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FACULTAD DE HUMANIDADES
EXTENSION CATARINA
CATEDRATICA:
Supervisor educativo
La supervisión debe estar dirigida al logro del mejoramiento del proceso educativo,
la misma tiene que ser crítica y flexible, en esta debe existir la verificación,
innovación, mediación, información y evaluación para su mejor desarrollo. La
supervisión es uno de los procesos más importantes que realiza el sistema
educativo ya que gracias a este se visualiza de forma directa el trabajo realizado
por los docentes, se puede verificar el proceso de enseñanza-aprendizaje, al
mismo tiempo que se realiza un plan estratégicos para el mejoramiento de este
proceso.
Funciones general:
Mejora de cada escuela de su zona, con base en los lineamientos del Consejo
Técnico Escolar.
Salario
Salidas profesionales
Jefe de Estudios.
Emprendedor educativo.
Consultor educativo.
Con la llegada de la LOMCE los requisitos para acceder a esta profesión han
cambiado. El director de centro accede a través de oposiciones en las que es
necesaria una formación específica: el certificado acreditativo tras haber cursado
la formación impartida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Además,
debe presentar un proyecto de dirección que incluya, entre otros, “los objetivos, las
líneas de actuación y la evaluación del mismo”. El aspirante a director debe tener
al menos cinco años de trayectoria como profesor funcionario de carrera en el
centro en el que se solicite el puesto, que luego evaluará la administración
educativa, que también tomará la decisión final de la elección. Se renovará su
nombramiento cuando hayan finalizado los cuatro años en el puesto y tenga una
evaluación positiva del trabajo que ha desarrollado.
Las personas que optan por ejercer esta actividad suelen ser graduados o
licenciados (por lo general en Ciencias de la Educación, Educación Infantil,
Educación Primaria, Pedagogía, Psicología, Psicopedagogía…), que han
superado el curso de formación de la función directiva que imparte el Ministerio de
Educación. Para conseguir una formación más específica, también se puede optar
por cursar uno de los diferentes Máster en Dirección y Gestión de Centros
Educativos que ofrecen varias universidades en nuestro país, dirigidos a formar a
los docentes y otros profesionales que quieran concurrir a este puesto. Las
materias que se ofrecen en estos postgrados suelen centrarse en el liderazgo
educativo, la gestión de recursos (tanto humanos como materiales) de los centros
educativos, la legislación propia del sector, la innovación y la comunicación, ya
sea interna o externa.
El Decreto número 12-91 (LEN) preceptúa en su artículo 37º literal a) Que es una
obligación de los directores “Tener conocimiento y pleno dominio del proceso
administrativo, de los aspectos técnico-pedagógicos y de la legislación educativa
vigente relacionada con su cargo”. Esto nos compele a exigir a los directores
escolares el conocimiento y aplicación de principios, modelos y teorías de las
ciencias administrativas, de la epistemología pedagógica, así como del
conocimiento, interpretación y aplicación de la legislación educativa vigente.
El director no puede demorar las decisiones sobre la escuela, pero debe encontrar
el equilibrio entre la rapidez y la elección de la más adecuada, consumiendo los
menores recursos posibles. En esa búsqueda es primordial la capacidad
de priorizar, distinguiendo entre lo importante y lo urgente.
Como señala Alfonso López Pulido, “se necesita una visión poliédrica para atisbar
todos los puntos de vista”. El directivo busca lograr la excelencia y hacer sus
tareas correctamente, pero puede equivocarse y tiene que estar preparado para
recibir las críticas: no solo las justas, también las injustas.
El rigor debe estar muy presente en la labor del director. Afronta, por ejemplo, las
nuevas formas de acoso entre alumnos, que se multiplican con el ciberacoso. Para
Alfonso López Pulido es fundamental la intervención del director en estos casos,
para el esclarecimiento de los hechos, la identificación de los autores y el
seguimiento exhaustivo de los procedimientos establecidos. Debe hacerlo con la
máxima solidez y mayor rigor para evitar que, por defectos de forma, se invaliden
estas actuaciones. Por todo ello, es necesario un dominio de la legislación y
normativa educativas.
Conclusión