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Liliana Pascual1
Introducción
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Doctora en Ciencias de la Educación (UBA) y Licenciada en Sociología (UBA). Fue becaria del CONICET, profesora
de la Universidad Nacional de La Plata y Directora de Programación Educativa del Ministerio de Educación de la CABA.
En los últimos años, se desempeñó como Coordinadora del Área de Investigación y Evaluación de Programas y como
Directora Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (DiNIECE), del Ministerio de Educación de la
Nación. Es especialista en planeamiento y en metodología de la investigación educativa. Actualmente, se desempeña
como profesora de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de Lanús. Es autora y coautora de
varios artículos y libros.
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Licenciada en Ciencias de la Educación (UBA) y Profesora Especializada en Discapacitados Visuales. Es
especialista en planeamiento y estadística educativa y se ha desempeñado en organismos públicos nacional y
provincial. Docente en institutos de formación docente y en la Universidad Nacional de Hurlingham. Forma parte del
cuerpo docente de la Diplomatura en Conducción de las Instituciones Educativas de Nivel Secundario del ISP Joaquín
V. González a cargo de talleres sobre información para la toma de decisiones y evaluación institucional. En organismos
públicos, entre otros, fue Directora de Información y Estadística Educativa y Coordinadora de la Red Federal de
Información Educativa de la DiNIECE del Ministerio de Educación de la Nación.
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Educación Secundaria (IMESA), donde se utiliza la información para la toma de
decisiones de mejora, pretende también dar cuenta de algunos de estos cambios.
Algunos autores (Diker y Feeney, 1998), sostienen que la preocupación por la calidad
educativa se origina en la década del ´80, en países con una amplia cobertura
educativa, como Estados Unidos y algunos países europeos. Como se desprende de
la mayoría de los documentos de esa época, el contexto histórico político del momento
se caracterizaba por fuertes críticas a la inversión educativa. Básicamente, se ponían
en duda los resultados de dicha inversión y se enfatizaba la baja rentabilidad individual
y social que tenía la formación otorgada por el sistema educativo, en tanto no se
adecuaba a los requerimientos del sector productivo.
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En el marco de una cultura de época dominada por una economía de libre mercado, la
competitividad es el camino para la existencia de servicios de calidad y para un uso
más eficiente de los recursos. Desde la óptica de la competitividad, los resultados
obtenidos por las escuelas son comunicados a la sociedad, en tanto se espera que, en
el libre mercado de la educación, las escuelas compitan entre sí para ser mejores. La
divulgación de los resultados en forma de ranking, que coloca a las “buenas escuelas”
del otro lado de la vara de las “malas escuelas”, se basa en el supuesto de que tal
situación serviría para alentar a estas últimas a cambiar su condición.
Como respuesta a las reformas educativas neoliberales que imperaron en los noventa,
y que llevaron a identificar el concepto de calidad educativa con las pruebas
estandarizadas aplicadas a los estudiantes, en los últimos años surgen otras
perspectivas que apuntan a reivindicar la calidad de la educación como un derecho.
En este debate, se destaca el papel de la UNESCO (2005), que entiende que la
educación es de calidad cuando se logra la democratización en el acceso y la
apropiación del conocimiento por parte de todas las personas, especialmente de
aquellas que están en riesgo de ser marginadas. Dos aspectos claves surgen de esta
conceptualización, en tanto no se trata solamente de lograr que todos estén en la
escuela sino también de que puedan apropiarse del conocimiento.
En dicho documento se desarrolla también una mirada muy crítica de los enfoques
centrados en la evaluación de la calidad educativa a través de pruebas estandarizadas
de aprendizajes, enfoques que llevan a un “reduccionismo instrumental” en donde se
valora sólo lo que es objeto de medición.
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relevancia y pertinencia de los aprendizajes, que pueden ser considerados como
nuevas dimensiones de la calidad educativa (PRELAC, 2007).
Por su parte, hablar de calidad educativa nos lleva también a analizar la relevancia y la
pertinencia de la educación. Relevancia, en tanto es necesario analizar en qué medida
se satisfacen los intereses de la sociedad en su conjunto y no sólo de aquellos grupos
que hacen escuchar sus voces, sencillamente porque tienen mayor poder para
presionar. Y pertinencia, en tanto la educación de calidad tiene que ser significativa
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para las personas que pertenecen a distintos contextos sociales y culturales. La
propuesta educativa sólo será pertinente en la medida en que sea lo suficientemente
flexible para adaptarse a los diversos contextos. “Lograr que el aprendizaje sea
pertinente para todos exige una transformación profunda de las prácticas educativas,
transitando desde una pedagogía de la homogeneidad hacia una pedagogía de la
diversidad, aprovechando ésta como una oportunidad para enriquecer los procesos de
enseñanza y aprendizaje, y optimizar el desarrollo personal y social”. (PRELAC, 2007:
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Acerca de la evaluación
El interés por esta actividad evaluativa, en el ámbito educativo, data desde hace más
de medio siglo. Sin embargo, la evaluación del sistema educativo se instala en nuestro
país durante la década de los noventa y se expresa a través de la evaluación de los
aprendizajes y de los programas focalizados que caracterizaron durante esa época a
las políticas públicas. La lógica que prima en ese momento es la del control del gasto y
su racionalización, requerimiento de los organismos internaciones de crédito. Durante
ese período, la evaluación se caracterizó por ser un proceso con un abordaje técnico
pedagógico que se encuentra orientado por el paradigma de la rendición de cuentas.
Dentro de ese contexto, la evaluación del sistema educativo estuvo centrada en la
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evaluación de los resultados de aprendizaje, considerados como expresión de la
calidad educativa. En este marco político-ideológico surgen los Operativos Nacionales
de Evaluación (ONE), que desde 1993 se realizan en todo el país. En los ONE prima
un criterio totalmente meritocrático que implica la comparación de los resultados
obtenidos por las distintas escuelas ante la sociedad, ignorando contextos e historias y
produciendo una mayor segmentación del sistema educativo. Los resultados de las
pruebas de aprendizaje se hacen públicos por escuela, generando rankings que
penalizan o premian a las instituciones educativas. Es la opinión pública la que juzga,
entonces, el valor de la calidad comparando estos resultados.
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Educativa 2010-2020. En dicha resolución se reafirma el nuevo enfoque de la
evaluación, en tanto expresa que “evaluar los aprendizajes supone focalizar la
atención en la comprobación de éstos, como uno de los múltiples componentes de la
calidad (…) La calidad de la educación, es una construcción colectiva y una
responsabilidad compartida por todos los involucrados en el hecho educativo y su
evaluación debe asumir entonces, un carácter eminentemente formativo”.
Por su parte, la Resolución 116/2010 del CFE establece que para lograr una visión
integral de la calidad educativa se debe analizar la información que proviene de otras
variables e indicadores, además de la información que brindan las evaluaciones de
aprendizajes. “A modo de ejemplo, la información recogida mediante el Relevamiento
Anual Educativo3 es también sustancial para la evaluación de la calidad de la
educación. Del mismo modo, la producción de investigaciones y el seguimiento y
monitoreo de programas, son otra fuente de conocimiento fundamental para analizar el
funcionamiento del sistema educativo. En este marco, la evaluación de desempeños,
debe ajustarse a los objetivos que se buscan con ella: producir información
complementaria, necesaria para la toma de decisiones de política educativa y
constituir un insumo para la mejora de la práctica pedagógico-didáctica para lo cual
debe asumir un carácter eminentemente formativo.”
3 El Relevamiento Anual se realiza todos los años desde 1994 y obtiene información cuantitativa sobre
múltiples variables del sistema educativo. Se trata de un relevamiento estadístico que, a través de la información que
completa cada uno de los establecimientos, se obtienen datos sobre alumnos, secciones, trayectoria escolar y egreso,
cargos y horas cátedra del personal docente y no docente de la institución, características pedagógicas educativas,
equipamiento y tecnología del que dispone el establecimiento, entre otras.
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El Índice de Mejoramiento de la Educación Secundaria (IMESA): una experiencia
en el nivel secundario
En 2012, el CFE acordó con el voto unánime de todos los ministros el Plan Nacional
de Educación Obligatoria y Formación Docente –PNEOyFD- (Resolución 188/12,
CFE), para consolidar un sistema educativo más justo, con pleno ejercicio del derecho
a una educación de calidad para todos.
A partir de los acuerdos del CFE, cada jurisdicción elabora los Planes de Mejora
Jurisdiccional, enunciando las acciones a desarrollarse en sus instituciones tendientes
a lograr los objetivos acordados para el nivel. Estos objetivos tienen que ver, tanto con
las políticas de inclusión educativa, como con el logro de mejores niveles de calidad
para los aprendizajes. Desde las planificaciones jurisdiccionales cada escuela elabora
su Plan de Mejora Institucional (PMI), cuyo objetivo es generar los escenarios
educativos adecuados para lograr las metas establecidas. El PMI, en tanto
planificación, debe tener en cuenta información de base que permita conocer de dónde
se parte, de manera de identificar y priorizar las problemáticas específicas de cada
escuela y proponer el diseño y la implementación de estrategias de intervención sobre
las problemáticas identificadas y priorizadas. En la conformación de esta línea de base
es importante, no sólo la construcción de los datos, sino también la asignación de
sentido para transformar el dato en información significativa para la toma de
decisiones.
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todas las escuelas de educación secundaria, llamado Índice de Mejora de la
Educación Secundaria Argentina (IMESA).
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En este marco, la evaluación institucional, formativa y participativa adquiere
relevancia, impulsando procesos de reflexión y acción para lograr las mejoras
necesarias en el sistema educativo.
Así, el IMESA se presenta como una herramienta de trabajo en el marco del Programa
“Nuestra Escuela”. Representa una oportunidad para el cambio, en tanto sea trabajado
por los docentes y directivos en el contexto escolar real y preciso. Es también una
apuesta a la inclusión con calidad, en tanto no se concibe una escuela de calidad que
no garantice a todos el derecho a todo. El IMESA está pensado en clave de derechos
y de responsabilidades, para que cada escuela pueda mirarse a sí misma, reflexionar
e indagarse respecto de su propia historia y contexto y, a partir de allí, planificar sus
diversas estrategias en pos del cumplimiento de los objetivos planteados.
Para los dos primeros indicadores, se utiliza como fuente de datos el Relevamiento
Anual, instrumento acordado federalmente cada año en el marco de la Red Federal de
Información Educativa. Como se dijo anteriormente, el Relevamiento Anual se
construye con la información que elabora cada escuela y, a través de criterios y
definiciones metodológicas compartidas por todas las jurisdicciones, asegura la
homogeneidad y comparabilidad de datos en todo el país.
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rendimiento de los alumnos en el último año de estudio del Nivel Secundario. Los
contenidos que evalúan los ONE son acordados federalmente sobre la base de: los
Contenidos Básicos Comunes, los Diseños Curriculares Jurisdiccionales, los Núcleos
de Aprendizajes Prioritarios (NAP), y los libros de texto más utilizados en el país. Este
alineamiento curricular posibilita identificar los resultados relevantes pretendidos por el
currículo nacional. Se decidió incluir en el cálculo del Índice los resultados de dos (2)
de las cuatro (4) pruebas aplicadas en el ONE (Lengua y Matemática) dado el alto
nivel de correlación entre los resultados de las mismas, por lo que incluir todas las
pruebas sería redundante.
El IMESA es una construcción que surge de la información que los propios directores,
docentes y alumnos generan en cada institución y que se les devuelve en forma de
índice. Las escuelas son las productoras y destinatarias de esta información que, bien
trabajada, puede constituirse en un componente clave para el diagnóstico y la toma de
decisiones, tanto del equipo directivo como de los docentes de la institución.
Una versión preliminar del Índice fue presentada a un grupo de directores de escuelas
secundarias de distintas jurisdicciones. En dicha reunión, los directores tuvieron
oportunidad de realizar comentarios y sugerencias, los que fueron tomados en
consideración en la versión final.
Los tres indicadores que componen el IMESA interactúan generando un valor entre
100 y 500. Es importante remarcar que un valor de IMESA similar puede indicar
problemáticas y desafíos diferentes. Por ejemplo, si una escuela tiene alto rendimiento
en las evaluaciones del ONE y una trayectoria de sus alumnos cercana a la ideal
(Tiempo Medio cercano a 1), pero esto se da como resultado de que la escuela no
haya podido sostener las trayectorias de los alumnos con mayores dificultades, la
Tasa de Egreso hará que el índice disminuya. En este caso, los objetivos a plantearse
en el PMI deberán incluir la implementación de estrategias de retención, de manera
que los jóvenes no abandonen la escuela, manteniendo a su vez altos desempeños en
las pruebas de aprendizaje. El desafío, entonces, podrá ser la diversificación de
estrategias de enseñanza y el acompañamiento a los alumnos, entre otros que
surgirán analizando la realidad institucional concreta.
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que incluya, además de otras cuestiones, el conocimiento de los resultados del índice,
se implementen nuevas estrategias de intervención o se fortalezcan las que se venían
desarrollando.
Consideraciones finales
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Referencias Bibliográficas
BRASLAVSKY, C. (2006). “Diez factores para una educación de calidad para todos en
el siglo XXI”, REICE 2006, Volum 4 Número 1. Disponible en:
http://www.rinace.net/arts/vol4num2e/art5_htm.htm
Marcos Normativos
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