. —Todavía no he oído nada que tenga que ver conmigo
o con Brotherhood. ¿En qué puedo servirte, Logan?—

Lo que pasa con los favores es que siempre vienen con condiciones. Y los favores de un
hombre como Clevenger son de vida o muerte. Aun así, no puedo pasar por alto el hecho
de que, aparte de mí, es el hombre más poderoso de esta ciudad. Y además, tiene un
ejército de asesinos a su disposición.

—Eres consciente de que los Red Dragoons vinieron por mí por tu culpa, ¿verdad?— No
tengo tiempo de andarme con rodeos.

— ¿Por mí?— Clevenger se encoge de hombros. —Viniste a una reunión aquí. Eso es todo.
Es absolutamente habitual que los profesionales de nuestro oficio tengan reuniones de
trabajo de vez en cuando. Si sacaron conclusiones de ella, eso no tiene nada que ver
conmigo. —

Sabía que iba a ser difícil, pero su despreocupación todavía me revuelve por dentro. Si
hubiera sido solo mi vida la que estuviera en juego, podría soportarlo. Podría matar para
salir de este problema. Pero tengo que pensar en Quinn. En nuestro hijo creciendo dentro
de ella. Y no puedo ir a medias y empeorar las cosas. Así que, a pesar de que mi cabeza
hierve, mantengo la calma. —Tiene todo que ver contigo, y lo sabes. —

Sus ojos se entrecierran. —No tengo ni idea de lo que estás hablando, y desde luego no me
importa la vaga acusación que estás haciendo contra mí. —

—Entonces realmente no te va a importar la siguiente parte. — Me pongo de pie. —Llevas


años intentando que me una a Brotherhood. Me he negado tantas veces que pensé que te
habías rendido. Entonces, de la nada, me envías una invitación para que venga aquí, a tu
piso alto. No a una reunión secreta en terreno neutral, ni siquiera a tu fortaleza oculta en los
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Alpes. En cambio, aquí, a la vista de cualquiera que pueda tener un ojo puesto en ti, y todos
Página

sabemos que hay unos cuantos. —


— ¿Qué estás sugiriendo?— Toma un trago de la Hermana Jezebel que se coloca a su
derecha. Preparada para los problemas.

—Estoy sugiriendo que preparaste esa reunión para empezar la mierda. Estoy sugiriendo
que querías que los Red Dragoons vieran mi visita como un desprecio hacia ellos, lo que los
enviaría a mi puta puerta. ¡Que vinieran por mí y por mi esposa embarazada en una cita con
el médico!— Mi cara de póquer se resquebraja, y mi ira aumenta con cada palabra. —Todo
para que pudieras fingir magnanimidad y ayudarme cuando volviera aquí -tal y como habías
planeado- pidiendo un favor. Y a cambio, por fin me tendrás en tu organización. ¿Te parece
bien, Clevenger?—

Sonríe con su bebida. —Vaya, Logan, si todo eso fuera cierto, sería un auténtico cabrón
escurridizo, ¿no? —

—Si el zapato encaja. — murmura Ben.

Me obligo a sentarme de nuevo, a esperar que Clevenger me diga lo que puede o no puede
hacer por mí. Juré que nunca me uniría a Brotherhood. Ese juramento sigue en pie, pero si
unirme sirve para mantener a Quinn a salvo, no lo dudaré. Clevenger sabe por qué estoy
aquí. No hay nada más que decir.

Termina su bebida y coloca el vaso en la mesa a su lado, luego suspira y hace un gesto a la
hermana Jezebel para que se retire. —Hoy no hay derramamiento de sangre. Después de
todo, mi esposa me mataría si manchara su nuevo sofá. —

Nos mira a Ben y a mí, pero luego sale a grandes zancadas de la habitación.

—No estoy admitiendo nada de lo que acabas de decir, ¿te das cuenta?— Se inclina hacia
atrás. —Aun así, te escucho. No soy ajeno a la pérdida de una esposa y un hijo, aunque en
circunstancias diferentes. — Su mirada se oscurece. —Y por mucho que te quiera en la
Brotherhood, odio aún más a los Red Dragoons. No me di cuenta de que iban por tu esposa
ni de que estaba embarazada. Caerán en lo más bajo. No hay honor entre ellos. —

Permanezco en silencio, renunciando a un comentario sobre cómo ninguna de estas


organizaciones es precisamente un faro de moralidad. El silencio se prolonga durante un
rato y Ben se remueve en su asiento. Pero yo permanezco inmóvil, con los ojos puestos en
el único hombre que podría hacer la vida de Quinn un poco más segura mientras me
encargo de los negocios.

Clevenger me mira fijamente un rato más y luego se encoge de hombros. —Bien. Un favor.
Uno que será devuelto en el futuro con interés, pero dejaremos la discusión sobre tu
incorporación... Por ahora. — Se levanta y sirve tres tragos. —Entonces, ¿qué necesitas
exactamente de mí?—
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Capítulo 19
QUINN

—Logan. — gimo, revolviéndome en la cama cuando siento una boca que me besa el
hombro. —Has vuelto.—

—Siempre volveré por ti. —

—Enciende las luces. Quiero verte. —

Logan se mueve y enciende la lámpara, inundando el dormitorio de luz. No tiene ni un


rasguño. Luchó contra las lágrimas. He estado tan preocupada por él. Tenía tanto miedo,
pero intenté no permitirme pensar en que no volvería a mí.

—No llores. — Se inclina hacia mí y me besa suavemente por toda la cara. Este dulce
marido mío se gana la vida matando gente. Es difícil de creer con la forma en que me trata.
Tal vez sea terrible, pero una parte oscura de mí adora que sea la única persona a la que
trata con delicadeza.

—Son lágrimas de felicidad. —

—Sigue sin importarme. — Toma mi boca en un suave beso. — ¿Cómo te sientes?—

— ¿Yo? Tú eres la que ha salido a luchar contra los asesinos. ¿Cómo te ha ido? ¿Está todo
bien? ¿Podemos ir a casa?—

—Todavía no. —

Le presionó el pecho. Me deja. Se pone de espaldas para que yo pueda subirme encima de
él. Me toma por la mandíbula, deteniéndome antes de que pueda volver a besarlo.

—Te he hecho una pregunta. — Me sujeta con firmeza. El tono de su voz me calienta
inmediatamente entre los muslos.

—Me siento bien, pero quiero sentirme aún mejor. — Su pulgar me acaricia la mandíbula
mientras me mira fijamente a los ojos. No estoy segura de lo que está pensando, pero sé
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que tengo que hacer mi movimiento antes de que pueda pensar demasiado en esto.
Página
Empiezo a frotar lentamente mi sexo contra su erección, mientras mantengo mis ojos fijos
en los suyos. Su pulgar, que estaba acariciando mi mandíbula, se desplaza hasta mis labios
y se detiene. Enfoca sus ojos hacia mí.

— ¿Quién está al mando Dulzura?—

Me lamo los labios y mi lengua roza la yema de su pulgar. —Tú. —

— ¿Y crees que puedes frotar tu coño contra mí sin permiso? — Su otra mano me agarra la
cadera, deteniendo mis movimientos. — ¿Crees que vas a trabajar tu coño y no yo? Tu
esposo. —

—Lo siento. — miento. —Te necesito. —

Un estruendo sale de lo más profundo de su pecho. —Toda mi vida he tenido el control. De


alguna manera, tú destruyes todo eso. —

—Lo siento. — miento de nuevo y me muerdo el interior de la mejilla para intentar no


sonreír.

—Vuelve a mentirme y te azotaré el culo. Embarazada o no. —

—Tú... — Mis palabras se cortan cuando me levanta de encima de él. Lo siguiente que sé
es que estoy doblada sobre el lado de la cama. La camiseta que llevaba puesta está
levantada, con el culo desnudo a la vista.

—Lo haría, y haré lo que quiera con mi esposa. — Su mano desciende sobre mi culo.

Dejó escapar un grito. No hay dolor, solo placer. Trato de empujar hacia atrás, pero tiene su
otra mano presionada en mi espalda, manteniéndome inmovilizada en la cama. Lo único
que puedo hacer es apretar los muslos para tratar de aliviar las palpitaciones de mi clítoris.
Es lo único que me duele ahora mismo. —Ahora dime. —frota el punto que acaba de
golpear. — ¿Has pensado alguna vez en huir de mí?—

Giro la cabeza para mirarlo por encima del hombro. —Nunca huiría de ti, Logan. Jamás. —

Tal vez no debería decírselo, pero es la verdad. Ojalá pudiera decir que soy lo
suficientemente fuerte como para marcharme si me vuelve a mentir, pero no lo soy. Mi amor
por él es profundo, y tengo esta necesidad de estar siempre con él porque sé que nunca
hará nada para herirme. No mi Logan. Este hombre hace todo lo posible para protegerme y
mantenerme a salvo. ¿Cómo podría huir de eso? No podría.

—No llegarías muy lejos aunque lo intentaras. Eres mía. Es mejor que nunca lo olvides. —
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Espero que llegue la nalgada, pero nunca llega. Intento mover el culo, pero me retiene.
Suelto un gemido de frustración, con la palpitación entre mis muslos casi al punto de ser
insoportable.

—Suplícame. — me ordena mientras me separa las piernas con las rodillas. El aire frío me
hace cosquillas en el clítoris.

—Logan, por favor. Te necesito. —

Un gemido lo abandona mientras se arrodilla detrás de mí y entierra su cara entre mis


piernas.

Grito su nombre mientras me lame y chupa por todas partes. Nunca ha hecho esto, ni los
azotes ni lamerme por todas partes. Es como si la presa de su interior se hubiera roto por fin
y estuviera siendo él mismo. Dios, se siente tan bien que creo que estoy alucinando.

Su boca y su lengua me devoran. Me mete la lengua en el culo mientras empuja dos dedos
dentro y fuera de mí. Su brazo se desliza bajo mis caderas para levantarme más de la
cama. Su otra mano se mueve entre mis piernas desde la parte delantera, esos dedos
encuentran mi clítoris. Es entonces cuando pierdo el control.

Grito mientras me corro más fuerte de lo que creo que he hecho en mi vida. Me agarro a las
sábanas, necesitando algo a lo que agarrarme. Los dedos de Logan siguen acariciando mi
clítoris mientras vuelve a moverse por detrás de mí, y su polla sustituye los dedos que
empieza a meter y sacar de mí. Empuja con fuerza, metiéndose hasta el fondo.

— ¡Quinn!— Grita mi nombre. —Joder. — Vuelvo a mirar por encima de mi hombro y veo la
felicidad en la cara de Logan cuando empieza a penetrarme con más fuerza. Sigo su ritmo,
empujando mi culo hacia él.

Su mano baja y me golpea con fuerza. Cada vez, mi sexo se aprieta alrededor de su polla.
—A mi inocente esposita le gusta que le coman el culo y la azoten. —

Gimoteo. Su mano se frota contra mi culo y su pulgar se desliza entre mis mejillas. —Un día
de estos, te voy a follar aquí. — Presiona su pulgar contra el agujero.

— ¡Sí!— Grito.

—No te lo estaba pidiendo, cariño. Tu culo, junto con el resto de ti, es todo mío. — Empuja
su pulgar dentro de mí. Es demasiado. Sus dedos siguen jugando con mi clítoris. Me corro
de nuevo.

Logan deja escapar un fuerte gemido. Su cálida liberación se derrama dentro de mí. Pero
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no se detiene. Mi cuerpo se rinde. No podría moverme aunque quisiera, pero mi marido está
Página

perdido en el placer. Me tumbo y dejo que me penetre una y otra vez.


Siempre seré suya.

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Página
Capítulo 20
LOGAN

Me quedo en la cama, besando la espalda de Quinn mientras duerme. El trozo de azúcar


más dulce de todo el mundo, y es todo mío. Solía cuestionarlo, preguntarme por qué me
habían dado este hermoso pedazo de cielo como esposa. Pero no importaba entonces y no
importa ahora. Nunca la abandonaré.

—Puedo decir que estás a punto de irte. — Se da la vuelta y se aferra a mí, con la voz
adormecida. —No lo hagas. —

—Tengo que hacerlo. — Le acaricio la espalda, luego bajo y le amaso el culo. Todavía está
caliente por mis golpes. No puedo evitar sonreír al ver lo mucho que ha disfrutado de ese
pequeño juego. Tengo mucho más preparado para ella ahora que sé que le encanta.

—De acuerdo, claro, pero no lo hagas. — Se acurruca en mi cuello y me relajo en la cama,


simplemente abrazándola.

—Volveré, Quinn. Por ti y por el bebé. —

Se agarra más fuerte. —No puedes saber eso. —


—Sé que no hay nada en este mundo que me aleje de ti.—

—Aun así... —

—Escucha. — Beso su frente. —Cuando te conocí, intenté alejarme, dejarte sola. —

— ¿Qué, por qué?— Sus pestañas revolotean contra mi garganta.

—Por lo que soy, Dulzura. Por lo que hago. No quería exponerte a esta vida o -no sé-
infectarte con todas las partes malas de mí. Las partes oscuras. Las que te he ocultado. —

—Nunca tuviste que esconderte. — dice en voz baja.

—No podía arriesgarme a perderte. Por eso intenté dejarte sola al principio. — Me río. —
Como si alguna vez pudiera. He fracasado. Miserablemente. —
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—Me alegro. — Me besa la manzana de Adán.


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—Yo también, Dulzura. — Aprieto mis labios contra su pelo. Ella es realmente la mejor
decisión que he tomado. De hecho, no fue una decisión sino un maldito rayo. Uno que me
golpeó justo en mi corazón helado. Me despertó.

—Te habría amado de todos modos. — pasa sus dedos por mi bíceps. —Incluso si me
hubieras dicho que haces cosas terribles, no habría importado. —

Mis cejas deben llegar a la línea del cabello. — ¿De verdad?—

Asiente. —Me gusta decirme a mí misma que te daría la espalda y te olvidaría, si hubieras
sido sincero desde el principio. Pero sé que eso es una mentira. No importa lo que hagas.
Te amo. Es una tontería que sea así de simple, pero lo es. Tú, tu corazón, no puedo detener
mi amor por cada parte de ti. Probablemente sea enfermizo o codependiente o algo así,
pero eso no significa que no sea cierto. —

—No es enfermizo. — La subo a mi cuerpo y la beso profundamente. Amar a esta mujer es


tan fácil como respirar, y maldita sea, intento memorizar sus palabras y encerrarlas dentro.
Quiero pensar en ellas todos los días del resto de mi vida, porque siento lo mismo por ella.
Nunca podría irme, ni siquiera al principio. Estamos unidos, los dos encerrados en el amor.
No lo querría de otra manera.

Cuando rompo el beso, me toma la mejilla y me mira fijamente a los ojos. Nunca me he
sentido tan observado. Como si su alma y la mía tuvieran una conversación silenciosa.

—Vuelve a mí. — Pasa sus labios por los míos. —Haz lo que tengas que hacer para
mantenernos a salvo a mí y al bebé, y luego vuelve. Eso es todo lo que necesito. A ti.—

—Te lo prometo, Dulzura. — La besó de nuevo, despacio, profundamente, completamente.


Cuando me retiro, me hace un pequeño gesto con la cabeza, como un entrenador que le
dice a su mejor jugador que lo haga.

Lo haré. Es lo que se me da bien, después de amar a Quinn. Me deslizo fuera de la cama,


me doy la vuelta y la cubro con las sábanas.

—Descansa un poco. —

—Me has agotado. — Bosteza y me mira mientras abro el panel del armario que da acceso
a mi arsenal.

—Lo dejaré abierto para ti. — le digo mientras me visto y me pongo al día. —Tengo algunos
hombres que vendrán a vigilarte mientras estoy fuera. Si uno de ellos te mira raro, entra
aquí, toma una pistola, apúntale a la cara y aprieta el gatillo. —
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—Sí, eso suena a mí. — Su voz somnolienta está llena de ironía.


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—Bien, le diré a Nova que se encargue. — Termino de atar mis cuchillas y casi tropiezo con
Harley. Me agacho y le rascó detrás de las orejas mientras mira hacia la armería, ahora
abierta. —Mantenla a salvo. — le ordenó.
Pasa trotando, con la esperanza de que no vaya a disparar accidentalmente un arma de
fuego.

Cuando vuelvo a entrar en el dormitorio, Quinn está casi dormida. Sonrío, porque realmente
la he agotado. Es la única forma de que se relaje al menos un poco mientras no estoy. La
besó una vez más y salgo sigilosamente de la habitación hacia el pasillo.

Nova y Ben mantienen una acalorada conversación afuera de la cocina; Nova está de
espaldas a la pared y Ben tiene las manos a ambos lados de su cabeza.
Se separan rápidamente cuando me ven.

— ¿Todo bien?— Preguntó.

— ¡Bien!— Ambos responden demasiado rápido.

—Nova, sé que todavía te estás recuperando, pero... —

—Estoy bien. — aleja mi preocupación mientras Ben trota a su habitación para arreglar sus
armas.

—Protégela. — Tomo un agua de la encimera de la cocina. —Los chicos de Brotherhood ya


están aquí apostados alrededor del almacén. Francotiradores, todo el equipo. Le dije a
Clevenger que no se les permite poner un pie en el recinto a menos que haya habido una
brecha. —

—Si hay una brecha, dejaré caer al intruso antes de que esos elegantes asesinos saquen
sus seguros. —

No lo dudo. —Mándame un mensaje inmediatamente si pasa algo. —

—Lo haré. Pero eres tú quien corre de cara al peligro. — sacude la cabeza. — ¿Estás
seguro de que llevar esta lucha al desierto es el movimiento correcto?—

—Es el único movimiento. Tienen que saber que sigo trabajando por mi cuenta y que sigo
siendo jodidamente letal. Esta es la única manera de que reciban el mensaje.—

—Irrumpir en su casa y cagar a lo grande en la mesa del comedor, ¿no?— Ben sonríe
mientras sale con su chaleco táctico cargado de granadas de destello, percusión y fuego.

—Grandes imágenes. — Nova arruga la nariz.


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Página

—Solo mantenla a salvo. Volveré tan pronto como pueda. —


—Lo haré. — Acaricia la Glock en su cadera. Incluso herida, sigue siendo muy letal.

Quinn está en buenas manos.

Tengo que salir de aquí sabiendo que Quinn está a salvo, porque si no lo está, nunca podré
salir y ocuparme de los negocios.

—Solo vete. Por Dios, deja de revolotear. — Nova levanta las manos.

— ¿No hay beso de la buena suerte?— Pregunta Ben.


Nova le da los dos dedos del medio y camina por el pasillo hacia las habitaciones.

Se encoge de hombros. —Ella me ama. —

Le dirijo una mirada incrédula, pero no hago ninguna pregunta. Al fin y al cabo, sé de sobra
lo inesperado que puede ser el amor. Quinn me lo enseñó.

Nos dirigimos al garaje y me subo al asiento del conductor del Rover. —Hagamos esto. —

La pista de aterrizaje privada está cerca, y entonces nos lanzamos al aire.

Después de eso, vamos a la guerra.

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Página
Capítulo 21
QUINN

— ¿Cómo lo haces?— Suspiro mientras camino en la cinta de correr. Leí en uno de los
libros para bebés que es buena idea hacer un poco de ejercicio. Pensé que al estar metida
en un almacén, la cinta de correr era la mejor idea. Me equivoqué. Es la peor idea que he
tenido.

—Puedes tener un subidón de correr. Es adictivo. — me informa Nova. Está sentada en un


banco de pesas haciendo unos cuantos estiramientos que el médico le dijo que estarían
bien. La vigilo para asegurarme de que no se exceda.

— ¿Podemos tener un subidón normal?— Me burlo, haciéndola reír.

Ha pasado más de una semana desde que Logan se fue. No he oído ni una sola palabra de
él. Intento mantenerme ocupada para no estar en un estado de preocupación constante.
Nova dijo que se han quedado a oscuras porque es la mejor manera de protegernos a
todos. Si estuviera muerto o los rollitos de cangrejo lo tuvieran, ya nos habríamos enterado.
Ninguna de esas cosas me tranquiliza cuando pongo la cabeza en la almohada por la
noche.

Solía odiar cuando Logan se iba a trabajar. Eso era antes de saber a qué se dedicaba
realmente. Ahora no solo lo echo de menos, sino que sé que su vida corre peligro.

Tiro de la cuerda que Nova me ha atado cuando me he subido a la cinta de correr,


deteniéndola al instante antes de bajarme.

—Están bien. — Nova dice antes de que pueda preguntar por millonésima vez. Soy como
ese niño en el coche que no para de preguntar si ya hemos llegado.

—Eso no lo sabes. — Con cada segundo, pierdo un poco de esperanza. Odio eso. Quiero
tener toda la fe del mundo cuando se trata de Logan. Pero ya ha pasado más de una
semana. No estoy segura de que pueda pasarme la vida haciendo esto. Preocupándome de
que cada vez que salga por la puerta no lo vuelva a ver. Ahora mismo solo soy yo, pero
¿qué pasará cuando llegue el bebé? No creo que pueda soportar que ponga su vida en
peligro todo el tiempo.
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Nova me mira con franqueza. —Confía en mí. Logan es el mejor. Conseguir que me acepte
es el equivalente a entrar en alguna universidad de primera categoría de la Ivy League. —
Página
— ¿En serio?— Eso no debería hacerme sonreír, pero lo hace. Me encanta que Nova le
tenga tanto respeto. Sé que no lo haría si no fuera bien ganado.

—No le digas que he dicho eso. — Me señala con una de sus uñas rosas perfectamente
pintadas. Están perfectas porque fui yo quien le hizo la manicura. He estado tan preocupada
por los chicos que Nova me ha dejado maquillarla dos veces.

— ¿No estás preocupada por Ben?— Me acerco y me siento a su lado.

— ¿Por qué iba a estar preocupada por él?—

—Porque ustedes dos están enamorados el uno del otro.—

— ¡No lo estamos!— salta del banco.

— ¡Cuidado!— Se va a hacer daño.

—Estoy bien. — Se acerca a otro banco y empieza a hacer algún estiramiento raro.

— ¿Entonces no te importa que Melanie del cuarto piso me haya preguntado por él hace un
tiempo?— Nova se da la vuelta lentamente. Trago saliva al ver la expresión de su cara. —
Me lo he inventado. No mates a nadie. — suelto rápidamente. Probablemente no sea la
mejor idea burlarse de una asesina entrenada.

—Entre nosotros no es así. —

Levantó una de mis cejas, haciéndole saber que no me creo lo que está vendiendo. —
Podría haberme engañado. Entonces, ¿cómo es entre ustedes?—

—Trabajamos juntos. — Se encoge de hombros.

—Pensé que habías dicho que tú y yo éramos realmente amigas. — La sigo.

—Lo somos. —

—Bueno, las amigas comparten este tipo de cosas. — Alargo la mano y tiro del extremo de
su pelo trenzado. También se la hice. Me encuentro con ganas de cuidar de ella ahora.
Sobre todo cuando me cuenta su infancia.

—No estoy acostumbrada a compartir cosas. — hunde los dientes en su labio inferior. Por
primera vez veo a una Nova no tan segura de sí misma. Aunque me encanta que me lo
demuestre, odio que esté tan insegura de querer a alguien.
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—No crecí como ustedes, pero mis padres eran una especie de mierda. De hecho, creo que
Página

Logan se ganó a mi padre con el dinero. —


—Lo hizo. — refunfuña.

—Sinceramente, no me importa. Logan no tenía que hacer eso. Iba a decir que sí a
casarme con él tanto si mi padre estaba de acuerdo como si no. Viendo cómo son mis
padres entre sí, sabía que no quería lo que ellos tenían. Quería más. Elegí el amor, y es la
mejor decisión que he tomado. —

—Da miedo. — Nova se frota los ojos. —Veo lo feliz y diferente que es Logan desde que te
encontró. Por mucho que quiera eso para mí, también veo que si te pasara algo lo mataría.
Puedo soportar muchas cosas. Diablos, ya lo he hecho, pero no sé si podría soportar
encontrar el amor y luego perderlo. —

— ¿Y si le pasa algo hoy o mañana? ¿Entonces qué? ¿Estarás bien sabiendo que nunca te
arriesgaste? ¿O que nunca le dijiste lo que sientes por él?—

Los ojos de Nova se abren un poco.

—Si ya estás enamorada de él, ¿qué hay realmente que perder?—

—Yo... — se interrumpe.

Finalmente expreso lo que he estado pensando desde que Logan salió por la puerta. —
¿Podríamos dejar todo esto atrás? ¿Sería mucho pedir?—

Parece casi perpleja. —Es todo lo que conocemos. —

—Que sea lo único que todo el mundo conoce no significa que no podamos ir en otra
dirección. O querer algo más. Pero no quiero hacer que nadie sea algo que no es. Si esto
es lo que quieres de la vida, entonces no voy a cambiarlo. —

—Honestamente, desde que te conocí Quinn, ya no estoy segura de lo que quiero en la


vida. —

—Piénsalo. — me acerco a ella, rodeándola con mis brazos en un abrazo. Ella me devuelve
el abrazo. —Y Nova, te quiero. — Giró la cabeza, besando su mejilla. —Ya te quiere
alguien. —

—Yo también te quiero. — Me abraza más fuerte. —Será mejor que vuelvan. —

—Lo harán. — Esta vez soy la que se hace fuerte por ella. —El amor siempre gana. —

Más vale que así sea. O yo misma mataré a mi marido.


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Capítulo 22
LOGAN

—Necesitas un hospital. —

Toso y la sangre me salpica la mano. —No. —

—Jefe, no podemos volver al almacén y... —

—Nos vamos. — Me sobresalto cuando Ben aterriza bruscamente, haciendo el trabajo


mientras apaga los motores y reduce nuestra velocidad.

—Si te llevo de regreso y mueres en los brazos de Quinn, ella no va a estar contenta. —

Me incorporo, ignorando el dolor de mis costillas. Apenas logramos salir de la mierda del
desierto. Pero no antes de dejar mí huella. Una semana de recoger a esos imbéciles,
acecharlos y destruirlos. Todo terminó con una explosión. Literalmente. Volamos uno de sus
puestos de avanzada y luchamos contra media docena de ellos en combate cuerpo a
cuerpo.

Ben se estremece al abrir la puerta del avión. También está jodido. Recibió una bala en el
hombro y una cuchilla en la mano.

— ¿No quieres volver a Nova?— Pregunto mientras lo sigo fuera de la avioneta y aterrizo -
aún con bastante firmeza- sobre mis pies.

—Sí quiero. — Agarra nuestra destartalada bolsa de lona y se la echa al hombro bueno. —
Pero parecemos cinco kilos de mierda metidos en una bolsa de cinco kilos. —

No me preocupa demasiado mi aspecto. Antes siempre me limpiaba antes de ir a casa.


Pero ahora que Quinn sabe la verdad, voy directamente a ella. Estos días separados han
sido un infierno. Aunque he estado causando estragos en los imbéciles que nos atacaron,
cada momento que he pasado sin Quinn es uno que lamento. Simplemente porque no
puedo recuperar ese tiempo.

— ¿Crees que a Nova le importa una mierda tu aspecto ahora mismo?— le pregunto.
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Se encoge de hombros. —Quiero decir, siempre tengo buen aspecto. —


Página
Observo el labio hinchado, el ojo morado, la mano vendada y el resto de sus heridas. —
Estamos vivos. Eso es lo único que les importa. —

Subimos a mi todoterreno y me dirijo al asiento del conductor, con otra tos que me sacude.

—Yo me encargo. — Me guía hacia el lado del pasajero. —Si no te devuelvo con vida,
Quinn me matará. No, gracias. —

—Ella no haría daño a una mosca. — Lo digo, y luego me doy cuenta de que podría hacer
justo lo que dice Ben. Hay una fuerza dentro de ella, una que ni siquiera se da cuenta. Creo
que por eso me sentí tan atraído por ella al principio. Confiar en otra persona -
especialmente en una persona como yo- requiere una espalda de acero. Los actos
peligrosos y la vida ruda no son verdaderos indicadores de valentía. De fortaleza. Es confiar
en otra persona con tu corazón, es ser amable y cariñoso aunque puedas salir herido, eso
es lo que realmente hace que una persona sea dura. Y Quinn tiene todo eso a raudales.

— ¿Estás despierto?— pregunta Ben.

Me doy cuenta de que he cerrado los ojos, porque cuando miro a mi alrededor, estamos
casi en el almacén.
—Estoy despierto. —

—Podrías haberme engañado. Maldita sea, Logan, debería haberte llevado al hospital. Eres
un maldito desastre. —

—Viviré. El doctor Lewis nos está esperando. —

—Ese tipo es una amenaza. ¿Siquiera tiene licencia médica?— Ben introduce el código de
la puerta, y ambos asentimos al miembro de Brotherhood que nos mira desde un punto de
la valla. Están repartidos a nuestro alrededor. No puedo verlos, pero siento su mirada en mí.
Bien. Eso es lo que me prometió Clevenger. Es fiel a su palabra, aunque no me apetece
demasiado deberle un favor.

Atravesamos la valla. Los latidos de mi corazón se aceleran al pensar que por fin tendré a
Quinn entre mis brazos. No podía contactar con ella mientras hacía el trabajo sucio. Ben y
yo estábamos en silencio, ilocalizables.

—El doctor Lewis es el mejor en su línea de trabajo. No te preocupes. — Me siento más


ligero cuanto más nos acercamos al almacén. —Se encargó de Nova, ¿verdad?—

Ben asiente lentamente. —Sí, y se lo agradezco. — Disminuye la velocidad mientras


esperamos a que se abra la puerta del garaje. Saldría del coche y correría si no estuviera
tan golpeado.
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—Oye... — duda tanto que creo que se ha olvidado de terminar lo que estaba diciendo.
— ¿Sí?—

— ¿Has pensado alguna vez en tal vez... no sé... como tal vez no hacer esto más?— entra
en el garaje.

Ya tengo la puerta abierta, pero me detengo ante su pregunta. — ¿Te refieres a dejar la
vida? ¿Tú?—

—Yo no. Tengo años de trabajo por delante. — Pone los ojos en blanco y se baja del coche
junto a mí. —Tú. —
Para ser sincero, la idea se me ha pasado por la cabeza. Sobre todo después de que Quinn
me dijera que estaba embarazada. ¿Pero es esta vida algo a lo que puedo renunciar? Es
todo lo que he conocido.

—Ahora tienes una familia, Logan. Las cosas son diferentes. Y... — Me dedica una sonrisa
arrogante. —Puedo hacer todo el trabajo pesado mientras tú estás prejubilado. —

—Idiota. — Vuelvo a toser, con más sangre en la mano.

— ¡Logan!— Quinn grita mientras irrumpe en el garaje, con los ojos muy abiertos.

—Dulzura. — Abro los brazos y corro hacia ellos, abrazándome con fuerza.

Lucho contra el impulso de toser mientras la levanto e inhalo su aroma. Joder, cómo la he
echado de menos, la única cosa hermosa que he tenido.

— ¡Dios, estás herido!— Chilla y trata de zafarse de mi agarre.

No la suelto. En su lugar, la llevo al almacén y al pasillo hasta nuestra habitación. Cuando


pasamos, Harley está acurrucado en la cama, dormitando.

— ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? ¿Estamos a salvo? ¿Dónde estás herido? Hay sangre.
Oh mi Dios, estás sangrando. — Sus palabras se suceden mientras la pongo de pie en el
baño y luego me despojo de la ropa.
Jadea ante los moretones y cortes que me he ganado en los últimos días. —Tienes que ver
al médico. Está al final del pasillo. Iré a buscar... —

La agarro antes de que pueda alejarse de mí y la meto en la ducha. El agua fría me golpea
en la espalda antes de calentarse mientras le quito la camiseta -una de las mías- y las
bragas.

— ¡Logan, no puedes ducharte sin más cuando tienes cortes y moretones y esa tos! — Me
golpea las manos, pero ignoro sus protestas y la desnudo.
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Una vez que la tengo desnuda, le agarro el culo, la levanto y la inmovilizo contra la baldosa.
— Te voy a follar, esposa. Eres todo lo que soñé, pensé y me preocupo. Tú y la pequeña
vida que llevas dentro. Y ahora voy a tomar lo que es mío. — Empujo con fuerza,
sentándome profundamente dentro de ella.

Jadea, sus paredes se aprietan alrededor de mi dura polla mientras clava sus uñas en mis
hombros. — ¡Logan!—

—Dime que quieres esto para siempre. — Me retiro y empujo de nuevo, fuerte y profundo.

— ¡Sí! — grita mientras empiezo un ritmo de castigo, tomándola toda mientras la empalo en
mi polla. El agua lava todos mis pecados de los últimos días, limpiándome mientras me
renuevo dentro de Quinn, mientras ella me da su cuerpo y su amor.

Inclinándome, reclamó uno de sus pezones. Me araña el cuello, sus dedos se enredan en
mi pelo mientras chupo y muerdo el pico rígido.

—Te quiero para siempre, Dulzura. Te necesito. — Vuelvo a su boca y la beso. Y con ese
beso llega la claridad: Ben tiene razón. Ya no necesito la vida de asesino. Lo que sea que
solía obtener de ella, se ha ido. Quinn me da todo lo que necesito.

—Te amo, Logan. — toma mis mejillas y me mira fijamente a los ojos. —Hasta la última
parte de mí te ama. —

Siento tantas emociones, como un torbellino dentro de mí, pero cuando ella clava sus
talones en mis muslos, sé en cuál concentrarme. En el amor. Mi amor por ella y mi
necesidad de complacerla. Empujó con más fuerza, apretando cada vez para que su clítoris
tenga todo el contacto que necesita.

Se muerde el labio, luego el mío, y cuando sus muslos empiezan a temblar, sé que la tengo.

—Córrete para mí, Dulzura. Quiero sentir cómo tu coño exprime mi semen. —

Gime ante mis sucias palabras, su cuerpo se contrae a mi alrededor mientras encuentra su
liberación. Me uno a ella, mi polla tan dura mientras la dejo ir, llenándola mientras gimo y
beso sus dulces labios.

Esta es la forma en que estamos destinados a estar.

Juntos.

Para siempre.
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Epílogo
QUINN

Vuelvo a mirar la hora y me pregunto dónde diablos puede estar Nova. Nunca llega tarde.
Además, ella es la que organizó este pequeño encuentro. ¿Sabe lo difícil que es
escabullirse cuando estás casada con un sicario súper espía y tienes dos pequeños a tu
cargo? Es casi imposible, pero Nova dijo que esto era ultrasecreto. No importa si solo me
escabullí hasta la casa de la piscina, que está a treinta metros de la casa. Eso sigue siendo
una gran hazaña para mí.

—Te he estado esperando. —

— ¡Ah! — dejé escapar un grito, girando para ver a Nova de pie detrás de mí. — ¿De dónde
demonios has salido?—

—Si te lo dijera, tendría que matarte. —

—Muy divertido. — Me apresuro y la envuelvo en un fuerte abrazo. Ella y Ben han estado
desaparecidos durante los últimos meses.

En realidad no vienen a la granja a menudo. Este es nuestro lugar seguro lejos del mundo
en el que todavía juegan. Logan y yo nos mudamos aquí poco después de dejar el almacén.
En realidad me gusta la vida de pueblo mucho más de lo que pensaba. Pero me encantaría
cualquier lugar mientras Logan esté conmigo.

—Te echo de menos. — Me aprieta con fuerza durante un largo momento. —Necesito tu
ayuda. —

La extraño tanto. Estaba tan acostumbrada a tenerla cerca todo el tiempo que me llevó un
tiempo adaptarme. — ¿Todo bien entre tú y Ben?—

—Seguro que está enojado conmigo, pero le he dado esquinazo. — sonríe. — ¿Cómo
estás?— Pasa su mano por mi pequeño bulto de bebé. — ¿Tenemos a nuestra chica esta
vez?—

—Sí. —Me moría por decírselo, pero ella y Ben han estado en silencio. Esta vez durante
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mucho más tiempo de lo normal.


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—Ese hombre realmente te daría cualquier cosa. —


—Oye, Ben también te daría cualquier cosa. Siempre y cuando se lo pidas. —

Parte del lado positivo de todo lo que ha pasado no ha sido solo que Logan se sincerara
conmigo, haciéndonos más cercanos que nunca, sino que Nova finalmente admitiera a Ben
que estaba enamorada de él.

Necesitaba algo que la empujara, y la idea de perderlo finalmente lo hizo por ella. Ahora los
dos son una fuerza asesina imparable que hay que tener en cuenta. Le preocupaba que
Ben quisiera que se retirara de ese estilo de vida, pero ese hombre vive para ver a Nova
feliz, y si ser la mejor asesina del mundo es lo que ella quiere, entonces él va a ayudarla a
lograrlo.

—Sobre eso. — Se muerde el labio inferior, dejando ver su nerviosismo por una vez.

—Fuera con eso. —prediono, asustándome un poco. Nova no es de las que se preocupan a
menos que sea algo realmente grande.

—Creo que estoy embarazada. —

La miro fijamente en estado de shock.

Retrocede. —Di algo. —

—No quiero decir algo equivocado. —

— ¿Qué es lo malo? Crees que voy a ser una madre terrible, ¿no?—

— ¿Qué? No. Eres la mejor tía del planeta. Me da miedo emocionarme por si no lo estas.
Sabes que tendrás que sentar cabeza. Por fin podrás mudarte a la casa que mandaste
construir en esta calle. Podrás jubilarte. — Grito la última parte, casi estallando de emoción.
He estado esperando este día.

—Estoy emocionada, pero en realidad no hemos hablado de niños. — Deja escapar un


suspiro.

—No hace falta. Veo la forma en que ambos miran a los niños. Quieren una familia propia.
— Alargó la mano y la tomó, dándole un apretón. Con la forma en que ambos crecieron, es
comprensible que esté nerviosa. —Vas a tener una vida normal si eso es lo que quieres. —

—Ustedes hacen que lo normal parezca un sueño. —

—Porque lo es. — Me encanta la vida que Logan y yo hemos construido juntos. No hay
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nada que haría diferente. Y sé que él tampoco cambiaría nada. Ha disfrutado cada segundo
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de la vida de jubilado. Me lo recuerda cada día.


—Hagamos esto. — Nova me saca de mis pensamientos.

Observó cómo mete la mano en el bolsillo trasero para sacar un test de embarazo.

La sigo hasta el baño para que se lo haga. Si Nova cree que está embarazada, lo está, pero
sé que necesita la prueba para creerlo por sí misma. La chica conoce su propio cuerpo. De
todas las personas que conozco, es la que mejor conoce el suyo. Tiene que serlo en su
línea de trabajo. Orina rápidamente y luego deja el palito en el lavabo, consultando su reloj.

— ¿Te vas a retirar?—

—Sí. — dice sin pensarlo dos veces.

— ¿Cómo ha sucedido esto?— preguntó, apoyando la cadera en el lavabo. —No te olvidas


por tonterías como tomar la píldora.

— ¿Por qué quien me estás llamando?— Sus mejillas adquieren un bonito tono escarlata.

—Está bien. — Sonrío, dejándolo pasar.

— ¡Quinn!— Mi nombre retumba en la casa de la piscina.

—He estado fuera tres minutos. — susurro.

— ¿Mamá juega al escondite?— Oigo preguntar a mi hijo mayor.

—Mamá tiene problemas y va a tener que acostarse pronto esta noche. — responde Logan.

— ¡Tío Benny! — chilla a continuación mi hijo pequeño Jason. Los ojos de Nova se abren
de par en par.

— ¿De verdad? ¿Te sorprende? ¿Creías que no iba a aparecer?— susurro.

Nova toma la prueba del lavabo y la mira. Respira profundamente y sé que es positivo.

La puerta del baño se abre, revelando a nuestros dos maridos. — ¿Qué? Actúas como si
estuviéramos de fiesta en un club o algo así. —

—No tiene gracia. — gruñe Logan. —Tú no te escabulles. —

—Lo aprendí de ti. — le respondo con descaro.

—Nova. — Jason se contonea en los brazos de Logan mientras busca a su tía Nova. Ella lo
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toma de las manos de Logan.


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—Vigila a los niños. — dice Logan, intentando agarrarme.


— ¡Hay! — protesto, pero es inútil. El hombre es demasiado rápido. Me tiene agarrada
antes de que pueda oponer demasiada resistencia y me saca de la casa de la piscina. Sé
que se dirige directamente a nuestro dormitorio. —Tienen que hablar. —

—No necesitan hablar. Necesitan practicar el cuidado de los niños. —

—Espera. ¿Ya lo sabes?—

—Ben le dio una ventaja. —

— ¿Él lo sabe?—

—Dulzura, el hombre conoce el cuerpo de su esposa, estoy seguro. —

—Cierto. — Logan me avisó de mis dos últimos embarazos antes de que yo tuviera siquiera
un indicio de que pudiera estar embarazada. Mi marido presta atención a cada detalle
cuando se trata de mí. —Siempre sabes lo que necesito. —

—Estoy a punto de demostrarte lo cierto que es eso. — dice mientras me tumba en la cama,
con sus ásperas manos frotándome en todos los lugares adecuados. Logan es una bestia,
un hombre que no tiene límites conmigo. No se contiene en lo que queremos, ninguno de
los dos.

Puede que haya dejado atrás su vida de asesino, pero sigue siendo capaz de ahogarme en
placer, de asfixiarme con amor y de destrozarme absolutamente en todos los sentidos.

fIN.
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