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UNIVERSIDAD VERACRUZANA

FACULTAD DE ARQUITECTURA
REGIÓN CÓRDOBA - ORIZABA.

TEMA:
“DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA ESPACIAL
DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE
GUADALUPE “LA CONCORDIA” DE LA
CIUDAD DE ORIZABA, VERACRUZ”

MONOGRAFÍA.
PARA ACREDITAR LA EXPERIENCIA RECEPCIONAL DE LA LICENCIATURA EN
ARQUITECTURA.

Presenta
GUADALUPE ISABEL ESPÍNDOLA GUZMÁN.

Director de Trabajo Recepcional


M. ARQ. JORGE LUIS JUÁREZ RAMOS.

CÓRDOBA, VER; SEPTIEMBRE, 2016.

1
.

2
TÍTULO

DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA ESPACIAL DE LA


IGLESIA DE SANTA MARÍA DE GUADALUPE “LA
CONCORDIA” DE LA CIUDAD DE ORIZABA,
VERACRUZ.

3
A mis padres que son a los que les debo todo lo que soy les agradezco su apoyo incondicional,
el siempre buscar lo mejor para mi, el jamas negarme nada y sobre todo ser los mejores padres,
guias, consejeros y complices. Los amo.
A mi hermana Isabel te debo esto y más, aunque no estes físicamente sabes que esta monografía
me ha costado mucho trabajo y va con especial dedicatoria para ti, mi chaparrita hasta el cielo .
A los arquitectos que fueron mis guias durante mi estancia en la facultad, a los que me apoyaron
en todo y siempre fueron de gran ayuda.
A mi asesor, el arquitecto Jorge Luis Juárez Ramos que aparte de ser mi profesor, ha sido un
gran amigo y consejero (guía espiritual y religioso).
A los amigos que hice durante el proceso Paulina, Ilse, Lobsang, Nash, Marianna, Leonardo,
Laila, Orlando, Benjamin, Bianca, Leila, Joel, Karla. Gracias a todos y cada uno de ustedes por
estar en las buenas, las malas y las peores. Los quiero.
A mis hermanos, sobrinos y amigos que no me han dejado sola y me han insistido en terminar:
Héctor, Aurelio, Axel, Eduardo. Gracias.

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ÍNDICE.
Introducción. ------------------------------------------------------------------------ 3
Los antecedentes de un referente arquitectónico para la posteridad católica
Datos Generales de Orizaba ------------------------------------------------------ 9
Antecedentes históricos. Epoca prehispánica. -------------------------------- 11
La conquista. ----------------------------------------------------------------------- 11
Antecedentes históricos del Barrio de Omiquila o Guadalupe. ------------- 13
Santuario Guadalupano. ---------------------------------------------------------- 15
El oratorio de San Felipe Neri. --------------------------------------------------- 21
Caracteristicas del Barroco Mexicano. ------------------------------------------ 23

Un espacio arquitectónico para la fé católica


El espacio arquitectónico en la iglesia y su evolución ------------------------ 33
Planos generales de la iglesia ---------------------------------------------------- 38
Ficha del atrio -------------------------------------------------------------------- 39
Ficha de la portada y camapanario --------------------------------------------- 40
Ficha de la Nave ----------------------------------------------------------------- 41
Ficha Baptisterio ---------------------------------------------------------------- 42
Ficha del altar -------------------------------------------------------------------- 43
Ficha del sagrario --------------------------------------------------------------- 44
Ficha de la sacristía ------------------------------------------------------------- 45
Ficha nave lateral ---------------------------------------------------------------- 46
Ficha de los columbarios -------------------------------------------------------- 47
Ficha del coro ---------------------------------------------------------------------- 48
Ficha de los retablos -------------------------------------------------------------- 49
Conclusión ------------------------------------------------------------------------- 50

5
Fuentes de consulta---------------------------------------------------------------- 51

Introducción.

La obra de arquitectonica es un fenómeno social que se debe entender asi como apreciar, dice
muchas cosas de una ciudad y del modo de cómo interactúan los ciudadanos con ella.
Desafortunadamente, una buena parte de los usuarios carece de información mínima para saber,
valorar y apreciar la arquitectura con la que interactúa, donde también realizan sus actividades
cotidianas las cuales en ocasiones pasan desapercibidas en su completa magnitud artística. Esta
situación genera problemas que no se perciben y restan importancia al momento de su ejecución,
sin embargo alteran por completo y de a poco la estructura original, muchas de las veces sin
darse cuenta de tal agravio, por mencionar algunos ejemplos: la alteración de los espacios
originalmente concebidos en sus elementos constitutivos morfológicos, el cambio de uso del
suelo que determina más edificación de la pertinente, y la destrucción parcial y/o total de un
inmueble gracias a las alteraciones en su imagen general o al cambio de sus materiales.

Desde el génesis del hombre sobre la tierra, ha tenido la necesidad de creer en algo, fue así que a
lo largo de la historia, de las distintas culturas que han existido, se han desarrollado cultos y
creencias diversas que posibilitan llevar a cabo la necesidad de culto por aquello que es superior
y que muchas veces no es posible explcar. La especial relación entre arquitectura y religión es
muy extensa, desde las formaciones o los alineamientos prehistóricos de grandes rocas en todo el
mundo, los templos paganos romanos, las pirámides egipcias o las espléndidas iglesias del
Renacimiento italiano. Aunque no necesariamente tenga que ver con cuestiones teológicas, el
legado que los espacios dedicados al culto transmiten a la sociedad un estado de recogimiento y
quietud ante las adversidades o las cuestiones que necesitan de referentes espirituales en un sitio
determinado ex profeso que refrenda el simbolismo.

La arquitectura en los espacios de culto funge como una alternativa que tiene que ver con lo
sagrado y la conexión con la divinidad, una gran parte de las obras arquitectónicas a través de la
historia han tenido una fundamentación en el misticismo, donde el arquitecto ha tratado en su

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obra crear espacios que dan respuesta al recogimiento y la necesidad de un dogma que posibilite
la conexión entre lo profano y lo divino. La arquitectura es, es considerada como una
manifestación artística, cosmogónica, con voluntad de poner dentro de muchas ascepciones, un
orden al caos.

Se dice que la inmanifestación de Dios posibilita el contacto en cualquier parte, y es válido para
la comunicación con la divinidad, pero también existen lugares donde se profesa mediante el
misticismo relegando la figura al acto mismo de la conexión superior, pueden ser espacios
naturales o creados por el hombre, sin embargo los espacios especialmente sagrados son
legitimados por el valor que le da la comunidad y las tradiciones al acto mismo derivado de la fé:
altares para honrar a divinidad y a los santos; templos y santuarios para el encuentro del creyente
con el ente como en las culturas serpentinas prehispánicas donde éstos actos eran llevados a cabo
en espacios ceremoniales abiertos o semi abiertos.

Exordio sobre el culto en América y México


Sin duda al manifestarse la conquista en el territorio mexicano las cuestiones de culto se vieron
frente a un evento catastrófico de aculturación con la necesidad de replantear la cosmogonía
existente y el politeísmo que daba certeza a las condiciones cotidianas, es aquí en la etapa del
descubrimiento y conquista de América, una fase importante fue el arribo de frailes de las
órdenes mendicantes: Franciscanos, Dominicos y Agustinos que a partir de 1524, y el paulatino
establecimiento de sus doctrinas o bases de evangelización y administración eclesiástica en cada
región sometida, los religiosos contaban con gran prestigio de igual manera eran de importancia
capital para la justificación ideológica de la conquista, pues en el contexto del pensamiento
cristiano sólo era aceptable si aducía como único fín la conversión de los paganos. En la práctica

los frailes, realizaban su labor con el apoyo de los encomenderos y/o los señores nativos;
además, dependieron del tributo para su sustento. Con esta base operativa, ya fortalecidos por la
intensidad con que se entregaron a su causa pudieron difundir en poco tiempo diversas practicas
religiosas, como los bautismos, las asistencias a misa (que se acompañaba de música, cantos y

7
fiestas diversas) y el culto a los santos e igualmente hicieron valer normas cristianas a propósito
de la sexualidad y el matrimonio.1

Durante los siglos XVII y XVIII, la arquitectura barroca hispanoamericana siguió el modelo
establecido por España. Se ha dicho que el barroco hispanoamericano es un arte ornamental,
superpuesto a rígidas estructuras arquitectónicas que no participan del mismo sentido estético.
Sin embargo, el medio físico, la diferencia de materiales disponibles en las diversas áreas
geográficas y la herencia de las culturas precolombinas lo acabarían diferenciando del barroco de
la Peninsula Ibérica. La frecuencia de los terremotos en algunas zonas de México, obligó a los
arquitectos a desarrollar técnicas de construcción resistentes a los movimientos sísmicos. Por
esto, el barroco de Hispanoamérica es principalmente decorativo y no presenta las mismas
características estructurales que el barroco
Img 4. Catedral Metropolitana de la Ciudad de español. Algunas de sus características son la
México. 1571 -1813. Tolsá , Gó mez de
Trasmonte. Ortiz de Castro. fachada-retablo (fachada que repite en el
exterior de un templo de espléndida decoración
interior), la ausencia del oro, la presencia de colores vivos que se logra con piedras, ladrillo, arte
tequitqui (argamas) y talla de madera policromada.

La concepción del espacio barroco novohispano tiene por tema fundamental las secuencias,
lineales y angulares, en la que alternativamente se expande y contrae para lograr efectos
sensoriales perseguidos por la voluntad de arte de los siglos XVII Y XVIII.2

Problemática
Orizaba, es una ciudad que se encuentra ubicada en la región central del Estado de Veracruz,

conocida como region de las altas montañas que forma parte de la Sierra Madre oriental. Esta
región se ha caracterizado por la fe y gran espíritu religioso de su gente; expresión de ello es la
abundancia y belleza de sus templos. La ciudad fue creciendo debido a los distintos
asentamientos humanos, fue el desarrollo de sus barrios y estos a su vez requerian cubrir sus

1
Nueva Historia Mínima de México Ilustrada. Escalante Gonzalbo, García Martínez, Já uregui, Speckman
Guerra, Garciadiego, Aboites Aguilar. P. 127
2
Arquitectura Barroca. Piñ a Dreinhofer Agustin. P. 3

8
necesidad de fe esto llevo a que construyeran capillas, templos y/o iglesias es por esto que se
dice que la ciudad de Orizaba y la Iglesia fueron creciendo en una estrecha relación. El
diocesis de Orizaba en la actualiad cuenta con 43 parroquias, 1 cuasiparroquia, 13 rectorías y 84
sacerdotes que dan diferentes servicios, esto esta organizado en cinco decanatos.

La primera iglesia construida en la ciudad fue la iglesia de Santa Gertrudis, ubicada en Oriente 6
esquina sur 41 de la ciudad de Orizaba. La segunda Iglesia de la que se tiene registro es la
Iglesia de Santa María de Guadalupe “La Concordia” ubicada en esquina de oriente 4 y sur 23
de la Ciudad de Orizaba. Estas dos Iglesias fueron construidas durante el periodo barroco que se
suscito en México en el S. XVII. La Iglesia de Santa María de Guadalupe “ La Concordia “ es el
tema de estudio de esta investigación, se sabe que es un templo dedicado a la veneración de la
virgen de Guadalupe. Se cuenta con información historica, en diversos documentos y libros que
se han elaborado a lo largo de los años acerca de este recinto pero no se encuentra organizada en
un solo documento. Nos vemos en la necesidad de compilar la información ahora que la ciudad
de Orizaba ha pasado de ser una ciudad considerada como industrial a un “pueblo magico”, se
cree que por el hecho de haber obtenido este titulo la ciudad es necesario que la mayoria de sus
templos cuenten con la informacion completa para información de los turistas locales y foráneos.

Justificación
En la actualidad se establece un interés renovado por la arquitectura del pasado, de esa
arquitectura gloriosa que manifiesta la manera en que el ser humano se pudo adaptar al medio
que le rodeaba y le posibilitó realizar grandes obras emblemáticas para la posteridad. En medio
de la pujante necesidad de hacer una arquitectura no sólo emblemática sino además que enseñe y
venda, si bien vale el término. Los espacios arquitectónicos clásicos o que se encuentran en
contextos armónicos a una etapa representativa de la historia de los asentamientos humanos se
ven enaltecidos con recursos económicos que les permiten un mejor mantenimiento físico, una
consolidación de sus cascos originales o bien una divulgación de su patrimonio, lo cual en
cualquiera de estos aspectos es relevante para la consolidación no sólo religiosa, que entre otras
cosas pasa a segundo término, sino dentro de un panorama cultural que se ve enfrentado al hecho
de su nueva consolidación como patrimonio edificado del presente y futuro.

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En México un sin número de conjuntos conventuales, o de conjuntos civiles se han podido
restacar del deterioro natural y el abandono por falta de recursos económicos o el desinterés
colectivo por no contar con la información precisa sobre este patrimonio, sin embargo
fundaciones, asociaciones civiles y gobiernos pugnan por el rescate de edificaciones
representativas de esos momentos históricos que revivan en el imaginario colectivo la necesidad
por la preservación y la divulgación de la cultura ancestral. El estado de Veracruz a lo largo y
ancho de su territorio cuenta con un enorme legado cultural desde referentes prehispánicos y
coloniales por referir algunos universos, donde se han implementado recursos para su rescate y
consolidación y donde la participación ciudadana ha sido fundamental en este hecho. Cabe
mencionar que muchos de estos conjuntos o edificios representativos han tenido la posibilidad de
ser consolidados al conocimiento público gracias a sus ciudadanos, de ahí la importancia del
conocimiento patrimonial para su preservación generacional.

En la ciudad de Orizaba, los usuarios de este recinto y los mismo habitantes de la ciudad no han
mostrado un interes profundo por conjuntar la información mínima sobre este recinto
emblematico y digno representante de la arquitectura barroca del siglo XVII, razón por la cual
no existe un documento que hable de lo mencionado antes, no como un documento emblemático
de la historia de los centros de culto al que poco acceso tienen siempre las personas comunes,
sino a un documento informativo que refiera lo que es importante y necesario saber sobre un
emblema de arquitectura.

Se sabe que existen levantamientos arquitectonicos pero no estan disponibles para los usuarios,
por lo tanto no se tiene una idea completa de su edificación en planta, o de los áreas
representadas aquí o los elementos representativos del conjunto. Es posible que la información se
encuentre en manos de la actual diósesis local o en manos de los ministros de culto
especializados en la materia, cuestión que hace sumamente complejo el acceso a dichos datos
cuestión que podría explicar el por qué no se cuenta con mayor doumentación, aunque ello es
una probable hipótesis sobre la información precisa en un género de arquitectura pública que en
verdad deba ser pública y mostrarse como un elemento de divulgación precisa para cualquiera
ciudadano, estudiante de arquitectura o conocedores en la materia.

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Objetivos.

Describir la estructura arquitectónica espacial a nivel perceptual de la Iglesia dedicada a Santa


María de Guadalupe “La Concordia” en Orizaba, para que ésta pueda referirse como un conjunto
con valor y representatividad patrimonial de la ciudad mediante sus elementos simbólicos de
arquitectura.

Alcance
Presentación de un documento síntesis gráfico que posibilite la comprensión general como
divulgación pública de este edificio.

Capítulo I.
Los antecedentes de un referente arquitectónico para la posteridad católica en
Veracruz

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Orizaba.

Orizaba, es una ciudad mexicana ubicada en el centro geográfico del Estado de Veracruz, en la


región de las grandes montañas. Junto con otros municipios aledaños forma la tercera área
metropolitana más poblada del estado. Es conocida también como la Ciudad de las Aguas
Alegres por su origen náhuatl. La ciudad está situada a 1235 msnm, en la confluencia del río

12
Fig 3. Ubicació n de Orizaba.
Blanco, con varios afluentes, incluyendo el río Orizaba, y cerca de la desembocadura de un gran
valle de la Sierra Madre Oriental. Esta ubicación ha sido un importante cruce de caminos durante
siglos, la principal ruta comercial entre la Ciudad de México y Veracruz.   De acuerdo al censo
del 2010, tiene 120 995 habitantes con una superficie de 41.39 kilómetros cuadrados.

Clima.
La ciudad de Orizaba tiene clima templado-húmedo todo el año; en los meses de primavera, por
efectos de las "suradas" (el nombre del efecto Föehn en Orizaba), el termómetro llega a los 32
grados, para después dar lugar a un efecto de
Fig 4. Palacio de Hierro, Orizaba. Veracruz.
"norte", que indica mal tiempo, temperaturas frías,
nieblas y lluvias; en la primera quincena de junio llegan las lluvias formales que se extienden
hasta los últimos días del mes de octubre, durante este periodo, debido a la humedad alta, los
días no son tan calurosos, como las noches tampoco son frías, es decir, las máximas rondan en
torno a los 25 grados y las mínimas en torno a los 16 grados; los otoños en la ciudad son muy
cortos y casi no se distinguen; durante este periodo que dura desde el final de la temporada de
lluvias hasta la primera helada que marca el inicio del invierno, los árboles tiran sus hojas y
presentan colores ocres y amarillos, los días son frescos, despejados y con una humedad baja;
durante el invierno (que dura desde los últimos días de noviembre, hasta la primera quincena de
febrero) son comunes los días nublados, con nieblas y lloviznas, aunque de igual forma los días
despejados hacen presencia.

Antecedentes históricos.
Época prehispánica
Los primeros pobladores del valle de Ahuilizapan fueron posiblemente de origen totonaca, y a
partir del año 1051 arribaron los toltecas que ya poblaban el valle de México hacia el año 648 y
aniquilados por el hambre, la peste y las guerras, emigraron al sur, pasando por este valle. Hacia
el año 1200 la zona sufrió una invasión de los tlaxcaltecas, quienes fueron tributarios de los
emperadores de México, según se vera.  Para protegerse de los mexicas, los tlaxcaltecas
fundaron las poblaciones de Tequila  y Maltrata que usaron como fortines teniendo como centro
al valle de Ahuilizapan. Para 1455, el valle quedó totalmente bajo el dominio de los mexicas,

13
siendo sometidos nuevamente hacia 1469 por Axayácatl quien les impuso duros castigos por una
rebelión que intentaron. Los aztecas dieron el nombre genérico de Ahuilizapan a todo el valle
que estaba compuesto por varias poblaciones como eran Ostoticpac (hoy Nogales), Izhuatlán
(hoy Orizaba), Tlilapan , Tequila, Tezmalaca y Maltrata.

Conquista.
Dueños los españoles de México y de muchas provincias mas, estos quisieron tener una via por
donde transitar de la costa a la capital y visceversa. Fue asi que adoptaron el paso por Orizaba,
que anteriormente fue conocía domo Ahuaializapan y cautivados por la situación de su valle y
provisto de pastos para sus ganados, los copiosos ríos y las regiones frias ardorosas de la tierra
caliente, la designaro como su lugar de descanso. Se dice que parmanecias en la regios tres ó
cuatro días con los convoyes .3
Img. 5 Cartografía Carbó Mapa de la
Designada esta localidad para ese objetivo, fue necesario ubicació n de las iglesias en Orizaba
1570
eregir un albergue para ponerse al abrigo de las intemperies
y es asi como se comienzan a levantar algunas chovas y corrales en el trayecto de lo que hoy es
la calle real, asi como también alzaron algunos corrales para encerrar por las noches los animales
que servían para el transporte. Al inicio cada quien colocó su casa donde mejor le parecía ya
después fue necesario unr las propiedades, resultó de aquí la irregularidad de las calles de la
naciente ciudad, que tuvo origen en las inmediaciones del rio Orizaba en el rumbo de San Juan
de Dios.4

Posteriormente, después de la conquista el 15 de mayo de 1524 llegaron a "Abrizaba", doce


peregrinos misioneros franciscanos que venían a catequizar a los indígenas.

En octubre de 1524, Cortés visita Orizaba por segunda vez acompañado por sus capitanes, sus
criados, el último tlatoani azteca Cuauhtémoc, los caciques Tetlepanquetzal y Coanacoch en
calidad de prisioneros, así como por doña Marina "La Malinche" y algunos clérigos. En el lugar
que hoy conocemos como Huiloapan se celebró la boda de la Malinche con el capitán Juan de
Jaramillo. Más tarde, después de haber asesinado a Cuauhtémoc y a los otros dos caciques el 15

3
Orizaba. Tomo I. Cap. IV. Jose María Naredo.
4
Orizaba. Tomo I. Cap. IV. Jose María Naredo.

14
Img 6. Pintura del Valle de Orizaba en sus inicios
(autor desconocido)
de julio de 1526, Hernán Cortés pasó nuevamente por Orizaba encomendando el entonces Valle
de Ahauializapan a Juan de Coronel, soldado de Pánfilo de Narváez, convirtiéndose así en el
primer encomendero del valle extendiéndose sus posesiones hasta Ostoticpac (hoy Nogales). En
1532 la segunda audiencia hizo el deslinde de asentamientos nominando a Orizagua y Ostoticpac
en cabeceras dependientes del pueblo de Tequila.

Antecedentes históricos del barrio de Omiquila o Guadalupe.


En un manuscrito de 1804 titulado “San Miguel Ahuilizapan”, el sacerdote amanuense Don
Joaquín Iznardo, afirma que los primeros pobrladores de la Orizaba actual estuvieron asentados
en Texmalaca, a espaldas del cerro de Ixhuatlán del Monte, en el lugar que hoy se conoce como
Ixhuatlancillo del Monte. En el mismo manuscrito se afirma que estos indígenas bajaron al llano
en 1552 y que se asentaron en l aparte norte del valle formando un asentamiento con el nombre
de Ixhuatlán. Los indígenas de Ixhuatlán formaron l aparte medular del pueblo, en lengua
Náhuatl se llamó Ahauializapan, poética palabra cuyo significado es “ Alegía sobre el Agua” o “
Lugar de las aguas alegres”.

Los primeros españoles que, según Don Joaquín Arróniz, llegaron al valle en 1535, para el
sacerdote Iznardo sólo fue hasta 1644 ( 92 años después de fundado Ixhuatlán, que tuvieron
presencia significativa y decidida influencia en Ahauializapan; a la cual, a partir de 1559, fueron
nombrando sucesivamente, por deformación fonética. Ahuilizapa, Ahuilicaba, Oricahua,
Ulizaba y Orizaba. Hacia la parte Este del valle y delimitadas por el cerro de Escamela, se
extendían inmesas sabanas conocidas como Las ciénegas de Tepatlaxco porque absorbían las
torrenciales corrientes venidas desde las faldas del Citlaltepetl. En estas pantanosas tierras
habiraon grupos humanos llegados en 1580 de los asentamientos indígenas de Acultzingo y
permanecieron en ellas hasta 1712, año en el que el grupo mayoritario emigró hacia la SE para
formar lo que, hasta nuestros días, se conoce como Barrio Nuevo.

En 1601, siendo virrey de la Nueva España Don Gaspar Zúñiga y Acevedo, Conde de Monterrey,
se formó la “Congregación de Indios de San Miguel Ahuilizapan” y se formaron también los
barrios de Omiquila y Jalapilla. Para formar, como barrios, estos antiguos asentamientos

15
indígenas, el virrey mandó reunir a todos los indios de Atzacan, Ixhuatlancillo y Tlilapan. En
ese año de 1601, Orizaba contaba con 126 familias de indígenas viviendo en los barrios de
Cocolapan e Ixhuatlán, failias que después de la inmigración ascendieron a 166. En las ciénagas
de Tepatlaxco se formó, por órdenes del virrey, el Barrio de Omiquila con indígenas trasladados
de Santiago Tlilapan. Este barrio de Omiquila cien años después empezó a llamarse también
Omiguila o Guadalupe.5

En 1701 un censo indicaba que la población de Orizaba estaba integrada por 220 familias de
españoles y 472 de mestizos que vivían en torno al templo de San Juan de Dios y hacia le llano
de Santa Gertrudis más un número indeterminado de indígenas de Ixhuatlán. Las demás tierras
del valle estaban en posesión del Marqués de la Colina y de los señores Marqueses de Sierra
Nevada, cuya residencia estuvo donde actualmente se levanta el cuartel de San Antonio; y cuyas
inmensas posesiones llegaban, por merced del monarca Felipe V del 27 de Febrero de 1708,
desde el cerro de Tlachichilco hasta las faldas del Pico de Orizaba.

Santuario Guadalupano.
En las últimas décadas del siglo XVII y las tres primeras del siguiente siglo, vivió Orizaba varios
sucesos que han quedado guardados en las páginas de su historia.

En 1687 el Citlaltepetl o Pico de Orizaba, después de cinco erupciones registradas, ( 1264, 1351,
1566, 1613) hizo erupción por última vez; y estando Orizaba en la zona sísmica del volcán, ha
sufrido con frecuencia los embates de los sismos que, algunas veces, han resultado ser
verdaderos terremotos. Uno de estos sismos destruyó en 1693 la torre del templo de El Calvario
y el 26 de Agosto de 1696 otro terrible temblor de tierra derrumbó por completo la iglesia de
San Juan de Dios, a los 78 años de su fundación.

Este lamentable accidente unió en apretado lazo a todos los orizabeños, quienes, guiados por el
dinámico cura don Francisco Illueca, empezaron ese mismo año la reconstrucción del templo y el
hospital anexo. En 1716 el núcleo de la población indígena de Orizaba se vio incrementado con
gente que llegó del vecino poblado de El Ingenio de Viveros (hoy Nogales), pues el mes de

5
La Concordia Orizaba, Veracruz. Benjamin Maciel Gómez

16
Febrero de ese año, un voraz incendio destruyó su templo y el pueblo, obligando a los
desventurados indígenas a refugiarse en los poblados vecinos.

De 1720 a 1736 el proverbial fervor religioso de la gente de Orizaba afloró vivamente, a pesar de
una mengua en el comercio que desde 1712 se venía sintiendo. Este impulso religioso los llevó a
construir en 1720, en un desierto paraje, alejado del centro de la población, la actual capilla de
Los Dolores. En 1732, después de 12 años de iniciados los trabajos, se concluyó la ampliación y
remodelación del templo mas importante de Orizaba, la parroquia de San Miguel Arcángel (hoy
catedral). En 1735 los carmelitas descalzos fundaron el convento y el templo de Nuestra Señora
del Carmen; y al año siguiente, (1736), una humilde capilla que ya existía en un paraje desierto
al Oriente de la población , fue convertida por una piadosa matrona de nombre Gertrudis Baeza,
en la iglesia de Santa Gertrudis, que perdura hasta nuestros días. En la década siguiente, hacia el
año de 1749, se levantó una capilla con un hospicio anexo, dedicado al Señor de Ototitlán;
capilla que se encuentra cercana al puente de La Borda; y que todos conocemos como la iglesia
de La Soledad. Desde que fue formado su asentamiento, los habitantes del barrio de Omiquila o
Tepatlaxco, vivían alejados por sus pantanosas tierras de los servicios espirituales
proporcionados por las distantes iglesias de San Miguel y San Juan de Dios, por lo que no podían
ejercitar prácticamente su fe mediante el culto divino.

Esta circunstancia dio origen, en1709, a un acontecimiento piadoso narrado por el señor Naredo
en su historia de Orizaba que hizo cmabiar el nombre del barrio de Omiquila y Tepatlaxco a
Barrio de Omiquila o Guadalupe. El historico acontecimiento es el siguiente:

“Un indígena ciego, de nombre Domingo de Ramos Ganzález,


impulsado por su acendrado amor a la Virgen del Tepeyac,
construyó con sus propios recursos en un solar de su propiedad,
una humildísima ermita dedicada a la Virgen Morena.
Esta capilla que, según antiguos manuscritos citados por el
señor Arróniz en su Ensayo de una Historia de Orizaba
“era una ermita cubierta de teja vana, sustentada por harcones
y cercada por cuilotes y malas tablas … Y no tenía mas sacristía
ni torre que un árbol que estaba junto a la puerta en donde
colgaban una campanilla para llamar a misa … que el adorno
era un lienzo de pintura de Nuestra Señora de Guadalupe sobre
un mostrador que servía de altar con un frontal de pintura,
unos manteles de Ruan, cuatro candeleros de palo, una ara

17
tan pequeña que escsamente cabía el caliz y patena, una palia
de lienzo, dos casullas viejas que dieron de limosna” fue
inaugurada el 13 de Diciembre de 1709 para celebrar la santa misa y los demás
actos de culto.”6

Tres años después, hacia 1712, el piadoso guadalupano con ayuda de sus vecinos, ensanchó la
capillita; y al año siguiente “le quito el cercado de maderas y la circundó de paredes de piedra y
barro con ripio de mezcla”. Parece ser que para estas fechas, según testimonios del jesuita
Taillander, “la población de Orizaba estaba compuesta por 510 familias de españoles, 300 de
mestizos, 220 de mulatos y 809 de indígenas del idioma mexicano” . Por circunstancias que la
Historia ignora; pero quizás por la insalubridad del lugar y la difícil convivencia de los
menospreciados indígenas con la llamada “gente de razón”; ese mismo año de 1712 los
habitantes de Omiquila emigraron hacia el SE. (por el rumbo de Santa Gertrudis) para fundar
una colonia con el nombre de Barrio Nuevo (como quedó ya apuntado). Esta circunstancia se
reflejó tan penosamente en la reconstruida ermita que, pronto quedó en total abandono y su
estado en tal deterioro que “caídas las puertas, se tapaban de noche los huecos con pedazos de
tarima para que no entrasen los animales …”

Hacia 1729 el grupo de residentes de Omiquila y Tepatlaxco, que no había emigrado, se había
incrementado con familias españolas de tal manera que, sus insatisfechas necesidades
espirituales por el alejamiento del “núcleo urbano”, encendieron el celo apostólico de dos
virtuosos sacerdotes de Orizaba: el Lic. Antonio de Clorza (teniente de cura) y Don Benito
García Gambino. Estos sacerdotes, Don Antonio de Clorza como promotor y Don Benito García
como ejecutor, iniciaron ese año de 1729 con la ayuda de los indígenas y de los vecinos
españoles, la construcción, desde sus cimiento, del actual Santuario Guadalupano.

Para realizar la piadosa obra al amparo de Nuestra Señora y obtener de ella el necesitado auxilio,
don Benito mandó pintar a la capital del Virreinato una imagen que fuese “copia fidelísima del
sagrado original”. La pintura fue realizada por el afamado pintor de arte sagrado, el Pbro y Lic.
Don Nicolás Rodríguez Juárez, miembro de una importanate dinastía de pintores novo hispanos;
y según testimonio certificado, fue “tocada original” el 11 de Septiembre de 1730.

6
Arróniz Tomo I. Pp. 173-174

18
La construcción del santuario avanzaba con paso lento porque la penuria extrema levantaba
problemas y dificultades a los dos celosos sacerdotes. Pasaron así los años y los fervorosos
vecinos sintieron la necesidad de jurar con toda solemnidad, su fidelidad y amor a la Virgen
Morena. Acudieron pues ante el Pbro. Don José Luis León “cura de esta doctrina”
representados por dos destacados miembros del pueblo: Don Tomás Trujillo “Alcalde Mayour de
este Partido” y Don Gaspar de Bedriñana, benefactor de la villa.

Ante la hermosa imagen de María de Guadalupe “con todas las formalidades necesarias y
otorgando jurídica escritura, aceptaron a Nuestra Señora la Virgen María, por Patrona”. Este
juramento hecho 28 meses antes de la conclusión del templo “ se extendió también a celebrar
anualmente su fiesta el día 12 de diciembre”

El fervor religioso despertado por estos acontecimientos en la sencilla gente del pueblo, que
siempre se ha distinguido por ser la más generosa, aceleró con sus contribuciones la construcción
del templo que se vio terminado en 1740 para ser consagrado ante la preciosa imagen de la
Virgen Morena al año siguiente.

El día 30 de Octubre de 1741 entre grandes festejos y la sana algarabía del pueblo, se hizo la
Solemne bendición del templo que fue declarado Santuario el día 6 de enero de 1742 “con
independencia de la Parroquia” (San Miguel).

Como justo reconocimiento a su infatigable celo apostólico, Don Benito García Gambino fue
nombrado capellán del santuario, tomando posesión de su cargo el 18 de marzo de 1741. Este
piadoso hombre de Dios, en un manuscrito suyo que ha conservado la historia, hizo breve reseña
de la obra realizada hasta el día de su consumación. La parte del manuscrito que consigna las
erogaciones que fue necesario hacer es la siguiente:

“Digna ocupación en que tengo gastados 37 años en los cuales he


fabricado este santuario teniendo de costo su fábrica meterial todo
de bóveda, con sacristía, uan torre muy pulida y otra hasta la
mitad, con capilla cuyas paredes están ya arrasadas y sólo falta
cerrar la bóveda para dedicarla al grlorio San Antonio de Padua
… teniendo como costo de fábrica la cantidad de cuarenta mil pesos …

“El adorno de dicho santuario (continúa el manuscrito) de colaterales,


ornamentos, alhajas de plata, órganos y demás, no solo necesarios al
culto divino, sino en su modo superabundante cuales he fabricado
este santuario teniendo de costo su fábrica material, pasa de otros

19
cuarenta mil pesos: Lo gastado hasta el presente en el templo
referido, de cera, vino, aceite, hostias, lavar y almidonar ropa de
sacristía, pagos de sacristanes y celebrar la novena, fiesta del jubileo
de tres días de Nuestra Señora y otros adminículos, llega a
cincuenta mil quinientos pesos, sin incluir lo mucho que
se ha gastado en perfeccionar esta calle ( la de Guadalupe) haciendo
vía recta para el centro del lugar por medio del puente de cal y
canto, calzadas, zanjas y otros reparos para su conservación … “7

37 años estuvo, pues, Don Benito García Gambino al frente del santuario guadalupano contados
a partir del inicio de la construcción; y antes de terminar su fructífera labor, proyectaba construir
un colegio para niñas anexo al templo “para emplearlas en alabanzas a la Virgen”.

El Oratorio de San Felipe Neri.


7
Arroniz. Tomo I. Pp 189.190.

20
Al hablar de la construcción del santuario guadalupano es imprescindible narrar también la
historia de la construcción del Oratorio de San Felipe Neri, como parte del santuario, para
morada de sus cinco capellanes; pues ambas obras, construidas por los PP filipenses, están
íntimamente ligadas en el tiempo y el espacio; pero sobre todo, en el mismo propósito
evangelizador de estos virtuosos religiosos que hicieron historia por los bienes materiales y
espirituales que prodigaron a Orizaba.

26 años después de la bendición del santuario, el sacerdote filipense Don Manuel José Ansermo,
poseedor de una cuantiosa fortuna familiar, con otros dos compañeros suyo de la misma
congregación, concibieron la idea de fundar en Orizaba un Oratorio y una casa de ejercicios,
semejantes a las ya construidas por los hijos de San Felipe Neri en varios lugares de la Nueva
España.

Los dos compañeros del P. Ansermo fueron el inglés Don Carlos Wattes Montes y el Lic. Don
José Antonio Buenhombre. A estos tres pioneros de la idea se les unieron también Don Francisco
Ávalos (natural de Navarra) y el orizabeño Don Juan Antonio Cáceres.

Con el fin de obtener las licencias necesarias para la proyectada obra, los cinco filipenses
acudieron a la Mitra Poblana, a la Corona y a la Santa Sede.

En espera de las licencias del Rey Carlos III y las de la Santa Sede, trámite muy tardado; pero
con la anuencia de la mitra poblana, a la cual estaban sujetos los eclesiásticamente hablando,
todos los templos de la región, iniciaron la construcción de la obra en terrenos anexos al
santuario guadalupano, el día 27 de abril de 1767, según lo atestigua una antigua loza de piedra
labrada que se encuentra hasta nuestros días empotrada en la parte frontal del edificio.8

La diócesis de Puebla, por mediación del obispo Don Francisco Favían Fuero, coincidió las
licencias para la construcción de la casa, a la cual se le asignó el titulo de “Concordia de
Capellanes del santuario de nuestra Señora de Guadalupe” nombre con el que quedaba
espiritualmente unida a la de Puebla de los Ángeles la cual , esus principios, fue llamada
“Venerable Concordia de Caridad Eclesiástica”.

Cinco días antes de la iniciación de la obra, el 21 de abril de 1767, se celebró una misa en honor
de los religiosos que formarían la congregación y se eligio como su prepósito al Pbro. Manuel

8
Naredo. Tomo II, cap IX. Pp.96.

21
José Ansermo, reconociendo como superior de los cinco capellanes del santuario, al sacerdote
Don Benito García Gambino.

El día siguiente, 22 de Abril, ante la presencia del Sr. D. Francisco Illueca, cura beneficiario por
su majestad, vicario y juez foráneo de esta jurisdicción, nos nuevos capellanes del templo “
reonocieron el santuario sus ornamentos, alhajas, utensilios y censos; primeramente la iglesa y en
ella el colateral mayor perfectamente acabado en blanco y el otro en el primer cuerpo”.9

El 13 de Junio del mismo año iniciaron la laboriosa tarea espiritual con platicas doctrinales
matutinas y vespertinas “ y perpetuo confesionario”, observando desde luego, las constituciones
de su fundador, San Felipe Neri.

La construcción de Oratorio y la cas de ejercicios se inició pues, el 27 de abril, en un extenso


terreno localizado junto al santurio; terreno que fue donado por el vecino Juan Antonio de Cora,
benefactor de Orizaba, quien, juntamente con la escritura correspondiente, aportó además la
cantidad de quince mil pesos para la construcción del segundo claustro, parte que fue casa
habitación de los sacerdotes del Oratorio Filipense.

Uniéndose a la aportación del Sr. Cora y a una importante suma de seis mil pesos duros donados
para la obra por el Sr. Francisco Ávalos, el P. Ansermo, poosedor, entre otro bienes de la
“Hacienda de San José de los Tres Jagüeyes” en el pobaldo de Tepeaca, Puebla, hizo a la
comunidad de la donación de su hacienda para sostener, con el usufructo, a los capellanes del
santuario guadalupano. Con estos recursos y la colaboración del vecindario, en un lapso de siete
años, se llevó a cabo la fábrica de las instalaciones dentro de la manzana, que actualmente ,
ocupa el templo, el propio ex oratorio, el Hospital psiquiátrico del estado, la facultad de
enfermería de la Universidad Veracruzana y el centro de salud.

Los grandes edificios, formaron una unidad compuesta por tres grandes secciónes. La primera
sección la forman las construcciones que se levantan, circundado el patio mayor, en la entrada
principal, donde ahora se localiza la pinoteca del Museo del Estado. Esta sección, que
erróneamente ha sido identificada como el oratorio, fue en realidad la casa de ejercicios, parte
medular de la actividad apostólica de los padres filipenses.

9
Oratorios de San Felipe Neri. Un testimonio vivo de la funcación del Oratorio de San Felipe Neri en Orizaba. P
XXXIII, folio 59.

22
El oratorio estaba formado por la segunda sección, conocida como el segundo claustro,
construcción que fue costeada totalmente por Juan A. Cora (antes mencionado). En la tercera
sección y el resto de la manzana ( hospital psiquiátrico, centro de salud y anexos) había varias
habitaciones para los sacerdos y se encontraban las hortalizas, huertos y caballerizas del oratorio.

Terminada pues la obra en 1774, empezó a ser llamada “Oratorio de San Felipe Neri”, este
mismo año los sacerdotes ocuparon el oratorio y dos años después llegaron las liencias
solicitadas al Rey y a la Santa Sede, en Cédula de Carlos III de España y el Breve de erección del
Papa Pío VI. Con estos documentos se hizo la consagración del tiemplo y la inauguración del
oratorio, celebrando la primera misa solemne en “Santa Congregación” por el P. Francisco
Ávalos el dia 12 de Diciembre de 1776.10

Los documentos relacionados con el Breve del Papa Pío VI de 1775 y la Cédula de Carlos III de
1776 sobre los Seis Capellanes del Santuario y la ereccíon del Oratorio, tramitados por la curia
poblana, conjuntados por el Virrey Antonio María Bucareli y la intervención del Vicario y Juez
Eclesiástico Foráneo de la Jurisdicción de Orizaba, Don Antonio Illlueca se econtraban
guardados en el Archvio de Indias en la provincia de Sevilla, España.

El día 12 de Marzo de 1819 un terremoto causó grandes estragos en el santuraio y en la casa de


ejercicios, dejando seriamente dañados tres cuerpos de la torre norte del templo; Ante el peligro
de los PP. Del Oratorio se vieron en la necesidad de hacer derribar el segudno y el tercer cuerpos,
dejando bastante estropeado el primero.11 Estos desafortunados sucesos causados por el
terremoto y la gran inestabilidad del país por las guerras internas, hicieron disminuir en buena
medida el número de los integrantes de la comunidad filipense.

Transcurrieron los años y llegó para la iglesia el fatídico 1859, año en el que se promulgaron las
Leyes de Reforma sobre la amortización de los bienes eclesiásticos. Estas leyes no pudieron ser
aplicadas temporalmente en Orizaba por estar ocupada por tropas opositoras al gobierno de
Juárez.

Llego el 20 de agosto de 1860. Al ser aplicadas las Leyes de Reforma y expropiado el oratorio
del cual desaparecieron las valiosas pinturas que tapizaban las paredes de los claustros y de la
portería, los religiosos felipenses tuvieron que abandonar La Concordia ante la feloz violencia

10
Naredo. Libro II, cap IX, pp. 96,97.
11
Naredo. Libro III pp. 101

23
desatada en su contra por las fuerzas liberales. Por un tiempo se alojaron en la capilla de Los
Dolores y el anciano sacerdote Don José Joaquín Cueto, se hizo cargo del tiemplo de San Juan de
Dios, llevando consigo lo que pudo rescatar del expropiado oratorio.

Después de estos acontecimientos, de los padres del oratorio sólo quedaron, como mudos
testigos de su presencia en el templo guadalupano, los cuerpos momificados y emparedados de
dos religiosos que en 1975 fueron descubiertos al hacer la ampliación del gran arco que da
acceso a la nave lateral izquiera del templo.

Estos cuerpos, con sus vestiduras intactas, fueron nuevamente inhumados por el Cura Ignacio
Díaz, en la parte superior, sobre el dintel de la puerta de la actual sacristía.

Una vez expropiados, el templo y el oratorio, pasaron a ser propiedad, por escritura pública, de
las Juantas de Hospitales, llamadas también Juntas de Caridad. El Oratorio fue convertido en
Hospital Civil y a la Iglesia se le asignó una renta mensual, por su uso, que el pueblo se negó a
pagar. Ocupados, pues, por el gobierno de Juárez, el templo estuvo clausurado y el Oratorio,
funcionando como hospital civil, albergó a los enfermos de ambos sexos, hasta el año de 1862,
fecha en la que las tropas francesad de Napoleón III, ocuparon la ciudad.

Bajo la tolerancia de las fuerzas de ocupación, en el santuario guadalupano se celebraba la


eucaristía los domingos y días festivos, limitándose a sólo esas celebraciones, todos los actos de
culto.

Los días 3 de Octubre de 1864 y 2 de Enero de 1865, el ya familiar flagelo que nace en las
entrañas de la tierra, nuevamente se presentó en la sufrida población: el santuario y el oratorio
volvieron a sufrir el embate de dos terribles templores y el recitno sagrado quedó en una
completa ruina con la cúpula que se vino abajo y el maltrecho primer cuerpo de la torre, que se
había librado del sismo de 1819, a punto de desplomarse.

El acendrado espíritu religioso característico de Orizaba y el amor a la Virgen del Tepeyac que
tienen los orizabeños, los impulsaron a actuar diligentemente en la reparación de los daños y
levantaron una cúpula mas elegante que la anterior; también hicieron nuevo enladrillad del
templo, volvéndolo a abrir al culto público.12 Mientras tanto los invasores franceses trasladaron a

12
Naredo, Libro III Cap IX, pp 100.

24
los enfermos del oratorio a un hospital de mujeres que existió anexo a la iglesia de Los Dolores;
y el anterior nosocomio fue convertido en 1862, en hospital militar y hospital de sangre.

Después de dos años, al caer el imperio de Maximiliano de Hamburgo en 1867, el edifcio del
Oratorio, nuevamente en poder de los triunfantes fuerzas liberada, fue convertido en un hospicio
para niños. El hospicio albergó a la niñez desvalida hasta el año de 1873, fecha en que fueron
trasladados los niños al antiguo hospital de Los Dolores, el cual funcionó como hospicio hasta el
año de 1954, (hoy escuela Orizaba) y el oratorio se volvió a ocupar, como hospital general para
hombres y mujres con el nombre de “Hospital Civil Ignacio de la Llave”.

El hospital civil Ignacio de la Llave atendió a gente de escasos recursos por espacio de cien
años: de 1873 a 1973, sirviendo tambié una parte de sus intalaciones como cárcel para mujeres.

En este largo período, el Hospital Civil compartió su ruinoso edificio con el Hospital Psiquiátrico
del Estado a partir de 189613 y con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a partir de
1947.

En efecto: esta institución (IMSS) que carecía de instalaciones propias para atender a sus
engermos asegurados, acudió al Gobierno del Estado para arrendar la mayor parte del ex
convento; y en él funcionó desde ese de 1947 hasta 1959, año en el que la institución construyó
sus propias instalaciones. Mientras tanto el hospital civil que ya había sido seriamente dañado
por otro sismo ocurrido de 1937, fue relegado a un pequeño reducto de la planta baja del edificio,
donde estuvo, precariamente en funciones, hasta el año de 1973, año en el que, de acuerdo a su
trágico sino, gran partel de Oratorio cayó nuevamente a tierra por el terremoto del 28 de agosto
de 1973.

13
La inauguración oficial del H. Psiquiátrico fuen el 12 de diciembre de 1897.

25
Características arquitectónicas del Barroco Mexicano.
Con los primeros años del siglo XVII, la vida en el Virreinato de la Nueva España sufre una
transformación al desaparecer las circunstancias que le habían dado carácter durante los años
inmediatamente posteriores a la Conquista. Por una parte, se estabiliza política y
económicamente y, por otra, se concluye la labor de evangelización que había dado el sello
distintivo al siglo XVI. Esto se refleja en el ambiente de tranquilidad en que se vive durante esos
años, lo que permite el desarrollo de las artes a un alto nivel. Hay ciertos caracteres que dan
personalidad al barroco novohispano, tanto en la composición de los edificios cuanto en el
aspecto formal. Los más notorios son los siguientes:

Los templos siguen siendo de una nave, pero aparece el crucero coronado por la cúpula y las
torres en fachada, En muchas ocasiones se agregan capi- llas a la nave única, de eje
perpendicular o paralelo a ella, que corresponden a devociones particulares de cada orden

Las plantas son de gran sobriedad y muy pocas veces se expresa en ellas la movilidad del estilo.
Por lo contrario, casi siempre muestran un absoluto esta- tismo en la arquitectura religiosa igual
que en la civil. En las iglesias hay una marcada predilección por la forma de cruz latina, que se
convierte en típica de las parroquias y de los templos de los conventos de frai- les, o de una sola
nave sin crucero, que se emplea en la solución de las iglesias de monjas. En la arquitec- tura
civil, los planos cuadrangulares, resueltos alrede- dor de patios, y obligados a su forma por la
composi- ción urbanística, son los más comunes.

Dos elementos destacan en los edificios religiosos: la cúpula y la torre. Ambos, y principalmente
la cúpula, definen su perfil. El tipo básico es la cúpula sobre tam- bor octagonal, rematada por
una linternilla. La torre o las torres son de importancia semejante a la de la cúpula. Suelen ser
bastante elevadas, en contraste con la horizontalidad de las masas de la iglesia. Se componen de
un cubo y, sobre él, varios cuerpos en los que se colocan las campanas. Dominando el remate,
hay una pequeña cúpula con su correspon- diente linternilla. El cubo casi siempre es liso, y su
apariencia es la misma del cuerpo de la iglesia pero a veces se refuerza su expresión mediante
Img. 10.- Planta de Conjunto con nombres del Oratorio de San Felipe Neri e
elementos
Iglesia de Santa María de Guadalupe “la Concordia” decorativos,

26
como las cadenas almohadillas en las esquinas o los almohadillados cubren todo el cubo .

Los cuerpos de campanas colocados sobre el cubo pueden ser en número variable. Su forma
también varía

Dentro del aspecto formal, merece citarse en primer término la importancia que se da a la
decoración de los enmarcamientos de los vanos, lugares en que se manifiesta principalmente. En
el interior, el afán por la ornamentación adquie- re aún mayor importancia. Los retablos, y hasta
la totalidad de los paramentos de los muros reciben a veces decoraciones en yeso que se pueden
considerar típi- cas del barroco mexicano de los últimos años del siglo XVII y primeros del
XVIII.

Los retablos llegan a cubrir, en otras ocasio- nes, el interior en su totalidad, creando impresiones
visuales de carácter pictórico. Toda esta ornamentación, tanto exterior como inte- rior, tiene un
carácter atectónico, es decir, no forma parte de la estructura. Son elementos que se sobrepo- nen
a lo constructivo, que es muy simple, y por eso mismo permiten que una misma estructura pueda
recibir distintas vestiduras, en las que se manifiesta el gusto por lo decorativo, tanto indígena
como español.

27
TEQUITQUI - técnica indígena para la edificación-.

Magníficos tallados en piedra, hermosas alegorícas pictóricas, son algunas de las


manifestaciones artísticas que con gran fuerza nos permiten asomarnos al nacimiento del mundo
novohispano, un mundo lejano, pero no ajeno, sólo lejano, que se hace presente cuando
encontramos con producciones del siglo XVI Y XVII. Es la fusión de dos cosmovisiones, en la
que los sometidos, plasman algunos de los símbolos de su mundo, de ese mundo al que
afanosamente se aferran y que para ese momento, está dejando de existir.

El siglo XVI novohispano, fue una época de grandes transformaciones, en el que a partir de la
conquista, la estrucutra social del Nuevo Mundo responde a cánones diferentes, a un sinfín de
reacomodos que permiten consolidar el dominio español.

Esta tarea de transformación y construcción del mundo novohispano, la cosmovisión de los


vencidos tiende a ser sistemáticamente reformada, y en este asunto, el papel desempeñado por
los evangelizadores es fundamental, su persistente trabajo en la habilitación de los indios para el
mejor desempeño de sus funciones en la nueva sociedad fue sin duda de la mayor importancia.
Cristianizar tiene que ver con la salvación de las almas de los conquistado, lo que implicaba “la
modificación de raíz de su cosmovisión y su modo de vida”. Evangelizar conllevaba entonces el
educar que fundamentalmente se centra en la castellanización y en entrenamiento para el
trabajo, posibilitando la incorporación del indio a la vida urbana y la sumisión de los
conquistadores.

AQUÍ DEBES REFERIR QUÉ ES Y A QUÉ SE REFIERE, DE DONDE VINO Y QUÉ


DETALLES…EN SÍNTESIS NO IN EXTENSO-

http://artemexicano-odethe.blogspot.mx/2011/03/historia-del-arte-mexicano-el-estilo.html
https://artetequitquiymas.wordpress.com/arte-tequitqui/

28
Capítulo II
Un espacio arquitectónico para la fé católica

29
El espacio arquitectónico en la iglesia y su evolución.

Todas las grandes civilizaciones de la historia germinaron alrededor de unas creencias, una
religión, un sentimiento de espiritualidad que intentaba dar cobijo a las inquietudes de las gentes
que a éstas se acogían. Estas religiones, que normalmente asignan a su cosmogonía agentes
externos, a los que se es devoto, han generado, durante los largos siglos y milenios de la historia,
una gran cantidad de edificios destinados a albergar o adorar a sus dioses y a congregar a su
comunidad. He aquí la arquitectura religiosa.

La mayoría de las religiones afirma que el mundo fue creado en el monoteísmo o el politeismo, o
algún fenómeno natural, pero creado por algo superior a los medios con los que se cuenta. Crear
es fabricar. Es proyectar, diseñar, detallar, construir. Ese carácter de transformar la materia, de
convertirla en algo diferente de su estado inicial, fue aprehendido por todos. Y así, tal y como las
deidades crearon un referente como hogar, los seres humanos crean y mantienen un espacio
especial para ello.

Desde los inicios de la historia reciente, la arquitectura religiosa ha estado presente: desde los
menhires de los prehistóricos, hasta las construcciones más vanguardistas de la actualidad,
pasando por templos de diversas tipologías, dirigidos a distintas deidades. Las religiones
siempre han intentado dar respuesta a las inquietudes existenciales. Lo curioso es que, a pesar de
todas las diversas respuestas que las religiones ofrecen o han ofrecido, la reacción común de la
humanidad haya sido construir edificios que se ofrecen a creatores y cosmocratores en su
momento. Se genera un lugar que les acoge en la tierra, con el fin de que ellos acojan en los
cielos a todos aquellos seres que les siguieron fielmente a su doctrina. Y no es un lugar
cualquiera; sino que, la arquitectura religiosa, generalmente, reúne más cuidado, más esmero y
más atención que muchos otros tipos de edificaciones, llegando a convertirse en una arquitectura
de gran presencia, de carácter monumental, clásica formalista cuya representación es como un

30
libro abierto que narra parte de la fé profesada y algunas vicisitudes de su consolidación al paso
del tiempo.

En la arquitectura cristiana se observa que, durante sus dos mil largos años de recorrido, su
tipología se ha mantenido bastante fiel a sus raíces. Ésta, en sus orígenes, adaptó la tipología de
las basílicas romanas, centros de abasto que por su capacidad, sólo podían darse en éstas. Su
disposición formal la estructuraba una nave central de mayor luz y altura y naves laterales que
adoptaban la función de deambulatorio o recorrido lateral, a la vez que permitían soportar el peso
de la cubierta y estructura central. A este esquema base se añadió el transepto, que le otorgaba a
la planta de la iglesia la forma de la cruz cristiana, junto con el ábside encabezando la nave
principal. El espacio, de gran altura, normalmente se cubría con bóvedas, pues este elemento
estructural permite abarcar distancias mayores entre los muros o soportes que lo sostienen, en
comparación con una estructura plana. La bóveda es un elemento lineal y como consecuencia el
espacio albergado bajo ella adquiere ese carácter axial longitudinal que enfatiza una simetría en
cuyo eje se sitúa el altar.

Dentro de este largo recorrido, se descartan algunos edificios que se alejaron del camino
marcado y aceptaron una visión ligeramente diferente. Por ejemplo, a pesar de ser el templo más
importante dentro del cristianismo, la Basílica de San Pedro fue, en un principio, concebida tanto
por Bramante como por Miguel Ángel con una planta de cruz griega con doble simetría.
También en Roma, el Panteón de Agripa se alza como un espacio cilíndrico, capaz de albergar
una gran esfera en su interior. Este templo, que fue construido originalmente para los dioses
romanos, es desde principios del siglo VII un templo cristiano, de los escasos con planta circular.
Existen, claro está, algunos otros ejemplos similares a éstos, que quisieron apartarse de la pauta
establecida, pero en comparación a la hegemonía de la planta en cruz latina, el número es bajo.

No obstante, a pesar de que la tipología base de las iglesias no se ha modificado prácticamente


desde sus orígenes, lo que sí fluctuó más, con el paso del tiempo y el cambio de estilos, fue la
construcción de las mismas. Las toscas y oscuras iglesias románicas dieron paso a las luminosas
iglesias góticas, y éstas al pomposo Barroco. Es gracias a estas construcciones que hoy en día
podemos comprender mejor cómo se vivía en esas distintas épocas y cuáles eran las técnicas
constructivas disponibles en cada momento de la historia. La construcción de estos templos se

31
realizaba con las técnicas más vanguardistas y, a base de prueba y error, evolucionaron los
sistemas constructivos y estructurales permitiendo economizar en material a la vez que se
creaban espacios cada vez más amplios y luminosos.

Estos templos no sólo representaban los distintos estilos artísticos de cada momento, sino que se
apoderaban de ellos e influían notablemente en la evolución de los mismos. Las iglesias
constituían el edificio más importante en la mayor parte de las ciudades y pueblos del territorio
cristiano y, por tanto, merecían una especial atención. Este papel protagonista provocó que
fuesen una fuente de innovación constante, pues el presupuesto suponía escasos problemas y el
afán de superarse, a uno mismo y a los poblados vecinos, incentivaba a las mentes más brillantes
y a los artesanos y artistas de más talento. Sin embargo, la innovación no sacudió las bases
formales y espaciales hasta bien entrado el siglo XX.

El inicio de este cambio coincide en el tiempo con la celebración del Concilio Vaticano II, que
tuvo lugar bajo el papado de Juan XXIII. En este concilio se propuso modernizar la iglesia, así
como recuperar lo que la religión cristiana había sido en sus orígenes. Por un lado, se plantearon
las pautas para abrir el seno de la iglesia hacia el nuevo rumbo que la sociedad había tomado tras
la primera agitada mitad del siglo XX. Por otro lado, se pretendía devolver el sentido de
asamblea y comunidad de fieles, quitando protagonismo a los sacerdotes, para que todos los
feligreses pudiesen participar de la celebración de la misa en mayor medida.

Por ese tiempo, empezaban a aflorar algunas nuevas tipologías de iglesias y capillas, de mano de
algunos de los grandes arquitectos del siglo XX, quienes experimentaron atracción hacia este
tipo de edificios pues les permitían moldear el espacio con bastante libertad y jugar con la luz y
las formas para abrazar y transmitir la espiritualidad. No importaba que los arquitectos no fuesen
creyentes, pues su poesía era la arquitectura, a la que eran devotos y, por tanto, su capacidad de
expresión a través de este lenguaje no se veía, para nada, coartada por la creencia o no en Dios.
Así pues, el espacio y la luz quedan consagrados al servicio del culto. Aparecen sagrados,
omnipresentes.

Desde entonces, y hasta la actualidad, esta tendencia de innovar en la tipología eclesiástica ha


sido un punto en común de gran parte de los arquitectos que se han enfrentado a este tipo de

32
proyectos. Las nuevas iglesias intentan romper con la organización espacial tradicional, con el
fin de adaptarse al proceder de un culto más contemporáneo, ya sea eliminando los excesos, para
quedarse con lo esencial, o cuestionando el modo en que los elementos tradicionales de los que
consta una iglesia dialogan entre sí.

La arquitectura religiosa contemporánea intenta reinterpretar el modo en el que la comunidad se


reúne para celebrar la misa. Se cuestiona la organización espacial tradicional y se ofrecen
alternativas que pretenden poner en valor los ritos y las personas que participan de ellos. Por
ejemplo, con la simple acción de cambiar la distribución de los bancos en el espacio, la dinámica
ya varía. Así, se pasa de tener a los feligreses sentados en batallón, una hilera tras otra,
focalizando todas las miradas al final de un eje longitudinal a estar sentados en modo
asambleario, en un espacio no direccional, donde los bancos giran en torno al altar y las miradas
se entrecruzan.

Otro aspecto a reflexionar es el modo en el que se accede a la iglesia. Tradicionalmente, el


acceso se sitúa frontal al altar. Este acceso, en la mayor parte de iglesias y catedrales, aparece a
los pies de la nave principal y suele constituirse como un ámbito diferenciado, que te distribuye
hacia las naves laterales o simplemente actúa como un filtro que te prepara para entrar al espacio
de la iglesia propiamente dicho. Otras veces, este filtro se extiende más allá de la construcción
del mismo edificio y adopta una mayor dimensión, que abarca también el paisaje circundante. De
este modo, todo el proceso de llegada al espacio religioso está pautado por un camino que te
indica ese tránsito. Ya en los monasterios medievales encontramos el claustro y el pórtico
circundante. Una sombra que te introducía hacia la luz y te conducía hacia Dios. Esta transición
se puede entender, marcando las distancias, como un peregrinaje. Como un camino que te
prepara espiritualmente para encontrarte con tu fe.

La redefinición de los símbolos propios de la iglesia y del cristianismo es una variable más,
incorporada en la arquitectura religiosa contemporánea. Es decir, se juega con la presencia del
campanario, hito vertical tradicional de este tipo de edificios; se reinterpreta la cruz, su posición,
forma y materialización; y se prescinde de las imágenes, las cuales, adoptan formas más
abstractas o simplemente desaparecen, para dar más peso a la expresividad material de los
propios elementos constructivos.

33
De este modo, uno por uno, todos los elementos que durante siglos se presentaron como
inamovibles en la arquitectura y el espacio religiosos se van cuestionando y reinterpretando,
pasando a formar parte de un lenguaje más abstracto y contemporáneo que pretende comunicar
mejor la espiritualidad y religión modernas.

Templo de Santa María de Guadalupe “La Concordia”

DESCRIBE primero donde se encuentra: dirección, superficie ubicación, como en la ficha.

Ahora describe la historia de por qué se llama así, a qué diósesis pertenece y a qué comunidad
representa, fecha de la fiesta representativa, cuántas peregrinaciones llegan y cuánta gente se
reúne en ella. Cuándo se intervino y por quién y si sabes cuánto costó.

Ahora describe así como está en las fichas lo siguiente:

Vamos a narrar desde el acceso el recorrido, con las definiciones que ya se tienen, entonces en
un esquema general de la planta, vas a marcar la secuencia y vamos narrando cada uno de los
espacios con fotos…muy importante porque todo el trabajo lo que más requiere son fotos, de
todos los edificios que hablas sólo hay descripción pero no imágenes ni plantas de éstas, es de
arquitectura de lo que hablamos por ello son importantes.

Entonces: Narra la manera en la que sucede el recorrido y lo arquitectónico que nos encontramos
en cada paso, tus fotos son buenas y el viaje con el dron muy elocuente, sólo nárralo y ya.

Los planos que pusiste abajo no son necesarios si narramos, por ello los dejamos para los
anexos…ok?

Revisar ortografía y redacción en tercera persona de singular.

Muchas fotos de lo arquitectónico, de los referentes y de la Concordia.

Conclusión

A lo largo de la presente recopilación historica, informativa y fotografica se mostró la


importancia historica, arquitectonica y cultural de la iglesia, asi cómo en el pasar de los años ha
habido cambios interiores, con respecto a su diseño original. Se observo tambien como muchos
de los materiales con los que se realizo, han sido cambiados debido a que muchos ya no se

34
encuentran vigentes. Se demostró como al pasar de los años distintas cosas como los elementos
del altar, de ser de madera convencional fueron sustituidos por elementos de acrilíco
transparente, para dar un toque de modernidad que resulta inadecuado para su contexto espacial.
De igual manera se observo como el uso del columbario ahora es mayor que antes, y por lo tanto
hay mas demanda de nichos funerarios de los feligreses que piden descansar en el seno de su
religión.

Por otro lado, se vio que el paso del tiempo y los agentes externos como son lluvia, viento, sol,
han causado daños en las partes externas como lo es el campanario derecho, al cual se deteriora
en su pintura a la cal la cual hasta el momento presenta daños ligeros pero que de mantenerse de
la misma forma serían motivo de una intervención de mayor escala. El mantenimiento es algo
costoso y por lo tanto a veces no se puede realizar sin embargo la diócesis y la misma iglesia
deberán procurar los recursos para ello, los feligreses concurren a este recinto religioso y es uno
de los más emblemáticos no sólo de la ciudad sino de la región y del estado, por lo que la
canalización correcta derivada de sus recaudaciones debe posibilitar un mejor mantenimiento de
sus espacios exteriores e interiores.

Los programas de apoyo y fomento a la cultura también posibilitan el acceso a los recursos
económicos como ya se ha visto, este templo tuvo la inclusión a un programa derivado del
Fomento de Banamex por los espacios históricos y conjuntos conventuales que representan el
patrimonio de las ciudades, así como el Gobierno del estado se ha dado siempre a la tarea de
apoyar con una partida presupuestal para tales eventos, bien podrían ser las vías de acceso a los
mismos. El INAH al no otorgar ningún recurso económico se encarga del seguimiento sobre la
intervención y mantenimiento de estos inmuebles, cuestión nada menor, ya que es necesaria la
supervisión especializada para su intervención en cualesquiera que sean sus etapas.
La divulgación es una necesidad, ya que la consolidación de un templo no sólo va por el camino
de la fé, sino un edificio como el presente va por el camino del patrimonio edificado, cuestión
que hace posible un llamado al conocimiento de los antecedenetes y de los elementos que le
componen, indudablemente que al espacio mismo. Poner en el conocimiento de cada asistente al
templo en cualquiera de sus categoría, como feligrés o como turista es sinónimo de
entendimiento y regocijo de lo que ha sido la mano del ser humano a través de sus

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construcciones, es saber de la maravilla que implica este saber y cómo tuvo que organizarse una
comunidad para manifestarse a través de argamasa, fuerza de trabajo y fé.

Esta investigación no pretende ser una síntesis de la historia de la religión en México ni del
templo y la manera en cómo se ha consolidado hasta hoy, sus pretenciones son más modestas
pero de mayor alcance, por ejemplo, sobre el conocimiento general de los estudiantes de en
general como un elemento que fortalezca su interés en la cultura local, para los de arquitectura
un símbolo dentro de la historia del hombre y su necesidad de manifestación espacial sobre
aquellos elementos formales que consolidan el entendimiento global de los anhelos sociales. Y
desde luego para toda la gente que busca saber más sobre su entorno sin la pretención de
erudición, sino sólo como base de su cotidianidad que le posibilita entendimiento sobre sus
pertenencias y su legado cultural, la ciudad de Orizaba siempre ha figurado como una ciudad con
cultura, es momento de seguir con esta tradición que de verdad le devuelva la magia que alguna
vez poseyó.

Bibliografía

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Maciel Gómez.

2.- La arquitectura del pasado en Orizaba y Córdoba, Ver. Arq. Ignacio Cabral Pérez.

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